Alcalá la Real en un grabado del siglo XIX

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“ALCALÁ EL REAL”, la huella de un artista romántico. Tres variaciones sobre un mismo tema. Manuel Martínez Vela. Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada. Granada, septiembre de 2012.

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A principios de 1833 el pintor británico David Roberts pasó por Alcalá la Real. (fig. 1) Roberts había venido a España con la intención de recorrer Andalucía y plasmar en dibujos

lo

más

llamativo

e

interesante de una tierra que empezaba a despertar el interés y la curiosidad

de

los

europeos.

Andalucía era por aquellos años una tierra atrasada que aparecía llena de contrastes a los ojos de quienes en otros lugares de Europa estaban asistiendo al avance de la revolución Fig. 1 Retrato de David Roberts, por Charles Baugniet

industrial. Los innumerables restos de un pasado musulmán que en gran

medida dibujaban el perfil del paisaje urbano y las peculiaridades de sus habitantes habían convertido a nuestro país, y especialmente a Andalucía, en el paradigma europeo del exotismo para los románticos de la época. Viajeros como Chateaubriand, Washington Irving, Alexandre Laborde, Guirault de Prangey, Richard Ford o Lord Byron ya habían empezado a difundir la imagen de una tierra insólita, llena de leyendas y paisajes misteriosos, castillos, mezquitas y palacios; y Roberts, como ellos, se sintió atraído por este territorio tan sugerente. David Roberts nació en Stockbridge, cerca de Edimburgo, el 24 de octubre de 1796. De familia modesta, pronto empezó a mostrar cualidades para el dibujo y a los 16 años ya trabajaba como pintor de escenografías en un circo. Con 24 años se trasladó a Londres, donde empezó a trabajar como pintor de decorados en algunos teatros, como el Drury Lane Theater o el Covent Garden. En poco tiempo Roberts consiguió un gran prestigio y llegó a ser considerado como uno de los mejores pintores de escenografías del Reino Unido. Sin embargo este trabajo no

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llegaba a satisfacerle plenamente, por lo que en 1824, en la cúspide del éxito, lo dejó todo y empezó a recorrer Europa pintando paisajes y monumentos de los lugares que visitaba. Parece ser que no tuvo gran éxito con estos trabajos, y así, en 1832 decide viajar a España buscando algo nuevo y distinto de lo que sus ojos habían contemplado hasta ese momento. Roberts llegó a España en diciembre de 1832. Entró por la frontera de Irún y continuó atravesando la península en dirección al sur visitando ciudades como Vitoria, Miranda de Ebro, Burgos, Madrid, Córdoba, Alcalá la Real, Granada, Loja, Málaga, Ronda, Gibraltar o Sevilla de las que dejó constancia en su carpeta de apuntes. Tras tener que abandonar precipitadamente España a causa de la epidemia de cólera que se declaró en Sevilla mientras residía en esta ciudad, Roberts vuelve a Londres a finales de octubre de 1833. Su equipaje va repleto de dibujos y bocetos sobre los que empezará a trabajar para elaborar las ilustraciones que se reproducirían más tarde en las litografías pertenecientes a la colección Sketches in Spain y los grabados incluidos en la colección Landscape Annual, una serie de guías anuales con información para viajeros que publicaba Robert Jennings en Londres desde 1830. En esta colección publicó cuatro volúmenes agrupados bajo el titulo de Tourist in Spain, el primero de los cuales, dedicado a Granada, vio la luz en 1835.1 Precisamente este tomo es el que contiene el conocido grabado titulado ALCALÁ EL REAL que representa la fortaleza de La Mota vista desde el este. Roberts obtuvo un gran éxito, refrendado por las más de 2.000 libras que le abonó su editor,2 una suma muy considerable para la época. Además de los grabados y litografías Roberts realizó algunas pinturas destinadas a satisfacer la demanda de ciertos clientes con poder adquisitivo que no se contentaban con las estampas y querían poseer versiones al óleo de alguna de aquellas imágenes. 1

ROSCOE, Thomas. The tourist in Spain. Granada, con ilustraciones a partir de dibujos de David Roberts. Robert Jennings and Co. Londres, 1835. 2 Según GALERA ANDREU (1991) esta es la suma que percibió. Sin embargo, GÁMIZ GORDO (2011) rebaja esa cantidad a 420 libras, aunque aclara que sería el precio más alto pagado en su tiempo por dibujos de esta naturaleza, a excepción del pintor Turner.

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La obra: Tourist in Spain. Granada. El libro consta de un total de 304 páginas3 a las que hay que sumar las 21 hojas correspondientes a los grabados. Además de estos grabados se incluyen otras 10 viñetas xilográficas insertadas en el texto, al comienzo de cada capítulo. Aunque la mayoría de las ilustraciones corresponden a escenarios de la propia ciudad de Granada, sobre todo la Alhambra, Roberts no deja de reflejar algunas de las imágenes que le han impresionado durante el viaje. Así, junto a la vista de Alcalá, aparecen otras de Luque, Ronda, Gaucín o Loja. (fig. 2) Aunque la obra es sobre todo conocida por las ilustraciones de Roberts éste no es el autor exclusivo. Los textos, que van haciendo un recorrido por la historia de la conquista de Granada y describiendo sus monumentos y paisajes, se deben a la pluma de Thomas Roscoe, un autor experimentado en el género de libros de viajes. Los grabados Fig. 2 Primera página de Tourist in Spain: Granada

tampoco

están

ejecutados

directamente por Roberts. Él es el autor de los dibujos en los que se basaron los grabadores contratados por la editorial para ejecutar las planchas. En la época en la que se edita este libro todavía no se había inventado el fotograbado, y para reproducir cualquier imagen no había más remedio que recurrir al grabado en planchas de metal o bloques de madera 3

El formato es 19,2 x 12 cm. Existe otra edición limitada de un álbum publicado en 1837 con el conjunto de grabados de Roberts sobre España, impresos lujosamente y con amplios márgenes, en papel de 41 x 28 cm. En esta edición el grabado sobre Alcalá presenta alguna diferencia con el publicado en 1835. Concretamente se ha modificado la tipografía del título sustituyéndose la romana inicial por la inglesa.

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por medios manuales. De este trabajo se encargaban artistas y técnicos altamente especializados, grabadores o xilógrafos expertos en las diferentes técnicas del grabado con buril, aguafuerte, etc. La autoría de estos es reconocida hasta el punto de que los grabados aparecen firmados con el nombre del autor del dibujo, David Roberts, y del grabador de cada uno de ellos. El propio Roberts se encargó de la selección de los grabadores, entre los cuales encontramos los nombres de E. Goodall, J. Fisher, James B. Allen, J. H. Kernot, Freebairn, J. C. Armytage, J. Carter, J. Stephenson, R. Wallis, T. Higham, J. Cousen, J. C. Varall, W. Raddyffe, J. T. Willmore, W. Wallis y E. Challis. La laboriosidad del trabajo en las planchas obligaba a contar con un elevado número de grabadores para poder realizar el trabajo en un periodo de tiempo corto, lo que hubiera sido imposible de haberse encargado de esta labor un solo grabador. Con respecto a la autoría del grabado sobre Alcalá, lo encontramos reseñado en el ángulo inferior derecho

y corresponde a James B. Allen. Junto con

los nombres del autor del dibujo y del grabador aparece el título de la estampa, “ALCALÁ EL REAL” en el que observamos cómo el artículo femenino LA ha sido cambiado por el masculino. Debajo del título aparecen los datos del editor (Robert Jennings & Co. London) la fecha (28 de octubre de 1834) y el taller donde se imprimieron las estampas (Lloyd & Hennings). (fig. 3) Los grabados Los 21 grabados están realizados sobre plancha de acero. La mancha, es decir la superficie de la imagen impresa, tiene unas dimensiones de 14 x 9,4 cm., a lo que hay que sumar lo que ocupa el texto también grabado en la misma plancha. El grabado al acero se utilizó ampliamente en Inglaterra durante la primera mitad del siglo XIX. Las tradicionales planchas de cobre se sustituyeron por las de acero que, por su mayor dureza y resistencia, permitían largas tiradas sin sufrir desgaste. Para el trabajo de las planchas se usaban diferentes técnicas como el aguafuerte o el buril.

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Fig. 3 Alcalá el Real. Grabado de James B. Allen sobre un dibujo de David Roberts. 1834.

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El grabado sobre Alcalá la Real No conocemos el dibujo original que Roberts entregó al editor, por lo que no podemos saber hasta qué punto el grabado es fiel al mismo. Sí es evidente que, aunque la silueta de la fortaleza de la Mota es perfectamente reconocible, el resto de la composición está dominada por una interpretación fantástica y exagerada de la orografía y la vegetación. Como buen representante del romanticismo, Roberts acentúa los rasgos consiguiendo que la estampa adquiera un grado de misterio y exotismo que ahora nos parece excesivo, pero que era el que demandaba el público inglés de la época. Aunque muchos otros de los grabados incluidos en esta obra parecen ser más fieles a la realidad, no es éste el único en el que el artista ha recurrido a hacer una interpretación más o menos libre del modelo. En el que representa la fachada del Corral del Carbón, (fig. 4) por ejemplo, se permite ciertas licencias compositivas: elimina los edificios de la acera derecha de la estrecha calle que desemboca en el edificio árabe y coloca en su lugar unas edificaciones que estaban cercanas pero no en el lugar donde aparecen representadas4.

Fig. 4 Casa del Carbóu (sic.) Publicado en Tourist in Spain: Granada.

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En concreto vemos a la derecha de la imagen parte del convento del Carmen (actual Ayuntamiento de Granada) con su desaparecida torre.

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Es lo que, desde mi punto de vista, hace Roberts con la vista de Alcalá: utiliza diferentes bocetos de lugares distintos para componer una imagen a su gusto. Se trata de una especie de puzle o collage en el que fusiona elementos diversos. Cuesta imaginar que los pequeños arroyos que atraviesan el entorno de Alcalá pudieran sugerir a Roberts esos profundos barrancos y cortados, esos despeñaderos tan acentuados que dibuja en los accesos al pueblo. Si embargo, como más adelante veremos, es posible que encontrara la fuente de inspiración en otro lugar no demasiado lejano. El texto que describe la imagen pretende contextualizarla dentro de un duro viaje entre Córdoba y Granada en el que el viajero, el artista en este caso, se ve obligado a atravesar un terreno accidentado, por senderos tortuosos y medio abandonados. Con muchas imprecisiones geográficas5 el autor del texto describe la escena en la que el viajero, que bien podría ser el personaje que aparece representado en el ángulo inferior derecho montado sobre un caballo, se aproxima a Alcalá procedente supuestamente de Luque: «Dejando a la derecha la fortaleza de Luque el viajero se interna en la alta cadena montañosa que forma la gran frontera de Granada, que es, de hecho, una extensión de ese famoso conjunto de baluartes naturales conocido como las Alpujarras. Con un paisaje atravesado por arroyos que en determinados períodos del año aumentan su caudal por las lluvias, el artista tuvo que afrontar un riesgo y una dificultad considerables para obtener este encuadre, más aún ante la ausencia de puentes. Sin embargo, debió haber sentido que la grandeza salvaje de los paisajes que le rodeaban, el entorno romántico de los pueblos y ciudades con sus antiguos castillos árabes y toda la historia que les acompañaba compensaban con creces sus esfuerzos […]. Entre estos antiguos castillos, uno de los más notables y bellos es el de Alcalá la Real. El panorama que ve el viajero cuando se aproxima, con el sol de poniente bañando sus muros angulosos y tiñendo de luz dorada sus almenas semiderruidas, es aún más impresionante desde las grandiosas ruinas romanas esparcidas por doquier. 5

Estas inexactitudes pueden atribuirse a que realmente Roscoe escribió el texto sin haber visitado España, basándose en la información que le proporcionó Roberts y en relatos de viajeros anteriores. Thomas Roscoe no pudo viajar a España hasta 1835, después de haber publicado los dos primeros volúmenes, para tomar las notas que le sirvieron para redactar los textos de los volúmenes siguientes.

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Una empinada pendiente, que se encuentra en un estado peligrosamente descuidado, es el único acceso a la antigua calzada romana. El momento elegido por el artista para representar este interesante monumento es la salida del sol, tan difícil de plasmar. El pueblo en sí, con sus gentes andrajosas y la miserable posada en la que el propio artista se hospedó, no cuenta con nada que atraiga la atención del viajero. De hecho, podemos estar de acuerdo con el artista cuando al levantarse por la mañana dice “¡Soy el mejor bravucón pulgoso de Andalucía!”, como hiciera el caballero de «The Mountaineers».6 Pero el viajero llegará a Granada esa misma noche, lo que compensa cualquier pequeño inconveniente que pueda encontrar en su ruta desde Córdoba. Durante las últimas guerras de Granada, Alcalá, uno de esos pueblos que parece haber brotado de la propia roca, estuvo bajo el mando del bravo Conde de Zendilla (sic.) […]. »7 La lectura de estas líneas deja claro que al artista, al viajero, le causó una mala impresión el pueblo, con su posada miserable y sus pulgas con las que debió combatir durante la noche. También nos da una idea del grado de fidelidad del texto y la imagen con la realidad. Sugiere el autor que el viajero se aproxima a Alcalá desde Córdoba y sin embargo vemos que el caballista que aparece en el grabado lo está haciendo realmente desde Granada. Asegura también que la vista está realizada al amanecer a pesar de que el lugar donde ha representado el sol brillando corresponde con el oeste8. Con respecto a la calzada romana que cita no sabemos si forma parte de alguna información que Roberts trasladó al autor de los textos o, lo más probable, es una licencia de éste para acentuar el carácter exótico del paisaje. Roberts viajaba de Córdoba a Granada cuando hizo la parada en Alcalá (febrero de 1833). A la llegada debió impresionarle el perfil de la fortaleza y esa misma tarde tomaría algunos apuntes, uno al menos desde la salida hacia Granada, donde hoy están las escuelas del Coto aproximadamente. Al día siguiente,

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El autor se refiere a la obra teatral The Mountaineers publicada por George Colman the Younger en 1808. 7 Traducción de Elvira Martínez Rueda 8 Aunque unas línea antes describe al viajero acercándose a la ciudad a la puesta de sol: “when the setting sun rests upon its jutting angles”

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reiniciado ya su camino hacia la ansiada ciudad de la Alhambra, conforme se acercaba al paso natural entre la zona montuosa y la Vega de Granada, la garganta que atraviesa el río Velillos a los pies de Moclín, se detendría para reflejar en su cuaderno de apuntes este paisaje protagonizado por el impresionante cortado rocoso. Desde mi punto de vista Roberts debió elaborar la imagen definitiva sobre Alcalá, la que entregó al grabador para su traslado a la plancha, a partir de varios de los apuntes tomados durante este tramo del viaje. Es bastante probable que algún dibujo sobre la garganta que da paso a la Vega de Granada a los pies de Moclín sirviera de base, junto con alguno de los apuntes tomados sobre la fortaleza de la Mota, para elaborar la imagen que finalmente se grabaría en la plancha. Parece como si a Roberts le hubiera parecido que al castillo alcalaíno le faltaba un elevado cerro escarpado a sus pies, que contribuyera a acentuar el sentido de verticalidad y le aportara un aspecto más abrupto, y al perfil agreste de la Boca de Moclín un buen remate de murallas y torres, justo las que había visto unas leguas antes en Alcalá. La silueta de esta formación rocosa desde la actual carretera de

Fig. 5 Grabado original y fotomontaje del autor.

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Granada, coincide casi al milímetro con la representada en el grabado de Roberts. El fotomontaje adjunto puede dar una idea de hasta qué punto pudo ser este paisaje moclinero el que usó Roberts como pedestal para la fortaleza de la Mota. (fig. 5) Hay otro grabado de la misma obra que parece haber sido inspirado en mayor o menor grado en el escarpado cerro de Moclín. Se trata del que aparece en la primera página de «Tourist in Spain» dedicado al castillo de Luque (fig. 2). Las peñas sobre las que se asientan ambas fortificaciones presentan un cierto parecido en ambos grabados. Más adelante veremos que otro artista recurrió a algunos detalles del grabado que representa Luque para elaborar otra imagen fantástica sobre Alcalá. VERSIONES DEL GRABADO DE ROBERTS.

Fig. 6 Dibujo de E. Buttura. Grabado por H. Boullemier.

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El grabado de Buttura / Boullemier en France Militaire. (fig. 6) En 1838 se publica en París el tomo 4ª de la obra “France Militaire”9, una historia del ejército francés que en este volumen se dedica a las gestas de Napoleón, entre ellas la ocupación de España. El texto está ilustrado con un gran número de grabados que representan mapas, personajes y ciudades. Entre estas últimas aparece representada una vista de Alcalá la Real10 para ilustrar un pequeño texto en el que hace referencia a la toma de Alcalá por las tropas napoleónicas. Comparte la página con otra representación de Ronda. Tanto la vista de Alcalá como la de Ronda (fig. 5) están claramente inspiradas en las de Roberts. Coincide en todos los detalles, los barrancos y tajos, el caballista, la vegetación, incluso el título, Alcalá el Real. Son, como otros muchos de los grabados de este libro, plagios realizados con la finalidad de abaratar costes aunque eso supusiera tener que ilustrar la obra sin demasiada exigencia en cuanto a la originalidad de las imágenes. El tamaño de la viñeta que representa la vista de Alcalá es menor que el original (11 x 7,7 cm.) pero lo que más lo diferencia es el tratamiento plástico. Mientras que en la obra de Roberts se resuelven los volúmenes y las luces por medio del claroscuro, es decir, de una gradación tonal que va desde el negro más intenso al blanco puro, y que crea una atmosfera mágica y sugerente, con un detalle y minuciosidad extraordinarios, el grabado francés presenta un trabajo mucho más simple en el que prevalece la línea sobre la mancha. El grabado está firmado por el dibujante y el grabador. En este caso la autoría del dibujo se la atribuye E. Buttura11 mientras que el grabado lo firma H. Boullemier.

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Hugo, A. France Militaire. Histoire des Armées françaises de terre et de mer de 1792 a 1837. Volumen 4. Chez Delloye, editeur de la France pittoresque. Paris, 1838. 10 Hoja independiente de texto entre las páginas 252 y 253. 11 Eugène-­‐Ferdinand Buttura (París, 1812-­‐1852) fue un pintor paisajista, que se formó con Paul Delaroche y Edouard Bertin. En 1837 obtuvo el Gran Premio de Roma de paisaje histórico.

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Fig. 7 Jenaro Pérez Villaamil. Vista de Alcalá la Real. Óleo sobre lienzo. 1836 12

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Reproducción publicada en el catálogo de la exposición Tres maestros del paisaje decimonónico español. Jenaro Pérez Villaamil. Carlos de Haes. Aureliano de Beruete, Madrid, Centro Cultural Conde Duque, 1990.

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La versión de Pérez Villaamil Jenaro Pérez Villaamil, es uno de los más importantes pintores románticos españoles. Nacido en 1807 en El Ferrol, fue militar y estuvo exiliado en Puerto Rico durante dos años. Regresó a España en 1832 y al año siguiente conoció a Roberts durante su estancia en Sevilla. Fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes y pintor de cámara de Isabel II. La influencia que Roberts ejerció en la obra del artista gallego fue muy notable, hasta el punto de que varias de las obras de Villaamil, como la vista de Gaucín (Málaga) que conserva el Museo del Prado, son versiones en pintura casi literales de grabados del artista escocés. Sobre el grabado de Alcalá también realizó un cuadro que fue expuesto por primera vez en 1836, es decir un año después de la publicación de los grabados de Roberts en Inglaterra. El cuadro titulado Vista de Alcalá la Real13 (fig. 7) se presentó en la Exposición de la Academia de San Fernando, junto con obras de otros pintores como “el artista de cámara Vicente López”, según refiere el Semanario Pintoresco Español14. Junto a la vista de Alcalá, Pérez Villamil presentó un conjunto de 14 obras entre las que se encontraban cuadros titulados Ruinas y molinos de Alcalá de Guadaira, La Catedral de Sevilla por el lado de las gradas, El interior del claustro de San Juan de los Reyes en Toledo, Fragmento de Granada, etc. El crítico que hizo la reseña sobre la exposición destaca especialmente a Villaamil de quien afirma que “El profesor que se hace más notable en esta esposicion, tanto por la cantidad de los cuadros que ha presentado, cuanto por la originalidad é importancia de los asuntos que trata, es el señor Villa-­‐amil, por cuya asombrosa fecundidad y la manera ingeniosa y pintoresca de describir objetos nacionales, no dudamos apellidarle el Scribe de nuestro pintores. [… ] No concluiremos este párrafo sin tributar al señor Villa-­‐amil el testimonio de aprecio que merece por su estraordinaria laboriosidad, y el patriótico celo con que sin estímulo ni proteccion alguna, trabaja incansablemente en trasladar nuestras riquezas naturales y artísticas, visitando á su costa los pueblos 13

Vista de Alcalá la Real. Oleo sobre lienzo. 166 x 128 cm. Firmado y fechado ángulo inferior izquierdo: "G.P. de Villaamil, 1836". Colección Particular. Madrid.

14 Semanario Pintoresco Español. Núm. 28. 1836. Págs. 225 y 226.

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que las contienen aun con el triste convencimiento de no tener otra recompensa que el aprecio de las personas inteligentes y amantes del pais.”15 La influencia del grabado de Roberts en el óleo de Villaamil es más que evidente. No hay duda de que el artista gallego compone su obra a partir de este grabado aunque incluye algunas alteraciones. La coincidencia entre ambas imágenes es tan acentuada que podríamos decir que casi llega al nivel de plagio, algo que posiblemente Villaamil intenta disimular con pequeñas modificaciones, aunque finalmente algunos de estos detalles estén también extraídos de otros grabados de Roberts. La silueta de la Mota, que en esta pintura presenta una escala menor, aparece diluida entre las luces doradas del pretendido amanecer que bañan el conjunto de la obra dotándola de una tonalidad cálida en la que predominan los ocres y los amarillos. La composición incorpora algún elemento procedente de otro grabado del artista británico, como es la propia muralla que baja serpenteante al borde del precipicio y que coincide casi punto por punto con la que aparece en el grabado que representa la cordobesa población de Luque. (fig. 8)

Fig. 8 Detalles del grabado de Roberts que representa Luque (izq.) y del cuadro sobre Alcalá la Real de Pérez Villaamil.

15 La ortografía corresponde a la transcripción literal.

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Fig. 9 Edward Walker. Dibujo. Primer cuarto del s. XX (Colección particular. Granada)

El dibujo de Edward Walker Una última versión del grabado de Roberts sobre Alcalá es la que realizó el artista inglés Edward Walker hacia la segunda década del siglo XX. (fig. 9) La obra, un dibujo a lápiz sobre papel coloreado con acuarela está firmado aunque no fechado. En su reverso aparece el título, Spanish Monastery y el sello de la casa Christies de Londres donde salió a subasta el 30 de enero de 1991. Con unas dimensiones de 28 x 40 cm, la obra presenta un paisaje fantástico en el que la fortaleza alcalaína (un monasterio español, según el dibujante) aparece en un entorno aun más abrupto que el del grabado original en el que está basado el dibujo. Tras las rocas del primer plano y la silueta de la fortaleza, una mancha azul sugiere un lago o el mar, y tras él de nuevo la tierra. Para cualquier alcalaíno no deja de ser sugerente la escena en la que nuestra fortaleza, situada realmente a más de mil metros de altitud se asoma a la orilla del mar gracias a la fantasía de un artista que, aunque viajó por España, es probable que ni siquiera llegase a conocer nuestra ciudad más que por el grabado de Roberts.

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Edward Walker, un buen artista que gozó de reconocimiento de sus contemporáneos, fue un multifacético paisajista, cartelista, grabador y dibujante, que trabajó con óleo, acuarela, témpera, etc. y pintó frecuentemente escenas rurales y urbanas. Nombrado Associate of Royal College of Art, fue Jefe del Departamento de Diseño en la Sheffield Technical School of Art, donde trabajó entre 1906 y 1908. Se convirtió en Jefe del Departamento de Arte del London County Council Paddington Technical Institute desde 1908 hasta 1911, y a continuación Director de Arte del Cheltenham Ladies College desde 1911 a 1920. Finalmente desempeñó el puesto de director en la Scarborough School of Art desde 1921. Su obra está representada en importantes colecciones del Reino Unido. Walker viajó por España, Italia y Marruecos presentando algunas exposiciones en el Reino Unido con el fruto de sus trabajos inspirados en estos países. En la Royal Academy expuso algunas de estas obras como la titulada Granada from the Generalife (1912) y The Hermitage Gaucin (1926). El dibujo basado en la Mota también fue expuesto en esta institución, según figura en una anotación en el reverso del mismo (Exhibited at R. A.) y es probable que fuese por estos años. Conclusión: El grabado sobre Alcalá la Real incluido en la obra Tourist in Spain ofrece una visión de esta ciudad que en su conjunto poco se corresponde con la realidad, a pesar de que algunos de los elementos iconográficos que la componen puedan ser reconocibles como es el caso de la silueta de la fortaleza de la Mota. En un momento en el que aun no existe la fotografía, una imagen surgida en gran parte de la fértil inventiva de un gran artista consigue imponerse sobre la visión real hasta llegar a suplantarla. Esto resulta patente en las versiones de Buttura o Villaamil, quienes con casi total certeza no llegaron a visitar nunca nuestra ciudad, pero que por el título que le asignan a sus obras debieron creer estar representando a la ciudad alcalaína. Es de suponer que los franceses que tuviesen acceso a la obra sobre las conquistas napoleónicas o los visitantes de la exposición madrileña de 1836 no dudarían de que lo que estaban contemplando era la representación cierta

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de una pequeña ciudad-­‐fortaleza, encaramada a un agreste risco y perdida por tierras sureñas. Walker, ya liberado del carácter divulgador de las obras de los anteriores se siente más libre de fantasear con la imagen de la fortaleza y la convierte en un monasterio inaccesible en un entorno espectacular, cercano al mar, tal vez una especie de Peñón de Gibraltar asomado al Estrecho. Bibliografía: AA. VV. Tres maestros del paisaje decimonónico español. Jenaro Pérez Villaamil. Carlos de Haes. Aureliano de Beruete. Catálogo exposición. Centro Cultural Conde Duque. Madrid, 1990. ANÓNIMO. “Esposicion de 1836” (sic.) en Semanario Pintoresco Español, Núm. 28. 9 de octubre. Madrid, 1836. (http://www.bibliotecavirtualmadrid.org/bvmadrid_publicacion/i18n/publicacio nes/numeros_por_mes.cmd?anyo=1836&idPublicacion=8) DOLMAN, B. (ed.). A Dictionary of Contemporary British Artists 1929. Antique Collectors Club. Woodbridge, Reino Unido, 1981. GALERA ANDREU, P. La Granada de David Roberts. Catálogo exposición. Centro Cultural Caja Granada. 1991. GÁMIZ GORDO, A. “Las vistas de España del viajero David Roberts, pintor de paisajes y arquitecturas, hacia 1833” en EGA. Revista de expresión gráfica arquitectónica, nº 15. Asociación Española de Departamentos de Expresión Gráfica Arquitectónica. Universidad Politécnica de Valencia, 2011. (http://ojs.upv.es/index.php/EGA/article/view/992/1046) GIMÉNEZ CRUZ, A. La España pintoresca de David Roberts: el viaje y los grabados del pintor. Universidad de Málaga, 2002. HUGO, A. France Militaire. Histoire des Armées françaises de terre et de mer de 1792 a 1837. Chez Delloye, editeur de la France pittoresque. Paris, 1838. (http://books.google.es/books?id=6287dXz7IQ8C&pg=PA284&dq=France+militai re+quatrieme&hl=es&sa=X&ei=hvCeUOSiLImI0AXu44CoDQ&ved=0CE0Q6AEwCQ #v=twopage&q&f=false) ROSCOE, T. The tourist in Spain. Granada. Robert Jennings and Co. Londres, 1835. (http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/consulta/registro.cmd?id= 6346) VIVES PIQUÉ, R. Guía para la identificación de Grabados. Arco/Libros S.L. Madrid, 2003 Nota: Enlaces activos 10/10/2012.

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