ELEFANTE. Laboratorio de dibujo.

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ELEFANTE: LABORATORIO DE DIBUJO PROYECTO DESARROLLADO POR: MAR GARCÍA Y LISA CASTRILLÓN LUGAR: CASA DE LA CULTURA SUBA-CENTRO

RESUMEN Las imágenes que producimos y consumimos a diario no son fortuitas, se construyen desde percepciones personales ancladas a un entorno social y cultural que va cambiando con cada época, convirtiéndose en un reflejo de lo que nos rodea. A partir de ésta premisa, surge la idea de brindar herramientas que posibiliten una reflexión en torno a la imagen a través del dibujo, una de las formas de creación más utilizadas por el ser humano, que se encuentra localizado en diversos campos de conocimiento (no solo el artístico) permitiendo un ejercicio de expresión, descripción y narración de una idea. (Gómez, 1999) Se plantea entonces un laboratorio de creación, cuyo eje transversal sea el dibujo y su enseñanza desde la experimentación a fin de propiciar un espacio donde emociones, sensaciones, cuerpo, relaciones pedagógicas y afecto tengan lugar común, estimulando el acto creativo y permitiendo al mismo tiempo explorar y entender el mundo a partir de las experiencias, aportando así a la formación integral del ser humano.

PALABRAS CLAVE: enseñanza del dibujo, laboratorio, creación, experiencia.

CONTEXTO Este tercer ciclo de práctica pedagógica se llevó a cabo en la casa de la cultura de Suba, un lugar de educación no formal perfecto para implementar y ejecutar el laboratorio que se tenía planeado. El objetivo de la educación no formal, según la ley 115 de educación del Ministerio de Educación Nacional de Colombia, es el perfeccionamiento del ser humano, la capacitación para el desempeño artístico, recreacional y la participación ciudadana de la comunidad para la construcción y fortalecimiento de la cultura. Buscábamos desarrollar nuestro proyecto de una manera más libre y abierta, sin depender directamente de las directrices de la institución, de un currículo progresivo o de unas secuencias regulares. Queríamos


que los niños que fuesen llegando, pudieran acoplarse a las actividades planteadas. La casa de la cultura de Suba es un lugar que brinda las condiciones necesarias para llevar a cabo este proyecto con la garantía de nuestra autonomía como sus creadoras y encargadas. Este espacio, orientado al fortalecimiento de la cultura desde procesos de pedagogía social como centro dinamizador de la vida cultural y social de las comunidades, involucra diversos sectores de la comunidad, permitiéndo así un acercamiento a diversos públicos, conocedores y no conocedores del campo artístico. “Las casas de la cultura son espacios de participación ciudadana para la protección de las expresiones culturales heredadas y heredables, la creación y producción de nuevas expresiones, el diálogo de las diferencias y diversidades (acercamiento a otras culturales locales, nacionales e internacionales), la formación no formal e informal y la difusión de las diversas expresiones de la cultura.” (MEN, 2009:pag.). Esta casa en particular nace en el año 1997 con la idea de generar un espacio cultural para la comunidad de Suba. Desde niños hasta adultos mayores pueden participar de los talleres que allí se brindan, que van desde las artes plásticas, música, literatura, narración oral, danzas, hasta periodismo. La misión de este lugar es impulsar procesos formativos de orden cultural, para ello cuenta con modestas instalaciones adecuadas en una casa de tres pisos donde se pueden encontrar salones para creación plástica, un teatro, una emisora, espacios para los grupos de danza, cocina y hasta chimenea donde hacer tertulias en las tardes. Este es un espacio alterno de aprendizaje libre, donde los sujetos asisten por interés personal, propiciando un ambiente agradable de participación autónoma. El acto pedagógico, aparece en este espacio como un ejercicio de diálogo en doble vía que suscita una reflexión, frente a la relación enseñanza-aprendizaje. Una vez identificado el lugar donde se implementaría el laboratorio, se define la población con quien trabajar (niños entre 7 y 13 años) y se determina el nombre del espacio: ELEFANTE, Laboratorio de dibujo. El nombre es un juego de palabras que refiere a la imagen usada en el poster para la convocatoria y en las sílabas “fante”, que hacen alusión a la palabra infante. Dentro del laboratorio no se planteó el uso de un modelo pedagógico en particular, ya que se quería alejar de todo tipo de academicismos, además de plantearse el acto educativo como algo implícito que no suscita ser denominado con un nombre específico. Sin embargo, el modelo pedagógico activo o “NUEVA ESCUELA”, que


plantea una compresión y construcción social del conocimiento, donde intervienen las necesidades y experiencias del estudiante para la elaboración de contenidos (dejando de lado el conocimiento memorístico y enciclopédico) es el que más se acercaría a la dinámica del laboratorio, aunque formalmente no trabajamos con ningún modelo. La escuela nueva ve al estudiante como protagonista, de modo que alienta a potenciar sus capacidades desde diversas estrategias, implementadas por el docente para fomentar una participación autónoma y activa frente al conocimiento. A partir de este modelo las relaciones pedagógicas que surgen están mediadas por el diálogo que posibilita la construcción de un vínculo afectivo y que hace más enriquecedor el proceso pedagógico.

Poster para convocatoria

MARCO TEÓRICO El modelo tradicional de enseñanza del dibujo, que nace en las escuelas italianas de Disegnio durante el renacimiento, se cimenta como base para la enseñanza y aprendizaje de diversas disciplinas artísticas visuales. Este modelo basado en el manejo de proporciones, encuadres, análisis, cálculos y mediciones para lograr una representación idealizada de la realidad, sigue aún vigente. Esa mirada renacentista, construida por otros y surgida de sus necesidades por capturar de manera objetiva la realidad para encontrar allí la belleza y la perfección, sigue predominando hoy en día, aun cuando esas intenciones visuales han cambiado drásticamente y han traído consigo nuevas necesidades de expresión y experimentación visual. Con este modelo, el papel del estudiante aprendiz es el de examinador del mundo físico, que se encarga de traducir a una imagen, una realidad idealizada, haciendo uso del razonamiento geométrico, las proporciones y el manejo de luces (Carrillo Angélica, 2010) a fin de crear una representación mimética de aquello que observa, siendo denominado este ejercicio como “el saber dibujar”. Quien no se adscriba a este tipo de dibujo tradicional y académico, generalmente es tildado como un mal dibujante. El “no sé dibujar” o “mis dibujos son feos” son


las principales excusas que aparecen a la hora de realizar ejercicios gráficos, especialmente con personas alejadas del campo del dibujo (y de las artes específicamente) pues hay varias confusiones respecto a esta disciplina. En primer lugar y como se ha mencionado anteriormente, se cree que la mímesis es la forma de dibujar por excelencia, la copia exacta de la realidad observada se entiende como el deber ser del dibujo, dando prioridad a la técnica por encima del gesto, del hacer. En segundo lugar, se atribuye el dibujo al hacer propio del arte, desconociendo que está presente en diversos campos de conocimiento (científico, técnico, arquitectónico, geométrico) e incluso en la misma cotidianidad expresado mediante la escritura o las mismas formas que componen el espacio (Gómez, 2011) Usualmente, este modelo de enseñanza se imparte en academias de arte, pero también se implementa en algunos colegios, (cuando la clase de artes no está destinada a rellenar unas horas) alejando a los estudiantes de las posibilidades que el dibujo brinda, más allá de la técnica, en tanto lenguaje de expresión, configurador de ideas y de creador de mundos imaginarios. A partir de la inquietud sobre la hegemonía del modelo de enseñanza tradicional del dibujo surgió el laboratorio Elefante, un espacio que aborda el dibujo como tema principal desde tres ejes transversales imagen- medio- cuerpo, involucrando también la experiencia del sus participantes. Al hablar de laboratorio, se piensa en un espacio de experimentación, que considera los procesos por encima de resultados concretos, de tal manera que cada uno de los integrantes vive una experiencia completamente distinta y sin embargo, el contacto con los demás contribuye en sus procesos de creación: Los laboratorios “como escenario en el que se potencia el encuentro, se resignifica y dimensiona de manera tal que aproximarse al otro se convierte en un desafío que implica reconocerse como canal que interpela, que comunica, que conecta percepciones, modos de hacer, pensar y construir el mundo, partiendo del extrañamiento de sí mismo y del otro y de lo otro.” (Sanchez, 2012). Esta propuesta no busca la enseñanza técnica o metódica del dibujo, éste aparece como estrategia para la construcción de una noción propia del dibujo, que establezca relaciones no solo con el soporte, sino con el espacio y el cuerpo, es decir, se busca posibilitar una perspectiva ampliada de lo que significa una noción contemporánea del mismo, atendiendo a la reflexión desde la práctica, donde se busca romper con ese imaginario de “no saber dibujar”.


Así, el laboratorio Elefante busca problematizar frente al proceso de –observación representación- al cual se está sometida en el acto de aprender a dibujar a fin de permitir a los niños ser autónomos frente a la representación, la expresión y la creación propia. Partiendo de cualidades básicas (punto y línea), de diversidad de materiales, soportes y técnicas, y de una conciencia del cuerpo activo en el hacer del dibujo, se busca generar un acercamiento y un reconocimiento de éste como lenguaje de expresión tan válido como la escritura o la oralidad.

OBJETIVOS GENERALES   

Introducir a los niños en el mundo de la representación, la expresión y la creación artística. Problematizar el proceso de observación-representación. Generar interacción entre los participantes.

OBJETIVOS ESPECIFICOS   

Explorar diferentes materiales, soportes y técnicas. Conocer conceptos básicos sobre el dibujo. Identificar el cuerpo como un lugar del dibujo.

EJES TRANSVERSALES Para el desarrollo del laboratorio se aborda la triada Imagen- Medio- cuerpo, establecida por el académico Hans Belting en su libro “Antropología de la imagen”. Estas tres categorías, creadas y desarrolladas por Belting para el análisis de la imagen, se emplean en este proyecto como los ejes transversales de las actividades a trabajar en cada sesión, entretejidas con el tema principal (el dibujo). A continuación se explican cada una de ellas. Imagen. Los seres se diferencian de otros, por las imágenes que producen, siendo éstas la concreción de sus experiencias y su forma de entender el mundo. A pesar de ser construcciones personales, están mediadas por el contexto cultural, de modo que la información que llega del exterior también influye en esa construcción. No pueden reducirse al cuerpo que les da el medio, aunque este les da una forma temporal específica, traspasan las barreras espacio-temporales gracias a su trasmisión a través de épocas por medio de ciertos temas que las hacen estar vigentes:


“las imágenes poseen ciertamente una forma temporal en los medios y en las técnicas históricas, y no obstante son traídas a las discusión por temas que están más allá del tiempo, como muerte, cuerpo y tiempo. Su función es la de simbolizar la experiencia del mundo y representar el mundo de manera que en la transformación se indique también lo forzoso de la repetición” (Belting, 2007, pág. 30) Desde la interpretación de la noción de imagen establecida por Hans Belting, se busca analizar el dibujo como medio para la creación de imágenes a través de ejercicios donde se problematice la representación y la observación como fuentes primordiales a la hora de la producción de imágenes. En este primer ciclo, se busca hacer un “diagnostico” de los modos de hacer y el nivel de familiaridad de los asistentes con el medio, de tal manera que los materiales trabajados en esta fase son más tradicionales. Se plantearán los siguientes temas: cualidades básicas para la lectura y ejecución del dibujo: punto, línea, plano y espacio, análisis y representación, forma y fondo. Medio. El medio dota de cuerpo la imagen dentro de un espacio social, es material y aparece a partir de diversas técnicas. Es el contenedor de la imagen, lo que le permite al ser humano percibir aquello que le rodea, tiene significado en cuanto se ubica dentro de un contexto. No es la imagen en sí, es una representación corpórea de esta, un portador. La imagen física que se produce gracias a un medio simboliza aquello que se quiere decir sin que sea exactamente eso, por ejemplo, la pintura de un bodegón por más que represente una composición de ciertos elementos jamás será los elementos en sí “experimentamos las imágenes únicamente en su arreglo medial, y sin embargo no las confundimos con el medio en que las recibimos” (Belting, 2007, pág. 40) Es así como la pregunta de este ciclo va dirigida al medio, específicamente a los soportes, materiales y las distintas técnicas que constituyen la imagen. Desde el dibujo, se proponen ejercicios con materiales cotidianos, diversos soportes y técnicas. Cuerpo. El cuerpo es quien ejecuta la acción, es quien dibuja y al mismo tiempo es el lugar de la imagen, de donde sale y a donde vuelve a llegar. Es en sí una imagen, es tangible y se proyecta físicamente a otro, pero es también medio cuando sirve para representar otra imagen ajena a él. Por ejemplo el disfraz, transforma el cuerpo en una imagen distinta a su naturaleza, lo invisibiliza, convirtiéndolo en un medio portador. A su vez el disfraz le otorga al cuerpo una nueva imagen que lo visibiliza nuevamente.


ACTIVIDADES: Conceptos básicos para la lectura y ejecución del dibujo: punto, línea, plano y espacio, análisis y representación, forma y fondo. 

Dibuja tu espacio. Primer acercamiento a los conceptos básicos del dibujo, punto, línea, plano y espacio. Instrucción a partir de la observación de un espacio común. Lectura e identificación del dibujo fuera del papel.

Instrucciones para desdibujar el cuerpo humano. Desde la instrucción se plantea un ejercicio que pretende generar una reflexión sobre el imaginario de “no saber dibujar”, es un ejercicio que involucra el cuerpo, a los otros y el espacio como un todo en la creación, haciendo uso de diversos materiales. Ya que solo basta con hacer una línea para comenzar a comprender las posibilidades del dibujo.

Forma y fondo. Creación de una composición a partir de solo figuras geométricas.

Texturas: con pintura, generar ciertas texturas y sobreponer para generar composición a partir de líneas y puntos. Collage: formar caras con gestos a partir de recortes.

 

Retrato con tela: A partir del uso de retazos y materiales textiles caseros, se hace el retrato de un compañero. Descubrir cómo se ven entre ellos, generar interacciones y empezar a sacar el dibujo del papel.

Dibujar sin instrumento que raye: ejercicio tridimensional. Solucionar problemas de boceto solamente con papel. Abordar problemas espaciales.

Siluetas: delinear, marcar las siluetas y huellas de aquello que va desapareciendo. Capturar lo que ya no está. Se puede trabajar con luces, proyecciones, sombras y en exteriores. Pinturas o tierra. Registro fotográfico.

Dripping: a partir de la acción espontanea del cuerpo, crear dibujos abstractos. Valerse se otras técnicas artísticas para dar vida al dibujo.

Dibujar con luz. A partir del uso de linteras, papeles de colores y una cámara fotográfica, hacer que el dibujo aparezca en el espacio.


Dibujar sobre el otro: (por parejas) Mientras una persona dibuja sobre la espalda de su compañero, este intenta representar en una cartulina el dibujo que está apareciendo en su espalda. El cuerpo como medio. Trajes o máscaras

DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA El laboratorio ELEFANTE es una propuesta que tiene como tema principal el DIBUJO como medio esencial para la expresión de los niños, debido a su particularidad de poder enunciar, narrar y crear nuevas historias sobre lo vivido, lo observado e imaginado. A partir de la experimentación de diversas técnicas, herramientas y medios que les permitirán comprender e identificar otras posibilidades del dibujo, donde este traspasa el papel para aparecer en la pared, jugar con las líneas del cuerpo intentando buscar formas y reconocer este medio polifacético como un lugar de expresión autónoma donde todo es posible. Es así, como dentro de su desarrollo se construyeron diversas actividades que pretendían explorar las cualidades básicas del dibujo (punto-línea-plano) pasando de las hojas y el lápiz, a distintos medios donde el soporte podría ser el espacio, la tela, el cuerpo; y el lápiz transformarse en luz, agujas, manos o pies. Sesión a sesión, se iba difuminando el “no puedo”, “no quiero” o “no se puede”, debido a que los niños contaban con el respaldo de nosotras dentro de la participación de cada actividad, reafirmando que lo planteado si era posible de lograr y que en este espacio los juicios de valor como el “bonito y el “feo” fueron modificados por “el buen trabajo” o “hay que intentarlo de nuevo”, reconociendo indudablemente cada proceso como universos posibles dentro de un mismo lugar. Confrontamos juntos los prejuicios del no saber dibujar a través de la reflexión de la línea como el inicio de todo dibujo posible. Para ello no se necesitaba más que agudizar la mirada, tomarse el tiempo de observar con detenimiento y encontrar las formas que provoquen la imaginación y la creatividad para transformar el mundo percibido por los demás. A partir de ejercicios simples, como dibujar con la mano opuesta, los pies o la boca, empezamos a entender que la representación es un inicio para la experimentación de todas las posibilidades del dibujo. La participación activa de los niños dentro del laboratorio creó con el pasar del tiempo un vínculo con el espacio, donde bajo la excusa de dibujar, se compartían experiencias, anécdotas, risas y juegos que fueron creando una identidad en ellos frente a otros talleres y laboratorios. Comprometiéndose y respaldando cada decisión que construíamos juntos.


Indudablemente este proceso nos puso en otro lugar, nos puso a su lado donde nuestros silencios nos dejaban escuchar sus voces que dentro de la ingenuidad se preguntaban si en verdad todo aquello que hacíamos era dibujar…En los silencios comprendimos más sobre ellos, sobre sus gustos, sus intereses y apropiaciones frente a lo dado dentro del laboratorio. Aprendimos a escuchar, a callar y en muchas ocasiones fueron ellos los que nos enseñaron desde su perspectiva lo que era dibujar, lo que significaba la acción de dibujar, expresar sentimientos, contar historias, hablar desde un lugar que no es común a nosotros, vivir el dibujo es conocerlo con unos lentes diferentes que nos llevan a lo simple para entender lo complejo de la realidad. Y en esta ocasión fue gracias a ellos que todo esto fue posible, fue con sus ojos que comprendimos que enseñar va más allá de contenidos, formas o métodos, enseñar es estar al lado de quien quiere aprender para aprender juntos desde los errores y aciertos que se puedan plantear desde los encuentros.

CONCLUSIONES 

El laboratorio es un lugar de encuentros donde se comparten experiencias y conocimientos, desdibujando la jerarquía de docente y estudiantes, debido a que en este espacio todos cuentan con un conocimiento que compartir, una perspectiva o mirada distinta a lo planteado (en este el caso el dibujo) que construye procesos donde todos participan, generando un espacio de aprendizaje más cercano a la vida real; es decir no está de por medio la ignorancia de otro o la autoridad; sino que todo lo contrario cada uno participa a partir de sus propios interrogantes y preocupaciones. A partir de la experimentación de diversos materiales y técnicas se cumplió el objetivo de ampliar un poco el espectro sobre la práctica del dibujo que no solo atiende a la representación o al lápiz y papel; sino que justamente desde la apropiación de distintos medios, soportes y materiales se enriquece el dibujo potencializando la creatividad y la imaginación. La participación activa por parte de nosotras en cada una de las sesiones estableció otro tipo de relación con los niños, quienes a partir de esta acción empezaron a sentirse más a gusto con lo que hacían, ya que allí, en el hacer colectivo, no se hablaba de hacerlo mal o bien sino de comprender y disfrutar con todos de la actividad.


BIBLIOGRAFÍA BELTING, H. (2007). Antropología de la Imagen. Buenos Aires: Kazt Ediciones. CARRILLO, M. A. (2010) Entre líneas, trazos y visiones. Modos de pensar y realizar la enseñanza del dibujo. Bogotá: Editorial Malucaco. GOMEZ, M. J. (1999). Estrategias del dibujo en el arte contemporáneo. Madrid: Cátedra. GOMEZ, M. J. (2011). Las lecciones del dibujo. Madrid: Cátedra. SANCHEZ, M. M. (2012). Habitar los Laboratorios de Investigación apuntes desde la experiencia. Praxis y Saber Revista de investigación y pedagogía. Maestría en Educación UPTC .


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