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AÑO 01 NÚMERO 02
Regresamos
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Happines de Goldfrap hasta rompernos una articulación. El asunto es hacer, imprimir, cargar las resmas hasta que salgan hernias. El asunto es no matarse de aburrimiento y hacer lo que a uno le gusta, aunque no gane siquiera una sonrisa.
ara empezar, por la demora, disculpas respectivas. Llegamos un poquito tarde, pero llegamos. Al final es lo más importante. Y… bueno. Esta es la segunda entrega. Recibimos muchos trabajos, pero lamentablemente debe existir una selección por razones de espacio. Aquí estamos, nadie nos Algunos textos eran buenos, tanto trajo, y es mejor, porque nadie que de seguro cambiaban el rumbo tiene derecho a botarnos. Aquí d e l a l it e rat u ra p e ru ana y estamos burlándonos de nosotros latinoamericana, pero eran muy mismos porque es más fácil y más largos como para esta revista. En económico. Cabe resaltar que el fin, ya no vale explicar ese tipo de principal motivo de demora es el cosas que tienen que ver con el trabajo (otra vez la excusa) que asunto monetario y sus consecuencias aleatorias. cada uno de nosotros realiza para ganar dinero (el Pregúntale a Einstein. Facebook, el scrable, el ajedrez, las malas noches, no tienen nada que ver en esto). En esta ocasión les presentamos dos nuevas secciones, como para ir dándole forma a Otra cosa, lo citado de Joyce líneas arriba este frankenstein. Presentamos “La Malcriada” y no pertenece a Joyce. Así que no creas todo lo que “La entrevista”. La primera se trata de un te digan. Hasta el próximo número. homenaje a las mujeres que lograron un importante espacio dentro del mundo literario Postdata: (también otras manifestaciones artísticas), En esta ocasión también regalamos la revista gracias a su rebeldía, emprendimiento y porque nos da la gana. Por cojudos tal vez. El liberización del machismo cultural. La otra asunto es que la lean y opinen en el blog. Ahora sí, sección, se trata de un espacio de entrevista a los chaufas con pollo tipacay. escritores contemporáneos, ya sean peruanos o no. Atentamente: Nosotros... ¿Quiénes más? Bueno, continuando con esta primera página (página que muchos se interesan en leer porque dizque es nuestra carta de presentación), se nos ocurre decir que los vientos corren desganados, que estamos solos, que no nos interesa nada y hasta quisiéramos opinar sobre política, sobre el espía de la FAP, sobre la pastilla del día siguiente, del día anterior y del mes siguiente, pero ese no es el caso, porque hemos encontrado gas y a ¡bailar todos con los Yaipén Brothers! Ocaso. En fin. James Joyce decía que el hombre es un ser que no sabe a dónde va, por eso sale a caminar. Y así pues, hemos salido nosotros, estos son nuestros primeros pasos, quizás se nos ocurra cantar además, quizás hasta bailar y tocar timbres para correr y hacerle correr al que viene detrás. No tenemos ningún problema en retroceder, en hacer el paso de la luna de Jacko, de brincar como en
Dibujos de Alex Martinez Vidal www.elartistadelafamilia.com
Soundtrack: Más guapa que cualquiera Joaquín Sabina y Fito Paez
Very Nice señor Kafka Texto de A. Mustango
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n día Julito Gonzales se levantó convertido en Kafka. Fue a su cocina para lavarse y en el espejo se dio cuenta de sus pómulos salientes, igual a la mirada de su esmirriado amigo huancaveliqueño, pero enamorado, y la piel tan blanca como una fotografía de un albino, sacada con un flash de 6000 watts. –No puede ser –se dijo–. Anoche solo comí frijoles Fue a su balcón a comer una tortilla que su mamá le había dejado colgada en el tendedero. Cuando terminó su café dijo: –Estas cosas que le pasan a uno. Después dicen que soy medio alocado, aunque sinceramente no creo que Alfonso o Fernando, mis máximos detractores, despierten un día convertidos en una cosa que no son o que pierdan su celular en una casa de cortesanas. Pensó que lo mejor era ir hacia el centro de Lima, donde tenía que presentarse a las 9 en punto para ver si lo contrataban de redactor de una nueva revista de variedades. Fue y lo contrataron, pero por menos de lo que esperaba. El dueño de la revista se le quedó mirando un rato, eructó mientras firmaba unos papeles.
"No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives". F.K.
Una niñita lo seguía, quería llevarlo a algún sitio. Julio no le hacía caso, pero la niñita no cejaba en su empeño. Además le hablaba en inglés. –Mister, usted y yo podemos ir al hostalito, pretty nice, very bonito, yo saltar, i jump ¿ves? mister 10 centavitos. Julio volteó, miró fijamente, los ojos le dolían por el sol, no, no era tan niñita, era más bien una enana y le faltaba una mano. Era manca. Llevaba unas ojotas de esas que se hacen con llanta. Eso sí, tenía esos ojos verdes serranos tan bonitos que se encuentran en la cordillera pelada del Perú. –No puedo ir, tengo que hacer muchas cosas, además tú no debes hacer este tipo de trabajos, te denigras. –Y qué voy a hacer mister, si no hay plata, no hay dinero y todo el mundo desprecia, el blanco, el cholo, el indio, hasta el pordiosero desprecia cuando le regalan un pollo grasiento para él solito. Julito no sabía por qué insistía en llamarlo mister, ¿acaso Kafka no tenía algo de Vallejo también? –Hay mucho que hacer para ir pensando en esas cosas.
–Estás contratado hijo, son 400 machacantes al mes, más bono de reconocimiento si es que suben las ventas. No está permitido comer en la oficina.
Los ojos verdes ya no lo miraron, bajaron hacia el cemento, hacia las pisadas de las gentes que taconeaban el Jirón de la Unión, como máquinas rimbombantes y zumbadoras, como cadena de montaje acelerada. El sol sobre ellos, el calor y algunas sombras negras volando entre los edificios a medio derretir.
Julio se quedó triste porque no sabía cuál era el tipo de cambio entre machacantes y soles. Además a él le gustaba el café mientras escribía. Extrañaría una taza caliente, pero ni modo, si no se permitía comer ahí, pues trabajo era trabajo.
Julito Gonzales, con cara de Kafka, miró una zapatería, pensó que había muchísimo que hacer. Y luego, contemplando la ciudad, se quedó dormido y acurrucado junto a la enanita.
Empezaba al día siguiente, así que se tomó el día libre y se fue a la Plaza de Armas.
Más tarde un perro flaco vino a hacerles compañía. A su alrededor la ciudad seguía creciendo mientras caminaba.
Instrucciones para que me creas cuando te juro que soy un escritor
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rimero tienes que saber que no todos estamos tristes, ni compramos ropa en el siglo diecinueve. Que no todos tomamos los domingos con amigos inconformes y mujeres feas, que no todos vamos por el mundo con un libro bajo el brazo y
la mochila vacía. Es difícil, yo sé. Pero tienes que entender que no todos parecemos escritores, hasta que escribimos. Como no todos los caníbales parecen caníbales, hasta que descubres lo que esconden en la congeladora.
Jelmu
Rafael Robles Olivos (Lima, 1982). Limeño de fina estampa. Periodista. Escritor. Ha publicado los poemarios “Buena suerte Peter Parker!” (2005) y “Aquí murió el payaso” (2008). Ganó, empató y perdió casi una decena de concursos literarios y periodísticos. Hoy pasa sus días trabajando como redactor del diario La República y machacando teclitas como quien le da forma a una novela corta que de ninguna manera decepcionará a sus hijos.
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De “Aquí murió el payaso”
Soundtrack: Cries and Whispers Yeong-wook Jo
Un día: El extranjero de Camus Camus, el dramaturgo, novelista, pensador del siglo XX, cuasi gemelo siamés de Sartre, uno de los que nos hizo entender que vamos a ninguna parte y a toda parte llegamos para irnos. Texto de Regina Palacios
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a sequedad y el calor del entorno por donde se mueve mi intrincada imaginación, manejada al antojo de Camus, me obligan a buscar la salvación en sorbos de agua fresca que al mismo tiempo son rechazados por esa magnética pura del masoquismo literario. Que incita a no huir; que me anuncia que ya soy parte-impotente y silenciosa del vaivén adormecido de Merseultokoj. Más que resuelta, voy seducida a continuar la travesía hacia lo inexorable: ese lugar al cual se dirigen todos los seres gobernados por su predilección, la determinación personal de la que nace una sensación de omnipotencia sobre sí mismo. Dominador de su propia existencia y, por ello, condenado al asedio de la masa, que guiada por un molde sólito, es incapaz de integrar a los seres ajenos a su premeditación milenaria. Pero no hace falta la integración, no existe una lucha por la aceptación. Acaso es lo mejor de esa naturaleza: el goce morbosamente excitante de asumir la inevitable estadía dentro de un núcleo, una familia, una sociedad, un país y/o un planeta ajenos, ligados a
un sistema de manejo preestablecido y absoluto. Y aun así, saberse no subyugado ni contribuyente; no absorbido por esa “norma-lidad”, ni corrompido por esa conformidad contagiosa y hereditaria. Tampoco está presente la lucha en contra de ese absolutismo, no se nota un pronunciamiento incendiario anti-sistema. Meursault sencillamente existe por y para sí mismo. No pertenece a ningún grupo, es individual. La rebeldía sólo se expresa a través de su desinterés e inactividad. Ese desinterés y aletargamiento son finalmente, los verdaderos móviles de su condena. Su indiferencia extrema ante las situaciones más apremiantes y la ausencia de pasión lo alejan más de una condición humana lúcida y merecedora de indulgencia. Esto me lleva a preguntar ¿por qué se condena a un hombre de esta naturaleza, y no se condena de la misma forma a los grupos de poder que se mantienen de eso: la indiferencia y opresión ante los grupos más débiles?
“
A quienes nacemos forasteros del mundo, no nos importa las leyes sociales, religiosas ni morales que nos impongan ni hasta en los últimos minutos de vida”.
El desinterés de Meursault es del mismo talante que el de quienes lo condenan, la única diferencia es que Meursault se gobierna a sí mismo, y los otros se mantienen gobernando desde entonces y hasta hoy, a una masa que se extiende y ensancha a través de las fronteras; hasta donde ni un foráneo escape de ellos.
vista sobre el punto final impreso sobre la última página de “El extranjero”. Obviamente caigo en la cuenta de que a quienes nacemos forasteros del mundo, no nos importa las leyes sociales, religiosas ni morales que nos impongan ni hasta en los últimos minutos de vida (siendo aún conscientes de ello) que nos queda, moriremos morbosamente forasteros.
Con la mirada perdida y el ensimismado en su punto máximo dentro de un remolino de pensamientos apagados, simplemente presentes y circulares; termino de pasar la
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Banksy
ESCARCHO ESTUCO ESCRIBO DESVIVO
Soundtrack: Como la garganta del caimán Diego Vasallo
Viaje a la pohesía Leer a John Martínez debe ser un poco como estar nadando en esa luminosa chata de alcohol que él suele cargar en su maleta. Uno no sabe desde dónde le están pegando hasta que toca hondo: Villa María del Triunfo parece siempre vista desde la niebla y el delirio; y las mujeres surgen como extensiones en un desastre natural que trae la vida y se la lleva. Ahora que escribir se ha vuelto en algunos de nosotros una vieja rutina a la que recurrimos a veces más por costumbre que por necesidad,
Goodbye, Philip este poemario se alza con la furia de aquellas épocas c u a n d o escribíamos "sin más armas que la desesperación / sin más brújula que el instinto". Este libro en el que nada se une con nada y todo se confunde como en la cabeza de un delirante, es, volviendo a usar sus versos "un caballo atado a otro caballo", "una cabeza humana entre los dientes del tigre", "un quietud de planta carnívora, un río de lava de la sangre. (Pierre Castro)
Las navajas de Jorge Eslava Hay quienes dicen que lo caleta es mas culturoso que lo comercial y hay quienes dicen que lo comercial lo es porque lo caleta no le llega a los talones, esta bizantina controversia raya con las que causa la religión o la política y nunca se llegará a nada, nada de nada. Quien ha llegado a estar parado en la línea divisoria entre lo caleta y lo comercial ha sido el libro Navajas en el paladar de Jorge Eslava, tanto por el tema de marginales pirañitas como por haberse vendido en luctuosas librerías para su segunda edición. Algunos dirán que si hablas de terrucos, vendes; que si hablas de putas, vendes; que si hablas de farándula, vendes más; también vendes si hablas de pirañas. Ante esa “revelación científica” me apego y la valido, pero debemos tomar en cuenta que para escribir este conjunto de cuentos sobre terokal y jama en bolsa de los casi extintos chibolos de Colmena y balnearios, el autor de Navajas convivió con ellos, durmió en sus camas de papel, se alimentó
de las sobras de sus chaufas, chupó de tu trago de piripichey, hasta creo que se revolcó con sus flacas y adquirió sus garrapatas y pulgas y otras especies aún no identificadas por la ciencia. Vale leerlo, no tanto para conocer el mundo del piraña de asfalto, sino para saber cómo es que un tipo pudo sobrevivir a toda esa vida de mierda, que no deja de ser vida por ser mierda. Jorge Eslava salió con tantos traumas de esa experiencia que hoy escribe libros de cuentos para niños y se venden en Metro y Plaza Vea. (Ratchus)
Reseña auspiciada por Terokalk k
Nuestro producto no se pega a la bolsa, dura más que el Afrikano, y cuesta más, lo que nos hace todavía más exclusivos.
La primera novela de Philip Roth nos narra el idilio veraniego de dos jóvenes de clases sociales diferentes llamados Neil Klugman y Brenda Patimkin. La novela empieza cuando Brenda esta parada en el trampolín de la piscina esperando el momento indicado para lanzarse. Antes, ella le pide a Neil que le sujete las gafas. Neil acepta de buena gana. Se la queda mirando. Se queda boquiabierto, le zumba el corazón, le brinca la sangre. Al parecer todo indica que se ha enamorado, y desde la parte baja de la piscina él la mira a ella con un poquito de amor. No ve a una muchacha de cabello corto, color caoba y estirada hacia delante sino a una rosa en lo alto de un tallo muy largo. Neil toma cartas en el asunto, se aviva, averigua su dirección, la llama, se presenta ante ella por teléfono, tiembla, tartamudea, se encuentran personalmente, se computan, se besan, se pelean, se amistan, se hacen el amor, se odian, se gritan, se vuelven a amar.
Googbye, Columbus, la primera novela del e s c r i t o r norteamericano Philip Roth, nos muestra el mundo i n t e r n o y e l conservadurismo de l a s f a m i l i a s tradicionales judías. Pintando sutilmente una sociedad llena de prejuicios que prevalecen sin duda alguna en un mundo como el actual. Novela ganadora del prestigioso National Book Award en 1960, este librito que no es lo mejor de Phillip Roth, nos atrapa de principio a fin. La trama verosímil, por cierto, dado que a veces el corazón no entiende de clases sociales y esas pavadas que delatan n u e s t r a t o r p e z a sentimentaloide hace que acabemos la historia de un tirón. Y muy en el fondo nos compadecemos con Neil y odiamos a Brenda porque todos alguna vez temblamos de amor por teléfono y al recordar aquellas épocas temblamos, pero de nostalgia. (Eduardo Reyme)
El evangelio según Saramago
Soundtrack: Periódico de ayer Héctor Lavoe
Funes fue inspirado en un joven genio Memorable personaje de Borges provenía de una familia de campesinos de la sierra uruguaya Texto de Felipe Revueltas
En el año 1985, un artículo del periodista David Gutiérrez Mendoza, en las páginas de Metrópoli, un semanario local del departamento de Salto, Uruguay, sacó a la luz la posible identidad de quien sería la influencia de Jorge Luis Borges para escribir uno de sus cuentos más memorables.
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a noticia pasó desapercibida y luego ciertamente olvidada, quizás porque no tenemos la millonésima parte de esa capacidad que tenía Funes “el memorioso” para recordar todos los minúsculos detalles que le impregnaba deliberadamente la hipermesia, ese mal que parece un poder de superhérore, pero que al final no es más que una enfermedad mental. Según el artículo, Funes fue inspirado por Dagoberto Arriaga, un joven estudiante de matemáticas que truncó sus estudios por sufrir un accidente. Dagoberto cayó bruscamente de un caballo, se rompió la cadera y perdió la movilidad de sus piernas. Según Gutiérrez, este estudiante provenía de la pequeña localidad de Belén y brilló por su rara capacidad de retener casi con exactitud todo lo que aprendía en un pequeño colegio rural. Este joven, que a los 10 años se recitaba casi todo el Génesis de la Biblia y la tabla multiplicativa del 34 y del 35 (con una facilidad que ponía nerviosos a sus profesores), logró ser transferido, gracias al apoyo de un tío ganadero, al Liceo Alemán de la capital u r u g u a y a , d o n d e posteriormente brilló entre los alumnos más destacados. Dagoberto fue nutrido por libros de literatura,
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h i s t o r i a , enciclopedias y todos los libros de actualidad que en su antigua casa no podría tener. Bajo la dirección del profesor Máximo de los Saucez, un enigmático personaje que alternó tertulias de juventud con Macedonio Fernández. En M o n t e v i d e o , Dagoberto nadaba entre olas de páginas hechas con papel cebolla y tapa de cuero. “Tenía una facilidad para aprender idiomas y sentía un apego por la filosofía presocrática. Pero su máximo placer radicaba en las matemáticas que, según afirman algunos familiares, le cambiaba el rostro y parecía transportado a lo que los orientales llaman karma”, se lee en el artículo de David Gutiérrez. C o m o e r a d e suponerse, Borges supo de Dagoberto por medio de Macedonio Fernández y la idea de hacer una ficticia biografía surgió de inmediato. Era 1931, Borges escribiría el cuento para Ficciones, que publicó recién en 1945. S e g ú n D a v i d Gutiérrez, este cuento es uno de los más “reales en comparación de los otros cuentos que componen este bello libro”. Por su parte Borges, nunca dijo de dónde le salió la idea del relato y
solo se limitaba a decir que se trataba de "una larga metáfora del insomnio"; sin embargo, como si se tratara de una clave, al final del cuento pone el mismo año de la muerte de Dagoberto: 1889. Nadie duda de la increíble y fascinante imaginación borgiana; y nadie duda de que las ideas más originales no salen del aire, sino tienen su base en la más cruda realidad. Quizás este es uno de los ejemplos más claros que existen. Después del accidente
del caballo, Dagoberto regresó a su aldea y la familia, dedicada a labores agrícolas, no pudo más que tenerlo en casa de donde se dice no salió más que para ser enterrado. En casa lo visitaban profesores (entre ellos, Máximo de los Saucez), compañeros de clase, curiosos y demás personas que le incitaban a salir a dar un paseo o a regresar al Liceo Alemán de Montevideo. Dagoberto solo contestaba con monosílabos y mantuvo su posición de no volver a leer un solo libro. Dagoberto murió de la complicación de una gangrena muscular a los 19 años.
Soundtrack: Te vi Fito Páez
Ensayo sobre la ceguera Texto de Regina Palacios
Así es como de un modo secuencial y no por eso sutil, somos testigos de un inevitable suceso masivo que a modo de prueba nos hace ver cuán frágil es el sistema en el que basamos nuestra realidad, vida y aspiraciones. Basta con la movida inesperada de una pieza dentro de una estructura sólida de tradición para observar la caótica locura en el que éste puede degenerarse. Los roles para los que una persona fue capacitada probablemente toda su vida pasan a ser inútiles e innecesarios; es entonces que detrás de eso se evidencia la nada, la inutilidad frente a nuevas situaciones que si no han de llegar mediante una revolución, llegarán por una enfermedad u otro tipo de desastre. El temor latente al descontrol y la incapacidad
para manejar psicológica y socialmente situaciones desconocidas mantiene la tensión de la humanidad, pues tras ésta realidad prefabricada parece no haber nada o quizá haya demasiado que no ha sido percibido. La situación se torna mucho más sombría si pensamos en quienes fueron hechos y formados única y exclusivamente para sobrevivir en éste sistema lúdico, del que tanto temen salir. Dentro de este grupo no está simplemente la sociedad constituida por individuos independientes, sino que se abarca también la caída y deceso de los grupos más dominantes y poderosos del sistema; como queda claramente implícito en la obra con la participación desesperada y casi demencial de las fuerzas armadas siempre de la mano del gobierno. Probablemente el ejemplo más resaltante (si queremos trasladar en cierta manera la obra a la vida cotidiana) de todo lo dicho, salte a la vista durante un movimiento sísmico, en el que, si no son todos, la mayoría de personas olvidan toda la realidad, la conducta premeditada y la reglas del juego; entonces el impulso por la sobrevivencia es lo único real y finalmente verdadero que cuenta.
S a r a m a g o perspicazmente utiliza un personaje neutral: la esposa del médico, mediante y gracias a la cual adoptamos una posición externa desde donde se nos permite diferenciar entre lo que para los personajes fue la secuencia normal de su adaptación y lo grotesco e irracional que se aprecia desde fuera. También utiliza personajes comunes y sin características especialmente peculiares que los sitúen en un contexto específico, lo que sugiere que la historia podría desencadenarse en cualquier lugar cercano, lejano, o en toda
Caída libre
No hay salida en la línea de mi mano solo veo círculos expandiéndose con sus formas más amargas están aquí incubándose en las sombras tomando posesión de mi cerebro enlutando estas líneas que debían ser azules, rojas, blancas me hablan bajito la muerte es la continuidad de la vida a quien le creo si no tengo tu luz y el sol de tus ojos no me alcanzan.
A veces soy solo un cuerpo en la trayectoria inmensa del pensar y cuando escribo solo ahí
Doriany Montoya Ramos Nació en Chimbote buscando al ángel con sonrisa de alba. Pertenece al grupo literario Isla Blanca. Ha publicado en la revista Marea y en diferentes blogs literarios.
Al ángel con sonrisa de alba
/puedo cogerme de las paredes/
la extensión del planeta; el drama podría ser tan propio como ajeno y la insufrible desesperación ahogada por mantener el control de un sistema que se cae a pedazos prevalece. ¿De qué depende la cordura de nuestra sociedad?
Regina Palacios nació en Huaraz (1987). Estudia Lingüística y Literatura en la Universidad Nacional de Ancash Santiago Antúnez de Mayolo.
Carla Astoquilca (Lima, 1985). Hija única. Estudió en Senati y participa en recitales de poesía desde el 2002. Actualmente trabaja en una estación de tren.
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o existiría contagio más instantáneamente impresionante que el de la ceguera blanca. El estilo seductoramente detallista de Saramago nos sumerge profundamente dentro de un mundo desesperado y caótico donde, por una sencilla y simultáneamente inexplicable razón, las bases reglamentarias de la sociedad terminan siendo obsoletas y derrocadas por un frenesí colectivo.
Soundtrack: Happiness Goldfrapp
Cómo acabar de una vez por todas con Woody Allen Para los que vieron una que otra película y les gustó el estilo de este judío que se burla de sí mismo, les pasamos este dato: Woody Allen escribe libros, y muy buenos libros.
En la feria del libro del año 2005, la de Ricardo Palma (sí, por esa feria que tanta bulla hicieron) pude ver entre los anaqueles de una editorial cara, un libro que llamó mucho, demasiado mi atención. “Cómo acabar de una vez por todas con la cultura”, escrita por Woody Allen, uno de mis directores de cine de cabecera (o de videocasetera). Aunque ya había gastado el dinero en otros libros, no pude resistir la tentación de robarlo. Pero como nunca robé libros por miedo a ser atrapado, encarcelado, torturado y ser rellenado con cangrejos, preferí dejarlo lo más oculto posible de la vista para que ningún otro cliente ávido de novedades se atreviera a comprarlo. Regresaría mañana. Lo busqué al día siguiente y no lo encontré. Pero por cuestiones inexplicables, abducciones y secuestros interestelares por los malditos de Renovación, apareció en mi mochila. Lo leí sin pensar mucho en las razones de su aparición, con las primeras páginas de tanta risa ya me había olvidado hasta de mi nombre y de que estaba sentado en medio de la pista que rompían los trabajadores del Metropolitano. Hitler peleándose engreídamente por la silla de la barbería; el conde Drácula escondiéndose en un armario oscuro porque confundió la noche con un eclipse de
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mediodía; un absurdo tratado de filosofía; un tipo jugando con la parca una partida de cartas; dos viejos que juegan ajedrez por correspondencia y después de sus diferencias deciden jugar mejor una partida de Scrable; las reflexiones de una víctima de la comida chatarra; la casual toma de poder de unos rebeldes barbados al estilo del “Che” y Fidel Castro; la mafia en todo su esplendorosa estupidez y demás temas conforman esta pequeña reunión de artículos que escribió para que los lectores de The New Yorker
(aunque algunos textos fueron escritos especialmente para el libro) en 1960. “Cómo acabar de una vez por todas con la cultura”, me hizo reír tanto que tuve principios de gastritis y tuvieron darme algunos consejitos para los dolores estomacales y uno que otro regaño para amenguar la risa que llevaba. Y como estaba por esos días con una entrevista de Sabina en la cabeza, donde decía que debemos regalar lo que más nos agrada, si no, no sería regalo, regalé aquel
ejemplar a un amigo por su cumpleaños, seguro de que lo disfrutaría igual o con más intensidad, ya que por ser de contextura gruesa tenía la característica de la risa fácil. Por supuesto, luego me enteré de que la misteriosa mujer que me lo regaló quiso matarme. Pero luego supo comprenderme. Claro, después de pasarme corriente por las tetillas por intermedio de unas 14 horas al día. Claudicó cuando su padre le había mencionado que el recibo de luz había subido en un 90%, por lo que debía aumentar su cuota si quería seguir viviendo en casa. Desde entonces compartimos algo más que amistad, sino me enseña unos cocodrilos de batería que tiene guardado en su cartera de mimbre. Woody Allen pertenece a esa camada de artistas multifacéticos que ya están muriendo. Así como Tarantino, como Chaplin, Clint Eastwood, como, ¿ven?, se me acaban los nombres o tengo que hacer una rememoración forzosa para mencionar a otros. Tenemos a Stallone con su Rocky I, Orson Welles con su Ciudadano Kane, etc. Hombres que destacaron porque además de escribir un guion, también se atrevieron a dirigir, o a actuar, o producir sus respectivas obras, ya que nadie más las percibe como ellos, la idea primigenia, el asunto del meollo, el corazón de la lechuga, tú entiendes.
Erick Sarmiento
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oody Allen no solo es el director-guionistaproductor-actor. Resulta que Woody, un polifacético cineasta que hace de genio y neurótico en casi todas sus películas, también toca clarinete como Calamardo de bob Esponja y publica libros (todos ellos revestidos con un grato nivel de jocosidad) por lo cual más de un crítico lo ha propuesto para el Nobel, claro, aunque no se sabe si en serio o en broma.
“Antes, por cinco marcos, el mismo Freud te trataba. Por diez, te trataba y te planchaba los pantalones. Por quince marcos, Freud permitía que tú le tratarás a él y eso incluía una invitación a comer”. W.A.
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Woody Allen pertenece a esa camada de artistas multifacéticos que ya están muriendo. Así como Tarantino, como Chaplin, Clint Eastwood, como, ¿ven?, se me acaban los nombres”.
Para no desviar mucho el tema quiero decir que el próximo presidente de la república debe acordarse de la educación peruana, que Los padrinos mágicos se han maleado y que Family Guy ha convertido en Gay a Stwet. Saludos a mi viejita. ¿Cómo acabar de una vez por todas con Woody Allen? No se puede. Queda mirar todas sus películas y aprender un poco de aquello de reír un poco, aunque sea por las puras.
Soundtrack: She’s a fox Jimi Hendrix
Juan Ramírez Ruiz, ¿dónde te encuentro? El autor del siguiente texto narra su descontento por la poca bibliografía sobre este importante poeta, fundador de Hora Zero y precursor de la contemporánea poesía peruana Texto de Joel Córdova
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n tiempos donde lo nuevo, lo rebelde, lo urgente se manifiesta escaso y necesario, se convierte en imprescindible la mirada al pasado que no conocemos, que se esconde en los vericuetos de algún bar, algún callejón maloliente con un libro y palabras heroicas entre sus recuerdos. Y dentro de ese pasado que no conocemos seguramente se encuentra un humano de los que para mí (si otros dicen lo contrario, cosa suya, engaño suyo), representa otro punto de quiebre en la poesía peruana. Como Vallejo en su momento. Como Rimbaud (que no era peruano, pero que bien pudo serlo), como cuando el hombre inventó la palabra para crear su pensamiento. Como cuando dormimos y sin darnos cuenta ya es otro tiempo, y el mundo siguió por costumbre con su eterno fluir de cosas. Ese humano tenía un par de zapatos, juventud, ideas, hambre por las tardes, compromiso con su realidad, inconmensurable sed de historia: pasado, presente y futuro al alcance del salto que no damos. Tenía también nombre y apellido: Juan Ramirez Ruiz, oriundo de los libros. Hace un par de años, mientras buscaba poesía por internet (el mismo medio que me hizo conocer a Nicanor Parra), me topé con el movimiento Infrarealista de México. Me enteré entonces de Roberto Bolaño, Mario Santiago Papasquiaro, Bruno Montané, Ramón Mendes, entre otros. ¿Y esto qué tiene que ver con Ramirez Ruiz?, pues todo. Ya que en el manifiesto Infrarealista hacen mención al movimiento poético de Hora Zero en Perú, y una
Hora Zero en sus épocas incendiarias. Juan Ramírez, Jorge Pimentel y Enrique Verástegui.
JUANA CABRERA (También esto aún acontece) Juana Cabrera se ha quedado en la calle. / Su casa ha sido demolida mientras brillaba el sol. / Hubo orden judicial y por supuesto el Juez ha estado presente / y ha constatado los destrozos que han hecho los demoledores. / Y yo la he visto, yo he conversado con ella y / ella ha vivido allí por décadas con hijos marido y hermana. / Ha trabajado toda su vida. Tiene libreta electoral y un solo gusto / los discos de El Satanás de Cuba, especialmente ése "si tú supieras / las ansias que tengo de verte" y el otro "Vereda Tropical". / Y ahora Juana Cabrera está en la calle y ha vuelto a recordar / el maremoto del 42, el sismo del 66 o la caravana de damnificados / o la multitud (que conversaba en las noches) afligida / por esa guerra que terminó en dos horribles hongos. / (Y esto es un asunto grave) / Juan Cabrera va a dormir en plena calle. / Va a tener hambre y frío otra vez. / Y seguramente va a perder peso. Juan Ramírez Ruiz
la otra. Es así que descubro que en el Perú existió todo un movimiento poético, y existió Juan al centro de aquello. Lo primero que leí de Juan Ramirez fue el par de manifiestos que se puede encontrar en la página Web de HoraZero: Palabras Urgentes y Poesía Integral. En esta época llena de desfallecimientos y omisiones la toma de situación y de conciencia es ineludible. Y esto se edita a consecuencia de la necesidad de manifestarnos como hombres libres y como escritores con una nueva responsabilidad, con una nueva actitud ante el acto creador, ante los hechos derivados de una realidad con la que no estamos de acuerdo. Así, Palabras Urgentes me
demuestra la razón histórica de Juan Ramírez. Su deseo apasionado de buscar un cambio que se desprende necesario de la realidad que observa y le convence que más allá de ella, solo nada. De primera decidí leer los poemas de Juan, pero mi posición de muchacho provinciano resultó un gran inconveniente. Pensé que en internet encontraría obras completas; pero me llevé una decepción dura. A las justas un par de poemas, que provocaron mayor ansiedad, como cuando quiero fumar cigarros y la cajetilla de toda la vida se ha quedado vacía. Entonces comenzó mi tormento, mis ganas no calmadas hasta ahora.
No encontraba esos libros. Ni amazonas, ni Quilca, ni feria de libros De Viejo, ni biblioteca de Letras, ni el omnisciente internet. Tal vez no busqué como es debido. La vida me exige otras actividades, y no soy muy valiente para decirles no. Los libros están en la Biblioteca Nacional, pero en la sala de investigadores; o sea no copias, trámite de carné, etcétera. Iré, pero en verano, cuando la universidad ya no absorba tanto el tiempo de mi juventud. Hace poco, un amigo, en medio de palabras ahogadas con alcohol, me dijo que tenía los libros en copia y hasta ahora sigo esperando a que cumpla su promesa de traérmelas. Espero también que alguna editorial (independiente, de las oficiales, internacional interplanetaria, cósmica, estatal, no interesa en lo absoluto) se tome la molestia de reeditar las obras completas de Juan. Pero ya! Entiendan que no viviremos para siempre. Como verán espero muchas cosas. Penélope a mi lado es una zapatilla. Inundados de tanta poesía rápida, de mucho egocentrismo, romanticismo, paludismo, de escribir sin teoría, sin marcos conceptuales (donde la libertad se siente más contenta) se entusiasma y no se rinde. Es necesario enterarse que no siempre fue así, que este es un estado momentáneo de las cosas, que mañana puede ser mejor, distinto, azul con olor a cabello de mujer. Para eso está el pasado, saber qué fuimos, qué hicieron antes, aprender, no imitar. Construiremos lo que viene con un lapicero, un libro, una hoja cuadriculada en blanco, canciones de los Beatles, alegría en nuestros corazones y mucha rebeldía.
Soundtrack: El extraño de pelo largo Enanitos Verdes
El extraño de pelo largo Mito, genio, descuidado, fumón, producto del marketing, chibolo alucinado, precursor de no sé qué corriente y vividor a contracorriente. Lo mejor que podemos hacer con Caicedo es leerlo. Texto de Julio Barco Avalos
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s difícil encontrar un amigo. Alguien que e s c u c h e t u s desvaríos, o solo te acompañe a caminar bajo el manto de la noche. Hay algunos buenos amigos que, como Andrés, están muertos. Ahí están: un montón de patas esperando en rumas y rumas de libros, arrastrados por libreros, quizá condenados al olvido. Lo misterioso es cómo se llega a ellos, como se encuentra un amigo. Puede que el libro que dejamos caer de las manos sea el que nos salve del suicidio. Cuando oí de Andrés todo hacía suponer que se trataba de algún maldito (Ahora que es normal proclamar falsos héroes y matar a otros, a uno le entran los escrúpulos). Sus fachas estrafalarias y medio hippies, no dejaban rastros de duda.
Pero había que leerlo, conocerlo, invitarlo a bailar. La historia cuenta que vivió en Cali; que al segundo intento logró matarse, pero murió tranquilo, ya que dejó obra. Caicedo le puso una fecha a la muerte, para que no lo venciera, para vivir intensamente. No quería envecejer, cambiar, olvidar. Aunque en vida llegara a decir que nunca sería un escritor, que nunca llegaría a nada duradero, atravesó ese filtro por donde se fuma la leyenda. Dice, también, que sexualmente era híbrido, odiaba el humo del cigarro, pero le encantaban de consumirse entre las
“Esa también fue una de las causas de mi suicidio: el atroz horror a la vida”. Andrés Caicedo
las rumbas, mejor aún si sonaba Ray Barreto; que leía a Borges y criticaba el realismo mágico; que se enamoró de dos hermanitos, muy pequeños, y que por eso casi lo meten preso; que su novia lo dejó, una, dos veces; que viajó a tierras yanquis cargando un guion bajo el brazo, pero fracasó y terminó de consumirse entre las drogas; que creía en fantasmas y vampiros; que amaba a Poe. El día que su novia lo dejó, frente a su vieja máquina de escribir, ingirió más pastillas de la cuenta (lo suficiente para bajarse un elefante). Acababa de llegar un ejemplar de su primera novela. Tenía 25 años. Nunca sabré qué se llevó a la tumba, quizá muchos litros de melancolía. Pero nos dejó sus palabras, sin trágico epitafio. Quedaron sus libros que, como su propia vida, convocan al delirio: “Odio mi cuerpo y mi alma, dos cosas importantes, rebeldes a los cuidados y normas de la maldita sociedad, odio mi pelo, un pelo cansado de atenciones estúpidas”. Queda ese estado de pura sacudida, vértigo y locura, de su corazón podrido y su cabeza llena de cucarachas. Otro asunto: Caicedo le pertenece a los jóvenes, porque siempre quiso escribirles a ellos. A ese grupo medio voluble y rebelde, que lee en los baños, que lee en las clases de matemática, que busca una voz, que llena las calles, las a c a d e m i a s , universidades, el mundo y quiere, sobre todo, sentir. Gratis. Ahora. Inevitablemente. Es que Caicedo sentía mucho.
recalco, veía harto cine. Sufría de cinefilia. Es que, necesitaba entender la vida mediante la ficción. Veía para escribir, escribía para vivir. Por ahí va la onda. Y él la tenía a granel. Pero, además, cabía el miedo: era tartamudo y algo tímido. Ahora que se venden sus libros (por cierto, muy caros), y que se promociona su imagen (marquetera) en todas las ferias de libros, nos queda tomarlo como referencia para las nuevas y viejas generaciones de locos y renegados adolescentes. Porque, como decía Echenique, hay que estirar la adolescencia hasta la muerte. Por eso, no hay que olvidar a Caicedo, el que nunca creció.
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No sabemos a qué obedece tu presencia, pero estás allí, amor, totalmente desarraigada de lo que nos rodea. Estás allí sólo para que podamos amar, dispuesta nada más a que nuestros cuerpos pataleén enchuspados en el tuyo y se revuelquen por turno o a un mismo tiempo en tus entrañas dulces y jugosas. Y ya lo ves, estoy hablando de ti otra vez, sé que no se puede, que es imposible, pero no importa, me gusta inventar”. Extracto de Angelitos Empantanados Andrés Caicedo
Además, recalco, veía
Soundtrack: Lucy in the sky with diamond The Beatles
Las visiones 'claras' de Huxley El visionario autor inglés, su alucinada obra y un poquito de soma caliente para el alma.
"El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás". Aldous Huxley
Texto de Jaime Tranca
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abiertamente; incluso, el grupo liderado por Jhon Lennon grabó la canción Lucy in the Sky with Diamonds, acróstico del LSD. Aunque Lennon negó dicha relación, el video clip decía lo contrario: era una animación en colores sicodélicos que representaban una alucinación.
a obra literaria de Aldous Huxley es una mezcla de sociología, psicoanálisis y hasta de ciencias biológicas, legado de un visionario inglés que por pasarse la vida escarbando los problemas que aquejaban al Hombre, se convirtió al Vedantismo y hasta experimentó con el LSD, droga sicodélica ligada a la moda hippie y a famosos cantantes de los años 60. Pero Huxley, ya había experimentado con otra sustancia que le hizo famoso en el ámbito literario. Se trataba del soma. E l s o m a , u n estupefaciente creado a partir de la mezcla de cocaína y morfina, consumido por los ciudadanos que conformaban la sociedad del futuro: un solo gobierno mundial represor y totalitario, en donde la guerra y la pobreza no existen, pero tampoco la familia (la reproducción está basada sobre el cultivo de humanos), el arte, la filosofía y la religión, y hablar de historia o de la reproducción vivípara es uno de los actos más obscenos. El soma llenaba los vacíos existenciales y creaba en el individuo un estado de felicidad absurda, un placer que le bastaba para aplacar todo mal existente. Aldous Huxley detalla la vida de esta futura sociedad en Un mundo feliz, novela de ciencia ficción que refiere a una sociedad de tecnología avanzada, en donde cada ciudadano goza de una falsa felicidad, que no es más que el r e s u l t a d o d e u n condicionamiento basado en la hipnopedia -transmisión de mensajes repetitivos durante el sueño-. De esta manera, cada integrante de la gran sociedad estaba satisfecho de ser quien era y ocupaba un cargo según la raza a la que pertenecía, y si
Huxley rechazó -como lo hiciera después el líder de The Beatles- el título de Caballero de la corona británica. El alejamiento hacia lo material y superfluo fue la c o n s i g n a m í s t i c a qu e l o acompañó hasta el final de sus días. En el lecho de muerte, al no poder pronunciar palabra alguna, le pidió por escrito a su esposa 100 microgramos de LSD, lo que le permitió morir apaciblemente, oyendo, desde el más allá, la lectura del Libro tibetano de los muertos, como lo había deseado. Murió a los 69 años.
“
Aldous Huxley detalla la vida de esta futura sociedad en Un mundo feliz, novela de ciencia ficción que refiere a una sociedad de tecnología avanzada, en donde cada ciudadano goza de una falsa felicidad”.
sentía algún malestar ligado a las emociones, lo solucionaba con unas tabletas de soma. La utopía de Huxley es una mirada al mundo futuro, pero de manera sarcástica. El escritor inglés, destacó por ser un gran intelectual prematuro que influía con sus ideas ligadas a la libertad humana. Como periodista, viajó por todo el mundo y tuvo un notable interés en la filosofía oriental, que se contraponía a los trastornos generados por la civilización occidental. Influido por el ancestral pensamiento, escribió libros que pregonaban el pacifismo y las ideas ermitían
espirituales de los Vedas. Años después, descubriría drogas como la mescalina, LSD y psilocibina, estupefacientes sicodélicos que le permitían ver con “claridad” los problemas existentes en el mundo moderno. El LSD -droga que induce a estados alterados de conciencia, comparados a los de la esquizofrenia- se hizo popular entre los artistas de la época. The Beatles, The Doors (banda inspirada en Las puertas de la percepción, libro espiritual de Huxley) y Pink Floy, fueron algunos grupos que la consumían
Amanecer Había visto el mar más sereno y en su mansedumbre la niebla calaba, profunda, en su ras, la densa imagen de los flotantes que van a la par escondiéndose confundiéndose en silencio detenidos en el tiempo con el vaivén frio del mar. Se los ve unidos, danzar, botar espuma y espantar ¡fantasmas serán! saliendo del fondo del mar como aves parecen graznar en la orilla, la arena surcan, buscando donde atracar tratando siempre de armonizar con el son frío del mar. Autor: Oscar Rojas Montoya
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Soundtrack: Demolición Los Saicos
Escritor peruano postindustrial
Atentado a las letras: el retorno del 80m84rd3r0 El arequipeño César Gutiérrez ha lanzado la segunda entrega de su libro Bombardero, una ópera electrónica en formato de texto literario. Texto de Juan J. Sandoval Zapata
“Estamos en el aire” es el título que la editorial Norma ha sacado como segunda parte del Bombardero. El primero, publicado el año pasado lleva el nombre de “Ground Zero” y es donde da inicio a esta novela postindustrial totalmente ajena a toda expresión narrativa realizada en muchos años, donde los sucesos del 11S en Nueva York marcan un beat a lo largo de las páginas. En el set de 80M84RD3R0-la película, cuyo rodaje se detuvo por la inminente salida del soundtrack: participan 11 bandas electrónicas de Lima, Arequipa, Madrid, Nueva York y Buenos Aires (esta es una primicia).
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o hacía mucho, en abril de 2008, que el mismo Gutiérrez impactó con la presentación del libro completo, de más de 800 páginas y con una edición extraña y a la vez de lujo (cuenta el autor que la versión original era de 2 mil páginas escritas en la zona del atentado en Nueva York), que contó con la ayuda del Gobierno Regional de Arequipa y otros auspicios privados, y marcó el inicio de una etapa intensa de presentaciones, entrevistas, polémicas y mucho rock and roll. Del Bombardero, Norma tiene proyectado sacar el libro en tres partes. “Ground Zero” fue presentado el 11 de septiembre de 2008, y “Estamos en el aire” se presentó el 11 de septiembre de 2009. En ambos casos, se ha respetado la
esencia de la obra original, cual Quijote tambaleándose por los aires de Nueva York, se teletransporta por París y vuela peligrosamente por Berlín, Londres, Ámsterdam, Tokio, Hiroshima, Nagasaki, Buenos Aires, Bagdad, Karbala, Ciudad Pálida (Arequipa), Momiamía (Cusco) y Lima (Nubegris). César Gutiérrez además de escritor, es periodista, publicista, dj musical, brichero y poeta. Ha viajado por muchos conciertos en el mundo y le jode no volver a Europa. Ha aceptado unas preguntas para Justo Medio, con la frialdad del Bombardero, nos atiende: ¿Cuál crees que sería el formato literario del futuro, tomando en cuenta el furor de las redes sociales y los medios audiovisuales digitales?
El nuevo formato ya existe y sólo se espera la aparición de alguna maravilla interactiva sobre el plasma. Hasta ahora no existe una sola obra de arte literario generado por el furor narcisista del blog, la inmediatez del twiter o el alucine egotístico de facebook.
César Gutiérrez (1966) ha logrado una voz literaria insubordinada. Como si fuera un talibán, la palabra colisiona en la tumba de Vallejo en París y se convierte una especie de road movie con mujeres llenas de amor y ciudades llenas de guerra. Él lo califica de “escáner paródico que mezcla periodismo, sci-fi, poesía, cultura pop, ciberpunk y rock. Y está narrado con velocidad, humor y tristeza”.
¿Cuánto influye la diagramación en tu literatura? En mí solo influye la capacidad para romperme los dedos escribiendo.
Luego del caluroso ingreso de tu libro Bombardero al circuito literario peruano, ¿sientes alguna pertenencia hacia alguna corriente artística? Todo lo que escribo no pertenece a una corriente específica, es de inclasificable insularidad. ¿Te sientes excluido del parnaso literario o intentas pertenecer al círculo? Soy una prueba flagrante de que el espíritu sopla donde quiere. Y es una bendición que todos los círculos me sigan siendo ajenos.
Insólita instalación en un paradero del gran Buenos Aires por obra y (des)gracia de unos alumnos de la UBA.
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La poética de Bombardero se fundamenta tanto en la estética del arte escrito tradicional y también en elementos extraliterarios tomados de la era cibernética, como la tipografía de letras y un formato visual de diagramación que recoge lo más vanguardista de la poesía peruana como Oquendo de Amat y sus cinco metros de poemas. “Me sorprende que antes de mi libro no se haya hecho uso de los isotipos para reflejar la multiforme realidad. Fuentes y wingdings exportados de la publicidad a la novela”, nos comenta desde su indisciplinada bohemia barranquina. “El último capítulo está ambientado en Nueva York en el 2018. Si he intentado que este sea un libro electrónico que funcione con links, el próximo paso tendría que ser, naturalmente, un libro con tinta electrónica, en un soporte multimedia, aunque no sé si será posible que yo haga eso por ahora”.
1. Sirviéndose una chela en los altos de la catedral de Arequipa (diciembre 2007), aparentemente se celebraba el ingreso a las prensas del libro. 2. Con Bowie en la characata habitación del autor.
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Los libros que componen el Bombardero están a la venta en todas las librerías. A César Gutiérrez lo ubicas en su blog: http://80m84rd3r0.blogspot.com/ o en el bar La Noche a partir de las 3am.
Soundtrack: Contigo Perú Arturo ‘Zambo’ Cavero
Huallaga Vice Texto de A. Mustango
El autor hace un breve resumen de resumen de una conferencia inolvidable y traumática ofrecida por un doctor honores sin causa de la universidad Balas Peruanas sobre la manera de cómo sacar al Perú del hoyo en que se ha metido... aunque sea sacarlo a manera de huaqueo.
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ubo una vez un equipo peruano que no tuvo mejor ocurrencia, esta vez sí para variar, que comenzar a ganar todos sus partidos. Los ganaba como si estuviera acostumbrado, como si en ello se le fuera la vida. En medio de la algarabía, el frenesí, la chupadera, el orgullo, la alegría, los hinchas empezaron a corear: “¡Sí se puede!” Recién nos dimos cuenta de que podíamos, por eso lo gritábamos, para no olvidarnos. Pero parece que solo en esos escasos momentos de gloria nos damos cuenta de que, bueno, ¡ejem! Sí se puede. Pero, ¿Por qué diablos los peruanos no podríamos? ¿Es que toda nuestra vida la pasamos pensando en que no podemos? Para resolver esas dudas y plantear su solución, el profesor Feerz Shoushinagan se presentó en el Conversatono Anual de Medios Abstractos y Concretos que se celebra todos los años en El Salón Dorado de la Municipalidad de Los Olivos, bajo los auspicios de Cementos El Roble. Su docta ponencia se llamó justamente: El derrotismo del habitante promedio peruano en relación c o n s u i d e n t i d a d destructuralizada. “…luego de tantas derrotas militares, oportunidades perdidas para ser superpotencia, rapto del Huáscar, caudillos en vez de dirigentes, guerritas civiles y de llenar cuartos de oro y plata para rescatar a nuestro
emperador, es lógico que los peruanos salgan derrotados del vientre de su madre, esos niños a los cuales en la escuela se les enseña que todos sus héroes, únicos hombres de valía que existieron en el país, fueron a la tumba antes de tiempo, muertos por el enemigo invencible. Esos alumnos y más tarde profesionales, no tienen ni el tiempo ni las ganas para triunfar, sentirse optimistas, reconocer al país como propio para labrar su grandeza. Prefieren saquearlo antes de que lo haga otro, y no ponerse a desarrollarlo. ¿Por qué? Porque no tienen identidad nacional, no sienten que esta tierra es suya sino del otro, del adversario, del enemigo, del exterior, estamos, nos encontramos sitiados, colonizados, infestados, rendidos en nuestra propia
tierra”. Shoushinagan, que posee un doctorado en Comunicación Neuronal y menos media de la universidad de Principita en Oslo, no quiso solo ofrecer un diagnóstico para nuestra enfermedad, sino que invocó una solución basada en sus rigurosos años de estudio en nuestra patria, lejos de su natal Noruega. “…una sola película mostrando la fuerza de Túpac Amaru triunfando en Sangarara bastaría para subirnos la moral, la película finalizaría antes de que lo agarraran, en todo caso podríamos contratar al señor Gibson para que nos haga una igualita a Corazón Valiente. Imagínense al Huáscar del mismo modo que “A la caza del Octubre Rojo”. Hasta podemos colocar a Sean Connery como
Miguel Grau; yo estoy seguro de que si se le habla bonito, Ridley Scott haría gustoso la película Ollanta, teniendo como estrella a Arnold Schwarzenegger; como Picqui Chaqui estaría Danny de Vito. Tom Cruise se moriría de ganas por ser Andrés Avelino Cáceres en las Aventuras del Brujo de los Andes peleando contra diez mil chilenos y cien mil ingleses invasores en una versión un poco licenciosa pero válida para la taquilla. Mis estudios indican que una película mostrando a Túpac Yupanqui descubriendo Australia al mando de veinte mil submarinos de totora sería mil veces más eficiente que una flota de Eurofighter que nos defienda de todo mal. Gastaríamos menos plata en hacer películas donde SÍ PODAMOS que en comprar fragatas de la época de la tía Chucha de Berlusconi. Chuck Norris podría ser Bolognesi, Jackie Chan el Cholo Sotil, Miami Vice sería Huallaga Vice…” Inconmensurable sería la tarea de poner toda la perorata del insigne profesor noruego en esta revista. Pero estamos convencidos de que han podido absorber lo más importante de su propuesta para ver si es posible difundirla y tal vez realizarla (si es que tienen plata). Solo nos queda invitarlos a su próxima alocución que se realizará en Diciembre, en la Sala de Honras de la Municipalidad de Zapallal.
Invitación – Convocatoria Se busca vivo o muerto a joven escritor -dispuesto a arriesgar su buena imagen- para escribir y colaborar en esta humilde revista que tiene por único fin la última página. Los interesados deben enviar, o dejar que envíen por ellos, sus textos u otros reflejos determinantes de la falta de tornillo. Asimismo, se hace la misma invitación a pintores, dibujantes, músicos, fintosos, snobs y alucinados a compartir sus trabajos con nosotros y con todos los que ya conocen y piden Literalgia (¿ven?, nosotros también somos alucinados). Los trabajos deben ser enviados a: literalgia@hotmail.com / literalgia@gmail.com Las bases están publicadas en: www.literalgia.blogspot.com
Sobre Nosotros
Y un día volvió, Hora Zero Poesía caliente infrarrealista
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a buena poesía sigue vigente y Hora Zero aún más. 'Hora Zero: los broches mayores del sonido' una selección de Tulio Mora ya salió a la venta para alegría de todos los seguidores de esta generación de poetas, narradores, pintores que formaron uno de los movimientos más importantes de crítica y reflexión de la poesía en nuestro país. Este libro, publicado por el Fondo Editorial de Cultura Peruana, es una antología con muestras de la obra de más de 70 autores como Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruíz, Enrique Verástegui, el propio Tulio Mora, entre otras. Además contiene una serie manifiestos tanto de los horazerianos como de los representantes del Infrarrealismo.
La revista Literalgia está integrada por un grupo de personas cuerdas, comunes y normales que no quieren hacer otra cosa más que incentivar la lectura y creación literaria, periodística y, si se puede, otras disciplinas artísticas. No somos borrachos, ni snobs, ni fintosos, ni misteriosos, ni bulleros (aunque a veces uno no puede con la herencia primate) que últimamente han aparecido. Levantas una piedra y ves a uno de esos, gritando a los cuatro vientos que son poetas, artistas y otras especies relacionadas. Bueno, queremos pasarla bien y madurar esta idea que finalmente es un ejercicio terapéutico para no volverse loco de tanta realidad acumulada. Esta es una buena oportunidad para que todos aquellos que apreciaron a todos estos poetas que marcó una época, vuelvan a leer su obra y aquellos que no tuvieron la oportunidad de leerlos, no pueden dejar de pasar esta oportunidad. (Rodrigo Jáuregui)
El Secreto Este secreto que tienes conmigo… La última vez que comenté sobre este libro estaba en un burdel de mala muerte con una prostituta bailándole a un amigo mientras este vomitaba la chanfainita al pesto de la tía Cachuca. La cuestión es que miré a mi alrededor, evoqué “El secreto” y me di cuenta de que estaba en la zona VIP, la meretriz se llamaba como mi ex y aún no me habían robado el celular. En pocas palabras, mi vida había mejorado, claro que siguiendo los consejos de Rhonda Byrne yo me había imaginado tener aventuras de soltero en Can Cun comiendo exóticas langostas, volver con mi ex y tener crédito permanente en mi móbil satelital, por poquito se me cumple el sueño. Leer “El secreto” ha sido mi primera y última experiencia en esta rama de la literatura chicha. Algunos me dirán que si no leo más de lo mismo no voy a poder comparar
El equipo está integrado por: Director: Felipe Revueltas Editor: Jaime Tranca Editores Adjuntos: Elías Cazasola, Joel Córdova Tesorera y jugadora de Scrable: Suzette Yucra Webmáster, redactor, abducido: Arturo Mustango Colaboradores: Eduardo Reyme, Julio Barco, Fernando Zuzunaga, Rodrigo Jáuregui, Ronald Santos, Marco Gonzales, Juan Sandoval, Rafael Gómez. Dibujos: Elsa de la Cruz, Marcos Villanueva, Erick Sarmiento. Agradecimientos especiales: A Carloz Zevallos, por su desinteresado apoyo en los momentos más indispensables. Bueno, ni tan desinteresado, siempre pide una botella de ron o de Vodka Absolut, según sea el tamaño del favor. Además a los que nos apoyaron con la difusión de Literalgia en diversos lugares del Perú: Jack Farfán/Cajamarca; Maru Delgado/Arequipa; Alejandro Mautino/Huaraz; Víctor Alvitez/Chimbote; Juan Carlos Romero/Huancayo; José Manya/Cusco; Omar Jaimes/Lima; y demás nombres que por ahora tal vez olvidamos, por lo cual pedimos anticipadas disculpas.
ni sacar conclusiones más acertadas, pues yo respondo que no necesito leer El Chino todos los días para darme cuenta de que la mierda tiene el mismo color aunque sea de gringos o de ricos. El libro es la versión literal del producto original, un vídeo de más o menos 2 horas; y si usted se anima a leerlo o escucharlo, le prevenimos que más interesante y lógico es oír las elucubraciones de Mario Poggi o soplarse 5 minutos con Artidoro Cáceres mientras habla del desprendimiento de la retina del alma… todo un secreto para los mortales. (Ratchus)
Agradecemos también a Alex Martinez Vidal, responsable de la web: “El Artista de la Familia” (www.elartistadelafamilia.com) por permitirnos usar cualquier dibujo que sea publicado en este espacio artístico, cuya visión del mundo es particularmente divertida. Atentamente, con una sonrisa: Nosotros.
Soundtrack: Amo lo extraño Sui Generis
La noche en que todos nos volvimos locos El autor del texto narra su breve experiencia extrasensorial vivida durante el concierto de Charly García. Ahora anda con eso de los malestares prematuros de la incontinencia urinaria por llegar temprano y esperar mucho tiempo para ir a jalar la cadena. Texto de Eduardo Reyme Wendell
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e pronto estabas ahí, de espaldas al público, cubierto por un fondo musical que anunciaba que aquella noche sería histórica para todos, para Lima, para los que te seguimos y, por supuesto, para ti también. Era tu vuelta a los escenarios y aquella postura en la que te vi iniciado el concierto (mirando a tus músicos) no me hizo pensar en otra cosa que nadie más que tú quería –de principio a fin– disfrutar de aquel tan esperado regreso. El padre del rock argentino estaba frente a mis ojos, la leyenda de la que oí, vi y leí, se dirigió al piano, y todas las cámaras del mundo y filmadoras (quietecitas en el aire), suspendidas como aves negras buscaban capturar la primera canción. Es verdad lo que afirman los periodistas, Charly no es el mismo de hace años, se le nota remozado, con una nueva capa de barniz en el alma. Todo parece indicar que Carlitos dejó los porros y las líneas blancas en Buenos Aires y se decidió por fin a vivir en el delirio musical, el sitito donde mejor navega. El piano empezó a sonar y los corazones hicieron eco en una batería que tenía la misma velocidad que nuestros latidos, la misma euforia contenida por años se desbordó y cubrió el coloso de Ate, era la primera canción de la noche “El amor espera”. Charly había vuelto pese a que muchos creyeron que estaba muerto para la música. Ahora estaba
ahí en el escenario, esbozando una risa de niño pícaro, haciendo lo que mejor sabe hacer con el piano desde que tenía 4 años, cuando intentaba ser un pequeño Mozart. Dicen que fueron aproximadamente 15 mil personas al concierto. Yo que estuve en una ubicación generosa y muy “naif” dirán algunos, me atrevería a decir que en ese mar de gente no habían 15 mil puntas ni a patadas. Había mucho más. Y me atrevo a decir ello, porque de tanta espera y quizá un poco de nerviosismo al ver que eran las 9:30 pm y no pasaban más que aburridos spots publicitarios, me dieron unas ganas caprichosas de ir a los servicios higiénicos, y cuando volteé, pensé que de salir no podría volver a entrar. La emoción hizo el resto, la música sonando a mil tranquilizó mis ansias urinarias. No quemé las cortinas de nadie por desesperación, pero sí, es cierto, me encendí de amor. El momento desde que oí por primera vez a Charly se había conjurado, el éxtasis hecho rock. Nunca en mi vida grité más fuerte Why don´t we sing this song all together. Open Your mind... Aquella imagen de Charly con los puños cerrados saludando a su público es la imagen que habré de guardar de aquella noche como si fuera una postal, ese gesto, ese simple gesto buscaba en el fondo decirnos a todos, a todititos, “la hice, loco”, “le gané a las drogas” “aquí estoy… de vuelta”. Nunca sabremos con exactitud por qué Charly eligió Perú para su regreso. A nosotros sólo nos queda p
Erick Sarmiento
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El piano empezó a sonar y los corazones hicieron eco en una batería que tenía la misma velocidad que nuestros latidos, la misma euforia contenida por años se desbordó y cubrió el coloso de Ate”. agradecérselo con el alma. Ni bien bajó del avión y dio su primera conferencia de prensa sólo atinó a decir que volvía a Lima por “una cuestión de química”. De su salud, supimos, por ejemplo, que Charly estuvo internado en una clínica psiquiátrica y en marzo pasado –tras otro período de reclusión en la quinta de su amigo Ramón "Palito" Ortega– reapareció con un breve show en Luján. Supimos también de su último videoclip titulado “Deberías saber por qué” y no tardamos en colgarlos en nuestros blogs para ver el video desde nuestros trabajos y lograr que las palabras calaran en nuestras almas tristes y nos amenizaran una tarde o una noche en soledad.
La noche se cubrió rock, en el aire flotaban temas como “Promesas sobre el bidet”, “Yendo de la cama al living” “Raros peinados nuevos”, “Llorando en el espejo”, “Vía muerta”. Y los clásicos de siempre: “Demoliendo hoteles”, “No voy en tren” o “Estoy verde”. Muchos de los presentes vibraban con esas canciones que seguramente habían sido y seguían siendo parte del repertorio musical que cada uno de nosotros tiene, y es que Charly García es y seguirá siendo parte de nuestro soundtrack personal.
Soundtrack: Gigante Facto Delafé y las Flores Azules
Facto Delafé y Las Flores Azules Uno de esos grupos que hacen más placentero aquella aventura vejatoria de viajar en bus por Lima la terrible, o te hacen sentir más a gusto cuando estás solo, pero acompañado.
“Y tu piel es blanca, como esta mañana de enero. Demasiado hermosa como para ir a trabajar”. Facto Delafé y Las Flores Azules
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ara los que reniegan con la música que no pueden cambiar. O sea, para la música de los micros, de los restaurantes del centro de Lima, de los bares que no tienen rockola y, en general, la música de las radios locales (excepto unas cuantas, las que no son tan sintonizadas), una opción es la búsqueda de música por internet. Ya sea por foros, recomendaciones, o simplemente por confusión (bajamos un tema creyendo que se trata de un cover, o le damos clic a la primera opción del youtube), algunos tenemos la suerte y dicha de chocarnos con grupos que nos eran desconocidos y pronto se hacen no solo uno de los preferidos, sino uno de esos que quisieras que todo el mundo escuche, hasta el cobrador de tu combi que hace sonar sus monedas en tu cara cada cinco minutos. Facto Delafé y las Flores Azules llegó por una recomendación. De inmediato las letras, la melodía, los cambios de ritmo, esa mezcla de sonidos me hicieron pensar seriamente en salir de casa, cual señorita quiceañera, y buscar un formulario del club de fans. “Pasan las luces” y “Mar el poder del mar” fueron dos canciones que calaron de inmediato en mi cotidianeidad. Menciono lo cotidiano, no solo porque escuchaba el grupo todos los días en mi inútil vida cuasiburocrática, sino porque las letras cargadas de cadencia hablan de lo habitual, pero con un poco más de belleza que puede acompañar tu masaje tailandés de mediodía. No se trata de un grupo dulzón como un turrón bamba. Sino de un trío que mezcla muy bien el hip-hop con otros géneros como el pop, rock, soul, afro, reggae, funk, etc. Pero, como aclaran ellos mismos, no se andan con la nota del reclamo, la brutalidad del sonido o las letras oscuras que acrecientan más tu apreciado letargo presuicida.
una mueca inexpresiva y se han rascado la cabeza, diciendo para no quedar mal, que esas etiquetas las pone la prensa y si ese es su trabajo, que le pongan todo lo que quieran, mientras sigan difundiendo sus canciones a toda la gente que busca algo diferente en la actualidad.
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No se trata de un grupo dulzón como un turrón bamba. Sino de un trío que mezcla muy bien el hip-hop con otros géneros como el pop, rock, soul, afro, reggae, funk, etc”.
Sino se trata de algo más optimista, unas letras que narran historias de gente simple que, haciendo lo que hace a diario, también puede inspirar la creación de esa cosa indeterminada llamada belleza. El grupo nació a principios del año 2000 (o sea, en el transcurso de los 5 primeros años). Los integrantes andaban con su respectivo grupo musical, pero anduvieron haciendo planes para otro proyecto paralelo y crearon este pequeño trío. Marc Barrachina 'Facto' (exSongstone), Óscar D'aniello 'Delafé' (miembro de Mishima) y Helena Miquel 'Las Flores Azules' (vocalista de Élena) se unieron para conformar lo que hoy es una de las revelaciones españolas que escala el éxito seguro. Facto Delafé y Las flores Azules nació del ejercicio musical. Desarrollaron su propio estilo a partir del constante ejercicio creativo. Escuchando de todo. Así como un escritor se forma leyendo todo lo que cae en sus manos y al final logra hacer una excelente mistura con Gastón Acurio. Así más o menos. Algunas de sus
canciones representativas, aparte de las arriba mencionadas, son “Enero en la playa”, “Soy la Juani”, “Sólo palabras”, “Gigante”, “El indio” y muchas otras que apenas son reconocidas o escuchadas en algún friki sitio de internet peruano. Bueno. Aunque por ahí les han dicho que su música puede ser catalogada como Hip-pop, los chicos españoles han hecho
Los videos, como el de “Mar el poder del mar”, han ganado algunos premios, ya sea por su excelente plano secuencia, por su sencillez, o claro, por su propia música que si es acompañada de Susy Díaz bailando con el Mero Loco, igual, sería buena. Como quien dice, yo ya cumplí mi parte. Ya les recomendé lo que deseaba, puedo morir tranquilo y no temer a ser rellenado con cangrejos. Espero que la busquen en el Youtube y vean que no estaba tan equivocado. Bueno, si te cae bien el cobrador que te da un boleto Escolar cuando le das dos soles, ya sabré cuáles son tus gustos. Dime qué micro tomas y te diré qué música te gusta. Abur.
Free as a bird Pájaro libre, pájaro Lennon
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ibre como un ave. La última canción que grabaran juntos (es un decir, ya que fue grabada sobre el proyecto de un Lennon ya muerto) empieza con un retumbar siamés de batería seguida de una guitarra inocente. Entonces uno siente que empieza a flotar. Te paras, das vueltas con las manos extendidas y el tiempo, la universidad o el trabajo ya no interesan. Al fondo escuchas la voz de John casi susurrando, y ese sonido es como si estuvieras jugando mismo chibolo de 7 años con un trompo en la mano o una pelota desinflada en medio de una lluvia torrencial al frente de una iglesia. La
batería que sigue con sus mismos compases, la guitarra que vuelve a entrar sacándole más recuerdos a tu cabeza. Y John otra vez. Y así, dos minutos de paz con algo en el pecho que no sabemos cómo llamar, pero nos impulsa a seguir creyendo en las buenas maneras y que el mundo puede cambiar. Nunca los olvido, muchachos. Siguen ahí, como la primera vez que los escuché. (Joel Córdova)
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Soundtrack: Bang Bang Nancy Sinatra
Tarantino, maldito bastardo del cine Un análisis semántico a la última película de Quentin Tarantino, “Malditos Bastardos” hecha especialmente para el estrés, contra los críticos y a favor de las vacas sagradas Texto de Jaime Tranca Normalmente uno va o suele ir al cine para desestresarse (dícese del verbo botar el estrés contraído en el trabajo u otra cualquier actividad cotidiana que suele convertirnos en potenciales suicidas), pero si la película que logras escoger es una del maldito bastardo Quentin Tarantino, puede que no logres igual cometido que sí, por supuesto, conseguirías si ves “Mi abuela es un peligro”, “Las porristas de campamento” o “Espía por error”, siempre y cuando ya te hayas acostumbrado a no ejercitar el cerebro y te veas en el futuro felizmente acompañado con ese señor alemán de apellido Alzheimer.
I Compro la entrada. Leo Tarantino y babeo. Asumo que tendré que golpear al proyeccionista para que ponga la película de inmediato, ya que el diario decía 6:50 inicio de la película, pero en el boleto dice 7:30. Tendré que ingeniármela para soportar los comerciales en circuito cerrado, los tráiler de películas basura y la masticación estruendosa del pop corn de las butacas vecinas. Pienso en advertirles que si alguien interrumpe un solo segundo de mi concentración fetichista hacia Tarantino, les haría comer sus bandejas de plástico y les pasaría sus sorbetes por las fosas nasales... leeentamente... Pero se oscurece la pantalla, indicio que me inmoviliza y agranda mis ojos. Ya es hora.
Tarantino junto a los protagonistas de su última película.
“
Pienso en que tal vez todo lo que nos contaron de la historia universal no es más que meros inventos aburridos de guionistas contratados por políticos que no saben nada de cine”. II Primera media hora de babeado, interrumpido por un inoportuno ruido de algún Nextel que todos quieren destrozar con los propios dientes. Pero al parecer el mismo propietario se lo tragó enterito y sin masticar por miedo de la turba enfurecida. III Mis músculos están más que tensados. Necesito que todo el auditorio camine sobre mi espalda y que una mujer con taco 15 aguja y con 90 kilos de peso salte, sobre todo, encima de mis omóplatos. El coronel Hans Landa (interpretado por Christoph Waltz) aparece y todo el respetable se entumece, al igual que el propio Tarantino que detrás de su butaca de director tiene, de seguro, a dos luchadores de sumo haciéndole masajes en los hombros. Y como para calmar los ánimos, o trastornarnos con cambios bruscos, la hermosa Shosanna
(Mélanie Laurent) mientras ojea un libro, fuma hermosamente un hermoso cigarro en un hermoso café. IV Escenas finales. Pienso en si el sexo es necesario para lograr este nivel de excitación. Pienso en que tal vez todo lo que nos contaron de la historia universal no es más que meros inventos aburridos de guionistas contratados por políticos que no saben nada de cine. Pienso que a la Historia, como ciencia social (me refiero al curso de Historia), le falta relatos más ingeniosos para entretener, ya que no se puede hacer mucho con el pasado, porque ya pasó, y demasiado rápido mientras esperábamos en el mismo paradero. Entonces Bridget von Hammersmark (Diane Kruger) muestra un pie en primer plano para que Hans Landa le ponga un bonito zapato, misma escena de la cenicienta, pero con algo más de muertos.
V Escenas finales, clímax de la película. Tarantino se baña en kétchup mientras la película da sus últimos cánticos de cisne en el mejor lugar de mundo: un viejo cine. Las huestes nazis… bueno (mejor no cuento esta parte. Me matarían los que no vieron esta película. Armarían su propio grupo de bastardos y al encontrarme me harían comer este teclado, tecla por tecla, y ni quiero pensar en lo que harían con la barra espaciadora). VI Termina la película. Afuera todo se ve tan inconcluso. Hay dos escenas que le faltaron un poco de esfuerzo a nivel de guion. Ya empiezo a blasfemar y decir las estupideces de rutina de cada “crítico” de revista sabatina. Pienso en los diálogos de la película, que está por demás elogiarlos, en que algunos p e rs onaje s me re c ían más desarrollo, en que la sangre acumulada solo llegó al desagüe pero no al río y que el sonidista era tan fanático de Kill Bill que repitió dos tonadas. Pero en fin, es Tarantino, a ver si alguien se atreve a reclamarle algo. No vaya a ser que mande a sus 88 locos, a Julius o al mismísimo Pai Mei.
Soundtrack: Estación Sui Generis
Mis 20 casas De Pierre Castro
Vincent De Tim Burton Fue el primer corto de Tim Burton, su primer gran escalón en el mundo del cine, su carta de presentación, su currículo reducido a una obra cinematográfica. En Vincent se puede observar el estilo que hasta hoy perdura, un tétrico escenario donde personajes más vivos que muertos nos hacen apreciar la belleza de la oscuridad y del submundo de la conciencia, de la muerte y del aburrimiento. Este corto fue realizado en 1982, con la voz de nada menos que de Vincent Price, un actor admirado por Burton, que sin duda fue una de
las grandes influencias para el cine que desarrolla. El corto hace referencias a la vida aturdida de un niño que vive intensamente cada lectura de Poe y además admira a Vincent Price, el actor que representaba personajes truculentos en el viejo cine; mejor dicho, se trata de la vida que tuvo o hubiese querido tener el propio Burton. El corto puede ser bajado de internet o visto por youtube. A usar el ARES.
Es una historia de Pierre Castro, un joven escritor local que también incursiona en el mundo de la animación. El impulso de hacer algo para ejercitar la creatividad y el no poder quedarse quieto le ha llevado a presentar este cortometraje que narra su propia leyenda urbana, leyenda que se desarrolla en el transcurso de sus casi 20 mudanzas en los 30 años que lleva a cuestas. El aprendizaje de vida, las anécdotas inolvidables y hasta el motivo por el cual se dedicó a escribir
son narrados por el propio Pierre en menos de 10 minutos, tiempo suficiente para atraparnos, conmovernos y hacernos reír de manera picona, porque ya muchos hubieran querido tener esta vida y este talento que de seguro madura a gran velocidad. En Google escriban el título y aparecerá el corto bien servido, listo para ver. Valoración: Chévere causa.
Valoración: De puta madre.
Foutaises (Insignificancias) De Jean Pierre Jeunet - 1989
Mirindas Asesinas De Alex de la Iglesia - 1991
Se trata de un corto que viene a ser una especie de ensayo para lo que en el futuro fue Amelie, un peliculón francés que presenta atractivas y divertidas formas de narración cinematográfica. En Foutaises, el personaje expone sus fijaciones, gustos y disgustos de la vida, tema que en Amelie se repite y se convierte en el elemento principal de la narración y de la misma película, porque: ¿quién no tiene alguna fijación en
especial? Fetiches, fobias, filias. En Foutaises, al personaje le gusta comerse la punta de las galletas soda, no dejar una sola legumbre en el plato, oler el pegamento o caminar en dirección opuesta en unas escaleras eléctricas. Es un monólogo sobre los diversos hábitos valorados en función de cuánto placer o disgusto nos dan.
El tema es simple. Un loco que se enoja cada vez que le responden algo que no preguntó. Bueno, no es tan simple si este loco trae consigo una ametralladora que no duda en usar contra los que le dan una respuesta equivocada, o una respuesta larga cuando se puede decir simplemente “Sí” o “No”. Mirindas Asesinas (obra que lanzó a la fama a su director) aparte de hacernos
acordar la existencia de esa bebida, reflexiona sobre la indiferencia con que la gente realiza sus labores cotidianas, indiferencia que hace sencilla el menester de matar personas en un día cualquiera, mientras nos bebemos una Mirinda en un bar cualquiera, pisando en cadáver de cualquiera. Salud. Valoración: Locazo tío.
Valoración: Alucinante on.
19
Soundtrack: Chan Chan Buena Vista Social Club
Tendré que confiar en ella Texto de Orlando Mazeyra Guillén enfermedad mi médico de cabecera le llamaba Alzheimer. No le creo, me está mintiendo. ¡Cómo no voy a recordar una enfermedad tan alarmante! Me puse nervioso, tenso, y le dije que me quería ir. “¿Adónde?”, inquirió bostezando. Y no supe qué decirle… Adónde puedo ir si ni siquiera sé en dónde diablos estoy...
H
ace muy poco entró a mi habitación y, casi ordenándome, me dijo que bajara a desayunar. Le pregunté su nombre de inmediato. No me lo dijo. Me miró con cierta ternura y me informó que ella era mi esposa. “Llevamos cuarenta y tres años de casados”, me dijo. Le volví a preguntar su nombre y, antes de responder, se puso muy seria. “Soy Clara… Clara, ¡tu mujer!”. Es cierto: es clara, tiene una piel de porcelana y unos intrigantes ojos almendrados. La siento sincera, honesta a más no poder; sin embargo, no podría asegurar que sea mi esposa, porque simplemente no recuerdo el haberme casado (tampoco recuerdo el siquiera haberme enamorado). Le quise preguntar mi nombre pero me contuve, tengo que recordarlo solo. Juro que no sé cómo rayos me llamo. Antes de salir de la pieza ella me dijo que yo estaba enfermo, que sufría de lagunas mentales y que a esa
En fin, no me queda otra: por el momento –y a pesar de mis muchos reparos y cavilaciones siniestras– tendré que confiar en ella. Estoy muy asustado, confundido; pero intuyo que ella es más confiable que mi traicionera memoria.
Mónica Valencia
El niño, el demonio, el cuco Había una vez un demonio que tenía miedo del cuco el cuco tenía miedo del niño por eso se escondía debajo de la cama y el niño le tenía miedo al cuco y el cuco al demonio por eso se escondía dentro del niño.
Fernando Zuzunaga Nací en una casa en Supe Pueblo, me firmaron en Santiago de Surco, me bautizaron en Pueblo Libre, estudié en Paramonga y llevo ya 15 mudanzas a cuestas, 8 de ellas en Los Olivos. En otras palabras, cuando tenga que ser profeta en mi tierra, al único sitio al que podré ir será al vientre de mi madre.
Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980). Orlando Mazeyra Guillén (Arequipa, 1980). Es autor del libro de cuentos URGENTE: NECESITO UN RETAZO DE FELICIDAD. Administra el blog Manuscritos de un diletante: www.orlandomazeyra.blogspot.com
Dolor de cabeza Tras un dolor de cabeza, Juan abrió los ojos. Un solo y gran cabello rubio despintado por la base, cruzando lo largo de la almohada contigua perfumada por un cuerpo extraño al suyo que ya no estaba ahí, logró en él lo que ni el imprudente sol de la mañana de un verano aun tardío, lo que ni la baba espesada por su excesivo consumo de tabaco, lo que ni la sed ni la deshidratación causante de ese dolor punzante sobre las sienes. Solo ese cabello lo trajo a la certeza de que era un domingo por la mañana. Tras un dolor de cabeza Juan despertó solo, otra vez.
Néstor Valdivia Comunicador de la Villarreal, eterno alumno, lector desordenado, fumador desesperado, irresponsable cuando no se trata de dinero, rebajador, hostigador y potencial asesino en serie, o en serio. No, no mata ni una mariposa.
Soundtrack: Mala sombra Carmencita Lara
COCINA FÁCIL / Cómo preparar una cena para dos Ingredientes: 1. Una vida mediocre 2. Una ventana vieja 3. Una mujer inalcanzable 4. Dos kilos de amor 5. Dos rosas recién cortadas 6. Una canción de Carmencita Lara 7. Veneno 8. Un kilo de hígado 9. Dos rollos de papel higiénico 10. Un par de números telefónicos.
Preparación: Dejar la vida mediocre mirando por 27 años sobre el alféizar de la ventana. Luego dejar pasar a la mujer inalcanzable y dejar que la vida mediocre la mire en un lento recorrido de cinco cuadras, hasta perder de vista los dos talones, los dos zapatos de taco armónico. Esta mujer deberá estar vestida con una blusa roja, digamos, y con un cabello negro que rebote ligero con cada paso. Luego, rebanar en varias rodajas los dos kilos de amor, sin necesidad de lavarlos. Después tirar las pequeñas rebanadas por las hendiduras del lavadero. A medida que el amor pasa por el tubo del desagüe, acompañar el sonido del agua que corre con la canción de Carmencita Lara. Una vez desaparecido todo el amor por el desagüe, sacar el hígado y echarlo a la primera pareja que pase por la ventana vieja; de preferencia a una pareja feliz. El veneno es una opción a la clásica pimienta y comino, de modo que puede o no utilizarlo para el aderezo. Los rollos de papel higiénico son para el baño, como debe ser. Ah. Las rosas recién cortadas son para dejarlas caer desde
la ventana, una vez tirados el amor por el desagüe y el hígado por la ventana. Para servir, adornar si desea con los números telefónicos; estos deben tener nombres de mujeres alcanzables.
ALFABETIZACIÓN / Aprenda a Leer con Alejandrito “EPA APA UPI”. De su corresponsal en Nairobi Cesar Grutas Avellanas La comisión sobre el Desarrollo Educacional Mundial de la FAO llegó a esta ciudad para presentar el nuevo compendio pedagógico titulado "Aprendiendo a Leer con Alejandrito"
S
egún los especialistas, se trata de un nuevo método escolar basado en las técnicas orientales peruanas para alfabetizar indios musha-musha que ya se empleaba en tiempos del incario. “Los incas eran grandes lectores; por ejemplo, El amor en los tiempos del cólera fue un gran best seller en tiempos del inca Roque Chupanqui. Esta gran afición por el idioma de Cervantes y su gran programa alfabetizador fue fundamental para que los españoles aprendieran castellano”, manifestó el profesor Alejandro Toledo reputado dictador de charlas enviado por la universidad Stanford, quien junto a profesionales de la FAO
repartían a granel libritos educacionales a los niños de la etnia Tranka Conga. A la pregunta sobre la naturaleza de estas técnicas de alfabetización, el profesor Toledo refirió que los indios musha-musha las descubrieron hace siglos, al tratar de que sus loros aprendieran a hablar a base de chuchuhuasi. También explicó que si antes el lema era la letra con sangre entra, esta vez el hitazo del verano sería: "La letra con trago es más rica". Demás está decir que al final de la presentación los asistentes se divirtieron con el grupo de cumbia peruana de Aricho y sus Tragotecas. Eso sí, al término de la fiesta que habrá durado ocho días, ya todos se retiraron sabiendo leer con Alejandrito. (A. Mustango)
Soundtrack: Polonesa Heroica Chopin
Miércoles, 22 de octubre del 2008
Postal
Es extraña la naturaleza del hombre. Diríase que a veces es un papel y otras un lapicero. No cabe duda por ejemplo, que nuestras vidas son unos cuadernos llenos de garabatos y poemas, pero que a la vez, somos un lapicero que vive rodeado de hojas vacías. Tampoco cabe duda que nuestra memoria es un tacho lleno de minutos arrugados y que al mismo tiempo escribimos incluso cuando no quedamos dormidos sobre un minuto. Es extraña la naturaleza del hombre. No se sabe si es un origami que va de un lado a otro sobre un minuto o un lapicero animado que malgasta su tinta sobre los papeles del tiempo. De lo que no cabe duda es que el hombre mientras vive es un lapicero que sale a volar sobre un momento o un pájaro muerto que viaja al futuro en un papel.
Mi padre fríe el resto de la noche en la sartén recién lavada. Mi madre se fue a dormir después de haber planchado mi inocencia. Mi hermana esperó a que el teléfono le regrese los besos que se le atascaron en el auricular. Los pequeños partieron su camarote y ahora están muy muy muy lejanos de mis chocolates. Mis gatos están fornicando con las lunas que ayer pinté. Mi perra volvió a ocupar su trono en el desierto. Mi casa necesita una liposucción y un nuevo galán. Y yo… apago la computadora muy cansada.
Soy Elsa De La Cruz, nací en 1982 en Lima. Estudié en La Cantuta donde gané los Juegos Florales de poesía. Me dedico a enseñar Literatura a adolescentes de Secundaria. El año pasado publiqué mi primer libro de cuentos "La Caja Fuerte" (Hipocampo Editores). Pertenezco a la asociación civil de promoción a la lectura "Alguna vez leí...", tengo una Luna hermosa y un blog: www.elidelacruz.blogspot.com
Oscar Perlado Rodríguez tiene 28 años y vive en el Callao. Forma parte del grupo cultural “Vanguardia”, cuya revista se publica en internet: www.revistavanguardia.blogspot.com. Correo personal para cualquier opinión o comentario es: oscarperlado@hotmail.es
vii Púdrete en las tardes que reflejan la asquerosa belleza de la luna en las calles que llevan mi nombre y en los poemas escritos en cartones con olor a tabaco.
Gráficos: Daniel Maguiña Contreras
He descubierto mi piel para caminar descalza bajo la lluvia de tus seguridades, ya no pretendo ser los días que te envuelven ni las noches con olor a mar. Camino, niño, con un vestido blanco y el velo que no me atrevo a descubrir.
Maru Delgado (Arequipa 1987) Estudia literatura en la Universidad Nacional de San Agustín. Miembro del grupo editorial Dragostea y del grupo Literario Domo de Paja. Editora de la revista cultural Fosa Común y de la revista Literaria Dragostea. Ha publicado dos plaquetas de poesía: “En-útero”(2007) y “El autoeclipse del espejo” (2009).
Soundtrack: Como un pájaro libre Mercedes Sosa
La locura de Alejandra Nuestra primera malcriada vivía para escribir, hasta que un día decidió ya no escribir más, deteniendo esas ganas con unas cuántas pastillas que su cuerpo no pudo soportar, porque las poetas adoradas también mueren para seguir viviendo.
La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aún si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino. A.P.
Texto de Lucas Lucatero
A
lejandra Pizarnik, la primera poeta de la cual me enamoré. Así como un niño se enamora de su maestra. Así también como el adolescente se enamora de una mujer que nunca tocará su puerta. Me identifiqué con Alejandra. No sólo por su poesía, sino por toda esa fuerte personalidad disociada. Su timidez, arrancamientos de cólera, desasosiego, todo ello agrupado y reflejado en los lienzos de su poesía. Nació en 1936, su ensimismado comportamiento, alguno que otro complejo por el acné, su paso por diversos oficios y profesiones como el periodismo, filosofía y pintura, crearon en ella una fuente inagotable de “inspiración” (Entiéndase este término como las ideas unidas al constante trabajo). Desde joven intentó suicidarse reiteradas veces, pero falló. Tal vez porque los barbitúricos y anfetaminas ya estaban acostumbrados a ella, o su cuerpo era renuente a ella como ella lo era con todo el mundo. Alejandra fue influida por Kafka, Breton, Joyce, Artaud y además por poetas latinoamericanos como Octavio Paz, del que fue muy amiga. Su trascendencia en la poseía va más allá de la influencia de poemas feministas o poesía de género, como lo llaman algunos. Sus poemas no eran machos o hembras porque el arte es asexuado, tal vez hermafrodita. Libros como “Árbol de Diana”, “El infierno musical” o “Extracción de la piedra de la
locura”, son los que más destacan en de la poesía dentro de esta parte del mundo. Alejandra, alquimista de la palabra, renegó de su primer frankenstein: “La tierra más ajena”, pero se repuso a medida que aprendía que los poemas publicados ya no eran de ella y que por lo tanto dejarían de atormentarla. Los poemas que alumbrabaPizarnik eran retazos de ella misma, las cuales servía en una gran mesa surreal a donde todos y nadie estaba invitado. Cualquiera de sus libros pueden ser leídos en el más breve tiempo, como muchos libros de otros autores, pero los libros de Alejandra se convierten en profundas espirales o toman forma del símbolo infinito a donde siempre, cuando menos lo pensamos, ya estamos leyendo por enésima vez el mismo poema y hallando un nuevo significado según el estado de ánimo que nos invada. Era una mujer que escribía para no estar sola; para quitarse el peso de las palabras calladas que soportaba en sus hombros; para callar las voces que la perseguían (“Y yo sola con mis voces, y tú tanto estás del otro lado que te confundo conmigo”). Escribía para no morirse en ese mismo instante. Lo hacía tal vez para no hacerle daño a los demás, para sentarse a ver cómo un barco se iba mientras la llevaba. Falleció, o se dejó fallecer, a los 36 años, en uno de esos días que descansaba del sanatorio para encerrarse en su departamento. Tal vez los medicamentos que ingirió esa noche desconocían de su organismo, o tal vez aquel día alguien le había alcanzado un seconal sódico especial para el alma. Si alguien sabe algo al respecto, era 25 de setiembre de 1972.
Fragmentos para dominar al silencio I Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias, desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho a lo lejos. Y lejos, en la negra arena, yace una niña densa de música ancestral. ¿Dónde la verdadera muerte? He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz. Los ramos se mueren en la memoria. La yacente anida en mí con su máscara de loba. La que no pudo más e imploró llamas y ardimos. II Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo. Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras aunque regresarán para sollozar entre flores. No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados sellas las hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo llanto florecer mi silencio gris. III La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aun si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino. Alejandra Pizarnik, de Extracción de la piedra de la locura, 1968.