Maracaibo, del 6 al 12 de octubre de 2013
Año 11/ Nº 558
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En nombre de Ochoa y Lossada
LOS ACADÉMICOS están de acuerdo: Francisco Ochoa y Jesús Enrique Lossada estamparon sus nombres para siempre en la historia del Zulia. Cuando cada uno tomó las riendas de la Universidad del Zulia, sabían que comenzaban un período trascendental para la ciencia y el humanismo en la región. Se embarcaban, con valentía, en la ambiciosa tarea de abrir las puertas del conocimiento sin saber hasta dónde los llevaría ese navío. En pleno 2013, inmersos en una época salvajemente distinta a los tiempos de estos dos intelectuales, el aforo repleto del teatro Baralt fue testigo de los actos conmemorativos del 67.o aniversario de la reapertura de LUZ. En verdadero espíritu académico, se honró la trayectoria de destacadas personalidades e instituciones con las órdenes “Dr. Francisco Ochoa”, “Francisco Hung
Bracho” y “Rafael Rincón González”. Tras las palabras de bienvenida por parte de Domingo Bracho –exrector de LUZ, quien habló en representación del Consejo de la Orden Francisco Ochoa– se realizó un conferimiento excepcional a la gerencia universitaria (autoridades rectorales y decanos) en virtud de haber tomado las riendas más allá del período para el que fueron designados. Además, en una emotiva ceremonia, recibieron el reconocimiento los exrectores José Manuel Delgado Ocando, Imelda Rincón, Ángel Lombardi, Domingo Bracho y Leonardo Atencio. Una ofrenda a quienes llevaron sobre sí las riendas de la institución en momentos cruciales para su historia. Al profesor Neuro Villalobos (rector de LUZ entre 1996 y 2000) también le fue conferida la orden pero le fue imposible asistir al acto.
Bolívar, eterno testigo
Profesores, investigadores, creadores, cultores, benefactores, instituciones y otros notables integrantes de la sociedad recibieron, de manos de las cuatro autoridades, la Orden Francisco Ochoa, que fue reactivada durante la actual gestión rectoral. Uno a uno, representantes del sector artístico y cultural fueron honrados, también, con las Órdenes “Francisco Hung Bracho” y “Rafael Rincón González”. La gratitud iluminaba sus rostros al recibir la medalla y el diploma que simbolizan los premios. En nombre de todos los homenajeados, el profesor Eduardo Mora La Cruz –profesor y exdecano de la Facultad de Medicina– ataviado con toga y birrete, narró con detalle la vida de Jesús Enrique Lossada, rector de la reapertura, y se remontó con orgullo
al momento en que el Zulia hizo frente al centralismo. Una interpelación del concepto de la universidad actual cerró el discurso del profesor, alertando que los deudos de las casas de estudio deben estar listos para defender el presente y futuro de su universidad. “Tengo un sueño. Un sueño donde hay grandeza en la universidad, donde priven la moral y los valores”, afirmó. El rector Palencia tomó el micrófono y, tras agradecer la atención de los presentes, con una frase sencilla comenzó su intervención. “El Zulia tuvo el privilegio de fundar su primera universidad hace 122 años”. Una salvedad se hizo necesaria. Después de todo, este 1 de octubre se rompió por segundo año consecutivo una tradición de larga data: la toma de posesión de nuevas autoridades
El insigne poeta EL TEATRO BARALT rindió homenaje a la memoria del insigne poeta Hesnor Rivera, a quien se le otorgó la Orden Francisco Ochoa post mórtem. Marta Colomina, su compañera de vida, destacada periodista y profesora emérita de LUZ, recibió la Orden en su nombre. Fue un momento emotivo, cuando la institución rememoró la vigencia y grandeza de su obra literaria, como dice su poema Presente indefinido: “El futuro solo existe / Cuando le quita el puesto / Al pasado vivido muchas veces / Pero que desconocemos”.
universitarias. “La imposibilidad de renovar nuestra dirigencia solo tiene un nombre: golpe continuado a la institucionalidad universitaria”, denunció el rector, en referencia a los escollos tribunalicios que han impedido hacer elecciones en las casas de estudio venezolanas. El rector, de cara al aforo repleto de personalidades notables, mostró su lado optimista pese a las durezas que las Universidades han debido enfrentar en los últimos años. “Cada vez estoy más seguro de que los venezolanos saldremos adelante. Recordemos que la Universidad es faro, es guía”. Palencia interpreta, con estas palabras, el arrojo que Ochoa y Lossada mostraron al luchar por una causa que, 122 años después, sigue viva.
En sus manos y corazón
Encuentro histórico Genio y figura AL CAER LA TARDE DEL 1 DE OCTUBRE, la estatua del Libertador Simón Bolívar recibió la visita de las autoridades de la Universidad del Zulia, quienes cada año honran con una ofrenda floral su figura de pluralismo, igualdad y apuesta por la educación. Bolívar, forjador de los principios de la libertad de pensamiento, ha sido un testigo eterno en la celebración del ímpetu de nuestra institución. Luego, las autoridades –junto con la comunidad– se dirigieron al Teatro Baralt, donde se reconoció la invaluable labor de 113 personas e instituciones por el crecimiento de la región.
Pocas oportunidades sirven de pretexto para el reencuentro de figuras distinguidas, que han sido testigos históricos del crecimiento de la universidad. Este 1 de octubre se reencontraron los exrectores José Manuel Delgado Ocando, Imelda Rincón, Ángel Lombardi, Domingo Bracho y Leonardo Atencio Finol, quienes recibieron la Orden al Mérito Universitario Dr. Francisco Ochoa, como un gesto de reconocimiento por el trabajo dedicado a la institución.
DESPUÉS de un largo periodo de discreción, el exrector de la Universidad del Zulia, José Manuel Delgado Ocando acudió con la sencillez y calidez que le caracterizan. Intelectual de renombre internacional, Delgado Ocando se convirtió en una de las figuras más brillantes en Filosofía del Derecho y mentor de las principales concepciones jurídicas y políticas del siglo pasado. Como exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia, afrontó decisiones vitales para el destino de la nación.
La inspiradora figura de Carmen Rosalía González, conocida en la ciudad como Lía Bermúdez, llenó el auditorio para recibir la Orden Francisco Ochoa. La maestra de la escultura impulsó el circuito cultural de la ciudad, integrado por el Centro de Bellas Artes y el Centro de Arte que lleva su nombre. En la expresión de una genuina obra, llena con sus manos y corazón el patrimonio cultural del país.