Alma

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ALMA

Mack Ruiz Alquichire



Alma. Jack llega a Kinstong en otoño con música y una flor, y se va en invierno, sin alma y sin razón.

Mack Ruiz Alquichire


Para su memoria extraordinaria


"...no podía eludir su lirismo porque no dejaba de pensar en ella, y nunca aprendió a escribir sin pensar en ella". Gabriel García Marquez


Contenido

12

Memoria extraordinaria Música en tus labios Mis planes

13

Fisuras irreprochables

14

Pureza del luto Espérame en la mejor localidad

15

La montaña Íntimamente perversos Lánzala por la ventana

16

Tragedias del tiempo Veneno Vivo del recuerdo

17

Poemas incinerados I


18

¿Quién la vino a buscar?

19

Pálidos

20

Magnánima No te des por vencida

21

Exhaustos Purificadora

22

Jeremy el Orbe Tú Olor

23

Poemas incinerados II

24

Sanberf Legado


25

Zarina-Catalina Mujeres Sonidos

26

Mis letras

27

(Amor) entre paréntesis I El arte de tu piel Leve suspiro

28

Jia Santa

29

(Amor) entre paréntesis II El poeta

30

Angélica

31

Cuando camina por la calle


32

Silencio sagrado Recamier

33

Aforismo Muchos nombres

34

Caos Cartas anónimas

35

Canciones y poemas Lluvia

36

¡Oh bella mía!

37

La Reina de Kinstong

38

Me gusta cuando estamos en silencio


39

Del color de tus labios La autora

40

¿Nos veremos algún día?

41

La década más inmensa Jack

42

Alicia III Libre y mía

43

¿Qué beso dio quién?

44

Poemas incinerados III Imagina como muero

45

Sonidos del alma Gatos


46

Voz infinita El retorno Mis escritos son demasiado cortos

47

De la dulzura de sus gestos Mi nombre

48

Poemas incinerados IV

49

Puñal Letras teñidas

50

Fantástica Siempre contigo

51

Una y otra noche más Encantamiento No. 17

52

Canción de Sanberf


53

Maquillaje Recuerdos

54

La muerte de Angélica Recamier El don de mi condena


Memoria extraordinaria Hubo uno, dos y tres anhelos. Hubo cuatro, cinco y seis desgracias. Hubo siete, ocho y nueve besos. Hubo diez, once y doce lágrimas.

Música en tus labios He encontrado música en tus labios Mira cómo me tienes bailando. Media década junto a los sabios. Les robo rimas que en tu cabello voy atando.

Mis planes Ya habrá tiempo de sobra para lamentar su muerte el próximo mes. Hoy no me quiero perturbar, mis planes no cambiarán. 12


Fisuras irreprochables Soñé contigo y no estabas más guapa. Seguías siendo tú, la sonrisa radiante, la frente suficiente, los espacios perfectos y las fisuras irreprochables. Seguías siendo tú, con la misma nariz desde la que me lancé al abismo, con los ojos diáfanos y la mirada imponente. Eras tú y tu pecho profundo, cándido y rotundamente histórico; con los hombros acaramelados, con los labios carmesí. Anoche soñé contigo, pero no estabas más guapa, estabas igual como aquel día que te perdí.

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Pureza del luto Amamos la pureza del luto porque no hay mayor deseo que la muerte.

Espérame en la mejor localidad Esta es tu nueva vida. Salúdala. Empieza escogiendo la mejor ubicación, no sé cuándo saldré al escenario, pero, ten paciencia; compra algunas cosas, conversa con los que están cerca de ti. Deja la timidez, hay adolescentes rebeldes, adultos inteligentes, enfermos, desgraciados y traicionados; seguro que alguno te caerá bien.

14


La montaña Escapa de esos días tormentosos, te esperaré en la misma montaña para regalarte otro trozo de mi alma.

Íntimamente perversos Desde la ventana me miró frenéticamente como queriéndome decir que anoche también tuvo el mismo sueño.

Lánzala por la ventana ¿Qué canción me recomiendas? Necesito algo diferente. Anda, siempre tienes una buena que no conozco. Lánzala por la ventana, estoy aquí abajo como de costumbre.

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Tragedias del tiempo Me sé de memoria los segundos que pasan cuando ocurre una tragedia. Solo la espero, sentado, con la misma mirada, con el mismo silencio.

Veneno Señora, ¿Acaso ella no le habló de mí? ¡Oh! Comprendo. Dígale entonces que si tiene veneno lo beberé con gusto. Si, dígale eso por favor.

Vivo del recuerdo Tengo que escuchar tus Caminos Pálidos al menos una vez al día para no morir. 16


Poemas incinerados I Solo me acuerdo de lo importante. De la primera vez que te vi. De aquel beso histórico bajo la lluvia, De tus secretos, de tus miedos. Solo me acuerdo de lo importante. De tus manos cálidas, Del misterioso olor de tu cabello. De la desesperación por hablarte. Solo me acuerdo de lo importante. De tu acento, De tu sonrisa mágica. De tus dientes musicales. Solo me acuerdo de lo importante. De ti, por ejemplo.

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¿Quién la vino a buscar? ¡Oh! Señora, aguarde, entréguele esta carta. Dígale que no la vaya a quemar, es su regalo de cumpleaños. Pero, si después de leerla aún sigue sintiendo lo mismo. Dígale que me avise el día y la hora para recoger el veneno. ¿Quién la vino a buscar? Ella conoce mi letra.

18


Pálidos He emprendido mi viaje hacia el sur. La gente en el tren es muy discreta y tranquila, Nada parecido con sus mentes desesperadas, Se les nota en sus manos. Se les nota en su mirada. Hemos dejado atrás los pañuelos blancos al aire, Ahora nos enfrentamos a la incertidumbre de lo nuevo. Quizá en este lugar la encontremos. Ya llegamos a la primera comarca. ¿Cómo puede este lugar ser tan hermoso con tan solo un abanico de ocres pálidos?

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Magnánima No logro olvidarte, tu magnánima cintura aparece continuamente en mis sueños.

No te des por vencida No te des por vencida. Tienes algo especial que cualquiera vendería su alma al diablo por tenerlo también.

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Exhaustos Ese olor a música ligera. Ese olor, me recuerda aquel día cuando estuve en el paraíso contigo. Ven, sé que ha pasado ya mucho tiempo pero aún podemos cantar y bailar hasta caer exhaustos de amor.

Purificadora Ella es dueña de una mueca que la purifica. Dueña de un apellido que retumba en la mente de los más débiles de este país pecador.

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Jeremy del Orbe Vamos, cuéntame una historia. Sé que no eres una persona aburrida.

Tú No es necesario decirles, tu nombre aparece en mi boca cada vez que sonrío.

Olor El sostén que le arrebaté a tus pechos ya han perdido su olor

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Poemas incinerados II Siento como si escalara una montaña, empiezo ansioso y con una gran energía. Crece la expectativa de cómo será allí arriba, en la cima, donde todo acaba y todo se ha hecho, donde se alcanza la máxima sensación, Allá arriba donde las emociones son desconocidas y los recuerdos apenas son sembrados. Siento como si estuviera en la cima de una montaña, contigo, disfrutando de un abrazo, oliendo tu cabello, ahogados en el silencio. 23


Sanberf El dolor, al igual que el amor es necesario sentirlo en el alma. Es la única forma de aprender, de secar las lágrimas del pasado. Si tienes la oportunidad de acompañarlo con música, serás santificado. Amar y llorar, es un ciclo interminable en esta vida.

Legado Hago parte de ese pequeño club de sureños que te admiran.

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Zarina-Catalina Volveré a tus ojos cuando el ZarinaCatalina zarpe a lo largo de la última noche.

Mujeres Me encantan las mujeres que les gusta asomarse por los puentes...y que se excitan a igual que yo al tener tan cerca la muerte.

Sonidos Bajo la lluvia, solo escucho el sonido remoto de tus labios consintiendo mi oreja. 25


Mis letras Cada poema que escribo me envejece, destruye lo vivido. Escribo en contra de mis sentimientos, y en contra del ruido. Con cada escrito pago un "Te Amo" que no dije. Cada letra es una espina, un dolor que predije. Abandono mis mejores páginas, escribo y me hundo en mi hoyo, pero me rescatan unos ojos gloriosos. Escribo para mantener alejada la muerte, la tuya y la mía. Escribo para estar de pie, para sentir. Para que la locura abandone mi carne, para olvidar aquella vida a tu lado. Escribo sin sentido, a la mala, para que de tus ojos nunca salga mi alma.

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(Amor) entre paréntesis I Por un momento quise hablarte, pero de pronto se me inundó la garganta a lo lejos. Ahí, a la distancia, sentía como cada detalle de tu rostro se me escapaba a través del viento.

El arte de tu piel Mis mejores escritos fueron las marcas que te hice en la piel, eres la musa de quien el arte decidió perder.

Leve suspiro Quise exprimir aquel relámpago y volverlo una flor, solo como excusa para acercarme a tu falda. Ocultas allí la vía láctea. Mujer, déjame subir, deja que sienta por primera y última vez. Hay algo en ti y algo en mí. nos separa un leve suspiro. Toma mi alma, es viento. No quiero más sufrir. Ese gemido suena a tu nombre. Ese gemido me hace profanar tus caderas. ¿Alguien la recuerda? ¿Nos ha cantado a todos y nadie la recuerda? Su nombre no lo olvido, al igual que ella con mis poemas. Su nombre me tienta a escribirle al vacío.

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Jia Santa Mis deseos me delatan. Tanto pensar en ella, en la pureza de su rostro, en la lujuria de su piel. Estaba tan cerca aquel día, Su aroma cautivaba mi olfato. Quemaba mis ganas. ¡Ven aquí! - Declaró Me acerqué Estalló. El sabor de sus labios era incierto hasta ese día. Nos escondíamos. Su rostro era mío. Y su inocencia tan rosa. Mojó mis labios. Mordí los suyos Siempre con miedo Siempre indeciso. El pecado nos persigue. La traición nos atormenta. Sé que has soñado lo mismo. Sé que lo ocultas. 28


(Amor) entre paréntesis II Eran 24 razones que se empuñaban en mi mano; con la cabeza baja escuchaba cada lamento de esta ciudad, cada delirio que emana de ojos rojos y rostros tan sucios.

El Poeta En esta ciudad, hay una calle silenciosa y oscura que divide en dos la memoria del poeta. Hay sangre pálida en los andenes, risas fantasmales en los parques. En la noche, las cosas no son llamadas por su nombre. La gente crea una realidad mejor, y escapan de ella al amanecer. El en amor, crece el deseo de los amantes por tocarse, por alcanzarse, y en ese delirio consumir lo que queda de ellos. El poeta se niega a olvidar. Pretende escribir, la verdad de esta ciudad. 29


Angélica Te han dibujado, Angélica, has cambiado de arte, ahora eres más que un nombre, te pareces a un símbolo, de juventud y magia. Apenas me quedan algunas de tus fotos que en las noches beso. Yo, un joven extraño el último del pacto.

30


Cuando camina por la calle Ella sabe que la miran cuando camina por la calle. Es inevitable... El encanto de sus piernas, el sonido de sus pasos. Es ella y el perfume a canción sureña. Sabe qué vestido llevar solo mirando el cielo. Tiene unos zapatos con apellido. Unos aretes escondidos. Ella camina... Camina en el silencio sagrado de mis sueños. Ella duerme... Duerme invisible entre mis brazos.

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Silencio sagrado La emoción de un poema, habita en el silencio de quien lo lee en secreto.

Recamier Antes de salir de casa, procura ir con el cabello suelto, así, siempre joven, esbelta, radiante e imponente.

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Aforismo Mis labios pronuncian tu nombre, se desangran por un beso se desesperan y se arrugan.

Muchos nombres Dondequiera que voy me encuentro con tu rostro. Al hablar, al moverme estoy contigo. El camino de mi vida tiene muchos nombres tuyos. Juntos estaremos lejanos. Separados y unidos por una extraña sensación.

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Caos El amor cuando se siente en las entrañas es un hermoso caos.

Cartas anónimas ¿Has revisado ya aquél cofre donde guardas mis canciones? ¿Has sentido el clamor de tu corazón cuando lo abres?... ...¿no se detiene?... ¿Le has dado el último vistazo del día a las cartas sin nombre? ¿A qué huelen? ¿A tumbas?

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Canciones y Poemas No tienes idea del estado frenético en el que se encuentra un poeta que imagina historias cada día, y que desea, íntimamente, sentir que todo aquello se hace realidad.

Lluvia Esta es mi canción de invierno, al ritmo de la lluvia. una melodía para los amantes que hacen el amor bajo la luna.

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¡Oh bella mía! Como un vagabundo, cantando mil canciones, cantando hasta desgarrar mi garganta. ¡Oh bella mía! cantando hasta borrar mi existencia. Cantando por siempre, con tu nombre en mi mente. Llorando sin calma, con tu apellido en mi alma.

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La Reina de Kinstong Este 29 de junio se conmemora el triste desenlace de Angie Recamier, una de las más grandiosas artistas de Kinstong, que, a pesar de sufrir una muerte temprana a sus 27 años por una sobredosis de heroína, su influencia en la música fue trascendental para toda la región. Ella es Lisbeth Angélica Recamier Villamil, más conocida como Angie Recamier: La Reina de Kinstong.

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Me gusta cuando estamos en silencio Es como si estuvieras muerta y tu fantasma se me apareciera en las noches, en las fiestas o cuando mi vecino pone música de despecho. En esos momentos te imagino, algunas veces cantando, otras veces llorando y otras pocas riendo. Tu recuerdo me atormenta y me da placer, le hago el amor y lo abandono cuando empieza el amanecer. Te he escrito poemas sutiles, donde el protagonista es tu cabello brillando en escena, donde tu acento cautiva al público; poemas donde tu mirada parda sigue inspirando a este triste poeta. 38


Del color de tus labios Te dejo este adiós vestido del color de tus labios, con sus brillantes aguijones y las manos abiertas esperando un beso. Este adiós no es mío, lo necesita mi arte. me lo pide la muerte.

La autora Angie Recamier tenía la facultad única de saber convertir sentimientos en palabras, sensaciones en música, estímulos en fuerza, y todo cuanto le rodeó sirvió para desarrollar su portentosa creatividad. Cuando una persona con ese magnetismo logra cautivar y concienciar a miles más, es que se trata de un genio. 39


¿Nos veremos algún día? Esta será la última noche que cante en Kinstong, tengo miedo de pensar en ti en ese momento, tengo miedo de que busques la forma de oírme, no quiero que mueras, tan solo desearía poder llevarme tu sonrisa de vuelta a casa, quisiera llevarme las estrellas que hemos contemplado todo este tiempo, pero, como odio que se desvanezcan igual que nosotros lo hacemos. ¿Las veremos algún día?, tal vez yo, cuando quiera lastimarme.

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La década más inmensa Contaremos historias de esta época, quizá con un mar de lágrimas en los ojos, pues será imposible contener la emoción de hablar de este amor inmenso. Y juro estar ahí, a tu lado, calmando el sismo de tus manos y los ríos de tus mejillas, estaré confirmándole a todos los detalles que les des, siendo felices, escuchando nuestros poemas y bailando perdido entre tus piernas.

Jack Las mujeres no hicieron al Jack que conocemos, pero si lo influenciaron mucho, nunca fue capaz de renunciar a la presencia femenina. ¿En realidad, hay algo superior al amor para un artista? 41


Alicia III Al llegar la noche lamo sus lágrimas y escupo en su cara. Se ve tan hermosa, tan mía.

Libre y mía Déjate seducir por el silencio, no tienes que hacer lo que te dicen, no tienes que obedecerles. Tu mente es libre, así como tu boca lo es.

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¿Qué beso dio quién? Toda la noche caían para nosotros dones del cielo, la lluvia sobre los árboles, y esas gotas rodando por tu pecho, ¡Oh! ¡Nuestra esencia! ¡Nuestra historia! ¿Cuál cuerpo era de quién? ¿Qué beso dio quién? Sentía tu caricia sobre mi hombro, y tu lengua sobre mis labios. Tus pensamientos pasaban por mi mente, y cuando sentíamos un deseo intenso... salía de nosotros un ave de fuego.

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Poemas incinerados III Tu sonrisa está calcada en mi alma, es la única explicación que te puedo dar de mi culto hacia ella. He buscado en los libros alguna parecida, pero en ninguna historia describen una semejante a la tuya...

Imagina como muero Las verdades silenciadas se tornan venenosas, imagina cómo muero lentamente por dentro, ahogado en mis secretos.

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Sonidos del alma Extiendo palabras sobre el mundo como lo hace la lluvia sobre esta ciudad, extiendo palabras para contarles poco a poco mi historia. No hay nada que temer, son sonidos arrancados de mi alma que fueron abandonados en un pequeño lunar.

Gatos Nadie en Kinstong nos vio juntos. Estábamos en los tejados de un lado a otro como gatos en celo, cantando y besándonos.

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Voz infinita Que dicha fue escuchar tu voz en octubre y en enero.

El retorno Vuelvo a casa. Donde amé y me amaron inmensamente. A la ciudad donde cultivé mis sueños. Te ves tan pequeña ahora, te hace falta amor y unas cuantas poesías.

Mis escritos son demasiado cortos Querida, sé que soy un hombre sin corazón, mis escritos son demasiado cortos. Tienes que saber que me cuesta escribir, me siento atontado y a veces sin fuerza para sentarme a pensar. 46


De la dulzura de sus gestos Me encantaba verla hablar, era curioso como apoyaba sus palabras con un montón de gestos un tanto suaves, un tanto atractivos.

Mi nombre Por favor, recuerda mi nombre, me da miedo que yo algún día deje de hacerlo.

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Poemas incinerados IV Quédate así, con tu cabeza inmóvil pero parpadeando lentamente. No te muevas, le quiero tomar una fotografía a tu sonrisa y guardarla para cuando no te vea. Inclina tu cabeza por favor, para que tus cabellos caigan en mi hombro y así enamorarme de su olor. Y ahí, cuando te tome de las manos... canta hasta juntar nuestros labios.

48


Puñal Te necesito con los ojos bien abiertos. Ahora que más gente te conoce más de ellos te querrán matar, recuerda que en cada sonrisa hay detrás un filoso puñal.

Letras teñidas No te preocupes si aún mi poesía habla de ti, sabes muy bien que soy un hombre que significa los recuerdos, obsesionado con los pequeños detalles y con los misterios del amor y la muerte.

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Fantástica Tu sonrisa es música para mi prosa fantástica.

Siempre contigo Ya sabes que prefiero los versos sencillos, así que mañana seguramente te lleve un cuadernillo para empezar a escribir en él; pero lo tendrás que llevar siempre contigo, te lo pediré para llevármelo algunos días y te lo devolveré para que disfrutes de nuevas rimas.

50


Una y otra noche más No me gusta hacer planes a largo tiempo, pero, anoche cuando nos besamos sentí que quiero amarte toda mi vida.

Encantamiento No. 17 ¿Eres consciente del tormento que provocas en mi mente cada vez que usas esas palabras y las mezclas con tus gestos?

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Canción de Sanberf Una serie de canciones hechas con el alma. Escritas en un pequeño diario amarillo. Al sur de una mítica región de la que pocos hablan. Que ella le compuso a un hombre escondido. Ella cambió su nombre para poder cantarle con fervor en las frías noches, y así librarse de sí misma. Pero eso la consume, la desgasta. Ella de aquel hombre que escucha se enamora, un hombre cobarde de papel que bajo la lluvia se desmorona y huye cuando el amor siente perder. Él le escribe fantásticas poesías inspirándose en cada detalle de su ser. Pero la verdad siempre le gana. Y eso lo consume, lo desgasta. Yo he estado cerca y he visto como sus ojos estallan de felicidad. Pero todo alrededor es tempestad. Quisiera ayudarles, pero ya he perdido mucho tiempo. He pensado en salir volando por el techo o solo dar la vuelta y correr. Pero eso me consume, me desgasta. Y si tan solo ella pudiera ser quien ella quisiera. Y si tan solo él pudiera amar como él quisiera. Y si tan solo yo pudiera morir como yo quisiera. ¡Todo sería diferente!

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Maquillaje Me encanta cuando te maquillas con mi poesía, con buena música y bellas palabras.

Recuerdos Poco a poco entendí que no era solamente un bello recuerdo lo que ella traía a mi memoria, sino todo un mar de nostalgia y arrepentimiento, una sensación de estar muerto en vida que perduraba noche y día.

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La muerte de Angélica Recamier Apreciado, Te escribo esta carta sin tener presente una fecha para entregártela, pero no hay nadie más en este mundo que te pueda contar la verdad sobre lo que ocurrió la noche del 28 de junio en Kinstong. Voy a empezar por responderte aquella pregunta que me hiciste y que tanto esquivé: Esa noche yo estaba en casa de la señorita Recamier... Sanberf

El don de mi condena Esta poesía habla de mi alma, pero mi alma no está aquí, sino donde habita Ella.

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