NOTA LEGAL Queda estrictamente prohibida la reproducción parcial o total de las notas, fotografías o imágenes que componen el presente número sin nuestro expreso consentimiento. ©Revista Digital Mots - 2012
{Nuestra portada} Para nuestra primera portada, elegimos una foto de Maira Gall, blogger argentina, cocinera y fotógrafa. Creemos que su foto captaba el espíritu de nuestro proyecto: rescatar lo simple. Teniendo en cuenta que nuestro primer número aparece en septiembre, nos pareció que expresaba la primavera que disfrutaremos en unos pocos días. Maira es también la encargada del ensayo fotográfico de este número. Le agradecemos habernos prestado su foto para nuestro primer número y haber colaborado con nosotras.
Maira en la web: Blog: http://www.adorabledesign.com.ar/ Flickr: http://www.flickr.com/photos/mairag Pinterest: http://pinterest.com/maira/ Facebook: https://www.facebook.com/blogadorable
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Bienvenidos a nuestro primer nĂşmero Septiembre, 2012
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Hacemos MOTS
Revista Digital Edición y redacción
Luisina Serenelli Redacción y corrección
Lucía Olazábal Victoria Pichel Carolina Araya Maquetado y edición de fotografía:
Luisina Serenelli Fotografía de portada
Maira Gall
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Queda estrictamente prohibida la reproducción parcial o total de las notas, fotografías o imágenes que componen el presente número sin nuestro expreso consentimiento.
Índice Editorial.....................................................................................................................8 Nos definimos “haciendo”.......................................................................................9 Enredada, Mariana Ciliberto..................................................................................11 Bloggers en acción.....................................................................................................22 Ensayo: El campo por Maira Gall..........................................................................26 Georgia O’Keeffe......................................................................................................31 Entrevista a Lucía Copello......................................................................................35 A la hora de leer........................................................................................................43 Dossier: DIY por Mariana Ciliberto......................................................................51 Links...........................................................................................................................57 Agradecimientos......................................................................................................59
Encontranos también:
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“Et par le pouvoir d’un mot Je recommence ma vie” Paul Éluard {“Y por el poder de una palabra recomienzo mi vida.”}
Editorial Cuando tenía 8 o 9 años, armaba pequeñas revistitas con recortes que coleccionaba de diarios y revistas. Inventaba noticias del barrio y después las escribía a mano. La tirada de cada número no llegaba a cinco ejemplares, pero eran distribuidos a conciencia entre los vecinos por medio de un simple procedimiento: dejaba la revista en la puerta, tocaba el timbre y me iba corriendo. Supongo que en ese ingenuo gesto de escribir, recortar, pegar, armar -en definitiva la tarea de todo editor- y distribuir por mi misma una revista, estaba el gérmen de lo que presentamos hoy. Hace ya algunos años leo y disfruto de revistas online. Es cierto que muchas veces leer en internet no es tan cómodo como leer un libro o publicación en papel, pero muchas veces las revistas digitales son tan amenas y están tan bien hechas que dan ganas de pasarse un buen rato hojeándolas. Informan, difunden pequeños proyectos, inspiran. Así nos han inspirado a nosotras revistas como Kireei, The Whole Kitchen o Kinfolk. Y así hemos llegado hoy hasta acá. Nuestro primer número no tiene necesariamente una hilación por tema, más bien está constituido por recortes de las cosas que cada una disfruta. Podríamos seguir 10 años más redactando el primer número de esta revista, pero creo necesario dejarlo acá. Cada uno podrá completar lo que falta, investigando por su cuenta, haciendo circular la revista o dejándose inspirar por las notas que la componen. La hicimos para aprender y ese objetivo está cumplido. Que la disfruten. Luisina Serenelli septiembre - 2012 8
Nos definimos, “haciendo” Lucía Olazábal
Victoria Pichel
Era la maga
Le monde esthetique Soy Lucia Olazabal, madre de tres hijas adolescentes y mujer de un anglo cordobés que me trajo a vivir a las Sierras hace catorce años y que, junto conmigo construyó con sus manos este pedacito de paraíso que es nuestro hogar. Desde acá, rodeada de eucaliptus, espinillos y frutales trato de encauzar mis inquietudes abordando distintos proyectos. Arrastro un extraño título de profesora en medicinas alternativas, pero me dedico hace casi veinte años a la elaboración de panes y budines integrales. Madre fundadora de la Escuela Waldorf El Manantial, participé en la grabación de un disco de música de niños, fui asistente de kinesiología en Barrio Norte, secretaria en un estudio de diseño gráfico y dueña de una librería llamada Tejados Verdes. También tejo sin parar y estoy hace rato aprendiendo a coser y bordar. Me gustan la cocina y las plantas, leer cada día sin falta y mirar muchas películas. Cuando el tiempo está lindo salgo a caminar por el campo, sola o acompañada de mis hijas. Practico alternativamente Yoga y Tai Chi. Además soy blogger y escribo por una necesidad profunda y antigua desde que tengo memoria. Todo lo que hago queda registrado en las miles de fotos que saco. Revista Mots es mi nueva apuesta.
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Luisina Serenelli De amor y de casualidad Me llamo María Victoria pero hace varios años que me dicen Vix, tengo 32 años y vivo en la ciudad de Punta Alta. Mi formación profesional comenzó por el lado de las comunicaciones. Estudié Locución y trabajé como locutora, con intermitencias, en cosas varias hasta que a fines del 2009 me empezó a interesar todo lo visual. Me encontré con un gran y excitante mundo por descubrir, que parece no tener límites. Me entusiasmé con la decoración, el diseño, la arquitectura y el estilismo, y a principios de 2012 me recibí de Decoradora de Interiores. En mi tiempo libre saco fotos, hago scrapbooks, diseño blogs para otros, hago sellos artesanales y envío cartas a amigas por correo. También escribo mucho, porque me gusta con locura y ahora por trabajo freelance. Puede que conozcan mis blogs, y si no se los presento: Piel de gallina y Le monde Esthetique. Amo el otoño, el chocolate, Buenos Aires, bailar sola frente al espejo, la música, mis libros y los que aún no me compré. Compro cuadernos lindos compulsivamente, tomo muchos litros de té por mes y sueño despierta con conocer Londres y París. Uso el reloj en la maño derecha, no tomo alcohol, los domingos no me gustan y nunca vi Starwars. Hola, soy Vix, y ahora, una parte de mots.
Me llamo Luisina, tengo 33 años y vivo en Rosario, Santa Fe. Soy mamá de Guillermina y Emilio, fotógrafa, docente, blogger, editora de esta revista y profesora en Letras por la Universidad Nacional de Rosario. Después del nacimiento de mis hijos me interesé por la crianza respetuosa, la defensa de los derechos de las mujeres en el parto y la lactancia materna. A partir de esos intereses surgió mi blog “De amor y de casualidad”, aunque después se fue transformando progresivamente en una forma de compartir mi vida cotidiana con el resto de la enorme comunidad blogger. Trabajo como profesora de Lengua y Literatura en escuelas medias públicas de mi ciudad. Cuando puedo acomodar mis horarios, destino ese tiempo a realizar sesiones fotográficas de maternidad y niños pequeños. También vendo mi trabajo fotográfico en la agencia internacional de stock Getty Image. Me gusta leer, escribir, tejer, cocinar, sacar fotos de mi mundo cotidiano, mirar buenas pelis, leer el horóscopo, las canciones bellas, compartir el día junto a mis niños, dormir la siesta y disfrutar al aire libre de los días de sol. Y ahora también me gusta, ser parte de Mots.
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{Soltar todo y largarse}
Enredada
Mariana Ciliberto por LucĂa OlazĂĄbal
fotos del archivo personal de Mariana Ciliberto
Asomarse al mundo Florcita es sentir unas irreprimibles ganas de dejar todo de lado y sumergirse en nubes gigantes de vellones de colores únicos. Mariana Ciliberto debe ser la famosa señorita de San Nicolás de la canción tradicional Arroz con leche. Ella te abre la puerta para ir a jugar y una no quiere salir de ahi nunca más. Lanas para trenzar, tejer, hilar; arcillas para amasar en medio de un jardín tan brillante como las mantas que salen sus manos, con flores que crecen no solo en la tierra ¡sino también en el techo! Oriunda de la Patagonia Argentina, cambió sus vientos por las lluvias de Holanda y supo aprovechar un momento de crisis para tomar sus rutinas y transformarlas en magias. Mientras se ceba un mate, vigila a su beba, y calcula el tiempo del horno y de la salida del colegio de su hijo, Mariana nos cuenta un poco de los orígenes de tanta maravilla. La punta del ovillo Mi vida transcurrió -como era de esperarse en una familia de profesionales- estudiando y preparándome siempre para la universidad y para una carrera “seria”. Porque esto de ser artista califica más como “hobby”. O eso era lo que pensaban antes mis familiares, que desparraman títulos de ingenieros, abogados, médicos. Supongo que tendrían que haberse avivado cuando yo, de chiquita nomás, empecé a asistir a clases de dibujo, cerámica, música, títeres... Paralelo a mi educación formal, siempre estuvo el Centro Cultural de Viedma, adonde yo iba a todas estas actividades.Y en casa, se sumaba el tejido. De chicos andabamos todos siempre protegidos de los vientos de la Patagonia, con los pulloveres, cardigans, bufandas, que nos hacían mi Mamá y mi abuela. Mi vieja llegaba de laburar, se sacaba el uniforme de ingeniera y se ponía el de tejedora. Tengo fotos mentales de mi vieja sentada en la mesa de la cocina, con la luz del otoño cortando esas figuras color ambar, radio prendida, lanas, agujas y su cuadernito donde anota las hileras tejidas, las vueltas que faltan para las trenzas, el punto que levanto, el otro que disminuyó. Para mi era (¡y sigue siendo!) enigmático como entendía esos diagramas que ella minuciosamente pasaba a hojas cuadriculadas. “Las lanas de tu madre”- frase acuñada por mi padre para nombrar cuanta bolsa andaba dando vueltas por la casa con ovillos adentrofueron siempre un miembro más de la familia. ¡Omnipresentes! Hoy, que todos los hijos ya somos grandes y dejamos el hogar paterno, los dormitorios han adquirido otras funciones. El que fue mío es algo asi como el refugio de todos los restos de tejidos, los ovillos que quedan medio huérfanos esperando algun proyecto que los incluya. Mi abuela, aparte de tejer, cose. De chicas, mi hermana y yo, teníamos siempre vestiditos muy bonitos con las telas liberty que mi abuela traía cuando viajaba a Londres. Nunca aprendí a coser, es algo así como mi tarea pendiente, pero de mi abuela aprendí a ser frugal. A saber transformar las cosas. A que todo puede tener un segundo uso.
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A guardar frascos para después usarlos para la mermelada casera. A no tirar piolines, gomitas, papeles, tarritos, porque después seguro que lo necesitás. El reciclado que hoy está tan de moda, creo que nosotros lo tenemos incorporado desde chicos. Lo cual contrasta con la mayoría europea que tira todo, va y compra otra vez. Mi marido no entiende para qué guardo porquerías. Y yo ando acarreando frascos de vidrio para poner tinturas, guardar botones, pinturitas, engobe para la cerámica, lapiceros, etc. Una hebra conductora Con estos antecedentes, naturalmente era de esperarse que yo hiciera algo con el arte. Pero cuando uno crece escuchando que tiene que tener un título de algo para poder ser exitoso,uno va a la Universidad y suprime; deja para cuando “tenga tiempo, algun día” el trabajo manual y creativo, que hoy lo sé, es lo que en definitiva me da infinita satisfacción. Sin embargo, la cuestión académica se vio interrumpida cuando en un viaje por Europa con la mochila a cuestas, en Florencia -Italia- conocí a un holandés de 2m de alto y voz grave y pausada que, en pocas palabras, hoy es mi marido. Idas y vueltas, sueños y miedos, planes y proyectos metidos en una valija; y hoy, 10 años después, cuento mi vida desde Holanda. Aunque estando acá he trabajado de las cosas mas dispares, se podría decir que el hilo conductor, lo que ata a todas las etapas de mi vida en un continuum más o menos regular, es la lana. Presente siempre, mostrando el piolín en cada etapa. Desenredando la trama Cuando nació mi primer hijo hace casi 6 años, intenté volver al trabajo yéndome de casa a las 6am y volviendo 12 horas más tarde. Agotada. Frustrada. Triste. Despertarme temprano, correr, preparar todo, llevar a mi bebé a la guardería; tren, trabajo, vuelta, y hacer las compras, cocinar, limpiar. No lo hacía por el dinero, no lo hacía por satisfacción personal ni profesional. Entonces ¿por qué lo hacía? Algo no cuadraba. Y la idea de que otra persona crie a mi hijo y yo casi no verlo, me desgarraba internamente. Decidí que la cosa tenía que cambiar. Asi que, con el apoyo moral y logístico de mi Sr. Marido, decidí renunciar. Sinceramente en ese momento no tenía planes de nada. Creo que estaba tan insatisfecha con mi vida que lo único que me importaba era dejarla. Pero no sabía qué venía después. Debo reconocer que al principio caminaba por las paredes. ¿Que hago? Limpiar y ordenar frenéticamente nunca fueron mis actividades preferidas. Y llega un momento en que uno tiene que tener tambien una excusa para salir a la calle, para interactuar. Siendo inmigrante uno no tiene el círculo de contención familiar o los amigos de siempre, que pasan un rato, se toman unos mates, te escuchan y siguen. Es un poco más solitaria la cosa porque, por mas que yo he logrado hacer amistades locales, las costumbres son otras y la espontaneidad con la que nosotros en la latitudes sures armamos planes para dentro de media hora, aca no existe. Aca se planea ¡con agenda! Asi que buscando contacto social, me anoté en un atelier de cerámica -para reencontrarme con mi viejo amor por el barro- y en un cursito de una tarde, sobre fieltro. Mucha idea de que era el fieltro en ese momento no tenía. Para nada. “Wol” me dijo la holandesa, “Lana”. “Ok. Vamos a ver.” Quedé fascinada. “¿Pero cómo que con agua y jabón se puede hacer una tela de lana?? ¿Así, frotando nomás? Qué fantástico! Magia!!” ¡Fue un viaje de ida! En ese momento en Holanda tampoco era demasiado conocido el fieltro y conseguir los suministros me tomó un tiempo de investigación. Encontré dónde comprar lana y los pedidos empezaron a llegar. Con sólo un curso de dos horas, mucho no había aprendido. Me dedicaba, en los momentos en que el hijo me dejaba las manos libres, a buscar más cursos, libros, artículos online, a eso le sumé mucha experimentación. No importa cuantas clases uno tomó, si uno no practica y experimenta por su cuenta, no sale nada. Mas tarde sí tomé clases con gente como Karoliin Arvilomi de Finlandia o Marjolein Dallinga, entre otros. Pero para poder sacarle el jugo a este tipo de profesores, uno tiene que tener ya determinado nivel de manejo del material, si no, te perdés en el camino. Lo que uno sí aprende con clases como estas, es que cada fieltrista tiene su librito.
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Cada artista encuentra su propia manera de trabajar, su técnica. Uno tiene que aprehender, absorber el conocimiento y después ver cómo encaja con su manera particular de hacer las cosas. Sacar pautas. Pero nunca se va a poder copiar, o trabajar igual que el otro artista. ¡Tampoco debería intentarlo! El método propio tiene que ser una conjunción de la técnica aprendida y la experimentación personal. Completando el camino de la lana: de la oveja a mis manos Al tejido y un poco de crochet, se había sumado ya el tejido en telar, y ahora, en Holanda, el fieltro. Creo que como consecuencia natural de tener tanta lana alrededor siguieron pasos que a mi me parecieron hasta obvios: trabajar con lana cruda recién sacadita de la oveja, así sucia y todo. Cardarla, hilarla, teñirla. Son todos pasos que ayudan a que uno conozca cada vez más las variadas posibilidades de trabajo que ofrece el material. Y de cada nuevo “oficio” aprendido, se desprenden nuevos caminos por explorar. Del hilado tradicional con huso, seguir con la rueca. Luego pasar a usar otras fibras (seda, lino, bambú, algodón, etc.) y a hilar lanas mas texturadas (art yarns), con inclusiones y firuletes. Del teñido con tinturas comerciales de colores brillantes sólidos, al teñido con degradés o “rainbow”. Y de ahí pasar a usar materiales naturales para darle color a la fibra, cada una con una característica y método de preparación distinta. ¡Descubrir las aplicaciones prácticas de la química! Los materiales naturales que salen de la cocina o del jardín de uno. Porque éste modo de vida artesanal va rebalsando las paredes del taller para invadir tu modo de vida. En la quintita en el fondo de casa, no hay solo frutillas, frambuesas, lechuga y zapallitos. A las plantas que sirven para comer se van sumando las que sirven también para teñir. Sacamos el árbol aburrido para poner un nogal, para comer las nueces pero tambien para usar en el teñido y preparación de fibras y telas. Y nos metemos en las impresiones o sellados con hojas. Y uno se mete con la botánica también. ¡Tantos sombreros puestos a la vez! El artesano tiene eso, ¿no? De ser tan curioso y dedicarse a la experimentación con todo, que uno en realidad más que ser “ceramista” o “artista textil”, es una persona que hace. Con lo que tenga cerca, mezclando materiales, leyendo, aprendiendo mientras que se da un paso más en la busqueda de esa otra técnica. Nunca se termina de aprender. La curiosidad no tiene límites. Con el resurgimiento actual de las artesanías -o la lenta revalorización del trabajo manual- lo que se ha dado a llamar el “movimiento Crafter” o “Craftivism”, muchos nos hemos dado cuenta de que limitarnos a una sola técnica o ponernos el cartelito que nos denomine como algo específico, no tiene mucho sentido. Somos “makers”, “hacedores”. Hacemos cosas. Una vez que te largaste con algo, es tal la satisfacción personal y el alimento al ego, que uno se larga con otras cosas, ¿quién no hizo un cuaderno? ¿o se animó con la máquina de coser?¿o se puso a bordar o a tallar gomas para hacer sellos? ¿a probar con tantos materiales que hoy hay disponibles, muchos ya parte de nuestra vida diaria?
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Hacedora de su entorno Había leído yo, no hace mucho, un artículo sobre cómo el trabajo manual no es solo bueno en términos de sustentabilidad, ecología, etc., sino también a nivel personal. Se ve -por lo menos en estas partes del mundo- tanta gente estresada, saturada, insatisfecha. Porque la mala onda del laburo que no te llena o estimula, contagia un poco el resto de tu vida, ¿no? Entonces en este artículo se hablaba de cómo al hacer algo con sus manos,planear, buscar los materiales, enfrentarse a los pequeños problemas que puedan surgir, solucionarlos y llegar al final con un producto hecho por uno mismo, por sus propias manos, el individuo experimenta un sentido de satisfacción y gratificación personal por ese objeto que concibió, que en una oficina nunca podría lograrse. En la oficina somos responsables de este cuerpo delimitado de funciones. Esto, usted pone el sello, nada más. Y pasa el papelito para que el otro haga el paso que sigue. Participamos de la función, del ‘trámite’ pero nunca vemos eso finalizado, no somos creadores de nada en particular. Lo cual se vuelve rutinario, apagado, aburrido y no ofrece ningún tipo de satisfacción. Una vida en la que la curiosidad y la creatividad natural de cualquier persona, se ve sofocada. Entonces, éste artículo abogaba por la revalorización de lo hecho a mano, no solo como terapia para la sociedad, sino tambien como terapia personal que levante un poco el nivel alicaido de vida en las sociedades modernas que van siempre atrás de lo material, muchas veces olvidándose de simplemente vivir. Indefectiblemente también, cuando uno se pone a hacer cosas con las manos, empieza a encontrar una conexión mas cercana con los materiales, con los métodos de producción y su impacto en el ambiente. Te adentrás en temáticas que nos afectan a todos. A mi me gusta muchísimo ver los colores tan variados y brillantes que puedo conseguir tiñiendo con tinturas comerciales, pero después también me pregunto cuánto daño pueden hacer, o no, los desperdicios de mi actividad. Los colores obtenidos con tinturas naturales son tan brillantes y variados y tienen menor impacto, aunque uno se tiene que poner a analizar el impacto colateral de teñir con “palo campeche” (logwood) que se trae de Sudamérica. O sea que el impacto en el medio ambiente sigue estando presente porque a esa madera la tuvieron que transportar desde allá. Lo mismo que teñir con tinturas que se traen de la India, o México. Son plantas o insectos, pero ¿cómo son producidas en su lugar de origen? ¿Cumplen con procedimientos de bajo impacto ambiental? ¿no afectan estos procedimientos la vida diaria del productor y su ecosistema? Entonces uno se plantea que lo más seguro es usar tinturas que sean
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de producción local: plantas silvestres, plantas del jardín, y en el proceso o en el intento, se aprende mucho de la flora que lo rodea a uno: ese yuyo que tanto me jodía, ahora es un mordante irremplazable al momento de teñir algodón. Quiero decir que todo tiene sus pros y sus contras. Y sin fanatizarse, hay que sopesar estas variables y disfrutar el proceso en sí de investigación, que al final, es lo divertido. El viaje, no el destino. A todo esto, entre tanta experimentación, llegó un momento en que mi casa reventaba de bolsas de arcilla en un rincón de la cocina, y cajas con lana en el escritorio y el telar y la cacerola para teñir. Y era un lío. Entonces el Sr Marido, aprovechando sus ganas de ponerse a construir con madera -porque la madera es su hobby- diseñó y se puso manos a la obra: un taller para Mariana, así sacamos todas estas cajas con lana de la vista. Y así lo hizo, un tallercito de unos 40m2 que hicimos con mucho esfuerzo y ampollas en las manos. Para el techo decidimos probar con los techos verdes, con plantitas, y cruzamos los dedos para que no haya raíces creciendo adentro, ni agua entrando con una de las tantas lluvias holandesas, o todas las plantas muertas a la primera nevada. Hoy, con orgullo, puedo asegurar que los techos vivos sirven y que son seguros... y que no hay nada mas lindo que ver cada primavera que el techo de tu taller tiene florcitas de colores! Por dentro, no había que pensarla demasiado, ventanas grandes, pero también toda una pared llena de repisas adonde se amontonan cajas con lanas, vellón, seda, telas, botones, cintas, arcilla, porcelana, cuentitas, lapices, papeles de colores, libros, notitas con ideas que cuelgan mezcladas con dibujitos de mi hijo que de vez en cuando viene a hacer uso de su rincón del taller y dibujar o jugar con arcilla.
Un dia en la vida de Mariana Hasta el año pasado, mi rutina de artesana empezaba a las 8.30am, después de llevar a mi hijo a la escuela. Entonces volvía, prendía el fueguito en la salamandrita de mi taller y mientras que se calentaba el ambiente me hacía unos mates, escuchaba la radio, respondía mails de clientes o consultas que me llegaban a traves de mi website y depués, a trabajar. A experimentar. Algunos días con arcilla, otros con lana. Dependiendo de las ganas, de los pedidos, de para qué lado tiraba la inspiración ese día. Hoy en día, estoy inventándome otra rutina porque con una beba de 5 meses, la vida es un poco menos programada y ¡más espontánea! No puedo pasar todas las horas que quisiera en el taller, pero de todas maneras tampoco tengo apuro porque sinceramente, ¡los chicos crecen tan rápido! Lo bueno es que a mi beba, estar en el taller conmigo un rato, le gusta. ¡Tantas cosas para ver! Me imagino que para un bebé que está descubriendo el mundo, ver tanta cosa debe ser interesantísimo. Se divierte mucho, no me pregunten por qué, cuando me pongo a hilar lana. La rueca da vueltas y ella se mata de risa! Supongo que debería agradecerle al Sr. Marido por haberme empujado a que haga esto libremente, sin ataduras ni culpas. Por haberme ayudado o facilitado la vía libre para que yo saque el ‘pausa’ puesto a mis impulsos creativos en momentos de pura vida académica. El año pasado, luego de décadas de soñar con tener mi horno para cerámica y dejar de depender de otros ceramistas que me dejaran llevar mis cosas a sus talleres, me llegó de regalo de cumpleaños un flamante horno. Y ahora puedo también pensar en poder producir mis cacharritos de arcilla y ponerlas en mi tiendita.
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Y este año, ¡el telar! Yo me había traído un telar chiquito de Argentina que con tanto trajin y uso ya estaba averiadísimo pobre. Así que este año me tocó el reemplazo. Y acá esta la cuestión, es el telar la prueba fehaciente de cómo uno va progresando en el entendimiento de un material e incorporando nuevas técnicas y texturas. Cuando aprendí a tejer en telar, compraba las lanas ya hiladas, fibras por lo general, y tejía. Hoy, soy parte de -casi- todo el proceso. Puedo hilar la lana con el grosor, técnica o embellishment que a mi más me guste. Luego la tiño yo con los colores que quiero y para cuando llego al paso final de tejido, ya tengo horas de estar trabajando con ese material. Es mucho más personal. Puramente handmade de principio a fin. Es más lento el trabajo -uno no es un robot, no?- pero es mucho más cuidado y único. Dos veces lo mismo no se puede hacer, por mas que se intente. Me siento privilegiada al poder tener una vida que realmente me permite compartir horas con mis hijos y Sr. Marido sentados en el taller haciendo cosas juntos, una vida que me permite expresarme y me enriquece con cada nueva pregunta que me hago ¿y si a esto lo mezclo con seda? ¿se derretirá este vidrio en el horno? Pruebo con porcelana mejor, ¿esta lana la podré teñir con ésta flor? Uno no se aburre nunca. Y en el trayecto, uno va conociendo gente con intereses afines, con esa actitud inquisitiva, curiosa que pretende aprender de todo y sin intentarlo muchas veces nos planteamos desafíos creativos y nos pasamos recetas y nos damos ideas, nos contagiamos entuasiamo y proyectamos en conjunto, por más que muchas veces estamos a países de distancia. ¿Qué estaré haciendo de acá a 10 años? No sé. Espero que lo mismo que hoy, con la misma curiosidad. Aprendiendo más, sería horrible si en 10 años me creyera ya completamente “aprendida”. Sin nada más para agregar a mis conocimientos. Triste en realidad porque implicaría haber perdido la curiosidad inherente al “maker”, al “hacedor”. El motorcito del artesano, ¿no?
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Mariana en la web: Website: www.florcita.eu Flickr:http://www.flickr.com/photos/marucs/ Tienda: http://en.dawanda.com/shop/florcita Blog: www.florcitasart.blogspot.com
{Blogs}
Bloggers en acción por Victoria Pichel
Hace unos meses leí a un periodista afirmar en una red social que los blogs estaban muriendo, al igual que los libros, e inmediatamente dentro de mí sonó una alarma. No tuve que pensarlo ni una vez. Le respondí, como si en ello me fuera la vida, que no era así, pero los escasos 140 caracteres de Twitter no me permitían la elocuencia que yo necesitaba expresar. Yo quería contarle que, en todo caso, los blogs han cambiado de target y de hacedores. Inicialmente los blogs eran reducto de geeks con ganas de transmitir conocimientos, de periodistas y escritores que no hallaban espacio para publicar sus trabajos. De especialistas en tema particulares. Pero en los últimos años han florecido otros tipos de blogs, visualmente más amables y actualizados a diario, casi exclusivamente por mujeres. He ahí la diferencia. El cambio. Mujeres de entre 20 y 50 años, que prefieren rescatar lo reconfortante de la labor de ama de casa antes que quejarse de lo ingrato que resulta muchas veces. Vemos que los blogs se han vuelto los vehículos perfectos para desempolvar hobbies postergados y hacerlos brillar, con tutoriales, notas y explicaciones con fotos sacadas por ellas mismas. También, los blogs son el espacio ideal para compartir recomendaciones de lugares a visitar: cafés, librerías, locales de diseño, ciudades. O aquellas que han decidido emigrar del país, eligen la plataforma blog para mantener contacto cercano con familiares y amigos, a pesar de los kilómetros. Algunas de estas activas bloggers cuentan con formación en diseño o periodismo gráfico, pero la gran mayoría es parte de un cuidado amateurismo, que se preocupa por aprender lo que no sabe, que consulta y va más allá de sus posibilidades, porque sabe que su blog es un punto de encuentro, para compartir con sus pares. Y por ende debe entregar contenidos provechosos, de buena calidad estética, útiles, graciosos, que logran que el lector vuelva a diario y se genere, de esta forma, una comunidad.
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Algunos de los blogs que responden a estas características son:
¿Por qué no? Por Romina Villegas, una argentina de 34 años que reside en Milán, Italia. Su joven blog hace las veces de diario de viajes y anécdotas de la vida de una expat junto a su compañero de aventuras italiano.
La mirada de Pierina Por Georgina Matich, rosarina, diseñadora gráfica, artista plástica y fotógrafa amateur. En su blog comparte, tal como lo dice el título, su mirada de las cosas y el disfrute de las simplezas de la vida.
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The Daybook De Sidney Poulton, de Washington, EEUU. Es una veinteañera casada muy joven, mamá primeriza, que combina su trabajo profesional en el área del diseño con su blog sobre vida real y estilo personal. ¡Y lo hace con mucho humor!
Serás Bubulina Por Bárbara Brave, otra argentina residente en el exterior (Houston, EEUU) que comparte su vida cotidiana, fotos y anécdotas familiares en su muy lindo blog. De vez en cuando se anima y muestra un paso a paso de algún DIY.
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Julie & Julia De Julie Álvarez, lleva adelante su blog desde un apacible pueblo en la costa atlántica argentina y nos deleita con sus fotos, recetas de comidas sanas, poesías y vivencias de una madre, artesana y creativa incesante
Zapallos en almíbar De Eli A., desde Neuquén capital, comparte su pasión por la fotografía inspiradora, los collages, los scrapbooks, artesanías y cuanta actividad generadora de lazos amistosos vaya surgiendo
Estos son algunos ejemplos para comprobar que los blogs no sólo no han desaparecido sino que nacen nuevos todos los días. Algunos incluso renacen desde las cenizas, luego de algún tiempo de parate necesario, como una necesidad latente. La de compartir, expresar, relacionarse y regalar. Y si alguien creía que con la aparición de Facebook y Twitter los blogs perderían razón de ser, puede quedarse tranquilo. Lo único que sucedió fue que las tres redes se asociaron para formar un combo imbatible en el mundo de la difusión de contenidos 2.0.
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{ensayo fotográfico} El campo, por Maira Gall Elegí como tema a fotografiar el campo, el lugar donde vivo desde hace 5 años. Desde que comencé a profundizar mi interés por la fotografía nunca pude capturar el espacio que me rodea de una forma que me haga feliz, traté de agudizar mi mirada y descubrí muchas texturas que fueron mi inspiración para esta serie fotográfica, también quise incorporar a un par de nuestros animales de campo, porque representan un poco la vida rural. Sé que debo a aprender a ver la belleza en este ambiente agreste y hoy me siento un paso más cerca
{Mujeres en el arte}
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Georgia O Keeffe
“No copio las cosas enteras, sino fragmentos, porque pinto lo que me parece importante o me hace sentir emociones dentro del todo”
Georgia O’Keeffe,Evening, 1916, Gift of the Burnett Foundation and the Georgia O’Keeffe Foundation, ©Georgia O’Keeffe Museum
por Carolina Araya Fotografías e imágenes: Georgia O’Keeffe Museum
Georgia O’Keeffe fotografiada por su esposo, Alfred Sleglitz. Fuente: Web del Georgia O’Keeffe Museum
Mujer menuda y frágil, con una profunda búsqueda y determinación. Georgia nació en una granja en Wisconsin, USA, en noviembre de 1887. Desde siempre supo que iba a ser artista, y a los 16 años empezó a estudiar arte para luego dedicarse a enseñar. Las ideas revolucionarias de Arthur Dow, (quien sostenía que el objetivo del arte era la expresión de los sentimientos y las ideas personales del artista a través de arreglos armónicos de la línea, el color y un sistema japonés de luces y sombras llamado Notan) la motivaron a trabajar sobre una serie de dibujos abstractos que hoy están considerados como lo mas innovador del arte americano de la época. Estos dibujos llegaron a manos de Alfred Stieglitz en 1916…y fue ahí cuando la vida de Georgia cambió para siempre. Tenía casi 30 años y Alfred 54. Fotógrafo de renombre y dueño de la galería 291 en Nueva York, Sieglitz era una especie de gurú del arte, apasionado promotor del arte moderno y un visionario de nuevas tendencias. Retrató a Georgia infinidad de veces y fue su mentor incondicional posicionándola en la comunidad artística. A pesar de las diferencias en sus vidas (Alfred era mucho mayor y además estaba casado), en una sociedad de principio del siglo 20, se enamoraron y se casaron en 1924.
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A partir del momento en que llegó a Nueva York, sus obras encontraron otra dimensión desde la figuración. Primero pintando vistas de la ciudad, y mas tarde empiezan a gestarse una de sus mas famosas imágenes: enormes fragmentos de flores, intensas y vitales, que llegan hasta lo mas profundo de quien las mira.
Georgia O’Keeffe, Abstraction White Rose, 1927, Gift of the Burnett Foundation and the Georgia O’Keeffe Foundation, ©Georgia O’Keeffe Museum
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Luego descubre el desierto. Nuevo Mexico se abre ante ella y sucumbe ante el encanto de lo infinito, de la austeridad y de los planos de colores en la naturaleza. Huesos, rocas, árboles, plumas, muros, paisajes desolados son los protagonistas absolutos de sus pinturas. Con el espíritu libre e intrépido, pasa largas temporadas pintando aquella región que la alimenta y la seduce. Un lugar que desde siempre sintió era suyo. La tierra, el aire, las estrellas… The faraway” como ella lo llamaba… Allí, la figuración del paisaje y los objetos se transforman en abstracciones vivas y contundentes. Tres años después de la muerte de Stieglitz en 1946, Georgia se instala definitivamente en Nuevo Mexico, en su casa de adobe. Pinta todo lo que le rodea, y tal es su comunión con su entorno que ”su capacidad para captar la esencia de la belleza natural del desierto en el Norte de Nuevo México, sus extensos paisajes de ese cielo, las ricas configuraciones del bello paisaje y sus formas arquitectónicas han dado a conocer ese ambiente como “Paisaje O´Keeffe.” “(Museo O´Keeffe) Continua trabajando hasta dos años antes de su muerte en 1986, a los 98 años.
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Entrevista a Lucííía Copello maestra en alimentacióóón viva
por Lucía Olazábal fotos del archivo personal de Lucía Copello
{Alimentación}
Lucía Copello llegó a mi vida en el momento justo. Después de casi veinte años de sostener una alimentación integral consistente en harinas integrales y no blancas, azúcar mascabo o miel, no lácteos y poca carne, y luego de dos años de no comer más carne, mi cuerpo empezó a pedir un nuevo ajuste, pero sin saber demasiado bien qué rumbo tomar. El primer cambio intuitivo que hice fue volver a dejar los lácteos y las harinas a un 100%. Pero ahí quedé. Una semana más tarde, el anuncio de una charla de algo llamado Alimentación Viva, atrajo mi atención y me cambió la vida. Doy fe de que a la semana de cambiar mi manera de comer, mi energía y mi ánimo eran otros. Hoy, a dos meses de practicar una alimentación más conciente siento que mi visión del mundo cambió. De alguna manera estaba dormida, y desperté. Lucia Copello es una maestra generosa, lógica, amorosa y abierta. A pesar de que aún no he asistido a sus clases, cada encuentro con ella es un rico aprender, no solo por lo que cuenta sino por lo que transmite mediante su hacer. Madre de dos inquietas chiquitas, sabe combinar todo su saber con una maternidad coherente. En tardes de muchísima charla, que incluyeron desde la técnica de aguja para hacer muñequitos de vellón, tejido a dos agujas y descubrir amigos en común, me fue contando cómo fue que llegó a este tipo de alimentación y cuales son sus enormes beneficios. En esta charla nos cuenta su día a día, su llegada a un nuevo tipo de alimentación -y disfrute- y su permanente deseo de aprender más y más para poder transmitirlo. ¿Qué es la alimentación viva? Los alimentos vivos son crudos, frescos, orgánicos (sin agrotóxicos) y veganos (nada de origen animal). Se los llama “vivos” ya que proveen al cuerpo de vitalidad, son fáciles de digerir y fortalecen el sistema inmunológico. Nos reconectan con nuestra esencia y con la naturaleza, revitalizando nuestra salud física, mental, emocional y espiritual. ¡A los pocos días de incorporarla podemos sentir los cambios! ¿Cómo llegaste a la alimentacion viva? Luego de años de enseñar alimentación Natural y Orgánica, sentí que había algo más vital para transmitir. Así fué como comencé a investigar, estudiar y a meterme de lleno con la Alimentación Viva, un tipo de alimentación muy poco conocida hasta ese momento en nuestro país. Con el espíritu inquieto que nos caracteriza, en el año 2010, mi marido y su socio de Organicoopers (www.organicoopers.net) deciden traer por primera vez a la Argentina al Dr. Gabriel Cousens (referente mundial en Alimentación Viva) para promover este tipo de alimentación y lanzar su primer libro en español (“Hay una Cura para la Diabetes”), que fue el disparador del desarrollo de esta alimentación en Argentina. Allí fui su asistente en el seminario que dictó junto a Marcela Tobal Benson (Maestra de alimentación del Tree of Life).
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¿Cómo te formaste? Con varios maestros e investigando y experimentando en forma autodidacta. Me especialicé con el Dr. Gabriel Cousens y Marcela Tobal Benson. ¿Qué cambios experimentaste en tu vida, física y emocional con la alimentación viva? Experimenté muchos cambios. En lo físico comenzás a sentir una liviandad, una energía y salud increíble que repercute en lo mental, ya que el cuerpo limpio, contribuye a una mente más pura, más clara, más quieta, más centrada. En lo emocional me siento más pacífica, tolerante, armónica ya que nuestro organismo deja de estar en conflicto consigo mismo al estar las células perfectamente nutridas y en paz, por ende esa paz se traslada a nuestras emociones también. La cantidad de químicos y de comida cocida y procesada crean un stress para el cerebro y el cuerpo. La comida “muerta”, desnaturalizada, cargada de toxinas, contamina la conciencia. La alimentación viva nos provee de más prana, la fuerza vital que nos hace sentir más elevados naturalmente, mejorando nuestra sensibilidad hacia lo Divino. Estos alimentos vivos contienen energía solar, la cual es absorbida por nuestras células, tornándola luz solar densificada. La luz afecta favorablemente nuestra conciencia. Cuanta mayor luz absorbamos y asimilemos, más conscientes nos volveremos. Somos seres de luz. Cuando comemos alimentos cargados de luz, traemos esa luz a nuestros cuerpos. Por supuesto que todo esto acompaña un estilo de vida consciente y coherente. ¿Cómo se lleva esta alimentación con la crianza de dos hijas que quizás conviven en un medio donde la alimentación es la tradicional? ¿Cómo responden? Con nuestro ejemplo y siendo flexibles. Cuando a un niño se le ofrecen alimentos saludables, naturalmente se vuelca hacia ellos. ¿Cómo es un día típico en tu cocina? Nos levantamos, tomamos jugo de limón con agua (nos limpia, depura y desintoxica), luego tomamos un licuado de frutas de estación al que le podemos agregar algún super alimento* y si necesitamos ingerir algo más sólido, siempre hay a disposición semillas, frutos secos y desecados y fruta, etc. También podemos consumir algún pan integral orgánico y sin gluten. La comida principal son ensaladas con diferentes verduras, hortalizas y brotes ( que no pueden faltar en ningún plato por la vitalidad y energía concentrada que nos aportan), quesos vivos, aderezos, acompañada opcionalmente por una pequeña porción de algún cereal (quinoa, arroz yamaní, mijo, etc) o legumbre (porotos aduki, garbanzos, lentejas, etc). La variedad de platos vivos es infinita, colorida y ¡muy sabrosa! *Un Super Alimento es un alimento super concentrado. Son alimentos 100% naturales que tienen la habilidad de transformar y potenciar nuestra salud a través de sus nutrientes. Se agregan a jugos, licuados, en la comida o simplemente en el agua. Estos son espirulina, maca, wheatgrass, gojis berries,polen.
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¿De qué manera se obtienen las proteínas necesarias con este tipo de alimentación? El gran mito: las proteínas en los alimentos NO crean proteínas en el cuerpo. Son los aminoácidos los encargados de crear proteína en nuestro organismo. Necesitamos consumir muy pocas cantidades de proteínas vegetales diarias (que son las que nuestro organismo puede asimilar y digerir). Algunos de los alimentos que nos aportan proteínas son: Verduras de hojas verdes, paltas, semillas germinadas, castañas, frutos secos, algas espirulina o verde azuladas, cereales integrales, legumbres, aderezos, leches, yogures y quesos de semillas, etc. Las proteínas deben consumirse crudas, ya que si se las cocina, la proteína asimilable es destruída. ¿Es mucho más caro alimentarse de esta forma? Otro mito. Definitivamente NO. Al incorporar alimentos genuinos que nos nutren, dejamos naturalmente de comprar los que nos intoxican y están vacíos de nutrientes. Con lo cual necesitamos mucho menos cantidad de alimentos ya que estos nos sacian y nutren mucho más (al ser naturales, integrales y vivos) y de esa forma gastamos mucho menos. Es un estilo de vida porque al comenzar con esta alimentación, naturalmente uno comienza a cambiar su forma de vida y dejamos de consumir todo lo que nos hace mal (alimentos, actividades, servicios, etc). Evitamos enfermedades, tratamientos costosísimos, etc. Dejamos de sostener un sistema que nos enferma. ¡Esta alimentación es económica, práctica y vital! Sólo tenés que experimentarlo.
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¿De qué manera se puede ir dejando una alimentación tradicional, basada en carnes, lácteos y harinas y azucares refinadas, por una alimentacion viva? Comenzando por pequeños-grandes cambios. Principalmente ir incorporando alimentos genuinos y reemplazando los que no lo son. Por ej: aceite de girasol común por aceite de girasol de primera prensada en frío orgánico, azúcar blanca por azúcar integral de caña o stevia, lácteos por leches, yogures y quesos de semillas, sal común por sal rosada o andina, y productos refinados por integrales.Y luego de a poco, con técnicas muy sencillas, elaborar diferentes platos vivos: sopas, tallarines, lasañas sin cocción, leches, quesos, brotes, crakers, pizzas, panes, tortas, postres, helados, mousses, bombones, ¡todo sin cocción!
Lucía con Gabriel Cousens, uno de sus formadores en la alimentación viva.
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Algunas recetas Leches vegetales De fácil elaboración y muy nutritivas, estas leches pueden ser consumidas por todos, siendo los más beneficiados, los niños y personas alérgicas. Obtendremos exquisitas leches vegetales a partir de semillas licuadas, con similares texturas a las de origen animal, pero con mejor sabor, mayor cualidad nutricional, alto poder vitalizante y ningún efecto negativo. ¡Solo necesitamos 1 licuadora! El procedimiento para elaborarlas es siempre el mismo: Activar* (remojar) las semillas o frutos secos toda la noche. A la mañana siguiente enjuagar , escurrir , licuar con un poco del agua y hacer una crema. Luego agregar el resto del agua y si queremos la colamos con lienzo de algodón o bolsa para leche exprimiendo muy bien. Colocar la leche nuevamente en la licuadora y agregar el azúcar integral de caña (mascabo) o stevia, extracto natural de vainilla (no esencia de vainilla), aceite y sal marina. También pueden agregarse a la leche especias como canela, nuez moscada, anís estrellado, cardamomo, algarroba rubia, algarroba oscura o cacao puro. Lo mismo vale para los Super Alimentos en polvo, espirulina, chlorela, algas verde azuladas , polen, gojis berries, maca , etc, lo que aumentará el contenido nutricional. La leche puede durar 2 o 3 días en una jarra de vidrio en la heladera. *El proceso previo de activación (remojado) de las semillas es necesario ya que no solo despiertan importantes procesos transformativos a nivel nutricional, sino que facilita el procesamiento, mejora la textura y optimiza su digestibilidad. LECHE DE ALMENDRAS 100 grs. de almendras remojadas 1 litro de agua Azúcar integral de caña orgánica a gusto Unas gotitas de extracto natural de vainilla 1 cda. sopera de aceite de girasol orgánico (optativo) 1 pizca de sal rosada o andina LECHE DE ALMENDRAS Y COCO 100 grs. de almendras remojadas 50 grs.de coco rallado 1 litro de agua Azúcar integral de caña orgánica a gusto Unas gotitas de extracto natural de vainilla 1 cda. sopera de aceite de girasol orgánico (optativo) 1 pizca de sal rosada o andina
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QUESO DE GIRASOL
MOUSSE DE CAJÚ
200 grs de semillas de girasol activadas aceite de oliva ajo fresco o en polvo provenzal cebolla de verdeo (opcional) jugo de limón Sal rosada o andina
200 grs de castañas de cajú activadas Azúcar integral de caña, dátiles descarozados o pasas de uva a gusto Extracto natural de vainilla Agua, cantidad necesaria Cacao amargo puro orgánico
Procedimiento: Procesar con minipimmer, procesadora o licuadora todo menos la cebolla de verdeo que se agregará al final.
Procedimiento: Se procesan o licúan todos los ingredientes juntos
HELADO VIVO 6 Bananas maduras y frutas a elección Procedimiento: cortar las bananas en rebanadas, disponerlas en separadores en capas bien distribuidas y freezar. Una vez freezadas sacarlas del freezer por 5 min , colocarlas en un bowl, agregarle el jugo de la naranja y procesar con la minipimmer. Quedará un exquisito y cremoso helado natural de banana! Opciones de gustos: Se puede hacer de distintas frutas de estación, freezándolas en trozos pero siempre con la banana de base que nos aporta cremosidad y dulzura. Probá hacerlo agregándole a la banana frutos del bosque, mango, durazno, frutilla o ananá! Queda exquisito!
Lucía Copello está dando cursos de Alimentación Viva en varios pueblos de la provincia de Córdoba, donde reside actualmente, y en Buenos Aires. Los próximos serán en Capilla del Monte, un intensivo a total beneficio de la escuela Waldorf de San Esteban, y en Buenos Aires en el mes de octubre, fecha a confirmar. El pago de todos sus cursos es a CONCIENCIA y el 10% de lo recaudado es destinado a dar de comer a niños y adultos de la calle. Para más información naturallu@yahoo.com.ar Cel: 011-1557326707 Tel: 034548-452321.
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A la hora de leer pequeññas reflexiones sobre los chicos y los libros
Textos y fotografías: Luisina Serenelli
{Crianza}
Mientras más crecen mis niños, más siento la necesidad de hacerme preguntas con respecto a la literatura. ¿Qué leen los niños?¿Es NECESARIO que lean?¿Es BUENO que lean?¿Qué deberían leer? Soy cuidadosa con este tema, como toda madre -y más por mi (de)formación profesional- mi sueño es que mis dos niños amen los libros, que los disfruten, los elijan más que a cualquier otro entretenimiento. Pero tengo claro que no necesariamente esto ocurrirá. Y entonces me pregunto cuál es el camino más respetuoso de acercamiento a las lecturas, a ese objeto maravilloso que es el libro. Porque tampoco quiero dejar de acompañarlos en la aventura de elegir la lectura como una actividad recreativa interesante y, tal vez, una de las más transformadoras de la vida. Me gusta acompañar el descubrimiento de la lectura sin imponer y sin expectativas hacia los gustos de cada niño al seleccionar sus preferencias. Muchas veces leo o escucho acerca de los peligros de los cuentos tradicionales, por su crueldad o porque son demasiado sanguinarios. La verdad pienso que las opiniones son eso: opiniones, y que no habría que hacer o dejar de hacer nada. Por otro lado, los cuentos tradicionales desbordan de fantasía, en sus páginas encontramos ogros, hadas, seres monstruosos, maldades inauditas, sufrimiento, situaciones que pueden ser atormentadoras, pero también la magia de las palabras que han permanecido sujetas a un relato durante muchísimo tiempo. En general, los mismos niños marcan el camino hacia las historias que más les interesan. Los cuentos tradicionales son bellos y hasta han sido tema de sendos libros -desde el clásico de Bruno Bettelheim hasta el maravilloso Mujeres que corren con los lobos, que hace un análisis de los cuentos populares desde la psicología jünguiana, escrito por Pinkola Estés-, y en sus historias vemos arquetipos sociales que ayudarán a los niños a diferenciar lo bueno de lo malo. Por eso en los cuentos populares los buenos son buenísimos y los malos, malísimos.
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Claro que tienen cuestiones que pueden no gustarnos, en mi caso, me molesta el sexismo de algunos cuentos tradicionales. Pero también lo veo como una gran oportunidad para explicar cómo las sociedades han cambiado y por qué hoy en día el rol de la mujer es distinto. Es cierto que hoy por hoy hay una gran diversificación del material editorial para niños. Personalmente, me gustan los libros bellos, con historias que abran el juego de la imaginación. Pero también historias que le muestren al niño mundos distintos al propio, como manera de abordar la cuestión de la otredad y el extrañamiento que nos producen las diferencias culturales. Me baso siempre en no prohibir ni exigir ningún libro. En general, cuando vamos a la librería, propongo algunos libros y dejo que Guillermina -mi hija- elija otros de manera autónoma. A veces termino comprando algún título del tipo “Joaquín aprende a lavarse los dientes”, pero entiendo que la libertad de elección tiene un costo y un beneficio. El costo lo pago yo, el beneficio se lo lleva ella. Muchas veces, al leer el libro que eligió por sí misma puede hacer una crítica de eso que lee. Entiende perfectamente que muchas veces las historias que lee se basan en el “adoctrinamiento” y, si bien gran cantidad de veces me los hace comprar, después no los elige al momento de la lectura. Muchas veces me preguntan si pienso que es el “momento” para leer tal o cual libro famoso. Contesto lo que yo opino con respecto a todo libro: el “momento” de leerle algo a un niño es aquél en el cual el chico quiere realmente escucharlo. Podrías tantear contarle la historia oralmente y preguntarle si quiere que le leas “el que está escrito”. Hay chicos que amarán y entenderán algunas narraciones desde los 2 años y habrá otros a los que nunca les gustarán, diga lo que diga la gente.O tal vez entenderán el sentido de ese texto que mamá leyó, muchos años después, cuando algo haga click y logren armar el rompecabezas que propone toda historia.
Algunos de nuestros libros
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¿Y si queremos proponer, pero no sabemos qué? Mi sugerencia es, siempre, empezar por los clásicos. Y cuando hablo de clásicos no me refiero solo a los cuentos tradicionales, sino a aquellos libros que han sobrevivido en el tiempo que han logrado permanecer durante varias generaciones: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, El principito, Donde viven los monstruos, La Odisea o La Ilíada si conseguimos buenas versiones para niños, las leyendas de cualquier procedencia suelen llamarles mucho la atención, El llamado de la selva cuando ya se están despidiendo de su infancia, puede ser una buena propuesta. Hay muchas alternativas, pero algunos consejos a la hora de seleccionar (cuando seleccionamos nosotros) son: controlar las versiones, sobre todo en el caso de las traducciones de otros idiomas, pero también en los cuentos populares revisar que las versiones sean más o menos las conocidas porque últimamente he visto muchas ediciones en donde se les cambia el final por algo más “trivial”. Por ejemplo, hace poco, hojeando en una librería descubrí una versión de “El soldadito de plomo” en donde todo terminaba bien ¿qué sentido tiene la historia si el soldadito no arde de amor en la chimenea, junto a su bailarina de papel? Otra opción es leerles fragmentos de nuestros propios libros, de textos que nos hayan apasionado, de algún cuento que nos haya marcado. Es una aproximación a otro tipo de literatura, amplía su mirada y les diversifica las posibilidades. No te obsesiones por si se rompen, es muy probable que pase, acá de los primeros quedan algunas hojas sueltas. Manipular los libros, tocarlos, llevarlos, traerlos, meterlos a presión en una mochila que mide la mitad que el libro, incluso pintarlos, forman parte del aprendizaje de cuidarlos. El chico que a los 7 u 8 años rompe un libro, probablemente nunca pudo romper uno a los 3. Eso tampoco significa que voy a dejar que busque la tijera y recorte todos los libros. Pero sí, dejarle algunos aparte con los que pueda experimentar y reservar los más frágiles para una lectura compartida. Algo que hicimos mucho en casa fue comprar durante un tiempo revistas infantiles en donde nuestra hija pudiera despacharse a gusto porque, para qué vamos a negarlo, el papel es tentador. Y si hay una fibra cerca ¡ni te digo!
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Y por último, esperar que un chico lea si nadie de la familia lee, es como esperar que tu hijo coma verduras sin que vos las pruebes. No sé si es fundamental leer, pero sí sé que si quiero que mi hija disfrute de la lectura tiene que ver primero a sus padres interesados en los libros. Y bueno, en mi caso, a mi me interesan en serio y por eso no me cuesta ese acercamiento, pero si en casa no son muy lectores, tal vez se puede probar con dejar materiales de lectura diverso al alcance de los chicos. Guillermina con 4 años y medio ya sabe qué va a regalarme para mi cumpleaños: “a mami le vamos a comprar un libro, papi, porque es lo que a ella le gusta, siempre anda con los libros de acá para allá”. Y es gracioso ver cómo ella también anda con los libros de acá para allá.
Algunos clásicos para padres: - Gramática de la fantasía, Gianni Rodari - Piscoanálisis de los cuentos de hadas, Bruno Bettelheim - Mujeres que corren con los lobos, Clarisa Pinkola Estés - Realidad o fantasía, o cómo se construye el corral de la infancia, Graciela Montes
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{DIY}
Dossier DIY
Tus lรกpices forrados por Mariana Ciliberto
Vas a necesitar a-un lápiz o birome que quieras forrar b-jabón o detergente c-vellón de lana de colores d-agua tibia (caliente de la canilla) e-plástico de embalaje (con burbujitas de aire) o cualquier superficie con textura (esterilla por ejemplo) f-repasador, para secarte las manos!
Paso a paso Vamos a forrar un lápiz dejándole como unos penachos arriba. Entonces armamos con la lana una “camita” mas o menos del tamaño del lapiz. Esta camita consta de dos capas finitas, perpendiculares entre si. O sea, primero hacés una capa horizontal, y luego una capa vertical sobre la primera. Fijate bien de cubrir todos los posibles agujeritos. ¡Que sea pareja la camita!
Con tus manos, achatá las capas para sacar un poco el aire que queda entre la lana. Luego, salpicá la lana con el agua caliente agregando un poco de jabón o detergente (podés, por ejemplo, poner unas gotitas de detergente a un bowl con el agua caliente. O alternar tus manos entre el jabón y el agua para lubricar tus manos y enjabonar tambien la lana. No necesitas mas que tus manos para hacer como una lluvia de agua sobre la lana. No tires el agua directamente sobre la lana o van a salir todas las fibras flotando!). 53
Lentamente, empezá a enrollar la lana sobre el lapiz. Yo quiero hacerle unos “flecos” o penachos al mío, así que dejo parte del lápiz sin forrar y dejo lana por arriba que se enrrolla sobre sí misma, sin lápiz. Vos podes hacer lo mismo, o directamente cubrir todo el lápiz.
Mojá tus manos y enjabonátelas con tu jabón para poder agarrar el lápiz forrado.
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Empezá a afieltrar masajeando lentamente como si estuvieras amasando o haciendo choricitos de masa. Mantené tus manos húmedas y enjabonadas para que role el lápiz más fácilmente.
Cuando sientas que las lanas estan empezando a afieltrarse y no se mueven mucho, con el trabajo enjabonado, pensá en qué cosas querés agregarle para adornarlo. Por ejemplo, lanas, rulos de lana cruda, fibras de seda, lino, bambú. Bueno, básicamente cualquier cosa que te guste y que se pueda afieltrar sobre un lápiz.
Yo elegí un poco de vellón en un color que contraste con el de la base. Y lo enrosqué en un sentido. Usé también una fibra de bambú hilada a mano, y teñida con palo campeche. Esta la enrosque para el otro lado. Seguí afieltrando con movimientos suaves, como los de amasar, de los pasos anteriores (8)
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Seguí así hasta que veas que las fibras o lanas que agregaste de adorno estan bien agarradas, y el vellón bien afieltrado, eso es, apretado contra el lápiz siguiendo su forma. Si lo notás sueltito, si notás que el lápiz adentro se mueve mucho, entonces mas agua calentita y jabón; y otro rato de amasar.
Cuando esta firme el fieltro, enjuagá rapidito bajo una canilla. No conviene dejar el lapiz en remojo porque, bueno, ¡se arruina el lápiz! Dejalo secar al aire libre si es posible y luego ¡a usarlo! Ideal para hacer con chicos, o para regalárselos, o para disfrutar una nomás...
Idea, fotografías y realización: Mariana Ciliberto de www.florcita.eu para Revista Mots. NO COPIAR NI REPRODUCIR SIN NUESTRA EXPRESA AUTORIZACIÓN O LA DE SU AUTORA.
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Lucia Olazabal Blog http://www.eralamaga.blogspot.com.ar/ Blog http://www.fotosdeados.blogspot.com.ar/ Flickr http://www.flickr.com/photos/era-la-maga/ Pinterest http://pinterest.com/eralamaga/ Victoria Pichel Blog www.lemondeesthetique.blogspot.com.ar Blog http://pieldegallina.blogspot.com.ar Blog http://www.fotosdeados.blogspot.com.ar/ SMYS http://showmeyourshoes.tumblr.com/ SMYBhttp://showmeyourbooks.tumblr.com/ Flickr http://www.flickr.com/photos/victoriapichel/ Luisina Serenelli Blog http://www.deamorydecasualidad.com.ar/ Sitio web: http://amorycasualidad.wix.com/fotografia Flickr http://www.flickr.com/photos/luisinaserenelli/ Pinterest http://pinterest.com/luisinas/? Carolina Araya Blog http://apartirdevincent.blogspot.com.ar/
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{Agradecimientos} Nos sentamos, cada una en su casa, frente a su monitor, acompañadas de un mate o un té, música, sonido de niños jugando, cotidiano que reclama.... ¡Ya estamos en la recta más que final! A punto de dar un click decisivo que nos cambia para siempre. Es el momento de mirar un poco atrás, de observar este trecho de meses en los que nos iniciamos en algo tan nuevo y diferente. En el medio de este aprendizaje nos peleamos y amigamos sucesivamente con las palabras, complicados programas de edición y diseño, nombres, tipografías y los virus típicos de todo invierno. Hicimos y deshicimos mil veces, gastamos el correo electrónico, nos llenamos de dudas y volvimos a la carga, con el objetivo único de terminar un proyecto que empezó a gestarse en marzo de este año. No lo hicimos solas. Estuvimos contenidas, apoyadas y “soportadas” por todo nuestro entorno. Por eso queremos ofrecerles un gracias gigante a nuestras familias y amigos. Gracias por estar. Gracias por sostener. Gracias por agradecernos. Gracias a Abril y Ana Pearson, por escuchar sugerencia tras sugerencia de nombres probables y aportar opiniones. Gracias a Mariana Ciliberto, que se sometió con una paciencia infinita y un buen humor único, a los millones de correos y acosos via chat, Twitter y Facebook para preguntarle, consultarle y pedirle. Gracias a Lucía Copello por su gran generosidad al momento de compartir todo su saber. Gracias a Carolina Araya por colaborar con su nota sobre Mujeres en el Arte. A Maira Gall por su buena onda, sus rápidas respuestas, la foto de tapa y su hermoso trabajo para nuestra sección “Ensayo fotográfico”. Y un gracias muy especial a toda la comunidad online por ser fuente infinita de inspiración y compartir y sostener generosamente un estado de asombro hacia toda la maravilla que el mundo nos ofrece cotidianamente. Por y para ustedes, a partir de hoy, somos Mots.
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Nos encontramos en diciembre...
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