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MÁLAGA
Lunes 20.02.12 SUR
Los cachorros de la solidaridad Las ONG malagueñas se renuevan con jóvenes voluntarios que apenas llegan a los 20 años
AMANDA SALAZAR asalazar@diariosur.es
Pese a ser una minoría, aseguran que es una experiencia enriquecedora que deberían probar todos los adolescentes MÁLAGA. Quien dijo aquello de que los adolescentes son egoístas, insolidarios y solo se interesan por los videojuegos seguro que no conocen a Rocío Delgado, Sergio Arjona, Karim El Mir y Mohamed Erradouany. Ellos son el mejor ejemplo de que los jóvenes se implican y no tienen problemas en regalar su tiempo libre por una buena causa. Compaginan sus estudios con su colaboración en dos ONG malagueñas: Málaga Acoge y Cruz Roja. Son solo cuatro casos de una realidad que se repite en muchas asociaciones, según señala Juan Luis Peña, presidente de la Plataforma del Voluntariado de Málaga. Aunque no tanto como les gustaría. «La edad media del voluntario está en los 45 años; cuesta mucho que los jóvenes participen, pero poco a poco vamos incorporándolos», dice. A veces, explica, los menores se involucran en las ONG en las que ya participan sus padres. En otras ocasiones, como es el caso de Karim y Mohamed, ellos mismos han sido beneficiarios de la labor de estas organizaciones. Otros casos, como confiesan Rocío y Sergio, surgen como una elección personal, fruto de una sensibilidad social especial. Gracias a ellos, la solidaridad en la provincia parece tener el relevo generacional garantizado.
Actividades para todos Rocío Delgado tiene 19 años y lleva un año y medio colaborando con el departamento de Educación de Málaga Acoge. Actualmente está preparándose la Selectividad por libre. Quiere entrar en la universidad para estudiar Educación Social. Cada viernes dedica cuatro horas a los niños de familias inmigrantes. Hacen excursiones al parque y organizan juegos para ellos. Además de la experiencia personal, asegura que está aprendiendo en otros muchos campos. «Estoy haciendo un curso de quiromasaje y participo en un curso de formación para jóvenes en arteterapia», indica. «Lo que más me gusta es ver cómo cuando les explicas una cosa se quedan con ella enseguida; luego ves lo contentos que se ponen
Mohamed Erradouany, Rocío Delgado y Karim El Mir participan en el programa de Málaga Acoge de apoyo a niños inmigrantes. :: ÁLVARO CABRERA cuando te ven llegar porque saben que van a pasar una tarde divertida», dice Rocío. Señala que es un bicho raro entre sus amigos. «A todos les encanta lo que hago, me animan mucho, pero no dan el paso de venir y colaborar; les cuesta asumir responsabilidades», añade. Karim y Mohamed nacieron en Marruecos, aunque llevan tantos años aquí que se sienten malagueños. Tienen 17 y 16 años y estudian en el IES Christine Picasso y el IES
El voluntario joven participa en varios proyectos a la vez Juan Luis Peña, presidente de la Plataforma del Voluntariado en Málaga, asegura que el voluntario joven tiene unas características diferentes al voluntario medio. «Según un estudio que hizo la organización a nivel nacional, los jóvenes solidarios suelen participar en distintos proyectos a la vez, incluso de ONG diferentes, y solo en actividades puntuales, porque es difícil que se impliquen de lleno con un mismo programa», dice. Por eso, señala las ONG están tratando de cambiar su funcionamiento para «engancharles». «Es importante que colaboren en la toma de decisiones para que sientan suya la asociación», dice.
Manuel Alcántara respectivamente. Llegaron a la provincia de niños y ellos mismos se beneficiaron del programa educativo de Málaga Acoge. Ahora que son más mayores, se sienten en deuda con la ONG y quieren devolver la ayuda que les prestaron. «Tenemos asignados grupos de ocho o nueve niños y somos sus monitores en las excursiones», explica Karim, a quien le gustaría ser policía en el futuro. Al ser menores, los dos deben contar con la autorización y el apoyo de sus padres. Sergio tiene 17 años y estudia cocina en el IES Rosaleda. Desde hace más de un año es voluntario de la Cruz Roja, donde participa en varios programas. El primero que conoció fue el de Cruz Roja Juventud, donde trabaja como monitor con niños. Asegura que lo que más se conoce de Cruz Roja en Málaga es la parte de salvamento, pero que le sorprendió el trabajo social que hacen con los niños. «Esta pasada semana los llevamos a una visita al museo Thyssen y también les ofrecemos apoyo escolar», dice. Poco a poco, fue conociendo otros proyectos de la ONG, como el de medioambiente, que ahora es el que más le gusta y con el que ha trabajado en los Montes de Málaga para adaptar los carriles para personas con problemas de movilidad. Sergio explica entusiasmado que le encanta poder ayudar a los demás y que para él no es una obligación, sino una suerte poder colaborar con Cruz Roja y aportar su granito de arena.
Sergio Arjona colabora en los proyectos de Cruz Roja. :: F. GONZÁLEZ