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A単o I. Volumen No. 1


AÑO I. VOLUMEN No. 2

SUMARIO

Universidad del Zulia Autoridades Universitarias

Foro Democracia, descentralización y desarrollo

Judith Aular Vicerrectora Académica María Guadalupe Núñez Vicerrectora Administrativa

La descentralización tiene un futuro incierto en Venezuela............................................. 7

María José Ferrer Medina Secretaria (E)

“Descentralización Vs. Neocaudillismo”.......... 14 La revolución de finales del siglo XX y la reacción venezolana del siglo XXI................... 17

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales

Convergencia - Controversia

Iván Cañizales Decano

Del Nuevo Federalismo al Nuevo Centralismo.. 24 La descentralización en Venezuela: dos modelos en pugna........................................ 27

Boletín Apertura

La descentralización en Venezuela y el Poder Popular...................................................................... 30

Comité editorial Coordinador general Prof. Edison Morales edisonmoralesaldana@yahoo.com

Compendio América Latina hoy: entre la precariedad social y el cambio político................................. 32 América Latina en tiempo real: Situación socio-política actual........................... 37 El “chavismo”: una coyuntura, una cultura, un discurso y una práctica política................. 40

Coordinador técnico Profa. María Candelaria González mcandelag@hotmail.com

brachoyajaira@hotmail.com grajimenez@cantv.net canizalezivan@yahoo.com gustavo_machado2005@yahoo.com

Relaciones Públicas Lcda. Grecia Hill

greciahillg@hotmail.com

Perfiles

Justo homenaje al Dr. Juan Bautista Laya Baquero ........................ 4

Jorge Palencia Rector

Miembros del Comité: Profa. Yajaira Bracho Profa. Graciela Perozo Prof. Iván Cañizales Prof. Gustavo Machado

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Postgrado en proyectiva El Doctorado en Ciencias Sociales, Mención Gerencia: Pertinencia e impacto en el desarrollo del conocimiento.................... 44 Programa Doctoral en Ciencias Económicas.. 46 Doctorado conjunto LUZ-UPM.............................. 47

Depósito legal pp 200903ZU618 ISSN 1856-979X

Avance

Dirección: Centro de Estudios Petroleros y Carboníferos. Edificio de la División de Estudios para Graduados de FCES LUZ. Teléfono: 0261- 7596599. Email: boletinapertura@gmail.com

División de Extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia ................ 49

Celebración de los cuarenta años del Centro de Estudios de la Empresa..................................51

Directorio de FCES LUZ ......................................... 53


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Editorial La descentralización ha encontrado en el Zulia su mejor aliado, así para el año 1985 se efectuó en Maracaibo la primera reunión de la gira nacional de la famosa comisión para la reforma del estado (COPRE) en la que se proponía a los venezolanos la elección directa de gobernadores y alcaldes.

Por tanto, la democracia participativa está real e indisolublemente ligada, no a la democracia directa, sino a la descentralización política, y dentro de esta última, a la municipalización, y la misma no se puede materializar con solo propuestas de incorporación al régimen democrático de instrumentos como los referendos, las consultas o las iniciativas populares y las asambleas de ciudadanos. Por ello, sin temor a equivocarnos se puede afirmar que no sólo sin descentralización política o territorial, es decir, sin que exista una multiplicidad de poderes locales y regionales autónomos políticamente, no puede haber participación política, sino que en definitiva no puede haber una democracia participativa. La descentralización política es, por tanto, la base de la democracia participativa y a la vez, el impulso del control del poder. El centralismo, en cambio, es la base de la exclusión política, al concentrar el poder en unos pocos electos, y a la vez, el motivo del desprestigio de la democracia representativa por más aditivos de democracia directa o refrendaria que se le implanten.

Ahora de nuevo somos los zulianos quienes en julio del presente año nos reunimos para evaluar los primeros veinte años del proceso de descentralización y de haber elegido a nuestros líderes regionales y locales. Podemos decir que hay dos etapas de diez años cada una claramente definidas, la primera se caracteriza por la elección de los gobernantes regionales y locales, y la transferencia de algunas competencias para el manejo de sus puertos, aeropuertos, carreteras, algunos servicios del área de salud y educación. La segunda se destaca por la paralización de transferencia de competencias a las regiones, y la creación por el poder nacional de programas paralelos, como el plan Bolívar 2000 y posteriormente las misiones, que entraron a competir por los recursos financieros y el apoyo que desde el nivel central le dieron a estas estructuras en desmedro de los programas locales. Cabe destacar que la tercera etapa que se inició este año es más lamentable aún, por la gran cantidad de competencias que inconstitucionalmente están centralizando de nuevo y que lógicamente debilita el proceso de descentralización y su incipiente desarrollo. Tal y como lo describe la Constitución, el Estado venezolano está configurado como una Federación, que incluso en el Artículo 4 la califica de “descentralizada”, partiendo del supuesto de que el poder tiene que estar cerca del ciudadano para que haya efectiva participación política y ciudadana. Sin embargo, lejos de reforzarse el federalismo y la descentralización política, lo que se ha presenciado en Venezuela es un proceso continuo de centralización del poder, paradójicamente, en nombre de una supuesta participación popular, que encubre un proyecto autoritario que pretende sustituir la propia democracia representativa por una “democracia participativa”, conduciendo en realidad a la propia destrucción de la democracia.

La clave del desarrollo es la descentralización que como instrumento implica compartir poder. Es necesario que el proceso no se detenga y que el gobierno lo considere en su agenda política. Siendo débiles las instituciones a nivel nacional, es posible fortalecer esta institucionalidad aprovechando las dinámicas reales que se vienen dando en la experiencia local. De las experiencias locales se pueden recoger sus aprendizajes y luego convertirlos en normas. Se tiene hoy el marco jurídico propicio para estimular estos procesos para construir ciudadanía e institucionalidad y para, a partir de estos procesos, alcanzar niveles superiores de desarrollo.

Iván Cañizales Camacho.


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Justo homenaje al Dr. Juan Bautista

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Laya Baquero

¡Ejemplo para las nuevas generaciones!

Nergio Prieto Urdaneta1 Iraida Segura de Ríos

LA TIERRA SE MIDE POR SUS FRUTOS, EL HOMBRE POR SUS CONOCIMIENTOS Y ACCIONES. El quehacer universitario muchas veces nos llena de una vida rutinaria y junto a la cotidianidad nos impone un patrón de comportamiento que es necesario superar para hacer un justo reconocimiento a quienes dedicaron su vida y esfuerzo profesional en el proceso de formación de las nuevas generaciones así como también en defensa de los principios y valores universitarios. Hoy, hacemos un alto en nuestras labores para honrar a un gran Maestro y ejemplo de juventudes como lo fue el Dr. Juan B. Laya Baquero. Nació en la población de Arismendi, estado Barinas, el 29 de agosto de 1922, donde adquirió una fuerte personalidad de buen llanero, caracterizándose por ser una persona afable y campechana, dado a poner en cada situación una nota chistosa, pues era una persona ocurrente que a cada aspecto le buscaba “la vuelta” para ponerla en tono optimista y alegre. Así fue durante toda su vida, aun en las condiciones más difíciles y así mismo trataba a las personas que acudían a él en busca de ayuda. Siempre dispuesto y atento a servir a 1

los demás y a hacer el bien común. Contrajo matrimonio en segundas nupcias con su compañera y adorada Irma, quien le sobrevive a su muerte, con quien crió sus dos primeros hijos Wilmar y Jhonny (recientemente fallecido) y procreó a Ileana, Irma Thais y Roger Laya, formando una familia ejemplo de moralidad y buenas costumbres.

Desde muy temprana edad mostró su pasión por la docencia estudiando la carrera de Maestro normalista en la Escuela Nacional del Mácaro y posteriormente se dedicó a la enseñanza en la educación secundaria. Durante ese proceso formativo desarrolló un profundo espíritu nacionalista y patriota, que lo llevó a estudiar el proceso social venezolano y latinoamericano y a reafirmar con sus actuaciones en la vida pública su espíritu crítico y participativo frente a los problemas del país, convirtiéndose en un verdadero luchador social y referencia obligada de la lucha contra la corrupción administrativa y en defensa de la soberanía nacional. Años después, desde la trinchera gremial sería considerado como uno de los más grandes luchadores sociales cuyo recuerdo aún perdura en el gremio de los Contadores Públicos, donde ocupó importantísimos cargos gremiales.

Lic. en Contaduría Pública en LUZ. Profesor jubilado


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Las circunstancias de la vida lo llevaron a incursionar en el área de los tributos y es así como ingresa al entonces Ministerio de Hacienda en la Región central donde entre otros ocupó el cargo de Jefe de Intervención Fiscal en la Administración Regional del Impuesto sobre la Renta y posteriormente se traslada a la ciudad de Maracaibo donde se desempeñó como Administrador Seccional Encargado, en la región zuliana.

así como también ocupó importantes y relevantes cargos, tales como representante de los profesores ante el Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales; Director de la Escuela de Administración y Contaduría Pública de LUZ en el periodo comprendido en los años 1972-1975; Director del Centro de Estudios de la Empresa por los periodos 1975-1978 y 1978-1981 y posteriormente como corolario de su carrera universitaria Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en el periodo 1981-1984. Fue padrino de varias promociones de egresados y recibió numerosas condecoraciones universitarias y del Estado.

Se graduó de Licenciado en Contaduría Pública en el año 1961 formando parte de la segunda promoción de licenciados en Contaduría Pública, la cual llevó el nombre de “José Rafael Revenga” de la Universidad Central de Venezuela. Posteriormente, siendo docente activo de la Universidad del Zulia, y en su afán de superación profesional y buscando siempre el conocimiento como una manera de servir a sus semejantes, se graduó de Abogado en la Universidad del Zulia, formando parte de la promoción “Dr. Tulio Cubillán Leal” en el año 1971.

El Maestro Laya consideraba que su labor terrenal sería incompleta si no transmitía sus conocimientos y experiencias y por tal motivo se dedicó a efectuar investigaciones sobre la realidad de nuestros pueblos y a proponer soluciones a la problemática existente. En su extensa producción bibliográfica nos encontramos la publicación de varios textos y artículos de opinión que conforman su vasta obra, entre los cuales podemos mencionar los siguientes: “Aspectos Jurídicos y Contables de las Sociedades Mercantiles en Venezuela”. En ella aborda importantes temas inéditos que tienen que ver con el ejercicio profesional de la contaduría pública combinándolos con sus respectivos aspectos legales sobre la constitución y funcionamiento de las empresas mercantiles en el marco legal vigente en Venezuela. En efecto trata de llevar a un texto único cuestiones que los interesados en esta materia encuentran generalmente en forma separada y dispersa en la bibliografía existente. Su pasión y dedicación por sus alumnos lo motivó a escribir este texto guía que les sirviera para el estudio de uno de los aspectos más medulares de la profesión, como lo son las sociedades mercantiles. Con igual criterio y orientación publica otras obras como “PASADO Y PRESENTE DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA EN VENEZUELA”, “LECCIONES DE FINANZAS PÚBLICAS Y DERECHO TRIBUTARIO” y “LAS EMPRESAS TRASNACIONALES Y SU VINCULACIÓN CON LAS TRASNACIONALES DE AUDITORÍA”. En esta última obra, tal como

SU INGRESO A LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA La experiencia acumulada en las anteriores actividades, así como su vocación como investigador y docente, lo llevó a ingresar como profesor en la Escuela de Administración y Contaduría Pública de la Universidad del Zulia, por concurso de oposición en el año 1964, donde hizo una extensa y brillante carrera universitaria. Ejerció la docencia activa desempeñándose como profesor en las cátedras de Finanzas de la Empresa; Contabilidad II; Política y Legislación Fiscal Venezolana e Impuesto sobre la Renta siendo jefe de cátedra de esta última asignatura, todas en la Escuela de Administración y Contaduría Pública y en la cátedra Sistemas Tributarios de la Escuela de Economía. Igualmente impartió docencia en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas (antes Facultad de Derecho) en la cátedra Finanzas Públicas. Durante su carrera universitaria destacan el haber participado en numerosas comisiones de trabajo y realizado varios trabajos de investigación


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se resume en ella, pretende dar una visión general, panorámica, de lo que son las empresas transnacionales; el papel que desempeñan en los países subdesarrollados y la serie de problemas que acarrean en su afán de mayor lucro, tales como contaminación, daño ecológico, dependencia, etc. Pretende también demostrar que a la par de la expansión de estos grandes consorcios internacionales, las firmas transnacionales de auditoría, especialmente las denominadas “Ocho Grandes”, ejercen un virtual monopolio de la Contaduría Pública, no solo en su propio beneficio, sino en el de los grandes inversionistas foráneos, a quienes sirven y asesoran. Señala igualmente la lucha emprendida por los contadores públicos venezolanos para lograr la promulgación de su ley de ejercicio profesional, el papel jugado por las “Ocho Grandes” en el país, como opositores al proyecto de ley y como asesores fiscales para recomendar la evasión de impuestos y la promulgación, en 1975, del Reglamento de la Ley de Ejercicio de la Contaduría Pública, que para complacer a las ya mencionadas empresas transnacionales de auditoría y a ciertos grupos de poder del sector financiero y de los seguros, contradice abiertamente la ley, siendo, por consiguiente, antijurídico e inconstitucional. Termina señalando que América, como “el leñador” de Pablo Neruda, despertará como un gigante dormido que al fin se despereza y hará temblar la tierra en busca de una mayor justicia social y de un nuevo orden económico mundial.

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neral del Colegio de Contadores Públicos y Administradores del Distrito Federal, Presidente del Colegio de Contadores Públicos y Administradores del Estado Zulia (1968); y luego, cuando se aprueba la Ley de Ejercicio de la Contaduría Pública en el año 1973, es electo Vicepresidente de la Federación de Contadores Públicos de Venezuela por dos períodos y Presidente del Colegio de Contadores Públicos del Estado Zulia, durante el período 19761978. Su actividad académica lo apartó temporalmente de los cargos gremiales, pero siempre estuvo presente en su gremio, bien sea asesorando o participando en eventos científicos y de desarrollo profesional. Participó activamente en la denuncia contra las compañías trasnacionales del petróleo, denunciando el pasivo oculto que tenían con la República. Pero el destino fatal le hizo una mala jugada, pues en septiembre de 1988, mes de celebración aniversaria de los Contadores Públicos y recién culminada en la Isla de Margarita la celebración de la Asamblea Nacional de la Federación de Contadores Públicos de Venezuela, un día después, el 25-09-1988 se produce su fallecimiento producto de un ataque cardiaco fulminante. Tenía 67 años de edad y su muerte prematura es recordada con dolor pero al mismo tiempo con el reconocimiento de quienes lo conocimos y admiramos. Sus restos mortales son trasladados a la ciudad de Maracaibo y el día de sus exequias, la Universidad del Zulia, la misma de sus vivencias y recuerdos, le rindió un homenaje póstumo acompañándolo en capilla ardiente en los pasillos universitarios que tantas veces transitó. Así mismo instituyó la condecoración ORDEN AL MÉRITO DR. JUAN BAUTISTA LAYA BAQUERO en reconocimiento a su memoria.

En efecto, tal como pensaba, actuaba: Pensamiento y acción parecían ser su norte. Y como hombre comprometido con el gremio de Contadores Públicos, desempeñó varios cargos gremiales, los cuales combinaba con su actividad universitaria, motivando de esta manera a sus colegas profesores a vincularse con su entorno social y gremial. En el año 1963, ejerció el cargo de Secretario Ge-

Hoy su busto engalana la entrada principal del Colegio de Contadores Públicos del Estado Zulia, como un recuerdo imperecedero a su memoria y a su trayectoria de líder nacionalista.


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La descentralización tiene un futuro incierto en Venezuela Marly Muñoz Bermúdez / CNP 14987 El foro fue instalado por el rector de la Universidad del Zulia, Jorge Palencia, y contó con la participación de la vicerrectora académica, Judith Aular de Durán; la secretaria encargada, María José Ferrer; el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FCES), Iván Cañizales; el historiador venezolano Manuel Caballero; el gobernador del Zulia, Pablo Pérez, y los ex gobernadores Oswaldo Álvarez Paz (Zulia), Andrés Velásquez (Bolívar), Carlos Tablante (Aragua) y William Dávila (Mérida). También participaron los ex alcaldes de Maracaibo y Lagunillas Fernando Chumaceiro y Mervin Méndez, respectivamente; Juan Castillo, de Naguanagua, estado Carabobo, y Julio Fernández, de Los Salias, estado Miranda, quienes compartieron el escenario con los periodistas Gustavo Azócar y Juan Carlos Fernández, quienes disertaron sobre Descentralización y Democracia en la Opinión Pública, el investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, Suecia, Rickard Lalander, quien hizo sus aportes sobre el tema; asimismo participaron los máximos representantes de las secretarías Cultura y de Ambiente, Tierras y Ordenación Territorial de la Gobernación del estado Zulia, quienes compartieron sus experiencias al respecto.

A 20 años de realizarse las primeras elecciones regionales A 20 años de las primeras elecciones de gobernadores y alcaldes en Venezuela, ese primer gran paso parece diluirse en un destino incierto para la descentralización. Luego de dos décadas de gobiernos regionales y municipales por libre elección, es tiempo de presentar balances, en especial cuando el escenario político futuro del poder descentralizado es poco esperanzador.

Habla la academia

Esta situación motivó a las autoridades de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de LUZ a organizar –el pasado mes de julio– el Foro Nacional Democracia, Descentralización y Desarrollo en Venezuela que sirvió de espejo para que la colectividad zuliana conociera con detalle la situación actual del proceso descentralizador que nació para acercar el poder al ciudadano.

“No quisimos permanecer de brazos cruzados frente a la situación que estamos viviendo en torno al tema de las competencias regionales que tanta polémica están generando en los venezolanos. De modo que nos esforzamos para brindar la visión de quienes han sido favorecidos con el voto popular en las diversas regiones del país en estas dos úl-

Democracia, descentralización y desarrollo


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Voces de la descentralización: Gobernadores y alcaldes se pronuncian.

timas décadas y quienes han conducido y demostrado que sí se puede gobernar de la mano con las comunidades”, afirmó el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de LUZ, Iván Cañizales Camacho.

Pablo Pérez Álvarez, gobernador del Zulia:“Luchar por un Estado Federal, democrático y descentralizado” Hablar de la Constitución Nacional es hablar de democracia y de descentralización pues ambos conceptos están íntimamente relacionados, aseguró el gobernador del estado Zulia, Pablo Pérez Álvarez. Destacó en su intervención que las transferencias del puerto, puente y aeropuerto fueron gestadas por el primer gobernador electo en el estado Zulia, Oswaldo Álvarez Paz, mientras que el manejo de las vías de comunicación se iniciaron en la gestión de Francisco Arias Cárdenas y que se profundizó durante los períodos de gestión de Manuel Rosales donde también se impulsaron exitosamente programas sociales, como el Francisco Ochoa, Jesús Enrique Lossada y la Biblioteca Pública del estado. También resaltó el inicio del programa Antonio Borjas Romero. Estos programas han sido posibles gracias al proceso de descentralización y alcanzado con corazón y esfuerzo por esta región.

Expresó que el progreso de las comunidades debe ser la prioridad para los gobernantes, sin distingo de colores, razas, sexos ni ideologías, “desde la academia hacemos nuestros aportes pero se necesita de voluntad para procurar un país cada vez mejor”, afirmó. Por su parte, Jorge Palencia Piña, rector de LUZ, en el acto de instalación, aseguró que la casa de estudios, cumpliendo con su fiel compromiso de formar a través de ideas y acciones pertinentes, nunca ha cesado de marchar al ritmo que los tiempos corrientes imponen a la sociedad, en especial con los hechos que influyen sobre uno de los procesos más importantes de la historia política venezolana como es la descentralización.

Instó a los asistentes al Foro a defender el proceso de descentralización que tanto bienestar y progreso ha traído al país. “No se trata exclusivamente de la aprobación de los recursos de la Ley de Hacienda Pública Estadal o de la Ley de Asig-

“LUZ se honra al servir de escenario para el debate plural y amplio sobre la evolución política de mayor trascendencia para las regiones venezolanas cuando los partidos y gobernantes comenzaron hace dos décadas a incluir en su agenda el propósito de descentralizar y desconcentrar el poder a fin de facilitar la toma de decisiones sobre los principales problemas que aquejaban a los estados”, dijo el rector.

Foro nacional


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naciones Económicas Especiales (LAEE), o que esas alícuotas que nos corresponden sean cada vez mayores; se trata de salvaguardar nuestras competencias como gobiernos locales y regionales”.

gracias a la descentralización. Nosotros tenemos que luchar con fuerza y mayor convicción por la autonomía administrativa y política de la región”, puntualizó. Andrés Velásquez: “El cambio social debe partir de la descentralización”

Finalmente exhortó la iniciativa de la FCESLUZ por tan importante espacio para la discusión de lo que ha sido el proceso de descentralización en Venezuela, proceso este que representa la constitucionalidad y la democracia en el país.

Para Andrés Velásquez las condiciones actuales de los venezolanos no se corresponden con las expectativas que tenían los ciudadanos tanto en el terreno democrático como en la repartición de esas riquezas y mucho menos en lo que concierne a la participación. “Los venezolanos estamos conscientes que el cambio social necesariamente tiene que partir desde la descentralización, no sólo vista desde el aspecto administrativo sino también político”.

Oswaldo Álvarez Paz: La recentralización conspira contra el desarrollo de la sociedad venezolana

Aseguró estar consciente de que es necesario ahondar en el tema de la descentralización desde dos perspectivas: una, el tema administrativo y la otra, el tema político-democrático, “las regiones y los municipios quieren decidir sus destinos y no que se les imponga desde la ciudad capital”, cerró su intervención.

Para el primer gobernador electo del estado Zulia, Oswaldo Álvarez Paz, todo el proceso de descentralización está siendo revertido para conspirar contra el desarrollo integral de la sociedad venezolana, contra la democracia misma, sus principios y valores fundamentales que están siendo desdibujados de la vida nacional. “Estamos viviendo un momento de coyuntura trascendente frente al cual la población necesita tomar plena conciencia de las consecuencias que se puedan derivar”. “Tengo la certeza que tanto el Zulia como otros estados del país están infinitamente mejor

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Carlos Tablante: “Hay que descentralizar la lucha”

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William Dávila: “Frente al centralismo y la autocracia el mejor antídoto es la descentralización”

En su visita a Maracaibo el también primer gobernador electo del estado Aragua, Carlos Tablante, coincidió en que hace 20 años comenzó a gestarse en el país un modelo de gobernabilidad basado en la profundización de la democracia descentralizada. “Sin embargo, hace un par de meses este proceso está atravesando por un momento de mucha dificultad, de intimidaciones y amenazas”. “Es necesario involucrarnos, comprometernos, organizarnos y movilizarnos, fortalecer a todas las organizaciones de la sociedad y usar todos los medios constitucionales que estén a nuestro alcance para defendernos de esta embestida neodictatorial. Hay que descentralizar la lucha, hay que crear

Tras 10 años de luchas políticas y sociales y con la descentralización consolidándose como el proceso de cambio más novedoso desde los últimos 20 años, William Dávila, ex gobernador del estado Mérida, aseguró que la lucha política y social debe ser para consolidar una nación descentralizada. Con un espíritu y una visión autocrítica, el ex mandatario regional aseguró que les ha faltado mayor organización de la base para defender la descentralización. “Lo realmente importante es generar conciencia e ir hacia las bases y emprender una evangelización y formar el apostolado político para que los ciudadanos se mantengan optimistas y convencidos que hay razones suficientes para seguir en pie de lucha. Yo creo en una república federada y descentralizada y en ella no tiene cabida un gobierno con mentalidad centralista y militarista”, señaló.

una agenda social de movilización con las comunidades, sindicatos, gremios, universidades y partidos políticos para hacer una cruzada en defensa de los valores de la ciudadanía y concretar el tan ansiado pacto federal donde se busca la conquista de acuerdos para avanzar hacia un país descentralizado”.

Fernando Chumaceiro: “Descentralización congelada” Fernando Chumaceiro, primer alcalde electo del municipio Maracaibo, recordó los múltiples es-

Foro nacional 10


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fuerzos que se han hecho en materia presupuestaria para alcanzar los niveles de desarrollo y descentralización de muchas regiones del país. “Sin embargo, el proceso de descentralización ha sido congelado y hay medidas que tienden a revertirlo”.

Para Méndez la mejor forma de lograr el perfeccionamiento de la democracia es a través del proceso descentralizador que beneficia los municipios a través de políticas de inversión adaptadas a las necesidades de cada localidad y en función de las prioridades de vida de sus habitantes. “Es necesario que las comunidades se unan y asuman el compromiso compartido de luchar por ampliar los escenarios de participación para recuperar la confianza y la fe en ellos como individuos organizados y en los partidos políticos como unidades de acción política a favor del colectivo”.

Para el ex alcalde es evidente la diferencia “entre aquella Venezuela que empezó a vivir con la democracia descentralizada y esta autocracia hacia donde se está conduciendo nuestra nación en los actuales momentos y nos estamos limitando a una concepción de cuartel y no de la patria y el país que merecemos y queremos. La democracia de un país convoca el esfuerzo de todos para hacer que los ciudadanos puedan alcanzar una vida más libre y justa”.

Julio Castillo: “Acercamiento y comunicación son la clave” En su intervención Julio Castillo, ex alcalde del municipio Naguanagua del estado Carabobo, aseguró que el éxito de su gestión como alcalde, tras dos periodos consecutivos, se basó en el acercamiento y comunicación con las 85 comunidades que integran el municipio.

Mervin Méndez: “La descentralización necesita de madurez política” Tras cuatro períodos consecutivos al frente del ayuntamiento del municipio Lagunillas, Mervin Méndez recordó que entre los logros impulsados por la descentralización en esa entidad está el haber contribuido a su independencia económica de la actividad petrolera.

Aseguró que su experiencia le permitió ratificar la necesidad de interactuar directamente con las comunidades para garantizar un trabajo realmente efectivo y en pro de la calidad de vida de los habitantes. “Es importante la participación popular

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Rickard Lalander: “Una mirada internacional al proceso descentralizador”

en la defensa de la descentralización pues si no convocamos a la colectividad a la lucha por preservar los avances, las voces en defensa sólo se dejarán escuchar en los espacios académicos, intelectuales y en los medios de comunicación sin tocar a las comunidades, principales beneficiarias”.

Con más de 20 años de estudios sobre la realidad venezolana, Rickard Lalander, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, Suecia, también se hizo presente en el gran Foro nacional sobre Democracia, Descentralización y Desarrollo que organizó la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia donde disertó sobre el tema Descentralización y Chavismo. En su intervención aseguró que la reforma a la Constitución Nacional de 1999 plantea retos muy importantes al proceso de descentralización. “Se abren nuevas posibilidades de participación pero al mismo tiempo existe una cultura de resistencia en las instituciones del Estado pues prevalece una cultura política y ciudadana centralizada que sólo obedece órdenes del máximo ente de decisión política”.

Juan Fernández: “La participación ciudadana debe ser garantizada” Por su parte Juan Fernández, ex alcalde del municipio Las Salias, estado Miranda, coincidió con su homólogo Julio Castillo en la importancia que tuvo emprender la lucha por la descentralización y municipalización con un objetivo en común: trabajar directamente con las comunidades y ganar los corazones de la gente. “La participación ciudadana marcó el inicio de todo este proceso de transformación para lograr el desarrollo social de los diferentes estados y municipios de la sociedad venezolana”.

Para Lalander un sistema demasiado concentrado en el populismo, en el liderazgo centralizado y personalizado constituye un peligro para la democracia y para los principios de la descentralización.

Hoy lamenta la intervención y el arrebato de competencias que se están dando en algunas alcaldías en función del centralismo anárquico y en detrimento del bienestar de los ciudadanos. “La descentralización hoy sufre una parálisis que solo podrá ser revertida si impulsamos los cambios a través de las redes populares ganando los corazones de la gente con más trabajo y participación”.

“Desde la perspectiva político-cultural el proceso no ha sido fácil pero ha logrado sobrevivir. Es importante que los actores políticos sigan luchando por el derecho a la participación ciudadana”, puntualizó.

Foro nacional

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Gustavo Azócar: “Los venezolanos tienen derecho a estar informados con pluralidad”

Juan Carlos Fernández: “La libertad de expresión es un derecho”

Gustavo Azócar: Lo que debemos defender está en la Constitución.

El jurista y periodista Juan Carlos Fernández aseguró que “la libertad de expresión es un derecho inherente a los seres humanos y es inevitable su defensa por ser una conquista fundamental del ser”.

En Venezuela el intento por silenciar a los medios de comunicación e intimidar a los periodistas está a la orden del día, aseguró en su intervención el reconocido periodista Gustavo Azócar.

“Los venezolanos gozamos del derecho a la expresión e información desde nuestros orígenes. Es un derecho universal que nos ha ayudado a alcanzar otras conquistas como la descentralización del poder. La libertad de expresión no es un problema sólo de los medios de comunicación, ni de los periodistas exclusivamente. Es un problema de todos los ciudadanos, de todos los venezolanos”.

Recordó cómo en una primera etapa los medios de comunicación en Venezuela fueron atacados con hechos violentos. Pero ahora, en una segunda etapa, el ataque se hace mediante alegatos jurídicos y tributarios. “El Seniat materializó una serie de inspecciones a las emisoras de radio, plantas de televisión y periódicos, que trajo como consecuencia el cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV) y los múltiples intentos por hacer lo mismo con el canal de noticias Globovisión así como la expropiación de 285 emisoras de radio y la pretendida eliminación del Colegio Nacional de Periodistas (CNP). El Gobierno central lo que busca es consolidar e incrementar su hegemonía comunicacional”. Aseveró que todo sistema democrático necesita de medios de comunicación independientes, libres y plurales. “Todo lo que requerimos hacer y saber está en la Constitución Nacional y como primer paso debemos exigir verdaderos poderes públicos independientes”, puntualizó.

“Los medios son instrumentos de carácter tecnológico y los periodistas portavoces de la información, pero es el ciudadano común el que debe tomar la palabra para emitir el mensaje que ha de ser llevado al resto de la población, por lo tanto son ellos quienes tienen el deber de defender ese derecho para frenar el autoritarismo que el Gobierno nacional quiere imponerle a la sociedad venezolana”. “Venezuela necesita construir una sociedad que avance en el desarrollo de estos derechos naturales inalienables e intransferibles y eso sólo será posible en un país donde impere la democracia, la libertad y la justicia social”. En: http://www.youtube.com/watch?v=6Q9cEoLjOdc

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“Descentralización Vs. Neocaudillismo” Carlos Tablante1 “Descentralización versus Neocaudillismo”, es un anuario revelador de importantes acontecimientos en el escenario del proceso descentralizador venezolano, sin caer en la añoranza. Asumimos una posición crítica para analizar cada uno de los hechos actuales, generadores del nuevo centralismo. Al mismo tiempo, es una obra integradora para aprender de las experiencias de otros países latinoamericanos y de Europa. Esta suma de experiencias fue posible gracias a la conjunción de los esfuerzos que permitieron la realización del foro global digital “Descentralización: retos de la democracia del futuro”, realizado en Caracas, en noviembre de 2007.

¿Por qué el titulo del anuario es Descentralización Vs. Neocaudillismo? Porque la vulneración de los principios democráticos consagrados en la Constitución ha creado un nuevo caudillismo. Es pertinente, frente a las nuevas generaciones, clarificar el antagonismo entre Descentralización y Neocaudillismo.

Los aportes de destacados expertos abrieron el camino a otro encuentro, el Seminario Internacional “Federalismo y Descentralización: Presente y Futuro”, celebrado el pasado mes de mayo. En este momento, estamos preparando el segundo anuario y nuestro propósito es realizar un evento anual por la descentralización y plasmarlo en un libro.

Las propuestas de los autores venezolanos

Como lo expresamos en este primer anuario, diseñar una estructura en el actual Estado Constitucional venezolano, dirigida a impulsar la descentralización en un contexto centralizador, con una cultura política con rasgos de autoritarismo y en una sociedad fragmentada, es una tarea difícil de traducir en contenidos normativos y propositivos concretos. A pesar de las dificultades, podemos asentir que esta es una obra con autores dispuestos a asumir los retos que la democracia del ciudadano demanda. Ese desafío se mantiene vivo, con fuerza e integridad.

Allan Brewer-Carías, ministro de Estado para la descentralización, durante el período presidencial transitorio de Ramón J. Velásquez, es contundente al afirmar que la descentralización política siempre ha sido y es un asunto que sólo concierne a la democracia, para su sobrevivencia o perfeccionamiento. Al ubicarse en el presente se refiere a la repetida (pero no respetada) expresión democracia participativa y argumenta que aunque la quieran distorsionar, “la democracia participativa sólo es posible en un sistema de descentralización política y de municipalización de un país”.

1. Presidente del Centro de Formación Política y Ciudadana de Un Nuevo Tiempo Ex gobernador de Aragua (1990-96), participó en la redacción de la Constitución vigente, como constituyente, y se desempeñó como parlamentario durante 25 años. Ex diputado al Congreso de la República. email:tablante@movistar.net.ve

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Román Duque Corredor, ex magistrado de la desaparecida Corte Suprema de Justicia, da consistencia al título del anuario, cuando sostiene que la descentralización llena de contenido democrático al federalismo, mientras que su opuesto, el centralismo, conduce a la consolidación del autoritarismo en un sistema presidencialista exacerbado.

gación de las leyes de elección de gobernadores y alcaldes, además de la Ley de Descentralización y Transferencia de Competencias. Los primeros años de la descentralización en Venezuela estuvieron colmados de dificultades, fue un proceso de descentralización negociada, pero también es cierto que los aprietos despertaron la creatividad y la fuerza en las regiones, hasta el punto de poder narrar una historia con saldo positivo.

Luis Alfonso Herrera Orellana, profesor de la UCV y de la UCAB, centra su trabajo en el referéndum del 2 de diciembre de 2007 y destaca que la reforma de la Constitución, rechazada por el pueblo, pretendía debilitar los entes territoriales del Poder Público que en algunos casos habrían quedado supeditados a la acción de formas de organización inéditas (ciudades, comunas, comunidades, consejos comunales, etc.), expresión de la nueva rama del Poder Público Popular.

Otra historia es a partir de 1999, después de consagrarse el Estado Federal y Descentralizado en la nueva Constitución. Lamentablemente, los sueños de la nueva Carta Magna, en la práctica se difuminaron, el centralismo se restituyó. Se ignoraron leyes fundamentales como la del Consejo Federal de Gobierno y la de Hacienda Pública Estadal. Más recientemente, a los gobiernos regionales los despojaron de competencias exclusivas, como la administración de vías terrestres, aeropuertos y puertos.

Antes de continuar con los autores del anuario “Descentralización vs Neocaudillismo”, es necesario alertar que a pesar de la manifestación popular democrática en contra de la reforma constitucional, entre 2008 y 2009, se aprobaron un conjunto de leyes que han quebrantando las normativas constitucionales, como es el caso de la Ley de Descentralización, la Ley del Distrito Metropolitano y más recientemente la Ley de Educación.

Manteniendo nuestra firme posición, vemos la descentralización como un proceso esencialmente democrático, como una herramienta para la participación real, como la brújula de la democracia social. Es la única opción para consolidar una sociedad que profundice el sentimiento de pertenencia e identidad con el país, con la región, el municipio, la parroquia y la comunidad. Asimismo, el respeto y el cumplimiento de los derechos y libertades de todas las personas, es decir, un país excluyente. Esa es nuestra ruta y seguiremos construyendo el camino que nos lleve a su recuperación de la descentralización, para mejorarla y profundizar la democracia.

Otro autor presente en el anuario 2007-2008 es Gustavo Linares Benzo, experto en descentralización, quien realiza un análisis sobre el sistema venezolano de repartición de competencias. Detalladamente revisa el texto constitucional, a fin de determinar hasta qué grado Venezuela es un Estado federal, y sobre esa base, indagar sobre el reparto de competencias legislativas entre el centro y la periferia. Sostiene que la existencia en Venezuela de varias entidades con potestades legislativas es la confirmación de que se trata de un Estado Federal.

Las ideas de los autores internacionales Mariela Morales Antoniazzi, venezolana de trayectoria profesional internacional, con quien compartimos la edición de esta obra, ha realizado un amplio trabajo de investigación en los organismos de integración de Latinoamérica y Europa; resultado de esta experiencia es su análisis sobre el modelo federal presente en la Unión Europea, y asegura que aunque los tratados de la unión no acuñen la noción de “federal”, un factor clave, como

En el análisis que escribimos en esta obra, nos ubicamos en nuestra experiencia como primer gobernador de Aragua, con el fin de demarcar la historia anterior a las protestas sociales del 27 y 28 de febrero de 1989 y la posterior, con la promul-

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en todos los sistemas federales, es el reparto de competencias, que se debate desde el 2000 en la búsqueda de fijar quién hace qué en esta organización supranacional y cómo acercarla al ciudadano europeo.

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men totalitario. Lo clave –puntualizan– es brindar un sistema de pesos y contrapesos a través de la separación vertical de los poderes y, de esta manera, contribuir a fortalecer la democracia. Carles Viver Pi-Sunyer (España) explica que el proceso de descentralización política de las tres décadas de la Constitución española ha dado origen al “Estado de las autonomías”, lo que ha traído consigo para las Comunidades Autónomas un número muy elevado y significativo de competencias,

José María Serna de la Garza (México), destaca como aspectos políticos positivos del federalismo: el mejor manejo de conflictos, al proveer “avenidas” para solucionarlos y generar acuerdos, la protección de minorías y de intereses territoriales localizados, la disminución de los niveles de tensión política y la innovación en la elaboración de políticas, porque implica flexibilidad e innovación.

Finalmente, una invitación a la lectura del Anuario “Descentralización Versus Neocaudillismo”, con la absoluta convicción de que la opción vencedora es la descentralización… es la democracia.

Alejandra Rodríguez Galán (Argentina) asegura que, en su país, el Estado federal significa fortalecer los derechos individuales y sus garantías. Los principios rectores del sistema son la solidaridad federal y la subsidiariedad y existe un “cuerpo del derecho federal argentino” así como un vínculo federal, que puede servir de inspiración a otros países hermanos. Jorge Ibáñez (Colombia) se adentra en el andamiaje constitucional y pone de relieve que la descentralización tiene un propósito asociado a la eficiencia del gasto público y es un instrumento para combatir la pobreza y la exclusión, problemas sociales agobiantes en América Latina. Richard Ortiz-Ortiz (Ecuador) asevera que la “deseabilidad” de la descentralización es permitir un control más efectivo del poder, reforzar la democracia representativa aumentando la participación y la legitimidad en el sistema político, y garantizar la diversidad, neutralizando las tendencias desintegradoras. José Serrate Paz (Bolivia) revela cómo su país ha luchado por la descentralización y en pro de las autonomías departamentales, proceso que, de acuerdo a su opinión, en la actualidad marca un hito en el contexto suramericano. De Alemania, Matthias Hartwig y Rainer Grote coinciden en que el nacimiento del sistema federal alemán fue una respuesta a la experiencia del régi-

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La revolución de finales del siglo XX y la reacción venezolana del siglo XXI

MANUEL CABALLERO, PhD1

Ellos van desde el paroxismo centralizador del jacobinismo y el bonapartismo, hasta la caída del Muro de Berlín. Este proceso ha derivado a veces en anarquía, otras en simple anarquismo. En sus manifestaciones más espectaculares, abarca no solamente a los países “balcanizados” de vieja data, sino también a países de mayor desarrollo político, como los EEUU y Canadá. Nos proponemos un tratamiento de ese proceso, tanto en Venezuela como en el mundo, desde la perspectiva del historiador. Por eso, debemos precisar que se empleará el término “descentralización” en un sentido diferente al que le dan los constitucionalistas, los juristas e incluso los mismos politólogos. Para nosotros, es sencillamente una forma de la lucha permanente entre la Sociedad y el Estado.

Este artículo está destinado a afirmar el proceso de descentralización no como un acto simplemente administrativo sino sobre todo político constará de tres partes: las dos primeras contienen una glosa de algunas ideas ya expuestas en los años noventa sobre el proceso de descentralización que, en Venezuela y el mundo, parecía ser la nota dominante en el desarrollo histórico de esos años. La tercera parte, más reducida, se refiere a la marcha atrás dada en nuestro país a partir de 1999.

Antes que nada, es conveniente explicar en qué sentido se empleará el término descentralización política. Se acepta la idea de que ella sea (como su contrario, la centralización) una directiva de organización en sentido amplio, y no un concepto inmediatamente operativo, tal como lo definía Fabio Roversi-Mónaco en1985; de que ella sea una cuestión instrumental y no un fin en sí misma.

Algunos hitos históricos La mayor revolución de los años noventa tenía una tendencia y un carácter descentralizador. Ella cierra un ciclo de dos siglos exactos, de 1789 a 1989, doscientos años de los más cargados de historia en todo el proceso de la evolución de las sociedades humanas.

También es necesario decir que es un proceso ambivalente que no produce necesariamente efectos democratizadores; y mucho menos en lo inmediato. Pero sólo muy parcialmente aceptamos en nuestro uso del término la idea de que la des-

1. Profesor emérito de la UCV. Reconocido historiador. Autor de artículos reconocidos en periódicos nacionales e internacionales

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centralización política exprese una idea de derecho autónomo, si eso se confunde con el federalismo.

en Canadá, en España, en México y en los mismos Estados Unidos de América.

En tales condiciones, se empleará la fórmula de descentralización política en un sentido mucho más amplio o acaso más restrictivo: se trata de la tendencia de sociedades llegadas a un cierto grado de desarrollo o de madurez políticas (eso la distingue de las tendencias anárquicas, parroquialistas, disgregativas) a tomar para la sociedad poderes, funciones y prerrogativas que hasta entonces estaban concentradas en el poder central. Así, la descentralización política tal como la concebimos, está íntimamente ligada a otros dos conceptos: participación y democratización.

Esta revolución descentralizadora cierra un ciclo de dos siglos exactos de historia universal, los que van de la toma de la Bastilla a la caída del Muro de Berlín (1789-1989). Como suele suceder, el señalamiento de fechas muy precisas es algo convencional. En verdad, estamos hablando en el primer caso más del momento en que la centralización jacobina (y posteriormente napoleónica) se convirtió en ejemplo y modelo para la creación de Estados-Naciones contemporáneos. Sobre todo en Europa y en la parte latina de América, hasta el colapso de los regímenes que quisieron, confesamente, continuar y culminar la obra de la Convención y del Imperio. Se puede decir que en esos dos siglos, la centralización, algunas veces a ultranza, y también muy sangrienta, fue el proceso que dio el tono a la historia . Eso condujo a la formación ya definitiva de los grandes Estados-Naciones europeos; dio el tono (desde antes del 79) a la revolución inglesa en el siglo XVII; a la revolución francesa en el XVIII; a la unidad italiana y Alemana en el XIX; a las revoluciones rusa y china en el XX; así como a las confesas contrarrevoluciones nazi y franquista.

Por otra parte, y esa es la gran diferencia con la anarquía pura y simple, para evitar que las tendencias descentralizadoras desemboquen en eso, esto es, para que se pueda hablar de plena descentralización política, es necesario que su proceso sea pacífico y conduzca siempre a la ampliación de la democracia, no a su restricción. Esto quiere decir, uno, que la descentralización política es sobre todo esto último, para lo cual debe ser también consensual (eso le asegura legitimidad) y legal. Dos, que sea descentralización de verdad, y no una re-centralización a una escala menor, mínima en caso extremo. Eso para que logre evitar los escollos, sortear los peligros a que se aludirá más abajo.

Colmo de los colmos, el Estado del federalismo ejemplar, espejo de todos los liberales y de los federalistas, se llenó de sangre en un implacable proceso centralizador, produciendo el conflicto armado más grande y cruento del siglo XIX, la Guerra de Secesión; y luego el interminable genocidio de los pieles rojas, hasta llegar a ser hoy el Estado más poderoso del mundo: los Estados Unidos de América.

Al decir que la gran revolución de los noventa es la descentralización, se quiere decir que las conmociones políticas más características del fin del siglo XX y del milenio han tenido un carácter descentralizador. No tenemos sino que ver el estallido de algunos conjuntos federativos (nombre que algunos de ellos empleaban expresamente) como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la República Federativa de Yugoslavia, la República Socialista de Checoslovaquia.

Para completar el cuadro, los más radicales centralizadores de los dos últimos siglos han sido alógenos, hijos de pueblos y regiones de la periferia, o sea, de los que iban a ser las primeras y designadas víctimas de cualquier proceso centralizador: Napoleón Bonaparte, un corso; Stalin, un georgiano; Adolf Hitler, un austríaco.

Pero también fuera del ámbito del antiguo “bloque socialista” así llamado, se han estado dando, con sus características particulares y sus formas propias, algunos movimientos en ese sentido:

Esta revolución ha sido, como todas ellas, brusca en su estallido, pero no necesariamente vio-

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lenta. Tanto es así que en Checoslovaquia se le llamó “revolución de terciopelo”, donde la violencia no pasó de las palabras (se habló de la “masacre de la Plaza San Wenceslao”, pese a que allí no hubo ni un muerto).

el Estado y la Sociedad; y en primer lugar del partido político. El rechazo del Estado lleva entre los anarquistas, pero desde el extremo contrario, al rechazo de la política que, como ha quedado claro en todos los análisis del hitlerismo, no es sino la negación de la realidad: lo que nos disgusta no se combate; sencillamente, no existe. Eso crea un ambiente parecido al que originó las guerras de religión: el no reconocimiento de la existencia del enemigo.

La violencia ha venido después, con la anarquía y la guerra civil; pero eso ha sucedido en los países con una larga tradición de intolerancia nacional y religiosa, en un viejo proceso que no por acaso se llegó a llamar hace mucho tiempo “balcanización”.

Lo curioso de este proceso es que, en su manifestación de estallido nacional, ha coincidido con el apogeo de lo que algunos han querido considerar como el renacimiento del liberalismo, olvidando que éste no puede confundirse con una forma de organización económica.

Incluso en países con una larga tradición guerrera, revolucionaria, al estallido de la crisis ha seguido un inmediato y prolongado proceso de negociaciones, y hasta se llegó a decir con mucha razón que en el conflicto de Chiapas en México brillaron más los flashes de los mass-media que los fogonazos de los fusiles.

Para Lord Acton, el gran fracaso del liberalismo vendría cuando se revelase la inviabilidad de los estados multinacionales. Porque señalaría también, de una forma u otra, el entierro de lo que está en el origen y en la base del liberalismo como actitud, como teoría y como praxis política: la tolerancia.

En los países más desarrollados, eso ha tomado diversas formas: desde la violencia ciega, como en el caso de los “anarquistas de derecha” norteamericanos cuya manifestación más espectacular fue la bomba de Oklahoma; y la furia asesina de los separatistas vascos y de algunos grupos similares en Córcega. Entre los miembros del G-7 de los países más ricos, eso ha tomado formas más pacíficas pero no necesariamente menos primitivas.

Aquí está el gran peligro de ese proceso: que lo que comience como una reacción normal ante la centralización y el estatismo excesivos, y como una búsqueda de la sociedad por arrancar espacios de poder al Estado, se convierta en una compulsión centrífuga que lleve por un lado a la anarquía y en algunos casos a la guerra civil; y por el otro, a la eclosión de particularismos étnicos, religiosos o culturales.

En Quebec se ha manifestado civilizadamente una comprensible reivindicación nacional; en Italia del Norte ha tomado en cambio la forma de un vociferante y hasta obsceno particularismo. Y ya que se ha nombrado a estas últimas regiones, pretender que la tendencia descentralizadora sea la natural contrapartida de una extrema previa, combinada con un bajo nivel de vida, explotación económica y opresión social y política, haría inexplicables estos dos últimos casos.

A eso hay que agregar una situación muy particular de fin del siglo veinte: la rapidez de las comunicaciones, la masa de información que hoy puede llegar al hombre de la calle desde las regiones más apartadas, puede ser un vehículo también para el contagio de ese tipo de epidemia, de esa derivación aberrante de un justo combate. En esas condiciones, lo que se ha señalado como la gran revolución de los años noventa se podía trasformar en una terrible contrarrevolución, con todos los significados negativos que semejante caracterización engloba :

Todo lo cual ha coincidido en otras partes con un fenómeno originado por la dinámica misma de todo rechazo: se pasa de aborrecer el Estado centralizado a la detestación de toda forma de organización no solamente estatal, sino mediadora entre

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a) El reaccionarismo (ultranacionalismo en Rusia);

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término se comprenderá mejor si precisamos que la política se centraba, se manifestaba, se ejercía entonces en el Uno (así, con mayúscula) y que durante veintisiete años se llamó Juan Vicente Gómez. El cual, a su vez, resulta ser el creador del Estado venezolano.

b) El autoritarismo (en buena parte de los países de la antigua URSS); c) La “limpieza étnica” (Serbia); d) La intolerancia cultural y religiosa (antisemitismo en Rusia y en Europa Oriental, donde también se da la persecución de los gitanos);

Dicho en términos más generales, que para descentralizar el Estado es necesario que el Estado exista, que sea fundado, y eso fue lo que hizo el general Gómez. Como suele suceder, esa creación tuvo dos características iniciales: el despotismo y el personalismo, lo cual se puede sintetizar diciendo que el venezolano fue en sus inicios el Estado gomecista.

e) Por el otro lado, la violación de los más elementales derechos humanos, cubiertos bajo el manto del respeto debido a los particularismos culturales (países árabes y africanos, Irán); f) Como remate, la tendencia a resolver todas esas contradicciones por medio de la lucha armada.

Eso le impuso, por la fuerza de las cosas, sus características a su contrario, el estado descentralizado: debía ser impersonal y debía ser democrático.

El caso venezolano Se reitera que gran parte de la confusión existente alrededor del proceso descentralizador como del término mismo, proviene de la creencia en que el mismo designe a una realidad pura –o al menos fundamentalmente– administrativa y por lo tanto también una cuestión puramente técnica. No solamente la descentralización política tal como la hemos definido arriba es mucho más importante e inclusiva, sino que también, y es lo que nos proponemos demostrar ahora, ha precedido en Venezuela a cualquier pensamiento o acción sobre la descentralización administrativa.

Romper con la unicidad política fue entonces el primer paso hacia la descentralización. Se comprende mal, o peor aún, se ignora, un proceso más profundo y significativo cuando se dice que el proceso descentralizador comenzó con los “polos de desarrollo” a finales de los años sesenta; o en los años 80 con la creación de la COPRE; o con la Ley de 1989 y con su resultado más espectacular, la elección directa de gobernadores y alcaldes. No: el proceso descentralizador comenzó en 1936, con la búsqueda de la democratización, reivindicada con ritmos e intenciones diferentes por el gobierno y la oposición.

No comprender eso (o comprenderlo mal) nos llevaría no solamente a la ciega incomprensión del caso venezolano, sino a algo peor: puede llevarnos a abortar un desarrollo que, bien entendido, sería una de nuestras mejores y mayores conquistas del siglo veinte y del veintiuno.

Democratización quería decir ruptura, o por lo menos alejamiento, de ese centro atosigante; quería decir una nueva relación entre el estado y la sociedad. Ese ha sido un proceso indetenido que no han logrado detener los esfuerzos dictatoriales de Pérez Jiménez entre 1952 y 1958, ni las intentonas militares de 1992.

Para plantear el asunto en sus justos términos, hay que decir que durante mucho tiempo, en Venezuela se confundió unificación territorial con centralización administrativa y sobre todo con lo que podría llamarse unicidad política. Este último

Tres condiciones debían darse para que el proceso descentralizador pudiese largar amarras: la paz; la formación del Estado y la integración nacional.

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a) Una paz prolongada, porque en la mente de los venezolanos estaban inscritas dos palabras: “guerra larga”, como se llamó a la revolución federal que se inició en 1859 y supuestamente terminó en 1863, pero que en verdad sólo vino a culminar en 1903, por lo que José Gil Fortoul prefiere llamar a ese medio siglo el de “las guerras federales”.

terrestres, sino también por avances en el terreno de la conciencia: ya en los años veinte, Laureano Vallenilla Lanz consideraba ese proceso concluido; tal vez exageraba, pero hoy sí se puede decir eso. Durante un buen tiempo, casi medio siglo, los agentes de esa descentralización fueron los partidos políticos, el más inmediato canal de participación popular; y el más avasallantemente exitoso, ante la ausencia de competencia real en el seno mismo de la sociedad.

Durante buena parte del siglo diecinueve, cuando se quería describir o pronosticar una calamidad natural, como un terremoto o una inundación, se solía gritar “¡Federación total!”. El espantajo de ese medio siglo es agitado a veces todavía por quienes de una forma u otra son partidarios de conservar las riendas bien cortas al populacho. Lo cual es olvidar que en aquella Venezuela la inmensa mayoría de la población vivía en el campo, y hoy la situación es diametralmente opuesta; que no tenía casi vías de comunicación, y que hoy es un país muy bien comunicado; que tenía mil ejércitos y hoy sólo hay uno.

Pero el partido político tuvo en Venezuela una particularidad que, hasta donde sabemos, nadie la ha puesto de relieve. Él podía garantizar la contención de las tendencias descentralizadoras dentro de límites manejables. Dicho en otras palabras, el partido político viene siendo así una lámpara de Aladino capaz de encerrar el genio popular y evitar que se desmande. En principio, eso lo podría hacer cualquier partido, pero en Venezuela las pulsiones centrífugas eran todavía demasiado recientes, demasiado sangrientas y sobre todo demasiado temidas. Por esa razón, el modelo preferible era el de un partido fuertemente centralizado. Esa es la razón de la profunda influencia del leninismo en los partidos venezolanos. Por esa razón, para el líder político de mayor influencia en la Venezuela del siglo veinte, Rómulo Betancourt, el leninismo no fue una calistenia ni un sarampión de los años mozos, sino una teoría y una praxis profundamente anclada en su cerebro de dirigente político. Por esa razón, en Venezuela se dio, con Acción Democrática, un caso único en el mundo: un partido leninista no-marxista.

b) Ese ejército nacional unificado fue la columna vertebral en la formación del Estado, como sucede siempre. La existencia de ese Estado cuya dominación se extiende por todo el territorio nacional, es la garantía de que la descentralización no vaya a derivar en anarquía ni mucho menos en guerra civil. La combinación de un ejército nacional y de un Estado, con todas su fallas y debilidades, reconocido nacional e internacionalmente, ha impedido que las pulsiones centrífugas le vayan a dar el tono a la descentralización política. c) Finalmente, para que ese proceso descentralizador, en lo político pero también en lo administrativo, se diese, era necesaria la integración nacional, no solamente por su unificación gracias a un buen sistema de comunicaciones principalmente

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Pero el partido leninista, como agente de descentralización política, lleva en sí el germen de su propia destrucción: porque es un partido tendencialmente centralizador y por lo tanto se convierte a la vez en un agente de re-centralización. Mucho más si su vocación es la de partido único, cosa que, nolens volens*, llegó a ser Acción Democrática en los años cuarenta: porque no tenía rivales en el seno de la sociedad (ni sindicatos, ni partidos, ni organizaciones empresariales, ni la Iglesia), y ni siquiera dignos de tal nombre, en lo que se podría llamar el país político.

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desaparición y mucho menos en la supresión de los partidos. Tal vez, cuando mucho, en la desaparición de los actuales. Creemos que, frente a esa realidad, si realmente quiere transformarse y seguir siendo una fuerza decisiva en la sociedad y en la política, al partido político se le abren dos perspectivas o posibilidades: 1) Conserva su carácter centralizado aunque abandone su vocación centralizadora, con lo cual podría transformarse en un elemento de equilibrio entre las tendencias centrífugas y centrípetas. 2) Se descentraliza, incluso se “federaliza”, pero sin caer en el “re-caudillaje” que, como hemos dicho, no es sino un centralismo a escala menor.

Ese monopolio social del partido político ha sido la causa de su ruina presente. Concebidos como formas primarias de la descentralización política, los partidos se convirtieron al final en los agentes más activos de una nueva centralidad, y al interior de ellos mismos configuran, como lo previó Robert Michels a principios de siglo, esa estructura cerradamente vertical, esa oligarquía plebeya llamada popularmente “cogollo”. Situándolo en su perspectiva histórica, el proceso descentralizador no es otra cosa que descentralización política. Eso no debe perderse nunca de vista. Descentralizar no es simplemente tomar algunas decisiones administrativas para agilizar las estructuras del Estado. Descentralizar es ampliar los canales de participación política; y uno de esos canales es, sigue siendo y muy principal, el partido. Pero es necesario descentralizarlo a su vez políticamente, romper sus “cogollos”. Aquí surge un nuevo elemento, al preguntarse cuál será el destino del partido político a medida que avance el proceso descentralizador, participativo y democratizador: ¿Desaparecerá? ¿Se convertirá por el contrario en un agente activo del proceso en su culminación, tal como lo fue en su comienzo? Si se plantea la descentralización política como un proceso democratizador, no se puede pensar en la

Si hemos puesto el acento en el partido político, es sobre todo porque es el blanco del ataque por amigos y enemigos de la democracia. Pero pensamos que solo el ingreso de nuevos actores políticos y sociales le hará perder ese carácter monopólico que los ha llevado al desastre. El retroceso Lo sucedido en Venezuela a partir de 1999 ha venido a confirmar al menos una de nuestras afir-

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maciones: que la descentralización no es un asunto puramente administrativo sino primera y principalmente político; que no se trata de la mayor o menor autonomía de una región, sino de la permanente lucha entre la Sociedad y el Estado, aquella por arrancarle a éste parcelas de autoridad, éste exactamente por lo contrario.

por el Ejecutivo a los alcaldes y gobernadores electos por el pueblo. Conclusiones La gran revolución de los años finales del siglo veinte tenía un carácter y una tendencia descentralizadores, y esto en el área regional como en todo el mundo. Ambas cosas podrían parecer contradictorias, pero la aparente paradoja se resuelve al sacar la idea de descentralización del ámbito estrechamente administrativo y técnico para situarla en el terreno político.

Es así como se lo ha planteado quien manda en Venezuela desde 1999: el combate contra la descentralización ha sido sobre todo un combate por el regreso a la unicidad política, a la ultracentralización y sobre todo a la repersonalización de la política y del poder, en un extremo si acaso mayor que bajo Gómez, quien si no la rechazaba enteramente, tampoco estimulaba el culto a la personalidad.

Allí, el tema de la descentralización se plantea sobre todo como el episodio más importante de la lucha entre la Sociedad y el Estado. En esas condiciones, se puede decir que la integración latinoamericana será descentralizadora o no será. Esto quiere decir que debía ser un combate político cuyas condiciones han de ser la paz, la democracia y la integración. La paz porque de otra manera el proceso podría desembocar en anarquía; la democracia porque es la garantía de la legitimación del Estado a través del consenso y la participación; la integración porque el futuro parece orientarse a la creación de grandes bloques regionales, y porque es una garantía de que el proceso no será bastardeado por los particularismos regionales que conduzcan a una re-centralización pero a escala menor. Por eso, nuestra integración será descentralizadora o no será. Por eso, nuestro desarrollo será descentralizado o no será,

Así, su primer paso ha sido el combate, la represión y si es posible la eliminación del partido político como agente de la descentralización, para sustituirlo por una organización única que es menos un partido que una masa amorfa aclamacionista y gregaria formada, como lo había presentido Hannah Arendt, por “desclasados de todas las clases” (era la promesa electoral de “freír en aceite” las cabezas de los partidarios del “puntofijismo”). Casi simultáneamente, el desmantelamiento de las instituciones del Estado Liberal, eliminando la separación en independencia de los poderes, convertidos en simples cajas de resonancia del Poder Ejecutivo. La transformación de la fuerza armada nacional en una guardia pretoriana.

Pero la conclusión anterior se refería a un proceso normal. En la última década las cosas han cambiado aunque nos den la razón en cierto modo: porque el proceso de recentralización en Venezuela y en sus países—clientes ha traído como consecuencia un gran retroceso en el proceso de integración. Hoy América Latina está más dividida que nunca.

Una ofensiva permanente, de propaganda, agresiones físicas y leguleyos contra los medios de comunicación independientes, y la obsesiva presencia del Comandante en Jefe a través de “cadenas” de radio y televisión casi diarias. Ofensiva igual contra toda institución independiente, desde los sindicatos y agremiaciones, universidades autónomas, hasta la Iglesia Católica. Y como remate, la ultracentralización administrativa, superponiendo “vicepresidentes” escogidos

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Del Nuevo Federalismo al Nuevo Centralismo

JORGE SÁNCHEZ MELEÁN1 La centralización administrativa solo sirve para enervar a los pueblos a ella sometidos, puesto que tiende incesantemente a disminuir su espíritu de ciudadanía.

Puede por lo tanto contribuir adecuadamente

El debate entre centralismo y federalismo (descentralización) es el más antiguo en la historia de nuestras ideas políticas. Venezuela fue el segundo país en el mundo, después de EEUU, en adoptar en 1811 el modelo de estado federal, fundamentado en una concepción de la distribución territorial del poder entre las Provincias que conformaban el nuevo estado independiente. Pero el camino hacia esa orientación primigenia de nuestro estado, no ha sido nada fácil. Aunque en el periodo 1830-1864 tuvimos un estado unitario descentralizado, se impuso un centralismo conservador; después, entre 1899-1945 y desde 1948-1958 vivimos cincuenta y seis años de centralismo autoritario; entre 19451948 y entre 1958-1989 experimentamos un periodo de centralismo democrático. En suma, desde 1830 hasta 1989, vivimos 124 años de predominio de una visión centralista del poder, predominando la presencia de mandatarios autoritarios de corte militar, entre los que se encuentran J.T. Monagas, J.V.Gómez o Marcos Pérez Jiménez, entre otros. En nuestra historia, antes del tiempo actual, solo entre 1864-1899 y entre 1990-1998, es decir, durante cuarenta y cuatro años, la descentralización del poder, con muchas limitaciones, ha tenido cierta vigencia. Durante la última década 1999-2009, hemos vuelto a la orientación centralizadora, en medio de una nueva autocracia militar. Por ello, Venezuela culminó el siglo XX e inició el siglo XXI, con una renovada tensión entre federalismo (descentralización) y centralismo, que cada día se incrementa. El debate sigue vigente, aunque ahora en medio de un nuevo entorno histórico, donde la descentralización del poder se ha convertido en una de las megatendencias de nuestro tiempo.

a la grandeza efímera de un hombre, mas no a la duradera prosperidad de un pueblo. Alexis de Tocqueville (1835) En América Latina, también se registra una tensión constante a lo largo del siglo XX entre Centralismo y Descentralización. En las primeras décadas del siglo la tensión fue resuelta por las élites a través de la figura presidencial de un caudillo o dictador, y la adopción del Nacionalismo como ideología. Es el caso de Perón o Pérez Jiménez. Eso marcó el camino hacia la centralización del Estado, durante aproximadamente setenta años. Solo a fines de los años setenta del siglo pasado, la descentralización apareció en escena. Llegaron a su fin regímenes militares dictatoriales en Brasil, Argentina, Ecuador y Perú. La descentralización era entonces el camino para alcanzar y ampliar la representación, la legitimidad y la participación. Así se cerraban las puertas a regímenes autoritarios en el futuro. Además, llegaba también a su fin el modelo de desarrollo de crecimiento hacia adentro, fundamentado en la sustitución de importaciones. Esa orientación del desarrollo estuvo acompañada siempre de un estado centralizado e interventor, que seguía las orientaciones de la CEPAL. Adicionalmente, el denominado Estado de Bienestar (megaestado interventor) se convirtió en un Estado de “malestar”. Todo ello produjo un cambio en la lógica de producción y acumulación, pasándose de una manera “fordista” de generar manufacturas, a otra más abierta, descentralizada, fragmentada en diferentes territorios del planeta. Este cambio im-

1. Economista. Prof. titular de LUZ. Prof. de Postgrado de LUZ. Miembro de la Academia de Economía del Estado Zulia. Miembro de la Academia de Historia del Estado Zulia.

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pactó la base tecnológica de las sociedades, generándose la Revolución Tecnológica y la globalización que hoy nos caracterizan. Esta revolución está fundamentada en la cibernética y la comunicación, que abren la puerta a la descentralización, no solo económica, sino también política. Por otra parte, las ideas del Estado Social que dominaron el panorama europeo y norteamericano durante la posguerra, se orientaron hacia el Estado Mixto y abierto al mercado que sirvió de ejemplo a varios países latinoamericanos. En ese contexto, la descentralización fue vista como la vía para lograr eficiencia y eficacia en el aparato público en trance de reformas. La conjunción de todos estos fenómenos hizo posible que después de décadas de centralización, la descentralización del estado se hiciera presente en Latinoamérica. Así, en 1979 la Constitución peruana consagra la descentralización como principio del estado; se pone en práctica la elección de gobernadores en Brasil; se hacen profundas reformas municipales en Colombia; se amplía la vida municipal en México; y a finales de los ochenta, se adelanta en Venezuela el proceso de reforma del estado, siendo la descentralización uno de sus ejes básicos. En general, entonces, en las tres últimas décadas del siglo pasado se pusieron en práctica cambios en la estructura estatal de casi todos los países latinoamericanos, que incorporaron en mayor o menor medida algún grado de descentralización en sus instituciones. Y lo mismo ha ocurrido en el mundo después de la segunda guerra mundial. Por eso, la descentralización del estado es uno de los signos o megatendencias actuales

pativo. La década de los noventa significó un punto de inflexión en la tendencia centralista del estado venezolano. Se fortaleció la autonomía y las competencias de los estados y municipios. Surgió una nueva legitimidad, un liderazgo emergente, un cambio organizacional, un cambio en el esquema psico-social en gobernaciones y alcaldías. Se buscaba afanosamente el éxito. Se comenzaron a dar cambios en las finanzas públicas. Se aumentó el Situado Constitucional a estados y municipios; se crearon nuevos impuestos y tasas; se creó el Fondo Intergubernamental para la Descentralización; se aprobó la Ley de Asignaciones Económicas Especiales. Aunque el proceso de descentralización tuvo defectos, pues fue gradual, desigual, flexible, negociado y solo hacia los estados, se convirtió en el cambio político más importante del siglo XX en Venezuela. Hizo renacer el espíritu de ciudadanía. Estaba naciendo un nuevo modelo de estado descentralizado y participativo, enmarcado en un Nuevo Federalismo, muy diferente al caudillista del siglo XIX. Venezuela inició el nuevo siglo con una renovada tensión entre descentralización y centralización. Durante la campaña electoral de 1998 se puso de manifiesto una disyuntiva de fondo entre los partidarios de ella y los que la adversaban, con el candidato H. Chávez a la cabeza: la disyuntiva Democracia o Autoritarismo (concentración del poder) como concepción de estado. La década de los noventa concluyó con un proceso constituyente en el que quienes lo propiciaban endilgaron a la descentralización “corruptelas y desorden” ,”bochinche y despilfarro”. Aun así, la experiencia de los noventa los obligó a plasmar en la nueva Constitución una aceptación intermedia de la descentralización, que pudiera resumirse como de Estado Central con mixturas de Federalismo, con autonomía reducida para los estados federados y mayor para el municipio. Formalmente, la Constitución consagró un estado federal descentralizado, pero dentro de un marco centralista, donde se eliminó hasta el Senado presente en cualquier federación. La Constitución de 1999, en suma, no encaró la gran reforma que requería el sistema político venezolano:

El Nuevo Federalismo descentralizado en Venezuela se gestó entonces en la década de los años ochenta del siglo XX y se puso en práctica en la década de los noventa, rompiendo de esa manera la tendencia centralista del siglo que culminaba. Fue concebida como un proceso político de redistribución del poder. Como herramienta para perfeccionar la democracia, no como un fin en sí mismo. En última instancia, perseguía un modelo de estado democrático, descentralizado y partici-

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ni desmontó el centralismo tradicional del estado, ni propició la redistribución del poder político en el territorio. Por esa razón la participación política es una entelequia.

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El régimen actual de Venezuela, con tendencia centralista y personalista, no puede concebir que la descentralización es un proceso tendente a distribuir la centralidad del poder, en el marco de la búsqueda de un equilibrio democrático entre los poderes existentes al interior del estado. Y ello es así simplemente porque no cree en la democracia representativa. El régimen militarista de Venezuela no entiende que en el federalismo, el estado no es solo la república, sino también los estados y municipios autónomos. Y mucho menos comprende que en el federalismo descentralizado pueda lograrse la unidad dentro de la diversidad, en un sistema democrático y pluralista, que asegure la participación a todos los ciudadanos, más allá de su ubicación ideológica o política. Al contrario, la vuelta al pasado en Venezuela es de tal magnitud que en Miraflores tenemos un Luis XIV tropical, que está convencido de su grandeza, y que cree que el estado es solo él. Todo lo centraliza de la manera más burda. La soberanía popular lo tiene sin cuidado. Para él las armas valen más que los votos. Pero pasa por alto que todo esto es transitorio, efímero. Así, mientras el poder se descentraliza en el mundo, generando mayor eficiencia y eficacia en el estado, en última instancia impulsando una duradera prosperidad en los pueblos, en Venezuela retrocedemos al siglo XX y al XIX, centralizando y personalizando el poder, en medio de la mayor ineficiencia y pobreza. Caminamos del Nuevo Federalismo al Nuevo Centralismo, en nombre de un verdadero anacronismo: el Socialismo del siglo XXI. De allí, la gran vigencia que sigue teniendo hoy lo que expresara Alexis de Tocqueville a principios del siglo XIX al estudiar la Democracia en América:

Después de entrar en vigencia la nueva Constitución, la política de descentralización ha sido totalmente ignorada, violándose reiteradamente el texto fundamental. La tensión federalismo-centralismo tiene ahora nuevos ingredientes políticos e ideológicos. Durante el periodo 2000-2009 la política de redistribución territorial del poder ha retrocedido en relación con la década de los noventa del siglo anterior. Desde 1999, el régimen autoritario y militar ha concentrado el poder y avanza hacia un control totalitario de la sociedad. De hecho, se ha sustituido la Constitución de 1999, especialmente después del rechazo popular a la reforma constitucional de 2007. Antes que hacer realidad al Estado Federal Descentralizado, se pretende instaurar un estado “Comunal” de inspiración socialista-marxista. Este modelo de estado se sustenta en un Nuevo Centralismo, que difiere del que se dio en el país a lo largo del siglo XX (centralización de la federación). Desconoce la distribución vertical del poder (poder nacional, estatal y municipal) y también la horizontal (poder legislativo, ejecutivo y judicial). En consecuencia, es unitario y centralizado. Sustituye a las entidades autónomas del modelo federal (estados y municipios) por formas socio-territoriales, manejadas desde el Poder Nacional (poder popular) sin autonomía: consejos comunales, comunidades, comunas, ciudades comunales, etc. El Estado Comunal concentra el poder en un solo centro: el del autócrata de la república unitaria y socialista. Por ello se desconoce la soberanía popular, se arremete contra los gobernadores y alcaldes de oposición al régimen, arrebatándoles competencias y recursos, a través de violaciones evidentes a la Constitución y la ley, sin que exista contrapeso entre los poderes del estado, puesto que no tienen la menor autonomía. Simplemente reciben órdenes, y en muchas ocasiones por televisión. Todo ello está enervando a la población y golpeando su espíritu de ciudadanía.

“La Centralización administrativa solo sirve para enervar a los pueblos a ella sometidos, puesto que tiende incesantemente a disminuir su espíritu de ciudadanía. Puede por lo tanto contribuir admirablemente a la grandeza efímera de un hombre, mas no a la duradera prosperidad de un pueblo”.

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La descentralización en Venezuela: dos modelos en pugna Haydée Ochoa Henríquez1 Hemos venido sosteniendo desde que comenzó a perfilarse la descentralización de los noventa que ésta responde a requerimientos neoliberales y lo hemos demostrado a través de numerosos artículos publicados, sin negar que la descentralización ha sido una aspiración de diversos sectores sociales, como ha dicho De Matos (1990), es una aspiración de localistas y neoliberales. Hemos manejado la hipótesis de que la descentralización tiene carácter neoliberal, por cuanto surge en un contexto neoliberal, en este sentido coincidimos con Vilas (2004), para quien el modelo social que el Estado promueve condiciona, entre otras cuestiones, el entramado constitucional, sin embargo no es por la hipótesis que calificamos la descentralización como neoliberal, sino porque la práctica ha demostrado su carácter neoliberal, a diferencia de los propósitos de eficiencia y democracia que sus defensores le asignaron. Veamos sus rasgos principales.

ces gratuitos para los usuarios, es el caso de la salud. El cobro se ha dado por diversas vías. Por una parte producto de la transferencia de este servicio a organizaciones del llamado tercer sector, entre éstas la iglesia y organizaciones corporativas de profesionales de la salud. Estas organizaciones, además de recibir recursos del Estado, los cuales descendieron, cobran el servicio al paciente. Al estudiar el ejemplo paradigmático considerado modelo de eficiencia en el estado Zulia, encontramos que las organizaciones que prestan el servicio no solo cubren los costos propios de éste, sino también costos de la organización que no se aplican al servicio, lo que conduce a mayores requerimientos financieros y en consecuencia incremento de los costos para el paciente, que se ve en la necesidad de no utilizar el servicio (Ochoa y Rodríguez, 2001). Por otra parte, se puso de moda con la descentralización la llamada autogestión (concepto que pasó de ser fundamentalmente político a tener un contenido económico). La autogestión en este contexto consiste, en el cobro, cada vez más difundido en todos los niveles del Estado, de distintos servicios, esto ha sido claro en los centros de salud del Estado, con mayor claridad en los servicios especializados, donde el paciente debía pagar para tener derecho a ser atendido de modo ambulatorio o en hospitalización. En los servicios educativos se llegó a nivel de cobrar inscripciones como colaboración que tenía carácter obligatorio, con la consecuente deserción en los sectores más desfavorecidos. En definitiva se impulsó la conversión del ciudadano en cliente, quien requiere disponer de recursos para ser atendido. Para el neoliberalismo, el Estado

En primer lugar la descentralización impulsó el retiro del Estado de competencias transferidas a los niveles subnacionales, la reducción del tamaño del aparato estatal es un rasgo del neoliberalismo, con el cual se contribuye al traspasar funciones a organizaciones distintas al Estado. Como ejemplo se encuentran los servicios de puertos y aeropuertos, cuya administración fue transferida al sector privado, incluso en algunos contratos de transferencia se estableció la condición de participación del sector privado en la gestión de estos servicios (Ochoa, 2000). En segundo lugar la descentralización vino acompañada del cobro de servicios, hasta enton-

1. Investigadora del Centro de Estudios de la Empresa, de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de LUZ. email: haydeeochoa@gmail.com

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debe dejar de ser paternalista, el ciudadano debe atender sus propias necesidades, la participación del Estado no debe ir más allá de atender de modo focalizado a los sectores más afectados, cuestión que requiere el Estado neoliberal como estrategia de legitimación.

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posibilidad de elecciones de los gobernantes subnacionales, el poder no se transfirió a los ciudadanos (Ochoa et al. 2008). En el marco de lo expuesto, ponemos en duda la eficiencia identificada junto con la democratización como propósitos formales de la descentralización, por cuanto si bien mejoraron algunos servicios, esto se logró a elevado costo social.

En tercer lugar, con la descentralización se dio un impulso a la flexibilización laboral, las empresas privadas, las organizaciones del tercer sector y el propio aparato subnacional al asumir la prestación de servicios incorporaron prácticas de flexibilización del trabajo que comienzan por convertir en lo que llaman microempresarios a quienes fueron o podrían ser funcionarios públicos, con esto se establece una relación mercantil y se evade la relación laboral, con todas las implicaciones que esto tiene en materia de salarios, seguridad social, estabilidad laboral y en general todos los derechos laborales establecidos en las leyes. La descentralización facilitó el paso de una relación laboral con la administración central a una mercantil con los gobiernos subnacionales.

A fines de los noventa, comienza a construirse un nuevo modelo de descentralización, en el contexto de la promoción por parte del Estado de un modelo de sociedad contrahegemónico al neoliberalismo, de beneficio de las mayorías sociales, plasmado en una nueva constitución. En esta se sientan las bases de la nueva descentralización, al prever la transferencia de prestación de servicios a las comunidades. Se trata de un modelo que se ha venido construyendo a lo largo de los diez años del gobierno de Chávez, el cual consideramos que ha pasado por varias etapas, cuyo rasgo común es la búsqueda de transferencia de poder a las comunidades organizadas.

En cuarto lugar, la descentralización significó la fragmentación del Estado al favorecer la elaboración de políticas diversas que han facilitado a los sectores dominantes nacionales y trasnacionales negociación directa con los gobiernos subnacionales, incluso en oposición con políticas nacionales. Es, como dice Torres (2002), necesaria al neoliberalismo la generación de un nuevo orden productivo vinculado al mercado y por ello la creación de espacios sin restricciones, donde el capital pueda fluir con mayor libertad. Frente a la existencia de una institucionalidad ligada a la economía para el consumo interno, la descentralización es propicia para la creación de los nuevos espacios institucionales requeridos para la economía de mercado.

Una primera etapa tiene lugar en el marco de la promoción por parte del gobierno, de la organización social para la participación a través de diversas estrategias organizativas y en los distintos procesos de gestión: En las decisiones, en la ejecución y el control de políticas públicas en materias que afectan directamente a la población y en las cuales existían profundas deudas sociales, ejemplos de esto son la dotación de agua potable y energía, la distribución de tierras, etc. Marca esta etapa la aprobación de la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública, con ésta se da un viraje a la descentralización al asignar a las comunidades organizadas capacidad de decisión en condiciones mayoritarias, para la planificación integral a nivel local, lo que creaba condiciones para la transferencia de competencias a las comunidades tal como está previsto en la constitución. Es un modelo que apunta a construir la democracia participativa en esta instancia de gobierno subnacional. Lamentablemente esta estrategia tuvo profundos obstáculos, especial referencia es necesario hacer

Por último, sin ánimo de agotar con lo expuesto la caracterización de la descentralización de los noventa, identificamos como un rasgo el hecho de que la descentralización significó una distribución territorial del poder, sin una distribución social, los sectores marginados del poder continuaron en estas condiciones, la democratización se redujo a la

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a la oposición de los alcaldes, tanto bolivarianos como de oposición, lo cual da cuenta de resistencia a transferir el poder a la sociedad, por parte de quienes lo detentan (Ochoa, 2008).

persistían a través de la descentralización impuesta en esa década. Referencias: Asamblea Nacional (AN) (2006). Ley de los Consejos Comunales. Caracas.

En este contexto y en el de agudización de contradicciones entre el viejo modelo de sociedad marcado por el neoliberalismo y el contrahegemónico que se promueve desde fines de los noventa, el gobierno de Chávez impulsa políticas para acelerar la marcha hacia el nuevo modelo. Como parte de esto, por una parte, se crean desde 2003 los programas denominados Misiones, las cuales tienen dos características relevantes, una es atacar la exclusión social y la otra es la participación social y ciudadana como elemento favorecedor de la inclusión. Por otra parte se aprueba en 2006 la ley de los Consejos Comunales, definidos como instancias que permiten “al pueblo organizado ejercer directamente la gestión de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades de las comunidades…” (AN, 2006). Con esta ley, se asigna a las comunidades capacidad para gestionar directamente políticas públicas, que en el viejo modelo ejercían los distintos niveles de gobierno. Se construye por lo tanto un nuevo modelo de descentralización, en el cual interviene activamente el ciudadano, que en el viejo modelo había sido marginado.

De Matos, Carlos (1990). La descentralización ¿Una nueva panacea para impulsar el desarrollo local? En: Revista de Estudios Regionales de la Comunidad de Madrid. No. 3, España. Ochoa Henríquez, Haydée (2000). Descentralización y retiro del Estado de la prestación de servicios en Venezuela. En: Ciencias de Gobierno, año 5 No.9. Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES). Maracaibo. Venezuela. Ochoa Henríquez, Haydée y Rodríguez, Isabel (2001). Descentralización y privatización de la salud en Venezuela. Estudio de un caso. En: TENDENCIAS. Vol. II No. 2. Universidad de Nariño. Colombia. Ochoa Henríquez, Haydée, Fuenmayor, Jennifer y Henríquez, Deyanira (2007). De la descentralización territorial a la descentralización participativa en Venezuela. En: Utopía y Praxis Latinoamericana, año 12, No. 36. Universidad del Zulia. Maracaibo. Venezuela.

Los Consejos Comunales contribuyen a resolver el problema de exclusión política de los ciudadanos en el viejo modelo de descentralización, pero hasta hace poco persistían la mayoría de las características de éste que le dan contenido neoliberal. Recientes medidas transfieren de nuevo al gobierno central competencias vinculadas a la economía, que han venido acompañadas de estrategias organizativas con las cuales el Estado asume directamente la prestación de los servicios, además atacando la fragmentación y creando condiciones laborales alejadas de las prácticas de flexibilización neoliberal, se trata en definitiva de apuntalar la prestación de servicios por parte del Estado desde una perspectiva alternativa a las tendencias neoliberales de los noventa, que aún

Ochoa Henríquez, Haydée (2008). Consejos Comunales: política del gobierno de Chávez para avanzar en la democracia participativa en Venezuela. En: Dante, Álvaro y Vásquez Valencia, Daniel (Compiladores), Venezuela ¿Más democracia o más populismo? Los Consejos Comunales y las disputas sobre la hegemonía democrática. Distribuendum A. C. y FLACSO-Uruguay. México. Torres López, Juan (2002). El Neoliberalismo. Sociedad, trabajo y poder financiero. Vadell Hermanos Editores. Caracas. Vilas, Carlos M. (2004). ¿Populismo reciclado o neoliberalismo a secas? El mito del neopopulismo latinoamericano. En: Revista de Sociología e Política No. 22. Curitiba. Brasil.

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La descentralización en Venezuela y el Poder Popular

Omar Muñoz1

Hablar de descentralización en Venezuela en estos tiempos de cambio sin referir a la construcción del Poder Popular es un tanto insuficiente para el análisis.

De allí que las tensiones existentes en esta área han estado presentes a lo largo de nuestra historia, el fin de la Guerra Federal terminó por consolidar el Estado central compaginando este poder con relativas autonomías provinciales.

También se hace obligado, al menos, construir una apretada síntesis que ubique tal proceso en una perspectiva histórica para ubicarlo cabalmente; sin ser tarea fácil trataremos de hacer dicho ejercicio.

La llegada de la renta petrolera en el primer tercio del siglo pasado, superada la crisis general del capitalismo de los años treinta, consolidó el poder del Estado central legitimado con las políticas públicas impuestas por las teorías keynesianas, vale decir, la renta petrolera en poder del Estado central reforzó o viabilizó la instauración de las políticas keynesianas desde ese mismo Estado central, de tal suerte que el poder redistributivo del Estado se fue acrecentando, en todo caso, giró alrededor de la dinámica de la renta petrolera y, con ello, se construyó una institucionalidad en el territorio y en los distintos niveles de gobierno sujeta a la capacidad de ser mantenida por vía de esa renta petrolera que se manifestaba por ratos creciente, por ratos en franca caída, en todo caso variable, para cumplir su papel.

Los procesos de descentralización, con la elección directa de gobernadores y alcaldes, que vivió el país a finales de la década de los 80, convergieron con el desgaste del modelo político y económico que mostraba su agotamiento en medio de protestas sociales y un desencantamiento de la población con los partidos políticos y, en especial, con las élites que lo dirigían. La solidaridad con el modelo estaba agotada y, en consecuencia, se trataba de crear mecanismos para garantizar el apoyo a un sistema que, aparte de agotado, era ineficiente para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de la población, se pretendía, entonces, mediante esta figura recuperar la confianza de las masas. Ya antes, desde los propios inicios de la república, lograda la ruptura del nexo colonial y con fuertes vestigios esclavistas y feudales, le dábamos forma a inauténticos modelos federalistas, generando tensiones entre estas formas con las características señaladas provocando una potencial “vocación desintegradora” frente a los requerimientos centralizadores de la unidad política de la época.

A finales de los 70 e inicio de los 80, al darse el estancamiento o pérdida de dinamismo de la renta petrolera, aparecen las tensiones sociales que en estado latente se encontraban en la sociedad caracterizada por un creciente gasto público, un aparato productivo sobreprotegido e ineficiente y un cúmulo de demandas insatisfechas, que va dando paso, a finales de los 80, como ya fue señalado, a reformas políticas que llevaron a un mayor nivel

1. Economista. Magíster en Gestión Local de la Universidad Carlos III de Madrid. Especialista en Desarrollo en Gerencia Pública. Asesor del sector privado en el área LOCTIC. email: omarmunoz.locti@gmail.com

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de participación con la elección de gobernadores y alcaldes y un traslado de las presiones hacia las regiones.

dana, construyendo una democracia participativa, yendo al centro del poder popular, la Asamblea de Ciudadanos, para garantizar una verdadera descentralización en la medida en que se transfiere poder y recursos a las comunidades, superando así la visión descentralizadora que se agota en la transferencia de competencias al sector privado para su exclusivo aprovechamiento.

Sin embargo, a pesar de representar un avance dentro de las conquistas políticas al poder elegir las autoridades regionales y locales de manera directa, la sujeción de un modelo impuesto desde los organismos multilaterales que hacía énfasis en el funcionamiento del mercado y en la desarticulación del Estado como garante de los bienes y servicios públicos básicos, vació de contenido el proceso de descentralización convirtiéndolo en un mero administrador de competencias que deberían ser transferidas al sector privado en nombre de una mayor eficiencia y en contra de los intereses de los ciudadanos.

Hoy en día, con mucho por superar, las experiencias en el seno de las organizaciones sociales de base son muy positivas, distintos indicadores del estudio citado así lo muestran: En el 84% de los Consejos Comunales (CC) los miembros de la comunidad están involucrados, casi el 70% de los mismos tienen jóvenes incorporados a sus planes, más de la mitad no enfrentan conflictos a la hora de abordar sus problemas, más del 70% de los CC perciben como buenas las relaciones con las instituciones del Estado y la Comunidad y un detalle importante es que en el 80% de los CC se perciben diferencia políticas, lo que da cuenta del margen de pluralidad en su conformación, aun cuando en los CC en que se registra que no se aceptan las diferencias políticas se argumenta en un 70% de ellos que en los estatutos están contempladas dichas diferencias, dándose un alto nivel de incongruencia en este delicado punto que puede ser subsanado con mejor información para evitar brotes de exclusión, que no parece ser la norma por el alto grado de tolerancia mostrado antes.

La ruptura ahora con la dinámica política que representó el modelo neoliberal con la llegada al poder del Pdte. Chávez, ha consolidado un proceso de transferencia de competencias y de recursos a los sectores populares para hacerlos partícipes de un nuevo modelo de gestión pública, fundado en la democracia participativa y protagónica, superando los esquemas formales de los modelos de descentralización administrativa puestos en práctica hasta la fecha, así como también las tibias medidas de apoyo que se habían instrumentado para la participación de la sociedad civil organizada, ahora asentada en y con los sectores populares. Si bien es cierto, como lo dice el Grupo Gumilla en un extraordinario informe sobre el funcionamiento de los Consejos Comunales, que el Movimiento Popular en Venezuela no nace con la Constitución de 1999, sí es a partir de este texto cuando más se profundiza sobre su alcance la creación de los Consejos Locales de Participación Pública, la modificación a la ley Orgánica de Poder Municipal, la creación de la Ley de los Consejos Comunales con su respectiva modificación, y otros instrumentos legales, como la novísima Ley Orgánica de Educación, crean las bases legales y, a su vez, garantizan el acatamiento a las mismas, mediante el carácter vinculante de sus decisiones sobre un proceso creciente de participación ciuda-

Es evidente que nos encontramos ante un nuevo modelo de gestión de lo público en un área tan sensible como la administración de problemas y recursos por parte de los sectores populares que implican procesos continuos de aprendizaje y desarrollo, tanto de la institucionalidad del Estado como de las organizaciones populares, sólo la voluntad política y confianza en los saberes populares nos ayudarán a construir y a profundizar en la democracia participativa y protagónica del pueblo venezolano, a eso aspiramos.

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América Latina hoy: entre la precariedad social y el cambio político En las últimas décadas, América Latina ha venido experimentando un proceso de cambios sociales, políticos y económicos, dentro de los cuales las principales realidades son las transiciones políticas hacia regímenes democráticos en casi todos los países; la consolidación de una nueva articulación de las economías locales con las regiones comerciales del planeta; y la transnacionalización de los problemas del desarrollo social (la pobreza, el desempleo, la desintegración social), especialmente las desigualdades encarnadas en la pobreza-exclusión, que son la máxima expresión de cómo crecimiento económico no es lo mismo que desarrollo. Sin duda, la modernización de la Región ha significado profundos cambios sociopolíticos en cada país, acentuados por la globalización de las economías.

Neritza Alvarado Chacín1

El crecimiento de los sectores medios se enfrenta al escollo de las dificultades de movilidad social vertical. Es decir, que la estructura social continúa reproduciendo un esquema de enormes distancias entre ricos y pobres, que hace más marcada la brecha social, especialmente la urbano-rural. Es bien sabido que esta situación de polarización entre sectores sociales distingue a América Latina a nivel mundial como el subcontinente de mayor desigualdad social. En este proceso surgen en algunos países de la Región gobiernos de izquierda radical y moderada. La realidad de los sistemas de bienestar, sin embargo, tanto en sistemas políticos y económicos neoliberales como de izquierda (en unos más, en unos menos) es que han debido enfrentarse a un acelerado proceso de deterioro social. En el caso particular de los de signo conservador, se asiste a una dualización de los sistemas de bienestar, donde funcionan dos subsistemas, uno público y otro privado, lo cual agrega tendencias a la exclusión social. En este caso se encuentran muchos sistemas de salud y educativos de nuestros países.

Si bien los resultados de este proceso adquieren particulares significados en cada país, hay tendencias generales, como por ejemplo, un reacomodo en la composición de las estructuras sociales ante cambios en las clases medias, algunas veces ligadas al Estado, otras vinculadas a los procesos de liberalización económica, mientras que la clase obrera y otros sectores populares se han hundido en la pobreza-exclusión, con escasa capacidad de acción política. Dentro de ellos los grupos campesinos o los sin tierra junto a los grupos indígenas han permanecido, como tendencia general, excluidos del desarrollo en la mayoría de los países, sobre todo en México y Centroamérica.

Si bien las economías se han insertado en la economía global, diversificando sus mercados, como el caso argentino y brasileño con la exportación de productos como la soja y la carne, de Chile y de Venezuela en el caso del cobre y el petróleo, o de México con la exportación de bienes manufacturados, petróleo y mano de obra; la mayoría de las economías continúan mostrando un patrón monoexportador, lo cual representa una situación

1. Profesora Investigadora del Instituto de Investigaciones de FCES LUZ. email: neritzaalvarado@yahoo.es

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de fragilidad en momentos de crisis cuando los precios internacionales se desploman (lo cual ha dejado al descubierto el verdadero rostro de la dependencia alimentaria); o cuando el capitalismo avanzado entra en crisis financiera (que ha dejado al desnudo la enorme dependencia de capitales). El elevado crecimiento económico de la Región durante la primera década del siglo XXI, sustentado en economías de exportación monoproductoras, si bien permitió un relativo decrecimiento de la pobreza, ha demostrado que en momentos de crisis del capitalismo avanzado dicho crecimiento puede esfumarse repentinamente y repercutir en aumentos de los índices de población en situación de hambre o pobreza extrema.

que consumen cantidades importantes de recursos fiscales. Queda mucho por evaluar sobre su desempeño, que es muy polémico, sobre todo en los países con gobiernos de izquierda, porque mientras estos programas (que en gran medida siguen siendo focalizados) crecen en importancia social y política, los sistemas universales de bienestar languidecen. Si bien los esfuerzos de los diversos gobiernos por desarrollar políticas sociales, especialmente de lucha contra la pobreza extrema, han sido significativos, los resultados sociales globales pueden ser decepcionantes si nos preguntamos en qué medida han podido generar cambios sostenidos en la situaciones de desigualdad y violencia que viven nuestras sociedades. Como se ha visto, la lucha contra la pobreza en general es el eje de las políticas, en algunos casos con matices más hacia el combate de los procesos de exclusión social (por parte de gobiernos de izquierda), en otros dirigidos sólo a una mera compensación (gobiernos neoliberales), pero casi siempre los resultados, por su efecto mediático-ideológico-político-electoral, terminan invisibilizando la realidad de las desigualdades sociales, así como las formas de violencia existentes en nuestros países, que sin duda se mueven hoy entre la precariedad social y el cambio político.

La escasa movilidad social se desdobla en la vida cotidiana en otras dimensiones de la desigualdad, encarnando en diversas formas de exclusión, discriminación y explotación. Junto a estas desigualdades “finas”, es decir, que se desarrollan como acción social dentro de la división social del trabajo, así como en la circulación de bienes y servicios, aparecen otras, como por ejemplo las expresiones de violencia, que van desde la violencia de género hasta la delincuencial. En su conjunto las situaciones de desigualdad-violencia no pueden ser comprendidas por los datos numéricos del Índice de Pobreza Humana o del Índice de Desarrollo Humano del PNUD, ya que sus construcciones metodológicas sólo expresan recortes de la realidad desde un orden estadístico que suele bordear conceptualmente este tipo de desigualdades.

En el caso particular de Venezuela, ha habido en la última década una clara y directa correlación entre la situación sociopolítica y las políticas públicas, especialmente la política social. En lo relativo a la estrategia de atención a la pobreza-exclusión, las características de éstas responden en buena parte a los cambios constitucionales e institucionales introducidos por el actual gobierno desde su inicio en 1999, pero mucho más al contexto político, en especial después del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y del paro petrolero-comercial patronal de diciembre 2002-febrero 2003. Sin embargo, aunque las misiones sociales que surgen en ese proceso y los consejos comunales (que surgen posteriormente) destacan en el discurso reciente y actual como banderas de la acción de gobierno y éste destina sumas cuantiosas a su financiamien-

Ante un contexto de vulnerabilidad social de alta complejidad, los distintos gobiernos, conservadores y de izquierda, han implementado políticas y programas sociales, que por su carácter masivo en algunos países (como Venezuela, Brasil, México y Argentina) adquieren dimensiones titánicas. En general el resultado de estas políticas todavía es impreciso, carecen de evaluaciones integrales, y quizá representa el espacio de análisis más importante, ya que este tipo de programas han creado enormes estructuras burocráticas al servicio de un proyecto político e ideológico específico, a la vez

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to, a seis años de inicio de las primeras y a tres años de los segundos, la ejecución de ambos no ha sido evaluada de una manera amplia, holística. El gobierno ofrece cifras de cobertura que demostrarían, a su modo de ver, el éxito del modelo y de dichas estrategias sociales. La oposición apela a encuestadoras de opinión que se identifican con ella y, obviamente, sólo hablan de fracaso. Los estudios académicos resultan aislados e igualmente con predominio de criterios cuantitativos, muchas veces sesgados por las inclinaciones políticas de sus autores, por sus afectos o desafectos al gobierno, pues lamentablemente en Venezuela la polarización política ha permeado hasta la investigación y la ciencia; además los trabajos conocidos carecen de un estudio muestral que evidencie la dinámica de las misiones en todo el país, por lo cual es difícil ponderar el desempeño de la política social vigente.

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ficativo y sostenido desde 2004 en el caso de la pobreza y la desigualdad, y una mejora leve pero constante del IDH desde 1999.2 En este contexto, Venezuela destaca como uno de los pocos países en Latinoamérica que ha cumplido por adelantado la meta del milenio relacionada con la reducción de la pobreza extrema; como uno de los pocos también que habría pasado, según las últimas cifras del PNUD, de ser un país de desarrollo humano medio a uno de desarrollo humano alto; y con un índice de Gini bastante favorable desde el año 2006, representando en 2008 el país con mejores logros en este indicador, lo cual indicaría que al menos se estaría deteniendo el crecimiento de la desigualdad entre ricos y pobres. Estos tres índices globales, por sí solos, estarían indicando que “algo” nuevo parece estar ocurriendo en Venezuela en materia social, y al estar la intervención oficial centrada en las misiones, no sería descabellado pensar en alguna contribución de las mismas a dichos resultados; así como en el aporte del comportamiento favorable de otros indicadores macroeconómicos y sociales, que por falta de espacio no se reseñan aquí. Por supuesto estas mediciones son incompletas e insuficientes (persiste la ausencia de metodologías integrales, nada ni nadie mide la situación de inclusión-exclusión; no hay ponderación directa del efecto de las misiones, etc.), lo cual es un reto que queda planteado tanto a las instituciones del Estado como a nosotros, los investigadores del área.

Siendo polares las posiciones de quienes apelan a los números (el gobierno y la oposición) para avalar o para negar la pertinencia e impacto social de estos programas, en un intento de balance ponderado habría que tomar en cuenta como referencia, para tener una idea incompleta pero general de la gestión social de esta Administración, al menos tres indicadores centrales en cuyo cálculo y registro no sólo tiene autoridad el gobierno venezolano sino también dos organismos internacionales muy serios, como son el PNUD y la CEPAL: el índice de Pobreza, el índice de Desarrollo Humano y el Coeficiente de Gini (este último indicador de desigualdad en la distribución del ingreso). Igualmente resulta provechoso rescatar resultados de investigaciones cualitativas, que incorporen la perspectiva de los actores involucrados y den cuenta (relativa) de logros y limitaciones de las estrategias sociales.

De modo que a manera de resumen aproximativo, en lo que permite este estrecho espacio, podría decirse que entre 2003 y 2009 la política de combate a la pobreza-exclusión en Venezuela, si bien ha sido motivada en gran medida por objetivos político-electorales, y aún no ha devenido en una política orgánica, articulada, sí ha sido más coherente con los preceptos normativos del Proyecto Bolivariano que las estrategias del primer cuatrienio (1999-2002); y el comportamiento de los indicadores sociales (antes referidos, especialmente las cifras de pobreza, entre otros favorables) expresa-

En el primer sentido, las mediciones para 2003-2008 del PNUD y la CEPAL, junto a las del INE de Venezuela, expresan un descenso signi-

2. Las cifras respectivas de estos tres parámetros, en la serie 1998-2008, junto a otros indicadores sociales importantes pueden consultarse en Alvarado, 2009.

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rían ciertos logros globales de la gestión social de este gobierno. Esto no significa que haya en Venezuela una situación de bienestar social general o que no existan áreas críticas, con indicadores severos y regresivos (en educación, salud, vivienda, servicios públicos, entre otros), sobre los cuales aún no se ha incidido de manera determinante: por ejemplo, en la violencia e inseguridad ciudadana, que es el principal problema social. Por otra parte, si bien las investigaciones que han intentado evaluaciones parciales desde el punto de vista cuantitativo (oficiales y académicas) son antagónicas en cuanto a impacto de la actual política social, algunos estudios cualitativos señalan ciertos logros a las misiones sociales, desde los primeros años de su inicio. En otra entrega del Boletín “Apertura” podrían aportarse estos resultados, de momento y por falta de espacio se sugiere a los interesados consultar las referencias indicadas al pie.3

cia en su presupuesto), alto componente asistencial focalizado y tinte ideológico. En relación con los Consejos Comunales estos problemas también estarían presentes, a los cuales se agregó (de entrada), la inexistencia en las comunidades de capacidades instaladas para las tareas que les atañen a estas organizaciones, es decir, falta de capacitación y de experiencia para el diseño, gestión y ejecución de los proyectos y para el trabajo asociativo; fallas de la contraloría social popular; así como ausencia de una conciencia cívica colectiva capaz de enfrentar la cultura de la corrupción, por lo cual el principal escollo que se les ha endosado a los C.C. ha sido problemas de malversación de los cuantiosos fondos públicos que les han sido asignados (en los últimos tres años se han multiplicado las denuncias al respecto). Otros aspectos cualitativos destacan en este proceso: el rol hegemónico del Estado-Gobierno en la creación-promoción-implantación de la política social y de la participación. Así, la emergente institucionalidad es cierto que se soporta en las nacientes organizaciones comunitarias, pero más que a un movimiento participativo, reivindicativo de abajo hacia arriba, las misiones sociales, los C.C. y las organizaciones de la economía social responden a decisiones verticales (creadas de arriba hacia abajo) como “implantación de iniciativas” (Hintze, 2008). En la práctica, el empoderamiento aún no es protagónico, si bien la Constitución Bolivariana representa un marco más amplio en derechos sociales, y en los documentos oficiales se ha avanzado en la interpretación de la pobreza, de la exclusión, se ha hecho un esfuerzo de formulación de los lineamientos de una política social universal e inclusiva, con énfasis en los principios de participación, empoderamiento, corresponsabilidad y cogestión. Un reto en esta materia es fraguar una relación ho-

No obstante, en esas mismas investigaciones cualitativas, al igual que en otros estudios efectuados en el país, se han encontrado también serias limitaciones en las misiones, que afectan su funcionamiento y un impacto de mayor alcance. Entre ellas: escasa organización, coordinación, integración y participación de la comunidad; débil voluntariado social, problemas vinculados a la nueva institucionalidad: desarticulación interna y externa de las misiones, debilidades en la rendición de cuentas y seguimiento, ausencia de evaluación y de intersectorialidad (esfuerzos desconectados, yuxtaposición en ámbitos gubernamentales); inexistencia de una política social universal, integral y articulada (no inclusión de otros grupos distintos a los “pobres”; confusión de la política social con una política de pobreza); falta de planificación de las estrategias (proliferación de misiones, improvisación, rápidas decisiones de financiamiento y falta de transparen-

3. Véase Fernández (2004); Alvarado (2008); Alvarado (2009), y una serie de trabajos de investigaciones evaluativas desarrolladas en comunidades del estado Zulia entre los años 2005 y 2009, desde el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales y la Escuela de Sociología de LUZ, dentro de los siguientes proyectos, a la vez Cátedras-Taller de Grado, coordinadas por la Prof. Neritza Alvarado: 1) “Las Misiones de Inclusión Social y las Actitudes de sus Beneficiarios”; 2) “Desarrollo Endógeno, Misiones Sociales y Capital Social Comunitario”; 3) “El Socialismo del Siglo XXI y las estrategias de inclusión social en el Zulia: Misiones Sociales y Consejos Comunales”.

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rizontal entre las instituciones del Estado y las de la comunidad; de asociación-cooperación más que de subordinación-subalternidad (Hintze, 2008). Ello precisa un proceso de aprendizaje de estos actores colectivos, que reclama un tiempo social (distinto al tiempo político y al técnico), para forjar su capacidad de interpelar al Estado y de apoderarse de las políticas que les atañen (Hintze, 2008).

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Alvarado, Neritza (2008b). “Misiones Sociales, Pobreza y Exclusión: la Experiencia de la Misión Barrio Adentro en el Estado Zulia”. En: Fermentum. Año 18. Nº 51. Enero-Abril 2008. Mérida, Venezuela: p.195-245. Fernández, Beatriz (2004).“Transfiguraciones comunitarias: subjetividad, identidad y ciudadanía popular”. Ponencia en el Seminario “Política Social: ¿un nuevo paradigma?”. FEGS, Caracas, mayo.

Otro reto sería el logro de cambios cualitativoculturales hacia el largo plazo, capaces de hacer de estas iniciativas vías alternativas al neoliberalismo, en la medida en que coadyuven con el desmantelamiento de las bases ideológicas y de las prácticas excluyentes de éste, así como en el cumplimiento de los preceptos constitucionales, proceso que se ha venido dando dentro de muchas complejidades, resistencias y conflictividad. Es decir que se precisa de una revolución educativa y cultural, como prerrequisito de la revolución política (Alvarado, 2008). Sin embargo, debido a que la revolución bolivariana constituye un proceso aún en construcción y de largo plazo, hay que esperar más tiempo para responder con certeza a la pregunta de si sus estrategias sociales son o serán definitivamente alternativas al neoliberalismo.

Hintze, Susana (2008). La construcción de la economía social y solidaria como estrategia alternativa en Argentina: reflexiones a partir de la experiencia de Brasil y Venezuela. Investigación subvencionada por CLACSO (versión preliminar, mimeo). Buenos Aires.

Referencias: Alvarado, Neritza (2009). “Las estrategias de inclusión social en Venezuela: un acercamiento a la experiencia de las misiones”. En: “Convergencia” Nº 51, SeptiembreDiciembre 2009, Año 16, pp. 85-128 (revista mexicana de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEM), México. Alvarado, Neritza (2008a). “Políticas de combate a la pobreza-exclusión en Venezuela en los años 2000: innovaciones, resultados y perspectivas”. Ponencia presentada en el IV Congreso de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP). San José, Costa Rica, 5 al 7 de agosto.

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América Latina en tiempo real: Situación socio-política actual Elisabeth Ochoa Palmar1 La versión más común en los textos históricos relata que, en 1492, un marinero vigía, de nombre Rodrigo de Triana (aunque otras fuentes indican su identidad como Juan Rodríguez Bermejo) y acompañante en el primer viaje de Cristóbal Colón, apenas avistó algo distinto al mar gritó: ¡Tierra!, ¡Tierra! Y ahí estaba: la América.

Ahora bien, con el presente siglo este viejo debate brota con un aliento más inspirador de un proceso histórico que puede impregnar, gracias a su habilidad para situarse en el lugar adecuado, en el momento adecuado, cuando ya se había decretado el fin de las ideologías. En un renovado guión y haciendo uso de la amplia gama de medios de comunicación, tanto la llamada derecha como la izquierda atraen a las masas que pernoctaban en el desasosiego del escepticismo político e ideológico.

Y desde ese mismo día inició la transformación. Ya no era la misma tierra de los aborígenes, tampoco lo sería el mundo imaginado por el osado navegante y de los que más tarde emprendieron rumbo a estas tierras. Múltiples factores explican y han alimentado las facetas de la metamorfosis con tanta historia a cuestas; desde aquella América que conoció Colón hasta la actualidad.

Por su parte, la derecha del siglo XXI en nuestra América aún se oxigena con los modelos europeos y de Norteamérica. Rigen las ideas sobre la instrumentalización de la democracia, que se expresan en enaltecer la propiedad privada y el predominio del mercado. La democracia también tiene su lugar privilegiado, bajo la teoría de la democracia representativa se ciñe a un modo de gobierno que enfatiza en la protección de los derechos individuales.

Derecha o izquierda Desde el punto de vista sociopolítico, en nuestra América de hoy un primer elemento definitorio se observa en los ligeros vestigios de un proceso de democratización y un amasijo de ideologías que enmarcan el despertar de una vieja dicotomía: derecha o izquierda.

Y como contraparte, la izquierda pregona un discurso de resistencia al proyecto de derecha. Y los movimientos que han alcanzado el control del aparato gubernamental aplican una estrategia revolucionaria en “cámara lenta” que moviliza a las masas populares bajo la consigna de imponerles del poder popular, alcanzar el progreso y supresión de los esquemas de exclusión social de todo tipo.

Los indicadores de polarización no son de reciente data, sin embargo, por años dormitaban en los espacios del debate académico. Los Estados americanos mayormente se han identificado con las teorías del desarrollo basadas en la acumulación de capital y el libre mercado, sólo casos excepcionales han sido Cuba y algunos movimientos en armas o guerrillas vigentes en Colombia y México, quienes siguieron el modo de vida al estilo de la promesa mesiánica de la izquierda.

El resultado: acostumbradas prácticas de intolerancia entre ambas posiciones ideológicas aunque una menor demonización en el imaginario popular del quehacer político-partidista. También una

1. Socióloga, MSc en Ciencia Política, LUZ. Adscrita al Instituto de Investigaciones de la FCES-LUZ. e-mail: eliochoa@hotmail.com

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países: América Latina con EE.UU. vs. América Latina sin EE.UU.

inusitada nueva forma y uso de los medios tecnológicos de consumo masivo; la televisión en especial es protagonista de la denominada “diplomacia de micrófonos”, y otros medios de comunicación, como la prensa, la telefonía, la internet, las vallas publicitarias, entre otras, constituyen y en muchas ocasiones sustituyen al líder, a aquel que genera el discurso integrador y movilizador de las masas. No cabe duda de que este resurgimiento de tendencias políticas, económicas, sociales e ideológicas positivas ha renovado entre los ciudadanos expectativas por un futuro mejor y el deseo de participar en la construcción de las reformas necesarias.

El resultado: una gran incertidumbre para inversionistas comerciales y la apertura a la búsqueda de otros socios comerciales en el mundo. Los países pro-Estados Unidos estrechan acuerdos en todos los ámbitos, mientras que los países que desdeñan de esa relación y señalan a EE.UU. de expansionista adelantan el estudio de escenarios y gestionan convenios con Europa y países tan lejanos en distancia geográfica y cultural tales como China, Rusia y los países árabes, entre otros. En este sentido, EE.UU. denota gran recelo por los avances en este nuevo modo de relacionamiento de América Latina con el mundo y ha visto en el advenimiento de gobiernos de tendencia izquierdista en la región como una amenaza a sus intereses y el renacer de un viejo enemigo: el comunismo.

Welcome Obama. I want to be your friend Efectivamente estas fueron palabras del presidente venezolano para saludar al nuevo presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, en la Quinta Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago los días 17 al 19 de abril de 2009 donde hizo su presentación a Latinoamérica. No obstante, estas palabras interpretan una promesa de diálogo norte-sur que inaugura un despertar de las relaciones entre EE.UU. y América latina y el relanzamiento de una nueva etapa en las relaciones hemisféricas. Obama dijo estar dispuesto a “hablar sobre el futuro de América, no sobre lo que ha pasado”.

El gran desafío: un sur sin fronteras Mientras la derecha sigue en franco combate con la izquierda, y mientras América Latina forcejea con EE.UU., otro factor electrizante recorre el subcontinente: el desafío de la integración. Son muchos los demonios sueltos con esta tarea de la integración. Demasiados ingredientes por mezclar. Y sólo la integración honesta y perdurable debe ser el resultado de la amalgama de tanta diversidad. La integración deberá traer un nuevo estilo de relacionamiento interno mucho más realista que la preconizada por la Organización de Estados Americanos (OEA). Una relación más sincera, menos asimétrica y de mayor unidad en los preparativos para la futura unión del sur, ya se han planteado aspiraciones de materializar las bases de la supra-

Justamente la asimetría derivada de una deteriorada relación política y la desigual relación comercial con EE.UU. agregan una nueva variante a las tensiones internas en la América actual. Con casi la misma cadencia de la dicotomía derechaizquierda otro desencuentro tiene lugar en nuestros

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nacionalidad y definir las dimensiones de lo común. Asuntos como una moneda común, un banco del sur, un pasaporte común, son tópicos cada vez más frecuentes en las agendas de reunión de los países de la América Latina.

Finalmente y a modo de conclusión, solo queda por mencionar que para el momento en el cual se redactan estas líneas un nuevo conflicto interno florece y coloca una nueva arista al desafío de la integración. Un nuevo acuerdo de cooperación entre Colombia y EE.UU. da origen a una airada polémica sobre los límites de conceptos que se pensaba quedarían en el pasado: territorio y soberanía nacional.

Por otra parte, los desafíos particulares de cada país les mantienen ocupados tratando de lograr un orden interno duradero. Un gran paso lo constituye la creciente institucionalización del voto como medio para alimentar una cultura política, muestra de ello son los frecuentes procesos electorales que se han escenificado en la región durante la presente década. Quizás el elemento más notorio sea el importante rol que ha adquirido la observación internacional de procesos electorales.

Este acuerdo incluye el establecimiento y/o la ocupación de bases militares en Colombia por parte de cuerpos militares de EE.UU. así como el traslado de armamento sofisticado para la lucha en contra del narcotráfico. Sin embargo, los gobiernos vecinos como Venezuela y Ecuador exponen sin cortapisas sus temores sobre el intervencionismo y oscuros intereses hegemónicos en juego. En especial, acusan a EE.UU. de reintentar su estrategia del “golpe suave” para derrocar gobiernos por medios no convencionales, tesis que cobra vigencia ante la aún imprecisa situación de Honduras.

Son múltiples las organizaciones que se han especializado en la observación electoral internacional. Entre los más conocidos se encuentran la División de Asistencia Electoral de la ONU, el Centro Carter, la Comisión Europea y la OEA. Por ejemplo, en el caso de la OEA, sus informes registran datos entre 2004 y 2007 sobre el despliegue de unas 40 misiones de Observación Electoral desplazadas en 18 Estados miembros. Entre sus conclusiones, indican un balance positivo en prácticas relativas a: fortalecimiento de la institucionalidad democrática, asistencia técnica electoral, modernización y uso de tecnologías para el incremento de la transparencia en los procesos electorales, eliminación de obstáculos e incorporación igualitaria de hombres y mujeres a los procesos políticos, entre otros. De igual forma, cabe mencionar que el producto de estos ya varios procesos electorales en nuestra América se conoce del triunfo de Presidentes poco comunes: en Venezuela un presidente de formación militar que previo a una intentona golpista se erige mediante un proceso electoral; en Chile una mujer llega a la presidencia; en Argentina los dos últimos presidentes están unidos en matrimonio; en Bolivia un presidente de origen indígena; en Paraguay un ex sacerdote es hoy presidente y así varios otros ejemplos del inusual perfil que el voto popular está favoreciendo.

Foto Reuters. Pdta. Cristina Fernández de Kirchner en la Quinta Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago, los días 17 al 19 de abril de 2009.

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El “chavismo”: una coyuntura, una cultura, un discurso y una práctica política Morelba Brito1 …”Eso tenemos que romperlo nosotros y nosotros podemos hacerlo (…) podemos hacerlo en paz. Afortunadamente, sin tener que estar fusilando a nadie, ni armando guerrilla, ni estar poniendo bombas ni masacrando a nadie. Dios quiera que siga siendo así”… Hugo Chávez Frías Taller de Alto Nivel. El nuevo mapa estratégico (noviembre de 2004). Lo que trato de hacer, en este papel de trabajo, es explicar(me) cómo lo que fue interpretado en el año 1998 por una abrumadora mayoría de venezolanos como la salida expedita de malos gobiernos, terminó convirtiéndose en una trampa en la cual se encuentra confinada, por lo menos, el 50% de ellos. Para ello me planteo descifrar el escenario sociopolítico que posibilita el hecho de que el discurso de un actor, en este caso el presidente Hugo Chávez, pueda tener un impacto perlocutivo tal que imponga el desarrollo de un conjunto de dispositivos jurídicos que no sólo desmejoran la calidad de la democracia en Venezuela, sino que ponen en riesgo el carácter democrático del sistema político mismo. Esta pregunta se puede responder, desde la perspectiva de la contingencia, partiendo de la premisa de que en Venezuela, desde finales de la década de los 90 del siglo pasado, fueron confluyendo en el tiempo, articulándose y retroalimentándose fenómenos y

eventos específicos que se han constituido en un caldo de cultivo adecuado para un experimento político autoritario y personalista. Esos fenómenos y evento fueron: a) un escenario político, el de finales de los años 90 del siglo pasado, caracterizado por el descontento y la crítica respecto al desempeño de los partidos políticos tradicionales y la baja capacidad de respuesta del Estado y de los gobiernos, sobre todo del gobierno nacional; b) ciertos elementos del ethos político de los venezolanos; c) la entrada en el escenario de un líder carismático y personalista cuya lectura acerca de cómo deben ser las interacciones políticas y sus reglas está filtrada por su experiencia casi exclusivamente militar y por un discurso político al que le son funcionales tanto las prácticas populistas como las sentencias marxistas más impermeables a los cambios promovidos por las sociedades occiden-

1. Socióloga. email: mbritoc54@yahoo.com

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tales desde la segunda postguerra; d) la autoexclusión de la oposición política en las elecciones parlamentarias del año 2005, lo que le facilita al presidente Chávez la implantación de una normativa jurídica que vulnera principios esenciales para que puedan operar reglas de juego democráticas.

los liderazgos regionales, la institucionalización de la participación de la sociedad civil organizada y la modernización de la administración pública; acciones propuestas por la COPRE desde hacía más de 6 años y relegados hasta última hora en un esfuerzo, casi desesperado, de revertir la perdida capacidad de respuesta del estado y restituir la amenazada gobernabilidad.

a) Una sociedad descontenta e hipercrítica Si bien hasta principios de la década de los 80 del siglo XX el sistema político venezolano fue considerado como una de las democracias más estables de América Latina, ya en ese momento comenzaban a evidenciarse señales amenazantes y ya para finales de los años 90 del siglo pasado el pacto había hecho implosión (McCoy, 2008), en una coyuntura en donde las demandas de adecuación de las reglas de juego políticas a la más compleja y exigente sociedad venezolana no obtuvieron sino tardías, aunque importantes, respuestas por parte de unas élites políticas reactivas que operaban bajo la lógica del “control de daños”. Tres ejemplos pueden servir para reforzar esta afirmación:

3. Los fallidos intentos de golpe de estado del año 92 y el ambiente de apoyo difuso a los protagonistas de la asonada militar que se generó en el país, fueron los incentivos para iniciar el primer proceso judicial al que se somete un presidente electo, Carlos Andrés Pérez, y que resulta en la separación de Carlos Andrés Pérez del poder, en el año 93, y en su condena por malversación de fondos en el año 96; hecho que puede ser leído como un evento con intenciones ejemplarizantes ante una sociedad que ya se había hecho hipercrítica. Los cuestionamientos respecto al desempeño de los partidos políticos tradicionales, el carácter exclusivamente representativo del sistema político, la corrupción administrativa y el clientelismo, hacían contrapunto, en el año 98, con demandas de participación social y de inclusión socio-económica y con la preocupación por la transparencia política.

1. A pesar de que las demandas de reforma del estado se manifestaban con fuerza desde finales de los años 70, fue la reacción social de descontento frente a la crisis económica y el subsecuente colapso de la divisa venezolana, en el año 83, lo que estimuló al entonces presidente Jame Lusinchi para crear, en 1984, la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE).

b) Una cultura política con mixturas Aun en el contexto descrito, se pueden inventariar algunos logros políticos de la sociedad venezolana, al menos hasta el año 98, e inferir dos tipos de avances: unos referidos a la internalización de la democracia como la forma de gobierno preferida por las mayorías;2 otros relativos a las pujantes organizaciones de la sociedad civil que comienzan a activarse desde mediados de los años 70 para resolver asuntos públicos que iban saliéndosele de las manos al Estado venezolano y sus gobiernos.

2. El levantamiento popular anómico del año 89, en contra de las políticas de ajuste estructural tipo shock anunciadas en febrero de ese año y de su lógica contraria a los tradicionales mecanismos de obtención de legitimidad política, fue lo que dispuso a los representantes políticos, sobre todo los de los partidos Acción Democrática y COPEI, a abrir el cauce a procesos como la descentralización político-administrativa, el reconocimiento de

2. Véanse: Pereira, 1995; Gil, 2006. Cuando en el año 2002, en la reconocida encuesta Latinobarómetro se compara el apego de los venezolanos a la democracia, Venezuela mostraba un nivel de conocimiento del significado de la democracia mayor que el resto de los países considerados en la muestra: sólo el 12 % de la población encuestada consideró no saber qué significa la democracia, mientras que, por ejemplo, en Brasil no lo sabía el 59% de muestra y en Colombia el 40%. Nos superaban México y Argentina con el 10% cada uno.

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Sin embargo, en ese año se abre paso una propuesta de tránsito de esa democracia pactada a una democracia “participativa y protagónica”, cuyos promotores colocan el énfasis en: a) la confrontación abierta y sistemática con aquellos sectores sociales o actores que identifican como herederos o defensores de lo que dieron en llamar la “IV República” (o “puntofijismo”) en contraposición a la “V República”; b) en una relación directa entre el líder (Hugo Chávez) y la masa (el pueblo) (Gil, 2007), sin las “incómodas” mediaciones de instituciones tales como los tradicionales, y no tan tradicionales, partidos políticos, los niveles intermedios y locales de gobierno y las organizaciones autónomas de la sociedad civil, y c) en una aparente, al menos discursivamente, focalización de la distribución de la renta petrolera hacia los sectores más pobres.

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de la conflictividad, la mayoría de la población esperaba protección, redistribución, sanción, control y mejor gestión pública. Desde el punto de vista de sus expectativas políticas, las motivaciones y demandas políticas básicas eran, para el 42% de los entrevistados, protección y redistribución y para el 44%, sanción y castigo. Otros hallazgos interesantes de este estudio son los siguientes: 78% de los entrevistados afirmó que Venezuela era uno de los países más ricos del mundo, sin embargo, el 70% percibía que no había sido beneficiado por esa riqueza, y ese mismo 70% pensaba que la causa era política y relacionada con la corrupción y el desorden administrativo. En otro orden de ideas, para el 93% de la población, en el año 2001, lo que se necesitaba en el país era “autoridad y disciplina”, y para el 76% eran preferibles líderes fuertes a muchas leyes (Keller, 2001). Para el año 2002, al 38% de los venezolanos encuestados para el estudio de Latinobarómetro (más de un tercio de la población) no le importaba si un gobierno no democrático llegaba al poder, siempre que resolviera los problemas de la economía.

Comprender cómo, a pesar de los mencionados avances democráticos, en Venezuela tiene éxito político esta propuesta lleva a preguntarse ¿qué pasaba con los valores y la cultura cívico-política del venezolano? ¿Cuál era ese software mental, como diría Hofstede (1999), con el cual se guiaban los venezolanos respeto a lo público, lo político o a lo que debía ser la relación entre la sociedad y el poder, el Estado y el gobierno? Pienso que las respuestas estaban allí y no se detectó el problema a tiempo.

Más allá de estos datos, la consideración de que en la cultura política de los venezolanos se encuentran profundamente arraigados patrones permisivos ante el autoritarismo, el centralismo y el patrimonialismo es compartida por buena parte de los estudiosos del tema.3 A esto añaden lo que se conoce como un locus de control externo (Keller, 2004), entendido como la percepción generalizada de la incapacidad de los individuos para controlar su entorno, con lo que se nutre el paternalismo de Estado (Keller, 2001) y, en los términos de Oakeshott (1993, citado por Romero, 2008), se tiende a liberar al individuo de la necesidad de elegir y competir acogiéndose a la voluntad de otros.

Ya para el año 1996, según un estudio de Zapata/Conciencia 21, sobre los valores de los venezolanos, ante una pregunta que intentaba indagar ¿cómo ven el camino al desarrollo?, el 52% de la población entrevistada en ese momento cree que el crecimiento económico depende del Gobierno, con lo cual se manifiesta lo que para muchos estudiosos es un indicador de sobrevivencia del modelo populista; frente a esto, la encuesta arroja un 32% de la población que, con una postura liberal, considera que ese crecimiento depende de la empresa privada. Tal como concluyen los que adelantaron el estudio, era relativamente claro que en Venezuela se dibujaba un potencial desencuentro entre las élites intelectuales y las expectativas populares. Mientras las élites se expresaban en términos de liberalización, globalización, competencia y control

La satisfacción de ese deseo de sanción y castigo, la persecución de los corruptos, la oferta de una autoridad fuerte y venganza fueron ingredientes muy importantes en la versión del interés general que propuso Chávez en su primera campaña electoral y que se han ido decodificando en

3. Ver: Zapata/Conciencia 21, 1996; Consultores 21, 1997; Keller, 2001; 2004; Guardia, 2004; Romero, 2008.

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estrategias y tácticas, para utilizar su mismo léxico y giros lingüísticos, centradas, no en crear o fortalecer una institucionalidad que permita construir acuerdos para superar los nudos críticos que habían llevado a la sociedad venezolana a tan profunda crisis sociopolítica, sino en profundizar las diferencias.

planteando acá es la continuación de la ofensiva para impedir que se reorganicen, hablando en términos militares, y si se reorganizaran: para atacarlos y hostigarlos sin descanso”... (2004). d) Autoexclusión de la oposición y fortalecimiento del estilo autoritario. Si bien las elecciones parlamentarias y de gobernadores del año 2000 produjeron un cambio significativo en la correlación de las fuerzas políticas venezolanas a favor del llamado “Polo patriótico” (plataforma electoral de Chávez), el número de escaños que logró no constituían los dos tercios de los votos necesarios para cualquier decisión que requiriera del apoyo de la mayoría calificada. A partir de allí, la táctica fue modificar sucesivamente el Reglamento Interno y de Debates de la Asamblea Nacional a los fines de tomar el máximo de decisiones posible mediante mayoría simple, (Kornblith, 2004; 2006). La posibilidad de recurrir a prácticas antidemocráticas se facilita cuando para las elecciones de los representantes a la Asamblea Nacional del año 2005, la oposición, respondiendo erróneamente a la presión social, decide no participar en los comicios, con lo que el 100% de la asamblea nacional queda bajo el control del sector oficial.

c) Un líder carismático con un discurso tejido a partir de argumentos funcionales a prácticas políticas autoritarias. Buena parte de la literatura centrada en describir, explicar y/o tipologizar el populismo reconoce como uno de sus principales descriptores el encuentro entre un líder carismático, con una propuesta anti estatus, que se autopercibe (sincera o pragmáticamente) como expresión del “pueblo” y su conductor ante el “enemigo” (Panizza, 2009), y una sociedad descontenta ante la ineficiencia del estado y que enfrenta graves crisis políticas y económicas. En el caso venezolano, la anterior descripción, que parece ajustarse a él, podría complementarse –para obtener un cuadro más general de su situación política- con la disposición de ese líder a utilizar recursos retóricos asentados en postulados típicamente marxistas-leninistas tales como que, por su carácter capitalista, la sociedad venezolana está “objetivamente” dividida en clase “antagónicas”, que éstas son enemigas irreconciliables por lo insalvable de las diferencias resultantes de sus intereses contradictorios, por lo que es inútil cualquier intento de negociación por la vía pacífica.

De esta manera, el espacio deliberativo por excelencia en cualquier democracia queda neutralizado dándose las condiciones para que se desarrolle, casi sin resistencias, un experimento autoritario centrado en la permanencia del líder en el poder; en evitar el control de los electores sobre los elegidos; en neutralizar a la oposición, y en desestimular la libertad de expresión y limitar la información al ciudadano, elementos que indican una merma de la calidad de la democracia venezolana.

“Al enemigo, ni justicia”, sentenció Juan Domingo Perón en su debido momento. Muchos ecos de esta frase podemos encontrar, casi de manera cotidiana, en el discurso del presidente Chávez, así como otras con las cuales se legitima el uso de la violencia como recurso político no descartable y se intenta generar temor en la sociedad. Para muestra un botón: …“el enemigo está ahí. Esto que estoy

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El Doctorado en Ciencias Sociales, Mención Gerencia: Pertinencia e impacto en el desarrollo del conocimiento Emilia Bermúdez1 tativo, sino especialmente desde el punto de vista cualitativo, si tomamos en cuenta, por un lado, el logro en la política de formación de recursos humanos de alto nivel que sin lugar a dudas redunda en la calidad de la enseñanza a nivel de pregrado y de los estudios de tercero y cuarto nivel, así como en las fortalezas en la investigación, ya que nueve de ellos son profesores de la facultad altamente motivados por los logros académicos. Por otro lado, el impacto tanto en el desarrollo del conocimiento en el área de la gerencia pública y privada como en la pertinencia social que tienen las tesis presentadas por estos hoy doctores; tesis que en su gran mayoría fueron altamente valoradas por el jurado, llegando incluso, la mayoría de ellos, a ser distinguidos con mención publicación. Después de seis años de la puesta en marcha del Doctorado en Ciencias Sociales, Mención Gerencia, y de un esfuerzo importante por parte de algunos de los estudiantes, en su mayoría profesores de la Facultad, este programa doctoral ha empezado a mostrar la pertinencia y el impacto que tiene en el desarrollo del conocimiento en diferentes ámbitos de la gerencia tanto empresarial como social.

En el sentido anteriormente señalado vale la pena destacar, por ejemplo, los aportes de los profesores Javier Parra, Yamile Navarro y Carlos Borjas en el ámbito de la comprensión, análisis y propuestas para transformar y optimizar el funcionamiento de la gerencia educativa pública en los distintos niveles del sistema educativo en el país. Asimismo, acerca de la gerencia de la investigación en nuestra universidad, como es el caso del trabajo de la Prof. Matilde Flores, cuyo tema fue “La gerencia del conocimiento y su relación con la generación de capacidades de innovación en laboratorios universitarios de investigación petrolera”.

De dos egresados que teníamos el año anterior, el programa cuenta en este momento con nueve egresados más para un total de 11, que no solo son significativos desde el punto de vista cuanti-

1. Dra. en Ciencias Sociales. Coordinadora del Doctorado en Ciencias Sociales. Mención Gerencia. email: emilber@cantv.net

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También es significativo citar la contribución que, en el ámbito metodológico, teórico y del conocimiento empírico de la cultura organizativa y política de la gerencia pública local, realizó la profesora Carmen Vásquez. En este mismo ámbito de la gerencia pública, aunque a nivel nacional, se inscribe la tesis de la profesora Mirtha López, el cual estuvo centrado en el análisis de las distintas políticas públicas que se han implementado en Venezuela para estimular la participación ciudadana desde 1961 hasta el 2008 y las fortalezas y debilidades para lograr profundizar la democracia en nuestro país.

Para finalizar, se mencionará el trabajo del profesor Nelson Labarca, uno de nuestros primeros egresados del programa doctoral, quien realizó una contribución importante en uno de los temas de gran actualidad en el debate gerencial actual, como lo es la ética de las organizaciones y el pensamiento estratégico gerencial. A todos ellos, y en especial a nuestros profesores, las más sinceras felicitaciones tanto por sus contribuciones al desarrollo del conocimiento y la investigación, como por el gran esfuerzo que significa poder culminar la tesis doctoral en contextos adversos, particularmente porque muchos de nosotros tenemos que compartir el inmenso esfuerzo, dedicación y concentración que significa el trabajo de investigación doctoral con otra cantidad de responsabilidades como docentes o, en algunos casos, con labores administrativas. A esto se unen, por una parte, las dificultades de sortear los obstáculos para producir la información empírica y obtener bibliografía por la carencia en las instituciones de educación superior de bibliotecas dignas y de una plataforma tecnológica que apoye la labor intelectual y, por otra, la carencia de políticas tanto internas como externas que estimulen la producción de conocimiento y los logros académicos.

En el área de conocimiento de las relaciones laborales y sus implicaciones, tanto para los trabajadores como para la gerencia en empresas financieras privadas, se destaca el trabajo de la profesora María Candelaria González, cuyo propósito fue analizar los elementos flexibilizadores de las relaciones laborales en la banca universal venezolana. En este mismo orden sobre las relaciones laborales, pero referido a la empresa pública petrolera, citaremos la tesis de la profesora Judith Linares sobre los cambios en las reivindicaciones en la industria petrolera venezolana en el período 1946-2009.

Dr. Modesto Graterol, Dra. María Candelaria González, Dra. María del Carmen Vásquez, Dra. Mirtha López, Dra. Judith Linares, Dra. Thessaly González y Dra. Yasmile Navarro.

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AÑO I. VOLUMEN No. 2

MAYO - AGOSTO 2009

Programa Doctoral en Ciencias Económicas Patricia Gillezeau Berríos1 Formalmente, la primera cohorte inicia actividades en el año 2000. En la actualidad con el inicio del segundo semestre 2009 se desarrollan cinco cohortes, en las cuales, gracias a la reorganización académico-administrativa, reformulación y acreditación del Programa, han alcanzado su Grado de Doctor 10 participantes pertenecientes a las primeras cuatro cohortes de un total de 22 participantes, el resto de ellos se encuentran en el proceso de desarrollo de sus Proyectos y Tesis Doctorales, con fechas próximas para su entrega en los finales de 2009 y 2010. Los 15 participantes de la V cohorte se encuentran en tiempo de escolaridad. Se estima la apertura de la VI cohorte para octubre/noviembre de 2009. Es importante destacar que este Programa Doctoral por más de 10 años ha sido el precursor y el único que se ha mantenido en el tiempo en todo el territorio nacional, la formación de doctores en ciencias económicas le ha correspondido a FCES–LUZ. Este es un elemento fundamental que se debe destacar, ya que por la participación de colaboradores, facilitadores y expertos nacionales e internacionales se han podido derribar obstáculos y crecer fortaleciendo la academia en una revisión constante y continua de los programas de estudio y líneas de investigación. La incorporación de pares de investigación, de instituciones y universidades, tanto nacionales como internacionales, en el desarrollo y apoyo a nuestro programa doctoral ha sido fundamental para su crecimiento sólido. En particular no puedo dejar de

El Doctorado en Ciencias Económicas comienza sus actividades en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en el año 1998, luego de un gran esfuerzo académico e intelectual de las autoridades, profesores e investigadores que para ese entonces hacían vida académica en nuestra Facultad. Era el momento de tomar la decisión, el riesgo y de avanzar a este nivel de formación que era una novedad en las universidades del país y requerimiento para la formación y actualización de los profesores e investigadores de la FCES.

1. Dra. en Ciencias Económicas. Coordinadora Académica. Doctorado en Ciencias Económicas Estudios Post - Doctorados. email: Patigluz@yahoo.com

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agradecer la colaboración de los Miembros del Comité Académico, Drs. Rafael Solórzano y J. Nelson Ávila, quienes me acompañan desde el inicio de esta responsabilidad en el año 2001 en esta tarea del día a día de forma incondicional y de trabajo continuo, sin importar vicisitudes ni otros compromisos, para responder de forma siempre oportuna a nuestros llamados. Ha sido un trabajo en equipo del Comité Académico, facilitadores, empleados y obreros de nuestra División de Estudios para Graduados llegar al lugar que hemos alcanzado.

siguiente: “Se propone formar investigadores, para promover la generación de nuevos conocimientos en el ámbito de la teoría y la práctica, a fin de atender las necesidades de los distintos actores y contextos vinculados con la realidad de las Ciencias Económicas, en su aplicación en los distintos contextos geográficos de Venezuela y el resto de países de América Latina y el Caribe” (Documento de Acreditación DCE, 2009). Es por ello que reforzamos el trabajo serio y responsable de todos los que formamos parte de esta gran familia del Doctorado, tenemos un enorme compromiso con nuestro país, compromiso con nuestra universidad de alcanzar nuestro lema universitario “La Excelencia es nuestro Norte”.

Se sigue ratificando hoy más que nunca el objetivo general por el cual se rige el Programa de Doctorado en Ciencias Económicas, el cual reza lo

Doctorado conjunto LUZ-UPM

Jazmín Díaz-Barrios1 En términos generales, los estudios doctorales se conciben como procesos académicos orientados a formar investigadores de alto nivel. En el caso particular de la Universidad del Zulia (LUZ) y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), el espíritu que animó este convenio para la formación de profesionales de quinto nivel, fue el de impulsar la formación doctoral de personal universitario de LUZ y del resto de los profesionales del país con deseos, vocación e interés institucional. Representaba una oportunidad para el desarrollo de investigadores doctorales, con acreditación en el exterior, pero al mismo tiempo en nuestras áreas de investigación y sobre problemas regionales.

Adicionalmente, esta formación sirve de marco para el desarrollo de redes temáticas que proyectan nuestra productividad científica en el entorno internacional. Por otra parte, permite ampliar el banco de tutores disponibles para nuestros programas doctorales internos; y al ser un programa abierto al público, facilita la proyección de nuestra casa de estudios en otros ámbitos del quehacer nacional. En el caso particular del Doctorado Conjunto en Administración de Empresas, adscrito a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid de la UPM, Departamento de Ingenie-

1. Coordinadora Administración de Empresas LUZ-UPM. email: jazdibar@gmail.com

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ría de organización, Administración de empresas y Estadística; significó para la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FCES) de LUZ, un programa académico en un área del conocimiento prioritaria para la Facultad, una oferta expedita para formar investigadores acreditables internacionalmente que fortalezcan la planta de académicos de la facultad en particular y de otras organizaciones en general.

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En vista de la grave crisis económica de la Universidad, todavía no se ha decidido por parte del Vicerrectorado Académico la apertura de la tercera cohorte, sin embargo ya existe un grupo de profesionales internos y externos interesados en cursar estos estudios.

La formación doctoral en el exterior es bastante costosa y representa la pérdida por varios años de un recurso profesoral sumamente valioso para FCES. Este programa ofrece la posibilidad de formarse internacionalmente, sin desligarse, ni de las actividades regulares, ni de la familia. El programa comenzó en noviembre de 2004, dirigido a licenciados, ingenieros o arquitectos con postgrado, otorga el título de doctor por la UPM. La escolaridad requiere un mínimo de 20 créditos; en este momento, se dictan de siete a nueve seminarios en cada cohorte dentro del primer año. Para el segundo año, los doctorandos deben hacer una fase de investigación, que comprende la elaboración de un trabajo de investigación que deberá ser defendido al final del período y lo hará acreedor al Diploma de Estudios Avanzados (DEA). Culminada la segunda fase, el participante ha demostrado su capacidad de investigación autónoma, por lo cual puede comenzar su tesis doctoral. Esta última debe representar la generación de nuevo conocimiento con validez o aplicación universal y al igual que el DEA será defendida ante un tribunal español de doctores especialistas en el área de la tesis. Actualmente, el programa cuenta con dos cohortes: La primera con 29 participantes, de los cuales 25 ya aprobaron el DEA y están en tesis doctoral; la segunda cohorte tiene 13 participantes, quienes ya finalizaron escolaridad y están en la primera fase de elaboración de su trabajo de investigación, presentarán el DEA en junio de 2010.

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División de Extensión

de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia Graciela Perozo de Jiménez1

Podríamos entender la Extensión Universitaria como una de las funciones esenciales de la universidad cuyo propósito básico es la interacción creadora, estimuladora y crítica de la misma con la comunidad, y se realiza en forma multidireccional tanto dentro de la institución como en su proyección extrauniversitaria mediante un proceso participativo, cooperativo, dinámico y continuo en donde se promueva la auto y cogestión a través del fortalecimiento de su conciencia crítica y que, a la vez, contribuya a la formación y progreso del mundo que la rodea. Es por esta labor extensionista que la División ha venido ofertando un conjunto de Diplomados, Cursos y Talleres que continúan respondiendo a las necesidades de formación del talento humano tanto a nivel individual como organizacional en la Región y en la participación de eventos interinstitucionales. Un ejemplo de ello es la Alianza Estratégica que realizó la Facultad de Economía a través de extensión, con la Empresa CONRECA, Supermercados Centro 99, para la Formación de sus gerentes y subgerentes de tiendas, por medio del desarrollo de dos Diplomados sobre Técnicas gerenciales cualitativas y Técnicas contables financieras el cual se inició en el mes de julio, destacado en la prensa regional a través de los diarios Panorama y La Verdad.

La Extensión Universitaria, tema estudiado por la relevancia de carácter social que está tocando a las universidades y el avance de la función extensión en su relación Universidad – Sociedad, es un aspecto importante considerado por supuesto por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, para así tener una aproximación que derive en una mejor comprensión en la adecuación que dicha labor extensionista tiene o debe tener para estar en consonancia con los cambios de producción y transmisión del conocimiento con respecto al entorno de influencia inmediato.

De igual manera, desde el 21 de septiembre se inicia el proceso de censo e inscripción, para los Diplomados que comenzarán sus actividades académicas en el mes de octubre:

1. Directora División de Extensión FCES. email: grajimenez@cantv.net

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Avance


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Diplomados Presenciales Técnicas Gerenciales Cualitativas

Nº de Horas: 150

Inversión: 1.500 Bs.

y Financieras

Nº de Horas: 150

Inversión: 1.500 Bs.

Gerencia de Recursos Humanos

Nº de Horas: 180

Inversión: 1.800 Bs.

Gestión Social Comunitaria

Nº de Horas: 160

Inversión: 1.600 Bs.

Nº de Horas: 180

Inversión: 1.800 Bs.

Nº de Horas: 180

Inversión: 1.800 Bs.

Técnicas Gerenciales Administrativas

Formación para Docentes en Educación Superior Gerencia de Proyectos y Negocios Empresariales

Inicio de Actividades: 16 de octubre de 2009 Horario: viernes y sábados El acercamiento universidad – sociedad es imprescindible para reforzar los programas de extensión de formación, asistencia profesional y técnica a las comunidades, así como desarrollar una política extensionista que involucre a docentes y estudiantes en esta labor.

Asimismo, para el último trimestre del año se planificaron los siguientes cursos y talleres que son los de mayor interés por parte de la comunidad, los cuales se iniciarán a partir del mes de noviembre.

Cursos:

Talleres:

- Gerencia Social (40 horas)

- Formulación y Evaluación de Proyectos de

- Gerencia Estratégica (24 horas)

Interés Social (40 horas)

- Gerencia de Talento Humano (24 horas)

- Metodología de la Investigación

- Atención y Servicio al Cliente (24 horas)

Cuantitativa (40 horas)

- Responsabilidad Social

- Elaboración de Artículos

Empresarial (24 horas)

Científicos (24 horas)

- Eventos y Protocolo (24 horas)

- Oratoria, Herramienta para el

- Gerencia de Mercadeo (24 horas)

Liderazgo (24 horas)

Inicio de Actividades: Noviembre 2009

- Metodología Cualitativa en la Investigación Social (24 horas)

Horario: Sabatino Inversión: Cursos y Talleres de 40 Horas: 500 Bs., de 24 Horas: 300 Bs.

Avance

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Celebración de los cuarenta años del Centro de Estudios de la Empresa Morela Pereira1 El 1 de julio de 2009 el Centro de Estudios de la Empresa (CEE) celebró 40 años, trayectoria que le ha permitido crear un espacio propicio para el aprendizaje permanente, donde los investigadores tienen la oportunidad de discutir y divulgar temas relativos al entorno organizacional mediante las actividades de investigación y extensión. Es así como el CEE ha contribuido al fortalecimiento y crecimiento significativo de la investigación administrativa y contable en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, lo cual constituye un aporte no sólo a la institución universitaria sino a la sociedad en general.

Posteriormente, el 6 de mayo se organizó, con la cooperación de la profesora Wendolin Suárez, el Foro “Diferentes perspectivas para pensar un proyecto”. Oportunidad propicia para incentivar la participación de los estudiantes de pre y postgrado, dada la relevancia del tema en la actualidad. Por esta razón, se decidió, conjuntamente con el apoyo de los integrantes de la cátedra Proyectos Empresariales de la carrera Administración, dictada por el Prof. Fernando Torres, conformar una discusión tipo panel, en cinco perspectivas, a saber: - Investigación: Prof. Jazmín Díaz - Social: Econ. Leonardo Soto

Para celebrar el acontecimiento la Dirección de esta unidad de investigación, a cargo de la profesora Morela Pereira Burgos, programó una serie de actividades académicas acerca de temáticas de interés para la comunidad en general, las cuales contaron con la participación de expertos en diversas áreas del conocimiento.

- Económica: Prof. Sagrario Ocando - Tecnológica: Prof. Deibi Hernández - Emprendimiento: Prof. Fernando Torres Por otra parte, considerando el aspecto económico, la profesora María Cristina Useche propuso el Foro “Tendencias de la Gerencia Financiera en Venezuela”, efectuado el día 27 de mayo en la División de Estudios para Graduados de la FCES. El evento contó con la participación de cuatro distinguidos panelistas cuyas disertaciones causaron gran interés en la nutrida concurrencia:

La primera actividad fue el taller “Definición de líneas de Investigación”, dirigido a los docentes e investigadores de la FCES con la finalidad de contribuir con su formación académica. El evento fue realizado el 3 de abril del presente año, con la colaboración de la Profesora Rosana Meleán y el apoyo del personal del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CONDES).

1. Directora del Centro de Estudios de la Empresa. email: centro.estudios.empresa@gmail.com

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Avance


AÑO I. VOLUMEN No. 2

• Iván Cañizales, Impacto de las actividades no tradicionales en la eficiencia de la banca universal en Venezuela.

MAYO - AGOSTO 2009

Finalmente el 1 de julio, fecha aniversaria, se realizó un emotivo acto en el Auditorio de la Dirección de Estudios para Graduados, en el cual el párroco de LUZ celebró la misa de acción de gracias. Asimismo, se reconoció el trabajo de los ex directivos de la unidad de investigación que durante estos 40 años contribuyeron de manera desinteresada con la institución. Las palabras en representación de los ex directores estuvieron a cargo de la profesora Teresa Gamboa, quien hizo un recorrido histórico de la trayectoria del Centro. En el marco de este acto se reconoció al personal acreditado por el Programa de Promoción del Investigador (PPI) como una forma de enaltecer el esfuerzo intelectual de nuestros investigadores.

• Candelario Lorbes, Mercado de valores. • Aneida Atencio, Gerencia de la tesorería en Venezuela. • Domingo Fossi, Sistemas de Información en el sector financiero venezolano. El día 30 de junio contamos con la presencia de dos invitados especiales, quienes desde su área de conocimiento contribuyeron con la loable tarea de crear espacios para la discusión constructiva de temas de gran interés para el público asistente. El profesor Gilberto Vizcaíno, Coordinador Secretario del CONDES, presentó la conferencia “Perspectivas de la Investigación en LUZ”, por su parte el Ing, Néstor Borjas, Presidente de Fedecámaras Zulia, disertó acerca de las Perspectivas Económicas de la Región.

40

AÑOS

GENERANDO CONOCIMIENTO Y CONTRIBUYENDO A LA TRANSFORMACIÓN DE LA REALIDAD ORGANIZACIONAL

Avance

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BOLETÍN DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LUZ

DIRECTORIO FCES LUZ Dependencia

Persona Contacto

Número Telefónico

Decanato

Prof. Iván Cañizales

0261-7596546

canizalezivan@yahoo.com

Escuela de Economía

Prof. Elita Rincón

0261-7596505

elitarincon@yahoo.com

Escuela de Sociología

Prof. Norma Caira

0261-7596576

normacaira@gmail.com

Escuela de Administración y Contaduría Pública

Prof. Oda Gómez

0261-7596507

Odagomez@cantv.net

Instituto de Investigación

Prof. Mariher Morales

0261-7596568

mariehermorales@yahoo.es

Centro de Estudios de la Empresa

Prof. Morela Pereira

0261-7596556

morela.pereira@gmail.com

Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos

Prof. Nathalia Sánchez

0261-7596533

julio120735@hotmail.com

Centro de Estudios Petrolíferos y Carboníferos

Prof. María Candelaria González

0261-7596599

mcandelag@hotmail.com

División de Extensión

Prof. Graciela Perozo

0261-7596518

gracielaperozo@gmail.com

Centro de Estadística e Investigación de Operaciones

Prof. Rafael Espangnolis

0261-7596568

lucerorv@yaahoo.com

División de Estudios para Graduados

Prof. Ramona Pulgar

0261-7596565

pulgarfrancisca@latinmail.com

Maestría en Gerencia de Empresas

Prof. Fernando Torres

0261-7596932

ftorresgranadillo@yahoo.es

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Correo Electrónico


AÑO I. VOLUMEN No. 2

MAYO - AGOSTO 2009

Maestría en Gerencia Pública

Prof. Gleccy Leal

0261-7596599

gleccy@gmail.com

Maestría en Economía

Prof. Thessaly González

0261-7596929

thessaly@cantv.net

Especialización en Contaduría

Prof. Adriana Morón

0261-4235532

adreanamoron@hotmail.com

Especialización en Tributación

Prof. Ángel Velasco

0261-7596929

profangelvelazco@hotmail.com

Maestría en Desarrollo Social

Prof. Luis González

0261-4235532

teoriasocial_luz@yahoo.com.mx

Especialización en Gerencia de Empresas Turísticas

Prof. Luis Carrillo

0261-7596928

lcarrillos@hotmail.com

Educación Continua

Prof. Mariher Morales

0261-7596942

mariehermorales@yahoo.es

Doctorado en Ciencias Económicas

Prof. Patricia Gillezeau

0261-7596942

patig2000@hotmail.com

Doctorado en Ciencias Sociales. Mención Gerencia.

Prof. Emilia Bermúdez

0261-7596942

emilber@cantv.net

Prof. Jazmín Díaz

0261-7596942

jazdibar@gmail.com

Revista Utopía y Praxis

Prof. Álvaro Márquez

0261-7596720

amarquez@luz.ve autopraxis@luz.ve

Revista Venezolana de Gerencia

Prof. Soraida Rincón

0261-7596720

rvg@yahoo.es

Revista Ciencias Sociales

Prof. Caterina Clemenza

0261-7596720

caterinaclemenza@yahoo.es

Doctorado en Administración de Empresas. Convenio con la Universidad Politécnica de Madrid.

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Nuestras Publicaciones

La Revista de Ciencias Sociales (RCS) es una publicación trimestral de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia; difunde trabajos científicos, estrictamente originales, en español, avances de investigación, ensayos, revisiones bibliográficas y comunicaciones rápidas, relacionadas con las ciencias sociales. Para enviar artículos comunicarse a los siguientes emails: res_luz@yahoo.com y caterinaclemenza@yahoo.es o al teléfono 0261-7596943.

La Revista Utopía y Praxis Latinoamericana nace como una respuesta a la situación de conflictividad política que atraviesa actualmente la democracia y la sociedad latinoamericana. Pero también nace como una respuesta comprometida con el análisis filosófico y la interpretación histórica de la cultura y las ciencias sociales frente a la crisis de la modernidad. Respuesta que procura la creación de nuevos actores y escenarios a partir de los cuales se hagan posibles inéditas alternativas para la teoría crítica y el cambio social efectivo. Una respuesta en dos sentidos: la utópica y la práctica. Para cualquier información comunicarse con amarquezfernandez@ gmail.com

La Revista Venezolana de Gerencia (RVG) difunde trabajos originales desde diversas perspectivas teórico metodológicas de autores nacionales y extranjeros, que constituyan resultados de investigación sobre los procesos administrativos o de gestión, hoy denominados gerenciales. Las áreas temáticas fundamentales son: administración pública, gobierno, gestión pública, política pública, sistemas económicos, organización industrial, producción, productividad, organización y administración de empresas, cooperativas, economía social, administración del tercer sector, sociología del trabajo, sistemas de información y contabilidad. Para cualquier información comunicarse con rvgluz@yahoo.es y sorarincon@ hotmail.com o por el teléfono 0261-7596720.



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