Burití

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MaĂ­ra das Neves



reciclaje de citas para imaginar una covivienda temporal de apoyo al arte migrante

buritĂ­ ensayo-collage

MaĂ­ra das Neves Barcelona, 2020







1. E n

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O tempo e o espaço entraram em crise, escapam-nos por todos os lados. Hoje a luta política fundamental, a ser levada em escala mundial, é a luta pela liberação do espaço e do tempo. Eduardo Viveiros de Castro

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Lo que recuerdo, tengo. Vengo viniendo de viejas alegrías. Toda la vida me ha gustado demasiado lo extranjero. Yo quería el mucho movimiento, horas nuevas. Todos, de algún modo, vivimos atravesados por esta continua activación del desplazamiento, ya sea desde el deseo, desde la amenaza o desde la obligación. Trabajo con ideas encontradas en el camino, con diálogos a medio construir, fragmentarios, escuchados al paso. Tolere usted mis malas inquisiciones en el contar. Es ignorancia. Yo no hablo esta lengua, casi. No sé contar bien. >

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Nos han hecho creer que somos libres, que tenemos capacidad para controlar nuestro destino y que con más o menos esfuerzo seremos capaces de conseguir aquello que nos propongamos. Estas ideas no solo no son ciertas, sino que son una fuente de frustración. ¿Por qué no podía quedarme allí, desde ya? ¿Por qué necesitaba tirar para adelante, y los compañeros, tras de suerte y muerte? Destino preso. El proceso de desmoronamiento y rearticulación que vivimos en el intenso primer quinquenio de este siglo, tuvo un paradójico resultado. Diez años después, observamos paradójicas regresiones: a la época neoliberal con sus formas salvajes de saqueo capitalista y desprecio por el valor del trabajo; al populismo de los años cincuenta; al autoritarismo militar de los sesenta y setenta; a las formas coloniales y machistas de reclutamiento y seducción de la gente del común. Una parte importante de la producción de arte contemporáneo reciente ha asumido la crítica social, cultural, económica y política como algunos de los ejes vertebradores de su práctica. Un arte que se mantiene explorando las tensiones contemporáneas es incómodo y produce desconfianza a las administraciones. Estas celebran el arte, pero no las fuentes de las que emana. Un giro abiertamente conservador, llevado a cabo tanto por las administraciones públicas como por las instituciones privadas. La paulatina desaparición de las humanidades en los planes de estudio. La negación del hecho cultural como algo común a todas las capas sociales y económicas.

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Tantos gobiernos en este proceso, siempre de espaldas a la mayoría de productores reales de cultura. La polarización entre una idea tradicionalista del arte, promovida desde los sectores conservadores, y otra de la izquierda ilustrada, que desconfía del arte acusándolo de expresión elitista dela cultura, ha salido buena parte de la actual desconfianza social respecto al arte contemporáneo. Esta desconfianza se ha acabado contagiando a una gran parte de la sociedad. Una sociedad que es incapaz de percibir excepto cuando una parte de ella, llena de frustración, exige el fin del arte por considerarlo el colmode la injusticia social y laboral en una situación de precariedad. Muchos medios han empezado campañas de desprestigio del tejido artístico aprovechando la actual crisis financiera, pidiendo literalmente el cierre de determinados centros y experiencias, y atacando duramente las condiciones laborales de muchos de los trabajadores culturales en un marco de recortes generalizados. Se trata de un populismo tosco y reaccionario, instigado desde la sombra por grupos y personas todavía perturbadas por ciertas derivas del arte contemporáneo, por posiciones de izquierda que mantienen una interpretación del arte como elitista, o por actitudes nacionalistas que esperan más patriotismo de los artistas locales. Últimamente es muy fácil encontrar comentarios en los diarios digitales que ponen a parir al arte contemporáneo y a los artistas. Cuando un diario saca una noticia sobre “la poca vergüenza” que supone el gasto público en un determinado proyecto artístico, el conjunto de comentarios de usuarios es abrumadoramente favorable a la cancelación del apoyo público a las artes.

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Se está produciendo una coyuntura especial entre medios, administración y público para condenar la práctica artística como si esta fuera una tomadura de pelo en un momento de recortes generales; como si ejercer el arte fuera especialmente insultante ante la precariedad de los mundos educativos o sanitarios. Decir que el rescate de un banco es más social que el rescate de la cultura, ahogada por poderosos enemigos que se jactan de no leer libros nunca – como el actual presidente – sólo puede interpretarse como el cinismo del que hace gala pública el neoliberalismo actual. > Si se desea interacción, fluidez, intercambio y complejidad – como muchos piden –, hay que reconocer a los creadores como articuladores de sinapsis social, cultural y también política. Hay que invertir en el tejido de base de la producción cultural, que a menudo es el auténtico vivero de la exploración de las realidades sociales y donde se constituyen muchas de las herramientas de construcción crítica de imaginarios. Asimilar el concepto de artista/creador a una empresa cultural es asimilar la creación al entretenimiento. La cultura como trabajo, en gran medida la vida se iguala a trabajo, cuando de pronto nos descubrimos neutralizados, pero siempre activos. Hablar de entrar y salir no es hablar de meras vidas en movimiento. La migración para los más pobres, la movilidad para los no tan pobres y la deslocalización para los ricos, son tres caras de como se ha intensificado y generalizado el carácter móvil de la vida.

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Una dinámica sustentada en la movilidad permanente, la economía de la visibilidad. Dentro de mí tengo yo un sueño, pero fuera de mí veo un sueño; un sueño he tenido. El fin de hambres. Eih, todos los árboles. He caminado hacia adelante. Mira tú, he dado un paso más al frente: todo era ahora posible. > Si miramos objetivamente la historia de Europa, casi toda ella es de vergüenza. Las llamamos barbaridades, pero son constantes de nuestra civilización. Todos los caminos de uno son resbalosos. Pero, también, caer no perjudica demás; ¡uno se levanta, uno sube, uno vuelve! ¿Resbala Dios? Mire y vea. ¿Tengo miedo? No. Estoy dando batalla. Una buena parte de los artistas considerados “potentes” viven o despliegan sus trabajos en el extranjero. Tienen tiempo, pero la agonía económica, laboral y demográfica de Europa les dice que no tienen futuro. Con su acción, lo que hacen es tomar este futuro negado en sus manos y compartirlo con los que están condenados a perder la vida. La otra cara de las fronteras de hoy, donde está naciendo la otra Europa: está en los cuerpos de los muchachos y las muchachas, con toda la vida por compartir. >

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Hemos de considerar el trabajo como una actividad central en la conformación de la estructura política porque, especialmente desde hace dos siglos, es el territorio fundamental de nuestras relaciones sociales. ¿Cómo liberamos tiempo de cada uno? Cautelas... Que no. Si yo fuese a tener cautela, cogía miedo, tan sólo al comenzar. El valor es materia de otras praxis. Entonces, el creer en los imposibles, solo. En temps com els d’ara, de vides precàries i exhaustes, es fa essencial pensar també en les formes de vida bona. I aquest no és un projecte fútil, és potser una de les qüestions clau; enfront de la fi d’un benestar que es va construir sobre el consum desbocat i l’explotació colonial, ara toca tornar a preparar el món per a una vida bona. Entrar y salir es aprender a acompañar la vida en su vaivén y a elaborar criterios para poder decidir cómo, cuándo y con quién comprometerse. La vida que, juntas, podemos imaginar. Si algún futuro tiene Europa, está en ellas y con ellas. La vida que, desafiando juntas la muerte administrada, nos atrevamos a imaginar. Imaginar no es dejar volar la fantasía de cualquier forma, sino generar ideas y sensaciones que abran el mapa de lo que es posible. Activación de estrategias estéticas para sobrevivir e imaginar maneras de ser dentro de mundos utópicos. Hemos de contribuir a superar la noción burguesa.

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La creciente atomización de la sociedad afecta también a la gestión de sus sentimientos. Cada vez se generan menos sentimientos comunitarios. A cambio predominan los sentimientos pasajeros y las pasiones transitorias como estados de un individuo aislado en sí mismo. No es ni fracaso ni cutre dormir en pisos compartidos. Lo que comúnmente denominaríamos fracaso no es otra cosa que la apuesta por una existencia genuina al margen de las lógicas imperantes. Una disidencia de la norma impuesta. Las comunidades son hoy comunidades de elección, y sus vínculos, frágiles y cambiantes, han sustituido el territorio como soporte relacional y afectivo. Son muy apropiadas para crear flujos de conocimiento entre ámbitos creativos. Entrar y salir no es, pues, conectar y desconectar. Es el estado precario, frágil pero atento, de una intermitencia insistente que desarrolla sus propios saberes, los acumula y los comparte a través de la experiencia, personal y común. No podemos hacernos cargo del planeta y sus habitantes, humanas y no humanas, sino tenemos percepción directa de nuestra vida juntas, que siempre es parcial y concreta. Sólo por ello es necesario cuidar y mantener la implicación cercana, la acción directa y los vínculos vivos. Sea en el barrio, en la esquina, o dentro de casa.

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2. E n

barce

lo

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Encara que al món hi hagi tanta tristesa, sempre el mot contents pot salvar algú amb una mica d’alegria. Uns quants ocells, per exemple. Mercè Rodoreda

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Travesías... Europa disciplina en el interior y condena a la muerte en el exterior. La naturaleza a la vez material y mental del sistema de dominación, que expropia y privatiza energías laborales, recursos y bosques, pero que también usurpa pensamientos, ideas y palabras. Las heridas más antiguas manan sangre. Y aquel situado lugar no desmentía ninguna tristeza. Barcelona es una ciudad de paso, pero tiene muchas pieles. Parece luminosa y diáfana, pero es compacta y está muy codificada. Hay contraseñas para entrar en cada sitio, en cada grupo, en cada barrio, en cada sector. Los que llegan a ciudad, desde los pueblos o desde otros países, las ven, las padecen, las aprenden y las hackean. La globalización se ha hecho real en esta ciudad no como red de gobiernos locales autónomos sino en forma de poblaciones flotantes, ricas y pobres, que llegan y se van, movidas por la explotación y la especulación. ¡Y llegamos! ¿Adónde? Una sociedad individualizada y al mismo tiempo precarizada. La precariedad es un plano de inmanencia sobre el que el capital articula estrategias de captura. La precarización es el intento permanente de apropiar, expropiar, capturar y subordinar las nuevas cualidades de la fuerza de trabajo postfordista. Somos gobernados a través de la precariedad.

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De hecho, llama la atención cómo la mayor parte del tiempo vivimos una ilusión de autoimposiciones constantes, sin proyectos comunes, en una vida que, en sus formas desechables, veloces y plagada de estímulo definiría como precaria. Nunca antes ha tenido tanto pobres formados, nunca tantos pobres entretenidos y con expectativa, tantos movilizados por el entusiasmo de una oportunidad histórica, tantos neutralizados por la precariedad y la parálisis de esa cruel esperanza. La dignidad tiene que ver con la percepción de un límite que si se traspasa destruye la comunidad. Se trata de reconocer al colonialismo como una estructura, un ethos y una cultura que se reproducen día a día en sus opresiones y silenciamientos, a pesar de los sucesivos intentos de transformación radical que pregonan las elites político/intelectuales. Lo que tenemos entonces son instituciones muertas-vivas. Pero es evidente que así no surge ni la cultura en general ni el arte en particular. La mirada de esta reestructuración no está puesta en potenciar el tejido creativo ni en facilitar que crezca algo inesperado, sino en un consumo cultural dirigido al consenso y entendido como entretenimiento de turistas o paseo familiar de fin de semana. El problema es reactivar la dimensión colectiva, solidaria, erótica del cuerpo cognitivo. Este es el problema principal de nuestro tiempo, reactivar la afectividad colectiva del cuerpo cognitivo. El problema es la fuerza del trabajo cognitivo, es decir, del trabajo que produce los efectos decisivos de la governance capitalista, producir una reactivación de este cuerpo cognitivo para sabotear, bloquear, destrozar y reprogramar la máquina global. Ese es el problema.

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Pérdida de vínculo social y ciudadano. No se ha contribuido a perfilar una ciudadanía participante y motivada, sino tan solo a convertirla en un simple consumidor cultural que, en definitiva, legitima con su presencia la auténtica cultura que entendían los políticos: la política cultural. Ni los visitantes de los museos ni los turistas constituyen una comunidad. La micropolítica es un escapar permanente a los mecanismos de la política. Es constituir espacios por fuera del estado, mantener en ellos un modo de vida alternativo, en acción, sin proyecciones teleológicas ni aspiraciones al “cambio de estructuras”. En ese sentido es, nada más ni nada menos, que una política de subsistencia. Pero también es un ejercicio permanente y solapado de abrir brechas, de agrietar las esferas molares del capital y del estado. >

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REAL DECRETO 630/2013 por el que se regula el catálogo español de exóticas invasoras Cualquier ciudadano u organización podrá solicitar la iniciación del procedimiento de inclusión o exclusión de una invasora en el catálogo. En ningún caso, se podrán contemplar actuaciones o comportamientos destinados al fomento de las invasoras incluidas en el catálogo. Las exóticas invasoras constituyen una de las principales causas de pérdida de diversidad de vida en el mundo, circunstancia que se agrava en lugares especialmente vulnerables. seres asilvestrados: de procedencia doméstica, que están establecidos y se mueven libremente en el medio natural y no viven ni se crían bajo tutela, manejo ni supervisión de personas. exótica invasora: se introduce o establece en un lugar, y que es una agente de cambio y amenaza para la diversidad de la vida nativa, ya sea por su comportamiento invasor, o por el riesgo de contaminación genética. invasión: acción de una invasora debida al crecimiento de su población y a su expansión, que comienza a producir efectos negativos en los lugares donde se ha introducido. introducción: se refiere al movimiento por acción humana, voluntaria o accidental, de un ser fuera de su área natural. Este movimiento puede realizarse dentro de un país, o entre países o zonas fuera de la jurisdicción nacional.


ASILVESTRADOS DE PRODUCCIÓN DOMÉSTICOS DE COMPAÑÍA DE COMPAÑÍA EXÓTICOS


exóticas invasoras graves perjuicios gran preocupación creciente expansión pureza genética recursos económicos patrimonio natural política pública medidas preventivas competencias autonómicas efecto invasivo real decreto aprobación previa medio natural autoridad competente dispersión natural introducción directa registro público carácter administrativo ámbito estatal especiales circunstancias potencial invasor alerta temprana


velan, limitan evitan, impiden garantiza, sobrevive regula, incluye perjudica, vela prohĂ­be, evitan introduce, garantiza compete, regula alteran, perjudican controlan, prohĂ­ben supone, introduz asegura, compete desaparece, altera establece, controla previne, supone erradica, asegura entende, desaparece vive, previne mantĂŠn, erradica crĂ­an, entienden reproduce, reduce convive, vive reduce, establece


En caso de constatarse la existencia de una amenaza grave producida por la apariciรณn de una exรณtica invasora, se aplicarรกn de forma urgente las medidas necesarias para el seguimiento, control y posible erradicaciรณn de la citada invasora. Lucha. Eutanasia y/o destrucciรณn.



Aquello perturbaba, me ensombrecía. Dentro de este grupo, cabe mencionar el caso de las aves, comercializadas por millones a lo largo de los años, primero para su uso ornamental y explotación cinegética y, más recientemente, para su tenencia como animales de compañía. Hasta los pájaros, conforme los lugares, van siendo muy diferentes. ¿O son los tiempos, travesía de uno? Individuos de la especie de cotorra argentina, capturados principalmente en una zona restringida de Sudamérica que comprende el centro-este de Argentina y Uruguay, fueron exportados en ingentes cantidades a diversos países del mundo para su tenencia como mascotas. El escape, mayormente accidental, de individuos ha permitido el establecimiento y expansión de la especie en numerosos países. En España, los primeros individuos escapados fueron observados a mediados de los años 70 en la ciudad de Barcelona. 258.000 cotorras tuvieron como destino España, según las estadísticas de comercio de especies. A pesar de haber sido introducidas por el hombre, se mantienen ellas mismas sin recurrir necesariamente a posteriores introducciones. Es de destacar que tan sólo una pequeña fracción de las especies que consiguen establecerse fuera de su área de distribución nativa se convierte en invasora. Una vez transportada una especie fuera de su área natural de distribución, para convertirse en invasora debe establecerse, reproducirse con éxito y, por último, dispersarse desde la zona de introducción.

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La capacidad de dispersión de la cotorra argentina es muy limitada, ya que se trata de una especie sedentaria. Se puede llegar a reproducir todo el año. Suele alimentarse en grupo, de semillas, frutos, bayas, flores, insectos y sus larvas, sobre plantas o en el suelo. En las últimas décadas su población ha crecido y su comportamiento está cambiando; antes habitaba únicamente zonas rurales y ahora es frecuente también en ambientes urbanos. En su hábitat nativo ocupa hábitats muy variados, mientras que en los países donde se ha introducido por la acción del hombre está prácticamente restringida a hábitats urbanos o semiurbanos. Puede formar grandes colonias ocupando grandes nidos comunales durante todo el año (en ocasiones con más de 30 cámaras) y es el único miembro de la familia Psittacidae que fabrica nidos. Los nidos están hechos de ramas entrelazadas y pueden ser simples o comunales; un nido sencillo simple consiste en una galería que comunica una única cámara con el exterior, a menudo otras cotorras construyen sus cámaras adosadas a otras ya existentes, formando nidos compuestos comunales donde cada cámara tiene una única galería de salida. Durante la época reproductora las cámaras pueden estar ocupadas por parejas reproductoras, por un número variable de individuos no reproductores o desocupadas; durante el resto del año las cotorras que ocupan las cámaras varían de 0 a 8. Los nidos pueden instalar sobre sustratos naturales, como árboles y palmeras o artificiales como postes eléctricos. Habrá que prestar especial atención a su proliferación debido al carácter gregario de la especie.

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Los datos muestran que la especie se encuentra establecida en núcleos grandes, principalmente en ciudades como Madrid y Barcelona. Aunque está prohibida su comercialización en España desde 2011, existe mercado negro donde comprar ejemplares de esta especie. La cotorra argentina ha sido citada en ocasiones como responsable del declive de las aves urbanas, aunque no existen trabajos científicos que documenten esa teoría. Existen evidencias de coexistencia pacífica con el resto de las especies urbanas, llegando a compartir nido con grajillas, gorriones, palomas y cernícalo común y alimentándose junto a palomas, gorriones y cotorra de Kramer. El Ayuntamiento de Madrid destinará tres millones de euros en exterminar la plaga de cotorras argentinas durante el otoño deste año. Pues el colonialismo no reproduce una heterogeneidad informe y caleidoscópica de las diferencias: estructura jerarquías, crea instituciones de normalización-totalización e incuba formas de pedagogía que se implantan en los cuerpos y en el sentido común cotidiano con fuerza represiva. Queda por delante además el reto de transmitir a la sociedad la necesidad de actuar contundentemente frente a las especies invasoras. La cotorra argentina es considerada plaga incluso en su área nativa.

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Urbanismo aqui es entendido como “urbanidad nacional” que deja extramuros – fuera del jardín – todo lo que no es considerado cultural y que pasa a ser “social”, el nombre del conflicto. Ya sabemos que la cosa viene de lejos y que se trata del relato clásico del liberalismo conservador. El deucentisme en Barcelona es la continuación del Noucentisme en el momento en que éste ha alcanzado sus metas, cien años después, acabando la ciudad. El deucentisme es la “jardinería científica” una vez acabado el parque. Incluso la obsesión de los actuales responsables de políticas culturales es la “ordenación” y la “racionalización” de todo el mapa artístico local. Han cogido la escuadra y el cartabón para diseñarnos un entorno donde todo encaje en un harmónico recorrido trazado desde arriba. El conseller Mascarell se refirió en el año 2011 a la necesidad de aplicar “jardinería científica cultural” a la política artística. Un jardín de apariencia perfecta con matojos recortados pulcramente, ninguna brizna de hierba fuera de lugar – cualquier elemento extraño o inoportuno debe ser arrancado –, juegos de perspectivas ópticas o jerárquicas bien definidas, mientras se nos guía por caminos que deberán orbitar alrededor de un único y majestuoso centro: el MACBA. > Yo quería mi vida propia, por mi querer gobernada. Nuestra vida está más que nunca sometida a la apariencia y a la precariedad de lo descartable.

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Está la difícil financiación de los estudiantes de arte extranjeros y de sus proyectos, por un lado, pero también la necesidad de financiar la propia vida, es decir, en la mayor parte de los casos, la obligación de trabajar. Estábamos en hondos fondos. El hecho de que la colección del MACBA pertenezca a una entidad privada como la Fundación del museo, pero que esté gestionada con dinero público, dice mucho de la turbia interpretación del mecenazgo. La deuda impera. Ningún artista que decida desarrollar su trabajo creativo en Barcelona lo hace por las oportunidades profesionales que ofrece la ciudad o por las facilidades que recibe de los organismos públicos. La percepción en este sentido es más bien la de vivir en una pequeña isla y con claros signos de desertificación, y los motivos de la elección a menudo estarán mucho más vinculados a ciertas dinámicas sociales que no son, precisamente, muy bien vistas por las administraciones. Las condiciones de libertad de pensamiento para los trabajadores creativos e intelectuales de los que cabe esperar resistencia crítica están amenazadas por distintas formas de precariedad en el actual contexto capitalista y en red. Precario no es bello; es el chantaje continuo y la miseria. Cierto que podríamos referirnos a esta como la precariedad de “los privilegiados”, una precariedad vivible. Sólo hace falta poner el listón tan bajo como “haber podido estudiar” y tener expectativas, poniéndola en conflicto con esa otra precariedad épica que habla de la pobreza, la marginación y la miseria que mata y

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sentencia a tantas personas. Es algo perverso confrontar ambas como forma de culpabilizar a este precariado. Mi impresión es que el mantenimiento de las desigualdades a las que ambas precariedades apuntan, están muy vinculadas, y abordar la que hoy define a los trabajadores creativos es imprescindible si queremos desafiar estas otras precariedades. Entre otras cosas porque afrontarla nos ayudará a entender la parálisis antes esas otras, la desorientación de quienes en un mundo global están demasiado ensimismados en su vida laboral y personal y han perdido o renunciado a su vida pública, a su papel como ciudadanos. De ellos cabría esperar un posicionamiento (como intelectuales, activistas, creadores…) capaz de denunciar la desigualdad e injusticia y de enfrentar esas “otras precariedades” de quienes no tienen en juego sus sueños o trabajo, sino su vida y su dignidad. Pero estos precarios privilegiados están entretenidos en sus papeles y autoevaluaciones, en sus trabajos que no son empleos y en unos futuros pospuestos, es decir “neutralizados en sus vidas mínimamente vivibles”. Tanto en el caso de la inmigración como de la nueva pobreza, está claro que la desigualdad creciente no sólo invisibiliza, sino que desmoviliza. Me entró añoranza de algún buritizal, en la ida de un camino con yerba tente que verde, término de la llanura. Añoranzas de esas que responden al viento; añoranzas de Brasil. Usted lo ve: el remover del viento en las palmas de los buritíes todos, cuando hay amenaza de tempestad. ¿Alguien olvida eso? El viento es verde. Entonces, en el intervalo, usted coge al silencio y se lo pone en el regazo. Yo soy donde yo nací. Soy de otros lugares. Estamos solos, no tenemos tiempo y somos nuestro propio capital.

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Sensación compartida de ansiedad ante la incertidumbre, estrés debido a la interiorización del imperativo de la hiperproducción, vacío ante la falta de tiempo y la ausencia de lazos afectivos estables. Sucede, y no es un detalle menor, que nuestra práctica creativa nos apasiona o nos apasionó. Es muy probable que tal vez nos punce todavía. Sí, nos moviliza aún. Debe hacerlo, porque aunque trabajemos en rutinas y burocracias que la orbitan, esperamos dedicarnos a ella dignamente “algún día”, bajo una expectativa siempre resplandeciente de “buena vida” futura, que pensamos nos acogerá pronto. Pasamos por alto que desde hace tiempo se aplaza, y se aplaza, mientras, conectados, sentimos estar siempre ocupados. Un tipo de vulnerabilidad propiamente contemporáneo; una vulnerabilidad que se nos impone como condición existencial. “¿Puedo esconderme de mí?...”. Amodorrada, me quedé permaneciendo. Detrás de la fachada de motivación y de los numerosos méritos de cada uno de sus currículums, en la intimidad y en los pasillos de los centros donde estas personas trabajan, muchas de sus conversaciones tratan de la ansiedad y la desilusión, del desajuste entre “lo que mostramos” y el “cómo vivimos”. Descubrir que es compartido, que “no somos únicos” hace la cosa política. >

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Nací en Chile, Colombia, Ribeirão Preto / São Paulo, Buenos Aires -Argentina, Republica Dominicana, Bogotá, São Paulo / Brasil – pero no me identifico con ninguna nacionalidad en especial – , he vivido en distintos países antes de venir aquí. Soy italiana y llegei aqui de Brasil. Llegué hace 15 años, hace 2 años y medio, hace 10 años, en el 2016, en septiembre del 2017, hace 6 años. Llegué hace 3 años y medio a Barcelona. Vine con visado de estudiante. En realidad, vine con mi ex-pareja, porque compartíamos las ganas de experimentar vivir en Europa y encontramos en Barcelona formaciones que nos entusiasmaban mucho a cada unx. El visado lo sacó él, porque a mi no me habían confirmado aún la selección en el PEI y por lo tanto hicimos pareja de hecho y tengo un visado de familiar de estudiante que no me permite ni siquiera pedir permiso de trabajo para mi. En Buenos Aires trabajaba en producción audiovisual y estaba empezando a enfocarme en mis proyectos propios como artista audiovisual, además de haber comenzado una maestría. El viaje me permitió terminar de dar el giro hacia mis proyectos y profundizar en lo que venía estudiando en la maestría que tenía una línea teórica y práctica similar al PEI. Vine con visa de estudiante por que mi compañera de ese entonces venía a estudiar y para seguir juntos, dejé el trabajo y me vine a estudiar también. Estudié Cine, trabajaba en Cine y me vine a estudiar Cine también. Vine hacer una maestria en artes en la UB pues era Profe en Col, y me hacía falta el título de maestría, luego me enganche en el doctorado y en una relación estable, así que me ido quedando.

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Vim com visto de estudante junto com a minha companheira que também veio para estudar um master. Não conhecia Barcelona antes de morar por aqui. Após as eleições de 2018, minha companheira e eu sentimos a necessidade de sair do Brasil para estudar (estar um pouco distante das coisas por lá). Barcelona acabou sendo uma opção devido ao programa de estudos (PEI MACBA) que atualmente faço parte. Llegei sin visa siendo italiana. He entrado con la nacionalidad del Reino de España. He venido a continuar mis estudios de investigacion artistica. Mi madre trabajaba en España, desde antes que yo viniera y vine con visado de reagrupación familiar. En Bogota estudiaba diseño y queria estudiar arte, teniendo la oportunidad de venir no lo dude. Soy diseñadora grafica y trabajaba hacia casi 5 años en una agencia, donde no tenía como ascender. He eligido estudiar un master en Barcelona, en design thinking, y planteaba volver cuando terminara.

encuesta - mayo de 2020

No he tenido ayudas de instituciones. No Não No Los estudios me los pagué con mis ahorros, pero al segundo año de Máster la Universidad me posibilitó trabajar en prácticas, tuve cobertura de Salud y lo que me pagaban por el trabajo realizado. Después de terminar los estudios siempre tuve trabajo, si quería.

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No, ninguna ayuda en la llegada. En los últimos meses de cursada participé de varios proyectos ad honorem y uno pago dentro del museo. no Ninguna ajuda No. Más familiar y personal que otra cosa. Tenian unos enlaces de inmobiliarias para estudiantes, pero nada más. Tampoco he buscado mucha ayuda por parte de ellos, así que no sabría decir si hacen algo más por los estudiantes. Soy autónoma, fue bastante duro trabajar y estudiar a la vez por el problema tiempo x rendimiento, por esto deje el trabajo y hasta julio solo estudio. Continuei trabalhando para a galeria de arte do Brasil, minhas funções foram alteradas e também o número de horas de trabalhado diminuíram. Aqui em Barcelona consegui um trabalho em uma outra galeria de arte. Desde então tenho conciliado dois trabalhos (Brasil-Espanha) e os estudos. Não consigo ter uma dedicação completa aos estudos, pois tenho que trabalhar para pagar a vida por aqui. Além dos trabalhos que pagam a vida e os estudos, tento seguir com os projetos pessoais – lentos (curadorias, editais, projetos). Antes da pandemia por las mañanas posavo como modelo ao vivo, en una academia de arte cerca de mi casa. Asistente de Ceramista. Trabajo sexual, teletrabajo, traduccion.

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Como realizador (en algunas obras financiadas), como técnico en rodajes de otros artistas, como docente (tutor de proyectos) en el mismo máster que cursé, y como docente en otras instituciones de la ciudad. Por como fue mi plan de viaje trabajé mucho en Argentina antes de venir, con lo cual tenía ahorros para vivir durante la cursada. A esos ahorros se sumaron unos subsidios de proyectos que recibí desde Argentina. Las veces que busqué trabajo en Barcelona no lo conseguí por no tener el permiso. Al finalizar mis estudios y decidir quedarme en Barcelona generé instancias que me dieran dinero asociandome con amigas para coordinar diversas actividades entorno al arte audiovisual y a través de becas de la Generalitat de Catalunya y de La Escocesa. Siempre he tenido varios trabajos, mas relacionados con mis estudios y mi practica artistica y otro mas por ganar dinero, en tiendas de ropa, mesero, en bares etc. Cómo las practicas pagaban muy poco o nada, he tenido que vender comida (ilegalmente) y hacia unos pocos proyectos de diseño como freelance. Un poco más tarde empezé a trabajar como ayudante de cocina, y por no poder tener contrato laboral, nos decían que tenia que esconderme si venia el fiscal. He trabajado allí un més, y después empezé a trabajar en una tienda de zapatos en el centro, también en negro. He tenido muchos curros ilegales, o alegales. He curado en hosteleria y tiendas (como dependienta). Solo me sentí segura para empezar a pensar en estudiar cuando encontré un trabajo indefinido (de dependienta). Em 1 ano, morei em 5 lugares diferentes de Barcelona: 3 semanas no Born, 3 meses no Gótico, 2 meses na Esquerda de Eixample, 2 meses na Direita de Eixample e 5 meses (minha atual

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residência) em Poble Sec. Vivo com minha companheira em um quarto, a casa é de uma senhora de 60 anos que aluga um dos quartos de sua casa. Ela mora no outro. No total são 3 pessoas (eu + Julia + Maria que nos aluga o quarto). O apartamento está no terceiro piso, são 2 quartos + sala + banheiro + cozinha. Temos sacada na sala e em nosso quarto (que serve pra gente como ponte de contato com a rua). Não temos jardim e não temos um espaço de trabalho (temos uma mesa em nosso quarto e uma outra na sala que usamos como espaço improvisado de trabalho). O lugar é bem silencioso e ao lado do Montjuic. Vivo con mi compañera en un piso-estudio de 60 mt2, tenemos balcón y nos hacemos espacio para trabajar en el comedor. Vivo en casa de mi novio, dos habitaciones, 60 mt y una terraza. Vivo sola en un piso como un estudio, es pequeño y ahora de momento comparto con mi novio pero es temporal, tengo un balcón, de animales solo unas ratas que aparecian as veces y nada mas. Vivo en un piso en El Clot con 2 personas más, cada una con su habitación bastante espaciosa, un salón, cocina y un baño. No sé los metros cuadrados, pero es amplio. Hay un balconcito en el salón y mi habitación tiene dos ventanales grandes que la hacen muy luminosa. Cuando no tengo taller (fui residente en Hangar y La Escocesa) trabajo en mi habitación donde tengo un escritorio cómodo. Vivo con mi hermano en su piso. Vivo en la casa de Xefo, um senor muy simpatico y querido. Xefo es proprietario, la casa es muy grande con 3 habitaciones, baño, cocina y grande terraza. En la casa somos yo, Xefo y Budi, el gato.

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Vivo en un piso de 50 metros, comparto con otra persona que no es mi pareja. Tiene un salon, un baño cocina y dos habitaciones. En Collblanc, Hospitalet del Llobregat. Trabajo en mi estudio, pago alquiler en espacios subvencionados por el estado y que he entrado por concurso. Hoy vivo con mi pareja, en un piso de 3 habitaciones, con patio interno. Una de las habitaciones se ha convertido en nuestra oficina. Tenemos cerca de 60 metros cuadrados y vivimos solos, aunque muchas veces recibimos a mi suegra por unos cuantos días. No hay balcón, y no toca el sol por ser una primera planta. Vivo en un piso de 70 metros mas o menos, son 3 habitaciones (una muy chiquita), somos 2 personas compartiendo los espacios. Cada una tienen una habitación. Hay un balcón, macetas, sin animales. La mitad de la casa es oscura porque da a un patio interno. Mi espacio de trabajo es en la habitación de paso al balcón. Es iluminada y es donde paso la más grande parte del tiempo en que estoy en casa. Vivo en un departamento muy bien ubicado con mi compañero. Tendrá entre 50 y 60 mts cuadrados, un pequeño balcón, no tenemos animales y hay dos cuartos además de un living y comedor amplio Tuvimos mucha suerte de contactar al dueño directamente y el no quería especular con su hogar ni cobrar precios altos. La metad de mis ingresos se van en alquiler. Hasta el año pasado me alcanzó para pagar arriendo los ahorros y algunas ventas anteriores. Ahora solo pago el mercado en casa, pues es mi novio quien corre con los gastos de arriendo.

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1/3. 30%. Ahora mismo un 40%. 50%. 33% en alquiler, pero llega a 50% con los gastos. El 40%. Si cuento servicios el 50%. Pasé por otras dos viviendas. La primera un cuarto compartido en un apartamento donde éramos entre 5 y 8 personas. Y la segunda, un mes y medio en el apartamento que me prestó una amiga. Em 1 ano, morei em 5 lugares diferentes de Barcelona: 3 semanas no Born (primeira chegada na cidade, aluguei um ático via Badi apenas pelo período que a dona estaria fora da cidade), 3 meses no Gótico (aluguei via Badi um quarto, saímos porque o quarto era muito pequeno e começou a ter muita gente na casa, sem contar que o Gótico é bem ruim de morar), 2 meses na Esquerda de Eixample (ficamos apenas no verão, uma amiga saiu do quarto e ficamos pelo período máximo que podíamos ficar por ali, o piso entraria em reforma depois desse período), 2 meses na Direita de Eixample (alugamos via Badi, a pessoa dona do quarto ficaria fora por esse período de tempo) e 5 meses (minha atual residência) em Poble Sec (alugamos via Idealista e até agora foi o melhor piso entre todos). Pasé por 2 viviendas. Tuve suerte en los dos casos dentro de todo. Me mudé de la primera porque me separé de mi pareja con quien compartía un piso bonito y barato pero alejado del centro. Por 3 viviendas. Por finales de contracto y renovaciones con aumento de precio absurda. Dos viviendas. Somente esta.

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1 2, cuando llegue compartia un piso y despues de un año mude para donde vivo ahora. Pertenezco a una comunidad de artistas en la cual participo activamente. Desarrollamos proyectos que estimulan el trabajo comunitario, el trabajo con las personas del barrio, con una visión feminista, mestiza, un desarrollado sentido crítico y marcado acento social. Participé de la Xarxa de Aliments del Eixample. Me gustaría encontrar un espacio de activismo en donde participar, pero ninguno de los que conocí me convencieron. Aqui en Barcelona partecipo de una huerta comunitaria aqui en el barro donde vivo y gusto mucho de las personas y de la energia. Me parece importantisimo las redes de apoyo. Estoy en la que organizó la xarxa del Poble Sec (barrio en que vivo). Não. No No No, aunque formo parte activa de varios grupos dentro del arte contemporaneo y se podria decir que a veces funciona como una red. Un lugar ideal para mi es mi hogar actual.

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Realmente soy muy afortunada de vivir en un lugar lindo y tener quien me apoya. Pues si no tuviera su apoyo creo que estaría finalizando mi doctorado desde Colombia. Pues no me daría para vivir aquí. De momento estoy feliz asi, si hago un cambio muy fuerte es para alquilar una casa en las afueras cerca de la playa. Me cuesta pensar en ideal. Supongo que es parte de lo que me permite sobrellevar estas situaciones de precariedad. En cada momento van surgiendo distintas necesidades y tengo bastante capacidad de adaptación. Supongo que por eso las dos viviendas en las que estuve en Barna me parecieron muy buenas. En relación a mi habitación actual preferiría que no estuviera sobre una avenida, por el nivel de ruidos y contaminación que implica estar ahí. Quarto com uma mesa espaçosa pra colocar o computador e flores; sala com uma sacada com dois banquinhos e uma mesinha – pra tomar café e pegar sol; banheiro com uma boa ducha; cozinha com exaustor e janela grande pra circular o ar. Com um gato! Algo de alrededor de 50/60mts cuadrados, con dos cuartos, una buena cocina, y terraza o patio. Más alejado del centro de la ciudad, con mucha luz y poco ruido. Talvez algo compartido con personas que tengan mis intereses, donde yo tenga mi propio baño, pero con areas comunes compartidas. Con una terrasa, o jardin, un espacio al aire libre. Con paredes más gruesas que no se escuche a todo el edificio.

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Una vivienda que no solo sea sostenible sino que contemple la subsistencia de un núcleo familiar diverso, contemplando formas de producción de alimentos y energía. Una vivienda diseñada para nucleos familiares no tradicionales, hetero-patriarcales. En un sistena de vivienda cooperativa y común. En sistema de bien de uso en vez de en sistema de propiedad o de alquiler. Una gran casa compartida. O un piso bastante grande que pudieramos viver varias. En general creo que uno debería gastar menos de un tercio de su sustento mensual para acceder a un cierto bienestar. Sería ideal pagar €250 aproximadamente. No tengo idea, en Italia donde vivia, tienes viviendas en el campo economicas tipo 600/700 euros por una casa y terreno, peró aqui cerca de Barcelona es todo muy muy caro. 400 0€ ;) 250€ El alquiler con los gastos incluidos debería representar un 20/30% del salario y no tener que vivir con muchísima gente en espacios reducidos o con un baño y cocina pequeños. El alquiler de una habitación no debería estar a más de 200, dependiendo de sus características. Y que sean espacios vivibles y no cajas de zapatos.

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La situación del colectivo artístico en esta ciudad es crítico, lo digo como artista visual que viene del cine y mira desde allí. El colectivo artístico vive en el margen, no solo están abandonadas por el sistema si no que explotadas por las mismas instituciones que supuestamente dan cobijo a sus obras y discursos y que dicen formar espíritu crítico, que conciben programas radicales y exhibiciones sumamente políticas. Creo que debería haber más instancias oficiales de subvención para artistas en Catalunya y tal vez especificamente para migrantes teniendo en cuenta la cantidad que somos. Pero es una discusión complicada y sé que las catalanas no están mucho mejor. Espero que en el pospandemia los precios de la vivienda van bajar mucho, ou el dinero caía del cielo. Si hubiera opciones de una cooperativa para estudiantes extranjeros o migrantes, seria ideal. El problema son los alquileres en relación a los salarios. Si tienes papeles y suerte consigues un trabajo de 40hs en el que ganas 1200, si alquilar un departamento te implica 1000 euros solo de alquiler es imposible a menos que compartas. >

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Nos expulsa la violencia inmobiliaria o la falta de opciones de vida. Barcelona es la ciudad donde más gente vive de alquiler, con un 40% de alquiler, casi medio millón de personas. Y 30% de las viviendas de alquiler están en manos de personas jurídicas. El Sindicato de Inquilinos denuncia que diez fondos buitres y empresas inversoras acumulan más de 3.000 pisos en Barcelona. La acumulación de propiedad en la ciudad favorece el encarecimiento del alquiler. Algunas de las sociedades inmobiliarias: Elix, Vauras Investment, MK Premium, La Sociedad Anónima de Propiedad Inmobiliaria, Norvet. Una de sus preocupaciones es que cada vez se destine un porcentaje más elevado de los salarios al alquiler, ya que esto provoca el empobrecimiento de la población, que destinará menos dinero a otras necesidades. Según una de las portavoces del Sindicato, Irene Sabaté, en Catalunya se destina el 47% del salario bruto mensual para pagar las mensualidades, aunque la ONU ha establecido que no puede superar el 30%. Maneres de viure detestables. El uso social de la vivienda debe primar sobre su uso como mercancía En Catalunya, las cooperativas y asociaciones están presentes en prácticamente todos los sectores de la economía: la agricultura, el trabajo, el consumo de productos o servicios y la vivienda. Todas tienen en común una base social que participa para resolver las preocupaciones sociales y económicas de sus

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personas socias. Parten de sus necesidades para establecer fórmulas colectivas para resolverlas. En Barcelona, las prácticas cooperativas de vivienda están muy extendidas bajo formas distintas: cooperativas, okupaciones, redes familiares tanto locales como migrantes, viviendas entre jóvenes, etc. El edificio más alto de madera de Barcelona, um inmueble, es promovido por la cooperativa La Borda. Sus viviendas no compram ni se alquilan: se cedem en uso. Para tejer estos lazos de vida comunitaria el edificio está estructurado alrededor de un patio central. “Hemos tomado como referencia las corralas, una tipología popular en la que hay un punto de centralidad y después se van enlazando los espacios comunitarios para generar espacios de interacción y puntos de encuentro”, relata la arquitecta Cristina Gamboa, de la cooperativa de arquitectos Lacol. Una azotea con una cubierta verde, una terraza con huertos urbanos y trasteros colectivos en cada planta son otros de los usos compartidos. Este proyecto surgió de la reivindicación vecinal del antiguo recinto industrial de Can Batlló y la mayoría de los que viven en el edificio son del barrio de La Bordeta y de Sants. “El edificio también quiere ser un espacio de resistencia en un momento en el que muchos vecinos se ven expulsados del barrio de su vida”, defiende Cristina. Otra de las principales motivaciones es que se trata de un proyecto que “quiere generar una alternativa” en el mercado inmobiliario y no considera la vivienda “como una valor de mercado sino de uso”.

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Ni alquiler, ni compra. Un modelo de tenencia no especulativo que pone el centro en sus habitantes. La obra se construyo en suelo público de vivienda protegida a través de un derecho de superficie de 75 años del Ayuntamiento a la cooperativa, que paga un canon anual y a su vez hace un contrato de cesión de uso indefinido de cada vivienda a sus socios. “La vivienda tiene que ser asequible y las personas que viven todas cumplen los requisitos de vivienda protegida a nivel de renta y de propiedades”, comenta Pol. “Tú no eres el propietario, estás como de paso. Al mismo tiempo es un proyecto de resiliencia porque no se podrá especular ni aumentar el alquiler”, añade Cristina. El modelo de vivienda cooperativa en régimen de cesión de uso está muy extendido en países como Dinamarca o Uruguay. En el, la propiedad del inmueble es colectiva y recae siempre en la cooperativa. Los y las habitantes tienen la condición de socios/ as de la cooperativa y pueden vivir de por vida. La toma de decisiones pasa por la asamblea general, su principal órgano soberano. El bloqueo de la posibilidad de especular resulta la principal virtud del modelo: el socio/a no puede vender ni alquilar el piso. Por tanto, la vivienda en cesión de uso supone también una apuesta por el valor de uso en vez de un bien de consumo o valor de cambio, tal y como ha sido siempre en nuestro contexto más cercano. De esta manera, la reinvención del derecho a la vivienda encuentra nuevas fórmulas de acceso y gestión comunitaria. A fecha de hoy todos los pisos ya están adjudicados y la cooperativa tiene lista de espera, entre unos 50 y 60 interesados, si alguien se da de baja. Por su parte, estas personas han empezado a reunirse para organizarse con el objetivo de replicar el proceso y generar más vivienda cooperativa en la ciudad.

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El coste total de la obra asciende a unos tres millones de euros, el 20% corresponde al capital inicial aportado por las usuarias, un 60% a través de créditos y títulos participativos de la cooperativa de servicios financieros Coop57, y el 20% resto son créditos de personas individuales y entidades de la economía social, así como subveciones y donaciones. Para acceder a la cooperativa las personas que tienen derecho de uso de la vivienda lo hacen a partir de una aportación inicial de 18.500 euros. “Si sale del proyecto se recupera por la siguiente persona que entra. Los socios hacen aportaciones de capital voluntario a la cooperativa y son retornables”, afirma Cristina. Después hay que pagar una cuota mensual, la media es de unos 450 euros. En paralelo, hay otras cooperativas que están llevando a cabo iniciativas similares en cinco solares municipales de otros barrios tras el concurso del Ayuntamiento para construir covivienda. Concretamente, se construirán un total de 110 pisos en terrenos situados en la Barceloneta (La Xarxaire SCCL), la Marina del Prat Vermell (Llar Jove SCCL), Sarrià (Associació Parkformes), Roquetes (Associació Cohabitatge Cooperatiu), Poblenou (Sostre Cívic SCCL). > No hay ciudad antes de quienes llegan a ella. La ciudad es el lugar común de los arribantes, de los que llegan. Pero además, pensamos desde otro lado; pensamos desde el sur. Para nosotrxs, en occidente está la China. Para poder construir una normalidad diferente no podemos contar solo con círculos de personas afines y, por ello, la construcción de otros mundos requiere sumar.

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La ansiedad por la supervivencia de cada una parece que es lo único que compartimos. Generamos valor por el mero hecho de vivir. Dando en mi cuerpo, aquel aire me habló con gritos de libertad. Pero la libertad —apuesto— es sólo la alegría de un pobre caminito, en el interior del hierro de grandes-prisiones. Hay una verdad que es necesario aprender, encubiertamente, y que nadie no enseña: la dificultad de hacerse la libertad. Aspectos no conscientes e internalizados del colonialismo. Fácilmente entonces se borran de los días los tiempos de vida reflexiva o meramente ociosa. El pensamiento no es posible sin tiempo para pensar. La sensación de que la conciencia crítica y ética del sujeto que se posiciona libre y vinculado a sus iguales, pudiera ser el mayor enemigo de una vida precaria y, por tanto, parte necesaria de un giro hacia formas más justas e igualitarias de trabajar y vivir. La libertad como la potencia de ser en relación con lo que nos rodea. La actividad productiva es un hecho sagrado y no solamente terrenal; involucra intercambios con las deidades y no sólo intercambios entre humanos. La riqueza de los encuentros vitales. Amistades políticas dispuestas a transformar radicalmente la vida.

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Apostar por lógicas de sobrevivencia urbana, no solamente material, sino también cultural y política a través de la creación de espacios de cuestionamiento y prácticas a contrapelo de la degradación de la política y de las apuestas delirantes por los fetiches del desarrollo y el progreso. Hacer parentesco, hacer familia entre nosotros sin el imperativo de la reproducción biológica. Defender la legitimidad de la resistencia colectiva y la permanencia en la vivienda a cambio de un alquiler justo.

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3. BU

ritĂ? apoyo

covivienda temporal

de a investigadoras en

arte con visado de

estudiante


Tempo de nos aquilombar É tempo de caminhar em fingido silêncio, e buscar o momento certo do grito, aparentar fechar um olho evitando o cisco e abrir escancaradamente o outro. É tempo de fazer os ouvidos moucos para os vazios lero-leros, e cuidar dos passos assuntando as vias, ir se vigiando atento, que o buraco é fundo. É tempo de ninguém se soltar de ninguém, mas olhar fundo na palma aberta a alma de quem lhe oferece o gesto. O laçar de mãos não pode ser algema e sim acertada tática, necessário esquema. É tempo de formar novos quilombos, em qualquer lugar que estejamos, e que venham os dias futuros, salve 2020, a mística quilombola persiste afirmando: “a liberdade é uma luta constante”. Conceição Evaristo

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Es el futuro que nos queda y no pienso desertar de inventar un buen vivir en comunidades porosas, con lugar para aislarse y reencontrarse. Estudie usted: el burití es de las márgenes, cae sus cocos en la vereda, las aguas los llevan, a las orillas, las aguas mismas replantan el coquito; entonces el buritizar, a un lado y a otro alineándose, acompañado, que ni calculado. Pregunto cosas al burití; y lo que él responde es: el valor mío. El burití quiere todo azul, y no se aparta de su agua: necesita un espejo. Maestro no es quien siempre enseña, sino quien de repente aprende. ¿Por qué no se reúnen todos, para sufrir y vencer juntos de una vez? Burití (buriti): Se trata de una hermosa palmera, muy abundante en el sertón brasileño, que crece al lado de las corrientes de agua y cuyos cocos, al caer al suelo y germinar, van dando lugar al desarrollo de largas hileras de árboles que denuncian desde lejos la existencia del agua. (Mauritia vinífera, Mart.). Aquí, constituye propiamente el proceso de instalación en un hogar. Escuche usted al buritizar. Y mi corazón va conmigo. >

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Inercia irreflexiva. Velocidad competitiva, inquietud e hiperactividad. Desde la incertidumbre o desde el entusiasmo nos condenamos a una situación de hiperactividad. Un mundo ansioso donde se alimenta el impulso de urgencia, de producir sin descanso bajo la sensación de que “hay que darlo todo en todo momento”, hay que competir, hay que ganar, aunque el premio sea un trabajo precario. Y me parece que este rodar es sintomático de una época que penaliza el tiempo para pensar y que tiende a sustituir la reflexión, la escucha y lo que perturba por ansiolíticos. Hay que recobrar el reposo contemplativo. Si se priva por completo a la vida del elemento contemplativo uno se ahoga en su propio hacer. No puede haber una estrategia más abrumadoramente censora que reducir todo el cuerpo de la política artística al espacio museístico, donde se autoriza la marca artística a costa de degradar su fuerza social. Y me parece que si la vida que no es trabajo ni exhibición está en riesgo, es también porque es uno de los principales puntos de resistencia del sujeto. Roland Barthes es va adonar aviat que la subtilesa del poder passava per imposar un ritme a la temporalitat, una mètrica, i per això al·ludia a la figura de la idiorítmia. El model idiorítmic present en l’experiència dels monjos que vivien al mont Athos, en què cadascun tenia la seva pròpia cel·la i, per tant, era amo del seu temps, el confrontava al model cenobític en què tot es comparteix (temps i espai). A l’empara d’aquesta forma de convivència, Barthes presentava la seva proposta utòpica

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de comunitat i explorava la manera com es podria configurar mitjançant una combinació del temps personal i el de la vivència col·lectiva. I per fer-ho, es basava en una idea de ritme anterior a la de Plató: un ritme no numèric, sense mètrica, que aspirava més a la fluïdesa que a l’ordenació. El seu model de convivència no solament responia a una consciència espacial, sinó també temporal. Així doncs, la idiorítmia no és només un concepte literari més, sinó una manera real de viure junts contra la perillosa amenaça dels feixismes futurs. És com si Barthes ja intuís, amb una precisió extrema, la confluència virtual de les condicions que avui defineixen el ritme, la violència i la toxicitat del que ara anomenem capitalisme neoliberal. Sembla com si, en percebre l’adveniment d’una nova metamorfosi del poder gràcies a un autocontrol internalitzat, Barthes sentís la necessitat de trobar un concepte i una pràctica en què el Viure-Junts compliria el que promet. I a aquest concepte i a aquesta pràctica els va donar un nom peculiar: “idiorítmia”. En va dir “el meu fantasma”. Tot i ser un fantasma, la “idiorítmia” va perdurar com un fantasma força real i concret. Una crida i un programa per a pràctiques reals de viure. La idiorítmia enllaçaria la poètica, la política, la performance, la vida, l’art i l’ètica com a camps que ressonen entre si per saber viure una vida que val la pena de ser viscuda. En aquest sentit, la transmutació que fa Barthes de la noció d’idiorítmia a la pràctica de saber viure, és ja de per si, i potser d’una manera més essencial, una creació idiorítmica d’una eina per la resistència. Es tractava d’un fantasma completament factible. Un programa per a l’existència. Un programa antinormatiu i antifeixista, ja que la demanda d’idiorítmia sempre es fa contra el poder.

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Es necesario repensar la dinámica cotidiana de las interacciones humanas. Un agujerito de agua mata mi sed, una palmera sola me da mi casa. Casita que yo haré, pequeña —¡mira tú! — para el sereno remojar. > En esta necesidad de recuperar el cuerpo colectivo porque somos frágiles, porque hemos perdido poder, porque estamos desarticulados, ya no tenemos esa capacidad de ejercicio del poder que decíamos antes que tenía la clase trabajadora. Ha habido un coste muy fuerte a nivel emocional. Estamos muy enfermos colectivamente. Esto es un gravísimo problema que tenemos ahora mismo, cómo revertir esa depresión colectiva, hacerla realmente colectiva, rearticularla colectivamente y no estar cada uno en nuestra casa con nuestra tristeza. ¿Cómo rearticular esto? ¿Qué es lo que dice el burití? Dice: Yo sé y no sé... Un burití: preciosidad enorme. Lugar de encuentro. Nuevas formas de convivencia, de vínculo social y de autoorganización comunitaria. Que sea antes internacionalista que internacional, que apueste por lo local sin ser provinciano Un contexto de complicidad intelectual y política, precedido por largas amistades e inquietudes compartidas.

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Las residencias artísticas son espacios fuertemente marcados por la presencialidad de los cuerpos, escenarios por habitar que implican la vivencia de un lugar y tiempo relacionales enriquecidos al compartirse junto a otras compañeras. Son espacios principalmente pensados para mediar plástica y creativamente en relación con el lugar de acogida. Construimos hogares, familias, mundos, con muchísimas otras criaturas. Esta trama de relaciones bien puede llamarse parentesco. La cuestión no es con quién te vas a la cama, aunque eso sea importante en determinados momentos, sino la manera en la que construimos lazos para la vida. Un habitar a partir de comunalidades articuladas por un ethos fundado en el reconocimiento de sujetxs no humanxs, en el diálogo con lxs ancestrxs, en la autopoiesis con las especies y entidades del entorno. En otras palabras, esa zona de fricción donde se enfrentan los contrarios, sin paz, sin calma, en permanente estado de roce y eletrificación, es la que crea el magma que posibilita las transformaciones históricas, para bien o para mal. Pero también hace posible que broten situaciones cognitivas que desde la lógica euro-norteamericana serían impensables. Tener un pedacito de tierra plantadora. Un lugar de remanso. Lugar abierto a la vida social, a la exploración de ideas. Con espacios de encuentro, pensados para las prácticas culturales que se producen en la precariedad o que simplemente se desarrollan en la periferia administrativa.

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Burití, palmera mía, en la vereda de allá; casita del lado izquierdo, ojitos de ola del mar... > Nos atrevemos a hacer otras preguntas: ¿qué ocurre si paramos de producir, si no hacemos nada, si nos damos el tiempo? Hay un deseo de colectividad que augura la aparición de mecanismos de defensa ante los procesos de atomización e individualización. Ante la hiperproductividad irreflexiva proponemos: habitar otros ritmos y dimensiones como la espera, la escucha, los vacíos, el cansancio, las inspiraciones y las espiraciones; desarrollar una crítica que abra brechas en las que poder crear(nos) conjuntamente; hacernos preguntas, constantemente; desconectarnos de vez en cuando; pensarnos desde nuestros vínculos; ponernos a la escucha de todas y cada una de nuestras vulnerabilidades; abrir agujeros en las situaciones saturadas para poder respirar; dejar espacio para el pensamiento del otro e imaginar juntas otros escenarios posibles. La invenció contínua, la dissolució o reinvenció de conglomerats idiorítmics, en què cada subjecte viu segons el seu ritme. El ritme no té res a veure amb un temps mesurat. No té cap relació amb la cronometria. Y el ritmo es la capacidad de movilizar energías físicas, psíquicas, lingüísticas, de una manera que pueda concatenarse con una realidad que nos parece caótica simplemente porque ha escapado a los ritmos que poseíamos.

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Una balsa de burití. La descolonización comienza por la propia casa. La magia sin fórmula es crear las condiciones para que cada una pueda hacer lo que desea y aportar lo mejor de sí misma. Crear condiciones de pleno respeto a la persona individual sin por ello socavar o mermar la fuerza de lo común. Generar autonomía desde la compañía. Construir una red de información y comunicación. La posibilidad de un trabajo colaborativo y la vinculación real que permite generar comunidad, una comunidad necesaria para el acceso al tejido-arte. Palmera burití, verde que afina y reviste, bellibelleza. Que dé cobijo y que favorezca que peregrinas, vecinas y conciudadanas encuentren entre sus paredes un lugar en el que poder “pasar el tiempo”, un tiempo distinto al de la productividad y el consumo. La condición efímera o intermitente de tal o cual persona no afecta la permanencia y duración del esfuerzo y el trabajo conjunto en Burití. Acoger y dejar ir, recibir y compartir sin capturar ni identificar. Aquesta vida paradoxal compartida en solitud com l’acompliment mateix, com les condicions mateixes per crear la utopia d’un socialisme de les distàncies.

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No hay un ritmo natural, un ritmo verdadero. El ritmo siempre se contextualiza. El ritmo que me permite caminar. El ritmo que me permite entenderme con otra persona. El ritmo de la seducción. El ritmo de la sexualidad. El ritmo del placer. El ritmo del sufrimiento. Cada vez merman más aquellos espacios rituales en los que serían posibles desenfrenos lúdicos y festivos, es decir, espacios del exceso y la extravagancia que se desmarquen de la cotidianidad profana. La transgresión es en general inherente a los ritos festivos. Construir redes de sentido y “ecologías de saberes” que también sean “ecologías de sabores”, con la “compartencia” en lugar de la competencia, como gesto vital y la mezcla lingüística como táctica de traducción. >

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¿Y qué caracteriza a la covivienda Burití? Somos las que estamos. Excelentes manjares. Hogar para transmitir el conocimiento y compartir experiencias. Una manera afectiva d’inserir maneres de viure i estats d’ànim en allò que és social, mentre que al mateix temps creem vida que s’escapa dels codis socials. ¿Qué es el caos? El caos no existe. En la naturaleza no hay caos. En la realidad no hay caos. El caos está en el cerebro. El caos es una percepción pánica del desvanecer del orden que tiene tu cerebro. Tú estás esperando un orden, este orden desaparece, los signos exteriores, los estímulos, las informaciones se multiplican y proliferan infinitamente, y no tienes la capacidad de ordenar esas estimulaciones al interior de una orden y te parece que hay caos. Pero el caos es simplemente otro ritmo de la realidad. Se debe tener una clara brújula ética para saber qué se puede hacerse y qué no. No importa que no produzcas nada mientras estés en Burití. Los vacíos son necesarios para romper la inercia de un mundo delegado. ¡Oh, Pereza, apiádate de nuestra larga miseria! ¡Oh, Pereza, madre de las artes y de las nobles virtudes, sé el bálsamo de las angustias humanas!

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Porque entonces ¿el trabajo sería un castigo? No. La idea es reinjertar el trabajo en la fiesta, en la convivencia, en el goce, en el ritual. Reivindicar la pluralidad de actividades. Y hacer del silencio y del trabajo simplemente callado un modo de comunicación. Los rituales generan una comunidad de resonancia que es capaz de una armonía, de un ritmo común. La idiorítmia no agrupa individualitats sinó singularitats. Per tant, implica un estat de convivència que refusa radicalment el gregarisme compulsiu. Singularitat no és sinònim d’únic, ni de particular, ni de singular, ni tampoc d’individual. Més aviat, la singularitat és irreductible, i per tant, portadora d’estranyesa. En el mateix àmbit de la estranyesa, les singularitats sempre són productores de multiplicitat, complexitat, bifurcacions i viratges no previstos que impliquen totes les dimensions del real, i que per tant son sempre idiorítmiques. El problema consiste en encontrar una armonía rítmica. Cada saco amarrado con brote de burití, la hoja nueva: verde y amarilla a lo largo, mitad y mitad. En la vida convertida en trabajo importa recuperar la intimidad y el tiempo propio, la desconexión. Importa para la conciencia, la concentración, la distancia reflexiva, la libertad, también para poder discrepar y hacer convivir las contradicciones en la búsqueda de comunidad política. Un arte concebido no como mercancía, desgravación, entretenimiento y autocomplacencia de rico.

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Los rituales generan un saber corporizado y una memoria corpórea. La comunidad ritual es una corporación. Promover, además, prácticas comunitarias abiertas al roce y al desborde donde el cuerpo y sus vulnerabilidades se emplacen en el centro de sus reflexiones. Invitar a todos, vecinos y los implicados en el desarrollo de la escena artística, ya sean artistas, críticos, comisarios, o cualquiera los múltiples agentes que intervienen en el espacio de trabajo artístico. No, no hablaremos de descolonización, más bien haremos, haremos lo posible para acercarnos a esa práctica. Descolonizar es hacer. Porque, a diferencia de lo que nos enseñó la estructuración del saber patriarcal, el conocimiento no se da exclusivamente desde la distancia crítica, sino que es el afecto el que desencadena el pensamiento en la mayoría de las ocasiones. Especialmente si participamos de unos cuidados que parten del apoyo mutuo y la igualdad de las inteligencias y no desde una concepción paternalista de los cuidados. La cultura es um bien común y um proceso em constante transformación que refleja las dinámicas sociales, el resultado del cual no tiene que ser necesariamente uma obra o um producto mercantil. Con el tiempo refrescándose, y el desahogo del aire, el burití revuelve altas palmas. Al por cerca, se oye la algazara de las compañeras.

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Esa idea de comunidad de afinidad es para mí vital y se relaciona con la raíz anarquista. Pero además se trata de afinidades, digamos… no políticas, propiamente… sino afinidades de gesto. La mejor manera de entender el significado cotidiano de comunidad que busco tener en la covivienda Burití es hacerlo a través de los espacios comunes que propongo. Con una lavandería compartida, una cocina-comedor para hacer comidas compartidas o no, donde aquellas personas que lo deseen podrán organizarse para repartir la tarea de cocinar. O un espacio de cuidados y salud para aquellas persones socias que lo requieran, o espacios polivalentes donde se podrán satisfacer las necesidades de actividades o presentaciones públicas a invitadas; terrazas compartidas, o espacios de cotrabajo. Servicios e infraestructuras compartidas que han de poder mejorar nuestra calidad de vida. Todos los pájaros vuelven del cielo, descienden a sus lugares, en punto, en las frescas orillas de la laguna; ah, el parlendaje en el buritizar, qué abaniqueniqueo. >

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BURITÍ

ASOCIACIÓN CULTURAL DE COVIVIENDA Y PRÁCTICAS

ESTATUTO PRELIMINAR Barcelona. Una casa o piso de 5 habitaciones o más, un jardín para huerto, o una terraza, o un balcón. No importa el barrio, des de que se ubique a no más que 40 minutos del centro de la ciudad con transporte público. Tiempo indefinido de duración. Burití actuará en todo momento siguiendo principios feministas, antirracistas y horizontales en su organización interna y funcionamiento, garantizando la autonomía de sus afiliadas, sin perjuicio del carácter vinculante que tienen los acuerdos de la covivienda en las decisiones que puedan afectar al interés común de todas sus asociadas. Los fines de la covivienda son la coordinación, gestión, fomento, defensa y tutela de los intereses generales y comunes de sus miembros, y en particular: Facilitar la covivienda a lo más bajo coste posible, y el desarrollo de los proyectos personales de sus socias-residentes. Organizar y crear actividades comunes de naturaleza social y cultural, así como informativos, en beneficio de sus socias.


basado en el taller grupal de coòpolis - ateneu cooperatiu - marzo 2020

Promover e instar cuanto pueda beneficiar al mejor desarrollo de la actividad artística y investigativa de sus socias-residentes. Posibilitar la presentación a un público invitado de proyectos de las socias en el espacio de Burití, siempre que posible, de manera a fomentar el intercambio de prácticas y conocimiento, y la sociabilización de los proyectos, como talleres, presentaciones, ponencias, etc. Podrán ser socias-residentes de Burití todas las personas que han venido a Barcelona para desarrollar proyectos y estudios en el campo del arte contemporáneo y que estén con visado de estudiante. Podrán ser socias-colaboradoras todas las personas que tengan afinidad con las actividades de Burití y que deseen apoyar la residencia con donaciones. La incorporación a Burití se hará como miembro de pleno derecho.


RÉGIMEN INTERNO PRELIMINAR El régimen interno trata de la parte operacional no visible de una asociación. Así como son los trabajos femeninos en nuestra economía. Mientras el estatuto es la parte más pública, oficial, registrada, el régimen interno es algo más cotidiano, de lo que pasa entre las asociadas a diario, pero también más dinámico, menos burocratizado. Misión. Valores . Visión – corto plazo / longo plazo. Dinámica interna, organización cotidiana. Des-programa de actividades. Habitantes de otras especies. Todo por decidirse entre las socias. Burití operará en este corpo político de saberes liminares, será una alternativa contemporánea en el pensamiento sensible consciente de la operatividad de la ¨patriz¨ colonial. Si trabajar y vivir juntos es una cierta forma de resistencia física, performativa y llena de desacuerdos, es en la practica de intercambios donde surgen estrategias emancipatorias y las disidencias fronterizas buscan su camino. Burití offers possibilities without imposing them. Burití depends on how you affect and are affected by taking an active part in shaping your own activity. Burití is an open and relatively free site. Burití is a temporary home. Burití tries to stay cheap. Burití has no staff. Whatever project you’re working on, Burití can only make it possible for you, if you make it possible for Burití too. The things in Burití are there for you and you are there for the things as well ( i.e. Burití or the washing machine, a lecture, or a corridor is there for you as much as you are there for Burití or the washing machine, the lecture or the corridor).


basado en el taller grupal de coòpolis - ateneu cooperatiu - marzo 2020

Burití wants to be an easily accessible and self-organised space. It is guided by four rules: - Don’t leave traces: clean behind you in order to leave every square centimeter, that is not your private room, all the time available for everybody when you are not using it. Traces are unwanted or uninvited marks (material or immaterial) left in the space or in others. - Make it possible for others: think of this as an opportunity to open up space(s) by showing a rehearsal or a movie, giving a lecture, starting a discussion, cleaning a corridor, or helping somebody. - The do-er decides: but not alone! Things are decided by the ones who do, more than the ones who talk. However, the opportunity to do is not without limits and action should be taken in consideration with others. - Mind asymmetries: Burití is made of asymmetries. People come from different places, inhabit different bodies, have different experiences, are situated differently in power structures and have different boundaries. Take this into account, challenge your own position and let it be challenged, while respecting other people’s boundaries. Think those rules as interrelated. Burití aspires to be a space where intersectional, anti-racist and feminist analysis inform practice. Sexism, racism, classism, LGBTQ+phobia, ableism, ageism and any other form of discrimination or aggression are not tolerated. Burití fosters a practice of collective accountability and considers it everybody’s responsibility.


La construcció d’aquesta forma particular de conglomerats existencials, l’agrupament de singularitats en una vida compartida. Una existència compartida que, malgrat tot, havia de fer-se essencialment des d’una solitud interrompuda regularment. ¿Por qué tenemos que hacer de toda contradicción una disyuntiva paralizante? No está claro cómo ni cuándo, pero en algún momento de nuestra historia hablar de dinero cuando uno escribe, pinta, compone una obra o crea, se hizo de mal gusto. Como si la creación habitara esa dimensión donde el pago ya se presupone suficiente en la vanidad de quien lo ve realizado o compartido, como temiendo (o alimentando el temor) de que las palabras dinero o sueldo entren en conflicto con la inspiración, que algo ensucie el mundo abstracto y limpio de la obra, desmontando la vieja e idealizada proyección de alguien tan espiritual que no come ni se ensucia, que como es poeta no puede hablar de dinero. Desarrollar una vivienda colectiva, implica problemas de tiempo y financiación. Burití, del oro de la flor... >

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Tipos de subvención cultural – la situación en Barcelona: La subvención francesa señala una voluntad del estado en garantizar las prácticas culturales en el marco de una cierta noción de cobertura social derivada de las políticas keynesianas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, también reproduce el interés “nacional” en proporcionar los medios para el mantenimiento de la expresión de las herencias culturales. La subvención norteamericana desarrollada principalmente en los Estados Unidos, propone la subvención como una forma de impulsar la producción de iniciativa privada y civil en el ámbito cultural, la cual, dependiendo de la capacidad para alcanzar masa crítica por sí misma, sea capaz de constituirse en bien común, en un polo de conectividad ciudadana. Las dos acepciones han recorrido los debates culturales en Cataluña, siempre en relación al recurrente papel de la sociedad civil esgrimido por derechas e izquierdas. Pues bien, llegada la crisis se plantea un cambio radical de paradigma. Podríamos sostener cómodamente que estamos ante el fin del modelo francés y de un cierto triunfo del norteamericano, pero nos quedaríamos a medias. La ausencia de dinero en la caja pública supone, evidentemente, la adopción de discursos justificadores de nuevos criterios de distribución de recursos, de los que, naturalmente, todos sabemos quién saldrá malparado y quién beneficiado: la subvención pasa simplemente a asociarse a los vestigios de una práctica artística gremialista, incapaz de conectarse con la ciudadanía, obsoleta en sus criterios funcionales; en la inversión, al contrario, todo el mundo concede el beneficio del “beneficio”, la capacidad de explorar terrenos de lo verdaderamente “moderno”, de lo que siempre está al día, de los vínculos de las nuevas industrias tecnológicas del espectáculo, siempre rodeadas por un público entusiasta.

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La inversión (industria cultural) pasa a denominarse I+D en detrimento de la subvención (arte), subvirtiendo profundamente el papel del mismo I+D propio de la creación contemporánea y el de su capacidad –ahora injustamente arrinconada –para definir imaginarios colectivos, que al fin y al cabo son los que utilizan las élites para ponerse medallas y generar marcas. La inversión se ofrece en detrimento de una visión potencialmente posible, también inversionista del arte, que diera soporte a proyectos de investigación de larga duración, no exclusivamente centrados en objetos o exposiciones. Este nuevo diseño cultural, organizado de manera piramidal y con verticalidad descendente a partir de los grandes centros institucionales, excluye un flujo horizontal o ascendente. Excluye también, por tanto, la posibilidad de un arte crítico. Esta estructura en forma de embudo está concebida para estimular la competencia entre los artistas. Unos artistas individualizados que deberán de entrar en una competición entre ellos para poder encajar en un marco de reconocimiento único, bien definido y no cuestionable. Todo lo contrario de lo que ahora tendría sentido como apuesta: interrogar y explorar los marcos de cooperación –de lo común, entre lo público y lo privado –y de vínculo social de la práctica artística, articulando múltiples sectores no predefinidos y conectando comunidades diversas de artistas. >

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Razón y ración, todos los días admiten renovación. Burití puede ofrecer herramientas para que los propios artistas encuentren fórmulas autogestionadas de sostenimiento. Muchos de los procesos de investigación en las artes contemporáneas se insertan en ámbitos de la vida cotidiana, tanto a título físico como simbólico. Muchas de estas dinámicas empiezan siendo investigaciones artísticas que más tarde crecen en fenómenos extra artísticos, por voluntad conceptual de los proyectos o porque justamente no pueden sobrevivir en el terreno estrictamente artístico. Estas investigaciones nacen ya de conexiones interdisciplinares y con la previsión interiorizada de su multilateralidad. No todas ellas buscan convertirse en dinero, en mercancías estrictamente museables. Pueden tomar forma de socialización de sus procesos y resultados. Proposición de formas de vida buena más austeras, pero también menos dañinas con el contexto. De riachuelo en riachuelo, como los buritíes enseñan. El proyecto Burití de vivenda compartida se financiará a través de la economia solidaria, las finanzas éticas y las aportaciones de entidades y personas individuales. (Hola, Shakira!) Y bueno, eso no siempre genera estructuras permanentes. También es necesario reivindicar lo efímero.

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Augusto de Campos

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Nuestro camino aún esta a medio hacer. Me parece que tenemos que movernos en varios mundos al mismo tiempo. Era preciso que todo parase, momentáneo mío, para que hubiese un recomienzo. Y eso era. Mucha gente habla del «día después», de todo lo que hará falta hacer y conseguir después del coronavirus. Pero, más allá de las enfermedades y duelos personales, ¿en qué estado colectivo nos dejará todo esto? ¿En qué estado psicológico? ¿En qué Estado político? ¿Con qué hábitos relacionales? Hasta con todo mi deseo de paz y descanso, yo estaba llevado allí en lo extractado, en medio de aquella diversidad, despropósitos, con la muerte del lado de la mano izquierda y del lado de la mano derecha, con la muerte nueva frente a mí, señor yo de certeza ninguna. ¿Sé de mí? Cumplo. >

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Tiempos oscurecidos. Lo que mis ojos no están viendo hoy puede ser lo que voy a tener que sufrir pasado mañana. De hecho, dos de los fenómenos que la crisis sanitaria ha acelerado hacen plausible pensar en un posible tránsito a un nuevo régimen social sin contacto humano, o con el menor número posible de contactos y regulados por la burocracia: el aterrador aumento del poder de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) sobre nuestras vidas; y su corolario, los proyectos de seguimiento digital de la población amparados en la necesidad de limitar el número de contagios de covid-1. Los malos días, el castigo de todo el tiempo quedado. Los cambios de los marcos de la sensibilidad colectiva. En estos momentos creemos que la respuesta por parte del medio artístico no puede y no debe ser una virtualización generalizada, sino un intento de explorar otras formas de contacto, de relacionarse y de acompañarse teniendo en cuenta la situación actual. Es el momento de ponernos a imaginar colectivamente las maneras de cohabitar el mundo que nos aprieta y nos da lugar; de recorporeizar los espacios de encuentro que habíamos ocupado hasta ahora; de aprender nuevas rutinas para convivir y amoldarse a lo que está ocurriendo lejos del aislamiento; de cuidarnos desde las distancias y las cercanías para ir más allá de una insostenible cultura de sofá. En la cultura-red los lugares para el disentimiento pueden ser fácilmente desactivados a golpe de botón. Considero que gestionar esta desconexión es una herramienta fundamental para el pensamiento libre hoy. Solo respirando se puede conspirar. Pero solo conspirando se puede respirar.

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Cuanto te das cuenta del hecho de que no puedes respirar entras en una dimensión de miedo y pánico. La pandemia nos permite ver aún con más nitidez cómo de frágil es este modelo en el que la artista, como una malabarista, no puede parar de moverse si no quiere quedarse con las manos vacías. Sin una renta básica universal el sistema tal y como está planteado en la actualidad es insostenible. Las fuerzas me amanecieron despiertas. Lo que existe no es solo el hombre humano. Travesía. > Las cosas así uno no las coge ni abarca. Donde caben es en el brillo de la noche. Brisa de lo sagrado. ¡Absolutas estrellas! El mundo entero tal y como lo conocemos está en un proceso de reestructuración a consecuencia del colapso ecológico y su consecuente crisis civilizatoria. Pero lo cierto es que vivimos tiempos de una convulsión intensa en el espacio social de la cultura, y que en las aguas turbulentas hay que estar al acecho y sumar colectivamente análisis críticos que nos den herramientas, tanto para construir nuestras alternativas como para responder con rapidez a las poderosas dinámicas reaccionarias que tenemos delante. ¿Qué era aquello, que el desorden de la vida podía siempre más que uno? La resistencia necesita herramientas para subsistir, perseverar, entrar y salir.

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La eclosión de comunidades de vida que se inspiran en epistemes indias, ecologistas y feministas. Comunidades urbanas de vital inserción en la economía y en las luchas sociales de la ciudad. Necesitamos explorar ideas como la renta mínima universal. Debemos reclamar el derecho a la pereza. De manera que tant l’art com la vida puguin esdevenir encara més potents, menys conformats, més joiosos i indubtablement no feixistes i antifeixistes. Repensar la relación de el o la individux con la comunidad, de superar los dualismos: cómo pensar en una espiritualidad materialista o cómo conectar la filosofía con la comida. Si los museos quieren desempeñar un papel relevante en esa reestructuración y apostar por la justicia climática no les queda más remedio que traicionar su cometido y aprender a fracasar mejor. No basarse necesariamente en la creación de obras y su exhibición y difusión. Son cosas pequeñitas, frágiles, pero anuncian otro tipo de conciencia y de praxis. >

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Hay muchas épocas de amor. Los movimientos revolucionarios y autónomos han rechazado la idea de pensar la muerte. Si no somos capaces de pensar la muerte, no salimos de la condición de impotencia. Esta crisis sanitaria puede suponer un punto de inflexión que dé lugar a la aparición y estabilización de un nuevo régimen social: un régimen basado en todavía más miedo y aislamiento, un régimen aún más desigual que ahogue toda libertad. Hay que desarrollar modelos culturales a largo plazo, inclusivos, participativos, sostenibles y exploratorios. Recuperar el tiempo y rechazar la hiperproducción importa. En el camino se nos ocurrirán cosas para intervenir a las intervenciones que nos hacen. La possibilitat de construir imaginaris compartits. Posar en escena horitzons d’existència. Esta noche voy contigo a soñar, que la vida es ritmo, es alegria. De regreso, voy contenta, tengo ganas de gritar y aunque quisiera detenerme no puedo parar. El arte de vivir significa escapar de sí mismo a la búsqueda de formas de vida y juego que todavía no tengan nombres. Aprender juntas a vivir. Le digo a usted: todo es pacto. De todos ellos, el dinero es el que marca de manera más clara los límites de la complicidad, ya que es el que determina el resto.

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¿Hasta donde estamos dispuestos a compartir nuestras necesidades y no sólo nuestros deseos? Encontrar en formas comunitarias de economía sagrada una lógica alterna en la cual podamos inspirarnos para reactualizar maneras más orgánicas, saludables y humanas de hacer cosas en y con el mercado, pero también resistiendo sus lógicas totalizadoras. El individuo no es una realidad última, sino más bien un espejismo que si no tiene quien recoja sus pedazos cuando se rompe no es nada. ¿Si era amor? Era aquel latifundio. Participar en la construcción de rituales que incluso celebren a los adultos que deciden no tener hijos. Hace falta celebrarlo, no considerarlo una tragedia. ¡Y festejar a los hijos también! Necesitamos construir una alegría que no sea heteronormativa. Se trata de un compromiso de por vida. El trabajo, que pertenece a la esfera de lo profano, individualiza y aísla a la gente, mientras que la fiesta las congrega y las une. Lo cíclico de la fiesta viene de que la gente siente periódicamente la necesidad de congregarse, ya que su esencia es la colectividad. El corazón crece por todos lados. El corazón cobra vigor como un arroyo zagaleando por entre sierras y vegas, matorrales y campiñas. El corazón mezcla amores. Todo cabe. Articular vastos espacios productivos por medio de la celebración ritual de la abundancia y la felicidad colectiva, o la conjura ritual de la escasez y la crisis.

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Mi verdadero propósito era aquel, como está dicho. Yo no porfiaba. Yo soy así amor–con–amor, y no ingratitud. Hoy en día, verso esto: enmiendo y comparo. ¿Todo amor no es una especie de comparación? Y de qué manera despunta el amor. >

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epílogo Esta es una experimentación.

Son consideraciones inacabadas, abiertas y oscilantes que se van gestando desde el aislamiento físico. Entonces, el dilema es el cuerpo de la palabra. Las palabras resultan insuficientes para desmontar los bloqueos epistemológicos y las penumbras cognitivas que nos invaden en tiempos de crisis. No desperdicio palabras. Luego, el arte de escribir o de encontrar formatos al modo del collage. La escritura como una fuerza contra el fetichismo de los conceptos. Porque estas palabras también son un mapa de viajes, de alianzas y amistades. Ahora leemos estas palabras puestas en movimiento en la constelación de frases que arman este ensayo también como algo “nuevo”. De modo que el bricolaje caracteriza el texto. Un collage de citas.

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Antes de terminar, quiero expresar lo más profundo agradecimiento a todas las cómplices en este proceso, sin cuya amistad, ayuda y generosidad, este ensayo-collage no hubiera sido posible. En especial a Frederico Coelho, por sus largos y hermosos audios iluminados de referencias y incentivos en días confinados. Gracias a Jose Platzeck y Rafael Frazão por nuestros días de cotorras. Agradezco sobretodo a todas las que contestaron la encuesta: Carlos, Natalia, Renan, Bia Bittencourt, Laura, Liz, Gitana, artista visual, Mel, Julia y Julia. Gracias también a mi tutora Marina Garcés, por las sugerencias. Por último, la primera en apoyarme por toda esta travesía, muito obrigada, Sabina Matz.

Maíra das Neves

Barcelona, septiembre 2020 Programa de Estudios Independientes - MACBA

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FUEN

TEs de las frases


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imágenes Imágenes y ilustraciones: Maíra das Neves, 2019-2020, Excepto la imágen de la portada: Marcia Pinchemel. Disponible en < https://www.tomatessecos.com.br/2019/06/17/buriti-o-fruto-do-cerrado-que-esta-sendo-valorizado-na-gastronomia-brasileira/>. Acceso en 09/09/2020.

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