POAMARIO Mapi Rivera
POAMARIO Mapi Rivera
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EL AMOR ME VIVE. Yo sólo soy un cuerpo que lo alberga y, poco a poco, toma su forma, su mirada, su palabra. Cierro los ojos a todas las imágenes. Siento luz girando toda blanca. Reconozco el amor vivo dentro de mí. Luz, como espuma, me dilata el pecho. De tanto sentir amor no siento nada más. Hoy te muestro mi corazón para que te veas como en un espejo. Para que en este instante, al mismo tiempo, nuestros ojos lloren una lágrima. Para que una sonrisa suave amanezca en nuestros labios. Y nos demos un solo beso, un solo abrazo, una sola luz.
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HE LIMPIADO MI CASA, he sacado el polvo a todos los rincones. Me he vestido de blanco, y me he desnudado para abrazarte. Nada puede distraerme de mi amor, he colocado flores en todos los rincones. No hay lugar en este ser, que no vibre la luz del amor. Mi corazón ha dicho “sí”, abriendo la boca como un sol. Mi cuerpo ya no duerme, se ha liberado del amanecer, y del atardecer. Mi ser descansa en un solo abrazo de amor, permanece despierto en un único beso de luz.
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MI CORAZÓN SE HA PRONUNCIADO. Se ha hundido en el mar del amor y ha hecho girar todo mi ser en torno a él. Ha lanzado olas y sal hasta las puntas de mis dedos. Mis ojos han llorado, aliviados, dos lágrimas. La saliva de mi boca te ha dicho -“quiero quererte”. Mi corazón ha pronunciado su voluntad de ser amor. Todo mi ser se ha convertido en oídos, cada poro ha escuchado la firmeza del corazón. Ha temblado antes de dejar definitivamente de temblar. Respiro el sí de la luz que me mantiene erecta. Ninguna estrella fugaz pasa, sin desaparecer en ese mismo instante ante la afirmación de mi luz. La luz de amor permanece en mí, es el único aire que respiro; Mi corazón lo ha decidido así...
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...Todo lo que no sea este “sí” de luz y amor, son estrellas fugaces, son excusas, miedos, temblores, negaciones del sí. Todo desaparece cuando la luz se afirma, cuando el amor se expande Cuantas veces he abierto mi corazón al amor, le he permitido entrar, y he vivido su luz. Cuantas veces he olvidado el amor, y he vivido encerrada en la oscuridad. Ahora mi corazón no tiene puerta ni ventana, es una habitación para la luz.
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HE VACIADO con llanto mi cuerpo para ti, pero tú, ¿dónde estás? El agua pura que brota de tu rostro, me ha llenado con sus besos, y soy cántaro vacío y lleno sólo de ti.
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ERES MI PENSAMIENTO y no te pienso. Eres tu quien piensa mi pensamiento. Eres mi sentir y de tanto sentirte no te siento. Como respiro, así te amo, como late mi pecho, así te vivo. En la noche descanso contigo y no estas a mi lado. En el día no te veo y, sin embargo, sólo a ti te veo. ¿Cómo se puede no depender del amado para ser amante, y cómo puede el amado no depender de su amante? ¿Cómo se puede no depender del aire o del pulso del corazón? Cuando el aire circula constante y suave, entra, me recorre y siento como es en sí mismo aire, y sin dejar de ser aire, es, cuando me penetra, también yo...
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...¿Cómo podría mi vida no depender del aire, y el aire de mi respiración, y el hálito del aire y de la palabra, y la palabra del aire, de la humedad, y de mi voluntad de pronunciarla? La respiración circula y en silencio late la palabra. La palabra que, en latencia viva, no cesa nunca, comienza a sentirse como un susurro interno, hasta que inflamada de amor y de cultivo, estalla. Mi boca la da a conocer y la conoce, y se reconoce boca para decir la palabra. Dime, ¿cómo puedo yo vivir sino entregándote mi vida con cada exhalación, para recuperarla cada vez que tú me inspiras?
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HE SUBIDO AL SOL me he llenado de amor y he bajado con la boca plena, el corazón vibrante, para darme a ti. He subido al sol de nuevo y, suavemente, he bajado a tu cuerpo. El mío está desnudo porque hoy he descosido mi vestido. Un vestido que acumulaba días y experiencias desde mi concepción. Hoy he deshecho mi traje de novia para unirme a mi amor a ti, al amor que es mi piel desnuda, mi corazón solo, mi boca vacía, mi vientre silencioso, mis oídos sordos. Para unirme a mi amor a ti, mi compañero, que está conmigo aún en tu ausencia. Mi amor a ti, soy yo, nueva, soy yo, una visión; un camino sin bifurcaciones, un camino que empiezo a andar, todo de luz, sin pérdida. 91
ME HAS DADO UN BESO DE AMOR. Mi corazón se ha abierto, ha germinado por todo mi cuerpo. Mi piel tiene tacto invisible de flores. ¿Sabes qué dice su aroma?, ¿sabes porqué estalla mi corazón? ¿sabes de dónde mana el agua que limpia mi mirada?. Tu beso es un manantial que no cesa. Me siento inundada de agua pura, lloro y no estoy triste, el agua que brota, son, sólo, riachuelos de amor. Mi corazón húmedo, tierno, te ama. Recoge el agua de tu beso, se empapa del amor que le has dado. Reconoce el amor, se inflama de amor, se evapora de amor. Y sólo puedo llorar, llorar, llorar, como un río. Darte besos de agua, llorar amor, amarte amor. Sólo amando el amor, el amor vuelve a su fuente. 135
COMÍ DEL FRUTO PROHIBIDO, mi corazón maduró en una luz redonda, la abertura al paraíso. Con tus besos lavaste mi cuerpo, tu saliva era agua primigenia. El amor me envolvió en su placenta. El útero, el túnel, la puerta de mi nacimiento era mi propio corazón. Nací de mi misma a través de mi pecho. Ahora soy mi hija nueva y soy mi madre nueva. Tu amor me fecundó.
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HAY UN RITMO VIVO EN MI ANDAR. Miro a la cara, no me doblego ante lo que veo. He reconocido al amor y me dejo reconocer por él. Ahora se que el amor es independiente. Se deposita en mí con la levedad de una pluma, pero deshace mis sentimientos con la ferocidad del fuego. Ahora se que yo no soy mis sentimientos. Ahora se que el amor no es un sentir que pasa, como pasa un enfado, como pasa una ráfaga de odio. El amor viene a mí, cuando yo le abro mi pecho. No se si es él el que anula todo sentir, o mis pasiones se diluyen para recibirlo. Vivo gracias al amor, pero el amor no me necesita para vivir.
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LA GRAVEDAD NO AFECTA A NUESTROS CUERPOS mientras se aman. Nos recogemos y abrimos el uno en el otro, nuestro amor nos hace elásticos, ligeros, ingrávidos. No hay techo, ni suelo, ni casa, ni cosas, solos, envueltos de luz y de ternura, nos amamos. Cuando después de nuestra elevación, reposamos nuestros cuerpos abrazados, mi corazón te mira e irradia un amor que me traspasa. Mi sexo húmedo y mi boca te siguen amando. Es este amor que he engendrado o es este amor que me cultiva, el que me permite volar.
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ESTA LUZ prendió mi corazón vacío, yo no la llamé, vino y me embriagó de dulzura, vino y deshizo las fibras de mi conocimiento, vino y me convirtió en ella. Yo no la llamé, vino y, al tocarme el corazón, abandoné el anonadamiento, perdí lo que no tenía y gané vida abrasadora. Yo no la llamé, simplemente vino, eligiéndome. Después corrí tras ella y me perdí, su recuerdo me dolía, su ausencia era un abismo, casi deseaba no haberla conocido, pues, ahora, era yo una desconocida, casi anhelaba volver a la inocencia que aún no la ha probado. El mar primigenio era mi vida latente, ahora como una Venus, había sido concebida por la luz...
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...Me dolía el corazón de la añoranza, pero cuando la inocencia se vuelve sabiduría, no se puede tornar a la inocencia. Yo no la llamé, pero le abrí mi corazón, Dije; “hágase en mí según tu luz”, ella me inundó y en mí permanece. En mi pecho traspaso mi duelo por una yo que ya no existe y celebro la luz que vibra, acariciándome con fuerza. Mis lágrimas son ahora le luz.
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EL INFINITO ES EL ADN del ser humano entero. Dos en uno, femenino y masculino unido.
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TANTO AMOR, amor que me desborda como luz, amor que me supura, me transpira, amor que brota desde mi corazón abierto en un sutil abrazo que nos transporta a espacios elevados. Esto es lo que soy, una mujer que conoce su fuente de amor, que con el pecho inflamado se te muestra en la intimidad. Me desnudo, ya no de vestidos y abrazos, me desnudo de piel, me desnudo de carne, me desnudo de mí. En esta mirada embriagada de licor, me disuelvo en gotas luminosas. Soy el vapor que exhala el alambique de mi cuerpo, soy una aurora cálida, una nube luminosa que te envuelve y te penetra...
240
...Pero tú, también luciérnaga, poderoso chamán, tierno amor etéreo, tú eres un remolino de amor seminal. Me desnudo de cuerpo para que me veas con tus mil ojos, para que mi amor fusionado con el tuyo nos estalle y su impulso nos devuelva al origen de nuestro amor.
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PALABRAS LÚCIDAS, encendidas. Palabras llameantes como una lluvia cálida. Palabras, tormenta de verano en el centro de la sequía. Descargáis como quien lanza un rayo. Me llenáis como se llenan los pantanos y se desbordan los ríos. No sólo sois poesía, manáis de la fuente originaria. Por eso cuando os leo, siento que bullís como burbujas, que sois mensajeras de la vida y estáis vivas. Que no sólo sois poesía que nombra al amor, sino que le dais cabida, lo hacéis circular.
255
SIENTO RABIA Y ARDO, abro la boca y expulso fuego. Soy madera para la combustión, mujer que menstrua fuego, una vez al mes. Mujer que busca la luz, que anhela la luz y arde apasionada. Soy aspirante al sol, aunque la luna me regule, y la gravedad despierte mis mareas. Dentro de mí hay una semilla de sol que me evapora. Hay una caldera donde me cocino y me convierto en caldo de amor. Con el calor me vuelvo líquida y luminosa. Soy fuego y soy cuerpo que arde. Mi alquimia interior es abrasadora y creo quemar con la mirada. Mi amor es un líquido volcánico, mi naturaleza estalla deshaciéndome. Me elevo como una llama que se separa de su candil. Mi cuerpo de antorcha no es nada, una mota de luz en un océano luminoso, y es todo, una parte que se desprende y se diluye en un mar de luz.
327
HAY VERDADES que la palabra escrita poetiza, cuenta, desgrana, pero que sólo la palabra pronunciada puede revitalizar. Hay historias de amor, trovadorescas, apasionadas, místicas, pero sólo la humedad de un beso puede darles vida. En mi oído has susurrado el amor y mi pecho se ha inflamado. Como una semilla plena germino, abriéndome hacia la luz. Había leído acerca del amor, pero tú me has enseñado a amar. Existen palabras que permanecen vivas, vibrantes y se escriben en la mirada, en la piel, en el latir del corazón. Escribo sobre el amor sólo cuando lo vivo, sólo cuando fluye por mis venas y dicta mis palabras. Lo que está vivo tiene que circular. Lo que está vivo no puede estancarse. El amor es vida.
343
SÓLO SE ABRAZA SIN BRAZOS, sólo se abarca en el vacío, sólo se manifiesta en el vórtice de lo creativo. Quien permanece tierno y sensible madura sin envejecer, se vuelve sabio en la inocencia. Mi amor a ti me eleva al origen del amor, a beber directamente del manantial. Debajo de mi rostro y mis cabellos, en el hueco de mi tórax, en el espacio de mi vientre, en la extensión de mis brazos y piernas, vive un amor incontenible. Amanece atravesando la porosidad de mi piel y se oculta en la noche del olvido. Abro mis párpados y mi corazón, el ojo siempre atento gira alrededor del centro solar, fuente primigenia de la vida. Salgo a la superficie para respirarte. Este es un poema de otoño que transpira la añoranza del verano. Radiante, vuelvo a buscarte entre las hojas, vuelvo a abrazarte sin brazos, en la hondura del amor que no posee.
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ABANDONAR LO CÓMODO a su comodidad, lo confortable a su confortabilidad. Atravesar el frío, el viento, el espacio vacío. Atravesar el hogar para sumergirse en el bosque, hacer una inmersión en lo salvaje. Aullar para perder el habla, balbucear como un niño, para volver a nacer. En la burbuja de la ensoñación se vive sin despertar sospechas, se vive sin perturbar las aguas, el precio es el estancamiento. El viaje es el desarraigo del hogar, el viaje es la soledad y lo desconocido, el viaje es una decisión de vida. Mantener el amor en su inocencia, preservarlo como un continuo recién nacido, es la pulsión imprescindible para la vida. El amor brota del corazón y el corazón toma forma gracias al amor. Bombear, palpitar amor es su sentido vital, es su función orgánica...
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...La emanaciĂłn del amor se hace visible en la ternura, en su porosidad, en el brillo de la mirada y en la humedad de las palabras. Para acceder a lo esencial, hay que volver, continuamente, a sumergirse en su fuente, desprenderse de uno mismo y atravesar el corazĂłn en un viaje hacia el misterio. Lanzarse, a cada instante, al precipicio, sumergirse en las aguas matriciales, retornar a su oscuridad para rasgarla y darse a luz. No hay frondosidad que no duela atravesar, ni vacĂo en el que diluirse que no revierta en la libertad de volver a nacer.
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