Las etapas de
Laura Hofstadter Por Ana de Blas
C
“ omo mujer mayor me siento cada vez más marginada e invisible”, respondía la fotógrafa estadounidense Laura Hofstadter a Blanco, Negro y Magenta (véase La Revista BNM nº2), a propósito de las vocaciones tardías de las mujeres en el mundo del arte. Entonces repasamos cómo en realidad, el término “tardía” viene a camuflar “en espera”, describiendo trayectorias de varias artistas con una pauta común: haber dedicado años centrales de la vida al cuidado de otros, hijos y mayores. También ella, “mientras se dedicó a formar una familia y a atender algunos problemas de salud graves durante
68
décadas, trató de hacer tiempo para la expresión artística”, como explica en su página web. En el caso de Laura Hofstadter, la llegada a la fotografía artística parece haber sido casual, pues su carrera era la de una mujer de ciencia. Nacida en 1951 en California, creció en el campus de Stanford donde su padre era profesor y ella misma se graduó en Biología. Allí descubrió “el mundo del cuarto oscuro fotográfico” en 1970, en el sótano de la galería de arte de su Universidad, y trabajó más de diez años en el Servicio de Noticias de su Centro Médico. Tras superar el
cáncer y criar a sus hijos, Hofstadter profundizó en su fotografía y continuó su formación, para después llegar a exponer en su país en centros como Photo Gallery, Rayko Gallery, la Universidad de Stanford y el Foothill College – cuyo premio a la excelencia fotográfica Mike Ivanitsky obtuvo en 2015–. Buena parte de las imágenes de Laura Hofstadter son “retratos”, huellas o sombras de objetos botánicos y otros elementos naturales, en busca de la expresividad de la geometría de las formas orgánicas.