El proyecto se sitúa en Hurlingham, Bs As, Arg, sobre el Arroyo Morón y trabaja sobre la noción de urbanidad, intercambio y convivencia.
El edificio se plantea como un dispositivo conector, que en situaciones específicas a lo largo del arroyo, revaloriza los espacios públicos que están en relación directa con el mismo y el resto del entorno. Éste funciona como un sistema, una estructura reproducible y replicable, que genera a lo largo de todo el parque-arroyo una red de espacios públicos recuperados que se asientan como íconos reconocibles en el paisaje de todo el área.
La puesta en escena de múltiples dispositivos, que pueden variar de escala, orientación y programas, conforman un sistema de acontecimientos urbanos que reconvierte y completan el territorio, transformando lo que era considerado, el límite físico del arroyo, en una oportunidad: la de provechar, enriquecer y revalorizar la rivera, generando una nueva identidad que fortalezca el vínculo entre este recurso natural y la sociedad que lo circunda.