Palabras del Lic. Antonio Puig Escudero, Presidente del INEGI, con motivo de dar aconocer los resultados oportunos del XII Censo General de Poblaci贸n y Vivienda, 2000
M茅xico, D.F., noviembre del 2000
DR © 2000, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática Edificio Sede Av. Héroe de Nacozari Núm. 2301 Sur Fracc. Jardines del Parque, CP 20270 Aguascalientes, Ags. www.inegi.gob.mx atencion.usuarios@inegi.gob.mx Estados Unidos Mexicanos XII Censo General de Población y Vivienda, 2000 Tabulados de la muestra censal Cuestionario ampliado Palabras del licenciado Antonio Puig Escudero Impreso en México
Palabras del Lic. Antonio Puig Escudero, Presidente del INEGI, para presentar los resultados oportunos1 del XII Censo General de Población y Vivienda, 2000
Muy distingidos miembros del Presidium. Distinguidos representantes del Sector Privado y social y de los medios de comunicación. Señoras y señores:
Introducción El Censo proporciona un conocimiento amplio y profundo de cuántos somos los que habitamos este país y nuestras principales características. El uso riguroso de disciplinas como la estadística y la geografía evita los prejuicios derivados de la imperfección de los sentidos y pone la información al servicio de la inteligencia para entender, dimensionar y hacer un uso constructivo de la crítica vigorosa y fundamentada, tanto de lo que hemos hecho como nación, como del reto que significa trazar caminos que nos permitan seguir adelante lo suficientemente preparados para enfrentar los desafíos que depara el siglo XXI. Aquello que no se puede cuantificar es muy difícil de modificar. El Censo es el registro estadístico de nuestra existencia y su información nos mues1
Provenientes del cuestionario ampliado.
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tra un México con avances pero con enormes contrastes entre sus regiones y al interior de éstas, y que el desarrollo integral de las familias, grupos minoritarios y de la sociedad en general se logrará en la medida en que los sectores de la sociedad y las regiones más atrasadas converjan hacia los niveles de bienestar de las más desarrolladas. Por ello, la información que proporciona el Censo General de Población y Vivienda del año 2000 es un instrumento de trascendental importancia para la vida de nuestra nación. Durante el segundo semestre de 1999 dimos a conocer en todas las entidades federativas, las características metodológicas y la organización adoptada para el operativo. Posteriormente, en el mes de enero de este año, realizamos una amplia campaña de comunicación dirigida a la población para que participara en este acto cívico, el cual tuvo lugar del 7 al 18 de febrero. El 21 de junio, a tan sólo 15 semanas de concluido el levantamiento, entregamos con gran oportunidad y calidad los resultados preliminares, siendo el primer país del mundo en lograrlo. Con base en estos resultados, sabemos que en México residen 97.4 millones de personas que habitan 21.9 millones de viviendas; que el ritmo de crecimiento de la población ha continuado su descenso hasta situarse, durante el último lustro, en 1.6% en promedio por año; que 3 de cada 4 residentes viven en localidades urbanas; y que de las 32 zonas metropolitanas, tan sólo en las cinco principales habita 29.1% de la población del país. En ambos momentos se dieron a conocer también las principales innovaciones incorporadas en este Censo, dentro de las cuales, la ampliación de la temática y la utilización de un procedimiento mixto, que combina la enumeración exhaustiva –técnica censal– con una encuesta por muestreo, hacen de este Censo el mayor acervo informativo en la historia de nuestro país. En esta ocasión, me complace reunirme nuevamente con ustedes e informar a la sociedad los resultados de esta gran encuesta, que
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es parte integral del Censo y que fue levantada mediante un operativo especial en 2 millones 237 mil viviendas habitadas en todo el país –misma que no incluye a la población que reside en viviendas colectivas, a la que carece de vivienda y al personal del Servicio Exterior Mexicano–. En estas viviendas se aplicó el cuestionario denominado ampliado que, además de contener las preguntas del cuestionario básico, profundiza en temas de enorme importancia. Por la naturaleza de la fuente de información de la que provienen –encuesta por muestreo– los resultados que hemos denominado oportunos, y que se presentan a continuación, deben manejarse dentro de un pequeño intervalo o rango de variación, que puede ser consultado, para cada variable, en la publicación correspondiente. Al entregar esta información a la sociedad, el INEGI cumple con el compromiso de informar de manera objetiva y eficiente, a tan sólo nueve meses del levantamiento censal.
I. Características demográficas La población es el recurso más importante del que dispone México. Su cuantificación y el conocimiento de sus características demográficas, sociales, culturales y económicas constituye un imperativo para todos los sectores de la sociedad.
I.1. Estructura de la población Los resultados de la encuesta aplicada a una muestra de las viviendas particulares del país señalan que, al 14 de febrero del 2000, la población residente asciende a 97 millones de personas. Esta cifra no incluye a la población residente en viviendas colectivas, a la que carece de vivienda, ni al Servicio Exterior Mexicano, misma que sí fue considerada en los resultados preliminares que enumeran a 97.4 millones de personas.
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La población en la República Mexicana continúa siendo predominantemente joven; sin embargo, tanto el descenso de la fecundidad experimentada desde inicios de los 70 como la disminución de la mortalidad han propiciado su envejecimiento paulatino. Ello explica que la edad mediana en el año 2000 sea de alrededor de 22 años, cuando en 1990 era de 19 y en 1970 de 17 años. Este fenómeno se aprecia claramente al comparar las pirámides de población, donde se observa una reducción significativa en los primeros grupos de edad y un ensanchamiento en las edades mayores. (Véase gráfica I.1.1) En la actualidad, la población menor de 15 años concentra poco más de 34% de la población total, mientras que la que se encuentra en edad laboral –15 a 64 años– representa 60.6%, y la población en edad avanzada, 5% de los habitantes del país. En contraparte, en 1990 la participación de estos grandes grupos de edad era 38.3, 56.8 y 4.1%, respectivamente. Esta estructura demográfica implica que actualmente la razón de dependencia –definida como el cociente de las personas menores de 15 y las de 65 años y más, entre aquéllas en edades económicamente productivas, de 15 a 64 años– muestra que hay poco más de 64 dependientes por cada 100 personas en edad de trabajar. En 1990 este indicador era de 75, y en 1970 de 100, observándose así una clara tendencia descendente. (Véase gráfica I.1.2) Este fenómeno es muy importante porque muestra que el país transita por una etapa donde el volumen de la población en edades laborales alcanza su mayor peso relativo en relación con la población en edades dependientes.2 Dicho proceso demográfico, si se sabe aprovechar a través del fortalecimiento de la educación y capacitación de la población económicamente activa, abre una ventana de oportunidades para robustecer los sistemas de seguridad social a través del aumento de los ingresos familiares, del ahorro financiero y el desarrollo de los mercados de capitales, en un horizonte de mediano y largo plazos. 2
Esta etapa se conoce como bono demográfico y se estima que permanecerá durante las siguientes dos o tres décadas, si la migración internacional no se incrementa notablemente.
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La razón de dependencia por entidad federativa muestra un comportamiento heterogéneo, siendo las entidades de menor desarrollo las que presentan las mayores cargas de dependencia. (Véase gráfica I.1.3)
I.2. Fecundidad De los tres componentes que determinan el tamaño y la estructura por edad y sexo de la población, la fecundidad es la que más ha incidido en la dinámica poblacional del país. Aun cuando su estudio profundo corresponde a encuestas especializadas3, por su importancia, los censos realizan un acercamiento a su dimensionamiento a partir de la información que se obtiene sobre las mujeres y el número de hijos nacidos vivos. Se puede observar que la fecundidad en el país continúa disminuyendo, ya que el porcentaje de mujeres con más de tres hijos ha descendido, mientras el de las que tienen tres o menos ha aumentado. En efecto, la proporción de mujeres de 30 a 34 años que tienen más de tres hijos es de 23.3%, lo cual significa una reducción de 12.2 puntos porcentuales con respecto al valor de 1990 –35.5%–. Este descenso es experimentado, incluso, por las mujeres de 45 a 49 años que prácticamente han terminado su ciclo reproductivo; en ellas, la proporción de las que tienen más de tres hijos se redujo notablemente al pasar de 67.3% en 1990 a 55.6% en la actualidad, por lo que claramente podemos notar la tendencia hacia un menor número de hijos. Al comparar la evolución de la fecundidad por grupos de edad de las mujeres, se puede constatar que a partir de los 20 años el promedio de hijos es sistemáticamente menor hoy que hace 10 años. (Véase gráfica I.2.1) Como sabemos, la fecundidad de las mujeres alcanza valores distintos según se consideren diversos factores como son su nivel de
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Véase INEGI, Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 1992 y 1997.
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escolaridad, su participación en la actividad económica y su lugar de residencia. Por ejemplo, respecto a este último punto, a medida que aumenta el tamaño de la localidad de residencia, el número promedio de hijos disminuye para todos los grupos de edad. Actualmente, las mujeres de 25 a 29 años residentes en las localidades rurales tienen casi un hijo más con respecto a las que viven en las localidades más urbanizadas –2.3 contra 1.4–. Para las mujeres de 45 a 49 años que se encuentran al final de su ciclo reproductivo, se observan diferencias de más de dos hijos, ya que mientras en zonas rurales éstas procrean en promedio 6.2 hijos, en las más urbanizadas tienen 3.6. (Véase gráfica I.2.2) Este comportamiento se debe, en gran medida, al uso o no de una anticoncepción eficaz, ya que en las zonas rurales a pesar de que se conocen los métodos anticonceptivos, éstos se utilizan irregularmente, con extensos periodos de abandono con la consecuente reducción en el intervalo de procreación de los hijos. En la actualidad, las entidades con un promedio mayor de hijos nacidos vivos son: Zacatecas, Guerrero, Nayarit, Michoacán y Durango, en las cuales las mujeres tienen aproximadamente tres hijos; mientras que entidades como el Distrito Federal, Quintana Roo, Nuevo León, Baja California y Baja California Sur tienen alrededor de dos. Estas disparidades evidencian los cambios en el patrón reproductivo de las mujeres, así como sus diferencias socioeconómicas y culturales.
I.3. Migración El volumen, la composición por sexo y edad y el patrón de distribución territorial de la población están determinados no sólo por el crecimiento natural, resultante de la diferencia entre la natalidad y la mortalidad, sino también por el crecimiento social producto de los flujos migratorios. Éstos acontecen al interior del territorio nacional –entre entidades y municipios–, entre países, y en todos los casos implican un cambio de residencia.
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Migración interna Dados los múltiples cambios de residencia que pueden ocurrir a lo largo de la vida de las personas y sus familias, la migración suele medirse en dos momentos precisos: cuando el lugar de residencia actual difiere del de nacimiento, se hace referencia a una migración acumulada; y cuando difiere del que se tenía en un momento determinado, generalmente hace cinco años, se denomina migración reciente. El Censo del año 2000 captó ambos tipos de movimientos.
Migración acumulada En la actualidad, 17.9 millones de personas residen en una entidad federativa distinta a la que nacieron, monto equivalente a 18.5% de la población nacional. Esta tasa era de 17.2% en 1990 y de 14.5% en 1970, lo cual es indicativo de que los mexicanos cambiaron de residencia dentro del territorio nacional cada vez con mayor frecuencia (véase gráfica I.3.1), aun cuando este indicador es inferior al observado en países como Estados Unidos de América, donde alcanza un valor de 31.9 por ciento. En términos absolutos, las entidades federativas que han recibido más inmigrantes son el Estado de México con 5.4 millones, el Distrito Federal con 1.9 millones y Baja California con 1.1 millones. En contraste, del Distrito Federal han salido a vivir a otras entidades 4.7 millones de personas, de Veracruz 1.4 millones y de Michoacán 939 mil. Las entidades federativas que tienen el mayor porcentaje de residentes nacidos en otra entidad son: Quintana Roo con 55.6% de su población actual, Baja California con 46.6%, el Estado de México con 41.7%, Baja California Sur con 32.1% y Morelos con 28.6 por ciento. Por su parte, las que han expulsado proporcionalmente más personas son el Distrito Federal, donde 55.6% de los nacidos en alguna de las 16 delegaciones políticas vive actualmente en otra parte del país; le sigue Zacatecas, con una proporción de 40.7%, Durango con 33.2%, Hidalgo con 26.9 y San Luis Potosí con 26 por ciento. 9
Ahora, si consideramos el saldo neto migratorio, es decir, la diferencia entre las entradas y las salidas de residentes que ocurren en cada una de las entidades federativas, se observa que las que proporcionalmente han ganado más población son: Quintana Roo con 51.6% –resultado de la diferencia entre las tasas de inmigración de 55.6% y de emigración de 4%–, Baja California con 41.4% y el Estado de México con 36.1 por ciento. En el otro extremo, las entidades que han perdido proporcionalmente más personas son: el Distrito Federal, de donde ha salido el equivalente a una tercera parte de sus residentes actuales (-)33.2%; Zacatecas con (-)30.5%, y Durango con (-)21.5% de pérdidas netas por cada 100 residentes. (Véase gráfica I.3.2)
Migración reciente En relación con la migración reciente, 3.8 millones de personas, que equivalen a 4.4% de los habitantes de 5 años y más, vivían en 1995 en una entidad federativa diferente a la actual. El patrón de migración reciente es relativamente diferente al que muestra la migración acumulada, ya que algunas entidades que bajo este último enfoque están consideradas como de fuerte expulsión –Zacatecas, Hidalgo, Michoacán y San Luis Potosí–, de acuerdo con la migración reciente se consideran de débil expulsión o de equilibrio. (Véase mapa I.3.1) Contrario a lo anterior, entidades como Tabasco, Veracruz y Sinaloa, consideradas de débil expulsión o equilibrio, pasan a clasificarse como de fuerte expulsión de acuerdo con la migración reciente. Las entidades de atracción, en general, tienen el mismo comportamiento con base en los dos criterios ya mencionados. Sin embargo, la intensidad de los flujos que se dirigen hacia el Estado de México ha disminuido, por lo cual se le ubica como de débil atracción bajo el criterio de migración reciente.
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Los migrantes presentan características diferenciadas según sexo. En general, se desplazan más las mujeres que los hombres, por lo que el índice de masculinidad de los migrantes recientes es de 95 hombres por cada 100 mujeres. Los flujos migratorios con mayor presencia femenina llegan a entidades de la región central, como el Distrito Federal, Hidalgo, Puebla y Morelos, cuyos índices van de 75 a 89 hombres por cada 100 mujeres. En cambio, los hombres tienen mayor presencia en entidades como Chihuahua, Baja California Sur y Quintana Roo –estados de atracción–, regiones donde los índices se ubican por arriba de 108. (Véase gráfica I.3.3)
Causas de la emigración La emigración es una característica inherente al ser humano. Conocer las causas que lo llevan a cambiar de residencia contribuye al mayor conocimiento de uno de los fenómenos demográficos, sociológicos y económicos más importantes en la actualidad, tanto en el ámbito internacional como en el nacional. En nuestro país, 1 de cada 4 migrantes recientes cambiaron de domicilio para buscar trabajo o porque ya contaban con éste en otra entidad; una proporción similar lo hizo para reunirse con la familia, contraer nupcias o unirse con su pareja, y 7% señaló motivos de estudios, salud o de inseguridad en el lugar donde radicaban.4 Cabe destacar que las causas de la migración varían según el sexo de los migrantes: la mayor parte de los hombres emigran por motivos laborales –31.5%– y las mujeres lo hacen por razones de tipo familiar –29.5%–. (Véase gráfica I.3.4)
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La muestra censal reportó un porcentaje elevado de no especificado –29.0%– debido a que los entrevistados no pudieron especificar una sola causa.
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Migración intermunicipal El Censo del año 2000 además captó el fenómeno de la migración intermunicipal reciente, es decir, el cambio de domicilio a un municipio distinto dentro de la misma entidad. Al respecto, se tiene que 2.7 millones de personas de 5 años y más, que representan a 3.3% de esta población, vivían en 1995 en un municipio diferente al de su residencia actual. Este fenómeno ocurre con mayor frecuencia en las entidades en las cuales se encuentran las principales zonas metropolitanas del país, como son: Nuevo León, estado en el que 6.7% de la población cambió de municipio de residencia; el Distrito Federal, donde hay 5.9% de migrantes interdelegacionales y el Estado de México, Jalisco y Veracruz que tienen 4.9, 4.5 y 4.3%, respectivamente. (Véase gráfica I.3.5)
Migración internacional El cuestionario ampliado del Censo del año 2000 incluyó, por primera vez, un conjunto de preguntas acerca de las personas que emigran hacia otros países, información que es proporcionada por los familiares que permanecen en el territorio nacional. De esta forma, sabemos que en los últimos cinco años se fueron a vivir al extranjero 1.6 millones de personas. Este flujo migratorio debe considerarse como una cota inferior del número de emigrantes internacionales, ya que a este monto habría que añadirle una nueva modalidad referida a la migración de familias completas, cuyo registro es objeto de los censos de los países de destino. Al interior de nuestro país, a los estados tradicionalmente expulsores de población al extranjero como son: Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Zacatecas, de donde salen poco más de 4 de cada 10 emigrantes internacionales, se han sumado otras entidades que no tenían una tradición migratoria internacional significativa como el Estado de México, Distrito Federal y Veracruz que representan 18.5% del flujo de las personas al exterior
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(véase gráfica I.3.6). De esta forma, tan sólo 10 entidades federativas aportan cerca de 61% de los mexicanos que cambian su residencia a otros países. En cuanto al lugar de destino de la emigración internacional, los Estados Unidos de América atraen a 96.1% del total de la población emigrante. Michoacán, Nayarit, Guerrero, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, San Luis Potosí y Zacatecas son los estados con proporciones más altas de emigrantes hacia ese país –por arriba de 98%– mientras que Quintana Roo y el Distrito Federal envían una proporción importante de su población –24.8 y 17.7%, en ese orden– a otros países. Por lo que se refiere a la estructura por sexo y edad de los emigrantes internacionales, se observa que a diferencia de la migración interna, la que se dirige a otros países es predominantemente masculina: los hombres representan tres cuartas partes del total de emigrantes internacionales. Asimismo, como consecuencia del carácter laboral de la migración, 88.4% de los migrantes se encontraban en edades económicamente activas, fenómeno que trae consigo tanto la separación de los miembros del hogar como la pérdida de fuerza de trabajo para las regiones y el país en su conjunto. Para concluir con este tema, cabe destacar que del total de personas que salieron al extranjero en los últimos cinco años, 75.7% aún permanece en otro país y 17.4% ya había regresado a México al momento del Censo.
II. Características sociales II.1. Estado conyugal El estado conyugal nos aproxima al conocimiento de uno de los fenómenos más trascendentes de la sociedad: la formación y disolución de las parejas. A su vez, nos refleja la creación de nuevas familias y los cambios en su composición. 13
La estructura por situación conyugal de la población en México muestra que 36.9% es soltera, 44.5% es casada, 10.4% vive en unión libre y 8.1% es separada, viuda o divorciada. Con respecto a 1990, se aprecia que la proporción de casados se mantiene alrededor del mismo nivel, mientras la correspondiente a los solteros ha experimentado una disminución de 3.7 puntos porcentuales, como reflejo de la baja en la fecundidad y de una mayor proporción de población en edades casaderas. (Véase gráfica II.1.1) La unión libre parece ser cada vez más aceptada como forma de vida conyugal, ya que ganó 3 puntos porcentuales, alcanzando su mayor presencia en las edades de 20 a 29 años –15.3%–, y bajando lentamente su proporción conforme aumenta la edad, ya que con el paso del tiempo las parejas tienden a formalizar su unión de manera civil y/o religiosa. Por su parte, la proporción de separados, divorciados y viudos también experimentó un crecimiento que se debe, principalmente, al aumento de la separación y el divorcio; ésta se incrementa a medida que se tiene mayor edad, llegando a más de un tercio entre la población de la tercera edad, lo cual obedece básicamente a la mayor sobrevivencia femenina, que con frecuencia se traduce en viudez. En cuanto al estado conyugal entre los hombres y las mujeres, se presenta una diferencia en la categoría de separada, divorciada y viuda, donde la proporción de mujeres es tres veces mayor a la de hombres –11.9 contra 4%–. Esta situación puede estar relacionada con el hecho de que las mujeres contraen nupcias a una edad menor que los hombres y a que, al ser más longevas, experimentan disoluciones con mayor frecuencia. Colateralmente, ante episodios de disolución es común que los hombres contraigan segundas o posteriores nupcias, mientras que las mujeres tienden a permanecer desunidas. (Véase gráfica II.1.2) En relación con el tamaño de la localidad, se observa que la proporción de casados se ubica, en cualquier caso, alrededor de 45%, presentando sus niveles más bajos en los extremos, es decir, en las localidades rurales y en las más urbanizadas. La proporción de solteros es un poco mayor en las localidades de más de 100 mil habitantes, lo que normalmente se asocia al retraso en la edad a la primera unión.
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La unión libre se presenta como un fenómeno inverso al nivel de urbanización, ya que en las localidades rurales ésta participa con 12.2%, mientras que en las de más de 100 mil habitantes sólo alcanza 9.4 por ciento. Por el contrario, el porcentaje de separadas, divorciadas y viudas es mayor en las regiones más urbanizadas. (Véase gráfica II.1.3) A nivel estatal existen diferencias en el estado conyugal de las personas que responden, esencialmente, a los esquemas socioculturales, así como a la estructura por edad de la población de cada entidad. De este modo, la proporción más alta de solteros la tiene Querétaro con 40.4%, la de casados Nuevo León con 52%, la de personas en unión libre Chiapas con 18.4% y la de personas separadas, divorciadas y viudas el Distrito Federal con 10.7 por ciento.
II.2. Educación Dada la importancia que reviste la educación para el desarrollo integral de las personas y la competitividad del país, el Censo del año 2000 ha puesto énfasis en medirla a través de la condición de alfabetismo, la asistencia escolar y el nivel educativo. Asimismo, por primera vez en la historia censal se pregunta a la población en edad escolar que no asiste a la escuela, las causas de su inasistencia, lo cual permite disponer de información que coadyuve al planteamiento de estrategias más precisas, dirigidas a este segmento de la población.
Alfabetismo El saber leer y escribir tiene una estrecha relación con la edad, por lo que es conveniente distinguir a dos grandes grupos de población: el de los 6 a 14 años, dentro del cual la población debería necesariamente saber leer y escribir, y el de los 15 años y más, cuando de no haberlo logrado, cae en una condición de abierto analfabetismo. Respecto del primer grupo, el porcentaje de la población de 6 a 14 años que sabe leer y escribir es de 87.2 por ciento. Este indicador 15
presenta una pequeña diferencia en favor de las niñas, al ser de 87.7%, mientras que el de los niños es de 86.7 por ciento. El Distrito Federal, Estado de México, Nuevo León, Aguascalientes, Coahuila y Chihuahua son las entidades con mayor proporción de niños y niñas de dicho grupo de edad que saben leer y escribir, con poco más de 90%; en contraste, los porcentajes más bajos se registran en Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, existiendo una diferencia de 16 puntos porcentuales entre las entidades extremas: el Distrito Federal con 92.9% y Chiapas con 76.7 por ciento. (Véase gráfica II.2.1) El tamaño de la localidad en que reside la población es un factor determinante en la aptitud para leer y escribir de los niños de 6 a 14 años, ya que mientras el porcentaje de los que no poseen esta habilidad y que habitan en zonas rurales es de cerca de 20%, el correspondiente a los residentes de las localidades de más de 100 mil habitantes es de 7.7%, es decir, 2.5 veces menor. (Véase gráfica II.2.2) Por lo que hace al segundo grupo considerado, de 15 años y más, la tasa de alfabetismo –porcentaje de personas que saben leer y escribir– continuó incrementándose durante la pasada década, hasta situarse en 90.3%, cuando hace 10 años era de 87.4 por ciento. Sin embargo, persisten aún dentro de este segmento de la población alrededor de 6 millones de personas analfabetas, de las cuales poco más de la mitad –53.2%– tiene más de 50 años y reside en localidades rurales. El alfabetismo muestra significativas diferencias por sexo, ya que el porcentaje de hombres que sabe leer y escribir es de 92.4% y de 88.4% para las mujeres. Sin embargo, la brecha entre los sexos se ha ido reduciendo. En general, todas las entidades federativas incrementaron su tasa de alfabetismo durante la pasada década, habiendo logrado los mayores avances, de más de 5 puntos porcentuales, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Quintana Roo y Querétaro. No obstante esta mejoría, continúan observándose disparidades entre las entidades y las regiones XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
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del país. De este modo se tiene, por ejemplo, que entre la tasa de alfabetismo de las cinco entidades con mayores tasas y las cinco más rezagadas existe una brecha de 10 a 20 puntos. (Véase gráfica II.2.3)
Asistencia escolar La asistencia y la permanencia de los niños y las niñas dentro de la formación básica, particularmente en el medio rural, desempeña un papel fundamental para incrementar el nivel educativo de los individuos, hasta su incorporación al medio laboral. Si se observa esta participación por edades, 95% de los niños de 6 a 9 años está asistiendo a la escuela, lo mismo que 90% de los que tienen de 10 a 14 años, 46.7% de los adolescentes de 15 a 19 años, y 17.7% de los jóvenes de 20 a 24 años. La tasa actual de matriculación de la población que está en edad de asistir a la educación básica, esto es, de los 6 a 14 años, es de 92.1% (véase gráfica II.2.4); al compararla con la del Censo de hace 10 años que era de 85.8%, se desprende que las acciones desplegadas para hacer efectivo el derecho a la educación básica han sido muy importantes y que la proporción faltante continúa localizándose, principalmente, en las localidades pequeñas y dispersas, donde la inasistencia de 11.3% es aún muy elevada si se compara con el 4.2% que se presenta en las ciudades más urbanizadas. Es también en las localidades rurales donde la inasistencia afecta en mayor grado a las mujeres que a los hombres –12.1% contra 10.5%, respectivamente–. (Véase gráfica II.2.5) Si bien el avance logrado en los índices de asistencia de la población de 6 a 14 años ha sido generalizado para todas las entidades federativas, es de hacer notar el significativo esfuerzo que realizan aquellas que se encontraban más rezagadas en este aspecto; particularmente, Chiapas logró incrementar la asistencia en 13 puntos porcentuales, Michoacán lo hizo en 10, Guerrero, Oaxaca y Guanajuato en 9, Puebla en 8 y Zacatecas lo hizo en 7 puntos en el periodo señalado. Con ello, la brecha entre la entidad con mayor cobertura de asistencia escolar y la más rezagada se redujo a casi la mitad. (Véase gráfica II.2.6) 17
Causas de la inasistencia Con el objetivo de aportar información que contribuya a la disminución y eventual abatimiento de la inasistencia escolar, en este Censo se preguntó, por primera vez, sobre las causas que la provocan. Al interior de la población de 7 a 9 años, poco más de 225 mil niños y niñas a nivel nacional no están asistiendo a la escuela. De éstos, 36%, que representa alrededor de 81 mil pequeños, no lo hacen porque nunca han estado inscritos en un centro educativo; 53.4%, porque desertó y el restante 10.6% no especificó las causas de su inasistencia. A su vez, de los poco más de 120 mil niños que abandonaron la escuela, 22.3% dejó de asistir por razones personales, entre las que destacan la falta de interés por seguir estudiando o el bajo aprovechamiento; 17.3%, debido a que tuvo que trabajar para su sostenimiento o el de su familia y 7.8%, porque no había escuela en su localidad o estaba muy lejos. (Véase gráfica II.2.7) La población de 10 a 14 años que no asiste a la escuela, debiendo hacerlo por obligatoriedad legal, asciende a alrededor de 1 millón de niños y niñas. En este caso, el porcentaje de los que nunca asistieron es de 8.1% y el de los que desertaron de 89.9 por ciento. Las principales razones por las cuales éstos abandonaron la escuela son las personales en 45% de los casos, las económicas en 27.9% y la ausencia o lejanía de la escuela en 4.4 por ciento. Con el avance de la edad, el cumplimiento de la obligatoriedad de la educación básica, la necesidad económica y la adquisición de otros compromisos, entre ellos el matrimonial, a partir de los 15 años la tasa de inasistencia se incrementa de manera notable. Así, del total de la población entre 25 y 29 años, sólo asiste a la escuela 6%, por lo que de los 7.7 millones que no lo hacen, únicamente 2.1% manifiesta que nunca tuvo la oportunidad de hacerlo y 97.2% se retiró en algún momento, principalmente por razones económicas en 36.2% de los casos, por haber terminado los estudios que deseaba en 18.6% o por razones personales en 19.2 por ciento.
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De lo anterior se desprenden diversas observaciones: primero, que la carencia o lejanía de la escuela constituye cada vez menos un obstáculo para la asistencia; segundo, las razones económicas para abandonar la escuela tienen gran importancia y se incrementan con la edad; y tercero, resulta necesario reforzar entre los educandos y sus familias valores que estimulen su aprecio hacia el aprendizaje.
Nivel de instrucción El perfil educativo de la población de 15 años y más continúa mejorando de manera paulatina. El promedio de años de estudio de este segmento de la población es actualmente de 7.6 años, esto es, casi del segundo año de secundaria, cuando en 1990 fue de 6.6 años y en 1970 de sólo tercer año de primaria. Esta mejora se debe a que el porcentaje de la población con rezago educativo –sin instrucción, con primaria o secundaria incompleta– disminuyó y el correspondiente a la secundaria completa o de estudios posteriores se incrementó notablemente. En efecto, la participación de la población con nivel de instrucción media –preparatoria o bachillerato, o carrera técnica con antecedente de secundaria– se incrementó de 14.3% en 1990 a 16.7% en el 2000; y la de nivel superior pasó de 8.3% a 11% en el mismo periodo. El promedio de escolaridad de los hombres es ligeramente mayor que el de las mujeres –7.8 contra 7.3 años–, habiéndose reducido la distancia entre ambos sexos con respecto a la existente en 1990 (véase gráfica II.2.8). Asimismo, este indicador guarda una estrecha relación con el tamaño de la localidad en la que habitan las personas, ya que mientras en las localidades más pequeñas es de 4.8 años, en las mayores de 100 mil habitantes supera los 9 años. Desde una perspectiva regional, las entidades federativas cuya población tiene los mayores niveles de instrucción son: el Distrito Federal con el equivalente a casi el primer año de preparatoria –9.7 años–; Nuevo León, con prácticamente la secundaria completa –8.9 años– y
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Coahuila, que alcanzó 8.5 años. Las entidades que muestran el mayor rezago son: Guerrero, Oaxaca y Chiapas, con promedios de escolaridad de 6.3, 5.8 y 5.6 años, en el mismo orden. (Véase gráfica II.2.9) Vale la pena señalar que, en general, todas la entidades mostraron mejoras en este indicador durante la década pasada, sobresaliendo Querétaro, Quintana Roo, Campeche y Chiapas, las cuales aumentaron su promedio de escolaridad entre 1.3 y 1.5 años. Sin embargo, no se puede soslayar el hecho de que al ritmo en que crece la escolaridad en las entidades más vulnerables, tendrían que pasar más de tres décadas para alcanzar el nivel que actualmente registra el Distrito Federal, lo cual hace evidente la importancia de otorgar cada vez más impulso a la educación formal, y dentro de ésta a los aspectos cuantitativos y formativos. No obstante los avances en materia educativa, al compararlos en el contexto mundial se puede afirmar que nuestro país debe hacer un esfuerzo extraordinario para no quedar rezagado en el ámbito internacional, guiado por una economía sustentada en el conocimiento y en un capital humano cada vez más informado y calificado, y en donde el entrenamiento y reentrenamiento constante a lo largo de la vida de los individuos será la norma en los próximos años. Al respecto, es útil recordar que nuestros principales socios comerciales, Canadá y Estados Unidos de América, tienen un promedio de escolaridad que nos supera en casi 10 años, al ser de 17.5 años en el primero y de 16.3 en el segundo. Incluso, países como Chile y Brasil tienen una escolaridad promedio cuatro años por encima de la nuestra –11.8 y 11.1, respectivamente–.
II.3. Servicios de salud Dada la importancia que tienen la seguridad social y la salud de la población, en el XII Censo General de Población y Vivienda, 2000, se incorporaron preguntas relacionadas con la derechohabiencia y con el uso que se hace de los servicios médicos.
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Derechohabiencia Se entiende por derechohabiencia la prerrogativa que tiene la población a recibir servicios médicos cuando la empresa, fábrica o compañía para la que trabaja paga el servicio de una institución pública o privada, o cuando la persona, de manera particular, hace una aportación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para que ella y/o sus familiares tengan acceso a los servicios médicos que éste proporciona. Los resultados de la Encuesta muestran que 41 de cada 100 personas residentes en el país declararon tener derecho a servicio médico en alguna institución de seguridad social, variando la cobertura de la población atendida entre las entidades federativas. (Véase gráfica II.3.1) No toda la población que conforma los hogares se incorpora de manera automática a los servicios de seguridad social, al mismo tiempo que lo hace el jefe de la familia. Es la población menor de 24 años la que tienen la menor protección o cobertura, ya que sólo poco más de 1 de cada 3 son derechohabientes; a partir de los 25 años la cobertura se incrementa lentamente con la edad, hasta alcanzar su valor máximo de 48% entre los 65 y más años, cuando se ingresa a la condición de jubilados o de pensionados. (Véase gráfica II.3.2)
Utilización de los servicios de salud La salud es un derecho fundamental del ser humano y parte sustancial de la política de desarrollo social. En 1983, este derecho fue elevado a rango constitucional, produciendo un profundo proceso de reforma en el sector correspondiente, donde se planteó como objetivo la ampliación de la cobertura de servicios médicos para toda la población. De esta forma, los resultados obtenidos en el Censo del año 2000 indican que en la actualidad prácticamente el total de la población residente –96.4%– hace uso de los servicios de salud existentes, tanto públicos como privados.
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Al preguntársele a la población el lugar al que acude cuando está enferma, ésta identifica con claridad tres conjuntos de instituciones: de cada 100 personas, 36 asisten a los servicios médicos que proporcionan el IMSS, el ISSSTE, PEMEX y las secretarías de la Defensa o de Marina; una proporción ligeramente menor –33 de cada 100– acude a servicios privados; y 28 recurren a las dependencias que atienden a la denominada población abierta –Secretaría de Salud, IMSS Solidaridad u otra institución pública–. Las tres personas restantes se declaran no usuarias de servicio alguno o no especificaron si lo hacen. (Véase gráfica II.3.3)
II.4. Discapacidad La sociedad debe prestar atención a la población en condiciones de desventaja y, particularmente, a aquella que padece de discapacidad física o mental. En ese contexto, el INEGI ha iniciado la práctica de incorporar en los censos preguntas acerca de este segmento poblacional con la finalidad de generar información que coadyuve a un mayor conocimiento que permita su tratamiento, rehabilitación, e incorporación más plena a la vida social, cultural y económica del país. Así, sabemos que en México hay 2.2 millones de personas con algún tipo de discapacidad física o mental, o con un problema de salud de largo plazo, que les impide realizar con plenitud algunas actividades que llevarían a cabo en condiciones normales. Este volumen representa 2.3% de la población total del país. De la población con discapacidad, 44.9% presenta limitaciones relacionadas con sus brazos o piernas, 28.6% es invidente o sólo percibe sombras, 16.5% es sorda o escucha con ayuda de un aparato, 14.6% tiene algún retraso o deficiencia mental, 4.5% es muda, y el restante 0.7% presenta otra clase de discapacidad. (Véase gráfica II.4.1)
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Las causas de la discapacidad son variadas. Es así que 31.6% adquirió esta condición derivada de alguna enfermedad, 22.7% como consecuencia de problemas relacionados con la edad avanzada, 19.4% nació con ella, 17.7% como resultado de algún accidente y 1.9% debido a otras causas. (Véase gráfica II.4.2) Como resultado de que a las limitantes que se llevan desde el nacimiento se le agregan las adquiridas en el transcurso de la vida, a mayor edad, es más frecuente observar personas con algún tipo de discapacidad. En efecto, 11.5% de la población discapacitada tiene de 0 a 14 años; 13.6% de 15 a 29; 30% se ubica entre los 30 y 59 años, y 44% señaló tener 60 años o más. Esta distribución muestra que poco más de 43.6% de la población con discapacidad en el país se encuentra en edades económicamente activas, por lo cual se hace necesario facilitar los mecanismos tendientes a lograr su plena incorporación al mercado laboral a fin de elevar su autoestima y facilitarles su independencia económica. (Véase gráfica II.4.3) La proporción de población discapacitada en cada una de las entidades federativas no parece tener un patrón relacionado con sus condiciones sociales o culturales, ni con regiones específicas del país. De las entidades que tienen un mayor porcentaje de discapacitados respecto al total de su población, tres se encuentran en el sureste: Yucatán con 3.4% , Tabasco y Campeche con 3.1% cada una, y dos en el litoral del pacífico: Colima y Nayarit con poco más de 3% cada una. En términos absolutos, son las entidades más pobladas y que se encuentran en el centro del país las que registran un mayor número de población residente discapacitada: Estado de México, Distrito Federal, Veracruz y Jalisco con un total de 764 mil discapacitados, volumen que supera a la población total de entidades como Colima, Baja California Sur y Campeche, consideradas de manera individual.
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III. Características culturales III.1. Lengua indígena e identidad étnica México se caracteriza por contar con una gran diversidad étnica y cultural. Se tienen identificados alrededor de 92 grupos autóctonos diferentes que conservan su lengua y sus costumbres, no obstante su paulatina integración a la población mestiza. Tradicionalmente, los censos han identificado a la población indígena a través de la condición de habla de alguna lengua indígena, y el Censo del año 2000 incluyó también una pregunta nueva relacionada con el sentido de pertenencia étnica, ampliando así el acervo informativo sobre este importante sector de la sociedad.
Lengua indígena En nuestro país residen 6.3 millones de personas de 5 años y más que hablan alguna lengua indígena, lo que representa 7.3% de la población de dichas edades. Este monto supera en cerca de 1 millón de personas al registrado en 1990 y duplica al correspondiente de 1970 (véase gráfica III.1.1). Si a esta población se le agregan 1.3 millones de niños de 0 a 4 años que viven en hogares cuyo jefe (a) habla alguna lengua, el tamaño de la población indígena asciende a 7.6 millones de personas. Las entidades federativas con mayor presencia de población indígena son Yucatán y Oaxaca con niveles de poco más de 37% de su población residente en el grupo de edades de 5 años y más, seguidas de Chiapas con 26.8% y Quintana Roo con 22.9 por ciento. Aun cuando en el Distrito Federal y el Estado de México esta proporción es de sólo 2.2 y 3.5%, respectivamente, en números absolutos representa un monto de población de cerca de 600 mil personas en ambas entidades. (Véase gráfica III.1.2)
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La población hablante de lengua indígena se concentra en las localidades más pequeñas de la República Mexicana. En la actualidad, 6 de cada 10 hablantes de lengua indígena residen en localidades rurales –de menos de 2 500 habitantes–, mientras únicamente 13 de cada 100 lo hace en localidades de 100 mil y más habitantes. La mayoría de estos últimos forman parte de flujos migratorios que arribaron a las ciudades del país. (Véase gráfica III.1.3) Un indicador que muestra el grado de integración que tiene la población indígena a la sociedad es el relativo al monolingüismo. Al respecto, los resultados de la encuesta indican que 16.8% de la población hablante de alguna lengua indígena es monolingüe, es decir, no habla español, mientras que en 1990 era de 15.8% y en 1970 de 27.6 por ciento. Es de hacer notar que 1 de cada 4 monolingües tiene entre 5 y 9 años y que una proporción similar tiene más de 50 años, lo cual refleja el esfuerzo diferencial que debe realizarse para evitar su aislamiento social, económico y cultural. Al interior de la población indígena, la proporción de monolingües es inferior a 20% en casi todas las entidades federativas; las excepciones son los estados de Chiapas y Guerrero, donde este indicador alcanza valores de 37.9 y 32.1%, respectivamente. (Véase gráfica III.1.4)
Identidad étnica De acuerdo con el criterio del autoreconocimiento, alrededor de 5.3 millones de personas de 5 años y más se declaran indígenas, lo que representa 6.1% de la población en estas edades, esto es, un porcentaje inferior al obtenido por el criterio relativo al habla. De los que se autoidentificaron como indígenas, únicamente 79% habla alguna lengua indígena, mientras que el restante 21% no lo hace. Resulta interesante destacar que del conjunto de personas que no se autorreconocen como indígenas, 2.5%, que equivale a 2 millones
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de personas, afirma hablar alguna lengua indígena, situación que puede en principio, estar asociada a factores de movilidad social o cultural. (Véase gráfica III.1.5)
III.2. Religión La religión es una característica cultural que a lo largo del tiempo muestra nuevos matices, resultado del surgimiento de diversas prácticas o creencias, así como de la apertura de nuevas vertientes dentro de las religiones tradicionales. El catálogo utilizado en el Censo del año 2000 para identificar a las religiones incluye la existencia de al menos 70 credos que pueden agruparse en 10 grandes corrientes religiosas. Desde el punto de vista numérico, los datos confirman que la población residente en el país continúa siendo mayoritariamente católica. El 88.2% de los habitantes de 5 años y más se declara como tal. Sin embargo, al comparar esta proporción con la de hace 10 años, que era de 89.7%, se evidencia una ligera disminución en su participación, que ha sido absorbida por otros grupos religiosos, principalmente protestantes y evangélicos, cuyo porcentaje pasó de 4.9 a 5.2% de 1990 al año 2000, así como por el incremento de la población que declara no profesar religión alguna. (Véase gráfica III.2.1) La presencia de población católica es mayor en las localidades más urbanizadas, de más de 100 mil habitantes, cuyo porcentaje asciende a 89.2%, mientras que en las localidades rurales 85.7% cae dentro de esta categoría. (Véase gráfica III.2.2) Es precisamente en las localidades rurales donde han adquirido mayor presencia los grupos protestantes y evangélicos, las religiones bíblicas no evangélicas, así como la población que declara no profesar religión alguna. Todas las entidades federativas del país tienen un predominio de población católica, principalmente las ubicadas en la zona del bajío,
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como Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro, así como Jalisco, Zacatecas y Michoacán, cuyo porcentaje es mayor a 95 por ciento. De la misma manera, es en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo donde se encuentra la mayor presencia de población protestante y evangélica, de bíblicos no evangélicos y sin religión.
IV. Características económicas IV.1. Empleo5 Entre las características económicas más relevantes de la población, el Censo destaca las siguientes: Continúa la terciarización de la economía mexicana, lo cual se aprecia con el significativo aumento de la población ocupada en el sector del comercio y servicios que pasó de 46.1% en 1990 a 53.8% a principios del presente año; mientras que la del sector primario disminuyó de 22.6 a 16.1%, y la del sector industrial permanece relativamente estable alrededor de 28 por ciento. (Véase gráfica IV.1.1) Las mujeres participan en actividades económicas orientadas al mercado cada vez en mayor proporción. En 1990, de cada 100 mujeres en edades activas trabajaban cerca de 20 y actualmente lo hacen 31. Este aumento se explica, sobre todo, por el cambio en el patrón de inserción y permanencia de las mujeres en el mercado de trabajo, ya que a diferencia de lo que se observaba en décadas pasadas donde la 5
La medición de la forma como la población participa en la actividad económica trae consigo una serie de dificultades derivadas, principalmente, del establecimiento de las fronteras que separan a la actividad productiva orientada al mercado, de la que no lo es. Por ello, el INEGI lleva a cabo encuestas especializadas para cuantificar y caracterizar este fenómeno, en virtud de que los censos de población no pueden ni deben incorporar preguntas que exploren a detalle la participación económica. No obstante esta situación, los censos incluyen este tema dada su importancia como variable explicativa de las condiciones socioculturales y de bienestar de la población.
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población femenina se retiraba de la actividad económica cuando se unía o tenía a sus hijos, en la actualidad permanece en el mercado de trabajo. (Véase gráfica IV.1.2) Del total de población asalariada, 60% recibe aguinaldo como parte de sus prestaciones, 53% cuenta con servicio médico, 50% tiene vacaciones pagadas, 41% dispone de un sistema de ahorro para el retiro y 29% manifiesta recibir reparto de utilidades. Poco menos de 1 de cada 3 asalariados declaró no recibir ninguna de las prestaciones anteriormente señaladas. (Véase gráfica IV.1.3) Un tema de nueva incorporación en los censos y que cada vez adquiere mayor importancia es el que se refiere a los desplazamientos que realiza la población de su vivienda a su lugar de trabajo. De esta forma, el Censo permite conocer que 13.5% de la población ocupada –alrededor de 4.3 millones de personas– labora en un municipio distinto al de su residencia, y cerca de 6% –1.9 millones– lo hace en otras entidades federativas. En conjunto alrededor de 19% de la población ocupada del país trabaja en una entidad o municipio distintos al de su residencia (véase gráfica IV.1.4). Este fenómeno que podría denominarse población flotante, es más intenso en las zonas metropolitanas que involucran a más de una entidad, como es el caso de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. En efecto, al interior de la misma, existen delegaciones como la Cuauhtémoc, a la que diariamente llegan a trabajar alrededor de 450 mil personas, que equivalen a 87% de su población residente; o la Miguel Hidalgo, que recibe una población flotante que representa 68% de sus residentes. Situación similar ocurre en los municipios del Estado de México limítrofes con el Distrito Federal; por ejemplo, a Tlalnepantla arriban cada día cerca de 170 mil trabajadores, que sumados a la población residente totalizan alrededor de 900 mil personas que en conjunto utilizan diversos servicios, y en Naucalpan este número asciende a cerca de 980 mil personas. Ciertamente, esta información que incluye a la población residente más aquella que se
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desplaza diariamente fuera de su municipio o entidad para trabajar, será de gran relevancia para la cuantificación global de las demandas por diversos servicios en las distintas regiones del país.
IV.2. Ingreso La distribución de la población ocupada según el nivel de sus ingresos por concepto de trabajo ha mejorado en los últimos 10 años. En efecto, si bien el porcentaje de los ocupados que no recibieron ingresos se incrementó de 7.2 a 10.1%, como resultado del aumento experimentado por las empresas familiares que se insertan en el sector informal, el correspondiente a los que perciben hasta dos salarios mínimos disminuyó de 56 a 42%, y el de los que ganan más de dos pasó de 32.5 a 42.7% en el mismo lapso. (Véase gráfica IV.2.1)
V. Características de las viviendas y de los hogares V.1. Viviendas La vivienda constituye uno de los elementos fundamentales para el bienestar de la población, ya que proporciona a los individuos y a las familias seguridad, protección contra el medio ambiente, resguardo para sus bienes y un espacio para la convivencia. El Censo del año 2000 proporciona información del número de viviendas, así como de la calidad de sus materiales, acceso a servicios públicos, condiciones sanitarias, su antigüedad, y tipo de bienes duraderos de que disponen, entre otros temas.
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Total de viviendas El parque habitacional en la República Mexicana asciende a 21.9 millones de viviendas particulares que superan en 5.9 millones a las existentes 10 años atrás.6 (Véase gráfica V.1.1)
Número de cuartos y ocupantes en las viviendas Una de las características del parque habitacional en el país es que la mayoría de las viviendas –70.6%– tienen de uno a tres cuartos –sin considerar a la cocina–, mientras que sólo 6.3% dispone de seis o más cuartos. Por lo que hace a los dormitorios, 73.2% de las viviendas cuenta con uno o dos, 24.9% con tres o cuatro y 1.5% con cinco o más dormitorios. Comparado con 1990 se observa un aumento en las viviendas que disponen de más de dos dormitorios, por lo que se puede inferir que se ha ampliado el espacio vital de la población al interior de sus hogares. (Véase gráfica V.1.2) Como resultado de la disminución en el tamaño medio de las familias y de una mayor oferta habitacional durante la última década, el promedio de ocupantes por vivienda disminuyó de 5 a 4.4, y el de los ocupantes por dormitorio lo hizo de 2.7 a 2.2.
Materiales de las viviendas En lo referente a la calidad de los materiales de construcción de las viviendas se han registrado importantes mejoras que favorecen el resguardo de las familias y sus bienes, así como condiciones higiénicas y de salud para sus habitantes.
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El Censo registra viviendas particulares y colectivas, estas últimas serán descritas y caracterizadas en los resultados definitivos.
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Pisos De acuerdo con la información censal, en la actualidad 30.6% de las viviendas disponen de piso con recubrimiento que les permite tener mejores condiciones de aislamiento, durabilidad e higiene; 55.3% tiene piso de cemento o firme y 13.4% tiene pisos de tierra. En 1990 este último porcentaje representó 19.6% del total de las viviendas, lo que significa una mejora considerable. (Véase gráfica V.1.3) Es importante destacar que dicho avance se observó en todas las entidades del país, siendo más notable en la mayor parte de los estados del sureste y algunos del centro. Por ejemplo, entre 1990 y el año 2000 el porcentaje de viviendas con piso de tierra en Quintana Roo, Oaxaca y Yucatán disminuyó casi 12 puntos porcentuales; en Hidalgo lo hizo en 11 puntos, y en Chiapas, Guerrero y Campeche en poco más de 10 puntos. (Véase gráfica V.1.4)
Techos Para el año 2000, el porcentaje de viviendas con techos de materiales precarios no naturales7, que resultan los más inseguros y peligrosos para la salud, es de 25.4%; las entidades con mayor uso de este tipo de techos se localizan, principalmente, en el sureste del país: Tabasco con 57.4%, Chiapas con 56.6%, Veracruz con 52%, Campeche con 46% y Oaxaca con 44.2 por ciento. Por su parte, los estados que los emplean menos se localizan en el norte: Coahuila con 9.5% de los casos, Jalisco con 7.8%, Aguascalientes con 5.1% y Baja California con 4.6 por ciento.
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Incluyen aquellos elaborados con material de desecho, lámina de cartón, de asbesto o metálica, mismos que se caracterizan por su bajo costo.
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Servicios públicos Los servicios de energía eléctrica, agua potable y drenaje conforman elementos sustanciales para conocer los niveles de bienestar de la población, así como las condiciones de salud y de saneamiento ambiental de los hogares. A nivel nacional, 94.6% de las viviendas dispone de servicio eléctrico, 88.5% tiene acceso a agua entubada y 77.6% cuenta con drenaje. Comparados estos porcentajes con los correspondientes a 1990, de 87.5, 79.4 y 63.6%, respectivamente, resultan evidentes los avances logrados en estos aspectos. No obstante los resultados mencionados, aún se observan importantes rezagos que permiten dimensionar los retos que habrá de enfrentar la sociedad en un futuro inmediato. (Véase gráfica V.1.5)
Energía eléctrica El servicio eléctrico se ha generalizado prácticamente en todas las viviendas del país. Sin embargo, en algunas entidades como Chiapas, Oaxaca, San Luis Potosí, Guerrero y Veracruz persisten más de 10% de las viviendas que carecen del mismo.
Agua entubada y frecuencia de su recepción Del total de viviendas con agua entubada, el Censo indica que 84.6% de éstas la tiene al interior de la propia vivienda o fuera de la misma, pero dentro del terreno que ésta ocupa; 3.9% accede a ella por medio del acarreo –de llave pública o hidrante– y el restante 10.7% se abastece de agua por medio de pipa, de pozo, río, lago o arroyo. Las entidades con el mayor porcentaje de viviendas que tienen servicio de agua entubada en su interior o en el mismo predio son: Distrito Federal con 97.2%, Aguascalientes con 96.7%, Colima con 94.5%, Coahuila y Nuevo León con 93.7% cada una; las de menor
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porcentaje son: Guerrero con 59.3%, Oaxaca con 65.5%, Veracruz y Chiapas con 66.9% cada una y Tabasco con 68.3 por ciento. (Véase gráfica V.I.6) Los estados que presentaron el mayor incremento en la satisfacción de este servicio son: Yucatán, Hidalgo, Oaxaca, Campeche y Chiapas con aumentos mayores a 13 puntos porcentuales. Además de la disponibilidad del servicio de agua entubada, por primera vez se captó información de suma importancia que se refiere a la frecuencia con la que las viviendas reciben este vital líquido. De esta forma, 79.3% de los 18.5 millones de viviendas que disponen de agua entubada en la vivienda o en el terreno, cuenta diariamente con este servicio, ya sea a lo largo de todo el día o por unas horas; 11.2% recibe agua cada tercer día; 3.8% dos veces por semana; 2.2% una vez por semana y el restante 2.8% de manera eventual. (Véase gráfica V.1.7)
Drenaje Como se señaló, en el año 2000, las viviendas del país que cuentan con drenaje o desagüe de aguas sucias representó 77.6% del total, lo que significa un incremento de 14 puntos porcentuales respecto al indicador registrado en 1990. De estas viviendas, 81% está conectado a la red pública; 15% a una fosa séptica; y el restante 4%, que equivale a cerca de 400 mil viviendas, desaloja las aguas sucias a una barranca o a cuerpos de agua como ríos, lagos o al mar, lo que constituye una fuente de contaminación ambiental. (Véase gráfica V.1.8) Los estados con mayores avances en materia de drenaje son: Quintana Roo, cuyas viviendas con este servicio pasaron de 57.3 a 84.3% entre 1990 y el 2000; Tlaxcala, de 57.9 a 82%; Tabasco, de 63.2 a 85.8%; Zacatecas, de 47 a 68.8%, Hidalgo, de 43.5 a 65.2% y Chiapas, de 41.2 a 61.9 por ciento. (Véase gráfica V.1.9)
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Combustible utilizado para cocinar El tipo de combustible que se emplea para cocinar constituye un indicador del nivel de desarrollo de las comunidades; asimismo, puede reflejar prácticas inadecuadas que afectan los recursos silvícolas y el medio ambiente. Actualmente, 17.5% de las viviendas en México cocina cotidianamente alimentos empleando leña o carbón, cuando hace 10 años lo hacía 21.2 por ciento. Es de hacer notar que en el presente, en cuatro entidades –Yucatán, Guerrero, Chiapas y Oaxaca– se cuenta con porcentajes de viviendas que cocinan con leña o carbón, que van de 38 a 56 por ciento. (Véase gráfica V.1.10)
Eliminación de la basura Por su importancia para la higiene comunitaria y el medio ambiente, por primera vez en la historia censal se incluyeron dentro del cuestionario dos preguntas alusivas al tratamiento de la basura generada en los hogares. Los datos muestran que 68.1% de las viviendas del país deposita su basura en un camión o carrito recolector y 3.7% en un contenedor público. En cambio, 23% la quema o entierra, y 4.2% la tira a la calle, lote baldío, barranca o grieta o cuerpo de agua; hábitos que constituyen una preocupación por los efectos adversos que pueden acarrear a la salud, a la atmósfera y al subsuelo. (Véase gráfica V.1.11) Del total de viviendas que cuentan con el servicio de recolección, 24.8% dispone del mismo diariamente, 66.8% de una a tres veces por semana, y en 3.3% de los casos es de manera esporádica. El 3.8% de las viviendas en el país no cuenta con este servicio. (Véase gráfica V.1.12) En 27 entidades federativas, la recolección domiciliaria es la forma más usual de acopio de basura en las viviendas; se observa, asimis-
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mo, que esta práctica es más común en las entidades con mayor grado de urbanización, destacando los casos del Distrito Federal con 93.3%, Nuevo León con 91.1%, Baja California con 86.5% y Jalisco con 86.4 por ciento. Un patrón diferente y muy eficiente ocurre en Aguascalientes donde poco más de 3 de cada 4 viviendas colocan sus desperdicios en depósitos o contenedores públicos. La segunda práctica habitual para desechar la basura es la quema o entierro de los desperdicios, lo que se registra con más frecuencia en las entidades del sureste del país: en Oaxaca lo hacen 58.5% de las viviendas, en Yucatán 47.7%, en Hidalgo 45.9%, en Tabasco y Veracruz 43.7%, en Chiapas y Guerrero con 42.9% en cada caso, y, finalmente, en Campeche 40.1 por ciento. Otro hábito con presencia y además contaminante, es el de arrojar la basura a un espacio público, un cuerpo de agua, una barranca o una grieta. Chiapas y Guerrero presentan un importante porcentaje de viviendas en donde se practica esta forma de eliminación –14 y 17.2%, respectivamente–, seguidos por Oaxaca y Puebla con 9.6% cada una.
Antigüedad de las viviendas La antigüedad de las viviendas junto con los materiales y servicios con que éstas cuentan permiten elaborar una visión detallada de los déficits de vivienda en cada región del país. Con esta información se puede constatar que 41.3% de las viviendas del país tiene 10 años o menos de antigüedad, 40.5% tiene entre 11 y 30, y 12.9% de las viviendas fueron construidas hace más de 30 años. De esta forma, la antigüedad promedio del parque habitacional en nuestro país es de poco más de 16 años. (Véase gráfica V.1.13) En 5.3% de las viviendas se desconoce su antigüedad, lo cual probablemente se debe al hecho de que éstas se encuentran habitadas por personas distintas a sus propietarios.
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El Distrito Federal destaca como la entidad con mayor antigüedad en sus construcciones con 22 años en promedio, seguida por Zacatecas con 19.9, Jalisco con 18.6, Durango con 18.3, Coahuila con 17.6, Yucatán con 17.1 y Michoacán con 17 años. Por su parte, entidades de reciente poblamiento como Quintana Roo y Baja California Sur, y las que tienen un alto porcentaje de viviendas de materiales precarios como Chiapas y Tabasco, presentan los promedios de años de construcción más bajos. (Véase mapa V.1.1)
Disponibilidad de bienes en la vivienda El Censo del año 2000 amplió la temática sobre vivienda al obtener información relativa a la disponibilidad que en éstas se tiene de algunos bienes que contribuyen a mejorar y facilitar las actividades cotidianas, las de esparcimiento, cultura y de comunicación entre sus habitantes. Los bienes duraderos más frecuentes en los hogares mexicanos son la televisión y la radio, que están presentes en alrededor de 85% de los hogares. Un menor porcentaje dispone de teléfono –36.2%– y solamente 9.3% cuenta al menos con una computadora. Esto significa que mientras cerca de 83 millones de personas potencialmente ven televisión y escuchan la radio, a lo más 9 millones hacen uso o tienen acceso a una computadora en su vivienda (véase gráfica V.1.14), situación que está asociada, entre otros aspectos, al costo del equipo y de la conectividad. Este último dato es altamente indicativo de la existencia de la denominada brecha digital, que ha surgido como respuesta al acceso desigual que tienen las personas a las tecnologías de la información, situación que está causando importantes disparidades entre las entidades más desarrolladas y las que presentan mayores rezagos; entre los ricos y los pobres; entre los que viven en áreas urbanas y rurales; y entre los analfabetos informáticos y los que sí tienen conocimiento del manejo de estas tecnologías. Lo anterior, en el mediano plazo, puede tener re-
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percusiones negativas que afectarían la vida educativa, cultural y económica de una gran cantidad de habitantes de México. Dicha brecha se aprecia al notar que mientras en el Distrito Federal 21.6% de las viviendas poseen computadora, y en las de Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Jalisco alrededor de 15% dispone de esta tecnología, en el extremo opuesto siete entidades presentan porcentajes inferiores a 5 por ciento. (Véase mapa V.1.2) Los datos anteriores sobre la brecha digital en México nos señalan uno de los mayores retos que enfrentaremos en este siglo que inicia y que se debe encarar con rapidez e inteligencia. Por lo tanto, el objetivo será facilitar el acceso de la población a estas tecnologías y al conocimiento que se puede obtener mediante su aplicación. No hay que olvidar que en un mundo de vertiginosa transformación como el que nos ha tocado vivir, los países que logren con enfoque y visión estratégica utilizar el conocimiento y las tecnologías de la información, serán los que ejerzan el liderazgo en el siglo XXI. México no se puede quedar rezagado.
V.2. Hogares Un acercamiento al conocimiento de las familias en México y, por lo tanto, de los vínculos que se establecen en la sociedad se obtiene con información sobre los hogares.
Tamaño y composición de los hogares En la actualidad existen 22.6 millones de hogares en México con un promedio de 4.3 integrantes en cada uno, cifra que refleja una ligera reducción con respecto a los 4.9 registrados en 1990. Es importante destacar que el Censo del año 2000 muestra cambios significativos en la estructura social de los hogares mexicanos. En efecto, si bien los hogares nucleares –en los que conviven el jefe del hogar y su cónyuge con o sin hijos, o bien, los hijos con uno solo de los padres– continúan 37
siendo la forma básica de convivencia entre los mexicanos, su participación ha disminuido de casi 75% en 1990 a 68.7% hoy en día. (Véase gráfica V.2.1) En contraparte, se ha incrementado la participación de los hogares extensos –conformados por padres e hijos y otras personas con o sin parentesco–, y la de los unipersonales, que pasaron de 19.5 a 23.9, y de 4.9 a 6.4%, respectivamente, en el periodo señalado. Una posible explicación en el aumento del número de los hogares extensos es la estrategia adoptada por las familias de integrar a otras personas como respuesta a la crisis económica experimentada a mediados de la década pasada. Por su parte, el mayor número de hogares unipersonales responde a una mayor proporción de migrantes, de personas separadas o divorciadas y de ancianos que viven solos.
Jefatura de los hogares En la mayoría de los hogares del país la jefatura es asumida por un hombre –79.4%– y poco más de 1 de cada 5 cinco hogares es encabezado por una mujer. Mientras que en los primeros habitan 80.3 millones de personas, es decir, 82.8% de la población nacional, en los segundos residen cerca de 17 millones, que en términos relativos alcanzan 17.2% del total (véase gráfica V.2.2). Las diferencias porcentuales entre los hogares y su población en relación con la jefatura se deben básicamente a que los hogares con jefatura femenina tienen en promedio un integrante menos que los hogares con jefe varón, ya que la mayoría de las jefas carecen de esposo o compañero. La presencia de mujeres y hombres como jefes de hogar presenta importantes diferencias según la edad de los mismos y el tamaño de la localidad de residencia. En el grupo de edad de 15 a 19 años, la proporción de jefas alcanza 23.2%, y está formada por madres solteras y por hijas a cargo del hogar (véase gráfica V.2.3); entre los 20 y los 49 años aumenta la presencia de hogares con jefatura masculina; y a partir de los 50 años de edad, las diferencias se acortan y el porcentaje de
XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
38
jefas aumenta, como consecuencia de la separación de algunas parejas o de la mayor sobrevivencia femenina, y de que éstas tienden a asumir la conducción del hogar ante la ausencia o el fallecimiento del jefe varón; es por ello que en el grupo de edad 65 y más, la jefatura femenina alcanza su mayor proporción, al participar con 34.8 por ciento. Por tamaño de localidad se observa que a medida que las zonas geográficas son más urbanizadas, la proporción de jefatura femenina es mayor. En efecto, en las localidades rurales 16.8% de los hogares son encabezados por mujeres, mientras que en las localidades más urbanizadas la proporción llega a 22.5 por ciento. Lo anterior, podría deberse a que en áreas urbanas la jefatura femenina se vincula más a situaciones de separación y divorcio, mientras que en áreas rurales se relaciona principalmente con la viudez y la migración.
Señoras y señores: A lo largo de esta conferencia de prensa he presentado sólo algunos de los principales resultados que ofrece el Censo del año 2000. Estos nos permiten establecer un primer diagnóstico de las condiciones demográficas, sociales y económicas en que se encuentra nuestro país a inicios de este siglo: •
Somos una nación conformada, en su mayoría, por jóvenes, donde 50% de la población tiene menos de 22 años de edad, y transitamos de manera paulatina hacia una población concentrada en edades económicamente activas, que debe constituirse en el pilar del desarrollo presente y futuro.
•
La dinámica demográfica se caracteriza, principalmente, por una fecundidad en franco descenso y una mayor movilidad territorial de la población. Hoy los mexicanos migramos con mayor intensidad, tanto al interior de la República Mexicana como hacia otros países.
39
•
El perfil educativo de la población ha mejorado como resultado básicamente de la mayor atención que se le ha proporcionado a las regiones con mayor rezago.
•
El 96% de la población tiene acceso a los servicios de salud existentes, tanto públicos como privados.
•
México es un país plural con una importante presencia de grupos minoritarios: 2.2 millones de discapacitados, 7.6 millones de indígenas, 10 millones de personas no católicas y 4.7 millones de mujeres jefas de hogar, entre otros. La sociedad debe fomentar su pleno desarrollo e integración mediante el fortalecimiento de valores orientados a la convivencia y a la colaboración solidaria.
•
La dispersión geográfica en que vive una parte de la población mexicana constituye uno de los principales obstáculos para que ésta pueda acceder a mejores condiciones de bienestar.
Como ustedes han podido apreciar, el Censo permite identificar con toda claridad las fortalezas y las áreas de oportunidad que se nos presentan como nación ante los retos que impone una sociedad en continua transformación. Según está considerado en el Programa Editorial del Censo año 2000, durante el primer trimestre del próximo año concluiremos la entrega de los resultados censales con información a niveles geográficos muy detallados, como son grupos de manzanas y colonias. Esta información microregional se presentará en sistemas electrónicos referenciados geográficamente, que serán de gran utilidad para el diseño de estrategias y la instrumentación de programas por parte de los distintos sectores de la sociedad.
XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
40
Estoy convencido de que la información que genera el INEGI contribuye no sólo al crecimiento económico sustentable y al desarrollo social, sino que de manera destacada lo hace a la democracia y al funcionamiento de un buen gobierno. Es por ello que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática tiene como objetivo fundamental reflejar la realidad del país y de sus regiones, a través de los diferentes proyectos con estricto apego a principios éticos y ajenos a intereses distintos de los estrictamente estadísticos. Muchas gracias.
41
Anexo estadístico y gráfico*
XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
*Los porcentajes de las distribuciones no suman 100% debido a los no especificados.
Gráfica I.1.1
Distribución de la población por grupos quinquenales de edad y sexo, 1970, 1990 y 2000 1970 65 y más 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4
1.9 1.0 1.1 1.3 1.7 2.0 2.7 2.7
1.8 0.9 1.0 1.2 1.7 2.0 2.6 2.7
3.5
3.3
4.4
4.0
5.3
5.2
6.5
6.8
7.9 8.3
8.2 8.6
10.0
8.0
6.0
4.0
2.0
0.0 %
2.0
4.0
6.0
8.0
10.0
8.0
10.0
8.0
10.0
1990 65 y más 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4
10.0
0.9 1.1 1.4 1.8 2.1 2.7 3.2 3.8
Fuente:
3.5 4.1 5.0
4.6
6.0 6.3 6.4 6.2
5.9 6.4 6.6 6.4
8.0
6.0
4.0
2.0
0.0 %
2.0
4.0
6.0
2000
65 y más 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4
10.0
2.2 1.0 1.2 1.5 1.9 2.2 2.9
1.9
1 2.7 1.2 1.4 1.8 2.2 2.8
2.3 1.1 1.3 1.7 2.0 2.6 3.1 3.5 4.0 4.4 5.1 5.7 5.9 5.7
8.0
6.0
4.0
2.0
3.5 3.9 4.5 5.0 5.3 5.5 5.8 5.5
0.0 %
2.0
4.0
INEGI.
44 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
6.0
Gráfica I.1.2
Razón de dependencia a nivel nacional
120.0
100.0
99.7
80.0
74.7 64.4
60.0
40.0
20.0
0.0
1970
1990 Años
Fuente:
INEGI.
45
2000
Gráfica I.1.3
Razón de dependencia por entidad federativa, 2000
1990 Guerrero Oaxaca Chiapas Zacatecas Michoacán San Luis Potosí Guanajuato Puebla Durango Hidalgo Aguascalientes Nayarit Querétaro Tlaxcala Tabasco Veracruz Jalisco Morelos Sinaloa Campeche Yucatán Colima Sonora Chihuahua Coahuila Quintana Roo Estado de México Baja California Tamaulipas Baja California Sur Nuevo León Distrito Federal
79.8 78.7 76.2 74.7 74.5 73.6 73.6 72.6 71.3 70.1 69.8 68.6 68.2 68.1 65.9 65.7 65.4 64.8 64.2 63.7 63.7 63.5 60.7 60.7 60.4 59.7 59.4 58.7 58.5 55.6 53.7 48.1 30
40
50
60
70
80
Nacional 64.4 Fuente:
INEGI.
46 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
89.9 90.2 90.4 88.3 86.3 84.4 85.4 85.0 82.3 84.5 80.6 81.6 83.4 83.2 82.8 74.8 78.1 72.7 74.4 78.4 88.3 75.0 66.9 65.9 68.6 74.2 70.7 62.3 65.5 67.4 61.8 54.8
Grรกfica I.2.1
Promedio de hijos nacidos vivos por grupos de edad de las mujeres, 1990 y 2000
6.0 5.0 4.0 3.0 2.0 1.0 0.0
15-19
20-24
25-29
30-34
35-39
40-44
Grupos de edad 1990 Fuente:
INEGI.
47
2000
45-49
Gráfica I.2.2
Promedio de hijos nacidos vivos por grupos de edad de las mujeres, según tamaño de localidad, 2000
7.0 6.0 5.0 4.0 3.0 2.0 1.0 0.0
15-19
20-24
25-29
30-34
35-39 40-44
Grupos de edad Urbanas
Rurales
Fuente:
INEGI.
48 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
45-49
Gráfica I.3.1
Población que reside en una entidad federativa diferente a la de su nacimiento, 1970, 1990 y 2000 (Porcentaje) 20.0
18.5 17.2 15.0
14.5
10.0
5.0
0.0
1970
1990 Años
Fuentes:
INEGI.
49
2000
Gráfica I.3.2
Saldo neto migratorio por entidad federativa, 1990 y 2000 (Porcentajes respecto a la población residente actual) 1990 Quintana Roo Baja California Estado de México Baja California Sur Morelos Nuevo León Colima Chihuahua Tamaulipas Campeche Querétaro Aguascalientes Sonora Jalisco Tabasco -2.9 Tlaxcala -4.4 Coahuila -5.4 Chiapas -5.9 Nayarit -6.0 Guanajuato -6.8 Sinaloa -7.0 Puebla -9.3 Yucatán -10.1 Veracruz -10.3 Hidalgo -14.1 Michoacán -15.2 Guerrero -15.8 San Luis Potosí -16.0 Oaxaca -19.4 Durango -21.5 Zacatecas -30.5 Distrito Federal -33.2 -50 -30 -10
51.6 41.4 36.1
53.9 40.9 34.0 23.1 18.2 16.2 12.6 6.7 9.1 9.4 1.5 4.1 7.1 0.6 -1.4 -9.1 -4.4 -3.9 -5.2 -10.2 -2.7 -9.4 -9.8 -4.7 -18.0 -17.1 -15.2 -17.8 -17.6 -18.8 -33.7 -14.2
24.2 19.0 16.4 12.6 Receptoras 11.8 10.5 8.7 7.9 7.4 6.0 1.2
Expulsoras
10 30 Porcentaje
50
70
Nota: Excluye a la población nacida en otro país y a la que no especificó su lugar de nacimiento. Fuente:
INEGI.
50 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Mapa I.3.1
Saldo neto migratorio, categoría migratoria de las entidades federativas, 2000
Migración acumulada Fuerte expulsión Débil expulsión Equilibrio Débil atracción Fuerte atracción
Migración reciente Fuerte expulsión Débil expulsión Equilibrio Débil atracción Fuerte atracción
51
Gráfica I.3.3
Índice de masculinidad* de los inmigrantes por entidad federativa, 2000 (Migración reciente) 119.5 109.1 108.5 108.0 103.9 102.3 102.2 101.5 101.3 101.2 100.9 99.5 99.1 98.7 98.1 98.1 97.9 97.6 96.9 96.1 96.0 95.8 95.5 94.0 91.5 90.2 90.0 89.8 89.3 88.7 88.5
Chihuahua Baja California Sur Quintana Roo Coahuila Nayarit Chiapas Yucatán Guerrero Sonora Baja California Michoacán Tabasco Sinaloa Zacatecas Tamaulipas Oaxaca Jalisco Campeche Colima Guanajuato San Luis Potosí Veracruz Nuevo León Durango Estado de México Tlaxcala Querétaro Aguascalientes Morelos Puebla Hidalgo Distrito Federal
75.3 0.0
40.0
80.0 Nacional 94.5
*
Relación entre el número de hombres y el de mujeres por 100.
Fuente:
INEGI.
52 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
120.0
Gráfica I.3.4
Distribución de la población migrante, según causas de la emigración*, 2000 (Porcentaje) 35.0 31.5 29.5
30.0 25.2
24.9
25.0
20.2
20.0
19.0
13.9 13.6 14.2
15.0
10.0 7.0 7.0 6.9 5.0
0.0 Laborales
Familiares
Total Hombres
Estudios, salud, violencia o inseguridad
Otra causa
Causas
Mujeres *
La muestra censal reportó un porcentaje elevado de “no especificado”, 29.9%, debido a que los entrevistados no pudieron especificar una sola causa.
Fuente:
INEGI.
53
Gráfica I.3.5
Migrantes intermunicipales recientes por entidad federativa, 2000 (Porcentaje)
Nuevo León Distrito Federal Estado de México Jalisco Veracruz Colima Morelos Sonora Tamaulipas Oaxaca Zacatecas Baja California Sur Quintana Roo Coahuila Tabasco Tlaxcala Chihuahua Nayarit Chiapas Campeche Hidalgo Guerrero Sinaloa San Luis Potosí Michoacán Yucatán Durango Puebla Aguascalientes Querétaro Guanajuato Baja California
6.7 5.9 4.9 4.5 4.3 4.0 3.7 3.3 2.9 2.8 2.8 2.8 2.8
0.0
2.7 2.4 2.3 2.3 2.2 2.2 2.1 2.0 1.9 1.8 1.8 1.8 1.7 1.5 1.3 1.1 1.1 1.0 0.9 2.0
4.0
6.0
Nacional 3.3
Fuente:
INEGI.
54 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
8.0
Gráfica I.3.6
Distribución porcentual de las principales entidades de origen de la migración internacional, 2000
Jalisco 10.6% Resto 24.3% Michoacán 10.0%
Chihuahua 3.1%
Guanajuato 9.8%
Oaxaca 3.4% Hidalgo 3.7% San Luis Potosí 3.8% Zacatecas 4.0% Puebla
Estado de México 8.3%
Distrito Federal 5.3% Guerrero Veracruz 4.3% 4.9% 4.5%
Fuente:
INEGI.
55
Gráfica II.1.1
Población de 12 años y más por estado conyugal, 1990 y 2000 (Porcentaje) 50.0 45.8
40.0
44.5
40.6 36.9
30.0
20.0
10.4
10.0
8.1
7.4 5.6
0.0 Soltera
Casada
En unión libre
Estado conyugal 1990
Fuente:
2000
INEGI.
56 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Separada, divorciada y viuda
Gráfica II.1.2
Población de 12 años y más por estado conyugal y sexo, 2000 (Porcentaje) 50.0 45.7 43.4 40.0
39.7 34.4
30.0
20.0
10.0
11.9
10.5
10.2
4.0 0.0 Hombres Soltera Casada En unión libre Separada o viuda
Fuente:
INEGI.
57
Mujeres
Gráfica II.1.3
Población de 12 años y más por tamaño de la localidad, según estado conyugal, 2000 (Porcentaje) 50.0 45.2
44.8
44.2
44.3
40.0 36.5
36.6
37.4
36.5
30.0
20.0
12.2
10.9
10.0
Menos de 2 500 Soltera
8.1
7.7
6.9
0.0
10.1
De 2 500 a 14 999
De 1 500 a 99 999
Casada Separada, divorciada y viuda INEGI.
58 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
De 100 000 y más
Tamaño de la localidad
En unión libre
Fuente:
9.4 8.8
Gráfica II.2.1
Población de 6 a 14 años que sabe leer y escribir por entidad federativa, 2000 (Porcentaje) 92.9 92.5 92.2 92.1 91.0 90.5 89.8 89.5 89.1 89.0 89.0 88.8 88.6 88.3 88.2 87.9 87.4 87.4 87.3 87.1 86.6 85.7 85.5 85.4 85.3 85.1 84.9 84.6
Distrito Federal Estado de México Nuevo León Aguascalientes Coahuila Chihuahua Jalisco Baja California Sur Baja California Nayarit Tamaulipas Tlaxcala Durango Sinaloa Zacatecas Hidalgo Morelos Sonora Colima Querétaro Quintana Roo Yucatán Puebla San Luis Potosí Guanajuato Michoacán Campeche Tabasco Veracruz Oaxaca Guerrero Chiapas
81.7 81.1
70.0
78.1 76.7 75.0 80.0
85.0 Nacional 87.2
Fuente:
INEGI.
59
90.0
95.0
100.0
Gráfica II.2.2
Población de 6 a 14 años que no sabe leer y escribir por tamaño de la localidad y sexo, 2000 (Porcentaje) 25.0
20.0
20.5 19.7 18.9
15.0 13.8 13.3
12.8 10.5
11.1
10.0
9.9 7.7 8.1 7.4
5.0
0.0
Menos de 2 500 hab.
De 2 500 a 14 999 hab.
De 15 000 a 99 999 hab.
Tamaño de la localidad Total Hombres Mujeres Fuente:
INEGI.
60 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
De 100 000 y más hab.
Gráfica II.2.3
Tasa de alfabetismo de la población de 15 años y más por entidad federativa, 2000 1990 Distrito Federal Nuevo León Baja California Coahuila Baja California Sur Sonora Chihuahua Durango Aguascalientes Tamaulipas Estado de México Jalisco Quintana Roo Colima Sinaloa Tlaxcala Zacatecas Nayarit Morelos Tabasco Querétaro San Luis Potosí Campeche Guanajuato Yucatán Michoacán Puebla Veracruz Hidalgo Guerrero Oaxaca Chiapas
96.9 96.6 96.0 95.9 95.8 95.4 95.1 95.0 94.8 94.6 93.4 93.3 92.7 92.7 92.1 92.0 91.7 90.9 90.4 89.8 89.7 88.8 88.4 87.5 87.4 85.9 85.3 84.7 84.5
70
75
78.8 78.2 76.4 80
85
90 Nacional 90.3
Fuente:
INEGI.
61
95
100
95.9 95.2 95.1 94.4 94.2 94.1 93.7 92.9 92.8 93.0 90.8 91.0 87.4 90.6 89.9 88.8 90.0 88.3 88.0 87.1 84.4 84.9 84.4 83.2 84.0 82.4 80.6 81.6 79.1 73.0 72.3 69.6
Gráfica II.2.4
Población de 6 a 14 años que asiste a la escuela, 1970, 1990 y 2000 (Porcentaje) 100.0 92.1 90.0
85.8
80.0 70.0
64.4
60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0
1970
1990 Años
Fuente:
INEGI.
62 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
2000
Gráfica II.2.5
Población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela por tamaño de la localidad y sexo, 2000 (Porcentaje) 14.0
12.1
12.0 11.3
10.5 10.0 9.1 8.7 8.2
8.0
6.6 6.5 6.7 6.0 4.2 4.3 4.2
4.0
2.0
0.0 Menos de 2 500 hab.
De 2 500 a 14 999 hab.
De 15 000 a 99 999 hab.
Tamaño de la localidad Total Hombres Mujeres Fuente:
INEGI.
63
De 100 000 y más hab.
Gráfica II.2.6
Población de 6 a 14 años que asiste a la escuela por entidad federativa, 2000 (Porcentaje) 96.6 95.8 94.8 94.6 94.5 94.4 94.1 94.0 93.6 93.5 93.5 93.4 93.4 93.1 92.9 92.8 92.7 92.4 92.4 92.3 92.2 92.0 91.9 91.7 90.4 90.2
Distrito Federal Nuevo León Sonora Baja California Sur Estado de México Coahuila Hidalgo Nayarit Tamaulipas San Luis Potosí Quintana Roo Yucatán Tlaxcala Campeche Aguascalientes Sinaloa Tabasco Baja California Querétaro Durango Chihuahua Colima Morelos Jalisco Veracruz Zacatecas Oaxaca Puebla Guanajuato Guerrero Michoacán Chiapas
95.1 92.7 91.5 90.7 90.8 89.8 86.7 86.6 88.8 86.8 84.5 84.2 91.2 83.4 86.8 86.2 86.0 89.9 85.8 85.4 87.3 86.7 88.9 86.5 82.3 82.7 81.1 82.5 81.6 80.0 78.0 71.3
90.1 89.9 89.6 89.2 88.4 80
84.4 85
90
95 Nacional 92.1
Fuente:
1990
INEGI.
64 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
100
Gráfica II.2.7
Causas de abandono escolar de la población de 7 a 29 años por grupos quinquenales de edad, 2000 (Porcentaje) 60.0
52.1
50.0 45.0
40.0
37.4
37.0
36.2
35.2
30.0
27.9
26.7 24.5
22.3
22.4 20.6
19.8
20.0
19.2
17.3
18.6
12.3
10.0
7.8 5.4
4.4 2.3
2.1
0.0
0.4
7-9 años
10-14 años
15-19 años 20-24 años Grupos de edad
Personal Económica Ausencia de escuela Terminó sus estudios Otra o no especificado Fuente:
INEGI.
65
1.6
1.5
25-29 años
Gráfica II.2.8
Promedio de escolaridad de la población de 15 años y más, según sexo, 1970, 1990 y 2000 (Porcentaje)
8.0
7.8
7.6
7.3 6.9
6.6
6.3
6.0
4.0
3.7 3.4
3.1
2.0
0.0 Total
Hombres
1970 1990 2000
Fuente:
INEGI.
66 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Mujeres
Gráfica II.2.9
Promedio de escolaridad de la población de 15 años y más por entidad federativa, 1990 y 2000 (Años cursados) 1990 9.7
Distrito Federal Nuevo León Coahuila Baja California Sur Sonora Baja California Estado de México Tamaulipas Quintana Roo Aguascalientes Chihuahua Morelos Querétaro Tlaxcala Colima Sinaloa Jalisco Durango Nayarit Campeche Tabasco San Luis Potosí Yucatán Puebla Hidalgo Veracruz Zacatecas Guanajuato Michoacán Guerrero Oaxaca Chiapas
8.9 8.5 8.4 8.2 8.2 8.2 8.1 7.9 7.9 7.8 7.8 7.7 7.7 7.7 7.6 7.6 7.4 7.3 7.2 7.2 7.0 6.9 6.9 6.7 6.6 6.5 6.4 6.4 6.3 5.8 5.6 5
6
7
8 Nacional 7.6
Fuente:
INEGI.
67
9
10
8.8 8.0 7.3 7.5 7.4 7.7 7.1 7.1 6.5 6.8 6.9 6.8 6.2 6.5 6.7 6.8 6.6 6.3 6.2 5.9 6.0 5.9 5.8 5.7 5.6 5.5 5.4 5.4 5.4 5.2 4.6 4.3
Gráfica II.3.1
Población con derecho a servicio médico en alguna institución de seguridad social por entidad federativa, 2000 (Porcentaje) 69.8 66.7
Coahuila Nuevo León Chihuahua Baja California Sur Sonora Baja California Aguascalientes Sinaloa Tamaulipas Distrito Federal Durango Colima Quintana Roo Yucatán Querétaro Jalisco Estado de México Campeche San Luis Potosí Nayarit Morelos Guanajuato Zacatecas Veracruz Tlaxcala Tabasco Hidalgo Michoacán Puebla Oaxaca Guerrero Chiapas
58.4 57.9 57.8 54.7 54.6 52.1 52.1 52.0 50.1 47.9 46.7 45.7 45.7 44.9 42.2 41.4 37.9 37.5 34.6 34.2
0.0
10.0
31.8 30.8 30.2 29.5 28.6 26.2 25.3 21.8 21.2 16.9 20.0 30.0 40.0
50.0
60.0
Nacional 40.8%
Fuente:
INEGI.
68 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
70.0
80.0
Gráfica II.3.2
Población con derecho a servicios médicos en alguna institución de seguridad social por grupos de edad, 2000 (Porcentaje)
50.0
47.9 45.3
40.0
37.2
36.6
30.0
20.0
10.0
0.0
De 0 a 14 años
De 15 a 24 años
De 25 a 64 años
Grupos de edad
Fuente:
INEGI.
69
De 65 años y más
Gráfica II.3.3
Distribución de la población, según institución a la que acude cuando está enferma, 2000 (Porcentaje) 40.0 35.6 35.0
33.0
30.0 27.7 25.0
20.0
15.0
10.0
5.0
0.0 IMSS, ISSSTE, PEMEX, Defensa y Marina
Privada
SSA, IMSS-Solidaridad u otra institución pública
Tipo de institución
Fuente:
INEGI.
70 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Gráfica II.4.1
Población discapacitada, según tipo de discapacidad, 2000 (Porcentaje) 50.0 45.0
44.9
40.0 35.0 30.0
28.6
25.0 20.0 16.5 14.6
15.0 10.0
4.5
5.0
0.7 0.0 Motriz
Visual
Auditiva
Mental Del lenguaje Otra
Tipo de discapacidad
Fuente:
INEGI.
71
Gráfica II.4.2
Población discapacitada, según causa, 2000 (Porcentaje) 35.0 31.6 30.0
25.0 22.7 19.4
20.0
17.7 15.0
10.0
5.0 1.9 0.0 Enfermedad
Edad avanzada
Nacimiento
Accidente
Causas de discapacidad
Fuente:
INEGI.
72 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Otra causa
Gráfica II.4.3
Población discapacitada por grupos de edad, según causa, 2000 (Porcentaje)
44.0
45.0 40.0 35.0 30.0
30.0 25.0 20.0 15.0
13.6 11.5
10.0 5.0 0.0
De 0 a 14 años
De 15 a 29 años
De 30 a 59 años
60 años y más
Grupos de edad
Fuente:
Nacimiento
Accidente
Enfermedad
Edad avanzada
INEGI.
73
Otra causa
Gráfica III.1.1
Población hablante de lengua indígena, 1970, 1990 y 2000 (Millones de personas) 7 6.3 6 5.3 5
4
3
3.1
2
1
0 1970
1990
2000
Años
Fuente:
INEGI.
74 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Gráfica III.1.2
Población hablante de lengua indígena por entidades federativas seleccionadas, 1990 y 2000 (Porcentaje) 1990 Yucatán
37.8
44.2
Oaxaca
37.4
39.1
Chiapas
26.8
Quintana Roo
22.9
Hidalgo
17.9
32.2 19.5
Guerrero
13.8
13.4
Puebla
13.2
14.1
San Luis Potosí
10.5
11.9
Veracruz
10.1
10.7
Michoacán
3.6
3.5
Estado de México
3.5
3.7
Distrito Federal
1.5
2.2 0.0 5.0
Fuente:
26.4
10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 40.0
INEGI.
75
Gráfica III.1.3
Población hablante de lengua indígena por tamaño de la localidad, 1990 y 2000 (Porcentaje)
70.0
66.7 59.8
60.0
50.0
40.0
30.0
20.0
18.5
20.1 13.2
10.0 5.9
7.0
8.9
0.0 Menos de 2 500 hab.
De 2 500 a 14 999 hab.
De 15 000 a 99 999 hab.
Tamaño de la localidad 1990 Fuente:
2000
INEGI.
76 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
De 100 000 y más hab.
Gráfica III.1.4
Población hablante de alguna lengua indígena que es monolingüe, por entidad federativa, 2000 (Porcentaje) 37.9
Chiapas 32.1
Guerrero 19.8
Oaxaca Puebla
15.7
Hidalgo
15.3 13.4
Veracruz San Luis Potosí
9.6
Yucatán
9.5
Michoacán
9.1
Resto de las entidades
5.9
Quintana Roo
5.6
Estado de México
1.2
Distrito Federal
0.5 0.0
Fuente:
5.0
10.0
INEGI.
77
15.0
20.0
25.0
30.0
35.0
40.0
Gráfica III.1.5
Población de cinco años y más, según condición de pertenencia étnica y de habla de una lengua indígena, 2000
No habla lengua indígena 21.0%
No especificado 2.6%
Se considera indígena 6.1%
Habla lengua indígena 79.0%
Habla lengua indígena 2.5% No especificado 0.1%
No se considera indígena 91.3%
No habla lengua indígena 97.4%
Fuente:
INEGI.
78 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Gráfica III.2.1
Población de 5 años y más, según religión, 1970, 1990 y 2000 (Porcentaje) 100.0 90.0
96.2 89.7 88.2
80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0
4.9 5.2 Católicos
3.2 3.5
1.8
1.6
Protestantes y evangélicos
Sin religión
2.5 0.4 1.5 Otras religiones
Religiones 1970
Fuente:
1990
INEGI.
79
2000
Gráfica III.2.2
Población de 5 años y más por religión, según tamaño de localidad, 2000 (Porcentaje) 90.0
89.2
89.0
88.8 85.7
80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0
6.2 2.7
0.0
Fuente:
4.8
Menos de 2 500 hab.
5.1
2.3 3.3
4.9
4.8
2.6 3.0
De 2 500 hasta De 15 000 hasta 14 999 hab. 99 999 hab. Tamaño de la localidad
Más de 100 000 hab.
Católicos
Otras religiones
Protestantes y evangélicos
Sin religión
INEGI.
80 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
2.5 3.0
Gr谩fica IV.1.1
Poblaci贸n ocupada por sector de actividad econ贸mica, 1990 y 2000 (Porcentaje) 60.0
53.8 50.0
46.1 40.0
30.0
27.9
27.7
22.6 20.0
16.1 10.0
0.0 Primario
Secundario Sector de actividad
2000 1900
Fuente:
INEGI.
81
Terciario
Gráfica IV.1.2
Tasas de participación económica total y por sexo, 1990 y 2000 (Porcentaje) 80.0 71.5 68.0
70.0
60.0 50.5 50.0 43.0 40.0 31.3 30.0 19.6
20.0
10.0
0.0
Total
Hombres Sexo
1990 2000
Nota: Porcentaje que representa la PEA respecto a la población de 12 años y más. Fuente:
INEGI.
82 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Mujeres
Gráfica IV.1.3
Población asalariada, según prestaciones laborales percibidas, 2000 (Porcentaje)
Aguinaldo
T i p o
53.1
Servicio médico
d e p r e s t a c i ó n
60.0
50.4
Vacaciones
Ahorro para el retiro
41.2
No reciben prestaciones
32.2
Reparto de utilidades
29.2
0.0
Fuente:
10.0
INEGI.
83
20.0
30.0
40.0
50.0
60.0
70.0
Gráfica IV.1.4
Población ocupada que labora en un municipio o entidad diferente al de su residencia, 2000 (Porcentaje) Distrito Federal Estado de México Nuevo León Tlaxcala Morelos Jalisco Hidalgo Colima Veracruz Yucatán Coahuila Zacatecas Tabasco Oaxaca San Luis Potosí Tamaulipas Durango Puebla Aguascalientes Querétaro Nayarit Guanajuato Baja California Michoacán Sonora Campeche Chiapas Chihuahua Guerrero Sinaloa Quintana Roo Baja California Sur
48.0 44.1 34.0 32.3 20.8 16.6 15.4 14.0 13.1 12.9 11.4 10.7 10.5 9.8 9.5 9.2 9.0 8.9 8.1 7.6 6.9 6.9 6.6 5.4 5.1 4.9 4.7 4.2 4.0 4.0 2.3 2.1 0.0 10.0 20.0
30.0
Nacional 19.0%
Fuente:
INEGI.
84 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
40.0
50.0
Gráfica IV.2.1
Distribución de la población ocupada, según ingresos por trabajo, 1990 y 2000 (Porcentaje) 60.0
56.0
50.0
42.7
42.0 40.0
32.5 30.0
20.0
10.0
0.0
10.1 7.2
4.3 5.2
Sin remuneración
Hasta 2 S.M.
2 ó más
Ingresos 1990 2000
Fuente:
INEGI.
85
No especificado
Gráfica V.1.1
Viviendas particulares habitadas, 1970, 1990 y 2000 (Millones) 25.0 21.9 20.0
16.0 15.0
10.0 8.3
5.0
0.0 1970
1990
2000
Años
Fuente:
INEGI.
86 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Gráfica V.1.2
Viviendas, según número de dormitorios*, 1990 y 2000 (Porcentaje) 45.0 40.8 40.0 36.0 35.0
37.2 34.7
30.0 25.0 19.9
20.0
17.8
15.0 10.0 4.6
5.0
5.0 1.6
1.5
0.0 Uno
Dos
Tres Cuatro Número de dormitorios
1990 2000
* Cuarto de la vivienda que se usa principalmente para dormir. Fuente:
INEGI.
87
Cinco y más
Gráfica V.1.3
Viviendas, según material predominante en pisos, 1990 y 2000 (Porcentaje) 60.0 53.5
55.3
50.0
40.0 30.6
30.0
26.9 19.6
20.0
13.4 10.0
0.0
Tierra
Cemento o firme Material
1990 2000
Fuente:
INEGI.
88 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Madera, mosaico y recubrimientos
Gráfica V.1.4
Viviendas con piso de tierra por entidad federativa, 1990 y 2000 (Porcentaje) 1990 Oaxaca Chiapas Guerrero Veracruz Puebla San Luis Potosí Hidalgo Michoacán Morelos Sinaloa Tabasco Nayarit Campeche Sonora Durango Colima Baja California Sur Quintana Roo Guanajuato Zacatecas Querétaro Tamaulipas Tlaxcala Jalisco Estado de México Chihuahua Yucatán Baja California Coahuila Aguascalientes Nuevo León Distrito Federal 0.0
39.5 38.6 36.5 26.1 21.7 21.5 18.4 18.4 14.0 13.8 13.2 13.2 12.7 11.8 11.7 11.1 10.4 10.4 9.9 9.8 9.4 8.9 8.5 6.9 6.6 6.5 5.9 4.5 4.4 3.7 3.4 1.2 5.0
10.0
15.0
Nacional 13.4%
Fuente:
INEGI.
89
20.0
25.0
30.0
35.0
40.0
51.4 48.7 46.9 33.2 28.8 28.5 29.3 27.3 20.1 22.8 13.5 20.8 22.8 17.5 18.9 19.6 13.5 21.2 15.8 16.1 15.6 12.9 14.2 12.1 11.9 9.0 17.4 7.8 8.1 6.0 6.0 2.1
Gráfica V.1.5
Viviendas, según disponibilidad de servicios, 1970, 1990 y 2000 (Porcentaje) 100.0
94.6 88.5
90.0
87.5
79.4
80.0
77.6
70.0 60.0
63.6
61.0
58.9
50.0 41.5 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0 Dispone de agua entubada*
Dispone de drenaje
Dispone de energía eléctrica
1970 1990 2000
* Incluye agua entubada en el ámbito de la vivienda y por acarreo. Fuente:
INEGI.
90 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Gráfica V.1.6
Viviendas habitadas con agua entubada en su ámbito por entidad federativa, 1990 y 2000 (Porcentaje) 1990 97.2 96.7 94.5 93.7 93.7 91.4 91.4 91.0 90.5 90.2 90.2 90.1 89.9 89.9 89.7 89.0 87.7 87.7 87.5 87.2 85.5 84.7 83.5 80.2 79.9 77.8 75.6
Distrito Federal Aguascalientes Colima Coahuila Nuevo León Sonora Quintana Roo Chihuahua Durango Baja California Tlaxcala Tamaulipas Estado de México Yucatán Jalisco Guanajuato Nayarit Baja California Sur Querétaro Sinaloa Morelos Michoacán Zacatecas Campeche Hidalgo Puebla San Luis Potosí Tabasco Veracruz Chiapas Oaxaca Guerrero
68.3 66.9 66.9 65.5 59.3 0.0
20.0
40.0
60.0
80.0
100.0
Nacional 84.8
Fuente:
INEGI.
91
95.0 94.8 91.0 89.6 87.8 89.2 80.3 86.0 83.2 79.2 87.8 79.0 83.0 70.3 84.5 80.7 80.3 86.9 78.2 77.7 85.7 74.5 73.2 67.2 64.4 67.0 63.4 56.7 56.5 53.2 51.3 51.4
Gráfica V.1.7
Viviendas, según frecuencia de recepción de agua, 2000 (Porcentaje)
79.3
80.0
70.0
60.0
50.0
40.0
30.0
20.0 11.2 10.0 3.8
2.8
Dos veces por semana
De vez en cuando
2.2
0.0 Diariamente
Cada tercer día
Frecuencia de recepción
Fuente:
INEGI.
92 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Una vez por semana
Gráfica V.1.8
Viviendas que disponen de drenaje, según tipo de conexión, 2000 (Porcentaje) 90.0 81.0 80.0
70.0
60.0
50.0
40.0
30.0
20.0 15.0 10.0 2.4
1.6
Con desagüe a barranca o grieta
Con desagüe a río, lago o mar
0.0 Conectado a la red pública
Conectado a una fosa séptica
Tipo de conexión
Fuente:
INEGI.
93
Gráfica V.1.9
Viviendas que disponen de drenaje, por entidad federativa, 1990 y 2000 (Porcentaje) 1990 Distrito Federal Aguascalientes Colima Jalisco Nuevo León Tabasco Estado de México Chihuahua Quintana Roo Morelos Coahuila Baja California Tlaxcala Baja California Sur Sonora Nayarit Guanajuato Michoacán Tamaulipas Sinaloa Querétaro Durango Zacatecas Veracruz Hidalgo Campeche Puebla San Luis Potosí Chiapas Yucatán Guerrero Oaxaca
98.0 94.3 93.8 91.2 90.9 85.8 85.4 84.9 84.3 83.6 83.4 83.2 82.0 81.1 78.7 77.6 75.3 74.0 73.8 73.5 73.2 71.4 68.8 68.1
0.0
20.0
65.2 65.1 64.6 61.9 61.9 57.8 51.8 45.2 40.0 60.0 80.0
Nacional 77.6%
Fuente:
INEGI.
94 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
100.0
93.8 86.1 82.3 81.2 80.9 63.2 74.0 66.5 57.3 69.2 68.2 66.8 57.9 65.7 65.8 60.1 58.7 57.1 59.8 54.9 56.9 54.4 47.0 53.2 43.5 47.1 48.4 48.7 41.2 46.2 37.6 29.9
Gráfica V.1.10
Viviendas que usan como combustible para cocinar leña o carbón, por entidad federativa, 1990 y 2000 (Porcentaje) Oaxaca Chiapas Guerrero Yucatán Tabasco Veracruz Hidalgo Puebla Campeche San Luis Potosí Michoacán Quintana Roo Querétaro Durango Nayarit Tlaxcala Zacatecas Guanajuato Sinaloa Morelos Colima Chihuahua Estado de México Sonora Tamaulipas Jalisco Baja California Sur Coahuila Nuevo León Aguascalientes Baja California Distrito Federal
44.6 37.9 32.6 32.2 31.5 30.9 30.4 28.6 23.2 18.3 15.6 15.5 14.7 14.6 13.5 13.4 11.9 10.7 10.7 9.5 8.4 7.2 7.1 6.1 5.1 3.4 3.0 2.5 1.1 0.3 0.0
10.0
20.0
Nacional 17.5%
Fuente:
1990 55.5 54.8
INEGI.
95
30.0
40.0
50.0
64.4 60.9 48.2 37.1 30.8 34.6 42.8 38.5 31.9 38.8 27.5 27.0 25.4 18.6 13.2 22.4 17.9 19.2 13.4 11.7 9.4 12.8 11.3 8.8 9.6 8.4 8.1 4.6 4.7 4.6 1.6 0.5 60.0
Gráfica V.1.11
Viviendas, según forma de eliminación de la basura, 2000 (Porcentaje) 80.0
70.0
68.1
60.0
50.0
40.0
30.0 23.0 20.0
10.0 3.7
2.3
1.6
Barranca o grieta
Calle o baldío
0.0 Recolección a domicilio
Quema o entierro
Depósito público
Forma de eliminación
Fuente:
INEGI.
96 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
0.3 Río, lago o mar
Gráfica V.1.12
Viviendas con servicio de recolección de basura, según frecuencia de recolección, 2000 (Porcentaje) 35.0
30.0
29.2
24.8
25.0
21.0 20.0 16.6 15.0
10.0
5.0
3.8
3.3 1.2
0.0
Cada tercer Diariamente Dos veces día por semana
Una vez por semana
Frecuencia
Fuente:
INEGI.
97
Nunca
De vez en No cuando especificado
Gráfica V.1.13
Viviendas, según años de antigüedad de la construcción, 2000 (Porcentaje) 30.0
25.9 25.0
20.8 20.0 18.0
14.6
15.0
10.0
8.5
5.0
4.4
5.3
2.5
0.0 Menos de 1 año
De 1 a 5 años
De 6 a 10 años
De 11 a De 21 a 30 De 31 Más de 50 No 20 años años a 50 años años especificado
Años de antigüedad
Fuente:
INEGI.
98 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Mapa V.1.1
Promedio de a単os de construcci坦n de las viviendas por entidad federativa, 2000
A単os de antig端edad De 17.1 a 22 De 16.2 a 17 De 13.5 a 15.7 De 9.4 a 12.4
Fuente:
INEGI.
99
Gráfica V.1.14
Viviendas, según bienes de que disponen, 2000 (Porcentaje)
85.6
Televisión
84.7
Radio o radiograbadora
78.5
Licuadora
68.3
Refrigerador
B i e n e s
Lavadora
51.7 41.8
Calentador de agua
38.6
Videocasetera
36.2
Teléfono
Automóvil o camioneta
32.4
Computadora
9.3 0.0
Fuente:
10.0
20.0
30.0
40.0
50.0
INEGI.
100 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
60.0
70.0
80.0
90.0
Mapa V.1.2
Distribuci贸n porcentual de las viviendas que disponen de computadora, 2000
Porcentaje de viviendas 21.8 De 10.1 a 15.8 De 7.1 a 9.9 De 4.6 a 6.8 De 2.7 a 2.9
Fuente:
INEGI.
101
Gráfica V.2.1
Hogares, según tipo, 1990 y 2000 (Porcentaje) 80.0 74.5 68.7
70.0
60.0
50.0
40.0
30.0 23.9 19.5
20.0
10.0
0.0
4.9
Nucleares
Extensos
6.4
Unipersonales
Tipo de hogar 1900
2000
Nota: Hogares nucleares: Conviven el jefe del hogar y su cónyuge con o sin hijos, o bien los hijos con uno solo de los padres. Hogares extensos: Conviven padres e hijos y otras personas con o sin parentesco. Hogares unipersonales: Personas que viven solas. Fuente:
INEGI.
102 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
Gr谩fica V.2.2
Hogares y su poblaci贸n por sexo del jefe del hogar, 2000 (Porcentaje) 90.0
82.8 80.0
79.4
70.0
60.0
50.0
40.0
30.0
20.6
20.0
17.2
10.0
0.0 Hogares Jefe
Fuente:
Poblaci贸n Jefa
INEGI.
103
Gráfica V.2.3
Distribución de los hogares por grupos de edad y sexo del jefe del hogar, 2000 (Porcentaje)
G r u p o s d e e d a d
15-19 años
76.8
23.2
20-24 años
85.3
14.7
25-29 años
87.6
12.4
30-34 años
86.6
13.4
35-39 años
83.8
16.2
40-44 años
81.3
18.7
45-49 años
79.1
20.9
50-54 años
76.7
23.4
55-59 años
74.5
25.5
60-64 años
71.1
28.9
65 años y más
65.2
34.8
0.0
20.0
40.0 Jefe
Fuente:
60.0 Jefa
INEGI.
104 XII CENSO GENERAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, 2000
80.0
100.0
Esta publicación consta de 1 500 ejemplares y se terminó de imprimir en noviembre del 2000 en los talleres gráficos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática Av. Héroe de Nacozari Núm. 2301 Sur, Acceso 11, PB Fracc. Jardines del Parque, CP 20270 Aguascalientes, Ags. México