LA NARRATIVA ESPAÑOLA DESDE LA DÉCADA DE LOS 70 HASTA LA ACTUALIDAD En 1975 Eduardo Mendoza publica La verdad sobre el caso Savolta, novela que marca el inicio de la nueva narrativa española. Superada la etapa experimental, los novelistas, sin renunciar a las nuevas aportaciones, recuperan muchos de los procedimientos de la novela tradicional y vuelven a contar historias y a interesar a los lectores. En las últimas décadas la novela se ha convertido en el género de moda. Favorecida en los primeros años de la Transición por la desaparición de la censura, la novela española actual cuenta además con el apoyo de las editoriales, los suplementos literarios de los periódicos y las instituciones públicas y privadas con la aparición de numerosos premios y certámenes, las adaptaciones al cine de muchas novelas y la presencia de un público numeroso y fiel, lo que ha aumentado el prestigio social del oficio de novelista, que se ha profesionalizado y depende más que nunca de los editores. A partir de los setenta la novela española se caracteriza por la coexistencia de distintas tendencias y estilos, si bien pueden detectarse ciertos rasgos comunes:
El interés por contar historias y la variedad estilística. La diversidad de temas que van desde la reconstrucción histórica, a la intriga o a la pura fantasía. Los novelistas de estos años se inclinan por el neorrealismo y atienden tanto a las circunstancias sociales y los acontecimientos históricos o políticos como a la vida cotidiana y los conflictos individuales. Se cultiva también el tema de la creación literaria, la literatura dentro de la literatura con un protagonista escritor, y así el texto se convierte en metanovela. Se recuperan géneros como la novela negra, la policíaca, de aventuras, gótica, el folletín y la novela histórica, que se unen a otras manifestaciones. Renacimiento del cuento y el relato corto con gran variedad temática y técnica. Notable presencia de escritoras en todas las tendencias: Soledad Puértolas, Almudena Grandes, Rosa Montero, Ángeles Caso, Belén Gopegui, Elvira Lindo…
Las últimas generaciones de narradores, los nacidos en los años 60 y 70 del s. XX, han vivido el profundo cambio experimentado por nuestra sociedad: son hijos de la democracia, de la libertad sexual e ideológica, de la omnipresencia de los medios de comunicación de masas, la televisión e internet. Muchos escritores han ganado premios con su primera obra (Lorenzo Silva, Juan Manuel de Prada, Antonio Orejudo, Marta Sanz…) lo que supone que la novela, de ser un género de madurez se ha convertido en un género de juventud, y por ello su temática se acerca más al presente, a lo exigido por la actualidad y la mercadotecnia. Se ha producido, por tanto, una situación paradójica: por un lado, la crítica pide obras literarias de calidad, pero por otro lado los premios, las listas de libros más vendidos, la publicidad, empuja a la novela hacia lo comercial. Y no siempre es fácil descubrir la calidad en la avalancha de obras nuevas. Los escritores pasan de un tema a otro con absoluta libertad y fluidez sin trabas sociales o personales: el humor, la ironía, la parodia y el juego son características de los nuevos narradores, así como el desplazamiento temático de lo sentimental a lo sexual: lo importante no es amar sino gozar del amor. La mujer desempeña los mismos papeles que el hombre y ambos se mueven en los ámbitos vitales y profesionales de la sociedad de consumo. En estos jóvenes narradores hay una presencia clara de la cultura popular de masas (cómic, rock, punk y grunge, drogas, series de televisión, jergas urbanas…) especialmente la anglosajona.
Dada la proliferación de autores y excelentes novelas que se ha publicado en este periodo, sería tarea imposible citarlos a todos. Por ello vamos a referirnos a algunas obras y autores representativos de las principales tendencias: -
Novela histórica. Género de enorme éxito editorial. El marco histórico sirve al escritor en unos casos para desmitificar el pasado; en otros, para reflexionar sobre problemas universales del ser humano e incluso para interpretar el presente. Son ejemplos de esta tendencia El hereje (1998) de Miguel Delibes, El maestro de esgrima (1988) y la serie del Capitán Alatriste (1996-2011) o su novela El asedio (2010) de A. Pérez Reverte.
-
A partir de los años 80, pasados ya los primeros años de la Transición, aparece la Guerra Civil o la posguerra como tema narrativo desde una perspectiva completamente nueva: los novelistas actuales conciben el conflicto bélico como una cuestión sometida a revisión que hay que reinterpretar desde el presente. No se trata de narrar la guerra sino de reflejar sus consecuencias en los personajes novelescos. Son ejemplos Luna de lobos, de Julio Llamazares (2001), Soldados de Salamina, de Javier Cercas (2001), Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez (2004) o, más recientemente, La noche de los tiempos (2010) de Antonio Muñoz Molina o El lector de Julio Verne, de Almudena Grandes (2012).
-
Novela de intriga. Corriente narrativa que goza de gran aceptación entre los lectores y que incorpora elementos de la novela negra norteamericana y del género detectivesco, entre otros. Como ejemplos: La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza (1975) El invierno en Lisboa de Antonio Muñoz Molina (1987), la serie narrativa protagonizada por el detective Pepe Carvalho de M. Vázquez Montalbán (1972-2004), El animal piadoso (2009) de Luis Mateo Díez, las novelas de Lorenzo Silva protagonizadas por el teniente Bevilacqua y la sargento Chamorro o el gran éxito de ventas La sombra del viento (2001), de Carlos Ruiz Zafón, con elementos de la novela gótica.
-
En metanovela, Beatus Ille de A. Muñoz Molina (1986) La novela de Andrés Choz de José Mª Merino (1976), a las que habría que añadir El desorden de tu nombre de Juan José Millás ( 1986) y Juegos de la edad tardía de Luis Landero ( 1989), que unen a la reflexión literaria un fino sentido del humor.
-
Novela neorrealista y testimonial, que da cuenta de aspectos diferentes de la sociedad en los últimos años: Días contados (1993), de Juan Madrid, Historias del Kronen (1994), de José A. Mañas, Romanticismo (2001), de Manuel Longares, Todo está perdonado (2010) de Rafael Reig o El día de mañana de Ignacio Martínez de Pisón (2011).
-
Novela lírica e intimista. Trata temas como la soledad, la memoria, la incomunicación… Mortal y rosa de F. Umbral (1975), El río de la luna, de José Mª Guelbenzu (1981) o La lluvia amarilla de Julio Llamazares (1988).