El Enigma Doán

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Colectivo Estudios Artísticos Contemporáneos

DOÁN El Enigma Homenaje a Zoleila Solano Ramírez Docente y artista visual paraiseña 1


Cubierta: Fotografía de El Valle de Ujarrás, Mauricio Solano 2021. 2


Colectivo Estudios Artísticos Contemporáneos

DOÁN El Enigma 2021 - 2022 3


El Doán, Urasca de Cachí. Foto cortesía de Youset Vega.

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El Enigma Doán

Capítulo 1: Introducción Se trata de un proyecto cultural creado por el Colectivo de Estudios Artísticos Contemporáneos El Doán, destinado a generar una documentación artística la cual contenga los frutos de la investigación para recuperar la memoria y generar un punto de interés artístico, cultural, turístico, natural e histórico en el Cantón de Paraíso, y de esta manera participar en la muestra Aztlántis Cartografías 2022. ¿Qué es el Doán? Es un cerro a 1832 metros de altitud en lo que se conoce como Valle de Ujarrás, estribaciones colindantes con la Cordillera de Talamanca, al oriente de Urasca, distrito Cachí, Cantón Paraíso, Provincia Cartago (al Este, a su vez, del Valle Central). Al cerro se puede ingresar por Urasca Viejo, o por Quelitales, Peñas Blancas de Cachí, caminata de varias horas para llegar a observar la enigmática piedra del cerro. A este sistema montañoso conocido como formación Doán, lo conforman el cauce del río Reventazón, el cual recorre parte del Valle Central para desembocar en el Caribe, además los cerros de Urasca, Gavilucho, Cachí, Loiza, Guábata, hasta Tapantí en el Valle de Orosi. Dicho circuito geográfico por la parte posterior lo conforman el río Táus y Tausito, las comunidades El Humo, Pejibaye y Tucurrique, de manera que presentan su propia singularidad ecológica. Valle de Ujarrás y Urasca Zona de enorme riqueza natural, histórica y turística, pues en épocas anteriores a la conquista española, los oriundos del Valle demostraron valentía, dando dura batalla a los foráneos que usurpaban sus territorios. El nombre del valle evoca la memoria del cacique Uxarraci, cuyos descendientes se 5


El Doán, Urasca de Cachí. Foto LFQ-

aliaron con otras tribus de Atirro y Turrialba, para enfrentar a la Corona. Para contrarrestar estas presiones, los españoles dieron cierta categoría al lugar, que alcanzó un importante desarrollo, cuna a su vez de personajes muy connotados de la colonia, como el Presbítero Florencio del Castillo, enviado, a las Córtes de Cádiz en España, como defensor del habitante originario, y ocupó la Presidencia, para desplazarse posteriormente a México, donde fue nombrado Obispo de Oaxaca en el Estado de Juárez. Entre 1683 y 1693 en Ujarrás se erigió la ermita de cal y canto que hoy permanece en ruinas. Recibe el título de Villa en 1813 y entre 1832-1833, debido a inundaciones, la población fue trasladada a Llanos de Santa Lucía, actual Ciudad de Paraíso. Metodología y frutos esperados Como principal interés del estudio, denominado “documentación artística”, basada en entrevistas, revisión a documentos, literatura, colecta de datos históricos, toma de fotografías, observaciones al sitio, dibujos, mapeos y análisis 6


Mapa Google. Agosto 2021. En la parte central del croquis se observa la ubicación del cerro Doán, cercano a la comunidad de Urasca, y el lago de la represa de Cachí. Aprecia además el circuito que comienza en dicha represa, va a Urasca, San Jerónimo, San Miguel, Congo, Tucurrique, Las Vueltas, Pejibaye, Río Táus, Tausito, Tapantí, Purisil, Orosi, Palomo, Loaiza, y llega de nuevo a la represa. El circuito rodea las montañas del sistema Doán, que posee alto potencial turístico e histórico, así como natural.

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de los cuales responder a la interrogante de qué es el Doán, y por qué existen tantas expectativas en los pobladores de lugar, en tanto existen varias versiones a veces encontradas de su existencia, y sobre la cual plantear las hipótesis que conformarán esta propuesta del colectivo de arte contemporáneo. Aztlántis El colectivo se formó de cara al desafío que representa participar en la próxima muestra internacional ‘Aztlántis’ [Cartografías], 2022, que se realizará en el país, curada por Rolando Castellón Alegría y Luis Fernando Quirós Valverde, además de otros curadores y artistas invitados. La noción territorial que focaliza el título de esta muestra, evoca la histórica idea de la cultura de Aztlán, patria de los antiguos mexicas o aztecas, y que según el curador e historiador chicano Thomas Ybarra-Frausto presentada para el Foro Ante América, MADC, 1994, se extendía de California y Sur de Estados Unidos hasta Panamá.

El mito de Aztlán. Foto de Google Images intervenida por LFQ. 2021.

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Cartel para la muestra Aztlán[tis] Cartoagrafías 2022. Diseño LFQ 2021

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El otro signo interrogante es el continente perdido de la Atlántida, mito o realidad que nos permite abordar de manera creativa las hipótesis a esclarecer. Descripción del proceso El interés suscitado por el sitio desde hace varios años, e incrementado en la actualidad, motivó a colectar información y realizar observaciones acerca del lugar: mapas, fotografías, entrevistas a personajes notorios en cuanto son testigos de esta actividad social, cultural, histórica o laboral del cerro y las comunidades circunvecinas a Urasca, y recolectadas de la tradición oral, fundamentales de rescatar para la presente propuesta, en tanto son también la memoria cultural del Cantón de Paraíso, la provincia de Cartago y el país. Respecto al lugar, no existe suficiente información que aclare los datos, hay una página en internet de “Rincones de Costa Rica” con escuetos datos y fotografías, con mapas recuperados de Google, un par de videos producidos por la UNED, algunos artículos en revistas en aspectos geográficas y climáticos, pero nada suficiente. El arte contemporáneo Se le denomina al arte de nuestros tiempos actuales, el presente, el hoy, a diferencia del período nombrado arte moderno, al contemporáneo se interesa en todos los demás campos del saber: la historia, la arquitectura, la agricultura, los eventos sociales, la geografía, la geología, la botánica, la zoología y la biología, donde precisa investigar sus frutos, como en el presente caso, para crear una documentación que registre lo planteado en la propuesta del colectivo. Además de la práctica artística propiamente dicha, el arte contemporáneo incluye ámbitos tales como la crítica y teoría del arte, la educación artística, las escuelas de arte, la curaduría, las publicaciones especializadas, los medios de difusión, mediación y el coleccionismo. 10


A modo de ejemplo y comparación con el arte del ayer, a aquel le interesaba el paisaje, el territorio o la naturaleza, pero solo como representación. Al artista actual le interesa crear con la tierra misma, como ocurre con el Land Art, en cuyas instalaciones a veces engloba movimientos de tierra para provocar sensaciones en el espectador. En la situación nuestra, interesa trabajar con los datos históricos del sitio, con la geografía, la geología, la naturaleza, más que con la representación misma de su entorno. El proyecto es inédito, tanto a nivel local como del país, y se presentará en forma de libro impreso, y algunas láminas descriptivas del proyecto y sus frutos, para ser exhibidos en la muestra. Importa también la mediación que convoque a conversatorios, visitas guiadas, y textos críticos publicados en medios culturales. Desde el punto de vista conceptual, que tanto interesa al arte de hoy, el fruto esperado será una metáfora, en tanto el arte nos permite re-imaginar la historia y el contexto, se llegará a ello reflexionando en análisis, síntesis, modelos y especulaciones creativas del origen y realidad de esta zona geográfica. Tradiciones Las tradiciones, narraciones, relatos, tienen una voz esencial en el proyecto, han sido escuchadas y recuperadas de las entrevistas a los lugareños o a personajes conocedores del lugar y tema. Es común encontrar que ellos hablen de dos o tres sitios con el mismo nombre, se explica en el hecho que, para los vecinos, llamar Doán a todo cerro ubicado en ese sistema o formación montañosa, se explica en que el conjunto es conocido con ese mismo nombre. Uno de los enigmas referidos en este estudio es que Doán fue un volcán extinto en tiempos de conformación geológica continental, que posee un edificio volcánico muy erosionado por el paso de los siglos, y que los lugareños ignoran, 11


mientras, durante la colonia, se hablaba del volcán “Santa Lucía”, al oeste del actual Ujarrás, que, según los estudios históricos científicos no lo es. (Molina y Palmer 2004). Durante la colonia los habitantes del valle llamaban volcán a todo cerro que tuvieran en frente, de ahí el relato del volcán “Santa Lucía”: Un sacerdote, cuando oficiaba misa en la ermita del lugar, que daba al poniente, durante la consagración, observó fuego en el cerro, colindante con “El salto de la novia”. Agrega el relato que el oficiante subió en procesión por el camino del “Picacho”, acompañado por los fieles y la imagen de Nuestra Señora Ujarrás, y al llegar al sitio lo bendijo y de inmediato cesó lo que creyeron era una erupción. Existe un estudio resiente de los científicos Iván J. SanabriaCoto y Mauren A. Bonilla-Hidalgo, investigadores del Instituto Costarricense de Electricidad, quienes estudiaron la geología de la zona, e incluso análisis a las aguas de las fuentes que brotan al pie de esos cerros, y no encontraron razones racionales para creer que hubiera un volcán. Las explicaciones que ofrecen al caso, fueron publicadas en la revista Geográfica de América Central. Concluyen los investigadores: “Por lo tanto, mediante la presente interpretación geológica se descarta una actividad volcánica histórica y localmente reciente en el área de estudio, como la causa principal de los aparentes fenómenos descritos por Prado (1921) para las leyendas del cerro/volcán Santa Lucía en el valle de Ujarrás; no obstante, cabe resaltar que todas estas leyendas aportan el valor geográfico necesario dentro de la parte narrativa de fenómenos y sucesos, para facilitar la formulación de la presente interpretación geológica así como de las siguientes investigaciones que se puedan derivar en el futuro”. (Sanabria, I. y Bonilla, M. 2020. Párrafo final)

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William Sánchez. La ciudad de Atlántida. Dibujo en mixtas. 2021. 13


Capítulo 2: Algo más que un cerro La conformación de las cordilleras de Costa Rica, la Volcánica de Guanacaste y Volcánica Central, y las llanuras aluviales, fueron episodios ocurridos desde tiempos inmemoriales en una era de alta actividad de conformación geológica. La Cordillera de Talamanca se formó por subducción, choque de las placas Caribe y Cocos, trasciende que esta última se mete bajo la placa Caribe, de manera que, el fondo marino, en algunas situaciones emerge a la superficie. Explica el por qué, en esta zona del Valle Central, se encuentran con facilidad fósiles grabados con formas de conchas marinas. Y es quizás por ello que el Pacífico Central, última sección de la placa Cocos se dan tantos enjambres sísmicos, algunos con grados mayores de terremoto. El Doán, como se dijo, es un cerro en las inmediaciones de la pared Norte de la cordillera de Talamanca, sitio al cual son asociadas contradicciones sobre su origen y condición actual. Algunos aducen que éste es un volcán extinto, otros que cuevas bajo una enorme piedra la cual corona el cerro, y que dicha cueva o túnel tiene bloqueada su boca. Parece que en tiempos antiquísimos la zona estuviera habitada pues ahí se encuentran vestigios de actividad humana y varios cementerios indígenas. Respecto a la Atlántida, abordaje de la exposición de 2022, para que esa isla desapareciera, se comenta que el planeta experimentó una gran debacle que la destruyó y sumergió en el océano Atlántico, resuena además el diluvio, acontecimiento registrado por la Biblia y que ocasionó la transformación del planeta. Al continente Atlántida, Grecia acusa su pertenencia, en tanto el mito nace a partir del pensamiento de Platón al escribir los diálogos Cristias y Crimea, ubicados siglos 14


atrás, es esa mítica noción del continente perdido. España la reclama pues según los estudiosos de tiempos antiguos, las columnas de Hércules de las que habla Platón son para algunos el Peñón de Gibraltar, en el extremo sur del territorio ibérico. Portugal la reclama como suya pues más allá de las columnas mencionadas es zona marítima portuguesa. América la reclama en tanto que algunos investigadores la ubican en el Atlántico en este continente. Una lejana leyenda relata que cuando los españoles llegaron a México, preguntaron a los antiguos aztecas acerca de su origen, el nombre original y cómo llegaron a poblar estos territorios. La respuesta fue que procedían de Aztlán, que “Azt” significaba agua y “tlan” tierra, o sea que provenían de una enorme isla rodeada por el océano. Uno de los intelectuales que han escrito sobre esta noción de la legendaria patria de los atlantes, fue Ivar Zaap, quien publicó a inicios de esta centuria y milenio el libro “Atlantis in América”, y “Retorno a la Edad de Oro. La lengua cuadriculada de los Huetares”, 2015, publicado por la Editorial Tecnológica de Costa Rica. Imaginario simbólico El arte nos permite especular creativamente, crear nuestros propios imaginarios, a través de símbolos, y diversos encuadres del devenir de la humanidad. Las visiones e intuiciones de los artistas, sirven en muchos casos, para conocer nuevas páginas del acontecer. Recién trascendió, por ejemplo, como en las selvas amazónicas colombianas, fueron descubiertas una impresionante cantidad de pinturas rupestres prehistóricas, hazaña que cambió la idea existente que sólo en Europa existía ese carácter de manifestaciones. ¿A qué se debe ese prospecto del Doán en esta dinámica cartográfica titulada Aztlántis? Tal y como se menciona en la introducción, en los años 15


Cerro Doán. Foto cortesía de Elías Guzmán. 2021.

sesenta del siglo XX, la artista y educadora Zoleila Solano Ramírez, llegó a la comunidad de Urasca de Cachí, a trabajar como maestra rural en la pequeña escuela del lugar. El edificio educativo estaba a orillas del río Urasca, que baja desde las entrañas de la formación Doán. Comenta que durante los recreos los niños jugaban junto al cauce y les sorprendía ver bajar piedras labradas y petroglifos, y, a un centenar de metros, había una piedra partida por una serie de perforaciones meridionales y que nadie daba razón de su origen. La maestra, en la dinámica de aprendizaje realizaba excursiones al cerro Doán o Duán, que para ellos era una enorme piedra o peñón coronando un cerro, con una falla aparente al frente de la roca, y tenía una caverna interior bloqueada, y algunos vecinos afirmaban que existían paredes de piedra, además encontraban vestigios de 16


Cerro Doán, entrada a cueva. Foto cortesía de Elías Guzmán.

carbón, por los fuegos que hicieron en el lugar para cocinar alimentos, alumbrarse o calentarse al pasar la noche ahí. Uno de los personajes entrevistados, Marvin Picado, aduce que él de niño observó bajar del cerro, a familias enteras de indígenas, que habitaban adentro en la cordillera, y lo hacían en fila india, luego regresaban y pernoctaban en la cueva. Recuérdese que, Ujarrás y Orosi, desde antes de la conquista, ya eran importantes emplazamientos que, con la llegada del europeo, migró territorios adentro. También se sabe que dichos habitantes viajaban desde las poblaciones talamanqueñas para llegar a Tapantí y la zona de Orosi y lo hacían también por la parte posterior donde corren el río Táus y Tausito, entrando por Pejibaye y El Humo.

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Antecedentes del asunto tratado Para la muestra “Mayinca Tiestos de una Cultura”, 2015, realizada en la zona de los antiguos calabozos del Museo Nacional de Costa Rica, curada por Rolando Castellón y LFQ, se presentó un librito impreso publicado por la educadora Solano, con el relato titulado “El Enigma de la Piedra”, contaba con dibujos de aquella enorme roca, y un mapa ilustrado de la localización de la escuela, el río, la represa hidroeléctrica y otros sitios de la zona. En varias ocasiones viajamos a explorar el lugar junto con la maestra, acompañados incluso por el curador Castellón y el mismo investigador sociólogo Ivar Zaap, antes de su sensible deceso, pues en las aguas que venían de montes arriba, con las crecentadas y deslaves bajaban piedras labradas, en un material marmóreo, como el de algunos fósiles. Aducíamos que estaban enterradas bajo la superficie de esos cerros, y al llover se provocaban deslaves, el río las bajaba quedando dispersas en las márgenes. En la revista Tecnología en Marcha del Instituto Tecnológico, se documenta uno de estos fenómenos atmosféricos: “La región más afectada por el fenómeno de deslizamientos y avalanchas fue aquella que comprende las laderas de los cerros Congo, Doán y Campano, es decir, en el interfluvio anterior a la confluencia de los ríos Pejibaye y Reventazón, provincia de Cartago”. (Mora, Valdés y Ramírez. 1989. P 15). Una fotografía e ilustración Bajo esa sospecha y la motivación de investigar aquel enigmático cerro, e intentar cuadrar nuestras hipótesis, que, por lo general en el ámbito del arte, la intuición es fundamental al alimentar un gran proyecto artístico, como es éste, nos dimos a la tarea de rastrear datos y elaborarlos para que fueran información pertinente del caso, fue cuando apareció una foto en una página de internet referente al “extinto volcán”, que apreciaba su supuesto cráter en forma rectangular, de unos tres kilómetros de longitud por 18


LFQ. Cerro Doán. Dibujo a plumilla. 2021.

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uno y medio de anchura, y al estar cubierto por el verde montañoso, solo se aprecian unas cuantas líneas de arbustos que cruzan su superficie. Por otro, buscando datos e imágenes de la supuesta isla Atlántida, apareció una ilustración en la cual se divisa su forma oblonga, con un volcán al fondo, y vestigios de lo que pudo ser la ciudad de Poseidón y los atlantes, caracterizada por tres círculos concéntricos, que entre sus espacios corría el agua marina, traída, al interno, por un canal desde el mar, a su vez atravesados por puentes en forma de cruce de diagonales. Sorprendió sobre manera que aquella ilustración de la posible capital del continente-isla, y la existencia del volcán, era muy similar a lo encontrado en la fotografía de Google Maps, referencia del sábado, 11 de agosto de 2018, titulado “EL DUAN, UN ANTIGUO VOLCÁN EN EL CORAZON DE CARTAGO”. Después del párrafo siete, se localiza la foto de Google Maps, registrada como Digital Globe de 2018, y captada por el geógrafo Youset Vega.

El Doan. Google Maps. 2021. 20


Acercamiento a la geología de la zona Ya decía que el arte contemporáneo pone mucho interés es aspectos científicos como en este caso, por lo que son referidos algunos artículos publicados en revistas y en una tesis de licenciatura en la cual se argumenta el tema. Fueron consultados estudios geológicos respecto al origen y características de la Formación Doán, para tener certeza de que el cerro fuera un volcán en tiempos antiquísimos, a pesar de que los vecinos lo niegan. En una tesis de Licenciatura para la Universidad de Costa Rica, Escuela de Geología, titulada “Comportamiento Geomecánico de las formaciones geológicas: Guayacán, Suretka y Doán en excavaciones subterráneas. Caso Proyecto Hidroeléctrico Reventazón”, de Jorge Salazar Chacón y Edwin Zamora Nuñez, citan a su vez a Alvarado & Pérez, 1999, quienes revelan: “Definida inicialmente por Escalante (1966), esta unidad rocosa está compuesta en más de un 80% por depósitos volcanoclásticos (piroclásticos y epiclásticos), así como coladas de lava y diques subordinados.

Piedra con fosiles enconatrada en la zona. 2021. 21


Los depósitos piroclásticos y autosclásicos (brechas volcánicas y tobas) consisten en depósitos de flujos de bloques y cenizas, flujos ricos en líticos y cristales, avalanchas de escombros volcánicos e intercalaciones de ceniza. A esta formación se le asigna una edad posiblemente Plioceno”. (Alvarado & Perez, 1999). (Chacón y Zamora 2015 Octubre 2015. Página 23). Concluye el estudio: “Debido a su génesis (debris avalanche), la Formación Doán presenta macizos rocosos muy heterogéneos; por tanto, su caracterización geotécnica es compleja. Únicamente fluye posible caracterizar los niveles intermedios e inferiores del debir avalanche, donde los bloques presentan diámetros centimétricos. (Chacón y Zamora 2015 Octubre 2015. P.53). Interesa, a manera de comprobación, que en el estudio que refiere a las avalanchas de 1989, en el estudio geológico de las litologías aparece, en el punto b: Rocas volcánicas y volcaniclásticas, asociadas a la Formación Doán, por ejemplo, lavas dacíticas y andecíticas, aglomerados y brechas. (Mora, Valdés y Ramìrez. 1989. P17)

Mapa de las placas internas del planeta en la zona Tapantí 22


Algunas publicaciones referidas Termina una historia y comienza otra, la de nuestra propuesta para la exposición virtual Aztlántis 2022 [Cartografías], y la presente documentación, con sus puntos de vista y percepciones pueden presentar contradicciones y subjetividad, pero son reflexiones personales y/o colectivas de artistas, que tienen una visión de mundo muy distinta, que podrán encontrar un curso y derrotero con el tiempo, y sobre manera, al aliar la ciencia con el arte de un tiempo tan cambiante como el actual. Interesa además lo que dé sustento científico como artístico, en estos mismos días del 2021 en que se conduce la presente investigación, la Bienal Sur de Argentina, exhibe en Málaga, España, un proyecto singular: “Cartografías Disidentes”. Interesa relacionar lo expuesto en tanto que son mapas “mentales” que ayudan a clarificar su incidencia o disidencia en la cultura actual: “Los primeros mapas apenas intuían cómo eran los continentes, que ahora podemos rastrear al milímetro gracias a Google Maps. La uruguaya Paola Monzillo ha recopilado muchas de esas ilustraciones en unos cuadernos sin orden temporal ni contexto. “Son imágenes que dicen más de nosotros que de lo que buscamos representar, porque siempre están influidas por el poder político, económico y social”, comentó la artista-curadora, de 35 años. Y agrega: “Hoy algunos nos parecen ridículos, pero ¿qué dirán las futuras generaciones cuando los mapas actuales queden antiguos?”, se pregunta esta creadora suramericana, que también se plantea cómo sería el mundo si algunas de las representaciones históricas hubiesen llegado hasta la actualidad”. Nos inspira, además, más que el mapa y la actitud del artista uruguayo Joaquín Torres García, quien quizás hastiado de tantas presiones del centrismo o norte cultural, y que los ojos del mundo solo observaran las nociones hegemónicas 23


“newyorkcentristas” o “eurocentristas”, como las llamaba el crítico de arte Gerardo Mosquera en los noventa, que Torres García le dio vuelta al mapa de Sudamérica. Intentamos entonces, con este proyecto, aprovechar nuestras especulaciones gráficas y creatividad vertida en dibujos, para crear un imaginario simbólico, punto en la periferia del Valle Central, en el límite cantonal entre Paraíso y Jiménez, que por sus riquezas naturales e históricas pueda atraer la visitación de un turismo cultural buscando descifrar los propios enigmas de estos tiempos tan controversiales. Hay otro punto ciego, que aumenta interés histórico: la torre de transmisión de comunicaciones, aún existente en la cresta del cerro, y un helipuerto, el cual servía a las tropas norteamericanas destacadas en el Pacífico, quizás para la espera estratégica durante la Segunda Guerra Mundial. Y digo “punto ciego”, en tanto no se registra una carretera para llegar al lugar, su conexión era única por vía aérea.

El mapa invertido del artista uruguayo Joaquín Torres García. Foto Google 2021 24


DOÁN Entrevistas 25


Capítulo 3 Entrevistas Entrevista a Elías Guzmán Quirós El enigma persiste y entre los pobladores de la comunidad de Urasca, Cachí, y Ujarrás, Cantón de Paraíso, a pesar de que se han realizado estudios sobre el lugar, nadie los revela, hay algo que se esconde y no se dice, porque lo subsume el miedo. Antaño los agricultores sembraban cerro arriba, eran fincas que tuvieron varios dueños; pero de pronto, se dijo que no autorizaban la siembra en esas propiedades, las cuales ven hacia Paraíso y la Cordillera Volcánica Central con el Irazú, el Turrialba, y abajo se aprecia El Yas, Santiago, Piedra Azul, Río Regado, El Congo y Tucurrique. El lugar se dejó libre para que creciera el fogoso verdor de la montaña. Estas estribaciones son la pared norte de la también enigmática Cordillera de Talamanca, que sobrepasa los confines en el Sur del país, y una de las zonas más visitadas es el Parque Nacional “Los Crestones” en el Cerro Chirripó a más de tres mil seiscientos metros de altitud, así como las zonas indígenas en el litoral Caribe Sur, Baja Talamanca, entre ellas los Bribri y Cabecar. Zoleila Solano comenta que en los años sesenta del siglo anterior, ella llegó a Urasca, mucho antes que comenzara a construir la Represa de Cachí, el Instituto Costarricense de Electricidad, para trabajar como maestra en la escuela de la comunidad, hoy conocida como Urasca Viejo. A aquellos primeros grupos de escolares ella los acompañó a sus primeras giras al Doán, enorme piedra localizada en el cerro del mismo nombre, en la parte oriental del Valle de Ujarrás, colindante, a su vez, con el cerro Gavilucho en Cachí. Don Elías fue uno de esos alumnos que subieron al sitio, entre jadeos, relatos de otras aventuras y emociones que 26


avivaban sus semblantes, al ver aquella enorme roca que despuntaba entre los matorrales y arboledas. Hoy, a sus sesenta y un años de edad, lo entrevistamos para mantener vivos esos recuerdos registrándolos por escrito, en tanto son los que cuecen y fijan las memorias de la comunidad, y, si no se rescatan y escriben a tiempo, se borrarán para siempre. LFQ: Para usted don Elías, ¿qué es el Doán? ¿Un volcán extinto?, ¿una enorme roca sobre un cerro? O, ¿una cabidad donde llegan muchachos a acampar y dicen que ocurren cosas inexplicables? Elías: Eso de un volcán extinto era nuevo para mi, a pesar de que he vivido toda mi vida en esta zona y que he subido mucho al cerro desde chiquillo, y ahora, hace poco menos de un año que lo hice. Me intriga saberlo, incluso me puse a buscar en Google a ver que información encontraba, y sí, lo primero que hallé fue ese título: “Un Volcán Extinto”. Una cueva no es, pues la enorme piedra esta encajada entre paredes también de roca y la sostienen, dejan al cubierto unos seis metros donde trasciende que desde tiempos inmemoriales fue habitada, pues se encuentran muestras de carbón en el suelo. Y que exista una falla volcánica que pase por ahí, nunca lo había escuchado hasta ahora. Pero de ese cerro ¡qué no se ha dicho!, hasta que espantan. LFQ: Existe también la creencia de que, en las cercanías del cerro, había una zona plana y extensa que parecía una pista de aterrizaje. ¿Usted ha visto ese sitio? Elías: Es cierto, pero hay que internarse aún más, y ahora está todo cubierto por la maleza espesa y alta. Hay que caminar para llegar a ver esa pista. Yo le comentaba que estos parajes boscosos en tiempos anteriores eran fincas agrícolas, pero sus dueños desistieron de esta actividad, ignoro las razones. Además, eran propiedad de personas mayores que en su mayoría murieron, y sus hijos pocos se dedican al trabajo del campo, sólo uno de ellos permanece 27


También encuentran piezas de regular tamaño talladas en piedra pero si estar clasificadas.

en la zona del bajo Urasca; es el que invirtió en construir el camino de ripio que sube hasta el cerro, y se extiende hasta su finca, que está adentrada en la montaña. LFQ: Don Elías, trasciende que en la cueva al pie de la gran piedra se da cierta actividad paranormal, como dicen popularmente, asustan. ¿Es eso cierto? Elías: Me relataron algunos muchachos de esos que suben a acampar a la cueva, que algunas veces escucharon un gran rugido como salido de la tierra, y sentir sobre sus espaldas pasar una fuerza inexplicable, indescriptible, que les heló, tanto que juraron jamás volver. LFQ: Bueno, he escuchado de varias personas, entre ellas doña Zoleila, la maestra, que en ese lugar se siente un fuerte magnetismo, cosa que no se advierte en lugares aledaños como la misma Urasca. Pero dígame, ¿usted ha experimentado algo similar? Elías: Sí, pero no ahí en el cerro, más bien abajo, donde antes terminaba el camino, había un restaurante y sitio de 28


cultivo de truchas. Por varios meses trabaje ahí de guarda, y dormía en el lugar. Algunas noches sentí esa presencia indescriptible, que agitaba el aire, y movía los bancos u otros objetos. LFQ: ¿Cómo se lo explica? ¿Usted cree en la veracidad de esos fenómenos? Elías: No hay que creer ni dejar de creer, decía los viejos que eran sabios. Me acuerdo la experiencia de chiquillo cuando estábamos en la escuela con la niña Zole, mientras jugábamos en el recreo, sentimos algo fuerte que pasó estruendosamente sobre nosotros y desapareció. LFQ: Pero debe haber alguna explicación racional a ese estruendo y movimientos. ¿Usted, qué conjetura tiene que pueda relatarnos para intentar comprenderlo? Elías: Por este río siempre han bajado tiestos de objetos indígenas. Montaña arriba existen entierros de indios. Con las lluvias ocurren deslaves cerros arriba, y las aguas del río traen esos objetos. Yo he visto bajar un metate partido, cabezas en arcilla representando personas o animales, pedazos de cuencos. Chiquillo, alguna vez recogí algunos, pero mi madre nos reprendía pues eso era pecado, y debía de enterrarlos o devolverlos a las aguas que llegan a la represa. Si algún día secan la represa, van encontrar todos esos tesoros ahí bajo los lodos. Eso, que usted me pregunta, le voy a contar: Dicen que arriba en el Doán, hay entierros, que era un cementerio de indios. Y abajo, donde estaba el restaurante, también lo era, por eso existe esa actividad psíquica o paranormal. LFQ: En toda esta zona se encuentran petroglifos, algunos de gran tamaño, en la parte adentro de Cachí, que llaman Peñas Blancas, por donde existe otra entrada al Doán, se hayan muchos de estas piedras talladas con figuras como espirales y rostros. Ahí mismo en Urasca Viejo, hay una enorme piedra que estaba en proceso de ser partida por su centro, está a orillas del río. 29


Este encuentro con don Elías Guzmán -y con esto concluyo este acercamiento a un testigo de todos estos acontecimientos-, me reafirma la existencia de algunas interrogantes cuyas hipótesis son fundamentales de observar y profundizar, para llegar al fondo, a pesar de que quizás esa verdad se encuentre escondida bajo esas arboledas y laderas escabrosas o bajo tierra como los tesoros del arte originario que está en el museo vivo del entorno. Recuérdese que Ujarrás fue un importante centro cultural durante la colonia, lo mismo que Orosi, y que toda la zona fue habitada por tribus originarias que vivían del cultivo de yuca, otros tubérculos, pesca y caza. Es un gran valle atravesado por el río Reventazón, el cual desemboca en el mar Caribe, y hay muchas familias de finqueros que se establecieron en estos terrenos a ambos márgenes del río. Para cerrar el acercamiento con don Elías, repito que todas estas conjeturas, hipótesis de naturaleza simbólica, son especulaciones de artistas, y el arte re-imagina, resignificando signos de un imaginario que nos permite llegar a sostener las metáforas acerca del origen de nuestras creaciones.

Don Elías Guzmán vivió la infancia en Urasca y visitó el cerro con los niños de la escuela. Foto cortesía E. Guzmán

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Marvin Picado: El Doán, un paso por una larga travesía Marvin Picado de 67 años -hoy vecino del barrio Los Solares de Paraíso-, tiene muy guardados recuerdos de la época escolar, y Urasca viejo, barrio de infancia, hasta que salió de al pie de la montaña, lo que representa su memoria y de la comunidad. Nos acercamos a él para indagar acerca de los recuerdos de su niñez. Comenta que la infancia la pasó por la plaza de fútbol, desde su casa al lado del camino que bajaba desde el cerro, veía bajar a familias indígenas: Siempre el jefe de familia de primero, luego la mujer, los chiquillos, las bestias de carga, perros u otros animales, caminaban en fila india. De regreso, buscaban Urasca para adentrarse de nuevo hacia el Doán, que en esos años se hablaba de una enorme piedra o cueva en la cúspide del cerro. Agrega que Rafael Quirós era el dueño del terreno donde se localizaba la piedra. Recuerda que, si no tenía clases en la escuela, lo levantaban de madrugada para subir a la finca de don Rafael, quien sembraba maíz, chile dulce, tomate. Cuando llovía, se guarecían en la entrada de la cueva, pues la lluvia podía dañar al tomate, si se camina entre las eras, lo quema. Uno de sus recuerdos más gratos, es la calidad de los productos de la tierra: Allí se daba un maíz de enormes elotes, grandes granos jugosos y cargados de sabor. Hoy día no he visto algo igual. Por las lluvias permanecíamos en la cueva y encendíamos una fogata y poníamos mazorcas entre las brazas, era algo delicioso, solo les faltaba mantequilla de aderezo. Marvin, este acercamiento es para que usted nos ayude en esta investigación acerca del Doán. Es un tema de enorme importancia en la comunidad de Urasca y Cachí, tiene un simbolismo muy singular, e interesa recuperar la tradición oral de esas narrativas vernáculas que se van olvidando 31


pierden. ¿Qué representaba para ustedes ese lugar? Marvin: La gente le tenían respeto a la piedra. Hay algo en ella que infunde una sensación diferente a lo experimentado en otros cerros. Los viejos decían que la piedra o el lugar era sagrado. Usted comenta que observó bajar y subir a familias indígenas y que de ahí se adentraban en la cordillera. ¿Qué cree usted que era la piedra para aquellos ancestros? Marvin: Eran un lugar de descanso después de las caminatas, para alimentarse y cobrar fuerzas para continuar hacia los territorios donde ellos habitan, pero también era un ritual al detenerse y reposar antes de emprender la entrada a la montaña. La cueva era como una posada. Descansaban e incluso cocinaban alimentos, hay abundantes indicios de maderas carbonizadas en el suelo del sitio. ¿Recuerda la existencia de alguna planicie cercana? Si, era como un pequeño valle donde sembrábamos, que

Matilde Quesada Coghi. Dibujo a plumilla y acuarela acerca de las familias indígenas que en el pasado bajaban y subían del Doán. 32


como no se volvió a cultivar, por la muerte de Rafael Quirós, el dueño, está enmontado y ahora no se aprecia bien. ¿Por casualidad, usted advirtió alguna energía de carácter espiritual ahí? Algo tenía el lugar, se comprendía el por qué a la gente le merecía respeto. Las personas mayores del pueblo, nuestros padres decían que no nos metiéramos a la cueva pues ocurrían cosas inexplicables. Esto es una especulación o ficción nuestra -no es nada comprobado por la ciencia-, pero el arte nos permite reimaginar los lugares y deducir cierta coherencia en la construcción de los nuevos espacios, escenarios, narrativas, y simbolismos. La piedra es como una columna que despunta en el paisaje de la zona oriental del valle de Ujarrás. Desde Paraíso mismo se aprecia el cerro con la antena aun en pie. Un “atlante” sosteniendo el cielo. ¿Qué diría usted si le dijéramos que podría ser que esa enorme piedra emergiera del fondo marino, como gran parte de la cordillera de Talamanca que al estar sobre la placa Caribe, es levantada por subducción al chocar con la placa Cocos del océano Pacífico? Por otro lado, la cordillera de Talamanca es siempre un enigma, no es volcánica como las demás de esta geografía, es cuna y asentamiento del ancestro originario, con sus creencias, mitos, costumbres, realidad. Evoquemos tan solo la existencia de Pablo Présbere quien enfrentó a los conquistadores y colonos defendiendo a los pueblos asentados en estos territorios. En similares condiciones existe el Doán, hay quien dice que fue un volcán extinto, una cueva, un hito, un cerro con una antena donde se siente magnetismo del planeta. ¿Qué cree Marvin Picado al respecto? ¿Se había cuestionado alguna vez que esos terrenos escabrosos no fueron solo para sembrar tomate y maíz, sino que pudo ser algo mas que tierras agrícolas? Marvin: Yo iba a trabajar en vacaciones, había mucha 33


Los primeros grupos de niños que asistieron a la escuela de Urasca, en los años sesenta. Foto cortesia de Zoleila Solano. 34


pobreza entonces, apenas terminaba el ciclo lectivo, mi mamá nos mandaba ahí, a trabajar, subíamos y encontrábamos esa planicie donde cultivar. Recuerdo la roca y la cueva, antes íbamos solo caminando, ahora llega carro hasta la piedra. Estaba muy pequeño, pero aún recuerdo que de repente se escuchaban un montón de perros ladrar y detrás venía una fila de indígenas, tenían caballos, ese era un lugar de paso, y no hablaban con nadie. La tierra, a lo largo de los siglos ha sufrido trasformaciones inmensas, yo encontré piedras con conchas incrustadas. Por Turrialba hay montones de esas piedras, los territorios que están al otro lado del Doán. Era un gran potrero. En la montaña había una cruz, arriba al lado del camino. Mis papás aducían que había que tener cuidado por los indios, que ¡se lo podían robar a uno!! ¿A qué se debe esa suposición? Marvin: Un día se perdió un niño y apareció al día siguiente subido en un árbol de poró enorme, nadie se explica cómo se había subido por el tronco de esas gruesas espinas que tiene. Entonces afirmaban que se lo habían llevado los duendes y lo habían dejado ahí. Se escuchaba mucho decir que existían duendes. ¿Que deduce usted de todo esto, a que conclusión podemos llegar? Urasca adentro, y el alto, por la plaza, en un principio eran potreros, luego sembraron café. En el llano se encontraban tiestos de barro muy sencillos, sin pintar, tampoco figuras que lo adornaran, era como muy básico. Había un cementerio indígena donde estaba la escuela, las fosas tenían una forma diferente a lo que conocemos. En el río también encontrábamos restos de cerámica pero muy sobrias, no conservo nada de eso pues nuestros padres lo prohibían, pues decían que era pecado tocarlos, y extraerlos de la tierra, lo que llaman huaquear. 35


Tere y Carlos, hermanos Serrano de Urasca La recuperación de la memoria cultural, debe ser una acción implícita en todo proyecto que implique a la comunidad, como el que ocupa al Colectivo de Estudios Artísticos Contemporáneos El Doán. Importa sentarse a escuchar a los viejos hablar de los recuerdos del lugar donde vivieron su niñez, quizás ahí escucharon narraciones de otros tiempos y personas, evocaciones que hoy parecen desdibujarse de la memoria, ante tanto bombardeo de los medios masivos de comunicación, televisión, internet, redes sociales, revistas, periódicos, espectáculos y entretenimiento, toda una industria al servicio del poder pero que debilita las raíces del árbol de la nacionalidad e identidad. Es fundamental para este ejercicio escuchar a las abuelas y abuelos describir el paisaje del lugar, a las gentes de sus tiempos y antepasados, reconocer los nombres que tenían las cosas, y, sobre todo, registrar aquello en lo que ellos creen y le dan valor, pues de nada sirve un cajón de recuerdos sin trascendencia en la vida del pueblo. Se recuerda aquello que se ama y entra en la escala de valores de los que denominamos la cultura. Sin embargo, debe ser un ejercicio crítico que oriente a las nuevas generaciones en ese mar de tinieblas que parece ser el tiempo actual. Los hermanos Serrano Doña Tere y su hermano Carlos, hoy vecinos del barrio Los Solares de la ciudad de Paraíso, pasaron su infancia y una buena parte de su vida en Urasca, además de otras familias del lugar que migraron a la ciudad. Todos trabajaban al campo, comenta doña Tere. Aquellas tierras eran la vida de las personas con todas sus contingencias y desafíos, ahí sembraban legumbres, verduras, hortalizas, café y sacaban del campo el alimento para sus familias con la esperanza en salir avante en la vida. 36


Cerro El Doán El motivo principal de esta investigación es acercarse al conocimiento del cerro El Doán, localizado en la parte superior de los montes aledaños a Urasca. Al preguntarles si ellos sabían que éste era un volcán extinto, responden que no, que el único volcán que dicen existía en esa zona era el que se estaba formando en el Gavilucho, en el pico de la montaña, ahí hay una laguna en el alto de Las Pavas. Importa aclarar que algunos de estos lugares ya no existen, o cambiaron de nombre, así que preguntar por uno u otro lugar, contestan que no recuerdan, pero del Doán, todos se acuerdan, porque de niños, subieron al lugar, sea por recreación, o por trabajo. Comentan que en aquellos tiempos en esas fincas habían lecherías, caballerizas, y generaba trabajo para los oriundos del lugar, en la llamada Casa Grande se hacían quesos y otra gastronomía propia de la zona. En otra finca llamada Lacora, por el contrario, en vez de queso sacaban guaro contrabando, y ahí tenían enormes garrafas escondidas en la espesura de la montaña. La gran piedra del cerro A esa piedra yo no le veo nada de volcán, comenta la abuela Tere mientras preparaba los ingredientes para moler; tiene una cuevita, prosigue, pero nada como la localizada en Pejibaye, al pie de la cordillera donde existe otra cueva de mayor tamaño, allá por Hacienda Vieja, y también se localiza otra, la enorme piedra del indio, la cual está partida por la mitad, por lo que las personas pueden atravesar la fisura que la fragmenta en dos. Al preguntarles ¿de dónde viene el nombre Doán?, no lo saben, pero sí el de Urasca. Comentan que es “Urraca”, que le decían así desde tiempos antiguos cuando era habitado por indígenas. Hoy en día han encontrado muchos entierros de indios entre esos parajes silvestres. Mi papá, agrega doña Tere, hizo un relleno y usó lajas de uno de esos entierros que 37


el río había destapado para con éstas asegurar el terreno, una vez encontré una moneda de oro en una de esas excavaciones, papá la puso entre sus cosas, pero jamás supe que se hizo. El cuento de espantos Debido a que en el campo trascienden muchos cuentos de aparecidos, les preguntamos acerca de las narraciones de espantos y muertos que aparecen en vela en la oscuridad de la noche. Ellos comentan: Por el trapiche le salió a un pariente un espanto, dijo Tere la abuela, era una mujer, él pobre deseaba correr y gritar, pero no pudo, pues se le trabaron las piernas, y de pronto la mujer se desvaneció en la nada. Otro fulano comenta que se encontró una yegua y decidió montarla para llevársela para su propiedad, y cuando llegó a la cepa de cañas de bambú, el animal dando saltos lo tiró al suelo, y al levantar la mirada, vio a una señora que le pasó por encima. Tardó ocho días mudo del susto, el pobre.

Giacomo Coghi. Ilustración a plumilla de un ritual indígena en el Doán. 2021. 38


Estas y otras narraciones o cuentos populares son un capítulo a parte y es necesario dedicarles tiempo y espacio para recuperarlos, así como contar con el patrocinio de alguna institución o empresa privada, para dedicarse a colectar y recuperar esa parte de la tradición oral de estas comunidades para futuros proyectos. El Doán en la actualidad Hoy en día para llegar al cerro hay calle rústica, la cual sube hasta Cacotal, Caragral, y Canilla de Mula, barriadas comunales en la zona alta de esos cerros del llamado sistema Doán. Ellos, los hermanos Serrano tienen un recuerdo muy intenso del sitio y que aún perdura: En la piedra había un tarrito guindado con una pátina espesa de tizne, dicen que fueron los indios quienes lo guindaron ahí en la cueva. Aún guardan entre sus pertenencias algunos tiestos que se han encontrado en la finca. El pueblo recuerda muy bien como de un cafetal sacaron con un “backhoe”, un montón de cosas arqueológicas. Hemos investigando en la Escuela de Arqueología de la Universidad de Costa Rica, indican que hay registrados al menos tres sitios distintos con el mismo nombre, y en los tres hay existencia de cementerios. Pero este factor, en el país y en estas zonas del Cantón de Paraíso, es abundante, pero no existen recursos para inventariarlos, recuperarlos y conservarlos. Los que recoge Patrimonio, van a dar una bodega del Museo Nacional en Pavas y se encuentran en cajas, imposible apreciarlos. Interesa además referirnos a la flora y fauna del lugar, ¿que comentan al respecto? Un león tigre salió de la montaña, lo ataron a una varilla para bajarlo al pueblo, además hay pavas que bajan del monte. A Urasca, comenta don Carlos, que en una oportunidad llegó un leoncillo cachorro, pero también se puede ver el león breñero, dantas, u otros, pues a estas les gusta la “paira”, esa es su comida preferida. También hay serpientes coralillo, 39


lora, terciopelo. Bajan cariblancos, mapaches, pizotes, chachalacas, muchos animalillos de monte. Acerca de los propietarios de la finca donde se ubica el cerro, comentan que el primer dueño fue Pachico Quesada, y recientemente perteneció a Rafael Quirós, que ya murió. La tarde había cedido su luz esparcida como oro en polvo sobre los montes y valles. En el firmamento nubes plateadas marcaban un sinuoso y sensual perímetro dorado. Abría la noche. La abuela Tere dispuso en la mesa la masa, la mezcló con ralladura de queso, para palmear unas tortillas grandes y sabrosas, apetitosas, acompañadas de una taza de aguadulce. Salimos del hogar de los Serrano, muy contentos pues habíamos registrado muchos datos de interés para esta investigación, pero, sobre todo, recuperado un importante valor para la comunidad, con una historia en común, y que se debate entre pecho y pecho para ser trasladada a las nuevas generaciones.

El Doán. Fotografía de A. Morales desde la zona de Parruás. 40


Youset David Vega y El Doán El interés por Enigma del Doán, viene de varios años atrás y en particular en 2015, cuando la artista y docente, la paraiseña Zoleila Solano expuso en la muestra “Mayinca Tiestos de una cultura”, expuesta en el Museo Nacional, presentó un librito de su autoría, con textos, acuarelas, grabados y dibujos titulado “Enigma de la Piedra”, ubicada en la localidad de Urasca, al pie de las montañas del sureste del cantón de Paraíso. Llegamos al lugar a recogerlas en el río del mismo nombre, y visitar en la margen aquella enorme roca en proceso de ser partida. Las narraciones de la artista mencionan el cerro Doán, subiendo aquella fila de montes que conforman un sistema que también lleva ese nombre. Al buscar mayor información en internet acerca del cerro y ante los pocos datos a disposición, saltó una página titulada “Rincones de mi país El Profe en Cleta” que de inmediato captó la atención a la noticia: “Un volcán en el corazón de la provincia de Cartago” además de fotografías del autor sobre la zona, una impresionante imagen de Google maps, y textos que reafirman esa existencia. Pregunté a la artista doña Zole y a algunos vecinos si sabían de esa noticia, pero nadie sabia nada, más bien aportaron otras narraciones acerca de un enigma que acrecentaba y motivaba a buscar. El autor de la página Investigador e interesado en ciencias como la geología y geografía -de la cual cursa la carrera universitaria-, el autor es profesor de secundaria en la materia de Estudios Sociales, además de explorador en bicicleta, Youset David Vega, vecino de Taras de Cartago, nos ofrece las pistas necesarias para seguir sus experiencias e intereses personales y profesionales al crear el blog referido. Nos acercamos a Youset David, para dilucidar la existencia de El Doán, en la comunidad de Urasca, Cachí, y el comenta 41


que es uno más, pues explica que los vecinos de esa zona llaman cualquier cerro, Doán, en realidad lo que ocurre es que dan nombres coloquiales a cada uno de los cerros del macizo según donde viven, como Duán de Tucurrique, Duán de Urasca o Duán de Cachí. También, cuando aparece localizado cartográficamente, le llaman verdadero Duán. La conversación Al contactar primero por messenger luego en whatsapp, saltaron las preguntas y agradecimiento por su disposición de ayudarnos. Nos interesan aspectos geográficos y característicos del lugar, al respecto, comentó: “Si bien oficialmente el Duán o Doán se visualiza como una estribación de Talamanca, su existencia parece ser única, como todo volcán, una depresión lo separa del sistema circundante, por el frente está la cuenca o falla del Reventazón, y de Talamanca por detrás donde corren los ríos Táus y Tausito, para luego unírseles el Pejibaye”. (Vega, Y. 2018) Llama poderosamente la atención, el blog de Youset Vega, al documentar y afirmar que el Doán es un volcán extinto de hace millones de años, cuando la geografía de la cordillera de Talamanca apenas estaba formándose y emergiendo del mar. La pregunta que saltó de aquella conversación virtual fue precisamente esta: ¿Por qué argumenta que el cerro es un volcán, y cuáles son sus fuentes? A lo que responde que sí, que todo el conjunto o macizo es parte del antiguo edificio volcánico, pero aún hace falta mucha investigación, pues se sabe que a esa zona la atraviesa una falla. Desde los años 70’s no se hacen más exploraciones a esas montañas con fines científicos, para estudiar la estructura del reducto. Si se sigue buscando en la página se encuentran otros trabajos enfocados en geología sísmica o estructural.

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Vega, acota: “Sobre el vulcanismo del Doán se sabe muy poco, si bien algunos geólogos lo han visitado y definido su evidente origen volcánico, coladas y rocas, no hay documentación de su última erupción. Los geólogos Berrangé y Wittaker, en 1977, realizaron informes del mismo, interesados con mayor profundidad en el pasado volcánico que atravesó toda la margen derecha del Reventazón conocida como formación Duán, un vulcanismo resultante del Aguacate que levantó las escarpadas laderas de Tres Equis y Pavones de Turrialba. Los mismos científicos observaron una estructura caldera de 3 km de diámetro, la misma caldera debe su origen a un colapso inferido cono volcánico que reinó el macizo hace ya miles de años”. (Vega, Y. 2018) La zona donde se ubica este cerro en mención, como ya se dijo, es un sistema montañoso entre la cordillera Volcánica Central y la de Talamanca. Vega agrega que en tiempos de formación del territorio que hoy es Costa Rica, existían varios volcanes en esta zona que se extinguieron.

El Doán, Foto de Google Maps. 2016. Recuperada por Y. Vega. 43


El edificio volcánico fue altamente erosionado, así como el sistema de esos cerros que colindan con San Miguel, Las Vueltas, Tucurrique, El Humo, y la zona de Tapantí en Orosi. La otra pregunta que surge de nuestra conversación, fue precisamente sobre la conformación de la cordillera de Talamanca, responde algo que era necesario escucharlo de una persona adentrada en esos estudios de carácter científico: Ocurre por la dinámica del choque de placas y que la falla de Cocos, paralela a la costa del Pacífica, se mete debajo de la de Caribe, originando esta cordillera. A su vez comenté a Youset David Vega el sentido de nuestro proyecto “El Enigma del Doán”, una documentación artística para la muestra “Aztlántis Cartografías” 2022, para la cual investigamos el trasfondo, que como las estratificaciones terrestres que requiere también investigación, deducción, análisis, exploración, en el caso nuestro para crear un imaginario simbólico o una metáfora conclusiva que despeje la incógnita del Doán. En tanto es arte contemporáneo, se nos permite re-imaginar, especular, reinventar, todo con un sentido de creatividad, sensibilidad y adecuada presentación, que ensaya otra gran cuestionante, la de la creatividad humana ante las grandes certezas e interrogantes de la naturaleza del planeta.

Youset David Vega. Foto cortesía del autor. 44


Zoleila Solano: Más que maestra y artista visual, es una dinamizadora comunal En principio este presente proyecto artístico, intenta motivar a la comunidad a recordar y re-imaginar, a reconocer sus valores y talentos que infunde El Creador para buscar nuevas maneras de crecer y educar a las nuevas generaciones con un sentimiento de armonía, apego e identificación con la cultura rural o urbana, y la poderosa naturaleza de su entorno. Ayer fue la actividad agrícola, quizás mañana pueda ser el turismo, la conservación de recursos, la vida sana del campo aprendiendo del legado de los antepasados para traer ese espíritu al presente. Zoleila Solano Ramírez, en los años sesenta del siglo XX, fue designada por la regional educativa para trabajar en la Escuela de Urasca. Y desde que la conozco, ella me habla del Doán, es su más fiel enamorada. La niña Zole, como aún le llaman los exalumnos y personas mayores del lugar, fue educadora, partera, juez, abogada, enfermera, promotora social, agitadora cultural y movió el espíritu de los urasqueños, tanto como que la recuerden con cariño y entera gratitud.

Zoleila Solano. 2021. Foto cortesía de Alicia González 45


Ella es quien infunde además valor a éste colectivo de artistas, para llevar el proyecto a feliz término, estimula a colectar datos relevantes y seguir las pistas a familias, con la esperanza en una buena colecta de la memoria. El estímulo conclusivo nos hace volver la mirada hacia la Tercera Mayinca Tiestos de una cultura, 2015, con el libro “Enigma de la Piedra”, y su posterior participación en la Mayinca Arquitéctica, 2017, en la Sala del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura, con su investigación que contribuye a coronar esta nueva iniciativa, cuyos frutos se exhibirán en la exposición Aztlántis [Cartografías} en 2022. Al preguntarle a doña Zole, su percepción inicial del pueblo donde ella llegó en los años 60, responde: Era un pueblo pobre, muy pobre, tanto así que costaba a la comunidad mantenernos a nosotros como maestros de la escuela. Pero gracias a la intervención del ICE en 1961, cuando construía la represa de Cachí, como fuente de trabajo para los hombres y mujeres de aquella comunidad, las cosas empiezan a cambiar. Eso sí, recuerda la maestra, para poder trabajar en el ICE, fue necesario darles clases nocturnas a los jefes de hogar en tanto que como requisito tenían que saber leer, escribir y conocer el uso del metro. Así poco a poco lograron mejorar su condición de vida. Una vez más la labor del Magisterio Nacional impacta la zona rural, y sus maestras y maestros, se convirtieron en silenciosos agentes de cambio social, económico y cultural de los pequeños poblados del valle de Orosi, Cachí, y Ujarrás. La estrategia educativa Uno de los primeros contenidos identificados en el programa, fueron los aspectos históricos y geográficos de la zona donde se ubicaba la escuela: Aprender acerca de los valles, montañas, cordilleras, ríos y volcanes, en particular el contexto o entorno donde se ubica la población. 46


Zoleila Solano. Carta original a mano escrita enviada al periodico Elxercior relatando el avistamiento de un ovni en el cerro Doán. 47


Algunos de los alumnos de Doña Zoleila Solano durante una gira al cerro en los años setenta del siglo anterior. Foto de la maestra.

El cerro Doán destacaba entre esos puntos de interés, era necesario planear exploraciones para constatar su valor. Estudiado en la materia de Estudios Sociales, donde además se aprende de valores cívicos, históricos y científicos. Todos estos conocimientos los constataba en el sitio, por medio de giras y observaciones a los puntos geográficos de aquellas inmediaciones del valle. Al llegar a asumir su trabajo de maestra, ¿cómo fué que usted llegó a interesarse en el cerro Doán? Los niños eran muy insistentes: “!Niña, llévenos al Doán!” Era imposible llevarlos a todos, subíamos temprano y llegamos al atardecer. Una vez nos perdimos, allá había un gran potrero 48


para jugar, crecido en zacate estrella que impedía la visión a lo lejos, y al atardecer bajamos sentados en el barro, luego íbamos al río a lavar el tierrero. ¿De quién escuchó la existencia y enigma del Doán? Siempre decían que ese lugar tenía imán. No sé cómo explicarlo, pero eso era lo que decían en el pueblo. Yo no lo sentí específicamente como magnetismo, sino como una atracción por la belleza del entorno. Desde ahí era visible la cordillera con el Irazú y el Turrialba, la ciudad de Paraíso y hasta Cartago, las montañas de Orosi y todo el valle de Ujarrás. Como dato curioso y quizás de ahí provenga el nombre del sitio, decían que por ahí vivió un hombre, era el Doán, pero más reciente, quizás por los vestigios hallados se puede afirmar que también vivieron otras personas. Aparte de enseñar a los escolares de Urasca a leer, escribir, el razonamiento de las matemáticas, ciencias, y el complemento de estudios sociales y los valores cívicos de la Patria, ¿qué representa o que significado puede tener para usted esas exploraciones al entorno y en particular las visitas a aquel cerro? Pues dar a los menores los elementos de su cultura y entorno, que se sintieran felices de vivir ahí, al pie de la cordillera, con una visual estupenda del valle, en una zona pacifica, en un entorno natural envidiable en tanto hay abundante agua, ríos, flora y fauna, donde pudieran ver desde un pizote alimentándose con lo que encuentra en el lugar, hasta la temida serpiente, para aprender de todas esas formas de vida. Era como estar en un museo natural al aire libre del cual aprender a valorar. Por eso es que todos aman el sitio, aunque ya no vivan en la zona. Se habla de enigma, ¿logró despejar con esas giras ese enigma? 49


El Doán es un conjunto de cerros y montañas, llegamos hasta la piedra, pero no he estado en la cueva. Ahí hay una energía misteriosa, usted la siente conforme va subiendo al cerro, es una atracción extraña. En ese lugar crece una planta gruesa, con un aroma muy singular, y quizás esos aires aromáticos infunden ese estado tan especial e indescriptible. ¿Qué cree usted haga falta para clarificar esa existencia física y geográfica del cerro? No creo que sea un volcán, solo lo conocíamos como un cerro. Pero, de todos modos, hay un lugar caracterizado por una experiencia inédita para quien llega por primera vez, tanto que quiere volver. ¿Creé usted en aspectos extra-normales, como las leyendas que se derivan de ese lugar? Se decía que a veces se veían dos lunas. Una vez pudimos ver lo que parecía un platillo volador, como a las ocho de la mañana, estábamos jugando en el cerro Burro, tal fue el susto provocado, que se suspendieron las clases. Lo documenté en una carta que envié al periódico Excelsior, de aquellos tiempos, comunicando el extraño acontecimiento y lo bueno fue que la publicaron. En la zona de Fajardo, me contaron, que había cuevas con muñequitos pintados en las paredes con una antena en la cabeza. Pueden preguntarle a Víctor Víquez, porque en Santiago, existe otra cueva donde hay un gran salón en su interior, ahí encontraron una especie de monedas antiguas de oro, llegaron las autoridades a examinar y se las llevaron. Otro de los puntos de interés localizados en las cercanías de la escuela, era la piedra partida. ¿Tiene alguna hipótesis al respecto? En el río Urasca, cercano al centro educativo, que trae las aguas nacidas montañas arriba y desembocan en la represa hidroeléctrica de Cachí, los vecinos comentan que 50


por esas aguas han visto bajar fragmentos de metates, vasijas, petroglifos y otros elementos arqueológicos de valor patrimonial. ¿Cuál explicación da usted a lo visto y comprobado? Don Jesús Rosas, un vecino de la población contaba que, desde las zonas altas, el lugar era una zona indígena y por lo tanto abundan los entierros. A veces bajaban por el río pedazos de vasijas, patitas de ollitas de barro. Yo no conservo nada de eso, cuando aparecían, los chiquillos se los llevaban para sus casas, aunque les reprendíamos pues eso no era correcto, había que respetar el arte de nuestros antepasados, pero el daño ya estaba hecho, pues con las lluvias y deslaves en la zona alta, los entierros se desprendían y bajaban por el cauce y muchas veces quedaban en las márgenes. Existen variedad de hipótesis en torno al cerro, lo cual acrecienta el enigma. ¿Según el conocimiento del sitio, y habitar en la comunidad de Urasca por varias décadas, ¿cuál es su creencia de esa realidad aún sin comprobar? Importante es sembrar la semilla de la duda y el interés de que la misma comunidad mantenga la actitud de investigar el origen y cuestionar lo que se sabe. Que las nuevas generaciones tengan su mirada puesta en el entorno: histórico, cultural, para que el día de mañana exista quien se interese por estudiar ciencias sociales y pueda descubrir la veracidad o dudas de estos enigmas. A manera de conclusión de la entrevista Se deduce la necesidad fundamental de tocar muchas puertas, para configurar un proyecto cultural para que los estudiantes lleguen a investigar el entorno natural, geográfico e histórico de la zona, con las montañas al lado, con los ríos, con las reservas naturales y todo un sitio que reinvente la zona y atraiga visitantes de todo el mundo. En estos mismos días cuando concluíamos este proyecto, 51


llegó un señor vietnanita, interesado en saber el origen del nombre Doán, pues ese mismo era su mismo nombre propio. Un espacio con esa formidable vista que se abre a gran parte del Valle de Ujarrás y Orosi, donde se aprecian las planicies de Paraíso, Cartago, la Cordillera Volcánica Central, y del lado de Cervantes, Pacayas, Juan Viñas, Tucurrique, Pejibaye, la zona del Humo, hasta Turrialba y Valle de Aquiáres. Ese sería uno de los principales objetivos de esta investigación cultural, el fruto principal. Que, en ese espacio educativo al aire libre, permanezca la documentación fruto de este proyecto del Colectivo de Estudios de Arte Contemporáneo El Doán, donde se expongan fotografías históricas y actuales, y del pensamiento de insignes moradores como doña Tere y don Carlos Serrano, don Elías Guzmán, don Marvin Picado, y la misma Zoleila Solano por su gran contribución a la educación rural y a quien hemos dedicado el presente estudio y documentación.

Las dos lunas. Ilustración de Matilde Solano Coghi. 2021. 52


Las Interpretaciones y paralelismos ¿Metáfora o paradoja del arte? La bella doncella del Doán De estos estudios y en calidad de arte actual, cuyos significados se traslapan, visualizamos la metáfora de una mujer muy hermosa, con rasgos de nuestras razas originarias, reposando su cuerpo sobre el Doán, que en principio significa “diván”, y, cual “Maja desnuda” de Goya, se observa la idea de reposo sobre un territorio emergido del mar, de cuando se estaba formando el istmo centroamericano y el continente Abya Yalá (Nombre originario de América). Entonces, puede que existan partes del fondo marino elevado por el choque de placas terrestres, y quizás, aunque no lo podamos visualizar en la pantalla de nuestra propia imaginación, aquel continente perdido y sumergido en el mar, cuya ciudad llamada Atlántida, con una área de tres mil por mil quinientos metros, y en la parte posterior, un volcán. Existen muchas conjeturas, lecturas y sincronías, que apenas se sospechan e importa aún investigar.

Metáfora de la Maja desnuda de Goya reposando en el Doán. Foto LFQ.

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¿Metáfora o paradoja del arte? Producto del presente estudio, y en calidad de arte de hoy, cuyos significados se traslapan, y de manera conclusiva, observamos la metáfora de una mujer bella, como se ha dicho, con rasgos de las razas originarias, reposando su cuerpo sobre lo que fue el cráter del Doán, que en principio y como se dijo significa “diván”, o sofá cama. La idea de reposo, y de territorio emergido del mar. Utilizar la imagen de la “maja de Goya” para coronar esta investigación, es una idea fogosa, atrevida, pero es atinente considerar en la actual práctica de descolonizar el arte. Por esta razón en la imagen final, se vislumbra, a una mujer reclinada sobre el Doán, pero acudimos a nuestra propia

La metáfora de Mulúrtmi. Ilustración LFQ. 54


cosmogonía de las etnias locales de baja Talamanca, corresponde a “Mulúrtmi”, Mujer Mar, de la mitología Bribri cuyo dios Sibú, creó la tierra. Se representa en posición de reposo sobre el Doán, y de cuyo vientre, brota el árbol sagrado, la Ceiba pentandra, que a su vez es fuente de alimento para las cotorras o papagayos tropicales. Esta iconografía se deduce de la estela del rey Maya Pacal, encontrada en una lápida que recubre su tumba en la ciudad de Palenque, Estado de Chiapas, México. La intertextualidad y sincronía, es fuerte y porosa, nos atrevemos a evocar figuras de esa cosmovisión que liga a las culturas caribeñas y hasta suramericanas, como la idea de otra diosa yoruba de los mares, Yemayá.

La metáfora de Mulúrtmi. Ilustración de Matilde Quesada Coghi 2021. 55


DOÁN Narrativas y poesía 56


El enigma de la piedra Por Zoleila Solano Ramírez Llegué a la comunidad de Urasca, en el año 1962, como educadora. Pequeño poblado perteneciente al Distrito de Cachí, Cantón de Paraíso, Provincia de Cartago. Me encantó desde el primer momento; el verdor de sus montañas, el sonido musical del río Urasca, al golpear las piedras, el revoloteo de los pájaros con sus alegres trinos, y, muy en especial, los niños con sus caritas alegres esperando conocerme. La gente, su mejor tesoro Sus padres, humildes hombres y mujeres de campo, sembraban pequeñas parcelas en las faldas de los cerros; las madres entregadas a las labores hogareñas y al cuido de los hijos, de sus animales domésticos, de pequeños jardines al frente y en los solares de las casas, entre otros. He ahí mi función por casi veinte años; enfermera, consejera matrimonial, partera, no solo educadora de los niños sino también de los padres de familia. En ese mismo año el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) empezaba la construcción de la represa hidroeléctrica, requerían una gran peonada. No sólo lectura necesitaban, sino también crecer en la simpleza misma de la matemática, el uso del metro y saber algunas medidas. De día trabajaba con los niños, daba clases por las noches a los adultos. Al pasar el tiempo y con la confianza que les brinde, fueron mis amigos, compinches, sinceros fieles y felices. 57


Portada del librito de Zoleila Solano, con grabado suyo, 2015.

Ilustraciones de Zoleila Solano, 2015.

Ilustraciones de Zoleila Solano, 2015. 58


Ilustraciones de Zoleila Solano, 2015.

Ilustraciones de Zoleila Solano, 2015.

Ilustraciones de Zoleila Solano, 2015. 59


Activamos en uno sólo nuestros planes, nuestros proyectos, nuestros gustos con una meta propuesta aprender y mejorar sus habilidades de vida. La piedra y el río El río era uno más, era parte de la comunidad, era parte de las mariposas, de los pájaros, de las nutrias de agua, un entorno muy especial para los niños. No había miedo alguno, retamos cualquier negativa que involucrara al río, lo recorrimos de arriba a abajo, admirando su frescura, sus aguas cristalinas, las formas de sus piedras y sus diferentes colores. Ahí encontramos muchas creaciones realizadas por nuestros antepasados. No solo dentro del río, sino en sus riberas. Así fue con alegría que encontramos la enorme piedra, trabajada con exactitud, con belleza y una gran incógnita, ¿qué significaba?, ¿para qué la construyeron?, ¿tiene relación con el espacio sideral?, ¿fue adoración?, ¿sacrificios?, y, muy especial la pregunta, ¿con que la construyeron? Las medidas de cada cavidad y entre cada una de ellas es exacta. Encontramos otra gran piedra de forma piramidal, impresionante, que tenía las mismas estrías de aquella piedra original, era de una materia diferente de color gris oscuro lujado. También encontramos petroglifos, que el río algún día se llevó; uno de esos ejemplares se exhibe hoy en día en la entrada del Museo de la Parroquia de Nuestra Señora de Ujarrás en Paraíso. Vivencias del lugar Las visitas de los niños a la piedra eran muy frecuentes, estaba en un lugar cercano a la escuela vieja, anterior a la actual, ahí jugábamos a la ronda, de casita, de escondido. La comunidad se asentó a orillas de la calle de Urasca, 60


aledaña al río y el último acceso. Se cuenta que, en tiempos inmemoriales, cerca de la antigua escuela, salía una dama vestida de negro, con una gran sonrisa debajo del velo que le cubría el rostro; asustaba a los hombres que se emborrachaban con guaro de contrabando que ellos mismos fabricaban. Por cierto, desde la escuela nos tocaba cuidar cuando llegaba el “Resguardo”, de pronto entraban en un “jeep”. Era notorio pues los chiquillos salían a toda prisa a avisar a los papás para que escondieran el licor clandestino que tenían en garrafas. Cambio de geografía En el año 1965 hubo una gran tormenta en la montaña, la lluvia y los rayos caían, los cerros se encendían, los árboles se rajaban y bajaban junto con los animales domésticos; el río creció hasta llegar a las basas de la escuela. Todavía recuerdo a Heriberto, el chiquillo que se tiró a las aguas embravecidas para salvar a los patos, y a su perro, que se llevaba la fuerte correntada. Fue en ese momento cuando la piedra desapareció, el río la cubrió con aquella maleza que arrastraba desde montaña arriba, creíamos que la había rodado, la perdimos por muchos años. Tiempo después hubo otra gran tormenta, en 1987, más fuerte, destrozó el camino que va paralelo a él desde la entrada abajo, y para sorpresa de los chicos y algunos adultos, apareció la piedra, un poco mas gastada, más vieja, por los golpes llevados, pero “aun está ahí”. Siempre me gusta visitarla, es un cumplido de los gratos recuerdos de mis niños urasqueños, de la montaña, del río, y sus habitantes que sembraron en mí, el amor por la naturaleza.

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A continuación, incluimos dos notas periodísticas de Fernando Gutiérrez publicadas en la página web Fotos y Videos de Cachí, con el respectivo permiso del autor, y que refieren al cerro Doán, complementando la información a los temas tratados en este estudio. CACHÍ Y SU VOLCAN DUÁN Colaboración de Fernando Gutiérrez Alguna vez, escribimos, que Paraíso, es el cantón completo de Costa Rica, que sólo le faltaba el mar, pero lo compensaba, con el Lago de Cachí, y también con un Volcán, aunque apagado o dormido, desde hace miles de años. De éste volcán Duán o Doán, oí hablar a mi madre, que nos contaba a su chiquillada, que ella de pequeña, iba a pie, con su abuelita paterna, Enriqueta Quirós, a San Miguel de Cachí, atravesando Quelitales, el Duán, luego Urasca, Guatuso (San Jerónimo) hasta culminar a San Miguel, colindante con Tucurrique. Este paraje, que pocos cachiceños conocen, está a 1.865 metros de altura, y en su cima, se puede observar Turrialba, La Carpintera (Tres Ríos), Chirripó. Geólogos y vulcanólogos, difieren, en que sí es un volcán extinto, o que pudo tener actividad en la época holocena (hace 10.000 años) pero coinciden en que una colada de éste, formó las laderas de Tres X y Pavones de Turrialba. También, nos decían nuestros mayores, que, para la segunda guerra mundial, en la cima del Doán, se instaló un helipuerto en el que se pertrechaba a las tropas aliadas en el Pacífico. Casi, la mayoría de cachiceños, no conocemos el Volcán Doán, y ya a estas alturas de mi vida, y a la altura que está este macizo, es difícil hacer la caminata. “Me agarró tarde”, en la jerga popular... Pero las nuevas generaciones, me parece, debían de “anexarlo” a Cachí, como un punto de atractivo turístico, de moutain bike, o de escalada. 62


Habitantes de Cachí visitando el hito geodésico ubicado en el cerro. Foto cortesía de “Fotos y videos de Cachí. Octubre 2021.

Me dicen, que por allí tuvo finca, el recordado, don Rafael Quirós de Urasca, eso podría servir de referencia, para los que quieran “conquistarlo”. Pienso, que sí algún día, interrumpe ese letargo milenario, mientras no cause daños, Cachí podría tener un importante empujón turístico, cómo “La Fortuna de San Carlos”, aunque allí, el Arenal, sí cobró muchas vidas al despertar. En fin, otra historia, de nuestro amado pueblo, Cachí. UNA PLACA A 1865 METROS DE ALTURA Por Fernando Gutiérrez En la mayor altitud de Cachí, 1865 metros sobre el nivel del mar, “en la cima del cielo” cómo canta Montaner, el Cerro del Dúan o Doán, se erige majestuoso. Dos exploradores, el paraíseño, Vladimir Brenes, y el cachiceño, José Álvarez, guiados por vaquianos locales, “descubrieron” una placa puesta en 1956, que pienso, la mayoría de cachiceños no la han visto, entre ellos quien escribe. Es un punto geodésico, instalado hace 64 años, que facilita los estudios cartográficos y referenciales, entre otros que realiza el Instituto Nacional de Geografía, para el desarrollo del país. Su estructura, que no la han dañado los años transcurridos, 63


tiene un no como mensaje, “No molestar” a los que no le hicieron caso, nuestros buenos amigos. En fin, otra particularidad, del Doán, que según estudios de expertos, fue un volcán en tiempos paleolíticos, y helipuerto en la segunda guerra mundial. Se puede llegar al macizo, por Quelitales, dos horas de camino empinado, o por Urasca, que nos parece es más prolongada la travesía. En mis tiempos de chiquillo, ya muy lejanos, recuerdo que mi abuelita materna, Chepita Vargas, en la época de Semana Santa, a mis tíos Paco y Rafael, los mandaba a traer palmito al Doán, que era o es, cómo tierra de nadie, aunque me cuentan que algunos finqueros aledaños, están bloqueando algunas entradas. Por lo menos, la del Instituto Geográfico Nacional, no lo podrán hacer, porque es un poder del Estado, por “secula secolorum”, cómo decían aquellos sacerdotes cuando impartían la misa en latín. En fin, otro detalle de muchos que tiene el legendario y enigmático Cerro Doán. Extraído de la página Fotos y Videos de Cachí.

Foto del hito del Doán, depositado en el sitio en 1956. Foto cortesía de Wkladimir Brenes e Iván Orozco. 64


Circuito de grandes piedras Visitar Cachí u Orosi, Cantón de Paraíso, motiva a observar, y hacer de la mirada un instrumento de aprendizaje acerca de árboles, piedras, montañas, ríos, poblaciones, habitantes, flora y fauna bendecida por su amplia y genuina diversidad. Cada árbol, cada piedra, posee un signo distinto que posibilita inventariarlo y afirmar que se conoce el territorio. Uno de esos signos es un circuito de enormes piedras partidas, que en algún momento de la historia adquirieron estos significados, pues fueron trabajados por los pueblos originarios o durante la colonia como canteras. El principal estímulo que condujo al presente estudio, fue una piedra en la ribera del río Urasca, cercana a la escuela vieja de esa comunidad, y una de las características de interés, es que estuviera en proceso de ser partida, había sido agujereada en su eje longitudinal, técnica empleada por nuestros ancestros originarios desde tiempos inmemoriales y prevalecieron en la época de la colonia, cuando se construyeron las primeras ciudades. De esas canteras se obtuvieron bloques de roca viva para paredes y aceras, puentes y túneles del ferrocarril, u otros elementos arquitectónicos. Importa comentar acerca de las tecnologías de corte en el uso de la piedra por parte de las culturas ancestrales, como la Inca y Maya, y preguntarnos ¿de quienes lo aprendieron? Se sabe del excelso trabajo en talla de la piedra con el rigor de los detalles de la “filigrana” pero tallada en la dura materia, en mesas ceremoniales y metates creados por los huetares, o la precisión de las esferas del Valle del Diquis. Observé en un documental acerca de las técnicas de corte en las culturas egipcia y mesopotámica, y eran las mismas a la utilizadas por los originarios de nuestro continente Abya Yala: Realizaban una perforación de entre ocho a diez centímetros de profundidad en la zona meridional de la piedra, que era golpeada con insistencia hasta que la presión ejercida las partía. 65


La piedra partida de Urasca. Foto LFQ. 2021.

La piedra partida del cerro Jucó, Orosi. Foto LFQ. 2021.

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La piedra del mono, Cafetal de Juana Mata, Cachí. Foto Anayansi Orozco. 2021

La piedra del Indio, Pejivalle. Foto de Marianela Martínez Trejos. 2021.

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Se deduce que los pobladores de América tuvieron algún tipo de contacto con los de aquellos imperios de la Antigüedad. El estudio de la materia megalítica del circuito, luego de apreciar a fondo el entorno y el río Urasca, nos informaron de la existencia de otra enorme piedra en el cerro Jucó, Orosi, que impresiona por la exactitud y calidad del corte, tanto como el tamaño tal vez de unos cinco a seis metros de frente, por unos dos de alto. Importa aclarar que la del Doán, enorme roca en posición vertical no es un corte artificial sino natural, pues es una falla tectónica del mismo nombre, que atraviesa dicha formación montañosa. En Cachí se localiza otra enorme roca, nombrada “La piedra del mono”, en el cafetal de Juana Mata, que cuenta también entre sus características de interés para ser nombrada. Recién, durante éste mismo proceso de estudio, doña Tere y su hermano Carlos Serrano nombraron la existencia de otra enorme piedra, en El Humo de Pejibaye, Cantón de Jiménez, denominada “La piedra del indio”, y que don Alberto Trejos, vecino de Turrialba, nos comparte una sensible leyenda que acrecienta, con su aporte, el presente estudio y documentación. En efecto, esta piedra de El Humo, sobrepasa nuestras expectativas sobre sus dimensiones, se convierte en otro enigma más de por qué está ahí, cómo llegó al lugar, y cuales técnicas utilizaron nuestros ancestros para ser cortada por su centro.

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Los moradores originarios y su influencia en la cosmogonía y cultura vernácula Obsérvese que, como metáfora conclusiva del presente estudio, se visualizó a una mujer que emerge del fondo del mar y que reposa en el diván el cual conforma el antiguo cráter del Doán. Esa mujer representa el espíritu de la Atlántida, continente que colapsó y hundió en el fondo del océano Atlántico y que la tradición lo ubica entre Europa y América. La metáfora del Doán es afín a esta visualización mítica: Aquella roca que da forma al cerro y antiguo volcán, representa un ínfimo fragmento de ese territorio mítico que pudo emerger y salir a flote desde tiempos de conformación de la cordillera de Talamanca. Se aprecia la preeminencia de mujeres en estos mitos y leyendas cosmogónicas, deidades que los moradores originarios nombraron como a “Mulúrtmi, Mujer Mar”, “Yemayá” celebrada en el Caribe y Brasil, e incluso, la figura de “La Malinche”, leyenda de los mexicas que hablan de una mujer que guió a los conquistadores al invadir su reino y que marca la caída de Tenochtitlán, la gran capital azteca. En los mitos y leyendas de esta región, y en particular los que refieren al agua, a los seres vivientes y a la montaña, y en singular en las Leyendas Bribri, etnia que pobló la Baja Talamanca en el Caribe Sur costarricense, se plasma el mito de “Mulúrtmií, Mujer Mar”, imagen que en su ritualidad arma la tradición de la medicina natural, el “awa” o chamán, el bastón chamánico, la serpiente, el árbol de la Ceiba pentandra sagrado en esta forma cosmogónica, y finalmente el mar. En la iconografía originaria esa imagen del árbol que emerge del vientre, como se aprecia en la ilustración de Carolina 69


Carolina Valencia. La leyenda de Mulurtmí, Mujer Mar. Ilustración.

Valencia sobre Mulúrtmi, es recurrente, recuérdese la famosa lápida de Pacal, el rey maya de Palenque, que reposa sobre el inframundo donde moran sus antepasados y de su vientre crece la ceiba, de cuyos ramajes se alimentan las cotorras y papagayos en la cúspide de aquel grabado en piedra. Mulúrtmi, Mujer Mar ... “Cuando murió Mulúrtmi, Sibú mandó a construir un camastro para colocar su cadáver. Para protegerla mejor, cercó muy bien este lugar con troncos de diferentes árboles. Cuando el estómago de Mulúrtmi se rompió, de él brotó un árbol que crecía sin detenerse. Por eso Sibú lo mandó a cortar y luego lo convirtió en mar”. Leyendas Bribri. (Karla Victoria Jara Murillo y Alí García Segura, Diccionario de Mitología Bribri. UCR). Yemayá Se le conoce como la diosa de los mares y procede de África, traída al Caribe y Brasil por los esclavos negros en tiempos de la colonización europea. Dice la tradición: 70


Carolina Valencia. La leyenda Yemayá, Diosa del Mar. Ilustración.

“El agua, en tanto que elemento vital por excelencia, está representada de forma prolífica en todas las religiones, mitos y leyendas que se ha dado en la humanidad a lo largo de la historia. En la religión Yoruba se canta y baila a Yemayá, diosa Orisha del mar. Todas las cosmogonías sin excepción, le rinden pleitesía al agua”. 71


Poesía Fabio Robles Martínez Paraíso Noviembre 2021

El génesis Las corrientes submarinas hacen ondear las algas sobre un perfecto monte marino, Yemayá, la diosa de ondulados cabellos, otea el horizonte y cerrando sus ojos se desprende en un sideral sueño. Levita sobre verdes campos cubiertos con un manto de neblina y con senderos de flores blancas rojas y amarillas, las que movidas por el céfiro vespertino, esconden armadillos, conejos y un ejército de grillos. En los guayabos y naranjos, los pajarillos bulliciosos picotean sus frutos, mientras en los doseles de centenarios ceibos, un rayo de luz deja ver el esplendor de un quetzal de larga cola y de dos guacamayas, que en su regazo reposan. Yemayá despierta, la luna curiosa la mira, mientras las aguas turbulentas acarician a cordillera sumergida, su sueño fue una premonición, ocurre un cataclismo, se abren las aguas, se aleja el océano, parte de la Atlántida emerge y al calor del sol se forma la Cordillera de Talamanca.

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Yemayá, elige su monte sagrado, donde deja tatuado su rastro, ¡Ha nacido el volcán apagado, ha nacido el monte Doán!

El volcán apagado El enigma recubre las laderas del imponente monte silencioso que en sus entrañas guarda misterioso su origen de linaje celestial. Antiguos pobladores se rendían ante el monte Doán por ser sagrado, refugio por los dioses cincelado, blasón de perfección universal. El Doán se convierte en la leyenda con duendes en las cuevas sorpresivas son historias de fuentes primitivas que mostraron constante admiración. Hoy es la musa que causa desvelo y ante tanta belleza los artistas se convierten en firmes activistas que aplican sin cautela su razón. El Doán representa el universo y de Dios significa el mejor verso.

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Ceiba Floreada y Colibrí Valiente Cuento de Iván Orozco Al final de una temporada de aguaceros, un joven llamado Colibrí Valiente, hijo menor de un gran chamán, y una bella muchacha llamada Ceiba Floreada, hija de la partera mayor del valle del Ukuz, se enamoraron, nadando en la posa de las oropéndolas junto a sus hermanos y hermanas, entre miradas y jugueteos su amor creció. A Colibrí Valiente le gustaba, además de ir todas las tardes soleadas a la posa, navegar en su canoa y acompañar a su padre al bosque, cuando iba a buscar plantas para alguna medicina. Ceiba Floreada se ocupaba de hacer tejidos de algodón y acompañar a su madre cada vez, que había un parto en el valle. Hubo una gran fiesta para celebrar el casamiento, chamanes y parteras de valles cercamos fueron invitados, se reunieron bajo la Ceiba Madre encendiendo el fuego sagrado donde hicieron un círculo alrededor de la pareja, tocando las maracas entonaron cantos ancestrales, de bendición y prosperidad mientras que tambores, sonajeros, ocarinas, flautas y caracoles invocaban a todos los elementos del bosque a la celebración. En el centro de aquel círculo, feliz se erguía la joven pareja. Ella, con su cabellera fijamente trenzada, adornada con coloridos caracoles marinos y orquídeas blancas, que perfumaban con un fresco dulzor todo su alrededor, lucía un bello vestido de algodón verde con bordados rojos, una hermosa dije de jade con forma de colibrí adornaba su pecho y pulseras de ámbar cubrían sus muñecas; él, coronaba su cabeza con un tocado de plumas amarillas de oropéndola al centro y a los lados de lapa verdes, su pecho descubierto mostraba un disco de jade con una ceiba labrada en el mismo, su cuello tenía collares de ámbar y colmillos de jaguar, sus brazos estaban cubiertos con pinturas corporales, lo cubría una falda tejida blanca, ceñida con una faja de caracoles marinos. Cantaron por 74


una hora junto al Fuego Sagrado y bajo la Ceiba Madre, al finalizar el Bru, líder de esa comunidad, luciendo un tocado de plumas de águila y un disco solar de oro en el pecho, parándose en el centro del círculo ofreció unas palabras y convidó a todos y a todas al banquete que se había preparado, mientras que los tambores, maracas, ocarinas y caracolas le ponían alegría al ambiente. Abundante chicha de pejibaye y maíz, alegraron el corazón de los músicos y danzantes, y, de todos los asistentes al gran banquete que se preparó ese día, con tortas de yuca y miel, sopa de tomate con palmito, tortillas con aguacate, frijoles, tamales, y también chocolate espumoso no paraba de ofrecerse. Al tiempo de aquel gran día, corrió la noticia, pronto nacería un pequeño y se alegraron todos en el valle del Ukuz. Las abuelas El nacimiento del niño fue todo un acontecimiento cósmico, fue una noche de luna llena, y al comenzar los dolores de parto de Ceiba Floreada, esa luna se comenzó a teñir de rojo, asombrando a todos en el valle; al ocultarse la luna, aparecieron estrellas fugases, eran cientos, como no se había visto antes, cayeron estrellas azules, verdes, rojas y anaranjadas. Al interior del Bosque de Tapantí, crujían las nubes a lo lejos, con resplandores dorado, los rayos modelaban el perfil de las montañas, el Gran Río Ukuz, rugió como en octubre, tuvieron que correr a amarrar las canoas los que las tenía en el agua. En el Usuere de la partera estaban las abuelas cantando al son de las maracas, invocando la Sabiduría de los Ancestros con dulces melodías, en el centro de la Casa cerca del fuego Ceiba Floreada gemía por el parto junto a su Madre, quien la atendía, e impaciente, ansiaba dar la bienvenida a este mundo a su nuevo, Nieto, afuera del Usuere, un gran fuego iluminaba a todo el clan. Amigos de otros clanes habían llegado a Uxarraí para dar la bienvenida al pequeño, 75


mientras, tambores y caracolas marcaban el paso a los danzantes, que, alrededor del fuego con su danza, recreaban la creación del Universo en el vientre de la Madre y así después de flotar por nueve meses, la hora de nacer llegó y lo recibió el valle del Ukuz, en los límites de la Bosque de Tapantí, hijo de Ceiba Floreada y Colibrí Valiente. Así nació esa nueva criatura, y sintió por vez primera el fresco aire que baja de la montaña, expandiendo sus pulmones y llenándolo de vida. Después de ser examinado por su abuela la Partera Mayor minuciosamente, fue arropado en un fino tejido de algodón, y acurrucado en los pechos de su madre que amorosamente lo arrulló. Esa madrugada, hubo gran bullicio en el bosque por su llegada 76


Canción Un pequeño a nacido, en el Usure Duerque Nieto de parteras, y de un Chamán Tambores de Tierra, y Caracolas Marinas Convocando, la Energía Están Hay bullicio en el bosque, por su llegada Como el Duán, lo conocerán Como El Duán

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La Piedra y el Indio Leyenda del autor Alberto Trejos Se aclara que el autor de esta leyenda utiliza el nombre Pejibaye como el del río Peji-valle, que significa “pez del valle” y realiza gestiones para que el Instituto Geográfico Costarricense apruebe el cambio. Corría el año de 1748 y en las más altas montañas de Talamanca, en el Caribe Sur de Costa Rica, habitaba una tribu conformada por ciento veinticinco familias bajo el cacicazgo de José Iscmöbë. Éste tenía cinco hijas, la menor de nombre Zahicï, destacaba por su belleza, en todo el territorio indígena. La tribu contaba con doscientos jóvenes, los más fuertes y valientes eran los encargados de defender el territorio cuando eran invadidos por tribus panameñas, a su vez se destacaban por su inteligencia, sagacidad y astucia en labores de caza y pesca. En este grupo estaba Cohkü, un joven de diecisiete años novio de Zahicï, quienes después de una larga amistad iniciaron un lindo romance hasta que se fue convirtiendo en un apasionado amor. El cacique de la tribu estaba incómodo con la relación de su hija. Así, aprovechando la tercera llegada de los padres Recoletos a Talamanca, con misión de reclutar indígenas para fundar y evangelizar nuevos pueblos según mandato de la Corona Española, negoció por unas baratijas la entrega de veinte familias de sus dominios. Cumplieron entonces los Recoletos con uno de los objetivos que como orden religiosa debían hacer. En total las veinte familias sumaban ciento cuarenta y cuatro indígenas y adicionalmente el cacique les ofreció un indígena más; era Cohkü; lo vendió como el más valeroso hombre de la tribu. Los padres aceptando la propuesta pagaron con las baratijas que les sobraban. El cacique se quedó con sus baratijas y de paso se deshizo de 78


La piedra del Indio, Pejivalle. Foto autor desconocido

La piedra del Indio, Pejivalle. Foto de Marianela Martínez Trejos. 2021. 79


Cohkü, cumpliendo su objetivo de romper lo que para él era una inaceptable relación. Zahicï al enterarse de la partida de su gran amor, perdió su alegría y el brillo que tenían sus ojos ahora lucían ensombrecidos. Un mes después de la partida, Zahicï confesó a su madre que estaba embarazada de Cohkü. Esta noticia no fue de mucho agrado para ambos padres y de ahí en adelante trataron a su hija con desprecio y desconsideración. Luego de ocho semanas de caminar entre las montañas, los padres Recoletos llegaron con los ciento cuarenta y cinco indígenas a su nuevo destino. Ahí fundarían un nuevo pue-blo, era un pequeño y hermoso valle, bañado por tres ríos. En lo alto de un cerro descollaba una imponente y gigantesca piedra desde la cual se apreciaba la belleza del lugar. Muy cerca de ella los nuevos pobladores levantaron sus ranchos y junto a la enorme piedra, estaba el rancho más pequeño de todos, era el del joven Cohkü; ahí pasaría sus días de nostalgia y soledad en ese nuevo lugar. En los primeros días los indígenas se dedicaron a voltear la espesa y verde montaña para la siembra del maíz, la yuca, el plátano, frijoles y el cacao. La principal atracción de los nuevos pobladores era la pesca al atardecer, lo hacían en el más grande de los ríos. Un río caudaloso de aguas frescas y cristalinas con una gran abundancia de peces. Era común escuchar el grito después del trabajo. -Ts l sè m kè díjkà námà klíúk ukókí sé miīkè námà kàtök enāblòyök. (En la tarde vamos al río por peje y después vamos a comer peje y beber chicha). Al finalizar la tarde y comenzar la noche, los más jóvenes de la tribu subían a la enorme piedra, encendían una fogata, ahí cocinaban su pescado, conversaban, reían, comían y bebían; así de esa manera se olvidaban un poco de su gente de las 80


William Sánchez, ilustración a plumilla, 2021.

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altas montañas de Talamanca de donde fueron arrebatados y vendidos como mercancía barata. La algarabía de aquella gente, contrastaba con la tristeza del joven Cohkü. Él siempre permanecía en su rancho mientras los demás jóvenes disfrutaban. Cerca de las ocho de la noche aquel alegre grupo después de mucho beber y comer se iban a sus chozas a descansar para volver al día siguiente a la misma rutina. El joven Cohkü cuando ya todos habían abandonado la piedra, subía y elevaba al cielo su mirada, con su mano izquierda sujetaba su collar con todas sus fuerzas e imploraba al dios Sibú y al Dios de los padres Recoletos por el ferviente deseo de ver nuevamente a su amada. El collar que colgaba en su pecho, estaba forjado con una pequeña piedra negra que tenía incrustado en el centro un hermoso jade; donde se dibujaba una figura, que era la mitad de un rayo, una media luna y la mitad de un sol y como si fuera parte de su cuerpo el collar siempre permanecía con él, pues era el regalo que Zahicï le había dado en su primer mes de noviazgo. Cohkü lo conservaba como su mayor tesoro, como fiel testigo del juramento que se habían hecho de que algún día iban a estar unidos para siempre. Lo más valioso del collar para Cohkü era que había sido forjado por la joven Zahicï con sus propias manos. El tiempo fue pasando… 10 largos años después de la última vez que Cohkü vio a Zahicï; las familias habían crecido, nuevos indígenas habían llegado, otros los habían trasladado al pueblo de Orosi, las tribus de Atirro y Tucurrique los visitaban y se iban de pesca juntos. Los cultivos del maíz, la yuca, el plátano, los frijoles y el cacao estaban en aumento. Los indígenas ya habían dado nombre al lugar, “Peje del Valle”, nombre influenciado por los Recoletos como producto de la castellanización a los indígenas; basándose en la belleza del río, el valle y la abundancia de peces. Pasado un tiempo los padres Recoletos impusieron el 82


nombre religioso de “San José de Peje-valle” que luego con el pasar del tiempo le llamaron “San José de Pejivalle” Y así transcurrió el tiempo con cambios en sus vidas, en su gente y su cultura. En la primera semana del mes de junio del año 1758, se vino un crudo invierno, los torrenciales aguaceros no cesaban, el cauce del río aumentó cinco veces su tamaño; inundó todos los cultivos que estaban a su margen, cinco de los ranchos que estaban más cerca del río fueron arrasados junto con sus familias, hubo una gran conmoción, la lluvia duró más de tres semanas. Todas las actividades en “Peje del Valle” se habían paralizado, la gran piedra echaba de menos el calor de las fogatas nocturnas, los indígenas sobrevivientes lloraban a sus hermanos muertos en el caudaloso río. La tormenta continuaba y parecía no tener fin. Una noche de esas se desató la más fuerte tormenta de ese invierno, Cohkü no podía conciliar el sueño, era casi la media noche y desde su rancho con la pequeña puerta de paja entre abierta miraba la gran piedra; era como su santuario, pues ahí sentía que estaba en contacto con su Zahicï. Cohkü creía que su dios Sibö estaba en su contra porque no había podido subir a la piedra durante varios días. Esa noche quiso desafiar al dios Sibö, tomó fuerza, escaló la enorme piedra bajó el torrencial aguacero y una vez sobre la piedra comenzó su rito. Tomó el collar con su mano izquierda, levantó la mirada al cielo, y con un fuerte reclamo al dios Sibö exclamó con toda su fuerza. -¡Si no vuelvo a ver a Zahicï…! ¡Prefiero la muerte!. Y justo al ser las 12 media noche, un poderoso rayo que iluminó todo el valle; atravesó su corazón y partió la piedra en dos. El cuerpo inerte del joven Cohkü cayó hasta el fondo de la piedra. Al día siguiente, la fuerte lluvia terminó, un sol radiante iluminaba por completo el valle. La piedra que ahora estaba 83


divida en dos enormes pedazos no terminaba de sorprender a los pobladores, no se explicaban de lo que fue capaz de hacer el poderoso rayo de la media noche. Cohkü ya no estaba, su rancho estaba vacío. Algunos pensaron que se había marchado montaña adentro escapándose de los padres Recoletos, otros decían que no soportaba más la soledad y se había lanzado al río. Nadie supo que pasó, no había rastro de él. Ocho semanas después, los Recoletos llegaron con nuevas familias de indígenas que traían de Talamanca para reemplazar a los que habían perdido sus vidas en las inundaciones. Entre el grupo venía una hermosa indígena con un niño de diez años, ella preguntaba por un hombre llamado Cohkü, buscó desesperadamente en cada rancho del poblado sin resultado alguno. Uno de los Recoletos Fray Antonio al ver a la mujer buscando en todos los ranchos como queriendo encontrar donde quedarse, le ofreció un pequeño rancho que estaba junto a la piedra. Zahicï se dirigió a ese rancho que ella aún no había visto. Cuando entró ya no buscó más… inmediatamente sintió la presencia de Cohkü, en ese momento la embargó un sentimiento de tristeza, respiró profundamente, abrazó a su hijo con todas sus fuerzas y entre la negra cabellera del niño sus lágrimas se esfumaban al igual que sus esperanzas por encontrar a su amado Cohkü. Una indígena llamada Nãmã̀siã del rancho más cercano la reconoció, le confirmó lo que ella sospechaba… Él ya no estaba, se había marchado. -Diez años pidiendo al dios Sibö, noche tras noche por el deseado encuentro; día a día, sin dejar de pensar en él y con la promesa hecha a su hijo que buscarían a su padre para estar unidos para siempre como familia. Nãmã siã le contó todo lo que Cohkü sufrió por ella, de su 84


William Sánchez, ilustración a plumilla, 2021.

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dolor, de su soledad, del rito en la piedra donde muchas veces le vieron llorar. Zahicï solo escuchaba… cerraba sus ojos y guardaba silencio. En su primera noche en el rancho, no podía dormir, por su mente revoloteaban muchos recuerdos, estaba totalmente segura de que ahí vivió Cohkü. Casi al ser la media noche, comenzaron a colarse por el techo de paja unos brillantes rayos de luna llena, un silencio sepulcral reinaba en el valle, la piedra aunque estaba partida esa noche lucía imponente. En ese momento a Zahicï la invadió la curiosidad, quería ver el valle desde lo alto de la piedra, ver lo que Cohkü veía, lo que él sentía y sin pensarlo dos veces, despertó a su hijo, lo llevó hasta la cima de la piedra y al ser las doce de la media noche, un rayo de luna penetró hasta lo más profundo de la fisurada piedra y del fondo la luz del rayo se revertía en un tono verduzco que afanoso escalaba hasta donde ella se encontraba, ese misterioso rayo parecía como querer atrapar el collar de Zahicï; que estaba hecho con una piedra negra, tenía incrustado un hermoso jade en el que se dibujaba una figura, que era la mitad de un rayo, una media luna y la mitad de un sol. El hijo de Zahicï al ver el extraño rayo verde y por su curiosidad de niño, bajó presuroso hasta el fondo de la piedra, la madre que contemplaba todo el valle iluminado por la luna llena, no se percató ni del fenómeno que estaba ocurriendo, ni de la travesura del hijo. Una vez en el fondo de la piedra, el niño vio que la luz verde provenía de un collar con un gran parecido al de su madre. -Mamá, encontré un collar parecido al suyo. -Gritó el niño. La madre asustada de escuchar a su hijo que le gritaba desde lo profundo de la piedra, bajó rauda y veloz hasta donde estaba su hijo, al llegar el niño tenía el collar que había encontrado colgado en su cuello. Zahicï quedó petrificada ante tal hallazgo. En ese momento cayó en razón, ahí yacía su amado Cohkü. Ella levantó a su hijo y lo abrazó apretándolo fuertemente contra su pecho, El rayo verde 86


parecía entrelazar ambos collares y los unía con una magia ancestral provocando en el acto la fusión de los dibujos. Con la complicidad de una nube negra, la brillante luna llena se fue opacando, la oscuridad abrazó la piedra por completo y en ese momento algo insólito ocurrió, ¡la grieta comenzó a cerrarse! ¡Zahicï y su hijo no tenían escapatoria! Ella se dio cuenta que el dios Sibö había cumplido su deseo, la familia estaría destinada a permanecer unida por toda la eternidad. A la mañana siguiente, la piedra nuevamente estaba abierta, como si nada hubiera pasado. El niño y la madre habían desaparecido. Nadie en Peje del Valle supo lo que esa noche sucedió. Contaban los indígenas, que por las noches de luna llena se escuchan voces de una mujer y un hombre conversando, los gritos de un niño jugando y que esas voces vienen de lo más profundo de la piedra Desde entonces y hasta 1765 nadie más volvió a subir a la gran piedra. En ese año los indígenas vieron por última vez la misteriosa piedra ya que los padres Recoletos trasladaron a todos los indígenas hasta Orosi, quedando el pueblo en abandono y reinando solamente la imponente piedra de ese hermoso valle bañado por tres ríos que los indígenas una vez llamaron Peje del Valle. Según cuenta la leyenda, que en un día de luna llena, si entras a la piedra a la media noche. ¡Posiblemente nunca vas a salir…! No lo intente… porque le puede caer ¡la maldición de la Piedra del Indio! Autor Alberto Trejos Vargas 15/9/2021

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DOÁN Conclusiones 88


Capítulo 5 Conclusiones finales: Redescubrir el entorno El proyecto Enigma del Doán, observa el sentido de abrir ventanas: una mirada esclarecedora a la naturaleza con la enorme biodiversidad, flora y fauna, o huellas dejadas por el ser humano de siempre, como el arte originario, o como la misma Represa Hidroeléctrica Cachí. Es una abertura al mar y las aguas de los ríos en tanto la mayoría de los territorios de la cordillera de Talamanca emergieron, en los albores de la civilización, del fondo marino, debido a la subducción o choque de las placas terrestres. Representa una ventana a la historia de las comunidades y en particular a la zona de Cachí, Urasca, San Miguel, Congo, Tucurrique, Pejiballe, El Humo, que conforman un entorno natural de genuina cultura, historia y tradiciones, circuito conocido como el sistema montañoso o Formación Doán con sus propias características geofísicas, ecológicas y culturales. ¿Qué significa abrir ventanas? Saber, aprender, deducir, sintetizar, especular en el buen sentido del término. Significa preguntar, informarse, pero también respetar, representa un ejercicio crítico que tiene de creativo como de emocional, cuando se parte de cero para consolidar lo conocido como es el presente estudio. Ante la sospecha de los vecinos de Urasca, de tener un cerro con una enorme piedra y una cueva que les encantaba visitar para recrearse; hoy hay cosas mayores que dan cuerpo y despierta un potencial para el turismo, para la cultura, para el crecimiento de la sociedad a los cuales los municipios de la región debieran poner mayor atención, y finalmente se vuelve desafío para los costarricenses de conocer y descubrir la zona, además, abrir sus propias puertas y ventanas al saber y la cultura. Uno de los aportes de mayor peso fue conocer e interactuar con personas interesadas en las diversas áreas temáticas: los habitantes de Urasca y en particular a las personas mayores 89


a quienes se entrevistó para deducir conjeturas que dieron temple a estos abordajes, la información científica en la revisión a tesis y artículos que fundamentan los fenómenos naturales experimentados, a escritores, narradores, artistas, dibujantes, ilustradores, diseñadores gráficos, quienes dieron soporte fundamental al presente reto. El estudio se divide en: 1 Introducción y revisión a aspectos de la historia y la cultura de la región; 2 Aspectos geológicos y geográficos de la zona; 3 Entrevistas a personas de la comunidad u otras áreas del saber y revisión de literatura afín; 4 inclusión de narrativas o leyendas asociadas al estudio e información de carácter actual, comentarios u otros datos, así como también la presente conclusión, capítulo 5. Destaca, en particular, la entrevista a la docente y connotada artista paraiseña Zoleila Solano Ramírez, a quien los miembros del colectivo dedicamos esta documentación artística.

El último cerro de ese cañón es el Doán, en el límite geográfico entre los cantones de Paraíso y Jiménez. Foto de Zoleila Solano 2021. 90


Hoy sabemos mucho más de este cerro, por ejemplo, en la página “Fotos y videos de Cachí”, Fernando Gutiérrez comparte notas esclarecedoras en las cuales confirma dos verdades acerca de El Enigma del Doán, una que si es un volcán extinto, cosa que algunos vecinos refutan, quizás por temor a los embates de la naturaleza, y la otra que también había sido señalada en las entrevistas, en particular por don Elías Guzmán, de que ahí había una pista de aterrizaje, pues indica Gutiérrez que en tiempos de la Segunda Guerra Mundial existió un helipuerto, para la atención de las tropas aliadas destacadas en el Pacífico, así mismo, además de la pista se haya una antena de comunicación desde aquellos años y que se encuentra en pie observándose de varios puntos del valle de Ujarrás y Paraíso. Repasar estas páginas perdura una actitud de buscar e investigar, en tanto se revisa contenidos no solo esclarecedores de nuestra memoria cultural costarricense, sino que conforman un saber que, en esencia, es fundamental preservar. En tanto es un concierto de simbolismos, apunta a una etiqueta más del Doán: de ser cueva, volcán extinto, visitado por indígenas que luego bajaban a la comunidad de Urasca, y ahora helipuerto. Importa considerar los significados de estas etiquetas, como el de cueva, y que explica esa energía que advierten algunas de las personas en su sensibilidad al visitar el sitio. La cueva es considerada vientre de la tierra, útero del mundo, y para los humanos esta distinción le lleva a tratar de sumirse de nuevo en el vientre materno, donde advertía seguridad y donde todo le era dado: vida, alimento, amor. De manera que sí en tiempos pasados se veía a familias originarias enteras llegar al lugar, era para llenarse de esa energía natural propia de la madre naturaleza, de la pachamama, o de la princesa de los mares, “Mulurtmí, Mujer 91


Mar”, fémina bribri que Sibú convirtió en árbol y que al cortarlo de ahí brotaron las aguas de los mares. Según la página Definición en Internet: “Desde la noche de los tiempos, la cueva simboliza el seno materno donde se gesta la vida. Es el lugar oscuro e interior que protege y se es protegido de las inclemencias exteriores. Fue también el primer templo, la morada sagrada que los hombres compartieron con los espíritus protectores de la tribu. La interpretación cristiana de la cueva aparece tempranamente vinculada al nacimiento del Mesías y a la identificación de la Virgen Madre de Dios con la tierra fértil”. (https://definicion.de) La imagen de la montaña resarce esas nociones de espiritualidad, y se encuentran como símbolo cósmico en muy diversas religiones. Dentro de dicha cosmovisión, los montes son lugares sagrados en tanto convergen cielo (atractor) y tierra (atraída). De ahí el impacto que representa el cerro Doán, valor de “centro del mundo”, de lugar de comunicación entre dos universos, el de los humanos y el del Ser Supremo en medio de lo creado, Edén, o Paraíso terrenal. “En el Antiguo Testamento, la primera parte de la tierra que surgió de las aguas caóticas del diluvio fue un monte. En el relato del diluvio, “el arca se posó en los montes de Ararat” (Gen 8,4). Este monte, con el arca sobre su cima, es una “montaña cósmica”, donde comienza la vida. La vida desciende de esa montaña para volver a llenar la tierra. (https://debarim.tripod.com/monte). Respecto a la noción física del volcán, esta formado a partir de la solidificación de materiales incandescentes, que emergen de la estructura terrestre. Su simbolismo lo liga a la montaña e imponente figura cónica o piramidal, por su 92


altura y posición faciles de identificar en el paisaje de las cordilleras. Son nexo entre el mundo de los humanos y el cielo, noción que comparten con el árbol, e idea de centro y trascendencia; pero también infunde temor, por su fuerza destructora y generadora de sismisidad o movimiento de las placas terrestres. De ahí que genera respeto, contemplación, y enigma.

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Referencias Libros Zaap. I. Atlantis In America. Zaap. I. Retorno a la Edad de Oro. Lengua Cuadriculada de los Huetares. 2015. Cartago. Ed. TEC Revistas: Tecnología en Marcha. ITCR. Volumen 9 No.3. 1989. Web http://losrinconesdemipaiscr.blogspot.com/2018/08/el-duan-el-volcanque-modifico-el.html “Todos los mapas que conoces estan mal” https://verne.elpais.com/ verne/2015/04/14/articulo/1429016086_681676.html El Pais. ( https://elpais.com/cultura/2021-07-27/cartografia-disidente-contra-las-verdades-absolutas.html?fbclid=IwAR3sEYSV-PCtXJv7I2ktUYbovMD49aYtoBKUJ-PqjH1Vf5R278hKjNsdFP0 ) (Sanabriaa, I. y Bonilla, M. 2020.) ( https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2215-25632021000200030&lng=en&nrm=iso&tlng=es ) (https://www.fundacionaquae.org/agua-pa-yemaya/) Leyendas Bribri. (Karla Victoria Jara Murillo y Alí García Segura, Diccionario de Mitología Bribri. UCR). Fotos y Videos de Cachí https://www.facebook.com/groups/259593950869344/ posts/1316997325128996

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Colectivo de Estudios Artísticos Contemporáneos El Doán Esta formado por artistas, docentes y gestores culturales: Zoleila Solano Ramírez, docente y artista Anayansi Orozco Solano, artista y gestora cultural Ivan Orozco, gestor cultural y narrador Matilde Quesada Coghi, pintora y gestora cultural Carolina Valencia, artista, diseñadora y docente William Sánchez Coto, artista y diseñador gráfico Giacomo Coghi Morales, grabador, pintor y gráfico Luis F. Quirós Valverde, gestor, curador y artista Colaboradores Alberto Trejos, Autor Fabio Robles Martínez, Poeta Vladimir Brenes, Fotografía Nelson Moya Moya, periodista y gestor cultural Fernando Gutierrez Coto, Periodista Mauricio Solano Ramírez, Músico y gestor cultural Abelardo Morales Gamboa, Sociólogo Rolando Castellón Alegría, Artista Visual Paraíso, Enero de 2021

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Homenaje a Zoleila Solano Ramírez Docente y artista visual paraiseña

Zoleila Solano R. Música, muestra demodelos intervenidos con pinturas de instrumentos musicales, Galería Nacional 2012

El Colectivo de Estudios Artísticos Contemporáneos El Doán, dedica a Zoleila Solano Ramírez, docente y artista visual paraiseña el fruto de esta ARTSéum Enero de 2022

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