La guerra de Arauco

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La Guerra de Arauco NOMBRE DE LOS INTEGRANTES: - Erik Días - Diego Marín -Gonzalo Ríos CURSO:2°C

- Sebastián Espinoza -José Mosqueira


Índice 

La Guerra de Arauco…………………………………

Relaciones entre españoles e Indígena………..

Características de la Guerra de Arauco………….

El Conflicto en el periodo de la Conquista de Chile…………………………………………………..

Campañas de García Hurtado de Mendoza…….

La batalla de Quiapo………………………………..

Segunda gran rebelión del pueblo mapuche…...

Combate de Angol………………………………….

Primer Breve periodo de aparente pacificación de Arauco………………………………………………..

La Guerra durante el gobierno de la Real Audiencia de Chile……………………………………

Primeras acciones de Real Audiencia de Chile…..

Campañas de Alonso de Sotomayor……………..

Campañas de Martín García Oñez de Loyola…..…

La Batalla de Curalaba…………………………….…

El Conflicto en el periodo de la Colonia de Chile….

La primera campaña de 1601……………………….


La Guerra de Arauco (1550-1656) Un siglo de intenso conflicto bélico La Guerra de Arauco, narrada por diferentes cronistas durante el período colonial, suele evocarse en Chile como una constante guerra a muerte, de trescientos años, entre españoles y mapuche. Sin embargo, la historiografía contemporánea distingue entre un primer siglo de intenso conflicto bélico (1550-1656) y una etapa posterior en la que se hacen más esporádicos los enfrentamientos, predominando las fronterizas entre el mundo mapuche y los hispano-criollos, las que a la par de incidir en un fuerte proceso de transculturación de los primeros, los transformaron en una de las etnias más poderosas y celosamente independientes de Sudamérica. La primera etapa de la guerra se inició con la conquista de los españoles hacia el sur del país. A pesar de las ventajas iniciales de los españoles, como el uso del caballo y de sus armas, los araucanos rápidamente las aprovecharon, sacando partido además, de su entorno natural, desarrollando así tácticas de combate propias. La avanzada de la hueste, las ciudades fundadas y las fortalezas al sur del Biobío sufrieron continuos ataques por grupos indígenas distintos. De tal modo, las primeras ciudades del sur pasaron a ser fortalezas militares mal abastecidas, constantemente sitiadas y destruidas por los indígenas. Esta situación llegó a su punto más alto tras la batalla de Curalaba (1598), donde el gobernador Martín García Oñez de Loyola fue decapitado y los españoles se vieron obligados a replegarse más arriba del Biobío, abandonando las ciudades fundadas en el sur. Por su parte el ejército español distó de ser profesional y fue descrito por el gobernador Alonso de Ribera en términos lamentables, dada su precariedad material y moral. Éste estuvo compuesto por los encomenderos de Santiago y Concepción quienes debieron costear sus propias armas y pertrechos junto a un gran número de indios de encomienda. Estas tropas realizaron incursiones cada verano para realizar las llamadas campeadas, la destrucción de las sementeras indígenas y toma de prisioneros de guerra como esclavos, lo cual explica, en gran parte, el odio que los araucanos sentían hacia el invasor español. Los distintos gobernadores españoles ensayaron diferentes estrategias para hacer frente a la guerra; sin embargo, todas ellas tienen en común la idea de una frontera con lo cual se solucionó el problema inicial de la sobre extensión del dominio español. Una de las reformas más importantes fue la impulsada por el gobernador Alonso de Ribera, quien suplicó al rey Felipe III la creación de un Real Situado, para pagarles un sueldo a los soldados y así crear un ejército profesional. Finalmente, en 1603, se autorizó este Socorro de Arauco desde las arcas del Virreinato del Perú, el cual tuvo un impacto económico en el comercio realizado en la misma frontera entre indígenas y españoles. Otra estrategia fue la Guerra planteada por el Padre Luis de Valdivia en 1612, que consistió en detener las incursiones españolas y la esclavitud indígena para así convertir a la fe a los araucanos. Sin embargo, al cabo de 10 años fue considerada un fracaso y se volvió a la idea de una frontera móvil. Pero para este período (1623 hasta 1656) la intensidad de los combates disminuyó produciéndose una situación mucho más compleja en relaciones fronterizas donde el comercio y otro tipo de interacciones fueron más importantes que la guerra.


Relaciones entre Españoles e Indígena

 1. Relaciones entre españoles e indígenas Trabajo obligatorio, mestizaje, evangelización, sincretismo cultural y resistencia mapuche.  2. La llegada del español a América significó una conquista no sólo territorial y política, sino también una dominación cultural para las diversas poblaciones aborígenes. La conquista española impuso una manera de ver el mundo: la cristiana y occidental. Ello significó que todas las culturas indígenas americanas se vieran afectadas por lo que se ha denominado el “choque cultural”, es decir, el mutuo cuestionamiento de sus correspondientes maneras de ver el mundo: sus valores, creencias, costumbres y tradiciones.  3. Evangelización Desde un principio, la llegada del español a nuestro territorio tuvo connotaciones religiosas. Los monarcas españoles se habían comprometido con el papado a predicar el cristianismo y a procurar la conversión de los pueblos conquistados. Esta tarea involucró una tensión permanente para los intereses de los conquistadores, que no veían en el indígena un sujeto de evangelización, sino más bien mano de obra útil para explotar las riquezas que ofrecía el nuevo continente.  4. Por otra parte, también estaba el interés de la Iglesia en asumir frecuentemente la defensa de los derechos y de la protección de la población indígena, a quienes consideraba criaturas de Dios y súbditos del Rey, tal cual eran los propios españoles. No obstante, dentro del contexto de la época, este respeto de la Iglesia por el mundo indígena no incluía la tolerancia a sus propias creencias religiosas, en las cuales veía manifestaciones de herejía de las que consideraba que había que salvarlo.  5. Un ejemplo de Protección de la población Indígena: El sacerdote Dominico Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas, se opone al maltrato de los indígenas en el sistema de encomienda de servicio personal. Contribuye a la dictación de normas de protección a los indígenas (Leyes Nuevas de las Indias, 1542)  6. Sincretismo Cultural El intento de imponer el cristianismo no pudo desterrar las concepciones tradicionales religiosas del mundo aborigen. Ello dio como resultado que ambas visiones se mezclaran y relacionaran sincréticamente, surgiendo así una combinación de sistemas de creencias, como resultado de la influencia mutua entre el catolicismo y las religiones aborígenes. Esto explica que en Chile existan hoy en día variadas expresiones del mundo religioso cristiano en distintivos sectores de nuestra población. En algunos de ellos se presentan elementos propios del catolicismo hispano oficial – habitualmente ligados a los sectores altos – y en otros, en cambio, aparecen aspectos de religiosidad popular.


 7. Por ejemplo, en las zonas andinas de nuestro país se han traspasado a la Virgen María funciones maternales y de protección, que los antepasados atribuían a la Pachamama o Madre Tierra. El fiel invoca o agradece esa protección en fiestas coloridas, bailes con máscaras y peregrinaciones. Es el caso de la fiesta nortina a la Virgen de La Tirana.  8. Mestizaje El mestizaje es el proceso de interrelación forzado o voluntario entre dos o más culturas. Este proceso se produjo en Chile casi exclusivamente entre indígenas y españoles. Su principal escenario fue el valle central, por ser la región más poblada del territorio y la que presentó una resistencia menor a la Conquista española. .  9. El primer grupo de mestizos, los del siglo XVI – que fueron resultado de la voluntaria u obligada relación de madres aborígenes con conquistadores españoles – crecieron por lo general vinculados a sus progenitoras indígenas y a sus culturas. Salvo excepciones, el padre español estuvo ausente. Muy pocas veces esta unión derivó en la institución del matrimonio  10. Durante el siglo XVII, el proceso del mestizaje se había generalizado. La población mestiza en la zona central de Chile aparecía significativamente mayor, y se va convirtiendo en la mano de obra de las haciendas, en el campo, y del trabajo doméstico, en las ciudades. Se va transformando en una masa de hombres y mujeres a los cuales no se les permite asumir puestos en el ejército ni tampoco en el sacerdocio, y menos en los cargos públicos. Es una población que se ha separado de sus raíces aborígenes. No asume una identidad propia: no son españoles ni tampoco indígenas, aunque han incorporado en su vida parte de estas dos culturas sin una mayor conciencia de ello. El proceso del mestizaje determinó el surgimiento de una sociedad colonial donde el color de la piel determinaba la ubicación de ese individuo en la sociedad.  11. La disminución de la población indígena, producida durante la conquista española, encuentra su explicación en: I y II y III y IV I, II y III I, II, III y IV El trabajo obligatorio impuesto por los españoles a los indígenas en los primeros años de conquista. Las epidemias y otras enfermedades que habrían aumentado la mortalidad. El efecto de las acciones bélicas de la conquista que destruyó las organizaciones de los indígenas. La emigración masiva de los indígenas hacia regiones con tierras de inferior calidad. 1  12. Trabajo Obligatorio Lo primero que hacían los españoles luego de dominar un territorio era repartirse a los indígenas para que se dedicaran a las actividades productivas. Los beneficios obtenidos de este sistema de trabajo obligatorio, conocido como “repartimientos”, eran exclusivos para los peninsulares. La Corona, consciente de que los abusos que se cometían significarían la rápida desaparición de la población originaria, intentó reglamentar estas relaciones a través del sistema de encomiendas. Éste se basaba en el entendido de que los indígenas, como súbditos del Rey, debían entregarle a éste un tributo anual. En recompensa por el esfuerzo realizado en la conquista del territorio, el rey cedía este tributo a los españoles por un plazo definido , debiendo los indígenas entregarlo en dinero o especies directamente a quien lo recibía la encomienda, quien, por su parte, tenía la obligación de proteger a sus indígenas y evangelizarlos en la fe católica.


 14. La Encomienda Indígena Rey Español Encomiendas de Servicio Personal = Trabajo Las disposiciones no se cumplieron allí donde los indígenas no podían hacer entrega de oro y plata, como en Chile. Los indígenas, entonces, fueron obligados a trabajar para sus encomenderos. Esta situación se impuso en Chile, y ya al iniciarse el siglo XVII la mayoría de los indígenas habían sido sacados de sus pueblos y llevados a los lavaderos y luego a las haciendas, donde pagaban directamente su tributo en trabajo. Pagar Impuestos Evangelizar y Proteger Premiar por Conquista Tributo Indígena Evangelizar y Proteger  15. La tenencia de encomiendas era una de las mayores aspiraciones de los conquistadores de Chile, pues ello contribuiría a mejorar su posición social. Sin embargo, el poseer un grupo de indígenas a su cargo implicaba varias obligaciones para los encomenderos, entre las que se puede(n) mencionar: Sólo I Sólo II I y II II y III I, II y III Adiestrar militarmente a los indígenas. Procurar la evangelización de los encomendados. Velar por la salud de los indígenas a su cargo. 2  16. Regulación de la Encomienda La pérdida de las ciudades del sur a finales del siglo XVI, la decadencia del trabajo en los lavaderos de oro, el desarrollo del trabajo agrícola y la aparición del sector mestizo que remplaza la mano de obra indígena, van a ser causales de que la encomienda sea abolida en el siglo XVIII, bajo el gobierno de Ambrosio O’Higgins. Tasa de Santillán (1559) Se mantiene el servicio personal. Se establece la mita o turnos de trabajo. Se estableció el sesmo de oro (sexta parte de lo producido queda para el indígena). Sólo trabajan los varones entre 18 y 50 años. Prohíbe que los indígenas sean utilizados como transporte de carga. Tasa de Gamboa (1580) Se abolió el servicio personal. Se establece el tributo en oro o especies. Se crean los pueblos de indios, donde los encomenderos no pueden ingresar. Los corregidores son los que velan por el cumplimiento de las tasas. Tasa de Esquilache (1620) Se prohibió el trabajo obligatorio. Se establece el tributo en oro. Tasa de Lazo de la Vega (1635) Se abolió el servicio personal. Se establece el tributo en especies o con trabajo por un jornal. Reglamentación del trabajo indígena, para combatir el abuso de los encomenderos y mejorar la condición de los indígenas. Tasa  17. La Resistencia Indígena A medida que los españoles avanzaron hacia el sur se encontraron con mayor resistencia aborigen. Los indígenas del norte chileno, de evidente influencia incásica, en su mayoría fueron un apoyo para las expediciones hispanas. Los Picunches, de la zona central, luego de un primer alzamiento (1541 – destrucción de Santiago) fueron apaciguados e incorporados al sistema de encomienda. Sin embargo, la resistencia de los Mapuches, inédita en el proceso de conquista americana, significó el inicio de una permanente, intensa y costosa guerra que tuvo proyecciones en toda la vida colonial. Con el nombre de Guerra de Arauco se hace referencia el largo conflicto bélico sostenido entre españoles y mapuches, que abarcaría todo el periodo colonial (siglos XVI a XVIII).  18. El Siglo XVI El propósito inicial de los españoles es conquistar la Araucanía para explotar los lavaderos de oro, disponer de una abundante población aborigen para las encomiendas y adueñarse de tierras muy fértiles. Fue una prolongación de la conquista tradicional. La táctica empleada es la rápida ocupación del territorio y diseminación de las fuerzas en ciudades y fuertes. Principal rasgo de la guerra: Las acciones bélicas se desarrollan todos los años en forma constante. La vida social, económica y política quedó marcada con un sello militar. La situación siempre fue incierta y se temió una gran sublevación araucana en cualquier momento. Las dos sublevaciones más importantes fueron la de 1553,


producida tras la muerte de Valdivia (es el marco histórico de “La Araucana”), y la de 1598, Desastre de Curalaba y destrucción de las siete ciudades al sur del Biobío.

 19. A partir del Desastre de Curalaba (1598) y hasta 1602, los mapuches desarrollaron una formidable ofensiva que les permitió destruir todas las ciudades y fuertes erigidos por los españoles dentro del territorio araucano. ¿Cuál(es) de las siguientes razones facilitó (aron) estos acontecimientos?: Sólo III I y II y III I, II y III I, II, III y IV Los propios progresos tácticos y militares por parte de los indígenas. La debilidad de las fuerzas españolas por su dispersión territorial. El rechazo permanente de los araucanos a todo sometimiento. La ausencia en Chile, en ese momento, de una fuerza militar española de carácter profesional y permanente. 3  20. Una de las principales causas de la pérdida de las ciudades al sur del Biobío es el carácter señorial, no profesional, del ejército español. La defensa del reino quedaba entregada al ejército formado por los vecinos y financiado por el aporte de los encomenderos (de acuerdo al carácter privado de la empresa de conquista). Posteriormente, debido a la incapacidad de los encomenderos de resistir una guerra tan prolongada, se extendió la obligación de financiar la guerra a toda la comunidad (derramas).  21. Consecuencias del levantamiento indígena de 1598 Fijación de la línea fronteriza en el río Biobío. Formación de un ejército permanente y profesional financiado por el estado a través del Real Situado. El Real Situado era la suma de dinero enviada desde el Perú, con el fin de solventar un ejército profesional en la frontera. Esto refleja la dependencia absoluta de Chile del Virreinato del Perú. Chile carecía de una vida económica suficientemente activa que permitiera mantener un ejército permanente. Plan de guerra de Alonso de Ribera: Línea fronteriza fortificada. Desde allí se iría avanzando paulatinamente hacia el sur. Su objetivo es la seguridad general del reino, relegando a último término los intereses privados.  22. La guerra de escarmiento se impuso con la Real Cedula de 1608, que permitió esclavizar a los indígenas apresados en combate. Los españoles comenzaron a efectuar incursiones en la zona Mapuche con el fin de tomar indígenas prisioneros para venderlos como esclavos. Estas incursiones se denominaban Malocas, palabra indígena que significa asalto con el propósito de obtener botín. La contraparte indígena eran los Malones. Estas acciones fueron rechazadas por la iglesia, en especial por los jesuitas quienes impulsaron un sistema de guerra defensiva.  23. La Guerra Defensiva (1612 – 1626) El jesuita Luis de Valdivia plantea al rey Felipe III un plan de guerra defensiva. El objetivo era la pacificación e incorporación del indígena a la comunidad. El plan consistía en: Suspender todo acto de hostilidad hacia los indígenas. Mantener la línea fronteriza en el Biobío y enviar misioneros jesuitas al territorio Mapuche a predicar el evangelio. La guerra defensiva se puso en práctica en 1612, sin embargo, la muerte de los primeros misioneros que se internaron en la Araucanía hizo que se desistiera del plan. Una real cedula de 1626 puso termino definitivo a este intento de pacificación. Desde entonces se utilizó el sistema de guerra ofensiva (Plan de Alonso de Ribera) y los Parlamentos.  24. El último gran levantamiento indígena se produjo en 1655, cuando se sublevó la población de la región comprendida entre el Maule y Osorno. Guiados


por el mestizo Alejo, los nativos mantuvieron la rebelión hasta 1661. En 1683, principalmente gracias a las gestiones que realiza el padre Diego de Rosales, se dicta la Real Cedula que pone fin a la esclavitud indígena. Reuniones celebradas entre el gobernador y los caciques, para acordar condiciones de paz. El primer parlamento fue el de Quilín en 1641. Parlamentos

 25. La gran sublevación mapuche que comenzó en 1598 con la derrota de los españoles en Curalaba, tuvo como resultado inmediato: Solo I Solo II Solo III I y II y III 4 La organización de un ejercito profesional. El establecimiento del real Situado para solventar los gastos de guerra. La instauración de Parlamentos con los indígenas.  26. En Chile, a partir del siglo XVI, la encomienda fue una de las instituciones de mayor trascendencia económica y social. Dicha institución tenía como objetivo: Traspasar a manos de particulares el tributo indígena que correspondía al Rey. Regular el trabajo y salario indígena en las actividades mineras y agrícolas. Establecer una forma de trabajo indígena para explotar tierras comunitarias. Dominar y usufructuar las tierras indígenas por parte de los conquistadores. Repartir equitativamente la fuerza de trabajo indígena entre faenas mineras y agrícolas. 5  27. Las relaciones que se dieron entre los indígenas y los españoles durante el período de la Conquista y la Colonia en Chile estuvo dado por diversas características. Cuál o cuáles de las siguientes características corresponden a este hecho histórico: Basadas en una relación de respeto mutuo y apegado a la legalidad. Se realizaron encuentros dirigidos por la Iglesia Católica con la finalidad de acordar puntos estratégicos de la evangelización. Durante muchos años fueron legalmente esclavizados fundados en una Capitulación Papal. Los indígenas eran incorporados forzadamente a una relación de trabajo compulsivo. El último siglo colonial se caracterizó por una integración activa y sin precedentes en los asuntos políticos y un reconocimiento de su cultura


Características de la Guerra de Arauco

Los pueblos de habla mapuche se enfrentado con fuerzas del Imperio Inca.

habían

Cuando los conquistadores españoles, dirigidos por Pedro de Valdivia, llegaron a la región del Bío Bío tenían un vago concepto sobre la belicosidad de los indígenas. Debido a sus experiencias en México y Perú, esperaban un pronto y fácil sometimiento -por las armas- de estos pueblos a la Corona y su posterior evangelización. Sin embargo no fue así; los conquistadores enfrentaron una dura oposición

de Pehuenches, Mapuches, Huilliches, Picunches y Cuncos, quienes no siempre actuaban de manera cohesionada y que, sin embargo, colocaron en los más duros aprietos los procesos de conquista y colonización de sus territorios. Los Mapuches tenían experiencia previa en el enfrentamiento de ejércitos extranjeros, por cuanto unos 80 años antes de los españoles, habían peleado con los ejércitos incas comandados por Túpac Yupanqui en la zona del río Maule, en la llamada Batalla del Maule,3 estableciéndose de esta manera los límites del Imperio inca en la ribera de este río, a unos 250 km al sur de la actual capital de Chile, zona habitada por los Picunches. La larga lucha contra el Tahuantinsuyo dejará su legado. De hecho, para la cosmovisión mapuche, la llegada de los españoles fue percibida como un nuevo tipo de invasor inca, de ahí el nombre que les pusieron "winkas", el que aún se emplea para referirse a los chilenos. Según varios cronistas españoles y la posterior tradición popular chilena, los mapuches ("gente de la tierra" en idioma mapudungun), mantuvieron un espíritu de lucha permanente, lograron aprender rápido cómo enfrentar a los españoles, aprovecharon su geografía llena de bosques y montañas para organizar guerrillas, además de ser demográficamente superiores a los pueblos Picunches y diaguitas, sometidos a los españoles y aliados de estos. Estos conceptos se resaltan en la obra épica "La Araucana", escrita a principios de la colonia por Alonso de Ercilla. Carmona león


Estas razones ocasionaron una reñida guerra de guerrillas, sin mostrar un vencedor evidente, pues tras la resistencia mapuche, los conquistadores se vieron obligados varias veces a despoblar y retirarse de las zonas territoriales indígenas. La explicación a comportamientos militares tan distintos está en la geografía; el paisaje de estepa del Valle Central de Chile en la zona de Santiago no permitía la lucha de guerrillas ni se disponía de alimentos en la cordillera para refugiarse ahí. No era la misma situación en la zona austral, donde los montes y la selva valdiviana favorecían la lucha guerrillera y hacían difícil el triunfo hispano. Hubo más de un momento en que la colonización de Chile estuvo a punto de detenerse. La Guerra de Arauco fue un quebradero de cabeza para los reyes Carlos V, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y el Virreinato del Perú, por su irresuelta situación constante en el tiempo, su alto costo pecuniario y de vidas. Hubo muchos combates en que, alternativamente, la victoria se pasaba de bando en bando. Asimismo hubo intentos y períodos de paz aparente, seguidos de largos períodos de estado de guerra. Los españoles se convencieron finalmente de que cualquier intento de paz era inútil y que sólo obtendría la victoria por la fuerza. Las pestes tales como el tifus, la viruela, el denominado "chavalongo" y otras enfermedades traídas por los europeos, afectaron gravemente a los indígenas, entorpeciendo su participación en la guerra. La guerra se fue desgastando en el último tercio debido, en parte, al mestizaje entre los ibéricos y mapuches, ya que el indígena en sus malones secuestraban las mujeres españolas y los conquistadores españoles que no tenían muchas mujeres consigo, en sus "malocas" hacían lo mismo. En el fondo, los hombres de ambos bandos raptaban a las mujeres del enemigo. Por eso, es difícil hablar de una "raza" pura, predominante en Chile.

Duración del Conflicto

Suele indicarse como fecha de inicio de este conflicto la batalla de Reino huelen, librada en 1536 entre parte de la expedición de Diego de Almagro y un cuerpo numeroso y bien organizado de soldados, en la confluencia de los ríos río Ñuble e Itata; pero históricamente se asume que con Pedro de Valdivia en 1546 con la batalla de Quilicura, se inició el período de campañas militares que caracterizaron este conflicto. Su término es, sin embargo, más difuso. Si bien a partir de 1609 cada gobernador de Chile celebraba "Parlamentos" con los caciques indígenas, en los cuales se discutía la mantención de la tregua entre ambas partes, los enfrentamientos fueron numerosos. Es más, aunque con la independencia de Chile, se concluirían los conflictos de la Guerra de Arauco que sostenían los hispano-criollos con los mapuches, estos seguirían -posteriormente- como nuevos conflictos chileno-mapuches, los que no terminaron completamente hasta 1883, con el proceso conocido oficialmente como Pacificación de la Araucanía u Ocupación de la Araucanía.


El Conflicto en el periodo de la Conquista de Chile

Antecedentes entre españoles y mapuches (1535 - 1546) Cuando en 1535, Diego de Almagro realizó el reconocimiento del territorio del actual Chile, y llegó al río Itata, tuvo lugar -en Reynogüelén- el primer enfrentamiento entre españoles y mapuches. Debido a la superioridad de las armas y la sorpresa causada por la caballería (los mapuches pensaron que los españoles montados eran un sólo ser), esta batalla derivó en una victoria española, pero que sirvió para que Almagro comprobara las limitaciones de su proyecto. Luego, ya iniciado el periodo de la conquista de Chile, con la llegada de Pedro de Valdivia a Chile en 1541, el 11 de septiembre de ese mismo año, el cacique Michimalonco (perteneciente a lospicunches, etnia asociada a los mapuches), fue el gestor de las primeras penurias de los españoles en Chile, al atacar la recién fundada ciudad de Santiago. Posteriormente, en 1544, Pedro de Valdivia envió al capitán Sergio Lecaros Salas a reconocer el litoral sur en los buques San Pedro y Santiaguillo. Zarpó desde Valparaíso y tocó tierra en la bahía de San Pedro, en Concepción; y posteriormente en Valdivia, tierra bautizada en honor del capitán general. Luego volvió a Valparaíso. Con el objeto de dar seguridad a la ciudad de Santiago, la que antes había sido destruida por el cacique Michimalonco, y también para aumentar el territorio de su jurisdicción, Valdivia resolvió realizar y comandar personalmente una expedición terrestre hacia Arauco; hecho con el cual se da inicio formal a la llamada "Guerra de Arauco". Inicio de la "Guerra de Arauco" - campañas entre 1546 y 1567Campañas de Pedro de Valdivia Artículo principal: Pedro de Valdivia. En febrero de 1546, Valdivia emprendió una campaña de profundidad hacia el inexplorado sur, llegando a las márgenes del Bío-Bío. En esta campaña partió con 60 jinetes más miles de indios auxiliares y alcanzó el río Biobío, donde fue atacado por mapuches en la Batalla de Quilacura. Viendo que le sería imposible continuar con tan escasas fuerzas por un terreno tan hostil, Valdivia decidió replegarse a Santiago. Sin embargo, la guerra continuó producto de que Valdivia instalaba ciudades y fuertes en territorio indígena con el objetivo de someterlos. Valdivia militarmente obtuvo importantes triunfos, como en la batallas de Andalién y de Penco en 1550. Estas grandes victorias permitieron a Valdivia establecer Concepción, La Imperial, Valdivia, Villarrica y Los Confines.


Batalla de Tucapel Artículo principal: Batalla de Tucapel. El joven Lautaro, aprovechando sus conocimientos del ejército español (obtenidos al haber sido "paje" o sirviente de Valdivia), condujo una rebelión contra los españoles. Con sorprendentes tácticas para la época, neutralizó a la caballería española, y en la batalla de Tucapel (1553), capturó y dio muerte a Valdivia junto con todos sus hombres y unos cuantos miles indios (diversas leyendas relatan que tras esa batalla se extrajo el corazón de Valdivia y fue comido por los propios mapuches). Tucapel será un hito en la historia de la guerra, ya que fue la primera batalla en campo abierto perdida desastrosamente por los españoles, acabando el prestigio bélico ganado y demostrando, de paso, el éxito de las formas de luchas introducidas por Lautaro. Llegado a Concepción estas nuevas y terribles noticias, se organizó un destacamento que fue dotado de cañones e infantería de primera al mando de Francisco de Villagra que enfrentaría el avance mapuche en la batalla de Marihueñu. Campañas mapuches de Lautaro Artículo principal: Lautaro. Luego de la derrota de Tucapel, los españoles reorganizaron sus fuerzas, reforzando Imperial para la defensa y abandonando Confines y Arauco para reforzar Concepción. Sin embargo, la tradición araucana imponía una larga celebración de la victoria, la que impidió a Lautaro explotar el éxito obtenido, como era su deseo. Sólo en febrero de 1554 logró reunir un ejército de 8.000 hombres, justo a tiempo para enfrentarse a la expedición española al mando de Francisco de Villagra.

Combate de Marihueñu

Lautaro, habitualmente considerado como el mayor estratega mapuche de la guerra (Toqui de guerra), óleo de Pedro Subercaseaux (imagen idealizada del siglo XIX). Artículo principal: Batalla de Marihueñu. Lautaro eligió la cuesta de Marihueñu para combatir a los españoles y organizó sus fuerzas en cuatro divisiones: dos tendrían la misión de contener y desgastar a su adversario, otra pasaría al ataque una vez que las anteriores cumplieran su objetivo, y una cuarta maniobraría para cortarle la retirada. Además, un pequeño grupo fue enviado a destruir el puente de balsas que los españoles habían tendido sobre el río Biobío, lo cual dificultaría aún más la retirada de Villagra. Dicha confrontación acaeció el 24 de febrero de 1554, desde las 8 hasta las 15 horas


aproximadamente. El ataque español rompió la primera línea mapuche, pero la acción de la tercera agrupación mantuvo la posición de los indios. Luego, las alas de esas agrupaciones atacaron los flancos de los conquistadores, y la cuarta agrupación los atacó por la espalda. Luego de varias horas de combate, sólo una pequeña parte de los españoles logró retirarse. En este combate Villagra estuvo muy cerca de ser capturado. A pesar de esta nueva victoria, Lautaro, una vez más, no pudo aprovechar su ventaja debido a las celebraciones y creencias de su pueblo. Cuando finalmente pudo llegar a Concepción, esta ya había sido abandonada. Luego de quemarla, no pudo seguir atacando los fuertes restantes, pues la campaña se dio por terminada y los guerreros se desmovilizaron. En Santiago, Villagra reorganizó sus fuerzas, y ese mismo año, 1554, marchó nuevamente a Arauco y reforzó los fuertes de Imperial y Valdivia. Las dos guarniciones entonces devastaron los campos circundantes y quemaron los jardines y casas de los Mapuches, dando por resultado un hambre y una epidemia de lo que el Mapuche denominó chavalongo4 En 1555, la Real Audiencia de Lima dispuso que se reconstruyera Concepción, lo cual se hizo bajo el mando del capitán Alvarado. Lautaro, al saber que Concepción estaba siendo reconstruida, la atacó en diciembre de 1555 con unos 4.000 guerreros. Puso sitio a la ciudad, el que fue tratado de romper por Alvarado, sin éxito. Sólo 38 españoles escaparon por mar de la nueva destrucción de la ciudad. Marcha a Santiago Luego de las acciones en el Biobío, Lautaro planeó una ofensiva contra Santiago, la que contó con escaso apoyo entre sus pares, aunque igual logró reunir alrededor de 600 hombres. En octubre de 1556 alcanzó en su marcha el norte del río Mataquito donde construyó un campamento fortificado, en Peteroacerca de Teno. Desde ese lugar realizó reconocimientos hacia Santiago. En Peteroa rechazó a pequeñas fuerzas españolas que lo atacaron al mando de Diego Cano. Reuniendo a los hombres derrotados y recolectando más, Pedro de Villagra atacó la fortaleza de Lautaro en la batalla de Peteroa sobre varios días pero no pudo tomarla. Lautaro entonces se retiró hacia el río Itata, hasta donde fue seguido en 1557, aunque en una hábil maniobra estratégica, En vez de enfrentar a los españoles, los dejó pasar y luego marchó a Santiago nuevamente. Pese al secreto con que los mapuches marchaban, el Cabildo de Santiago supo de su avance y envió una pequeña expedición a detenerlo, mientras se avisaba a Villagra que regresara a la ciudad. Las fuerzas españolas se reunieron y, presumiblemente por la traición de un mapuche, tuvieron conocimiento del dispositivo del campamento de Lautaro. El 29 de abril los conquistadores atacaron por sorpresa su campamento en Mataquito, desde los cerros de Caune, obteniendo una decisiva victoria, resultando en la muerte de Lautaro.


Campañas de García Hurtado de Mendoza

Mendoza, gobernador que introdujo el uso de cañones en la Guerra de Arauco. Campaña contra Caupolicán García Hurtado de Mendoza fue designado gobernador interino de Chile en 1557, e inmediatamente ordenó reconstruir Concepción, esta vez con fuerzas considerablemente superiores a las previas: 600 soldados, 6 piezas de artillería y 1.000 caballos. Una fuerza de ese número nunca se había visto en Chile. Él desembarcó en La Serena y tenía como competidores rivales para el cargo de Gobernador a Francisco de Villagra y Francisco de Aguirre quien fue arrestado, enviado a Perú y puesto sus propios hombres en el control de la provincia. Enviando su caballería primero, navegó por tierra al sur en invierno y desembarcó en junio de 1557 en la isla del Quiriquina en la boca de la bahía de Concepción. Artículo principal: Batalla de Concepción 1557. Artículo principal: Batalla de Lagunillas. Él pidió un permiso para desembarcar en Penco y para reconstruir la fortaleza de Concepción. Un ejército Mapuche intentó asaltar la fortaleza pero fue derrotado por la artillería y armas de fuego. Después la caballería llegó por tierra de Santiago, Mendoza comenzó su avance al sur del Biobío y otro ejército Mapuche incluyendo Galvarino intentó pararlo en campo abierto en la batalla de Lagunillas pero fue derrotado otra vez, después de dura lucha y en consecuencia, su fortaleza en Andalicán ,la entrada a Arauco, fue asaltada sin defensa y capturada pronto después de la batalla. Artículo principal: Batalla de Millarapue. Caupolicán resiste sin éxito el avance de Mendoza atacándolo de emboscada en la batalla de Millarapue. Después de la lucha adicional cerca del sitio de la fortaleza arruinada de Tucapel, Mendoza construyó la fortaleza y la ciudad del Cañete de la Frontera y continuó al sur. Allí él estableció la ciudad de Osorno y exploró en dirección Sur al golfo de Ancud. Al intentar lanzar la ocupación española Caupolicán atacó la fortaleza de Cañete que esperaba que las puertas sean abiertas por la traición de un yanacona dentro, pero en lugar de otro lo traicionaron y fueron derrotados gravemente por el capitán Alonso de Reynoso (20 de enero de 1558), la batalla pasó a llamarse la batalla de Cayucupil o batalla del fuerte Cañete.5 Aunque él pudo escaparse inmediatamente después de esta última batalla, pues la caballería española no llegaría a tiempo para perseguirlo, Pedro de Avendaño lo traicionó y fue capturado


eventualmente en las montañas, condenado a muerte por Alonso de Reinoso y ejecutado por el empalamiento en Cañete.

La batalla de Quiapo

Batalla entre mapuches y españoles en una ilustración de Gerónimo de Bibar en su Crónica y relación copiosa y verdadera de los reynos de Chile. Después de la muerte de Caupolicán, García Hurtado de Mendoza pensó que habían subyugado a los mapuches. Por el contrario, la forma de fallecer de Caupolicán inspiró a los mapuches a continuar la lucha con una guerra de guerrillas en la cual no había día que algunos yanaconas o un encomendero no murieran en las manos de los weichafe (guerreros) mapuches. Cuando el número de falta o de muerto alcanzado 400 yanaconas y 10 españoles, el gobernador fue convencido de que él estaba equivocado. En Quiapo, los mapuches, comandados por su nuevo toqui6 7 construyeron una fortaleza que era pararía a las fuerzas de Mendoza en Arauco y éste no podría reconstruir una fortaleza allí. Mendoza volvió del sur y avanzó de Cañete a Quiapo. García Hurtado de Mendoza tomó por asalto el fuerte mapuche de Quiapo en diciembre de 1558, cuya existencia cortaba las comunicaciones entre sus tropas y obtuvo otra aplastante pero laboriosa victoria, ahorcando al menos a 100 mapuches como escarmiento. Después de la batalla, Hurtado de Mendoza ejecutó a la mayor parte de los mapuches capturados, pero Peteguelén, hijo de Cuyomanque un cacique importante en la región de Arauco, fue perdonado. Con su ayuda y la de este padre agradecido, él fue capaz de atraer a la mayor parte de los líderes de Arauco y de Tucapel a someterse a la ley española mientras seguía la reconstrucción de la fortaleza en Aruaco.8 Felipe II relevó a García Hurtado de Mendoza remplazándolo por el vencedor de Lautaro, Francisco de Villagra. El gobernador García Hurtado de Mendoza se fue con la idea ilusoria de que había vencido al pueblo mapuche, pero lo concreto y objetivo es que fue uno de los pocos gobernadores que lograron un cierto grado de éxito en la Guerra de Arauco. Dicho éxito se debía por un lado a la abundancia de recursos en soldados, pertrechos y armas que trajo, recursos con los que no contaron los anteriores conquistadores y por otro lado a que los indígenas no tuvieron estrategas de la talla de Lautaro, sumándose también la lucha mapuche contra la peste, que había diezmado su población. Los mapuches quedaron en una aparente paz, pero habían evolucionado: ya contaban con armas de fuego sustraídas al conquistador y mejores estrategias. Las derrotas infringidas por parte de Hurtado de Mendoza hicieron del pueblo mapuche un cuerpo más cohesionado y una voluntad más férrea para seguir como un solo ente el camino de la guerra.


Segunda gran rebelión del pueblo mapuche

Campaña de los Villagra Las hostilidades volvieron junto con la llegada del remplazante de García Hurtado de Mendoza, Francisco de Villagra. Puntualmente se gatillaron con el asesinato del encomendero Pedro de Avendaño y otros tres españoles en julio de 1561, a quienes los indígenas odiaban por sus malos tratos y su cruel rechazo hacia los mapuches. Apenas se difundió la noticia por las huestes mapuches iniciaron un nuevo levantamiento general de mayor fuerza que los anteriores. Combates del pucará de Lincoya A finales de 1561, los mapuches se fortificaron en un pucará llamado Lincoya, en el valle del mismo nombre. Pedro de Villagra el Mozo, hijo del gobernador destruyó el pucará pero no logró una resuelta victoria ya que los mapuches pudieron escapar. El corregidor de Cañete Juan Lazarte fue muerto a las puertas mismas de Cañete al intentar recuperar unas cabalgaduras robadas por unos treinta mapuches. En Angol, hubo un combate en Marehuaño para salvar al recién fundado fuerte de Purén que fue indeciso. Los mapuches porfiadamente reconstruyeron el pucará de Lincoya en enero de 1563, pero nuevamente Pedro de Villagra fue enviado a destruir dicho fuerte. Una vez más los indígenas insistieron en su reconstrucción, pero esta vez con sectores de fácil acceso a la caballería, esto hizo despertar sospechas a los ya veteranos españoles quienes cargaron contra el emplazamiento, cayendo en fosos muy bien disimulados. Allí murió de un lanzazo Pedro de Villagra el Mozo junto a otros 42 españoles. Francisco de Villagra enterado de la noticia se embarcó enfermo para Concepción dejando a su primo de igual nombre que su hijo, Pedro de Villagrán, a cargo de la campaña. Los mapuches, por su parte, se volvieron en dos frentes hacía los fuertes de Angol y Arauco sitiándolos pero sin poder tomarlos definitivamente. Nuevamente Petegüelen les ofreció paz a los españoles y Villagrá la aceptó, pero esta paz era engañosa ya que los mapuches necesitaban cosechar las sementeras. En abril de 1563, los araucanos nuevamente establecen un sitio a Arauco. Éste dura 42 días. Los mapuches tuvieron alrededor de 500 bajas en su mayoría producto de la disentería que contrajeron al beber agua contaminada. Finalmente optan por retirarse y levantar el sitio. El 22 de julio de 1563 falleció Francisco de Villagrá, el vencedor de Lautaro, en Concepción.


Combate de Angol

En Angol estaba destacado el capitán Lorenzo Bernal del Mercado, quien supo que los rebeldes habían construido un pucará cerca. Bernal del Mercado ordenó una patrulla de reconocimiento y observó que los indígenas al mando del cacique lllangulién habían escogido muy bien la posición y optó por retirarse. Las tropas indígenas cambiaron a una segunda posición más cerca de Angol, a lo que el capitán Bernal del Mercado responde con un nuevo reconocimiento, encontrando que esta nueva posición también era inexpugnable y por tanto se volvió a retirar. Sintiéndose victoriosos y dando por hecho la destrucción de Angol, los indios se emplazaron en una tercera posición en espera de que se le sumasen más huestes desde el interior. Esta vez, viendo la peligrosa proximidad, el capitán Bernal optó por atacar la posición antes que se reuniesen más indígenas y les produjo una contundente derrota con más de 1.000 mapuches muertos incluyendo el toqui Illanguelén. Sitio de Concepción Artículo principal: Cerco de Concepción de 1564. Mientras tanto, los caciques Millalelmo y Loble establecieron el cerco al fuerte de Concepción a partir de febrero de 1564, encerrando a Villagra y toda la población en las empalizadas. El sitio duró alrededor de dos meses de continuas escaramuzas. La situación se habría mantenido de no ser por Juan Jufré, quien estando en su encomienda al norte del Maule notó que todos los indígenas que se asentaban entre el Maule y el Itata se encontraban en el cerco de Concepción. Resolvió entonces atacar sus asentamientos con 12 españoles y 700 indígenas amigos. El ataque tenía como objetivos secuestrar a sus mujeres e hijos y arrasar las sementeras. Los indígenas enterados de esta noticia dejaron el cerco poco a poco para ir en defensa de sus ranchos. Los caciques viendo que sus tropas iban desertando convinieron en dar un asalto a Concepción antes de retirarse. Así, el 30 de marzo de 1564 asaltan las murallas del fuerte de Concepción. Villagra logró conducir bien la defensa provocando una espantosa matanza entre los atacantes quienes finalmente desistieron de seguir la acción retirándose hacia sus asentamientos y ofreciendo paz a Concepción. Segunda batalla de Reinohuelén

Villagra junto con Zurita y otros capitanes supieron que en Perquilauquén, al noroeste de Reinohuelén, se habían fortificado algunos mapuches rebeldes en un pucará. Villagra intentó por todos los medios lograr una acuerdo de paz con los rebeldes, pero fueron constantemente rechazados. Finalmente tomó por asalto el pucará venciendo en una recia lucha con 152


españoles y 700 yanaconas.9 Unos 700 indígenas fueron tomados como prisioneros, castigando a algunos y soltando a otros con mensajes de pacificación. Villagra emboscó al cacique Loble cerca del poblado de Tulmillán, quien luego de un duro combate se rindió a las fuerzas españolas. Villagra tomó de rehén a Loble y perdonó la vida a sus huestes a cambio de hacer la paz con los españoles.

Primer Breve periodo de aparente pacificación de Arauco

Poco después del término de las campañas de los Villagra, Pedro de Villagra era remplazado por Rodrigo de Quiroga como gobernador interino, quien en 1565 recibía en buenas condiciones la gobernación ya que los indígenas se encontraban en aparente paz. Rodrigo de Quiroga gozó de esta paz en Arauco aprovechando de extender la conquista llegando hasta Chiloé. Este período de tranquilidad entre mapuches y españoles comprendió entre lo años 1565 y 1567.

La Guerra durante el gobierno de la Real Audiencia de Chile

La publicación de la primera edición de La Araucana, en 1568, dio por primera vez algún renombre en España a la Guerra de Arauco. Felipe II, rey de España, tenía un panorama muy complicado de lo que ocurría en Chile. Sus opiniones se basaban principalmente en lo que reportó García Hurtado de Mendoza, quien conceptuaba a los antiguos conquistadores como ineptos y sin prestigio. Por otro lado la guerra contra las etnias Mapuche ya se había prolongado demasiado tiempo a un costo muy alto en vidas ibéricas. Por tanto creó la Real Audiencia que no era otra cosa que una junta de testigos directos con cargo de gobernadores para Chile y que tenían como misión reportar al rey la situación real de lo que ocurría en Chile.


Los oidores llegaron en agosto de 1567, instalándose en Concepción y no en Santiago como se esperaba. Estas autoridades venían acompañadas de Alonso de Reynoso quien resultó muerto cuando llegaba a Concepción al hundirse su nave, escolta de la de los oidores. Esperaban que Melchor Bravo de Saravia, su presidente, se les reuniese pronto y enajenaron de su cargo sin mayores consideraciones a Rodrigo de Quiroga quien ejercía como gobernador interino.

Primeras acciones de Real Audiencia de Chile

Al igual que García Hurtado de Mendoza, los Oidores quisieron establecer relaciones de paz con los naturales rebeldes pero los capitanes Juan Godíñez, Alonso Ortiz de Zúñiga y Bernal del Mercado les hicieron darse cuenta de la gran dificultad que esto implicaba, ya que los síntomas de una nueva rebelión se habían hecho notar y quedaron en prepararse para entrar en acciones ofensivas. En efecto, los indígenas habían construido un pucará en un cerro cercano a Cañete y estaban reuniendo tropas para la guerra. Así, Bernal de Mercado, el capitán vencedor de Angol, sitió dicho fortín iniciando las acciones y destruyendo el emplazamiento no sin antes tener algunas pérdidas, pero los rebeldes pudieron escapar merced de la difícil topografía del terreno. En este punto los Oidores cometieron desatinos increíbles: despojaron del mando al general Martín Ruiz de Gamboa y al capitán Bernal del Mercado, despojando de toda iniciativa al suplente capitán Avendaño.

Campañas de Alonso de Sotomayor

Los gobernadores Ruiz de Gamboa, Bravo de Saravia y Alonso de Sotomayor representado como guerreros. Las sucesivas sublevaciones mapuches y las expediciones punitivas españolas fueron la tónica de las primeras décadas de la guerra. Alonso de Sotomayor salió de Cádiz a finales de 1581 con un cuerpo de 600 soldados con la finalidad primitiva de remplazar a Rodrigo de Quiroga a quien


Felipe II, mal informado por el nuevo virrey de Perú, Francisco de Toledo, aún suponía vivo. Llegó en septiembre de 1583 a Chile viniendo por tierra desde Buenos Aires con un ejército de 430 hombres, ya que más de 150 habían desertado al saber de las características de la guerra con los araucanos, encontrando al país en un lamentable estado de laxitud económica y de voluntad guerrera, en gran medida debido a la aplicación de la Tasa de Gamboa que paralizó la economía de la colonia. A Martín Ruiz de Gamboa se le siguió un juicio de residencia por esta causa. La primera medida de Alonso de Sotomayor fue derogar la Tasa de Gamboa y reponer la antigua Tasa de Santillán, con algunas mejoras. Sin embargo, el daño era profundo: la tasa que se derogaba había sido amparada por eclesiásticos que se enriquecieron a costa de los indígenas. En estos se había profundizado el odio al español, ya fuera vestido de armadura o de sotana. En 1584, Sotomayor pudo disponer de un cuerpo relativamente bien apertrechado y se dirigió hasta Angol. Ordenó al capitán Alonso de García Ramón una expedición punitiva contra los indígenas comarcanos que produjo más de 200 naturales muertos al ser sorprendidos desprevenidos en sus aldeas. Seguidamente Sotomayor penetró en la cordillera de Nahuelbuta y cayó sobre Tucapel y Arauco, realizando las mismas acciones punitivas y cogiendo de pasada al mestizo renegado Alonso Díaz (cuyo nombre indígena era Paineñamcu) y a un español pasado a las filas mapuches llamado Jerónimo Hernández, quien estaba desde algunos años adiestrando a los indígenas en el uso de las armas de fuego. Ambos fueron ajusticiados sumariamente. Estando en Mareguano, cerca de Catiray fue emboscado por un escuadrón de indígenas al mando del segundo hombre después del mestizo Alonso, otro español renegado. De no mediar la intervención de García Ramón habrían sido exterminados. Mientras tanto la rebelión de los huilliches iba tomando un tinte muy peligroso en la región. En Libén, lugar costero de Mareguano, los indígenas construyeron un pucará que fue desbaratado por el hermano del gobernador, Luis de Sotomayor. Alonso de Sotomayor después de estas campañas se convenció de que los araucanos eran realmente difíciles de vencer y que no temían a los castigos ni matanzas ya que tan pronto como abandonaba un sector aparentemente pacificado los indígenas hacían renacer nuevos brotes de insurrección. Finalmente decidió hacer la guerra defensiva instalando tres fuertes en el Bío -Bío, lugares en que los españoles a la larga vivieron prisioneros. Despachó a Perú al capitán Juan Álvarez por ayuda la que se materializó a mediados de 1585 con la llegada del galeón San Juan de Antona cargado de pertrechos. La mala suerte quiso que el galeón volara en pedazos al inflamarse una botija de pólvora durante la operación de descarga, este hecho dejó las esperanzas de Sotomayor por los suelos, y al ejército en las peores carencias. La miseria de la soldadesca conllevó conatos de sublevación que Sotomayor tuvo que reprimir con la mayor dureza. Los mapuches advirtieron la debilidad ofensiva de los españoles y aprovecharon de atacar Purén, el cual debió ser despoblado. Sotomayor tuvo que esperar hasta 1586 los refuerzos venidos desde Perú, quien estaba a cargo del nuevo virrey y ex-gobernador de Chile, García Hurtado de Mendoza. Solo recibió un refuerzo de 300 soldados a cargo del capitán Luis de Carvajal, más otro de 200 hombres que García de Hurtado de Mendoza juzgaba como suficientes. Además el virrey le ordenó emprender una enérgica campaña de sofocación de la rebelión y el repoblamiento de los territorios perdidos.


En octubre de 1590 salió de Santiago hacia Angol, donde reunía una fuerza de 515 soldados y 1.300 yanaconas. Desde Angol salió a batir la costa de Mareguano (Talcamávida) y llegó a la célebre cuesta de Marigueñu donde después de transmontada hubo una batalla en la cuesta de Lavermán donde los mapuches tuvieron una derrota con la pérdida de un español por el otro bando. Sotomayor fundó el fuerte de San Idelfonso cercano al de Arauco y mientras permanecía allí una epidemia de viruela le mató casi a la totalidad de los yanaconas y también alcanzó a los mapuches que perdieron un tercio de sus guerreros y población. Despachó a su segundo al mando, Alonso de García Ramón, al Perú a solicitar más refuerzos, García Hurtado de Mendoza le recibió bien pero le mandó una exigua cantidad de 106 soldados y la indicación de que no se le molestara más. En 1592, era relevado de su cargo y renombrado como gobernador de Panamá. En su lugar se nombraba a García Oñez de Loyola.

Campañas de Martín García Oñez de Loyola

En septiembre de 1592 asumía Martín García Oñez de Loyola, capitán preferido y sobrino del ex-virrey Francisco de Toledo. Este nombramiento hecho directamente por Felipe II fue muy resistido por García Hurtado de Mendoza dada las características personales del nuevo sucesor de Alonso de Sotomayor. El nuevo gobernador no pasaba de ser un capitán muy honesto, de probada valentía, pero carente de la sabiduría necesaria para llevar a cabo con algún grado de éxito la guerra de Arauco. Oñez de Loyola al imponerse del mísero estado de la colonia en Chile solicitó refuerzos inmediatos al Perú que fueron acogidos en algún grado por García Hurtado de Mendoza, pero al querer enrolar a soldados en el Perú estos se rehusaban a prestar servicio diciendo: "preferimos que nos echen a las galeras que ir a prestar servicio a la guerra de Arauco." Tuvo que enrolar soldados en Panamá donde era menos conocido lo que pasaba en Chile. Finalmente logró reunir 300 soldados. Este refuerzo pobre por lo demás, no iba a llegar tan pronto a Chile por lo que se le ordenó a Oñez de Loyola hacer una guerra defensiva mientras se mantenía a la espera de los refuerzos. Oñez de Loyola, apresurado por probarse con los mapuches intentó enrolar a pobladores y confiscarles bienes, pero estos por presiones en el Cabildo resistieron la orden. Oñez de Loyola acató lo que el Cabildo le imponía y que estaba sustentado por un acuerdo de la Real Audiencia de Lima. Los españoles no estaban dispuestos a ser enrolados como soldados, ser además labriegos y comerciantes y para colmo que se le quitasen los escasos bienes. Salió en su primera campaña con una exigua fuerza de 154 soldados y batió Lumaco y sus alrededores, fundando Santa Cruz de Oñez, estableciendo tratos pacíficos con algunas poblaciones huilliches de la zona. Los indígenas no estaban aun en condiciones de hacer la guerra y esperaban el momento de recuperarse de la epidemia de viruelas que los había dejado mermados y acogieron las peticiones de paz que ingenuamente Oñez de Loyola ponderó con un valor que no se merecían las circunstancias.


Sin embargo, capitanes como Bernal del Mercado le hicieron ver la urgente necesidad de pedir refuerzos. En Perú, García Hurtado de Mendoza prácticamente saliente de su cargo le envío un refuerzo de 300 soldados muchos de ellos de no más de 20 años de edad y sin experiencia militar. Entre ellos venía Gabriel de Castilla, sobrino del recién nombrado nuevo virrey Luis de Velasco a quien le nombró maestre de campo como una forma de asegurarse los refuerzos de la mano del propio virrey. En febrero de 1597, nuevamente se dio una batida por Lumaco y se fundó el fuerte de San Salvador de Coya, ahí se dio cuenta Oñez de Loyola de lo fútil que había sido su primera campaña anterior. Penetró la Araucanía a mediados de junio y mientras intentaba ingenuos tratados de paz con los fingidos mapuches, estos se le dejaron caer encima del nuevo fuerte de San Salvador obligándole a volver a marcha forzada a Coya. Llegó en medio de una torrencial lluvia y hubo que guarecerse en un nuevo emplazamiento donde fue cercado por los indígenas con la pérdida de 8 españoles. Logró escapar hacía Angol y los huilliches asociados a los mapuches ocuparon todo lo que se había conquistado en Lumaco. La rebelión indígena se esparció por toda la Araucanía desde el Itata hasta el canal de Chacao comprometiendo la estabilidad de siete ciudades españolas. Aun así Oñez de Loyola no lograba aquilatar el temple de los nativos de la región y el odio irrevocable que despertaba en ellos el español, y seguía haciendo ofrecimientos de paz. A fines de 1597 llegó un segundo contingente desde el Perú de escasos 140 soldados más bastimentos, además de baratijas para utilizar como regalos a los indígenas para que hicieran la paz. Gabriel además traía la revocatoria de la prohibición de reclutamiento de pobladores como soldados. Oñez de Loyola convencido de su estrategia de establecer tratos de paz con alguno que otro mapuche que venía en aparente son pacífico, entregaba como premio y muestra de confianza azadones, palas e incluso armas. El gobernador pretendía que los mismos mapuches fueran aliados suyos contra otros mapuches. Cada material de hierro que recibían los indígenas era convertido en lanzas y puntas de flecha.

La Batalla de Curalaba

El 21 de diciembre de 1598, estando en La Imperial con sus fuerzas reunidas recibió un aviso de que el fortín de Longotoro en Purén había sido asaltado y exterminado el contingente. Resolvió salir desde La Imperial rumbo a Angol con una exigua fuerza de 50 soldados y alrededor de 300 yanaconas. Se le había advertido de los síntomas evidentes de rebelión y que los indígenas huilliches estaban al mando de los caciques Anganamón y Pelantarú. Un cacique amigo llamado Naucopillán advirtió a uno de los capitanes de Oñez de Loyola del peligro para que desistiera del viaje o bien aumentara sus fuerzas a lo que el gobernador se negó, ignorando las advertencias, quizás pensando que una mayor fuerza visible sería confundida con una de las temidas expediciones punitivas de Sotomayor por los indígenas. A dos jornadas resolvió acampar en Curalaba, a orillas del río Lumaco prescindiendo de toda medida de precaución de avance en territorio enemigo: no apostó guardias, no reconoció los alrededores y permitió a su gente vivaquear y dormir tranquilamente.


En la noche del 23 de diciembre de 1598, tres escuadrones indígenas conducidos por Anganamón, Pelantarú y Gauiquimilla se acercaron al campamento español y esperaron la amanecida. Cuando se tocaba la diana, los indígenas cayeron sobre el campamento y la contienda se trastocó en una carnicería salvaje. Oñez de Loyola solo alcanzo a defenderse bravamente pero cayó abatido junto a sus capitanes, perecieron la totalidad de los yanaconas, 48 españoles incluido el gobernador que fue decapitado, extraído su corazón al igual que Valdivia y su cráneo llevado como trofeo de guerra junto a los de sus soldados. Solo salvó un soldado, Bernardo Pereda, que se refugió en unos matorrales haciéndose el muerto. Llegó a La Imperial dos meses después prácticamente en los huesos para contar lo sucedido al gobernador. Oñez de Loyola, gracias a su ingenuidad pasó a ser el segundo gobernador muerto por los naturales. El desastre de Curalaba encendió la guerra de Arauco con una fuerza incontenible en toda la región, las consecuencias de esto fueron la destrucción de Valdivia y Osorno, el despoblamiento de la ciudad de Arauco, la destrucción de Villarrica y Santa Cruz, los sitios de Angol y La Imperial que finalmente tuvieron que ser abandonadas, además de la destrucción de Boroa y Quilacoya por el ataque de mil indígenas a caballo al mando de Anganamón y Onangali.11 La ciudad de Chillán fue atacada el 10 de abril, el 13 de septiembre y el 9 de octubre de 1599 por 2.000 guerreros pehuenches del jefe Quilacán, la ciudad fue defendida por Diego Serrano quién había cometido varias crueldades y encarceló al cacique Millachinge en Coihueco resultando muertos 5 soldados y 3 civiles, llevándose los indígenas 33 sacerdotes, mujeres y niños. Se culpó de esto a el encargado de la zona Jufré del Águila, quién fue remplazado por Miguel de Silva.12 En enero de 1600 los pehuenches intentaron nuevamente atacar Chillán con 3.000 guerreros, pero fueron rechazados por Luis de Jofré y sus tropas. Sin embargo ese mismo año los pehuenches lanzarían nuevos ataques al mando del cacique Paillamaki.12 La cifra total de muertos ascendía ya a 200 españoles, siete ciudades arrasadas, sitiadas o despobladas. En esta etapa de la guerra se apuntan casos de españoles pasándose al bando indígena para ir a ofrecerse como esclavos. Los mapuches fortalecieron su alianza con los huilliches, formando una fuerza coherente que atacó en forma metódica los asentamientos hispanos. Así, el panorama era mucho más grave que en los tiempos de Valdivia. Como consecuencia del llamado Desastre de Curalaba, casi todas las ciudades y fuertes al sur del río Biobío terminaron siendo abandonadas por los conquistadores (a excepción de Castro). Posterior a estos hechos se daría inicio al periodo de la Colonia de Chile. De ahora en adelante los españoles dejaran de realizar la expansión por el territorio mapuche de la misma manera que se realizó a lo largo del siglo XVI; y dividiría los territorios españoles en Chile, al tener su territorio norte (la Capitanía General de Chile) como frontera sur el río Biobío, y su territorio sur (Chiloé) como frontera norte el canal de Chacao (exceptuando la posterior recuperación de la ciudad de Valdivia en 1645, y la recuperación a fines de la colonia (siglo XVIII) de los territorios al sur de esta ciudad, como la refundación de ciudad de Osorno).


El Conflicto en el periodo de la Colonia de Chile

Campañas entre 1598 y 1617 Campañas de Alonso de Ribera Artículo principal: Alonso de Ribera. Artículo principal: Sistema de fuertes del Biobío. El virreinato del Perú nombró apresuradamente y en remplazo del fallecido Martín García Oñez de Loyola a Francisco de Quiñónez un militar ya entrado en años y con pocas aptitudes para el escenario que le tocaba enfrentar, pero si dotado de una gran prudencia. Este gobernador vio con horror el estado de la colonia y solicitó refuerzos urgentemente. Mientras se dedicó a apuntalar con lo que tenía aquellos asentamientos que valía la pena defender. Sin embargo, pronto se dio cuenta que no estaba a la altura de los acontecimientos, hizo lo humanamente posible por estabilizar su situación, enfermó y solicitó su relevo. El 29 de julio de 1600desembarca en Valparaíso Alonso García de Ramón, nuevo gobernador de Chile, antiguo maestre de campo de Alonso de Sotomayor acompañado de 45 soldados lusitanos traídos desde Buenos.13 Este militar, dotado de un carácter enérgico y resuelto equipó a 400 soldados quitándoles prácticamente a la fuerza caballos, armas y bastimentos a los pobladores de Santiago y se dirigido resueltamente a Chillán y luego a Concepción. Realizó una batida punitoria por Arauco logrando rescatar algunas mujeres españolas y se reunió con Francisco del Campo en Osorno. Francisco del Campo era un capitán de prestigio que había hecho traer Quiñónez desde Perú. Ya se había establecido un plan de reconquistas de las plazas perdidas que consistía en avanzar en columnas punitivas y una columna de repoblación. Fue relevado abruptamente por el nuevo gobernador Alonso de Ribera nombrado por el también nuevo rey de España, Felipe III. Esto causó una gran decepción al saliente gobernador. Alonso de Ribera tenía una preparación y aptitudes similares a las de su predecesor, pero no tenía experiencia alguna en el escenario que iba a tomar. Asumió en febrero de 1601 la gobernación de Chile en una situación algo más estable que la que asumió Francisco de Quiñónez, pero no fue bien recibido por la colonia chilena quien ya había probado la mano enérgica de Alonso de García Ramón. Llegó con 260 soldados bien equipados, muchos de ellos mestizos traídos desde Perú, Ecuador y México. Para entonces, los mapuches eran formidables enemigos, diestros en el manejo de la caballería, armas de fuego y tácticas de guerrillas y emboscamientos. Aquellos españoles que eran capturados se enfrentaban a un destino muy incierto, puesto que si eran considerados cobardes se les mataba horriblemente y si demostraban valentía y coraje tenían la esperanza de salvarse y vivir como esclavos. El plan de Ribera era algo opuesto al de García Ramón y consistía en avanzar en líneas sucesivas de fuertes empujando lentamente la frontera hacia el sur. García Ramón le propuso su plan pero fue desechado por Ribera.


La primera campaña de 1601

Ribera salió con 540 soldados de Concepción en febrero de 1601 y se internó por el camino de la cuesta de Marigueñú en la costa de Laraquete sorprendiendo a los mapuches y arrasando sus sementeras obligándolos a huir. Una vez destruidas las cosechas y asentamientos volvió a Concepción, hizo preparativos para una defensa de sitio y luego se encaminó a Santiago, fundando de paso Lonquén en el río Itata. Hay que hacer notar que Ribera tenía fama de mundano a los ojos de las autoridades eclesiáticas, en especial un obispo llamado Juan Pérez de Espinosa y los vecinos de Concepción y Santiago por estar en concubinato con una hermosa limeña María Lisperguer, tía de Catalina de los Ríos y Lisperguer, llamada La Quintrala. El obispo Pérez de Espinoza trató por todos los medios y mediante el concurso de vecinos descontentos hacer llegar a la Inquisición en Perú de la conducta liberal del gobernador. Creación del ejército de Chile Ribera propuso al Rey don Felipe III, la creación de un ejército permanente y profesional como un modo de mantener con algún grado de éxito la guerra de Arauco, sin necesidad de expoliar a los sufridos habitantes de la colonia. Para lograr la autorizacón Rivera le aseguro al monarca que si le daba la autorización lograría la pacíficación de la provincia en tres años si contaba con un refuerzo profesional de al menos 1.000 hombres y se les daba un sueldo a los 1.200 que ya tenía bajo su mando.13 Creó una economía autónoma para proveer a este ejército, conocido también como los " Tercios de Arauco", de los elementos materiales que requería, pues los que venían del Perú se demoraban demasiado. De este modo nacieron fábricas artesanales y talleres de confección de herrerías, telas y zapatos, que dio trabajo a sastres, herreros y carpinteros que se agruparon en asociaciones estatales. Estos costos eran pagados con dinero del virreynato o del mismo reino y evitó las llamadas "derramas" o contribuciones forzadas de aprovisionamiento por parte de los vecinos. Prohibió la presencia de indígenas en las ciudades y fuertes y suprimió la prostitución de soldados españoles con las "rabonas" o indias mestizas como un modo de asegurar que la información no se traspasara al enemigo.

La segunda campaña en 1602 y 1603 Durante el verano a fines de 1602 el gobernador lanzó una nueva campaña contra los indígenas, logrando vencerlos en Purén y Paicaví.14 Se solicitó además el envío de unos 5.000 soldados españoles, proyecto rechazado por la Corona española,15 dicho contingente formaba parte del plan de Rivera de tener 2.700 hombres desguarneciendo la línea del Biobío y otros 4.000 en Valdivia que se encontraba aislada.16 17 Tuvo que además ir en auxilio de los pobladores de Osorno y Valdivia quienes estaban padeciendo de hambre. Dejó 100 hombres en la primera a cargo de Francisco Hernández Ortiz y en la segunda 220 soldados al mando de Rodrigo Ortiz de Gatica. 16 El 24 de septiembre en


Valdivia rechazaron un asalto de los indígenas pero Ortiz murió en la refriega, quedaban 60 o 92 soldados.16 Por lo que el fuerte fue sitiado, hacía diciembre se les agotaron las provisiones a los defensores y se veían impedidos del salir a buscar alimentos.16 En enero de 1603 Ribera avanzó con 1.000 hombres por la costa18 hasta el Biobío y fundó varios fuertes, como el San Pedro de la Paz en el vado de Chepe. El día 24 del mencionado mes el general Juan de Añasco llegó a Valdivia con refuerzos y una orden de Ribera por medio de la cual se despacharan a las mujeres y niños sobrevivientes a Chiloé, de la guarnición quedaban 34 hombres, se dejaron 40 a 50 soldados en el fuerte y el resto se llevó a Osorno. La tropa dejada se sublevó y arresto a su jefe, el capitán Gaspar Doncel, pero este escapó en un bote. Enterado el gobernador reunió a sus hombres y se ordenó la retirada a Concepción.16 El gobernador adelanto la "frontera" hasta llegar al Biobío y fundó un fuerte llamado Nuestra Señora de Halle. Con 500 españoles decidió aprovisionar la guarnición del fuerte de Santa Fe fundado un año antes, pero fue emboscado por Nabalburi y 4.000 guerreros, Ribera que iba en la vanguardia ordenó retroceder hasta encontrar al resto de sus tropas, ante esto los mapuches se retiraron. Los hispanos tuvieron un muerto, el capitán Pedro Silva, y 3 heridos graves.19 Riber prosiguió su camino. Cuando llegó al fuerte se enteró que en el invierno Pelantaro con seis o siete mil lanzas sitió el lugar e intento tomarlo, de los 140 españoles originales quedaban en febrero de 1603 solo 39 soldados y su capitán Alonso González de Nájera, durante el asedio muchos soldados desertaron o murieron de hambre, por lo que su comandante tomo drásticas medidas contra la cobardía.19 Ribera reabasteció y reparó el fuerte, luego con 400 hombres atacó Mulchén arrasando todo a su paso, sin embargo, solo tres caciques con 23 guerreros pidieron la paz, tras esto volvió al norte.19 En octubre partió de Concepción al sur con un poderoso ejército cruzó la cordillera de Nahuelbuta saqueando y quemando, rescato algunos cautivos pero otros se negaron ya que se habían integrado con los mapuches y tenían familias con ellos.20 Ya en diciembre Rivera y sus hombres volvieron al norte, pero cuando atravesaban las ciénagas de Lumaco fueron emboscados, al ser inoperante su caballería se les ordenó a los yanaconas cubrir el camino con totoras y luego los arcabuceros dispararon hasta dispersar a los araucanos. El día 24 se fundó el fuerte de Nacimiento en la confluencia del Vergara con el Biobío.20 Campañas de 1604 a 1605 En 1604, Ribera creó a un ejército permanente de 1.500 hombres, pagado de réditos reales. Su plan estratégico era concentrar las fuerzas españolas en una serie de fortalezas a lo largo de la frontera y consolidar la energía española, que se podría entonces avanzar al sur. En su primer período de gobierno, él podía avanzar en el territorio de mapuche y construir 19 fortalezas. En 18 de febrero la población llegaron de Lima 361 refuerzos a Concepción.21 En febrero de 1604, Ribera salió de Concepción con un batallón punitivo de 590 soldados en dirección a Catiray y Purén, pero los indígenas no presentaron batalla limitándose a darles paso. Ribera tuvo que contentarse con asolar las sementeras y quemar rucas vacías, logrando liberar 20 cautivos.21


El día 13 Ribera evacuó a 44 hombres que quedaban en Valdivia y marchó a Carelmapu a evacuar Osorno, desconocía que el fuerte había sido situado, muertos de hambre Hernández y su tropa salieron quemando el lugar el 15 de marzo del año anterior (durante el asedio se llegó al canibalismo con tal de sobrevivir), de inmediato fueron emboscados y tuvieron 16 bajas, tomando rumbo aChiloé.16 Llegaron tras un agotador viaje en que murieron 24 personas llegaron a Calbuco ahí recibieron ayuda de Castro lugar con el que tenían comunicaciones gracias a que Hernández había enviado varios mensajes señalando sus intenciones, ahí se establecieron y fundaron un fuerte.16 El 1 de abril penetro en la comarca de Arauco y no encontró resistencia, ordenó trasladar el fuerte junto al río Curaquilla para poder abastecerlo desde el mar. Mientras esto sucedía los indios atacaron los alrededores de Concepción, Hualqui y Quilacoya, estas dos últimas eran estancias del rey.21 Durante el invierno Ribera cifro sus hombres en 1.219 y tras un concejo de guerra efectuado en Santiago el 18 de julio mando como pedido al rey un refuerzo de 1.500 hombres.21 Mientras que en el fuerte Arauco Pedro Cortés y 500 soldados derrotaron 32 veces a concentraciones de guerreros de cuatro mil o más, el español recupero 800 caballos y tomó 400 prisioneros. 13 21 En el de Nacimiento el sargento Garci López Valerio y 19 soldados desertaron y se pasaron al bando mapuche.21 A finales de septiembre el gobernador volvió a Concepción y su subordinado, Pedro Cortés, tras acosar constantemente al cacique Antemaulén, toqui de Lavapié, logró que este pidiera la paz, dejando sometida toda la Provincia de Arauco, los jefes le prestaron 500 lanzas al servicio del hispano.21 Para su nueva campaña el gobernador partió al sur con 900 yanaconas y 400 españoles.13 En diciembre de 1604 y enero del año siguiente Ribera ordenó abandonar Arauco retirando la frontera al Biobío.15 22 Jorge Ribera, hermando del gobernador, ataco Catiray con 80 hombres encontró a los locales haciendo una fiesta, los ataco y masacro llevándose 86 mujeres, tras esto las tribus de la comarca pidieron la paz.21 En la de Tucapel dos jefes pidieron la paz, siendo atacados y asesinados por sus congéneres. El gobernador marchó a Tucapel donde aplastó la resistencia de las tribus.21 En la desembocadura del Lebu fundó el fuerte de Santa Margarita de Austria15 22 El gobernador en Claroa fue atacado por una columna de 2.000 a 3.000 mapuches pero la derroto, marchó a Tucapel pasando por Ilicura y Lleolleo.13 21 En Paicaví fundó un nuevo fuerte donde se reuniría el 9 de abril de 1605 con su sucesor.21 Los mapuches de las zonas de Angol y Mulchen18 realizaron guerra de guerrillas, con ataques menores que generalmente buscaban hacerse de elementos materiales evitando atacar las mayores guarniciones en la línea del Biobío.18 El 28 de enero en Yumbel una guarnición de 40 españoles del teniente Cristóbal Delgado salió del fuerte en busca de forraje, fue emboscada y 25 fueron muertos y 3 son capturados, los sobrevivientes volvieron al fuerte, heridos en su mayoría, la tropa principal fue a atacar a los indígenas pero estos se dispersaron y ocultaron. El gobernador mando a los alrededores de Laja, Yumbel y Angol al maestre de campo Pedro Cortés con 30 soldados, quién saqueó los poblados alrededor de los fuertes de Nuestra Señore de Halle, Nacimiento y Santa Fe, cruzando el Biobío al sur, atacando las tierras del cacique Nabalburi donde arrasó un campamento y matando 60 indígenas.18 Los mapuches no presentaron batalla en ningún caso, ni tampoco establecieron sitios a las ciudades importantes como en antaño. Muy probablemente esto se debía a una epidemia de tifus que los diezmaba. Al final las intrigas de la iglesia en contra de Ribera se cobraron con el gobernador que fue relevado de su puesto y reasignado a Tucumán, siendo remplazado por Alonso García Ramón, mientras se llevaba un juicio de residencia en contra de Ribera.


Biografía

Pedro de Valdivia:

(La Serena, España, 1497-Tucapel, actual Chile, 1553) Conquistador y colonizador español. Militar desde muy joven, participó en las campañas de Italia antes de pasar, en 1534, a Venezuela, y desde allí a Perú. Aquí fue nombrado maestre de campo por Francisco Pizarro, a quien apoyó en sus disputas con Diego de Almagro en 1538. En este contencioso participó en la batalla de Las Salinas, tras la cual Pizarro le otorgó una encomienda en el valle de la Canela (Charcas) y una mina de plata en Porco, y le encargó la conquista de Chile. Valdivia partió de Cuzco en 1540 al frente de 150 hombres y llegó a Chile, donde exploró los valles del Copiapó, el Coquimbo y el Mapocho. Aquí fundó en febrero de 1541 Santiago de la Nueva Extremadura, que le sirvió de base para la exploración y conquista del resto del territorio. Sin embargo, poco tiempo después, aprovechando una expedición punitiva de Valdivia a Cachapoal, los indígenas de Aconcagua destruyeron Santiago, que no tardó en ser reconstruida. Prosiguió sus exploraciones y en 1544 fundó la ciudad de La Serena, en el valle de Coquimbo, para facilitar las comunicaciones con Perú. Después de solicitar sin éxito a Perú y a la corte recursos para continuar con la exploración, se presentó en Lima en 1547. Allí intervino en las guerras civiles al lado del partido del virrey y fue ratificado en su cargo de gobernador de Chile en 1549. En permanente lucha con los araucanos, se dedicó a partir de entonces a reorganizar las poblaciones destruidas por los indígenas, emprendió nuevas expediciones y fundó otras ciudades, entre ellas Concepción (1550) y Valdivia (1552). Cuando la resistencia indígena parecía sofocada, Caupolicán y Lautaro acaudillaron una sublevación araucana. Pedro de Valdivia, sorprendido por los indios en Tucapel, murió en combate el día de Navidad de 1553.


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