La literatura de la edad media

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LA EDAD MEDIA La Edad Media abarca desde la caída del Imperio Romano en el año 476 hasta el descubrimiento de América en 1492. Este período se divide en tres etapas: - Primera Edad Media (476- S. VIII) - Alta Edad Media (s. VIII- S. XII) - Baja Edad Media (S. XIII- S. XV) Los principales hechos que jalonan este período se pueden resumir en tres principales: - Entrada de los pueblos germánicos en el siglo V - Invasión árabe en el año 711, con la consiguiente lucha de los cristianos peninsulares por su expulsión durante la Reconquista. - Toma de Granada por los Reyes Católicos y la unificación peninsular en el aspecto territorial y religioso. Desde la perspectiva de la literatura, la Edad Media abarca desde el siglo X hasta finales del XIV. El siglo XV constituye una etapa de transición hacia el Renacimiento, conocida con el nombre de Prerrenacimiento. Sociedad La sociedad medieval estaba perfectamente estructurada en tres estamentos claramente diferenciados: * Nobleza, formada por los caballeros, ocupados en combatir. Tenía muchos privilegios y un gran poder social. * Clero, formado por los clérigos y sacerdotes, en cuyas manos estaba la cultura y la vida religiosa. * Estado llano, formado por la gran mayoría de la población, dedicado al trabajo. Estaba compuesto por hombres libres y siervos. De aquí fue de donde surgió la burguesía, como consecuencia del desarrollo de las ciudades y los intercambios comerciales. La forma de organización político-económica es el feudalismo, basado en dos conceptos principales: - vasallaje, que requería la fidelidad entre señor y siervo. - beneficio: trabajo a cambio de protección. El auge económico que se fue produciendo a lo largo de la Edad Media dio como consecuencia una emigración paulatina del campo a la ciudad, y por tanto, un crecimiento de éstas, situadas junto a las vías de comunicación. Las ciudades ('burgos') estaban habitadas por los burgueses, es decir, miembros de las ciudades. La sociedad medieval es eminentemente religiosa. El teocentrismo domina todos los órdenes de la vida. La guerra se vive como un hecho casi cotidiano. De la conjunción de estos dos hechos se obtiene que el hombre medieval asume la idea de la transitoriedad: Este mundo es el camino para el otro que es morada sin pesar. (Jorge Manrique)

Manuel López Castilleja (Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Pablo Neruda de Castilleja de la Cuesta)


La cultura medieval La Iglesia es la depositaria de la cultura durante la mayor parte del tiempo. Su labor la llevaba a cabo sobre todo a través de los monasterios, donde se hacían copias manuscritas de obras extranjeras principalmente. Es más, en los monasterios y catedrales se crearon escuelas. El tipo de literatura propiciado desde la iglesia tenía, como es lógico, un carácter didáctico, siempre bajo el prisma del cristianismo. El Mester de clerecía es el representante literario de esta tendencia didáctica. Paralelamente a la iglesia, se desarrolló la labor de los juglares. Desde el siglo XIV, se empieza a hablar de universidades, lo que supuso una evidente secularización de la cultura. Una parte importante en la difusión cultural de esta época hay que achacársela a las escuelas de traductores, especialmente a la de Toledo, en la que se dio un hecho difícil de repetir, la convivencia de tres culturas, judíos, árabes y cristianos, que dio lugar al conocimiento en Europa de las obras orientales. Ejemplo de este mestizaje literario son las jarchas (versos romances en caracteres árabes o hebreos). En el arte, durante la Edad Media se suceden dos estilos: el gótico (s. XI-XIII) y el románico (s. XII-XV). La literatura medieval se desarrolla entre los siglos XI y XV. El siglo XV supone el fin de la Edad Media. En él hay que destacar una serie de hechos de gran trascendencia: - El poder se concentra en las manos de los reyes. - Se producen cambios económicos y sociales que dan lugar al auge de la burguesía y la influencia de las corporaciones de artesanos y banqueros. - El invento de la imprenta trae como consecuencia el fomento de la cultura y la difusión del libro ya sin tantas variantes, como ocurría con las copias manuscritas. - Unificación territorial y religiosa por parte de los Reyes Católicos, que ponen las bases para el Imperio español. 1.- PRIMERAS MANIFESTACIONES LÍRICAS: LAS JARCHAS Se pensó que las primeras fueron de porsía épica. M. Pidal creyó que tuvo que haber una lírica tradicional oral desde los orígenes de las lenguas romances, puesto que la gente canata en cualquier manifestación de la vida. Esta idea se corrobora cuando en 1948, Stern descubre unas composiciones poéticas breves, escritas en mozárabe y colocadas al final de poemas en hebreo o en árabe, llamados moaxajas. Eran canciones tradicionales de carácter oral que estos poetas cultos árabes o hebreos recogieron e incorporaron a sus escritos. El tema es fundamentalmente amoroso. Cantan la pena de la amada por la ausencia del hombre, o su tardanza. El confidente siempre suele ser la madre o las hermanas. Debido al analfabetismo general, la literatura escrita como entretenimiento era inexistente. De ahí que los juglares jueguen un papel fundamental como medio de distracción del pueblo llano. Éstos eran unas personas que se dedicaban, a cambio de unas pocas monedas, a recitar y cantar poemas y canciones acompañados por un instrumento musical, dando noticias de la marcha de las contiendas guerreras o simplemente regocijando a la gente. Manuel López Castilleja (Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Pablo Neruda de Castilleja de la Cuesta)


Sin embargo, los más dotados recitaban y cantaban poemas de los trovadores y se dedicaban a deleitar a los nobles, que, además, pagaban mejor, e incluso podían regalarles vestidos, joyas, caballos o riquezas. La figura del trovador es más refinada. El trovador es un hombre más culto, autor de la letra y la música de las canciones que canta. Solía ser señor feudal o burgués. Unas veces cantaba y recitaba él mismo; y otras las entregaba a los juglares. La poesía trovadoresca era esencialmente amorosa, bajo el prisma del amor cortés: frente al desprecio que solía haber hacia la mujer en la Edad Media, en estas canciones y poemas se la considera un ser superior. Hay un paralelismo con el feudalismo y la relación señor- vasallo. A la dama se la llama 'mi señor' y a amar se le llama 'servir'. Moaxaja y jarcha ¡No excusas valgan! desde tus ojos soñadores me dispasa arpones. 1 Por la hermosura (y es juramento grave) hay unos ojos que viértenme la sangre; mas yo soporto como un honor mis males y a la llamada de ley de amor, que así se impone, mi humillación responde. 2 Un día claro como su cara bella, y cuya aurora su piel de azul penetra, un fiel copero, que nunca el vino mezcla, licor nos pasa en copas,llenas hasta el borde de sus ojos gachones. 3 ¡Ay mi gacela que de por sí es esquiva! ¡Ay blanca luna que entre negrores brilla! Si de tu talle coqueta el ramo inclina, en esa palma frutos de luz de mil colores con mano ávida coge. 4 En mis entrañas la pena se aposenta. tanta es mi angustia, que no tengo paciencia. Manuel López Castilleja (Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Pablo Neruda de Castilleja de la Cuesta)


Y de mi llanto luce entre nubes negras la llamarada que alzan suspiros de pasiones en fuego de dolores. 5 La magia es cierta; dejad que lo atestigüe. El amor quiere que el alma se le humille. Gran razón tiene la hermosa cuando dice: ¡BEN, YA SAHHARA! ALBA QU'ESTÁ KON BEL FOGORE KAND BENE BID'AMORE (¡Ven, oh hechicero! un alba que está con bello fulgor cuando viene pide amor) Es la jarcha la que condiciona la rima de la moaxaja y no al contrario. La jarcha, por tanto tiene una existencia anterior. Se cantaba en el pueblo y es un poeta culto quien decide incorporarla a su repertorio. Y de esta manera asegura su pervivencia. 2.- DESARROLLO DE LA LITERATURA ÉPICA: EL MESTER DE JUGLARÍA Después de la lírica surge en la Península un tipo de literatura que se dedica a ensalzar las hazañas de los héroes del momento. La corriente literaria que produce este tipo de literatura se denomina mester de juglaría. Mester de juglaría significa 'oficio de juglares' y se denomina con ese nombre al conjunto de obras anónima de carácter épico que difundieron los juglares durante los siglos XII y XIII. Los relatos épicos que difundían los juglares se denominan cantares de gesta, series de versos irregulares en los que contaban las hazañas de un héroe concreto o se desarrollaba aalgún hecho de carácter heroico. Los juglares contaban y cantaban estas historias utilizando un lenguaje lleno de fórmulas típicas de la expresión oral, como las llamadas y las referencias al público para mantener su atención y hacerle partícipe de la acción narrativa: "Oíd cómo habló el que en buena hora fue criado: 'Hala, Pedro Bermúdez, mi sobrino amado, cuidadme a Diego y cuidadme a don Fernando." Se supone que los cantares de gesta fueron compuestos en una época cercana a los hechos que se cuentan. Pero la difusión oral y la intervención de los distintos juglares han hecho que sufrieran modificaciones con el paso del tiempo y hubiera varias versiones de un mismo relato épico. Y a esa misma forma de transmisión se debe que la mayoría de los cantares de gesta se haya perdido. De todos los cantares de gesta que hubo en la Península durante la Edad Media sólo ha llegado hasta nosostros casi íntegro el Poema de Mio Cid. Se trata de un extenso poema épico que cuenta las hazañas de don Rodrigo Díaz de Vivar, quien a lo largo del relato evoluciona desde una posición inicial difícil hasta otra de máximo honor gracias a sus hechos heroicos. El tema de toda la obra es, por tanto, la recuperación de la honra por parte del protagonista. Manuel López Castilleja (Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Pablo Neruda de Castilleja de la Cuesta)


Según M. Pidal, el texto que conservamos es una copia realizada en el siglo XIV por un copista llamado Per Abbat. El poema original debió de componerse mucho antes, probablemente a comienzos del siglo XII, es decir, cercano a los acontecimientos que relata. En cuanto al autor, este investigador defendió la existencia de dos autores diferentes: un juglar natural de Medinaceli (Soria) y otro de San Esteban de Gormaz (Burgos). El poema consta de 3730 versos que se dividen en tres partes o cantares: - Cantar del destierro.- El Cid sale de Vivar hacia el destierro impuesto por el rey Alfonso VI. - Cantar de las bodas.- En esta parte se narra el perdón del rey al Cid, una vez que éste le ofrece la ciudad de Valencia, que acaba de conquistar. El rey, conmovido, no sólo le otorga el perdón, sino que prepara las bodas de las hijas del Cid con dos importantes nobles castellanos, los infantes de Carrión. - Cantar de la afrenta de Corpes.- El cantar se centra en las figuras de los infantes de Carrión, quienes son humillados y tachados de cobardes por su comportamiento. Como venganza, los infantes maltratan y abandonan a sus esposas, las hijas del Cid. Ante estos hechos, el Cid pide justicia al rey Alfonso, quien organiza un duelo en el que los infantes son vencidos. El poema finaliza con la celebración de las segundas bodas de las hijas del Cid, esta vez con príncipes de Navarra y Aragón. El Poema de Mio Cid se caracteriza por su métrica irregular: versos de 10 a 20 sílabas (predominan los de 13, 14 y 15). Suelen tener una pause central o cesura y se agrupan en largas tiradas (grupos de versos con una sola rima asonante). Pero hay tres rasgos que caracterizan al poema por encima de todos los demás: a) Realismo.- Personajes, lugares y acontecimientos son reales e históricos en la mayoría de los casos: Al otro día movióse mio Cid el de Vivar, y pasó a Alhama, la foz abajo va, pasó a Bubierca, y Ateca que está delante, y sobre Alcocer mio Cid iba a acampar, en un otero redondo, fuerte y grande; cerca corre el Jalón, el agua no le pueden quitar. Mio Cid don Rodrigo Alcocer piensa ganar. b) La humanización del héroe convierte al Cid en un personaje heroico pero de carne y hueso, capaz de demostrar su fortaleza en la batalla como de emocionarse en la despedida de la familia. Inclinó las manos la barba florida, a sus hijas en brazos las cogía, acercólas al corazón, pues mucho las quería. Llora de sus ojos, muy fuertemente suspira: "Ya doña Jimena, ya mi mujer tan cumplida, como a mi propia alma yo tanto os quería." c) Las fórmulas fijas se utilizan en el poema para nombrar tanto a personas como a animales o cosas. Esas fórmulas fijas son en ocasiones epítetos épicos que se refieren a determinados personajes y que sirven para ensalzarlos: "el que en buena hora nació", "el que en buena hora ciñó espada". Con el fin de mantener el interésdel auditorio, el autor del poema introduce diversos elementos: * Fórmulas a través de las cuales se comunica directamente con el auditorio y lo hace participar de la narración: "como oiréis contar", "bien oiréis lo que dirá".

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* Episodios humorísticos o cómicos, cuya función pricipal es la de divertir e introducir un momento de distensión en medio de los sucesos dramáticos que se están narrando: episodio de las arcas, episodio del conde de Barcelona, episodio del león. Grandes personajes de la literatura: el Cid Y LITERATURA 2 El Cid histórico Es posible que alguna vez hayas oído usar la expresión «es más valiente que el Cid». Quien la dice toma al personaje del Cid como término de comparación para encomiar el valor de la persona aludida. El Cid es un personaje que tuvo una existencia real. Su nombre es Rodrigo Díaz de Vivar, y nació en la aldea burgalesa de Vivar hacia el año 1040. Perteneció a la nobleza y fue jefe de los ejércitos del rey de Castilla Sancho II. Cuando murió el rey Sancho y el reino quedó en manos de su hermano Alfonso VI, Rodrigo Díaz quedó enemistado con el nuevo rey, quien para congraciarse con él le casó con doña Jimena, una dama de estirpe real. Las diferencias entre Rodrigo Díaz y el rey Alfonso VI hicieron que Rodrigo fuera desterrado del reino de Castilla por dos veces. Fuera de su tierra castellana, Rodrigo Díaz realizó diversas campañas contra los musulmanes y conquistó diversos territorios. El año 1094 conquistó Valencia; allí estableció su corte junto con su mujer y sus hijas, a las que casó con miembros de las casas reales de Cataluña y Navarra. Rodrigo Díaz murió en la ciudad de Valencia el año 1099. Tras su muerte, su mujer no pudo defender la ciudad del ataque de los almorávides, y hubo de abandonarla y regresar a Castilla en 1101. Trajo con ella los restos de su esposo, que fueron enterrados en el monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos), y allí reposaron hasta que en 1842 fueron trasladados a la catedral de Burgos, donde permanecen junto a los de doña Jimena. El Cid literario La vida de Rodrigo Díaz de Vivar estuvo llena de hazañas, intrigas, destierros y enfrentamientos con su rey, y muy pronto despertó el interés y la admiración de sus contemporáneos, que comenzaron a idealizarle y le convirtieron en un personaje de leyenda atribuyéndole cualidades y hazañas propias de un héroe legendario. Tal fue el origen del Poema de mio Cid. Más tarde, otros autores se han interesado por el personaje del Cid y le han hecho protagonista de sus obras: – En los siglos XV y XVI se escribieron muchos romances que narran diversos episodios de su vida. – En el siglo XVII, el autor de teatro Guillén de Castro estrenó una comedia titulada Las mocedades del Cid y el dramaturgo francés Pierre Corneille escribió una tragedia titulada El Cid. – En el siglo XIX, el escritor romántico José Zorrilla escribió La leyenda del Cid. – Ya en el siglo XX, el dramaturgo Eduardo Marquina escribió un drama histórico, Las hijas del Cid, y Antonio Gala estrenó una obra de teatro titulada Anillos para una dama, que tiene como protagonista a doña Jimena. En el siguiente romance se refleja el juramento que el Cid tomó a Alfonso VI en Santa Gadea. URSO La jura de Santa Gadea

Manuel López Castilleja (Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Pablo Neruda de Castilleja de la Cuesta)


En Santa Gadea de Burgos, do juran los fijosdalgo, allí toma juramento el Cid al rey castellano, sobre un cerrojo de hierro y una ballesta de palo. Las juras eran tan recias que al buen rey ponen espanto, – Villanos te maten, rey, villanos que non hidalgos; […] mátente por las aradas, no en camino ni en poblado; con cuchillos cachicuernos, no con puñales dorados; sáquente el corazón vivo, por el derecho costado, si no dices la verdad de lo que te es preguntado: si tú fuiste o consentiste en la muerte de tu hermano. Las juras eran tan fuertes que el rey no las ha otorgado. Allí habló un caballero de los suyos más privado: – Haced la jura, buen rey, no tengáis de eso cuidado,

que nunca fue rey traidor ni Papa descomulgado. Jura entonces el buen rey, que en tal nunca se ha hallado. Después habla contra el Cid malamente y enojado: – Mucho me aprietas, Rodrigo, Cid muy mal me has conjurado; mas si hoy me tomas la jura, después besarás mi mano. – Aqueso será, buen rey, como fuer galardonado, porque allá en cualquiera tierra dan sueldo a los hijosdalgo. – ¡Vete de mis tierras, Cid, mal caballero probado, y no me entres más en ellas desde este día en un año! – Que me place –dijo el Cid–, que me place de buen grado, por ser la primera cosa que mandas en tu reinado. Tú me destierras por uno, yo me destierro por cuatro.

Selección de textos Cantar del destierro Con lágrimas en los ojos, muy fuertemente llorando, la cabeza atrás volvía y quedábase mirándolos. Y vio las puertas abiertas y cerrojos quebrantados y vacías las alcándaras sin las pieles, sin los mantos, sin sus pájaros halcones, sin los azores mudados. Suspiró entonces el Cid, que eran grandes sus cuidados. Habló allí como solía, tan bien y tan mesurado: - Gracias a ti, Señor padre, Tú que estás en lo más alto, los que así mi vida han vuelto, mis enemigos son, malos." Allí aguijan los caballos, allí los sueltan de riendas. En saliendo de Vivar, voló la corneja a diestra, y cuando en Burgos entraron les voló a la mano izquierda. Se encogió de hombros el Cid, y meneó la cabeza: "- ¡Albricias, Fáñez, albricias!, pues nos echan de la tierra, con gran honra por Castilla entraremos a la vuelta. Nuestro Cid Rodrigo Díaz en Burgos con sus gente entró. Es la compaña que lleva, de sesenta, con pendón. Por ver al Cid y a los suyos, todo el mundo se asomó.


Toda la gente de Burgos a la ventana salió, con lágrimas en los ojos, tan fuerte era su dolor. Todos diciendo lo mismo, en su boca una razón: "- ¡Dios, qué buen vasallo el Cid! ¡Así hubiese buen señor! Aunque de grado lo harían, a convidarlo no osaban. El rey don Alfonso, saben, ¡le tenía gran saña! Antes que fuese de noche en Burgos entró su carta, con órdenes muy severas, y muy requetebién sellada; mandaba en ella que al Cid nadie le diese posada, y aquel que a tal se atreviese, supiese, por palabra, que perdería lo suyo y aun los ojos de la cara, además de cuanto digo, con la muerte amenzaba. Gran dolor el que sentían aquellas gentes cristianas. Y escóndense así del Cid, sin osar decirle nada. El Campeador, entonces, se dirigió a su posada y en cuanto llegó a la puerta se la encontró bien cerrada; mandatos del rey Alfonso pusieron miedo en la casa, y si la puerta no rompe no se la abrirán por nada. Allí las gentes del Cid con voces muy altas llaman. Los de dentro, que las oyen, no respondían palabra. Aguijó el Cid su caballo y a la puerta se llegaba, del estribo sacó el pie, y con fuerte golpe llama. No se abre la puerta, no, pues estaba bien cerrada. Nueve años tiene la niña, que ante sus ojos se planta: "- Campeador, en buen hora, que habéis ceñido la espada! Orden del rey lo prohíbe, anoche llegó su carta, con prevenciones muy grandes, y venía bien sellada. A abriros nadie osaría, nadie os acoge, por nada. Si no es así, lo perdemos, lo nuestro y lo de la casa, y además de lo que digo, los ojos de nuestras caras. Ya veis, Cid, que en nuestro mal, vos no habéis de ganar nada, pues el Criador os valga con toda su gracia santa. Esto la niña le dijo y se entró para su casa. Cantar de las bodas Fue de esta misma manera que a los pies del rey cayó. Gran pena tuvo de aquello; ¡cuánto Alfonso lo sintió!: - En pie, levantaos, Cid, en pie, Cid Campeador. Quiero que me beséis las manos; no me beséis los pies, no. Y si esto no hacéis ahora, no volveréis a mi amor. Las rodillas en el suelo estaba el Campeador: - A vos, señor natural, a vos os pido favor. Estando yo de rodillas, así dadme vuestro amor, que lo puedan oír todos lo que aquí me digáis vos. Dijo el rey: - Esto yo haré con mi alma en mi corazón. Podéis volver a mi reino; parte de él sois desde hoy. Habló nuestro Cid y dijo lo que va en esta razón: Gracias, mi señor Alfonso, yo recibo vuestro amor. Lo agradezco al Dios del cielo; y después, también a vos,

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y gracias a estas mesnadas que están a mi alrededor. Con las rodillas en tierra al rey las manos le besó; levantóse luego en pie, y el beso en la boca dio. Todos los demás conténtanse de lo que allí sucedió. Cantar de la afrenta de Corpes Maitines y prima rezan al alba, cuando apuntó; oyeron la misa pronto antes que saliese el sol; ellos han hecho su ofrenda, muy buena en tal ocasión. - Vos, el Minaya Alvar Fáñez, que sois mi brazo mejor, y el obispo don Jerónimo, conmigo vendréis los dos, y también Pedro Bermúdez junto con Muño Gustioz, y este Martín Antolínez, el buen burgalés de pro; Alvar Álvarez también, con el Alvar Salvadórez, junto con Martín Muñoz, que en tan buen punto nació, y ese buen sobrino mío, querido Félix Muñoz; irá conmigo Malanda, que él es un sabio varón, y aquel Galindo García, el buen hombre de Aragón; y con éstos que hagan ciento de entre mi gente mejor. Vestid túnicas, que encima podáis llevar guarnición. Debajo, llevad lorigas, blancas sean como el sol; encima de las lorigas vayan pieles de valor; que no se os vean las armas, atadlas bien con cordón; bajo los mantos espadas, de filo muy cortador; quiero yo que de este modo vayáis a la reunión. Yo pediré mi derecho, y allí diré mi razón; si pendencia me buscaren los Infantes de Carrión, donde tales ciento vayan, allí estaré sin temor. A una responden todos: - Eso queremos, señor. Y todos se prepararon tal y como se acordó. No pierde tiempo por nada el que en buena hora nació: las calzas de fino paño allí al punto se vistió; camisa de hilo se puso, que era blanca como el sol; cosidas con oro y plata todas las presillas son; los puños bien que le quedan, pues él así lo mandó; un brial de fina seda encima de ella vistió; los bordados, de oro fino, están hechos con primor; sobre esto una roja piel, con bandas que de oro son (ésta es la que siempre viste Mio Cid Campeador); de lino fino la cofia que en el cabello llevó con oro trenzado el lino, en sutil disposición, que no mesen los cabellos del buen Cid Campeador; larga tenía la barba, y atóla con un cordón. Esto hizo porque él quiere guardarse con prevención. Encima le cubre un manto, un manto de gran valor. ¡Cuánto tienen los presentes que ver con admiración! 1.- Resume brevemente cada uno de los textos. 2.- Busca en los textos las frases o expresiones que ponen de manifiesto los diferentes aspectos de la personalidad del héroe (humanidad, ternura, tristeza, equilibrio, etc.)

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3.- Observa la agilidad con la que el autor nos describe los hechos: existen muchas referencias a los gestos y actitudes de los personajes. Éstas, junto con los diálogos que mantienen entre sí, contribuyen a "dramatizar" la acción. Indica los gestos atribuidos a los personajes. Muchos de ellos tienen un simbolismo especial, son un verdadero lenguaje gestual. Explica cuál es su significado. Así, por ejemplo, "Tornaba la cabeza" significa 'dolor'. 4.- Escribe una lista de las expresiones en que el juglar hace partícipe al auditorio: "¡Dios, qué buen vasallo, si hubiese buen señor!". 5.- Observa cómo se visten el Cid y los suyos para ir a las Cortes. Investiga qué tipo de vestimenta eran túnicas, lorigas, brial, etc. Haz un dibujo del Cid con su vestido para ir a las Cortes. Relaciona este pasaje con la actualidad. ¿Cómo han evolucionado las formas de vestir? ¿Hay alguna prenda de las que se usaba el Cid que todavía se sigue usando? 6.- En muchas ocasiones utilizamos el atuendo como modo de remarcar la importancia de una situación o hecho social. Señala varias de estas situaciones. 7.- Señala las frases o expresiones en las que se haga alusión a la honra y honor que el protagonista piensa conseguir o ha conseguido. 8.- Imagina que eres un juglar. Describe en un relato autobiográfico tu mester. Puedes contar las representaciones que has realizado en la última temporada de verano, los medios que has utilizado al llegar a los pueblos para convocar al auditorio, el repertorio que has llevado, el itinerarios realizado, los incidentes ocurridos durante el viaje o durante las representaciones, las ganancias, etc. 9.- Observa en el primer fragmento los sentimientos contradictorios de la niña frente al Cid y los suyos. 3.- LA LITERATURA DIDÁCTICA: EL MESTER DE CLERECÍA Junto a la corriente del mester de juglaría, se desarrolló en el siglo XIII el Mester de Clerecía, cultivado por los clérigos, es decir, por hombres cultos y letrados. Los dos coexistieron sin confundirse, aunque influyéndose mutuamente. Aunque las producciones del mester de clerecía son muy diversas, hay una serie de rasgos que caracterizan a esta corriente. Entre otros destacan los siguientes: - Ausencia de asuntos heroicos. A diferencia del mester de juglaría, los autores de este mester tratan generalmente de asuntos religiosos, ascéticos, etc. Sin embargo, se dejan ver algunas características juglarescas, como las llamadas de atención a los oyentes, por ejemplo. - Finalidad didáctica, es decir, pretenden dar a conocer al pueblo hechos que le sirvan de ejemplo. - Lenguaje claro y artístico. Debido a su finalidad de enseñar, los autores del mester de clerecía utilizan un lenguaje que pueda ser comprendido fácilmente por el público al que se dirigen. Sin embargo, también utilizan palabras nuevas y cultismos, lo cual manifiesta una cierta intención artística. "Voy a hacer una prosa en roman paladino, en la cual suele el pueblo fablar a su vecino." - Empleo de la cuaderna vía. Una de las características más destacadas del mester de clerecía es el uso de la estrofa llamada cuaderna vía. esta estrofa está formada por cuatro versos alejandrinos (de catorce sílabas) que riman todos entre sí, como podemos apreciar en los versos iniciales del Libro de Alexandre, donde además se establece la diferencia con el mester de juglaría. Mester traigo fermoso, no es de joglaría

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mester es sin pecado, ca es de clerecía. Fablar curso rimado por la cuaderna vía a sílabas contadas, ca es gran maestría. Junto a la cuaderna vía aparecen otras formas de versificación, especialmente de arte menor. - Es muy frecuente en ellas, sobre todo en las escritas en el siglo XIII, hacer referencia a un escrito anterior que le ha servido de modelo. Este escrito base es menos empleado en las obras del siglo XIV, e incluso desaparece en algunos casos. - Tienen un fuerte contenido narrativo, sobre todo al principio, que luego se irá suavizando y mezclando con contenidos líricos, dramáticos y religiosos. GONZALO DE BERCEO (siglo XIII) Es el principal representante del mester de clerecía en el siglo XIII y el primer autor español de nombre conocido. Su vida estuvo vinculada a los monasterios de San Millán de la Cogolla (Logroño) y Santo Domingo de Silos (Burgos). Se conservan nueve obras suyas, todas escritas en cuaderna vía, entre las que destacan: * Vidas de santos: Vida de Santo Domingo de Silos, Vida de San Millán de la Cogolla, Vida de Santa Oria. * Obras dedicadas a la Virgen: Los Milagros de Nuestra Señora Esta obra es una colección de veinticinco milagros, inspirados en una colección de relatos marianos escritos en latín. En ellos el autor quiere mostrar la beneficiosa influencia de la Virgen en la vida de los hombres. Berceo no inventa, sólo pretende difundir en lengua romance las historias marianas, por eso busca un lenguaje sencillo, un habla familiar que entienda el pueblo, y recurre con frecuencia a comparaciones tomadas del mundo campesino, a nombres de utensilios domésticos, a refranes, etc. En esos milagros aparecen continuas llamadas de atención al espectador-oyente, pues hay que imaginar que Berceo, que se llama a sí mismo juglar de santos, escribiría sus obras para recitarlas a sus amigos, a la gente de la parroquia y a los propios monjes. Amigos y vasallos de Dios omnipotente, si escucharme quisierais de grado atentamente, yo os querría contar un suceso excelente: al cabo lo veréis tal, verdaderamente. En general, todos los milagros responden a la misma estructura, en la que se observan tres partes diferenciadas: tentación por parte del diablo, caída del pecador y milagro de la Virgen en ayuda del pecador. Milagro I (La casulla de San Ildefonso) En Toledo la buena, esa villa real que yace sobre el Tajo, esa agua caudal, hubo un arzobispo, coronado leal, que fue de la Gloriosa amigo natural. Llamábanlo Ildefonso, dícelo la escritura, pastor que a su rebaño daba buena postura, hombre de santa vida que trajo gran cordura: cuanto decir podamos su hecho lo mesura. Siempre con la Gloriosa supo amistad tener, nunca varón en dueña puso mayor querer; en buscarle servicio usaba su saber, prevención y prudencia sabía en ello poner. Sin los otros servicios muchos y muy granados, dos hay en el escrito, éstos son más notados:

hizo sobre ella un libro de dichos colorados, de su virginidad contra tres renegados. Hízole otro servicio el leal coronado: que le hizo una fiesta en diciembre mediado, la que caía en marzo (¡día muy señalado!) cuando vino Gabriel con el rico mandado. Cuando vino Gabriel con la mensajería, cuando sabrosamente dijo: "Ave María", y diole por noticia que pariría el Mesías [...] quedándose tan íntegra como estaba ese día [...] Así San Ildefonso, coronado leal, preparó a la Gloriosa fiesta muy general; en Toledo quedaron muy pocos en su hostal que no fueron a misa a la sede obispal.

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El arzobispo santo tan leal coronado, para entrar a la misa estaba preparado; en su preciosa cátedra estábase asentado: trájole la Gloriosa presente muy honrado. Le apareció la madre del Rey de Majestad con un libro en la mano de muy gran claridad: el que él había hecho de su virginidad; a Ildefonso le plugo de toda voluntad. Y le hizo otra gracia como nunca fue oída, que le dio una casulla sin aguja cosida: era obra de ángeles, no por hombre tejida; dijo pocas palabras, razón buena cumplida. Díjolo: "Amigo, sabe que de ti estoy pagada, que no me buscaste honra simple, sino doblada: en un buen libro soy de ti bien alabada y me hiciste una nueva fiesta que no era usada. Para tu misa nueva de esta festividad yo te traigo una ofrenda de gran preciosidad: casulla con que cantes, preciosa de verdad, hoy y en el santo día de la Natividad" [...] "El sentarse en la cátedra en la que estás sentado a tu cuerpo señero le será soportado; revestir esta alba a ti se te ha otorgado; otra que la revista no será bien parado." [...] Cuando le plugo a Cristo, al celestial Señor, finó san Ildefonso, precioso confesor: honrólo la Gloriosa Madre del Criador, diole gran honra al cuerpo, y al alma muy mejor.

Pusieron de Arzobispo canónigo muy lozano, que era muy soberbio y de seso liviano; quiso igualar al otro, en esto fue villano, por bien no se lo tuvo el pueblo toledano. Sentóse en la cátedrá de su predecesor, y pidió la casulla que le dio el Criador; dijo palabras locas el torpe pecador, pesaron a la Madre de Dios Nuestro Señor. Dijo unas palabras de muy gran liviandad: "Ildefonso no fue de mayor dignidad; soy tan bien consagrado como él, en verdad; todos somos iguales en nuestra humanidad." [...] Mandó a los ministros la casulla traer para entrar en la misa la confesión hacer; mas no le fue sufrido, ni le dieron poder, que lo que Dios no quiere no puede acontecer. A pesar de lo amplia que era la vestidura le resultó a Siagrio angosta sin mesura: tomóle la garganta como cadena dura y pereció ahogado por su gran locura. La Virgen gloriosa, estrella de la mar, a sus amigos sabe galardón bueno dar; si bien sabe a los buenos el bien galardonar, a los que la desirven los sabe mal curar. Amigos, a tal madre bien servirla debemos: si la servimos, nuestro provecho buscaremos, honraremos los cuerpos, las almas salvaremos, por servicio pequeño gran galardón tendremos.

1.- ¿Donde sucedió el milagro? ¿Quién es su protagonista? ¿Qué servicios hizo a la Virgen? ¿Qué dos gracias le concedió ésta? ¿Qué pecado cometió el sucesor de San Ildefonso? ¿Qué hecho milagroso se produjo? 2.- Subraya todas las frases en las que Berceo hace referencia al "escrito base", es decir, a la obra que sigue como modelo para redactar sus milagros. 3.- Señala las frases en las que se dirige a su auditorio 4.- Señala los nombres que utiliza el autor para referirse a la Virgen María. 5.- Señala las últimas estrofas en las que el autor hace la alabanza final a la Virgen. ¿Qué consejos da Berceo a sus oyentes? EL ARCIPRESTE DE HITA Y EL LIBRO DE BUEN AMOR (siglo XIV) A pesar de la gran cantidad de estudios, la figura del Arcipreste de Hita sigue siendo un enigma. Se cree que nació en Alcalá de Henares. Pudo haber escrito parte de su obra en prisión. Se supone que alcanzó diversos cargos eclesiásticos, entre ellos el de Arcipreste de Hita. El siglo XIV supone un momento de crisis y de quiebra del sistema feudal en toda Europa.La literatura del momento se contagia de ese ambiente de crisis y decadencia, y produce obras de escaso valor. El Arcipreste nos ofrece en El Libro de Buen Amor la particular visión de un clérigo ante un mundo que se desmorona por la llegada de los nuevos valores. El libro se convierten así en una auténtica sátira de la sociedad, encubierta bajo la apariencia de un tratado amoroso. Desde el punto de vista literario, cuando Juan Ruiz escribe su obra conviven dos tendencias diferentes, el mester de clerecía y el mester de juglaría. Aunque el libro pertenece al mester de clerecía, toma, como ocurre con Berceo, elementos de cada una de ellas. Como los juglares, se dirige constantemente a los oyentes, pero se sirve

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preferentemente de la cuaderna vía a la hora de escribir, aunque también se sirve de otros tipos de versos de arte menor. El Libro de Buen Amor es una obra miscelánea, es decir, trata de muy diversos temas, en más de siete mil versos (3.700 estrofas). El hilo conductor del libro es una autobiografía ficticia, en la que Juan Ruiz se presenta como galán que expone un amplio repertorio de posibilidades amatorias (de la pastora a la gran dama, de la soltera a la casada, de la mora a la monja). Pero con ello se mezclan discusiones sobre el amor, sermones morales, fábulas, sátiras, cantigas profanas (como las de serrana), o religiosas (en especial, a la Virgen), etc. Esta obra ha dado lugar a interpretaciones muy diversas, derivadas de la propia ambigüedad que plantea el mismo autor ya desde el prólogo: "Y Dios sabe que mi intención no fue hacer por dar ocasión de pecar ni por mal hablar; sino que fue por traer a toda persona a memoria buena de bien obrar, y dar ejemplo de buenas costumbres, y consejos de salvación, y para que todos sean apercibidos y se puedan mejor guardar de tantas maestrías como algunos usan para el loco amor [el amor mundano]." Es decir, Juan Ruiz manifiesta una clara actitud didáctica al pretender mostrar los peligros del "loco amor" y la necesidad de alejarse de él y de volver al "buen amor". En cambio, en el mismo prólogo, el autor explica que su obra también puede servir de guía de actuación para los enamorados, aunque desaconseje esta utilización: "Sin embargo, como es humana cosa el pecar, si algunos -lo que no les aconsejo- quisieran usar del loco amor, aquí hallarán algunas maneras para ello." El Arcipreste no sigue ningún escrito base, como es el caso de Berceo, pero, eso sí, se inspira en diversas fuentes de la tradición europea y árabe. Para muchos estudiosos, el Libro de Buen Amor es un reflejo del choque que se vive en el siglo XIV entre los viejos valores y las nuevas ideas que nacen en el seno de la burguesía emergente. En este sentido, la lucha entre el loco amor y el buen amor puede ser interpretada como el enfrentamiento entre las ideas religiosas típicamente medievales y las nuevas costumbres burguesas, más apegadas a los placeres terrenales. Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar: al torpe lo hace bueno y hombre de respetar, hace correr al cojo, al mudo le hace hablar; el que no tiene manos bien lo quiere tomar. Séase un hombre necio y rudo labrador: hácenle los dineros hidalgo sabedor; cuanto más él posee tanto es de más valor; quien no tiene dinero no es ni de sí señor. Si tuvieres dinero tendrás consolación, alegría y placer y del Papa ración; comprarás Paraíso, ganarás salvación; donde hay mucho dinero hay mucha bendición. Juan Ruiz está criticando los efectos perturbadores del orden social que el dinero tiene. Y a la vez, denuncia en la última estrofa la sumisión del clero respecto al dinero. La obra es el testimonio de una época y de una sociedad. Por tanto, recoge las costumbres y los modos de vida de los españoles de entonces. De este modo, la obra se convierte en un ejemplo del mestizaje cultural que se produjo en la Península, puesto que recoge la forma de vivir de las tres culturas que convivieron aquí durante la Edad Media.

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Cómo murió Trotaconventos y cómo el arcipreste hace su planto ¡Ay muerte! ¡Muerta seas, bien muerta y malandante! ¡Matásteme a mi vieja! ¡Matárasme a mí antes! Enemiga del mundo, no tienes semejante; de tu memoria amarga nadie hay que no se espante. Al que hieres tú, Muerte, nadie lo salvará; humilde, bueno, malo, noble, no escapará; a todos te los llevas, diferencia no habrá; tanto el Rey como el Papa ni chica nuez valdrá; no respetas parientes, señorío, amistad, con todo el mundo tienes continua enemistad; no existe en ti el amor, clemencia, ni piedad, sino dolor, tristeza, mucha pena y crueldad. Jamás nadie de ti se ha podido esconder y ninguno ha podido contigo contender; la tu venida triste no se puede entender; cuando llegas, no quieres a ninguno atender. Dejas el cuerpo yerto a gusanos en huesa, al alma la separas del cuerpo con gran priesa, no está el hombre seguro de tu carrera aviesa; de hablar de ti, muerte, espanto me atraviesa; eres de tal manera del mundo aborrecida que, por bien que lo quieran al hombre, aquí, en la vida, al punto que tú llegas con tu mala venida, todos huyen de él luego, como de res podrida; aquellos que gustaban en vida su compaña aborrécenlo muerto, como a una cosa extraña; sus parientes y amigos todos le tienen saña, todos huyen de él luego, como si fuese araña; cuando tú vienes, muerte, son luego aborrecidos por padres y por madres su hijos muy queridos; por amigas, amigos deseados, servidos; por mujeres leales los sus buenos maridos. Haces al que es muy rico yacer en gran pobreza: no tiene ni una blanca de toda su riqueza; el que en la vida es bueno y de mucha nobleza es hediondo en la muerte y lleno de vileza. No se encontrará un libro, un escrito, una carta, hombre sabio ni necio que de ti bien departa; nada existe en el mundo que bien de ti se parta, excepto el cuervo negro que de ti, muerte, se harta; le dices cada día que pronto le hartarás. Como el hombre no sabe cuándo le matarás, si bien pudiere obrar, sea hoy: valdrá más que el esperarte a ti y a tu amigo cras-cras: señores, no queráis ser amigos del cuervo: temed sus amenazas y no cumplaís su ruego. El bien que hacer pudiereis, hacedlo luego, luego, que moriréis mañana, pues la vida es un juego: la salud y la vida muy rápida se muda, y en un punto se pierde: de esto no cabe duda;

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"el bien te haré mañana" es expresión desnuda: vestidla con las obras antes que muerte acuda. Quien porfía en mal juego pierde mucho y no cobra, piensa que tendrá suerte y halla mala zozobra; amigos, sed atentos, realizad buena obra, pues al venir la muerte, todo lo demás sobra. Cuando copan la banca, muchos piensan ganar, mas, rodando los dados, les viene un mal azar. Junta el hombre tesoros e intenta disfrutar, pero, al llegar la muerte, debe todo dejar; pierde luego la voz y aun el entendimiento; de sus muchos tesoros, de su amontonamiento, no puede llevar nada ni escribir testamento; los dineros juntados dispérsalos mal viento; y, cuando sus parientes la su muerte barruntan, para heredarlo todo a menudo se juntan; cuando por su dolencia al méduico preguntan, si él habla de sanarlo, como mal se lo apuntan. 1.- Haz un resumen del fragmento 2.- ¿Quién habla en este texto? ¿A quién se dirige? ¿De qué se lamenta? 3.- En la literatura medieval la muerte aparece con frecuencia como una fuerza de igualación soocial. Busca en el texto aquellos pasajes en los que se refleje este poder igualatorio de la muerte y coméntalos. 4.- Métrica del fragmento 5.- Estructura del texto. Retrato de Trotaconventos La buhonera con su cesto va tañendo cascabeles, pregonando sus joyas, sortijas y alfileres. Decía: "¡Llevo toallas! ¡Compradme estos manteles!" Doña Endrina la vio y dijo : "Entra aquí, no receles." Entró la vieja en casa, díjole " Señora hija, para esa mano bendita, acepta esta sortija. Dejadme que, en secreto, una ocurrencia os diga que he pensado esta noche". Poco a poco la aguija: "Hija, siempre estáis en casa encerrada. Envejecéis a solas, sin ser vista y admirada: salid, mostrad en plaza vuestra beldad loada; entre cuatro paredes no vais a ganar nada. En esta villa gallarda mancebía, muy apuestos mancebos de mucha lozanía, en todas las costumbres mejoran cada día, nanca se ha reunido tan buena compañía. Aunque soy pobre, me acogen con cordialidad; el mejor y más noble de linaje y beldad es don Melón de la Huerta, buen chico de verdad: a los demás supera en hermosura y bondad.

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- Leed este fragmento y explicad las estrategias de la vieja para entrar en la casa y ganarse la confianza de doña Endrina: su oficio, su tono zalamero, los consejos para que se divierta, el elogio de los jóvenes de la ciudad y, entre ellos, de don Melón. La raposa y el cuervo La raposa un día con hambre andaba y vio al cuervo negro que en un árbol estaba; gran pedazo de queso en la boca llevaba; ella, lisonjera, muy bien lo halagaba: "Oh cuervo tan apuesto, del cisne ers pariente en blancura y donaire, hermoso, reluciente; mejor que cualquier ave cantas, más dulcemente; si un cantar tú dijeses, valdría como veinte. Mejor que la calandria, mejor que el papagayo, mejor gritas que tordo, el ruiseñor o el gallo; si ahora cantases, todo el pesar que traigo me quitarías al punto, más que con otro ensayo." Creyóse, pues, el cuervo que su buen gorgear placía a todo el mundo más que otro cantar; creía que su lengua y su mucho graznar alegraba a las gentes mejor que otro juglar. Comenzó a cantar y su canto ejercer, el queso de la boca vínosele a caer; la raposa, en el acto, comenzólo a comer: el cuervo con el daño se hubo de entristecer [...] No es cosa segura creer dulce lisonja, pues de este dulzor suele venir amarga lonja; pecar de esta manera no conviene a una monja: religiosa no casta es podrida toronja. Leed esta fábula que cuenta una monja para defenderse de las proposiciones del arcipreste. Comentad las artimañas de la zorra y la moraleja que extrae la monja. 4.- EL NACIMIENTO DE LA PROSA ROMANCE Los primeros textos en prosa que aparecen en romance son breves narraciones de carácter histórico y escaso valor literario. A mediados del XIII aparecen obras más extensas, colecciones de cuentos ejemplares y colecciones de sentencias traducidas de obras orientales. Quien verdaderamente impulsó la prosa romance fue Alfonso X, que creía que la difusión de la cutura en la lengua que hablaba la gente facilitaría su labor educadora. Se sirvió para ello de la Escuela de Traductores de Toledo, en la que reunió a destacados sabios musulmanes, cristianos y judíos. Bajo su dirección se escribieron diversas obras y se tradujeron otras. De esta manera, el castellano fue convirtiéndose en una lengua apta para tratar asuntos jurídicos, históricos y científicos, cosa que hasta ese momento estaba reservada para el latín, que era la lengua de transmisión de la cultura. El mismo rey habla así de su tarea: " El rey hace un libro no porque lo escriba con sus manos, sino porque compone las razones de él, y las enmienda y endereza, y muestra la manera de como se deben hacer... Es como cuando decimos el rey hace un palacio, no se dice porque él lo haga con sus manos, sino porque él lo mandó hacer y dio las cosas necesarias para ello."

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El infante don Juan Manuel le dio a la prosa castellana el carácter literario que le faltaba hasta entonces. Es el pricipal impulsor de la literatura castellana en prosa. Es noble y se muestra orgulloso de su posición social y de su valía política y literaria. Fue el primer autor español con una conciencia clara de escritor. Depositó una copia completa de sus obras en el monasterio de Peñafiel, con el fin de que se conservaran tal y como él las escribió, pero se perdieron en un incendio. Sus textos nos han llegado por medio de copias y muchos de ellos se han perdido definitivamente. Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X el Sabio, es un autor original, no traduce de otros, sino que las crea personalmente. Aunque se inspira en diversas fuentes, árabes y cristianas, él las recrea. En sus escritos trata de ser claro y conciso, busca la perfección formal y la belleza, al mismo tiempo que pretende instruir. El Conde Lucanor es la obra más conocida del autor. Se trata de una colección de 51 cuentos que responden a la misma idea: un joven conde, Lucanor, le plantea a su siervo, Patronio, sus dudas acerca de cuestiones diversas; su siervo le responde mediante ejemplos que contienen una moraleja. Pertenecen estos cuentos a la tradición literaria medieval del "Speculum Principis" (espejo o modelo del príncipe, es decir, enseñanza del príncipe en el arte de gobernar). Los cuentos son muy variados y proceden de diversas fuentes, desde fábulas clásicas hasta relatos de los Evangelios, pasando por cuentos orientales. Pero él no los copia, sino que los recrea con gran maestría. Los temas son muy diferentes, aunque predominan los problemas que afectan a la honra y a la buena fama de las personas, que han de luchar para defenderse de las agresiones de sus semejantes. "Este libro lo hizo don Juan, hijo del muy noble infante don Manuel, deseando que los hombres hiciesen en este mundo tales obras que les fuesen provechosas a las honras y a las haciendas y a sus estados, y fuesen allegados a la carrera porque pudiesen salvar las almas. Y puso en él los ejemplos más provechosos que él supo de las cosas que acaecieron, para que los hombres puedan hacer esto que dicho es." Los cuentos tienen una estructura fija que se repite en cada uno de ellos: DIÁLOGO CUENTO APLICACIÓN MORALEJA

En el diálogo inicial, Lucanor expone a su criado Patronio un problema y le pide consejo Patronio narra un cuento o relato relacionado con el tema planteado por el conde Patronio hacer una aplicación del cuento al caso concreto planteado Don Juan interviene e incluye una moraleja en forma de pareado

Don Juan Manuel fue el primer escritor que intentó crearse un estilo propio y personal, y se muestra especialmente celoso con su obra ante la actividad de los copistas, algo muy frecuente en la época: "Como don Juan sabe que en los manuscritos hay muchos errores de copia, porque los copistas, al tomar una letra por otra, se confunden y mudan el sentido de los pasajes, y los lectores echan luego la culpa al autor de la obra, ruega a los que leyeren cualquier libro suyo que cuando encuentren alguna palabra mal puesta no le culpen a él hasta que vean el manuscrito que él mandó escribir y que está corregido en muchos lugares de su puño y letra."

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DE LO QUE SUCEDIÓ A UN HOMBRE AL QUE TENÍAN QUE LIMPIARLE EL HÍGADO Otra vez hablaba el conde - Señor conde - dijo Patronio -, un Lucanor con su consejero Patronio y le hombre estaba muy enfermo y le dijeron dijo así: los médicos que no lo podían curar si no - Patronio, debes saber que Dios le hacían una abertura por el costado y me hizo muchas mercedes en muchas le sacaban el hígado, y se lo lavaban con cosas, pero estoy ahora escaso de dinero. unas medicinas que necesitaba. Cuando Y como lo necesito urgentemente, tengo estaban en la operación y tenía el médico que vender una heredad de las mejores el hígado en la mano, vino otro hombre y que tengo, o hacer otra cosa que me le pidió que se lo diese para su gato. perjudicará tanto como esto. Y tengo que Y a vos, señor conde Lucanor, si hacerlo para salir de esta miseria y de queréis haceros un gran daño por tener esta pena en que estoy. Y si hago esto, dineros y darlos a quienes no lo vendrán a mí muchos hombres que sé necesitan, os digo que lo podéis hacer que podrían esperar y me pedirán que por vuestra voluntad, pero no por mi les dé el dinero que tan caro me cuesta. Y consejo. por el buen entendimiento que Dios te ha Al conde le gustó lo que le dijo dado, te ruego que me digas lo que debo Patronio y siguió su consejo y le fue muy hacer. bien. - Señor conde Lucanor - dijo Y como don Juan comprendió que Patronio - me parece que a vos os sucede este ejemplo era bueno lo mandó escribir con estos hombres lo que le pasó a un en este libro e hizo estos versos que dicen hombre que estaba muy enfermo. así: Y el conde le rogó que le contase Si no sabéis lo que debéis dar, lo que había pasado. en gran daño se os podrá tornar. 1.- Resume el texto 2.- Indica en una frase cuál es el tema del cuento. 3.- Busca la estructura y señala: - el plano de la realidad (hablan Patronio y el conde Lucanor) - el plano de la ficción (el cuento que narra Patronio) - la vuelta al plano de la realidad (Patronio da su consejo) y moraleja 4.- ¿Crees que la intención de don Juan Manuel el escribir el Conde Lucanor era didáctica o tan sólo pretendía entretener a su público con cuentos diversos? 5.- Escribe un cuento para tu hermano que te ha planteado un problema e inventa una moraleja adecuada.

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