Reflexión situar los diseños Manuela Calderón Parra Es una situación difícil el sentarse a comenzar un texto sobre uno de los tantos caminos que he tenido que recorrer en mi quehacer diario. El diseño es una labor que me ha empujado a explorar muchos mundos, desde el ballet hasta la elaboración de papel a mano. Son temas y personas que uno llega a conocer y explorar muy a fondo para lograr un contenido jugoso en sus proyectos, en este caso me voy a enfocar en uno de los últimos proyectos que he hecho, Identidad Monserrate. Este proyecto primero fue el resultado de una licitación para la clase de estudio 5, el fin era hallar una oportunidad en una lista de lugares y uno de esos era Monserrate (en su totalidad como santuario, lugar turístico y de deporte). Fui a observar el lugar y a hablar con algunas de las personas allá y encontré una situación que esta presente y que muchos locales no conocemos y es el conflicto que tienen los vendedores de comidas, y artesanías con la iglesia. Aquí comienzo a hacerme consciente de cómo sitúo este proyecto, yo bogotana, no conocía la situación de conflicto allí presente, pero algunos otros bogotanos pueden vivir mas cerca de este conflicto y luchan por el es decir están involucrados o simplemente lo han naturalizado y no los “afecta”. Con este hallazgo me comencé a preguntar sobre los imaginarios que desde lo más local, desde Bogotá, desde el país y del mundo se tenían de Monserrate y como los vendedores hacen parte de estos imaginarios, así llegue a mi oportunidad: como hacer del sindicato de vendedores de Monserrate parte importante de la imagen del lugar para que sean tenidos en cuenta y no sean sacados del lugar del que obtienen su sustento diario. La propuesta tenía que estar encaminada a una solución por medio de la dirección creativa, y por eso cuando la oportunidad fue aprobada, me reuní con un grupo y decidimos encaminar la propuesta hacia la creación de una “identidad” Monserrate que reuniera todas las miradas y los imaginarios asociados al lugar y que contemplara como parte importante a los vendedores quienes difundirían esta identidad, pues esta debería contar con el hecho de que el lugar tiene mucha historia que no se conoce y que se debería dar a conocer y que en esa historia están las familias de los vendedores que por generaciones han habitado el lugar y se han hecho parte de él. En este espacio hubo muchas discusiones sobre si valía la pena involucrar a los vendedores o si lo que hacían ellos era más malo que bueno. Entré con mi mirada a veces inocente y quería ayudarlos por que sí por que pobrecitos, por que ellos viven de eso pero en realidad no estaba mirando la situación desde otros puntos, y una de mis compañeras me dice que ellos en realidad no tienen una ética para elegir lo que venden, ellos no limpian el lugar, ellos tenían muchas fallas, etc y yo reconsideré la propuesta en torno a incluirlos, pero es muy difícil sacar algo de un lugar y teníamos que contemplarlos por que era más difícil sacarlos que tenerlos en cuenta, pero era un punto de vista diferente e igualmente valido lo que me decía mi compañera.
Puntos a intervenir
Prototipos de tazas para bebidas Para el desarrollo del proyecto estudiamos cada punto de contacto de Monserrate con cualquier persona, desde las diferentes entradas hasta los baños y la señalización, y escogimos sin criterio alguno los que nos interesaba intervenir, para cada uno desarrollamos una propuesta encaminada por el diseño de la identidad, se propuso unificar la entrada como resultado de un proceso de unificación de las entidades que están a cargo del lugar, ya que Monserrate es administrado en partes por la arquidiócesis, la secretaría de recreación y deporte y la empresa “Teleferico a Monserrate”” y el sindicato de vendedores que por permanencia había adquirido derecho sobre el territorio, la idea era que estas administraciones se unieran al menos para hacer una sola entrada, ya que el lugar tiene varias entradas y se torna confuso. Es otro elemento clave este querer unificar, por que aunque sabíamos que por motivos de fuerza mayor estas administraciones pelean por el territorio, siempre queríamos unirlas y querer que todos fueran “felices” y es algo que uno siempre quiere en sus proyectos pero en realidad no es un punto muy realista por que el hacer a la gente feliz no debería ser una meta para un proyecto y nunca se puede tener a todo el mundo contento, uno solo debe intentar lograr que un conflicto se vuelva más llevable. Otro punto a intervenir era el camino a pie y sus estaciones de descanso, donde apenas hay un techo y unas bancas de madera viejas, la idea era aprovechar esto para la relajación y entrenamiento de las personas que usan este camino que normalmente son deportistas o personas creyentes que cumplen promesas o buscan el perdón de algún pecado. Estas personas necesitan de estaciones que estaban abandonadas, así que se propuso invitar a entrenadores a que colaboraran en cada estación y la organización de los vendedores de bebidas para que vendieran cosas más típicas y saludables y se ubicaran más cerca de las casetas sin invadir espacio del camino. Esta propuesta fue arbitraría en torno a lo típico, ¿por que solo vender cosas típicas de Bogotá? Pues como lo que buscábamos era diferenciar a Monserrate de los demás, no era tan fácil si en Monserrate vendían lo mismo que en cualquier lugar, es más fácil aprovechar lo que ya esta ahí, por precio, transporte, materias primas, etc. El siguiente punto era la plazoleta del santuario donde habían interacciones interesantes a considerar como que los deportistas calientan allí, o que las personas explican Bogotá, su crecimiento y su geografía desde ahí. Queríamos aprovechar estas interacciones para que las personas conocieran un poco más sobre Monserrate y su historia, y así poder re potencializar este aspecto que muchas personas no conocen de Monserrate. Finalmente llegábamos al punto de los vendedores, como un camino que habíamos “construido” hacía ellos intentábamos que ellos mismos lograran encontrar como potenciar sus productos para tener ventas de nuevo y atraer personas que no quisieran que los sacaran de allí. Todo este análisis puntos por punto dio como resultado la creación de una experiencia Monserrate planteada, el desarrollo de una marca y tres productos representativos del lugar, la marca era más una materia que me preocupaba por ser parte del proyecto pero no me ocupaba de ella, por que yo todo el tiempo creía ser la salvadora del lugar tan solo por que me ocupaba era de los vendedores : ¿Por qué los veía como menos? ¿Solo por que tenían un conflicto? No sé pero siempre me he preguntado por que tengo ese “pesar” tan desarrollado. La marca no me importaba tanto por eso por que yo creía que lo importante era la causa social, y de pronto si era pero no se si de la forma en la que yo la abordaba.
Tazas para bebidas finales
Los productos finales (tres vasijas) fueron abstracciones de la historia que tienen los vendedores allí, como lo planteé en el ejercicio anterior, yo tengo una necesidad de contar la historia de las personas, de que todo tenga una narrativa e involucrar mi discurso en esa narrativa cuando la cuento de alguna forma a los demás. En este caso conté que los vendedores tuvieron familias que vivían allí, que lo primero que vendieron eran bebidas de cosas naturales del lugar y que actualmente las siguen vendiendo y las suben en burro en vasijas gigantes por una trocha que va por detrás de la montaña ya que no pueden subir como los demás por teleférico. Este ejercicio de abstracción me lleno mucho, pero quise haberlo desarrollado mucho más, aunque habían tantos objetos e historias de los que se podían hacer abstracciones que era imposible hacer tanto en el tiempo que tenía. El montaje final, una salón blanco, 4 fotos que representaran el aspecto religioso, natural, tradicional y turístico de Monserrate, las tres vasijas exhibidas y la marca al fondo. El montaje fue sencillo solo improvisamos para poner lo que teníamos (que en ese momento estaba suelto) pero que gracias a la organización final logramos que los demás articularan todo. Finalmente el proyecto llegó a afectar a los vendedores por que fue una relación al principio muy alarmante para ellos cuando en medio de un conflicto tres estudiantes se meten en su entorno y comienzan a modificar cosas, ellos pensaban que queríamos cambiar su esencia, y se sentían amenazados tal vez, pero comenzamos a lograr una relación más estrecha y ambas partes llegamos a aprender mucho. Sin embargo y como en muchos proyectos siento que nunca llegamos a darle tanto a las personas con las que trabajamos y prototipos, siento que me quedo debiéndoles. Pero al menos ellos conocieron que lo que le llama la atención a la gente es lo propio, no lo que vende todo el mundo, y eso se los mostramos nosotros. Llego a afectar a Nuestros profesores que a pesar que querían que dejáramos de lado a las comunidades lograron aceptar que trabajáramos con ellos. También sé que los afecto a ambos en su labor diaria por que intentamos hacer dos temas en los que ambos se desenvuelven como la cerámica (en la que estaban hechas las vasijas, Guillermo se desenvuelve en este campo de los oficios y el mobiliario), la creación de marca y la inspiración o el moodboard de la que esta proviene (Carolina se desenvuelve en este campo). Entonces ambos a veces intentaban exigirnos algo que se fuera hacía su estilo siempre, pero no nos dejamos y en parte esa excepción se dio por que una de mis compañeras era amiga de Guillermo y Carolina, esto nos permitió muchas libertades que seguramente y como pasa no solo en esta carrera, en esta universidad, en esta ciudad y en este país, las amistades ayudan mucho. Afecto también a nuestros compañeros en cuanto a que muchos no sabían historias y datos sobre Monserrate, pero además por que comenzaron a notar algo que pasa en nuestras realidades diarias, que naturalizan algunos elementos del paisaje y los menosprecian, ahora comenzaron a notar Monserrate más.
Nosotros no habiamos sentido tanto efecto del proyecto sobre nosotros como los demás, pero ahora que realizo esta reflexión entiendo más como el querer mostrar algunas cosas del lugar, querer cambiar y querer ocultar otras es una desición arbitraría. también se que sentí que el diseño era un salvador y que iba a lograr salvar toda una comunidad pormedio de él, otra aprecición erronea y poco humilde del diseño. Tambien se que cuide de muchas cosas solo por que me parecían más importante despreciando el afecto de otras cosas como la creación de marca. Finalmente y como conclusión más importante encontre que tan solo hice este proyecto hace 4 meses y ya lo puedo mirar de una forma distinta y esto me lo da todo el cambio y el conocimiento que he tenido en este tiempo, es decir me estoy renovando y reevaluando siempre como diseñadora y como persona y me siento muy bien de poder ser conciente de esto y de poder pararme y decir me voy a criticar a mi misma y a un proyecto que yo plantié, que me enamore, desarrollle, me desenamore, me desinterese y ahora, de nuevo quie ro retomarlo gracias a esta reflexión.