Si yo fuera un libro...

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“SI YO FUERA UN LIBRO…” Si yo fuera un libro sería una novela de reflexión y misterio. Un libro intrigante, de deducción. Un libro de esos que cuanto más lees menos sabes, de esos que te montas miles de historias y nunca aciertas en ninguna de ellas; de los que no puedes dejar de leer. Me titularía “Tú eres solo tú”. En cuanto a mi dueño, sería alguien que realmente supiera comprenderme, valorar cada una de las frases, da igual si hombre o mujer, solo querría alguien lo suficientemente inteligente para sacar de contexto mis palabras y saber realmente lo que le quiero comunicar. Como tal hombre, estaría en su mesilla junto a Otra vuelta de tuerca de Henry James y junto a nosotros querría que estuviera La Torre Oscura de Stephen King; siempre quise conocerle, aunque también me gustaría conocer a Macbeth de William Shakespeare. Al estar en una mesilla, me leerían por la noche tumbada sobre la cama y tal sería la sensación de curiosidad que no podrían dejar de leer hasta acabar agotados y dormidos con la luz tenue que suelen emitir las pequeñas lámparas de sobremesa. La verdad es que me gustaría ser leída en la edición clásica, aunque tampoco me disgusta la idea de que me lean en formato electrónico. Me conformo con que todo el mundo pueda tener accesibilidad a mí y poder leerme en cualquier lugar y momento. Pienso que, sea de la forma que sea, leer un libro, tanto en forma electrónica o clásica, es una experiencia única de embarcarte en una aventura, un misterio, una novela… y poder ponerte en la piel del personaje. Por eso, cuando tengas la oportunidad de leerme tendrás la sensación de estar sumido en un misterio continuo. Por eso -al menos yo pienso- las páginas del libro no deben seguir una regla fija ni un número tope aunque confieso que más de 500 o 600 páginas son difíciles de seguir. Yo tendría justo 528 páginas (no por una mera casualidad).

En cuanto a mi contenido haré un pequeño resumen: “Trataría sobre una señora mayor que se encuentra totalmente sola en una casa inmensa. Además una enfermedad que poco a poco hace que pierda la memoria, la razón, el juicio, la movilidad, el habla y así sucesivamente hasta que un día dejara de respirar. Pasan los días y su enfermedad empeoraba cada vez más hasta el punto de que todas las noches olvidaba lo que había hecho el día anterior. Y nunca terminaba sabiendo cómo había llegado a estar sola en una casa inmensa y con una enfermedad que poco a

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poco la estaba matando. Aunque lo intentó por todos los medios, la mujer terminó muriendo sin saber la verdad sobre su pasado. Meses después, unos voluntarios del cuerpo de policía deciden entrar en la gran mansión para cubrir las pertenencias de la señora hasta que algún familiar las reclamase como herencia. Un oficial se acercó hasta al escritorio y vio un diario abierto, que aunque jugó con su conciencia a qué era lo más correcto, terminó por leerlo. Se dio cuenta de que habían pasado 528 días desde que se enteró de su enfermedad y de que había 528 historias de cómo habría sido su vida escritas una por cada día que empeoraba y no recordaba el día anterior. Todas eran diferentes y acababan diferentes, lo único que tenían en común eran que todas terminaban con un final feliz. “¿528 formas de acabar su vida de una forma feliz y ella ha muerto sola y enferma?” se preguntó el oficial. Investigó sobre aquella señora que parecía que había venido al mundo tal y como se había ido; silenciosamente. Años después, al no reclamar los bienes de la señora, los oficiales tuvieron que volver al lugar y desalojar la casa y al mover un mueble, cayó una carta que ponía “28/9/1905” (carta que escribió horas después de saber de su enfermedad, y que la guardó como el mejor de los tesoros). Dentro de ella estaba el motivo por el cual había escrito 528 historias con diferentes finales y ninguno si quiera se le parecía al que ella tuvo. Tal fue el impacto que le causaron aquellas palabras que jamás pudo dejar de pensar en lo que en esa carta ponía. ¿Que qué ponía en la carta? ¿Que qué revelación tan escabrosa habría en ese trozo de papel? ¿Será su subconsciente el causante de las 528 historias? ¿Por qué las escribió?” Bueno pues si yo fuera un libro quizás tú tampoco podrías dejar de pensar en mi historia.

Elena García

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SI YO FUERA UN LIBRO… Si yo fuera un libro sería novela. Una novela de viajes en la que entre sus páginas confluyesen la pasión, la intriga, el misterio y por qué no un poco de historia, pero solo un poco. Magia. Reflexión. Pensar sobre aquello que intento transmitir. Removerte las entrañas como aquellos que dicen. No parar de leer. El título, la decisión más difícil para un autor y más aún para ser un libro. Normalmente, se trata de un resumen en pocas palabras de lo que te espera cuando te sumerjas en la historia, pero personalmente, pienso que sería más que una reflexión personal sobre mi historia, mi título sería un porqué y mi porqué sería “Una ventana hacia París”. Mi dueño. Mi propietario. Aquel ser humano que consiguiese ser mi complementario. Que yo como libro y a él como persona le cambiase totalmente la vida. Como mínimo esa persona debería ser sensible, no demasiado, pero sensible al arte y empático para que pudiese comprender la esencia de mi historia. Una persona humilde y a la vez con un alma rebelde. El día que esa persona ya no me recordase y me olvidase al fondo de ese cajón, fuese ese libro escogido para abrir una puerta secreta, o metido en una caja de recuerdos, o simplemente en la balda de aquella estantería de madera de roble que está en el desván, me gustaría pasar el resto de mi larga vida al lado de “La sombra del viento”. Me marcó mucho cuando lo leí por primera vez. Fue una historia auténtica. Ese libro estaría a mi derecha, y justo, rozando mi lomo izquierdo, estaría el último libro que he leído: “La voz dormida”. En esa estantería, seguro que habría más como yo, algunos olvidados desde hace más tiempo y otros, mucho más recientes, pero me gustaría conocerlos a todos, incluso a aquellos cuentos infantiles con más de una capa de polvo sobre sus páginas. Mi dueño. Mi propietario. Aquel que me leyese por primera vez me gustaría que lo hiciese en un sitio especial para él; junto a la chimenea en Navidad, en un parque bajo la sombra de un ombú escuchando el sonido de la fuente y el picoteo de las palomas blancas, en la cama tirado junto a un gran ventanal con bonitas vistas y un precioso cielo azul, en el campo rodeado de jaramagos y bajo un sol resplandeciente, en la playa tirado en la arena y con esa brisa que acariciase su pelo, leerme junto al rio al atardecer… No importa el lugar, siempre que esa persona estuviese lo más cómoda posible, también consigo misma. En cuanto al formato, me es indiferente: ebooks, esos que están tan de moda ahora, o en papel amarillo con letra pequeña, pasta gruesa marrón y escasas ilustraciones, en el portátil, o en un canal on-line leído por Manolo, mi profesor de Lengua… incluso, un libro creado por tu imaginación. Me gustaría ser un libro extenso e interminable y esperar aquella segunda parte que nunca llegará, solo en tu imaginación. Aunque también dicen que lo bueno, se sirve en pequeños frascos.

María Pizarro Gallardo

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Si yo fuera un libro... Si realmente fuera esa porción de papeles cosidos y encuadernados...si tuviera un valor único en cada una de mis páginas escritas por una persona que se deja llevar por sus sentimientos, por sus emociones, que plasma en mis hojas historias jamás contadas, historias que te hacen reír, que te hacen imaginar, que te hacen llorar... si realmente fuera un libro, no tendría ninguna duda de que me gustaría ser un libro poco reconocido ¿Por qué? Todo el mundo querría ser un libro muy conocido, en cambio, yo prefiero ser un libro escondido, de esos que un día encuentras sin más en un estante de la biblioteca, de la librería y que sin saber por qué te sientes atraído a descifrar sus páginas. Y sin lugar a dudas, me gustaría parecer un tanto antiguo, de esos que tienen la portada desgastada y las hojas amarillentas, de esos que huelen a libro antiguo. Mis páginas ocultarían una historia romántica, una historia que te haga reír, que te haga imaginar, que te haga soñar con vivirla tú misma. Está claro que mi historia trataría del amor y de paisajes jamás imaginados... por ello el título sería Un sueño porque me gustaría que cuando leyesen mi historia pensaran que es como el sueño del

autor... un sueño que tuvo un día y decidió plasmarlo en mis hojas. Si fuera un libro me gustaría caer en las manos de alguien que realmente supiera sacarme partido. Alguien que fuera capaz de adentrarse en mis palabras y de imaginar el mundo que quiero plasmar con ellas. Me gustaría que me cuidaran porque un libro es algo especial, es una historia que te hará llevar tu mente hacia otro Universo. Me gustaría que mis dueños me conservaran por siempre y que se lo pasaran de padres a hijos como un libro especial que un día encontraron en una esquina y que desde entonces se ha convertido es una historia importante para ellos. Debido a que sería una historia de amor, me gustaría que me leyesen en medio del campo, a la sombra de un árbol con la única iluminación de los rayos de sol y como música de fondo la de los pájaros al cantar... otro lugar perfecto sería la playa o incluso antes de dormir.. Si fuera un libro me gustaría que mi autor fuera yo misma o un autor desconocido porque ¿quién mejor que yo misma para plasmar mis ideas en mis hojas? Y en caso de que no fuera yo la siguiente opción sería, sin lugar a dudas, un autor desconocido de esos que, cuando lees una obra suya, te gustaría saber su nombre para buscar más libros de él. Está claro que me gustaría ser único y no tener copias. Que la historia que está plasmada en mis hojas solo estén en ellas y no en las de otro libro, y por supuesto que otros autores interpreten mi historia a su manera me parecería fatal... porque mi historia es mía y cuando lees un libro tienes que intentar darte cuenta de lo que el autor quiere transmitirte, no de lo que quieres que te transmita. Si yo fuera un libro...

Mariana Martínez

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Si yo fuera un libro…

Si yo fuera un libro me encantaría ser de aventuras, uno de estos libros tan intrigantes que te cuesta mucho dejar de leer. Mi portada sería muy simple, con el título grande y con un dibujo con doble sentido que llamara la atención de mis lectores. Mi dueño me gustaría que fuera aquella persona deseosa de coger un buen libro que le lleve a imaginar un mundo fantástico. Una persona con personalidad que le apasionen las historias de aventuras y muy cuidadosa con los libros. Me encantaría estar al lado de otro libro similar a mí para así dar a elegir a mi dueño. Preferiría estar en una estantería de una biblioteca, para poder ser leído por muchos lectores. Mi título sería Un día en mi propio paraíso. En mis páginas se contaría cómo la protagonista, mediante otro libro encontrado en la buhardilla de la casa de su abuela, se recrea un mundo (su propio mundo), en el que ella se hace pasar por la protagonista. Estaría contado en primera persona por la propia protagonista. Me gustaría conocer a todo tipo de libros, pero si pudiera elegir entre tantos libros como existen, preferiría conocer libros de aventuras o amor interesantes, en los cuales te cuenten una historia, ya sea real o ficticia muy intrigante e inesperada. Me encantaría ser leído en un sitio muy tranquilo, preferentemente en el campo, para que mi dueño pueda recrear mi mundo de forma más fácil y detallada. La mejor hora para leerme es las cuatro de la tarde después de comer, bajo los rayos de sol y la brisa del campo.

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No me gustaría ser un libro muy grueso, prefiero ser un libro breve pero muy intenso, en el que cada palabra dicha signifique mucho a la hora del desarrollo del relato. El formato sería de edición de bolsillo, pasta dura y no muy pesado. La letra no muy pequeña, tamaño adecuado para no forzar la vista de mis lectores. También me encantaría estar formado por algunos dibujos que permitan hacerle entender a mi dueño el mundo inventado por mi autor, y así poder disfrutar más de él. Sobre todo me encantaría ser un libro muy prestigioso y admirado por mis lectores. Sería maravilloso que no me olvidaran nunca y que estuviera siempre presente en las cabezas de mis lectores, y que cuando quisieran retomar mi lectura lo hagan de manera voluntaria y agradable. En el releído de mi historia mis lectores seguro que se enterarán de detalles muy interesantes de mi historia que al leerlo una sola vez no percibieron. Esta me gustaría que fuese mi vida, en el caso de que yo fuera un libro.

María Ortega

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Si yo fuera un libro Si yo fuera un libro me gustaría ser un diccionario en el que estuvieran todas las palabras españolas que existen porque así me abrirían una y otra vez y no me aburriría nunca. Me titularía APRENDE porque conmigo podrías saber cualquier palabra española. Me gustaría que mi dueño me respetara y que me cuidara; que me quitara el polvo, no arrugara mis hojas, no me manchara... Me encantaría que me pusieran en la cocina y al lado de otros diccionarios y enciclopedias para que así vieran que yo sé más cosas que los demás y poder presumir. Me gustaría conocer a algún libro de cocina, puesto que como prefiero que me pongan en la cocina antes que en otro lado pues me encantaría saber los diversos y variados platos que se pueden hacer en ella. Me gustaría que me leyeran en todas partes y a todas horas para así no aburrirme y me gustaría también que acudiesen a mí todas las veces que no sepan el significado de alguna palabra porque para eso estoy. Quisiera que mis hojas fueran de papel duro para así ser más resistente y no estropearme tan rápido como los libros de hojas finas y durar siglos y siglos. Si yo fuera un libro tendría que ser gordo sin duda porque para tener todas las palabras españolas y ser de hoja dura tengo que ser muy gordo. No quisiera que me tirasen ni me reemplazaran nunca y que mejor que yo no haya ningún otro diccionario. Me gustaría que mi portada fuera azul porque es mi color preferido y que en mi interior hubiera muchas ilustraciones para que no se haga tan pesado leerme. Espero que te guste tal y como soy.

Francisco José Rodríguez

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Imaginación al poder Si yo fuera un libro me gustaría ser un libro de la actualidad. Mi título sería En busca de una vida perfecta y mi dueño querría que fuera un joven de unos 28 o 30 años que hubiera acabado sus estudios pero que no consiguiera trabajo, por culpa de la crisis. Yo, trataría de la historia de un joven de bachillerato que está a punto de empezar su carrera de magisterio. Al realizarla, a duras penas, se encuentra con un mundo lleno de dificultades en el que tiene que valérselas por sí mismo ya que lleva años peleado con sus padres y vive en un piso alquilado junto a su chica. Mi autor debería ser ya un hombre mayor, de unos 55 o 60 años, que haya tenido una experiencia parecida en la que acabó sus estudios pero no encontraba trabajo. Si me compraran, quisiera que fuera por gusto propio del lector, es decir, que hubiera escuchado un poco la historia y le hubiera gustado, no que fuera por obligación de sus estudios, por ejemplo. A mí, me gustaría estar junto a libros importantes como La caída de los gigantes de Kent Follet, Miedo a volar de Erica Jong o El resplandor de Stephen King por la razón de que fueron grandes éxitos en mis libros leídos. Yo quisiera que mi dueño me pusiera en una estantería muy nueva y bien cuidada al alcance de toda persona que tuviera interés en mí. Me encantaría conocer a libros como La celestina, Rimas y leyendas o Tierra Firme porque he oído hablar muy bien de ellos. Me gustaría que mi dueño leyera mis páginas entre semana un rato por la tarde en el sofá, tranquilamente y sin ruidos y otro ratito los fines de semana por la noche en la cama antes de dormir; pero sinceramente, uno de mis deseos sería que me leyera junto a la orilla del mar en la playa, y que acabara de hacerlo al ver el último rayo de la puesta de sol. Yo, personalmente, prefiero que mi dueño me leyera cara a cara, es decir tocando mis páginas y pasándolas una a una. No me gustaría ser un libro en un formato de ordenador porque puede haber muchos problemas como que se apague el ordenador o entre un virus y ya no me pueden leer. Yo quisiera ser un libro más bien denso, y con pasta dura, porque así me siento de los más importantes y vistosos en una tienda. Quisiera que mi tipo de letra fuese muy vistosa y bastante separada, para que al abrirme por cualquiera de mis páginas no vieran un ``remolino´´ de palabras todas juntas y acumuladas sino unos párrafos bien separados que te entran ganas de leerlos. Si mi dueño me tratara bien, intentaría durar muchos años para poder pasar a manos de sus hijos y nietos. Con el paso de los años, por muy bien que me trataran, estaría un poco estropeado pero me gustaría que entre mis páginas hubiera pequeñas anotaciones de palabras que tengo escritas pero que no se entienden y que mi historia fuera contada de boca en boca para tener éxito. Al final de mi vida, desearía que me reutilizaran para hacer nuevos libros y dejar libre el camino de la fama a otros, o por lo menos que lo intentaran.

Francisco Luque

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Si yo fuera un libro… Si yo fuera un libro… un libro, bonita palabra para definir una vida, un amor, una locura, una… aventura. Si yo fuera un libro sería un libro de ciencia ficción y aventura, porque yo soy una chica extrovertida, de esas a las que les gusta vivir aventuras al máximo y que no desaprovecha ninguna que se le presente. Mezclaría las dos categorías en un mismo tomo, y le pondría una pizca de amor, sí, no estaría mal. Le daría a mi libro el título de Ella y el viaje a lo desconocido, para mi gusto la gente lo leería, no es mal comienzo. Pero esa persona que lo lea, me gustaría que fuera una persona responsable, que sepa cuidarme y no me deteriore mis preciosas páginas que más adelante pueden serle útiles a otros. No me importa si esa persona es fea, guapa, alta, baja… lo que realmente me importa es que sea una persona que comparta mis mismos gustos, así podría entenderme mejor y comprender qué maravillosas historias cuento en mis páginas, como yo suelo decir, mi alma gemela. No me importa tampoco dónde viva, ni con quién viva; y si hay niños mejor, así se les puede contar las historias antes de dormir. Esa persona debería saber también en qué lado de su estantería debería ponerme, ¿no crees? No estaría mal que me pusiera al lado de los de mi clase, pero cerca también de los libros de historia, podrían relatarme las historias antiguas, los descubrimientos, las penas y las alegrías, compartiríamos todos juntos charlas interminables. Pero esa estantería debe estar en un sitio acogedor, y en la que haya libros de todas clases. Concretamente, me gustaría conocer a un libro totalmente diferente a mí, por ejemplo, un libro de viajes, para conocer algo más que no sea ciencia ficción, amor o aventura, y pueda vivir mil aventuras más. Otra cosa importante que se me olvidaba, mi autor, vaya, buena cuestión para un libro como yo. En principio debe ser alguien que tenga mucho interés en los libros. Si lo pienso bien, podría ser yo perfectamente, Rocío Librero Rodríguez, sí, yo sería la autora de mí. ¿Qué mejor que una autora que sabe todos los secretos más ocultos de su libro? El lugar donde me leyeran sería, en resumidas cuentas, en cualquier sitio, siempre que sea un sitio tranquilo, para que mi lector se pueda meter bien en la historia y desconecte un poco del mundo. Que me leyeran al atardecer, para relajarse después de un largo día de trabajo, tumbado en una hamaca escuchando las olas de la playa, o en un sillón, o en una cama, o de pie, quién

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sabe, eso me da igual, pero siempre, sin nunca excluir, siempre, en formato papel, dónde va a parar. En un libro electrónico, mucho mareo, y además no hay que perder las costumbres, que se han transmitido de generación en generación desde Dios sabe cuándo. Libro de pasta dura, para durar más, aunque eso depende de cómo me traten, y grueso, para que a la persona que lea, tenga la intriga cada día, pero que no me lea en dos noches, como hacen algunos, no, no, nada de eso, que me lean tranquilo, viviendo la historia, y cuando tengan ganas, porque no quiero ser un libro agobiante, quiero ser un libro que guste, que llene, que alegre, y con el que se puedan vivir los sentimientos como si el lector estuviera dentro de la historia. También me alegraría que me leyeran muchas personas, no solo mi alma gemela, sino que pasara de una persona a otra. En fin, que todo esto que cuento sería como un sueño, vivir como si fuera un libro, aunque he pasado un buen rato escribiendo esto y me ha ayudado a conocerme mejor, quién lo diría. Pero no es posible, o quizás en este libro sí, las cosas que menos se esperan, se hagan realidad…

Rocío Librero

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Si yo fuera un libro Si yo fuera un libro me gustaría ser de aventuras porque son los libros que más me gustan. Mi libro se llamaría En busca de los anillos perdidos. Mi dueño me gustaría que fuera un hombre al que le gustara leer y que se emocionara a la vez que leyera el libro y que al final le gustase tanto que quisiera comprarse más libros del mismo autor.

Me gustaría que me pusieran al lado del libro “El señor de los anillos”, porque es uno de los libros que me gustan. Me gustaría conocer libros de aventuras que no conociera para yo poder seguir publicando más libros. Me gustaría que me leyeran sobre las 4 o 5 de la tarde ya que es una hora en la que se está tranquilo y nadie te molesta. Me gustaría que me leyeran en libro electrónico porque así no gastarían hojas y no tendrían que cortar árboles para hacer mi libro. La letra de mi libro sería normal porque si es muy chica la letra casi no se ve y si fuera muy grande ocuparía más hojas, por eso me gustaría que fuera normal. Me gustaría que mi libro fuera pequeño por si te tienes que ir a algún sitio te pudieras llevar el libro y leerlo en cualquier parte.

Juan Jesús Reina Lora

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Si yo fuera un libro…… Si yo fuera un libro sería una novela de amor y aventura, en la que esta última sea la que predomine, es decir que sería una novela de aventuras, pero con una pincelada de amor. Mi título serían varios, por ejemplo

Una historia como otra

cualquiera…o Una aventura como muchas otras…, me gustaría tener ese título, ya que da la sensación de misterio, y me gusta. Me encantaría tener por dueño a una joven adolescente de unos 15 o 16 años, que sea cuidadosa, inteligente, ordenada, curiosa, más o menos, como yo. Y me encantaría estar en una estantería alta, de unos 6 o 7 estantes y me gustaría estar en el cuarto empezando por abajo, a la altura de los ojos de una persona de estatura media, para que puedan verme bien. Dentro de ese estante, me gustaría estar entre dos libros, que sean muy interesantes, y de anchura media, de unas 300 o 400 páginas, y que sean novelas de misterio y aventuras uno, y el otro una novela de amor un poco empalagosa. Me gustaría que los libros estuviesen ordenados por colores, como una escala, empezando por el blanco y terminando en el negro, yo estaría por la parte de los azules, ya que mi pasta sería de color azul marino, (y sería de pasta dura), con unas letras de tamaño 48, y con un dibujo de distintos colores en tonos pastel. En la contraportada habría un breve resumen de la trama de mi historia, con los mismos dibujos de la portada. En cambio, el lomo sería de un tono más claro al resto del libro, y las letras estarían en tonos dorados. Respecto al grosor, me gustaría tener unas 350 o 400 páginas, ya que es el espacio suficiente para contar una historia de aventuras. En el interior, una vez que abres el libro podrías ver una letra de fuente ANONYMUS, con un tamaño de 12. Me gustaría conocer a un libro de ciencia ficción con una pequeña trama de aventuras, que hable de cosas realmente interesantes, que no sea un libro “plasta”. Me gustaría que me leyesen sobre la cama, si es invierno, tapada con una manta y si es verano, simplemente tumbada, respecto a la hora, me encantaría

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que lo hiciesen después de comer, sobre las 4 o antes de dormir, ya que para mí es una buena hora, y es cuando más me gusta leer.

Ana López

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Si yo fuera un libro… Si yo fuera un libro sería un libro de aventuras, incorporando un poco de ciencia-ficción y de amor. Me gustaría ser un libro de aventuras para poder “vivir” las aventuras de Catalina Solís, de Tierra firme, o de Elvira, de Todo bajo el cielo, en esas épocas. Sin embargo, también me gustaría que tuviesen algo de cienciaficción, porque yo desde pequeña, siempre he soñado con poder volar como los pájaros (algo imposible en la realidad), y al fin y al cabo, todos conservamos nuestro lado infantil tengamos la edad que tengamos. En cuanto a la parte de amor, me gustaría vivir una historia como la de Edward y Bella en La Saga crepúsculo, o como Gwendolyn y Guideon en Rubí. Historias bonitas, pero un poco irreales, por decirlo de alguna forma. Me gustaría ser un libro de pasta dura con un “envoltorio” como portada. En cuanto al tipo de letra querría que fuese de un tamaño normal (10, 11 ó 12), de color negro y la fuente en Century Gothic, Candara, Arial, Bradley Hand ITC… pero no en Times New Roman. Mi historia me gustaría que fuese larga, y que si hiciese falta se dividiese en más de un libro, para que no fuese excesivamente gordo, pero para poder “vivir” más la historia, es decir para que tuviese más nudo la trama. En ella me gustaría que hubiese partes de tensión, de alegría, de tristeza, de risa… pero que hubiese un final feliz, aunque no como en los cuentos de “fueron felices y comieron perdices…”. Sobre el título del libro… no estoy segura de qué título le pondría, pero puede que Todo y un poquito más, por la mezcla de temas (cienciaficción, aventuras y amor). Además porque en “mi interior”, aparecería todo lo que me gusta, si pudiese “escribirme”. Como en la vida real, todos tenemos amigos y nos gusta conocer más gente, socializarnos. En el caso de ser un libro, me encantaría que me pusiesen en una estantería junto con libros de dibujo y con cómics,

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porque así podría “aprender” y “divertirme” con ellos, respectivamente, ya que en la vida real son tipos de libros que me gustan mucho. Sin embargo, me gustaría conocer un libro de misterio y aventuras ya que sería muy interesante “hablar con él”. En cuanto al dueño, me gustaría que me comprase una persona que disfrutase (al igual que yo) “leyéndome”. Alguien que con solo “verme”, le entrasen ganas de “leerme”, y que cuando acabase, quisiese seguir “leyéndome” más y más. Claro que me gustaría que me pudiesen leer toda clase de personas, en lo referente a la edad. Mi dueño me gustaría que “me leyese” en la playa, en la piscina o en su cuarto. Aunque más me gusta la idea de que “me leyese” al aire libre. En cualquier de los casos, me gustaría que “me leyese” tumbado, aunque la hora me daría igual. Simplemente cuando a él o a ella le apeteciese “leerme”.

Sara López

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Si yo fuese un libro... Sería un libro con una portada sencilla, de colores claros, con pasta dura y resistente. También sería un libro como de llevar, no de bolsillo, pero que no fuese molesto llevarlo o simplemente que no ocupe mucho espacio. El contenido del libro sería algo complejo entenderlo, podría ser un libro de misterio y de aventuras, también contendría muchas fotos de lugares interesantes, donde las personas se sienten reflejadas e integradas con el entorno.

¿Cómo te gustaría que fuese tu dueño? Me gustaría que fuera escritor, no tiene por qué ser rico, ni tener ningún apellido famoso. Simplemente que sepa apreciar a simple vista de qué pasta estoy hecho. También que tenga la cabeza amueblada, las ideas claras. ¿A lado de qué libro te gustaría que te pusieran? Tendría que ser un libro más casero, con eso quiero decir que no sea muy nuevo, ni tampoco de recetas de comidas, sino que fuese un libro clásico, también que fuese romántico y no muy largo. ¿A qué libro te gustaría conocer? A un libro de historietas, un tebeo, una revista, algún libro que haga que mi estancia en la librería sea más amena. ¿Cuándo te gustaría que te leyeran? ¿Y hora? Después de contemplar el amanecer o antes de mirar en el horizonte el ocaso de la tarde. Tendría que hacer un tiempo bastante frio, un día de otoño, delante de una chimenea, bebiendo chocolate caliente, en una choza de madera, de alguna sierra helada. Pasadas las 12.00 AM.

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¿En qué formato? libro grande, Pequeño... Un formato no muy grande, ni muy pesado, tampoco muy incómodo de llevar y que al verlo todas las personas tuvieran ganas de abrirlo y no parar de leer hasta terminarlo, bueno ese sería el sueño de todo libro, pienso yo.

Dani Bernal

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Si yo fuera un libro

Si yo fuera un libro sería un libro de aventuras, bastante divertido, largo y con muchas fotos. Sería un libro bastante gordo y de pastas duras y rojas como la sangre. Mi escritor sería alguien con mucha experiencia escribiendo y con mucho ingenio. Mi dueño sería un hombre viejo que me leyó hace mucho tiempo, pero que cada vez que me ve, se acuerda de las aventuras que tengo escritas en mi interior. Estaría guardado en una estantería junto a otros libros de aventuras como el Quijote. Me leería siempre en un antiguo pero cómodo sillón, a las ocho de la tarde.

Andrés Bermúdez

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SI YO FUERA UN LIBRO

Si yo fuera un libro me gustaría que mi historia fuera de misterio o de terror y me gustaría que mis lectores lo leyeran por la noche para que se ambientasen en la historia y pasasen más miedo. Me gustaría que me vendiesen en una librería o estar en una biblioteca para estar con más libros y que me pudieran leer más personas que pasasen un rato entretenidos leyéndome. Me gustaría llamarme The dark house o algo por el estilo para inspirar terror a mis lectores incluso antes de leerme, me gustaría que fuera una portada atractiva que hiciera que la gente se viera interesada por el libro y me leyera más gente. En cuanto a mi encuadernación preferiría que fuera de pasta dura para que durara más tiempo y me pudiese leer más gente sin verme mermado a lo largo de los años.

Manu Amores

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Si yo fuera un libro

Si yo fuera un libro me encantaría ser un libro de misterio aunque un poco también de aventuras. El título que me daría sería Viaje a la isla de los Susurros y trataría sobre una isla situada en el Océano pacífico a la que acuden, durante muchos años, una serie de investigadores para averiguar el misterio de unos susurros que surgen algunas veces. Un día de 1978 acude un prestigioso investigador de la Universidad de Sevilla, Hilton, que descubre que en la isla hay una tribu en la que habían matado a todos los investigadores anteriores y que con la sangre de estos regaban unas flores amarillas. Al final encuentra la solución del enigma y se trataba de que esa sangre contenía los espíritus de los investigadores anteriores, y los susurros eran de ellos pidiendo ayuda e intentando advertir a las personas que iban a esa isla lo que les podía ocurrir. Mi dueño/a me gustaría que fuese una mujer mayor y una vez que terminara de leerme me gustaría que me pusiera en un sitio donde la gente que viviera en su casa, viera el libro y le dieran ganas de leerlo. Si me pusiera en ese sitio me gustaría que pusiera a mi lado un libro de amor, porque sería totalmente diferente al mío. Si yo fuera este libro me gustaría que me leyera una tarde-noche de invierno, más o menos por la época de navidad, y me encantaría que me leyeran sentado en el sofá, al lado de una chimenea, escuchando llover y sobre las ocho de la tarde. Para finalizar, querría ser un libro con hojas de papel en vez de un libro en un formato para ordenadores; y ya que sería un libro con hojas, prefiero serlo gordo en vez de fino.

Marina Gil

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Si yo fuera un libro Si yo fuera un libro, sería de un tamaño mediano, de pastas duras, duras pero gastadas de tanto haber andado y haber sido utilizado, pero lo suficientemente resistente para aguantar un trayecto aún más largo del que ya había vivido. Si fuera un libro, sería de misterio, o de aventuras, quizás de ambas cosas, con una intriga que enganchara a cualquier lector con solo leer sus primeras páginas, que quien empezara a leerlo no pudiera parar, que a quien lo leyera no le dejara un mal sabor de boca, tampoco con ganas de algo más, con un final que complaciese hasta al más crítico lector y que al terminar, quisiera tener tiempo de releerlo una vez más. Si fuera un libro, que se hubiera prohibido mi lectura en alguna época antigua solo por decir o hacer referencias a cosas tan reales como la vida misma, y que a los poderosos no les fuera conveniente que mis letras navegaran en la mente de sus ciudadanos. Que a pesar de todas estas características, tuviera su chispa de humor por eso de no ser tan cansado. Sus personajes serían totalmente impredecibles y debido a sus vivencias a lo largo del relato, su personalidad y sus formas de actuar fueran cambiando. Para finalizar, no querría ser demasiado largo, ya que lo bueno y breve, dos veces bueno... Pero sí que debería haber una gran trama con un final intermedio entre el más feliz y el más triste. Que fuera apto para todos los públicos y que cualquier lector de cualquier cultura o estatura social, pudiera sentirse identificado. Y ya que estamos, por pedir y por imaginar tantas cosas contradictorias e imposibles, que fuera un libro lo bastante barato como para ser accesible a cualquier persona de este mundo en decadencia y lo bastante caro para dar de comer a mi autor durante muchos años de la que sería su larga vida.

Pepe Hernando

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Si yo fuera un libro...

Sería de fantasía. Me titularía Metamorfosis porque he tenido muchos cambios fuertes. Me gustaría que fuese en formato papel, de pasta dura con imágenes que tengan que ver con la historia. Para que quien lo lea pueda imaginárselo mejor. Sería un libro gordo con una historia muy interesante. Me gustaría que mi dueña fuese una chica, que esté estudiando la ESO. Me pondrían al lado de libros de fantasía como Memorias de Idhún, Las crónicas de Narnia, etc. Querría conocer a libros de fantasía y amor, sean cuales sean. También querría conocer a Laura Gallego García. Me gustaría que me leyeran en su casa, en un sitio en el que no les molesten. A una hora normal, que no interrumpa sus estudios. Para que pueda imaginarse la historia mientras la lee.

Carlota Cano

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