“La institución -de algún modo el corazón del sistema del arte en nuestro país- se ha encontrado con la reacción inesperada desde las filas de las defensoras del reconocimiento de las mujeres en la cultura”.
Por Ana de Blas
T
ras las críticas de asociaciones de mujeres de las artes, historiadoras y docentes feministas e incluso medios internacionales –incluyendo el británico The Guardian–, el Museo del Prado anuncia en su web un ciclo de conferencias sobre “Invitadas”, varias de ellas a cargo de académicas e historiadoras del arte, y relanza para febrero el congreso internacional “Un siglo
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de estrellas fugaces”, sobre las mujeres en el arte español del siglo XIX. El director del Museo del Prado, Miguel Falomir, ya presentaba una nueva muestra cuando aún tenía que responder a las preguntas sobre la polémica generada con las “Invitadas”, exposición, como reza el subtítulo, de “fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (18331931)”. La institución –de algún modo el corazón del sistema del arte en nuestro país– se ha encontrado con la reacción inesperada desde las filas de las defensoras
del reconocimiento de las mujeres en la cultura. Estamos ante una “caja de Pandora”, como escribe Isabel Tejeda, profesora de Bellas Artes de Murcia y una de estas voces críticas. Abrir la caja de los vientos es siempre una oportunidad para entablar una discusión fructífera tras el temporal. “Uninvited guests” Un título sorprendente puede ser un gancho útil. Ahora bien, si exige demasiadas explicaciones, puede ocurrir que el anzuelo se de la vuelta y tire del cuello de