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¿Cuál es la situación de las personas LGBTI que los parlamentarios y las parlamentarias pueden ayudar a resolver?
En demasiados países, las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales se encuentran entre los miembros más pobres y más marginalizados de la sociedad... Hay estudios que muestran que las personas gais y lesbianas sufren un grado desproporcionado de discriminación y abuso. Son rechazadas por sus familias... echadas de sus hogares... y expulsadas de las escuelas. Demasiados hermanos y hermanas LGBTI no tienen trabajo ni casa y sobreviven a duras penas. La situación de las personas transgénero es aún peor en general. Tienen índices más altos de pobreza, hambre y falta de vivienda. Para las personas y sus familias, esta es una tragedia personal. Y, para la sociedad, es un desperdicio vergonzoso de talento humano, ingenio y potencial económico.
- Comentarios del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en el evento de Alto Nivel del Grupo de Trabajo LGBT, “Sin dejar a nadie atrás: igualdad e inclusión en la Agenda de Desarrollo post 2015 Development Agenda”, celebrado en Nueva York el 29 de septiembre de 2015 La homofobia y otras formas de estigma, violencia y discriminación hacia las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) contribuyen significativamente a su exclusión de la sociedad, limitan su acceso a los servicios sociales y de salud e impiden su desarrollo social y económico.
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Aunque se han hecho muchos avances importantes, gracias en gran medida a los esfuerzos de los activistas LGBTI, sus organizaciones y aliados, ningún país del mundo ha eliminado con éxito todas las formas de discriminación y exclusión de las personas LGBTI. Las actitudes homofóbicas y transfóbicas, a menudo combinadas con leyes punitivas y/o falta de protección legal efectiva contra la discriminación, continúan exponiendo a muchas personas1 lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) en todo el mundo a graves violaciones de sus derechos humanos.
Actualmente, 73 países y territorios siguen criminalizando los actos sexuales consentidos entre personas adultas del mismo sexo y ocho países castigan esos actos con la pena de muerte.2 Muy pocos países reconocen legalmente la identidad de género de las personas transgénero, y solo dos países ofrecen legislación dirigida a proteger los derechos de las personas intersexuales.3 En muchos lugares, ser LGBTI puede dar lugar a exclusión, discriminación, violencia e incluso la muerte. Aun en países donde las leyes punitivas han sido derogadas y las actitudes sociales están cambiando, las personas LGBTI continúan siendo excluidas de muchas esferas de la vida y siguen siendo blanco de estigma, discriminación y violencia.
1 Si bien se hace referencia a las personas lesbianas, gais, transgénero e intersexuales como un grupo (LGBTI), las experiencias de discriminación y la exclusión que sufren los individuos pueden diferir dentro de estos diversos grupos y entre los mismos, incluido en base a factores adicionales y entrecruzados como raza, etnicidad, religión, edad, estatuto indígena, discapacidad, etc. 2 Carol, Aengus, State Sponsored Homophobia: A World Survey of Sexual Orientation Laws: Criminalization, Protection and Recognition, 11.° edición, mayo de 2016 (ILGA), http://ilga.org/downloads/02_ILGA_State_Sponsored_Homophobia_2016_ENG_WEB_150516.pdf. 3 Malta y Chile.
Es importante reconocer que, en años recientes, muchos países han hecho un esfuerzo firme por reforzar la protección de los derechos humanos de las personas LGBTI. Se ha adoptado un conjunto de nuevas leyes, que incluyen leyes antidiscriminación que cubren orientación sexual e identidad de género, y que proporcionan sanciones y vías de recurso a las personas LGBTI que hayan sido víctimas de discriminación por esos motivos. Hay países que han adoptado leyes contra los delitos motivados por prejuicios, transfobia y homofobia, han brindado reconocimiento a las relaciones entre personas del mismo sexo y han simplificado la posibilidad de que las personas transgénero obtengan documentos oficiales que reflejen su género preferido. Y, por supuesto, en todos los países en los que se han reformado o introducido leyes para reforzar los derechos humanos y la inclusión de las personas LGBTI, los parlamentarios y las parlamentarias han desempeñado un rol central.
Solo en fecha reciente las investigaciones han comenzado a proporcionar la tan necesaria evidencia con respecto a la profundidad y el alcance de la discriminación y la exclusión que sufren las personas LGBTI, así como los costos físicos, emocionales, económicos y sociales que soportan las personas LGBTI, sus familias, sus países y comunidades. Por ejemplo, un estudio reciente del Banco Mundial señala que en la India, la discriminación contra personas LGBTI en el empleo y las disparidades en el acceso a la salud cuestan entre 1.900 y 30.800 millones de dólares estadounidenses.4
Una comprensión cabal de los impactos enormemente negativos en los derechos humanos y el desarrollo humano sostenible que causan la discriminación y la exclusión de las personas LGBTI y, a la inversa, la conciencia de los beneficios que crean los procesos de inclusión y la promoción de la libertad y la igualdad, son fundamentales para una acción parlamentaria eficaz en cuanto a los problemas de las personas LGBTI. Este Manual intenta informar y ayudar a catalizar acciones por parte de los parlamentarios y las parlamentarias para el avance de los derechos humanos y la inclusión de las personas LGBTI.
4 Badgett, Lee (2014). The Economic Cost of Stigma and the Exclusion of LGBT People: a case study of India. World Bank Group.