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LA LAGUNA Manuela
C U LT U R A L E S
Fotos: Carlos Lazcano
CONSERVAR BIODIVERSIDAD
3 La Laguna Manuela es parte del área natural protegida llamada Valle de los Cirios, una de las regiones naturales mejor conservadas de México. 3 Las actividades que pueden realizarse en ella se encuentran establecidas en la ley y esperamos se conserve, así, natural, durante un tiempo infinito. 3 Si tú, estimado lector, visitas este espacio, no olvides respetar las reglas básicas de quienes amamos la naturaleza: 1. No matar nada más que el tiempo. 2. No dejar nada más que la huella de los pies (cero basura). 3. No tomar nada más que fotografías.
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Fernando Consag exploró la región de la Laguna Manuel encontrando algunos vestigios del galeón San Felipe. Fue el padre Consag el primer europeo en llegar por tierra a la Manuela, en 1751. Anteriormente Consag ya había fundado la misión de Santa Gertrudis La Magna, la primera establecida en el actual territorio del estado de Baja California.
El mágico lugar forma parte del área natural protegida llamada Valle de los Cirios. Cuenta con una increíble flora y fauna, y destaca porque conserva perfectamente su esencia y encanto CARLOS LAZCANO/ COLABORACIÓN clazcano@elvigia.net
E
n la parte sur del municipio de Ensenada, ya casi para llegar al estado de Baja California Sur, muy cerca de Guerrero Negro, se localiza la Laguna Manuela, asociada a las lagunas marinas de Ojo de Liebre, famosas por la presencia de las ballenas grises que cada año recalan en ellas hacia el final y principio de cada año. La Laguna Manuela es poco conocida y carece de todo tipo de servicios, por lo cual conserva perfectamente su esencia natural y todo ese encanto que le da el aislamiento. Con frecuencia la visito y acampo en ella con mi familia. Mucho disfrutamos su belleza y entorno. En el último viaje pudimos apreciar decenas de ballenas que felices nadaban frente a la laguna, ofreciéndonos un espectáculo único desde tierra. Se les apreciaba fácilmente por su perfil negro y porque de vez en cuando arrojaban su gran chorro de agua, el cual rompía el horizonte. Al pie de la laguna se encuentra el cerro de Santo Domingo; desde lo alto de él se aprecia el gran horizonte de la laguna y su entorno costero y marítimo. Se ve volar a grandes parvadas de pelícanos y gaviotas. En la playa de la orilla de la laguna se aprecia a numerosos grupos de especies de aves: tildillos, costureros, gaviotas, gallitos, etcétera. Durante un tiempo inmemorial ésta región fue ocupada por
los antiguos indios californios, quienes a través de diversos vestigios nos han dejado huella de su presencia, principalmente por los concheros de la costa del Pacífico. En la laguna existe un gran conchero en el que han sido encontrados diversos herramientas de piedra y concha, las que nos hablan de las formas de vida de estos antiguos habitantes, que quizá se remonta siete u ocho mil años atrás.
ENCANTADORA Y SOLITARIA
RUTA DE NAVEGACIÓN
Cuando los españoles llegaron a estas regiones, vivían en la zona central de la península grupos cochimí, los que llegaron a ocupar la Laguna Manuela. Los primeros europeos que pasaron por la región fueron los navegantes de la expedición de Francisco de Ulloa (1539-1540), que habían salido de Acapulco para seguir explorando la costa del Pacífico norte de la Nueva España. Acamparon durante tres meses en la Isla de Cedros y al continuar pasaron frente a la Laguna Manuela, pero no se detuvieron. Posteriormente pasó frente a ella la navegación de Juan Rodríguez Cabrillo (1542-1543), quienes igualmente no se detuvieron. Sesenta años después fue el navegante Sebastián Vizcaíno quien vuelve a pasar frente a la laguna durante su expedición (1602-1603). Vizcaíno realizó el mapa de toda la costa del Pacífico de Baja California, incluyendo la región de la laguna. A partir de 1565 empiezan a llevarse a cabo las navegaciones del Galeón de Manila, las que desde Manila, Filipinas,
cruzaban todo el Océano Pacífico arribando a la costa de la alta California. De ahí se venían costeando por toda la península hasta llegar a la costa de la Nueva España, para finalmente terminar en Acapulco. Llegó a ser una de las rutas comerciales más largas e importantes del mundo y funcionó durante 250 años. Cada año, el galeón pasaba frente a la costa de la Laguna Manuela. En 1576 llegó a las costas bajacalifornianas el galeón San Felipe, sin embargo
venía muy deteriorado y quizá sus tripulantes muy enfermos o cansados por la larga travesía (duraba entre 4 y 6 meses), el hecho es que este galeón encalló y naufragó muy cerca de la Laguna Manuela, un poco al sur. Nunca se supo cuál fue la suerte de sus tripulantes y viajeros. Los vestigios de esta nave fueron encontrados en el año 2002, enterrados entre la arena de la zona de dunas al sur de la Manuela. En 1751 el misionero jesuita
En nuestros días, la Laguna Manuela se encuentra muy cerca de las comunidades de Villa Jesús María y Morelos. En ella se reúnen los pescadores, ahí tiene su campo pesquero y todos los días salen temprano al mar abierto para ganarse su sustento. Las veces que he acampado ahí, les compro algo de pescado o calamar para preparar ricos platillos campiranos. Ambas comunidades son pueblos muy chicos, de unos cuantos cientos de habitantes. A 40 kilómetros al sur está Guerrero Negro, que con sus 15 mil pobladores es el centro urbano más importante de la región central de la península de Baja California. Es la belleza, es la soledad, es su naturaleza bien conservada la que cada año me invita a regresar a este sitio, para mí maravilloso. En él he visto atardeceres fuera de serie; con un cielo tan limpio como el de esta región, se puede apreciar en todo su esplendor el cielo estrellado. Acampar allí es una grata experiencia, sobre todo cuando se hace con la familia. Meterse al mar, que es tranquilo y de aguas agradables, comentar las experiencias, visitar el conchero, encender la fogata, sentir al viento, observar el horizonte, perseguir a las aves. Pero sobre todo sentir la soledad y estar ahí, en medio de esa naturaleza única. Así es la Laguna Manuela.