LaOpinión DE MÁLAGA
LUNES, 17 DE ENERO DE 2022 | 19
Opinión
Las palabras, llaves que abren puertas MÁLAGA SOLIDARIA
Carmen Espeja
Voluntaria en Málaga Acoge, coordinadora del curso de español en Málaga
S
i has tenido que dejar atrás tu tierra, tu casa, tu familia… y te encuentras entre personas desconocidas, en un lugar extraño donde hasta las palabras se vuelven sonidos sin significado, has de poner en marcha, con urgencia, estrategias para sobrevivir. ¿Quién eres ahora? ¿Qué elementos de los que han construido tu vida y la sostenían te sirven para ubicarte en este nuevo entorno? ¿Cómo afrontar, sin dejar de ser quien eres, esta nueva manera de estar en el mundo? Un mundo tantas veces soñado, que se presenta cargado de esperanzas y no libre de amenazas… ¿Qué llaves necesitas para acceder a ese universo desconocido y no pocas veces hostil? El universo de las palabras, su significado y su capacidad de relacionarnos con las cosas y sobre todo con las personas, es de los primeros a conquistar. Las palabras son llaves que abren puertas. Es necesario
aprender no sólo su significado, también su uso, su contexto, hacerlas propias y disfrutar la emoción de su descubrimiento y las posibilidades que ofrecen. Casa, trabajo, agua, cita, mesa, vecina, médico, pan… Palabras sencillas, tan necesarias como lo que nombran, tan concretas y vitales que casi se tocan cuando se tocan las cosas… o al revés. No menos necesarias son las que abren las puertas a la comunicación, tan ligada a la esencia del ser humano. Palabras para comprender y hacernos comprender. Sustentan emociones, compromisos, afectos, sentimientos…, nos ayudan a manejarlos y compartirlos. Hay otras palabras que no necesitan ser pronunciadas para desplegar su poder. Por la amplitud y profundidad de su significado por sus efectos sobre las personas, las relaciones entre ellas y su capacidad de transformar la realidad son la llave para abrir todas las puertas. Tienen nombre
Los pecados de la carne Pilar Ruiz Costa Escritora
P
ara que un animal sea kosher debe tener las pezuñas partidas y ser rumiante. La Torá prohíbe cerdos, camellos y veintiuna especies de pájaros depredadores. También la ley islámica determina lo que es halal (lícito) y lo que es haram (prohibido). Pero ambos preceptos coinciden en la importancia, no solamente del tipo de animal, sino del alimento y cuidados que se le ofreció hasta el momento último en que un matarife lo sacrifica aun con el propósito de causarle el menor sufrimiento posible. En el caso del Islam, el animal mirando hacia la Meca mientras se pronuncia el nombre de Alá. En el mundo hebreo, un shojet certificado revisará 18 puntos vitales indicativos de la salud plena del animal. Más tarde examinará sus órganos y aun así solo será kosher la parte del animal que va del cuello a la duodécima costilla. Los restos los comerán los cristianos que no cuentan con más requerimientos cárnicos que el ayuno durante la Semana Santa. Obligatorio, pero no tanto porque se exime pagando una bula. Porque todos somos iguales ante los
ojos de Dios y la justicia… pero la pela es la pela. Y en esta España de españoles en misa y repicando, desoyendo a la Biblia y su el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, raudos y veloces (estamos en campaña, pero ¿y cuándo no?), unos fistros pecadores han apedreado al ministro Garzón. Algunos por lo que ha dicho; otros por lo que alguien ha dicho que ha dicho, pero de todos es sabido, cuentan lo mismito los votos de quien lee una noticia que de a quien le leen un titular. Y en este nuevo episodio de cuando un sabio señala a la luna, el necio mira el dedo, ¿a quién le importa la evidencia científica o que España sea el país con más infracciones ambientales abiertas por la Comisión Europea? ¿A quién le importa el coste ecológico y social, la salud pública, el bienestar animal o la desaparición del mundo rural sostenible y plural en manos de unos pocos explotadores? También en India la carne ha servido de pretexto para iniciar una guerra, donde los conservadores del Bharatiya Janata Party
propio: dignidad, derechos, ciudadanía, solidaridad, acogida, empatía… En este juego entre las palabras y sus significados se encuentran enmarcadas las clases de español de Málaga Acoge. Un equipo de personas voluntarias, con ilusión y creatividad, trata de ayudar a personas inmigrantes a renombrar las cosas, a comprender el mundo que les rodea y a utilizar el nuevo código lingüístico como llave que abra las puertas a la comunicación, al trabajo y a la integración como ciudadanas y ciudadanos de derecho. Mujeres y hombres de distintas procedencias, culturas, edades… acuden a nuestras clases donde se conjugan, en sus formas más sencillas y cotidianas, los verbos hablar, escuchar, aprender, comprender, preguntar, responder, acoger, agradecer, sonreír… En este espacio de aprendizaje y convivencia aprendemos todas y todos. Además de aprender el nuevo idioma, este espacio de encuentro y aprendizaje se convierte en una oportunidad de socialización. Personas que no tienen redes de apoyo familiar, acaban de llegar o permanecen aisladas aún después de haber vivido aquí mucho tiempo, encuentran en el grupo un entorno amigable donde relacionarse. En el día a día de esta actividad hay dos elementos que se entrecruzan y complementan: Personas que desean, necesitan, aprender esas palabras que pueden abrirles puertas para normalizar la vida y personas voluntarias que, desde la gratuidad, (BJP) del primer ministro Narendra Modi han llevado bajo el nombre de la hindutva (o nacionalismo hindú) la demanda de penas de hasta cadena perpetua para los que maten o se alimenten de vacas. Animal sagrado hasta el punto de que en los últimos meses varios miembros del partido de Modi han promovido beber orina de vaca o comer sus excrementos como remedio para luchar contra el coronavirus; o han incluido como asignatura escolar la ciencia de la vaca, donde además de las sacras propiedades de orines y excrementos, el temario incluye que el sacrificio de una vaca causa terremotos. Pero esta defensa de los valores sociorreligiosos de los hindúes tiene mucho de pugna anticristiana, antimusulmana y antipobres. A por todos aquellos que, por motivos culturales o económicos, se alimentan del animal. O se alimentaban, porque los autodenominados ‘vigilantes de las vacas’ crecidos en turbas han causado ya la muerte de decenas de personas señaladas por algún vecino de tener carne de vaca en casa. Poco importa que después se demostrara que no era cierto… El fotógrafo Sujatro Ghosh abandonaba Nueva York para volver a su India natal cansado de las noticias intercaladas de los linchamientos a personas acusadas de comer vaca con las noticias de violaciones en grupo y asesinatos de mujeres. Y es que en el país que hasta hace nada fuera el mayor exportador del mundo de carne bovina (4 billones de dólares, por encima del té o el arroz basmati), una mujer es violada cada
ofrecen su tiempo, sus saberes, su empatía para que esto sea posible. La motivación, esfuerzo, constancia… de las unas es refuerzo para las otras. El equipo de voluntariado de Málaga Acoge que se ocupa de las clases de español está formado, en su mayoría, por personas jubiladas provenientes del ámbito educativo y de otras profesiones. Años de experiencia, disponibilidad, apertura, trabajo colaborativo y gran dosis de entusiasmo dan razón de su buen hacer. La llegada de nuevas personas voluntarias permite ampliar la acogida a quienes manifiestan necesidad de aprender nuestro idioma. En estos tiempos de pandemia no está siendo fácil conjugar el compromiso con nuestro alumnado y nuestras posibilidades reales con todas las exigencias de responsabilidad y cuidados a que nos ha obligado la Covid-19. Una de nuestras dificultades ha sido contar con espacios adecuados para esta nueva situación. El curso pasado pudimos contar con locales parroquiales de La Amargura, este año de la parroquia San Pablo. Gracias. Son tiempos difíciles, seguramente más aún para las personas que participan en nuestras clases, quizá por eso más que nunca es necesario que puedan contar con nuestro apoyo y el del grupo para poder seguir descubriendo las palabras y sus significados. Porque son tiempos difíciles para todo el mundo, quizá sea más necesario que nunca echar mano de esas palabras que tienen nombre propio y son la llave para abrir todas las puertas. 18 minutos. Sin embargo, este tipo de crimen no se persigue con la pasión que el de la vaca. Por eso, el ahora proscrito Sujatro Ghosh, volvió para fotografiar mujeres en cotidianas pero provocativas imágenes donde los rostros de las modelos están ocultas tras una máscara de vaca. Tratando que, si no sus ciudadanos, los del resto del mundo vieran el abandono de las mujeres en India, donde sobre el papel tienen los mismos derechos que los hombres, pero donde los políticos y sus políticas están más centrados en proteger a las vacas. ¿Un disparate? Puede ser… Pero miremos qué ocurre aquí. Quizá haría falta que las vacas hacinadas entre los purines de una macrogranja llevaran una máscara de mujer asesinada para que los negacionistas de la violencia machista y esos políticos de todos los colores mostraran un ápice de la indignación causada por las palabras de Garzón: «La ganadería extensiva es un medio medioambientalmente sostenible y que tiene mucho peso en partes de España como Asturias, Castilla y León, Andalucía y Extremadura. Eso es sostenible; lo que no es sostenible en absoluto son esas llamadas macrogranjas… Encuentran un pueblo en un área despoblada de España y colocan allí a 1.000, 5.000 ó 10.000 cabezas de ganado. Contaminan la tierra, contaminan el agua y luego exportan esta carne de peor calidad de estos animales maltratados». Pero… ¿a quién coño le importa una vaca?