Málaga hoy
15
● DOMINGO, 10 DE JUNIO DE 2012
Málaga
Unos 200 inmigrantes aprenden español para encontrar empleo Más de 20 voluntarios han atendido este curso en Málaga Acoge a alumnos de Senegal, Marruecos, Nigeria y Costa de Marfil, entre otros países · Muchos aprenden aquí a leer
Le piden tres años de cárcel por entrar dos veces en la casa de su ex pareja Un jurado popular tiene previsto juzgarlo a partir de mañana EP / MÁLAGA
Luisa María Ruiz trabaja con Mahoua, Daniel, Abdelkarin y Daouda en la sede de Málaga Acoge, en la Trinidad. Cristina Fernández / MÁLAGA
Luisa María Ruiz y Carmen Espejo acaban de jubilarse. Son “docentes hasta la médula”, aseguran, y no encontraron mejor manera de seguir enseñando que como voluntarias en Málaga Acoge. Las clases de español para extranjeros están a punto de terminar y durante este curso, la ONG ha atendido a un centenar de alumnos en la capital malagueña y otros cien Luisa María Ruiz Voluntaria de Málaga Acoge
Ahora me doy cuenta de su problemática, no se abren, no conocen el idioma, no pueden relacionarse” en el resto de la provincia. El principal reto de estos cursos es que los alumnos aprendan a desenvolverse en la vida cotidiana y perfeccionen el manejo del idioma para poder acceder al mercado laboral. Daniel Dour llegó desde Senegal hace dos años y medio. Acaba de terminar un curso de fontanero y está buscando trabajo. Para él es fundamental manejar el idioma. Comparte mesa con Mahoua, Daouda y Abdelkarin,
los tres de Costa de Marfil. Daniel es el único que aprendió a leer y escribir en su país. Los demás llegaron a Málaga Acoge para garabatear sus primeras letras. Ya hacen frases sencillas en español y están iniciados en la lectura. Todos buscan que el estudio del idioma les aleje del aislamiento. “Ahora es cuando me he dado realmente cuenta de su problema, viven en casas de acogida, no se abren, no conocen el idioma, no pueden relacionarse”, dice Luisa, que durante meses ha intentado aportarle esa base necesaria para que participen de la sociedad en la que viven. “Leer bien, pero pensar y hablar es más difícil”, comenta Mahoua, una joven madre de dos mellizos a la que aún le cuesta entender al médico cuando tiene que llevar a sus hijos. Daniel alaba el trabajo de los docentes y asegura que es una pena que se acabe el curso porque teme “olvidar lo que ha aprendido”. Pocos tienen relación con malagueños. Sus amistades suelen ser otros inmigrantes de su comunidad y practicar el español les resulta difícil. Horia es un ejemplo de ello. Esta mujer de Nador, lleva 18 años en España y dice que “cogió un lápiz por primera vez cuando llegó a Málaga Acoge hace 5 años”. Era analfabeta y ahora se
Clases también para internos del Centro de Inserción Este año, como novedad, se ha iniciado un grupo de clase de español exclusivo para residentes del Centro de Inserción Social. Los lunes de 11:00 a 13:00 dos voluntarios acuden hasta el CIS para atender a una decena de reclusos que están ya en régimen abierto. La idea surgió del Consejo Social Penitenciario Local y la dirección del centro, que detectaron las necesidades de muchos extranjeros que no sabían español. Además, no cuentan con traductores. “Encontramos a internos que no hablaban castellano, y así no podían participar en actividades ni acceder a formación, por lo que se dificulta aún más su inserción laboral”, afirma Alejandro Cortina. Esta experiencia piloto acaba de iniciarse y, aunque parará en julio y en agosto, volverá a funcionar en septiembre. “Lo importante es que han mostrado todos muy buena disposición y están muy motivados”, asegura Carmen Cano, técnica del Departamento de Prisiones de Málaga Acoge.
SERGIO CAMACHO
siente orgullosa de entender los carteles de las tiendas o las notas del colegio. También Precious, de Nigeria, asegura que “ha aprendido mucho”. Carmen Espejo, otra voluntaria de los cerca de 24 que han trabajado durante este curso, asegura que “aprenden a rellenar papeles oficiales, solicitudes de trabajo, cómo presentarse, cómo preguntar y saber qué se vende en cada sitio, todo es muy funcional”. Los alumnos se dividen en tres niveles, alfabetización, inicial y medio. En el primero de ellos, aprenden palabras básicas, en el inicial se desarrolla un vocabulario para poder desenvolverse mejor en el día a día y en el medio perfeccionan su idioma de cara a entrevistas de trabajo. Las clases de español es uno de los servicios más demandados de la organización, que comenzó hace ya 20 años. Los alumnos no sólo llegan a título personal animados por amigos que ya participan de ellos, sino también derivados por otras ONG, entidades y administraciones públicas. Como explica Alejandro Cortina, director de Málaga Acoge “el objetivo básico es procurar que los alumnos puedan relacionarse con el conjunto de la sociedad, defenderse por sí mismos, salvar los obstáculos que supone el desconocimiento del idioma”.
Un jurado popular tiene previsto juzgar desde el lunes a un hombre para el que la Fiscalía de Málaga solicita tres años de prisión por entrar en dos ocasiones en la vivienda de su expareja en contra de su voluntad, la primera vez por la puerta con unas llaves que no había devuelto y la segunda, por una ventana. Según la acusación pública, el acusado mantuvo una relación sentimental desde 2007 con la mujer, con la que tiene un hijo en común, aunque la pareja se rompió en marzo de 2010. Un día de mayo del mismo año, el hombre entró en la vivienda que ambos habían compartido en la localidad malagueña de Benalmádena. Primero, señala el fiscal en sus conclusiones provisionales, cuando la mujer y su nueva pareja estaban en el dormitorio de la vivienda, observaron que el acusado “los miraba desde la ventana” y, a continuación, entró en el domicilio con una llave que aún conservaba y que su ex pareja le había pedido que devolviera. Al mes siguiente, “se introdujo nuevamente en el domicilio” donde vivía la mujer a través de una ventana abierta.
Condenado por romper la medida de alejamiento de su madre La Audiencia desestima el recurso presentado por la defensa del acusado EP / MÁLAGA
La Audiencia de Málaga ha confirmado la sentencia dictada por un juzgado de lo Penal de la capital contra un hombre en la que se le condena por quebrantar una orden de alejamiento que tenía impuesta respecto a su madre como medida cautelar. Así, se desestima el recurso presentado por la defensa del acusado. Según se declaró probado por dicho juzgado de lo Penal, el acusado tenía prohibido acercarse a menos de 500 metros de su madre y de su domicilio en virtud de un auto que fue dictado el 20 de noviembre de 2011. Pese a esto, se decía, el 29 de dicho mes fue a la vivienda y entró.