El Mate - Especial Elecciones

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PARA COMPARTIR LAS NOVEDADES DE LA FACULTAD

Elecciones 3,2,1 Las vísperas electorales son uno de los momentos del año donde la militancia estudiantil puebla la facultad, sus aulas y sus pasillos. Año tras año las diversas agrupaciones ...

Relato de un (des) Encuentro Mochila lista, banderas cargadas y remeras nuevas, estábamos todas preparadas para partir rumbo a Salta al Encuentro Nacional de Mujeres. Las expectativas habían ido creciendo...

Educación y resistencia: Que la próxima decana el triunfo de Bolivia sea trans La coyuntura electoral en Bolivia nos sirve de excusa para hablar sobre educación, uno de los pilares de los proyectos políticos latinoamericanistas que...

La discusión que se abrió en la Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación en relación al papel que cumplen los baños públicos en nuestra sociedad ha dejado en...


Elecciones 3,2,1...

Por Agustín “El Flaquito”

Las vísperas electorales son uno de los momentos del año donde la militancia estudiantil puebla la facultad, sus aulas y sus pasillos. Año tras año las diversas agrupaciones y alianzas, ponen en tensión diferentes elementos de la política universitaria y nacional. En el 2012 por ejemplo, después de dos años donde el CEHCE había sido conducido por Utopía, se conformó “El Frente por un nuevo Centro”, quien logró imponer el debate sobre qué modelo de Centro de Estudiantes se estaba proponiendo desde las diferentes listas y sobre este eje se debatió en las cursadas por varias semanas. Pensando entre todos, qué función y qué organización tenían que tener las instancias que componen al Centro de Estudiantes como asambleas, la gestión de los servicios y demás. En aquellas elecciones El Frente se impuso en una muy polarizada elección. Un año después, en el 2013, al darse las elecciones estudiantiles en medio de las elecciones legislativas, el debate giró en torno a la relación entre el Centro de Estudiantes y el gobierno nacional, postulando a El Frente como una opción con marcada independencia del gobierno y a Utopía como una alternativa kirchnerista y aliada a la gestión de la UNLP. El giro a la derecha en la campaña de Insaurralde y demás candidatos del Kirchnerismo contribuyó a la derrota de Utopía y colocó por segundo año consecutivo a El Frente en la conducción del Centro. Este año, con El Frente dividido pareciera que el eje es discutir lo menos posible. Utopía, que tiene el escenario más claro de cara a la elección, parece no poder volver a ganarse la confianza de los estudiantes, al no despegarse nunca de ninguna de las políticas regresivas de los últimos años del gobierno kirchnerista ni de ninguno de sus dirigentes, como Scioli o Berni. Quiso golpear tímidamente al Aule con la denuncia por la falta de 65.000 en los servicios, pero muchos de los estudiantes recuerdan la falta de transparencia cuando ellos mismos lo conducían dos años atrás, cuando jamás publicaron un balance serio y nunca explicaron como realizaban la selección de becados. Por su parte, el Aule, quien aún es la presidencia del Centro, se largó a llamar a la unidad de las organizaciones de izquierda, aunque solamente por el momento pareciera que conformará un frente, como en la FULP, con el Partido Obrero. Por su parte Lupas, organización que conformaba El Frente ha largado su campañas cada una por su lado queriendo rescatar algunos elementos que han sido propios de la conformación de El Frente y el modelo que allí se proponía. Por último, el resto de las organizaciones kirchneristas parecen haberse quedado en 7 y 48, ya que por el momento no han mostrado señales de estar por arrancar su campaña. Sí podemos decir que se logró instalar un debate en torno a las elecciones, y este fue alcanzado por el grupo, que dice representar a sector de los estudiantes que prefieren que la política estudiantil se discuta de otra manera o que directamente no se discuta, sumando este año el reclamo por la quita de los carteles de las barandas y más presencia de la guardia edilicia. De todos modos y a pesar de los prejuicios que puedan generarnos estudiantes de Cs Sociales que piden más seguridad en el predio, desde El Mate creemos que es importante que sí estemos pensando cómo deben realizarse las elecciones estudiantiles y cómo poder producir serios debates en torno a las distintas propuestas. También creemos que para que esto pueda realizarse es indispensable el compromiso de las ambas partes, de las organizaciones políticas y del resto de los estudiantes no agrupados, ya que las elecciones son un momento que, aún desde distintos espacios, nos incluye a todos y lo que allí se decide es algo que va a repercutir directamente en la trayectoria de todos los estudiantes. Entendemos que la solución a esto es simple, las agrupaciones deben tomar el compromiso de debatir maduramente y el resto de los estudiantes tiene que tener una mayor predisposición para poder decidir responsablemente quien quiere que conduzca nuestra herramienta gremial.

(Foto de portada) El 25 de noviembre fue declarado el Día Internacional Contra la Violencia hacia las mujeres en el primer Encuentro Feminista para América Latina y el Caribe, celebrado en Bogotá (Colombia) en 1981. En el Encuentro las mujeres denunciaron sistemáticamente la violencia de género, desde agresiones domésticas a violaciones y tortura sexual o violencia de estado. Y estaban en el recuerdo las hermanas Mirabal asesinadas un 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Rafael Trujillo en la República Dominicana, donde son todo un mito al igual que en el resto de América Latina. La propuesta hecha por este Encuentro fue reconocida oficialmente en 1999 por la Naciones Unidas como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las mujeres. ¿Quiénes eran las hermanas Mirabal? Patria (n.1924), Dedé (n. 1925), Minerva (n. 1926) y María Teresa (n. 1935) Nacieron en Ojo de Agua en la República Dominicana. Eran activistas políticas y símbolos muy visibles de la resistencia a la dictadura de Trujillo. Fueron encarceladas repetidamente por sus actividades y por su conciencia crítica y sus opiniones en contra del dictador y en defensa de la democracia y la justicia. Las hermanas Mirabal también son conocidas y se las representan como las Mariposas. Este era el nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía de Trujillo. El 25 de noviembre de 1960 tres de las hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa fueron asesinadas por miembros de la policía secreta de Trujillo. Las tres volvían junto con Rufino de la Cruz a Puerto Plata de visitar a sus maridos encarcelados. La noticia de estos asesinatos conmovió y escandalizó a la nación dominicana e impulsaron el movimiento antitrujillo. Finalmente este fue asesinado en 1961 y su régimen cayó poco después. Las hermanas se han convertido en símbolo de la resistencia, tanto popular como feminista. Sus vidas han sido conmemoradas en poemas, canciones, libros y películas. En la década de los noventa, la escritora dominicoamericana Julia Alvarez titula su novela, basada en la vida de las hermanas Mirabal, "Tres heroínas y un tirano". De este libro se hizo en el año 2000 una película, "En el tiempo de las mariposas", una de cuyas protagonistas era Salma Hayek", siendo el director el español Mariano Barroso. El 8 de marzo de 1997 se inauguró un mural en el enorme obelisco que Trujillo había erigido en su propio honor en Santo Domingo, en la pintura mural del obelisco se ven imágenes de las cuatro hermanas y se titula "Un canto a la Libertad" (bonita ironía).


Relato de un (des) Encuentro Por Florencia Musante Mochila lista, banderas cargadas y remeras nuevas, estábamos todas preparadas para partir rumbo a Salta al Encuentro Nacional de Mujeres. Las expectativas habían ido creciendo a medida que se acercaba la fecha, y ese día, el viernes 10 de octubre, las 20 viajeras rebalsábamos de ganas y ansiedad. La mayoría militantes de Surcos, más algunas amigas y compañeras cercanas que también se sumaron. Ajustando los últimos detalles, finalmente partiríamos separadas: por cuestiones organizativas, un primer grupo salía a las 14hs, con ocho compañeras, y las otras doce saldrían a las 16hs. No era lo mejor empezar separadas, pero como viajábamos con otras organizaciones, y en medio de tanta algarabía, no le dimos mayor importancia. Tampoco teníamos mucha opción. Yo salí en el primer grupo, y ya a los 100 kilómetros de La Plata armamos el primer fernet con coca, y entre canción y canción empezamos a sentirnos parte de la lucha feminista. Los nervios aparecieron entrada la tarde, cuando nos enteramos que el otro grupo todavía no salía. Al parecer, los micros se habían retrasado, y las chicas seguían esperando en la vereda platense. Las veintipico de horas que nos separan de Salta hacían inminente la salida. Cada minuto que pasaba era uno menos en el tan esperado encuentro. Se hizo de noche y la espera seguía. En unas horas, nos decían… Pero los micros nunca llegaron. Creímos al principio que era un fraude de la empresa, pero muchos otros micros de distintos lugares del país tampoco salieron. Centenares de compañeras no pudieron viajar. Entramados de poder que juegan por detrás. El rol de la Iglesia, las molestias de la policía. No sabemos bien que pasó, nunca dieron respuestas. Pero es claro que muchos privilegios se ponen en jaque y no son pocos los incómodos ante la fuerza que va tomando la lucha de las mujeres. Las que íbamos en el micro, no sabíamos muy bien qué sentir. La suerte de estar en camino se mezclaba con la tristeza de cada compañera que se quedaba, de cada una de las chicas que como nosotras, estaban hace meses esperando el evento. Llegamos a la ciudad salteña el sábado al mediodía, con un sol que partía la tierra y con un gusto agridulce entre emoción y tristeza. Pero ya estábamos allá, y ahora se trataba de vivirlo lo mejor posible. Nos acomodamos en la escuela donde dormiríamos y arrancamos rumbo a la plaza principal. Al grito de “Salta decime que se siente, tener en casa al nacional…” recorrimos las primeras calles de una ciudad invadida por mujeres de todos los colores. Había en el aire alegría y entusiasmo, ganas de debatir y demostrar por qué estábamos allí. En nuestro pequeño, ahora pequeñísimo grupo, ninguna había ido a un encuentro

anterior. Fue la primera vez para todas. Así que el entusiasmo se potenciaba con la incertidumbre y las expectativas de cada una. Habíamos decidido ir un poco por curiosidad colectiva, un poco porque el grupo empezó a zambullirse en cuestiones de género, un poco por elecciones propias. Así que con distintos criterios, elegimos los talleres a los que iríamos. Con múltiples temáticas, cada taller propone abordar un aspecto distinto siempre enfocado desde la mujer. Así, por ejemplo, una puede entrar en “Mujeres y sexualidad”, “Mujeres, poder y política”, “Mujer y derechos humanos”, entre muchos otros, para zambullirse en un intercambio que dura dos días, y que tiene mucho de novedoso. Los talleres están pensados como espacios horizontales, abiertos y democráticos, en los que una coordinadora tiene como función moderar la palabra, pero sin ningún otro tipo de autoridad. Se busca que todas las mujeres que participan puedan hablar, decir lo que piensan, compartir experiencias y opiniones sin censura alguna ni restricciones. Para los que estamos muy acostumbrados a la lógica de la facultad, cuesta entender cómo se puede abrir un debate entre cuarenta personas sin que nadie exponga, sin que haya una palabra más autorizada o más legítima que otra, sin que exista una planificación o un camino a seguir. En los talleres del ENM, importa respetar el tema que nos convoca, pero cada una dice lo que le parece, interviene a su manera, lleva la discusión para un lado, o la reorienta para otro, responde, debate, confronta. Siempre respetando a la otra, lo que se hace es cien por ciento política. A eso fuimos, y llenas de eso volvimos, de política. Y es espectacular que esa discusión se pueda dar con mujeres que vienen de caminos tan distintos. Mujeres blancas, negras y mulatas, de clase alta y de sectores populares, de derecha, troskas o kirchneristas, profesionales, amas de casa campesinas. En fin, mujeres que llevamos

banderas, ideologías y trayectorias muy diversas, pero unidas por el hecho de ser mujeres. Y mujeres que quieren luchar por cambiar el lugar que tenemos en esta sociedad, mujeres que salimos a las calles para darle pelea a un patriarcado que nos oprime, que nos viola y que nos mata. Como dijo una de ellas en el acto de inauguración “Alcen sus banderas pero unámonos todas en esta lucha, es la única manera”. No sólo en los talleres, cada momento del encuentro es profundamente político. La marcha que se hace históricamente el día domingo, es la parte más imponente. Recorriendo las calles de una ciudad - no por casualidad profundamente conservadora, marchamos las 40 mil mujeres durante más de tres horas, entonando cantos y frases luchadoras. Con el aborto legal como protagonista, caminamos, cantamos, saltamos y gritamos bien fuerte lo que le queremos decir a la sociedad y al mundo. Es impresionante la fuerza de esa marcha. Tantas mujeres juntas, tantas ganas de alzar una voz que quiere ser escuchada, tanta unión en una inmensa diversidad. Y llegando a la catedral, el famoso tetazo, símbolo escandaloso de la liberación femenina. No pueden quedar afuera de este relato, las noches del ENM, porque divertirnos y bailar también puede ser político, así que al son de “Las conchudas” pasamos dos noches muy divertidas de cumbia feminista. El próximo será en Mar del Plata, y si otra vez los micros no aparecen, llegaremos a dedo, volviendo a cantar “Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina”. “Luchamos por la izquierda y desde abajo, que se cuiden los machistas, somos brujas feministas” “Opus Dei que facho que sos, apoya dictadura, impone mano dura, en nombre de dios. Cristo Rey, vos no jodas mas, volvé con tu familia que te espera la biblia, dejá coger en paz. Dejate de joder vos sos antiabortista, vos sos fundamentalista, las mujeres queremos decidir, y la iglesia se tiene que ir”


EDUCACIÓN Y RESISTENCIA: EL TRIUNFO DE BOLIVIA Por Daenerys T. La coyuntura electoral en Bolivia nos sirve de excusa para hablar sobre educación, uno de los pilares de los proyectos políticos latinoamericanistas que se han puesto a la tarea de construir nuevos márgenes institucionales, capaces de desplazar la abigarrada red de injusticias sociales –de género, clase o etnia – que surgieron como resultado de antiguas prácticas de despojo, acentuadas dramáticamente con las reformas neoliberales de los años noventa. La educación no es una problemática secundaria que pueda diluirse fácilmente tras las elecciones del 12 de octubre, básicamente porque las reformas educativas en nuestros países son entendibles a la luz de un proyecto regional de largo aliento, donde podemos encontrar dos grandes modelos políticos en tensión: uno que apunta al reconocimiento de la pluralidad para facilitar el camino a la integración regional (Bolivia, Argentina, Venezuela), y otro que por el contrario reafirma la educación al servicio del mercado y ratifica la dependencia cultural del bloque hegemónico (Chile y Colombia). Antes de la asunción al mando de Evo Morales, Bolivia transitó por tres proyectos educativos nacionales que se expresaron en sendas legislaciones. El primero fue decretado en 1905 tras el tratado de “paz y amistad” con Chile, por el cual se cercaba política, económica y culturalmente al Prometeo de Los Andes poniéndolo de espaldas a Antofagasta, alejado del Océano Pacífico. Valga anotar que uno de los objetivos principales de la reforma educativa del presidente Ismael Montes fue la erradicación de las lenguas indígenas concebidas como bárbaras. Después de cincuenta años de pleno dominio político de las oligarquías terratenientes, la Revolución del 52 explotó en sus manos como una conquista de las mayorías populares: se nacionalizaron las minas, se avanzó en una reforma agraria y se desarrolló un plan de industrialización; en 1955 se promulgó el Código de la Educación Boliviana que buscaba democratizar la

enseñanza estableciendo su carácter regular y sistemático, mas la suma de tres esferas educativas básicas: la extra escolar, la de adultos y la especial. El peso del discurso de la unidad nacionalista impidió que se visibilizara el reconocimiento de la demanda de pueblos/naciones. La tendencia castellanizante no fue puesta en tela de juicio. Una de las distinciones que introdujo el Código fue la existencia de la dualidad entre Sistema Educativo Urbano y Sistema Educativo Rural. En realidad lo que entraña esta distinción era la tensión entre las castas urbanas -alejadas conscientemente de los estratos populares- y los pobladores rurales indígenas y campesinos. A pesar de lo anterior, es imprescindible destacar que en este periodo la promoción del derecho a la educación implicó la creación de más escuelas y el aumento de la matrícula educativa especialmente en el nivel primario, lo cual expresó un avance de las demandas populares. En 1968 Barrientos terminaría por finiquitar toda pervivencia del proyecto educativo de la revolución. Conocidos los aciertos y errores del Código del 55, su marcha atrás fue percibida como una derrota, tanto más tras las reformas neoliberales de los años noventa que lanzaron a la desocupación y el trabajo terciarizado a miles de bolivianxs. Es bien sabido que el saqueo además de apropiarse de los recursos naturales, de la libertad de los hombres y mujeres, buscó apoderarse de la cultura que durante siglos ha anidado el espíritu de la histórica resistencia boliviana. Con estos antecedentes, bajo la insignia de la globalización se firmó el tercer proyecto en 1994. Con Evo Morales a la cabeza de un gobierno socialista e indigenista se problematizó la naturaleza cultural de las políticas educativas, como queda expuesto en la reforma del 2006, que contrapone las perspectivas homogeneizantes de la élite boliviana y las demandas culturales de los pueblos indígenas originarios. Por ejemplo, la lengua española -que fue impuesta como

Eduardo Galeano: Los hijos de los días “12 de octubre”

“En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y lo vestido, y había mandado que fuera quemado vivo a quien adorara al sol y a la tierra y a la luna y a la lluvia que lo moja.”

castigo a la población tras el fracaso de la rebelión de Túpac Amaru y Túpac Katari a fines del siglo XVIII- es un tema clave vinculado a las luchas por el reconocimiento del carácter plurinacional del territorio boliviano. Por lo demás, el nuevo texto constitucional define a la educación “como una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado y declara la obligatoriedad de la educación hasta el bachillerato inclusive. La baja tasa de escolarización y la falta de incentivos para evitar la deserción siguen representando problemas graves. Para combatirlos se han tomado algunas iniciativas como la creación de Profocom, un sistema de enseñanza educativa superior que otorga desde hace dos años oportunidades a los bolivianos de ampliar sus estudios. Gracias al sistema en el 2016 Bolivia tendrá 140 mil profesores listos para optar a maestrías y doctorados. Por otra parte, el gobierno decidió aumentar este año a un 8,7 % de su PIB la inversión en educación, el segundo porcentaje más alto de América Latina y el Caribe después de Cuba, que destina un 12 %. Queremos finalizar recordando que la educación para la emancipación es un proceso inacabado. Aunque por lo pronto no encontremos a las universidades bolivianas compitiendo en tal o cual certamen –encabezados irónicamente por las chilenas a pesar de que la alta conflictividad estudiantil desmienta la vanagloria de sus alcances-, estamos segurxs que las progresivas transformaciones en la materia abren las puertas al desarrollo de un pensamiento crítico, acorde a un modelo cultural adverso al proyecto cultural hegemónico en constante derrota, como lo vimos con la reelección del gobierno indigenista el pasado 12 de octubre.


Que la próxima decana sea trans Por Agustín Autóctono La discusión que se abrió en la Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación en relación al papel que cumplen los baños públicos en nuestra sociedad ha dejado en evidencia la importancia inaplazable que tiene el abordaje de las temáticas vinculadas al género. Con una gran predisposición para el debate por parte de la gran mayoría de lxs estudiantes, nuestra Facultad fue el escenario de una amplia discusión que contempló varios ejes que los distintos feminismos han desarrollado durante décadas; en ocasiones con un buen sustento teórico de fondo, en ocasiones sólo desde las experiencias personales, pero muchas veces también complementando estos dos aspectos, toda la comunidad académica abordó discusiones en torno al patriarcado, la heteronormatividad, los roles de género, el binarismo, etc. El resultado de la campaña fue notablemente productivo por varios motivos: en principio, porque la facultad entera se vio involucrada en un mismo debate que llegó a todos los espacios de lxs estudiantes y otros claustros, situación que no se daba desde hace mucho tiempo. Además, porque logró reflotar un eje de discusión que pocas

veces ha sido puesto en un primer plano en la facultad. Esto no quiere decir que en Humanidades sea inexistente este debate; por suerte, contamos con estudiantes siempre predisupuestxs a dar esta pelea en los distintos espacios de participación, contamos también con docentes especializadxs en el tema que buscan profundizar la perspectiva de género desde su cátedras, talleres o seminarios. Pero todavía falta mucho para poder construir entre todxs una institución académica que aborde estas temáticas de manera troncal, como un eje ineludible de cada programa de las materias, de los planes de estudio, etc. Aún pueden verse en algunos sectores muchas

resistencias, negando así los siglos de opresión que han sufrido las mujeres y las identidades disidentes a lo largo de la historia. También existe otro sector de estudiantes, organizaciones y docentes que se dicen feministas o tener “conciencia de género” pero se limitan a lo meramente discursivo y no demuestran una verdadera voluntad transformadora. Es por eso que el debate acerca de la tan naturalizada división binaria de los baños ha sido de verdadera importancia para nuestra facultad. Quedó demostrado también durante la última asamblea estudiantil, donde el proyecto fue aprobado por amplia mayoría, con la excepción de algunas organizaciones que creen estar “corriendo por izquierda” el proyecto, tildándolo de reaccionario y argumentando que “retrasa la lucha”, lógica que también utilizan algunas de estas organizaciones, por ejemplo, cuando se oponen a la difusión del uso del misoprostol para la interrupción voluntaria del embarazo. Conseguir de una vez por todas que el aborto sea legal, que se erradique la violencia hacia las mujeres, que el

reconocimiento y ampliación de derechos de las identidades disidentes sean verdaderos, son luchas que debemos encarar con seriedad, con compañerismo y sin p o s t e r g a r absolutamente nada: las lógicas patriarcales se refuerzan minuto a minuto y deben combatirse todos los días. A esta altura, con numerosos debates de por medio, con el apoyo de una enorme cantidad de estudiantes, organizaciones y de distintos claustros, está claro que los baños así constituidos excluyen a quienes no se perciben como varón o mujer, así como también resulta evidente la manera en que la arquitectura y las tecnologías de género refuerzan la idea de cómo debemos comportarnos las “damas” y los “caballeros”, cuestión que nos empuja y nos hacen reproductores de la naturalización del binarismo, la asimetría de géneros, la opresión y el patriarcado en todos sus aspectos. Hay que c o n t i n u a r apostando a una universidad inclusiva, que pueda b r i n d a r herramientas emancipadoras a través de la educación y que pueda asegurar el acceso y la permanencia de los sectores populares, de las identidades disidentes, de los trabajadores, de las personas con discapacidad. Hay que seguir por este camino, para seguir conquistando derechos, para que nuestra facultad esté atravesada por una perspectiva de género acorde a nuestros días, para que el día de mañana podamos sentarnos en las aulas junto a muchxs más compañerxs LGBTI, para que, como dijo Yamila Balbuena en la charla-debate por los baños universales, “la próxima decana sea trans”.


Y mientras tanto en el edificio B...

ilustraci贸n: Miriam


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