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JOSÉ LUIS VALLEJO MARCHITE

RETABLO DE NAVIDAD (1995-2008)


Retablo de Navidad

A Sonia Pérez, cuya finura y simpatía son difíciles de olvidar.

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Retablo de Navidad

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ANGELUS

Hora de Anunciación. ¡Qué gran revuelo de abejas y de alondras contenidas, qué rosal de palabras encendidas, qué divinal prodigio en flor de vuelo! La alegre y blanca voz de terciopelo del arcángel Gabriel despierta heridas incertidumbres y de las dormidas esperanzas es bálsamo y consuelo. Con silencio de nieve la Palabra cae cual mansa lluvia y se detiene temblorosa, inquietante, cenital en espera del SÍ para que se abra, Doncella nazarena, el Dios que viene camino hasta tu seno virginal. 10-XI-95

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Retablo de Navidad

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VIRGEN DEL ADVIENTO

Nadie mejor que tú, niña María, sabe curvar al límite la espera; nadie mejor que tú, joven palmera, atesora la luz alta del día. Nunca mejor que en ti, plantel de umbría, pudo encontrar morada y primavera la PALABRA DE DIOS, hecha a manera del hombre que ama y sufre y que porfía. Nunca mejor que en ti, mujer callada, Levadura de Dios, sublime sueño, profecía de adviento ya cumplida. Por obra del ESPÍRITU preñada, nadie mejor que tú, jardín de ensueño, VIRGEN DEL SÍ, para parir la VIDA. 15-XI-95

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Retablo de Navidad

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PREPARAD EL CAMINO

Y mientras en porfía con el viento, aura de amor, la voz de Juan sonaba por montes y por valles, esperaba en sedeño rincón Dios su momento. Rozando la esperanza con su aliento, la traílla el profeta restallaba: “Preparad el camino”. Y Dios estaba en el umbral del mundo tan contento. Era la hora de Dios, de tantas vidas que han andado las sendas más inquietas y sienten, aún en actitud de espera, como un rumor de rosas removidas y el corazón cubierto de violetas de una recién nacida Primavera. 11-XI-95

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Retablo de Navidad

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DE CÓMO EL BORRICO CONTEMPLA A MARÍA ANTES DEL NACIMIENTO

Está junto al pesebre. En su mirada un vislumbre fugaz, pero qué aroma de jacintos su aliento si se asoma a la cuna de Dios improvisada. Ha sido larga y dura la jornada, difícil la ascensión hasta la loma. Si sacude sus cascos, se desploma un loco alud de nieve alborotada. El borriquillo, todo mansedumbre, a pesar del cansancio está contento y no aparta los ojos de María que, enajenada, entre una muchedumbre de arcángeles espera ese momento feliz de la primera Epifanía. 8-XII-96

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Retablo de Navidad

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MARÍA ESPERA GOZOSA EL NACIMIENTO DE SU HIJO

Junto a ti esperaré, José, rendida, mientras el alba llega, aquí, velando. ¿No dices que en Belén está nevando y se retrasará la amanecida? De detener la nieve en su caída llegará el tiempo; pero, dime, ¿cuándo pondrán mis manos sobre el heno blando la rosa de mi seno desprendida? ¿Tardará mucho aún la luz doncella en triunfar de la noche arrodillada? San José, varón justo, ojos de fiebre, no responde, mas ve cómo a una estrella su gozo canta el alba enamorada mientras sonríe el Niño en el Pesebre. 30-X-95

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POR PRIMERA VEZ MARÍA FAJA AL NIÑO

Como la luz que en la mirada anida purísima, agraciada, hecha promesa y roza de repente la sorpresa en medio del silencio contenida, entró Dios, hecho VIDA, en esta vida, cuando la sombra más y más se espesa y el corazón del hombre se confiesa pasto de soledad, espuma herida. Fue de noche en Belén. La nieve ardía, eran ascuas el cielo y su conjunto, el viento doblegado y más sereno. Luciendo aún su doncellez, María se fue acercando con su ajuar a punto para fajar al Niño sobre el heno. 4-XI-95

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Retablo de Navidad

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DIOS SE ENTREGA AL SUEÑO

Sencillamente, como el primer llanto se hace, en la noche, lágrima furtiva; sencillamente, como fugitiva nota en la madrugada de mi canto. Sencillamente, como el suave manto de la niebla más tierna y más esquiva; sencillamente, como la atrevida luz en que disimulo mi quebranto. Sencillamente, como cualquier cosa: amasar en el alma el pan amigo, confesar que el amor ya tiene dueño o saludar al alba y a la rosa. Sencillamente: Y como un mendigo, en un Pesebre Dios se entrega al sueño. 5-XI-95

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MARÍA, EXTASIADA, CONTEMPLA DORMIDO A SU HIJO

¿No le basta a la mula estar tumbada y al buey rumiar mientras se cubre el cielo? Se hizo la noche. El aire está de vuelo sobre la Cueva en calma y sosegada. De blanda nieve ilesa rodeada, gira la puerta con pausado anhelo que al delgado silencio pone en celo mucho antes de llegar la madrugada. Hay ángeles en torno y un oscuro gozo palpita mientras todo gira y se hace el tiempo eternidad. La luna envuelve al Niño en resplandor seguro. Y la Virgen, mirar de alondra, admira cómo el Sueño de Dios sueña en la Cuna. 5-XI-95

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ADORACIÓN DE LOS PASTORES

Vienen de lejos. Son sus manos copos. Más allá de las sierras azuladas tienen estos pastores sus majadas al aire de los aires, entre chopos. Preguntan por un Dios que hace un instante nació de una Doncella. En sus miradas hay una luz de estrellas entregadas a la LUZ que en Belén brilla radiante. Entran con todo el polvo del camino -¿dónde el Pesebre en que el Niño llora?trocado en humildad, lleno el zurrón. Y, a poco, sienten cómo un dulce vino -¿quién será esa Doncella soñadora?les embriaga la voz y el corazón. 5-XI-95

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LLEGARON UNOS MAGOS

Llueve sobre los magos -¡qué ansiedades!cuando entran en Belén. Llegan cansados, con sus trajes de púrpura empapados y un largo recital de soledades. Buscan a Dios. Y traen por señales -además de la Estrella guiadoraque en un Pesebre mísero la Aurora envuelta está en ternísimos pañales. Descabalgan los tres de sus camellos -Melchor, Gaspar y Baltasar- y extienden para llegar a Dios su mejor manto. Y cuando el Niño les sonríe, ellos -¿dónde la mirra?- con fervor encienden el oro y el incienso de su canto. 8-X-95

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ALEGRÍA DEL HOMBRE ANTE EL NACIMIENTO

Era en Belén. Y me quedé escuchando, en plena entraña de la noche oscura, la Palabra de Dios que, llama pura, me penetraba el alma requemando. El, Dios recién nacido, se iba alzando, álamo muy delgado en la espesura, desde la humilde paja hasta la altura del corazón, y me lo fue inflamando. Tendí las manos como largo río -como las tiendo a demasiadas cosaspor apagar el fuego que me ardía. Pero el Amor triunfó en el desafío y me dejó encendidas estas rosas de pasión, de esperanza y de alegría. 8-XI-95

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CANCIÓN DEL AIRE EN EL PORTAL Hoy he visto al Niño-Dios en una gruta del aire.

ANTONIO MURCIANO

Andaba un tanto inquieto el Carpintero en la gruta del aire. No sabía por qué extraña rendija el aire abría hasta la pobre cuna su sendero. Y estábase al acecho de un madero que al soplo más sutil se removía cuando en la Gruta, en cuanto amanecía, el aire era ventalle lisonjero. Jugaba el aire ajeno a la noticia de que iba a nacer Dios en plazo breve, y se entregaba a un loco desenfreno. Pero ante el Niño el aire fue caricia, - ¡Nochebuena del aire! -, beso leve, canción de amor, susurro sobre el heno. 12-XI-95

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Retablo de Navidad

CANCIÓN DEL ALBA DEL 25 DE DICIEMBRE

¿Por qué madruga Dios este mañana del helado diciembre y no reposa? Abrumada de escarcha y luz lechosa se deshace la niebla en la ventana. ¿Qué busca Dios a esta hora tan temprana en que va despertando cada cosa y la luz pajarea, blanca y rosa, en un cielo de añil y de manzana? ¿Por qué no duerme Dios? La luz se asoma al Portal. A través de los cristales el alba, vencedora, - ¡oh griterío de tórtolas nevadas en la loma cercana! -, entona salmos iniciales: Y es que el Niño, esta noche, tuvo frío. 13-XI-95

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Retablo de Navidad

DE CÓMO LOS GORRIONES CELEBRARON EL NACIMIENTO DEL SEÑOR Para Andrés Vinaches, con quien comparto tareas y desvelos literarios.

Antes de que la blanda nieve se desdijera de ser nieve en el árbol, dos pequeños gorriones sobre el yerto ramaje decían sus canciones como si presintieran llegar la primavera. Y su canto encendía de amores la ribera donde árboles y pájaros, en otras ocasiones, eran tropeles diáfanos, cúspides de pasiones, alboroto bucólico y trepidante espera. ¿Por qué, dije, esta dulce paz agreste se turba cuando diciembre alcanza su plenitud, se curva y se cubre, en la noche, con un manto de armiño ? No sé, pero parece que los árboles brotan, que los pobres gorriones sus nidos alborotan porque entre secas ramas tiene hoy su cuna el Niño. 9-XII-96

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NANAS AL NIÑO JESÚS - 16 -


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Aunque la sombra acecha, no tengas miedo. Duerme, mi Niño, y dile que calle al viento. Dile, dile que calle, que hace ya tiempo que son tus lindos ojos rosas de sueño. Sólo tu llanto triste rompe el silencio de esta noche de gracia y de misterio. Duerme, recién nacido, duérmete: el heno, gozoso, se estremece bajo tu cuerpo. Gruñe la mula a un duende porque anda inquieto por saber si esta noche estás despierto. Duérmete, Niño mío, y calle el viento, que son tus lindos ojos rosas de sueño. DICIEMBRE 94

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DICEN QUE ANDAS PERDIDO

Dicen que andas perdido, Luz caminante, y no hay camino. ¿Dónde, mi Niño-Dios? ¿Dónde, recién nacido, que está sola tu Madre y el pesebre vacío? Dicen que andas perdido. En el verde silencio de un olivo dejaste el sol de tu mirada y un reguero de sangre. Luz caminante. Tras las huellas del hombre alguien te ha visto andar sobre la nieve tiritando de frío. Y no hay camino. 24-XI-99

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VILLANCICO DEL ALBA

Esta luz que el alba bebe recién nacida, ¿es de vellón o es de nieve? Decidme, ¿quién pastorea oveja de tal blancura que hace del alba vellón y del vellón alba pura? ¿Y quién, al quebrar albores que son de nieve impoluta, a un Corderillo sin mancha ha puesto sobre la Cuna? ¿Quién da pétalos de brisa al céfiro? ¿Quién alumbra con albores de vellón y vellón de alba la Gruta? ¿Quién hace glorioso el heno en esta fría y desnuda noche del más crudo invierno entre un buey y entre una mula? ¿Quién al cristal de su voz le presta el timbre de lluvia que en lo más hondo del alma como un susurro se escucha?

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¿En qué brazos, sin dormir porque lo impide la luna, sueña el alba que es de nieve y es de vellón y es de espuma? NAVIDAD 94

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ROMANCE DE LAS TÓRTOLAS

Sobre Belén amanece. Tras una noche muy larga, el Niño Jesús se duerme cercado de madrugadas y herido el reciente trigo de su carne nacarada del beso helado del viento y las primeras escarchas. No hay ángeles. Los pastores volvieron a sus majadas cuando triunfaban las sombras y eran las estrellas altas. El pobre Niño tirita desnudo sobre la paja. ¿Cómo no temblar, si está rota la techumbre, al alba ? ¿Cómo no temblar ? La nieve sobre su carne descansa, y barre el viento la Cueva sin puertas y sin ventanas. ¿Cómo no temblar ? María tiembla junto a su hijo y calla mientras José los arropa con sus ardientes miradas.

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Fuera, tĂłrtolas de oro van derritiendo la escarcha con el canto enamorado que brota de sus gargantas. Han visto nacer a un niĂąo de una estirpe sobrehumana y lo arrullan mientras vuela el ĂĄngel blanco del alba. 6-XII-96

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NO ME PREGUNTÉIS POR QUÉ

No me preguntéis por qué no es hoy tan clara la estrella como hace siglos lo fue. Sé que los Magos tras ella llegaron hasta Belén y que a Jesús encontraron entre una mula y un buey. Que a un Niño, envuelto en pañales, reconocieron por Rey de cielo y tierra y, postrados, le confesaron su fe. Que a una Doncella entregaron, en presencia de José, su amor y dolor en mirra, incienso y oro de ley. Que a su regreso, de nuevo vieron la Estrella nacer sobre el cielo, allá en la noche, de la Cueva de Belén. 29-X-95

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VILLANCICO DE LAS PREGUNTAS

¿En qué estará pensando mientras le miro? ¿Qué me querrán decir sus ojos vivos? ¿Y sus manos pequeñas haciendo mimos? No sé, pero seguro que lo adivino. ¿Por qué no se comporta como otro crío? Me sonríe y parecen sus labios lirios. Si llora, son sus ojos como dos ríos. No sé, pero seguro que lo adivino. Mira y se apaga el sol recién salido.

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¿Pero a quién se parece este chiquillo? ¿De quién le vendrán esos rasgos divinos? No sé, pero seguro que lo adivino. 15-XI-95

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VILLANCICO DE LAS CAMPANAS DE BELÉN

¿Quién en esta noche santa rompe tan pronto el silencio que antes del amanecer el Niño no tiene sueño? María se ha despertado - ¿pero acaso se durmió? y encontró a José velando al Niño con gran amor. El Niño le sonreía. Y el humilde San José, extasiado, contemplaba al Niñito de Belén. ¿Es posible acariciarte, mi Niño, con estas manos encallecidas de humilde carpintero enamorado? Mis besos ruedan y ruedan por los rincones buscando, entre los fragantes lirios, el clavel, Dios, de tus labios.

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Y el deseo de tenerte entre mis brazos es tal, que ha desbordado mis venas hasta inundar el Portal. Abre, entre tanto, María de par en par las ventanas para que en vez de las sombras gobierne la luz del alba. Entra la luz más redonda. El Niño juega, despierto, pues tiene la voz colmada de soledad y silencio. Y sigue, atento, mirando y sonriendo a José, mientras repican, al alba, las campanas de Belén. 16-11-95

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UN SITIO EN EL CORAZÓN Parece que va llamando de puerta en puerta, porque no encuentra cobijo, no, no lo encuentra. Calla la nieve. El silencio de las sombras se apodera. Ya la escarcha cubre el sueño con alas de blanca seda, pero no encuentra cobijo, no, no lo encuentra. Antes de que, arrebatada, el alba la nieve hiera y deje de ser la escarcha manto de líquidas perlas, porque no encuentra cobijo tal vez Él llame a tu puerta. (¡Vela, corazón, para que no te duermas!). ¡Qué gozo saber que aún sigue llamando, que la cancela de tu corazón está permanentemente abierta para que sea belén y cuna del Dios que llega, porque no encuentra cobijo para nacer, no lo encuentra! 25-1I-97

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CON MIS MANOS HARÉ, NIÑO, TU CUNA Pues que el llanto te anuncia, con mis manos haré, Niño, tu cuna. Para que ese Pesebre frío y desnudo, donde cada diciembre vienes al mundo, tenga ardores de sol, besos de luna, con mis manos haré, Niño, tu cuna. Para que el hombre sepa dónde encontrarte tantas noches sin techo, sin luz y al aire, y a acunar sus dolores contigo acuda, con mis manos haré, Niño, tu cuna. Con estas toscas manos. Para que sacies tanta sed de justicia y tantas hambres y seas para el hombre Tú su fortuna,

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con mis manos haré, Niño, tu cuna. A morar en la tierra baja, mi Dios, sin miedo, que a espaldas de la noche vela mi amor tu sueño. NAVIDAD 89

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TODOS CANTARON LA NAVIDAD

Hoy están de parabienes la tierra, el cielo y el mar, Suene al aire de la noche el coro de Navidad. Que vengan sobre las alas dormidas del viento herido copos de nieve al Portal mientras susurran palabras de amor al recién nacido que empieza a dormirse ya. Que acuda, bajo la lluvia, el hombre cansado y robe luz y blancura al pañal que ángeles cubren de plumas temblando de amor, y entone canciones al Dios de paz. Que todos, ante la Cueva, al Niño que está en el heno canten con voz de verdad: Niño divino, despierta, que nadie se entrega al sueño la noche de Navidad.

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Con gaitas y panderetas venid a cantar al Niño; hombres que sufrís, llegad: pobre, entre pajas, espera un Dios que nos ha traído del cielo esperanza y paz. NAVIDAD 92

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PON EN TUS MANOS LA NAVIDAD

Si quieres que hoy en Belén nazca el Niño de verdad, pon en tus manos abiertas la Navidad. Dios es quien tiembla al sentir el crudo rigor del aire, por eso tiemblan los lirios que el Niño tiene en su carne. Tiemblan los lirios de amor al hombre que aún desconoce, después de tantos diciembres, que nace Dios esta noche. Dios es quien tiembla al sentir que el pobre ya no es tu hermano, que vive solo y que muere sin Navidad en sus manos. Haz que Belén vuelva a ser, si quieres que Dios no tiemble, la santa y cálida Cueva que a todos hombres albergue. NAVIDAD 93

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POR UN MUNDO NUEVO

Por un mundo nuevo brilla, una vez más, la LUZ sobre el heno. Canta al Niño, nieve herida, al son del gozo más puro para que duerma seguro “sobre la paja encendida”. Cántale, que anda soñando, loco y despierto, en crear un mundo nuevo. Deja al Niño, viento helado, “si canta la nieve herida”, con la sonrisa prendida entre los labios, callado. Déjale a ver si se duerme mientras el heno se va incendiando de nuevo. Abre al Niño-Dios tus manos, si calla el viento, y acuna tus pobres sueños de luna y sus delirios humanos. Déjale así, ya dormido, SUEÑO DE SUEÑO, despertar al mundo nuevo.

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¿QUÉ HAY QUE HACER?

¿Qué hay que hacer, para que el mundo entero quepa en Belén? Hay que encender las estrellas cuando agoniza la tarde y empieza la noche a ser concurso de soledades. Hay que dejar para siempre arder la casa encendida: que sepan los que a ella llegan que Dios y el amor la habitan. Hay que gritar por las calles de cada ciudad que duerme que Dios espera en Belén, ansioso, a que lo desvelen. Hay que quemarse en la vida y abrir el alma a quien busca contigo, esta Nochebuena, un puesto junto a la Cuna. 17-XI-95

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¡QUÉ FÁCIL ENCONTRAR A DIOS!

¡Qué fácil encontrar a Dios! Llegaba arrastrando mi oscuro desconcierto a Belén, tras dejar en el desierto varada la fatiga que me ahogaba. Un erguido silencio acuchillaba la medianoche. En un pesebre incierto, de pañales blanquísimos cubierto, un Niño, entre animales, sollozaba. Yo me acerqué desde mi orilla oscura hasta encontrarme con la LUZ, de bruces, puro crisol que ardía sobre paja. El amor me creció hasta la locura y oí -¡qué paz!- a Dios, entre mil luces, que me decía un no sé qué en voz baja. 27-XI-95

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Y EL ALMA SE ME VA TRAS ÉL CAUTIVA

Como se posa el pájaro que vuela en la cima del árbol y allí salva su trino más reciente, con el alba del día más hermoso, centinela en dulce y tensa espera que porfía, converge mi esperanza, canto y vuelo, en el Pesebre, donde todo es cielo esta Noche de Luz y Profecía. Sobre la paja, que a volar se atreve, contemplo al Niño, - ¡oh desnudez de rosa!-, tenso el oído a su Palabra viva. Vuela el pañal -¡qué envidia de la nieve!hasta la Cuna donde Dios reposa, y el alma se me va tras él cautiva 3-XII-95

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CANCIONES DEL AVISO A LOS PASTORES

Pastores que en la majada pasáis las horas alerta, ¿por qué no tenéis despierta el alma a la LUZ llegada? Escuchad bien la embajada del cielo: “Hoy vuestro Bien os ha nacido en Belén”. Venid deprisa al Portal donde ángeles cantan gloria: allí comienza hoy la historia del Hombre Nuevo; y es tal la alegría sin igual que reina por su venida, que está en Belén detenida. Corred a Belén, pastores, donde un CORDERO os espera, RECENTAL de primavera a pesar de los rigores, que OVEJA de mil primores y divinal hermosura amamanta con ternura. No os detengáis, entrad: en un Pesebre, dormido, veréis al recién nacido, pequeño, todo humildad.

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Junto a su cuna velad su sueĂąo sin centinela, que esta noche estĂĄis de vela. 15-XII-95

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VILLANCICO DE LOS PASTORES Y DE LOS ÁNGELES EN VELA

Velad, pastores, velad hasta que el Niño se duerma; haced un hueco al silencio para que el viento no pueda despertarlo cuando llene de suave rumor la Cueva. Haced un hueco al silencio en este tiempo de vela y cese la fina lluvia que cae y tamborilea desacompasadamente sobre las viejas maderas. Haced un hueco al silencio, deprisa, porque no queda demasiada noche y tiene el Niño sueño y se queja. Velad, ángeles, velad para que sigan las rosas, lentas, abriendo y cerrando los pétalos a su hora, para que sean de nieve las espumas de las olas y de tierno terciopelo el verde eterno en las hojas.

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Haced un hueco al silencio con las alas voladoras: el NiĂąo ya se ha dormido y estĂĄ prĂłxima la aurora. 15-XII-95

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CANCIÓN DE LA FIDELIDAD

¿Qué haré para serte fiel en esta noche de ensueño? ¿Qué haré para detener de mis palomas el vuelo cuando acabas de nacer, Niño, en medio del silencio? ¿Qué haré para serte fiel si me abandono en el viento y en ese loco vaivén de ir y venir no encuentro el Pesebre de Belén donde me esperas despierto? ¿Qué haré para serte fiel si el frío sigue creciendo y hasta a la mula y al buey les falta, esta noche, aliento para calentar tus pies, descalzos aún sobre el heno? ¿Qué haré para serte fiel cuando, al acercarme, siento, Niño-Dios, un no sé qué que me hace temblar de miedo por si no acierto a volver si de tu Cuna me alejo? ¿Qué haré para serte fiel? 12-XII-95

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DE CÓMO EL VIENTO, A SU MODO, LLAMÓ AL NIÑO

La Virgen María espera a que la luz sea de nieve, y a responder no se atreve a alguien que llama de fuera; la mula se desespera porque está el Niño dormido y puede, al menor descuido, desvelar su primer sueño esa voz casi sin dueño que ronda como un aullido. José vela junto a ella y la contempla extasiado, ajeno a quien ha llamado cuando aún la noche es doncella; arde sobre el heno, bella, la luz primera del día y vuela en torno a María y aureola su mirada que se posa, ensimismada, sobre la Cuna vacía. La Virgen al Niño envuelve con su maternal sonrisa, y el Niño, pétalo y brisa, la sonrisa le devuelve; el viento a llamarlo vuelve,

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pues quiere con Él jugar, y el Niño vuelve a soñar que los ángeles del cielo -todo canto y todo vuelono lo dejan descansar. Huye el viento entristecido, descielado, hacia el otero donde un arcángel romero en la nieve anda perdido. Junta el silencio gemido, asombro, deseo, fiebre y ansia de que el alba quiebre la noche más larga en dos para poder ver a Dios despierto sobre el Pesebre. 15-XII-97

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DE CÓMO EL NIÑO ME MIRÓ SONRIENDO Sentí decir ¡BELÉN! LUIS ROSALES

Sentí decir ¡BELÉN!, y el alma en vuelo se me fue, tras la nieve, hacia la altura soñando en la divina criatura que estaba a punto de bajar del cielo. Sentí decir ¡BELÉN!, y a ras del suelo, sobre un pobre pesebre, una figura pequeña y humanal, toda hermosura, sació mis ojos y colmó mi anhelo. Y contemplé a María ensimismada, a José, el carpintero, pensativo, tranquilo el buey, la mula adoleciendo. Sentí decir ¡BELÉN!, y la mirada del Niño, que del heno era cautivo, se me clavó en los ojos sonriendo.

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SI DE NUEVO NACIERAS EN BELÉN Por contemplarte, Niño, volvería a Belén si de nuevo allí nacieras y del Portal humilde te sintieras huésped feliz en otra noche fría. ¡Qué silenciosamente me estaría -todo ángeles de albores las afuerassuspirando, entre sombras, porque fueras, al despertar, el Dios de la alegría Alegría del hombre, que hoy no tiene -vagabundo entre ruido que no cesaotro Dios que el creado a su medida y que no sabe que eres Tú quien viene, sin ángeles, rozando la sorpresa, a dar sentido y a llenar su vida. 13-12-95

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Retablo de Navidad 2

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Al Dr. Fausto G贸mez -Guill茅n

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1 SED BIENVENIDO AL MUNDO Sed bienvenido al mundo, Flor de azucena, Rayo de aurora única, Luz de la tierra, en la noche más santa, en la más llena de cantos, de alegría y alas angélicas. Sed bienvenido, Niño, a la tierra.

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VILLANCICO DEL VINO

Y si llora el Niño, “le canta una nana de alegría el vino”. Racimico quedo de uva moscatel, ¿qué haces solo en el centro del viñedo? Hazte entre mis manos, prensas de amor, mosto, racimo de agosto. Sueñan los toneles en la oscuridad con la Navidad de los moscateles. Mientras de oro fino la cepa se cubre, ¿quién nos hará el vino, racimo de octubre? El tiempo cumplido, cantan los lagares báquicos cantares al Recién nacido. Y es canto de vela la noche entre dos luces, centinela del sueño de Dios. 9 –IX-98

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DE CÓMO EL NIÑO PREGUNTÓ POR TODO LO QUE LE RODEABA A Joana San Román

-¿La mula? -Niño, la mula anda un poco trastornada, pues la humedad del establo se ha hecho reúma en sus patas. -¿La paja? -La paja, Niño, arde y sufre enajenada de no ser para tu cuerpo de pluma en la madrugada. -¿Mi Madre? -Niño, tu Madre, Virgen de mirada intacta, goza viéndote Clavel nacido de sus entrañas. ¿Y José? -Niño, José “carpinterea” en la cuadra poniendo diques al viento, centinelas a la escarcha. -¿El buey? -Niño Dios, el buey con cálido aliento calma

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ese temblor que tus miembros mortalecidos embarga. -¿Y los ángeles? -En vuelo sobre tu cuna te cantan: “Gloria in excelsis Deo”... -¿Y el hombre? -Suspira y calla. 25-XI-98

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VILLANCICO DE LO INMINENTE “Mira, José, que ya tengo al niño casi en los labios” LUIS ROSALES

José, con fiebre en los ojos, camina en silencio. El llanto traza puentes de miel lenta hasta llegar a sus manos. El camino se detiene o se alarga más, saltando tras los redondos oteros a la inclemencia del llano. Mira, José, que ya tengo al niño casi en los labios Hasta que el vuelo no acabe, María, y siga brotando gota a gota el hilo de agua, estará el agua de parto. Y prosiguen el camino entre la nieve pensando cómo poner su asustada pesadumbre en otras manos. Mira, José, que ya tengo al niño casi en los labios.

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A José se le hace el sueño grito, voz que va llagando sus brazos porque no alcanza a darle a la LUZ espacio. Y desamparadamente cruzan con su desamparo y ojos romeros la Cueva con el Niño ya en los labios. 5-XII-98

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DE CÓMO EN LA NOCHE SANTA TODO SUSPIRA POR DAR CALOR AL NIÑO A Maribel, por sus muchas atenciones conmigo ahora que tengo roto el brazo.

Toda la noche santa gorjeando la lluvia en el tejado de la Cueva, toda la noche, nieva que no nieva, María por el alba suspirando. Toda la noche carpintereando el bendito José, poniendo a prueba la gracia de sus manos en la nueva cuna que al Niño estaba preparando. Toda la noche entretejiendo ensueños, llameando la luz en la mirada, atesorando paz el labio mudo. Toda la noche, fiebre lenta en sueños, al corazón buscándole la entrada para darle cobijo a un Dios desnudo. 31-12-99

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DE CÓMO EL NIÑO LLORA DESCONSOLADO

Pues que lloras, te pregunto: ¿Y aquel gozo iluminado de la noche más hermosa llena de ángeles cantando? ¿Y aquella asombrada luz junto a la cuna con pájaros donde el alba era de nieve cuando tu madre, en sus brazos, te meció por vez primera, Clavel de ojos desvelados? ¿Qué es de aquella algarabía de pastores y rebaños, temblor de leche cuajada, requiebro de queso blando, cálido y lento suspiro del amor arrodillado? ¿Y el aromático incienso, la mirra, el oro, los Magos, la luz azul de la estrella que los guió hasta el establo? ¿Por qué el heno es hoy cuchillo que saja tu carne? ¿Acaso porque no acude a su tiempo a nuestros ojos el llanto cuando en la tierra se siente profundo estertor? ¿Acaso porque ya ni centinelas

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de la sangre nos soñamos y en vivir la vida a tientas, Niño-Dios, nos empeñamos? Si ni siquiera la muerte y el dolor enajenado están de ronda esta noche por las fronteras del llanto, ¿qué haré, Niño-Dios, qué haré para no verte llorando? 24-10-01

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Retablo de Navidad

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Traigan los aires nieve al portalito, nieve que cubra de blanco al Niño. “Allí donde todo puede morir y nacer de nuevo”, un niño recién nacido está en el heno despierto. Mil voces van pregonando a reciente maravilla: “Un Niño en Belén nos da con su mirada la vida”. Tendida la noche, un ángel de nieve detiene el vuelo y cubre de albor la Vida mientras está amaneciendo. 6-11-01

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Retablo de Navidad

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SÓLO MARÍA VELA AL NIÑO

Duérmete ya mi Niño, cese tu pena, que María, tu madre, es quien te vela. A estas horas los ángeles están de fiesta, y el Niño en el pesebre sin centinela. Y los pastores en la cima del monte pasan la noche. Dicen que se han perdido los Santos Reyes que en camello venían desde el Oriente. Y que no encuentran en el cielo el camino que abrió la estrella. Hasta al buey y a la mula les vence el sueño y se olvidan del Niño que hay sobre el heno. Sólo la nieve será testigo mudo si Dios no duerme. 7-11-01

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Retablo de Navidad

9 NANA PARA QUE EL NIÑO PUEDA DORMIR …Y hasta el llanto de un niño hoy es posible oír, y cómo suena la nana de la madre: ¡Ea, alma mía, ea” LEOPOLDO PANERO

Duerme, mi Niño, duerme, que la noche se acerca rodando por barrancas y laderas. ¿Oyes cómo en la gruta “tu sangre se silencia” y la luz se desnuda sin violencia? ¡Ea, alma mía, ea! Mira cómo mis brazos se prolongan y cercan con maternal cariño tu inocencia. Cómo José, tu padre, ya no carpinterea y son de amor los clavos y la sierra. ¡Ea, alma mía, ea!

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Retablo de Navidad

Hasta el viento del norte calla para que duermas esta noche de olivos y palmeras. Mientras tu llanto sigue anegando la tierra, esta nana en los labios se me hiela. ÂĄEa, alma mĂ­a, ea! 15-11-01

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Retablo de Navidad

10 LA NOCHE MÁS CLARA …hay un secreto haciéndose más claro CLAUDIO RODRÍGUEZ

Como un leve temblor la noche está sonando mientras hay un secreto haciéndose más claro. Dios, “traspasado de alba”, aviva sobre el heno la llama de la Vida, que empieza a estar de vuelo. Toda la paz del mundo latiendo entre la nieve virginal que regala su blancura al pesebre. Voces de ángeles cantan la “gloria de la sangre” redentora del Verbo de Dios que se ha hecho carne. Dejando sus ovejas “sobre el pasto olvidado”, los pastores, atónitos, contemplan el milagro.

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Retablo de Navidad

Y su fe se arrodilla, temblorosa y alada, ante el Niño, que duerme tranquilo sobre pajas. No sé si las palabras tendrán o no memoria porque los pastorcillos en silencio lo adoran. Y en silencio regresan con Dios en la mirada hacia “el pasto olvidado” donde el rebaño aguarda. 11-12-01

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Retablo de Navidad

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DE CÓMO EL SOL DA CALOR AL NIÑO DESNUDO “Cuando el silencio tenía la noche envuelta en cendales”; un niño se hizo noticia. Temblando de frío llora presa del rigor del aire, de la nieve casi niña de las manos de su madre. El Niño la está sufriendo sobre la paja: no sabe que esa nieve será pronto como una caricia suave. Luego, sonríe, la mira con unos ojos tan grandes que cabe en ellos el cielo con sus estrellas fugaces. Y calla el Niño y se duerme. En el establo no caben más que la mula y el buey, María, José, los ángeles

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Retablo de Navidad

y unos pocos pastorcillos que al Niño, con gesto grave, miran. Chopos encendidos resguardan su grey del aire. Vencida la noche, el alba -“arrayán que lento arde”tiembla. En la cuna el Niño “siente despierta la sangre”. Medio sonámbulo, el buey los pequeños pies le lame mientras la mula cocea a los fantasmas del hambre. María contempla absorta cómo el Niño hace señales con sus diminutas manos, pues quiere hablar y no sabe. Y siente cómo le crece en su corazón de madre la ternura, viendo al sol dar a Dios su primer traje. 7-12-02

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Retablo de Navidad

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DE CÓMO EL NIÑO AL DESPERTAR TUVO HAMBRE A Nuria Moreno

Si en un pobre pesebre, mi niña, el Niño duerme, ¿qué te dirán sus ojos cuando despierte? ¿Qué te dirán sus ojos, mi niña, cuando te vean Rosal del que ha brotado Rosa tan bella? Tú callas y contemplas, mi niña, al Dios nacido que, entre un buey y una mula, está dormido. Dormido todo un Dios, mi niña, sobre la paja, pudiendo haber tenido cuna de plata.

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Retablo de Navidad

Despierta el Niño al alba, mi niña, y en sus ojuelos hay lágrimas amargas de desconsuelo. Al escuchar su llanto, mi niña, abres tu níveo pecho para que mame Dios, que está hambriento. El Niño se reclina, mi niña, en tu regazo, calida y blanda cuna, lecho de nardos. 10-12-02

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Retablo de Navidad

13

CANCIÓN TRISTE DE NAVIDAD La Virgen María le cambió el pañal al Niño. Reía con una sonrisa tan angelical, que nadie diría que allí no era brisa el viento invernal. La Madre le dijo: -¿Tienes frío, hijo? El Niño, extasiado, no le contestó y siguió riendo. San José, admirado de lo que iba viendo, fue y le preguntó: -¿Quieres que te haga un hermoso fuego con estas maderas? Tan extraño juego se transformó en llaga.

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Retablo de Navidad

Allá, en las afueras, cantaba un jilguero. Y tan lastimero era su cantar, que el antes risueño Niño, al ver el leño, se puso a llorar. -Hijo, ¿por qué lloras? Pasaron las horas. Al llegar el día, la Virgen María volvió a preguntar. El Niño seguía llorando y sin contestar. Y, de cuando en cuando, José, suspirando: ¿Qué puede pasar para que así el Niño llore sin consuelo? Un manto de armiño fue cubriendo el suelo. María y José, muy tristes los dos, lloraron con Dios sin saber por qué. 10-12-02

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Retablo de Navidad

14 JUGANDO A SER PASTORCILLO Fuéronse a los pastos pastores y ganados y quedóse solo el Niño en el establo. Se quedó jugando con un corderillo. La Virgen no apartaba sus ojos del Niño, y José a una vieja madera arrancaba virutas con un gran cepillo. Sonó de repente una voz: ¡Que vienen a verte los Reyes! El Niño siguió con su corderillo jugando a ser pastorcillo. ¡Que vienen a verte los Reyes! No entendía el Niño de reyes y pajes, sólo de corderos. Y roto el hechizo, vio alejarse a los tres personajes montados en sendos camellos.

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Retablo de Navidad

Dicen que una estrella gui贸 su camino. Entretanto, el Ni帽o se qued贸 jugando con su corderillo. 11-12-02

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Retablo de Navidad

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VILLANCICO DEL ROMERICO QUE SE PERDIÓ CAMINO DE BELÉN A Virginia Narro

¿Adónde vas, romerico, cansado y ciego, lleno de sangre, de nieve, de aire y de fuego? Y sin responder, pasito se fue el romero por un camino de fiebre, de luna y vuelo. ¿Adónde vas, romerico, cuando alborea sobre Belén la alegría del Dios que llega? Y sin responder, pasito, pisando estrellas, se extravió el romerico entre la niebla. ¿Adónde vas, romerico, ensimismado, con ese aspecto de arcángel transfigurado? Con su callar cauteloso, ciego, cansado, sangre y nieve, el romerico llegó al establo.

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Retablo de Navidad

La cueva estaba colmada de angelería atónita. El romerico perdido se iba preguntando por el Niño y por María. San José discretamente se sonreía. Florido se está el Amor cual blanco lirio, oyó cantar a los ángeles el romerico. En los brazos de María, lilial bendito, ante unos ojos romeros dormía el Niño. 14-11-03

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Retablo de Navidad

16

ALEGRÍA DE LA PAJA POR SABERSE LA ESCOGIDA Si feliz la paja es por desplazar al vellón, qué no lo será el pesebre que sirve de cuna a Dios. La paja, delgada y tierna, que a Dios contiene, aventaja al esponjoso vellón que nardos a la luz clava. Cautelosa, el alba puja sobre el vellón y la paja, brindando al Niño divino mullido temblor de escarcha. Pero a Dios, que no se duerme, la paja le arrulla el sueño, y es la cuna –lirio mudola rosaleda del cielo. Paja, pues, la cuna, y alba, y escarcha, y rosa, y vellón, nardos de silencio esparce para que se duerma Dios. 20-11-03

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Retablo de Navidad

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CUANDO EL SILENCIO TENÍA TODAS LAS COSAS DEL CIELO Sólo el agua de mi corazón se oye. LEOPOLDO PANERO A Laura Giménez

Acabas Tú de nacer, Dios, en medio de la noche. En Belén brota el silencio como oscuro lirio insomne. Sólo el agua de mi corazón se oye. Hay huestes de ángeles mudos dormidos en los rincones de la cueva, llama lenta, sin reyes y sin pastores. Sólo el agua de mi corazón se oye. ¡Qué pena, Niño, qué pena tu cuna sin ruiseñores! Cuando te haces alegría y pasmo de amor al hombre, sólo el agua de mi corazón se oye. ¿Por qué, mi Niño, azucena desvelada de rigores, que la Virgen baña en lágrimas ardentísimas, salobres, sólo el agua de mi corazón se oye? 30-11-03

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Retablo de Navidad

18 CUANDO VENGA (Habla María) Cuando venga, ay, yo no sé con qué lo envolveré yo, con qué. GERARDO DIEGO A Myriam Merhi

Si no con cendal de espuma ni con sábanas de raso o colcha de blanda pluma, ay, yo no sé con qué lo envolveré yo, con qué. Si sobre la tierra dura la nieve sigue cayendo de manera tan profusa, ay, yo no sé con qué lo cubriré yo, con qué. Si en el portal en penumbra el viento helado del norte sopla y todo lo desnuda, ay, yo no sé con qué lo arroparé yo, con qué

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Retablo de Navidad

Y si la tímida lluvia no se hace sobre el tejado, tamboril de Dios hoy, música, ay, yo no sé con qué lo arrullaré yo, con qué. Dímelo tú, diminuta criatura desvelada, maravilla de ternura; o dímelo tú, José, que no sé con qué lo dormiré yo, con qué. 11-12-03

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Retablo de Navidad

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DIALOGUILLO IMPOSIBLE ENTRE EL ÁNGELY EL BORRIQUILLO CAMINO DE BELÉN Para Antonio y Magda

Aligera el paso, borriquillo, que está a punto de nacer el Niño. Así le decía, ansioso, el ángel. Pero él, tranquilo, iba marcándole al paso premioso y cansado ritmo: a su grupa va María, grávida de Amor divino, custodia del primer Corpus, viril de un Dios escondido. El ángel le vuelve a hablar, y no responde el borrico. Sus patas levantan nubes y polvaredas de armiño. Tanta es la nieve que el ángel enmudece y busca abrigo cerca de José. Sus ojos, dos lagos de azul herido.

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Retablo de Navidad

El aire se va llenando de aleteos, de suspiros, de luz de rosa, de estrellas, de cánticos y de lirios. ¡Qué cerca Belén, qué cerca María, nardo cumplido, qué íntimo Dios, temblando sobre la paja, hecho Niño! 22-11-05

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Retablo de Navidad

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NANA PARA DORMIR AL NIÑO JESÚS EN NOCHEBUENA A la nanita nana, nanita ¡ea! Duérmete, Niño mío, tu madre vela. Nochebuena. La nieve, blanca y serena, va cubriendo el Portal de azahar y estrellas. A la nana te acunan manos de seda. Duérmete, Niño mío, duérmete y sueña cómo vuela la nieve, cómo lunea la luna -¡oh noche clara!-, cómo se enredan, alegres, en tu cuna la luna y las estrellas. Duérmete, Niño mío, que es Nochebuena. 12-11-06

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Retablo de Navidad

21

DONDE ME LLEVE TU CORAZÓN Mi corazón no se atreve a elegir solo el camino: llévame por donde quieras a Belén, mi Santo Niño. Que ando perdido Allí por donde me lleves será el sendero florido y hallaré, juntos, pastores, ovejas y corderillos. Que ando perdido. Llévame por donde el agua se remansa o torna río, que he de lavar mis pecados antes de verte, mi Niño. Que ando perdido. Entre María y José, mano artesana de lirios y de rosas, Niño Dios, junto a tu cuna hazme sitio. Que ando perdido. 13-11-06

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22

BALADILLA DEL MENDIGO CAMINO DE BELÉN … porque no había para ellos sitio en el mesón. Lc. 2, 7

Era pobre y andrajoso. Caminaba hacia Belén y preguntaba por quien iba a nacer. Un vals loco bailaba, mientras caía, la nieve en la noche fría. Nadie responde. Poeta del desamor, se detiene pensando en el Dios que viene. Busca y no encuentra mesón como María y José. Y no pregunta por qué. En la turbia luz se mira de dentro afuera. Y se calla. Malhaya tanta canalla. No hay sitio para los pobres en el mesón, que él lo viera. Malhaya la mesonera. La noche avanza. En el cielo brilla, radiante, una estrella mientras da a luz la Doncella.

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Retablo de Navidad

Un diminuto paĂąal cubre al NiĂąo, Flor nevada, al llegar la madrugada. Pero no llora, sonrĂ­e, que es su regalo primero la ropa del pordiosero. Malhaya sea el mesonero. 14-11-06

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Retablo de Navidad

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BALADA DE LA CEPA Y EL TRIGO Si me podas -le dije-, guarda un sarmiento, que quiero hacerme lumbre del Nacimiento. Si me vendimias, deja un racimo por que sea en el cáliz sangre mi vino. Mira cómo los hombres pisan mis uvas, pies descalzos, mi Niño, ojos de luna. Y cómo les embriaga -¡oh danza en remolino!el aroma afrutado del primer vino. Cómo en la tarde verde verdea el trigo y verdean los aires por los caminos. Esta noche te traigo, Niño divino: un racimo de amor y un puñado de trigo. 14-11-06

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OS HA NACIDO UN NIÑO Para Alfonso Benimelli

Hoy no ha cantado el gallo de Nochebuena, ni se mueven las hojas de la palmera. Medianoche. Rasgando densa tiniebla, el cielo se ha hecho luz sobre la tierra. “Os ha nacido un Niño”. Sed norabuena. Dormido en el regazo de una Doncella lo hallaréis en la noche más casta y bella. La nana de una madre -canto de seda-, nunca con más dulzura sonó y tan tierna. ¿Quién ha puesto en tus brazos, Niña doncella, como en rosal intacto Rosa tan bella?

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Retablo de Navidad

Flor de silencio el buey y la mula. La Cueva, can de hielo que ladra y dentellea. La escarcha es de vellón en cuanto albea, Pero el divino Niño no se despierta. Pastores de Belén hoy pastorean, bajo la luna clara y las estrellas, un Recental divino y una Ovejuela. 16-11-06

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Retablo de Navidad

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POR DAR A LA CAZA ALCANCE Anoche, con la nevada Antonio y Carlos Murciano A mi amiga Ana Heredia, por su extraordinaria sensibilidad literaria y artística.

Anoche, con la nevada, un Neblí bajó del cielo. Anoche, con la nevada. El Neblí Dios. ¡Oh qué caza tan divina, cazador! Y tú no has cazado nada. Ten la flecha preparada antes de que emprenda el vuelo el Neblí con la alborada. Olvídate de la garza que ha puesto huevos y nido en los mimbrales del agua. Y busca, en la noche, caza de amor, que el Neblí llegó, anoche, con la nevada. 16-11-06

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QUEDITO, QUEDO A Elizabeth Gil

Quedito, quedo, que el Niño tiene sueño. Cierra la noche y se abre el cielo. Miles de estrellas brillan más bellas en lo más alto del firmamento. Quedito, quedo. La niña madre -ternura y tientoabriga al Niño que es sobre el heno.. Quedito, quedo. No sé qué fuerza embrida al cierzo. Un suave céfiro sopla en la cueva, y duerme el Niño Dios, en la tierra, su primer sueño. Quedito, quedo. 16-11-06

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Retablo de Navidad

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CALLAD, RUISEÑORES “Al albor, al albor, ruiseñores, cantad al albor”. Abriéndose paso silenciosamente, para desposarse ha bajado del cielo el Amor. Callad, ruiseñores, cantad al albor. En la noche santa de sus desposorios, -¡qué menudo llueve!-, ha elegido el Amor por tálamo un pesebre, paja por cobertor. Callad, ruiseñores, cantad al albor. Si duerme, pasito. No lo despertéis mientras él se goce, que es goce de ardiente amador. Callad, ruiseñores, cantad al albor. 17-11-06

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Retablo de Navidad

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A BAILAR, ZAGALICAS Aire y donaire, zagalicas, al baile, al baile. Que esta noche en Belén el Niño nace -¡qué gloria para el heno!y que su madre, muy niña, sigue siendo Virgen ahora y antes. Aire y donaire, zagalicas, al baile, al baile. Esta noche de júbilo hacen las paces Dios y el hombre. ¿Qué gozo es comparable a este encuentro?¿Qué dicha tan noble y grande? Aire y donaire, zagalicas, al baile, al baile. Dios, dormido entre pajas. De sobra sabe que la pobreza viste pobres pañales aunque vengan los reyes para adorarle. Aire y donaire, zagalicas, al baile, al baile.

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Retablo de Navidad

El Niño, cuando albea, sufre en su carne el rigor de la nieve niña y del aire que templan con su aliento dos animales. Aire y donaire, zagalicas, al baile, al baile. Llegaos al pesebre. Venid, zagales, mientras entonan “Gloria a Dios” los ángeles, a cantar ante el Niño sin rabadanes. Aire y donaire, zagalicas, al baile, al baile. 22-11-06

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Retablo de Navidad

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CANCIÓN DE NOCHEBUENA Ya os lo dijera esta noche la nieve no tiene compañera. Ni a la medrosa lluvia, ni a la importuna niebla: en el cielo, radiantes, la luna y las estrellas. Un inmenso silencio reina sobre la tierra. Sólo unos pastocillos que su grey apacientan tienen noticia clara de que Dios está cerca. “No temáis. Os anuncio una gran nueva: Os ha nacido un Niño en Belén de Judea”. Entre un buey y una mula una joven doncella lo acuna con sus brazos de niña quinceañera.

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Retablo de Navidad

Ro, ro, mi Niño, duerme. Su dulce voz resuena por todos los rincones oscuros de la cueva. Ro, ro, mi Niño. Dios sobre el heno no cesa de sonreír al hombre. ¡Qué hermosa Nochebuena de alegría, sin lluvia, sin escarcha, sin niebla! Ya os lo dijera: esta noche la nieve no tiene compañera. 23-11-06

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Retablo de Navidad

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VILLANCICO DE LOS BELENES A Maribel, que tanto aprecia mis villancicos ¡Ay qué revuelo en mi cuarto! Me pregunto cómo esto pudo pasar. Setenta y cinco belenes miniatura se ha empezado a abroncar. Que si yo soy más bonito, que si tú no eres de fino metal. Que si yo, preciosa talla de madera de ébano o de nogal. Y tú… ¡Qué tonta manera -como el hombrede poner precio a la paz! Unos se han roto enseguida, porque son fragilísmo cristal. Otros resisten y siguen -¿hasta cuándo?litigando sin parar.

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Retablo de Navidad

Aquel, el más pobrecico, es de paja, y no hace más que llorar. ¿Dónde dormirá el Niñito, si no hay paja, la noche de Navidad? Al oír sus tristes quejas, han dejado los otros de pelear. Y han empezado a curarse las heridas tras la batalla campal. Setenta y cinco belenes tengo aún, pero ¡hay que ver cómo están! Por todas partes, pequeños pedacitos esparcidos al azar. ¿De quién serán estos brazos? ¿Y estas piernas? ¿Y esta oveja? ¿Y este can? ¡Qué me importan los belenes miniatura si mi cuarto es un Portal! 24-11-06

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EL BELÉN DE MI VIEJA MAQUETA Este año he puesto el belén sobre la vieja maqueta. El túnel, abierto al aire, hace esta noche de cueva, bajo las cumbres nevadas y altivas de cartón piedra.. ¿Nieve? Polvillo de tiza que a la nieve se asemeja. He limpiado con esmero las vías -¡cómo se quedan y relucen!-, las casitas con sus altas chimeneas, la estación y los vagones de hojalata, en vía muerta. Hace años que aquellos trenes que tanto amé ya no sueñan, por viejos, en recorrer, aunque torpemente sea, los diminutos espacios, los pueblitos y las sierras. Todo es pequeño. También es pequeñita la cueva, y la cunita, y la mula, y el Niño, que llora y tiembla porque el túnel está abierto y tiene frío. ¡Qué pena no tener sitio mejor que ofrecerte en Nochebuuena!

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José, tan callado siempre, mira a María, doncella recién parida, que acoge en sus brazos de azucena al hijo de sus entrañas, a quien con amor calienta. ¡Si al menos por esta noche en marcha el tren se pusiera! Montaría en él al Niño e iríamos dando vueltas, maquinista y fogonero, alrededor de la tierra. Pero el viejo tren está hace tiempo en vía muerta. Bajo el túnel, el belén que he puesto esta Nochebuena. 26-11-06

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VILLANCICO DE LOS ALMENDROS A Cristina Cardona

Fue en diciembre cuando todos florecieron. Pregunté a los más viejos cuándo florecían los almendros. Contestaron: “Al final de enero estarán de nieve y rosa cubiertos. Cuando a la llanura llega aullando el viento gélido del norte como lobo hambriento. No entendí. ¿Qué pasa, pregunté de nuevo, al ver en diciembre en flor los almendros? Nada, respondieron. A veces, ocurren extraños sucesos.

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Retablo de Navidad

Sin saber qué hacer, me quedé en silencio. ¿Quién podrá explicarme si aquello que vieron mis ojos no fue más que un sueño? Entre la nevada flor de los almendros de diciembre, el Niño Dios había puesto su pequeña cuna… Y estaba despierto. 27-11-06

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BALADA DEL PEREGRINO A Juan Luis Parra

Y tan cerca como estuve de Belén, y no acerté con el viejo atajo que a la Cueva conducía. Me perdí en noche cerrada por culpa de la nevada. Por culpa de la nevada que cubrió llano y alcor cuando nació el Salvador. Ya no podré ver al Niño, ni a María, ni a José, me dije. Y me quedé, sin ángeles, sin pastores, triste, en la noche invernal, buscando, ansioso, el Portal. Y me duelo, porque estuve cerca de Belén -¡qué pena!la noche de Nochebuena. 29-11-06

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¡EA, HIJO MÍO, EA! A Irene Cutillas

Todo canta en la noche de Nochebuena: los pájaros, los ángeles, la brisa, las estrellas. Canta su nana un pájaro y al punto le contesta con silbo azul el mirlo entre la hierba. Canta la brisa nanas de amor tan tiernas que la Virgen María quiere aprenderlas para cantarle al Niño si se despierta. Las estrellas, la luna Iluminan la cueva donde cantan los ángeles: “Paz en la tierra”. A su luz, los pastores, de pie, contemplan a Dios sobre las pajas. Y se prosternan.

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José, fiebre en los ojos, flor de silencio, espera, tranquilo, a que la luz gobierne a las tinieblas. Entretanto María, toda ternura, esencia de purísimo júbilo, pleamar de pureza, canta y arrulla al Niño: ¡Ea, hijo mío, ea! 27-11-06

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BALADA DE LA JOVEN PANADERA EL DÍA DE NOCHEBUENA A María Elena Arroyo En esta composición se sigue el esquema de la Balada de la adelfa, de Antonio Murciano. Espérame -te dije-.

Espérame - le dije allí donde se pueda moler el trigo tierno que al Niño llevas. (La tarde era de agua y movía la rueda) Espérame - le dije y buscaré la artesa para amasar el pan con esta harina nueva. (La tarde era de aire y blanca nieve ilesa) Espérame - le dije porque hay una vereda que lleva hasta el Portal donde el Niño te espera. (La tarde era de fuego del color de la fresa)

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EspĂŠrame - le dije -. Y se adentrĂł, ligera, con su pan reciĂŠn hecho la muchacha en la Cueva. (La tarde se hizo noche bajo un temblor de estrellas) 30-11-06

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PREPARANDO EL BELÉN EL 24 DE DICIEMBRE No fue el olvido, sino la duda lo que nos tuvo en vilo. ¿Qué figuras se colocan primero en el Pesebre? Las de siempre: María, San José, el buey, la mula… Y el Niño. ¿Aquél risueño de la manita alzada o el otro más pequeño? La madrugada casi nos sorprendió, colocando con mimo las figuras una por una. Al fin, se terminó el belén. No faltaban, en el fondo del cielo, ni la luna ni las estrellas. Todo en su sitio: el río con su papel de plata, un inmenso gentío ocupando caminos y rincones con sus zonas de sombra, las casitas colgadas y las farolas.

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Retablo de Navidad

Al lado de la Cueva, los pastores, los ángeles y las ovejas. ¿Y el Niño? ¿Dónde está el Niño? No hay nacimiento sin Él. ¿Acaso Dios…? Hay que encontrar al Niño como sea. Cualquiera de los dos. A punto estaban de sonar ya las doce campanadas de Nochebuena. Sobre la mesa, engalanada con el mantel de fiesta, bien dispuestos los platos, el pan tierno… Y la cena sin probar. Y el vino, reposando en las copas su tristeza y su extraño destino. Alguien habló. No sé qué dijo. Pero en el fondo oscuro de la Cueva, bajo la atenta mirada de María y de José, desde un pequeño escriño, sobre el heno, nos contemplaba y sonreía el Niño. 3-12-06

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MARÍA DE LA O Villancico para el 18 de diciembre A mi amiga Esperanza Campos, de La Coruña

María de la O, Virgen de la esperanza, ¿adónde vas, tan niña, de Dios preñada? En ese largo viaje, ¿quién te acompaña cuando faltan seis días para que nazca? ¿Adónde, Virgen niña, si no hay posada y están todas las sendas recién nevadas? Tú no respondes, niña siempre callada, y prosigues tu ruta esperanzada. Belén está muy lejos y anda cansada la burra en que José te acomodara.

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Retablo de Navidad

¿Qué haces cuando el Niño te da patadas y tu vientre florece con rosas cárdenas? ¿Qué le dices al hijo de tus entrañas que lucha por nacer mientras cabalgas? María de la O, Virgen de la esperanza, ¿adónde vas, tan niña, de Dios preñada? 6-12-06

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SONETO TRISTE POR LA FALTA DE FE EN EL MUNDO ACTUAL Hoy me pregunto: ¿Para qué el Retablo de Navidad” si son mercadería las fiestas navideñas, si María hace ya tiempo abandonó el establo? ¿Para qué si José, mano alfarera, regresó a Nazaret -¡oh romería amarga del retorno!- y su alegría está en la aguda sierra y la madera? ¿Para qué si Jesús, carne mortal, olvidó el heno y sus esplendores en la noche de su anonadamiento? ¿Para qué si en Belén, pan candeal, ni ángeles, ni reyes, ni pastores celebran, Niño Dios, tu nacimiento? 8-12-06

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39 AIRECILLOS DE BELÉN Airecillos de Belén, quedito soplad, pasito corred. Que se ha quedado dormido hace un instante el Amor en brazos de una Doncella que esta noche lo parió. Airecillos de Belén, quedito soplad, pasito corred. No me preguntéis en qué sueña Dios cuando Dios sueña mientras los ojos, ya rosas, de su madre lo contemplan. Airecillos de Belén, quedito soplad, pasito corred. Le está mirando la Virgen temiendo que se desvele quien siendo tan niño es Dios antes de que el alba llegue. Airecillos de Belén, quedito soplad, pasito corred. 22-11-07

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40 Y SE LLAMABA MARÍA De Nazaret, quinceañera, alguien dejó escrito. Era casi una niña. Y decía que se llamaba María. Cuando iba a la fuente, el cielo con el agua transportaba en su cantarillo. El vuelo de su cabello velaba la fúlgida luz gozosa de sus ojos. Silenciosa, el alba la contemplaba porque, al regresar, llevaba lleno el cántaro de vida. Se sabía la elegida porque el arcángel Gabriel, nieve y ala todo él, con palabra enamorada la llamó un día “agraciada”. Pero ella calla y espera. Sabe que en su vientre ya floreció la primavera, y que el fruto a punto está. Se lo ha contado a José, varón justo, voz oscura, que no pregunta por qué, ni cómo. Flor de ternura,

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la casi niña María busca y pone alerta al cielo, pues siente que el terciopelo de su seno, todavía viril cálido de Dios, no aguanta más tiempo, y sueña legar su carga trigueña para alivio de los dos. En el alma se le apiña con la noche el sentimiento, pues le ha llegado el momento de ser madre, siendo niña. 23-11-07

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MARÍA PREGUNTA A JOSÉ CÓMO FUE EL NACIMIENTO DEL NIÑO Variación sobre un soneto de Carlos Murciano

Dime, José, cómo puede tornarse el heno tan blanco que es de nieve sin ser nieve. Dime cómo vino y cuándo la Nieve tan de repente que nos sorprendió velando. Dime, dime cómo fue desde mi seno hasta el heno Nieve tan viva, José. Dímelo, que no lo sé. 25-11-07

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¿QUÉ LLEVAS EN TU ALFORJA? ¿Qué llevas en tu alforja, burrito blando, que no sea mi pena y algo de llanto? ¿Vas a Belén sin nada? Llévale al Niño un pan blanco de leche recién cocido. Y un gran tarro de rubia miel colmenera. A la Virgen María, algo de leña. Que es muy fría la noche: cubre la nieve las montañas, y el Niño llora y no duerme. ¡Ro, ro, mi Niño!, canta con voz de seda y muy dulce la Virgen para que duerma. Pero el Niño no calla porque no tiene una luz por abrigo… Y no se duerme.

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ÂżQuĂŠ llevas en tu alforja, burrito blando, que no sea mi pena y algo de llanto? 25-11-07

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LA VIRGEN DA EL PECHO AL NIÑO El Niño ha nacido. Es la noche santa. Brillan las estrellas cada vez más claras. La Virgen María se inclina y alcanzan sus brazos al Niño que duerme en la paja. Lo acerca a su pecho, -rosicler y nata-, y medio dormido al Niño amamanta. No hay nieve que exceda tal blancor, ni hay palma ni vara de lirios y nardos tan alta. La Virgen María, en silencio, aguarda, contemplando a su hijo, a que nazca el alba. 25-11-07

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BALADA DEL ARROYO HELADO Fui por agua al arroyo, pero el arroyo estaba helado en sus orillas, y no alcanzaba, para llenar el cántaro, el agua clara. ¿Cómo llevarle al Niño, río de plata, agua que su sed calme esta mañana?

María está esperando calmándole las ansias con caricias de madre. Pero es ya tanta la sed, que un fuego lento le quema la garganta. Al oír el arroyo estas quejas amargas, pidió a los altos álamos que golpearan con sus ramas el hielo para que el agua besara sus orillas de nuevo, y yo alcanzara, sin peligro, a llenar el cantarillo. Gracias, dije al arroyo.

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Al sol de la maĂąana, los pĂĄjaros colgados de los ĂĄlamos cantaban. 26-11-07

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EL NIÑO LLORA DE FRÍO ¡Ay, Niño tierno! ¿Cómo, si os quemáis de amor, tembláis de hielo?

¡Ay, Niño tierno! ¿Cómo, si os quemáis de amor, tembláis de hielo? Quien de amor se quema está sobre el heno. Mudo can, el frío le muerde los miembros. ¡Ay, Niño tierno! ¿Cómo, si os quemáis de amor, tembláis de hielo? Cántale su Madre cantares muy bellos, que tiene de lágrimas los ojitos llenos. ¡Ay, Niño tierno! ¿Cómo, si os quemáis de amor, tembláis de hielo? ¿Qué os causa enojos, soberano Verbo, que os quemáis de amor y tembláis de hielo? 26-11-07

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BURRITO DE BELÉN “Burrito carbonero, para ti no hubo rosas como para Platero”. Tan sólo pesadumbres, melancolía y un trote muy cansino día tras día. Luego, la pobre cuadra, al aire abierta, la soledad y el miedo a las tinieblas. Pero fuiste elegido, sin tú saberlo, para trotar cargado de un dulce peso. Tú entonces no sabías, ni adivinabas, que a Belén a María y a Dios llevabas. Trota feliz, que nunca, burrito negro, tal Clavel y tal Rosa llevó Platero. 8-12-07

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47 ¡ALBA, VENID; VENID, ALBA! Para Isabel, la conserje de la tarde

“¡Alba, venid; venid, alba!” que, siendo Luz, no conoce blancura tan grande el Niño de ojos llorosos e insomnes. La Virgen está mirando y viendo que, en vez de flores, son de espinas en su carne del heno los tiernos brotes. Llega el canto de los pájaros enronquecido y salobre de no sé qué viento herido ni de qué lluvia sin nombre. ¿Dónde la hermosura angélica en esta noche se esconde? ¿Dónde están, pues que no guardan sus rebaños, los pastores? Cae la nieve sin alas sobre el llano y sobre el monte que en cuanto despunte el alba será de sus ojos goce.

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¿Y el Niño? ¿Qué hará, María, mientras no quiebren albores los gallos si el sueño ha huido de sus ojos redentores? ¡Ay, cómo tiemblas, mi Niña, “temiendo que se deshoje” el Clavel que de tu seno se te ha caído esta noche! 29-XI-08

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48 NANA QUE NO LOGRA DORMIR AL NIÑO ¿Cómo podré dormirte si está el establo a estas horas, mi Niño, alborotado? Tus ojillos se asoman desde mis brazos, cuna que yo te brindo mientras te canto esta nana que nace, Niño, en mis labios que son beso en tu cara, caricia y bálsamo. ¡Ea!, Luz de mi noche, mi Lirio cándido, duérmete, que los montes ya están nevados. Y la nieve no cesa: cae despacio, vellón o flor de espuma sutil al tacto. ¿Tiemblas, Hijo? Esta noche el frío es tanto que se hiela el aliento cuando te hablo.

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Todo está en calma. El viento, como pasmado, Hijo. Y tus ojos siguen brujuleando. ¿Qué te impide dormir si es mi regazo cuna para tu sueño, nana mi canto? 30-XI-08

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PLEGARIA A LA VIRGEN (Mes de mayo de 2006) Dios te salve, María, vuelo de Anunciación, flor de alborada, nardo cumplido, soto verde y seguro, estrella de la mar. Llena eres de gracia y grávida de Amor. El aire, fatigado por el vuelo súbito de Gabriel, reposa su cansancio entre tus manos, ramilletes de gálbano y palmas de Engadí. El Señor está contigo, dedos de terciopelo, milagro de blancura, ojos de rocío. Bendita eres Tú en los labios -íntimo Ain Karin de adobe y henode tu prima Isabel, a quien un día regalaste tu presencia. Ahora eres bendita en nuestros labios. Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, altísima Custodia de Dios, Madre de Dios, cuyo sueño acunaron dulcemente tus brazos. Ruega, piadosa, por nosotros. Acuna hoy nuestro dolor, pues somos pecadores, Primavera surgente como el agua de mayo, Virgen María, Madre. Y en la hora difícil de nuestro sueño último, deja que, tras tus ojos bellísimos, te sintamos humana, madre de carne solo; que con la voz nublada, emocionada, sin cesar repitamos la plegaria hermosísima con la que, cada noche, se despidió de ti Dámaso Alonso, quien dijo que eres una gran ternura: “Dormir quiero en tus brazos hasta que en Dios despierte” Amén - 130 -


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