EL MARCO HISTÓRICO: ESPAÑA Y EUROPA EN EL SIGLO XVII
El siglo XVII en Europa
El siglo XVII es una época de crisis: crisis general cuyas raíces parten de finales del siglo XVI y que sólo comenzará a superarse en algunos países pasado 1650. • La población se estanca o retrocede. La economía sufre una recesión: en la agricultura, por ejemplo, se da una concentración de tierras en manos de grandes señores y, como consecuencia, un empeoramiento de la condición de los campesinos. En la sociedad, debemos destacar las fuertes tensiones sociales entre burguesía y nobleza. La burguesía, fuerza social renovadora, había crecido en vigor, dinamismo e influencia durante los siglos XV y XVI. En otros, en cambio, como Francia o España, asistimos a una reacción señorial: la nobleza, aliada con la Iglesia, lucha por frenar el impulso de la burguesía, y por mantener o restaurar las barreras que el «antiguo régimen» establecía entre los estamentos. Se trataba, en definitiva, de cercenar la posibilidad de «medrar»; esto es, de acceder a niveles económico-sociales superiores y de conservar los tradicionales privilegios de nobleza y clero. Esto crea en los sectores relegados y oprimidos un fuerte descontento que el régimen señorial tendrá que reprimir o desviar. • En la política, como reflejo de lo anterior, ha de distinguirse entre los países en que el régimen señorial ha logrado triunfar y aquellos otros en que la burguesía conserva su fuerza ascendente: — La monarquía absoluta es la forma de gobierno de los primeros (así, en Francia y España). Se trata de un «pacto» entre las clases privilegiadas y el rey: nobleza y clero apoyan a la monarquía y, a su vez, encuentran en ésta el apoyo necesario para conservar sus privilegios. — En cambio, en Holanda e Inglaterra, la burguesía llegará a imponer formas propias de gobierno: en aquella, la primera república moderna; en ésta, tras ciertas vicisitudes, una supremacía del Parlamento sobre el poder real. La España del siglo XVII. La decadencia
La crisis del siglo XVII reviste en España una extrema gravedad. Es, además, el siglo de la decadencia. Y decadencia y crisis se refuerzan mutuamente. Durante los reinados de Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (16651700), España se desmorona. En el interior, la corrupción y la inepcia caracterizan a los gobernantes de cualquier nivel. En el exterior, se suceden las derrotas y, tras la Guerra de los Treinta Años (Paz de los Pirineos, 1659), España ha perdido su hegemonía en Europa, cediéndola a Francia.
Manuel López Castilleja (Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Pablo Neruda de Castilleja de la Cuesta (Sevilla)