LIBRO DE EMANUEL, DE MANUEL PIQUERAS 2017. (completo en pdf).

Page 1



LIBRO DE EMANUEL © Manuel Piqueras De esta edición: © Editorial Horizonte de Juan Humberto Damonte Valencia Jr. Sucre Nº 470, San Miguel, Lima, Perú Primera edición: julio de 2017 ISBN.: 978-612-47479-0-8 Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) N°: 2017-08246 Motivo de carátula: La Patria, conjunto escultórico La Patria, Pabellón del Perú, Gran Premio Feria Iberoamericana de Sevilla, 1929 Manuel Piqueras Cotolí, Arquitecto y escultor y Urbanista entre España y el Perú (1885-1937). Museo de Arte de Lima (MALI). Lima: 2003. Fotografía: Jorge Piqueras Sánchez-Concha Carátula: Gabriel Alayza Corrección: Carmen Ollé y Andrés Hare Diagramación: Lupe León Impresión: Jesús Bellido, Los Zafiros 244, La Victoria, Lima. Julio de 2017 Tiraje: 500 ejemplares


LIBRO DE EMANUEL Manuel Piqueras

(Lima, 2017)



Agradecimientos: A Mariví Mujica, que con sus banderillas de fuego despertó el alumbramiento de Libro de Emanuel. A Carmen Ollé, que acompañó este largo proceso de parto, con su talento literario en espíritu y en forma. A Francesca Denegrí, que en medio de su ajetreada vida, compartió el alma de este escrito y de su autor. A Editorial Horizonte, que acogió esta obra, en remembranza del gran librero, don Humberto Damonte Q.E.P.D. A todos los que trabajaron en la publicación de esta, mi obra reciente.



PRÓLOGO A LIBRO DE EMANUEL Conozco personalmente a Manuel Piqueras desde que presenté su libro Solidaridad frente a homicidio: ensayos sobre la no violencia militante en el siglo veintiuno (2003) en la ONG IDL. Desde entonces, sé de su afán por defender la libertad y los derechos humanos. Anteriormente, yo ya había escrito una reseña sobre La Edad de la Utopía (2001) en la sección Luces de El Comercio. En este libro, Piqueras hace una lectura reflexiva de filósofos trascendentales como Hannah Arendt (1906-1975), Emanuel Levinas (1905-1995) y Amartya Sen (1933), premio Nobel de Economía 1998 por su lucha contra la pobreza, con el propósito de descifrar el espíritu de la época a través de la filosofía y una economía humanista, y lo que para él significa el valor de la vida como bien supremo (Arendt), la libertad integral (Sen) y el amor al prójimo (Levinas); sentimientos, ideas, valores que hoy han perdido autoridad y han dejado de guiar el desarrollo de los pueblos y los destinos de los habitantes de este planeta, impulsados por intereses


8

Manuel Piqueras

mezquinos, lucrativos. En la Edad de la Utopía, anota Piqueras: “El siglo XX nos deja la herencia de un cementerio planetario de alrededor de 37 millones de muertes entre 1914 y 1991”. Para el sociólogo peruano la importancia de la paz es crucial, la democracia y la compasión por el prójimo. Ya en su segundo libro, le dedica un capítulo a la violencia en Ayacucho durante la posguerra terrorista, para que la historia no se repita. El siglo XXI no parece dar marcha atrás ni parar la máquina del horror. Por eso, los últimos escritos de Piqueras se sumergen en un lirismo intimista y nos sitúa en el terreno del amor absoluto, el que va de lo personal a lo universal, de lo concreto a lo simbólico, de los cariños parentales, filiales, a la admiración de los grandes mitos y de los poemas epifánicos como Noche oscura de San Juan de la Cruz y Voy a hablar de la esperanza de César Vallejo. Libro de Emanuel es un texto híbrido, compuesto de dos partes intensas: Las paradojas de la soledad y Libro de Emanuel. El estilo que elige Piqueras para tramarlo es el de la fusión: poemas, reflexiones, crónicas y ficción, que rompen los parámetros de los géneros cuyas fronteras absolutas a veces son un símil de otros lindes, políticos y/o geográficos que impiden a las gentes moverse libremente por el mundo. En Las paradojas de la soledad, el referente inicial es un cuento infantil del escritor danés Hans Christian Andersen, El patito feo, que Piqueras hace suyo para revisar su periplo vital. No se trata de rememorar el tiempo pasado con este peculiar símbolo, el de un patito deleznable


Libro de Emanuel

9

que se convierte en la madurez en un hermoso cisne; sino de pasar revista a su infancia, a su país, a los acontecimientos que hicieron época y dejaron huella en él, como Woodstock, y descubrir, ya como cisne, la talla de Gandhi como pacificador y la sabiduría del Papa Juan XXIII. Aunque no solo son Gandhi y Juan XXIII los paradigmas; surgen otros personajes emblemáticos tomados de la Biblia y de la literatura universal: Job, el Principito y en especial Amadeus, este Amadeus andino que Piqueras asocia con el réquiem de los pobres, con un “Cristo azotado de América”. Amadeus es también tierra Wanka, piedra sagrada, en lengua quechua. Pero estamos cruzando los límites culturales, uniendo con líneas intangibles el mapa de la historia, de la vida, de los amores de Piqueras. En el texto lírico El réquiem de los pobres. Misa fúnebre, el versículo −podemos llamarlo de este modo para darle un hálito espiritual- que pone el énfasis en estos primeros apartados de Las paradojas de la soledad, no es ajeno a la trayectoria filosófico-literaria de su autor, pues tiene que ver con aquello que sirve de apoyo en las luchas de los grandes líderes de la paz y también en la trayectoria del artista como sufridor ejemplar, como lo describía la escritora norteamericana Susan Sontag en Contra la interpretación; “La pobreza es la forma más mortal de la violencia”, escribe Piqueras. Y entonces recordamos la pobreza de Mozart, ese Amadeus que fue enterrado en una tumba comunitaria simple; la de Vincent Van Gogh, siempre angustiado por la sobrevivencia y espoleado por la locura; la de César Vallejo en París, para citar a tres vitales paradigmas en la obra del escritor peruano.


10

Manuel Piqueras

Sin embargo, cómo no mencionar otros ejemplos magníficos, presentes en Libro de Emanuel: la Odisea de Homero, el Ulises de Joyce; gracias a ellos se expresa la incertidumbre no solamente del exilio, sino la del “migrante sin patria y sin hogar”. Por ello, Piqueras se remite al poema de Vallejo Voy a hablar de la esperanza, porque en este texto el poeta de Santiago de Chuco dice: “Hoy sufro solamente. Si no me llamase César Vallejo, también sufriría este mismo dolor”. En Libro de Emanuel, el segundo capítulo que da título al libro de Manuel Piqueras, está dedicado sobre todo a su abuelo paterno, Manuel Piqueras Cotolí, artista, arquitecto, escultor, quien diseñó el Pabellón del Perú en la Feria Iberoamericana de Sevilla (1929), donde ganó la medalla de oro para nuestro país por su trabajo artístico, escultura integral y obra cumbre: “la plasmación de una síntesis mestiza genial, un collage andino e hispánico”. Piqueras explora la diversidad cultural, planteada como una ruptura con la visión europea u occidental; el principal referente es Piqueras Cotolí, pero también el sacerdote y teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, cuya obra abona en la creación de una utopía andina y universal. En Libro de Emanuel, “Bebiendo del pozo de los ancestros y descendientes en la Tierra del llanto, de la que surge la risa y en la que el cielo se abre”, el autor encuentra en vivos y muertos un camino hacia la poesía, que junto a la crónica familiar y con un aliento místico configuran un lenguaje filosófico cargado de lirismo. Este tono poético-filosófico le sirve para inmortalizar a personajes de su familia que, como su abuela


Libro de Emanuel

11

Zoila Sánchez Concha, “limeña culta, inteligente y sensible”, esposa de Piqueras Cotolí, forman parte de lo que él llama los ancestros hispanos, andinos y universales: lazos de sangre, corazón y entrañas en la vida de las personas. Ellos iluminan, a decir de Manuel Piqueras, su historia personal y su circunstancia histórica. Por ello dedica párrafos intensos y apasionados a su vez a los lazos de sangre maternos en la obra de los Luna. Uno de sus antepasados fue su tata tatarabuela Juana Manrique de Luna, marquesa de Lara, ejemplo de lealtad y sacrificio puestos al servicio de la patria, a quien Simón Bolívar llamara “La patrona de Lima”, quien merece nuestro eterno reconocimiento. Es la única mujer que se jugó la vida por la patria, cuyos restos reposan, por Ley del Congreso de la República de 1963, en el Panteón de los Próceres. Otro ancestro importante fue su bisabuelo Roberto Luna Vargas, héroe de la resistencia contra la invasión chilena. En Libro de Emanuel se rinde culto al espíritu libre de estas mujeres y hombres, por esa razón deja constancia de algunas mujeres extraordinarias, entre ellas se refiere a su madre, María Angélica, como “una Luna espiritual”. Su enseñanza radica en un tema fundamental: inocencia con experiencia, asunto que recorre la Biblia y puntal en la enseñanza de Jesús. La importancia que tiene en la prédica de Jesús la inocencia en el niño se transforma en inocencia con experiencia en el adulto. La compasión, la solidaridad, la justicia y la caridad son puntos nodales en este valioso libro de Piqueras; su composición ata y desata cabos, para iluminar a los “hijos de las tinieblas”: “Los hijos de


12

Manuel Piqueras

las tinieblas son más astutos (...) que los hijos de la luz” (Lucas 16-8), una cita de la Biblia con la que su madre le daba fortaleza y ánimos. Libro de Emanuel “son los huesos de mi alma”, anota Manuel Piqueras, y se pregunta por qué el arquetipo poético de Amadeus como espíritu íntimo de su obra. Tal vez porque en Mozart-Amadeus, la libertad de su genial temperamento artístico está urdida sobre la base de su hermosa música y de su temperamento irreverente. Libro de Emanuel es un libro con una música propia que fortalece alma y cuerpo en los lectores.

Carmen Ollé


LAS PARADOJAS DE LA SOLEDAD Manuel Piqueras

(Lima, 2014)



Contenido

I.

Dispuesto a morir

21

II. Fuerza y ternura

31

III. La edad de la inocencia

35

IV. Me sedujiste y me dejĂŠ seducir

41

V. Tierra Wanka: piedra sagrada

49

VI. Ulises: peregrino en busca de los insignificantes 57 VII. EpĂ­logo

63



En remembranza de mi abuelo, Manuel Piqueras Cotolí, arquitecto, escultor y urbanista, hispano, andino y universal.

A mis nietos, Andrea, Alejandra, Maite, Isabela y Julián, los niños de mis sueños.



Lo que cuenta es lo que yo saque de todo ello. Y lo que quiero sacar es un cierto pensamiento humano, clarividente, limitado en el tiempo [...]. Todo el mundo puede tener ideas. Pero meterlas en una obra, mantener esa continua maestrĂ­a del creador es lo que hace al escritor. Albert Camus, Correspondencia



I. DISPUESTO A MORIR



Se dirigió entonces hacia ellos, con la cabeza baja, para hacerles ver que estaba dispuesto a morir. Y entonces vio su reflejo en el agua: el patito feo se había transformado en un soberbio cisne blanco… Hans Christian Andersen, El patito feo

Patito feo, niño de Navidad, es difícil escribir sobre tu infancia. No sabemos el porqué de una tristeza tan grande en un tiempo de alegría tan grande. La Navidad es contradictoria, por las añoranzas. El advenimiento del Dios-Niño, del Dios-Amor, tiene el significado espiritual de la esperanza. Aquí estos breves textos, alumbrados desde el alma.

1. Tribulaciones

del patito feo

Agresividad y violencia: ¿Por qué le tocaron al patito feo, animal humano, niño hermoso, los peores golpes? ¿Acaso el patito feo con su inteligencia y sensibilidad no era el hijo que tú querías? Un rebelde sin causa.


24

Manuel Piqueras

Acaso tu padre te trató igual y repetiste el absurdo en tu equivocada historia personal. Pero tu padre era un gran creador, en cambio tú renunciaste al talento que te entregó la vida. El patito feo ha pasado la vida tratando de perdonar. Manojo de nervios, fallaste en el último momento. Por miedo. Solo queda ser un cómico en esta tragedia. Amadeus andino y universal, Cristo azotado de América, la belleza nos hace libres. Desde esta tierra Wanka. Tierra de las mariposas. Feliz Navidad y un buen año con gusto y sazón.

2. El

jardín secreto

El patito feo encontró un jardín secreto donde era amado y respetado, allí pasaba el tiempo en un mundo de belleza y creación, un lugar donde las heridas del alma se curaban. La abuela pata y los jóvenes tíos patos lo acogían siempre, aunque fuera tan distinto. Un edén oculto, el dulce reino de la granja, se llamaba Malambito.

La abuela pata La abuela pata le contaba cuentos que lo hacían reír a él, niño maltratado, con sus bromas finas y ocurrentes. Los momentos que el patito


Libro de Emanuel

25

feo pasaba junto a ella eran un bálsamo, lo llenaban de alegría y tranquilidad.

Los jóvenes tíos patos El patito feo admiraba a los jóvenes tíos patos por su imaginación sin límites, Atento a todas sus ocurrencias, gozaba con sus graciosas agudezas, sus argumentos inteligentes, sus vericuetos retóricos y con sus trasmutaciones de chocolate. Los tíos menores eran como Melquíades en sus años mozos, ese personaje misterioso que hablaba sánscrito, una lengua muerta, como lo descubrirían todos en Cien años de soledad, un cuento de un tal Gabriel García Márquez.

El ficus ausente y presente En medio de la casa grande de Malambito había un viejo ficus inmenso. El patito feo se maravillaba jugando a su alrededor, trepaba por su tronco añejo y sus ramas endurecidas desde tiempo inmemorial y luego chapoteaba en una poza de agua. Tras pasar largas horas en el árbol y en la poza, retornaba al rincón del Museo de los Patos, construido por el difunto abuelo pato. Allí moraban la abuela pata y los jóvenes tíos patos. Era un hogar de protección y cuidado, de inteligencia y creatividad, de goce y sazón de la vida. La remembranza del abuelo pato estaba presente en esta familia de animales humanos, su sombra de ficus ausente cubría de luz todo el jardín secreto, diseñado y edificado como casa de la memoria.


26

3. Los

Manuel Piqueras patos salvajes

En su viaje al exilio, fuera de la granja, hacia el ancho mundo, el patito feo se unió a una bandada de patos salvajes, machos y hembras. Formaban una tribu adolescente. De ellos recibió afecto y a su lado vivió el despertar sexual y la complicidad en las peleas brutales, arrastrando su rebelión frente al mundo de los patos adultos. Llevaba una espina en el alma que lo hacía agresivo y violento. Por ese milagro que solo se encuentra en los cuentos maravillosos de Hans Christian Andersen o de Óscar Wilde, dos singulares patos adultos, un maestro de judo y un maestro de boxeo, le enseñaron que el combate debe ser únicamente defensivo; ese es el principio y el fundamento. El patito feo adolescente admiraba a sus maestros, aunque solo entendería sus enseñanzas muchos años después. El patito feo procedía de un linaje de aves hispano-limeñas. Por una parte, fue estigmatizado en su rebeldía, porque donde iba actuaba como un pato salvaje, y por otra, su linaje y su astucia lo protegían en sus conflictos con la ley. Cuando se sentía en peligro se metamorfoseaba en un gallo navajero. Un día, saliendo de una corrida de toros en la Plaza de Acho −que frecuentaba porque formaba parte de su cultura−, tendió en la arena de un golpe certero a otro gallo grande y fuerte, mayor que él, al que le tenía miedo, pues hacía tiempo que lo venía retando. El patito feo, victorioso en esta pelea breve y feroz, recordó confusamente el mensaje de sus maestros. En el claroscuro de la culpa de


Libro de Emanuel

27

animal humano, por haber herido a su adversario dejándolo tumbado en un charco de sangre, se abrieron paso las enseñanzas de los maestros del combate defensivo: el valor de la vida humana y natural está por encima de todo.

4. Como

una brisa suave

No hace mucho tiempo, tras un largo viaje atravesando continentes y cielos bellísimos, calmados y tomentosos, el patito feo asistió con su bandada de patos salvajes a una reunión multitudinaria de patos en un lugar de la Costa Oeste de Estados Unidos, de cuyo nombre no quiero acordarme. Reservado y amigable, quedó sorprendido desde un rincón de la granja, donde se llevaba a cabo la gran reunión, por la maravilla de la música rock, las vestimentas estrafalarias tan coloridas, los cabellos largos hasta la cintura, por el amor libre y sin barreras. Incluso, observó que fumaban yerbas exóticas, que probó apenas y vomitó inmediatamente, curándose en salud. Woodstock, ese gran concierto que duró tres días, reunió a más de medio millón de patos, pero además de la música magistral de importantes músicos poetas que nunca había visto ni oído, lo que más le llamó su atención fueron los símbolos y mensajes de paz y amor que lo conmovieron como una brisa suave. Le recordaron las huellas sólidas y la estela de arte que, como una “roca de ser” protegían, cuando se desataban las tempestades, a sus hermanos y primos patos pequeños en el jardín secreto de Malambito.


28

Manuel Piqueras

En su búsqueda, sin medir el riesgo, los patos rebeldes encontraron en el teatro de la generación del 68, del pájaro de fuego una “iglesia primitiva”. Por primera vez en su vida de animal humano supo de oídas de la existencia de dos cisnes soberbios y sabios: uno se llamaba Mahatma Gandhi y otro era el papa Juan XXIII. El patito feo comenzó a tomar conciencia de que era un tiempo de grandes cambios, el mensaje era el mismo que en Woodstock: paz auténtica y amor sin límites. Aunque sin amor libre, ni marihuana o LSD. Un cisne joven adulto, brillante y bondadoso, amigo del papa Juan XXIII, trabó amistad con el patito feo y con sus amigos patos. Este cisne se fue transformando en un maestro que lo acogió con una amistad sin límites y le abrió el continente de la sabiduría del amor. El patito feo era agnóstico, pero se volvió creyente en el Dios-Amor. En el trasfondo, en busca de la tierra del padre, el patito feo comenzó a tomar conciencia de la vida y la obra de gran creador de su abuelo. ¡El abuelo era un magnifico cisne! Para el abuelo cisne la belleza nos hace libres. Esta experiencia tardaría mucho en llegar al pensamiento del corazón y a las entrañas del patito feo. Tuvo que hacer una terapia universal para cisnes, adentrándose en los rincones enigmáticos de curación de lo más profundo de su intimidad herida. Ya como cisne, emprendió un camino de alta educación para dirigir un proyecto fundacional uno que, decidió, con método y pasión, sería el sentido de su existencia: la desmesura del amor por el Rostro del Prójimo, por los olvidados y maltratados de la Tierra y el universo.


Libro de Emanuel

29

Las marchas y contramarchas inconscientes marcaron el itinerario posterior del patito feo, sabía ahora que era un cisne soberbio y humilde a la vez. Fuerza-débil-fuerte. La espina en el alma siempre fue el obstáculo a vencer con valentía y creatividad, como cuenta Hans Christian Andersen, en el inspirado relato “El soldadito de plomo”. Simbólica y real, el patito feo, aún guarda su arma secreta de peleador callejero.



II. FUERZA Y TERNURA



Doña Fina: fuerza y ternura A Andrea, su biznieta. Doña Fina de la Puente de Villarán, gran mujer peruana, se fue llena del Dios humilde a la 1 y 45 de la madrugada del primero de agosto de 2002. Sus cenizas fueron entregadas al mar, a la luz y a la libertad por su propio deseo, para encontrarse con las de don Fernando, su amado esposo. Doña Fina sopló vida y paz a los que amó —a los suyos y a los otros—, desde la arena del dolor humano, antes de su partida definitiva del reino de este mundo en el que alumbró felicidad. Mostró su belleza trágica, perfilada en los rasgos apacibles de su hermoso rostro caído, en el instante supremo en que la enfermera dijo: “Su madre ha fallecido”, certificándoles la defunción, suavemente, a las hijas y a los hijos, a las nietas y a los nietos unidos en torno a ella en su habitación, en la noche oscura. Doña Fina, fuerza y ternura, fuerza y sabiduría, fuerza y humildad, —“fuerza débil fuerte”—, nos reencontraremos en la comunidad lunar y solar de la amistad, juntos todos, con don Fernando, su caballero, Quijotín.


34

Manuel Piqueras

Mujer-Amor: en tu vida y en tu muerte Felices lo que lloran, porque ellos serรกn consolados. Mateo, 5:4.

Yo te lloro. Mi llanto es como el silencio, se escucha o no se escucha. Madre, amor siempre, mรกs allรก y mรกs acรก, en lo desconocido, en lo conocido. Mujer-Amor, en tu vida, en tu muerte. Por tu partida, en los huesos de mi alma tengo un dolor tierno. Maravilla, me salvaste.

Gracias.


III. LA EDAD DE LA INOCENCIA



Los cantos del pequeño: Apocalipsis, volver al primer amor Simbolizar y poetizar, desde el pensamiento del corazón, es el mandato bíblico en el Génesis. Es la huella de Dios que irrumpe en la historia con humildad y con su proyecto de amistad.

El sueño de Job Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro

A Ignacio, mi hijo, explorador de la naturaleza.

Job, metáfora viva, histórica y poética de la paradoja de la existencia humana. Job soñaba con plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Job nunca maldijo a Dios, luchó siempre con Él y al final del combate lo bendijo.


38

Manuel Piqueras

Bendito sea el Dios humilde, por prodigarme el don de plantar un árbol. La humanidad bien gobierna o mal gobierna el bosque, el agua y el suelo. Plantar un árbol se asemeja a cultivar el sentido de la vida. La soledad y la comunión encuentran su lugar en el bosque de la mística, el suelo de la contemplación y el agua de la ascesis. La naturaleza es como el silencio de Dios que se escucha. Bendito sea el Dios inocente, por prodigarme el don de tener un hijo. La libertad para soplar vida o muerte en la comunidad es facultad humana. La condición humana es la natalidad y la mortalidad en el presente eterno. La vida del pensamiento del corazón ama en parejas, funda familias y reúne amigos La pareja es la luz solar y lunar de la inocencia, la familia es el capullo de todos y los amigos, el perfume que derrama el Dios-Hombre de la amistad. Bendito sea el Dios pequeño, por prodigarme el don de escribir un libro. La creación es gracia, la soberbia es laberinto humano. La angustia se traspone en la obra de un escritor. El sufrimiento se vuelca en tragedia y utopía. El placer se torna mirada. La sazón se trueca en palabras e imágenes. La belleza del Dios-Niño nos hace libres. Job bendijo a Dios por prodigarle el don de plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. “Y Job respondió a Yahvé: Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos.” (Job, 42, 1 y 5).


Libro de Emanuel

39

La palabra del pequeño La inocencia valiente Andrea, la niña de mi utopía, es una vida y una libertad en busca de ser amada por otras vidas y libertades. Andrea, la niña de mi mirada, no es una esclava ni una sierva, es una amiga capaz de morir por sus amigos. Andrea, la niña de mi escritura, es la inocencia valiente, en flor, descubriendo la Tierra y el universo.

Las niñas de mis sueños He vivido con prisa una vigilia sin tregua, envuelto en los desvelos de las niñas de mis sueños. Susana camina por su quinto hebdomadario, alumbrando una forma de gobierno democrático, ético y compasivo. La niña de primera comunión despliega la fuerza e inteligencia del pequeño, no la de los sabios y prudentes. En el giro del misterio de la existencia, Soledad −como María Magdalena, gran santa amiga de Jesús de Nazaret− se encuentra nuevamente con la gratuidad del Dios humilde que acoge en sus brazos la inocencia original de Andrea. Andrea nos envuelve a todos, niña pequeña nacida de “el soplo de vida” del Dios del principio y del fin.


40

Manuel Piqueras

Las niñas de mis sueños bien gobiernan, giran o buscan la leche en el pecho materno. Niñas de generación en generación, siervas de Yahvé que nos llevan de la mano a la fuente inagotable de la palabra: “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir” (Jeremías, 20:7).


IV. ME SEDUJISTE Y ME DEJÉ SEDUCIR



La dura luz Necesito estar desnudo y zambullirme después en el mar, perfumado aún con las esencias de la tierra, lavar éstas en aquél, y anudar en mi piel el abrazo por el que, desde hace tiempo, suspiran −labios contra labios- la tierra y el mar. Albert Camus, Bodas

Me duele tu dolor, me alegra tu alegría. Espero contra toda esperanza que un día llegará la luz, en medio del amor humano que nos une —luz solar y lunar de la inocencia compartida durante toda una vida: “ilusión”—. Sentimos más que sabemos, existimos en los claroscuros asiduos que separan a la Luna del Sol y a veces sobrevivimos a la noche oscura. ¿Podemos esperar la luz compasivamente, buscar la paz profunda, abrir las teatinas a la alegría de vivir cada día, mirar siempre el rostro de los que amamos como El Principito cuidaba a su flor?


44

Manuel Piqueras

¿Podemos no esperar nada y esperar todo? Volverá el espacio y el tiempo para acoger el advenimiento misterioso e inescrutable de la luz, sean cuales sean sus designios. Estaré a tiro para ti, hasta mi mortalidad humana, porque te ceñí en mi corazón cuando miré tu rostro de niña de primera comunión, un día de verano de 1968.


Libro de Emanuel

45

Canto al amor humano: Miré y vi La escritura atrapa un instante que ilumina la morada en un amanecer estival.

Al amanecer miré y vi una masa corporal cargada de alma: −fuerza, débil, fuerte−. Al atardecer, miré y vi el movimiento de un cuerpo mental de una belleza estética misteriosa, esculpido por la maestría de un artista. Al anochecer, miré y vi la delicadeza y la fuerza, a la vez, del talento y del trabajo, de un corazón pensante. Remembranza, de cara al enigma de viejos sentimientos que estaban dormidos en el depósito de la memoria. Despertar, frente al misterio de nuevos sentimientos que irrumpen desde las entrañas inescrutables. Vigilia, ante el advenimiento de una nueva y desconocida vida, libertad y ternura. Voy a hablar de los lazos insondables de la confianza y el miedo: entre dos personas no hay oscuridad, solo hay luz; algo así siento, y por eso, el miedo.


46

Manuel Piqueras

La muerte de la paloma Había una vez una pareja de palomas, macho y hembra, crecidas en edad, que se encontraron sin imaginarse por un instante que se iban a unir. Estas aves humanas intercambiaron sus vidas, algunas veces divertidas y otras lacerantes. ¿Por qué no? Si El príncipe feliz, de Oscar Wilde, tenía una amiga de verdad, la golondrina que dio su vida por él. Empezaron a reconocerse, logrando una amistad hermosa y honda, siempre cuidando uno de la otra. La llamaron misterio y gracia, decidieron volar juntos hasta llegar al cielo. Vivieron en ese paraíso sin mirar atrás. Pasado el ensueño, en una irrupción impenetrable de la conciencia, se dieron cuenta de que había que arreglar los asuntos que tenían en la Tierra, para poder entrar al cielo para siempre, paradójicamente, en un universo sin cielo. Decidieron separarse para reemprender sus viajes de exiliados, libres, tan solo guiados por sus sueños. Como dice el poeta Pedro Salinas: A veces los sueños se desensueñan y se encarnan. Nunca renunciaron a la amistad, hasta su partida, rumbo a lo desconocido, hacia la no respuesta, hacia la muerte poética: la más real de todas las muertes.


Libro de Emanuel

47

Amor y pasión/Piel con piel No hay remedio niña antigua entre el otoño y el invierno te eternizaste en mi columna vertebral, en mi médula, en mi sueño espinal, el rictus de un rostro de dolor amor apasionado, niña antigua, solo queda morir para vivir mañana en el clímax de una noche de placer, morir uno dentro del otro, en la esperanza.



IV. TIERRA WANKA: PIEDRA SAGRADA



Amadeus andino y universal: Cristo azotado de América Hoy sufro solamente. Voy a hablar de la esperanza. César Vallejo

Amadeus andino y universal, paloma y serpiente. Amadeus andino y universal, caminamos rumbo a lo desconocido: el dolor y la muerte. Amadeus andino y universal. ¿Quién nos da la mano? Nadie, solo la niña de ancianos pasos. Amadeus andino y universal, estamos ante la remembranza y el despertar a la pasión y muerte de la humanidad. Amadeus andino y universal, revivimos. El Evangelio según San Mateo, de Pier Paolo Pasolini: sol y luna, en un mismo instante, iluminándonos, quebrando las leyes del universo.


52

Manuel Piqueras

Amadeus andino y universal, enlazas el réquiem de los pobres, el viaje, el exilio y la búsqueda, el dolor y la muerte, la alegría y la vida. Amadeus andino y universal, paradoja de la condición humana, resurrección: vida, libertad y luz contra la muerte, opresión y oscuridad. Amadeus andino y universal: Cristo azotado de América.


Libro de Emanuel

53

Tierra Wanka: piedra sagrada Tierra Wanka: piedra sagrada (un significado, en lengua quechua, de las palabras Wanka Willca). Amadeus andino y universal, eres Wanka, tienes un corazón de carne y no un corazón de piedra. Amadeus andino y universal, el rostro del prójimo en la desmesura del amor te vuelca a morir por otro. Amadeus andino y universal, ¿por qué tu violencia y el sacarle la vuelta a quien se pone en tu camino de fenicio pobre? Amadeus andino y universal, paradoja de piedra y corazón sagrados.


54

Manuel Piqueras

El réquiem de los pobres Misa fúnebre (Réquiem) Amadeus andino y universal, estamos partiendo del reino de la Tierra. Luchamos, y volvemos a luchar siempre para encontrar la morada humana de la hospitalidad. La tierra de los hombres no nos da cabida. La pobreza es la forma más mortal de la violencia. Ni Dios ni los hombres pueden vencerla. Cruzaremos la frontera hacia lo desconocido. Tratado de la desesperación. Temor y temblor. Tan solo un detalle, entiérrennos en una fosa común. Amadeus andino y universal, estamos partiendo del reino de la Tierra. Post Scriptum: Creemos que ante el réquiem de los pobres hay que regresar al absurdo y al suicidio, para purificar la rebelión y darle un sentido real al amor. Quiero situar esta intuición fundamental en un escrito sobre Albert Camus, donde reflexionaba: “Albert Camus (1913-1960) despliega la fuerza de su pensamiento poético en su obra maestra El hombre rebelde (1952). En su ensayo filosófico, Camus “se propone proseguir,


Libro de Emanuel

55

ante el asesinato y la rebelión, una reflexión comenzada alrededor del suicidio y de la noción de absurdo”, expuesta en su obra filosófica germinal El mito de Sísifo (1942). En los ciclos camusianos de creación, el absurdo se vuelca en la rebelión y al final gira en el amor. Entre el primer y último ensayo, el pensador poético plantea: “En la luz (del absurdo y la rebelión), el mundo sigue siendo nuestro primer y último amor”. Volver a lo hondo, hacia atrás, hacia el absurdo y el suicidio, es nuestro ethos.



VI. ULISES: PEREGRINO EN BUSCA DE LOS INSIGNIFICANTES



Toda esta broza que adorna y abulta el libro se reduce a la historia del viaje de dos vagabundos. El esquema del viaje empalma Don Quijote con los libros de la Humanidad. Los más profundos y a la vez más populares son libros de viajes: La Odisea, la Eneida, la Comedia, y luego, Gulliver, Robinson, Simbad, Las cartas persas, Fausto, Las almas muertas. Porque todo gran libro es un tímido anticipo del juicio final, y, para juzgar a los hombres, no hay mejor forma que el viaje [...]. Mil veces se ha presentado al hombre como peregrino, un peregrino que tiene la culpa por alforjas y la muerte por meta. Giovanni Papini. Retratos extranjeros

Releyendo Ulises, de James Joyce, exploramos desde el mundo interno en la Odisea y en Odiseo (Ulises en la traducción latina), traspuestos en el tiempo y en el espacio, el aquí y ahora de la avalancha del Tercer Milenio: una transfiguración por fuerza poética. Se trata del itinerario de un viaje, del exilio lleno de llanto y risa, de la búsqueda en el claroscuro de la significación del insignificante. No sabemos adónde llegaremos en esta travesía de navegantes y náufragos, a nada o a todo.


60

Manuel Piqueras

La Odisea de Homero: el viaje, el exilio, la búsqueda Penélope -en complicidad con su hijo Telémaco- teje y desteje interminablemente una vela marina, esperando, contra toda esperanza la llegada de Ulises de su largo viaje al exilio; esposo y padre despojado de su patria y su hogar, de un mundo construido con sus propias manos. Ulises, navegante y naufrago, regresará finalmente, paloma y serpiente. Junto a su hijo Telémaco “destruirá la inteligencia de los inteligentes” (los pretendientes depredadores de los bienes y el alma de Penélope, que sólo espera a Ulises), y recuperará “la tierra donde mana leche y miel”. Me imagino un paralelismo, semejanzas y diferencias, entre la Ítaca de Homero y Utopía de Tomas Moro.

Ulises de James Joyce: la universalización de lo insignificante Entre el Ulises de Joyce y la Odisea de Homero hay una distancia inconmensurable: si pudiésemos medirla, veríamos sorprendidos lo poco occidentales que somos. Joyce, con su maestría en el lenguaje y su intuición mágica, redujo el mundo a la ciudad de Dublín para darle universalidad a la insignificancia.


Libro de Emanuel

61

El escritor irlandés sostenía que el pensamiento es producto del lenguaje y no a la inversa, de allí la utilización de la replana de los bajos fondos dublineses para marcar las distancias en la ciudad y en el pensamiento. Esta idea la desarrolló aún más en Finnegan’s wake, en donde creó términos para inventar nociones. Joyce nos conduce por el médium del lenguaje, desestructurándolo, a nuestro mundo interno. La economía del lenguaje no es su fuerte, es su talón de Aquiles como narrador de poesía en prosa.

Colofón Amadeus andino y universal, migrante sin patria y sin hogar. Provinciano del mundo, estamos en un viaje, en el exilio, en la búsqueda rumbo a lo desconocido. Nuestra intuición fundamental como creadores es darle universalidad a la insignificancia, al más chiquito y al más olvidado. No hay significancia mayor en la Tierra y el universo que la de los insignificantes.



VII. EPÍLOGO



San Juan de la Cruz y César Vallejo San Juan de la Cruz y César Vallejo: lo sostengo y lo haré siempre, son poetas emblemáticos de la literatura universal y los que más amo.

I. Noche

oscura, por

San Juan

de la

Cruz1

1. En una Noche obscura con ansías, de amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada, 2. A escuras, y segura por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a oscuras y en celada, estando ya mi casa sosegada; 1

José Luis Aranguren. San Juan de la Cruz. Colección Los Poetas. Madrid: Ediciones Júcar, 1973.


66

Manuel Piqueras

3. En la Noche dichosa, en secreto, que naide me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. 4. Aquesta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde esperaba quien yo bien sabía, en parte donde naide apareciera. 5. ¡Oh Noche que guiaste! ¡Oh Noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! 6. En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. 7. El aire de almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena


67

Libro de Emanuel en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendía. 8. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado: cesó todo y dejéme, dejando mi cuidado entre azucenas olvidado.

II. Voy

a hablar de la esperanza, por

César Vallejo2

Yo no sufro este dolor como César Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivo siquiera. Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro solamente. Si no me llamase César Vallejo, también sufriría este mismo dolor. Si no fuese artista, también lo sufriría. Si no fuese hombre ni ser vivo siquiera, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo ni mahometano, también lo sufriría. Hoy sufro desde más abajo. Hoy sufro solamente. Me duelo ahora sin explicaciones. Mi dolor es tan hondo, que no tuvo ya causa ni carece de causa. ¿Qué sería su causa? ¿Dónde está aquello tan importante, que dejase de ser su causa? Nada es su causa; nada César Vallejo (1892-1938). Voy a hablar de la esperanza. En Obra poética completa. Lima: Mosca Azul, 1974.

2


68

Manuel Piqueras

ha podido dejar de ser su causa. ¿A qué ha nacido este dolor, por sí mismo? Mi dolor es del viento del norte y del viento del sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento. Si hubiera muerto mi novia, mi dolor sería igual. Si la vida fuese, en fin, de otro modo, mi dolor sería igual. Hoy sufro desde más arriba. Hoy sufro solamente. Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de yerba al menos. Lo mismo el enamorado. ¡Qué sangre la suya más engendrada, para la mía sin fuente ni consumo! Yo creía hasta ahora que todas las cosas del universo eran, inevitablemente, padres o hijos. Pero he aquí que mi dolor de hoy no es padre ni es hijo. Le falta espalda para anochecer, tanto como le sobra pecho para amanecer y si lo pusiesen en la estancia oscura, no daría luz y si lo pusiesen en una estancia luminosa, no echaría sombra. Hoy sufro suceda lo que suceda. Hoy sufro solamente.


LIBRO DE EMANUEL Manuel Piqueras

(Lima, 2016)



A Jimmy Carter y a Gustavo GutiĂŠrrez, testigos compasivos y solidarios en este tiempo de tragedia y esperanza. Al Papa Francisco, luz, mĂĄs luz.



Contenido Proemio

75

A modo de introducción

77

I. La belleza nos hace libres

81

II. Los ancestros hispanos, andinos y universales

89

1. Lima

92

2. Pakatnamu

98

III. En busca de la tierra del padre

109

1. Orfandad

111

2. Los años formativos en Toledo, Madrid y Roma:

1899-1818

3. Manuel Piqueras Cotolí y el Inca Garcilaso

de la Vega: mestizaje

115

4. El giro genial, el Pabellón del Perú en la Feria

Iberoamericana de Sevilla 1929 (recibe el Gran

Premio del Jurado Superior por el Pabellón

y por el conjunto escultórico La Patria)

112

116

5. Arquitecto, escultor y urbanista entre

España y el Perú: 1919-1937

116

6. Su partida temprana

122

IV. En busca de la tierra del hijo

125

127

Autobiografía de Emmanuel

V. Epílogo: Libro de Emanuel, en su espíritu más íntimo

133

Advertencia sobre las fuentes

137



Proemio Los lazos de parentesco, la veneraciĂłn por los antepasados que aportaron al arte y a la cultura en el PerĂş no son solo un sentimiento de orgullo ante personas ilustres, sino la necesidad de arraigo, de estar vivo en el otro, amado, reconociendo su legado, el de los Piqueras en tiempos de conflicto y en tiempos de paz, a pesar de la orfandad ocasionada por las guerras y campos de exterminio. Por ello, belleza y libertad son partes de Libro de Emanuel.

Carmen OllĂŠ Lima, 2015



A modo de introducción Pensamiento

poético

El punto de visión de Libro de Emanuel es la contemplación de lo bello como consumación de la libertad. Esto significa que el juicio del gusto es opuesto al juicio lógico, que la lógica del corazón es contraria a la lógica calculadora, la contemplación de lo bello es siempre personal y no universal. Desde René Descartes, Blas Pascal e Immanuel Kant en los siglos XVII y XVIII, hasta Martin Heidegger, Walter Benjamin y Hannah Arendt en el siglo XX, cuando se pretende demostrar por el juicio lógico que una obra del gran arte es bella, soy ciego y sordo. No existe en la lógica racional, calculadora, posibilidad alguna de demostrar nada sobre la obra de arte que surge de la lógica del corazón: es interior e invisible, gratuita e inútil. Recojo en estas páginas intuiciones que se hallan en un recorrido de más de dos décadas, en mis libros: Lectura del siglo XX: tiempo de tragedia y esperanza (1999), La edad de la utopía (2001), Solidaridad frente a homicidio: ensayos sobre la no violencia militante en el siglo


78

Manuel Piqueras

veintiuno (2003), Las paradojas de la soledad (2012), y en mis artículos: En busca de la tierra de padre (2004) y Hablar de Dios desde las Indias y las Américas (2008). Así también, el pensamiento y la acción antecedente y precedente, que se transparentan en mis textos, contra la violencia extrema como siniestra producción cultural humana. Las guerras internacionales y civiles, los campos de concentración y exterminio de inocentes dejaron orfandad en mis ancestros, e hirieron desde el alma a mi propia familia. Este horror de la violencia puede regresar en una nueva y aún desconocida edad. La contemplación de lo bello como condición sine qua non de la libertad existencial por la paz auténtica se manifiesta en la historia y filosofía del arte, como una exploración en lo más hondo y bello de la tragedia de la condición humana, que no se desliga de la esperanza. Constituye el significado y el significante de estas páginas. Soy un peregrino en busca del significado de los insignificantes.

Ancestros

hispanos, andinos y universales

En tiempo de crisis, a horcajadas entre la historia personal y la circunstancia histórica, mis fuentes culturales familiares (excepcionales) −paternas y maternas− (Piqueras Luna), generacionales (La generación de 1968) e históricas (el advenimiento de una y aún desconocida edad en el cambio de milenio, la Iglesia y la sociedad contemporánea que se debaten entre la felicidad y la redención, y su contrario, etcétera) se vuelcan en la remembranza, el despertar y la vigilia, intrínsecos a mi vida y obra, nutrida de la memoria viva.


Libro de Emanuel

79

Bebiendo del pozo de los ancestros y descendientes en la Tierra del llanto, de la que surge la risa y en la que el cielo se abre; encuentro, en vivos y muertos, una voz que clama desde las paradojas de la soledad, una pasión intelectual y vital donde la cultura como producción humana adquiere una altura que es su principio y fundamento. Estamos ante una autoficción personal, familiar, generacional e histórica.

Paradigmas

culturales: la trascendencia de sus obras

¿Qué es cultura en su sentido integral? El gran arte arquitectónico y escultórico del Pabellón del Perú en Sevilla, obra genial de Manuel Piqueras Cotolí, mi abuelo paterno. El artificio científico técnico del reservorio que surgió de la irrigación del Hornito en el Valle de Jequetepeque, obra del talento de Roberto Luna Vargas, mi bisabuelo materno. La gastronomía en la ciudad de Nueva York que se extiende a todo el mundo hispano en Estados Unidos, obra del chef y artista, Emmanuel Piqueras Villarán, mi hijo, quien se desgajó de esta tierra y se vio arrastrado a una región extraña. Pensadores y científicos, narradores y poetas entre nuestros sucesores y vínculos familiares. En busca de la tierra del padre y de la tierra del hijo, hispana y andina, provinciana y universal, rescato desde el pensamiento poético un tesoro de sabiduría. Libro de Emanuel, tensión existencial entre Lima y Pakatnamu, entre el Perú y el mundo, se revela en su espíritu más íntimo.



I. LA BELLEZA NOS HACE LIBRES



El pensador poético, tal como nos lo manifestó Walter Benjamin, permite mirar lejos, como un Amadeus de la lengua de La Mancha. Juan de la Cruz y César Vallejo, entre unas Indias y Américas mejores, son el principio y el fin. Manuel Piqueras, Las paradojas de la soledad1

1. La

contemplación de la belleza como consumación de

la libertad

La libertad es el corazón de la filosofía trascendental: el obrar moralmente es su realización; en la contemplación de lo bello radica su cumplimiento. “La contemplación de lo bello −denominado “juicio del gusto” por Immanuel Kant− hace experimentar un placer, estado vibrante del alma. Conforme este se prolonga, se va profundizando e intensificando. El juicio del gusto en comparación con el juicio lógico es siempre de carácter individual y no universal. Su predicado no es ningún concepto, 1

Manuel Piqueras, Las paradojas de la soledad, “VII. Epílogo”, Librería virtual Amazon. Kindle Books. Lima: 2012.


84

Manuel Piqueras

sino el sentimiento del placer o desplacer. No cabe fundarlo en nada, hay que ensayarlo como cosa propia. Cuando se pretende demostrar que tal poesía es bella, “me tapo los oídos”.2 A riesgo de parecer soberbio, voy a romper esquemas convencionales sobre el pensamiento poético en el Perú, César Vallejo y Manuel Piqueras Cotolí son dos momentos lúcidos de la historia de la patria del siglo XX (hay que entrar en la traducibilidad de los lenguajes de la literatura y de las artes plásticas; es historia y filosofía del arte). Creo que Gustavo Gutiérrez es un lapso inteligente, perspicaz del Perú más contemporáneo. Cada uno a su modo.3 Mirar esta Tierra de nuestros dolores y alegrías, algún día lo escribiré a horcajadas, lo que me interesa es el estallido poético.4 Tanto Mario Vargas Llosa como José María Arguedas −dos panoramas distintos de una misma América− tienen fragmentos narrativos notables, aunque nunca he visto en estos dos grandes narradores visiones totales. La creación literaria es experiencia e imaginación; el Perú es un país frag-

2

Karl Jaspers, Los grandes filósofos. Tomo II. “Los fundadores del filosofar: Platón, Agustín, Kant”, TECNOS. Madrid: 1995, pp. 293 y 294.

3

Cada uno a su modo: “El discurso del método que guía una obra integra la traducibilidad de los lenguajes estéticos –escrito, pictórico y cinematográfico– e incorpora el lenguaje de la mirada en la escritura de la tragedia humana. La tragedia surge en un punto crítico de crisis; es la manera más profunda de tratar el sufrimiento y no se despoja de la esperanza”, véase Manuel Piqueras, La mirada y la escritura, en Solidaridad frente a homicidio: ensayos sobre la no violencia militante en el siglo veintiuno, “II. Apocalipsis: el amor nunca muere”, Ideele. Lima: 2003, pp. 59- 63.

4

Me refiero a estos tres pensadores poéticos, muy diferentes entre sí, en el sentido de lo que Karl Jaspers llama con profundidad en la introducción de su obra póstuma, “Grandeza”. Karl Jaspers, Los grandes filósofos, Tomo I. “Introducción”, pp. 24-110.


Libro de Emanuel

85

mentado, así como es inútil pensar en una visión total del país desde las ciencias sociales, es imposible pensar en una narrativa integral de la patria. Solo tenemos fragmentos, que hay que articular con temor y temblor. En ese sentido, la poesía ilumina el laberinto, como en el mito de Sísifo. Es una hipótesis de la exploración tras la cual ando hace años inspirativamente −que hay que validar−, sabiendo además que es un hilo en el laberinto, discutible como todos los otros puntos de visión sobre el pensamiento poético.5

2. San Juan

de la

Cruz

y

César Vallejo6

Noche oscura, de San Juan de la Cruz, uno de los poemas más bellos de la literatura, nos conduce a una experiencia de contemplación del misterio del sufrimiento humano, de su naturaleza paradojal: la noche oscura me guiaba más cierta que la luz del mediodía. Voy a hablar de la esperanza, remembranza y despertar, el excepcional poema en prosa de César Vallejo. Es sorprendente la trasposición poética de la realidad de este gran poeta universal, en que la esperanza

5

“Heidegger, Benjamin y Broch eran “pensadores poéticos”, hombres a los que (Hannah) Arendt apreciaba por su amor al lenguaje. Cada uno a su modo, “se habían desgajado del siglo XIX e ingresado en el XX de la misma manera que uno se ve arrastrado a la costa de un país extraño” (cómo ella escribió a propósito de Benjamin)”, Elisabeth Young-Bruhuel, Hannah Arendt, Biografía, Edicions Alfons El Magnánim-IVEI. Valencia: 1993, p. 12. “Casi al mismo tiempo que Descartes, Pascal descubre frente a la lógica de la razón calculadora, la lógica del corazón.”, en Martin Heidegger, ¿Para qué poetas?, Universidad Nacional Autónoma de México, México, D.F.: 2004, pp. 78 - 105.

6

Manuel Piqueras, “VII. Epílogo”, en Las Paradojas de la soledad.


86

Manuel Piqueras

se teje, con firmeza y delicadeza, desde el sufrimiento humano, limpio de calificativos, solo sustantivo. Como César Vallejo, Juan de la Cruz nos revela el gran arte poético que la humanidad ha creado. El pensador poético, tal como nos lo manifestó Walter Benjamín, permite mirar lejos, como un Amadeus de la lengua de La Mancha. Juan de la Cruz y César Vallejo, entre unas Indias y Américas mejores, son el principio y el fin. Noche oscura y Voy a hablar de la esperanza son un collage, tejidos poéticos, una amalgama que abre espacios maduros y originales en la poética hispanoamericana. Más allá de su publicación, los poemas tocan fibras íntimas del lector. Desde mi juventud, estos textos estuvieron en mi imagen mental fragmentados; la articulación se produjo por inspiración en un punto crítico de mi existencia madura, como interrumpido por la idea de Henri Bergson sobre [el] instinto esclarecido por la inteligencia.

3. De “otras Indias mejores” a “otras Américas mejores”7 Asistimos en estos días a la exposición retrospectiva de la obra del artista español Manuel Piqueras Cotolí (1885-1937) en el Museo de Arte de Lima. En pocas semanas se entregará el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades al teólogo peruano Gustavo Gutiérrez Merino (1928). ¿Qué une a estas dos originales personalida7

Disponible en: <http://larepublica.pe/28-09-2003/de-otras-indias-mejores-otras-americas-mejores>. “(…) embarcarse para otras Indias mejores (…)”, expresión de San Juan de la Cruz, Carta al Padre Juan de Santa Ana, Vida y Obras de San Juan de la Cruz, Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid: 1974, pp. 376 y 377.


Libro de Emanuel

87

des de nuestra creación cultural? Piqueras Cotolí y Gutiérrez Merino, cada uno en su propio lenguaje, en dos periodos críticos y penetrantes de la historia de las Américas, logran modular con fortaleza y delicadeza todas las sangres enfrentadas en estas tierras de tragedia y esperanza. Sus obras son un haz de luz, el laberinto de nuestra identidad: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Manuel Piqueras, escultor y arquitecto español, en su búsqueda de un lenguaje plástico −arquitectónico y escultórico− congregó universos complejos, diversos y polarizados −los horizontes tempranos, intermedios y tardíos del mundo andino, y las tradiciones del mundo hispánico−, trazó un camino único en la creación de una obra artística, de una visión estética y de un principio de humanidad andino y universal. El Pabellón del Perú, su obra cumbre, que ganó la medalla de oro para nuestra patria en la Feria Iberoamericana de Sevilla (1929-1930), es la plasmación de una síntesis mestiza genial, un collage andino e hispánico llevado hasta sus últimas consecuencias. Su exploración artística se inscribe en una gran corriente del pensamiento de sentido y del gran arte de los siglos XIX y XX en Europa y América, que se ha ido planteando como una ruptura con una visión europea −u occidental− encerrada en sí misma, y orientado hacia la diversidad cultural dentro del universo humano.8 Gustavo Gutiérrez -fraile, sacerdote y teólogo

8

Manuel Piqueras Luna, “En busca de la tierra del padre”, Revista Páginas, N° 186. Lima: abril, 2004 (con modificaciones). Véase Manuel Piqueras Cotolí (1885-1937): Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, Museo de Arte de Lima. Lima: septiembre de 2003.


88

Manuel Piqueras

peruano-, a lo largo de su vida y su obra, va abriéndose paso no solo en la maduración de un gran pensamiento teológico, sino en la ascensión hacia un bello lenguaje poético cargado de fuerza y ternura. Sus obras maestras, Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente, una reflexión sobre el libro de Job (1986) y En busca de los pobres de Jesucristo, el pensamiento de Bartolomé de las Casas (1992) constituyen una contribución fundamental a la creación cultural, histórica y actual de una utopía andina y universal. Gutiérrez va haciendo camino desde su hablar de Dios, desde el sufrimiento del inocente. En esa huella humilde hilvana una utopía que conduce desde “otras Indias mejores” en el siglo XVI hasta “otras Américas mejores” en el siglo XXI. Entre estas dos centurias se producirán dos cambios de época que han conmovido los cimientos de la humanidad hacia horizontes ilimitados. En nombre del Dios de Jesucristo, del valor de la vida y la libertad humana, y desde el punto de visión de los pobres, Gustavo Gutiérrez es, junto con su antecesor Bartolomé de Las Casas, la conciencia lúcida de la continuidad y discontinuidad de la destrucción y la restitución de los indígenas en el siglo XVI, y de la opresión y liberación de los pobres en el siglo XX.9

9

Manuel Piqueras, “Hablar de Dios desde las Indias y las Américas”. Lima: 2008. Disponible en: <http://blog.pucp.edu.pe/blog/wp-content/uploads/sites/157/2013/06/392.pdf>.


II. LOS ANCESTROS HISPANOS, ANDINOS Y UNIVERSALES



Los lazos de sangre son el corazón y las entrañas en la vida de las personas y de las comunidades humanas. Por una parte, evocan el culto a los ancestros propios de todas las culturas de la humanidad, en la diversidad de los diferentes. Por otra, cuando adquieren una altura personal, libre y crítica, enriquecen e iluminan la historia personal y su circunstancia histórica. Si no se elevan a lo personal son meros árboles genealógicos vacíos o decorativos sin trascendencia. Los lazos de sangre paternos y maternos que tematizo en Libro de Emanuel buscan tener este alcance personal, libre y crítico. Sus orígenes hispánicos, andinos y universales configuran un haz de luz que marca nuestra identidad plural abierta. Los Piqueras y los Luna son un retablo de esta Tierra de nuestros dolores y alegrías, vienen de los de arriba −no desde los de abajo−, pero este origen sociocultural nos dio la oportunidad para poner nuestra capacidad y habilidad (nuestro ser y hacer) al servicio de la compasión y la solidaridad en Lima y Pakatnamu, en el Perú, América y el mundo. Somos conscientes de que Libro de Emanuel recapitula a la vez la novela familiar, el mito individual y la utopía mediante una autoficción.10 Me pregunto si la tetralogía: Manuel Piqueras, Lectura del Siglo XX: tiempo de tragedia y esperanza (1999), La edad de la utopía (2001), Solidaridad frente a homicidio: ensayos sobre la no violencia militante en el siglo veintiuno (2003) y Las paradojas de la soledad (2012) es autoficción.

10


92

Manuel Piqueras

1. Los lazos de sangre paternos Manuel Piqueras Cotolí: en busca del tiempo retornado11 Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), mi abuelo, nació en Lucena, Córdoba, España. Su padre, Manuel Piqueras Pérez, mi bisabuelo, casado con Josefa Cotolí Peñade, mi bisabuela, ambos de Valencia. Mi bisabuelo natural de Enguera y mi bisabuela natural de Aljunia de Torres-Torres. Mi bisabuelo era un oficial español destacado en Córdoba, falleció en la última guerra colonial española en Cuba siendo comandante de infantería y mi bisabuela se murió de pena, dejando en la orfandad a mi abuelo muy pequeño. Huérfano de guerra, Manuel Piqueras Cotolí, luego de un largo proceso formativo desde muy joven (Toledo, Madrid y Roma), se hizo artista; dotado de una sólida formación cultural, intelectual, escultórica, arquitectónica y urbanística. Desarrolló una visión estética, una obra artística y un principio de humanidad a contracorriente de las visiones estéticas hegemónicas en España y en el Perú. Este artista inconformista se fue haciendo en el tiempo y en el espacio, en la humanitas española y americana. Echar raíces en el Perú constituyó una revelación y un estímulo decisivos en la maduración y originalidad de su obra monumental. 11

Manuel Piqueras Luna, “En busca de la tierra del padre”, Revista Páginas, N° 186. Lima: abril, 2004. Véase Manuel Piqueras Cotolí (1885-1937): Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, Museo de Arte de Lima (MALI). Lima: septiembre de 2003.


Libro de Emanuel

93

El artista tuvo que simbolizar el horror de la violencia y sus heridas abiertas, que marcaron su leyenda personal y su circunstancia histórica: la muerte de su padre, oficial español, en la guerra entre España y Estados Unidos, acaecida en Cuba en 1898; y la desaparición inmediata de su madre. La remembranza de la destrucción de la Indias durante la conquista y la colonización española en el siglo XVI despertó en él una vocación de restitución. La Primera Guerra Mundial (1914-1918), acaecida mientras estaba formándose en Roma, lo marcó hondamente. La Guerra Civil Española, ocurrida entre 1936 y 1939, que él intuyó como una tragedia de conflagración y genocidio, y cuyo desenlace devastador no conoció porque murió intempestivamente en 1937, fue el motivo capital de su preocupación y desvelo durante sus últimos días. La monstruosidad de la violencia condujo al artista a elaborar una idea fuerza de reconstrucción personal y comunitaria; andina, hispánica y universal, que rubricó los cimientos más íntimos de su obra. Su idea cardinal de articulación de fragmentos enfrentados con furia, su propuesta de una unidad compleja y difícil de elementos distintos que, redivivos en una relación de alteridad, debían ir formando una identidad personal y colectiva en el Perú y en América, tenían su fuente en la experiencia de todas las violencias que lo signaron biográfica e históricamente. Su temprana muerte se debió, probablemente, a estos dolores que cargaba como un vía crucis. Antes de cruzar la frontera, traspuso magistralmente el diálogo entre dos mundos en el collage arquitectónico-escultórico del


94

Manuel Piqueras

Pabellón del Perú en Sevilla, llevando hasta sus últimas consecuencias su idea de las identidades diversas en la universalidad.

Entre España y América El periodo de aprendizaje, de los 20 a los 29 años de edad, de Piqueras Cotolí en España se puede considerar una etapa de educación temprana cultural y artística en escultura, arquitectura y urbanismo, que se extendió de 1905 a 1914 y le dio un soporte fundamental en su formación versátil de artista. Hay todavía mucho que indagar en este tiempo de su trayectoria artística. Sus largos años de estudio y ensayo en Toledo, Madrid y Roma, estos últimos, en la Academia Española de Bellas Artes -de 1915 a 1919entre los 30 y 34 años, le abrieron un horizonte muy vasto en el que combinó su talento y su trabajo con el estímulo de sus maestros. Así, fue adquiriendo por el camino de una educación formal y no formal de alta calidad, una maestría singular en el dibujo, la escultura, la arquitectura y el urbanismo. Sus contactos intelectuales y artísticos en Roma, con peruanos y americanos, lo llevaron a la búsqueda de una visión estética americanista, que solo pudo plasmar concretamente en las Américas. En el Perú, de ser un americanista conceptual pasó a ser el creador de un estilo fundacional como dibujante, arquitecto, escultor y urbanista. En 1919, cuando tenía 34 años de edad, arribó a nuestro país contratado como profesor de escultura de la recién fundada Escuela Nacional de Bellas Artes.


Libro de Emanuel

95

Entre 1919 y 1937, en que fallece intempestivamente a los 52 años, Piqueras realizó su obra: “Si con la fachada de la Escuela Nacional de Bellas Artes (1919-1921) y su Pabellón peruano en la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929), Piqueras irrumpe de manera polémica e innovadora en medio de la ortodoxia neocolonial y un ingenuo indigenismo para proponer una madura y original síntesis mestiza, con la Plaza San Martín y la urbanización San Isidro Piqueras abre nuevos caminos de comprensión y transformación de la ciudad […] Se trata sin duda de un pionero en el medio peruano […] una ciudad capaz de procesar una discusión sobre su propia identidad y destino entre lo propio y lo ajeno”.12

Dentro y fuera: un espíritu libre Piqueras Cotolí se formó siguiendo el empuje de las corrientes arquitectónicas y las tendencias escultóricas, dentro del apogeo del urbanismo de centralidad y de suburbio neobarrocos y neoclásicos modernos, que estaban en auge en la creación plástica y en el diseño de las ciudades en España y de toda Europa desde fines del siglo XIX hasta inicios del siglo XX. A contracorriente, el gran artista recreó esta innovación europea moderna, buscando las raíces prehispánicas en la compleja y

Wiley Ludeña Urquizo, “Piqueras urbanista en el Perú o la invención de una tradición” (con modificaciones), en Manuel Piqueras Cotolí (1885-1937). Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Museo de Arte de Lima (MALI): 2003. Pp.194- 242.

12


96

Manuel Piqueras

diversa civilización andina, e integrándolas a su lenguaje plástico y urbanístico como elementos vivos de un nuevo estilo que podríamos llamar mestizaje hispanoamericano. Inculturación auténtica y sincretismo vivo en las artes plásticas y urbanísticas del Perú y las Américas; en eso consiste su originalidad como artista y su aporte fundacional. Ni en España ni en el Perú estuvo al servicio de los proyectos culturales oficiales del poder. La paradoja y el azar en la historia, su participación en el proyecto de la Patria Nueva del despotismo ilustrado del presidente Augusto B. Leguía (1919-1930) en el Perú constituyó una reacción al proyecto del renacimiento neocolonial de la República Aristocrática (1895-1918). A la caída de Leguía, en 1930, la insurgencia militar encabezada por el general Óscar R. Benavides, que se instauró en el poder como una dictadura, se identificó con los movimientos totalitarios europeos: el franquismo y el fascismo. Piqueras recibió sus principales encargos arquitectónicos, escultóricos y urbanísticos del presidente Leguía, dentro de su proyecto de la Patria Nueva, pero la obra del artista español-americano fue realizada en contraposición al poder, con una auténtica identidad y libertad creadora. Piqueras fue uno de los grandes artistas del siglo XX, como lo fueron Paul Klee y Paul Gauguin en el siglo XIX. Su proyecto intelectual y vital, en busca de la tierra del padre, se resume en la contribución del arte a la solución de la crisis de identidad de estas y otras Américas.


Libro de Emanuel

97

Zoila Sánchez-Concha Aramburu: los años felices Zoila Sánchez-Concha Aramburú (1889-1991), mi abuela, nació en Lima. Su padre, Eduardo Sánchez Concha y Guzmán (1848-1928), mi bisabuelo, fue un eminente médico limeño, con un doctorado en el Perú y un posdoctorado en Francia y sobre todo una vasta experiencia práctica clínica al servicio de los de arriba y los de abajo. Fue un hombre de letras, culto y patriota que atendió a los heridos de la guerra con Chile, como en el Combate de Angamos y en el Huáscar. Casado con Zoila Aramburú y Sarrio en 1885, mi bisabuela, limeña. Fruto de esa unión nacieron Manuel Eduardo, Augusto, José Antonio, Luis, Enrique, María Isabel, Zoila y María.13 Mi abuela Zoila, limeña culta, inteligente y sensible, se casó en 1921 con Manuel Piqueras Cotolí, que llegó desde España al Perú en 1919, como profesor titular de escultura de la recién fundada Escuela Nacional de Bellas Artes. Sus hijos fueron Manuel -mi padre-, Augusta, Jorge, Jaime, Teresa (que falleció siendo pequeña), Carmen, Juan y Alejandro.

13

Rafael Sánchez-Concha Barrios, “Historia y Genealogía de la Familia Sánchez-Concha”, Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas (IPIG), Revista N° 22. Lima: 1999.


98

Manuel Piqueras

2. Los lazos de sangre maternos La trascendencia de la obra de los Luna en Pakatnamu14 Roberto Luna Vargas: el paradigma de los Luna El paradigma de la trascendencia de los Luna en Pacasmayo fue Roberto Luna Vargas (1852-1916), quien, luego de un tiempo largo y formativo en el Colegio inglés de Valparaíso en Chile, logró “El artificio científico técnico del reservorio que surgió de la irrigación de El Hornito en el Valle de Jequetepeque, obra del talento y del trabajo realizado con una cultura superior”15. Heredó tierras de su madre, que él extendió con una destreza comercial especial, como lo señalan los relatos orales y la documentación que los sustenta. Este centro de estudios internacional le dio una visión amplia de la técnica moderna, los negocios y la política: “Por indagaciones hechas, estudió en The Valparaíso Artisan School, dirigido por Peter Mackay, profesor natural de Glasgow, Escocia. Por esa época Valparaíso contaba con una fuerte presencia inglesa. Fue por ello que en el año 1857 se

14

Escrito por: Equipo de investigación Luna (Fernando Luna Salcedo, Francesca Denegrí Álvarez Calderón y Manuel Piqueras Luna), sin la colaboración de nuestros familiares Luna (especialmente de los Luna Polo y de los Luna Izquierdo, y de sus descendientes) y de amigos especialistas en genealogía e historia, esta síntesis documentada hubiera sido imposible. Cabe destacar la iniciativa y coordinación de Jorge Hernán Luna Duran.

15

Manuel Piqueras Luna, “A modo de introducción”, en Libro de Emanuel (en edición). Lima: 2015.


Libro de Emanuel

99

formó el primer colegio en Chile, que basaba su estructura educacional en el diseño británico. No solo su fundación fue un hito en la historia de Valparaíso, sino que además durante sus años de enseñanza en la región proporcionó al Perú y a Sudamérica políticos, comerciantes y empresarios importantes como Manuel Pardo, Billinghurst, Leguía y Piérola del Perú, el presidente Ballivián de Bolivia y otras distinguidas personalidades chilenas, como Agustín Edwards de El Mercurio (…)”.16

Sus padres y abuelos El primer Luna que llegó de Lima a Pacasmayo a mediados del siglo XIX fue Antonio Luna Manrique, hijo de Don José Cayetano Luna Zegarra, capitán de fragata, propietario del bergantín GLINA. Colaboró con Lord Cochrane en la Independencia (el GLINA es considerado el primer barco que tuvo el Perú independiente; en el año 1822 compró el bergantín Antelope que se llamó después General La Mar). Su madre fue la patriota peruana Doña Juana de Dios Manrique de Luna, distinguida dama limeña, quien tuvo un rol protagónico en la causa de la emancipación al auspiciar económicamente a los patriotas y ayudar, arriesgando su vida, al pescador chorrillano y gran héroe José Olaya en su misión de trasladar las correspondencias entre aquellos. Antonio Luna Manrique viajó al norte buscando nuevos horizontes, recaló en Pacasmayo, que era un puerto mayor de comercio internacional; y ahí se enamoró de la ilustre dama sampedrana Doña Josefa Vargas 16

Equipo de investigación Luna, Base de datos, Archivo privado: Lima: 2015.


100

Manuel Piqueras

Ríos, propietaria de grandes terrenos agrícolas sembrados de alfalfa colindantes con El Hornito; fruto de ese amor vio la luz su hijo único, Roberto Luna Vargas. Los padres de Josefa Vargas Ríos fueron dos acaudalados españoles, Don Agustín Vargas y Doña Fermina Ríos, quienes dejaron un legado de educación y una fuente de recursos a sus hijas, Teresa y Josefa. Gracias a ello, Josefa despegó con gran talento en los negocios, que luego heredaría su hijo Roberto. Años después, Roberto Luna Vargas compró a sus primos maternos, hijos de la tía Teresa, la tierra colindante a El Hornito, llamada “Signan arena de la Pampa”. La huaca mochica Signan tuvo un alto valor simbólico relacionado con los orígenes de los negocios de su madre y gozó de una buena oportunidad comercial.

Agricultura, irrigación, comercio y patriotismo Roberto Luna Vargas es el primer Luna que nació en Pacasmayo; fue un héroe de la resistencia contra la invasión chilena. Apoyado por un grupo de jóvenes de San José se enfrentó a una patrulla de soldados chilenos para defender el honor de unas damas, víctimas de abuso sexual. Por temor a las represalias tuvo que internarse en la sierra de Cajamarca y pasó a formar parte del movimiento de montoneros que hostilizaron al ejército invasor. Después de un tiempo regresó a Pacasmayo y fue recibido como un héroe del Valle de Jequetepeque. En la guerra civil de 1985 colaboró con Piérola en la revolución contra Cáceres (en 1894, este había ganado las elecciones presidenciales


Libro de Emanuel

101

en un cuestionado sufragio nacional, hecho que provocó -contra él- la formación de la Coalición Nacional, integrada por los demócratas y civilistas, encabezados por Nicolás de Piérola). Señala Razuri en el libro citado que “En su indómita altivez, don Roberto tuvo, en 1894 (…) una valerosa resolución. Tomando la carabina al brazo, se sumó a los revolucionarios de la época que demandaban el respeto a la ley y la vuelta a la constitucionalidad. Se incorporó a las huestes revolucionarias de Teodoro Seminario; asistió al combate de Guadalupe; derrotó a Vivanco en San Marcos y desempeñó importantes comisiones durante la larga campaña.” Participó en ella en varios enfrentamientos armados, uno de esos combates fue el ataque a la plaza de Guadalupe, donde “le obsequiaron un tiro que le hizo perder un ojo y con el único que le quedó, siguió adelante en sus afanes revolucionarios y en sus labores agrícolas”); desde esa oportunidad fue conocido como el “Tuerto Luna”.17 Roberto Luna Vargas, luego de su formación profesional en la escuela inglesa de ingeniería en Valparaíso, consolidó las propiedades de su madre Josefa Vargas Ríos, ampliándolas a cerca de 7,000 mil hectáreas de ricos terrenos agrícolas, convirtiéndose en uno de los más grandes propietarios agrícolas del Valle de Jequetepeque. Se dedicó a la siembra del arroz, a la crianza de ganado lechero y a otros negocios que le dieron balanza equilibrada en su fortuna. 17

José Vicente Razuri Cortez, Pacasmayo y sus hombres representativos. Lima: 1997. Véase también, Nicanor de la Fuente Sifuentes, Los hombres de mi provincia. Chiclayo: 1997. Las copias de estos escritos se encuentran en el Archivo Privado Luna: Lima: 2015.


102

Manuel Piqueras

En la ciudad de Guadalupe, construyó el primer ingenio de pilar arroz de la provincia de Pacasmayo. Se transformó de ese modo en pionero de la agroindustria, integrando verticalmente sus actividades agroempresariales. Este emprendimiento se tradujo en la búsqueda, tanto de superiores utilidades como en la creación de un mayor valor agregado, partiendo del sector primario en la cosecha del arroz hasta el consumidor final en el pilado y comercialización del mismo. Antonio Saavedra y Roberto Luna Vargas compraron las haciendas “Catalina” y “La Calera”, la que fue explotada por muchos años después de disolverse la sociedad. En la división y partición, a los Luna se les adjudicó “Catalina” y a los Saavedra “La Calera”. En total, las haciendas que tuvo Roberto Luna Vargas en sociedad con Saavedra fueron Chafán Grande, Chafán Chico, Faclo Grande y Faclo Chico, Cafetal, Campanita y Casque, además de Catalina y La Calera. Con doña Micaela Polo Esteves tuvo once hijos, de los cuales vivieron Roberto Antonio, Eleodoro Augusto, Micaela Josefa, Jorge Eleuterio, Víctor Alfredo, Juana Manuela, Julia Leonor, María del Carmen Elena; fallecieron a temprana edad: Carlos Miguel, María Teobalda (gemela de Julia) y Manuel Antonio. De su unión con doña Gaudiosa Izquierdo Razuri, de Cajamarca nacieron Carlos Miguel, Josefina, Ramiro Alfonso y Roberto Armando.

Mujeres extraordinarias Doña Juana de Dios Manrique de Luna, abuela de Roberto Luna Vargas –quien como ya mencionamos desempeñó un rol protagónico


Libro de Emanuel

103

al intervenir en la causa de la Independencia con un coraje hasta casi entregar su vida– es la única mujer cuyos restos mortales reposan en el Panteón Nacional de los Próceres. Doña Josefa Vargas Ríos, propietaria de grandes terrenos agrícolas, mujer emprendedora y madre dedicada de Roberto, su único vástago. Los principales fundos agrícolas que pertenecieron a la familia Luna Polo fueron El Hornito, Catalina y Farfancillo. Con gran visión desarrollaron la agricultura intensiva en el valle, realizaron los estudios inaugurales del proyecto de irrigación del Valle de Jequetepeque y construyeron el primer reservorio de agua de la costa norte, que fue la laguna del Hornito. De esta manera aseguraron el regadío y la productividad de los terrenos agrícolas. Este estudio es el único que fue íntegramente financiado por los propios agricultores liderados por los Luna Polo, base para la construcción del reservorio de Gallito Ciego.

María Angélica, mi madre: una Luna espiritual María Angélica Luna García, mi madre, nació en Lima; su padre, Jorge Luna Polo, mi abuelo, se casó con María Angélica García Egúsquiza, mi abuela. Nieta por el lado paterno de Roberto Luna Vargas y de Micaela Polo Esteves. Se unió en matrimonio con Manuel Piqueras Sánchez-Concha, marino de guerra, submarinista, primero en la orden del mérito naval durante su larga carrera. Tuvo por hijos a Manuel, Jorge, Enrique, Carlos, Mercedes, Antonio, Javier y María Elena.


104

Manuel Piqueras

El lavatorio de los pies de mi madre, María Angélica Una prima Luna, sobrina en línea directa de mi madre, me preguntó: dónde va a ser la misa del año de la partida de tu madre. Mi respuesta evocó inmediatamente lo que siempre he llamado “el lavatorio de los pies de mi madre”, recordando el Evangelio de San Juan. “La celebración del lavatorio de los pies” (Juan: 13,1-20) es algo que llevo muy dentro de mi corazón. Cuando era un púber, encontré casualmente a mi madre en una habitación discreta de la casa, lavándole los pies a una sirvienta muy jovencita, que tenía una infección con pus en un dedo. Me quedé absolutamente sorprendido, sin entender nada en ese momento −el impacto me causó náuseas−, mirando a mi madre arrodillada ante una sirvienta, sin decir ni una palabra, curándola con mucho cariño y respeto. Este hecho ha marcado mi vida y es coherente con lo que he escrito, María Angélica: mansedumbre y astucia. Mi madre era una mujer creyente, lectora de la Biblia, equilibrada, ecuánime, con los pies en tierra, de gran ternura. De ahí su talento pedagógico para transmitir como una suave brisa un mensaje y un testimonio de compasión y solidaridad humana y cristiana a sus hijos. No hay misa de conmemoración en el segundo año de su partida. La costumbre general en Lima es la misa del mes y la misa del año del fallecimiento de un pariente, así como la visita a las tumbas en los cementerios en el día de Todos los Santos, que se conoce en la religiosidad popular como Día de los difuntos.


105

Libro de Emanuel

Personalmente, recordaré este domingo, su mensaje y su testimonio en lo profundo de mi corazón y de mis entrañas, en esta casa de Barranco −“el pequeño Malambito”−, como lo llamaba Manolo, mi padre, con tranquilidad y paz, tal como ella me enseñó.

En el nombre de mi madre, María Angélica: mansedumbre y astucia Salmo 131 Con espíritu de infancia No está inflado, Yahvé, mi corazón, ni mis ojos subidos. No he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me vienen anchos. No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño destetado en el regazo de su madre. ¡Cómo niño destetado está mi alma en mí! ¡Espera, Israel, en Yahveh desde ahora y por siempre! En mi memoria viva, el mensaje y el testimonio de mi madre, María Angélica, −al conmemorar el segundo año de su partida, el próximo domingo 26 de febrero−, se resumen en tres grandes enseñanzas cristianas y humanas, que iluminaron el sentido de mi vida, de mi palabra y de mi acción: buscar la inocencia con experiencia, cuidarse de los hijos de las tinieblas, que son más astutos que los hijos de la luz; y


106

Manuel Piqueras

adquirir la capacidad de moverse en medio de lobos, con la astucia de la serpiente y la mansedumbre de la paloma. En el recuerdo vivo de mi madre, Mujer-Amor, en su vida y en su muerte, sus iluminaciones son de una vigencia sorprendente. Son, además, según la Escritura, el corazón pensante de la predicación de Jesús de Nazaret, presente en toda la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. No están en el centro de este breve texto las luces y sombras de mi existencia, sino por encima de todo, la remembranza del mensaje y el testimonio de mi madre.

Su enseñanza fundamental: inocencia con experiencia He estado pensando en la visión del pequeño que me transmitió mi madre desde que era niño hasta que me hice adulto. Me habló de los niños y de los adultos (“inocencia con experiencia”, en el caso de los adultos) según la enseñanza de Jesús: “Yo te bendigo Padre, porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes, y se las has revelado a pequeños” (Mateo, 11-25), la que tan bellamente se expresa también en el Salmo 131 que encabeza esta breve meditación. La preferencia por el pequeño es la inversión mesiánica central de Jesús, alrededor de la cual se despliegan todas sus otras inversiones mesiánicas: su predicación sobre la compasión y la solidaridad, sobre la justicia y la caridad; la acogida a la viuda, al huérfano y al extranjero. A veces siento y pienso que la perspectiva del pequeño nos liberará


Libro de Emanuel

107

y nos salvará. Solo tenemos que confiar, como confiamos en el amor entre el amado y la amada, que se revela en el bello poema “Noche Oscura”, de San Juan de la Cruz.

Un sentido realista del mal: los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas “Los hijos de las tinieblas son más astutos (…) que los hijos de la luz” (Lucas, 16-8). Es un tema fundamental que recorre toda la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, que mi madre me citaba iluminándome para fortalecerme y no dejarme inerme ante mis propios límites humanos y al acecho exterior de los hijos de las tinieblas. Tardaba en tomar conciencia de este mensaje que me removía hasta los “conchos”. Todo el mensaje de mi madre se resume en la palabra de Jesús: mansedumbre y astucia: “Miren que yo los envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, astutos como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo, 10-16). ¡Cuántas veces escuché esta iluminación en la maternidad y filiación que compartí felizmente con ella! Gracias, María Angélica, madre maravillosa, tu recuerdo libera y salva por siempre.



III. EN BUSCA DE LA TIERRA DEL PADRE



1. Orfandad Manuel Piqueras Cotolí nació en 1885 el 17 de mayo, en Lucena, Córdoba. En 1898 falleció su padre, siendo comandante de infantería en la guerra de Cuba. Poco después murió su madre. La orfandad no determinó su vida por más dolorosa que esta fuera. Paradójicamente, desarrolló su creatividad, su talento y el trabajo con los maestros compañeros de su padre, que lo estimularon en el Colegio de Huérfanos María Cristina. “Cumpliendo el inexcusable deber informativo, acudimos al Hotel Inglaterra, con el objeto de conversar con el arquitecto autor del proyecto del pabellón que la República Peruana va a elevar en el recinto de la futura Exposición Iberoamericana. Caminando en dirección al alojamiento del señor Piqueras Cotolí repetíamos estos apellidos intentando recordar que nos eran o nos habían sido familiares. ¿Pero cómo podía ser –nos preguntábamos− si en el Perú no conocíamos a nadie? Llegamos hasta el ilustre profesor de la Escuela de Bellas Artes de Lima, y en cuanto cambiamos con él media docena de palabras tuvimos la clave. El señor Piqueras, hijo de un comandante español sufrió con nosotros, hace ya muchos años, las consecuencias de aquella guerra de Cuba,


112

Manuel Piqueras

de infausta memoria. Y como perdiéramos en ella a nuestros padres, hubiéramos de juntar nuestros lutos rojos en el Colegio de Huérfanos de María Cristina. Muy niños aún salimos de aquel benéfico asilo, mil veces bendito, con la preparación suficiente para mirar cara a cara la vida, emprendiendo cada uno la ruta que más le agradó o la que le impusieron las circunstancias […]. El camarada de ayer nos ruega que, por ahora, no le preguntemos más, y ya la charla se encamina hacia el recuerdo de los amargos días de la orfandad, en los cuales nos cobijó el techo de María Cristina, donde unos hombres buenos que fueron compañeros de nuestros padres nos enseñaron el camino del triunfo, que Piqueras ha seguido con paso firme”. 18

2. Los

años formativos19

Toledo: 1899-1906 En 1899 ingresó al Colegio de Huérfanos María Cristina, en Toledo. Empezó a dibujar y modelar esculturas. Fue discípulo del comandante Manuel Gonzales Simancas, maestro que lo estimulaba. En 1904 envió su obra Al pobre ciego, busto en yeso, a la Exposición Nacional de Madrid, donde obtuvo una Mención de Honor. En 1906, abandonó Toledo y se trasladó a Madrid, con paso firme. 18

Museo de Arte de Lima, “Documentos (Cherif-El-Madini, El Liberal, Sevilla, 4 de septiembre de 1927)”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Lima: 2003, pp. 253 y 254.

19

Los datos de los años formativos de Manuel Piqueras Cotolí han sido tomados con modificaciones de “Cronología”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Lima: 2003, pp. 243- 249.


Libro de Emanuel

113

Madrid: 1906-1914 En Madrid, entró como aprendiz al taller del afamado escultor Miguel Blay, donde permanecerá los siete u ocho años siguientes. Fue condiscípulo y amigo cercano de Antonio Rodríguez Hernández, conocido como Julio Antonio. Ambos tenían talleres en la calle Villanueva junto con el pintor y crítico de arte Francisco Pompey. Conoció a Victorio Macho. Participó en la Exposición Nacional con tres retratos al carbón y siete esculturas de mármol y escayola. Recibió Mención Honrosa. Frecuentó a intelectuales como Eugenio D’ Ors, Emilio Carrere y Álvaro Hernández Catá. Trabajó para la fundición Codina, donde aprendió las técnicas del oficio. Varios monumentos de Mariano Benlliure y Agustín Querol fueron ejecutados por él. Paralelamente inició su formación como arquitecto, colaborando con la casa constructora Algueis y con otros prestigiosos estudios. Entre 1907 y 1914, a horcajadas entre sus intentos de presentarse como pensionado a la Escuela Española de Bellas Artes en Roma y su trabajo arquitectónico y escultórico en Madrid, Piqueras Cotolí avanzó resueltamente en su maestría como artista. En 1907 presentó a la Exposición General de Bellas Artes, Una chula, escultura en escayola. En 1910 mudó su taller a Glorieta de Atocha 8. Fue discípulo del escultor barcelonés Filiberto Montagud, tomó parte en la Exposición Nacional con un retrato en yeso en forma de medalla. En 1912 concurrió a la Exposición Nacional con un boceto escultórico en barro. En 1914 ingresó con el primer puesto y como titular a la Escuela Española de Bellas Artes en Roma.


114

Manuel Piqueras

Roma: 1915-1918. Ingreso en primer puesto y como titular a la Escuela Española de Bellas Artes El 2 de febrero de 1915 obtuvo el pasaporte del Ministerio de Estado para trasladarse a Roma. Allí realizó un torso masculino. En 1916 trabajó las esculturas destinadas a exhibirse en Madrid. Conoció a los peruanos Enrique Domingo Barreda y a Jaime de Ojeda, que fueron de visita a la Academia Española de Roma. En 1917, dos obras suyas –un torso masculino y una figura de anciana− son enviadas a la exposición de los pensionados en Roma, abierta en el mes de febrero en el Ministerio de Estado, en Madrid. En 1918 llevó a cabo las esculturas La leona herida y El amor roto, que son despachadas a Madrid y colocadas en el Ministerio de Estado. Entabló correspondencia con Barreda para ser contratado como profesor de escultura en Lima. En mayo de 1919 remitió fotografías de sus obras a Barreda, quien se encontraba en Londres. Ese mismo mes, Eduardo Chicharro, director de la Academia de Bellas Artes de Roma, certificó por escrito sus méritos artísticos. El primero de junio fue nombrado profesor de escultura de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima. Suscribió contrato en la Embajada del Perú en Paris. El 15 de junio Miguel Blay le extendió otra carta de recomendación desde Madrid. Se embarcó en el vapor Ucayali y arribó a la capital peruana el 31 de julio. Recién llegado empezó a dibujar las primeras ideas para la urbanización San Isidro.


115

Libro de Emanuel

3. Manuel Piqueras Cotolí Vega: mestizaje

y el Inca

Garcilaso

de la

La fusión hispana, andina y universal del Inca Garcilaso de la Vega y de Manuel Piqueras Cotolí tuvo en el siglo XVI y en el siglo XX una influencia decisiva de Al Andalucí. En ese crisol ambos forjaron su mestizaje, cada uno en su tiempo −cuatrocientos años de diferencia− y cada uno con su originalísimo genio. Córdoba fue el centro cultural de esas fusiones.

El trasfondo histórico y su eco en el siglo XVI y el siglo XX: tolerancia y mestizaje Como observó María Rosa Menocal en su libro La joya del mundo,20 ya en el siglo X, en la España gobernada por los musulmanes, Córdoba llegó a ser un rival tan serio como Bagdad, incluso más, para alcanzar el título del lugar más civilizado del mundo. La tolerancia entre musulmanes, judíos y cristianos se manifestó en este tiempo de creación artística en Córdoba, como el gran centro multicultural. Esta porción de la historia del arte en Al Andalucí constituyó estímulo de intuiciones muy bellas y hondas, cuya resonancia se oirá con fuerza, pero también con delicadeza, en el siglo XVI y en el XX. No podemos dejar de pensar e imaginar que este eco, como un haz de luz, marcó las obras del 20

María Rosa Menocal, The ornament of the world: How Muslims, Jews, and Christians created a culture of tolerance in medieval Spain, Nueva York, Little Brown, 2002, p. 86 [trad. esp.: La joya del mundo, Plaza &Janés, 2003].


116

Manuel Piqueras

Inca Garcilaso de la Vega y de Manuel Piqueras Cotolí, en épocas muy distintas, en sus creaciones maduras, originales y tan diferentes.

4. El Pabellón del Perú Sevilla: 1929-1930

en la

Feria Iberoamericana

de

Cuando Manuel Piqueras Cotolí llegó al Perú en 1919 como profesor de escultura en la recién fundada Escuela de Bellas Artes, exploró su proyecto estético y su creación artística: síntesis originalísima del mestizaje. El giro genial, el Pabellón del Perú en la Feria Iberoamericana de Sevilla 1929, recibió el Gran Premio del Jurado Superior por el Pabellón y por el conjunto escultórico, La Patria, su obra maestra, como él la describe notablemente aunque con modestia en sus breves escritos de madurez y da cuenta de su monumental legado arquitectónico, escultórico y urbanístico. Piqueras Cotolí dibujaba magistralmente antes de realizar sus proyectos.21

5. Arquitecto, escultor Perú: 1919-1937

y urbanista entre

España

y el

Manuel Piqueras Cotolí, artista inconformista que se fue haciendo en el tiempo y en el espacio, en la humanitas española y americana. Enraizarse en el Perú constituyó una revelación y un estímulo decisivos en

21

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú. Lima: 2003, pp. 251-267. Disponible en: <http://blog.pucp.edu.pe/item/166921/manuel-piqueras-cotoli-y-el-inca-garcilaso-de-la-vega>.


Libro de Emanuel

117

la maduración y originalidad de su obra monumental. Si bien intuimos que tenía una idea-fuerza de una síntesis mestiza neoamericana inspirada en España, tal como lo señalamos en sus complejas y mediadas relaciones con el Inca Garcilaso de la Vega, es en el Perú que echó raíces y donde encontró el rincón para concretarla y transfigurarla. Su idea cardinal del mestizaje, articulación de fragmentos enfrentados violentamente, su propuesta de una unidad compleja y difícil de elementos distintos que, redivivos en una relación de alteridad, debían ir formando una identidad personal y colectiva en el Perú y en América, es alumbrada en territorio peruano.

La idea germinal: “ir a lo hondo, hacia atrás” Piqueras Cotolí hizo del espacio americano el lugar significante de su búsqueda estética, de su creación artística y de su exploración de un principio de humanidad, de confrontación con el pasado para dar cara al futuro de un nuevo renacimiento de la identidad de las Américas. El artista hispanoamericano fue, en ese sentido, un creador multifacético del siglo XX. Fundó un lenguaje original en las artes plásticas peruanas; lo hizo, además, en el centro histórico colonial español en el sur de las llamadas “Indias” durante el siglo XVI, y en el núcleo histórico neocolonial criollo de las llamadas “Américas” durante los siglos XIX y XX. En la nueva visión estética, el artista español oponía “fusión” a “superposición” de dos estilos arquitectónicos y escultóricos distintos y opuestos: los de las culturas indígenas y los de las españolas. Así, señalaba que


118

Manuel Piqueras

“Observando la raza nueva aún en formación. Viendo algunos ejemplares de la arquitectura peruana en la Colonia, [constaté que] solamente hay superposición de estilos [indígenas y españoles]”.22 Para Piqueras, “fusionar” significaba unir estilos diferentes como iconografías vivas no como una colección de antigüedades superpuestas, en una monumental síntesis nueva: “[Esta visión de la superposición de estilos] me hizo pensar que era posible ensayar o resucitar como veremos más adelante una arquitectura netamente peruana; moderna, en la cual estuvieran reflejados, el espíritu, los ritmos, el alma de un pueblo; de los pueblos y las culturas que pasaron por estas tierras”.23 A contracorriente, “superponer” era poner un estilo sobre otro: de un lado, una relación de dominación y sumisión, de yuxtaposición de lo español sobre lo indígena en el caso del “hispanismo” neocolonial; de otro, sustituir el lenguaje plástico por una denuncia social de la situación de los indígenas vencidos por los españoles conquistadores y encomenderos o por sus herederos republicanos −oligarcas y gamonales− en el caso del “indigenismo”. Su juicio estético sobre la cultura y el estilo artístico colonial y neocolonial es lúcido, irónico y lapidario: “En plena colonia crece un arte español nacido aquí. Es el criollo, colonial. Siglo XIX, fines de la colonia,

22

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, p. 255.

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, p. 255.

23


Libro de Emanuel

119

república, una inmensa laguna, desde poco antes de la Independencia hasta hoy. Influencia europea, imitación sin orden ni concierto, ni gusto, que lo arruina y lo confunde todo. Renacimiento colonial, hispano-yanquisante con gafas californianas”.24 El artista trasciende las visiones antagónicas “hispanistas” e “indigenistas”, en una síntesis nueva, en un melting pot andino, hispánico y universal democráticamente articulado. Piqueras busca ir a lo hondo, hacia atrás, hacia lo prehispánico, presentando el lado vigoroso y creativo de la cultura indígena frente a la española, no el camino trillado de la visión de los vencedores ni de los vencidos en la Conquista, la Colonia y la República: “Con este concepto como guía, como obsesión, desde el año 1919 empecé a aplicar la decoración indígena sobre formas europeas, criollas o españolas (entre 1919 y 1921, la fachada de la Escuela de Bellas Artes de Lima, en 1924 el salón del Palacio de Gobierno) pero esto no era lo que buscaba, no satisfacía mi anhelo […]. Tenía que ir a lo hondo, hacia atrás, para encontrar un firme [fundamento] […]. Con estos elementos y con un espíritu totalmente moderno, porque moderna es toda la vida que vivimos y cualquier reproducción arqueológica nos hubiera llevado a hacer algo muerto, empecé a dibujar el Pabellón con que el Perú concurría a la Feria Iberoamericana de Sevilla, creyendo que la Nación debía presentarse ante las demás, en este magnífico certamen, con algo suyo, muy suyo,

24

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, p. 255.


120

Manuel Piqueras

que la diferenciara de las otras, que la afirmara en su personalidad artística. […] En el Pabellón peruano he intentado esto para el Perú y para América”. 25 El Pabellón del Perú, su obra cumbre, que ganó el Gran Premio para nuestra patria en la Feria Iberoamericana de Sevilla (1927-1930), es la plasmación de lo que Piqueras nombró tentativamente como un collage andino e hispánico llevado hasta sus últimas consecuencias.

El espíritu de un pueblo: arte e identidad En el proceso de creación plástica y urbanística de Piqueras Cotolí, luego de obtener el Gran Premio en Sevilla, es muy significativa la madurez que adquiere su reflexión sobre una política cultural: “[…] pues si con algo un pueblo puede definir su personalidad en la historia y transmitirnos lo que fue, en algo es en su arte, en el más amplio sentido de la palabra, pero no solamente su gran arte sabio, música, literatura, pintura, escultura, arquitectura, etc. sino más todavía en el que se dice pequeñas artes, artes industriales, artes populares, folklore arquitectónico o musical, etc. que forma su espíritu, que influyen en todas las otras facetas de su vida (intelectual, política, etc.) artes vivas que nacen de la sangre, de la entraña, de la raza, que son producto de su psicología y que forman su psicología”.26 25

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, p. 255.

26

Disponible en: <http://exposicioniberoamericanadesevilla1929.blogspot.com/2010/04/ pabellon-del-peru.html>.


Libro de Emanuel

121

Su idea de la cultura y el arte es, a la vez, creación de los intelectuales y del pueblo. Se vincula con el proyecto de una nación en formación, de una comunidad en busca de una identidad: “[…] Todo en la paradoja, cuando buscamos muy profundamente en el particularismo racial, en el sentido nacional, afirmándolo, descubrimos esa sutil retícula hermana, convirtiéndolo en universal […]. ¿Qué nos enseña todo esto? Que tendremos que buscar todas las soluciones de los problemas de la vida nacional; en el complejo nacional, donde está [la fuerza] vital de la raza, de aquello que tenemos junto a nosotros en ese complejo, sin imitar a otros que no están comprendidos en él, pues imitándolos, renunciamos a nuestro yo, hemos fracasado […]. Sólo cuando un pueblo se reconoce en su yo, lo afirma, lo define […]. Sólo en ese momento […] es un valor universal”.27

Maestría y vocación artística Piqueras Cotolí, como profesor de escultura de la Escuela Nacional de Bellas Artes (1919-1930), así como asesor de la dirección de la Escuela Nacional de Artes y Oficios (1930-1937), va a revelarse como un notable maestro. Su gestión en un proyecto de calidad de la educación artística y su labor como un formador vital de vocaciones, consagrado a sus alumnos artistas y artesanos, intelectuales y manuales poseen igual valor: “Eso mismo puede decirse de todos sus oficios: esas actividades manuales que algunos quieren separar de las intelectuales, pero 27

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, p. 256.


122

Manuel Piqueras

que no es posible hacerlo pues ellas dos juntas forman el complejo hombre, sin una o sin otra, nada de lo realizado en el mundo hubiera sido realizado, la mano es tanto como la cabeza, y la cabeza tanto como la mano”.28 El artista y educador va a orientar su actividad docente dando cara a la crisis de vocaciones. Suscitar vocaciones parece ser el centro intelectual y vital de su pedagogía: “La crisis que aquí sufrimos no es sólo de conocimiento ni de preparación técnica; de esto en comparación hay mucho, demasiado tal vez. La crisis es de espíritu, de orientación, de afición, de vocaciones. […] Ésta es la raíz del problema […]”.29 La escuela nueva de artistas y artesanos debe, simultáneamente, huir de la enseñanza estandarizada, tener una sólida unidad en torno a propósitos claros y poseer sentido práctico. En esta perspectiva, la disciplina es concebida como el estímulo de vocaciones y no como el castigo que prejuzga y estereotipa a los alumnos. El gran maestro propone una educación personalizada, que desarrolle la inteligencia, la cultura, la destreza artesanal y la vocación artística por encima de todo.

6. Su

partida temprana

Manuel Piqueras Cotolí funda en el Perú un hogar con Zoila, su mujer, decisiva en su obra y en su vida. Ella lo acoge y le da la inteligencia y madurez afectiva que necesitaba para crear durante los años felices 28

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, p. 256.

29

Museo de Arte de Lima, “Documentos”, en Manuel Piqueras Cotolí (1985-1937), Arquitecto, Escultor y Urbanista entre España y el Perú, p. 257.


Libro de Emanuel

123

que compartieron junto con sus hijos pequeños, que él llamaba “diablillos”, como Manuel, Augusta, Jorge, Jaime, Teresa (que falleció muy niña), Carmen, Juan y Alejandro. Por lo que tuvo de imprevista, instantánea y prematura, tengo conciencia de que la muerte temprana de Manuel Piqueras Cotolí causó un dolor muy grande a mi padre, su hijo mayor, con apenas quince años, a mi joven abuela Zoila, viuda a los treinta y siete años, y a los más pequeños de sus hijos e hijas.

Elegía a Manuel Piqueras Cotolí30 por Belsarima ¿Tu mano creadora, sabia y certera, que supo infundir vida, ha de quedarse quieta? ¿Tus ojos relucientes, de sueños y quimeras, como dos faros rotos, quedarán en tinieblas? ¿Tu mente, esa llama que iluminó las piedras, puede apagarse de súbito como cae una estrella? Agudos puñales fríos, tu corazón han herido. ¡Tú, que hiciste hablar al mármol, en mármol te has convertido! Lima, agosto de 1937

Cuaderno de Belsarima (María Isabel Sánchez- Concha Aramburu, escritora, poeta y guionista). Archivo privado de Marisa Pinilla Sánchez-Concha, viuda de Mujica.

30



IV. EN BUSCA DE LA TIERRA DEL HIJO



A Julián, hijo de Emmanuel y Gabriela, el niño de mis sueños.

Emmanuel Piqueras:

autobiografía31

El mar Crecí en Chorrillos, un barrio costero de la ciudad de Lima. Soy surfista desde los 8 años y es en la playa donde aprendí a pescar, a marisquear y a mezclar los cebiches. Mi interés por los productos marinos y por la culinaria chorrillana me llevó a cocinar desde muy joven.

Mi primer maestro y Pantagruel Empecé profesionalmente en el año 1994 con el chef más renombrado de la época, don Cucho la Rosa, en el primer restaurante de cocina fusión de Lima: Pantagruel. En este restaurante se lanzó la cocina novoandina del gastrónomo Bernardo Roca-Rey, actual director de la Sociedad Peruana de Gastronomía, Apega.

31

Disponible en: <http://www.saboryfusion.com>. Corrección: Carolina Teillier.


128

Manuel Piqueras

En Pantagruel comencé como aprendiz de chef y terminé como subchef de 1994 a fines de 1999. En ese año me gradué en la carrera de chef en Cocina y Pastelería, formando parte de la primera promoción de Le Cordon Bleu en Lima.

Arzak, mi segundo maestro En el año 2000 fui aceptado por el chef Juan Mari Arzak en San Sebastián, País Vasco, España. Arzak ha obtenido tres estrellas de la Guía Michelin, es el número cuatro del mundo según la Guía Pellegrino y mejor chef de Europa por repetidas veces, entre otros reconocimientos. El primer año hice una pasantía (equivalente a una maestría) en cocina vanguardista. El segundo año me contrataron y fui promovido a chef de partie, cargo que ejercí hasta fines de 2002. Ese año regresé a Lima para casarme con mi novia, Gabriela León, en ese momento una top model en el Perú y estudiante de Psicología de la Universidad de Lima.

Mi primer proyecto en Estados Unidos: Andina En 2003 fui contratado como consultor por Andina Restaurant, de la ciudad de Portland, Oregon, para diseñar y equipar la cocina, confeccionar la carta y entrenar al personal. Después de recibir una buena oferta, me quedé allí como chef ejecutivo. Mi esposa, Gabriela, entró a la Portland State University para continuar sus estudios. En 2004 la revista Epicurius me nombró Embajador de la Cocina Novoandina en Estados Unidos. La revista Gourmet categorizó a Andina


Libro de Emanuel

129

Restaurant como big deal, cuando había solo dos restaurantes en esa categoría en el estado de Oregon. Step aside Nobu, Piqueras tiraditos are better (‘Hazte a un lado Nobu, los tiraditos de Piqueras son mejores’), escribieron en Gourmet. En el año 2005 la revista Food and Wine me nominó para el premio Best New Chef. El mismo año recibí el premio Rising Star otorgado por la revista Restaurant Hospitality a los nueve mejores chefs jóvenes de Estados Unidos. Para cerrar el 2005, Andina recibió el premio Restaurant of the Year, del diario The Oregonian.

Mixtura en Seattle A principios de 2006 abrí el restaurante Mixtura, al este de Seattle, Washington, como chef ejecutivo y socio, con la insignia de cocina novoandina. El restaurant se hizo rápidamente conocido, y a los tres meses de inaugurado recibimos 3.5 estrellas de la crítica gastronómica del Seattle Times, Nancy Leson. Luego de ello, Mixtura se convirtió en el restaurante de moda en el área. Además, ganamos el reconocimiento al mejor happy hour del lado este de Seattle. Trabajé en el proyecto Fare Start, de la Fundación Bill Gates, dirigiendo a un grupo de muchachos con problemas de conducta para integrarlos a la sociedad mediante la formación gastronómica. Actualmente hay una placa con mi nombre en la fundación, en agradecimiento a mi labor social.


130

Manuel Piqueras

Limon, San Francisco La familia Castillo me contrató para reabrir su restaurante Limon, en el Mission District de San Francisco. Este restaurante peruano fue el más famoso del área hasta que abrió La Mar, de Gastón Acurio. Luego de que Limon sufriera un incendio y el seguro reconstruyera el local, me contrataron para plantear una propuesta más moderna, obtener un buen rating y volver a ser el número uno de los restaurantes peruanos instalados en el área. Efectivamente, en el año 2009 reabrí Limón, con un planteamiento moderno. Recibimos tres estrellas del crítico de gastronomía Michael Baur, del periódico San Francisco Chronicle (una estrella más que La Mar, que había abierto seis meses antes). El mismo año Michel Baur escribió el artículo “Chef’s out of the box”, donde me nombró como uno de los tres chefs de la ciudad que estaban dándole una nueva perspectiva a la cocina tradicional.

Restaurante Panca, West Village, Nueva York Abrí el restaurante Panca en el año 2008, con el formato de cebiche-bar y cocina criolla, en el mercado más difícil de Estados Unidos: la Gran Manzana. Fue un año difícil debido a la crisis económica, y por eso, para apoyar el negocio y aliviarlo de mi salario, me fui un tiempo a San Francisco, ciudad menos afectada por la crisis, para reabrir Limon. Regresé en el año 2010 a Panca y me quedé hasta el 2014.


Libro de Emanuel

131

En 2012 el gobierno peruano premió a Panca y a Pio-Pio por la difusión de la gastronomía peruana en el extranjero, siendo ambos los únicos dos restaurantes del Three State galardonados. Junto con Rubén Blades y otros nominados, en el año 2014 recibí el premio El Award, de El Diario/La Prensa, que reconoce la labor de los latinos más notables del Three State. Como clientes regulares he atendido a Mario Testino, Sara Jessica Parker e Ethan Hawke, entre otros.

PromPerú Desde 2005 represento a mi país, por medio de PromPerú (instancia del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo), en numerosas reuniones de los mercados estadounidense y canadiense. Como chef, me encargué de los banquetes que tuvieron lugar durante el nombramiento de la primera dama de la nación, Nadine Heredia, como Embajadora Mundial de la Quinua, en Nueva York y en Washington D.C. He tenido el honor de cocinar para muchos presidentes; entre ellos, Jimmy Carter y el presidente del Perú, Ollanta Humala. Mi más reciente labor en Nueva York ha sido dirigir el cóctel del evento Alta Moda, de Mario Testino, donde cociné para la reina Sofía de España, entre otras personalidades.


132

Manuel Piqueras

Ministerio de Cultura En mayo de 2014 representé al Perú en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO). El Perú fue el país invitado de honor, y nuestra delegación batió un récord histórico de asistencia y ventas.

Mis nuevos proyectos Actualmente conduzco el programa de cocina Sabor y Fusión, en coproducción con Canal Sur Perú. Además, escribo un libro de cocina peruana sana y sostenible, con un enfoque social y de protección al ecosistema. El próximo año abriré mi primer restaurante en el Centro Histórico de Lima, y en él voy a plasmar casi 18 años de preparación personal y profesional. El estilo reunirá la tradición con la modernidad, y usaremos productos peruanos traídos de 100 kilómetros a la redonda, con el centro de Lima como punto capital de la cadena productiva”.


V. EPÍGRAFE: LIBRO DE EMANUEL, EN SU ESPÍRITU MÁS ÍNTIMO



Amadeus

de la

Lengua

de la

Mancha

¿Por qué el arquetipo poético de Amadeus es el alma de Libro de Emanuel y de mi obra escrita? Estoy tratando de tomar lúdicamente mi alumbramiento, Libro de Emanuel, pero me asusta. Solo puedo mirarlo. No tengo distancia sobre mi escrito, son los huesos de mi alma, la columna vertebral, su médula espinal. Mi única memoria es el ojo mental (miré y vi el mundo como escritura), mi instinto iluminado por la inteligencia. No tengo memoria auditiva, lo que me entra por un oído me sale por el otro. Insisto, ¿por qué el arquetipo poético de Amadeus es el espíritu íntimo de mi obra? No tengo ninguna capacidad de hacer una reflexión de segundo grado sobre este libro, no puedo hablar de él, solo podría leer intuitivamente algunos breves textos que se articulan en su fragmentación, como un rompecabezas que se arma con las manos, como un collage que se pinta en un lienzo. Necesito meterme en el mundo de mis nietas y mi nieto, ver bellas películas sobre niños con ellos acá, en el pequeño Malambito de Barranco, eso me da tranquilidad y paz, me olvido de todo, solo existen ellos, soy tan solo papapa-nana. Necesito descansar, perderme


136

Manuel Piqueras

en la inocencia de los niños de mis sueños, que me salvan de la angustia y el dolor. ¿Por qué titulo este opúsculo Amadeus de la lengua de la Mancha? Es el epílogo de mi libro, significa que la creación artística no es mérito humano: es don, que uno tiene que agradecer, más allá de ser consciente de que no eres nada ni nadie, más allá de estar dispuesto a ser enterrado en una fosa común como un pobre diablo.


Advertencia sobre las fuentes Libro de Emanuel se basa en escritos ya publicados por el autor desde hace más de dos décadas, sea en ediciones impresas o en digitales. Hay nuevas investigaciones y ediciones, especialmente realizadas sobre la base del Archivo Privado de los Luna o en la Autobiografía escrita por Emmanuel Piqueras. Todas aparecen en las notas a pie de página del texto. El secreto está en la autoficción.


Libro impreso en JesĂşs Bellido M. Los Zafiros 244, La Victoria, Lima. Telef.: 470 2773 Tiraje: 500 ejemplares



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.