Practicas del lenguaje 2 Huellas SECCION 1 PAG 10 a 25

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[ 2 ] ES Prテ…ticas del lenguaje | Paula Croci | Luis Di Filippo | Gabriela Fernテ。ndez Bardo | Irene Timoszko | Laura Martテュn | Florencia Solare Reigada | Norberto Sテ。nchez | Federico Taboada |

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1 El relato realista FoRo aBiertO

Ilustraciones: Fernando Calvi

Roberto Arlt es considerado por algunos críticos como el primer escritor moderno de la Argentina. Sus obras muestran un lenguaje directo y aparentemente descuidado, aunque cercano a la expresión de los personajes marginales que suele retratar. Esas características, que dan a sus historias una marcada condición realista, le valieron muchas veces la crítica de sus contemporáneos. En el primer capítulo de su novela El juguete rabioso, el narrador y protagonista es aún adolescente, y cuenta sobre sus andanzas con amigos del pasado.

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el juguete rabioso Roberto Arlt

I. Los ladrones

N

o recuerdo por medio de qué sutilezas y sinrazones llegamos a convencernos de que robar era acción meritoria y bella; pero sí sé que de mutuo acuerdo, resolvimos organizar un club de ladrones, del que por el momento nosotros solos éramos afiliados. Más adelante veríamos...Y para iniciarnos dignamente decidimos comenzar nuestra carrera desvalijando las casas deshabitadas. (...) Decía yo a Enrique cierto día: —Tenemos que formar una verdadera sociedad de • ¿Por qué los lectores de las primuchachos inteligentes. meras décadas del siglo XX pu—La dificultad está en que pocos se nos parecen —argüía dieron sentirse molestos por el empleo de ese lenguaje que caracEnrique. terizaban como “popular”? —Sí, tenés razón; pero no han de faltar. Pocas semanas después de hablado esto, por diligencia de • ¿Cómo debería expresarse un personaje adolescente de la actuaEnrique, se asoció a nosotros cierto Lucio, (...) una cara tan de lidad para que su discurso resultasinvergüenza que movía a risa cuando se le miraba. (...) ra realista? —De poco nos servirá este energúmeno —dije a Enrique (...). Como es de rigor no podíamos carecer de local donde reunirnos y le denominamos, a propuesta de Lucio, que fue aceptada unánimemente, el Club de los Caballeros de la Media Noche. Dicho club estaba en los fondos de la casa de Enrique, frente a una letrineja de muros negruzcos y revoques desconchados, y consistía en una estrecha pieza de madera polvorienta, de cuyo techo de tablas pendían largas telas de araña. Arrojados por los rincones había montones de títeres inválidos y despintados, herencia de un titiritero fracasado amigo de los irzubeta, cajas diversas con soldados de plomo atrozmente mutilados, hediondos bultos

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de ropa sucia y cajones atiborrados de revistas viejas y periódicos. (...) —Vamos a leer el “Diario de sesiones”. Para que nada faltara en el susodicho club, había también un “Diario de sesiones” en el que se consignaban los proyectos de los asociados, y también un sello, un sello rectangular que Enrique fabricó con un corcho y en el que se podía apreciar el emocionante espectáculo de un corazón perforado por tres puñales. (...) —Che, Silvio. —¿Qué hay? —dijo Enrique. —Pensaba una cosa. Habría que organizar clubes en todos los pueblos de la república. —No, lo principal —interrumpí yo— está en ponernos prácticos para actuar mañana. No importa ahora ocuparnos de macanitas. (...) Así vivíamos días de sin par emoción, gozando el dinero de los latrocinios, aquel dinero que tenía para nosotros un valor especial y hasta parecía hablarnos con expresivo lenguaje. (...) Próximamente a las doce de la noche me reuní en un café con Enrique y Lucio a ultimar los detalles de un robo que pensábamos efectuar. Escogiendo el rincón más solitario, ocupamos una mesa junto a una vidriera. Menuda lluvia picoteaba el cristal en tanto la orquesta desgarraba la postrera brama de un tango carcelario. —¿Estás seguro, Lucio, de que los porteros no están? —Segurísimo. Ahora hay vacaciones y cada uno tira por su lado. Tratábamos nada menos que de despojar la biblioteca de una escuela. Enrique, pensativo, apoyó la mejilla en una mano. La visera de la gorra le sombreaba los ojos. Yo estaba inquieto. Lucio miraba en torno con la satisfacción de un hombre para quien la vida es amable. Para convencerme de que no existía ningún peligro, frunció los superciliares y confidencialmente me comunicó por décima vez: —Yo sé el camino. ¿Qué te preocupás? No hay más que saltar la verja que da a la calle y al patio. Los porteros duermen en una sala separada del tercer piso. La biblioteca está en el segundo y al lado opuesto. —El asunto es fácil, eso es de cajón —dijo Enrique—, el negocio sería bonito si uno pudiera llevarse el Diccionario enciclopédico. (...) De aquella última noche azarosa conservo lúcida memoria. (...)

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A pesar de la carga [de libros], prudencia y temor aceleraban la soltura de nuestras piernas. —Lindo golpe. (...) —¿Qué hora tenés, Lucio? —Deben ser las tres. No, no era tarde, mas la fatiga, la angustia, las tinieblas y el silencio, los árboles goteando en nuestras espaldas enfriadas, todo ello hacía que la noche nos pareciera eterna, y dijo Enrique con melancolía: —Sí, es demasiado tarde. Estremecidos de frío y cansancio, entramos a la casa de Lucio. —Despacio, che, no se despierten las viejas. —¿Y dónde guardamos esto? —Espérensen. Lentamente giró la puerta en sus goznes. Lucio penetró a la habitación e hizo girar la llave del conmutador. —Pasen, che, les presento mi bulín. El ropero en un ángulo, una mesita de madera blanca, y una cama. Sobre la cabecera del lecho extendía sus retorcidos brazos piadosos un Cristo Negro, y en un marco, en actitud dolorosísima, miraba al cielo raso un cromo de Lida Borelli. Extenuados nos dejamos caer en la cama. En los semblantes relajados de sueño, la fatiga acrecentaba la oscuridad de las ojeras. Nuestras pupilas inmóviles permanecían fijas en los muros blancos, ora próximos, ora distantes, como en la óptica fantástica de una fiebre. Lucio ocultó los paquetes en el ropero y pensativo sentóse en el borde de la mesa, cogiéndose una rodilla entre las dos manos. (...) El silencio tornó a pesar sobre los espíritus mojados, sobre nuestros semblantes lívidos, sobre las entreabiertas manos amoratadas. Me levanté sombrío, sin apartar la mirada del muro blanco. —Dame el revólver, me voy. —Te acompaño —dijo irzubeta incorporándose en el lecho, y en la oscuridad nos perdimos por las calles sin pronunciar palabras, con adusto rostro y encorvadas espaldas. Terminaba de desnudarme, cuando tres golpes frenéticos repercutieron en la puerta de la calle, tres golpes urgentísimos que me erizaron el cabello. Vertiginosamente pensé: “La policía me ha seguido... la policía... la policía... jadeaba mi alma”. El golpe aullador se repitió otras tres veces, con más ansiedad, con más furor, con más urgencia.

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Tomé el revólver y desnudo salí a la puerta. No terminé de abrir la hoja y Enrique se desplomó en mis brazos. Algunos libros rodaron por el pavimento. —Cerrá, cerrá que me persiguen; cerrá, Silvio —habló con voz enronquecida irzubeta. Lo arrastré bajo el techo de la galería. —¿Qué pasa, Silvio, qué pasa? —gritó mi madre asustada desde su habitación. —Nada, callate... un vigilante que lo corría a Enrique por una pelea. En el silencio de la noche, que el miedo hacía cómplice de la justicia inquisidora, resonó el silbido del pito de un polizonte, y un caballo al galope cruzó la bocacalle. otra vez el terrible sonido, multiplicado, se repitió en distintos puntos cercanos. Como serpentinas cruzaban la altura las clamantes llamadas de los vigilantes. un vecino abrió la puerta de calle, se escucharon las voces de un diálogo, y Enrique y yo en la oscuridad de la galería, temblorosos nos estrechábamos uno contra otro. Por todas partes los silbos inquietantes se prolongaban amenazadores, numerosos, en tanto que de la carrera siniestra para cazar al delincuente, nos llegaba el ruido de herraduras de caballos, de galopes frenéticos, las bruscas detenciones en el resbaladizo adoquinado, el retroceso de los polizontes. Y yo tenía al perseguido entre mis brazos, su cuerpo tembloroso de espanto contra mí, y una misericordia infinita me inclinaba hacia el adolescente quebrantado. Lo arrastré hasta mi tugurio. Le castañeteaban los dientes. Tiritando de miedo, se dejó caer en una silla y sus azoradas pupilas engrandecidas de espanto se fijaron en la sonrosada pantalla de la lámpara. otra vez cruzó un caballo la calle, pero con tanta lentitud que creía se detendría frente a mi casa. Después, el vigilante espoleó su cabalgadura y las llamadas de los silbatos que se hacían menos frecuentes, cesaron por completo. —Agua, dame agua. Le alcancé una garrafa, y bebió ávidamente. En su garganta el agua cantaba. un suspiro amplio le contrajo el pecho. Después, sin apartar la inmóvil pupila de la pantalla sonrosada, sonrió con la sonrisa extraña e incierta de quien despierta de un miedo alucinante. Dijo: —Gracias, Silvio —y aún sonreía, ilimitadamente anchurosa el alma en el inesperado prodigio de su salvación.

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—Pero decime, ¿cómo fue? —Mirá. iba por la calle. No había nadie. Al doblar en la esquina de Sud América, me doy cuenta que bajo un foco me estaba mirando un vigilante. instintivamente me paré, y él me gritó: —¿Qué lleva ahí? —Ni decirlo, salí como un diablo. Él corría tras mí, pero como tenía el capote puesto no podía alcanzarme... lo dejaba atrás... cuando a lo lejos siento otro, venir a caballo... y el pito, el que me corría tocó pito. Entonces hice fuerza y llegué hasta acá. —Has visto... ¡Por no dejar los libros en casa de Lucio!... ¡mirá si te cachan! —Nos arrean a todos a la leonera. —¿Y los libros? ¿No perdiste los libros por la calle? —No, se cayeron ahí en el corredor. Al ir a buscarlos, tuve que explicarle a mamá: —No es nada malo. Resulta que Enrique estaba jugando al billar con otro muchacho y sin querer rompió el paño de la mesa. El dueño quiso cobrarle y como no tenía plata se armó una trifulca. Estamos en casa de Enrique. un rayo rojo penetra por el ventanuco de la covacha de los títeres. Enrique reflexiona en su rincón, y una arruga dilatada le hiende la frente desde la raíz de los cabellos al ceño. Lucio fuma recostado en un montón de ropa sucia y el humo del cigarrillo envuelve en una neblina su pálido rostro. Por encima de la letrineja, desde una casa vecina, llega la melodía de un vals desgranado lentamente en el piano. Yo estoy sentado en el suelo. un soldadito sin piernas, rojo y verde, me mira desde su casa de cartón descalabrada. Las hermanas de Enrique riñen afuera con voz desagradable. —¿Entonces?... Enrique levanta la noble cabeza y mira a Lucio. —¿Entonces? Yo miro a Enrique. —¿Y qué te parece a vos, Silvio? —continúa Lucio. —No hay que hacerle; dejarse de macanear, si no, vamos a caer. —Anteanoche estuvimos dos veces a punto. —Sí, la cosa no puede ser más clara —y Lucio por décima vez relee complacido el recorte de un diario: “Hoy a las tres de la madrugada el agente Manuel Carlés, de parada en la calle Avellaneda y Sud América, sorprendió a un sujeto en actitud sospechosa y que llevaba un paquete bajo el brazo. Al intimarle alto, el desconocido echó a correr, desapareciendo en uno de los terrenos baldíos que hay en las calles inmediatas al lugar. La comisaría de la sección 38 ha tomado intervención”.

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—¿Así que el club se disuelve? —dice Enrique. —No. Paraliza sus actividades por tiempo indeterminado —replica Lucio—. No es programa trabajar ahora que la policía husmea algo. —Cierto; sería una estupidez. —¿Y los libros? —¿Cuántos tomos son? —Veintisiete. —Nueve para cada uno... pero no hay que olvidarse de borrar con cuidado los sellos del Consejo Escolar... (...) irzubeta calla. —¿Estás triste, che Enrique? una sonrisa extraña le tuerce la boca; encógese de hombros y con vehemencia, irguiendo el busto dice: —ustedes desisten, claro, no para todos es la bota de potro, pero yo, aunque me dejen solo, voy a seguir. En el muro de la covacha de los títeres, traS LAS HuELLAS el rayo rojo ilumina el demacrado perfil del adolescente. roberto arlt (1900-1942) fue escritor, periodis-

[*]

*

Arlt, Roberto, El juguete rabioso, Buenos Aires, Losada, 1995. (Fragmento).

ta e inventor argentino. Escribió novelas, cuentos, obras de teatro y su famosa columna “Aguafuertes” para el diario El Mundo, en las que mostró la vida cotidiana de la Buenos Aires de su época.

EN cLaVe texto en clave

palabras en clave

1. ¿Cómo se relaciona el nombre del Club de los Caballeros de la Media Noche con las actividades que en él se realizan? ¿Qué significa su insignia?

1. De acuerdo con el contexto, ¿qué significa energúmeno, término con el que Silvio caracteriza a Lucio?

2 . ¿Qué estado de ánimo tienen los personajes cuando ingresan a la habitación de Lucio luego del robo? ¿Por qué se sienten así? 3 . ¿Por qué el Club de los Caballeros de la Media Noche “paraliza sus actividades”? 4. ¿Qué significa el refrán popular “no para todos es la bota de potro”? ¿Con qué sentido lo emplea el personaje de Enrique? 5 . ¿Consideran que los robos realizados por los tres jóvenes tienen como única finalidad obtener beneficios económicos o existe otra motivación? Justifiquen su respuesta.

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2. Reemplacen el verbo destacado por uno equivalente: “… pocos se nos parecen —argüía Enrique”. 3. ¿Qué características comparten los términos tugurio, bulín, covacha y letrineja que aparecen en el texto? ¿Qué datos brindan sobre la vida de los protagonistas? 4. En un momento el narrador dice: “Le alcancé una garrafa, y bebió ávidamente”. ¿Qué podría significar garrafa en este contexto? ¿Con qué sentido solemos utilizar el término en la actualidad? 5. Reformulen las siguientes frases para que expresen el mismo sentido, pero con otras palabras. a. vivíamos días de sin par emoción b. frunció los superciliares c. hizo girar la llave del conmutador

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El relato realista: la literatura como espejo La literatura puede mostrar el mundo que nos rodea de maneras muy diferentes. En los relatos realistas, los hechos ficcionales —surgidos de la imaginación del autor— se narran de manera tal que resultan creíbles o verosímiles para el lector. Esto significa que es posible “creer” en lo que se nos cuenta e identificarnos con las historias y con los personajes, porque el relato los presenta como si fueran reales.

El efecto de realidad

Se llama efecto de realidad a la construcción del verosímil en el relato realista. Este efecto, que es el que hace que la ficción nos resulte creíble, se logra a través de ciertos mecanismos narrativos: y espacio: son fácilmente identificables. Ese marco puede presentarse de *Tiempo manera directa (cuando se explicitan el lugar y la época) o indirecta (el lector lo de-

duce a partir de ciertos datos: algún hecho histórico, una costumbre, etcétera). por lo general, son seres con ocupaciones comunes y aparecen en situa*Personajes: ciones cotidianas. Descripciones: suelen ser detalladas tanto en el caso de los ambientes como de los * personajes. Las características de estos últimos pueden deducirse a partir de sus acciones y actitudes o pueden ser presentadas de manera explícita. Diálogos: en general, reproducen la forma en que las personas hablan en la vida real, * por eso pueden evidenciar las variedades lingüísticas: si un personaje es un hombre mayor que proviene de una zona rural, con seguridad no hablará de la misma manera que un adolescente criado en una gran ciudad.

El habla de los personajes

Buenos Aires en los años veinte, época en la que Roberto Arlt escribió El juguete rabioso. Arriba, la emblemática esquina de Corrientes y Callao. Abajo, el Mercado de Abasto, donde hoy se levanta un moderno centro comercial.

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Para profundizar el efecto de realidad, la representación del habla de los personajes en los diálogos suele evidenciar variaciones de lectos y registros. Es común, por ejemplo, que aparezcan en los diálogos de los personajes marcas del registro oral combinado con el registro informal. Por ejemplo, la intervención de Lucio Pasen, che, les presento mi bulín revela confianza entre los personajes y, a su vez, es una marca de oralidad. Por otro lado, en las novelas de Roberto Arlt, en las que la situación socioeconómica y sociocultural de los personajes es determinante, las marcas del sociolecto en los diálogos son habituales. Por ejemplo, Lucio les dice a sus amigos Espérensen. También aparece la variante dialectal cuando se intenta caracterizar a un personaje según el habla oriunda de un lugar geográfico. El uso del vocativo che es una marca concreta de que los personajes son de Buenos Aires. La inclusión de términos de época como cachar y macanear son una marca de tiempo y responden a la variante cronolectal.

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El autor y el narrador

Como en toda narración literaria, en los relatos realistas es el narrador quien transmite los hechos. El narrador es la voz ficcional a través de la cual conocemos la historia. No debe confundírselo con el autor, que es la persona física, real, que escribe el texto. Existen cuatro tipos básicos de narrador, según el punto de vista: Narrador que participa de la historia protagonista: es el personaje principal quien narra lo que a él mismo le *Narrador sucede. Utiliza la primera persona gramatical para referirse a sí mismo y la tercera persona para referirse a otros. testigo: se narra desde la voz de un personaje que pudo haber presencia*Narrador do los hechos o al cual se los contaron, pero no es el protagonista. Por lo tanto, puede utilizar la primera persona, pero sobre todo utiliza la tercera persona gramatical. Narrador que no participa de la historia omnisciente: no participa de los acontecimientos, no es un personaje del *Narrador relato, por lo cual solo emplea la tercera persona gramatical. Conoce todo lo que ocurre, incluso los pensamientos y sentimientos de los personajes. no omnisciente: al igual que el narrador omnisciente, no participa de los *Narrador acontecimientos y utiliza la tercera persona gramatical, pero solo narra lo que ve, como un observador, sin acceso a los pensamientos y sentimientos de los personajes.

Dossier: Los pronombres. Los pronombres del primer grupo, página 164.

Los relatos realistas suelen presentar un narrador omnisciente, que genera la sensación de ser más objetivo o imparcial, y, por lo tanto, más verosímil. Otras veces, el autor elige un narrador testigo o protagonista. Lo que da efecto de realidad, en este caso, es la cercanía con los acontecimientos: el narrador dice haber presenciado lo que cuenta. RELATo REALiSTA en práctica 1. Señalen en el fragmento que leyeron de El juguete rabioso indicios tanto de la época como del lugar en que transcurren los hechos. 2 . Respondan. ¿Consideran que los personajes de la novela de Arlt respetan las características de los relatos realistas? ¿Por qué? 3 . Determinen si las descripciones de ambientes son detalladas y si contribuyen a generar efecto de realidad. Justifiquen. 4 . Subrayen en los diálogos de los tres adolescentes expresiones propias de la época. Respondan. ¿Qué edad tendría hoy alguien que utilizara esa forma de hablar? ¿Cómo se denomina a ese tipo de variedad del lenguaje? 5 . Reemplacen los términos subrayados en la actividad anterior por otros que podría emplear un adolescente de la actualidad.

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6 . Expliquen qué información sobre el hablante transmite la expresión Espérensen del fragmento leído de El juguete rabioso según la variante sociolectal. 7 . Las palabras cachan y leonera pertenecen al lunfardo. Averigüen qué es el lunfardo y qué significan esos dos términos. 8. Comparen el lenguaje utilizado en el recorte de diario que lee Lucio con la forma de hablar de los personajes. ¿Qué diferencias encuentran? 9 . Expliquen por qué el tipo de narrador elegido por el autor otorga verosimilitud al relato. 1 0 . Imaginen cómo fue el robo realizado por los Caballeros de la Media Noche. Luego, escriban un párrafo tal como lo relataría un posible testigo y otro párrafo como aparecería en el diario. Empleen distintos registros.

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El circuito de la comunicación Para que se produzca una comunicación eficaz, son necesarios ciertos elementos que componen lo que se denomina circuito de la comunicación. En un determinado contexto, un emisor produce y envía un mensaje a un receptor. Para poder entenderse, deben compartir el código, que puede ser verbal (si emplean el lenguaje) o no verbal (si se recurre al lenguaje de señas, por ejemplo). Aquello sobre lo que trata el mensaje se denomina referente. Existe además un canal, que es el medio a través del cual ese mensaje es transmitido y que en el caso del código verbal puede ser oral (una charla presencial o telefónica, la radio, etc.) o escrito (un libro, un cartel, un cuaderno, etc.). En los últimos tiempos, a partir de las innovaciones tecnológicas, se multiplicaron los canales de comunicación. Los elementos básicos del circuito de la comunicación, entonces, pueden ser representados a través del siguiente esquema:

REFERENTE

EMISOR

RECEPTOR

MENSAJE

CANAL

CÓDIGO

CANAL

Por ejemplo, cuando Silvio, Enrique y Lucio se juntan en el café, los tres se convierten en emisores y receptores alternadamente, los mensajes son lo que cada uno de ellos dice, el código es verbal (español) a través de un canal oral, acompañado seguramente de elementos no verbales (gestos), y el referente es el robo que están planificando.

Los problemas en la comunicación

En algunas oportunidades, la comunicación se ve entorpecida o impedida por ciertas interferencias (también denominadas ruidos) que ocurren en alguno de los diversos componentes del circuito comunicacional. Por ejemplo, si Enrique intenta dar indicaciones a sus cómplices y, en ese momento, en el café las personas hablan en voz muy alta o el sonido del tránsito es muy fuerte, es probable que no lo escuchen. En ese caso, la interferencia se encuentra en el canal. En otras ocasiones, el problema puede estar en el código: si al Club de los Caballeros de la Media Noche se hubiera integrado una persona que no hablara español, aunque oyera perfectamente las indicaciones no podría decodificar el mensaje.

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Las funciones del lenguaje

Según los diversos propósitos con los que se emplea el código lingüístico en cada situación comunicativa, se ponen en práctica las distintas funciones del lenguaje. Es posible que en un enunciado aparezca más de una función, pero generalmente hay una que predomina. informativa o referencial: se centra en el referente del mensaje. Es la que *Función predomina cuando se busca transmitir una información, por ejemplo, en los textos científicos o en las noticias. apelativa: se centra en el receptor del mensaje, porque se intenta provo*Función car en él una reacción. Predomina esta función, por ejemplo, cuando se da una orden o se intenta convencer a alguien. expresiva o emotiva: se centra en el emisor, pues este expresa sus senti*Función mientos o sensaciones. Estos enunciados suelen estar en primera persona, y son característicos de las cartas y conversaciones entre familiares y amigos. Función poética o estética: se centra en el mensaje mismo, ya que se cuida en es* pecial la forma de construir el enunciado, por ejemplo, a través del empleo de recursos expresivos. Predomina en los textos literarios. Función fática: se centra en el canal. Por ejemplo, cuando se prueba un micrófo* no para ver si funciona o cuando se charla sobre un tema sin importancia solo para mantener la conversación. Función metalingüística: se centra en el código, dado que se habla acerca de él. * Por ejemplo, cuando se pregunta el significado de una palabra. Comunicación en práctica 1 . Identifiquen los componentes del circuito de la comunicación en los siguientes mensajes. a. Nada, callate… un vigilante que lo corría a Enrique por una pelea. b. ma me kedo c manu x aca x el cole no t enojes :) bso 2. A partir del texto de la actividad 1. b, respondan. ¿Qué problema podría surgir en esa comunicación? ¿En qué parte del circuito se originaría ese problema? ¿Cómo podría evitarse? 3 . Busquen en el fragmento de El juguete rabioso ejemplos de situaciones comunicativas que cumplan con las siguientes características. a. El emisor y los receptores no se encuentran en el mismo lugar. b. Se emplea un código no verbal. c. No se sabe, en un principio, quién es el emisor.

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4 . Determinen qué función del lenguaje predomina en cada uno de los siguientes enunciados. Justifiquen. a. En los relatos realistas los hechos son verosímiles. b. ¿Me escuchan bien o quieren que lea más alto? c. Por favor, no me cuentes el final. d. El estilo de la escritura de Arlt, muchas veces, se aleja de lo que se considera lingüísticamente correcto, pero consigue parecer más real. e. ¡Me encantó! 5. ¿Por qué se puede decir que en El juguete rabioso predomina la función poética o estética del lenguaje. Expliquen y ejemplifiquen. 6 . Narren una situación en la que se produzca un conflicto comunicativo debido a un ruido en el canal. Incluyan la frase “¿Y ahora me lo decís?”.

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Para dejar huella...

Saberes en práctica Bahía desesperación Roberto Fontanarrosa

Nos habían dicho que era una playa ventosa. —Por lo menos, es un contacto directo con la naturaleza —dijo Vane. (...) El año anterior se había empecinado en que fuéramos a La Carqueja, un caserío cordobés declarado Capital Mundial del Silencio por la onu. (...) —Al que no sé cómo le caerá ir a un lugar así, sin Internet, sin juegos en red, sin cines, es a Juan —puse a consideración democrática—. ¿Vos qué decís? Juan se encogió de hombros. Era su gesto favorito. (...) El segundo día tuvimos una lucha a muerte con una sombrilla. Al punto que Vane misma llegó a reírse. Para colmo en la playa no había a quien pedirle ayuda porque los seres humanos más próximos estaban por lo menos a mil metros. (...) —Al menos ellos hicieron su carpa —dijo Juan, envidioso, interrumpiendo su escasa colaboración en el desplegado de la sombrilla. Fue cuando la sombrilla se nos escapó de las manos, arrancada por la fuerza del ciclón. Fontanarrosa, Roberto, “Bahía desesperación”, en El rey de la milonga y otros cuentos, Ediciones de la Flor, 2006. (Fragmento).

1. Completen la siguiente información sobre el fragmento leído. • Lugar: • Época: • El tipo de narrador es

. Características:

.

. Se deduce porque en

. persona gramatical.

• Los personajes están caracterizados de manera realista ya que ___________________________________________________________________________ .

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2. Mencionen una característica implícita del personaje de Vane, la mujer del narrador, y una de Juan, su hijo. Luego transcriban una frase que los haya llevado a deducirla. Vane:

Juan:

Cita:

Cita:

3. Completen los restantes datos del circuito de la comunicación para el siguiente mensaje: “Al menos ellos hicieron su carpa”. • Emisor:

• Receptor:

• Canal:

• Código:

• Referente:

4. Respondan. ¿Quién es el emisor en el momento en que “Juan se encogió de hombros”? ¿Qué código utiliza y qué mensaje transmite? ______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________

5. Indiquen cuál es la función del lenguaje que predomina en cada uno de los siguientes enunciados y justifiquen. a. Este verano vayamos a La Carqueja; dicen que es un lugar supertranquilo. ______________________________________________________________________________ b. ¡Por fin un poco de contacto con la naturaleza! ______________________________________________________________________________ c. ¿Alguien sabe qué significa Carqueja? ______________________________________________________________________________

6. Escriban en la carpeta un breve diálogo a partir de una de las siguientes situaciones. a. Juan y su padre caminan por la playa. Se produce un conflicto porque el padre no entiende alguno de los términos que utiliza su hijo. b. Juan, que es rosarino, conoce durante sus vacaciones a personas de la región que visita y a otros turistas. Se produce un malentendido con alguno de ellos por la diferencia de dialectos. (Ayuda: pueden inventar los términos propios del lugar). c. Juan tiene una discusión con el conserje del hotel porque este piensa que el joven le está faltando el respeto con su manera de hablar.

7. En la carpeta, escriban un breve relato realista en el que se narre una situación vivida por Juan y sus padres el año anterior en La Carqueja,“Capital Mundial del Silencio”. Empleen un narrador diferente al que se utiliza en el fragmento. Pueden inventar un nombre para el padre.

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La imagen y las palabras

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Ver para escribir ¿Qué sensaciones o sentimientos les transmite el rostro de esta mujer? ¿Quiénes la acompañan? ¿Dónde creen que están y por qué? Para conocer la historia de esta fotografía, consulten: • En www.elconfidencial. com el artículo “Dorothea Lange, el rostro de la Gran Depresión”.

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• En www.unbohemioburguesenmadrid.wordpress. com la entrevista a Katherine McIntosh. A partir de la información, escriban un relato realista acerca del momento en que Dorothea Lange tomó la fotografía Madre migrante. La historia debe tener un narrador testigo y estar contada desde el punto de vista de la fotógrafa.

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Para afirmar la huella...

Saberes en red Las redes conceptuales son diagramas que incluyen los conceptos de un tema de estudio, conectados a través de flechas y palabras enlace para indicar las relaciones que se establecen entre ellos. Por lo tanto, al elaborarlas, se profundiza la comprensión de un tema que luego podrá ser rápidamente revisado. observen la siguiente red conceptual sobre el tema de la comunicación y realicen otra red conceptual sobre el relato realista.

cOMUnicaciÓn

FUnciOneS DeL LenGUaJe

cOMpOnenteS DeL circUitO De La cOMUnicaciÓn son

se producen en

son

interferencias

Referencial o informativa Emotiva o expresiva Apelativa

se centra en

Referente

se centra en

Emisor

se centra en

Receptor en

Literaria o estética Fática Metalingüística

se centra en

CONTEXTO

Mensaje

se centra en

Canal

se centra en

Código puede ser

Verbal

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No verbal

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Artes combinadas

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SIMPLE Y REAL La realidad y la miseria me oprimen y, sin embargo, sueño todavía. —

Émile Zola (1840-1902), escritor naturalista francés.

JeAn-FrAnÇoiS MiLLet El sembrador (1850), óleo sobre tela. Obras como esta del pintor francés Jean-François Millet (1814-1875) causaron escándalo en su época por representar las duras circunstancias reales del trabajo y de la vida cotidiana en el campo.

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erneSto De LA CÁrCoVA Sin pan y sin trabajo (1892/93), óleo sobre tela. El artista retrató la realidad a la que se enfrentaba el trabajador en la Argentina de esos años. Este es uno de los cuadros más destacados de la historia del arte argentino.

¿Para qué representar la realidad? ¿Por qué detenerse en lo ya conocido: el presente, los hechos simples, las escenas cotidianas? Tal vez para exhibir aquello que otros todavía no han descubierto. O para realizar así una búsqueda profunda, concreta y honesta que nos permita obtener una mirada crítica sobre el mundo en que vivimos.

HorACio CoPPoLA Av. del Trabajo, esquina Laguna, barrio de Parque Avellaneda (1936), fotografía. El fotógrafo argentino Horacio Coppola (19062012) dedicó gran parte de su trabajo al registro fotográfico de la ciudad de Buenos Aires. A través de estas imágenes, es posible observar las transformaciones que fue sufriendo el paisaje porteño.

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25 Antonio Berni Juanito dormido (1978), óleo, madera, latas, tela, yute, clavos, papel, papel maché y juguete de plástico sobre madera terciada, de 156 x 111 cm. Berni fue un artista que tomó sus temas de las problemáticas sociales del momento. Algunos de los personajes fundamentales de sus creaciones, como Juanito Laguna y Ramona Montiel, son verdaderos representantes de los sectores marginados por la sociedad.

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