LUZ DE 2 LUNAS. Año 2, número 6. Abril de 2015 by Luz de 2 Lunas

Luz de dos Lunas

Año 2, número 6. Abril de 2015. 1

Luz de dos Lunas

Nota Editorial.

¿Una editorial te hace escritor? ¡No!.

Una historia con magia de verdad.

Andrea V. Luna

Luna Negra. Cap. 1: La ciudad.

Mariela Villegas R.

Colección de microrrelatos.

Antología selecta.

#MEUNOALRETO ¿Te unes al reto #MujeresAutoras? Entrevista a Andrea V. Luna.

17 18

La singular visión del mundo del Realismo Fantástico.

Autor invitado: Marcela Barrientos.

Catástrofes naturales.

Algo para leer.

Las autoras.

Contacto con las autoras

Y canales de venta.

Contratapa: A todos nuestros amigos lectores.

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Tengo 32 años bien vividos, según diría un sabio. He conocido a escritores maravillosos que me han apoyado incondicionalmente durante los seis años que llevo en el mundo de la literatura que antes era ajeno para mí. Sin ellos, muchas de mis obras hubieran quedado sin pulir, filosas en los bordes, ilegibles (y cabe aclarar que todos los días aprendo algo nuevo). Debo decir que he escuchado muchas veces de gente mucho mayor que yo y que escribe, las palabras: "En realidad no soy escritor", "No creo que mis obras se publiquen en ningún lado", "No tengo lugar en el mundo de la literatura", "Nunca seré publicada por una editorial”, "No publicaré mi novela porque no creo que pueda gustarle a alguien". Respeto mucho esta posición, pero nunca estaré de acuerdo con ella. Cuando comencé a escribir a los 26 años un fanfic

(una novela de ficción basada en otra novela ya

escrita) de Crepúsculo llamado Luna Llena, yo decía: Con solo una persona que me lea seré feliz. Pronto, gracias a su cariño, ese uno se convirtió en cientos. La voz se fue corriendo y mucha gente de todas partes del mundo llegaba a mi muro a pedirme leer mis fanfics que habrían de convertirse en novelas con personalidad y carácter propios. Entonces me dije, “creo que hay algún tipo de talento por aquí que podría soltar de forma más completa al mundo”. Me atreví, gracias a la más talentosa autora yucateca de paranormal que he conocido, Malena Cid, a traspasar barreras y publicar en una editorial digital. No tenía nada que perder. Yo sabía que escribir era lo mío, lo sentía en el alma, y eso aplastaba cualquier otro temor. Editora Digital (ahora llamada Nueva Editora Digital) publicó mi primera obra

2011.

Luna

Llena.

Los

personajes me seguían hablando y no me detuve. Mandaba manuscritos a editoriales y me rechazaban una y otra vez. Aprendí que debía tener mucha fuerza para estar en el mundo que había elegido. Ninguna palabra de desaliento

iba

frenar

porque

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torrente era y es, como el de un río. Hacia adelante, nada más. No es que jamás haya sentido miedo. Lo tengo todo el tiempo. Pero he comprendido que nadie puede frenarme más que yo. ¡Qué importa si mando el mismo manuscrito diez mil veces en diferentes versiones reacomodadas a una misma editorial! No temo a las críticas de "expertos" en literatura porque sé que esos expertos solo saben lo que se les enseñó: parámetros a seguir. Vuelo al viento bajo mis términos, gracias a Dios. Recordemos que todos los genios y famosos se hicieron así porque no se permitieron seguir las reglas. He entendido en mi corta vida que cuando alguien me dice: "No eres suficientemente buena", refleja sus barreras en mí. Por eso yo digo a los autores que permanecen en las sombras que una mala crítica es una persona más a quien decirle: "Gracias porque te has tomado el tiempo de referirte a mí, lo que significa que estoy aquí y que SOY". Nuestro pensamiento pesa. La revolución de la literatura está a la orden del día ahora que las plataformas independientes brindan al autor miles de posibilidades de abrirse camino al mundo. Llevo 20 novelas escritas

(18 publicadas y autopublicadas) hasta

ahora, y sigo cada día con más proyectos. No les digo que es sencillo. Toma horas de nuestro tiempo y esfuerzo, pero cuando se quiere en verdad, vale la pena. Seguiré enviando manuscritos a editoriales hasta que me publiquen o de plano me conozcan como "esa escritora incómoda". Porque la vida es solo una, y si nos negamos a brincar los límites que están en nuestra mente, NUNCA ALCANZAREMOS NADA. Y esa sería para mí una infinita tristeza.

Mariela Villegas R.

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Para Natasha y Taiel. Como en todos los cuentos de hadas, en este también hay una princesa, un príncipe, una bruja y mucha, mucha magia... ¡de verdad! Había una vez (es así como deberían empezar todos los cuentos, ¿no?), una hermosísima princesa a quien todos llamaban Naná. Tenía el pelo lleno de brillitos y del color de la madera después de la lluvia, los ojos más grandes y preciosos que he visto, y una risa tan cantarina que hasta los ríos salvajes la envidiaban. Ella tenía un hermano, el príncipe Tataí. Tataí era, bueno, el príncipe de los traviesos... tanto, que quien lo veía por primera vez no podía dejar de notar su sonrisa pícara y su mirada con chispitas, esas que suelen delatar a los que siempre están tramando algo «raro». Pero, eso sí, un corazón de caramelo y dulce de leche. A los dos les gustaba pasar largas horas jugando al aire libre con los animalitos del bosque, que eran sus amigos: los conejos, los ciervos, las ardillas, los zorros y todos los que podían encontrar. Mientras Tataí buscaba la mejor manera de asustar a las ardillas en complicidad con el Señor Conejo; Naná imaginaba la música que acompañara¬¬ su muñeira, su pasodoble, su chichilo o su remedio, bailados con ciervos y palomas. Un día, Tataí se escondió detrás de un árbol para asustar a su hermana: ─¡BU! ─gritó sin asomarse cuando escuchó ruidos... y nada. ─¿Te asusté? ─dijo, apareciendo de pronto... y, ¡nada! ─¿Dónde estás, Nanita? ─preguntó, pero nadie le contestó. Y esperó por algún rato recibir él mismo un buen susto en retribución de otros tantos que le hiciera a su hermana pero, ¡nada! Naná era suavecita como un copo de algodón y parecía tan frágil como las alas de una mariposa, parecía, porque en realidad tenía una determinación de hierro. Por eso, cuando se acercó la bruja Taruja y le convidó fruta le dijo: “No, gracias”, y cuando la bruja malvada, de la bronca, la hechizó, le gritó bien fuerte: “¡No me importan las cosas de gente como vos!”. Las princesas son bellas y delicadas pero, si son invisibles, ¿cómo lo demuestran?

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Cuando Naná se dio cuenta de la situación rara en la que estaba se preocupó tanto que casi, casi se pone a llorar… casi. Se sentó en el pasto y se puso a pensar… pensó que estaba algo lejos del castillo y de donde jugaba siempre y el bosque era lo bastante grande como para causar problemas. Calculó rapidito y pensó que en una hora o dos estaría cerca de su hermano, el príncipe Tataí. Así que se puso en marcha. El bosque tenía unos árboles tan altos que a veces no se veía dónde terminaban; estaban tan juntitos que parecía que formaban un laberinto, de esos tan enredados que siempre terminás pasando muchas veces por el mismo lugar. De pronto la princesita invisible se convirtió en una experta exploradora, así que no tuvo miedo cuando llegó al arroyo Cantarín y se acordó que tenía que cruzarlo ¡y no había puente! Pensó, pensó… pensó y volvió a pensar, pero no se le ocurría cómo pasar. De pronto, vio una campanita y creyó que si estaba ahí era para que la hicieran sonar y cuando lo hizo, alguien preguntó: –¿Quién está por aquí? –Yo, la princesa Naná… pero no vas a poder verme porque la bruja Taruja me hechizó y me hizo invisible… ¿Quién sos? –Una ninfa. Mi nombre es Laína y vivo en las aguas del arroyo Cantarín junto con mis hermanas. –¿No sabés cómo puedo romper el hechizo de la bruja? – preguntó pensando que si las ninfas son mágicas algo de deshacer el hechizo debía saber. –¿No lo sabés? ¡Todos lo saben! –¿En serio? –¡Claro! ¡Con un rico chocolate servido con amor, no comprado! –Vos, ¿no me podés ayudar? –Yo no tengo, si no, ¡seguro, segurísimo, te convidaba! –Entonces, decime: ¿cómo puedo cruzar el arroyo? –¡Es fácil, yo te ayudo! –Miró las aguas turbulentas con suma concentración y exclamó: –¡Puente! Y, por supuesto, lo que apareció fue un puente, pero uno hecho con las mismas aguas del arroyo donde jugaba la ninfa Laína:

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de pronto, las olas comenzaron a levantarse como agitadas por una tormenta hasta que esculpieron un maravilloso puente que parecía de cristal. –Acordate: la única y verdadera magia es la que nos da el amor más grande. Naná cruzó por él y se despidió amablemente de su nueva amiga prometiéndole volver para jugar una vez roto el hechizo. Necesito seguir las huellas! – exclamó el príncipe Tataí, colocando sus puños cerrados en la cintura con gesto decidido. Y empezó a buscar, con mucho cuidado, por todos los lugares donde pensó que Naná había estado; los animalitos del bosque lo ayudaban, pero no encontraron nada, hasta que… –Ki. Kikí kikí… –¡Un monstruo! –¡Dónde! ¡Dónde! –¡Un monstruo que hace “Kikí kikí”! –¿Kikí kikí? ¿Yo? ¡Yo no soy ningún monstruo! Tataí frunció el entrecejo, la nariz, un ojo y media boca –Yo soy un dragón. Y los dragones somos grandotes, raros y hacemos kikí kikí… pero no somos ningunos monstruos… Me parece, me parece que necesitás ayuda. Me llamo Dyko, ¿y vos? –Soy el príncipe Tataí y estoy buscando a mi hermana, la princesa Naná que desapareció y no la puedo encontrar… así que estoy buscando huellas para seguir las pistas y saber qué le pasó. –Los dragones tenemos muy buena vista y muy buen olfato, ¿te puedo ayudar? –¡Dale! Así fue que recomenzaron la búsqueda… lugarcito por lugarcito, arbolito por arbolito, huequito por huequito… –¡Ajá! –exclamó Dyko. –Justo lo que pensé: las huellas de una princesa y las de ¡la bruja Taruja! Pero… acá desaparecen. Para mí que la hechizó y se la llevó lejos. –Y ahora, ¿qué se puede hacer? –Subite y vamos a recorrer el bosque desde arriba. ¿Te animás? –¡Por supuesto! Yo soy un príncipe valiente. Y agarró su espada mágica y se fue a volar montado en dragón.

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Era raro eso, desde el aire podía ver todo lo que pasaba en el bosque y, por un momento, lo que veía parecía un mapa encantado donde las cosas se movían. –¿Cómo hace los hechizos la bruja Taruja? –Dice unas palabras raras, algo así como: “Taruja, buja, cachiruja buruja”. –¿Y eso qué significa? –No sé, pero convierte a las personas en invisibles. –Y entonces, ¿cómo vamos a ver a Naná? ¡Ese es el problema! Por encima de su cabeza, Naná vio volar un enorme dragón que llevaba montado en su lomo a un príncipe con una espada mágica… –¡Tataí! ¡Tataí! ¡Acá abajo! –gritó con todas sus fuerzas… pero estaban demasiado alto. “No pueden escucharme ni verme… ¿qué hago, ahora?”, pensó. Estaba a punto de oscurecer: el sol ya no estaba y en el horizonte quedaban, todavía, algunas luces rojas y anaranjadas en su lugar. La luna y algunas estrellas pronto empezarían a verse en lo alto del cielo. Eso significaba una cosa: de un momento a otro, no se vería casi nada en el bosque… y los bosques oscuros no son muy lindos que digamos, porque en medio aparecen sombras raras que se mueven de manera furtiva, se esconden y saltan y dan sustos. Sin embargo, en la oscuridad, los perfumes del bosque eran mucho más intensos. Por primera vez, la princesa Naná no supo qué hacer… estaba sola, nadie la veía y esto se ponía peligroso. De pronto, se acordó de algo que nunca debió olvidar, mejor dicho, de alguien. –¿Dónde estás, Juguetón? ¿Podés venir a ayudarme? Y sí, de pronto apareció junto a ella su más querido amigo: su angelito de la guarda: Juguetón. Juguetón era un ángel distinto a todos los ángeles, porque usaba un zapatito de cada color y le gustaba hacer bromas y jugar todo el día; por la noche, se quedaba junto a Naná para que tuviera sueños felices.

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–¡Estaba esperando que me llamaras! Esa bruja Taruja, ¡siempre haciendo travesuras! ¿Qué querés que hagamos? –Recién pasó Tataí montado en un dragón y no me vio… –¡Tengo una idea! Como ya es de noche, podemos hacer algo lindo… ¡Mirá para arriba! De pronto, así, de la nada, comenzaron a explotar en el cielo unos hermosos, brillantes y espectaculares fuegos artificiales, pero tan maravillosos como nadie ha visto hasta hoy. Todo el bosque se vio conmocionado por tan extraordinario prodigio. De todas partes se podía ver cómo subían y explotaban con mil colores. Por supuesto, también Tataí los vio: –¡Mirá, mirá, mirá! ¿Viste? –¡Ahí debe estar la princesa! ¡Vamos pronto! –gritó Dyko. Naná no podía creer tanta belleza en el cielo, y ¡todo era por ella! Las hojas en los árboles del bosque se contagiaron de toda esa alegría, de lo que pasaba entre las estrellas, y comenzaron a brillar con los colores más insólitos que encontraron. Todo estaba de fiesta y hasta los animalitos más perezosos se asomaban para verlo todo con los ojos bien abiertos. No tardó mucho el vuelo de Dyko y pronto Tataí se vio apretando con fuerza, pero sin lastimar, la mano invisible de Naná. –Tomá, Nanita, te convido –le dijo. –Ahora podemos volver al castillo. Y ese exquisito chocolate comenzó a hacer efecto. En ese mismo momento, cuando Juguetón comenzaba a bailar de felicidad, escucharon una voz que decía: –¡A tomar la leche! Y Mamá trajo unas riquísimas chocolatadas para merendar en el parque, mientras Papá les acomodaba unas sillas. El bosque se convirtió en cantero, el dragón en perrito, el arroyo Cantarín en pileta, la ninfa en cobayo, el palacio en casa y la bruja… ¡Bueno! ¡Vaya uno a saber! El único que permaneció igual fue Juguetón: mientras Naná iba a sentarse en su lugar, se guiñaron un ojo. Tataí llevaba, todavía, su palito–espada mágica y, mientras iba caminando, esquivó una estocada de Papá. –Acá la princesa y acá el principito –dijo Mamá, acomodándolos. Y se sentaron todos juntos a tomar la leche.

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¡Un absurdo! La vida no es más que un absurdo, pensé mientras observaba atenta los movimientos de las personas que transitaban por las profundamente oscuras calles del maloliente barrio “Trash” de la Ciudad de los Perdidos. Estaba molesta, muy molesta (una emoción constante en mí) con quien fuese responsable de haberme traído a este universo sin preguntar ¿tienes la voluntad necesaria para soportar lo efímero, inconstante, voluble y estúpido de tu condición? La respuesta, como suponen, era un rotundo y resonante NO. Muerte, percibía la muerte aplastándome como un manto desolador que me aterraba y a la vez anhelaba con avidez. Quería perecer, pero no lo quería en realidad. ¿Me explico? Era demasiado cobarde para existir o para desprenderme de la vitae, esa energía de locomoción que nos empuja a la sobrevivencia incluso en los casos menos prometedores, y también sabía que muy en el fondo de mi corriente ser, tenía ¿cómo le llamaban? Esperanza, ¡sí! Esperanza de que algo se modificara en mis días y yo pudiera dejar de sentir la pesadez de hombros que me oprimía al caminar, al pensar, al hablar… Reflexionaba sobre los vampiros, esas hermosas criaturas que nos acompañaban a diario en las escuelas, edificios de consulado y gobierno, en las laderas y terrenos despejados, en la rutina, que se desplazaban a velocidad anormal por las calles y que petrificaban con su belleza a cualquiera que no estuviera acostumbrado a avistarles, ya fuera por llano temor o por formar parte de la fracción izquierdista de E.E (Efímeros Extremos: Humanos que se negaban a reconocer a los vampiros como la raza suprema). Me preguntaba ¿cómo podían creer que tenían importancia alguna en las fórmulas que nos constituían como “sociedad”? Pero de nuevo, hablábamos de mortales cuya idiosincrasia estaba fundamentada en lo más prosaico: el ego. Su banalidad no concebía la existencia de entes más imponentes que ellos y que, de hecho, les utilizaran como fuente de alimentación, al igual que nosotros, por lo que se unían para intentar luchar versus lo inevitable, como la historia contaba desde el inicio de los tiempos. No obstante, la cadena básica alimenticia había sido modificada por una rara disfunción en la evolución. A la cabeza se hallaban los inmortales con sus excelsos cuerpos como estatuas de mármol pulido, fuerza

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descomunal y habilidades sobrenaturales, eternas. En lo más bajo, estaba todo tipo de vida silvestre que abundaba en los bosques de los derredores. Un poco encima, se colocaban los humanos (no hay mucho qué decir de ellos, son lo que son), y nosotros ocupábamos el poco glorioso y siempre detestable segundo sitio. Éramos conocidos como “la raza mediocre” por no ser de utilidad alguna: Eskols. Una etnia sub licantrópica (¿qué significa eso? Aguarden un poco). Tomábamos la carne de la humanidad como comida pero no dábamos nada de regreso a la funcionalidad de la urbe, según los de arriba. Considerados proscritos, residíamos en las afueras de la Ciudad de los Perdidos, en uno de los barrios conocido, irónicamente, como Death. Los mortales sabían que dentro de Death no tenían jurisdicción alguna

y que nosotros éramos libres de ultrajar sus cuerpos como deseáramos, y sin duda lo haríamos. Por tanto, se mantenían alejados y guardaban especial distancia y cuidado con respecto a nosotros. No podíamos vivir más de uno o dos siglos, según la condición de nuestra alimentación y aquella voluntad que tambaleaba seriamente en mí. Era posible que no durara ni uno de mis dos cientos de tiempo. Ya tenía dieciocho, lo cual se juzgaba una mayoría de edad por mi estirpe. Poseía una anatomía fuerte y muy joven, caderas estrechas aunque frondosas, trasero firme y senos voluptuosos, diseñados para atraer a los machos de los cuales no quería saber nada. Todos eran unos tremendos brutos. Digo, yo tampoco era una delicada flor, ¡jajá! Eso nunca. Me daban asco las poses. Las hembras Eskol nacíamos para luchar, para cazar, para escupir al cielo e interponer el rostro de otro para que le cayera. Poseímos fuerza vampírica, velocidad y nuestros ojos destellaban con el color plata de la luna que era considerada una deidad, nuestra diosa protectora. Nuestro cabello variaba conforme a la fecha en la que

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hubiéramos nacido. Por ejemplo, yo fui parida el veintinueve de la Luna Negra, año “F” del abecedario calendárico, así que mi pelo era obsidiana, bastante oscuro, ondulado y me llegaba hasta los hombros. Nada especial. Las que nacían en Luna Llena lo llevaban un tono platino que deslumbraba. En fin, carecía de relevancia. Un científico inmortal nos había engendrado utilizando su plasma, sangre de híbridos y una sarta de elementos químicos que, fusionados dentro de la anatomía de una hembra lycan de la tribu Hikary (linaje de licántropos metamorfos que se convertían en lobos a voluntad), habían dado como resultado esto. Hijos de la Luna. Nuestras madres nos parían y cuando llegábamos a la edad de ocho años, nos lanzaban al olvido para enfrentarnos a la pesadumbre de la realidad: Nadie nos quería y pasaríamos el resto de nuestra vida infinitamente solos, aún con semejantes alrededor. Nosotros no nos transformábamos en animales. Teníamos una morfología bastante similar a la mortal, con excepción del tinte de las pupilas, la epidermis grisácea y los incisivos afilados que sobresalían un tanto a comparación del resto de nuestra dentadura, arriba y abajo. Solo se notaba cuando sonreíamos, cosa que no hacía a menudo, por lo que pasaba desapercibida. Death, nuestro barrio, se componía de jaurías, pero cabe aclarar que ni siquiera formando parte de ellas podíamos dejar de experimentar la devastadora y agridulce solitud. Estaba en nuestra esencia y era un tanto más avasalladora que el egocentrismo… Un instinto, defensa, algo puro y primitivo. Yo, hembra conocida con el nombre “Rude” por aquello de mi actitud despreciable, grosera e impertinente, era miembro de la jauría más fuerte de Death. Los Captives. Dormíamos bajo la cubierta de cabañas de madera sencillas y que no poseían mayores lujos, y solo teníamos una regla: la jauría siempre estaba primero. Si capturábamos a una presa, debíamos reportarnos con nuestro líder Wise para repartirla entre todos. No podía decir que me gustara aquello, sin embargo, era preciso para no ser aniquilado por los Efímeros Extremos o los mismos vampiros rebeldes, otra fracción que se ubicaba en el barrio “Shadow”, lado oeste de la ciudad. A grandes rasgos, este era nuestro pequeño universo, pleno en su descomposición antinatural comenzando por nosotros, y enclaustrado en la basicidad de cada esencia que pisaba su tierra. Cualquier cosa que ocurriera fuera de la Ciudad de los Perdidos, nos era de poca o nula importancia. Aquí teníamos de todo, guerra, paz, armonía, desastre, amor, odio, vida y muerte. ¿Qué más podíamos pedir? Ya era bastante imperfecto tal cual.

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Raúl Franco Novelo Ese día ella se encontraba cabizbaja. Sentía que el amor de su vida la había abandonado. Decidió salir de ese departamento que solo le

hacía

recordar

los

hermosos

momentos que había pasado junto a él. Aquél sofá en el cual disfrutó de esas noches de frío en los brazos de su amado, recorriendo ambos todos los rincones de su cuerpo. Imágenes que regresaban a su mente con solo mirar ese lugar, que en estos mismos instantes parecía el sitio más doloroso del mundo. Tomó su abrigo y salió, decidida a terminar con este sufrimiento. Llegando al puente, a punto de terminar para siempre con este sufrir, percibió el calor de su amado, quien, cual salvador, regresaba para nunca separarse de ella. https://www.facebook.com/raul.franconovelo?fref=ts

María Elena Rangel Desperté cerca de la medianoche con la vaga sensación de que alguien me observaba, no era la primera vez que me sentía así. Albergaba un miedo interno y extrañas imágenes llegaban a mi mente, era como si hubiese participado en turbios acontecimientos, pero no lograba precisar a ciencia cierta de qué se trataba.

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veía

torturando

asesinando personas con un placer morboso y eso me horrorizaba, yo no era así, pero las imágenes se hacían cada vez más reales. Caminé hasta la ventana, la luz de lámpara a mis espaldas proyectaba su luz hacia

callejón,

algo

extraño

sucedía pero no lograba identificar que era. De pronto mi mente se iluminó: ¡Mi sombra! Mi sombra no se reflejaba. Una risa macabra sonó a mis espaldas, viré rápidamente y me encontré frente a frente con mi otro yo, era mi sombra que se había desvinculado de mí. En ese instante, mi último instante, lo comprendí todo... https://www.facebook.com/Nela04?fref=ts

Anne Aband Érase una vez una joven de 15 años

llamada

Rory,

cuya

madre

acababa de morir. Su padre, que era viajante médico, volvió a casarse a los dos años con una mujer divorciada con dos hijas, una de 14 y otra de 18 años. Al principio todo fue bien…. Pero el padre tuvo un accidente y falleció, así que tuvieron que vender el piso

que

tenían

comprarse

uno

pequeño. Y ponerse a trabajar. Sus hermanastras se negaron a trabajar así que Rory tuvo que dejar los estudios y trabajar como pinche en un restaurante. Y las mantenía a las tres. Pasaron dos años. El dueño del restaurante celebraba la boda de su hija e invitó a Rory y a su familia a la cena y al baile. Rory no sabía qué

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ponerse, tan apenas guardaba un poco de dinero. Así que decidió ir al rastro y comprarse algo. Llegó la boda y ella se sentía como la hermana pobre, cuando era ella la que trabajaba. Así que antes de que se acabase la boda, volvió a su casa, cogió su maleta con lo poco que tenía y se fue de casa. Para no volver. Y fue feliz para siempre jamás. http://historiasdeanneaband.blogspot.com.es

J. C. Küdell Y

tal

fue

incertidumbre

que

embargaba, como la hiedra que revoloteaba sobre las hostiles, como

esas desquebrajadas

murallas, esas que separaban tu mezquino y azaroso mundo con mi colosal lucero carmesí. Tus ojos, mil candelabros envolviendo mi fugaz pero

segura

presencia.

necesidad,

macabra indulgencia. Heme aquí, junto a ti mi nefasta amante, que

con

tus

dedos

recorres

mortecina piel. La lujuria es

sedienta

la inminente

invitación bruna y desconocida que te ofrezco, tú, mi escogida, mi señora y salvadora, ¿estarías dispuesta a recibir mi abrazo eterno? Mis labios, hipnóticos se funden con el sabor propio de la muerte, que solo es el paso a la eternidad que te propongo; sin ropas, sin miedos que hasta el amanecer nos envidie y pida misericordia de nuestro amor. Que el silencio de nuestras almas y el aroma de nuestros cuerpos se fundan solo en esta prosa. www.facebook.com/pages/JC-K%C3%BCdell-Anti-Escritora/181952648664272

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Sara Maciel Él

busca

esa

tarde,

aunque sabe que hay una gran posibilidad de que no le conteste. En su mente la culpabilidad está marcada

pero

invisible

los

demás, aunque no para ella que le descubrió en una relación paralela a la suya. Suena el teléfono. Ella contesta con esa tranquilidad que a cualquiera pueda apaciguar, y lleva a cabo una plática como si nada, después de que él no supo qué decir ante el engaño descubierto. Ella accede a verlo esa misma tarde, él emocionado corre a comprar las rosas que nunca le regaló, sabe que para poder ganar su corazón de nuevo tiene que tener los detalles que tanto le cuestan poner en práctica. Su sonrisa es inminente ante el encuentro que él creía sería imposible tener, camina hasta el lugar de la cita y espera a que ella llegue. La mira entrar con ese aire de seguridad y sensualidad que a él. Le crea urgencia en las ganas de amarla o si al menos fuera posible volverla a besar de nuevo… Ella se sienta delante de él, pero en sus ojos, aquella ternura que le cautivaba no está. Su mirada era fría y distante, aunque nunca perdió la sonrisa. Le recuerda lo único que le pidió más allá de todo, que no tuviera otra relación, él sabe que todo acabo con esas palabras, ella se levanta retirándose con ese andar tan suave, tan libre, y él sólo guarda silencio en medio de un dolor que tardara mucho en sanar. https://www.facebook.com/saraisabel.divertua

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Un nuevo movimiento en las redes está revolucionando la forma de publicitar el trabajo de las autoras autopublicadas o independientes. Entre ellas compran sus libros y se los dan a conocer al mundo por medio de una fotografía en las redes sociales (Facebook, Twitter)... ¡Apoyándose las unas a las otras! ¿Te unes al reto #MujeresAutoras? #MeUnoalReto. ¿Cómo participar? Es muy sencillo. A continuación, el reto. Porque entre autoras siempre nos apoyamos, te RETO a: 1) Comprar un libro o más de cualquier autora de habla hispana a la que desees apoyar, ya sea en formato digital o impreso. 2) Tómate una fotito con el libro y súbela a tu muro en las redes sociales. No te olvides de etiquetar a la autora para que vea que la vea. 3) Nomina mínimo a tres autoras más que conozcas y a las que desees apoyar. ¿Cómo las nominas? Tomándote fotos con sus libros (que ya tengas y ya hayas leído), etiquetándolas y explicándoles el reto. Coloca los enlaces de venta de

las autoras que nomines para que quienes vean que te has unido al reto, se animen a adquirirlos. Pueden tomar las instrucciones de aquí. ¿Qué aceptas

dices, el

RETO

#MujeresAutoras Apoyando

siempre

talento de todas las escritoras

habla

hispana... ¡Sube tu foto y no

olvides

los

hashtags para que te encontremos! Mariela Villegas R.

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Entrevista a una de las estrellas más brillantes del firmamento literario: Andrea V. Luna, escritora de Realismo Fantástico. Andrea, la idea de entrevistarte esta vez me nació del alma porque desde hace mucho tiempo que quiero que nuestros lectores en Luz de Dos Lunas conozcan el corazón detrás de estas páginas. Y esa, mi amiga preciosa, eres tú. ¡Comencemos! ¿Quién es Andrea V. Luna como autora? ¿Cómo te defines literariamente? Creo que soy una escritora apasionada, pero no demasiado veloz. Me explico: me tomo mi tiempo para escribir, intentando madurar las ideas antes de plasmarlas en palabras reales. De todos modos, esas ideas son las que mandan así que no es raro verme, de vez en cuando, escribir compulsivamente y luego romperme la cabeza corrigiendo. A veces creo que creo en las musas, otras creo que la inspiración viene del mundo de las cosas y de las personas que nos rodean. ¿Qué es el Realismo Fantástico y cómo es que decidiste escribir este género? El Realismo Fantástico es un género poco frecuente y que, sin embargo, me apasiona. Casi no hay autores que se sumerjan en él y no sé decir bien por qué. Está emparentado con el Realismo Mágico (recordemos que en él se plasma una realidad muy cruda, en general en tercera persona, y en ella se inserta un acontecimiento mágico que es absolutamente aceptable para los personajes como parte de su mundo), pero tiene diferencias sustanciales. El Realismo Fantástico trabaja con el mundo interior de los personajes y su visión de la realidad cotidiana, casi rutinaria, en la que están inmersos. A partir de allí, el surgimiento de lo sobrenatural es una irrupción que no están dispuestos a aceptar como tal y buscan la manera de explicarlo de otra manera, en tanto la duda sobre su existencia es un leit motiv sustancial. Tienen en común, la realidad americana en todo su esplendor que se hace presente en los detalles vitales

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de los personajes y su entorno. No por nada América fue mágica para los conquistadores. ¿Cuántas novelas llevas escritas hasta ahora? Son cinco novelas y una antología en cinco años. En primer lugar, la trilogía De joyas y guerreros (Tres siglos de separación, El reloj de péndulo se detuvo a medianoche y Cómo mejorar tu vida después de muerto) y, luego Eldir hijo de Liam con su continuación Eldir 2: La leyenda del “Ángel Blanco” y, por último Tempestades y cadencias. Como lectora apasionada tuya, quisiera (al igual que nuestros lectores) saber: cuando escribes, ¿sientes lo mismo que nosotros al leerte? Me refiero a que si al plasmar tus letras, ríes, lloras y te emocionas de la misma forma que nosotros lo hacemos al adentrarnos en tus mundos. Puedo asegurarte que hubo momentos en los que las escenas eran tan crudas, en especial hablando de Eldir (en casi toda la novela) o de William en el comienzo de Cómo mejorar tu vida… que necesité alejarme y descansar por algunos días porque el dolor de estómago que me provocaba escribir era intolerable. Cuando escribo, hago lo posible por dejarme llevar por mis personajes y su mundo, que termina siendo el mío, porque no puedo evitar verme allí, acompañándolos. Escribir me resulta algo demasiado visceral así que sí, río, lloro, se me pone la piel de gallina… porque cuando ellos hablan, necesito que sean tan creíbles como las personas que me rodean y eso los convierte en una realidad que alterna con la mía. ¿Hubo alguna motivación específica que te animara a escribir? Siempre fui una lectora muy ávida. El otro día, una colega de trabajo me echó el mejor de los baldazos de agua fría encima: me comentó que cuando era bibliotecaria en tal escuela había una alumna que leía tanto que la llevó a preparar un sector especial dentro de la biblioteca para que alumnos como vos pudieran acercarse y… “¡Dios!”, le dije, “¡Esa era yo!”. Y nos reencontramos casi treinta años después [“¡Sí, sos vos, Claudia!”]. Creo que es eso, el leer metiéndome dentro de cada mundo que los autores me proponían me llevó a querer crearlos yo misma. Luego de la primera novela (que nació como un accidente, con la idea de ser cuento), no me cabe duda de que hay una mano mágica detrás de mí: la Dra.

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María Luisa Punte, quien fuera mi profesora de Literatura Alemana en la Facultad y por quien nunca bajé los brazos. De algún modo, también creo que he escrito las novelas que me gustaría leer. No puedo pedir más. Cuéntanos, de entre todos tus personajes, ¿a quién elegirías para contar una historia romántica que te incluyera y por qué? ¡Pedro Nampëlkan, sin duda! Su historia lleva un encuentro romántico trunco tan fantástico como todo lo que sugiere el título de ese tramo de la trilogía, El reloj de péndulo… Tengo muchas ganas de desarrollarlo algún día… Ya veremos. ¿Te consideras una autora versátil? Sí. Escribo de igual manera novelas como cuentos, poesía, ensayos o, incluso, algún guión de cine. Los géneros me gustan todos, pero en estos momentos me centro en solo uno. Supongo que cuando termine la historia global de Eldir (sí, serán tres partes pero del título solo puedo darte la sigla por ahora: DCLP), me sumergiré en otro lo suficientemente diferente como para no extrañarlo tanto. Si te ofrecieran hacer el guión de una de tus novelas, ¿cuál escogerías? Sé que a muchos de tus fanáticos nos encantaría la idea de ver tus historias en la pantalla grande. Creo que Eldir hijo de Liam tiene todos los condimentos que se necesitan para una película. ¡Ay! Es que de imaginarlo me dan palpitaciones. Estos últimos tiempos, alguien esbozó unos dibujos tipo comic en base al primer capítulo y casi muero de la impresión cuando los vi. Él tiene algo especial, sin dudas. Estas preguntas tuyas… ¿Cuál es tu meta más apasionada a alcanzar en el mundo literario? Nunca lo había pensado antes. Supongo que alcanzar la mayor cantidad de lectores posibles y ser capaz de dejarles algo más que una bonita historia. Durante mucho tiempo creí, y sigo creyéndolo cada vez más, que los escritores tenemos que hacer una opción en relación a la influencia o no que tengamos sobre los demás. Durante mucho tiempo trabajé dentro de las aulas enseñando Literatura a adolescentes ávidos de saber para qué sirve. Creo que los profesores, los docentes de cualquier rama en realidad, somos muchas veces un modelo a seguir aunque no queramos, y todo lo que digamos puede y será usado por los demás en su vida. Me gusta creer que lo que les dije los ayudó a crecer y no a aplastarlos. Como escritora quiero lo mismo: dejar esas señales en los demás que les permita creer que todo es posible, porque los valores no

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se han perdido del todo sino que están escondidos por ahí, en medio del caos de nuestra sociedad de hoy. Esta hermosa historia yo la sé muy bien, pero creo que debemos compartirla con nuestros lectores. ¿Cómo nació la idea de crear la revista Luz de Dos Lunas? Es la historia de un encuentro providencial luego de un encuentro que debió hacernos bajar los brazos. Nos conocimos en la desgracia de una de esas editoriales que juegan con las ilusiones de los escritores y nos hicimos fuertes entendiendo que esos sueños no deben quebrarse jamás. Comenzamos con una prueba piloto: una columna en la Revista-NR. Claro que sabíamos que iríamos por más y Luz de Dos Lunas es la materialización no solo de nuestros sueños más profundos sino que quiere ser una catapulta para todos aquellos que necesitan un espacio donde expresarse y no pueden acceder al mega-mundo editorial. Queremos ser puente, mano, hombro, peldaño… ¿Qué clásico de la literatura te marcó más como lectora? La verdad es que puedo hablar de autores, no de una obra en particular. De chica leía mucho a Agatha Christie e Isaac Asimov. Pero el primero que me conmocionó y que me movió todas las estructuras fue Jorge Luis Borges con su infinitud de laberintos míticos. El segundo, Umberto Eco en todo su despliegue y el que me deslumbró fue J. R. R. Tolkien y toda la magia de un universo creado en papel. Mis homenajes a los tres en sus diferencias y en sus estilos tan únicos como perennes. ¿A qué te dedicas fuera del universo de las Letras? ¿Además de no poder alejarme de mi trabajo con los adolescentes en las escuelas secundarias? A ser madre, esposa… a aportar lo que puedo donde puedo, y otro canal para eso es el programa “Café entre libros” de www.launiversalradio.com donde intentamos junto con Silvina Zanetta y Gema Lutgarda acercar a los grandes y a los pequeños escritores con los lectores más ávidos. ¡Ah! Pero eso no es fuera del universo de las Letras… De algún modo, empiezo a creer que no hay nada fuera del universo de las Letras, porque todo el mundo necesita de la imaginación y la serenidad de las palabras escritas o no: sin ese mundo no somos nada. Eres una mujer de principios muy fuertes, digna de total admiración y un ejemplo a seguir para todos los que te rodean. ¿Consideras importante tu papel como modelo de formación para las futuras generaciones?

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Espero haberlo sido y serlo toda mi vida. Imagino que has tenido comentarios maravillosos de tus obras. ¿Cuál de ellos te ha proporcionado la mayor lección o la mayor satisfacción? El de un chico europeo que me dijo que Eldir era su héroe, su modelo de vida, y que pensaba en él mientras estaba en quimioterapia. Nunca imaginé algo así y cada vez que me comenta algo, simplemente lloro. Yo ya no sé quién es Eldir, porque a veces pienso que se ha escapado de las páginas de su libro y anda por allí sin mi permiso haciendo de las suyas… ¿Qué te gustaría decirles a tus lectores? ¡Puedes explayarte, que es un privilegio leerte! Que no tengan miedo de leer, que no teman abrir las mentes buscando otros horizontes literarios. Que sean lectores de muchos géneros para que la lectura sea algo más que un pasatiempo, que se convierta en un modo de vivir, en una alternativa indispensable no para escapar de la realidad sino para transformarla. Andrea, estoy muy agradecida con la vida porque te colocó en mi camino. Gracias por siempre apoyarme, por siempre compartir locuras, venturas y bendiciones conmigo y con tus lectores. Gracias por ser este ser humano tan maravilloso que eres. Gracias por tus historias, por tus lecciones y por tus palabras. Y gracias por estar aquí, en este proyecto llamado “Luz de Dos Lunas”, para apoyar a los nuevos talentos. ¡Es todo un honor, amiga mía! El honor es mío porque sola nunca hubiera tenido el coraje de afrontar las locuras de mi mente o de mi espíritu. Y es que esas locuras sumadas a las tuyas se están convirtiendo en el epicentro de una movida literaria cuyos alcances van más allá de lo que esperábamos. Contacto: www.facebook.com/andreavlunaescritora Http://andreavluna.blogspot.com @andreavluna_

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Con temblor la tierra clama al hombre que tenga piedad, con fuertes gritos exclama que lo que haga no es nimiedad. Son pedidos de auxilio de un mundo descuidado. ¿Tendremos que buscar exilio por lo que hemos abandonado? Las aguas también protestan con lluvias desbordan los ríos. Los hombres solo contestan cuidando sus grandes señoríos. Hacen cumbres y reuniones, grandes cenas, fotos miles, firmando falsas uniones pero se protegen con misiles. En Marte se busca vida, a Saturno cohetes lanza. De nuestro planeta se olvida, dejándonos sin esperanza. Es el doble mensaje que dan: por un lado la advertencia, lo que todos recomiendan y en el otro la inclemencia. Tsunamis, terremotos, inundación. La Tierra con esto se defiende. Efecto invernadero y contaminación, es el hombre quien no entiende. El ser humano teme ahora cuando lo único necesario era cuidar la obra creadora porque es urgente y no espera.

http://marcela-poesiasonline.blogspot.com

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Eldir2: La leyenda del “Ángel Blanco”

Los mellizos Gabriela e Ignacio Núñez son jóvenes investigadores de campo acreditados por el Museo y Universidad de Ciencias Naturales de la ciudad de La Plata y trabajan, además, en la Fundación Ültuluwun que resguarda, protege y revaloriza las poblaciones originarias de la zona del Parque Nacional Nahuel Huapi en la Patagonia Argentina. ¿Qué sucederá con ellos cuando Eldir llegue a sus vidas? Un choque de culturas extraordinario y algo más: descubren algo que, subrepticiamente, alguien más sabía: que allí, en ese ámbito paradisíaco, la magia es algo más que un spot publicitario… El regreso a la caverna de los símbolos perdidos, el advenimiento de un personaje imposible, el cruce de realidades que se alternan, la búsqueda de la paz interior y el reencuentro de Gabriela y Eldir serán el motor de una aventura extraordinaria de la que el lector está invitado a formar parte. Si la Patagonia no fue la misma luego de De joyas y guerreros… ahora será extraordinaria.

Edición digital en: www.marcelmaidan.com Facebook: www.facebook.com/eldirhijodeliam

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“Luna Negra” Lunas Vampíricas más allá de los siglos…

Una nueva raza de licántropos ha nacido: Los Eskol. Han pasado siglos desde que el clan Riviere tuvo su "felices para siempre", pero como toda historia eterna, para siempre tiene consecuencias más profundas y permanentes. Una guerra mundial ha diezmado la población humana y vampírica, y los sobrevivientes habitan en un submundo conocido como La Ciudad de los Perdidos. Son regidos por un nuevo rey que mantiene la paz entre razas y que jugó un papel fundamental para el triunfo de los sempiternos sobre los mortales. Una Eskol de carácter feroz conocida como Rude, pasa sus días entre los suyos, amargada e infeliz, sin un motivo real para existir. Hasta que la buena fortuna le sonríe. Es un ser especial y no lo sabe. Por su sangre corre la vida de una vampiresa a la cual el rey, Shawn Mc Arthur, amó mucho y que por fin puede tener de vuelta. Todo dependerá de su decisión. Estreno Internacional el 31 de Marzo de 2015 en todos los portales de Amazon. *Aunque no conozcas las demás novelas de la Saga Lunas Vampíricas, puedes leer esta sin problemas. Ha sido diseñada de esta forma.

De venta en Amazon (IMPRESO Y KINDLE): http://www.amazon.com/Luna-Negra-Lunas-Vamp%C3%ADricasSpanish/dp/1508671923 http://www.amazon.com/Luna-Negra-Lunas-Vamp%C3%ADricasSpanish/dp/1508671923

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A todos nuestros amigos lectores: El ser escritor, conlleva una serie de sacrificios y recompensas que queremos compartir con ustedes. Redactar una novela de cualquier extensión, requiere muchísimas horas de trabajo alejados de las personas que amamos, entre otras cosas. Una novela, cuento o relato, no solamente se escribe y sale a la venta. Una vez que el autor termina de redactarla, hay que revisarla numerosas veces, reescribirla, editarla, darle formato y enviarla a una editorial, eso si no somos escritores autopublicados –lo que lleva aún más tiempo de preparación y publicidad-. A eso hay que añadirle el dinero de las promociones que llevamos a cabo y que invertimos para hacerles llegar una obra de la mejor calidad. Hacemos esto con mucho amor para que nuestros lectores reciban novelas que les lleguen al corazón y que les hagan volar, sentir, imaginar, sonreír, amar, llorar o estremecerse, dependiendo del tipo de obra a la que sean aficionados. Cada vez que alguien descarga gratis una novela de nuestra autoría sin nuestro consentimiento, se está robando no sólo una obra, sino miles de horas, dinero y esfuerzo invertidos. Esto, sin duda alguna, es un plagio. Existen cientos de sitios webs y blogs que distribuyen nuestras novelas de manera gratuita, cuando los mismos autores lo hacemos de forma controlada y adecuada a las necesidades de todos. Sabemos que esto no ocurre con todos, pero es una triste y devastadora realidad. Se roba parte de nuestras almas, de nuestras vidas. Conocemos las necesidades de nuestros lectores y por ello proporcionamos libros de manera gratuita cuando hacemos publicidad en páginas autorizadas. Queremos que nuestras historias se conozcan, para eso las hacemos, pero todo tiene un límite que hay que respetar. No se trata de reprochar ni buscar culpables, sino soluciones. Para que podamos seguir creando mundos, debemos mantener el nuestro limpio de estas situaciones. Por ello les pedimos, por favor, NO DESCARGUEN LIBROS SIN LA AUTORIZACIÓN DEL AUTOR, y tampoco regalen sus archivos. Es tan simple como esto: si haces tus deberes de escuela y alguien viene a querer tomarlos sin permiso, te enojarías porque invertiste tiempo y esfuerzo para llevarlos a cabo. Tampoco se los “prestarías” a alguien si sabes que esa persona no ha “pagado” el precio por ellos. Se le llama INTEGRIDAD, y es un valor que todos debemos fomentar. La lectura es un tesoro invaluable que nos regala la oportunidad de sentir y vivir en planos distintos a los nuestros. Si quieren que sobreviva, DIGAN NO A LA PIRATERÍA. Valoren el esfuerzo de los demás. El universo en su infinita sabiduría lo retribuirá y les dará mil veces más. Esa es una ley ineludible. “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Eviten la vergüenza de resultar expuestos como “ladrones”. Es mejor hacer lo correcto y apoyar la lectura dentro de los márgenes que nos dictan la consciencia y la sociedad. Esperamos sinceramente que este manifiesto sea considerado. ¡Apoyemos a nuestros autores predilectos para que podamos tener obras mejores y más novedosas!

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