Universidad Nacional Autónoma de México. Escuela Nacional Preparatoria N°8 “Miguel E. Schulz”
Titulo: ¿Qué me puedes decir sobre Neptuno Alegórico?
Nombre del participante y número de cuenta: González Rodríguez Desireé 309066996
Grupo: 609
Nombre del asesor: Guadalupe González Vélez
Resumen: El 30 de noviembre de 1680 entran los nuevos virreyes en la Ciudad de México, pasando por debajo del arco triunfal que Sor Juana Inés de la Cruz, desde su claustro, había ideado para la ocasión. El presente texto, producido poco después de esa fiesta, no sólo ilumina las alegorías visuales del arco, sino que se inscribe en la tradición humanística de “educación de príncipes”. Ante las limitaciones sociopolíticas de su época, Sor Juana se manifiesta como una escritora de enorme ingenio y como una lectora extraordinariamente culta, íntimamente familiarizada con las tradiciones bíblica y grecolatina. El «Neptuno alegórico» avanza el proyecto intelectual de esta escritora enigmática al iluminar el hecho de que el verdadero arco triunfal es el que nuestra “Décima Musa” erige en honor al conocimiento.
Introducción: Planteamiento del problema (Objetivo): *Conocer más sobre el libro Neptuno Alegórico. *Explicar que quiso mostrarnos. *Dar información de quien escribió el libro. *Comprender el libro.
Antecedentes: Neptuno Alegórico es uno de los libros que más importancia tuvo de Sor Juana Inés de la cruz, la décima musa y una de los escritores más famosos de la época barroca cuyas fechas se vinculan a principios del siglo XVII concluyendo en el siglo XIX e incluye sin fin de ornamentaciones en su estilo. Hipótesis: 1.- ¿Quién escribió Neptuno Alegórico? 2.- ¿Cuándo se publico Neptuno Alegórico? 3.- ¿El libro se relaciona con el autor? 4.- ¿Qué cosas describen la personalidad del autor en el libro? 5.- ¿Qué conmoción causo el libro en los lectores de aquella época? 6.- ¿Por qué la autora tuvo la necesidad de escribir Neptuno alegórico? 7.- ¿Cómo quiere transmitir Sor Juana el mensaje del libro? 8.- ¿Cuál es la importancia que tiene el libro históricamente? Justificación: Esta investigación es importante porque el conocer sobre uno de los libros de la escritora hispanoamericana más importante en todo el mundo da una importancia especial en la cultura de México y del mundo en sí, ya que el libro es considerado un objeto histórico importante para conocer que sucedía en esa época y cuál es la visión sobre la sociedad en aquel tiempo.
Metodología aplicada: La profesora, con los conocimientos previamente dados para realizar un proyecto de investigación, esta vez nos dejó trabajar unitariamente en investigar sobre un libro hispanoamericano. En este caso, yo elegí a una autora imponente y un libro cuyo propósito mío era dar información a mis compañeros sobre él para que lo conozcan. Como otras investigaciones la realice en el formato indicado llegando a la conclusión de mi pregunta inicial.
Desarrollo: El Neptuno alegórico es un largo texto en prosa escrito por Sor Juana Inés de la Cruz, para celebrar la entrada en la Ciudad de México del virrey Tomás de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna, el 30 de noviembre de 1680. A la vez, Sor Juana publicó un larguísimo soneto a manera de explicación del arco. Consta de tres partes principales: la «Dedicatoria», «Razón de la fábrica» y «Explicación del arco». En los lienzos y estatuas de este arco de triunfo se representaron las virtudes del nuevo virrey, personificadas por la figura de Neptuno. La obra se adscribe en una larguísima tradición clásica que vincula las bondades de héroes o gobernantes con arcos triunfales y a un contexto alegórico específico. Aunque se vincula al marqués solo con el dios del mar, su divinización abarca todos los reinos naturales. Fue muy bien recibida en la sociedad novohispana, tanto por los virreyes entrantes como por buena parte del clero. Para Octavio Paz, la obra, además de estar influida por Atanasio Kircher, establece una conexión entre la veneración religiosa del antiguo Egipto y el cristianismo de la época. Esta obra fue, además, causa de la ofuscación de Antonio Nüñez de Miranda, confesor y amigo de la poetisa. Varios autores conjeturan que el prelado estaba celoso del prestigio que su amiga iba adquiriendo en la corte, al tiempo que el suyo decaía, lo que resquebrajó su relación. Poco después, sintiéndose con el apoyo de los virreyes, Sor Juana se permite despedirlo como confesor.
Un poco de Historia En 1680 Sor Juana Inés de la Cruz fue invitada por la Iglesia Metropolitana -o, para ser más exactos, por su amigo el arzobispo-virrey fray Payo Enríquez de Rivera- a idear, no ya el programa o adorno de una pira funeraria, sino de un arco triunfal para la entrada en México de su sucesor en el gobierno civil, don Tomás Antonio de la Cerda, Conde de Paredes y Marqués de la Laguna. El resultado de las especulaciones simbólicas de Sor Juana fueron, por una parte, el arco propiamente dicho, erigido frente a la puerta oriental de la Catedral novohispana y,
por otra, el Neptuno alegórico, océano de colores, simulacro político [...] , libro editado en México el mismo año de la entrada del virrey y luego incluido en la Inundación castálida (Madrid, 1689). Importa que nos detengamos brevemente en la dedicatoria del libro al nuevo virrey mexicano porque en ella Sor Juana se mostró particularmente conocedora de las tradiciones emblemáticas y perspicaz teórica de ese exitoso género icónico-verbal. En dicha Introducción se recuerda precisamente la costumbre de los antiguos egipcios de „ «adorar a sus deidades debajo de diferentes jeroglíficos y formas varias» ‟ , de suerte que -según el autorizado testimonio de Pierio Valeriano, autor de una Hieroglyphica (Florencia, 1556) realmente vasta y erudita- solían representar a Dios por medio de un círculo, por ser éste símbolo de lo infinito; pero Sor Juana niega el carácter óntico -o hermético- de los jeroglíficos, es decir, la vinculación directa de tales signos con la divinidad y sus atributos. Atendiendo, sin duda las lecciones de Santo Tomás, establece una neta diferencia entre «semejanza» e «imagen» que debe ser recordada a fin de comprender mejor las ideas de nuestra poetisa sobre los problemas relativos a la naturaleza de los signos y, en particular, de la mimesis icónica o representación por medio de imágenes de ciertos contenidos intelectuales. En su Tratado de la Santísima Trinidad establece Santo Tomás la siguiente diferencia entre esas nociones. Dice: en el concepto de imagen entra el de semejanza; sin embargo no basta cualquier semejanza para obtener el concepto de imagen, y ello es así porque „«para que algo sea verdaderamente imagen se requiere que proceda de otro como semejante a él en especie o, por lo menos en algún signo de la especie» En este caso, los „ «extremos» ‟ relacionados son, por un lado, el dios Neptuno, por el otro „ «nuestro Príncipe» ‟ ; en el primero, „ «parece que no acaso, sino con particular esmero, quiso la erudita antigüedad hacer un dibujo de su Excelencia» ‟ , si bien será necesario „ «darle ensanchas» ‟ a la fábula o, lo que es lo mismo, extenderla y adicionarla con el fin de que pueda representar con la mayor aproximación posible todas las virtudes del nuevo héroe novohispano.
El porqué del Neptuno Alegórico Como todas las obras adscritas a ese género pictórico-literario que se manifiestan sobre la base de efímeras fábricas arquitectónicas, el Neptuno alegórico se constituye como un monumental libro de emblemas en el cual, por medio de los „ «colores» ‟ de la pintura (los „ «silogismos de colores» ‟ como en otra parte los llamó Sor Juana), se da concreción a las „ «ideas» ‟ o imágenes que bajo la cubierta de las hazañas de un dios fabuloso- representan el ideal político de un príncipe católico: sabio, prudente, poderoso y justiciero. Con todo, este diseño, simple en apariencia, se complica y prolifera por modo extraordinario: no bastan las sutilezas del ingenio para poder encontrar esas „ «simetrías intelectuales entre dos términos del Pensamiento» ‟ , es decir, las correspondencias analógicas entre el mítico rey de las aguas y el Marqués de la Laguna; es necesario, además,
poner a contribución todos los caudales de la erudición cuya „ «universal noticia de dichos y hechos» ‟ -para volver a decirlo con Gracián- sirve para „ «ilustrar con ellos la materia que se declara» ‟ ; en nuestro caso, las virtudes políticas y morales atribuidas al nuevo gobernante novohispano. Las fuentes de tales noticias son múltiples: van desde las historias sagradas y humanas hasta las sentencias de poetas y filósofos. Para la poética culterana, „«sin erudición no tienen gusto ni substancia los discursos, ni las conversaciones, ni los libros»‟ , pero hay que saberla extraer del abundante magacén de la memoria con oportunidad y variedad, y aplicarla con sutileza. Dentro de ese vasto reservorio de citas y referencias eruditas, los emblemas y jeroglíficos eran -para el mismo Gracián- el más preciado adorno, comparables con „ «la pedrería preciosa» ‟ engastada sobre el „ «fino oro del discurrir» ‟ . Y, en efecto, en los tableros de ese arco de triunfo erigido frente a la entrada occidental de la Iglesia Metropolitana se colocaron los lienzos en que se representaban „ «las empresas y virtudes del dios Neptuno» ‟ , cuyas „ «inscripciones» ‟ o versos comenta Sor Juana- se llevaron „ «la atención de los entendidos» ‟ , en tanto que las coloridas efigies suspendieron „ «los ojos de los vulgares» ‟ , haciendo diferencia entre aquellos individuos que „ «sólo tienen por empleo de la voluntad el que es objeto de los ojos» ‟ , por no decir los iletrados ignorantes, y los cultos y discretos que prefieren los conceptos que forma el entendimiento a través de la palabra. Sin embargo, unos y otros -ya fuese por intermediación de las imágenes o de las palabras-, comprenderían sin duda los mensajes insinuados por aquel. Pero dándoles a los cónyuges míticos las fisonomías del virrey y de su esposa, los cuales -por supuesto- excedían en hermosura a los antiguos dioses, así como también los superaban en virtudes.
Neptuno el Virrey y Anfítrite su esposa Y para mayor confirmación de la estructura emblemática de los «argumentos» desplegados en el arco, se puso sobre la pintura referida el mote « Munere triplex » («Triple en su oficio») y, debajo de ella, en un tajón, „ «se escribió con bien cortadas letras este soneto» ‟ , que establece precisamente las correspondencias analógicas discernidas por Sor Juana entre las deidades que rinden pleitesía a Neptuno y los habitantes de la Laguna mexicana que se postran ante su nuevo mandatario, así como entre el tridente -signo de la triple cualidad de las aguas sobre las que Neptuno gobierna: dulces, amargas y saladas- y el bastón de mando del Marqués de la Laguna, símbolo del triple poder del virrey: civil, judicial y militar. Pero no basta decir que del poder político del nuevo gobernante esperaban los mexicanos la oportuna intervención para impedir o remediar tanto los desastres naturales que amenazaban continuamente la ciudad, en especial, las incontrolables inundaciones ( „ «continua amenaza de esta imperial ciudad» ‟ ), controlar los incontables desórdenes o motines provocados por la miseria y el
descontento populares y, yendo a los intereses de la Iglesia a cuya costa se construía el arco, culminar las obras de la Catedral; había que ponderar -ademássus dotes de sabio y prudente gobernante; y en efecto, la propia Sor Juana, en una atrevida reflexión política, lleva más al extremo la doctrina expuesta por Saavedra: „ «Para mandar es menester ciencia; para obedecer basta una discreción natural y a veces la ignorancia sola» Pero Sor Juana prefiere concentrarse en la inexcusable sabiduría del príncipe como instrumento necesario del buen gobernar y soslaya -porque no podría enteramente compartirla- la idea de Saavedra sobre que la obediencia de los vasallos es „«casi siempre ruda y ciega» ‟ . De ahí que, ampliando libremente las implicaciones del mito y basándose en una epístola de San Cipriano, Sor Juana convirtiera a Neptuno en dios de los Consejos, como hijo que era Isis -la Magna Mater , diosa e la sabiduría e ‘ «inventora de las letras de los egipcios» [Nota: Añade Sor Juana: „«Otros muchos apoyos pudiera traer en prueba de la sabiduría de Neptuno [...] paréceme que con esto basta para legitimar la filiación: pues siendo Neptuno tan sabio, no pudiera tener otra madre que Isis, ni ésta otro hijo más parecido que Neptuno»‟. Y a quien honraron también los antiguos bajo el nombre de Harpócrates, „«dios grande del silencio como lo llamó San Agustín» ‟ . Sor Juana no oculta que en este caso dio demasiadas „«ensanchas» ‟ a la figura mítica de Neptuno y, así, reconoce con gracioso desenfado y nada oculta satisfacción de su ingenio que [...] la razón de haber los antiguos venerado a Neptuno por dios del Silencio, confieso no haberla vista en autor alguno de los pocos que yo he manejado; pero si se permite a mi conjetura, dijera que por ser dios de las Aguas, cuyos hijos los peces son mudos [...] Y siendo Neptuno rey de tan silenciosos vasallos, con mucha razón lo adoraron por dios del Silencio y del Consejo.
Aceptación de Neptuno Alegórico He aquí por dónde el Neptuno alegórico se presenta ante la faz admirativa del Marqués de la Laguna como un espejo moral en el que como acontece también en la Empresa 33 ( ‘ «Siempre el mismo» ’ ) de Saavedra Fajardo - el príncipe ha de saber examinar sus propias acciones y comprobar que sean todas ellas conformes con las virtudes que ya se apresuran a atribuirle sus vasallos, y he aquí también cómo la figura de Harpócrates -según la había canonizado Alciato- viene a insertarse, tácitamente, en el esquema de las correspondencias analógicas en que se funda la construcción mental y el despliegue
imaginario del arco de triunfo o, por mejor decir, del programa político trazado por Sor Juana Inés de la Cruz.
Análisis Toda la obra está repleta de alusiones mitológicas, una constante en la obra de Sor Juana. Sin embargo, ésta puede ser la composición que más alude a la mitología, junto con Amor es más laberinto. La monja representa, a través del dios y de su esposa Anfítrite, a los álter ego del virrey y su esposa. Los virreyes quedaron tan satisfechos con la obra de Sor Juana que ese sería el comienzo de una larga y fructífera amistad, pues ambos se convertirán en su mecenas. A pesar de las interpretaciones que modernamente suelen darse del Neptuno alegórico, considerándolo principalmente como una opresiva y espectacular manifestación del autoritarismo monárquico, no olvidemos que bajo sus halagüeños „ «colores» ‟ alegóricos, el Neptuno de Sor Juana es un „ «simulacro político» ‟ ; vale decir, el diseño del paradigma de un nuevo virrey representado en tanto que un Neptuno moderno -imagen de sabiduría, prudencia y trabajo- pero sobre todo, el bosquejo ideal que de su futuro gobernante deseaban formarse los novohispanos. Si en el sexto lienzo se pintó a Neptuno „ «colocando en el cielo al Delfín, ministro y valido suyo» ‟ , fue precisamente a causa de las buenas prendas del Delfín, pues no fuera tolerable ningún yerro en la elección de los ministros, que es „ «acción en la que consiste el mayor acierto o desacierto del príncipe» ‟ , y si en el tercer lienzo se había representado a Neptuno defendiendo a Eneas el troyano, a pesar de las ofensas que éste le había inferido, era para dar a entender al nuevo virrey que „ «los príncipes han de anteponer la piedad al rigor» ‟ . Vistas así las cosas, el Neptuno alegórico no se limitó a ser una „ «triunfal máquina» ‟ política, por más que mediante ella se repitiesen los ritos cortesanos y tautológicos de vasallaje al nuevo representante de la monarquía española; sin abandonar la ortodoxia ceremonial, es también -y quizá primordialmente- la manifestación de una esperanza de mejor gobierno para los mexicanos. No en balde la propia Sor Juana calificó su arco emblemática como un «Dédalo de dibujos» y un «Cicerón sin lengua» no sólo atento a publicar «con voces de colores» los «triunfos» del príncipe, sino a insinuar con sutileza cortesana las verdaderas expectativas políticas de sus nuevo vasallos, que esperaban -al finpoder „«gozar estables felicidades sin que turben su sosiego inquietas ondas de alteraciones ni borrascosos vientos de calamidades»‟ .
Conclusiones: 1.- Sor Juana Inés de la Cruz, también denominada la décima musa. 2.- El 30 de noviembre de 1680. 3.-Totalmente, ya que Sor Juana buscaba, primeramente con sus conocimientos corregir el significado de las imágenes puestas en el arco triunfal y llenar de adulaciones al Virrey interpretándolo como Neptuno. 4.- Ella mediante toda la mitología comienza a interpretar la visión que tiene de la sociedad en el soneto, esto va ligado a su personalidad ya que fue en el ambiente donde ella creció y esta plasmándolo con una comparación a los dioses, sin olvidad que quería ganarse el afecto del Virrey y su esposa. 5.- En el Virrey y su esposa por supuesto que hubo una gran aceptación ya que ella los estaba halagando enormemente diciendo que sus alter egos eran los dioses y en aquel evento mostró sus inmensos conocimientos sobre cualquier tipo de tema. Ganándose el aprecio del Virrey y comenzando a ser una de las escritoras más famosas. 6.- No tuvo una necesidad necesariamente dichas con esas palabras, si no que su gusto por el conocimiento hicieron que ella comenzara a obrar mediante su imaginación creando este tema, ya que, por lo que a mí me parece, disfrutaba escribiendo y captando inteligente y mañosamente por medio del texto todo lo que observaba a su alrededor. 7.- En la explicación, Sor Juana hace patente su conciencia de que su mensaje tiene que llegar no a un destinatario único, si no a públicos diversos: por un lado a <<los entendidos>> y por otro a <<los vulgares>>; los primeros podían descifrar las inscripciones y establecer las relaciones por analogía entre las figuras mitológicas y el homenajeado, mientras que serían los <<los colores>> los que atraerían los ojos de los segundos. 8.- Fue con ese libro que Sor Juana inició volviéndose una literata reconocida por su inmensa sabiduría, cabe destacar que ella esta escribe en relación a un suceso muy importante que es la celebración de cuando entra el Virrey Tomás de la cerda y Aragón. Dando a conocer estos datos quiero decir que es importante para la historia porque sucedió en un hecho histórico importante que puede servir también para la investigación sobre el que sucedió en esos instantes.
Referencias bibliográficas:
Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006 Función política de los emblemas en el "Neptuno Alegórico" de Sor Juana Inés de la Cruz. José Pascual Buxó. Una <<Mujer ignorante>> Sor Juana, interlocutora de virreyes. Beatriz Mariscal Hay http://es.wikipedia.org/wiki/Neptuno_aleg%C3%B3rico