UN DIPLOMÁTICO DEL DEPORTE CON CANCHA
francisco BOZA. DISPARa para no ir a TERAPIA // TOMÁS UNGER. DIVULGADOR CIENTÍFICO (Y SABIO) LAMENTA NO HABER VIAJADO A LA LUNA. // AUGUSTO DALMAU. CUANDO EL KARATE SE VUELVE ASUNTO FAMILIAR // HÉCTOR BANCHERO. EL HEREDERO DE UNA JOYERÍA CENTENARIA REGATAS / 1
ÍNDICE
Club de Regatas "Lima" – institución embajadora de la
PORTAFOLIO
Marco Garro, del colectivo Supayfotos, desenvainó su mirada documentalista cuando asistió a registrar el entrenamiento de dos destacados esgrimistas, con diez años de experiencia en competencias de primer nivel: Andrés Villalobos y Alex Landevere. Un fotoensayo al filo del florete.
IVÁN DIBÓS Ivan Dibós Mier es de esos señores que ya no existen. Un lord que carajea. Un diplomático sin las maneras de un maniquí. Un señor que además, tiene esquina y mundo. Un perfil completo del único peruano vivo del Comité Olímpíco Internacional.
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JOVEN QUE PErSEVERA
arquitecto QUE planea
MEDALLA DE PLATA, TIRO, LOS ÁNGELES 1984 Francisco Boza todavía conserva la escopeta con la que ganó en los Juegos Olímpicos. Hoy, el presidente del IPD sigue disparando.
el karate le es familiar
aprendizaje del squash
políglota, humanista, divulgador Tomás Unger ha escrito más de mil artículos en su columna de Ciencía y Tecnología; alimenta un blog donde escribe sobre genética, autos y cucarachas, entre otras cosas; y además dirige la revista Automás.
QUE PAREZCA UN ACCIDENTE Hace unas semanas James Gandolfini, el actor que interpretó a un líder mafioso de Nueva Jersey en la serie The Sopranos, murió a causa de un infarto. Muchos la consideran la mejor de todos los tiempos, por su verosimilitud en retratar las dinámicas internas de una familia de la mafia. No he visto la trilogía de El Padrino, pero sí había visto Goodfellas, Scarface y The Untochables. Hace algunos años, conversando con el antropólogo Jaris Mujica, entendí las sutiles diferencias entre mafia, mercado negro y redes de corrupción. Entonces acababa de publicar un libro breve sobre el mercado ilícito de las telecomunicaciones en Lima y, más o menos, me dijo que eso de los clanes y la familia al estilo Al Capone o de La Cosa Nostra siciliana era un modelo que en el siglo XXI solo funcionaba en las películas. Más adelante, después de leer Sodoma del periodista italiano Roberto Saviano, encontré otro tipo de mercado negro, que funcionaba a nivel mundial, que falsificaba prendas de alta costura. En suma, esa figura a lo Tony Soprano no existía en la realidad. Lo que no supe hasta hace poco fue que ese otro libro genial, Honor thy father, escrito por el periodista norteamericano Gay Talese sirvió de base para The Sopranos. Es más, el autor, después que su obra se convirtiera en un bestseller en 1971, fue contratado como asesor para muchas series y películas de temáticas parecidas. Todo empezó cuando Talese asistió al juicio de Bill Bonnano, hijo de Joe Bonnano, el líder de unas de las familias de la Mafia en Nueva York de la década de 1960. Allí se le acercó, le dijo que quería escribir acerca de su infancia y eso bastó. Estuvo en un cena con Bill y su abogado, visitaría a su hermano en un Estado vecino, estaría presente en algunos almuerzos y también en otros entierros. Incluso, el periodista supo deslindar cualquier tipo de presiones, sobornos o "regalitos". Llegarían al punto de hacerse amigos. Lo sorprendente después de los seis años que le tomó concluir la investigación es que Talese dedicara el libro a los hijos de Bonnano, que no pidieron nacer bajo el estigma del apellido familiar, y puso algo así: «con la esperanza de que entiendan más a su padre y lo sigan queriendo». Sucede hasta en las mejores familias (M. B.).
STAFF
EQUIPO EDITORIAL VICEPRESIDENTE Guillermo Illescas Dall'Orso GERENTE GENERAL Javier Rivera Orams Subgerente de ImAgen Institucional & MarketinG Vanessa Velasco Vizcarra COMITÉ EDITORIAL Carlos Otero Davis . Raúl Rachitoff Cavassa . Pablo Cateriano Bellido Editor GENERAL. Manolo Bonilla Subeditora. Gloria Ziegler
CONSEJO DIRECTIVO PRESIDENTE Juan Antonio Ramírez-Gastón Wicht VICEPRESIDENTE Guillermo Illescas Dall’Orso DIRECTOR SECRETARIO Ulises Enrique Quiroga Parodi DIRECTOR PRO SECRETARIO Rafael Guarderas Radzinsky DIRECTOR TESORERO Jorge Iván Alonso Herrera DIRECTOR PRO TESORERO Fernando Javier Vallejo Barba DIRECTOR DE REMO Sebastián Federico Gracey Sierralta DIRECTOR DE DEPORTES NÁUTICOS Peter Kurt Schreier Reck DIRECTOR DE DEPORTES Juan Carlos Zevallos Castro DIRECTOR DE DEPORTES Óscar Luis Boero Echevarría DIRECTOR DE DEPORTES Jorge Alberto Porras Alvarado DIRECTOR FILIAL LA CANTUTA Jorge Rafael Petterson Ravettino DIRECTOR FILIAL SAN ANTONIO Roberto Facundo Santos Gueudet DIRECTOR VOCAL Carlos Vial Barredo DIRECTOR VOCAL David Roberto Mc Farlane Vidal DIRECTOR VOCAL Gabriel Seminario de la Fuente
DISEÑO, ARTE y Diagramación Patricia Sotomayor Harm Editor Fotográfico Alonso Molina coordinador de Deportes y Sociales Andrés Talavera Villamonte Productora Kathia Rosas Abad REDACCIÓN Carlos Portugal. Andrés Talavera . Joaquín León César Becerra . Javier Wong . Karina Giannoni FOTOGRAFÍA Santiago Barco . Marco Garro . Musuk Nolte Camila Rodrigo . Antonio Sanyin Wu . Norma Lietzenmayer Carolina Ugarte CORRECTOR DE ESTILO Juan Manuel Gauger Jefe de Publicidad Nathalie Rufino Avalos nrufino@clubregatas.org.pe
JUNTA CALIFICADORA Y DE DISCIPLINA
Coordinadora de Publicidad Sofía Angélica Navarro Rengifo Tel: 213-4596 anexo 342 y 343 publicidad@clubregatas.org.pe
PRESIDENTE Alberto Varillas Montenegro MIEMBROS Carlos Siles Martínez Ulises Enrique Quiroga Parodi Carlos Enrique Mesa Angosto Eduardo Diez Martínez Pablo Armando Cabral Larrea Gonzalo Félix García Calderón Moreyra Héctor Gerardo Padilla Freyre Alfredo Daniel Silva Santisteban Díaz Alfonso Rivas Plata Arribasplata
EJECUTIVA DE PUBLICIDAD Aissa Suárez Santander Tel: 213-4567 anexo 433 / Celular: 961975605 asuarez@clubregatas.org.pe EJECUTIVA DE PUBLICIDAD Maria Jesus Salas Calvo msalas@clubregatas.org.pe T. 2134567 anexo 368 Cel. 942668320 RPM. # 942668320 AGRADECIMIENTOS Dominique Millán Casos . Las Amigas de Nadie . Librería Sur . Andrea Llosa . Polígono FAP Las Palmas . Touring Club del Perú . Kuna Studio . Linda Ibañez de Aguirre Roca . Brook Brothers Impresión Cecosami Preprensa e impresión digital
REVISORES DE CUENTAS Santiago M. Collas Ambrossiani José Luis Bonifaz Fernández José Eduardo Aranda Tamayo.
Club de Regatas “Lima” - Av. Chachi Dibós 1201 Chorrillos, Lima, Perú. Tel: 213- 4567 www.clubregatas.org.pe Revista Regatas Publicación Oficial del Club de Regatas “Lima” Nro. 235 – Julio 2013 Hecho el Depósito Legal Nº. 2001-2120 en la Biblioteca Nacional del Perú. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta revista.
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CARTA
CLUB DE REGATAS LIMA
GENERADOR DE VALORES
n
Por Antonio Ramírez-Gastón Wicht
i bien uno se levanta y acude a la Sede Principal del Club, en Chorrillos, alrededor de las 6:00 am, se cruza con un grupo de asociados que inicia su día corriendo a lo largo de la Costa Verde o hacia el cerro La Virgen, regulando su respiración y latidos. Luego de cruzar la cancha de fulbito, no podemos dejar de reconocer a los simpatizantes del remo ejercitándose en la poza, con la concentración y fuerza que ese deporte demanda. En el Club se respiran otros aires y se vive una sensación especial. Pasando el auditorio, encontramos tanto a la izquierda como a la derecha más asociados practicando su deporte favorito como el squash o el frontón. Al estacionar y caminar con destino al gimnasio, es muy grato intercambiar saludos con buen ánimo y humor, acompañados de simpáticos y ocurrentes comentarios de los caminantes y de los que están descansando. A la vez, observar a los amantes de la agilidad y rapidez que exige el bádminton yendo al coliseo. Al llegar al gimnasio, nos sorprende ver que algunos ya están desde hace una hora realizando sus ejercicios, porque quién levanta a
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UNIÓN. En el remodelado gimnasio, las muestras de verdadera fraternidad también están presentes.
los colaboradores encargados del gimnasio no es el despertador sino el asociado más entusiasta que empieza el nuevo día con su llegada al Club. Y al mencionar el gimnasio no puedo negar ni dejar de compartir con ustedes lo orgulloso que me siento de que nuestro Club tenga el mejor gimnasio del medio, recientemente equipado con lo último en la materia, en el que destacan la cantidad de máquinas cardiovasculares. Ya nadie tiene que esperar su turno, y cada una cuenta con su propio televisor para que cada usuario pueda ver el programa que desee. Entonces nos sentirnos orgullosos de todo lo que nos ofrece nuestro Club, que lo hace único porque no hay otra institución que pueda brindar tantas posibilidades de entretenimiento y bienestar en cada una de sus sedes, con espacios ideales para la socialización de los asociados y sus familiares, y porque promueve como ninguna tanto la actividad física y deportiva como la cultural. Todo esto es posible gracias al espíritu emprendedor y visionario de los asociados que los convierte en líderes, aquellos que se atrevieron a
conquistar el mar y salir airosos en cada época y años de vida de nuestro Club de Regatas Lima. El respeto ganado por tanto logro alcanzado, ya sea como ejemplo de organización institucional o como desarrollo de deportistas, ha merecido que nos nombren como la Primera Institución Embajadora de la Marca Perú, confirmando así que somos exitosos. Desde muy temprana edad, el Club estimula la aparición de nuevos líderes. Las academias y talleres buscan inculcar en los futuros jóvenes la formación de valores como la disciplina, la obediencia, la tolerancia y el respeto por los demás, virtudes que los lleven a ser hombres de bien, dignos representantes del Regatas y del Perú. El reconocimiento de la trayectoria liderada por el Club nos llena de orgullo, sentimiento que constituye la base para afirmar que el Regatas es un verdadero generador de valores. ¡Viva el Perú! ¡Viva el Club de Regatas "Lima"! Antonio Ramírez-Gastón Wicht Presidente
esgrima Un fotoensayo de Marco Garro/Supayfotos
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PORTAFOLIO
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ARTE
ARRÓJELOS AL TACHO
Vik Muniz, el artista más cotizado de Brasil, usa diamantes, chocolate y basura Escribe: Gloria Ziegler
No encaja en el arquetipo del artista contemporáneo. Para empezar, Vik Muniz creció en un barrio pobre de São Paulo y, según contó, llegó a Estados Unidos a fines de los años ochenta con el dinero que le dieron para que no denuncie al hombre que le disparó en una pierna. Trabajó como mecánico en grifos, fue restaurador de pinturas y hasta hizo dibujos para los estampados de polos infantiles. Pero Muniz, de 52 años, también compone sus cuadros con chocolate, azúcar, recortes de revista y hasta basura. Y en las subastas sus obras han superado los 70 mil dólares. No son bagatela cualquiera. «Las imágenes fallan, son como actores malos que intentan representar a un personaje», dice el brasileño y explica que si utiliza esos materiales es justamente porque le son familiares a todas las personas y a él le permiten enfatizar la representación y no al personaje. Eso fue lo que hizo en 1997 con Pictures of chocolate, la serie de retratos en chocolate que lo llevó a The Gipsy (Magna)
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la fama, y una década después con Pictures of Garbage, un trabajo a gran escala construido con basura, que concibió con los recicladores del Jardín Gramacho, el vertedero de residuos de las afueras de Río de Janeiro que es considerado uno de los más grande del mundo. La transformación final de aquellas imágenes estaba conformada por los trabajadores posando como modelos en el estudio fotográfico junto a los residuos que habían recolectado y fue registrado en el documental Waste Land, premiado en el festival de Sundance en el 2010. «Siempre hago la mitad de la obra, la otra la pone el espectador. Procuro que haya una interactividad dirigida hacia su bagaje, que tengan la impresión de haber visto eso antes y a la vez puedan encontrar algo distinto. Una discrepancia que hay que ajustar. Y ese ajuste es una especie de conversación. Se trata de negociar con lo que se ve», explicó Vik Muniz en el diario español El País, que presentó en el último mes su trabajo en la galería Nara Roesler de Sao Paulo. Ironing Woman (Isis)
MODA
ESTILOS
diseñadora: ANDREA LLOSa Escribe: Karina Giannoni
Andrea Llosa guarda una docena de guantes antiguos confeccionados a medida, y a mano, que heredó de su abuela. Los podría haber conservado por el cariño, y quizás hasta lo pensó hace algunos años, cuando estaba en La Tordera, Barcelona, trabajando como brand manager. Pero allí, en algún momento, sintió que lo que tenía no era suficiente, que lo que quería estaba justo al otro extremo de la oficina, en un sitio que no era el suyo, donde estaban los diseñadores. Por eso, renunció a su empleo y empezó a estudiar diseño de modas. Ahora, seis años después de haber fundado su marca y ganar el Young Talent Prize, dice que todavía le tiene miedo a la velocidad de la industria de la moda. «Hay que tener mucha vitalidad y amor por la profesión porque si no te apasiona puede ser muy agotadora», explica. Es la misma diseñadora que en el 2007 fue elegida como una de las diez mejores de las escuelas catalanas. «Hoy puedo decir que si hay algo que caracteriza a mis diseños son las líneas geométricas. Eso es algo que no puede faltar, son parte de mi estilo, de mi personalidad». En Lima -donde vive de nuevo desde hace tres añostrabaja escuchando a Chopin, como cuando estudiaba piano (visita su web andreallosa.com).
Difusión
tendencia: FILM NOIR Kitty, protagonista de Scarlett Street (1945) y Susan Lowell, personaje de The Big Combo (1955), toman el control de las pasarelas. Para la temporada Otoño-Invierno 2013- 2014 las grandes marcas han apostado por incorporar en sus diseños el espíritu y look de los personajes del cine oscuro: siluetas de los años 40 y 50, abrigos de detective, paleta de color sombría de contrastes inéditos que evocan juegos de sombras y seductoras e “inofensivas” femme fatale. Definitivamente, una tendencia agridulce llena de misterios por descubrir.
Paleta de color PRADA Miuccia lanza su colección más personal, basada en historias inspiradas en un ambiente propio del film noir. Cuenta con mucho trabajo de sastrería bajo siluetas “new look” , característica de los años 50 en contraste con siluetas más estructuradas y ceñidas al cuerpo propia de los años 40 (faldas y vestidos tubo manteniendo el énfasis en la cintura). La colección emplea tweed, pieles, cueros metálicos, lana y lentejuelas.
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item retro: ENCAJES Y CORSETERÍA Un aspecto característico del cine negro son las femme fatale. En la temporada Otoño- Invierno 2013-2014 Saunders actualiza al personaje Kitty de la película Scarlett Strett reinventando los cortes y texturas de su vestuario a través de corsetería de vinilo combinado con encaje y transparencias bajo una silueta que acentúa la cintura y enaltece el busto.
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lecturas
Sanyin Wu
ficciones reales grandes textos de grandes periodistas que se leen como novelas Agradecimientos. Librería Sur
EL CASTILLO EN EL BOSQUE de Norman Mailer (Anagrama, 2007). Aunque fue conocido mundialmente
por su novela sobre la experiencia de la Segunda Guerra (THE NAKED AND THE DEAD), Mailer también fue conocido, junto con Truman Capote, por reavivar la (buena) narración en el periodismo. En ese periodo, aparecen sus biografías sobre Marilyn Monroe, Picasso o Lee Harvey Oswald, el asesino de JFK. En este volumen, dentro de la ficción histórica, esboza un retrato de los años disfuncionales de la adolescencia de un obsesivo Adolf Hitler.
BAJO EL SOL. LAS CARTAS DE BRUCE CHATWIN (Sexto Piso, 2012). Arrogante y observador maniático,
Bruce Chatwin fue un contador de historias que alcanzó el reconocimiento con su crónica de viaje EN LA PATAGONIA. Este libro reúne sus cartas y obsesiones a lo largo de cuarenta años. «La gente ha dejado de escribir cartas. Ya nadie podrá conservar las notas que sus hijos les mandaban desde el colegio, quizás ya no habrá cartas de amor ni crónicas de viajes ¿Alguien imprime como recuerdo los mensajes que le llegan? Este es uno de los últimos ejemplos que quizá pronto desaparezcan», escribió su esposa Elizabeth Chatwin. Y quizás ya lo hicieron.
LOS QUE SUEÑAN EL SUEÑO DORADO de Joan Didion (Mondadori, 2012). Es otra de las periodistas que conformó el boom del nuevo periodismo durante el siglo XX. Dos de sus libros —EL AÑO DEL PENSAMIENTO MÁGICO y NOCHES AZULES— surgieron a partir de la muerte de su esposo y su hija, en menos de dos años. En este libro se reúne por primera vez en castellano una serie de artículos y ensayos sobre la contracultura en California de fines de la década pasada, los crímenes de El Salvador a principios de los años 80, los imaginarios que construyen los medios de comunicación, entre otros temas.
DI SU NOMBRE de Francisco Goldman (Sexto Piso, 2012). Sus suegros lo responsabilizaron por la muerte de su esposa en un accidente. Pero antes de eso, antes de siquiera conocer a Aura Estrada, este periodista y escritor estadounidense había cubierto los conflictos internos de Guatemala y Nicaragua. En esta novela, que empezó poco después de quedar viudo, los recuerdos junto a su esposa se le vienen a la cabeza, los revive una vez tras otra, camina por las calles de Brooklyn y se pregunta qué habría podido cambiar, qué habría sentido ella, cómo era, que cosas ya no podría hacer. Siente miedo, se emborracha, la busca en los objetos que le pertenecieron, la piensa.
CON LOS PERDEDORES DEL MEJOR DE LOS MUNDOS de Günter Wallraff (Anagrama 2010) Cínico y gonzo. El periodista indeseable, como conocen al alemán que se hiciera pasar por obrero para escribir Cabeza de turco (1985) y denunciar las miserables condiciones de los trabajadores extranjeros, ahora recorre el interior de Alemania desmitificando ese mundo feliz de hedonismo y opulencia, mostrando a esos personajes que han tocado el fondo.
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entrevista
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TOMAS UNGER
NADA HUMANO
LE ES AJENO
Una enciclopedia que conoce de temas tan disímiles como el funcionamiento de un auto o las enfermedades de un insecto: eso es Tomás Unger. Aunque solamente se define como un divulgador científico estimulado por la curiosidad, lo cierto es que durante treinta años ha escrito de casi todo. Revisa Wikipedia pero prefiere sus viejos libros. Ha probado más de cien modelos de autos y escrito más de mil artículos de ciencia y tecnología. Solo le faltó, como dice, viajar a la Luna. Escribe: Joaquín León
Foto: Musuk Nolte
—Vamos a cruzar el país—, le dijeron. —De acuerdo—, respondió. —Pero en este auto—, le advirtieron. —¿Cuándo partimos?—, preguntó. Tomás Unger no lo sabía aún porque era joven, pero entre la Cordillera de los Andes y la selva alta ejercería el gusto por aquellas aficiones con las cuales viviría siempre: la ingeniería mecánica, la física e incluso la química, todo en tiempo real y a bordo de un Volkswagen del año 1951, uno de los primeros que habían llegado al Perú. Una joya. «¿Han traído ese carrito chiquito en un camión desde la capital?», les preguntaron algunos incrédulos a él y a Mario Bianco, su profesor y compañero de viaje. Pero no: el Escarabajo había hecho el viaje por sí mismo, en una travesía que comenzó en Lima, hizo escala en Ticlio —el punto ferroviario más alto del mundo—, se complicó en las piedras enormes de algún nevado andino y tuvo su clímax en la húmeda Chanchamayo, con estos dos hombres cansados y orgullosos mirando el auto desde afuera, cervezas frías de por medio. El Volkswagen había cruzado trochas, barro, campos de ichu y hasta había atravesado ríos improvisados por la lluvia, flotando sin recalentarse, sin molestarse, sin dejar de avanzar, arreado por Unger. Para él había sido un viaje de placer.
Ahora tiene 83 años, pero sigue viviendo la ciencia como si fuera una aventura y la aventura como si fuera una ciencia. Está sentado en el escritorio de su casa, que es como su altar: tres pares de anteojos de distintos tamaños y formas, lapiceros ídem, un calendario, papeles sueltos, revistas que ya leyó o que debe leer, un cenicero gastado, una tacita de café. Detrás de él, en un estante lleno de libros, destaca uno con un título absoluto en letras gruesas: The Way Things Work. Unger enciende un cigarro como quien lanza un anuncio o una advertencia o una amenaza: hay muchas historias por contar.
Cracovia, una ciudad ubicada al sur de Polonia, es uno de los núcleos culturales y científicos de esa parte de Europa; hay indicios arqueológicos serios de que allí existió un asentamiento humano durante la Edad de Piedra. Es decir, siempre hubo civilización. Es decir, siempre hubo conocimiento. En esta ciudad nació Unger en el año 1930. Su padre era ingeniero mecánico y su madre era química, y entre preguntas de niños y enciclopedias de adultos, en su casa ninguna duda quedaba sin respuesta. «No había razón para no aprender o entender algo», recuerda. Si quería saber la composición química del
pan —complejísima, por cierto— o si quería entender por qué se carbonizan las bujías de un auto, pues averiguaba lo que podía por su cuenta; el resto se lo preguntaba a sus padres, la fuente directa. (Por momentos, Tomás Unger no mira a su interlocutor sino a la pared, a la nada, como buscando el recuerdo preciso, y en este momento encuentra el de la Segunda Guerra Mundial y de cómo ese episodio lo hizo girar sobre su eje). Cuando su padre aceptó una oferta de trabajo en el Perú, él tenía apenas siete años. El plan era permanecer con toda la familia un par de años y luego regresar a Polonia, pero el contexto de una guerra es ideal para rehacer planes: se quedaron en Lima. El siguiente recuerdo que encuentra es uno que tiene cuatro ruedas y un volante. En un estante del estudio de Unger hay una colección de autos clásicos, muchos de los cuales ha conocido y conducido en todo tipo de pistas. Puede distinguir si los faros del modelo a escala de ese Mercedes Benz W165 son los verdaderos. Aprendió a manejar en el Packard 120 de su padre, uno azul, imponente. En el libro Crónicas miraflorinas, que publicó meses atrás, cuenta cómo a veces lograba que su padre le prestara el auto, y cómo él y un amigo trabajaron esporádicamente como «lechuceros» (el equivalente a los «colectivos»
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entrevista
Su padre era ingeniero mecánico y su madre, química. Entre preguntas de niños y enciclopedias de adultos, en su casa ninguna duda quedaba sin respuesta. «No había razón para no aprender o entender algo», dice Unger. Si quería saber la composición química del pan o entender por qué se carbonizan las bujías de un auto averiguaba lo que podía por su cuenta y el resto se lo preguntaba a sus padres. actuales) para ganar algo de dinero para el fin de semana. «En esa época estaba prohibido hacerlo sin placa de taxi y además el carro se sobraba de pinta. En lugar de que esto nos hiciera más cautos y medidos, mi amigo decidió que, siendo de madrugada y el auto más rápido y cómodo, deberíamos cobrar tarifa doble, ¡un sol!...», lee, mientras pasa las páginas del libro. La anécdota le sabe a pasado: «Uf, imagínate. Eso fue en la época en que las culebras andaban paradas». Luego vino su primer auto propio, un Citroën Traction 11 CV. En un librito titulado Mis favoritos: 27 autos y una moto, Unger anotó algunas características de aquellos vehículos que lo marcaron, junto a los respectivos dibujos hechos por él mismo. Allí menciona a su Citroën, «el auto de los gángsters de las películas francesas». Del primer auto, como de la primera novia, uno nunca se olvida. En un sentido deportivo, el mayor logro de Unger sobre un automóvil puede que haya sido correr uno que otro rally, alguna carrera en Santa Rosa sobre un MG deportivo inglés. En cambio, en un sentido emocional, ganó todo. Hay tres momentos que Unger recuerda con especial énfasis en su relación con los fierros. Uno: él preparó el auto a sus amigos Coco Avendaño y Héctor Gallegos, un Peugeot 403 con el que ganaron una carrera Ica-Lima-Ica hace varios años; la «preparación» consistió en evitar que el mecánico que habían llevado altere algún mínimo detalle en la composición original del auto. «A lo mucho, había que lijar el múltiple y colocar un resorte más duro a la válvula». Pero nada más. Dos: el día en que conoció a Jackie Stewart, ídolo del automovilismo mundial y la Fórmula 1, quien lo llevó a probar llantas de un nuevo auto. Allí entendió que este es un mundo distinto: le colocaron un casco profesional, un overol. En otra ocasión, en la Ferrari, le permitieron subir y encender el arranque de uno de esos vehículos; no podía subir ni bajar solo porque un asistente debía primero retirar el volante, luego colocarlo otra vez, y además el motor era encendido desde afuera con aire comprimido. «Luego se me apagó…. En fin», reconoce de mal humor. Después de la adrenalina, vino la reflexión: dedicarse al automovilismo implica tiempo y dinero.
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Tres: la última carrera de Fórmula 1 a la que pudo asistir fue en México, a finales de los años ochenta: «Allí vi correr a Ayrton Senna, aunque no ganó. Pero lo vi». Tomás Unger enciende otro cigarro. Irse por las ramas es una de sus grandes virtudes, así que ahora comienza a hablar de ciencia. La ciencia esconde sus secretos: el reto es descubrirlos. A aquello que un mortal común llamaría «mosca» Tomás Unger denomina Drosophila melanogaster, pero no con la autosuficiencia del conocedor sino por pura lógica: droso significa ‘rocío’, fila significa ‘gusto por algo’, melano significa ‘negro’ y gaster significa ‘barriga’: es un insecto de barriga negra al que le gusta el agua del rocío. Así lo aprendió él, asociando el universo entero a una figura mental. «Ya no enseñan la ciencia de esa manera, y por eso siempre le digo a los jóvenes que estudian biología que también estudien un poco de idiomas, por lo menos latín y griego —comenta Tomás—. Allí está todo». Estima que a lo largo de treinta y tantos años ha escrito —la operación matemática la hace mentalmente, por supuesto; Unger no quiere darse el lujo de utilizar una calculadora— más de 1500 artículos para diversos diarios y revistas, y ha tocado temas como la biología, la química, la medicina humana, la astronomía, el deporte, los autos, la tecnología, las comunicaciones. De todo, mucho. Ha publicado informes sobre los 40 años del teléfono celular, sobre el origen de la caspa, sobre el significado de los colores de la bandera gay, sobre la renuncia de Benedicto XVI al cargo de Papa o sobre la resistencia física de la cucaracha ante situaciones extremas, y usó aquí una frase antológica: «Hay cucarachas para todos los gustos y están para quedarse». Eso es precisamente lo que más le gusta de las ciencias y lo que mejor ha aprendido de ellas: hagamos lo que hagamos los humanos, la naturaleza tiene su circuito propio. Esta larga vida de divulgador comenzó cuando Tomás ganó un concurso de radio con un título largo y provocador: Helen Curtis pregunta por 64 mil
soles. Era 1956; Tomás había ganado en la categoría Autos. Un año después, su padre falleció tras sufrir un accidente automovilístico: el destino y sus crueles paradojas. Unger comenzó a escribir en la página de automóviles del diario La Prensa, y al poco tiempo ya hablaba de una variedad mucho mayor de temas en una columna de nombre simbólico: «Crónicas hepáticas». Tras un paréntesis en el que viajó a Guatemala y México, regresó a Lima cuando los diarios ya habían sido recuperados por sus dueños después de que Velasco se los confiscara, y lo llamó su gran amigo, Alejandro Miró Quesada, para ofrecerle una página semanal de autos y ciencia. Desde entonces, y a tiempo completo, Unger ha dedicado la vida a hacerse preguntas, buscar las respuestas en los amigos o en los libros, y compartirlas en artículos que, juntos, equivalen a una biblioteca. Tomás pasa la mayor parte del día en esa misma silla, en ese mismo escritorio. Es como su mundo personal. Vanessa, su asistente, le conoce cada manía, cada gusto y cada costumbre adquirida, como una ciencia exacta, a lo largo de los años. En esta sala cada rincón es una historia: en una pared está colgada una reproducción de la primera página que publicó en El Comercio, con un artículo titulado «¿Predicción de terremotos?»; debajo, sobre un mueble de madera vieja y fina, una colección de pipas que fumaron su abuelo, su padre y ahora él; sobre otro mueble, huacos y vasijas de diversas culturas peruanas; en una pared, a todo lo alto, discos de jazz y flamenco y música clásica; en otra pared, libros de ciencia y de literatura. En un rincón pequeño, casi escondido, hay un grupo de estatuas de elefantitos de varios colores, formas y tamaños. Uno diría que es una colección bizarra, pero no. Unger lo aclara de inmediato: «A alguien se le ocurrió que me gustan los elefantes, y me los van trayendo. Yo no colecciono nada, ¡nada! Yo acumulo cosas, que es distinto». Durante toda esta conversación, Tomás ha permanecido sentado en la misma silla en la que estuvo, junto a sus cuatro hijos, el día en que la televisión transmitió la llegada del hombre a la Luna. «A mí solo me faltó ir al espacio», dice. No es un lamento, sino un deseo profundo.
SAPIENS SAPIENS. En 1956 ganó el premio de un concurso radial de conocimientos automotrices. Poco después comenzó a escribir columnas de ciencia y tecnología en El Comercio. Lleva más de mil artículos publicados y otros tantos que pueden leerse en su web personal (tomasenlinea.com). Es asociado del CRL desde el año 1961. REGATAS / 27
CUSTOM
Sanyin Wu
DUILIO VALLEBUONA TENISTA. 20 AÑOS. DIESTRO. Drive Saque Volea Revés El mayor dolor para un deportista como Duilio Vallebuona no puede ser medido por la gravedad de una lesión. El revés más duro que le tocó vivir fue escoger entre estudiar una carrera o seguir su sueño de dedicarse a tiempo completo al tenis. Vallebuona no pudo escapar a la pregunta que todo padre le hace a su hijo: «¿Qué quieres hacer?». Él, en el fondo de su corazón, quería ser tenista, pero su realidad no era la mejor y tuvo que optar por el examen de ingreso. Eso le dolió muchísimo. Hoy, luego de dos años y medio estudiando Administración de Empresas en la Universidad de Piura y de haber decidido dejar todo en stand by hace un año, Vallebuona vive su mejor momento en el tenis. Acaba de ganar la Copa Ford, el torneo grado uno más importante del país, ganándole la final en casi tres horas a Álvaro Raposo —ex Copa Davis— por 6-2, 4-6 y 6-4. Además, semanas atrás había ganado sus primeros puntos ATP en una gira que realizó por Centroamérica. ¿Cuánto ha cambiado en un año? Mucho y nada. Si en su época universitaria apenas tenía tiempo para practicar un par de horas y jugar torneos en Lima, el entrenamiento que sigue ahora, luego de dejarlo todo, es el mismo, solo que tiene más de treinta copas y más de sesenta medallas. De siete a ocho sale a correr; de ocho a once entrena en la cancha; luego hace una hora de ejercicio físico; y se termina la mañana. Después de almorzar, regresa para entrenar dos horas más en campo y termina haciendo una hora de gimnasio y una de yoga, que le brinda flexibilidad y concentración. Tras nueve años jugando por la celeste, el tiempo le sigue quedando corto. Durante su época como estudiante del Carmelitas ya se buscaba tiempo en los recreos para hacer las tareas y así poder entrenar tranquilo cuatro horas. Hoy, cada domingo, procura hacer todo lo que le gustaría hacer y que no puede: salir con la familia, con los amigos, ir al cine —no va desde octubre del año pasado cuando vio Búsqueda implacable 2—, ver algún encuentro de Nadal o correr tabla y pasarse horas mirando las olas en el Regatas (Andrés Talavera).
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DESTAQUE
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LUZ MARÍA ZORNOZA
ELOGIO A LA
TERQUEDAD Desde los tres años luchó para alcanzar la perfección en la gimnasia artística. A los doce dejó todo para jugar bádminton y muchos creyeron que fue un error, pero a ella no le importó. Entrenaba con fiebre y lesionada, y en menos de un año pasó de ser la peor de su clase a convertirse en la campeona nacional. Ahora esa misma chica testaruda sueña con llegar a los Juegos Olímpicos. Escribe: Gloria Ziegler
Foto: Camila Rodrigo
Cada vez que falla dentro de la cancha, Luz María Zornoza se da un raquetazo suave en la pierna. Dice que es para sacarse el pensamiento negativo. Se lo enseñó hace años un psicólogo, con el que también aprendió a tranquilizarse y analizar cada punto mientras contesta los mates. ¿Por qué lo convirtió o en qué falló? Luego, en una milésima de segundos, intenta soltarse, respirar, decidir qué va a hacer en el próximo punto y, entonces sí, darle a la pluma. Dice que es un ejercicio mental que no requiere más concentración que la que necesitaba hace unos años para mantenerse de pie sobre la viga. Antes de conseguir la medalla de oro en el Campeonato Sudamericano Junior de Bádminton de 2012, Zornoza ya sabía lo que era golpearse. Se había caído muchas veces de la barra de equilibrio de gimnasia artística y había vuelto a intentarlo varias otras desde que tenía uso de razón. A los 12 años, empezó a jugar bádminton y escuchaba a sus amigas decir por lo bajo: «¿Para qué viene acá si es pésima?». Pero no les daba importancia. Su mamá también escuchaba las burlas y hasta le decían que lo mejor era que se dedique a otra cosa, pero a ninguna les hacía caso. Ya había pasado por
ocho años de entrenamiento y había aprendido que para ser la mejor hay que intentarlo. «Había tenido mucho más presión que esa desde los 3 años y ya no me ponía nerviosa. Sabía que todavía no les podía ganar, que tenía que tener paciencia y seguirles el ritmo todos los días», dice Luz María Zornoza, siete años después, en el polideportivo de Villa mientras espera que empiece el entrenamiento. Lleva el pelo amarrado en forma de moño y su metro ochenta parece espigarse. Su madre fue la primera en decirle que no iba a ser fácil. «Vas a tener que perder la vergüenza y a la primera persona que veas en el coliseo la tienes que invitar a jugar —le había advertido Luz María Roca Rey Cisneros— . Al entrenador, a las chicas de tu categoría, a quien sea, así no puedas meter un punto. Juega con los señores mayores: ellos no se van a burlar. Si quieres ser buena, tienes que entrenar todo el día. Es la única manera». Luz María Zornoza tenía que superar una ventaja de tres años de entrenamiento y hasta entonces nunca había corrido cuarenta minutos seguidos. Al inicio, entrenaba en la academia tres horas al día, tomaba clases particulares y le pedía a sus
hermanas —que también jugaban bádminton— que practicaran con ella. «Mis amigas no querían jugar. Era tan mala que se aburrían porque no les podía seguir el ritmo. A las justas le daba a la pluma», recuerda. Durante los primeros años no tenía fines de semana, ni santos, ni enfermedad. Si tenía gripe, su entrenador la mandaba a hacer abdominales y pesas; si se lesionaba la muñeca, a ejercitar piernas; si se lastimaba el tobillo, a trabajar brazos. «El cansancio es mental», le decía su entrenador de entonces, el cubano José Antonio Couto. --Es una tarde de junio. Luz María Zornoza llegó hace unas horas del Open Internacional 2013 de Buenos Aires con una medalla de plata en dobles y ya empezó con los entrenamientos: quiere llegar bien para los Panamericanos de Bádminton de octubre, los Juegos Bolivarianos de noviembre y el Sudamericano de Bádminton de diciembre. «Va a ser difícil afrontarlo, pero creo que es una cuestión mental. Si vas fresca y crees que de verdad lo puedes hacer, lo haces», dice la menor de las Zornoza.
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DESTAQUE
NO DESCANSA. Acaba de ganar la medalla de Plata en dobles del Open Internacional 2013 de Buenos Aires, junto a su compañera Daniela Macías. Ahora se prepara para el Panamericano, los Juegos Bolivarianos y el Sudamericano.
Cuando empezó a jugar bádminton no tenía fines de semana, ni santos, ni enfermedad. Si tenía gripe, su entrenador la mandaba a hacer abdominales y pesas; si se lesionaba la muñeca, a ejercitar piernas; si se lastimaba el tobillo, a trabajar brazos. «El cansancio es mental», le decía. Así, le complicó un partido a Neslihan Yigit —la primera turca en clasificar a unos Juegos Olímpicos— en el Perú Open 2012, y dos años antes, en Santo Domingo, la capital de República Dominicana, le remontó un partido en cuartos de final de los Panamericanos a la canadiense Vivian Kwok. Cuando todavía estaba perdiendo, su entrenador se le había acercado para decirle que si no ganaba ese partido de nada servía todo lo que había hecho hasta entonces. «Lo dejas todo. No me importa si estás cansada. Corre por toda la cancha, pasa las plumas y le gritas en la cara con toda la garra del mundo cada uno de los puntos que metes», le dijo. Y ella, aunque sentía que ya no le quedaban fuerzas, obedeció. Empezó a gritar cada tanto como si fuera el último del partido, hasta que derrumbó a su contrincante y se quedó con la medalla de bronce. Es la misma confianza ciega que la llevó de ser la peor jugadora de su clase a convertirse
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en campeona nacional en menos de un año. «Creció muy rápido pero era lógico con la disciplina que tenía y con todo lo que estaba entrenando», dirá Roca Rey. Había pasado por la Academia de Talentos, que reunía a distintos clubes, y en el 2008 clasificó a su primer Panamericano en Guatemala con la selección. Entonces, en la primera ronda, perdió con los badmintonistas que serían los campeones de las tres categorías. Pero ya había llegado. --Luz María Zornoza entendió que podía hacer deporte y divertirse cuando empezó a jugar bádminton. Antes solo se había tratado de concentración. «A veces era hasta sufrimiento porque tenías que llegar a un nivel de excelencia en el que no podías cometer un error durante la competencia, porque, si no, no tenías ninguna chance —cuenta—. Y en el
bádminton se toleran más los errores. Hay más posibilidades de recuperarse». Todavía sueña con llegar a los Juegos Olímpicos, aunque después de siete años entendió que no se puede alcanzar la perfección: «Los entrenadores te exigen el cien por ciento y en la universidad también. Y mis papás, como todos, quieren que su hija sea perfecta y que me vaya bien en todo, pero saben que no es posible. A veces siento que no me alcanzan las horas del día y la verdad es que tengo que hacer un balance: no puedo estar en un nivel excelente en todo». Su hermana Claudia ya lo había vivido en el 2010, cuando se convirtió en campeona sudamericana mientras estudiaba Administración, pero eso a ella no le alcanzaba. No hasta entonces. Ahora, su madre es la que le dice que no se rinda, que si se esfuerza lo puede lograr. Y ella, que siempre se aferró a desafíos que otros creían imposibles, solo escucha esa voz, la que le dice que tiene que intentar.
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augusto dalmau es
kara teKA
No, no es el afiche de una pel铆cula de karatecas: es la historia sobre c贸mo el karate se convirti贸 en un asunto familiar en el clan Dalmau desde que Augusto aprendi贸 a patear Escribe: Javier Wong Q.
Foto: Sanyin Wu
DESTAQUE
a frustración para Augusto Dalmau tiene lugar y fecha: Cancún, Campeonato Panamericano de Karate, 2012. En la primera ronda, le ganó con solvencia a un colombiano. Estaba tranquilo: se sentía el mejor de aquel torneo. Comenzó el segundo enfrentamiento: iba bien, dominaba el duelo, el árbitro le daba los puntos. Sin embargo, algo pasó. Dice haber visto el video más de treinta veces y hasta ahora no encuentra explicación. Su hombro, en plena lucha, se salió de su sitio. A él no le importó: siguió peleando. Llamó al médico y se lo puso de nuevo una vez, dos, tres veces. Se rompió el hueso y sus ligamentos se estiraron; entonces tuvo que voltear hacia el árbitro y abandonar. Augusto Dalmau no podía más. Con el rabillo del ojo, mientras salía de la zona de combate, derrotado, vio al karateca más talentoso de su categoría, un venezolano que conversaba con su entrenador y le decía: «Ya ganamos». No recuerda la última vez que lloró tanto.
Él también es un chico perfectamente normal. Tiene 19 años, estudia Ingeniería Industrial, sale con sus amigos, acaba de cumplir un año con María Gracia, su enamorada, y está pensando practicar otro deporte. No parece karateca, pero lo es. Es decir, alejado de lo que nos enseñaron las películas. En su primer torneo, a los siete años, le ganaron y se puso a llorar. Le gritaron, le dijeron que dejara de lagrimear. Durante su niñez, llegó a odiar el karate. Le daba flojera, no le provocaba mejorar la técnica ni aprender a defenderse. Se comportaba mal en los torneos cuando le iba mal, tiraba el cinturón cuando quedaba segundo y lo hacían disculparse con el público. La modalidad de karate que practica Dalmau se decide en tres minutos. Eso es lo que dura un enfrentamiento en el kumite —un combate real, no simulado como en el kata, que trata más bien de la coreografía de una lucha—, donde se otorga un puntaje por cada golpe o patada. Allí, dentro de la zona de combate, dentro del área, Augusto confía plenamente en sus entrenadores: Erick Barrantes y Edwin Assereto. «Son como mis hermanos», dice, y luego admite que la estrategia depende enteramente de ellos. «Usualmente espero el error y para esto hay que tener paciencia». En la sala ya no se escuchan los ladridos de los perros. «Me gusta que la gente sepa que soy el mejor», comenta Augusto. Fue recién de adolescente cuando comenzó a sentir más el deporte. Se ordenó, se esforzó, pateó mejor. Como la mayoría de artes marciales, el karate tiene una filosofía detrás. Se usa para defenderse, no para atacar; y, como tradición japonesa, tiene varios rituales y momentos que deben cumplirse. Es un deporte que, sobre todo, exige paciencia y autocontrol. Entonces Augusto Dalmau comenzó a respetar los tiempos, ya no se hacía expulsar y su confianza creció. Su problema no pasa por los nervios o la ansiedad. Es más, eso le pasa cuando ve pelear a otro, a su hermano, a Javier.
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«Voy a callar a los perros. Un ratito». Es casi la una de la tarde y Augusto Dalmau viste de buzo, parece cansado. «Es que ayer fuimos a Cieneguilla, regresamos tarde y pedimos pizza», explica. En la sala de su casa, en Surco, no hay fotografías suyas en karategui —el atuendo usual que usan los karatecas— ni enseñando sus medallas o trofeos. Es una sala perfectamente normal, llena de cuadros decorativos y dos perros beagle que ladran en el patio del fondo.
Las hermanas Venus y Serena Williams son dos tenistas famosas. Ambas han sido puesto uno y dos del ranking mundial respectivamente y se han enfrentado en las finales más importantes del circuito. A ellas las une una rivalidad dentro de la cancha. En el fútbol, dos gemelos holandeses causaron revuelo en los noventa: Frank y Ronald de Boer. Jugaron juntos en Ajax y Barcelona, disputaron dos mundiales y, dentro del campo, parecían funcionar en tándem. El
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caso de los Dalmau es algo distinto. Ellos no luchan entre sí ni tampoco compiten juntos. Los une algo que va más allá de patadas y golpes: querer ser como el otro. Con hielo en el hombro, Augusto Dalmau salía del coliseo con más bronca que dolor. «Allí, en caliente, no me dolía mucho, pero cuando me enfrié no podía mover el brazo», recuerda. La persona que lo acompañó, que habló con él luego del desastre, fue su hermano Javier, 3 años menor que él. Él lo tranquilizó, le dio ánimos y le recordó los fundamentos del karate: la paciencia y el autocontrol. «Si no hubiera sido por el karate, no estaría tan unido a mi hermano», dice el mayor de los Dalmau. Su momento más feliz, el que lo hizo saltar de alegría, no lo tiene como protagonista. En el Sudamericano del año pasado, su hermano quedó tercero. Él estaba orgulloso, feliz de que Javier destaque en las ligas más altas del karate regional. «Cuando él pelea, me pongo nervioso, ansioso. Quiero meterme a ayudarlo», comenta Augusto, y dice que algo le ha faltado: ir al Mundial. Pero le gustaría que vaya su hermano, que pelee, que gane. Quiere que Javier sea todo lo que él no pudo ser. «Él tiene más constancia, es más responsable en los entrenamientos. Tiene mucho más consistencia que yo», admite, y en su mirada hay emoción auténtica. Ahora, debido a las clases de la universidad, Augusto Dalmau no puede entrenar todos los días, sino solo los martes y jueves, por la noche y siempre con su hermano. Todo lo que él no pudo ser en el karate lo refleja en Javier. La flojera, la bronca, el descontrol; y no quiere que su hermano padezca sus limitaciones. En un acto de desprendimiento fraternal, puede decir: «Prefiero que gane él». --Lo importante es ganar; lo demás es secundario. «Este año peleé con un chico que jugaba sucio», cuenta. Cuando Augusto Dalmau conversa varios minutos, baja la guardia, suelta los músculos, que antes estaban rígidos por cierto nerviosismo, e incluso sonríe. Los karatecas no siempre andan con el ceño fruncido. «Me pegaba en una mano que sabía que tenía rota». Igual le ganó. Para Augusto Dalmau, no hay más que eso. No importa si peleaste bien o mal, si el contrincante comete faltas técnicas, si te resbalas y le pegas de casualidad. Al final, sobre todos esos asuntos circunstanciales, se encuentra la victoria. Hay que ganar, y ganar como sea. «He ganado por confianza, he ganado porque sabía que era mejor, he ganado estando cansado y peleando
GOLPE AVISA: Representando al Perú, Augusto Dalmau ha ganado el Sudamericano de karate en dos oportunidades.
Augusto Dalmau comenzó a respetar los tiempos, ya no se hacía expulsar y su confianza creció. Su problema no pasa por los nervios o la ansiedad. Es más, eso le pasa cuando ve pelear a otro, a su hermano, a Javier. «Cuando él pelea, me pongo nervioso, ansioso. Quiero meterme a ayudarlo» horrible». Una frase que Augusto odia es la muletilla del fútbol nacional: «Jugamos como nunca, perdimos como siempre». Si algo quiere que quede en Javier es eso: las ansias de ganar. El triunfo tiene que ser una obsesión. Si el paquete genético de los Dalmau pudiera combinarse en un solo, sería un deportista privilegiado, completo. Por un lado, Augusto, sin entrenar a mil revoluciones como su hermano, ha tenido logros importantes. Ha peleado en México, España, Estados Unidos, Canadá. Es un oponente reconocido en su categoría al igual que su hermano, solo que este basa su karate
en la constancia, en el entrenamiento riguroso. «Unos tienen menos talento, otros más. Al final te puede ayudar eso, pero el día a día hace a los verdaderos karatecas». El año pasado, en el Sudamericano, un chileno lo «destrozó». «Cuando sé que el otro ha sido muy superior, está bien: lo reconozco», admite Augusto, que con el tiempo ha aprendido a perder. Tuvo combates en los que no encajaba ningún golpe; ha perdido con rivales que peleaban mucho peor que él. «Es que hay días que no te sale nada», comenta, y al momento, siente un fastidio, se siente algo contrariado por lo que acaba de
decir. Un golpe duro, sobre todo para alguien que quiere ser el mejor. Aquí, los hermanos Dalmau tienen un sello de fábrica: si pierdes, dormir va a ser muy difícil. Esa palabra, perder, pese a que está siendo digerida, todavía costará más patadas y puñetes. Sin embargo, Augusto Dalmau no cambiaría nada, ni las rabietas, ni las piconerías porque le pegaron duro, ni aquel hombro devastado que le costó seis meses de descanso médico. «Lo pasado está ahí. No es para arrepentirse de nada. Por esas cosas soy el que soy ahora».
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ELLAS
GABRIELA
GASTELUMENDI La cantante (que también actúa) Escribe: Joaquín Salas
Foto: Alonso Molina
Es vocalista en la banda Las Amigas de Nadie y hace poco, estuvieron en un festival en México. Tuvo una educación lírica para el canto y no le hace remilgos cuando tiene que gritar y saltar en un escenario de rock. Participó en un concurso televisivo y todos pensaron que ese era el colmo. Solo fue una performance para la serie que saldría en el mismo canal, dirigida por Michel Gomez, llamada Avenida Perú. Allí, Gabriela interpreta, por primera vez en su vida, a una millonaria que vive en Lima y vive a contracorriente con lo que quieren para ella. Actuar y cantar son dos partes diferentes de mí. Cuando actúo se activa mi mente veloz y atenta. Enfoco todos mis sentidos para interpretar, para sentirme completa y ver en mi cabeza la imagen que estoy proyectando. Me concentro y siento mi tono de voz e intensidad. Al cantar, en cambio, todo este proceso está presente, pero mucho más comprimido. Cantar es más orgánico, más ovárico, me hace perderme en mí misma y en los que me puedan estar escuchando. Cuando era niña jamás podía estar quieta. De hecho, para obligarme a estudiar con el profesor particular, mi mamá me amarraba a la silla, para que no inventara excusas para pararme e irme. Era una niña amorosa y buena pero también muy pesada, originaba muchos conflictos entre mis amigos y mis notas eran muy malas, sobre todo en matemáticas y lenguaje. Aunque me iba muy bien en ortografía, psicología, música, economía e historia. También amaba a los animales y me causaban una fuerte impresión cuando los veía muertos. Mi vida amorosa ha sido muy compleja. Creo que he logrado entender la infidelidad estos últimos años. He comprendido la variedad de factores que implica ser infiel y que la poligamia es algo natural. Pero para mí ser fiel y leal es una decisión, un estado, una forma de bailar armoniosamente con otra persona. Tiene que ver con la confianza y la honestidad. Por suerte mi vida amorosa ahora va viento en popa, me hallo en total sincronía con mi novio actual. Amo a mi banda, Las Amigas de Nadie. Somos un equipo. Estamos grabando un nuevo disco que verá la luz a fines de este año. Acabamos de estar de gira por México DF, donde vivimos varios días como una familia, y queremos seguir viajando, tenemos la vista puesta en Latinoamérica. La cualidad más importante de mi música es definitivamente la honestidad. Cuando me eligieron para actuar no podría creerlo. Pensé que se habían equivocado. Tenía la experiencia de haber hecho teatro para niños en el musical
Hadas, algunos comerciales para televisión y uno que otro taller de teatro. Generalmente no veo televisión, salvo algunas novelas de niña. ¿Cómo iba a ser protagonista? La frescura, me dijo Michel Gomez, es lo que buscamos en María Alejandra. Trabajar con actores tan reconocidos como Javier Valdés, Lorena Caravedo, Alexandra Gaña, Nidia Bermejo ha sido todo un sueño para mí. Mi personaje y yo tenemos diferencias y semejanzas. Me identifico con la personalidad de María Alejandra en la medida que ambas tenemos un alto grado de locura y las dos somos graciosas y felices. Ella es un poco más competitiva y achorada que yo, que soy más tranquila. La diferencia principal entre las dos es que ella está volando, mientras que yo tengo los pies firmes en la tierra. Cuando me reconocen por la calle sonrío, saludo y hago algún gesto de emoción. Definitivamente se siente raro. Voy a los mismos lugares donde antes nadie sabía quién era y ahora saben mi nombre o el de mi personaje y me reconocen y saludan. Es divertido. Actuar es genial. Me atrevo a decir que no me parece tan difícil. Me gusta que me dirijan, que me digan qué hacer, ponerme en una situación, crear sentimientos y aplicarlos en mis movimientos, mi voz, una mirada. No tengo miedo de hacerlo, ni siquiera las escenas de sexo, las que he grabado siempre han sido muy rápidas. Trato de que se vean reales y amorosas o apasionantes, dependiendo del caso. Me gusta mi trabajo, no puedo quejarme. Adoro a mis padres. Mi mamá es brasilera, es feliz, graciosa y fresca. Nunca la he oído hablar mal de nadie en toda mi vida. Es instructora de yoga, antropóloga, abogada y terapeuta de artes expresivas. Mi papá, Eduardo, es peruano y belga, es psicoanalista y asociado del Regatas. De él heredé el talento musical, toca flauta traversa, piano, percusión y guitarra. Ambos me han apoyado siempre con todas las direcciones a las que he apuntado en mi vida. Nunca me han cuestionado, siempre me han permitido decidir y me han acompañado en cada altibajo. REGATAS / 39
DESTAQUE
GONZALO SEMINARIO
UNA CUESTIÓN DE APRENDIZAJE Antes jugó fútbol y otros deportes de raqueta, pero recién a los quince años adoptó el squash a tiempo completo. Más tarde, llegó a la selección nacional. Aprendió de la técnica del número uno del mundo viendo sus partidos. Si dicen que solo después del retiro se puede llegar a ser entrenador, entonces ¿qué descubre un deportista de veinticuatro años cuando enseña algo que todavía no termina de aprender? Escribe: Andrés Talavera
Gonzalo Seminario
Foto: Sanyin Wu
no sabe cuánto mide una cancha de squash. Tampoco necesita saberlo. En su mente ya están dibujados los 9,75 metros de largo por 6,4 de ancho. Lo que sí sabe es que si alguien se mete entre esas cuatro paredes y no juega con profundidad, está perdido. ¿Profundidad? Un poco de teoría de squash antes. Se trata de que la pelota —esa diminuta bola de caucho que mientras más se calienta, más rápido va, y que puede quemarte o dejarte tuerto— deba llegar en el segundo bote lo más cerca posible a la esquina, para que el rival no logre ejecutar un buen golpe. Sabe también que en menos de dos segundos, tan solo cambiando los tiros con la muñeca, un jugador puede obligar al rival a que cambie su estilo de juego. «El squash es único. Es decir, el tenis de mesa es más rápido y explosivo, al igual que el bádminton, mientras que el tenis de campo es más largo y un poco más lento», dice Seminario
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en la cancha de squash del Club. Tiene razón: en el squash, se puede jugar lento o rápido sin caer en la desesperación. Todo depende de la estrategia. Claro, es un espacio donde la pelota nunca sale de la cancha y rebota por todos lados. Cuando Seminario tenía diez años no sabía nada de esto. Por esa misma época, en 1999, su futuro ídolo, el canadiense Jonathan Power —apodado El Mago—, se convertió en el jugador número uno a nivel mundial. Cuatro años después, todo cambió. Ingresó al equipo de squash del CRL, que estaba atravesando por un hueco generacional grande. Solo cinco eran contemporáneos: Roberto Gómez de Córdova, Yahir Alcázar, Mauricio Dasso, Andrés Duany y Gonzalo Seminario. Luego venían Pepe Montes y Álvaro Carranza, ambos de cuarenta años. Esos cinco se mantuvieron hasta que los dos primeros empezaron a prepararse para la universidad. Duany, Dasso y él formaron el trío generacional que ganó el primer
puesto en Cuenca, Ecuador, derrotando a las selecciones de México, Colombia, Argentina y Brasil. Durante tres años fueron los únicos representantes del Regatas que estaban entre los dieciséis y diecinueve años. Hoy, Duany y Dasso viven en el extranjero. Su estilo agresivo al momento de jugar siempre ha sido el mismo desde esas épocas en que compartió triunfos con chicos como él. «Busco atacar y ganar los puntos, aunque a veces exagero, fallo y eso me puede costar el partido», dice Seminario, un deportista que necesita entrenar siempre para estar tranquilo consigo mismo. Hoy, su novia lo entiende, sabe lo que significa el deporte en su vida, sabe que necesita entrenar para aliviar el stress. Le preocupa saber qué generación será la que reemplace a la suya —por ejemplo, Duany estudia y juega en Canadá— y siente una inmensa satisfacción al ver mejorar a cada uno de sus alumnos en los torneos que juegan, sea de la edad que sea. «Me parece
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DESTAQUE
GENERACIÓN. Durante su aprendizaje, Seminario siempre tuvo a quién ver al lado, amigos y compañeros suyos, casi de su edad, con sus mismas ganas y metas.
«Mi idea no era formarlos, sino mejorarlos, intentar adaptar la estrategia que les enseñaba al estilo de juego que usaban. Como nunca habían llevado clases de squash, en una hora los hacía sudar como nunca» que en la vida de cualquier persona es muy importante el equilibrio entre todos los aspectos de su vida, como los estudios, los amigos, el trabajo, la enamorada y el deporte», comenta. --Su abuelo fue tenista como su mamá. El fútbol lo practicaba su papá y a la cancha de squash solo iban sus tías. En una familia así, Gonzalo Seminario terminaría probando algún deporte. Por eso, a los ocho años se cuadraba bajo los tres palos de un arco de fútbol, soñando con ser el próximo arquero crema y de la selección. Esas ensoñaciones de niño después lo condujeron a una net de bádminton y una pared de frontón. Recién en el verano de 2003, por insistencia de un amigo del colegio —Rodrigo Gómez de Córdova—, se presentó para jugar squash. Total, con la raqueta ya podía manejarse. Así, como si nada, se probó en la selección nacional con el director técnico Rafael Galdós y empezó a
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entrenar. Antes de tener DNI, Seminario ya había entrado a la categoría superior y aunque el canadiense Power ya se había retirado, aprendería de él viendo sus videos. «Cambió todos los parámetros del juego. Escondía el golpe de forma que no sabías qué haría y tenía un antebrazo que parecía un rifle», dice Seminario. Ahora sigue al inglés Nick Mathew, quien fue el número uno del mundo hace tres años. A veces, sigue sus partidos por Internet, incluso si está en el trabajo. Su jefe, Ignacio Aguirre, fue también jugador de squash por el CRL. Ambos juegan juntos dos veces por semana, robándole unas horas al almuerzo. Cuando estuvo en la universidad, donde se convirtió en ingeniero industrial, los horarios flexibles le permitieron incurrir en una faceta bastante peculiar para un joven de veinte años: ser profesor del mismo deporte en el que todavía competía. Claro, se espera que uno se convierta en entrenador cuando ya no puede jugar.
Hace cuatro años, le propusieron a Duany y Seminario llevar la que sería su primera academia de verano en el Club. Él ya contaba con una breve experiencia dando clases particulares a niños y jóvenes. Otros, le doblan la edad. «Mi idea no era formarlos sino mejorarlos, intentar adaptar la estrategia que les enseñaba al estilo de juego que usaban. Como nunca habían llevado clases de squash, en una hora los hacía sudar como nunca», dice el profesor Seminario. La clave en la enseñanza de cualquier deporte es la paciencia. Eso lo sabía Seminario. «En esas clases siempre trataba de desarrollar la parte técnica y teórica desde el punto de vista más neutral y de la manera más completa que podía». Uno de sus alumnos, Nicolás García, hoy forma parte de la selección de menores del Regatas. Cuando los ve, repitiendo las rutinas y haciendo las cosas bien, entonces comprende que quizás también él deba reforzar esos movimientos. Nunca se acaba de aprender.
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JOSÉ ORREGO
una mirada a la vanguardia
Desde SU oficina en una torre llamada Metrópolis, José Orrego imagina una ciudad distinta, donde esa Lima que mira al mar sea un referente, que la Costa Verde tenga un alma cultural y que los íconos urbanos sean emblemas que se proyecten en concursos de arquitectura. Estos son los sueños y miradas de un arquitecto que extraña dibujar a mano sus planos. Escribe: Carlos Portugal
Foto: Sanyin Wu
Costa Verde. Debería ser un distrito cultural con un planeamiento unificado, que no tenga pedazos aislados de cada distrito, sino más bien áreas de expansión, recreación, teatros, escuelas de danza, estadios. Un lugar que todos puedan aprovechar. Algunos lugares en el mundo tienen en sus ríos espacios de recreación cultural. Siendo una capital con el privilegio de mirar el mar, deberíamos aprovecharlo. Herencia. Mi padre es arquitecto y mis dos hijos estudian Arquitectura. De chico, me quedaba mirando cómo hacía sus planos dibujados con tiralíneas. A mí me tocó dibujar a mano y luego pasar la transición a las computadoras. Pero extraño lo que se hacía antes: limpiar las velas con bencina, calibrar las puntas, borrar los planos, la precisión. Hoy con todos los proyectos que debemos realizar sería imposible hacerlo sin tecnología. Pirámide. Una pirámide en en el Cementerio de los Jardines de la Paz. Ese fue mi primer proyecto que, cuando vi terminado, todo cambió. Ahí te das cuenta de que no solo dibujabas planos sino que creabas una herramienta de expresión para construir algo. Al terminar un proyecto, voy al lugar y lo fotografío. Guardo un archivo de fotos de cada uno de ellos. Historia. Tuvimos una época dorada en la arquitectura peruana en los años sesenta y setenta. Hasta hubo un arquitecto presidente y existía mucha participación de arquitectos en los concursos públicos. Hoy se contratan los José Orrego es asociado del Regatas desde 1984. REGATAS / 44
proyectos solo por precio; la calidad es accesoria. Durante la época dorada, estuvimos casi a la par con Brasil, pero hoy Lima es una ciudad inviable para el siguiente siglo. No existe una entidad supranacional con autonomía y poder para un planeamiento integrador en la capital. Estamos en nuestro mejor momento económico y no lo aprovechamos. Cartagena, La Habana, ciudades de Corea pudieron cambiar. Es necesario que los arquitectos recuperemos el poder de planificar la ciudad. Imaginar. Las casas de playa son un laboratorio de experimentación arquitectónica. La pérdida de espacio en la ciudad hace que cuando queramos innovar lo hagamos en las afueras. Lo curioso es que terminan siendo un referente social, una fantasía colectiva; las vemos en las revistas, en televisión. Por ejemplo, en Argentina, las construcciones de más alto nivel son afrancesadas, y en Brasil, neoclásicas. Si nos decidiéramos hacer las cosas bien, podríamos liderar la vanguardia de la arquitectura. Recordemos que tenemos una historia de 5000 años de arquitectura: Caral fue esa ciudad que prosperó. Este es el momento para que cambiemos nuestra ciudad. Familia. Siempre quise construir mi casa como me la había imaginado. Fue un proyecto gratificante y difícil. Había que convencer al cliente más importante y complicado, mi esposa y mis dos hijos. Finalmente, todo quedó como habíamos soñado.
René poggione una mirada al paisajismo
EL arquitecto que llegó de Argentina acostumbrado a mirar el campo (y que en Lima se enamoró del desierto) crea en su mente una ciudad de áreas verdes y transporte eficiente. SUS PROPUESTAS CONTEMPLAN La recuperación de los parques, de lOS ESPACIOS públicOs, de las costumbres del lugar, de los colores propios, de las sombras, del paisaje. CONSERVA EL dibujo de una casa que su hija diseñó para su gato. Escribe: Carlos Portugal
Foto: Sanyin Wu
Sombras. En segundo año de la facultad, un amigo me pidió que diseñara su casa en Luján. Aún no sabía nada sobre construcción. Recuerdo que el capataz me dijo: «Arquitecto, vamos a tomar niveles». No tenía idea de cómo hacerlo. El capataz, ya viejo, se dio cuenta y me explicó todo. Al ver terminado el primer muro, vi una sombra que se formaba y me dije: «¡Qué maravilloso! Mi pensamiento puede producir sombra». Entendí que la arquitectura pasa por saber manejar la luz. Construir es lo que pones sobre la tierra y bajo el cielo en un paisaje. LIMA. Si fuera alcalde, haría tres cosas: líneas de subterráneo, un proyecto de arbolizar la ciudad y plantar árboles igualitos, lo que siempre es agradable y puede tapar cierta arquitectura. Finalmente, densificar y esponjar. Es decir, construir edificios gigantes pero con parques públicos, estacionamientos por debajo. Con más personas por metro cuadrado, se puede mejorar la calidad de los servicios. Si bien la metropolización de una urbe como Lima lleva a la desconexión de la gente, la arquitectura debe permitir el reencuentro. Desierto. La luz de las cinco de la tarde: eso fue lo que más me sorprendió del desierto. Su estética propia, los distintos tonos de nublado que se descubren en el cielo, las montañas y el mar, sin el que esta ciudad no sería la misma. Antes, las culturas precolombinas eran muy cuidadosas con el entorno. En Pachacamac, no construían en los valles porque ahí se
cultivaba, pero llegaron los españoles y se asentaron en el plano, en el valle, donde se debía producir para comer. Campo. Hay que explorar los materiales y el aroma, el frío, calor, la humedad. Preguntarse qué se usa en el lugar, qué hace la gente. Aprender del entorno. En una casa de campo podemos ponernos experimentales. En proyectos más grandes, se vuelve complicado. Con mi esposa, hicimos nuestra casa de campo y queríamos que se desarrolle con materiales y trabajadores de la zona, que sea construida por gente que no se dedicaba a construir. Así fue: la parte metálica la hizo un soldador que reparaba mototaxis y un carpintero que arreglaba mesas hizo la fachada. Familia. Mi hija de nueve años dice que es arquitecta. Diseñó un dibujo de la casa para su gato. A mis otros dos hijos también les encanta dibujar y en nuestra oficina, con mi esposa, colgamos sus obras. Somos socios en Poggione+Biondi, y tenemos una forma muy parecida de entender las cosas. No queremos una oficina de arquitectura con demasiados proyectos. Queremos menos proyectos y más calidad. Sueños. En San Andrés en Paracas, hay un proyecto que quisiera terminar. Un malecón que hicimos con elementos reciclados. Reutilizamos toda la basura que había en la playa. No pudimos terminar por la municipalidad: es una pena que pase eso. ¿Un sueño? De viejo quiero ser jardinero.
René Poggione es asociado del CRL desde hace cuatro años. REGATAS / 45
PORTADA
IVÁN DIBÓS MIER
diplomático del deporte quiere ser como su papá Si quitarámos las trece veces que ha presenciado los Juegos Olímpicos, si nos olvidáramos de sus viajes por el mundo, de sus éxitos empresariales y de sus logros deportivos, si obviarámos todo eso, la historia de Iván Dibós es solo un gesto noble: intentar hacer lo que hizo su papá. Aún hoy, a sus 73 años, el único peruano vivo en el Comité Olímpico Internacional reconoce que no puede superarlo, que solo sigue el ejemplo de quién fuera alcalde de Lima dos veces, ministro de Estado, fundador del Touring Club, entre otras labores. Tiene la suerte, dice, de que haya sintonizado con su mundo: que le gusten los carros, el deporte y servir a su país. Escribe: Manolo Bonilla
Foto: Alonso Molina
Arte: Felipe Esparza
Estilismo: Sebastián Sommaruga
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un remero peruano campeona en detroit
El día que le detectaron cáncer de próstata, hace trece años, supo que no sería la primera vez que iba a recibir quimioterapia. Cuando apenas era un adolescente y Lima era una ciudad que hoy no reconoceríamos —con tranvías, autocine, pocos carros en las calles y policías de Miraflores que de aburridos metían en la carceleta a los adolescentes que jugaban fútbol en las calles o que llevaban a personas de más en la bicicleta—, a Dibós Mier le detectaron tres ganglios inflamados en el cuello. Bueno, al inicio era solo uno y en Lima le dijeron que con radiación se aliviaría. Lo cierto es que la protuberancia que tenía en el cuello, por el lado izquierdo, bajaba su hinchazón unos días y luego empezaba a supurar. Dibós asistió durante un año a ese tratamiento, tres veces por semana, y tuvo que ir al colegio con un esparadrapo pegado al cuello. Después de meses sin resultados, el chico de cara alargada y quijada dura, que más adelante aparecería en las fotografías del anuario de 1956 del colegio Santa María como un deportista destacado en las secciones de atletismo, natación y ciclismo, ese chico peinado con gomina y mirada a lo Alain Delon, ingresaría al quirófano para ser otro. Su papá lo había llevado a Nueva York, más precisamente al hospital Saint Vincent, donde lo visitó hasta el cardenal de la ciudad, Francis Spellman, que había conocido a Eduardo Dibós Dammert cuando este fue alcalde de Lima en 1952 —el segundo periodo que estuvo a cargo—. Hasta entonces, era un mozalbete con voz de pajarito. Una vez que le quitaron los ganglios, se desarrolló y creció; ganó musculatura y se comenzó a parecer más a la imagen de Dibós de los recortes de un diario local de Detroit, cuando remaba por el Detroit Boat Club. Pero su cuello
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permaneció invariable. Un ropero por espalda, pero el cuello de un niño de primera comunión. No le quedó otra. Cuando fue dirigente deportivo a nivel mundial, cuando presidió directorios, cuando gerenciaba una empresa, siempre tuvo que usar camisas especiales, mandadas a hacer, con sus iniciales bordadas. Y de esas tendría cientos: blancas, grises, azules, de manga larga, deportivas. Se lo repitieron de vuelta: «cáncer de próstata». Antes le habían hecho unos análisis que le dolieron tanto como si le hubieran abierto una herida en la ingle y luego le hubieran arrojado sal. Ese día, Dibós, de 60 años, con la camisa ajustada en el cuello y sin anestesia, gritó de dolor: «Conchasumadre». Después, lo asaltó el miedo absoluto. Había dos soluciones: radiación u operación. Tenía amigos que escogieron la segunda y ahora tenían incontinencia y llevaban pañales. No quería eso. Así que empezó el tratamiento en Lima, de lunes a viernes, que consistía en recibir dos minutos de radiación luego de localizar el tumor y hacerle un pequeño tatuaje con tinta negra. Hacerlo en Estados Unidos costaba 50 mil dólares, solo por la aplicación, sin contar los tres meses que debía vivir allá. Aunque hubiera podido pagarlo, a Dibós le jodía no hacer nada durante ese tiempo. Durante siete semanas, asistió religiosamente a recibir las 35 aplicaciones. Iba por las mañanas y luego seguía con sus labores y practicando deporte. En la cola del centro de Radioncología, en San Isidro, con noventa personas junto a él que aguardaban su turno, se había dado cuenta de que la espera mataba. «Pensar solo en eso debilita a cualquiera», dice Dibós en su amplia oficina en Lince, en el tercer piso de la sede principal del Touring Club. Había diseñado una estrategia para no esperar tanto: regalarles chocolates suizos que traía de sus viajes a las enfermeras. Iba muy temprano, antes que nadie, lo atendían rápido y se marchaba. Pero hubo otra razón, quizás de creyente para un deportista como él, y un poco más atea para el resto de personas en esa cola. «Superé el cáncer remando», afirma, con la convicción de un cristiano redimido en una liturgia dominical. Cuando era ese deportista de la promoción XIV del Santa María —hoy su nieto pertenece a la LXXI—, al que sus profesores de matemáticas excusaban para que siguiera entrenando y batiendo récords escolares, Iván Dibós ya remaba. Se levantaba al alba para ir a entrenar a La Punta. Aprendió del argentino Santiago Fritz Simon, que estaba en el Regatas, y el mismo año que empezó a entrenar, fue campeón nacional. En 1957, cuando viajó a Detroit para estudiar Administración de Negocios en la universidad
de la ciudad y en el Dorsey Business School, ya sabía remar, y bien, según él. Después ingresó al Detroit Boat Club, el más antiguo de esa parte del continente en la ciudad fundada por un francés en una canoa, y conoció al entrenador Ken Blue, un flaco agente de la bolsa que no comía carne y que sería el primero en recomendarle germen de trigo, levadura de cerveza y alejarse del sol —que debilita— antes de cualquier regata. Entonces, todo lo que hasta entonces había aprendido cambió. En Lima, en ese momento los remeros eran pechones y tenían brazos enormes. Antes de la evolución del deporte, se creía que el remo era solo brazos. Durante los cuatro años que estuvo en Detroit, Ken Blue fue un severo instructor —un «desgraciado muy suave» que podía quitarte el puesto si faltabas a un solo entrenamiento o si llegabas tarde—, que les templó el carácter y les hizo desarrollar su físico incluso antes de subirse a un bote. Las rutinas eran inclementes: correr cuatro millas y luego remar veinte millas, antes de la cancha, que es como conocían a un tramo de dos mil metros. La idea era perderle miedo a la distancia y ganar confianza en la competencia. Pero, sobre todo, les enseñó a patear. Esa era la clave para el remo. Con los brazos puedes cargar tu peso, pero en piernas puedes levantar hasta 500 kilos. Hoy entrenan así, hacen sentadillas, pero entonces a Dibós le parecía ciencia nueva. Además, Blue era un estilista que corregía los defectos de cada uno. «Tenía un físico de la patada: era una bestia. No he podido ser mejor que eso. Fue mi mejor época», dice Dibós, que dejó de remar hace cuatro años y extraña la sal del mar cuando se sube al ergómetro que tiene en su departamento, desubicado entre tantos libreros y encerrado en cuatro paredes. Cuando regresó a Lima de Detroit, después de campeonar en Canadá con el equipo de Estados Unidos junto a otro peruano, Eduardo Burbank, y tras haber practicado en la Chrysler, tenía apenas una veintena de años. Ahora le tocaba hacerse cargo de los negocios de su padre.
un cÓnsul de luxemburgo no conoce luxemburgo Dibós vive frente a El Golf de San Isidro, pero nunca ha cogido un palo de golf. Pese a que ha hecho casi de todo: atletismo, motocross —hasta que se lesionó el brazo derecho—, básquet, remo, natación. Cuando atraviesa ese pequeño recibidor, saliendo del ascensor de su edificio, donde cuelgan los escudos de Luxemburgo y Mónaco, y entra, elegante en el terno a medida, a la sala del departamento —de
«Soy lo que soy porque mi padre me dio el ejemplo»
GABÁN Y CORBATA BROOK BROTHERS
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«Yo solo soy un seguidor. Por suerte, soy un imitador que lo hace bien, porque pienso en mi papá» muebles antiguos perfectamente conservados, arañas enormes, de diecisiete focos, en el techo, un estante con mamushkas rusas y huevos de Fabergé, espejos hasta el piso y paredes decoradas con cuadros que parecen de la época colonial—, entonces parece que Iván Dibós Mier —Sir Ivanhoe, como le dicen algunos amigos— es de esos señores que ya no existen, un lord que carajea, un diplomático sin las maneras de un maniquí, un señor que además tiene esquina y mundo. Su papá, Eduardo Dibós Dammert, también viajó, y mucho. Quizás por eso fue pionero. Así lo expresa Dibós: «Tenía mundo y vio cosas que funcionaban afuera; entonces las trajo». Lo que hoy se acumula en millas antes se acumulaba en conocimiento y también en oportunidades —que no le faltaron—. Fundó el Touring Club de Automovilismo; convenció a los dueños de la fábrica de llantas Goodyear de que pusieran una fábrica aquí, en Lima; abrió la Escuela de Aviación Comercial de Collique; fundó el sindicato de choferes del Perú; y más adelante, junto a un francés con nombre de avenida, Elmer Faucett, creó la primera aerolínea comercial del país —una empresa que, al inicio, solo realizaba servicios de courier aéreo en una simple avioneta—. La primera vez que viajó con él, Dibós Mier tenía ocho años. Era1947. Su madre y él habían ido a Buenos Aires para asistir a un congreso de carreteras. Después viajó a Ohio, a la sede principal de Goodyear, que fueron los primeros en vulcanizar una llanta. «Soy lo que soy porque mi padre me dio el ejemplo», dice Dibós, que en una mesa junto al comedor conserva seis retratos enmarcados: uno de su mamá, uno suyo, dos de sus viajes — saludando a Nelson Mandela en 1997 y haciendo una reverencia ante la reina de Inglaterra en el palacio de Buckingham en 2012— y dos de su padre —una fotografía de estudio y un díptico de escenas de su vida política en distintos momentos del siglo XX, junto a los presidentes del Perú Manuel Odría y Manuel Prado—.
Era el gerente más joven en la empresa de representación de autos Chrysler en Lima, entre cuyos accionistas estaba su padre. Con el físico endiablado que había forjado en Detroit, le resultó cómodo adaptarse al ritmo de los remeros en Lima y asistió en 1959 —junto a Tayo Masías, Pedro Roca y Richard Bruning— a los Panamericanos de Chicago. No les fue tan bien. Tampoco pudo ir a Roma 1960, donde llegaron un par de bogas peruanos, también del Regatas: Víctor Puente Arnao y Estuardo Masías. Si antes, durante el colegio, privilegió el deporte por sobre los estudios, cuando le tocó la responsabilidad de estar al frente de una empresa familiar, esa misma convicción se apoderó de él y dejó a un lado, solo por un momento, las competencias. Eso sí: no dejó de remar. «Si te dedicas a algo, tienes que hacerlo de lleno», dice Dibos, que años después, luego de liquidar la empresa, destinó sus ganancias al negocio de la pesca, junto a su hermano Eduardo Chachi Dibós Chappuis, que también fue remero mientras estudiaba Ingeniería Mecánica en la universidad MIT, aunque lo suyo fue el automovilismo. A Dibós le da pereza contar los viajes que ha tenido en su vida. Sacar cuentas también es un ejercicio inútil. Hace un mes, estuvo en Suiza para un Mundial de TKD, cuya federación también preside, y dentro de un mes viajará a París y a Luxemburgo por primera vez. Es cónsul pero nunca ha ido al país más pequeño de Europa. Para Dibós tener jet lag es tan frecuente como despertarse con legañas. Justamente, muchas veces ha despertado de un día para otro en el otro extremo del mundo: cenar en Lima un viernes y almorzar en Suiza el sábado. Si durante mucho tiempo viajar por el mundo le producía una fascinación particular, ahora le produce pánico y le genera uno que otro contratiempo. A diario, debe consumir entre siete y ocho pastillas: para la hipertensión, para el corazón, para controlar el cáncer, vitaminas, para ciertos dolores de cabeza, etcétera. Muchas de ellas dependen de la puntualidad
con que las tome. Cuando le tocan esos periplos continentales en avión, su mente (y sus relojes también) se desorienta. Una vez, por descuido, sumando la diferencia de horas, había consumido un cóctel fulminante de medicamentos que le produjo un desmayo. Para un verdadero hombre de mundo de 73 años, funcionario del Comité Olímpico Internacional —su agenda tiene programados destinos fuera del país hasta febrero de 2014, incluido su viaje a Luxemburgo por primera vez—, estar al tanto del reloj mundial es una labor tan importante como saber de la capacidad de un estadio de fútbol para los futuros Juegos Olímpicos. Así de fundamental ha sido.
un diplomático del deporte que no cobra un euro Iván Dibós tiene un problema: no sabe qué tarjeta de presentación entregar. Es presidente de la Alianza Francesa, de la Maison de Santé, del Touring Club. Además, es cónsul honorario de Luxemburgo y de Mónaco. Como gerente administrativo, fue jefe del IPD con rango de ministro, presidente del Comité Olímpico Peruano y es el único peruano vivo de los cuatro miembros del Comité Olímpico Internacional, incluido su papá Eduardo Dibós Dammert. Ser miembro del COI es un grado mayor que ser embajador: es un selecto grupo de personalidades mundiales, donde también figuran jeques árabes, millonarios y gente de la realeza. Y Dibós forma parte de ese grupo desde 1982. ¿Si se siente poderoso en Lima? Dibós dice que no, que para nada, y hace una mueca de disgusto, como si le diera asco esa palabra. Aunque estuvo en política —después de ser teniente alcalde acompañando a Ricardo Belmont, fue también presidente del Instituto Peruano del Deporte, cuando tenía rango de ministro—, la posición lo hacía sentir vulnerable: recibía hasta juicios penales por parte de las federaciones deportivas que exigían
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«Lo hago por el deporte, porque me gusta, porque haces algo que sabes que tiene repercusión mundial. Es un honor y te da orgullo, no poder ni vanidad, que sea reconocido»
más recursos. Se lo han vuelto a proponer, pero no ha aceptado: prefiere ayudar de otras maneras. «Acá hay mucha envidia, hermano», dice Dibós. «Parece algo típico del peruano. Si logras algo fuera, buscan desmerecerlo. Si haces dinero, quieren encontrar un punto para atacarte». Es un embajador del deporte que no cobra un solo euro, ni en ese cargo ni en la media docena adicionales que tiene. Por protocolo, que se refleja en los años que tiene como miembro del COI, Dibós se encuentra en la posición número seis, delante de personalidades como el príncipe Alberto de Mónaco —amistad que le valió ser nombrado cónsul honorario de ese país—, el gran duque de Luxemburgo —que le concedió similar gracia—, el príncipe de Jordania, el millonario argentino Gerardo Werthein, el emir de Qatar y la princesa Haya Al Hussein de los Emiratos Árabes. Esas labores diplomáticas en todo el mundo, visitando ciudades que quieren ser candidatas para los siguientes Juegos Olímpicos, le han permitido coleccionar grandes amistades como Jacques Chirac, alcalde de París que le regaló un lapicero Dupont de oro, o Ana Botella, alcaldesa de
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Madrid. Fue a los Juegos Olímpicos en 1964 y desde entonces no ha faltado a ninguno. Primero, fue su papá, miembro del Comité Olímpico Internacional, quien lo llevó como invitado. Después, en 1982, le cedió la posta. Él fue quien les entregó la medalla de plata a las voleibolistas peruanas en Seúl 88. Este hombre sabe antes que cualquiera dónde se realizarán los Juegos Olímpicos del 2020. Aunque pueda sonar como un trabajo privilegiado en un secta poderosa, ¿por qué lo hace? «Es decir, la estadía y los pasajes me los pagan pero lo hago feliz de la vida, lo hago por el deporte, porque me gusta, porque haces algo que sabes que tiene repercusión mundial. Es un honor y te da orgullo, no poder ni vanidad, que sea reconocido». Eso le da tranquilidad, se siente libre. Algunos amigos suyos no entienden esa bondad gratuita, difícil de entender en estos tiempos, y le dicen que más parece un boy scout que se niega a envejecer. Vivir en una ciudad donde tu apellido aparece en calles y monumentos debe significar algo importante, cuando una avenida recibe el nombre de tu hermano, que también fue alcalde, o cuando descubres que un bisabuelo
tuyo, de idéntico apellido, fue el primer alcalde de un distrito apenas fundado. Pero quizás lo más gratificante —y a la vez, aterrador— es que todo lo que le dio su padre, esa figura importante en la historia de Lima, ese pionero aventurero que hizo dinero en una ciudad a la que le faltaba mucho mundo, ese papá viajero, deportista, ordenado y con sentido de justicia, también se lo dio a la ciudad en la que vive. Porque su papá llegó antes que él a esos cónclaves de dirigentes deportistas de primer nivel y fundó las instituciones que ahora dirige. Entonces, Dibós ablanda la mirada, debajo de esas cejas cinematográficas, y dice, agradecido, como quien sabe que adivinó cuál es la fábula de su vida. «No, no, él fue un pionero. He tenido la suerte de ubicarme en su mismo ambiente y me encantan los carros, el deporte, servir a la ciudad. Yo solo soy un seguidor, un imitador que lo hace bien, porque pienso en mi papá».
FOTO ARRIBA. CORBATA BROTHERS
Estilismo. Sebastián Sommaruga Producción. Katia Rosas Abad Agradecimientos. Brook Brothers, Touring Club del Perú
CORBATA Y PAÑUELO BROOK BROTHERS
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DANIELA SCAMARONE
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Las dos terceras partes de su vida tienen que ver con el básquet. Trabaja en el Callao, entrena en Chorrillos, vive en Miraflores. Alguna vez le propusieron viajar a Europa para jugar por un club, sin preocuparse por nada más. No aceptó: no quería alejarse de su familia. Parece que a Daniela Scamarone no solo le gusta el deporte que eligió sino también esa condenada rutina que la eligió a ella. Sabe que el tiempo no le pertenece, que no alcanza y que debe correr si quiere alcanzar sus sueño: ir al Mundial Escribe: César Becerra
Foto: Alonso Molina
En el sillón de su casa, Daniela Scamarone no parece una basquetbolista. En esa posición disimula que mide 1,77 metros de estatura, que es una especialista en los lanzamientos de tres puntos o que en la noche entrenará con la preselección peruana de básquet. Uno llega a olvidar por completo estos detalles cuando cuenta cómo es su trabajo en una oficina. Sí, un trabajo. A diferencia de jugadoras profesionales de otros países, las basquetbolistas peruanas deben ganarse la vida en labores fuera de las canchas. Daniela, por ejemplo, es ingeniera industrial y trabaja en el área de ventas de Alicorp, una empresa dedicada a la fabricación de productos de consumo masivo como fideos, refrescos o galletas. «Me enfoco en los productos de la canasta básica —explica Daniela—. Me encargo de las promociones, activaciones, descuentos, cobranzas, determinación de precio, estudiar a la competencia, hablar con los clientes y ofrecerles nuevos productos, ir a las tiendas para ver qué se puede mejorar, corroborar si los precios de las tiendas son los que se han pactado. Manejo quince categorías, desde detergentes hasta aceites. ¡Me encanta lo que hago!». A ver. Uno puede confundirse a estas alturas. ¿Es Daniela una basquetbolista que tiene como plus laborar como analista de ventas? ¿O es una analista de ventas que juega básquet en sus tiempos libres? Si fuera posible revisar su horario, descubriríamos que dedica más tiempo al trabajo que al básquet. Pero sería injusto medir la dedicación y el compromiso con unidades de tiempo. Para Daniela, trabajar y jugar básquet son pasiones que no se pueden calcular. «Ahora estoy feliz con mi ritmo de vida, pero, siendo honesta, me gustaría probar dedicarme solo al básquet por un tiempo. No sé, tal vez podría irme a un club extranjero por unos seis meses. Ah, siempre y cuando pueda regresar a mi trabajo y a mi vida actual», cuenta. Lo cierto es
que estuvo cerca de dejar el país a los 16 años. Aún no terminaba el colegio y recibió dos ofertas, una de Suiza y otra de Italia, para jugar básquet. Su mamá la animó para que acepte alguna de las propuestas, pero Daniela no quiso. «Soy súper pegada a mi familia. Además, en esa época me veía estudiando y trabajando en un futuro. ¡Y solo tenía dos semanas para responder! No me animé. Tampoco me arrepiento de mi decisión, pero tengo cierta curiosidad por saber qué se siente irte del país y dedicarte cien por ciento al básquet. Es algo que hasta ahora no he vivido». No exagera cuando dice que nunca se ha entregado exclusivamente a este deporte. Cuando empezó a jugar, siendo niña, tenía que ir al colegio. Luego, jugaba mientras iba a la universidad. Después, tuvo que trabajar, estudiar y jugar en los últimos ciclos. Agregue también los compromisos familiares, los amigos, el enamorado, el simplemente echarse en la cama y ver televisión. «Es bien difícil», dice Piero, hermano de Daniela, cuatro años menor que ella. «Te lo digo porque también juego básquet y estoy en la universidad. Uf, no sabes lo complicado que es dedicarte a todo eso. Mi hermana siempre ha sido muy capa y responsable». Piero y Daniela son hermanos y patas. Se quieren y se apoyan mucho, por lo que una declaración tan bondadosa puede ser sospechosa. Es su hermano, pues. Para haberse graduado como ingeniera industrial, jugar básquet desde hace 16 años y ser parte de la selección peruana, algo de capa y responsable debe tener. Sin embargo, una historia de esfuerzo, sacrificio y privaciones es la historia de cualquier deportista correcto. No sorprende que, de lunes a viernes, Daniela se levante a las seis y media de la mañana para ir a trabajar, que vuelva a casa en la tarde-noche, que se cambie y vaya a entrenar ya sea en el Club Regatas o en la selección peruana, que regrese a casa y se acueste a la medianoche, que se levante a las seis y media de la mañana,
y así. Que este ritmo de vida no sorprenda no significa que no sea admirable. ¿Cuántos peruanos son capaces de hacer esto? Por ello, medir cuánto le dedica al trabajo y al básquet, en minutos y horas, no viene al caso. La medida debe ser otra. —¿Te alcanza el tiempo para todo? —Sí, me alcanza —responde Daniela—. Trato de no perderme nada. Mira, una vez tuve un matrimonio que era el mismo día de un partido. Fui un rato al matrimonio, jugué después el partido y volví al matrimonio. ¿Cómo lo hice? No lo sé, pero lo hice. —¿En qué momento te relajas? —De lunes a viernes. No tengo tiempo para ver tele. No puedo. Los fines de semana me relajo y salgo con mi familia o mi enamorado. Aunque el hecho de entrenar y jugar es también una manera de relajarme. No es una obligación tener que entrenar todos los días: es mi pasión. Voy porque quiero y porque me encanta. Hace un tiempo, el entrenador nos dio una semana libre. Todas gritamos felices «¡Bien!». A los tres días, no sabía qué hacer. Me tuve que meter al gimnasio porque no aguantaba tanto tiempo libre.
A Daniela le han preguntado si quiere modelar. No ha aceptado porque dice que no es lo suyo. De hecho, ha sufrido un poco con las fotos para este artículo. «No me gusta, no me siento cómoda. Me pueden tomar fotos en movimiento mientras juego o cuando estoy con mis amigas, pero posar no es para mí. ¡Me da roche!», explica. Es curioso que decenas de ojos puestos sobre en ella cuando está en un coliseo no la pongan nerviosa, pero un par de ojos sí. Otra razón para mirarla tiene que ver con su estatura. Daniela es alta en un país donde la estatura de la mujer promedio es de 1,51 metros. Ella, con 1,77 metros, no se ha sentido discriminada ni fuera de lugar. Nunca se ha sentido mal porque las amigas de colegio REGATAS / 55
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HIPERACTIVA. «Trato de no perderme nada. Una vez tuve un matrimonio el mismo día que tenía que jugar un partido. Fui un rato a la boda, jugué básquet y volví».
Juega básquet todos los días desde hace dieciséis años. «Hace un tiempo, el entrenador nos dio una semana libre y todas estábamos felices pero a los tres días, no sabía qué hacer. Me tuve que meter al gimnasio porque no aguantaba tanto tiempo libre». le llegaban a los hombros. Si tiene que ir a una fiesta y ponerse tacos, lo hace, por más que las amigas de menor tamaño le pidan que no lo haga. En un concierto no tiene que empinarse ni subirse a los hombros de un amigo para ver a la banda. «Lo que sí me molesta es que las mangas de los polos, sacos y casacas me suelen quedar chicas. ¡Me pasa lo mismo con los pantalones! También he tenido problemas al entrar a una combi: mis piernas son largas». Daniela es alta pero sabe que no tanto. La más alta de su equipo mide 1,88 metros, por ejemplo. A sus amigas les explica que ella es chata comparada con las jugadoras de otros países. «Aquí te sientes grande, pues. En cambio, cuando juegas con equipos de afuera, sientes que te van a aplastar. Y pueden hacerlo si es que no te cuidas. En los campeonatos te encuentras con jugadoras de dos metros, tranquilamente. Las jugadoras peruanas no somos tan altas. La más alta en Lima no pasa de 1,90». REGATAS / 56
Entonces, quedamos en que Daniela es alta y además baila, lo cual debe ser un espectáculo divertido. «Bailo esté donde esté. No me importa si estoy en una tienda o en la casa de alguna amiga. Si me dan ganas de hacer un pasito, lo hago. Para molestar a mi enamorado, bailo cuando estamos en la calle». Y canta también. Como Shakira, dice. Y con los gallitos. «Lo hago mal pero me gusta». Su abuela dice que una vez, cuando era muy niña, la encontró bailando, cantando y haciendo las tareas. Otro recuerdo infantil: su hermano se desesperaba tanto que le apagaba la música cuando ella bailaba. Al ratito, ella volvía a prender la música. «Hay un video de eso. Me da mucha risa». Daniela no era tan alta como hoy, pero era traviesa. Muy movida, siempre estaba haciendo cosas. Por ello, llegó al básquet a los ocho años. Su mamá encontró la manera de canalizar sus energías mediante el deporte.
Entre el abanico de alternativas desde natación hasta bádminton—, se quedó con el básquet. No ha parado desde entonces, y no quiere parar hasta llegar a un Mundial. Estuvo a punto de clasificar hace seis años, pero la selección argentina las eliminó cuando faltaban pocos segundos para terminar un partido decisivo. «Fue un momento horrible. Tanto sacrificio para nada. Además, ¡una pívot hizo tres puntos! Era una chica que seguramente no había lanzado nunca en su vida. Con esa anotación nos ganaron, quedaron terceras y clasificaron al mundial. Si preguntas a las chicas de ese equipo peruano cuál fue el momento deportivo más frustrante de sus vidas, te dirán que fue ese». Daniela fue la mejor encestadora y triplista del certamen, pero no fue suficiente para aplacar la derrota. «Soy bien competitiva y súper picona. No me gusta perder. No solo en básquet, en todo». Llegar al Mundial será difícil, lo reconoce, pero quiere intentarlo.
INNOVADORES
Héctor Banchero GERENTE DE LA CASA BANCHERO
Pertenece a la cuarta generación a cargo de la empresa. Dice que nunca le habían gustado las joyas, hasta que empezó a ir a matrimonios y descubrió que tenía una manía: siempre se fijaba qué llevaban las mujeres, qué les quedaba bien y qué no. Luego empezó a reconocer las joyas de su familia y hasta quiso ponerse un arete, pero desistió porque sus padres no lo hubieran dejado entrar a su casa. Escribe: Gloria Ziegler
Foto: Santiago Barco
Los hermanos Natalio y Francisco fundan la primera tienda de la Casa Banchero en la calle Lechugal. Comercializaban relojes de bolsillo, cucú, monturas y joyería básica que Francisco —que vivía en París— compraba en Europa y Natalio vendía en Lima. Luego buscaron artesanos locales y comenzaron a producir y adaptar algunos productos.
En Navidad cuadruplican la venta de un mes normal y en el día de la madre la duplican. «Tenemos aretes desde 75 dólares hasta lo que el cliente necesite. Todo se puede hacer, y si el cliente quiere algo que nosotros no podemos producir en el país, lo conseguimos afuera. El mundo es mi proveedor y traemos lo mejor».
una venta diaria
La producción en el país es reducida porque cada pieza se hace a mano. Trabajan una gama alta con piezas únicas y otra más amplia. «Nos encargamos de asesorar al cliente tanto en tendencia como para que su compra sea una inversión. Por eso, nunca hemos trabajado con piedras sintéticas ni lo vamos a hacer».
PODER ÉXITO $1900 Considera que las joyas, además de un complemento de la vestimenta, son un símbolo de estatus y poder, tanto para las mujeres como para los hombres. «El auto y el reloj son las joyas del hombre, pero hay una diferencia: el carro se queda en la calle mientras el reloj lo acompaña a donde vaya».
CALIFORNIA Allí estudió Gemología, una especialidad que le permite distinguir, por ejemplo, un rubí de un espinel rojo —una piedra con cualidades ópticas similares a las del rubí, pero de menor valor— y, además de eso, diferenciar un rubí natural de uno sintético —que tiene las mismas cualidades ópticas, físicas y químicas, pero es producido en un laboratorio—. Héctor Banchero tiene más de 24 años como asociado.
La clave del éxito creo que han sido las nuevas generaciones. Las anteriores nos dan los cimientos, la confianza, la tradición, una empresa sólida, pero eso no nos amarra para seguir el mismo lineamiento ni el mismo estilo de joyas.
Viaja con su hermana a Basilea, a la feria más grande de joyería y relojería en el mundo. Después de esa incursión, la Casa Banchero empezó a vender relojes de lujo para hombres: marcas como Zenith, Hublot, TW Steel, N.O.A., Oris, entre otros.
2010
Eso ha llegado a valer la onza de oro. En los años sesenta costaba 30 dólares. «Vendo cuatro veces más que hace 20 años, pero el valor de los productos se ha cuadruplicado y los márgenes de ganancia ya no son los mismos. Entonces es difícil medir un crecimiento justo».
Además de la joyería de lujo, trabajan tres unidades de negocio: una distribuidora de vinos de Chile y Argentina, una productora de aceite de oliva y una rama agroindustrial dedicada a la cría de camarones. «Todos los negocios apuntan a un consumidor final similar. En el caso del vino, por ejemplo, también son productos de lujo».
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francisco boza
SABE POR DÓNDE VAN LAS BALAS A los ocho años, vivía entre disparos en la hacienda de su abuelo. Iba de cacería con su papá y hasta su mamá disparaba con puntería. A los quince, fue el más joven del mundo en participar en Moscú 1980. Su entrenador alemán le enseñó a respirar para concentrarse y seguir la trayectoria del disco. Así lo hizo en los Juegos Olímpicos de 1984 y trajo una medalla de Plata. Dice que aún hoy disparar es su terapia.
Escribe: Manolo Bonilla
Foto: Alonso Molina
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2004. Lo asesoró, lo entrenó y le dio una de las mayores lecciones que aprendió en el deporte. No le cobró un sol. No le pagó ni un marco. —Nun, werden Sie wissen, was das bedeutet Druck— le dijo.
Wo: se pronuncia vo pero en alemán significa ‘dónde’. El tirador Francisco Boza Dibos dice wo para pedir que salga, disparado, un nuevo platillo. Esta es su filosofía: «No importa dónde vaya, vuele a donde vuele: estoy listo para disparar», dice Boza en su oficina con vista a la plaza Francia en el Centro de Lima. Allí funciona el Instituto Peruano del Deporte (IPD) que él dirige desde hace dos años. Que haya estudiado en un colegio teutón en Lima —el Alexander von Humboldt—, que luego haya llevado una maestría en Ingeniería en una ciudad germana—Heilbronn— y que diga dónde en alemán —wo— no debe ser casualidad en la vida de Boza Dibós. De alguna manera, el país lo sedujo y quizás conocer al tirador nacido en Pfarrkirchen, Konrad Wirnhier, le haya cambiado la vida. Era un alemán, gigante como todos y risueño como algunos latinos, que conoció en 1973, un año después de que diseñara la escopeta Olimpia 72 —que se emplearía en los Juegos Olímpicos del mismo año—, cuando viajó a Lima para promocionar unos cartuchos, los Rotwaill. Entonces imaginamos a un hombre severo, de gran porte y un pulso inamovible que ganó todo lo que tenía que ganar —fue campeón alemán, europeo, mundial y olímpico— pero al que, con cariño, decían Conny. Fue él, así, Conny, quien le cambiaría la técnica de disparo: ahora se trataba de sincronizar el movimiento del disco con la mano y seguirlo con la vista. Era la técnica sincrónica que él mismo había inventado. «Seguir la trayectoria. Lo que tus ojos ven, trasladarlo a la mano que es la guía de tu arma», dice Boza, mientras sostiene con sus manos una escopeta invisible y le apunta a uno de los cuadros en su oficina, el más alejado. Mantuvieron contacto en cada una de las participaciones olímpicas de Boza hasta
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Era 1984 y Boza había ido a visitarlo a Múnich desde Los Ángeles, antes de continuar con sus estudios, para agradecerle y para contarle que había ganado la medalla de plata de tiro en la modalidad de fosa olímpica. Le decía que la había puesto muy difícil, que la valla seguiría alta y que los nervios le jugarían una mala pasada, «que ahora recién iba a conocer la presión». Entonces aún no sabía a qué se refería. Pasado el invierno de 1985, cuando empezó de vuelta a participar en las competiciones europeas —donde tendría que confirmar sus resultados en los Juegos Olímpicos—, sus promedios descendieron. No sabía qué pasaba. Como en cualquier racha negativa, Boza se empezó a poner nervioso. Volvió a verlo para preguntarle qué le pasaba. Entonces, Conny le dijo lo que había profetizado: su mente estaba trabajando mucho más ante la presión y no se concentraba en la técnica. Conny lo decía con solvencia ancestral en una época en que los psicólogos deportivos eran tan escasos como los computadores, y entonces Boza le creyó eso y también aquello de que, independientemente de cualquier tara psicológica, el resultado solo proviene del trabajo. Por eso, empezó a leer libros japoneses sobre budismo zen acerca de concentración y a practicar ejercicios de relajación y meditación, solo, de rodillas, durante veinte minutos, en su cuarto alemán. Eran rutinas que hacía antes de la competencia. Porque la meditación es controlar la respiración y, así, la mente y todo el cuerpo. Cualquier deporte se basa en la concentración. Lo importante es controlar los nervios. Es lo que más te desgasta. Y eso lo sabía Boza que durante su adolescencia había practicado atletismo, disco, bala y jabalina. Entonces disparaba cuatro horas al día, en intervalos de treinta minutos para destrozar los platillos. Cuando se colocaba los protectores de sonido en los oídos, todo era silencio. Solo escuchaba su respiración y el accionar del gatillo. Por eso, la rutina de aislarse es importante. --Hubo un tiempo en Lima en que se podía pescar camarones en el río Rímac, casi llegando a Santa
Rosa de Quives. Era costumbre entonces que las familias acomodadas de la ciudad pasen sus fines de semana en la ribera del río. Carlos Boza, su papá, también tirador, trabajó hasta 1972 en la Marcona Mining Company, al sur de Nazca, el asentamiento que sería el primer y único productor de hierro. Entonces había clubes y asociaciones de cazadores a nivel nacional y bastante más competencias, pero los Boza, a veces, se iban de cacería. Fue en el río Chillón, cuando Boza tenía ocho años, que sostuvo por primera vez una escopeta. Andaba a través de los valles sembrados de sorgo y trigo, con el pulso firme, con un arma que era el doble de su brazo y pesaba casi cuatro kilos, cargada con cartuchos pequeños para que no «patee». No acertó la primera vez, como todos. Más adelante, pasaron a entrenar en el Club Internacional Revólver en el Rímac y luego en el Polígono Muñiz, que funcionaba en la división blindada del ejército en el fuerte Hoyos. Esos eran los dos espacios para el tiro en la Lima de entonces. Él y su abuelo, que vivía en el campo, a veces salían a cazar palomas, perdices y algunos patos en Camaná, la provincia más al norte de Arequipa. Ha cazado venados en la sierra de Ica y en Cajamarca. Ha visto los últimos ciervos colorados en Casa Grande en los años ochenta. Era su hobby: tenía ocho años y ya vivía entre disparos en la hacienda de su abuelo. No tuvo que alejarse de sus amigos ni dejar de ir a fiestas para disparar. En casa, hasta su mamá tenía buena puntería con la carabina de aire o la pistola de perdigones. Durante esos paseos al campo, después de almuerzo, jugar al tumbalatas era un desafío cuando el blanco era apenas una moneda de veinte centavos. --En 1977, tuvo sus primeras prácticas de tiro, gracias al apoyo de su familia. Se acostumbró a ganar solo, sin nadie en la tribuna que celebre con él, salvo sus padres. Su primer sueño olímpico se cumplió en Moscú 1980, después de un largo viaje con escala en La Habana. Tenía solo quince años. Fue el deportista más joven en la historia del tiro en competir en los Juegos Olímpicos. Después de cuatro años, tuvo un actuación casi perfecta, con 96% de efectividad, en Los Ángeles. Fue medallista y se ganó la de plata en fosa olímpica. A diferencia del skeet, la otra modalidad, hay bajo tierra quince máquinas, en cinco posiciones distintas, que pueden disparar
El tirador alemán Konrad Wirnhier le cambió la vida. Él fue quien le enseñó a sincronizar el movimiento del disco con la mano y seguirlo con la vista. Después le hablaría de la importancia de la respiración. Lo asesoró, lo entrenó y le dio una de las mayores lecciones que aprendió en el deporte. No le cobró un sol. No le pagó ni un marco.
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DESTAQUE
DISPAROS. En casa, hasta su mamá tenía buena puntería con la carabina de aire o la pistola de perdigones. Cuando paseaba por el campo con su abuelo jugar al tumbalatas era un desafío cuando el blanco era, apenas, una moneda de veinte centavos. Ingresó al Club en el año 1994.
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Cuando tenía ocho años sostuvo por primera vez una escopeta. Andaba a través de los valles sembrados de sorgo y trigo, con un arma que era el doble de su brazo y pesaba casi cuatro kilos, cargada con cartuchos pequeños para que no «patee». No acertó la primera vez, como todos. los platillos en cualquier ángulo. En fosa, se emplea un cañón más largo. «Ya había hecho lo que tenía que hacer», dice Boza, cuando recuerda su actuación en 1984. Había hecho lo que venía haciendo en los entrenamientos. Nunca imaginó que iba a tener que pelear por la medalla. Fueron sus padres quienes lo animaron a competir por el desempate. Por esa misma época, en la mayoría de países los deportistas eran considerados unos prohombres, unos héroes nacionales. Durante la década de los 70 y 80, muchas de esas naciones que vivían bajo el sistema socialista invirtieron en sus deportistas, como Rusia, Yugoslavia, Cuba o la República Democrática Alemana —donde nació Conny—. Décadas después, el modelo lo trajo China. Eran deportistas que tenían a todo un país detrás como apoyo. Era el centro más importante de imagen de un país. Ahora son los países árabes y otros asiáticos quienes están invirtiendo en el deporte, aunque Italia todavía sigue marcando la pauta. En el país de las Beretta, hoy existen casi dos millones de italianos que disparan en ciudades con dos mil polígonos de tiro y otras tantas fábricas de armas y municiones. En Perú, solo hay cuarenta. En el mismo año en que los papás de Boza, solos en la tribuna, veían cómo su hijo subía al podio olímpico en Los Ángeles, se vendieron por primera vez los derechos de publicidad y transmisión de los Juegos Olímpicos. Desde allí, todo cambió. El sistema norteamericano de televisión los convirtió en el evento más visto a nivel global después del Mundial de Fútbol. Ahora es un negocio rentable porque la ciudad deja un legado en la historia. Por eso, no se escatima en gastos. Por ejemplo, en Londres se gastaron casi veinte mil millones de dólares. Para Beijing, se alcanzó la increíble suma de cuarenta mil millones de dólares destinados a infraestructura en la ciudad.
En el siguiente certamen, Barcelona 1992, Boza fue el abanderado de la delegación peruana. Las competencias de tiro usualmente se disputan los primeros días. Durante los dos días de entrenamiento oficial, Boza hizo un marca altísima: acertó 123 disparos de 125, divididos en cinco series de 25. Entonces se dijo a sí mismo: «OK, ya estamos». Cuando inició la competencia, apenas en la primera vuelta, falló en cuatro disparos. Para un nivel de competencia así, ese marcador era imposible de remontar. Se confió. «Si estaba entrenando tan bien», pensó. Entonces dejó de concentrarse en lo que tenía que hacer. De vuelta, Boza recordó a Conrad. Respirar. Esa era la clave. --Hace un año empezó a reventar platillos de vuelta. En 2011, tuvo que enfrentar una decisión tan difícil como disparar con los ojos vendados. Cuando ya estaba clasificado para los Panamericanos de Guadalajara de ese año —no había clasificado a Beijing, pero continuó compitiendo en los Bolivarianos de 2009 y también en el Sudamericano de Medellín del año siguiente—, en agosto le ofrecieron el cargo de presidente del IPD. Entonces tuvo que decidir si seguía o no. «Por eso, dejé de disparar por un año. Mi idea era retirarme después de Londres. Probar y tentar otros Juegos Olímpicos», dice Boza en su oficina con vista a Francia, la plaza. Aunque todavía tiene noches de sobrevela en que piensa en eso, nunca se queja de las decisiones que tomó. «Hasta que el año pasado cogí una escopeta y me dije: “Lo voy a volver a hacer”. Me encanta, me relaja, me ayuda en la vida. Aunque me cueste retomarlo, es mi terapia». A veces, se escapa durante el almuerzo a disparar. Como esta tarde, que apura unas galletas de soda mientras se coloca el chaleco —donde lleva los cartuchos—, se coloca los
aisladores de sonido en los oídos y desempaca su escopeta. La arma en un santiamén como quien prende un fósforo. Es una Zoli, de España. Una escopeta estándar puede valer dos mil dólares y durar ocho años. Una de lujo puede bordear los veinte mil. La que sostiene Boza la compró en 2004, es la última que ha comprado, y le funciona bien. Tiene dos escopetas adicionales de alta competencia —una para fosa, otra para skeet— y una de cacería. ¿Cuánto se debe a la máquina, cuánto al hombre? «Cualquiera puede disparar. Podrías lograr que un hombre aprenda a disparar y obtenga resultados de 80, 90% en un par de años. Pero no importa el resultado en los entrenamientos porque la competencia es lo que vale. Hay gente que ha conseguido récords durante el entrenamiento. Yo mismo he hecho, dos o tres veces, rutinas al 100 %, pero lo normal es 95 a 96%». Hace una mueca, coloca los dos cartuchos y se acomoda los lentes. Cuando termina de arreglarse los aisladores, todo a su alrededor deja de existir. Su mundo se reduce a ese disco de quince centímetros de diámetro, hecho de brea cristalizada y tiza, ese platillo de cerámica que viaja a 120 kilómetros por hora. Boza, como cualquier tirador, tiene menos de un segundo para acertarle desde que dice wo, entre 0,8 y 0,6 décimas de segundo. Un parpadeo dura 50 milésimas de segundo. No es nada. Boza usa lentes desde hace dos años; tiene dificultad para leer de cerca y ver de lejos. «Ahora me cuesta. Entonces le doy una ventaja al plato, lo vas a ver aparecer más tarde en tu línea de visión. Aunque hay técnicas para compensar eso, mis reflejos ya no son los mismos. Ahora apunto a otro sitio para que el plato no me gane la salida», dice el tirador, y de nuevo achica los ojos, afila la mirada —si eso puede ser posible— y grita wo, una vez más. Retumba el estallido en la explanada. Los cartuchos vacíos, destrozados, caen, y a lo lejos, pequeños fragmentos de disco aterrizan. Boza ya no los escucha.
REGATAS / 65
DEPORTES
medalla histórica
Cuatro deportistas del Regatas forman parte de la selección nacional de waterpolo que consiguió la medalla de bronce en el Sudamericano de Argentina Sanyin Wu
Grítenlo, porque lograron eliminar al equipo local y con la tribuna en contra. Grítenlo, porque llegaron con un gol en desventaja hasta el cuarto tiempo y luego voltearon el partido. Grítenlo, porque hace 75 años que no conseguían una medalla en este Sudamericano. Es cierto, la última vez que una selección peruana de waterpolo llegó al podio fue en 1938, cuando se perdió la final contra Uruguay por 2-1. Ahora, para romper la mala racha, la Sub 17 le arrebató al equipo local la medalla de bronce en la piscina olímpica del Cenard de Buenos Aires, en un encuentro que terminó 6-5 para los nacionales y en el que participaron cuatro representantes del Regatas: Augusto Otero (capitán), Nicolás Rodríguez, Max Bromberg y Javier Chueca. Luego de caer ante el combinado colombiano por 5-3, llegaron a su último partido contra la albiceleste, equipo al cual ya le habían ganado por 7-3 y que volvía por la revancha. «Estábamos muertos. Habíamos jugados siete partidos antes y Argentina casi nos gana por cansancio», coincidieron Nicolás Rodríguez y Augusto Otero, atacante y marcador de boya del equipo nacional. Y el cansancio se notó, porque el cuadro local inició el encuentro ganando y así se mantuvo hasta el último periodo, ganando por 4 a 3 y 5 a 4, el segundo y tercer periodo. Sin embargo, los últimos ocho minutos fueron claves para los nacionales, bloqueando de gran forma al boya argentino y permitiendo que la selección remonte el partido con dos goles cuando el partido agonizaba. El equipo nacional estuvo confirmado por Leonardo Kobayshi (arquero), Diego
REGATAS / 68
Villar (Boya), Augusto Otero (boya defensa), Sebastián Morales (defensa), Nelson Ward (volante), Nicolás Rodríguez (atacante), Gabriel Noriega (atacante), Adrián Torrejón (atacante), Piero Padró (atacante), Sebastián Dancourt (atacante), Max Bromberg (atacante), Javier Chueca (boya) y Eduardo Angulo (atacante). Ahora viene el Panamericano en Argentina, donde buscarán un posible quinto lugar y la clasificación al Mundial Sub 18 el próximo año.
POSICIONES
EL CAMINO AL BRONCE
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Perú 5 – Colombia 5
Brasil Colombia Perú Argentina Venezuela Uruguay Chile
Perú 28 – Chile 0 Perú 11 – Uruguay 3 Perú 1 – Brasil 24 Perú 4 – Venezuela 3 Perú 7 – Argentina 3 Perú 3 – Colombia 5 Perú 6 – Argentina 5
DE ARRIBA ABAJO, DE IZQUIERDA A DERECHA: Max Bromberg, Nicolás Rodríguez, Javier Chueca, Augusto Otero
REGATAS / 69
DEPORTES
¡Arrasaron! Nadadores del Regatas campeonan en el Nacional Interclubes, baten récords nacionales y ya miran a los Bolivarianos. Fiol apunta al Mundial Del 16 al 19 de mayo, la piscina olímpica del Campo de Marte fue escenario de una de las mejores presentaciones del equipo de nadadores del CRL, llevándose 46 medallas en total del Campeonato Nacional Interclubes Absoluto. Era una de las fechas más importantes dentro de los torneos nacionales en el año y los nadadores respondieron con veinte medallas de oro, dieciocho de plata y ocho de bronce. Muchos de ellos, además, lograron marcas de clasificación para los Juegos Bolivarianos de este año. En el próximo nacional, en julio, se conocerán las dos mejores marcas que clasifiquen a los Bolivarianos. Entre ellos están Alejandra Valle, Doménica Vallejo, Kaori Miyahara, Sebastián Jahnsen, Gerardo Huidobro, Mauricio Wong y Nicolás Ustavdich. Por otro lado, Mauricio Fiol brilló al batir tres récords nacionales en los 100 metros libres, logrando 50:29 y superando la marca de 50:67 que logró su compañero Sebastián Jahnsen en noviembre del 2009. En los 100 metros mariposa marcó 52:91, superó la marca del último sudamericano absoluto y se colocó con la segunda mejor marca en Sudamérica. Además, formó equipo junto a Gerardo Huidobro, Sebastián Jahnsen y Alan Ostolaza, que en 3’53”87 lograron una nueva marca en la posta 4X100 combinado. Fiol también logró una marca clasificatoria que lo pone con opciones de participar en el próximo mundial que se realizará a mediados de año en Barcelona.
Sebastián Jahnsen, Mauricio Fiol y Gerardo Huidobro
REGATAS / 70
NADADOR
MODALIDAD
Ajelandra Valle
100 mts libre (MBO) 50 mts mariposa 100 mts mariposa (MBO) 400 mts combinado 200 mts combinado
Oro Plata Oro Oro Oro
Andrea Malarín
50 mts mariposa 50 mts libre
Oro Plata
Doménica Vallejo
100 mts espalda 400 mts libre (MBO) 800 mts libre (MBO)
Plata Bronce Bronce
Kaori Miyahara
200 mts libre (MBO) 400 mts libre (MBO) 800 mts libre (MBO)
Plata Plata Plata
Alessandra Gallegos, Kaori Miyahara, Doménica Vallejo y Alejandra Valle
Posta 4 X 200 mts libre
Oro
Alejandra Valle, Andrea Malarín, Doménica Vallejo y Kaori Miyahara
Posta 4 X 100 mts libre
Oro
Alessandra Gallegos, Alejandra Valle, Doménica Vallejo y Kaori Miyahara
Posta 4 X 100 mts combinado
Plata
Mauricio Fiol
100 mts libre 50 mts mariposa 100 mts mariposa 400 mts libre 200 mts mariposa
Oro Oro Oro Oro Oro
Sebastián Jahnsen
100 mts libre (MBO) 50 mts mariposa (MBO) 200 mts libre (MBO) 200 mts combinado 50 mts libre (MBO)
Plata Plata Plata Bronce Oro
Alan Ostolaza
100 mts espalda 200 mts espalda 50 mts espalda
Bronce Bronce Plata
Gerardo Huidobro
100 mts espalda 200 mts espalda 50 mts espalda
Oro Oro Oro
Sebastián Wong
100 mts pecho (MBO) 50 mts pecho (MBO) 200 mts combinado
Plata Plata Plata
José Neumann
1500 mts libre
Bronce
Jorge Luis Aspíllaga
100 mts mariposa
Plata
Nicolás Ustavdich
50 mts libre (MBO)
Plata
Alonso Luna
MEDALLA
200 mts pecho
Bronce
Mauricio Fiol, Sebastián Jahnsen, Sebastián Arispe, y Nicolás Ustavdich
Posta 4 X 100 mts libre
Oro
Mauricio Fiol, Sebastián Jahnsen, Sebastián Arispe y José Neumann
Posta 4 X 200 mts libre
Oro
Mauricio Fiol, Sebastián Jahnsen, Alan Ostolaza y Gerardo Huidobro
Posta 4 X 100 mts combinado
Oro
UN BUEN PAR Bogas traen dos medallas del Panamericano en México
Camila Valle y Nicolás Pezet vuelven a casa con una medalla más. Esta vez fue en el Campeonato Panamericano Juvenil, realizado del 17 al 19 de mayo –fecha en la que también se realizó el 1° Iberoamericano Sub 23– en la pista olímpica de remo Virgilio Uribe, en Xochimilco, México. Valle volvió a destacar a nivel internacional al llevarse el primer lugar y la medalla dorada en los dos mil metros de la regata Single de la categoría Juvenil. Dejó atrás, por un bote y medio, a la salvadoreña Jéssica Hernández y a la mexicana Isela Gómez. «Cuando pasé los primeros mil metros sentí que la victoria sería mía. Tenía que medirlas y mantenerme en ese lugar», dijo la destacada boga. Por otro lado, Pezet logró la medalla de plata en la categoría HJ Single, con 7’57”07, derrotando a deportistas de El Salvador, Venezuela y Puerto Rico. Solo fue superado por el representante de México.
DATO EXTRA Otros deportistas que participaron en esta doble jornada de remo fueron Renzo León, Diego Mejía, Manuel Lama y Gerónimo Hamann.
Nicolás Pezet y Camila Valle
REGATAS / 71
DEPORTES
AMARILLO PUNTERO Se realizó la segunda fecha del Torneo de Confraternidad de remo
CATEGORÍA emb.
dist.
color
tripulación Tarek Mikulak Mauricio Paredes Guillermo del Solar Gianluca Giacchetti Camila Valle Nicolás Gutiérrez María Fe Diez Canseco Santiago Angosto Paula Parks Gianfranco Colmenares Pamela Noya Mauricio Pinto Renzo León Romy Weidner Gonzalo Granda Karelia Moreyra Tim: Raquel Murdoch Niko Kisic Ignacio Guerrero Mariana Dongo Silvana Murguía Tim: Marcelo Ampuero Victor Aspíllaga Christopher Wilhelmi Sandra Ferrand Ursula Pesheira Tim: Lucas Carbone Lorenzo Tolmos Gerónimo Hamann Yole Majano Arantza Valera Tim: Cristhofer Rojas Diego Rodríguez Adriana Sanguinetti Gonzalo Granda Gino Guerra Tim: Marcelo Ampuero Lorenzo Tolmos Rodrigo Carrión Raquel Murdoch Mauricio Chávez Tim: Luca Carbone Rafaella Ferro Alessandro Nastasi Gonzalo del Solar Aurelio Serpa Tim: David Olaechea Sebastián Castañeda Joaquín Ingunza María José Brignetti Tarek Mikulak Tim: Vanessa Cayo
"C" Varones
1X
Azul Verde Amarillo Rojo Amarillo
"C" Varones / "A" Damas
2X
Azul Rojo Verde Azul
"B" y"C" Damas / "A" y "B" Varones
4X
Amarillo
1000 mts
Verde
Rojo
Bote "C" Promocional
4X
Bote "B"
Bote "A"
Bote "D"
REGATAS / 72
puntos 6 3 2 1 8 4 3 2
El 15 de junio se realizó la segunda fecha del 2do Torneo de Confraternidad en la sede de Chorrillos. Recordemos que en la primera fecha, el equipo amarillo quedó en el primer lugar con 16 puntos, mientras que el rojo lo seguía un punto más abajo. En esta nueva fecha, los líderes se afianzaron en la primera posición con 31 unidades, mientras que sus seguidores, con 22 puntos, descendieron un escalón. Ahora, el equipo azul es segundo con 29 puntos y más atrás, el verde, con 18 puntos, en la cuarta posición. El repunte del azul tiene como protagonistas a Tarek Mikulak en singles y al equipo conformado por Renzo León, Romy Weidner, Gonzalo Granda, Karelia Moreyra y Raquel Murdoch en el cuádruple par. En ambas regatas, los azules obtuvieron el primer lugar.
10
5
4
3
Silvana Murguía, Mariana Dongo, Ignacio Guerrero, Niko Kisic y Marcelo Ampuero
-
-
-
-
Camila Valle y Nicolás Gutiérrez
INICIAN EL CAMINO
Gimnastas buscan un cupo para el Sudamericano
El Campeonato de Apertura de Gimnasia Artística se realizó el 25 de mayo en el coliseo del colegio Abraham Lincoln, en La Molina. Este es el primer certamen importante del año y participar en él es uno de los requisitos para poder clasificar a los Sudamericanos. El Regatas compitió con parte del equipo Elite de la selección en las categorías Infantil y Juvenil, con Sandra Bermúdez y Rafaela Romero en la Infantil y con Valeria Protto y Giuliana Vindrola en la Juvenil. Vindrola fue una de las más destacadas al llevarse tres medallas de oro y una de plata.
NOMBRE
CATEGORÍA
APARATO
Sandra Bermúdez
Infantil
Salto Viga Barra Máximo Acumulador
Rafaela Romero
Infantil
Valeria Protto
Juvenil
Giuliana Vindrola
Juvenil
Salto Viga Piso Máximo Acumulador Barra Piso Salto Viga Máximo Acumulador Viga Piso Salto Máximo Acumulador
MEDALLA Plata Plata Plata Plata Oro Plata Plata Bronce Oro Plata Bronce Bronce Bronce Oro Oro Plata Oro
Rafaela Romero, Valeria Protto, Sandra Bermúdez y Giuliana Vindrola
los papás del taco Se realizó un Campeonato de Billas y Billar por el Día del Padre
Del 11 al 15 de junio, los padres del Regatas que practican las billas y el billar tuvieron la oportunidad para medirse en un torneo del Día del Padre, organizado por Rogelio Martínez, Renzo Utili y Luis Fuentes. Las modalidades fueron Billar Banco, Tres Bandas, Billas Recreativo y Competitivo. El evento tuvo la participación de cuarenta jugadores que demostraron un gran nivel, siendo Alfonso Mosquera quien obtuvo el mejor promedio en billar. Mosquera, además, se llevó el primer puesto en la modalidad de 3 bandas, mientras que Carlos Soto logró la mayor bolada del campeonato en billar con 9 carambolas.
MODALIDAD
JUGADOR
Billar Banco
Carlos Soto Moreno Alfredo Mendivil Buraschi Karim Calmet Alfredo Mosquera Lenti Karim Calmet Carlos Soto Moreno Percy Bárton Andrés Martínez Caravedo Karim Kalmet Papanicolau Renzo Utili Quintana Gustavo Sánchez Rogelio Martínez Caravedo
Billar 3 Bandas Billar Recreativo Billas Competitivo Carlos Soto Moreno
PUESTO 1° 2° 3° 1° 2° 3° 1° 2° 3° 1° 2° 3°
REGATAS / 73
DEPORTES
PALADA FUGAZ
Se realizó una nueva edición del Torneo de Velocidad de remo
Toda la fuerza y velocidad de los bogas celestes se concentró en los 250 metros recorridos en las regatas de la vigésimo séptima edición del Torneo de Velocidad, realizado el domingo 2 de junio en Las Lagunas de La Molina. Gonzalo del Solar se llevó el trofeo Hans Leemhuis Amberg, luego de alcanzar el primer puesto de la categoría Juvenil. Además, consiguió la primera posición en el Infantil “A”.
CATEGORÍA
DEPORTISTA
Infantil "B" Varones Infantil "A" Varones
Guillermo Pérez Del Solar Gonzalo del Solar Vargas David Olaechea Fernando Moscoso Renzo León Manuel Lama Niko Kisic Alejandro Palacios Víctor Aspillaga Iván Wasli Ricardo Suito Manuel Del Castillo Marco Sanguinetti José Spihlmann Jaime Crosby José Spihlmann Gustavo de la Puente Gustavo de la Puente Alfredo Iriarte Silvana Murguía Camila Valle Pamela Noya Camila Valle Pamela Noya Rafaela Viacava Gonzalo del Solar
Peso Ligero Varones
Sub 23 Varones Senior Varones Master "A" Varones Master "C" Varones Master "E" Varones Master "F" Varones Master "H" Varones Infantil "B" Damas Juvenil Damas Peso Ligero Damas
Juvenil Varones
TIEMPO MEDALLA 41’78 44’42 43’11 41’93 42’38 43’10 44’70 40’15 40’81 41’35 43’88 44’20 44’63 45’19 45’41 49’02 50’03 52’26 1”02’30 46’31 48’78 49’49 53’20 54’01 42’59
Plata Oro Plata Bronce Oro Plata Bronce Bronce Oro Bronce Oro Plata Oro Oro Plata Oro Plata Oro Bronce Bronce Oro Plata Oro Plata Bronce Oro
Al medio, Jaime Crosby y José Spihlmann
Gonzalo del Solar, al centro, cargando la copa de la categoría juvenil.
Jaime Crosby y Renzo León
REGATAS / 74
José Antonio Tord, Pamela Noya y Camila Valle
Gustavo de La Puente
TRÍO DE CLASE
Eduardo Vargas, Carla Rodríguez y Aníbal Medina destacaron en torneo ITF de Grado 1
El 8 de junio finalizó el VII Torneo Internacional Senior Copa Miraflores, desarrollado en el Club Terrazas. Este evento, elegido de Grado 1, es uno de los más concurridos por los tenistas y el que ha mostrado un crecimiento en participación a lo largo de los últimos tres años, a comparación de otros torneos ITF que se realizan en Brasil, Australia o Sudáfrica. Carla Rodríguez destacó nítidamente en la categoría +35 años, donde derrotó por 6-4 y 7-5 a la argentina Silvina Delgado, número uno en el mundo. La tenista peruana ocupa actualmente el puesto número 33, con una sola participación. Por otro lado, Eduardo Vargas obtuvo el primer puesto en
Dobles +55 años, donde hizo dupla con el colombiano Carlos Behar. Ambos derrotaron en la final por 6-3 y 6-2 a la pareja brasilera conformada por Henrique Avancine, número seis en el mundo, y Brenno Mascarenhas, número once. Con esta victoria, Vargas ahora se ubica en el puesto 25 del ranking. Mención aparte merece la participación de Aníbal Medina, quien en la categoría +80 terminó subcampeón tras disputar la final contra el estadounidense John Powless. Pasa el tiempo y estos tres tenistas siguen demostrando su clase. Ahora toca preparase para la XX Gala Internacional del Tenis Senior & Ladies, torneo Grado 3, que se realizará en el mes de octubre en La Serena, Chile.
Aníbal Medina, Carla Rodríguez y Eduardo Vargas
REGATAS / 75
DEPORTES
PASIÓN DE TODOS Delegación de la categoría 48 de fútbol viajó a Puerto Montt para un encuentro amistoso con equipo chileno
El sábado 26 de abril, a las tres de la tarde, el Estadio Municipal de Chinquihue, ubicado en la ciudad de Puerto Montt y con capacidad para diez mil espectadores, no fue el escenario de siempre, donde el Club de Deportes Puerto Montt juega como local en la segunda división chilena. Ese día le abrió sus puertas a la categoría 48 del Regatas para jugar un encuentro amistoso contra Viento Sur, equipo de la ciudad. Esta fue la segunda vez que se enfrentaban ambas escuadras. El primer acercamiento se dio en setiembre del año pasado, cuando ambos equipos hicieron contacto a la distancia y pactaron un encuentro que se realizaría un mes después, en la sede del Regatas. Esta vez los chilenos recibieron cordialmente a los dieciocho jugadores que viajaron para el partido de vuelta, donde la celeste, a pesar de errar un
penal, volvió a superarlos, esta vez con un solitario gol de Carlos Chicharra Álvarez. Al finalizar la jornada, como muestra de agradecimiento, la categoría 48 le hizo entrega de una camiseta de la selección peruana, firmada por todos, al club chileno, así como una pequeña yola que representa parte de la historia del Club. «Buscamos generar y fomentar el intercambio entre equipos y la reciprocidad entre delegaciones de distintos países. En un par de años espero que se pueda organizar un campeonato anual, con equipos que quieran venir por una semana o que seamos nosotros quienes viajemos», comentó Fernando Elías, capitán y delegado de la categoría que ya se encuentra organizando otro posible encuentro para octubre, esta vez contra un equipo argentino.
ARRIBA. Fernando Elías, Carlos Álvarez, Jaime Carrera, Richard Inurritegui, Javier Anaya y Carlos Larrabure CENTRO. Miguel Popolizio, Jorge Lira, Gustavo Rivera, Eduardo Aranda, Miguel Bourocle y Aldo Valle ABAJO. Aldo Pinasco, Fernando Hilbck, Carlo Homy, Luis Miguel Ortíz, José Revilla y Luis Fernando García.
REGATAS / 76
MEDALLAS EN CASA Finalizó una nueva edición de la Copa Regatas de Tenis de Mesa
Del 29 de mayo al 2 de junio, el CRL fue sede del tradicional torneo Copa Regatas de tenis de mesa, que recibió a numerosas delegaciones de la capital, así como de otros clubes de Brasil, Argentina, Estados Unidos, Ecuador y Chile. El certamen tuvo, una vez más, a deportistas de la celeste ocupando posiciones en el podio. Destacó Juan Liyau con una medalla de oro (luego de derrotar por 3-1 a Marzio Chu del Club San Agustín de Chiclayo) y una de plata. La misma cantidad de medallas obtuvo su padre, Juan Liyau Ho, quien se llevó la medalla de oro en dobles junto a Gerardo Sánchez del club Independiente. Ambos derrotaron por 3-1 a la pareja brasilera conformada por Max Dos Santos y Alessandro Andreatini. Por otro lado, también destacaron Giancarlo Scottini y Bertha Rivarola al llevarse tres medallas cada uno. Scottini, dos medallas de plata y una de bronce, mientras que Rivarola consiguió una de plata y dos de bronce, una de éstas fue junto a Liyau Ho.
JUGADOR
CATEGORÍA
Sebastián Shion Juan Liyau
13 años Singles Masculino 15 años Singles Masculino 18 años Singles Masculino Individual Master "A" 55 años a más Dobles Masculino 45 - 54 años Dobles Masculino Individual Master "B" 55 años Dobles Masculino 35 - 44 años Dobles Masculino 40 años a más Dobles Mixtos 40 años a más Dobles Femenino Veteranos Femenino 40 años a más Dobles Femenino 40 años a más Dobles Mixtos Veteranos Femenino 40 años a más Dobles Femenino Individual Master "C"
Giancarlo Scottini
Raúl Garbín Juan Liyau Ho Sandra Majluf Bertha Rivarola
Marissa Cambiaso Edmundo Denegri
Juan Liyau
MEDALLA Bronce Oro Plata Plata Plata Bronce Bronce Plata Oro Bronce Bronce Plata Bronce Bronce Bronce Bronce Bronce
Andrés Privat
REGATAS / 77
DEPORTES
SUBEN EN EL RANKING CATEGORÍA
DEPORTISTA
PUESTO
Pro
Álvaro Carranza Gajardo
3°
Primera
Yahir Alcázar Allen
3°
Segunda "A"
Juan Miguel Galup Quintanilla
1°
Segunda "B"
Hugo Días Aguilar Luis Escudero De la Torre Ugarte
1° 3°
Tercera "A"
Filippos Kazakos Alejandro Gonzales Eduardo García-Godos Meneses
1° 2° 3°
Tercera "B"
José Antonio Olivera Talledo Manuel Martínez Nicolás García Jiménez
1° 3° 3°
Cuarta "A"
Hernán Gutiérrez Ortiz María Paz Picasso Alarco Luis Miguel Piccini Eduardo Simpson
1° 2° 3° 3°
Cuarta "B"
Nicolás Teixeira Conrado Rivera Jeri
2° 3°
Hernán Gutiérrez
REGATAS / 78
Celestes muestran su mejoría al término del Segundo Nacional de squash El sábado 8 de junio finalizó el II Torneo Nacional de Squash en el club Regatas como sede. Cada categoría tuvo a un celeste presente en el podio, destacando entre ellos Juan Miguel Galup, con el primer puesto de la segunda categoría “A”, luego de derrotar a Marcelo Oxenford por 11-6, 12-10 y 11-2. De esta manera subió diez posiciones en el ranking nacional y acumula 5327 puntos. Otro que destacó fue Hugo Días, quien lideró la segunda “B” venciendo a Carlos Pigati por 11-6, 14-12 y 11-9. Días también escaló en el ranking y ahora se posiciona en el puesto 32, con 3 380 puntos. Del mismo modo, Filippos Kazakos subió once posiciones gracias a su victoria ante el celeste Alejandro Gonzales por 11-6, 12-10 y 11-7, quedándose con el primer lugar de la tercera A. José Olivera subió cinco posiciones luego de doblegar a Juan José Rebaza en una enorme remontada. Tras ir perdiendo por dos sets a cero, pudo reponerse y terminar el encuentro por 9-11, 7-11, 11-7, 11-9 y 11-3. En otro juego igual de disputado, Hernán Gutiérrez derrotó a María Paz Picasso por 11-13, 8-11, 11-8, 11-9 y 11-8. De esta manera, trepó seis posiciones hasta el puesto 102.
Hugo Días
DEPORTES
VILLA VICTORIA Grandes resultados en la Copa Shotokan de Karate
La filial de Villa Deportiva se convirtió en escenario de la Copa Shotokan durante el primer día de junio. El coliseo Polideportivo del Regatas reunió a cientos de participantes que disputaron las medallas en las distintas modalidades de Kata y Kumite. Entre el grupo de karatecas destacaron Antonia Milla de León, que consiguió dos medallas de oro -una en Kata y la otra en Kumitey Laura Dávila, con una presea dorada en Kumite y el tercer lugar en Kata. También participaron los karatecas de la pre-selección y de la selección del Club, donde sobresalió Javier Dalmau con cinco medallas, de las cuales tres fueron de oro. Una fue en Kumite individual, otra en Kumite por equipos, de 15-17 años, y otra en Kumite por equipos de 18 años a más. Además obtuvo una de plata en Kata individual y otra de bronce en Kata por equipos.
ACADEMIAS DEPORTISTA Gonzalo Urbina Antonia Portocarrero Macarena Galván Rafaela Bullard Melissa Del Solar Antonia Milla De León Renzo Galván Jorge Ricardo Raffo Nicolás Samander Francesco Rivva Giuseppe Raffo Camila Murguía Giacomo Panichi Laura Dávila Vicente Talledo Natalia Salinas
KATA
kumite
3° 2° 2° 3° 1° 1° 2° 3° 3° 3° 3°
3° 2° 3° 1° 3° 3° 3° 2° 3° 2° 1° 2° 2°
PRE-SELECCIÓN Y SELECCIÓN NOMBRE
Rossali Lizano, Micaela Villalobos, Kiara Calmet y Alejandra Lizano
Javier Dalmau
REGATAS / 80
KATA POR KUMITE KATA EQUIPOS kumite POR EQUIPOS
Sebastián Cáceres Nicolás Bouroncle Ricardo Checa Mariano Saettone
2° 2° 3° 1°
C - 2 (3°) C - 2 (3°) -
2° 3° 1° 1°
Javier Dalmau
2°
C - 6 (3°)
1°
Kiara Calmet Micaela Villalobos Juan Diego Draxl Santiago Harten
3° 3° -
1° 3°
Walter Seyfarth
-
C - 2 (3°) C - 4 (3°) C - 6 (3°) C - 4 (3°) C - 6 (3°)
Luis Fernando Gálvez Gianfranco Fiscalini Diego Vidal Fanz Tabory Vasco Ingunza Augusto Dalmau
-
C - 4 (3°) C - 8 (1°) C - 8 (1°) C - 8 (1°) -
3° 2°
3°
D - 4 (1°) D - 6 (1°) D - 6 (1°) D - 8 (1°) D - 2 (1°) D - 4 (1°) D - 2 (1°) D - 4 (1°) D - 6 (1°) D - 2 (1°) D - 8 (1°) D - 8 (1°)
ARRIBA. Walter Seyfarth (izq.) y Mariano Saettone (der.) CENTRO. Kiara Calmet (izq.), Micaela Villalobos (medio), Augusto Daulmau (der.) ABAJO. Diego Vidal
REGATAS / 81
DEPORTES
EXPERIENCIA MUNDIALISTA Alex Landavere, Eduardo García y Alejandro Zevallos volvieron de su participación en el mundial de esgrima en Argentina
faltaron muy pocos puntos, apenas tres, para pasar a la siguiente ronda. ¿Por qué el esgrima?
Eduardo: Cuando era chico me interesaba las espadas, veía películas como El Zorro o Los Tres Mosqueteros que me inspiraron a meterme a la academia a los seis años. Alex: Antes hacía judo, pero justo era la época del primer episodio de Star Wars y El Zorro. Me llamo la atención el tema de las espadas y me dije ¿por qué no? Alejandro: A los diez años el esgrima me pareció interesante y era algo nuevo donde tendría mucho por aprender. Tu mayor logro en el esgrima fue…
Eduardo: Ser cinco veces podio sudamericano. Tres de ellas fui campeón y las otras dos con medalla de bronce Alex: Fui campeón sudamericano en el 2007, en Santa Cruz. Alejandro: Terminé quinto en el Sudamericano del año pasado en Montevideo. ¿Cómo te relajas o motivas antes de un combate?
Eduardo: La música me motiva mucho. Siempre escucho un poco de pop, hip hop y rap. Alex: Viendo videos míos ganando y escucho un poco de electrónica. Alejandro: Todo el tiempo me la paso pensando con quien me tocará, pensando que ojalá me toque con un europeo, ya que nunca había luchado contra ellos. ¿Tienes algún grito de victoria?
Alex Landavere, Eduardo García y Alejandro Zevallos
Empiezan
a las cinco y treinta de la mañana entrenando en La Videna y lo terminan entrenando en el Club, de cinco a ocho y media de la noche. En sus casas apenas tienen tiempo para comer, hacer tareas (los que están en el colegio) y dormir máximo a las once. Estos destacados esgrimistas del Regatas regresaron de su experiencia -para algunos la primera- en el Mundial de Mayores de Esgrima en Argentina, donde cumplieron buenas actuaciones midiéndose contra rivales de más de veinte años. ¿Quiénes son estos virtuosos de la espada y cómo llegaron a destacar?
REGATAS / 82
su día
¿Cómo calificas tu participación en el Mundial?
Eduardo (14 años): Combatí seis veces y pude haber ganado tres, contra un coreano, contra un argentino y también a un venezolano. Luego perdí contra un canadiense, contra un ucraniano y contra un alemán. Todos eran mayores, el más cercano a mi tenía 22 años y el mayor creo que 25 años. Alex (22 años): En este segundo mundial en mayores –la primera vez fue en Francia hace tres años–, he tenido mejores resultados. Pude estar en el cuadro de los 128. Alejandro (16 años): Fue buena. A pesar de que todos deben haber tenido al menos veinticinco años, logré ganar por 5-0 un combate, pero luego perdí 3-2 contra un esgrimista de Hong Kong. Me
Eduardo: ¡So! Alex: Desde que viajé a Rusia en el 2008 grito ¡Da! Alejandro: Grito, aunque no necesariamente una palabra. A veces también subo el puño. ¿Qué es lo que caracteriza al esgrimista peruano?
Eduardo: El nunca rendirse, ser valiente y tener aguante. Debe esperar lo inesperado, ya que en este deporte siempre existe el factor suerte. Alex: La disciplina, el respeto hacia el otro contrincante y la paciencia. Sabe cuando atacar y cuando no. La garra también nos distingue de cualquier otro sudamericano. Alejandro: Una persona muy perseverante, que debe tener muy en claro lo que hará en el combate y que debe poder enfrentarse a situaciones muy variables.
CATEGORÍA
Esgrimistas del Regatas campeonaron en el segundo regional de esgrima
Oro
Sable Pre Infantil
Jean Michel Borit Cristóbal Indacochea
Oro Bronce
Mauricio Gonzales Rafael Frydlewski Nicolás Palza Mauricio Gonzales
Plata Bronce Oro Plata
Florete Femenino Cadetes
Aissa Puelles
Oro
Florete Masculino Infantil
Jean Michel Borit
Oro
Florete Femenino Pre Infantil
Isabella Bullard Rafaela Bullard
Oro Bronce
Mateo Ovalle Cristóbal Indacochea Ingrid Gatjens
Plata Bronce Plata
Nicolás Palza Mauricio Gonzales Constanza Montalbetti
Oro Plata Plata
Felipe Scaccabarrozzi Jean Michel Borit Mateo Ovalle Isabella Bullard Cristóbal Indacochea
Oro Plata Oro Plata Bronce
Florete Masculino Cadetes
Florete Masculino Pre Infantil Espada Femenina Cadetes
Con diez medallas de oro, ocho de plata y cinco de bronce el Club de Regatas “Lima” se llevó la Copa Perú Pacífico, desarrollada del 23 al 25 de mayo en el Colegio Militar Leoncio Prado, en el Callao. Nicolás Palza y Jean Michel Borit fueron algunos de los más destacados del torneo al obtener dos medallas de oro cada uno. Palza se alzó con el primer lugar en la categoría Cadetes de florete y espada, mientras que Borit hizo lo propio en la categoría Infantil con el sable y el florete, además de conseguir una medalla de plata en espada, siempre en Infantil. Otro destacado fue Mauricio Gonzales, quien obtuvo dos medallas de plata en florete y en espada, mientras que en la categoría juvenil alcanzó la medalla de plata manejando el sable. Por otro lado, en la categoría Pre Infantil, Mateo Ovalle logró la medalla de oro en espada y la de plata en florete, mientras que Isabella Bullard consiguió medalla de oro en florete y medalla de plata en espada. Dos deportistas que destacan desde temprano.
MEDALLA
Ingrid Gatjens
Sable Juvenil Masculino
¡CAMPEONES!
DEPORTISTA
Sable Juvenil Femenino
Espada Masculina Cadetes Espada Infantil Femenina Espada Infantil Masculina Espada Pre Infantil
Los primeros de la izquierda: Jean Michel Borit y Felipe Scaccabarrozzi
Mauricio Gonzáles y Nicolás Palza, empezando desde la izquierda
Uniformados: Felipe Scaccabarrozzi, Mateo Alvarado, Constanza Montalvetti, Jean Michel Borit, Rafael Frydlewski y Mateo Ovalle
Con uniformes del CRL: Cristóbal indacochea, Isabella Bullard y Mateo Ovalle REGATAS / 83
DEPORTES
PODER MARCIAL Regatas obtiene tercer puesto en la Copa Maltin Power
Cerca de 400 taekwondistas provenientes de 24 clubes de las provincias de Lima, Arequipa, Trujillo, Lambayeque e Ica disputaron el primer lugar de las categorías Infantil, Juvenil y Mayores del Campeonato Nacional Copa Maltin Power, desarrollado en la ciudad iqueña. El CRL tuvo 17 deportistas en cada una de las dos modalidades –Kyorugui y Poomsae– y logró el tercer puesto global del certamen gracias a las 34 medallas obtenidas por los luchadores celestes. Ignacio Garavito y Lucas Vega fueron dos de los más destacados de la delegación, al obtener la medalla de oro tanto en Kyorugui como en Poomsae.
CATEGORÍA DEPORTISTA Juvenil Infantil Infantil Infantil Infantil Infantil Infantil Infantil Infantil Juvenil Juvenil Mayores Infantil Infantil Infantil Mayores Juvenil Infantil Juvenil Juvenil Juvenil
Aittana Moya Luciana Alecchi Ignacio Garavito Luana Vega Gonzalo Sánchez Lucas Vega Marcelo Alecchi Arahel Boza Amadeo Boza Alejandro Paz Giacomo Calvi Rommy Hubner Diego Paz Miguel Rodríguez Franco Protto Camila Zamalloa Santiago Torres Leonardo González Alonso Carmona Marcelo Arana Francisco Rodríguez
poomsae KYORUGUI Oro Oro Oro Oro Oro Oro Oro Oro Oro Oro Oro Oro Plata Plata Plata Plata Plata -
Plata Oro Bronce Oro Plata Plata Plata Plata Oro Plata Oro Plata Oro Plata Plata Plata Bronce Ignacio Garavito y Lucas Vega
REGATAS / 84
MEDALLAS EN MEDELLÍN Delegación de atletas celeste destacaron en Festival Internacional de Atletismo
Las categorías Infantil y Menores del Regatas viajaron a Colombia para ser parte del Festival Internacional, desarrollado el primer fin de semana de mayo en Medellín. Pedro Minetti, de la categoría Infantil, fue uno de los más destacados al lograr dos medallas de oro. Una fue en la prueba de salto largo, al marcar 6,32 metros; la otra, en la carrera de los 100 metros con vallas. En Infantil, Raffaella Giannoni logró un primer puesto en la prueba de lanzamiento de jabalina, con una marca de 27, 65 metros, que fue suficiente para dominar. Por otro lado, Paula Santos se quedó con el segundo lugar en el salto triple de la categoría menores, con un registro de 11,20 metros, la mejor que tuvo; mientras que Paula Elías, Adriana Salazar, Kiara Tola y Dana Melinchón se adjudicaron el segundo puesto de la posta 4X200 de la categoría Infantil, marcando 1:55.8. Finalmente, Stefano Ambrosini obtuvo el segundo lugar en la prueba de los 80 metros Infantil, con un tiempo de 9,3 segundos, mientras que el colombiano Nicolás Thomson quedó en el primer lugar con 9,2 segundos.
Raffaella Giannoni
Pedro Minetti
REGATAS / 85
DEPORTES
CARRERA A LA CIMA Jóvenes atletas ocupan el segundo lugar en el Nacional
El CRL destacó en el Campeonato Nacional de menores, logrando el segundo lugar de la liga general con 198 puntos, gracias al segundo puesto que ocuparon los varones con 130 puntos y al quinto puesto de las damas con 68 unidades. El evento se realizó el 24 de mayo en la Villa Deportiva Nacional. Algunos de los artífices de este resultado fueron Carlos Casabonne y Álvaro Vidal, quienes lograron el primer y segundo lugar en la final de lanzamiento de martillo. Casabone ocupó el primero marcando 49,18 metros, mientras que Vidal obtuvo una marca de 44,01 metros, suficiente para el segundo lugar. Además, en la final de salto triple, Augusto Miró Quesada logró la medalla de bronce logrando una distancia de 11,44 metros. En carreras, Mauricio Garrido se quedó con la medalla de oro en los 400 metros con vallas, logrando un tiempo de 59 segundos, mientras que en la prueba de los 110 metros con vallas, con un tiempo de 15,63 segundos, ocupó la segunda posición. En lo suyo también anduvo Triana Alonso, quien obtuvo dos medallas de bronce, en la prueba de 100 y 400 metros con vallas. Finalmente, el tercer lugar de la posta medley en damas fue para Paula Santos, Kiara Tola, Tirna Alonso y Eliana Montagne, quienes lograron hacer un tiempo de 2’30”48. La nueva juventud Algunos de los atletas del Regatas ya comienzan a ver de cerca los primeros Juegos Sudamericanos de la Juventud. Esto se debe a que atletas como Giacomo de Col, Pedro Minetti, Augusto Miró Quesada, Carlos Casabonne, Triana Alonso y Paula Santos han sido seleccionados para integrar la pre-selección nacional que se preparará para el certamen a realizarse en setiembre de este año.
Giacomo de Col no podrá asistir al próximo mundial de menores en Ucrania, luego de sufrir una lesión. El atleta había logrado la clasificación con sus 22,5 segundos en la prueba de 200 metros planos.
Carlos Casabonne y Mauricio Garrido
REGATAS / 86
DESTACADA ACTUACIÓN
Atletas Master participaron del Metropolitano de atletismo
El pasado sábado 8 y domingo 9 de junio se realizó el Campeonato Metropolitano de Atletismo Master, organizado por la Liga Atlética de Barranco, en el Estadio Luis Gálvez Chipoco. Entre las atletas destacadas se encuentra Martha Mendoza, quien consiguió el primer lugar en la marcha de los 5000 metros, tanto en la categoría 60 años, como en la general, haciendo un tiempo de 37'48"87. En esa misma prueba también destacó Luisa María Manyari, con el primer lugar de la categoría 55-59 y una marca de 40'51"76. Mendoza y Manyari también estuvieron en el primer y segundo lugar del podio en los 800 metros planos, mientras que Berthila Trejo se quedó con el segundo puesto de los 5000 metros planos. Por otro lado, cerrando la buena participación de las atletas, Julia Boissett se quedó con la medalla de bronce en el lanzamiento de jabalina.
Julia Boissett, Luisa María Manyari y Martha Mendoza
REGATAS / 87
DISTINCIÓN
CÉSAR GUEDES El luchador que recibió la máxima distinción del gobierno boliviano
DEPORTE. Siempre está presente en su rutina. Trata de ir al gimnasio antes del trabajo. Los fines de semana, o después del trabajo, practica el ciclismo, caminata, vóley playa y últimamente, tenis. Es asociado desde hace treinta años.
César Guedes enfrentó al narcotráfico y el crimen organizado en Bolivia durante los últimos tres años como representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Recientemente, el gobierno del país altiplánico distinguió ese tiempo de servicio concediéndole la Orden Nacional del Cóndor de los Andes, en el Grado de Comendador. Esta es la mayor distinción que concede Bolivia y es la primera vez que se le da a un representante de la ONU, además de asociado del Club desde hace treinta años. Ahora tiene un nuevo destino y reto como Representante Residente de la UNODC en Islamabad, Pakistán, donde espera hacer un trabajo de excelencia, como él mismo lo dice. ¿Cuál es la situación actual de Pakistán? Es la principal área de tránsito de la droga producida en Afganistán y el mayor productor de opio en el mundo –del cual se fabrica la heroína–. La producción de droga afgana financia actividades ilícitas en la región, con impactos a nivel global.
REGATAS / 88
Además, parte de esa droga se queda en el país, fomentando un mercado local de consumo que causa graves problemas entre la población, especialmente en los sectores más pobres. Teniendo en cuenta ese contexto, ¿en qué se sostendrá su gestión? Tendrá cuatro ejes: combatir al tráfico ilícito de drogas, personas, precursores químicos y bienes culturales; mejorar los controles fronterizos; hacer una reforma del sector de la Justicia y la Policía, mejorar el sistema carcelario; y prevenir el VIH y el abuso del consumo de drogas. ¿Cómo empezaste con esta labor? En mi carrera en la ONU he trabajado en diferentes áreas, pero no empecé con la temática que manejo ahora. En esta carrera se presentan diferentes oportunidades para cambios y me gusta aprovecharlos para ir creciendo profesionalmente y tener una mayor exposición en temas de interés mundial.
¿Sientes que lograste todo lo que te propusiste en Bolivia? Bolivia fue una excelente oportunidad profesional que me ha ayudado a conocer muy de cerca una realidad muy peculiar. Mi oficina logró un especial posicionamiento y una excelente relación de trabajo con el Gobierno y la Comunidad Internacional. Creo haber desempeñado una labor apreciada, aunque uno siempre quisiera hacer más. Sin embargo me voy satisfecho con los logros, y el gran cariño expresado por la sociedad boliviana y sus instituciones hacia mi trabajo. ¿Cuáles fueron los tres momentos que te marcaron durante ese periodo boliviano? Cuando fui presentado a la Nación en un acto público por el presidente Evo Morales a mi llegada al país; y luego, cuando una avioneta con cuatro ingenieros de mi oficina se accidentó y murieron todos. Yo estuve en un vuelo el día anterior. Fue muy penoso. Y ahora último, la condecoración con el Cóndor de los Andes.
DISTINCIÓN
MANUEL AGUIRRE ROCA RETRATO DE UN INCANSABLE (1927 - 2004) Licenciado en Harvard, doctor por la Sorbona, miembro del Tribunal Constitucional Peruano, opositor a las dictaduras, comentarista en el noticiero El Panamericano, deportado, redactor de periódico, abogado y filósofo. Este es el recuerdo de un hombre cuya historia se escribió en momentos importantes.
1952. Lima. Plazuela de la Universidad de San Marcos. Un grupo de quince estudiantes está en huelga de hambre pidiendo la renuncia del rector aliado de la dictadura. La idea del estudiante de derecho Manuel Aguirre Roca es evitar la violencia mediante una protesta pacífica. Sanmarquinos de distintas facciones políticas aceptan el desafío y logran que el rector renuncie. Esa fue la primera vez que Manuel Aguirre comprendió el poder de su determinación, esa que había heredado de su padre, Germán Aguirre Ugarte, el responsable de la transformación del Club durante los últimos años de la década de 1940. Durante su presidencia se adquirió el actual terreno de Chorrillos y se creó el visionario proyecto de formar una Sociedad Anónima Propietaria del Club para encargarse del financiamiento, vigilancia y construcción de los primeros locales. Su hijo tuvo esa misma tenacidad cuando interrumpió sus estudios en San Marcos y llegó a Harvard para licenciarse en filosofía, o cuando se enfrentó al gobierno de Fujimori desde el Tribunal Constitucional para evitar la tercera reelección presidencial y fue separado del cargo. Esa vez no titubeó. Presentó su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y regresó al tribunal, como presidente, una vez que se instauró la democracia con Valentín Paniagua. Manuel Aguirre trabajó en el periódico La Prensa y en el famoso noticiero El Panamericano. Caminó por París con el escritor Julio Ramón Ribeyro y el pintor Emilio Rodríguez Larraín. En la plazuela de San Marcos, conoció a Linda Ibáñez, su esposa, con quien compartiría más de cincuenta años. Reporteó el Mundial de Alemania en 1954. Fue deportado a España después de sus protestas estudiantiles. Es la vida de Manuel Aguirre Roca, la de un incansable que comprendió hacia dónde lo llevaría su determinación.
SOCIALES
ALMUERZO PAM
El Programa del Adulto Mayor organizó un almuerzo que convocó a decenas de parejas, amigos y familiares en los alrededores del Hall Principal de la sede de Chorrillos. Almuerzo, claro, que tuvo de baile y de celebración, gracias a la agrupación de Patthy Ponce, que duró hasta bien entrada la tarde en medio de risas, recuerdos y brindis.
Toty Velarde, Gladys Salinas y Susana Bustamante
Esther Santibañez y Orlando Banino
María Castillo y Carlos García
Miguel Massa y Gladys de Bernardis REGATAS / 90
Luis Vera y Anne Maquet
César Napanga y Esther Tendler
Pablo Cabral y Rosa Byrne
Charo Coello y Pepe Ruíz
Irene Yauck y Amaro Zavaleta
José Luis Montoya y Violeta Pardo
Mary Patrón y Francisco Málaga REGATAS / 91
José Antonio Vargas y Úrsula Giesecke
Aida Iralde y Patricia Montoya
Cecilia Acevedo y Guillermo Cedrón
Cecilia Sifuentes y Vicente Silva
Mercedes de Péndola y Alberto Péndola
Patricia Corzo y Roger William Ferreira
NOCHE CUBANA Mónica Reynaga, Doris Reynaga y Sandra de La Llave
El sonero José Chaqueta Piaggio llegó a la Fiesta Danzant para ofrecer un repertorio con lo mejor de la música cubana. La velada se realizó el viernes 30 de mayo en el comedor de verano, donde los asistentes gozaron de lo mejor del son, el bolero y el latin jazz, con la interpretación de reconocidos temas como Fue en Santiago, Madrugador, Calle Los Tamarindos, Satélite y El Yerberito. Ricardo Pérez, Jessie Pérez, Renee López y Luis Alberto Dávila REGATAS / 92
ENTRE MUJERES La acción de la obra empieza con una reunión de antiguas compañeras de un colegio religioso, que mantuvieron una amistad durante los años. Allí se producen desencuentros, silencios y secretos que son contados en clave de comedia. Esta pieza del dramaturgo español, Santiago Moncada, formó parte del VIII Festival Internacional de Teatro, organizado por la Universidad Científica del Sur.
Milagros Muente, Juan Ortíz, Magali Basurto y Alexandra Fernández
Cecilia de Lluen y Pedro Lluen
Pedro Carranza, Laurietz Seda, Javier Salinas y Elizabeth Yorges
Cielo Hurtado, Deborah Schlapfer y Norma Hurtado
Daniel Jurado, María Teresa de Hernández y Susana San Miguel
EXPOSI CIONES Los jóvenes con habilidades diferentes exhibieron una sensibilidad plástica y pictórica en la muestra Color y Vida, inaugurada el 13 de junio en medio de un espectáculo de mimos. Por otro lado, el coro de niños del Club le cantó a los padres del Club en una pequeña reunión como parte de las celebraciones por su día. Ana de Rohde y Gustavo Rohde
Max Hoagen y Enrique Roca
Genoveva Chávez y Gonzalo Vallejos
Natalia Arribas y Gissela de Arribas
Giorgia Bazán y Victor Yontop
REGATAS / 94
Óscar Santos y mimo contento.
Jovita Ávila y Beatríz Belaúnde
José Luis y Camila Vela
Valeria y Juan Suárez
Paloma y Juan Flores
Sergio y Mirella Sangiacomo
César y Natalia Salinas
REGATAS / 95
NUEVA TEMPORADA
La Cantuta le dio la bienvenida a todos los asociados que llegaron desde el primero de junio para ser parte de la nueva temporada de invierno 2013. Ese fin de semana hubo un festival gastronómico para todos los gustos y paladares, el clásico paseo de antorchas con la posterior quema del castillo, un show infantil y una noche de pizzas en el Club House. ¡Bienvenidos todos!
Marta de La Torre Ugarte, Cecilia Falcón, Ani Valderrama y Lola Castro
Mapi Falcón y Rodrigo Varillas junto a su hijo Rodrigo
Guillermo Vega Alvear, Carmen de Vega y Alberto Ego Aguirre
Chiara Grimaldi y María José Hernández
Gonzalo Bonifáz, Lorena Fuente Alva, Marián de Pizarro y Tomás Pizarro REGATAS / 96
Giselle Andrade y Rodrigo Otoya
Sebastián Guerra y Bárbara Boisset
Vania Payet y Juan Daniel Payet
Daniela Stornaiuolo y Valeria Rossi
Marcela de Fontana y Elena de Nuñez del Arco
Carlos Cabrejos, Melissa San Miguel e Ignacio Cabrejos
Natalia de la Vega y Micaela de La Vega
Rafaella Femor, Swe Carvallo, Lucía Raffo y Valentina Flores
Manuel Ugás y Cecília Monclova
Diana Sabogal, Benjamin Lopez Torres y Camila López Torres
Julio Ibarra REGATAS / 97
Jessica Salas y Joaquín Murguía
Vanessa Talavera, Mónica Villar y María Fe Pizarro
Fabiola Ortega y Daniela Escobar
Giannina Casalino y Leonardo Baronio REGATAS / 98
Sebastián Gracey y Pablo Ezeta
Patricia Zavala y Virginia Velarde
Carlos Hernández y Mateo Hernández
Luciana Falcone y Alfredo Zapata
Karina Perez, Luciana Piñeyro y Leandro Piñeyro
Miranda Toledo y Ástrid Terkes
Ignacio Árias
Jaime Calmet
Nicole Camino Verán
Gala Gracey, Camila Gracey, Josefina Gracey, Cristina Kirsner y Julieta Gracey
BODA EN VILLA Lucía Luna Negrón y Christian Pendavis se unieron en matrimonio el sábado 8 de junio. Familiares y amigos acompañaron a los novios en esta importante fecha que celebraron en la filial de Villa Deportiva en medio de una gran recepción. ¡Felicidades!
Teresa Negrón de Luna, los novios y José Antonio Luna
Joanna Dawson, Elena Sala y Ana María Pendavis de Dawson
Lucia Luna Negrón y José Antonio Luna Bazo
Amigos del novio en plena celebración
René de la Fuente y Tere Luna
REGATAS / 99
fiestas
SABORES
PERUANOS y UN FESTIVAL PARA SENTIRSE UN ORGULLOSO EMBAJADOR Fiestas Patrias para celebrar. Este sábado 20 de julio se realizará el festival por los 192 años de la Independencia del Perú en el CRL. Durante la mañana se presentará el espectáculo de Dayron Farfán, el pequeño bailarín del famoso comercial Jueves de Pavita, así como exhibiciones de marinera, juegos inflables, caritas pintadas, banderitas y escarapelas para los más pequeños. Además, todos los que usen el polo de la Marca Perú tendrán una sorpresa. Por la tarde, de dos a seis, para el almuerzo, habrá comida tradicional peruana que ofrecerán los asociados y Vivanderas de la plaza Italia, reconocidas por sus suculentos platos y postres. La música, será criolla y estará a cargo de los miembros de los talleres de cajón y de marinera. De plato fuerte, más adelante, la música de Julie Freund, Damaris y Perú Negro. Al anochecer, las orquestas Crema y Candela y Guajaja serán las encargadas de armar la jarana. Una verdadera fiesta que le permitirá a la familia Regatas demostrar por qué estamos orgullosos de ser la primera institución embajadora de la Marca Perú. ¿Dónde? Terraza 1, Sede Chorrillos. ¿A qué hora? Desde las 11 am. Ingreso libre
aniversario
Coro Polifónico del CRL celebra su trigésimo aniversario
El 12
de setiembre de 1983 fue una fecha especial para la cultura en el Club de Regatas “Lima”. El Coro Polifónico había hecho su primera aparición oficial, ante más de quinientos espectadores, como parte de los recordados Lunes Corales de la Ciudad, en la entonces llamada Sala Alzedo. Aquel recital de «Los ponchos celestes», como empezaron a ser reconocidos los miembros del coro, valieron unas palabras del ex presidente del Club, Don Alfredo Salazar Pérez, en una edición de la revista Regatas del mes siguiente. Este año volverán a tener una fecha especial para todos los seguidores y aficionados a la lírica. El Coro celebrará sus tres décadas de trayectoria oficial con una gran presentación en el Auditorio del Club el viernes 12 de julio. «Entregaremos lo mejor de todo lo que hemos hecho a lo largo de estos treinta años, de una forma distinta e inusual. Cuando escuchen los temas, los van a reconocer», aseguró Andrés Arriaza, director del coro desde hace siete años. La cita es a las ocho de la noche.
¿Cuándo? 12 de julio. ¿Hora? 8 pm ¿Dónde? Auditorio CRL
JAQUES
Julio Granda
el ajedrecista que no meti贸 gol Escribe: Andr茅s Talavera
REGATAS / 102
Foto: Karina Cacique
Se convirtió en Gran Maestro Internacional del Perú a los diecinueve años. En 1986, jugó once horas contra un campeón noruego. Puso en jaque su carrera cuando se retiró en 1998 para dedicarse a la política en su natal Camaná. Allí vivió como agricultor por cuatro años, antes de regresar a las tablas en el 2002 Julio Granda se considera un futbolista frustrado. A los trece años sintió que tenía las condiciones necesarias para destacar en el deporte más popular del mundo: una gran resistencia física, velocidad, marcaba, corría y quitaba muchos balones. Pero a esa misma edad compitió en el Mundial Infantil de Ajedrez de 1980 y todo cambió. Los ojos del mundo lo vieron como un ajedrecista prodigio luego de obtener el primer puesto del torneo. Un autogol, digamos, que le costó el sueño futbolístico. A los cinco años ya había demostrado habilidades en el ajedrez. Sabía cómo mover las 16 piezas en 64 casillas para terminar con sus rivales en partidas realmente rápidas. «Todos le decían a mi padre que, debido a mis condiciones, debía leer libros de ajedrez y tener una disciplina en el juego. Creo que se lo tomó muy a pecho, pues durante los siguientes dos años me sometió a un curso de ajedrez», dice el ajedrecista nacido en Camaná, la misma ciudad en Arequipa que vio nacer a Nicolás de Piérola. Ese fue el mayor obstáculo entre Granda y el balón. Además del horario, que no podía ser peor. Al vivir en una casa de campo en la provincia arequipeña, tenía que escoger un horario durante las mañanas para las clases. Después de cada almuerzo, empezaba su entrenamiento, mientras veía de lejos cómo sus dos hermanos mayores seguían con el fútbol. «A veces aprovechaba que mi padre se abstraía de todo cuando jugaba ajedrez y me escapaba a jugar fútbol con ellos», recuerda Granda. Había desarrollado un rechazo al estudio del deporte que lo tomaría por sorpresa cinco años más tarde. Quizá por esa razón el único libro que leyó en toda su vida fue el tomo III del Tratado General del Ajedrez, de Roberto Grau. --Para Julio Granda hay una relación entre el ajedrez y las matemáticas: «Hay momentos en los que tienes que resolver un problema, donde tienes una serie de variables que debes escoger y aplicar de la mejor manera. Si calculas mal, se verá reflejado en el juego». Hoy es capaz de ver hasta diez posibles jugadas en una sola partida.
GOLEADA. El Gran Maestro necesitó casi tres horas para vencer a sus veinticinco contrincantes de la partida simultanea.
Sus padres se equivocaron cuando pensaron que por no estudiar en un colegio —a diferencia de sus hermanos— no tendría aptitudes para el ajedrez. Desde pequeño, al futuro Gran Maestro no le gustaba perder. Se frustraba. «Cada vez que me ganaban, repasaba el juego que había hecho, recordando mis movimientos hasta darme cuenta donde me había equivocado». Para ser un gran jugador, según Granda, hay que tener un estilo universal, que se adapte a distintas situaciones. Su juego inicial, mucho más agresivo, a veces lo llevó a derrotas que lo hicieron llorar hasta los doce años. No soportaba la idea de un triunfo esquivo. «Este es un juego de mucho ego, donde el azar no tiene cabida. Cuando pierdes debes reconocer que tu rival te superó mentalmente». Hoy tiene más de treinta años representando al Perú, aunque viva en Salamanca, España,
junto a su esposa e hijos, enseñando ajedrez. Con los años vio desaparecer su afición por el fútbol —dice que se pierde la objetividad si eres muy hincha— y aunque nunca jugó en el Estadio Nacional, los laureles deportivos con su nombre figuran en una de las paredes.
EL DATO Julio Granda, clasificado al próximo mundial en Noruega, estuvo de visita por el Regatas y brindó una clase maestra, además de una partida en simultáneo contra 25 asociados. Nadie pudo ganarle.
REGATAS / 103
SERVICIOS AL ASOCIADO
NUEVO GIMNASIO es ESTRENAdo en medio de REMODELACIÓN TOTAL Más razones para dejar de aplazar la prometida rutina de ejercicios. El CRL estrena un gimnasio completamente remodelado, con 16 nuevas máquinas cardiovasculares, incluida la exclusiva Helix 3500 -que solo tienen tres gimnasios de Lima-, 44 máquinas de musculación, 10 barras olímpicas y una tonelada más de discos. Además el piso ha sido totalmente renovado, se instaló un nuevo sistema de luces y se cuenta con el constante asesoramiento de siete instructores y un supervisor. «Lo importante es que nuestros asociados que van a otros gimnasios encuentren en su Club, uno de nivel, que los satisfaga. Y para los que aún no van, se animen. Esto contribuirá a la integración de la familia Regatas», dice Alberto Salas, supervisor de los gimnasios del CRL. Una nueva sala en el gimnasio será destinada para las medidas, mediante un sistema computarizado, y se habilitará un espacio especializado para el boxeo. La apertura de este nuevo lugar para ejercitarse coincide con la reinauguración de nuestro sauna. Se estrenan para esta ocasión decoración nueva, iluminación, grifería, jacuzzis, salas de masaje y duchas españolas, con nuevos espacios de pedicure, manicure y un lugar de descanso privado, izonizado y decorado con fuentes de agua. El relax y confort tras el ejercicio (Carlos Portugal).
Erich Schultz, Samuel Seo, César Granda y Claudio Mendieta
Antonio Ramírez-Gastón y Juan Carlos Zevallos
Nicola Varsi y Carolina Buraschi REGATAS / 104
César Olivera, Rossana Olivera, Nicole Curtis y Cristian Curtis
Rodrigo Mena
MEMBRESÍA ASOCIADOS FALLECIDOS Fernando Antúnez de Mayolo Morelli Cesar Guedes Mathey Esther Melgar Vda. de Fernández Alfredo Lynch Cordero
María Luisa Stewart Vda. de Rojas Enrique Newton Bezada Gianluigi Fogliani Della Giusta Luis Paredes Arguedas
Gonzalo Rossello Truel Antonio Valdez Calle Antonio Elías Farje Montoya Enrique Garrido Lecca Higginson
Luis Octavio Costa Claeyssen Francisco Contreras Campos María Elsa Campos Vda. de Maltese Alejandro Aurelio Aguinaga Recuenco
Raquel Juana García Vda. de Viola Alberto Chávez Bellido Manuel Alejandro Luque Rojas
Gerardo Miguel Reátegui Tamayo Manuel Jaime Ramos Robertson Luis Orlando de las Casas Lugón Rosa Polack Vda. de Parodi Juan Néstor Escudero Román Juan Devercelli Campos Luis Humberto Lari Fallaque Hugo Nicolás Bertorini Mazzini Teresa Jacoba Velásquez Vda. de Zanelli César Edgardo Pomar Jo René Agustín Figari Fort
Blanca Graciela Ferrer Vda. de Alonso Nella Velarde Vda. de Herrera Esther Hernández Vda. de Zapata Guillermo de la Flor Arbulú Francisco Fernandini Tejada Mario Franklin Cánepa Bustamante Henry Edward Stewart Checa Mario Ramírez Avendaño Luis Felipe Temple de la Piedra
ASOCIADOS VITALICIOS Gabriel del Castillo Calonge Henry Isaac Loveday Gómez Guillermo de Vivanco Roca-Rey Juan Luis Larrabure Salom
ASOCIADOS PREVITALICIOS Óscar Franco Chuquihuanca José Eduardo Clarke de Vivero Jorge Alfredo Putnam Rojas Rodolfo Rubén Granthon Castro Flavio Castañeda Pinasco Mary Málaga Vda. de Quiñones Luis Javier Perla Anaya Josefina Vidmar Vda. de Pinzas Marcelino Eugenio Burga Álvarez Santiago Vega Vásquez Wálter Víctor García Arata
hijoS DE ASOCIADOS Cynthia Paula Luna Carranza Rodrigo Castillo Castillo Felipe Jesús Alayza Avendaño Mariana Alonso Ratcliffe Belén Rocío Álvarez Guzmán Sebastián Augusto Álvarez Guzmán Francisco A. Ambrosini Campuzano Ana Karina Andrade Giese Erika Solange Aparicio Espejo Atilio Arturo Balmelli Linares Martin Gonzalo Bellido Dammert Giancarlo Enrique Bello Ortigosa Giselle Marie Bello Ortigosa Gianfranco Bernaola Fernandini Giacomo Brambilla Campanello Úrsula Regine Calmet Schwartzmann Jessica María Camino Bellido Jennifer Susan Campbell Falconi Sebastián Campos Vizcarra Luis Fernando Carrillo Espath Diego Casanova Martínez Merizalde Chiara Casanova Salinas Lourdes Tatiana Castro Rivera Alejandro Ciudad Casafranca Rocío Costa Souza-Peixoto Ignacio Covarrubias Winder Patrick Crosby Bertorini
Andre D’Auriol Freundt Thurne Gonzalo De Cárdenas Idiáquez María Fernanda De Cárdenas Mazzetti Rodrigo De Madalengoitia Páez Carlos Fernando De Trazegnies Valdez Adelai Diez-Canseco Delgado Luis Felipe Dongo Hernández Francisco Javier Fernández Palacios Ferrand Del Busto, Rafael Mario Francesca Krizia Gambini Montes Mauricio Gaviria Saavedra Alessandra Goachet Palacio Sebastián Gonzales Vizcaya Nicolás González Vizcaya Rodrigo Ignacio Gutiérrez Sifuentes Diego Inurritegui Tami José Luis Jordán Castillo Carmen Giuliana Lamadrid Balza Patrick Alexander Mac-Lean Buendia Diego Antonio Marroquín Salas Alain Rodrigo Mauny Malarin Alessandra Mitterhofer Castellano Christopher Mitterhofer Castellano Renzo Alfonso Mora Insua Nishme Carolina Morote Gautier Arnaldo Miguel Ángel Muñoz Fuller Giovanni Rafael Ognio Salazar
Rodrigo Oran Chaparro Mariano Ossio Ruiz De Somocurcio Javier Andrés Palomino Manyari Camila Pareja-Lecaros Arana Wolfgang Pedal Baertl Giancarlo Jorge Pitta Destefano Alejandra Ramírez-Gastón Canseco Fernando Ramírez-Gastón Lecca Andrés Felipe Roda Cavagnari Francisco Román Ortiz María José Sarmiento Rodríguez Melissa Toledo Devoto Lara Torres Llosa Marusic Mateus Torres Llosa Marusic María Fernanda Valdez Cuglievan Marisol Úrsula Vallejo Bassalik Claudia Velarde Gardener Milagros María Viacava Murguía Natalia Vidalón Boggiano Micaela Giovanna Villalobos Awapara Jimena María Villalobos Mendiola Juan Fernando Villanueva Scheuch Mauricio Enrique Vizcarra Martones Santiago Woll Checa Natalia Zimic Morales
Lisette Marlene Frank Vda. de Raygada Eda Ofelia Orihuela Vda. de Núñez Luisa Magdalena Pérez Vda. de Gaviria
Catalina Emma Purín Vda. de Bravo Sara Humbelina Meza Vda. de Ciriani Esther Román Vda. de Wyatt
Melva Carnero Vda. de López Graciela Rebata Vda. de Freundt Silvia Elizabeth Concha Vda. de Chávez
NIETOS DE ASOCIADO
NUEVOS ASOCIADOS
María Alessandra Cáceres Gal’lino Andrés Cano Alva Sarmiento Chrisa Lorena Reyes García
Franco Javier Bulnes Chirinos Dino Bartlomeo Chiappe Giacarini Carlos Fernando Lancho Ferreyra Mario Gonzalo Lazarte Alatrista Rafael Arturo Melgarejo Dávila José Ignacio Mesones Valencia
viudas de ASOCIADO
Johan Pouwels Weenink Fabio Raffo Consigli Eduardo Téllez Cabrejos Diego Tomas Vega Castro-Sayán José Roberto Zollner Dianderas
TRADICIÓN
TARDES DE FRONTÓN Infaltables, DESDE HACE MÁS DE 15 AÑOS Hay normas que, sin estar escritas, se respetan. De las doce canchas de frontón, cuatro de ellas nunca estarán vacías las tardes de un martes o un jueves. A partir de las tres y media en adelante, comienzan a llegar veinte deportistas amantes de la paleta para armar las parejas y ponerse a jugar hasta que se vaya la luz. Algunos salen del trabajo minutos antes con tal de cumplir con la práctica del deporte que los apasiona. Gonzalo Dañino, de 58 años, suele referirse a estas tardes como «una terapia» con el grupo. «Acá todos somos amigos y no hay edades. En casi quince años hubo personas que llegaron y otras que se fueron como Felipe Strobach o Roberto Guzmán», comenta Dañino, quien ha compartido encuentros con veteranos como Jesús Álvarez (65) y con promociones menores como Gonzalo Bacigalupo (38). Distintas generaciones que comparten un mismo lenguaje a la hora de jugar.
Por ejemplo, el grito de «¡bola, bola!», que atraviesa de una cancha a otra, no siempre significa lo mismo. Algunas veces, es la alerta que anuncia la presencia de una mujer bella detrás de ellos. Como en muchos grupos típicos del CRL, el tiempo a veces queda corto. Luego de seis sets, se quedan para conversar un poco más, ir a comer si es cumpleaños de alguien o celebrar con una parrillada en la casa de playa de algún miembro, en la que también suele haber una pared verde, inmensa, donde jugar frontón. El tema usualmente será el mismo: recordar los juegos que ganaron o perdieron, gastando alguna broma que merezca compartir sus carcajadas. En el grupo existe un «Nole» —no por su parecido con el famoso tenista serbio—, que no le da a la pelota, no le gana a nadie y demás etcéteras. Ojo, dicen ellos, que el que se pica pierde (Andrés Talavera). Sanyin Wu
De izquierda a derecha: Gino Sumar, Jesús Álvarez, Pepe Orlandini, Javier Aliaga, Gonzalo Dañino y Gonzalo Bacigalupo.
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