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Experiencias emocionales
DURANTE EL TRÁNSITO A LA MATERNIDAD
POR ESTEL SOTO
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El periodo perinatal que, desde el punto de vista de la psiquiatría, comprende la planificación del embarazo, toda la gestación, el parto y el período posparto no es una etapa fácil para la mujer.
Más bien, es un periodo de una gran exigencia en el que se producen cambios importantes a nivel físico, fisiológico, hormonal, psicológico y social. El esfuerzo de adaptación a todos estos cambios convierte este periodo en una etapa de una elevada vulnerabilidad psíquica para la mamá, en la que es frecuente presentar experiencias emocionales características.
El propósito de este artículo es dar a conocer las experiencias emocionales más habituales durante esta etapa para poder normalizarlas. Así como, aportar información y recursos para poder distinguirlas de aquellas experiencias patológicas y ayudar a romper las barreras que impiden pedir ayuda psiquiátrica para su evaluación y tratamiento.
¿Qué emociones normales puedo sentir durante el embarazo y el posparto?
Ambivalencia: sentimientos encontrados respecto a la maternidad, por un lado la alegría y el placer de tener un bebé y por otro la tristeza o la rabia por la pérdida de tu identidad individual, libertad, tiempo, dinero y control. Preocupaciones o miedos: los más habituales en esta etapa están relacionados con la posibilidad de no poder ser madre, de un aborto o una anomalía en tu bebé; el miedo a la muerte de tu bebé o a tu propia muerte en el parto; la preocupación por la muerte súbita de tu bebé, la salud de tu bebé y tus habilidades cómo madre. El “blues o tristeza posparto”: que se manifiesta por irritabilidad, cambios de humor, ansiedad, fatiga, ganas de llorar o insomnio y se inicia entre el segundo y cuarto día posparto. Duelo perinatal: sentimientos de incredulidad, vacío, tristeza, rabia, fracaso o culpa, si sufres la pérdida de tu bebé durante el embarazo, el parto o posparto.
Estos síndromes emocionales, en la mayoría de las mamás se van a ir resolviendo con el tiempo sin son acompañadas y sostenidas emocionalmente, sin necesidad de un tratamiento más específico.
Sin embargo, en aproximadamente el 25% de las mujeres, estas experiencias no se van a resolver o van a ser tan intensas o frecuentes que van a necesitar evaluación y tratamiento.
¿Cómo puedo distinguir una experiencia emocional normal de una patológica?
Es importante tener presente que la tristeza y la ansiedad (así como la ira o el miedo) son experiencias emocionales normales, que nos dan información sobre lo que está ocurriendo y nos ayudan a adaptarnos a las diferentes situaciones que se nos presentan.
> La ansiedad, por ejemplo, nos ayuda a anticiparnos a determinados acontecimientos y nos permite prepararnos y aumentar nuestro rendimiento o eficacia ante situaciones nuevas.
> La tristeza, en cambio, nos ayuda a poner el foco en algo que es importante para nosotras, nos ayuda a centrarnos, nos da tiempo para distanciarnos del resto del mundo, y nos ayuda a afrontar la pérdida y a reunir fuerzas para seguir adelante.
Sin embargo, estas experiencias se convierten en patológicas o desadaptativas cuando son tan intensas, frecuentes o perduran tanto en el tiempo que:
Afectan tu calidad de vida y tu vivencia de la maternidad Te generan mucho malestar o interfieren en tu funcionamiento diario Afectan la comunicación, la interacción y el vínculo con tu bebé. Incluyen síntomas graves (ideas de muerte, suicidio, filicidio, alucinaciones o delirios).
Si necesitas más información sobre qué síntomas pueden necesitar evaluación y tratamiento o cuáles son los trastornos emocionales más frecuentes en esta etapa puedes consultar este post que hemos preparado.
Estel Soto es mamá y médica psiquiatra. Su misión es atender la salud emocional de las mamás desde el respeto y la comprensión, sin juicios ni prejuicios. Su objetivo es ayudar a las madres con tristeza o ansiedad a recuperar su bienestar emocional, vincularse de forma amorosa con su bebé y disfrutar de su maternidad.