2da crítica rebeca

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Alexa Toledo

373640 La muerta más viva de todos los tiempos

Irónico pensar que todo, incluso el título, se centre en un personaje ausente. De uno de los más grandes de todos los tiempos, Alfred Hitchcock, Rebeca (1940), a diferencia de otras películas del antes mencionado, te mantiene con el suspenso a punta de piel todo el film, sentimiento que va muy bien acompañado por la actuación de Joan Fontaine.

Iniciando con el típico romance entre el rico y la pobre, el dichoso y la desdichada, atrapa la atención de la audiencia (aunque no necesita ser atrapada, desde el primer segundo se muestra como un film diferente, con un travelling a Manderley y una dulce voz relatando en flashback lo que está por suceder), para después centrarnos en una historia de amor que cambiará abruptamente en el desarrollo de la trama, con el misterio como protagonista.

La nueva Mrs. De Winter (Joan Fontaine), es una mujer dulce pero sin mucha personalidad, que vive en el intento de ser lo que los demás esperan de ella, atrapada en la desesperación de querer superar lo que todos suponen como insuperable: la difunta Rebeca. Todo, con el anhelo de que su esposo Maxim (Laurence Olivier), le sea recíproco en el amor que ella siente por él, pero con una de las peores antagonistas jamás vistas y mejor representadas, su ama de llaves Mrs. Danvers (Judith Anderson).


Con una fotografía impecable de George Barnes, ganadora de un premio de la Academia, Rebeca nos muestra elementos que lo sustentan como la decoración de Manderley, las puesta en escena con detalles de sobra, y la iluminación necesaria para añadirle o restarle color a cada escena dependiendo de lo que buscaban comunicar. Siempre con un toque de música que adornaba cada situación a la perfección, resaltando el suspenso sobre todas las cosas.

Asimismo, los enfoques y close ups en la cara de Mrs. De Winter, te invitaban a experimentar con ella sus sentimientos, recurso que podía incluso llevarte a la desesperación por tanta angustia y sufrimiento abundantes en sus expresiones faciales. Y se dijo que éstos últimos eran reales, ya que su co-protagonista, Laurence Olivier, trató horriblemente a Fontaine durante la filmación y el director aprovechó la situación para hacerle creer que toda la producción la odiaba y así lograr que la actriz se metiera realmente en su papel, consiguiendo una interpretación espectacular como la que hizo.

Aunque Alfred Hitchcock usualmente juega con sus personajes y crea tensión en sus películas (como en Vértigo al matar a uno de sus protagonistas a medio film) y sorprendiendo siempre al espectador, puedo decir que Rebeca, basada en la novela de Daphne du Maurier, fue su mejor experimento y el único en recibir un Óscar por mejor película, ya que consiguió mantener a una difunta presente todo el tiempo y en todos los planos pero sin mostrarla nunca. Aplausos.


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