Gabriela Saslavsky relata sus recuerdos y reflexiones como directora de un instituto de formación docente público de la Provincia de Buenos Aires. De los muchos aspectos valiosos de su trabajo, destacamos el haber encarado la tarea directiva en función de las necesidades y las dificultades que enfrentó como docente de aula. Gabriela, directora, lejos de olvidar las vicisitudes y las convicciones de Gabriela profesora, las utilizó como materia prima para promover la construcción de un proyecto institucional colectivo
Memorias de una directora Nunca pensé ser directora de una institución formativa. No sé cómo fue pero ahí estuve por diez años. Dirigí el Instituto Superior de Formación Docente de Florencio Varela N° 54 en el que era profesora desde 1988. Siempre me interesó la formación docente y me formé para eso, pero nunca pensé en llegar a la dirección. Lo hice por concurso, cubriendo una suplencia de la directora titular, que nunca se reincorporó Este instituto, como todos, tenía una idiosincrasia particular. Desde mi punto de vista era una institución cerrada; los docentes ingresábamos por acto público, pero algunos tenían “mejores ubicaciones” que otros en relación a la dirección y a las decisiones institucionales. Esos profesores construían una especie de cerco con la directora e iban marcando el camino del instituto. Camino un tanto elitista, desde mi mirada Los alumnos no eran muy bien recibidos y se tenía hacia ellos actitudes peyorativas. Acercarse a preceptoría era un problema, pues recibían mal trato, respuestas desganadas a sus consultas. Algunos docentes hacían hincapié en sus dificultades para aprender y su apariencia física era tenida en cuenta para aprobar materias (contaban con más posibilidades los que poseían el aspecto típico de clase media) No todos los profesores actuaban así, pero se veía una tendencia a la discriminación y al menoscabo. Recuerdo que en una ocasión, siendo profesora, queríamos, con otros profes, organizar el acto académico de entrega de diplomas (que se había dejado de hacer años atrás) y el entonces equipo directivo nos dijo que era “peligroso” porque iban a concurrir familiares y personas extrañas a la institución y “vaya a saber qué podía pasar”. Ante nuestra insistencia logramos que la autorización, pero con la condición de que se realizara en el horario de la mañana porque en el vespertino podía ser arriesgado… Jornadas de Arte
En un primer momento, cuando tomé el cargo directivo, encontré gran resistencia principalmente por parte de ese “grupo selecto”; mi estilo, ideología, forma de entender la formación y la educación no eran compartidos por ellos y generaban desconfianza. El resto de los profesores trabajaba, daba sus clases,
Actividad en el patio. J de Inicial
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