Don juan el zorro

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I

JテシMR.VIII]ME

V'DA Y Mテ好ITACIONES DE UN P'CARO


-F

Javrcn VlnereÑr

DON JUAN EL

ZORRO

Escritor argentino. En una carreta re:orrió el país haciendo títeres de pueblo en pueblo. Después hizo títeres en una canoa y en una casa rodante. Viajó por Amércia, Europa y Asia. Caminó con el teatro y los muñecos al hombro.

Ilumana mezcla de magia y realidad, de picardía e inocencia, de ignorancia libresca y de sabiduría verdadera, todo con trampa, más todo con ingenua sinceridad, ha concebido Don tuan el Zorro. fncorporó, los puso a todos

5z

los fue poniendo

así,

como se escancia el vino, mirando los ojos del amigo que ha de beberlo, un poco con la sorna del que comparte un vicio que siente como una virtud que ama. Don Juan eI Zorro está y estará en todas partes: en la Casa de Gobierno, en el Sindicato, en la Sociedad de Escritores, en Ia casa de Javier y en la del vecino de al lado. En nuestia tierra, dtnde se abusa de las remisiones

de a los presupuesto de conducta, "Don Juad' -unoecha slls5- juega con los factores de poder, los integra; por delante el honor y la moral, soporta "planteos" y los resuelve hasta con moralejas, con la antigua sabiduría de un t'conductor" creado por la inocente pero pícara

perspicacia de un poeta que vive su poesía alimentándola de Conducta. Javier Villafañe es autor, además, de El Fi§ón del Palillero, en colaboración con Juan Pedro Ramos ( 193a); Títercs de La Andarie§a (1936); Coplas, poemas y canciones, Premio Municipal de Poesía (1938); Teatro de Títercs (L942); EI Gallo Pinto (L944); Libro de Cuentos y Leyendas (1946); Zos /Viños y Los Títercs Q9a6); Histotias de Páiaros, Premio Municipal de Prosa (1957); La Maleta (1958); Atá eI Hilo y Comenzá de Nuevo (1960), y Los Sueñes del Sapo (1963).

A. L. G.


J avier

Vi llafa単e

DON JT]AhT

EL ZORRO VIDA Y MEDITACION DE

UNT PICARO flustraciones de LUCRECIA C HAVES

BUENOS AIRES


junio d"e Primera ed'ición'

1963

para toda Derechos reservados

en Ia Argentina' Eorronl óopvrigrtt @ -bv depósito que el rrtchó á"ü,

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INDlCfl tr. Que trata del encuentro de don Juan el Zorro con eI- que será más tarde su tío, don Idelfonso el Tigre; del nacinriento, infancia, cautiverio y fuga de don Juan eI Zorro contados por él mismo; de la protección del Tigre, y de los consejos y útiles enseñanzas que éste da a su joven

CepÍru¡,o

sobrino

trata de una leeción que dieta don ldelfonso - Que de cómo pesca el tio y come el sobrino; dela caza, el Tigre; de una gacela; de cómo don Juan el Zorto, en repetidas ocasiones, engaña a su protector, y de la separación de

CnpÍrur,o IL

ambos

19

trata de1 oficio, arte o profesión que busca - Que el Zoruo para vivir sin trabaiar; de la cura que don Juan hace a su primo el Quirquincho; del robo de una pata de buey, y de cómo se burla de un Tucán borracho

29

CepÍrur,o III.

Que trata de una copiosa lluvia, y de cómo don Juan el-Zotto, con eI cuento del diluvio, atemoriza y engaña a una Chuña, a una Comadreja, a un Gato Onza y a un

CepÍru¡,o IV.

Chimango

39

CepÍrur,o V. En este capítulo se narran las desventuras de un pobre punrita rengo, a quien el Quirquincho deja al cuidado primo, don Juan el Zotto; de un par de perros, y del de su

robo de un euerito de oveia

49

trata de la creación de una República eon - Queuna Marina, un Parlamento y un Clero; de un Ejército, otras meditaciones de don Juan el Zorro, y que termina con un sabio consejo de don fdelfonso el Tigre

61

CepÍrur,o VI.

CepÍror.o VII. Que trata de un invierno lluvioso; de unas visitas que- hace don Juan el Zorro a parientes y amigos en busca de una manta o un poncho viejo, y donde se cuenta eómo don Juan el Zorto, jugando al truco, despiunta a un

ñandú

Ce¡Íru¡.o VIII. Donde don Juan el Zorro, en el velorio del Carancho,- cuenta un cuento de loro que escuchó en su infancia

7L

81

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cApÍrrLo rX.-eue trata del primer encuentro de don Juan el Zorro con ra Muerte; de ra carrera de ra crruña éi sapo, y de unas coplas que don Juan el Zorro canta vcon

guitarra

gB

capÍrur.o X. eue trata der segundo encuentro de don Juan el zorro- con Ia Muerte; de una reunión en ra casa de don rdelfonso eI Tigre, y de cómo don Juan eL zorro, disfrazadá de Quirquincho, vuerve a burrar a Ia Muerte r0B cepÍru¡,o xr--eue trata der juego der Ga[o ciego 111 c¡¡*Íru¡.o xrr.-Que trata de la muerte de don Juan el Zorro; de una larga conversación con san pedro, y de cómo lográ colarse en el ParaÍso tzt cepÍn¡¡"o xrrr. trata que de los Que dÍas don Juan el Zorro vive en el- Paraíso; del encuentro con una perdiz; de cómo el Arcángel Mayor, después de pasar revista, reparte nombramientos_entre los ángeles; del juego del pióo y de cómo san pedro le quita las alas á aon Juan clavado, el zorro y lo envía al fnfierno l3B C¿pÍruro XIV. eue trata de la llegada de don Juan el Zorro - de lo que le dice al Diablo 5, de lo que el Diablo al fnfierno; le responde, y de cómo y por a la Tierra :i 1:::: i11"*i

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I Que tra'ta del encuentro d'e don Juan el Zorro con eL que serd md,s tarde su tío, d.on, Id,elfonso el Tigre; del nacimiento, htfancia, ca:utiaerio g fuga de don Juan et Zorro contados por é[ mismo; de la protección d,et Tigre, U de las conse¡os y útites enseñaneq,s que éste da a su' ioaen sobrino.

I


f\ON Idelfonso el Tigre despertó corl suerte. Cuanlr, do salía en busca del almuerzo vio un potrillo perdido. El pobre, por apartarse de Ia picada, había caído en una de esas trampas naturales de la selva. Las lianas, con sus infinitos brazos, lo envolvían formando un apretado corral. El Tigre hízo un pequeño rodeo. Avanzó contra el viento. Se detuvo. Calculó el salto, y se lanzó sobre el potrillo. Lo desnucó en un abrazo y 1o Ilevó arrastrando hasta su cueva. Después de comer a sus anchas, anduvo un trecho y fue a tenderse al pie de un árbol. Pensaba dormir una larga siesta. De pronto, oyó un rumor de pasos. Levantó la cabeza. ün Zoruito tier-un salía no cachorro- con una soga atada al euello, de unas matas. Al encontrarse con el Tigre sonrió y dijo: si lo he despertado. -Perdóneme, dormía eI Tigre, y p.reguntó: -No dónde -respondió viene?

-¿Delejos. -De esa soga que arrastra?

-¿Y atado y me escapé. -Estabahecho. Acérquese. -Bien Obedeció el Zorñto. El Tigre, con los dientes, desató el lazo del cuello. descanse y cuénteme, si quiequé lp ha oeurrido,-dijore, -Ahora de dónde viene y a dónde va.

-11


,,, zorri-"":

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;T,l;::

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Dow JunN r.lr, Zonno y

comenzé

nrrrrar sus desventuras: ---vivia co, rnis padres del otro larro del arroyo" u,¿l ,oche me despertó un tremendo alboroLo: raclridos de perr"os y tiros de escopeta. interrogó el Tigre. -¿Cazaciores? cazador.es. parecía el fin del mundo. Mis -Sí, ¡ract.es cayeron ¡eridos. Quisg huir, y un hombre lrlc agarró por las patas, me revoleó- en eI aire y Inc rnetió adentro cle una bolsa. no lo pillaron los perros ._ inte_ -Pore'lsue.rte t't'tttnpió Tigre que seguÍa el relaüo con atención. -Lo mismo ttigo yo; porque si me agarran los rx)r'r'os no estaba contando el cuento. nñe pasé ta .'che metido en ra bo,sa. A ra mañana siguiente l,r: ataron al tronco de un limonero, el fondo rlc un caserón viejo reno de galina! en ou roros. vu'a señora se acercó a acaricia-rme y a""qrradó con las ganas. "¡Tan cachorro y tan aiisco!'_excra_ mó-. ¡A palos te voy a domesticar!,, ..A tu abuera pensé para mis adentros_; lo que es a mÍ, te v¿r ¿t

costar trabajo.,,

El Tigre rio con ganas y el caehorro prosiguió

su historia:

.-Antes que a un zorro puede domesticarse... a tiempo_ -il¡a a decir a un tigre, y s€ ¿r un gato ortza o a un caburé á lo, tigres los

.y ¿r

no los domestic -aprobó el Tigre_. siga eontando.

zor.ros

--A.sí cs

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(' Ir

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rlr¡ b¿u'ullo 1lor.

H,-.d;3ffi:.,."J::i"H;

de 1oros iucios y charlatadía despiojándosé y metien_ Ios aler.os y los parrales. 72

"Mc d¿rl¡an

dc:

comcr com,o si lucr¿r un lxrjtrrito:

l)ln rno.ilrrlo cn lcclrc, papas y a:ruoz hervido.

" LÍr scñrora, con Ia manía de domesticarme, vcni¡r u lr¿rccrmc cosquillas en la cabeza. Yo l¿r rccibiil ('()r) ('¿lra dc pocop amigos y, al menor clcscuido, lc t:lirv¿rl¡¿r los colmillos en Ia mano. " Así viví ah'ededor de un mes. Ayer los dos sc l'r¡u'cln aI pueblo. Entonces rompÍ la soga con lo.s rtit'nl,cs; saltó cl alambrado y despaché al otro muntlo ¿r lus gallinas, a los gallos y a los pollos; dcspuós rlr.sr:ogot,é a los loros chillones y piojosos, y salí que rrrc l¡rs pelaba. Me largué al monte y aquÍ me tielrc, s{llo v desamparado. -"--No diga eso el Tigre-; usted no está -habló sr¡lt¡ ni desamparado. Yo soy su amigo y, desde hoy, rni r:l.rsa cs la suya. Agradeció el ZoruLto y preguntó: -,1Tiene compañera? ---Nr¡; por suerte la perdí de vista hace un año. " .-i'Hiios? .- "Tampoco. Ilicn dicen: "Al que Dios no Ie da hijos, el rlilrlllo le da sobrinos".

--Y

cs cierto; porque yo, don Idelfonso el Ti-

t,;r'(r, .y¿r sov su tÍo. - -Y yo, don Juan el Zotto, su respetuoso sollt'ino. Ill Tigrc se sentía feliz. Se peinaba los bigotes ('()n l:r lcngua y miraba al cachorro con una ter-

nlrnl infinita. ()uiclo quc conozca su casa

v dcs-diio(':rnsi(, rltrslttrós clo comcr algirn bocado. ()trc rn(-r hat:e l'alt¿r. fistov clcsclr íryot.(:on rrrf ¡rrrfilrrlo dc ilrroz y ult par dc l:J_

l)al)¿rs.


JavrER Vrr,LAr,añn Dorv Jua.u EL Zonno

'-¿y

las gallinas que despachó ar otro mundo? _ pr.eguntó eI Tigre con malicia. tendidas en er suero -Las dejé er Io mrsmo hice con tros gatlos, -respondió ros poros

i i;lli#;; ._¿y

por qué? --para que el cazaclor y su señora pudieran r,«¡rrtar.los, uno por uno, y saLa, arrtoraa, que a un 7;'r)r'l'o no se Io domestica tan recimente. usted me (,ontpr.cnde, tío.

a comprenderro, sobrino. Sígame; Sc incorpor.aron a un r,r .¿rmino fue hablando mismo tiempo. Durante .i il;;.."'"^..r,,. ,--yo soV y uétea recién acaba lejo :dije, rr:rri. tr.r eascar'ón. r,e oaré áos o t.a. .orrsejos de que, ;r rr rrre.ior' er caso, pueden prestarle r1r'. Irr ¡rr'r'ic:io._ 'egando r,tiéndr-r{ sobrino: aprenda ara relrrrsrár'scrils soro. No trate de vivir a cástittas de rr:rrli(' r)¡ll'i. no,-ser cargoso y adulón. si re toca re_ ¡ r:r r,l ir. lo que ha g;u.ráOo en buena ley- y, por lo t,¡rrt,,, (]s .slryo, quéaese i, ;;.i-r*;;{.. cuando l. l'r¡r':-r .ecibir, si espera.or, un muslo y re dan un rabo [l¡rr.o, eonfórmese y no proteste; at".oriü.io, ugru, r''zr'fl' cie.r'e ta bóca u"i.. .r¡rf íe cle su p::liu sorr:br"á-you decir pavadas. Desnunca se pase de vivo. Lliz,<¡ una pausa y continuó hablando: -M¿rñana le voy á a pescar; además de ,.;(.r' ur-r ¡rasatiempo"".unur áu *uurte se puede srrllol.r'íu. un sábal o, y no sé decirle r,,ri,r ar. Ir¡s do,

u,,_of,á;ilr"[3:

I,Il r:¿It:trorro, sin dejar de reír, explicó: No, tío. Me r'ío del cazador y su scírora, la rlu() r¡ucr'ía domesticarme. ¡La cara quc habr.án ¡rrrcsl,o al lr. lol'os!

cncontrarse con el tendal de gallinas y

r

rlc

l,ll Tigre rio también y , señalando la entrada

lur¿[ cucva, dijo:

-Mi casa, y la suya, sobrino. En seguida un trozo de potrillo, y que Ie aproveche.

r;r'l'vir'ó

Gracias, tío.

u,

el Tigre y el Zorro no pudo contener la ,.,.*nl,,,ki - r,r)c ,t"ó rlir'lro algrin di.sparate? ,::^1i",, ^_Ireguntó et Tigre_. ¿He óonieste, pues.

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JevrER V¡r,LAtr,añr -

__¿y Ias gallinas que despachó al otro mundo? preguntó el Tigre con malicia. tendidas en er suero -Las dejé er lo mismo hice con ros garos, -respondió ros poros

i ,"1"íál;; _¿y por qué? que eI cazadot y su señora -Paraurlo c<-lntarlos, por uno,

Do¡r Jua¡r EL Zonno El cachorro, sin dejar de reír, explicó: tío. Me rÍo del cazador y su señora, la (luc-No, quería domesticarme. iLa cata que hat¡r.árr ¡ruesto al encontrarse con el üendal de gallinas y

rtr: loros!

pudieran

y aaLe, u"f,orra., que a un z;orro no se lo domestica tan fáctlmente. tlsted me

comprende, tío.

--Sí; empiezo a comprenderlo, sobrino. Sígame; vamos andando se incorporaron a un mÍsmo tiempo. ------' Durante eI camino fue hablando eI Tigre. -_Yo soy viejo _üjo_, y uited recién acaba de s¿¿trir cIeI cascaró: " --^";^'^"::" ¿.ro rnejor, ;Jr'ff;ltsHi"n;i: ¡r,'rin I:eneficio. A uuscárseras soro. No trate ;l"t; f:::fl?r* ;.; *rtlie para no:er cargoso y *. adulón. si re toca re¡rlltir Io que ha ganáOo ó, buena Iey y, por lo l,anto, es suyo, quédese .* t, mejor k' toca recibir, si espera un musto parte. Cuando y le dan un rabo flaco, confórrnesg y no proteste; al".orriüri o, agra_ rlezca. Cierre la bóca u.rt., de decir pavadas. Des_ de su propia sombra y nunca se pase de vivo" "o"_fjg Hizo una pausa y continuó rra¡lanro i le ,oy á ,rr.uRl, a pescar; además -Mañana de scr un pasatiempo, con un poco de suerte se puede sabo.ear un sábaro o un áorado, y no sé decirre r:uál de los dos es más sabroso. el Tigre y el Zoruo no pudo contener la ,.,.rloilU

El rigre rio también y, señarando ra entrad* rlt: una cueva, dijo: casa, y Ia suya, sobrino. En seguida lc -Mi un trozo de potrilIo, sc.viré y que re aprñecrre. tío. -Gracias,

uegr

oré el Tigre_. -r,De ,::^ry ^-reguntó rlir:ho algún tli.sparate? óonieste, pues.

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-. 15-

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II Quc trata de una lección que dicta don Irl.d.fottso el Tigre; de cómo pesc& el tío tl (:orte eL sobrino; de la caza de una gart:l.n; de cómo dan Juan el Zorro, erL re¡tt:li.tlas ocasiones, engañ& a s'¿L protector, A de la separación de ambos.


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,1;i,,,1i1""'rna

'siguiente eI Tigre despertó at

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Vcrrgtr, .sobrino; le enseñaré a pescar como lr, ¡rrol¡rct,í ¿ryer. tarde. l,il t:trcltorro, después de desperezarse, se sentó a Cr('r¡('lrrr la lccción que iba a dictar don rdelfonso r,l 'l'i¡1r'{r. Éste último se lamió los bigotes y comen'/,o rlir:icnclo:

l,ln la curva del río hay una cascada. El agua lr:r,i:r (:()n violencia y sigue por un brazo estrecho Iur;l,t l'clrmar un remanso bordeado de árboles. Allí, r'('r'(':r «kr la playa, verá unas piedras grandes don-

rl. v¡rrr:r tomar

sol las lagartijas. Da un salto; cae las piedras y se queda quieto esperando. ya vcrrrlr':ir) los sábalos y los dorados. Estos tienen r;ilr; rnir.i-r¿rs. ¡Mire si son caprichosos! Les gusta narl¡n' <:onl,ra la corriente, pelear con ella. Debe estar ¡rlr.r'tt. Cuando pasa uno cerca suyo, empeñado en r.l rrlrl,o.io de ir aguas arriba, le tira un manotón; Ir» rr:rrlda a la ribera en donde salta como un enI.r¡rrr:r:ido y usted, sin perder tiempo, corre detrás rl{, til, lo atrapa, y se lo come. -V¿rmos, tío el cachorro_. Lléveme a

s.ln'

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x,s('¿r I'.

-dijo

Sí; ahora mismo. l',r' una barranca empinada descendieron ri«r. AI llcgar a la playa exclamó et Zorrito: .¡Lindo remanso para quitarse las putrgas! _--

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l)r¡ N .l tl n N lt ¡. 7'tt ll lttt

JavrER Vrr,LAF¿ñn atención, sobrino. yo salto y usted sc -Preste qucda aquí, bajo estos sauces. Cuando le mapde un pescado, Ie pone una pata encima y no lo deja escapar. ¿Entiende? tío. -Sí, El Tigre dio un salto y cayó arañando una piedra. El sol comenzaba a picar. Se oía el dulee silbido de una perdiz llamando a su pareja. El Zorrito observaba al pescador que estaba inmóvil eon los ojos fijos en el agua. Un sábalo pasó nadando cerca de las piedras. El Tigre, de un manotón, lo mandó como flecha a la playa. El zorfito se echó sobre éI y re aptastó ra panza con el peso del cuerpo. Oüro manotón del Tigre y otro sábalo fue a dar de traste a la arena; culebrió un rato hasta que el Zorfito le puso una pata encima. van dos üjo. - con ros ojos filosos mirando er El-Yrigre seguía agua. Al cachorro se le iba abriendo el apetito. si me corno pensó. -¿Ynuevo manotónuno? Un del -Tigre y vio a un enorme dorado hacer cabriolas en eI aire y zambullirse en el río. le escapó, tío! gritó el Zorrito. -¡Se hable, sobrino, que - me ahuyenta la pesca -No contestó el Tigre. - Los dos sábalos dieron los últimos suspiros y se quedaron tiesos con los ojos gomosos y saltones. Al Zorrlto se le hacía agua la boca.

-Voyaprobar-üjo. Dicho y hecho. probó, y siguió probando hasta acabar con un sábalo. -22-

't'r.r¡r¡r, r'¡r,zrll¡ rrri

l,irl. ¡QuÓ (r¡l.l'It(' t¡rfrH nnl,ll'(láf

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\' ;u' r'( )tn l('r cl «ll,t'tlliirrlrrr lrr¡ :rl ¡ric tlt: tltr .s¿rtlctt, tllIl,tll'l'r'l lttll ottllltllli V ¡rlrlir¡ ¡tttxilitl: ¡Vlrr¡,;:r., l,io! - -gril,aba-. ¡Aytltlt'trtul ¡F{E ll'lÉ rrr'rr l ),¡l t¡ lol; ¡lt't:tl.s! l,lt 'l'll',t'(' riirlt,rl it ltr lllaya. ,,,Y los s:illltlrls'l - prcgunl,«i. tío. IIictl (:ollto t¡nl,ul 1]!i lir nr(' ('s(:rt[)¿[l'on, ll¡rliro l,r'r; ¡rutlc lils patas cncinlit. (ll'cl r¡ttt'!E lltl ¡,urli;ut lnoV('t'ti(!; lflL' alejÓ Urt l,l'CCltrl .y t'llttrl, Flf l,ffl'lt ..r.r;, rlir.lult l¡)(¡S saltOs y Se tUCI'on lX)l'rrlll, ¡ltt¡'gll I

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,.\' l:rs cst:¿ttnas quc ticnc cn lir l¡rlt'lli¡ li,lt tlr' !lt t:ola clcl más g'autkrl't'' l'l.gtló ¡¡ ¡¡¡¡1¡¡i*' rl'r lo. l)('l'() t'sl,ltbir en cl agua, y s(l tttt' t'ltt'lt¡tÓ, Mc cxl,r'aiilr sca tan sor-lso .y ti(' ltr¡v¡t rlefc1l& :;.r l)r'r'rrrlt't' «ltt

t:.sLl,

I"nancra-

li,l'/,ot'l'il,o blrjri los oios. El'l'i¡¡l'c r;ll¡l,lír láál,l|ltn ¡rl vlllr ¡ lr¡ll :tl'ligido, y traüó dc t:t¡tlsoltl l'ltl' l',ucnt), .sobrino; no se l)rco(:lIlx'. N¡rrlltr ltHtlÉ

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ll¡ l¡1,¡l'rrttt'on cn un iunc¿rl. Ib:rtl ¡tlrlrll¡tltt ttHl'áo lolr,s .y rritlos dc gallaretas, albol'ol,rt,tltltl t'¡¡llAF, H*é !,r);: .y rctr:lt:tt¿,tios. Sentían calor y t:lrrt¡l¡tlrltllnll Él r l)l nr I'cfrcscarse t:l pcc]ro. r l,li.sl,ima quc sc mc c.scapilron lrllr nftl¡tlltt¡ rrri¡rliri t.l Zorrito-. Dcbe dc ser sitbl'oHtr Hll ItHrllÉ¡ ¡

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JavrER Vr¡.LA¡,eñn atención, sobrino. yo sarto y usüed -Preste se queda aquí, bajo estos sauces. Cuando te mañe un pescado, le pone una pat, ur.i** U-- ro ñ a;ñ escapar. ¿Entiende? ' tío. -Sí,Tigre El dio un salto y cayó arañando una piedra. El sol comenzab? picar. Se oía el dulee silbido de una perdiz UamanAo ^ a su prr.ir. observaba al pescadof qru ¿ - estaba inm ojos- fijos en el agua. pasó nadando .ui.a de las piedras. El ra praya Er panza con el3if,:'.,Jxhl",H?li! peso del cuerpo. otro manotór der rigre y otro sábalo"fue a dar de traste a la arena; .utefiiO u" el Zortito le puso una pata encima.,*to hasta que van dos _ dijó. El-yTigre seguía. .o' ro, ojos fi osos mirando er agua. Al cachorro se le ina ánriendo ei apetito. si me corno uno? _ pensó. -¿ynuevo Un manotón del Tigre y vio a un enorme dorado hacer cabriolas en er aire y zambulrirse en el río. Ie escap,ó, tio! __ gritó el Zortito. -¡Se hable, sobrino, qus me ahuyenta la pesca -No el Tigre. contestó - Los dos sábalos dieron ros úrtimos quedaron tiesos con los ojos gomosos suspiros y se y Al Zorrito se le hacía ágm la boca. saltones.

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Do¡r Juew EL Zon¡ro

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razón mi tío. ¡Qué carno müs anbfQl -Tenía Y se comió eI otro. Escarbó al pie de un sauce, entcrrt'l lnm OlFl!,I y pidió auxilio: lío! ¡Ayúdcnrol ltfri ñ -¡Venga, los peces! -gritaba-. escapan Et Tigre saltó a Ia playa. preguntó. los sábalos? -¿Y me escaparon, - tío. Hice conlo t¡xl,ed ñ -SeLes puse las patas encima. Crcf r¡r,rn Sl ú indicó. podían moverse; me alejé un trecho y cllos, eithi ces, dieron unos saltos y se fueron por nlll, ¡rol H barranquita. las escamas que tiene en la bot:¡rir -¿Y de la cola del más grandote. Lk'p,;ttdr H, lllB -Son pero estaba en el agua, y se mc t:st:n¡té, derlo; extraña sea tan sonso y sr¡ lu'r.yn delfG -Me de esa manera. sorprender El Zorrito bajó los ojos. El Tigrc slnt,k'r léÉiffi al verlo tan afligido, y trató de consohu'lo. sobrino; no se preocupc. Nlrdln ñii

-Bueno, sabiendo"

vez Io haré mejor,

tío.

Se

lo

¡l'otnñ|,u, -Otralo espero. Volveremos más tarrlu, -Asícon el batifondo, se han ido lcJos kir,rlJot'(ii1l ahora, pFr)á

Vámonos. Se internaron en un juncal. Iban plsrrrrdrl rtEl{ coles y nidos de gallaretas, alborotando l.rnnÉ, t pos y renacuajos. Sentían calor y cha¡lrlon[¡p¡¡ , agua para refrescarse el pecho. que se me eseaparon los slrllllk)f .:, -Lástima mintió el Zoruito-. Debe de ser sabros& Hlt uefflr ¿No es eierto? muy sabrosa. Quizát" llegue a probnr.ln flañ tro -Sí; de un rato.

_23 _

I


JevrER Vrr,LAreñn

Dow JueN EL Zonno

atención, sobrino. yo salto y usted. se -Prcste qucda aquí, bajo estos sauces. cuando le mande un pescado, 19 pone una pata encima y no to deja

-'I'cni& razón mi tÍo. ¡Qué carne más sabrosa! Y .sc comió el otro, llsc¿rrbó al pie de un sauce, enterró las cspinas y ¡ricliti auxilio: ¡Ayúdeme! ¡Se me ¡Vcnga, tío! (...i(:ill)¿[n los peces! -gritaba-. Irll figre saltó a la playa. preguntó. los sábalos? -¿Y me - tÍo. Hice como usted me escaparon, -ScLes puse las patas encima. Creí que ya no irrtlicir. ¡xrtlitrn moverse; me alejé un trecho y ellos, entonccs, dicron unos saltos y se fueron por allí, por esa lltrt'anquita. -¿,Y las escamas que tiene en la boca? d,e la cola del más grandote. Llegué a mor-Son pero estaba en el agua, y se me escapó. «lcl'lo; --_Me extraña sea tan sonso y se haya dejado sor'¡rrcnder de esa manera. EI Zorrito bajó los ojos. Et Tigre sintió lástima :r I vcrlo tan aftrigido, y trató de consolarlo. sobrino; no se preocupe. Nadie nace

escapar. ¿Entiende? tío.

-SÍ, El Tigre dio un salto y

piedra.

cay6 arañando una

El sol comenzaba a picar. se oía el duree silbiclo de una perdiz llamándo a su pareja. El Zorrito observaba ar pescaaof que estaba inmóvil con los ojos fijos en et agua. ' un sábaro pasó nadando cerca de Ias piedras. El Tigre, de un manotón, lo mandó como flecha a la playa. Er zorrito se echó sobre él y re aprastó ta panza con el peso del cuerpo. Otro manotón del Tig o fue a dar de traste a la arena; cu hasta que el Zorrito le puso una p van dos _ dijo. El-Yrigre seguía con ros ojos filosos mirando er agua. Al cachorro se le iba abriendo el apetito. si me como uno? _ pensó -¿Ynuevo manotón Un del Ti§re y vio a un enorme dorado hacer cabriolas en el aire y zambullirse en el rfo. le escapó, tío! _ gritó el Zorrito. -¡Se hable, sobrino, -No el Tigre. que me ahuyenta la pesca contestó - Los dos sábaros dieron ros úrtimos suspiros y se quedaron tiesos con los ojos gomosos y sáltones. Al Zorulto se le hacía agua la boca.

-Voyaprobar-dijo. Dicho y hecho. probó, y siguió probando hasta acabar con un sábalo. _22_

-Bueno, snbicndo. --Otra vez lo haré mejor,

tío. Se lo prometo. .--Así lo espero. Volveremos más tarde, porque :rhora, con el batifondo, se han ido lejos los peces.

Vírmonos. Se

internaron en un juncal. Iban pisando cara-

y nidos de gallaretas, alborotando ranas, sapos y renacuajos. Sentían calor y chapaleaban el

t:oles

rrgua para refrescarse el pecho. que se me escaparon los sábalos -Lástima mintió e,l Zorrito-. Debe de ser sabrosa su carne. ¿No es cierto? muy sabrosa. Quizá llegue a probarla dentro -Sí; de un rato.

_23


JevrER Vr¿r.Ar.eñn Me quedé con ras ganas

-¡ojará! mcntir.. - volvió a El Tigre se detuvo. Dio _-No se mueva, sobrino.la voz de alerta. Cállese.

EI cachorro se quedó i"mOvil.--óy.ro' crujir unas ramas. Ambos olfatearon. una gacela por to baio

et rigre-. E.pér*lda -diio y se fue desrizando rentamente. Er zoruito re vio dar un sarto; después escuchó un débit gemido. Er rigre regresó áon una gacera en ra boca. La dejó caer a los pies oet caárrorro y Io invitó a corner. sobrÍno. -Nuestro almuerzo, círcutos descendió una pareja de

"r.Iffando sé quién les avisa a estos pajarones _ -yo no comentó el T_igre_.. Siempre

mino de clavar er dient. ^y yapasa lo mismo. Ter_ están vorando sobre mi cabeza. Se posan un t* rama el suelo con un olor que ápesta.de un árbol o en cuandá me voy sc targan a compartir iu. *rorur *j;ñ;. i huesos pelados.

,,r.f#.."Ia

vista, observó a la gacela y preguntó aI

-¿Tiene tío _contestó el -Sí, potrillo que me ofrecióZorrito_.

Desde eI trozo anoehe, ando con Ios

,'.

I

l:l

ct)l,r'nclido?

sí,

l,io.

l,lnl,«lnccs, váyase.

Mc voy, .si lo desea. Le doy las gr.acias por ¿rtcrnciones y espero poder retrihuírselas :rl¡,rnl,t vcz. Y «lon Juan el Zorro se fue con la cabe:¿a gacha rIl)lIr'¡rnrlo cI paso-

II Tío y sobrino estuvieron juntos dos meses. Du_ rirntc ese tiempo er zorritL al rig.c.' quien entró a descontiarre "i"io-á"áá"""uo y una mañana Ie diio: --Vca, sobrino; es mejor que nos

_24_

EL Zonno

lrlo nru (.xlllir:o qrrí: pasa; pclo, clesde cluc cstíl ¿l nli Irrrkr, r¡rl,r'tl t,r; r I írnicc¡ quc cngorda. Como un fanlrll¡r:r itl):rr'o(:c lut tcrccro que jamás he visto, y nor; r'ol¡ir l¿r t:ornicla. L¿t tarde que fui a dol'nrir Itr r;lrl.rl,lr :rl lr¡onl,c, tnc cuenta al regrcsar. que l,os chir¡r;utl'r)r; rros llt:val'on Ia carne; otra vez los (:Íj¡,l'allllrr¡ir v ¡t.y('r'Ic cchó la culpa a las hormigas. llr¡l'rnigas fucron, tÍo. ¿No le nlostré ]a cucva? (lut.v¿¡.s y nidos me ha mostrado tantos que y¡r n() (luir.r'o ver más; ni quiero oír' más historias rf ur, lrrs r:ucnt,a lincla,s y largas. Váyase antes que lo ¡rillr: t:r-r una travesura y se Ia haga pagar cara. llrlcrl ur('cstá hacicndo dudar. Lo de los cara,nchos rlrrr. rros r¡uitaron cl cordero, pase; pase lo de los rírl»rlos r1rrc, dando vueltas, se le fueron al río, y tiernito- que t,rrir, l,rrrnl-¡ión el medio pecarí -tan esto de las hornoir ('olr¡icron los chimangos. Pero nulliuj rnc ltucle a cuento, ¿sabe? flsted por un r':urrino .y yo por otro. EI buey solo, loien se lame.

l,rl:rs llrs

hambre?

* dientes ociosos.

Do.N Junx

separemos.

-25.-



ilI Que trata det oficio, arte o profesi贸n que busca don luan eI Zorro pqr& aiair sin trabaj,ar; de ta cura que hace & su yimo el Quirquincho; d,el robo d,e, una pata de Uu,ey, A de c贸mo se burla d,e un Tucdn b,orracho.


E N la selva se le afilaron los colmillos a don Juan I- el Zorro. Creció sin más compañía que su sornbra. Aprendió a llegar a los poblados, saltar los corcos y robar gallinas; a comer miel de lechiguarr¿I, a hacerse el muerto y a no dejar rastro después tle cometer alguna fechoría. Aprendió también a sonreír y a callar a tiempol a conocer eI lado flaco tle sus vecinos, el valor curativo de los yuyos -ciencin que le dio fama de buen curandero- y a saber r:uándo y por qué cantaban las aves. Pero se le hacía difícil vivir de su propio esfuerzo. Trataba de buscar un oficio, un arte o una ¡x'ofesión que le permitiera descansar y que otros l,r'abajaran por é1. No; no si me hago músico? nlc -¿Y conviene. Hay que ir a las-pensaba-. fiestas y pasarse las horas dale que dale con el instrumento para que los demás se diviertan. Es estar en el baile y no bailar. si me hago juez? ¿Juez? No; -¿Y creo en la jusüicia. todavía puedo ser juez. No -repitió-. ¿Agricultor? ¡Ni loco! Sudarla fiero, de sol a sol, para que otros se lleven la cosecha. puedo ser? preguntaba-. ¿Político? -¿Qué -se presidente si me hago de la selva? Me subo a ¡;Y una piedra y larruo discursos ofreciendo hasta mi t'abo. Condecoro al mono y al loro para que dcslluós, con gran ceremonia, me condecoren el loro .y el mono. Tcndrir scrvidclles con servidunrbre, bicn pagados: rninistros y cmblljzrrlol'cs que harírn

:il


Dorv Jue¡.r EL Zonno

;1ffi

ffi"

,,:;," luri",,oo que, :r i. :1t,,,.,sí? r-rüo rnás alto las pregonen, comerán mejor. ',tr.c,'ó r'imadores a süetaá para que me canten Ittlts; pintores que pintarán mi ,oit*o, sonriendo si.mp.c, cn ros troncos de todos tos artJes. Tentlt'ó también, para demostrar mis tuerzas, millares rlc es colgaré galones y me_ rt:r haré áesfilir .or, *r.no rlI :tnes, y viviré de banque1.. r:u¿r

i c n d o d on ru ;,n Ji?'ii", ",'r1?.;; ;,n ;; il : J l;,. Il¿rbía corrido Liempo _más un año_ desde cl rlírr, aqucl el que su tío, don de Ideltonso ef Tigre, Ic lrizo tomar. las cle Vitladiego. ---Lindo sería volver ¿r verlo _pensó_. Estoy ..j(]Íl'r¡r'o dc que se alegrará con mi viiita. Y .sc echó a andar. I,il'a una mañana fresca de otoño. r¡or'l,c pusaban bandaclas de golondrinasRumbo aI haciendo ¡ril'rrr:l;as cn el aire. Irht cl camino se encontró con su primo, el euir_ r¡rrinr:lro. Es;taba cerca de Ia cueva que¡.ándose. - 1;Qtró re pasa? preguntó don ¡uan et zovto. - Me áuele todo el cuerpo. -Mstoy cnfermo. Si r,(. (.ltr.:r, lc r.egalo un lindo cueri.to de oveja. Nr¡ lliense en regalos, prirno. Voy a cul"arlo sin nin¡¡rrn interés. óorror.o su mal. Viene con Irs r:r¡rnbios cle tiempo. consígase partes iguaI.ri lrr.irrs cre marvá , taíz de cutarnñ*o -por y yerbabuerrr; l:*r rrt'z.r[r bien, y se come; oespíos se mete .' lrr rrrrva v sc cubl'e conrascse cuerito de oveja que t¡ t t ict'c lt.¡_,,ala t.mo - Así lo I-r¿u.r_r. Y a rni r.cgreso estar.á sano; cr,éa,mcio.

;:T;:

Dft é'- rrá

lo agradezca.

-Se tiene por qué, primo. Ifasta la vuelt\ que-No se mejore.

Don Juan el Zowo siguió su camino. Subió a una pequeña loma. Desde 1o alto divisó la curva del río. Fué descendiendo. Frente al remanso se acordó de Ia mañana en que su tío pescaba y él comía.

Saltó unas piedras y cayó al pie del sauce donde había enterrado las espinas de los sábalos. Atravesó un cañaveral y, antes de llegar a la cueva del Tigre, gritó: Idelfonso! ... -¡Don Nadie respondió. ldelfonso! ... ¡Tío! ... -¡Don Entró en la cueva. Vio una pata de buey y unos huesos pelados en el suelo. tio tacaño! Ni a los cuervos les deja las -¡Quédijo mientras salía. sobras Dio -unas vueltas por el cañaveral. Al no hallar señales de don Idelfonso el Tigre, volvió a la cueva, cargó eon la pata, de buey y se marchó sin dejar rastros. Pensaba mientras iba subiendo la loma: sí que mi tío tta a creer en los fantasmas-Ahora o en las hormigas. Se detuvo. Comió la pata de buey y se echó a dormir. Vio a una pareja de horneros amasando barro para construir el nido; vio pasar unas nubes re_ dondas y ligeras. Cerca silbó una calandria; el pá_ jaro se entretenía remedando las tres sílabas del benteve,o. A lo lejos, como un tambor, sonaban los golpes del agua al caer sobre las piedras. _JJ_ oo

-

y


JavrEB Vr¿LAreñu

Dorv Jua¡v r,-L Zonlro III rucán no .se rtizo rog¿r'. s. rirm¡rrr'l r,r pr*O

un tucán borracho por haher

comido semilras de naranjas, se posó en ra rarña der árbol a cuya sombra dormía don Juan eI zoruo. comenzó a hablar y a reírse; batía ras aras, abria y cerraba er largo pico. Hizo tanto barulo que terminó por despertar a don Juan el Zorro. el Zorro_. ¿Hasta cuán_ -¡Borrachín! do vas a reírte? -gritó que se me acabe Ia cuerda _ respondió-Hasta el ave riéndose a carcajadas. se acordó er zorro de que,el canto del rucán llama a la lluvia y que éste te tiene miedo aI agua. Entonces, afinando Ia voz, vorvió a dirigirre ra palabra. --Disculpe, señor Tucán; no lo habÍa reconoci_ do. Hace bien. Ría, que la risa es salud. Me alegro de verlo. Muchas veces oí hablar de su distinguida persona, aquí, en el monte y fuera de é1, im,e es_ cucha?

-Con

toda atención.

con las plumas del pecho y cantó. Ia misma merodia .-- il*iist,rr'r (,r zor,r,*, -Repita Y volvió a cantar el I,ucán. cantando. siga, po, I':rvt¡r" ¡(frr(r ,'rÉr,H. -siga villa! Me pasaría la vida escuch¿inclolr¡. El rucán cerraba ros oJos; sr: hlrrr:rr.¡rrr¡r (.r¡ rH clel árbol y ensordecía aI zc¡r.r., r.0rr trr rlr,il,B 'irma rn¿rl,r'aca cle su canto. Las nubes cubrieron er sor. u. r'rr,¡.r,r, vrottütl sr¡lló del lado del r'ío anuncianrlo lu l)r.oxlrrrklrrtl tlt llr lluvia. pronto cayeron las ¡r'in',.J,rr* tfi T't¡cán las sintió resbarar sobre er r:t¡r.il,, ¡irr,rrn, y, nrrt tlc j:rl rlc cantar, fue a refugiarse en el l¡klo. --¡Pájaro sonso! el Zc¡t.rc¡ ¡lil,tl,r, nltil, r'¿l! Lc tiene m]edo al-clijo agua y carla v(,2 (r,,,.,,,,1rr, +rF l)ll'¿t l,raer la lluvia Y se echó a dormir a pata sucll,¿r. Detspertó al día siguiente. f)c rc,¡;-r.r,r;o lrtr, ¡ vl r;il,¿lr al (Quirquincho. Lo encontl.ri crnrl¡rrrrl, IWalaa se cla por rem.ad,it¡, can ntalua te snnartis, g si no san.as con uuthrt, m,altsada

voz", o "El Tucán, el único capaz de dar la vuelta

p

les

p

.lt, r

favor. un -Hoy,

que Io tengo a mi lado, quiero pedirle

que guste. pedirle que cante; quiero oír su voz. -Quiero

-Lo

34-

la

enf errn,eclad..

-¡As;Í da gu;sto verlo! _ c¡cl¿¡l,ri r,l 7,,t.., --G'acias a,stecr t'r (,)rrlr.r¡rtrlr -r'cspo,rtriti Scg,í s,s inclicacioncs y t,st,.y.,trr¡rtnl,H

n(,n [,r: ctrt'¿rrlo.

-Mc alrr..,-¡9, pr.imo. Y cl Qtri'q,incho, como h¿rbÍ¿r I)r.onrr,r,rrrr, rr, r,ñ, g:rlri t don Juan cl Zorro un linclo t:ut.r'il,o rlr, ovtrJn

_35

J



I

IV


URANTE una semana estuvo lloviendo a cántaros. Los ríos y los arroyos andaban alborotados, arrastrando troncos y carnbiando las piedras de sitio. Hasta los charcos tenían ínfulas y se dieron el lujo de correr y hacer temblar los berros. Las ranas, felices, se pasaban las noches en veIa cantando. A don Juan el Zorro se Ie inundó la cueva. Tuvo que mudar de sitio y resolvió subir la loma con su cuerito de oveja al hombro y guarecerse en el hueco de una roca. AIIí estaba bien protegido. Vinieron a hacerle compañía, también corridos por la lluvia, üh Chimango, un Gato Ottza, una Chuña y una Comadreja. aguacero! el Chimango-. Mi -¡Qué nido está hecho sopa.-exclamó que estuvieran baldeando de arriba -Parece dijo eI Gato Onza. hahe visto llover de esta manera la Chuña que tenía las alas empapadas. bIó -Nunca el Zorro-. Se me hay para rato -cornentó -Y que lluvia. Son los avisos ocurre que esto es más de un diluvio. Debemos estar alertas y preparados. preguntó la Comadreja. ha dicho? - diluvio. Y no sería el -¿Dituvio el Zorro-, -Sí -afirm6 primero. Una vez hubo uno tremendo. Las aguas subieron más alto que las montañas. Yo conozco esa historia.

-4t-


si,a J: ;,,.,J#;;;;",.red so,o _ rli.irr .l Gato onza-. Nosotros también querernos ..nor:olla. ]r además es lindo escuchar cuentos

lltit,nl,r'as cae la lluvia. -,IrIo, compañer,o; se equivoca _aelaró rro -. . Ilistoria, y verdadera. .--Cuéntela, pues _ pidió el Gato Onza.

el Za,

Y rlon Juan er zo'ro narró ta historia dei Di-

Iuvio-

[¡u. h¿rce mucho tiempo Entonces se Vrvr:i ('lr l¡r selva corno en url-dijo-. chiquero. Todo era I)ur':r co,'r'u¡rción y ociosidad. El rigre se la pasaba Iror't'lr(.lto, ltanza arriba; el Chivo, un clescaraclo y It.rr¡.,;rrrr r;ncia. corría cle fiesta en fiesta, y del Mono, rrrt'ir' no hablar. IrIo había uno solo que no hu_ Irit"rr' 1r.r'cliclo la r¡ergüenza; ni la palomita de la Vi'r';r'rr rirralcraba ciecoro, parecía cotolra por ro rlr,sl;u'Irlrl,ada. " [[n clía, un viejiüo se puso a construir un arca ¡¡l'trndota, de tres pisos. . . ---,:Y para oué era el arca? _ preguntó el Gato ( )nz¿r.

- ,No tenga prisa, arnÍgo; tiempo al tiempo. Yir l«r va a saber respondió el áorto, y sigliO

conl,¿rndo:

-

ó

viciito, después cre crarre una mano de bel,ri. lrl u.ca, se rargó a ra selva y regresó seguido l,.r' rnillitles de parejas: el León con-la Leona, el ()s, r:rn ltr Osa, el Lagarto con la Lagarta, el Mos('()n ('ol'r l¿r Mosca y así, de dos en dos, los hizo sul¡i¡' rrl :r'c¿r. Detrás cle ellos se metió el viejito con .slr rnr¡rc' y srs hijos que también venían ó*prr..irrrkr.s. ce.r'ó la puerta y ¡zás!, cayó er aguacero. ¡l'l.s¡r si cl.(' tur: iluvi¿r! ct¡arenta dins y üarenta ¡-¡rx'l¡t,.s, IltIt'v(' t¡uc l,t, llueve. - Fll

42

I)on'Juew EL Zonno días sin sa,lir clel arca? ¿y qué co_ -¿Cual'enta mieron? preguntó el Gato Onza. - cree que el viejito era tonto? _dijo el -¿Se zarro-- Antes de subir al arca con su familia, lle-. vó agua y comida en abundancia. o hubiera dicho antes habró er Gato onza. -tr su culpa me saltié -el párrafo _explicó el -For zoruo dirigiéndose al Gato onza-. usted es precipitado y preguntón. una histo'ia es una historia; hay que oírla con calrna y no querer saber el finar antes cle conoeer er principi,o, porque entonces er narrador se embarurla y er rerato pierde toda ra emoción y la gracia. Tenga paciencia y, por favor, no me interrurnpa.

--Siga contando _rogó la Comadreja_. ¿y el l6yys-, dejó de llover. -Después -repitió los que no suloieron al arca? _ volvió a -¿Y

después?

interrumpir ei Gato Anza.

dale con las preguntas! _dijo el Zowo_. -¡Y Se ahogaron, amigo. ¿,No se da cuenta que fue un castigo ese diluvio? se juntaron ros maies con ros ríos y las aguas subieron alto, tan alto que lamían las orillas del cielo. " El arca iba como al galope arrastrada por la corriente. una tarde dejó de llover. Apareció el Arco rris y comenzaron a verse los picos de las montañas; después, poco a, poco, las copas de los árkroles.

" El arca quedó varada al pie de una colina con algunos camalotes enredados en la proa. " Cuando se .secó la tierra, el vieiito abrió la pucrta y fucron salicnclo las parejas en el mismo ordcn que había,n entr.¿rdo.

_

4:]


JevrER VrrLAr'eñp

Don JuaN EL Zonno

" Y esto que acabo de contar es tan cierto colno la lluvia que está cayendo ahora. cree usted que se está preparando otro -.Y rliluvio? preguntó la Connadreja al Zorro. - por asegurarlo el Zorro-. -Estaría -contestó Suclen presentarse así:.llueve una sernatta, para; sopl:r un poco de viento, se nubla otta vez, y se larga el aguacero. Es el diluvio. hacer un arca. ¿No les parece? -Deberíamos consultó la Comadreja.

pitambién algunos sapos y lagattijas Ia Chuña. dió-Y Al día siguiente salió el sol. Bajaron a la ribeta. De ramas y troncos trenzados con bejucos y chalas hicieron una balsa y la amarraron a un

no; pero balsita, sí el Zo-Arca, -opinóIenarla rro-. Y ser precavidos como el viejito:

(:0rl aloundante comida. -Lógicamente -aprobó el Gat o Onza-. y la b¿rlsita tendrá que ser resistente y Iiviana -añadió. eI Chimango-, que se pre- -Mal año -dijo s'cnta con un irnrierno tan llovedor. no es nada la Comadreja-; rltrr-.-Eso llueva todo 1o que-comentó quiera con tal que no sea rliluvio. el Zorro-. pero estoy se-¡Ojalá! -exclamó que de se viene eI diluvio. No hay quién lo fturo Ya verán, compañeros. Mañana saldrá eI sol; I)trrc. r.lcspuós, al atardecer, se formarán unos nubarrones nogros, espesos, y otra vez el agua; cuarenta días .y curlrenta noches sin parar. Siguieron hablando del diluvio, de los materiales r¡ue iban a emplear para construir la emloarcación y rlc los alimentos último interesaba aL Zon'() que debían -esto ir almacenando para llevar a I-¡ot'clo.

--- Ilartos pichoncitos relamiéndose don Julrn cl Zorro-, huevos -decía que se puedan contar de :r tlot:cnas .y nlicl hasta empatagarse.

--44-

ceibo.

La Comadreja, el Chimango, el Gato Onza y la Chuña se encargaron de buscar las provisiones. Iban y venían trayendo huevos, pichoncitos, miel y yuyos tiernos y perfumados que don Juan el Zoruo acomodaba en Ia balsa. Al oscurecer, fatigados de tanto ir y venir, la Comadreja, el Chimango, eI Gato Anza y la Ciruña, cayeron como piedras vencidos por el sueño. EI Zorro, mientras ellos dormían, se hartó comiendo pichones, huevos y miel. Desamaruó la bals&, y vio como la corriente la llevaba río abajo con un cargamento de yuyos, huesos, cáscaras y plumas. Y bien satisfecho se echó a dormir al lado de sus compañeros. Amanecía cuando despeitó el Gato Onza. Al no hallar la balsa comenzó a lanzar gritos: la llevó el río! ¡Se la llevó el río! -¡Se pasa? preguntó la Chuña. -¿Qué pasa? - preguntaron Ia Comadreja y -¿Qué el Chimango. Despertó el Zotro que estaba en el mejor de los sueños y también preguntó: pasa?

-¿Qué la balsa con las provisiones se la llevó eI río -A explicó el Gato Onza. el Zoruo-, hay que darle -Compañeros alcance antes que-dijo venga el diluvio. ¡A correr, río

abajo!

_45__


JevrER Vrr,LAF eñr El Chirnango remontó vuelo y se fue por

:rirc; la Comadreja, el Gato Onza y la Chuña

eI se

largaron orillarrdo el río. Don Juan eI Zoruo continuó durmiendo. Des¡rcrtó cuando tomaban sol los pirinchos. Se despulgó cn cl río y salió en busca del cuerito de oveja que habÍa dejaclo en Ia loma.. Al descender se cruzó con don Idelfonso el Tigrc. Se saludaron cariñosamente. El Zotto fue el primelo en hablar. veces que lo he recordado, tío! -¡Lasmisrno digo yo el Tigre-. y -Lo la oportunidad-contestó aprovccho para pedirle disculpas.

or

qué?

-¿P. -- I'or haber desconfiado de usted cuanclo nos robaron la carne. Y no hace mucho, en un dest:uiclo, rne llevaron dos patas de buey sin dejar ¡'astro-

--Probablernenl,e fueron 1as horrnigas como :rqucl'la vez. Yo Ie mostré una cueva, ¿se acuerda,? me acuerdo, sobrino. -Sí, los angurrientos chimangos que son capa_ -O r:c^s dc at'rear con Lln buey entero. ---Vuelvo e pedirle disculpas. se preocupe, tío, Fue tan t¡ueno conmigo-IrIoir'é a visitarlo. Pronto conoce el camino. -Y¿l Y se despidieron. El Zoruo siguió bajando la loma con eX cuerito d. .vcja al homJoro. sonreía pensando en don rdell'onsr-r cl Tigre. --Tio exagerado y mentiroso. Decir dos patas,

y cra una sola.

_46_


V En este capĂ­tulo se na,rran las desu,en. turas de un po'bre pumita rengo, a quim el Quirquincho deja et cuid,ad.o de su; primo, dwt Juan el Zorro; de un par de perros, y del robo de un cuerita d,e oae,ja.


I i

p L.Qrirquincho debía partir a la mañana. siguien_ t. te. Esa tarde pensaba visitar a don Juan el

I I

i l

Zoruo y pedirle que, duranüe su ausencia, cuidara a un pobre pumita rengo a quien quería como si fuera un hijo. A Ia orila de un arroyo jugaba er pumita con unas rarnas secas y un nido de hornero. El Quirquincho bajó a la playa; se detuvo al _ lado del cachorro y le dijo: a ver a mi primo. Voy a pedirle que te -Iré cuide mientras dure mi ausencia. dice? ¿A dónde piensa ir? _ pre_ -¿Ausencia, guntó el pumita. detrás del cerro. -Cerca; --¿Y por qué no me ileva? ¡Voy a extrañarlo tánto! también voy a extrañarte; pero no podés -Yo

I

I

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1

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venir conmigo"

¡Qué tástima

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ahora te conviene estar quieto. Con una -Por pata quebrada lo es para andar de viaje. razón. !

1

l

¿y cuánto tiempo piur.* estar

-Tiene lejos?

I

I

-Unos El

dÍas.

Quirquincho no quiso seguir hablando.

Sen_

i

tía pena. se despidió der pumita y salió en busca

i

del Zorro.

I

-51 I

I


JavrER Vrr.LAr'eñn Io encontró en el camino. a visitarlo -dijo el euirquincho_. go -Iba que pedirle un favor.

Dou Junr EL Zonno Ten_

dirá, primo.

-Usted salgo de üiaje el euirquin_ -Mañana -explicó cho-. Demoraré unos d.ías en regresar. usted sabe, primo, que me acompaña un pumita rengo a

quien quiero mucho, y er pobrecito no puede andar; tiene una pata quebrada. con toda confianza. sabré cuidarro.

-Déjemelo agradezco. tiene que agradecer. -Nada Al dla siguiente, al alba, partió el euirquincho con el Pumita. Se lo dejó a su primo, y marchó rumbo al cerro. _ Cuando quedaron solos, don Juan el Zorto le dijo al Pumita: un tiempo voy a ser su padre, su tío, su -Por amigo y su padrino. Usted tendrá qrr. ó¡.Oecerme y respetarme. ¿Ha entendido, ahijadio?

-Está

bien, padrino.

-Vamos. trll Zo'ro comenzó a caminar.; r'.,-rflr¡t'irrrtkr lo ae. guÍa el Pumita. cruzaron Ia roma y el rro; en un cañovorol rre llaron aI Tigre lamiéndose las manos. gritó el Zorro. -¡Salud! el Tigre, y prcguntG_,: -¡Salud! -respondió que Io acompañi? ¿Y ese Pumita

-Le

-Sí,mipadrino. va a aprender a, vivir y sin eostarle -Acosa; lado gran pero exijo, como acabo de d.ecirle, obe-

diencia y respeto. -Sí,nopadrino. nunca, y no pedir más de -Y yo lecontradecirme lo qüe doy. padrino. -Sí, medido y prudente, y cumplir mis órdenes-Ser al pie de Ia letra. padrino. -Sí, iremos a hacer una visita. Sígame, y rro -Ahora hable sino cuanrlo yo lo autorice

-52-

iba a armotzar; si qurer.on ¡ - *e'm -Precisamente pañarme. .. invitó el Tigre.

-los

inconveniente _ dijo cl Tigro. -No Entró en la cueva; regresó

hay

óon un cu&rto dc carnero y se Io ofreció al pumita. amigo, y que le aprovcchc. -Sírvase, El zo*o se adclantó a recibir.ro. Dro r*s grocrnr y, cuando se retiraban, preguntó el Tigrc: ---DÍgamc, sobr.ino; ¿cs mudo el pumlto? 53

J


Dow JuaN EL Zonno

JevrER Vrr,LAr.eñn -No, tío; es medio rabón de lengua l,rr.sto t-.1 Zoruo-

con-

Volvió a dar las gracias, y se marchó. EI pumita Io sr:¡Juílr en silencio. 14' las faldas de ta roma se detuvieron para :rIrnorzar'.

a probar

dijo el Zorro.

-Voy Y comenzó a comer bot'aclo

y bocado

despaciosamente. Entre

decÍa:

rne animo a darle; es carne dura,. Le puede

-Nodaíto, ahijado. Ir:rt:cr --_No, padrino, no me hace mal. Otras veces he t:0rrrido ca,rnero. Además tengo hambre se anirrrrj lr h¿.rblar el pumita. --rjrcna señar. Tiene hambre porque está sano. si .y, l'ucra tan desalmado y le diera una uñita de .sl:r r:¿u'nc, se enfermaría y perdería el apetito para r;icrrr¡lrt:.

'I'o',tinó con el cuarto de carnero y añadió: --Está aprendiendo a vivir; deme las gracias, rr

lr i.llrclo.

--Gracias, padrino. Dcspuós fueron a ver al Gavilán. Don Juan el z<r't.t ,cpitió las mismas palabras que le había dir:lro al rigre y remató la charla pidiendo un trozo rk' ¿rvc para el pobre pumita rengo. y el Gavilán Ic rcgaló un pollo. Al oscurecer regresaron a la cueva del Zorto; írstr., (:on unas pajas hizo llna cama para el pumita, .y ól .sc cchó sobre el cuerito de oveja. ---Duerma, ahijado No le conviene cornr:r' tkl nochc. Vamos-dijo-. a repartir eI pollo en dos ¡r:rrtcs igualcs; una para usted, la otra para mí.

--54-

Yo t:onrcl:ó ahora el trozo que mc correspondc y rrr¿ril¿rrta, aI dcspertar, usted comcrá el suyo. Dlviclió cl polto en dos, y se comiÓ una partcul I'umita Io observaba en silencio. No se animab¿r lt rcclamar su porción. -.--Picnso a hablar el Zorro- que per

-volvió pollo si 1o dejamos para mañanadcr'íamos el medio Estoy seguro de que más tarde, mientras dormimos, .sc

lo comerán las hormigas, y antes que se lo

c«¡-

man ellas prefiero terminarlo. padrino, me dará un pedacito. -Entonces, mitad?

-¿La

-Bueno. Don Juan el Zoruo partió en dos el resto del pollo y se liquidó una parte. Como demoraba en invitarlo, el Fumita reclamó la suya. yo?

¿y -Padrino, no sea angurriento. ¿Acaso no sabe quc -Perono se debe cargar eI estómago? Comerá clc noche mañana.

-¿Y

si vienen las hormigas? tazón. Evitaremos que se lo

coman.

-Tiene Y terminó con el pollo. A la mañana siguiente fueron a visitar al Carancho.

eL Zorto-; vengo a pedirle -diio -Compañero pobre Pumita que está muy para este un bocado

dóbil.

Y el Carancho le dio un par de palomas. De vuelta fueron a ver a la Iguana.

el Zo' días, doña Iguana -saludó -Buenos Pumita, rro-. No sé si saloe que este desgraciaclo a quien quicro y protejo, de vez en cuando rccibe la ayuda de mis amigos. Aycr, cl Tigrc y cl Gavi-

-55-


J¿,vrER Vr¡,L.areñ¡

Dorv Juarrr EL Zonno

Iírn Io invitaron con carnero y pollo y recién, su vt:cin0, el Carancho, Ie dio estas palomitas. Espero

las patas, no; porque las paüas de la pa-§e; patean en la loarriga. loma Y se comió las patas. padrino, me quedé sin paloma. -¡Ay!,ahijado; le aparté lo mejorcito del ave, la -No, porque la cola de la paloma puede comerla cola; con toda confianza, Sírvase; no Ie hará, daño. padrino, esto que me ofrece no tiene -¡Ay!, carne; son plumas. sÍn miedo, ahijado. -Coma padrino, ! disculpe, pero a su lado rrro , ¡Ay voy-a morir de hambre. quejó el Zono-. Fal-¡Desagradecido! -sese está desvelando por tarle el respeto a quien usted. Esta vez, pata que aprend.a, lo voy a dejar sin postre. favor, paüino, no me deje sin miel. per-Por done si lo he ofendido. El hambre me estiró la

rrc trstcd Ie regale alguna golosina.

--¡Cómo no!

respondió la fguana.

Y le obsequió-una calabaza llena d.e miel. agradece dijo el Zoruo. -Se - del mediodía. El pumita Rcgresaron antes

es-

taba fatigado de tanto ir detrás d.e un padrino tan e¿rnrinador y pedigüeño. Tenía hambre y prs guntó: las palomas? -¿Comemos de estar podridas. Espere; voy a probar. -Deben Y en un santiamén se engulló una paloma" carne vieja, ahija,do. -Es ¡Ay!, padrino, usted siempre me deja en

&yunas.

--No sea desagradeeido. Estoy haciend.o un sacrificio por su salud. ¿y si se enferma? ¿eué Ie digo a mi primo? hambre; deme palomita. -Tcngo 1o que da el esa Caraneho es porque le -Ahijado, y lo que le solora al Carancho ni los cuervos sobra, Io quicren. Además he dicho que voy a probar. -- ¡Ay ! , padrino, si usted llega a probar, adiós palomita. Deme la pechuga. la pechuga, no; porque la pechuga de -No; parece espuma Iu paloma como la carne del chajá. Y se comió la pechuga. --:¡Ay!, padrino, derne, las alas. Ias alas, troi porque la,s alas de la palomrl-No; son puro hueso. Y se comió las alas. padrino, me dejer sin paloma; deme las

-¡Ay!, patas.

56_

lengua. soy rencoroso, y lo perdono. Com-No la miel. Voy ahijado, partiremos a volcar un poco sobre una piedra y le quedaÉt, eI resto en la calabaza. padrino. -Graeias, El Zowo volcó la miel sobre una piedra y le dio al Pumita la ealabaza vaeia diciéndole: a su gusto, ahijado. -Sírvase El Pumita se desesperaba por llevarse a los labios una gota de miel; no podía meter el hocico en la pequeña abertura de la calabaza. El Zorro, en menos que canta un gallo, dejó la piedra limpia y, relamiéndose, preguntó al pumita: le pareció la mÍel? ¿Era de abeja o de -¿Qué lechiguana? padrino, apenas si Ie sentí el olor.

-¡Ay!,

_57-_


JevrER Vrr.La¡'eñr Dos días después llegó el Quirquincho. Halló al Pumita tan flaco y ojeroso que le preguntó á Don .llran el Zorro: ¿qué ha hecho con mi pobre"pumita? -Primo, cuidé como a un hijo el Zo-LoNo me separé un instante -respondió 1'r'o-. de su lado. puede lrreguntarle aI Tigre, al Gavilán, a la lguana, al Carancho.

por qué, entonces, -¿Y contar los huesos? está tan flaco que se le pueden tanto que lo extrañaba, primo. -De El Quirquincho se llevó al Fumita rengo eue, ¿rI andar, patecia un esqueleto cojo. EI Zoruo se metió en la cueva. Al amanecer cscuchó ruidos; alcanzó a ver una pareja de perros y se largó rumbo a la loma. Los perros co_r rricron detrás de é1. EL zoruo hizo unas gambetas, saltó unos charcos y se ocultó en un pajonal. Los pcrros, al perder la pista, daban vueltas ladrando. Cuando pasó el peligro salió del escondite y regresó a la cueva. Al no encontrar el cuerito de oveia se tendió sobre unas pajas y, maldiciendo a los perros que le robaron Ia earna, se quedó dor_ mido con un ojo abierto.

--58-


VI Que trata de la creac:i,ón de una República can un Ejército, u,n(tr Marina, un Parlamento A utu Clero; d'e otras me;ditacio' nes de dan Juan el Zorro, U que termina con un sabio con sejo de don ldelf onso' eL Tigre.


f\ ON Juan el Zoruo tenía un pian. Iuleclitaha, y UF miraba el cielo. Un cielo de vellones grises. Era una siesta de verano, húmeda, caliente. Las chicharras, sin pausa, seguían llamando a Ia lluvia. qué no me hago dueño y señor de todas -¿For tierras con sus ríos, sus montañas, sus arroestas yos, sus cue\ias y sus árboles? pensaloa don Juan el, Zorto. pensando- manda" En un tiempo -continué y los reyes; hoy mandan los ban los emperadores presidentes. Me haré Presidente, entonces. ¡Afilate lengua que tendrás que discursiar largo! Decir palabras que suenen y convenzan; por ejemplo: "Injusticia" r "Fueblo", "Detnocraci.a", ttllambre", "fgualdad". "fgualdad" no. Puede ser peligroso decir: "fgualdad". Algunos se asustatían. Y no hay que jugar con fuego. Pueden colgarte de un árbol o arrancarte a tiras el pellejo. Y yo quiero mucho a mi pellejo; no Io arriesgo. Borro, "Igualdad". Para un discurso me sobran estas cuatro palabras: "Injusticia", "Pueblo", n'Democracia" y t'Hambre,'. Cuántos candidatos antes que yo las han usado. Parece que se prestaran el mismo discurso, Ias mismas palabras" Triunfan; se sientan en un sillón, acomodan bien el traste, y empiezan a borrarlas

una por una. Borran: "fnjusttcia", borran: ,,puet)Io", borran: "Democracia", borran:,,Hambre,,. ¿.Irr:r'o

al hambre quién Ia borra?

63-


\

JavrER

Vr¿,LAE,eñu

" Bien _se dijo_. Me_ yendo de aquí para sacrificaré unas ,a*rrrr, attg, unas semanas dJ sacritieiq ai..rr.i"iáo siempre. habrando y sonriendo, para después dormir a mis anchas, .oíru, y man_ dar. Hasta^alTigre ro váy a hacer ;"dr; derechito. Es lindo ser gobiérno. - ü " Me trazaré un plan. _agregó_. Lo primero será señalar Ios lÍmii"s -áet páir.- rvortu, sur, este y oeste. At norte, Ias monta-ñu.; ,i ;;;, et grande; aI este, eI río y al oestu,-L.* ái.r*ru.arroyo donde no crece ni par? remedio. ya tengo _un yuyo "u*tá país' Todo to al qüe .iutr¿. o. lá, iiilit.. serán Ios enemigos. f pur, áuiJra.rro. áu io, urru*igos, para defender Io nuestro, U"nJp,iblica que gobernará don Juan :lpaíütendré 'un er-'z;oruo, ejército con generales, coroneles, capiüan.; ;;.;dados. quién hago Generarr ¿a ¿Ái'armad,I0, ár prr.r.oespÍn, al Mulo? Es más impirrunie la figura del rnulo. y va a ser feriz cuando se vea co' unos cordones rados en eI cuello, ," dopu;;u *uaulr* ".]. u, pecho, una esPada colgando oe ra panza y los vasos trados' ¡FIor Generui pJru un desfile! ya lusaI General. r,_o¡ -oe tengo .orá*iul*.y capitanes, más jóvenes. )Ia irán mulos Io,

¿Y los sordados? De

u"*i..iendo y

asc"ndiend.o.

ilü ,ii, po.o. " También__h_aré gtro'ejárcito para defender los ríos y los arroyos. páces?; no. ¿Con ¿patos?; tam_ p''co' ¿Lagartos?; *.rrorr agua. y el marino prefiereLes gusta demasiado eI madillo ro hago eh-irante. gstar en tÍerra. Al Armulitas y cascarudos. ,y de Aili;;;ie abajo, Un buen sueldo, un lindo unij.olme, y ya tengo lo. áo. ejércitos. " Ademár nm".ito pensando

mini.stros, senadores

eI zorroy-.uá"ía Oipiriados para que mi país

-64-_

Dorv Junu EL Zonno sea una verdadera república democrática. ¿Qul/r nes pueden ser ministros, senadores y rliputttkls? El Tigre, eI Gato Ottza, el Mono, el Loro. Al L,l,o to dejo para Diputado. El Loro es puro lcru.l.r.u v aprenderá a decir y a repetir de memoria lo qrrir yo quiero que diga. "¿Y cómo, don Juan el Zotto _se pregunl,Ó_ .

" Pero dijo-, tendré que casarmc parn H(tr Presidente.-se un buen presidente no puede s.. ¡rrrtero. Viudo, sí; pero soltero, nunca. Don Juan el Zotto se rascó una oreja. n? /,n

-¿Ca p

¿,Quién

cliio por .si .s

]ea,

,;l; pesada. una compañcra, lintlil 0 l'r':r, I)a.a toda la vida no se aguanta. vcr.ru ¡r lrr ,r:rl¿¡r1a, al despertar; verla al mediodí¿r, lr llr .sit,*l,rt, ¡r lrr rror:he, para seguirla viendo al tlía sigrri(,n1,(,, ('..|fl-¿r demasiado

-65-


JevrEB Vr¿LA¡.eñn Olrla hablar, y_hablar, y hablar. ,,eue esto,,, ,,eue aqucllo,,, ,,eue lo otro,,. y puro y se acordó de una copla: pud;; pedir.

En la orittihz de| agua susp,i.raba un tera-teru.,

U en eL suspiro decía: -¡eué ltndo es,aiair soltero!

_dijo don -No meycaso Presidente, soltero. En ve tres o cuatro, y es negocio. En el c:ambtar estd et gusto el det buen patadir.

dic,e

Esa misma t31de _ya se sentía presid.enüe_

Lo encontró descansando * Ia puerta de la --Tío _Ie dijo_, vengo a hacerle

cueva.

Ncccsito sus sabio, .or*J¡o.. -Hable, sobrino _respondió el cucho.

una consulta"

figre_. Lo es_

Do¡¡ Juaw EL Zonno ¿¿ Ilcvar ellos: eI MuIo, eI Armadillo y eI Cuervo. Los tres, unidos, formárán tren za y nos van n quitar hasta la. cola parauna comprar o cualquier juguete que haga ruiáo. cañoncitos ¿Me entien_

«le, sobrino?

a usted no le gustaría ser Ministro? -cy trató de tentarlo eI Zorrá. _respondió el Tigre_. yo tengo una len_ gua-No que Ia uso para lameime cuando se me da Ia gana. para lamerrne yo, entiénoame. p;; no uso mi lengua para lamei u'rruáiu; a r¡r;l,.cl sea el sefior presidente. yo _ni usted, aunque soy eI Tigre; sé_ palo. Jamás podré ser Minirtro. -Comp,rendo, tío. X$o quise ofenderlo se

rlisculpó el Zoruo. EI Tigre myó el cielo, olfateó y dijo: del este. Llu,ia. -Viento Se despidieron. cr-ranclcl don eI zorua bajaba Ia Ioma co. rncltzo a tronar" "rrran

Y don Juan el Zoruo explieó su proyecto. Ha_ ccr una República; crear ,rn u;ercitol il; Marina, parlamento un y un Clero" Tigre, que Io había escuchado con atención, dljJ'

-Es

una locura, sobrino.

tó eI Zoruo. dió eI Tigre, y añadió: vimos. podemos comer

tcner que rrabajar hasra

,".t.T"XuliH::;?;

66_

-0?_



WI Que trata de un inuierno l,hw,io,so; de aisitas que hace don Juan el Zotto parientes U amigos en busc'a de una

u?M,s

*

manta o un Wncho aiejo, A dand)e se c:uenta cómo d,on Juan eI Zorro, jugand,o al trltoo, desplum"a a un ñard,ú.


OA{O el invierno se presentaba con ma}a eata lluvioso-, don Juan eL Zoruo salió en -frío, busca de un abrigo. Fue de puerta en puerta preguntando: aquí no sobra un poncho viejo? -¿Por I-,os parientes y amigos, pobres y friolentos com,o é1, mezquinaban las pocas pilchas que tenían. Juancito. -§6, alguna manta fuera de uso? insistía.

l\-

-

-¿Y

-Tampoco. -Paciencia. A su tío, don Idelfonso el Tigre, no le faltó voluntad. Revisó hasta en los rÍncones y no encontró nada para darle. hallé ni un trapo apolillado, sobrino.

-No Francarnente, lo siento. más que usted, tío. -Yo Lo mismo Ie ocurrió con la lguana, siempre tan servicial y generosa. mantas? Es lo que ando buscando, -¿Ponchos, Juancito. Ya no le quedaba una puerta donde ir a goipear. La noche se le venía encíma y la lluvia, lenta y tertaz, le calaba los huesos. de invierno dijo. -Porquería Recordaba el cuerito de oveja del Qui.r-regalo quincho- que le robaron los perros. perros pensó mientras se refu-Malditos - árbol. giaba en el hueco de un _73_


JavrER Vr¿¡er,eñp Trató de descansar; pero fue inútil. se pasó Ia noche temblando, oyendb caer la lluvia y el duro castañetear de los dientes. pudo oormirse ar alba. Y soñó que se tendía sobre un corchón amplio, mullido, y que una zorulta de prumas, eariñosa lo envolvía en un poncho de lana ,or, *á. colores que un picaflor. Los gritos y las risas d.e una bandada de cotorras _despertáron a Oon Juan eI Zomo. se in_ corporó y, desperezánd,ose, salió zó un trecho y se detuvo. Le o.i ,.i"gio. Avan_ dolÍan tas eost,Ias como si lo hubiesen apaleado. Ya no ilovía. Miró el y un sol que daba lástima.cielo; unas nubes sucias Don Juan el Zoryo vio venir a un ñandú y t;|fi a esperarlo' cuando Io tuvá ..r.u re pegó ;X ¿Adónde va tan apurado? pregunte de dónde vengo -Mejor el ñandú,

-¡Eh!

_

respondió

vamos a echar un párrafo _ lo con_ vidó-Siéntese; el Zorco. Se sentó el _ñandú; sacudió una bolsita llena de monedas y dijo: .

.

¡esto sÍ que es música! se la regaló? -¿euién ¡avise! La gané jugando aI truco. -¿Regalar? felicito. Había teniAo .ú.rt. en el juego. -Lo lo llaman suerte Los-peté a üod"os. -Al saberyo también estuve jugando _mintió _-Anoche, el_ Zorroy Ie gané a la comadreja unos cuantos pesos.

-Escuche.

EI ñandú abrió Ia bolsita y tomó un mazo

_74_

de

Dou JuaN EL Zoxno rrarpcs. conrpadreaba con las baruJrr.x. I.:l ,l,.n,t, lo invitó a iugar.: -cQuó Ie pa.ece si hacemos un* I)r.r,iltrrit truco?

-¿Dc --U.sted lo ha dicho,

compaírcrrr.

=-Mc parece bien _ aprobó el ñ¡rnrtr.¡. una piedra sirvió de mbsa. s(-. s.nr,ir*lll a lrcnte- EI ñandú, mientras ba.ajar.,r rrs

,l,nrrrn

¡rreguntó:

'*r¡rne, cuánto jugamos? -¿por El Zorro no tardó en responder: bolsa con monedas «:.ntr¿r r:r nrr¡r rrr,^rt rre -suque, pesos anoche, como le clijc, glr,.d. rr t¡r (l.rt¡n d'eja' La tengo ahí nomás, .ntcr.irtr¿r ¡rr pro rre un algarrobo. f,3. Bu&rclé porr¡uc llo rrrr, ¡Irsl,tr till dar' haciendo el far"olero, dántloinr. ,,,rr,1,,,. l"lnl,ntl me conoce bien. Además, si la llcvo (,()nnll¡,.o, r,onut soy un poco mano abierta la dc.i0 v..i¡¡, (,, rJ(,Hilirln, Y le conviene que no vaya ¿r busclrrlt; juntas puedo echarme atÉs no htr:(rr. sl llrH vrrt, v unu. trt)urrÁ ta tan despareja. Resultaria _y no (:.\ull.(!t.o mo si pusiéramos una piedra al lado clc r¡lut t,o nton. tan.a-. ¿Comprende? pcrb lo clicho, tli«:tr«l t,sl,rl. ,*l metÍ jugar mi bolsa contra Ia suya, l¿ v una palabra más. ¿Barajó Ios naipcs? Jp(!l{o. Nl

-si.

déme que corto. -Bueno; Hizo un corte doble. El ñandú

[«»trti

cl

tntli,tr) y

repartió las cartas. El Zorro, mañero .y tramposo, ¡1an(r In da' EI perdedor entregó Ia bolsa y sc quccró

con la cabeza baJa. De pronto aI zorro se lc agranrlurolr Miraba la larga, cora del ñanrtú 1cnüonccs 75

¡lnr.l,l t,r,tnr,o,

r,* ,J,r, r*l flrrr


q

IavrER Vr¡,LAFeñg

Dorv Junr EL Zorrrrt¡

«luccs cran más c,otudos que los pavcls reales) y recordaba el sueño de la madrugada" ¡eué colchón se podía hacer con tantas plurnas! El ñandú ievant ó la cabeza; a,l. encontrarse con los ojos del Zorto que parecían el dos d,e oro, pre_ guntó: Ie pasa, arnigo, que me mira con ta,nto -¿Qué asombro?

el Zoruo_. pienso

en su ma_ -Nada No -disimuló Ia suerte. quisiera que se vaya sin su bolsita. sería injusto y desleal si no le diera una revancha" ¿Acepta?

pero, ¿qué apuesto? ya no me que_ da -Gustoso; un cobre, y no tengo a mano una prenda pára dejarle de garantía. El Zorro se hizo el ofendido.

mentira!

Usted me

-¡Parece ofende. Su palabra basta-exclamó_. y sobra. intencién no fue ofenderro le interrumpió -Mi humildemente el ñandú_. Disculpe. preocupe el Zoruo en un tono -No se Estoy seguro -dijo de .econciliador-. que no va a perder. usted ha jugado co, ra suerte en contra. ttág**. caso; vamos a cambiar de asiento. usted ocupará mi lugar; yo, el suyo. pero antes de iniciar el des_ quite se va a dar un paseo por el arroyo. En el jyego hay que hacer así. Llevar la mala estrella y tirarla lejos y si es al agua, mejor; se ahoga . úéá_ me; anoche ocurrió lo mismo. perdÍ la primera particla; salí; cambié de asiento y cambió la suerl,e. Y la Comadreja clejó hasta el último peso. razón. Voy a seguir su consejó _ con_ -Tienc tcsl,o

el

ñandúr.

Y caminó hacia el arroyo.

-76-

Don Jrran cl Zol'ro habí¿r lllant.lrrlo lrr l,r'rrrrr¡ln, Sc luo dereho &, un curupí, se unt,ti lns nltlt¡lt¡ con pcga-Iroga y lo dcspalrtrmri cn t:l irslr,nl,o r¡uR ib¿ a ocupar cl ñandú. Cuando ósl,c 1r.1,;r'r,sdl rlrrl al'r'oyo, le ofreció la picdra cmbatlul'n¡rrl¡1. y (luo kr --Póngase cómodo, ami¡¡o -tlijo-, acompañe la suerte. espero alguna vaz ¡r:r,girrlt' (:()n ln -Gracias; misrna moneda respondió el ñand ri. - que agradcccr'. I,lsl,o.y Hr,l-lut,t, ,No tiene nada de que hoy es su día. Recuperará lo pcrrlitkl

.y r¡rrl,rfte

se lleve parte de mi ganancia y algunos ¡l,Hon rln mi tío, don Idelfonso el Tigrc, quc .lll v()o u,(:(,1.(.ttr.t{t1,

preguntó alarmacl«_r t:l Nrrrrrlri. -¿Quién'? Tigre. -El Tigre, ha dicho? -r;EI mírelo. ¿No lo ve? Y mo ])lu.oc(! r¡rro l,t,ttn -Sí, cara de no haber comido mentía tl«ln .lr¡lur nl

-

Zoruo.

voy, entonces.

-Me El ñandú en vano intentó levant¡rr.sc.

pegado en la piedra.

Irixl,lrlln

Juancito! . -implor¿rba- ¡A.yrirln mc,-¡Ayúdeme, por favor! El Zorro insistía con la llegada dcl 'I'lgrc. viene. Mi tío lo ayudará. -Ahí de un esfuerzo desespera,d«t cl ñ¡urrlrl Dcspués logró ponelse de pie. Con eI julepc por lrr llr,¡r;rrrlu dcl Tigre no se di,o cuenta que Ia eollr y hls ¡rlr¡lrurn de las patas habían quedado pcgaclas (,rr ('t ruilr,ltl,r¡. jugaremos cl.desquitc di.io.

-Ya Y s¿rlio clisperrando. El Z'orro lc gritír:

-

---¡Crlrr':r, cotnpañcro, qllo Io t:on't: r'l 'l'l¡1r'r,l F,FT

ta


JevrEB Vr¿LAreñn El ñandú desplegó las alas como velas aprov+ chando el viento y desapareció. Desde aquel dia quedó rabón para siempre y con las patas peladas. Y don Juan el Zotto, gr&cias a. sus malas artes, tuvo un colchón de plumas. Con las monedas ganadas en el juego se compró un poncho de colores y se rió de la lluvia y eI frío del invierno. 1l I l1

._78_


VilI Donde don J'uttn el Zomo, en el

del carancho, cuenta un

uclc».l.t.t

cu,e?ú;o r,lc ltn.tt

que escuchó en su infan,cia.


L_caranch'o murió repentinamente en ra puerta cle su nido mientras r e peinaba ras plumas der p.cho. La rguana lo vio caer de cabeza, estirar las ¡rat,as y encoger las alas. corrió a prestarle socoy, cuando llegó a su lado, el carancho había 'r'o t'nl,regado el rosquete.

F L

que en paz descanse. -dijo-, Vinieron panientes y amigos a velar aI difunto. Irol'inaron rueda en torno de é1. A Ia media no.h,: quedaron los más íntimos acompañándo]o: el Gavilán, cion Juan el Zorro, don Idelfonso el Tigre y la fguana. Uno por uno mencionaron las virtudes del fi-

-Pobrecito

nado.

el Zorro-. No ha-

generoso!

-¡Tanse desprendió -exclamó ce mucho de un par de palomas para

un Pumita.rengo. Ia fguana-. Era un --¡Tan servicial! -agregóa ninguno de los prebuen vecino, sin desmerecer dár'selas a

sentes. somos nada el Gavilán-. Míren-filosofóesta mañana despertó mi querido compadre: lo a-No r:antando y ahora está frío con las patas tiesas.

-Pasó a mejor vida

el Tigre y, dirigién-

Cuéntenos algo, sobrino, añadió-:-dijo

rlosc trl Zon'o, tluc la nochc cs larga.

-83-


JevrER Vr¿LAr'eñu

Do¡¡ J unl¡ IrlL Zonlt«l

usted lo pide, tío, con mucho gusto _con-Sier rsvvs-. testó voy a contarres un cuento que escuché cuando era cachorro. Lo contaba un hombre, un cazadot, a un grupo de amigos. yo estaba cerca de ellos, atado a un árbol. óomo Io oi, lo cuento; sin quitar una pizca y sin poner nada de

rlo li¡rrlir::r,l! ¡lMutlutn lclS (lOnSCI'V¿Icttlt'cs, t:ttnUllgá y l:ttlt'rtllt's! " ¡I't'tlrit,o! ¡Pt:tlril,tl! -* cl¿ttnab¿t l¡t stlll,ttl'tlltn,

mi

cosecha.

" LIna yez

a narrar el Zorro_, a una -camenzó señorita entrada en años v dueña de un pequeño almacén, re regararon un lóro criado en ra casa de un conocido político, quien, de la noche a la ma_ ñ-ana, tuvo que abandónar el país y refugiarse en el extranjero. . " Los primeros días vivió el roro en un absotuto silencio, con los ojos húmedos y negándose a pro_

bar

bocado.

" de Dios! al -decía aIasusolterona verlo -¡Armita tan triste-. ¡cómo extraña amo! Estos anirnalitos tienen más sentimiento que lás rrombres. " En van,o le ofrecía trocitos Oe pan mojados en Ieche; et toro cerraba el pico y se áiqr;, de su

mano. " A la semana despertó dando los días v sacando pecho. I_,a solterona, gozosa,buenos llevó Ia lo_ rera

recién a su Pedrit loro-, y le

ia puerta del almacén y hL nombre respondía el

ndante a.ua5¡rn'á. " Ya se olvidó de su amo _dijo suspirando_.

Inp,r'ato como todos los hombres. " Se hartó el Lor:o y cle golpe

a rcpctir cr discu'so que tranía comenzó a hablar, dc su antiguo crucÍio, .r p"iitico aprendid,o ar lado «lestcrracro. "--¡Murr'an Ios c.nsel'vaciorcs! par.ti_ ¡vivzr cr

_84_

'' L();i v¡t:ittttt;, 1,tl'¿ítltls por las v()ccli, iltl l't't¡lllfl' ('n llr pttcrt¿r del ulmacÓn. " Y ol L(¡t'o scguía Pt'cgonando: " ¡Mttcra,n los consclrvadorcs! ¡Viviu tl l'tt,t't,l rlo tt,lrrlit::tl! ¡Abajo los conscrv¿ldoLcs, t:tt,tlttlltttr y r'()n

l:rrlt'oncs!

" I-os chicos rcían a carcaiadas. Untt vlttrltt tltle vcnrlía cigzrrrillOs en Un zagtán de cnl't'tttft,t', t't'tlnñ lir c¿rllc y le diio a Ia almacenera. así sc ll¿tlrtttlltt lu H{ll= Clarita! " -que -¡Doña Estcr l¡ol'o ¡rultl,ltrtt Dios! de 1,1'¡'1¡1¡J¡,-. ¡Por el amor t:[ btll'l'[1. lllt¡ para y todo para usted cs un pcligro Lcls t:otlstlt'vtttltll'er cogote. r:iór'l'clo y rctuérzale el y coll ltt lttttrgt' y militarcs, son t,s1,1rt cn eI gobierno lrir<:itin que tienen algunos coroncltls ¡lttctlt'tt ¡trrll' s:u' qllc nos burlamos de ellos o tram¿tnlos tllllt l'tr volut:irin. ¡Es un peligro, doña Claritu, ttrt ¡lt'll¡4t'ttl " Y cl Loro no dejaba dc grit,ar: " -----¡Mucran los conservadot'cs! ¡Vivt rr! l'¡tt'l,l tlo Ii¿clical! ¡Aloajo los conservaclorcs, ctrttttlltln y lirclroncs!

" La viuda se hizo cruces y sc alciÓ cllt:krntltl: nos ampare! ¡Vivar a los rntllt:rtlox y " -¡Diosde sitio! «:on csl;ado " f)oña Clarita no titubeÓ; cargó co¡l cl llll'o y lo llcvó a la cocina. Ccrró Ia pucrl,& c(ttl llrlvo y rcgresó al ncgocio. " Dcsclc l¿r calle continttábanse oyendo lttn gt'll,oi dcl Loro: los conscrvadclt'cs! ¡Vlva trl I'ltt'tl' "

-¡Mtlcran

-85--


Do ¡v

JevrER Vr¡,LAr.eñu do Radical! ¡Abajo los conservadores, canallas y ladrones!

" En la acera, frente al almacén, crecía el número de curiosos. Comenzaron los comentarios: " un opositor. Está fomentando el desorden.-f,s

"-¡Queremos la, cabeza del Loro! ¡Abajo

los

radicales!

que colgarlo! Es un revolucionario. -¡Ha5rrojo. Recibe oro de1 extranjero. -fJn ,,_¡Muer&! " los conservadores! ¡Viva el Parti-¡Mueran do Radical! ¡Abajo los conservadores, canallas y gritaloa el Loro desde su encierro. ladrones! " Aumentaba el número de oficialistas en la calle. Los simpatizantes del Gobierno, con camisa nueva y los puños en alto, pedían la cabeza de Pedrito, y el más exaltado quería prenderle fuego

" "

al

negocio.

" Doña Clarita logró apaciguar los ánimos prometiendo degollar al Loro. " Cerró la puerta del negocio, coruió a La cocina y envolvió a su Pedrito en una gruesa frazada. " El Gobernador, eI Intendente y el Jefe de Policia se enteraron de la existencia de un Loro, de nombre Pedrito, que ha,cia propaganda para el recién derrocado por Partido Radical -Partidoy después de una larga ellos, los conservadores-, reunión resolvieron investigar el caso. el Jefe de le voy a dar a ese Ioro " -dijo -fs que reviente. Policía-. Le haré comer perejil hasta ordenó que detenerlo e interrogarlo " -H¿y eI Gobernador.

-86-

Jue¡¡ EL Z o nno

eI Intendente-' perder tiempo " -terció -Sin revolución' una hace se Con menos " El Jefe de Policía llamó a un oficial y le dijo: con un grupo de soldados aI almacén " -Yáyase dedoñaClaritaymetraeaeseloroamidespacho. Me Io trae vivo o muerto. " Doña Clarita, antes que tleg ara la policía' metió a Pedrito en una canaita, escapó por los fondos y se fue a un convento de Franciscanos' aI Padre Guardián-' Por " -diio -p¿fl¡ecito I tenga a mi Loro' Aquí' rüeg te Dios, de amor el de cn esta Santa Casa y at lado de ustedes, además aprender buenas cóstumbres tiene asegurado eI pLu.¡o. Los vecinos me Io quieren matar' padrecito.

"

Y eI Padre Guardián

se hizo cargo del Loro'

,,Irn oficial y diez soldados con ametralladoras

y gases invadieron eI almacén' "-jEl Loro! -reclamé eI Oficial

mostrando

laordendeallanamiento-.¿DóndeestáeseLoro Ieguleyo? " . exclamó asombrada doña

"

¿Leguleyo?

Clarita.

-

Oficial, que no sabía el significado de la palabra leguleyo, baió la voz y aclaró:

"EI

cbnspirador y revolucionario, señora. lo corrigió indigquerrá decir " -§sflerita, nada doña Clarita. preguntó " iáOnde está eI Loro? -§sflstit*, cl Oficial. " -.fis crecieron las alas y se fue volando respondió la Pobre rnujer' ,,El oficiár y tos di-ez soldados revisaron hasta cl último ,.coreco de la casa. El representante de ,,

_pssl;

-87-


\

fnvrEn Vr¡,LArileñ¡

f)ow JunN

rqr,

Zonno

r:irln dc Jlt'ovr)car a Fcdril,o, gril,a«ln iL un nlistttt» üir:mpo:

" _-¡Mucran los conservaclorcs! " Y el Loro, con los oios cn alto, t:r¡ni,cst,(l clul. r:cmente:

Dios los oiga, hijos mios." " -Que I)on Juan el Zoruo puso lin al r.r:lirl,o y

guar.cló

silencio. " un milagro _dijo al padre Guardián_; -Bs Io qué puede la religión. " Dió las gracias y se marchó con pedrito. " Esa misma tarde er Jefe de poricía se enteró de que el Loro enemigo del Goroierno habÍa regresado al almacén de doña Clarita. " los conspiradores _ dijo golpeando -[¿slven la mesa con los puños. " Y ordenó aI Jefe d.e Investigaciones que interrogara al Loro. " Dos pesquisas se instalaron frente ar almacén.

Don Idelfonso el Tigre comentó sonriendo: el Loro! -¡Pícaro Y agregó el Gavilán: ---Cuando en un velorio no se escucha un cu()nto, parece que faltara el muerto.

" Ambos cntrar.on en el almacén y, con la intcn_

--

BB

--

_--. 1]9

-



IX Que tru,ta del pĂşmer encuentro de dott J'uan el Zorro con la Muerte; de la calrera de l,a ClruĂąa y el Sapo, y de uncls coplas que don J'u,o,n eL Zorro canta con guitama.


En el camino 1o atajó la Muerte' dijo' a -Veníaocu uya; elegirme a mi' ha-Qué respondió eI e inritil tanto bienclo Zoruo.

que te ha llegado

-Es iustamenle hoY qu tinda de mi vida. Esta" mírs-Y y" el SaPo. Chuña y eI Sapo? --¿ia da la Muerte. -Sí,

a a

preguntó asomlora-

señora, como acaba de oírlo'

robada la Chuña. ne -Noperdésnada,entonces'EsacarreralatieParece? -¿Le El Zorro se dio cuenta de que podía hacer picar

la Muerte Y agregó: sabe! Olvidé decirle que eI Sapo co-¡Quién rrc con ventaja. lmpoitai antes que eI Sapo de un saltito' -No la Chuña lo alcarrza. Y Io Pasa'

¿r

-95-


JevrER Vr¿r.AF,eña

Dorv JueN Er-' Zonno

lo mejor esta tarde Ie crecen alas al Sapo. Es -A mi favolitg, Usted, en cambio, cree que gana ta Chuña. podernos nácár una

rcdedor del cerro, entonces comenzatia a saltar cl último, oculto cerca de la meta'

apuesta. qué jugamos? -¿yMuerte habÍa La mordido er anzuero. Don Juan el Zaruo se apresuró a respond.er: triunfa Ia chuñ a, ar termina t ra canera me -si voy eon usted. y. si gana el Sapo viene a bus_ earme de aquÍ dos años. años es demasÍado. -No, dos año y medio. -Bueno, mucho tiempo, Juancito. -Es -Entonces, redondiemos el año.

cinco meses. de yapa, señora. ¿eué te ,..u-riffi

-No,

Hr*.*

pa_

_cerró

trato la Muerte_. pero -Aceptado pongo una condición: nadie debe .orro..r-la, apues_ ta. ¿Cuándo se larga la carreral -Esta misma tarde. una pal abra más _ dijo la Muerte. -Nidesapareció. Y El Zorro se quecló so1o. Estaba seguro de que la carrera Ia ganab a la Chuña.fl ju{ar la apuesta No renía q,ie pe,oe,. B:t?i

ri.ili; ffi::;,"ampa t'i.l:Jil";

que ro uy,o*,11

cilla:

i.Tfl:;::.*l ::l:

esc,onde

yccro y ar orr;li ?,I*#trJ:.,3.Tjril:_ff1.;T, tar"garse ra carrera, er uurouáá-üJái-r" iá cl¿u'Ía un saltito y desaparecería de la pista; "n,raru el otro sapo continuar'ía sartando hasta o"á i" prsara Ia chuña y, cuanrlo ésta oiera ra primera vuert a ar-

--96__

DonJuane|ZoruohallóadosSaposcazando

moscas a orillas de un pantano. se acercíl a hablarles y con pocas palabras consiguió convcncerIos. Inmediatámente fue a ver al Sapo que corrfa con la Chuña y, desp'ués de saludarlo, Ie dijo: compañerb, vengo a prestarle un seryl-[s¿, lo ,* a agradecer. La Chuña se está que me cio y de todos los sapos. Me gustarltt, usted riendo de darle una lección por engreída. No es justo que e§fi copetuda, que aún no aprendió a volar, se mofo de ustedes y los llame "panzas frías" y "petizou verdolagas" ¿Y todo por qué? Porque ella va a g&nar Ia, carrera. Y si llegara a ganarla -¡pobrecltos los sapos!- quedarían en el ridículo partt siempre.

el Sapo-. puedo hacer? -pregunt'o que no corra? Usted debe correr, y ganarle'

-¿Qué ¿Le parece meior -Jamás.

-¿Yo? usted.

-Sí, ¿cómo le voY a ganar a la Chuña? -Y, amigo, aquí está el servicio que voy e -Mire, prestarle sin ningún interés. Y don Juan el Zoryo explicó su plan' El Sapo, para darle una lección a la chuña, aprobó la trtt. moyá.

A la hora anunciada, se largó la carrera' f.¡[l Chuña salió como una flecha y el Sapo, con ltl

ventaja convenida, comenz| a dar saltitos; avantr,h un trócho, y se ocultó en una mata. Mírs aclelanl,tr salió a la pista el scgundo sapo. L¿r Chuña lo cltcontró en un rccodo; se sorplendiÓ ¿rl vcr quc stl

-$7 -


JevrEn Vr¿LAE,eñu

f)ol¡ Junn r:L Zr¡lrno

cho más de lo que ella la marcha. Cuando lo

Lo t1'tut: stttl,ttn,tlo :;a ge?Lu, i.t:t:t t t I tt: t: s I ti I »i.t:.¡ t. t1 tt.t t.tttl,tt, lt lto tliqo q'tlc (ts rttc.jurl.o tlttt: n.os dtttt (l,c rtx¡ttl,tt.

Sapo desapareció deba_

t l,

un charqufto y, sauo rras antes que la Chuña. EI ^Tigre, eue haeía de juez, dio el fallo: el Sapo _dijo_, y en buena ley. -Ganó La Mue a, Y POr nO regresar sola se Y a una Tortuga. Don Ju loco de contento. Le

:l,[:ti,:fft" rT'ilj;

dio

un

puso a cantar

copras, ''uió

una guitarra

Cuar¿do cl, Sa,po ibu «rrlcntlo 'y Lo Cltttíta lo ulcanzalxt, ?L?t.&

s,

tt I tt:;.

Ctiuto ha crccido ttsl.¡t Ztffru,,

y se

llu

t¡tt,icn, l.rt

uist,,t

y tltt,itirt, I,u 'ut,;

u a cr dc tt ptttt.t,o de conu:r.

a !/ (!?"tn, a? ¿ ze.rli.

't¡ lt.ot¡

AL ¡:ot-zttl

L

lc ct¿uicl,io t:1, t:\'t'tt ltt,

rt, l.e ct¡!.t¡rru l.o risu lrt rtt'¡titfu::.: u, ltt. l.it:l¡t't

Me gusta qued,arme aqui A no seguir para alld; aquello serd, con música, yo pre:fiero lo d.e acd,.

ttl

lf

t: ¡tucrl,cn, qttil.ar

t,'o,l,o l,ct,s si.cl.t: uitlu.s. 2t?t. ltttcst>

ult'¡?.qtt,c t:st.ti lt'il:n. t:n l.c'rru tlt¡,

pero n.aclic lttt de qttil.urlc lo battido y kt ba,ilado.

Qué lindo es mirar el cielo, lindo es mirar u,n río, qué lindo, es pisar la tierra, pero qué lind,o, qué tind.o. qu:é

_98_

sap'i\a lc dijo:

,¡.tttl.rt - I I cLt:t: tl,c 'l.tt,s

pudo llea,arme, la muerte, pero estog aiuo g c:oleand,o - con los colmiWos fitosos U con cuerda pttra rqto.

eué lindo, g sigo aiaiendo, qué lind,o, g tengo guitwra, qué kndo, ded,o,s que tocan, qué lindo, la aoz que cantn.

t

¡Vita m,il añ.os cl. Tit¡t't', u'i.t¡u

rni com,pad,rc cl. Stt¡ttt;

t¡i.ua cl. (l'tt,c c?t,q(t'ii.rt. u. lu. Mtrcrl.c y lc lrucc 'tln, lt.i,jo macho!

l,r'r

-¡Y viva mi

sobt'ino, rlou .Ituur t'l

Zr¡l'l'o - gri-

r.l Tigre.

A¡1r'rrrlt'z(:o

I:r

lttcnr:itin ltltbltl t'l Slt¡to'--.

v¡rnr()s; y:r. ()fi tlcnt¿rsitrtlo tardc. 9l)

Notl


..ri

JevrER Vr¡.LAFeñr la fiesta que recién empieza -Sigamos -dijo La noche es joven y no se fatiga el Zoruo-. con

I

\ I

ni con rnúsica. raz6tt, sobrino eI Tigre-; -Tiene -intervino pero está amaneciendo. cantos

es otro día de regalo respondió el Zorro. -Y antes de devolver la guitarra, Y, cantó la últi-

lit,

ma copla: Entre la uida g la muerte hay un puente, nadd más; cuando se p'asa ese puente m an - t an - ti - r u -li - r u -1d,.

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Que trata d,el segundo encuentro d.e don Iuan eL Zorro c'on l,a Muefie; de una reuni贸n en La c'asd d.e' don ldelfomso eL Tigre, A de c贸tno d'on Juan eL Zorro', 眉sfrae;ada Ae Quirquincho, a'uelue & burlar a la Muerte.


tI t,lj'l'() a los seis meses, mientras don Juan eI J T,ot'l(\ iba por un cañaveral, lo detuvo la Muerte y lc tli.io:

_Vamos, Juancito. el Zorro-. Fero si usted --Asi es nr(' ¡rc.r'mite, -contestó señora, antes de partir quisiera des¡x.t li rrne cle mis amigos Qüe , en estos momentos, rl.;l,rin rle fiesta en la casa de mi tÍo don Idelfonso cl 'l'igre. Está bien; andá. Yo iré a buscarte. tit Zorro se fue suspirando. No se resignaba a r¡rr¡rir'. Oyó cantat a un Zotzal, vio a una Hormil,,l (:on un palito aI homloro, a un Chajá a;catlitamrlo ¿l su hern'lora, a un Pirincho viejo con un ala r ¡r rr:htada, y pensó : -Vivir es lind,o, aunque sea comido por la riir,r'na, lleno de pulgas, con una sola pata que ande, r-;ir¡ oios, sin un hueso sano, sin un pelo; pero viv ir'. ¡Si pudiera engañar otta vez a La Muerte y r;t.¡1uir dándole al cuerpo! Al principio había pensado correr, huir monte ¡rtlcntro. Comprendió que era inútil. A Ia lVluerte no sc le escapa corriendo. ¿Otra apuesta? ¿Qué ¡rorlí:r jugar para ganarle seis meses más de vida? C¿rminaba con la cabeza baia pensando. En un lx)zo halló los restos del pobre Qurrquincho. Se rlcLuvo. Los ojos dc don Juan el Zotro brillaron de ¡¡¡1rp,;r'íu. Una vcz más podía burlar a la Muerte. 105

-


J e v r E R V r r, L A F. e ñn

I)ot¡ Jrrnw EL Zonno

Lc arrancó la caparazón a su querido primo y 'se cubrió con erla- Encogió el romo y enroscó la coJa cn una pata. AsÍ, disf razad.o de euirquincho, cstaba seguro de que ra vluerte no tteglúa a reco-

nocerlo.

Arrastrándose entró en la casa de su tío y pidió permiso para descansar.

-Pase, Tigre.

y

échese donde más

le guste

-

dijo el

r'l t:amino, l¿t Mucrte, dciti la carga tln cl fitl(t a, bust:¿t,t'ttrt¿l Igttana qut: tltlt'ntfu, tttl' lul¿L l¡r't, ¡litrdl'tt. Oportunidad quc er¡lt'ovcclt(r tltl¡t ('l para salir del malolicntc t:st:ontllto Zt¡rro .lu¡¡r árbol. :.r un .y r-iul¡irsc rt:grcsar a la Muerte con la Iguantr t:n tlll Vi«l rcstos del Quirquin«:h«l y lttt'1¡ul' los r'c(:ogcr lrr':rzo, (:0llto r.i(, si Ia corrieran. l,hr

lo.y lj('l'uc

Don Juan el Zotto se ocultó en un rincón, al Iado de un tronco seco. No había terminado de acomodarse cuando apareció la Muerte. quién busca, señora? _ preguntó eI due-¿A ño de casa. don Juan el Zorro. -A ha legado todavia _ informó el Tigre. -No extraña- Don Juan el zorro debería estar -Me aquí dijo la Muerte. quiere, puede esperarlo _habló el Tigre* -Si y de paso descansa un rato.

Haciendo crujir ros huesos se retiró ra Muerte con su elegido a cuestas. Don rdelfonso er rigre vio que debajo de ra caparazón del euirquincho cotgaba ta coü de su so. brino.

bárbaro!

-¡Qué atreve a jugar!

-exclamó_. ¡Con quién 106

se

107

,¿



XI Que trata del jueEo d,et Gailo Ciego.


\ / IEJO y sin dientes va don Juan el Zorco por Ia V orilla de un río" Tiene hambre. Lleva más de tres días sin probar bocado. De trecho en trecho sc detiene para descansar. Mira eI cielo apenas i'tuminado por las últimas luces de la tarde, las

e de moel Zotro tiemPos,

Io visitaba con frecuencia y solía regalarse una gallina o un Par de Pollos tiernos. Ladea el río y sube una quebrada. Salta la pirca. camina cauteloso por un sendero estrecho -esquivando el roce de los piquillines y los cardos. Se esconde detrás de unos juncos. Espía. A un paso está eI Gallo rodeado de gallinas y de pollos. Escoge la presa: un pollito que duerme apartado del grupo. Va, a dar un salto y lo descubre el Gallo. ¡Anda eI Zorro! -grita-¡Cuidado! gallinas y los pollos; buscan la Despiertan las protecclón del Gallo, quien, en guardia, está decidido a defender la familia. El Zorto, asomando la cabeza entre los juncos, dice: esperaba encontrarlos durmiendo' Ade-No más no hay por qué asustarse, ni armar tanto alboroto, amigos.

-113-


Dor.l

JevrER VrrLAFañg No sé desde cuándo

contestó el

-¿Amigos? Gallo. por qué no? ¿Acaso no podemos ser ami-¿Y preguntó el Zorco. gos? Es- terminante la respuesta del Gallo: no podemos ser amigos. y es mejor que -No, te vayas. bien el Zorro-. IVtre iré. Fero -Está -habló quisiera clecirles antes que si he ltegado hasta aqui fue para distraerme un rato. ¡Quién puede dorrnir en una noche de ]una! Pensé hallarlos despiertos y enseñarles un juego nxuy lindo para, que jugáramos todos juntos. te creo dijo el Gallo. -No .-. Me voy, entonces. -Paciencia. El Zorro no tenía ganas de irse. Es'Laba seguro de que terrninaría por convencer al Gallo. qué temen

us'üedes?

¿No

-¿Y -preguntó-. ven? Soy viej'o y he perdido los dientes. Sólc rne llimento con miel; nada rnás. Y algunas fru'l,as tle vez en cuando. Y añadió: venido a jugar y rne extraña qtte me rcciban--Etre de esta manera. que ha venido a jugar. cierto? --Diceun pollo a una gallina. ¿Serír preguntó que es cierto intervino eI Zorro--. -Claro Vine a distraerme con ustedes, a, enscírallcr; un jucgo muy divertido. Y contó que todas las nochcs juega con ¡loilos, gallos y gal linas, quc al principio alg'unos rk:sconfían; pcro dcsllu(rs, r:uando lo conoccn, lc ¡liclen quc no sc vav¿r. - Aycr' -siguiti minl,icntlo cl ll4 -

Zt¡rlo---.

csLu-

.f

ul¡¡

IüL Zonno

ilr¡ori .irrg;antltl ()I) un gttllittt:t'tl. ¡Ctt:'r,rtl,tl lloll ltt' nt()ri t'r'irlrl! A lir lrttldltt¡3'ittla tnt: tlt's¡lctli¡t .y lro lllt! rlr,.¡trllirrr ir. ,'.---N0, amig<l Zot't'o --111'f i¡¡¡¡ ---, rtgt,tttl (]oll l'l(lsiol,l'(»1", I t( ) ;i(, no,s Ví1,. Ptlt' l'ítVOt', qUótlt:Stl 'l':rlllo illr;isl,ittt'o11 (lLtC lcS protnr't,í Vtllvt't'. (itll't ttll¡1, r.r¡rlrlir'ir'rtl lnc ClC.!¿rt'On ir- Y tnl¡ñ¡ltttlt cl;l,l¡l',.' ,,¡''¡¡' yt"l lr In r,llt¡s .itrillrnClO. LO ln!sltl'trl lt'S Vll ll or:tll'l'll' lt r¡tl,,rlr,:; r't¡lrtflrl mC COll'OZ(l11lf llitrtl. Ylt ltlll t'lil,tty sc vtlVíj., tlrlrr .Ilt:tll, t¡ttr"tlr'ltt' (,:,( ii¡lr;rltttrr-¡: "-§g ('()il tlrtÍi0tttos". i "rrlr¡ !,ll (.1:rllc¡, Ias; r¡llllinlll; v lt¡l; ¡llllor; lrl t'l;r'ttt'ltlrll¡rll ;¡1, rrilil,tr ttl,C. Y¿r I]61 t'trtll;llt¡li-l['ilLtr¡iln; :rl t'ol¡l't'ltl'Jtl. ; lr; Iri;:ll ¡r(ti'l'(ii;itirl Al lXtli'L"tl (l[.]() tl('tlnrilr lr;rlllittttltl 1l i,: Iilnrii I'{]l,rrli ttl{lii";tlll 'y tlrrl .illl{'llo l';'rt'il .y tllVrt' l,¡l.r rrili, .itt1r'r,j.;'¡, l,r¡rllrl Inl; tLSi:llf 'rj ('ll tlilll,ilrl,¡rl ¡ltt v

l'r; i, \ t)i'i.

¡lt'r'¡';ttttl'r'l , ,n :,',*li. lt il' ',¡'lo (l : ( "r;(' .!l:l'r1o'i i,i0. llr¡ sltllr:lnr.¡s --- 1'c'¡;pr)ncli(l t'l (ilrlltl' 'lttt)'tt' i\.iii¡',,r ¡'r't-\üilIc¡ --rltlqi:t'.lt-l:lri ;L (:]':¡rlit'lrl r'l (llr tlll r:llltiilttlil:t l:L r,,¡li r,li, ¡t¡i' lt;i[.l,,lli() Í-fílllli(li) flfl lllll, l'tlt'tllt; (ltlg [tl¡.t.tll'1[ll;1, [-r.iirlt,l'g lllL,.¡ ll,r tt¡l (1('l'l'll'(ltlll' llilt rljtll; ,'ril()r' r, ( tl r.:l tlCIl.l.,l'tl, o(ll-t los r-:rt.. I,::;lc ntlctlt,t'all !olS r:tltttplltltlltll; tlltll vtttll'¡rlt tt r,r :rlilllt.tlol', CICIlrl clllrsltl tlrllÍ-ilt .y ¡lilllrt' lr lrl¡ltttto; r,r¡1,rrtil.(,r.i, rliD ltb|it'lrrs rt.itl:i, l,it'l)t'(ltl('rlr.r'i¡'r¡ttlt"ll r,;: l-ii t:r, ('(llrivrlr,:1, ¡lit,t'tlt' y l;i11ttt' t'll t'l l¡¡illlltt¡ ltl ittltlcrli¡tl';tl¡tt'ttl't'll !,:rl.: ( tt ('i¡lt'ltirl, l:i ltt'it'l'l,ll, I):lri[t lr)t'ilti¡t'll:lt'l,lr rlt'lll, t'l.tt'tllt.y (x'lll)lt rill l)t¡('ill'rl Il t¡tttt :rr':rlllt tlr' (11[(:t' lll'illiont:t'cl.

¡l,itttlrl.ittt'¡1«l!cxr:Jllllllll'orlll'lllllt¡l;tl¡ttl Iilutl)o v;rt'irlrl ¡lollrlll y ¡lallinlrs' rli,io t:l Ztlt't'tt ; t'st':t v("/' V(l ll¡tr l,lnillt'l'('lllos r¡ttrtltl t'll ('l t:t'tll,r«t.

- lll-r --


l)tlN 'ltlAN JnvrER

VTT,LAF ANE

Miró al suelo; recogió unas chalas

secas y

trgrcgó:

-

estas chalas voy a. hacer un trenzad'o nos servirá para taparnos los oiosquc-Co.t y, mientras hacía el trenzado, hablaba: mejor vendarse los ojos, así nadie puede -Es tramPa. haccr gritó el Gallo que se había entu-Apurate juego. eI con siasmado respondió el Zoruo mientras tanta prisa -No uno med.io descubierto dejando los ojos sc vendaba faltahiciera Ie cuando poder ver para

Y ordenó: formando la rueda y déjenme solo en -Vayan cl ccntro.

Baio la hru de la luna, eI Gallo, las gallinas y los pollos formaron una rueda y comenzatotl a dar ,r"ltrs. EI Zoruo se hacía el ci.ego; tropezaba intencionalmente; caía y se levantaba tirando graciosos manotones al aire. Los de la rueda seguían dando vueltas y riendo' se divertían con los tropiezos y caídas de don Juan eI Zorro; éste, de pronto, se largó sobre una gallina negra y, abtazándola, dijo:

lir' Ztlltltrl

l,illt.r,,llr11lr,llirutrtt,11t'ltt:tll.t.it,lttlllrt[tltlt::;tlll(.(llll' t'l Ztlrt'tl' (l()tI cl l't'ctlztlrltl tl(' t'lllt

l)iilr('t'01j, lrlirirri'r'itli

l:t;lt.ttIlI.i('rltltllt.ill)()llr)Sttttstll.tltl.irl,vtllvit.¡¡tl,lt.tlt. (l¿tcI" nr:¡nolrlntls rll ait'r:, ¿l l'lurlb¿tlt:irr v :l l,lrs ¡',u.llil-l¿is y ltls lltllltls.sc ac(li'(:t[¡lttr ¡t lll'(lvll l'lt'lrt'ln at't't:ví¿ttr t'rrt'[0 l,otl trlás "tl¿at'"'s h¿rl;til sc

:1, (lol'0:

soY? ¿,Quión soY? ¿Quién

;tollt'tt I)itl mcclia vuetta ct Zot'io y se cctró (lirlltl ,¡.r. .o,'ia después de picoteirrlt-' llr t'ol¡t'

nl

.y l«rs Pollos.

ltlrt nl Es-.. Es''' -rcsponclió cl Z'r.trr<t

agarré!

-¡Te soy? preguntó la gallina prisionera' -¿Quién El Zorro sabÍa- quién era, pero demoraba en rcsponder.

es? ¿Quién

-¿Quión y los pollos. gallinas

--Es... Es..

es? lo

titubcaba eI Zorro-. Es una

baüal'¿tz¿r.

-¡No! l¿u rucd¿r.

apuraban las

¡No! ¡I'crtliÓ cl Zorrcl! 116.--

-

dijct'c¡tr los de

llcrdcdor. Zol'r'o ll tlltl Illl Gall«¡ sc tlciti vtlnd¿rt' los ojos' Iill l't"'¡'l'1r lltll' ttll con varilts vueltas y aiustÓ la,s t:htllls tlt: nttdos.

I l7


J¿vrER VrrLAreñm .,

apretés tanto que me duele

_

se quejó

"o[l juego, es juego _ _ EI

contestó el Zorro. . El Gallo, con ros ó¡os vendados, comen zó a caminar tambareá.ndose. Las garinas pasaban a su lado y preguntaban: .soy? ¿euién soy? -¿euién tanto el zorro se acercó a un pollo y ,.

ffi"tras

Io vamos a embromar; nos enconde_ -Nosotros remos lejos, a,sÍ no nos encuentra. El polro en ra Ambos se apartaron "ayi,ega r atrampa. del grupo. At ta pir.u, ¿;;;rfe oio un manotón y huyó con éI. "t En el *orr_1: de molles y cocos, el Gallo seguÍa con los ojos vendados. fás gallinas y los pollos daban vueltas a su alrededor gritando: soy? ¿euién soy? -¿euién Don Juan el Zorro, sin .9lt-u, la presa, iba por Ia orilla del río. Regrósaba feriz como en sus buenos tiempos. Y desde ."_Try.¡_ anda por que se llama el Ga-llo Cieg-o, el mundo ese juego y nadie sabe que lo inventó don Juan el Zorrol easi sin querer.

-4 -1rB_

t


xu d'on Juan eL Que trata d,e la muerte d'e zoiro; d,e una larEa conaersl'ci贸n con Sain' ped,r贸, U de' c贸mo logra colarse en el Pa ra铆so.


'ffi #"..,;.1;# tt ;!ü'iffi "'; D ".xJr# ;: ffi*o*ento alma a.otro entregaba eI SabÍa que de "' rrt Diablo. r#;;;;;

a'

rrente a Mandinga' caraenorcuernos afilados' entre hirclrra, mirándole los aceite áuiO"tut de mcs fogatas y humeantes

tener tttlll;ustima grande q:ltub a er zotro-i eI Pa. to rmáo que debe'ser san r¡uc ir al infilrio to" verre las barbas a r¿rísol ¡como"^*J

álutu'ía

Pcdro! AP rrrirad unos

dra y con una triste el cióIo, Ias sierras Y Una niebla espesa, y cayó sobre sus ojos

como un telón de somb'ras' io t.rr. aleiando del Paisaje' Ie üio: ru-Muerte' Y AIlÍ Io Vamos' "táéiá encuentro' fin ie -Pordónde? preguntó don Juan el Zorro' -¿A rotal' me [eva ar cielo' melor? que creo Además ^es to mismo' señora' para usted \ez ' ' ' me to he ganado' Una reír carcaiadas' a lu uut'iJ 'á targo rreáno aalgo bueno -diio-; vez habras -Una otrat las pero iuz".::tj i*' sin importancia.' -No me ositas infieral lleva Si; mÍ me con t"iu severiaad' gue-Fueron

-tliffiiir"Io

-123-


'if,q

Jnvr¡tIt

Vll,r,Arnñr

dónde ita a parar

ir?.:?

mi tío, rton rdcrro,s,

-Tambión i.á aI i,flierno.

ustedes.

I3uena

I)rlrv Junw t:r

y,,üa ^acrt:n

,sea bu.ena ._implor.aba

et Zorro_. -Señora, L]éveme al Cielo todavía querÉ.s ir aI Cielo clespués cle ha_ -y despachado centenares de galrinis, ctre g;a«:-

ir:r::

nL Zortltt'l

l-l'l()l'l' --Nr¡ rli.j¡ tirl (jos¿I, st:íigt'a, Ix)l'(ltl(l ItttIi¡t'ir (lt.lt:! lltt-'nLit'tt tlllit ¡lt'tll'it't'tl lirl0. Y ¡lnLrrs dc clOt:it' :i(' nrc t'lli¡';lr lt lt:ngui'r. I-rst:uclltl ' ' ' Nrlt,t'trp;o1,ictrt¡lt)({tlc¡lct'tlr:t"V[[tlttlll' , I,ot. l'lr.Vut', no IiOa nt¿l¿t t:tltrmig'o. Dt.'.it:ltt(! (ll.li) lr, r.Ur,lt[tt. La SelgUnCta Vez qUC (:OIní cltl'ttt: t-lc' l'l'Vl]!, l,rrv1¡ lrr r:rrtr¡ra cI XipJlc l,a,rnbi(rn. Mtl t,t'a..irl lll'lil, l')ll:' ('lrttlr,lt tlC p;illlina,, Y ahí fucl rrli ¡ltll'tlit:irltt' tuv'o l¿r ctllpa tll 'l'ip;t't:'i ,,.A^sÍ tlttc sir:m¡;r'c

ljitrrnllrc,

scñor'¿1.

- -,',Y ¡lrlr: c¡ué le obcclocíirs'l - l'or rtrspcrto; era rrli t;io-.,,Y si ó1 te hubiera ma,n(iatio r¡

I

qrl(' l,t: t't:ll¡tl'lll'l

r'ír¡'l

--

-tlstcd rne rccoge ahog'ttclo, st:ñttll'lt' Tigre Íue cI culJlablt: tlt:

--«,,Así que el ¡ri

¿1,

I

l,ot.l¡ttt ttttit

lt'l'ílts? Irlso

-

ni

se Prcgunta.

r,,Y la vr:z que rne engañastc? gl'l l,ll"a - ll.ambién f ue culpa clei Tig¡c. f!lsL:.t[lr l¡t t:ltrlr: cnstr cspcrándOla, y me csconcliti clt:lli.t.irl ustgfl .sc lltrvri, ¿.rtrl ¡.,:r¡irz()n cle un quirquincho que

rt't:tlct'da?

-¿Y ironía.

qué te pareció?

-

preguntó Ia Muerte con

el Zorro_. Era -exclamó para-¡Ay! enviciar al más pintado. pero ,-un ,.señuelo dije: "-1'js, es la prinrera y la úrlti ma vez,,. de sinvergü enza _- clijo la Muerte_. -Pcdazo querés hacer cl.eer quc no ¿Me volviste a comer pollo?

-'Ilcl.rnitlemos cle un¿r vcz, don Jtlltl-t tll ztir¡'t¡. Vt¡rrlv9 :r t'cpctirtc qtte ten¡;o prisa. Iiltll'l't'ltl't: l'll(t oril)(.1'¿L tttra palclma. Y CStamrlS altt'glrntlrl st¡ lt1-¡tlttltt' '-'- r,.Y ¿r tlónclc Ia va a llcrv¿lr"l - .A[ Ciclo. -- Ylr (luc va al cicl() r:()n lt ¡litl«'ltnil,lt,,'.[xll'(ltlli v:r, :1. l)1[(r('l' tlos viaitrt;'l Ll(:vt:t-l-tC t:tltt 0ll:t" --Ntl t,c v¿tt'l a tlt'.!lrr t'rtttt'ltt', ¡ltlt'l'ilrtltl' - -¿.A trti',) -.

124

-Fl,; r,l:u.o. (lrr¡rrtrlo t,c vt'i¡

sllrt I't'tltt¡ lc ll¡t t:t¡I¡

l:t ¡rt¡t'l'Llt, t'tt llts t)lll'i(:('.';'rl,)

J


Dow Junu

Dor Jua¡¡ EL Zonno sabe, señora. Hablaré

con San dro.-Quién Me imagino que sabrá escuchar razones. por

pe-

algo es Santo. No haga dos viajes inútilmente. Busque la palomita y subamos juntos al Cielo. vamos. Pcro estoy segura de que te -Bueno, dejan en lo.s umbrales del Paraíso. señora.

-Veremos, La l\fuerte y don ,Iuan el Zoruo fueron en busca de la paloina. La hallaron enüre unos rniraso_ les. Y los tres subieron al Cielo. Llegaron antes cle tra rneclianoche. .-trsperen aquí, en la puerta Ia l\{uerte_. -ctijo Abren a las c¡cho cle la mañana. a las ocho? preguntó el Zorro. -¿Recién --Sí. El horario es de -ochr¡ a rl,oce y cte dos a seis Ia l\¡{uerte-. }üo hay ser.vício noc-informó turno" Los dejo --agregó-; clebo rna,reharrne. Y se laiazó aI espacio. Al día siguiente, el Zarya Harnó a la puerta. -¿úlr.riórr rezándose.

llama? --_ preguantó sian Fedro despe-

paloma -IIna la voz. afinando

-

respondió cion Juan el Zorro

pase -- ol'denó el Santo Guardián. -Que Se abrió la puerta; iba a entrar el Zorro y Ia Palorna le ganó de mano. Votvió a cerrarse Ia puerta. Don Juan el Zo_ rro, que había quedado a[uer.a, golpeó suavemen_ te con la c,ola. llama? prcguntó San pedro. -¿Quióncontcstó -cl Zoruc¡. -Yo -- t:s ustccl? > -¿Quión vi] ¿1, .scr? Ull zur,rito, .scfior. San pc_ dro.-¿Quitin Abra; nquí ltacc mucho I'río. r26

I

l't'tll'tt' ¿'t-Jt'l'llt (ltlo t'tlttivot:ir t:l c!r' cl Ciclo'l Mtl [)il1'('(-]('

*-¡un zorril,o! rril,<l ()n

Er' Z«rltttt¡

-"'-cxc:l:trntj S:rtr

rrrinc¡.

No clscuc:l-lo bicu' ¿,Ctinltl tlit:t:'l tlott .lttltn h¿rciónrlosc cl st»'do' ---Et Ciclo no es pt'tt'l-t ustcct'

¡rt't:¡4ttttl,r)

¿,QuÓ?

t-'1 ca'lnintl' -()trcr crlttLvocÓ ('l¡('ll' Ablll la llucr"ta' s;cñot' li¿ttt l]]t'tlt'o' No lt' clto t'ti itlta' llt'irll I , rlll'iír llr ¡rttt't' Sil tll [-'r:t'll'o,, col-I rnuclrx\ lli'c('ll ¡¡¡it.ll irr y ttsrlt'lrri la ca'bcza'' f:trltr:Íir sr)l'!ill' ! llttr,rr'¡'1¡ (¡ttr'r'lrl, I'lt' ({lr(' l uut obsclva,l¡a al cxl'l'lllio ll('ftlr)níl'lo I;li'¡it: t'rl tll I'ara,íSo. --' ttri.lt>-; ('ri llll i"lll'l'lf - -Urll,cctr xfo cs tln ltltt'ii'o .l'nn v Ír'ltr!l'ir llll ltt;1:rl t't: '¡ilirl. Y rlilirt: l'tlllt"s"lcl' I :lr lvirrlt¡ c:n cL inficrno' ii' lrl i'rt lit'¡'tto',' lllil'r'll -t',tr'ot'qt'-ltl soy viclo tlt:Li'L¡ iillll(]l l¡rttl'i' tr¡rnll'ótl c:s; vic.io y l;ic'nr: t't lrtr''r' ;[,t, I't't;l t,rr tll 6i1:lo. ---¿,Nclcstrsl,cclr-tronJtlitnt:12''rll'l't¡'ll)l'l'lirttrlri li;rrt I)cch'o. - l-ii. tln scrviclor' - ¿.Cotntl lll'g(r h;tl;l'¿t :ic¡tlí'l Scr.írpn,.q.,.,nrtlIr¡}'ttlll.}(.1.(,t:itltl,ti(.1¡l)l,.Av$tI. tlt' tttr írl llul. ltt¡rt r.ilr;l]lrlo rnc ira,rr(} rrr, MucIt,r: :rl llit' llt'vlrt'l'r' lrl l'fl¡ tlt'lltl rli.!0: "---fl(iII "Ittl¡tt, vl)'tl)osi; llristl.'.['(-'loltlslr;trtrlt(lo'"/\l¡rt"itlt:i¡li'rl'.lr:rlil+r'rtll: rlllr¡lr'if-'rtl " -'N{), liir'i1tll'1t,, ,:,girli1o vo.y 1[ ir lr'l l':tt'¡t'illo t'lltt llttñ Y lll()ttl'r""" rl. la vitlrr rlttc irt'llttvlrtl«l t'. t'l ltlts lt0trlttl"ltllttrt:il'(¡'""' y lr: r:llfe ¡l|t'¡1trtlt,íl: "'--'¿Qtr(r llrvt.t.tll-ttl,¡lr)t.(ttl(.y()fltlll(]lltttit,tll,r¡:..Illr¡tvrl.¿16 (]lltlfiit"' "' - llflF;ri!il'l(ll Iri.t: .r,r l,lrlrr itr[:r,tllr lt llr r

t27

d


Do¡r Juew EL Zonno

JavrER Vrr,LAr,añ¡: la lWuerte_.

-excla,rnó torla Ia cultrla ta tuvo Adcrnás, no ticne impo csa ligera travesura al accioncs? Tu vida fue un e.¡em¡llo de paz, de amr¡r .V 6o justicia.. Ni una palabra- más; .rrno*nr.,, y aquí estoy. ,Si ella me fraio, ser.l1 por algo. Acaso, ¿,.o sal:e ra Muc.te a quién debe irrrru, ár par.aÍs,l y a quién debe arrojar al infierno? San Fedro avanzó hasta el umbral. Colgó el ll¿rvero trer cinto v cruzando ras manos sobr.e ra b¿rrba Ie dijo al Zoruo: Escucho -Continue. Y don Juan

eI Z,oruo siguió hablanclo: San pedro: he vivido para ganarme -Señor nl Cielo. Sabía lo lindo que se está acá arriba. Mú_ alegría; sonrisa va y sonrisa viene. ¿No es

:i:ftJ, -Sí,

es cierto. atención y buen trato: _pase usted... -Pura N9, usted primero. . . ]I cuando ,Ie uno tiene hambre -sirven lo que más te gusta, y cuando uno tienc secl Ie crece un arroyito al Iado. ¿No es cierto? cierto. -SÍ, eseso siempre Ie decía a mi tío, don klcl_ -Por fonso cl Tigre; (._l\l[i¡g, tío, pOrt",r. iil.,, como yo, porque se va a perder el Cielo.,, pero é1, cab._ za dura, no me hizo caso. ,._-eué ,ne impo1.[¿,, -__ contestaba y ss ¡sf¿-.,, r(-§6 .se ría, tío, que va a llorar cn el infierno.,, <r_eué me impor.ta,,__ rlc_.cí¡l a car.ea,iarlas. 'iírndo,st. rem¿rehanrlo el ;; "seguía t:lav.: "-=No e.o, "ni, ac¡uello,, ¿;y sttbe «¡rrri rne r.e,s¡lonrIÍa? ^ap;a ^ag:r - -¿ Quó? 128 __

me impotta". Y siempre con el "qué me -"qué Ya tendrá su merecido. importa". Don Juan el Zorro bajó la cabeza y añadió: señor San Pedro, que lo haya en-Perdóneme, Con todo el dolor del alma me iré a tretenido. donde usted me ordena: aI infierno. Yo Ie de-

cia a la Muerf,s; '(-§o vayamos. Una vez nle serví para burlar a la Chuña y debo pagar cata la travesura de mi primo, el Quirquincho". Pero ella insistió tanto. preguntó le ocurrió con la Chuña? -¿QuéSan Pedro. intrigado el Zoruo-, enviado por eI tarde -Una -contó Quirquincho, fui a ver a la Chuña y le dije: "-¿Quiere un poco de miel?" Y ella, QUe es muy golosa, me contestó que sí. Y en vez de darle miel, le di una ealabaza llena de barro. ¡Cómo se reía mi primo, que estaba escondido detrás de un árbol, cuando la Chuña metió el pico en la boca de la de mí!calabaza! Él se reía, pero yo -¡pobre me perdia para siempre. El Zorco cerró los ojos y suspiró: San Pedro-. No se es para tanto -dijo -No Fue una broma preocupe. sin importancia. ¿Y eso es todo? es

mi mayor pecado, y la Muerte lo sabía.

-Ese cambio aquí tenemos otros informes su-

yos,-En don Juan eL Zotto.

lo imaginaba. Historias que inventaron mi -Me tío, eI Tigre, y mi primo, el Quirquincho, y desparramaron a los cuatro vientos para desprestigiarme. Esas mentiras rodaron por la selva y subieron al Cielo. Estaban tan bien tejidas que hasta los santos terminaron por creerlas. Yo viví para 129

-


JevrER Vrr.LAreñg ganarme el Paraíso, señor. Y hoy usted duda de mis palabras y me trata como si fuera el Tigre o el Quirquincho. San Pedro hizo sonar el llavero; abrió de par en par las puertas del Cielo y dijo: --Puede pasa,r, amigo, y disculpe por la demora.

don Juan el Zoyro. Y entró en el Paralso.

130

-


XIII Que trata de los días que d,on Juan el Zorro' uiae en el paraíso,; d,el encuentro con una Perdie; de cómo el Arcdngel, MaUor, despotés de pasor reaista, reparte nom,bramientos entre los dngeles; del iuego del Pico Claoad,o, U de cómo, San Pedlo l,e quita Las alas g, dan Juan¡ al Zorro g lo erutía al Infierno.


D"§J;:l*"í ma* embriaguez aI as saba con las Ia hierba fresca

:il:"lixT#: Julas flores'

:#'tl'ffil}

.

Y se veía orillaig:^*':::H '.,':T,L#l,A3Ja enton"át podía contener 'o refteiado "' Lilg'a'

a

- L^r^- rricr..l v ouién te ve! -decía parl

Ia risa'

;.,áffif.:=ilf"H"t; u' á Cielol ¡Qué'chásco *" vava aI

no te encuentre!

infier;t

ia'recordaba sus

:J"Jti]3f en el

oillerias

ia Muerte,

aI

cuento va,

cu Pesa

la

tu tío cuando r"'to'unáoéner

charla con

en par las

DesPués lo alas blancas Y

lraíso.

unas Bel, Ie dió

le diio:

"'"#1",,1%u,Iff -

*p

fl'#tll sur.,ras corgó de,

il:.tij rT,tlü'fi [Lso de su #á*iá¿o "r :*#.'Y'áJ'.3ffJi:

cue*o v .igoio

-"1*f?1!?

cuer,o'

13

5

-


Jnvrun Vrr,LAr¡,nñn -Ill quc n¿Ició r:on patas _dccí¿r_ euc sc v¡rt_ rlc rrlllrs hasü¿ clcspués dc mucrto. IJna pcldiz c,xclamó al vcrlo: Juan er zorro en er cicro! ¡Es incrcfblct -¡Don U"sl,r'cl rlrro ha hccho tanto mal. pasado, pisaclo _ c,ontestó el Zorro. -Lo riccogió un tr'óbol de cuatro hojas y se l, o,.«r t;ió dir:ionrlo: --Sc Io r.cgalo; es el de la suerte. ¡1lr

EI Zorro se vio en apuros. Miró a ra perdiz dul (:cfl1s¡[g y, para salir del paso,

" -Ps1'que me lo merezco. -¿Usted?

dijo:

--¿Y quién te adelantó el viaje? -Usted. . -Éintonces. cicrto, clc¡n Juan er Zorro; rc agr.'rrczt:'. -Es P.ro, ¿cl d.rt¡r? sufr'í mucho cntrc .rr, ái.rrr,i,^.i 1, .

sus r¡fias.

_136_

DoN Junrq EL Zonrto tli.ia ntía, es el tributo que se paga. Nrl haY y i'r ¡rlrrt:t.r sin clolor. Yo también tuve qlle stlfrir, con í-rngel' que era un oivicle No se precio. ilr;r.y{)r rlrcltl,cs.

-¿Y ahora? -§ioy un Angel con alas. Mírelas. 11 scfltalánclote el flarnante par de alas blancas

r¡ut' colgaba del cuello, siguió paseancto por los iarrlirrcs clcl Paraíso. 1\.1 caer la tarde vio reunidos a más de mil án11r.lt:s que aguardaban Ia tlegaria del Arcángel L{a,.yor'. Estaban en silencio. Esa noche iban a ser r.rrviados a la Tierra para proteger a los hombres rlcl maleficio del Diablo. I{asta ese momento, deslas prác¡rrrós cle haloer cumplido -lógicamentet,ir:¿rs de vuelo, habían vivido en una despreocupada lrolgzrzanería. f)on Juan el Zoruo se sentó en una nube. Estalxr muy córnodo mirando. A la, hora señalada llegó el Arcángel. Traía un l,r¡ lralí de terciopelo, un espadín de oro y un titilante Ir¡Lz de luciérnagas. Los írngeles formaron fila por riguroso orden rlc cstatura. Fll Arcángel pasó revista. Después habló de la l:rl-ror rtrue debían realizar en la Tierra. "EI hombre diio- es una pobre y débil criatura que por nal,uralcza se inclina hacia el mal; necesita la const,antc y desvelada vigilancia de un Angel. El DeIo envuclve con falsas redes lnonio -continuól,t.ntadoras y logra asÍ una abundante cosecha para r:olrnar, más tarde, sus hornallas cnormes". Y tcrminó cl cliscurso rc¡liticndo alguncls pasajcs l:t7


Dow Jue¡u EL Zonno

JnvrIüR Vrr'LAtr'ANE lugttr tlcl Munu¿rl clcl Pcrfct:to Angcl que todos, sin tr tlutlits, conociirn dc nrcmoria'

I:tiztl una pausa; cxtencliÓ una nrano v seítalando

trl ¡lt'irttelo de la lila, el más pcqueíro y escurridiz«r,

diio:

cl Angcl de los detectives' -Scrírs Estc dió un páto al lrente; r'ecibiÓ eI nombranlicttto y, volando, descendió a la Tierra' El Arcángel Prosiguió: --Vos, el Angel de los Pintores' --Vos, el de los Panaderos' .--Vos, eI de los sastres' - -_Vos, cl de los dentistas'

que parecían padrita y provocativa distinguia de sus congéaterrizaies forzosos- se-descensos neres. Y, para, colmo, días pasados el mismo Arcángel tuvo que reprenderlo severamente. Casi pierde las alas. Lo sorprendió espiando. Había perforado una nube y miraba, muy complacido, a unas muctrachas bañándose en ia orilla de un río. Desde entonces sus hermanos no volvieron a dirigirle

la

palabra. EI ArcángeL lo reconoció y fue a interrogarlo. pregun'|,ó-. ¿Qué estás haciendo vos? -le -¿Y aquí? EI Angel guardó los naipes; se puso de pie y, cruzando respetuosarnente las ala,s, clijp: . . Aún no me han dado ocupación. -Nada. eI Arcángel-. Serás el -Bueno ,A.ngel titiriteros. de los -respondió Cuando don Juan el Zorro ie vio partir, sonrió. Además de ios naipes llevaba una l¡otella, de vino tinto debajo de un atra.

Y le gritó:

-¡Buen

viaje!

II Los dÍas que eI Zorro vivió en el Cielo pueden contarse con ios dedos de una mano. No era su ambiente. Se aburrÍa viendo volar a las viudas, a las vacas, a, los obispos, a los almirantes. Todo era vuelo y música de violines suaves y melancólicos. preguntaba- no hay una sola qué -se Al enttar, j unto con las alas, -¿Por pulga en el Cielo? debcrían clarnos tambión una pulga para uso personal. Estaría ahora rcscándornc. 138

--

l:lf)


Jnvruti Vrr,LA-t,nñrc [J ¡r .clro, u, cnorfi]o polkl, cresccnclió

.y lo ilrvil,(¡

,

¿r vol¿¡r.

--.V¿rnlos; ponctc Ar:ornllafiáme.

Dow Juarv EL Zonno ¿r

su lado

las alas y volemos juntos.

AIIí, cfo,rc naciic comía, cr zorr.o sintió hamb.c' Adcrnás, no había visto nunca, ni en ros ga,incr'orj ric culas, u[ pollo tan infjnitarncnl;e gordo. ---Quizíl ro estén ccbando 10s santos para arÍlrlr)ir I'ic.sta _ pcnsó clon Juan el Zorro. -:Vtrr¡o.s =_ jnsistió el polto_; volemos. er zo*o habtánctále ai oÍdo -Mciora -conr,estó -- vrrrno.s jugar detrás de aquellos írrboles. Se_

¡1rr

irne.

s€r internó en un pequeño Irronl;c. Se detuvo detrás cle un árbol.

preguntó et rroilo que lo seguÍa -Sí, aquí _respondió el Zorro, y agregó_: ¿,Cortor:ós cl iuego del pico clavado?

,,,,,;,1,ifquí? -No.

--Sí, . -Es rlí.s l,rlrlo

te Io

enseñe?

enseñámelo. f'¿icir; cravás er

lo que

poclés.

y

jugando se me escapó un mor-

¡Te comiste un pollo! Se lo -¡Desfachatado! diré a San Pedro: no sea cuentero; escuche... -Angel, EI Angel emprendió vuelo; no le dio tiempo a hablar.

Don Juan el Zotro quiso huir; pero un Angel grandote, picado de viruela, y dos ángeles chiquidel Paraíso- Io detuvieron, lo paltos -policías paron de armas y le dijeron: acornpañanos. a. una antesala

-Vení, Lo llevaron

-Bncno. Don Juan el Zoruo

--.1eucr.cs que

-Jugaba, disco.

pico en Ia tierra y lo hun_

prcguntó el Follo clavando a,penas -¿,Asi? ¡rtrnta clel-pico. --No, más hondo, más hondo. Y cl pollo cnlerró el pico tan hondo que, cuantlrr rlrrrr .rrlan ar zoruo sc cchí¡ sobre él y .; enzó a c{l}t{,t.lo, no sc Ie ovó gr.itar. Est¿ba saboreando cr riltimo bocado cuanclo csclrr:llti llr' voz scv.'¿r de ,n Angt:r q,. ro i,1,c.r.o¡r,a,rxr: has I'rcr:ho? lu,

del Cielo. AllÍ

es-

taba San Pedro, nervioso, haciendo sonar el llavero. Él Zorro, con la cola entre las patas, aguardaba el castigo. San Fedro-. Me ha enga-Váyase -ordenó ñado. Y se abrieron las puertas del Paraíso. El Zorro avanzó lentamente. Al llegar al umbral volvió a oír la voz de San Pedro: esas alas. -Quítese lástima don Juan el Zorro de-contestó -Qué las alas-. Son tan lindas y me quedavolviendo ban tan bien. Se cerraron las puertas del Cielo y se halló manoteando eI aire. Vio las espaldas de la Luna, eI revés de las estrellas y siguió descendiendo, arañando las nubes.

-r;Qtl(r

140 _. 141



XIV Que trata de la Ltegad,a d,e d,an Juan el Zorra al Infierno; de, La que te dice al;, Diablo y de la que el Diablo l,e respande, g de c贸mo A por qu茅 dan "Iuan el Zarro retorna a la Tierra.


en persona, al ver que

*r, áir..ción aI Infierrafica Y candado' S:

de humo que

a azufre" El

es. Don Juan cabeza' Así' alto' flaco'

s uñas filosas Y las Patas

cido en un sueño' Tamndo Ie diio: errado tus Pasos' fierno? Preguntó el

Zotto.

-Sí.

quiere que vaYa?

¿dónde -Entonces, quieras; pero aqüi no entrarás'

-Dondequé? -¿Porconozco, don Juan eI Zorro'

-Te ta Primera Yez que me ve' ei Diablo-' Y yo qurero -Es .o"Lr.o--.repitió -fvfe -Te Oenó a la meditación' .., pu'' vivir el Zotto-' Tendrá -Comprendo sd infierno debe estar lleno' t"üái"'-respondiÓ demasiado rePleto.

el Dialolo-'

equivocás --1o interrumpió a dar los que mueren -Te Está vacÍo. Áqui sólo vienen que pierden Ia tontos héroe; o

sorpresivu*.,'tt;

-147 -


'vrr t7

JavrEn Vrr,LAr¡nñri vi«ll¿

c^ ,n acto dc ar.r.ojo; altogaclos, Iinyeras,

va¡lirlltrnrlcl¡i en su mavor. far.tr:, cl pacíi,icos ciuclad¡r_ por ra, carlc ,"..1b.r., ñ 1:ecrradir o rr*:i, I¡*Ia lrc.clicra y no tiencn tiempo cre contcsa,r,_ ri(!' r'a compcr;cncia es crestreal- yo, -i p1,o,ro ofr.r._ .*r'i) rdr pcr:ado. En carnl¡io eilos ' ¿qué, .ü er índice sr,ñ¡-rla cl Ciclo_ ofrecen el pecarJo y el ar.r.epentiln ir:nto. ----¿lpor qué --p r.^s cl l)ia}¡lcl no los r]a J«¡s ht.ll,ocs, bio clc algyún it Ios hí:roes p , o & esos pacificos ciuda_ r'lanos por tcrroristas o agitadores. y tiene un in_ I'ir:r'no mírs animado -No, no puedo hacen trampa. yo fui un Angel. --¿.Us{;cd, un Angel? --'Frí, un Anger reberde . Er primer revorucional\{[r1r cI pozo que tengo en y que disi'it¡. r.'r,.rln url mechón de pelos oIarasien, sornlra de un ('rr.'no. Ivle I:r hundí con er puño de tanto meditar. I'.r'r1,c mccur,ar y corner son ros atriroutcls primor,iein,cftls rlil¡lr,¡; en esta cjeneia o arte que '1, r',:; Il ¡Oh! **y esto lo diio rlt.clam ",'r, tono ¡si hubiere triuntadl a[ueUa vezt Yo, l;ct'íA Dios; f,)ios, cl Diablo. misl:ra monctla al revés _ clijo el Zotto. --La - - Ittro 1l,clós e,tender. Me orvicté que hablaba ('()r'lt rloll Juan el Zorr.o. Et cliente al servicio del .r.,lrilrlr*,,. y clr rnar cstrá un poco rnás arriba, en ra (';i[:i':';r. Idlr* cs Ia quc o'dena a ]as rodittas que se ,r'r'rrllllch, ft r¿r mano quc escriba, a ros rabids que lral¡Ic,. rls i,úrüil. No pocrós e'tc,der. sos el dicn_ l,o; cl Zolro. rr()s (rrrc a,nd¿rnrlo

l4t].-t

DoN Juew EL Zonno Mi caso es distinto; es menos com-Escuche. que eI suyo. Le voy a contar: la semana plicado pasada, cuando me recogió la Muerte, me llevó por error al Cielo. Allí estuve un par de dÍas, y me echaron.

habrás hecho, don Juan el Zorro.

-AIgoahurría. Extrañaba las pulgas. No hay

sola pulga en el Paraíso. una-Me tampoco. Ellas van aI Purgatorio -dijo -Aquí sonriendo eI Diablo, y agregó-: Contame la verdad. ¿Qué hiciste en el Cieto? ¿Por qué te echaron?

-A pollo.

risted no le puedo mentir. Me comí un ves? No me equivoco. Si te dejo pasar,

-¿Note comés mi almuerzo. Y si yo no mañana

como,

no puedo meditar. Es mejor que te vayas. a dónde puedo ir? -óY sé. Donde quieras. -No bien; me voy dijo el Zoruo. - barrotes los largos pasi-Está Y miró a través de los llos del Infierno. Alcanzó a ver a una docena de diablillos apantallando fuego. Todos tenían las colas tiesas y los cuernos en punta. preguntó. hacen esos sobrinos suyos? -¿Qué preparando los martirios - contestó el -Están Diablo. ser tremendos. -DeJoen -Lógicamente. mi curiosidad. ¿QuáIes son los mar-Perdone tirios? Al Diablo se le encendieron los ojos y explicó: baños de aceite hirviendo, dc azufre, de

-Los

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JevrER Vrr,LAFeÑn I

plomo derretido. Los pinchazos de los tridentes enrojecidos al fuego. más?

-Y,¿Te¿qué parece Poco?

EL Zowa io miró con asombro y preguntó: años hace que falta de la Tierra? -¿;Cuántos tiemPo. ¿Por qué? -Hace conoce. Le conviene volver a visitatla. Hay -Se inventos que le vendrían como anillo al dedo. Por' ejemplo: Ia picana eléctrica. Es un instrumento pequeño y sencillo. Se puede llevar colgada del pecho c,omo si fuera un rosario. Y es fácil manejarla. comisaría. Y no tiene por Se aprende -andar en cualquier con el aceite, eI azufre o el fuego. Es qué más limpio. ¿Me comprende? No se ensucian las manos.

-No Andate.

te burlés de mí

Y don Juan el a la Tierra.

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-

respondió eI Diablo-.

Zoruo dio media vuelta

-

150

y

regresó

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JUAN Tt

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7.0RR0

Un gran libro de JAVIER VILLAFAñE con 14 ilustraciones de Lucrecia Chaves. Edición numerada, fuera de comereio, en formato 18x26, impreso en papel pluma en loe talleres de la Editorial Claridad, San José 1641, Buenos .Aires, publicado por la Comisión de Amigos del autor.

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DON JUAN EL ZORRO

imprimir el dÍa I de junio de 1963 en los Talleres de la Eomonrer, ClenroAo, S. A. San José 1621/45. Buenos Aires'

Se terrninó de

Además de la edición corriente se tiraron trescientos eiemplares en papel Chamois, fuera de comercio, numerados por el autor.

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COMISION DE AMIGOS DE JAVIER VILLAFAÑE: Sánchez de Bustamante 1987 - 2e piso, 5e, Buenos Aires. Calle 49 Ne 928 - 1e E, La Plata, Provincia de Bs. Aires.

firmados

Becibimos der

sr. IUI/I.q. +nqEBJLry9. PIgry.IqIo

con domicilio un.L? . rr.q

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le cantidad de trescientos

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).7? .Dtp. tJ !e . .q]Pq+ pesos

m/n. por la suscripción

a

un ejemplar numerado de la obra de Javier Villafaie, Don J:uan

EI Zorto. Por la Comisión de Amigos:

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