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Tiempos de capacitar más profesionales de la salud

La pandemia de COVID-19 ha presentado grandes retos a nivel mundial. Inclusive las instituciones de educación postsecundaria hemos tenido que adaptar nuestros ofrecimientos para poder llevarlos de forma remoto a los estudiantes.

No obstante, nadie puede dudar que el reto mayor ha sido el cuidado de la salud. Se estiman que más de 40,9 millones de personas se han contagiado de COVID-19 a nivel mundial, y más de 1,1 millones de ellas han fallecido a causa de este.

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Nuevamente surgen los profesionales de la salud como héroes y heroínas, quienes arriesgan su bienestar por la salud y la vida de otros. Más allá de los médicos y el personal de enfermería, han cobrado gran relevancia otros profesionales de este campo, como la figura del terapista respiratorio, responsable de configurar y operar los ventiladores mecánicos que ayudan a las personas a respirar cuando sus condiciones de salud les impiden hacerlo por sí solos.

El COVID-19 es un virus que ataca las vías respiratorias y que puede complicarse si el paciente tiene problemas pulmonares preexistentes, como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o cáncer del pulmón. Es por eso que los terapistas respiratorios son parte de los profesionales de primera línea para tratar a aquellos que han dado positivo al COVID-19, evaluando y monitoreando las necesidades respiratorias de estos pacientes en todo el proceso de su cuidado médico.

Sin duda, los terapistas respiratorios seguirán siendo profesionales de gran demanda, pues existen factores que presentan otros retos en el manejo y cuidado de la salud, como lo son el aumento de la población de personas mayores, el número cada vez mayor de pacientes con asma y enfermedades pulmonares crónicas, entre otros.

De hecho, se anticipa que la necesidad de terapistas respiratorios en todos los escenarios de cuidado médico crezca un 21% en los próximos 8 años, mucho más rápido que el promedio de todas las ocupaciones.

Los profesionales de la salud mental también han sido pilares en el manejo de esta emergencia, como, por ejemplo, los psicólogos. El miedo, la incertidumbre, la inestabilidad y el desasosiego ha provocado tristezas problemas o trastornos en personas de todas las edades y los psicólogos intervienen en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes afectados. Es por eso que la formación de más y mejores profesionales de la salud es más necesaria que nunca.

En la Universidad Adventista de las Antillas nos honra contar con programas de psicología, enfermería y terapia respiratoria que ofrecen una educación de excelencia, tanto a nivel de grado asociado como de bachillerato. Nuestra facultad de primer orden, recursos de vanguardia -como laboratorios y centro de simulaciones- acuerdos de colaboración y centros de práctica, así como el énfasis en la espiritualidad y valores, proveen al estudiante las mejores destrezas para enfrentar los retos del cuidado de la salud.

Nos enorgullece saber que nuestros egresados, que actualmente laboran en diversos centros de trabajo, en y fuera de Puerto Rico, son parte de los héroes y heroínas que han cuidado de salud de los afectados por esta pandemia. Somos parte de un sector educativo comprometido y dedicado, y creemos fielmente en que la educación es el pilar para salir airosos de éste y otros retos.

PARA MÁS INFORMACIÓN

Para mas información sobre los ofrecimientos educativos de la Universidad Adventista de las Antillas puede comunicarse con nuestro personal de Admisiones al 787-834-9595. También pueden acceder nuestra página web www.uaa.edu o @UAApuertorico en Facebook.

UNA UNIVERSIDAD CON CAPACIDAD PARA ADAPTARSE A LOS NUEVOS ESCENARIOS

La Universidad Adventista de las Antillas es una institución de educación superior altamente comprometida con la excelencia académica, la integración de valores en la enseñanza y una responsabilidad social mediante la promoción del servicio a la comunidad. Nuestra misión enmarca el quehacer universitario al promover la formación integral de profesionales competentes, comprometidos con el servicio a Dios y a la humanidad.

Durante este tiempo de pandemia, la UAA se ha mantenido y destacado como una institución de vanguardia ofreciendo su oferta en formato a distancia y remoto de emergencia. Nuestra Institución ha mantenido su oferta mediante la tecnología e integrando diversas estrategias e innovaciones educativas para garantizar la continuidad académica. Hemos integrado experiencias de simulaciones virtuales, videoconferencias, integración de plataformas de aprendizaje tales como Moodle e Ecams, promoviendo la interactividad entre el profesor y los estudiantes en cada una de sus clases. El servicio de apoyo al estudiante se ha mantenido mediante la virtualidad de manera que el estudiante reciba los servicios que necesita oportunamente. Se han integrado variedad de recursos de libros electrónicos y bases de datos digitales de fuentes actualizadas para apoyar y complementar la labor docente, así como el aprendizaje estudiantil.

Durante el próximo semestre estaremos incorporando prespecialidad en los laboratorios de ciencias de la salud y ciencias naturales con la finalidad de proveer una experiencia completa al estudiante aún en tiempo de pandemia. Nuestra Escuela de Ciencias de la Salud cuenta con un Centro de Simulaciones equipado con tecnología de vanguardia a tono con lo más actualizado en la enseñanza mediante la metodo-

logía de enseñanza basada en simulaciones. Contamos con una facultad comprometida que se interesa por las necesidades de los estudiantes y la asesoría académica individualizada para garantizar el progreso académico de cada uno de ellos.

Los retos que hemos enfrentado durante la pandemia se relacionan al mantenimiento de una oferta dinámica y que ofrezca al estudiante una experiencia positiva, de crecimiento y en conexión con sus compañeros estudiantes y profesores. Los estudiantes han enfrentado la dificultad de no poder participar de las experiencias típicas de la vida universitaria en el ámbito académico, social y la participación de actividades de crecimiento espiritual. Es por ello que hemos diseñado una serie de actividades mediadas por la tecnología para ofrecer al estudiante una experiencia más cercana e integradora. Esta pandemia nos ha ayudado a crecer en la innovación de nuevas formas de atender las necesidades de los estudiantes mediante tutoría y mentoría, servicios de consejería y psicología, servicios de asistencia económica, capellanía entre otros de forma ininterrumpida mediada por la tecnología.

En la UAA cada estudiante es importante para nosotros y buscamos su desarrollo integral. Ven y vive la experiencia de la UAA.

LO QUE NO APRENDIMOS EN TIEMPOS DE PAZ, LO HEMOS TENIDO QUE APRENDER EN TIEMPOS DE

GUERRA Profa. María A Rodríguez Cordero, Registradora Asistente, Oficial de Convalidaciones Universidad Adventista De Las Antillas, Mayagüez, PR

Recientemente dialogaba con una colega y profesora sobre los grandes retos que hemos tenido que enfrentar durante estos tiempos, los que unos llaman pandemia, coronavirus y/o Covid-19. Lo que si estoy segura es que todos hablamos de lo mismo, la Pandemia del Coronavirus llamada COVID-19, esa que logró un día acostarnos sin mascarillas y guantes de hule, y al otro día era obligatorio usar ese ajuar, el que a muchos le era difícil pensar usarlos pero que ya si no lo usamos podemos vernos como si viviéramos en otro planeta. Lo difícil de todo esto no es el uso de las mascarillas y guantes de hule, los cuales ya todos se las han ingeniado en conseguirlas, el problema va mucho mas allá.

Los profesionales que trabajamos con la educación y que llevamos todos los días el pan de la enseñanza a los estudiantes en un salón de clases, ya sea en escuelas o universidades, hemos tenido que vernos obligados en hacer trazos sin una dirección adecuada, usando nuestro ingenio para lograr que nuestros estudiantes logren obtener la enseñanza correcta dentro de un marco educativo o metodología desconocida. Dada las circunstancias, entiendo, que cada educador puede dar su propia opinión de sus azares frente al monitor de su computadora donde cientos de estudiantes se han estado presentando cada día logrando entender el material de la mejor manera y llevando la enseñanza de una manera que nadie estaba preparado, y esto es sin mencionar los malabares que los estudiantes han tenido que hacer para poder estar presentes en sus clases. No le hemos dado la importancia a la tecnología que ha estado acompañándonos por años y donde ahora hemos tenido que usarla a nuestro favor para poder completar nuestros oficios educativos, pero a la misma vez esta se ríe de lo arcaico que somos ante estos conocimientos.

Ha sido difícil entender lo que pasa a nuestro alrededor, y aunque pensemos que la tecnología ha llegado para quedarse totalmente con nuestro mundo educativo, tengo que decir, que el calor que se siente en un salón de clases no puede compararse con el frío de un curso en línea. Muchas escuelas o instituciones educativas no visualizaron que un cambio drástico de esta magnitud llegaba como un tsunami a nuestras costas.

No prepararon el terreno para que cada profesional educativo tuviera la capacidad y preparación para este caos. Es por esto que el paradigma de la educación ha sido transformado de un día para otro donde hemos tenido que aprender a las malas el utilizar sabiamente la tecnología para seguir impartiendo la educación excelentemente. Tenemos que aprender, que los recursos tecnológicos que existen en nuestro entorno hay que practicarlos desde antes para que cuando el pánico entre en acción, sepamos lo que tenemos que hacer sabiamente.

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