Este es el cuento que contamos a los ni単os y ni単as de Infantil de cuatro a単os...
Blanco Hielo y las siete enanitas En un lugar muy lejano vivía un apuesto príncipe que se llamaba Blanco Hielo. Vivía en un castillo con su padrastro, un hombre muy malo y vanidoso, que lo único que quería era ser el hombre más guapo del reino. Todos los días preguntaba a su espejo mágico quién era el más bello del reino, al que el espejo contestaba: - Tú eres el más hermoso de todos los hombres, rey mío. El tiempo fue pasando hasta que un día el espejo mágico contestó que el más guapo del reino era Blanco Hielo. El rey, lleno de furia y de rabia, ordenó a una cazadora que llevase a Blanco Hielo al bosque y que lo matara. Y como prueba traería su corazón en un cofre. La cazadora llevó a Blanco Hielo al bosque pero cuando llegaron ella sintió lástima del joven y le aconsejó que se marchara muy lejos del castillo, devolviendo en el cofre el corazón de un jabalí. Blanco Hielo, al verse solo, sintió mucho miedo porque tuvo que pasar la noche andando por la oscuridad del bosque. Al amanecer, descubrió una preciosa casita. Entró sin pensarlo dos veces. Los muebles y objetos de la casita eran pequeñísimos. Había siete platitos en la mesa, siete vasitos, y siete camitas en la alcoba, donde
Blanco Hielo, después de juntarlas, se acostó quedando profundamente dormido durante todo el día. Al atardecer, llegaron las dueñas de la casa. Eran siete enanitas que trabajaban en unas minas. Se quedaron admiradas al descubrir a Blanco Hielo. Él les contó toda su triste historia y las enanitas lo abrazaron y suplicaron al joven que se quedase con ellas. Blanco Hielo aceptó y se quedó a vivir con ellas. Eran felices. Mientras tanto, en el castillo, el rey se puso otra vez muy furioso al descubrir, a través de su espejo mágico, que Blanco Hielo todavía vivía y que aún era el más apuesto del reino. Furioso y vengativo, el cruel padrastro se disfrazó de un inocente viejecito y partió hacia la casita del bosque. Allí, cuando Blanco Hielo estaba solo, el malvado se acercó y haciéndose pasar por bueno ofreció al joven una manzana envenenada. Cuando Blanco Hielo dio el primer bocado, cayó desmayado, para felicidad del rey malo. Por la tarde, cuando las enanitas volvieron del trabajo, encontraron a Blanco Hielo tendido en el suelo, pálido y quieto, y creyeron que estaba muerto. Tristes, las enanitas construyeron una urna de cristal para que todos los animalitos del bosque pudiesen despedirse de Blanco Hielo.
Unos días después, apareció por allí un princesa a lomos de un caballo. Y nada más contemplar a Blanco Hielo, quedó prendada de él. Al despedirse besándolo en la mejilla, Blanco Hielo volvió a la vida, pues el beso de amor que le había dado la princesa rompió el hechizo del malvado rey. Blanco Hielo se casó con la princesa y expulsaron al cruel rey del palacio, y desde entonces todos pudieron vivir felices.
FIN
... y estas, las ilustraciones que ellos crearon.
Mandala por dutchbaby