Quintin lame Los pensamientos del indio que se educo dentro de las selvas colombianas

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l():J0 I rrllt¡trio'lttlloló t's t'lt',1iclo r'.rrrcliclalo a Ia Presidencia por el ¡ t r)llltllttsl.t I)(trit l.rs clct:r'io¡tes de 1934. Quintín rompe It'l.tt r()ll('s ('(,tl .l«rsír (j«rrt zalo S¿irrcltez y Eutiquio Timoté por la \/nr( rrl,rt rrln clt, r,sl<ls.tl ¡tartido r,rara,,alu. ¡r,rt lttlt

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l: El pueblo de "san

7 de OGTUBRE

José de Indias" es tomado por asalto por

por terratenientes y gamonales políticos de ortega. La sede del cabildo es atacaáa. euintín t-.-á ;;á; cscapar ileso al ataque, pero muriero n 17 indígenas y hubo cerca f

ucrz¿rs organizadas

de 40 heridos.

l()lJ9. Termina Quintín de escribir su libro "Los Pensamientos del lrcli<r que se educó dentro de las selvas colombi;;;;;;. Reconstrucción formal del Resguardo de ortes; y-cnaparral. I.icio del censo indígena que terminaría treslnts desprái, clando como resultado la existencia de 562 familias indíglnas.

Los pensam¡entos del indio que se educó

lL)4!>- Aproximadamente a partir de ese año empiezala violencia sislemática contra las comunidades indígenas del rolima que t t¡lr-ninarían 10 años después con el desp-ojo total de tierras en r)r. rnos de los indígenas. Sólo los indígenas dela vereda de yaguara ¡ruclieron resistir _la represión y conservar las tierras. eüi"tin «rlvidado por muchos y abandonado continúa luchando sóllo por rncclio de cartas y peticiones al gobierno central.

dentro de las selvas colombianas

1967 El7 de octubre, a los 83 años, muere en ortesa. El cura del ¡rlteblo no dio permiso para su entierro en cementerio

un pequeño grupo de amigos y antiguos "J colaboradores r t'rtierran en un cementerio a 3 km aá oriega.

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Presentocién er¡ C-lo/ombir¡ hentc.¡s rnosl rctdo cl<:sde la lk:5¡crclct cle /rls es¡rctñci/es unc¡ r€lsisle:ncicr a des<.t¡terecer cc)rno él:ntcts, per7 tctrnbién a c:eder nueslros terril:ari<ls onceslrc¡les e /os cr.rsl'c¡s clc¡minanl'es que /rcrn gob ernad<¡ e/ ¡.rcrís clescie lo r.ctnqu rsfc¡ ho"sl6¡ nuesl'ras dír;s. Muchos cle lrrs ider.¡s que hoy circulctn en lct nte:nl;e cle /os colc¡mbianos quieren uer al indio corno un hec:hc¡ clel ¡roscrqJo y niegan la importancia de su presencio en lo uido nac:ional. Reconocer la actualídad del pensamiento indígena serío aclntil:ir lct impotencia de los regímenes colanial.y republicano por destruír utrt aceruo culturol que ha contribuido a lct t'ormación de este ¡:crís. Muchos han sido los hombres y mujeres indígenos que hart expresado nuestro pensamiento. Por eso son recordados cc¡rt admiroción y respeto; e//os son /os héroes de las comuniclodc:s indígenas, pues supieron, en tnomentos importonfes de nuestrct historia, leuontar o sus comunidades en det'enso de sus intereses mós senfidos. Hoy día, 20 oños después de su muerte, el mouimiento indígena t:<>lc¡mbiano quiere recordar a uno de sus lícJeres más importarrfr.:s. Mctnuel Quintín,Lame Chantre, "el indio propio dec.ir-o su quet no se humilló a la lnjusticia" y que entró a reinuindir-crr /c.rs lierros y lo cultura indígeno. El mouimiento que desorrollci Qttintírt l-,arrte rrr"¡ só/o abarcó /os resguardos del Cauca, de clonde erct oriutnclo. Su rrrouimiento llegó al Tolimo y sus ideas de diÍuntlte:rort ¡tor loclo e/ Suroccidente colontbiano. Esle f',-lorlllscrito de Quintín Lante, que hoy presentctn-los rt /c¡.s cc¡rnutniclc¡¿/es indígenas, es de gran importancia L)ere etnte:nder rnu«:hos pensonrienfos que actualmenle guían nuestras /¿.rchc¡-s. Es¡:rera,?'ros qLre se cumpla al deseo de Quíntín, de que sLr ltllro sirpcl "cle hortz.c¡nte e:n medio de /o oscu ridad para /crs gene r acior-r€-s tnclíg'encts clue cluermen en esos compos (ll/€r t.iene lct Lc¡"s inrJígen(ts

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las comunidades irr d ígenas de C olont 1000 ejemplure:s

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cCirnbin nüClü, ni ért ¿:sfr/o nt en ¡-ro/r:rl-rr<.rs, el ¡ten:;c.rrntertl;o cle Qr¡iir tírt Larne. lrtclttírnos <tl librc¡ r.rrrcr /ig¡e r ct btocjr <fl'írt c)e ()r-tirrtín LürnÉ, c/,Esfcrcc¡nclc, los rnernenlos rni.rs irrtprtrtctr¡les c/e sLl utcJq.

C)-r'$rrrizqci$tt Nerr:íonul Indíg¡enü de (-ctlc.»ntbict = ON-IC

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Introducción cs trl( ) clt' l, indígenas más destacados del Cc)Lltra ! Su pensamiento y acción en favor de l¿ls r:<)nrunicl.tcles ittclí,¡r.'ttitr, del Cauca y del Tolima revitalizóla luc:ha ¿lrit:crslr.rl ¡r«rr l.t lit'r t ,r t7 l. cultura. Por eso las Regionales del CRIC v CRI-l'r:onsiclcriri)ros l;u; luchas de Quintín como las antec-esoras m.is irrrnec-L¿lt¿ts cle l.rs hoy día adelantamos en nuestros territorios. Las luchas de Quintín surgen en ur-r rnornento en cul t:tt¿tl l.t tradicional aristocracia caucana, que basab¿r su ltoder ('ll l,t tenencia de la tierra irnproductiva de grandeus extr:nsiones tlt' tierra y en la explotación desmesurada del indígena por rnedio ck'l terraje, se encontraba en plena decadencia. El gran C¿lu(-r) si(' empezaba a desmembrar y una nueva clase terratenienf e, nr.iS emprendedora y colonizadora comenzaba a surgir. Era el ¿rño clt' 1910 y los Resguardos indígenas se veían seriamente arnen¿lz¿trlo:,. EI gobierr-ro impulsaba por medio de leyes y decretos str disolución. Ya para esta época los indígenas habíar-l perdid«) sr.rs mejores tierras y una gran masa de terrajeros indígenas vivían c'rr las haciendas en condiciones de semiesclavitud.

Manuel Quintín Lame Chanlrc',

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A la edad de 18 años, Quintín es enrolado al ejército. Allí rccilrt' algunas enseñanzas del General Carlos Albár-r en rtateri¿r rlt'

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Iectura, escritura e historia. Pero también recibe una ensrri.rnr,r Ia idea de que las leyes eran el fundamento de la Justici,r. Una vez regresó de la guerra, Quintín adquiere ur rrrcurrt.tl «1,' leyes, de cuyo estudio sacó los conocimientos Ilara corlvcr tit st' t'rt uno de los mejores tinterillos de Popayán o el "doctor Quinlitto" como lo llamaban. La mayoría de sus clientes eran indígerr.)s (lir. se encontraban en pleito por pérdidas de tierras. Esta exl)er-icnr'r.r afianzó en la mente cie Quintín la idera de defer-rder lr¡s rlcrrt't'1r,,:' indígenas por medio de la ley. Aún después de los fra<:¿tsos lt'nrtl,:, por medio de la lucha jurídica, Quintín sigue buscanclo Lnr(r sirlitl,r legalista. Parte de la idea de que son los jueces y mandart.trios cl,-' l,r provincia los eu€, amañados con los terrateniel-ltes, vi«rl,ut l.t lr'11 De allí sus memoriales y viajes a Bogr-rtá pzrra detrunci¿.u t.'Slo:', hechos al Gobierno, del cual espera apoyo.

La ayuda de Bogotá nunca llegó. Quintín [-¿rnrc ilrit'i¿r, ('r)torrr una campaña de agitación en las zollas inclígen.rs clt'l (.,rttr campaña que culminaría con levan tclmiett t os, ittr. l us«, cl I'n lr rr los la zona de Tierradenlro.


(Jttirrlín l.tlrr)t,, (l¡(, ¡() lgr)í,r (,r) ,r.rlt, )I(l(ltliz'lr ct ltls itttlí«¡t'tt,ts, l<lt¡r.rt-,t l,tlt,s nr«rviliz.tt'i1¡l)r,s (ltr(, l)r()v()(-clIl cl ttlrrtlr clt' l<ls lt'I'I«ll('nit,ttlt,s y l.t,trisl1¡c r¿tt-i.t (.<lr.r(-tlr)<t? Ilrtltld¿bletnellte qL¡e ()uirrlírr c()nsi(lcr¿ltra que su nrisiórr crrr t'cltlt'.tr a las comunidadt's, [)ar¿r que conscienies de su situació¡r tt«r clejaran engañarse de sus ene_migos. Pero al reivindicár la tierra, ¿,o<irrr<l cr'¡l('1)(l('r (lr.r(,

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tll¿is c--oncretamente la tierra de Resguardo, la vida en comunidad y

la cultura indígena, Quintín estaba tocando asuntos muy sentidos ¡ror las comurridades. Derrotado su movimiento en el cauca por la oligarquía caucana (iglesia y terratenientes), que organiza un ejército ul mando clel irrdígena Pio c.ollo para perseguirro y combaiirlo, decide eu¡ntín c:cllltinuar sus luchas en el Tolima. Allí su movimient., tierra abonada en la población indígena del sur del roima, "ncrentra pues antes de los años 20, esta región ha6ía vivido una ola de agitación que se extendía hasta el Huila. El Movimiento Lamista dlnamiza estas luchas. El primer momento organizativo que vive, lur luchas

lamistas tiene Jy_sur con la .orifor*acicir-r del ,,supREMo coNSEJo DE INDIAS", a cuya fundación asisten, además de las comunidades indígenas del sur del rolin-ra, aetetaciones de indígenas paeces de Tierradentro. El espíritu de este "CONSEJO" estaba marcado por las ideas de sus 4or organizadores: José Gonzalo sáncház qun fue su presidente y Quintín Lame que le dio su platafor-u áá lrcha de "defender de hecho y de derecho, las perrár,u. y bienes de la raza

indígena-, que de la Conquista hasta hoy, cruel y constantemente ha venido siendo explotada por los ilamados cíviiiruáo., hrjos áe

los conquistadores europeos" A partir de la fundación de este "consejo" se comienzan varios años de movilización indígena del sur del rolima, una ,ánudonde los Resguardos habían desaparecido. Cuimina esta movilización con la constitución de hecho d Chaparral y la fundación del Grande), donde funcionaría la en 1931 sería destruido por terra se convierte para la región, en u y divulgación de las ideas y pensamientos indígenas. Estamos a comienzos de los años 20. Surgían recién las rrrganizaciones campesinas y obreras. Apenas comenzaban a argitarse consignas de organiza«:ión en ei país. Ignacio Torres Giraldo, María cano y otros líderes de la crasá obreá y.á-p"sina irrrt'i.l[¡arl actividades. Las ideas socialistas y de la nácesidad de

r¡rlrllll.l,l( l()ll('5 (1.'1,,- st't lol(,,., 1t()lr¡1.¡¡r,:., ¡' lr,ltl,llllr¡tl,r\,1,r lr'tllr' l)t".r) ( (flll() l)rtlrt (lt,lt(,1.il l)l(t( (,.r(l,¡ ¡¡lrlrllll,,,lllvr).. tu,r., r'l r,ttr,lillisln() V l,r t,l,,.r rlt, llut lt,rns(,,11¡t,rlt,,l,rr tlr,utr | "( ( )NSl ,l( )" tlt,trt, ¡¡tt yirl,r t,f l¡l.t,r, tl.lrrrl, ,t l,*, )ltll,t(llr r lolt(", (lt¡(' \/,1 ('()lll(,1¡l.ltl.tll .t ll,lilltilt,:,lr¡s(,tlt,ltlt«l rlt,til ,n,',rl., n,',rt( ¡ ),ilr( s,rrrt tl('l lrt'z \/\/ r-Llf Eutir¡trio t(lul() 'l'irrr«llé I lltr«llé (lírlt,r i¡rrlí,¡,rr,r i¡rrlí,lglr,r rlr,l rl¡ ,tltlr'l,t,ttl\('ll( l.t tit'tllttl (lt'g.rr)izat ió¡t y sef(lttCicloslr., |¡lot ¡r ll l,l,rs ts l, rl,'l ¡r,rtltrl,, t ,,nltlltist,r. .rgil.rtl,rs ¡lot l\{.rr'í.t Cl,¡l() r/ l.tl,,:, 1,, ¡rt,lr('lt, l.'lt ¡r,,t tlltrt ltttt'gr.it-iolt clcl tttot,rn'lir.rrrlo ilttlí,¡t,tt,r I

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r)nttttttsl.r. Quintírr L.rlI? r()ntl)e t'9¡ t,lltlr,

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l,r rr'¡r¡r''rr()rr ( ()nll(r los l.ulistas, se c]estrt«)f()n,r (,1 ' 'nlr,, l)ur,:, I,ul,t,tro lt.rlri.i ¡,,.lclido darle ¿t Su tnovin,tit,¡¡lo I

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rt l l tt (t ( )l t¡.rt lil,rli\'.r [-tts indígenas ab¿i¡tdonar()n a su lírlrr rttltnrar s(,lt,, utr,r lrtt'lt¿t cleseslterada p1¡r l6grar, por ¡lt,rltr¡ ¡,r l,',¡.r1, rnl r'(,('on()(-nrrit,nto del gobiet-r'to c:etrtr¿rl (l l,,s )., il t( ll,lt,lt.ts. r

A pesar de estas fallas, creemos que Quintín manifestaba una idea ,lll,lt'¡,t,l,t r'lt l,ts trlettles irtclígencls, rlup terrdría clt.le ()sl)(,¡(¡ ,¡0 ,ltlo" l),ltrr,r<lt¡trttir slt Iltcrtlttr.tt-itirr: la iclet¡r cie c¡rte ¡os«ltt"9s lr:, rrrr lrrl('il.lrr il('t'¡,5¡1cilnoS ur-la or'gcfr)izdción ¡rro¡ritr, q¡e sr,il lrr,l ('\l)r('\r()rr clt: rruestros cleseos y rrecesiciades. ptri.es6 lr«ry l,

( ( )llsl(lt'l.tll1o5 1()lllL) t-ttlo det l'lltesti-os Iíderets nrás clest¿rt'¿rclos.-l ,ls ( ()lls('l()s tt'qirltlerles irldígertas y den-lírs r)t-llctrli;zar'iolies rlt, l,lS, ( ( llrltl¡lltl.rtlt's i¡ue hciy día sul-gelt ieivilrdir ¡lr sus

cle¡rt.l.¡«rs,r l)dra l,r llr'llrl, rl l¡r t ultut'¿r. a la ttrgarttiz.rtrón y a la ¿rut¡rtr1mía, se lttrlrt,lr rl,'t",1,¡ tllrrrrex¡-reriencia qrre frre el nrrtvil¡iel-ltr¡ cle I-d¡It,.

Qrri¡tírr

Consejo Regional Indígena del Cauca - CIUC . c,onsejo Regional Indígena del Tolima - CRIT .


A manera de prólogo

Yo no soy

profeta pero sí hes¡do y soy el apostol de mi raza Manuel QuintínLome

n el mes de julio del año 1943 fuimos invitaclos.t l.t Fiesta del Indio, que organizó Manuel Quintín Lame, jefe de los indios de Ortega y parcialr-nenlt' de los de Chaparral. Llegamos al oscurecer a un platanal sembrado sobre la arena del antiguo lecho del Magdalena. En todas partes se veían hombres, mujeres g niños. Debajo de las

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mantas, familias a cuclillas rodeaban las hogueras, única iluminación que había en el platanal. Una que otra vez entonabá la música (flauta y tambores), y del platanal surgían parejas que bailaban. en el patio frente a la casa. Sombras se divisaban entre las matas. Poco después habló Manuel Quintín Lame. La luz rojiza de las hogueras iluminaba su larga cabellera, que caía sobre sus espaldas. Su rostro cuadrangular, los labios

macisos g la nariz protuberante, su figura atlética y aplomada: así se erigía Quintín Lame frente a la muchedumbre. Estaba vestido de dril y llevaba alpargates.

Gestos grandilocuentes acompañaban sus palabras. El mismo quedaba inmóvil, dominando al auditorio con sus pequeños, vivaces y profundos ojos. Hablaba o, más

bien, tronaba contra los blancos que quemaron la escuela, contra un inspector de policía, que había

forzado una india, contra un asesinato de un indio por blancos "desconocidos". Y los hombres que Io escuchaban con profundo silencio contestaban en coro a cada exclamación: "Así es, Manuel Quintín Lame". Y después prorrumpía en quejas contra ellos: que cuando se ausentaba a alguna diligencia judicial, dejaban salir sus puercos del chiquero; que no arreglaban los cercos de sr-r parcela, que no llevaban para la venta en Ortega los frutos de sus huertas, eu€ no le blanqueaban la casa, etc., etc. Y el coro de hombres contestaba invariabler mente: "Así es, Manuel Quintín Lame".

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I slr' lr.il« )(l( ) ('r)l rt' t'l lr,rntlrc qu€r parecía de bronce, p,lr,r(lo ( ()nlo (,sl.rlLr.r sotrre el piso de arena y una rrrrrt lrt'rlrulltrrcr clue se ¡rerdía en el platanal, todos ilumi,, rr l,s, Ir.rj< ) Lu) estrerllado y negro cielo tropical, por la luz r.¡iz.r clcl [r-rr:g() me impresionó sobre manera. Era una de l.rs yror'.rs rervelaciones de la grandiosidad del primitivisn)() amerricano: un principio de autoridad que no se lr,rsalr.l ni sobre la bayoneta, ni en el dinero. Resolví, I)Lres, quedarme en contacto con Manuel Quintín. Le cscribí y le mandé algunos Iibros. El me contestó y me c'ontaba sus luchas y pericias. [-o invité después a visitar los sitios arqueológicos de San Agustín. Vino con su mujer y trajo a su hijita de seis meses, Mariflor Lame, para hacerla bautizar en la c:iudad, que el llamaba "El cementerio de la prehistoria de mis antepasados". Me nombró padrino de la niña y me dejó, al partir, un manuscnto de 118 hojas en folio que había escritr¡ uno de sus "secretarios", bajo su dictamen. 18 años, 7 meses y 2l días de su larga vida de luchador por la causa indígena, las pasó Quintín Lame en las c:árceles de colombia. Y, sin embargo, aunque acusado más de 150 veces, nunca fue condenado. sus cárceles eran "prisiones preventivas", "hechas por sospechas,, eran "detenciones". Así entorpecía la l'justicia de hecho" su camino de luchador. Nació en el año de 1gg7 de la l-rumilde famiiia *calderetas", de indios terrazgueros de la hacienda de en la región de silvia (Depto. del cauca). E_.u de origen paez, pues su abuelo inmigró de Tierradentro. Desde temprana edad conoció la suerte de las familias indígenas que, arrancados de su tierra, dearnbulan de hacieñda en hacienda como arrendatarios, descuajando montaña y abriendo caminos, para después verse desterrados, cuando las labranzas del indirc se ¡:odían convertir ventajosamente en potreros para el ganado del hacendado. Así migraba la familia Lame de una hacienda a la otra. Quintín recuerda que, cuando n'ruchacho de uno diez años, sus pad-res fueron oLrligados a abandonar la hacienda de "Santa Catalina", ('Lryo duer-io era un señor Arboleda de popayán. Este h.rce¡rclado sr"rL-rió el herraje de u¡r día a tres días por -"r y r'u.uldo vro que Mariano Lame, el padre de euintín, sá r esigntl cl f)clgdrle este óbcllo, con tal de quedarse con sus sclrrelrteras, l(' t,xigio seis días de'trabajo en la hacienda

como arriendo mer)sual de la ¡t.trt:t'1.t. l)t'jti M,tti,tttt¡

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Lame la tierra y, después, cle uI)()s lrteses cle lrúrst¡ttr'(1,t, se quedó en la hacienda de don Ignacio Murloz. (lttlttro

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suegro del doctor Guillermo Valencia), dortdt', ('()n ayuda de sus hijos, tuvo que pagar los mismos seis clí,ts,tl mes. Pero unos años más tarde ya el tributo, que exi-c¡í.r t'l terrateniente , era de DOCE días por mes y otrar v?2. l,'t familia empacaba sus corotos para emigrar en búsc¡rtt'tl.t de sustento. Quintín Lame se alistó entonces en t'l ejército. Varios años duró allí, fue cabo, jefe dt'l resguardo en la frontera ecuatoriana, y abanderado. Abandonó el ejército y viendo los padecimientos de los indios del Cauca se erigió pronto en Jef.e de los Cabildos lndígenas, y en Calibío se enfrentó el joven indio por primera vez, al entonces también joven poeta Guillernro Valencia. Su lucha tenía por programa definido unir .t todos los indios de los resguardos por ambos lados de la Cordillera, no pagar terraje a los terratenientes v oponerse a las autoridades en casos de forzosa desocupación de las tierras. Su actividad se espaciir pronto por el Tolima, Huila, Valle de Cauca y hasta Nariño, donde defendía los cabildos indígenas, tambiér-r ante los tribunales, en litigios por límites con los latifundistas circunvecinos. Así aprendió Quintín Lame leyes, y escudriñó muchos archivos para descubrir varias falsificacioned de documentos con que los "blancos" intentaban arrebatar tierras a los resguard<¡s. El fue el alma del levantamiento de Tierradentro (años 1914-15), cuando seis mil indios, bajo el mando del general Yajimbo tomaron las armas contra tropas regulares del ejército, infligiéndoles varias y serias derrotas. Vencidos y esparcidos los indios, Lame fue apresado por traición de un indio y llevado a Popayán. "Allí contaba- me dieron hasta que ya... casí me -me Me hinché de los culatazos, garrotazos y de las muero. patadas de más de cien soldados, que me llevaban a la cárcel de Popayán. .. Cuatro años, tres meses y veintiocho días duré en la cárcel y el expediente format¡a más de 3.000 hojas..." Sin embargo, cárceles y detenc:io nes no impidieron a Quintín Lame seguir su derrotero como luchador, como lo es hasta hoy. Hace pocro, n() más, fue encarcelado en Ortega debido a un denuncio por parte de un hacendado. 11


l'.1 nr¿¡rrrs.ril. rl«, Marnrel euintín Lame es de (, x I r.r«rrrlirr.rrio. lincierra pensamientos del, l¿¡l v??, írllim«r lu« h¿rdor indio por una causa ir<lír¡t'rr:r. t-l ¿rnárlisis de su manuscrito completo nu.r(:'sl r.r t¡n¿r menf alidad indígena primitiva intercal.r«l¿r ('()n r¡n intrincado embrollo de creencias r.rlrilit-¿rs, supersticiones indígenas, cosas leídas u «ritl.rs, sermones del cura párroco, lectura de la llitrliar, {,lr:., clc.. Y aunque de un interés profundo para el ('sl)('r i,rlisla, ¡ror demostrar la deplorable influencia que lrt'nt' l.) irn¡rosición brutal y estúpida de la civilización ,t t'i(lcnt¿rl sobre la profunda y telúricamente primitiva, inl trr(is

(':i ( (rsi in¿-rc:c-esible para el público en general. Mi labor ha :-r«lo net()nrente ordenadora, muy pocas son las palabras

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r'.rscs que cambiá. Lo que hice fue arreglar la lrara hacer las frases más inteligibles, omitir

¡rrrrrtr,r¿,rción

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iones literarias.

Juan Friede

Los pensamientos del indio que se educó dentro de las selvas colombianas He aquí Ia idea que hace pocos días se formó de un concierto de mis pensamientos, ettgendrándose y

rr.¡c'iendo, pero que no ha podido florecer a Causa de los ntsectos que día y noche perseguían la sementera del rrrdígena; de los corazones amasados de hiel y amargura v cl., los laL-¡ios que rociaban el veneno: labios de hombres rro inclígenas, con inteligencias salpicadas del veneno de la envidia y del egoísmo.

Yo conocí la nube del engaño de mis compañeros,

lronrltres no indígenas, allá en el bosque y en las selvas octubre de 1887. Y esa trube quiso que destruir la sementara de se con .i., ",lguños, ()uintin pirámide de hielo que ha Lame, era como una Etr esta cultivador. vt,¡rido consumiendo la labranza del fe, de mi lucha solo me acompañaba la sombra de mi yaza y proscrita esperanza y de mi caridad hacia mi perseguida desde el día 12 de octubre de 1492. Yo siempre, miré, como cosa santa y heróica, el no acatar Ia injusticia y la iniquidad, aun cuando llevasen la firma del más temible luez colombiano. La historia marcará mi nombre delante de los voluminosos cargos que aparecen en los juzgados, las alcadías y lqq gobernaciones de los Departamentos 'del Cauca, del Huila, de Caldas y del Tolima.. Pues el blanco es enemigo acérrimo del indígena que no ,¡«rlpea a la puerta del engaño; que no quiere las pr()ntesas que le venden barato; que huye del empleadrl ¡rúblico, quien se une con el latifutrdista y con el abogad«r, par¿l lracerle perder la firrt'a y el sernovie¡rte. 13

(lr.le nle vieron nacer el 31de


Departamento del C¿uca, r¡nirlos, ¡riclit,r()ll se me condenara y se me mandara al -funja. Me sindicaron de dieciocho delitos ¡r.rrr«i¡rlit'o clc t¡uc rri sit¡uirrra habían estado escritos en mi pensamiento, y que fueron creados únicamente por la inteligencia de un poeta, que escribió "Anarcos" y eu€, unidos con of ros señores no indígenas, llamó al doctor Avelino Córdova Bravo, de la ciudad de El Bordo, para que me acusara el día de la audiencia. Pero cuando mi acusador llegó al Juzgado Superior de Popayán y pidió el juicio contra el indio Quintín Lame, se le entregó un expediente tan voluminoso que tuvo que exclamar que él no había pedido los juicios y sumarios de todos los presos detenidos en la cárcel de Popayán. Entonces el secretario, don Alfonso Delgado, trajo dos montones más y le contestó: "Este es el juicio del indio Quintín Lame". Le preguntó el doctor Bravo "¿Qué? ¿Con todo este papel que gastó el gobierno no fue capaz de condenar al indio Quintín Lame? Contestó Delgado: "Pues no". Entonces dijo el acusador: "Yo lo haré". Esos hombres, unidos a los jueces investigadores, ordenaron se me persiguiera y se me encarcelara como a un ladrón facineroso, porque reunía a los míos; y el doctor Guillermo Valencia, Representante a la Cámara Baja, pidió se me desterrara de Colombia. Y así obró la humanidad envuelta en orgullo y sedienta de riquezas, de las riquezas de mis antepasados, que se encuentran hoy en extensas poblaciones en el vientre de la tierra Guananí, donde huyeron para protegerse de la persecución de los que llegaron el 12 de octubre de 7492. La justicia llamará al historiador futuro para indicarle en donde se encuentra el depósito de mis acciones; en qué cárceles me jugu é con hombres de la más alta civilización colombiana: con los que me llamaba "hermano lobo" y con los que me perseguían y acusaban. Pero cabizbajos se quedaron cuando tronó el imperio de la justicia, castigando la malevolencia nacida en el corazón de los hombres no indígenas v ordenando se abrieran las fuertes cerraduras de las cárceles y panópticos. Y yo conservo una carta del doctor Marco Fidel suárez, fechada el 11 de agosto de 7912, cuando él era Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, y que dice: "Señc>r Quintín Lame, Cárcel de Popayán. Está Ud. en el calr-rino de hacerse muy grande, como se hicieron otros indígt'r-rirs el) otr.ls tierras. Conserve esta fe personal en l«rclos SLls tl('t<ls, ct(-., CtC,". 14 L«,s Ironrt)r(,s rro rrrclígen¿ls del

I

Y Irt)v ('s t'l tli.r ('lr(lu(':,ttt'llo l,r ¡r,rlr¡ttt,r l,rt,r;',l)(¡r(¡ (lu(' \rut'lt' llr'v,uttlo .'l olrvo tlt'nlr l)('ns(unr('nlo t r)rrv('ttttl, r'rr r<lt'.) ! S(',1 ( ()not iclt) l)()r loclos l«rs lrotttIlt('s (lu('nrt'll,ur «rrli¿ldo y nre odian clcse¿lrtd()nrc l¿ rrrucrtt'. l -os anales de n-ti ¡-lens.lnrient o no se rcnr()ntalr cl rllcl!()r(,S .rlluras que la r-lube que cubre la pradera y allí pcnr)cu)(,('(, .rlgunos momentos. Conlo esa águila que Scrcucler sLl .rstro plumaje y lo peina preparándose lrdr¿l renronl¿)rs(l ,'rr los espacios, así permanece hoy el pensanriento del .'rlur-ado en las selvas: mirando esos polluelos der r-nis l )('nsamientos que muy pronto cruzarán como u n t oncierto de palomas.

El CIlrc: st' <'ottsitlt't tt heredcnt tlc lus lur'ltrt.s adelunludus l)t),' M ttttu,,

Quinlin Lutttt'.

l,rtría un roble viejo y corpulento, cultivado por la por la naturale za- porque sobre el -y digo , rt,r'ía un jardín de flores de las que los blancos llaman ¡r,rr.isitas, y nosotros los indígenas, "Chitemas". Sentado sotrre este roble en la edad de seis años, alcancé a contemplar un árbol elevado, con una copa altanera y ,rrgullosa, que coronaba las vírgenes selvas clue nle Ir,rbían visto nacer, tanto a mí como a mis ante¡r.rsados. [)¿lrecía que saludaba a las omnipotencias, ]'rutnaner y clivina, cuando por el pasaban los cuatro vient()s clue l it, nc l¿r t ierr¿t. N1t, llt,,1ír un l)(,r)sar)rielrto: Así de altas debí¿ln c¡uedar n'ris r( l,',,,, r'rr l, r N.rt'iíln ColttrnLti¿ttt.r, desytués de h.lL-ler baj.icltt ,1,'l Monlt' ,rl V,rllr' ,r clt'ft'nd('r rni r.tztr irtclígellcl pr()SCrit.t, l)('tsr'.qttt,l,r, rlt's¡ltt't-i,)('1.1, r<ltl.tcl.t, tlS(lSilt,¡cl.t l)()r Itls Itotnl,r,'.. n( ) rrr,lÍ,1,'lt,ls, 15 I

rr,rlurale za;


Y,, ( nl( (' tln t'.tl)tit)tl elt' .ttlrtljtls y tlt' ('sl)ill(ls, y

.tl

()ntilltt,rr (,sl(,('¿lrltit)() IIle vide obligtrdr) i) l)ilstlt clos ríos: un() (l(, liil¡rirrras y otro de sangre y esos dos ríos corrían ('()rno los ríos cristalinos que tiene la naturaleza,, pero (ll.t(, rln-ilstran sln cesar arenas; y las turbias aguas no ('(,san de correr, llevando la arena. Yo no puedo enorgullecerme de que hice estudios en escuela o en un colegio. Pues cuando le pedíla educación a mi padre señor, don Mariano Lame, y que me mandase a la escuela, me consiguió una pala, un hacha, un machete, una hoz y un güinche, y me mandó con mis siete hermanos a socolar y derribar montañas. Y hoy, al paso de 44 años, nace en las selvas del sur de (

Colombia, en Tierradentro, Ruinas del Coloso Colombiano, del vientre de la ignorancia, de la ineptitud v del analfabetismo de la raza Guananí, la idea del hombre indígena que estudió en la Madre Selva y para quien el jis fue un carbón de madera, la pizarra una tabla de la misma madera, y la pluma una pequeña aguja de hierro que cargaba en la copa del sombrero, hecho de hoja de palmiche que encontraba en el bosque. No es verdad que solo los hombres que han estudiado quince o veinte años y han aprendido a pensar, son los que tienen vocación, aunque hayan subido del Valle al Monte. Yo nací y me crié en el Monte, y del Monte baié hoy al Valle para escribir la presente obra. Así, la doy a conocer al público colombiano, pero no en un lenguaje castizo, ni tampoco estudiado, sino con la experiencia de algunos años de sufrimiento. El presente libro servirá de horizonte iluminado en medio de la oscuridad, para las generaciones indígenas que

duermen en esos inmensos campos que tiene

la

Naturaleza Divina. Porque la Ñatur alezame ha educado, como educó las aves del bosque solitario, eu€ allí entonan sus melodiosos cantos y se preparan para construir sabiamente sus casuchitas, sin maestro. Y me cantaban las aves. Y la misma Naturale za me acariciaba y me regaba con flores, hojas y gotas de rocío, cuando recibía el beso maternal de mi madre, eu€ enpaz

rllt,)l r l.lt,l,t v lt.r,.r.,r u\() (1., l.t s.rlticluli,r r¡trt' I,i llllslll.l l\ rtilt',llt'zrl ll(ts tl,t t'l)st'ñ'l(lo' I r., ,lgLl.)s r'()r'ttll ( ()tisull¡ulcltlst' !r ,'l llt,tlll't't' ll() rrii r ],r-l.t.l l.t sctltll',.J,,'uilt..tl.rl¿t cit, cll.rs Ctt'tllcl' )'l)rl'rtll) l)()l ,' ,,,,.t. ['ilS.ilr l¡rs [-ris¿rs, l)L'l'. el htttll[tt('ll() S'ltrt''r rlritlclt' I [.St.rS ilil:.rs :()tr ¡rt't-ltult,.rcl.ls Ll'ltilS,, l)()l(ltte h¡lr j.rIdírl ,,,1s,)(i() clt,l'rlr.rt clr:l t'.iltz Cie It-rci.rS laS ilc¡r,'s Clel (ll (ltr.ts f ttill'td'15 \¡c'lll l)()r ll€t '()r la Naltlt-,rirlz.1: l,t(, ( a,tr'ir,., polvo de la tierra.

l{

i,1rr,r,l i,Lt st,ltlL-t.l Ciitirl.r cletllt¡ tlt'l,ts 'lgLr¿S. tlLlt'st' riirlr,\,Cll g l'i() 5C SLI:rl)t'lit-].' Ci e ()II'('l tiC t'll.lS. Illir 'lCl l'-t , ..¡trllcl ..¡i,,, nrorncr €riel oricriLc Loll el I-i()nl['tt de [-l Sul; r r:'iiLlu tof ll-t..li l Lr t -itl t'St,' r. ()llLltll l,¡ ci.' itl:', ¡-rr itlCl¡l.rlt': clsll ,l rt:lOj, íi.¡OS S,,L-re llttestra C()r()ll¡1' tllit''tCl el ecflltt) ,,l.tonít-¡S() y cler[ce qrre tl..ll€?ll ('s()S COr()S qtlt'\'i'etl ell el i,¡5que: rniiad el reglal-tlelrto llrlelll() ciel [)()S(]tle' i'orclue .rllí ett ese bosque solitaricl se ellcuelltt a el L'ihr tr está la , 1,, l, is Arl«¡res. el Libro cle la Sat-',iduria; porqr-re allí verdadera ia Filc-rsofía, verdadera la r,,lrlcicl€Id Poesí.1, I rtcr¿riula; porque allí la Naturaleza tietle utr corcl de t ,¡lt()S que SOtt lrlterrnilrables, ull COro de filósofos, que Iorlrrs los días c.atrlbiall de pettsarnletlto. perO qLle llunCa ,-,rli,ut las lnurallas clollde está colot¿rdo el nrinister-io de las Leyes Sagradas de la Naturaleza' 1..t. coro de hornbres no indígenas. que ha recot'rido los los t-olegios y lr c¡tcleS claustros del la etlseñallza, ri.iver-siclades. no ha podido ni ¡:odrá ct-rlrfereltciar la ,r( cl'ca de este Libro cle la Poesía, o de este Libro de (

S;rlricltu ía.

descanse.

Allá en el bosqu e yo no conocí compendios de estudios de los recientes y relumbrados pensadores; no soy de los hor-nt-rres que han recibido educaciones, magistrales o

t'l.isir'.rs, en todas las ciencias, tanto paganas como 16

17


Pero el niño que nació en un portal en una cuna de paja, y que se meció como el pájaro en su nido, tejido de paja, fojió todo el Libro de la Poesía, todo el Libro de la Filosofía y todo el Libro de la Literatura: libros que había estudiado desde Ia Eternidad. El sabía dónde estaba oculto el jardín que crió Dios al principio del mundo para colocar allí al primer hombre y a Ia primera muier; jardín oculto a Ia uistq de los grandes hombres, aquellos que se han chamuscado las pestañas estudiando, y que hoy, pasmados, estón tendidos en la eternidad: el guerrero con su espada, el poderoso con su cetro y el sabio con su pluma. Este jardín es un idilio, que por sí mismo canta, por sí mismo florece, por sí mísmos se perfuma, se cultiva, renace, se abriga de los calores y de los hielos de las estaciones en los tiempos que pasan.

Pues la cuna de la Sobiduría estó debaio de crueles montaños escondida, según me lo dijo en sueños aquel indígena que subió a uisitar al Recién Nocido en su cuna de paja. La Ciencia tiene un jardín muy extenso. Pocos son /os hombres que le han mirado, y esto, de muy lejos. El unión con indiecito le ha mirado de muy cerca -en que la Naturaleza ha criado y cría en fodos /os díscípulos el bosque- en los momentos en que se oye la charla interminable que tienen los arroyos de las fuentes, cuando ronca el tigre, ruge el león, silbo la serpiente, cantan el grillo y la chicharra, gime la paloma torcaz y cruzo el bosque. Es el momento del recreo que esa maestra, que es la Naturaleze, ha ordenado armónicamente o sus discípulos; y después cruzan los cuatro vientos de la tierra, que son sus sembradores. El indio Quintín Lame logró interpretar el pensamiento de la hormiga y de los uorios insecfos que cultiua la Naturaleza. El pensamiento de la hormiga mós pequeñuela es el mismo que tíene el cóndor cuando se estó acabando de uestir en la cueua; es el mismo que tienen Ios hüos del tigre, 9 €s el mismo que tiene el hiio del hombre. Pues la hormiga, al desenuoluer sus o/os y salir de la guarido, fro sigue el camino de las otras, sino que trepa sobre la arena y bate sus olas, desafiando al infinito, porque se siente potente. Pero al trazar el camino la asalta su enemigo, y osí mism o asalta el error al hombre.

IR

I.l lii<t clel li5lre ('nsc¡-v(I el ttxxl,)

('(),rl() ltt¡ <le lur et ('()ttlru clirtclí1¡t'rttr. (.,t¡s(I-ytl y lr/rlrl('() t'/ ntisnt() r¡sí I)r(,ss; E/ b/crnc: <¡ oclio ol indígena cle muerle. Por de lrertte cs/rÍrt srrs /crbio s bañados cJe sonriso, pero el f in es humillarlo; y digo humillarlo, porque el blanco hace que el indio le revele palabras, para después hacer negocio.

[-a imagen del pensamiento la conocí en forma de

rt,lámpago, que rompe el soberbio manto de los dioses rle la oscuridad en altas horas de la noche. Yo conocí t,sta imagen después de once meses de estar incomuni,'.rdo en uno de los calabozos de la Penitenciaría de l'«rpayán, como autor de dieciocho delitos, creados por t'élebres inteligencias que tenía aquella ciudad. Ellas lrabían ordenado que se me maneara con una barra de acero de 23 libras para que abandonara la imagen de mi pensamieto. Así conoció esta imagen de mipensamiento todos los fenómenos y añoranzas que danzaban allá en el campo enemigo contra el indiecito.

M uvo <l¡' l') 17" ,:ttt,' I' Col'n'. Qrtirt t irt Lt ttt,' cl t'<'ttlrtt. r'tttttt.t l)ltttt

los ¡tit;.s tt t tttt rrtttl, ¡,:,', gri ll<'t t' .:.

Fui incomunicado desde eldía en que se me capturó en el puente de "El Cofre", por una traición , el9 de mayo de iqfS. Cayeron las lluvias, soplaron los vientos, los ríos salieron áe madre y dieron con ímpetu contra el edifici«l' Y allí, dentro de la muralla, yo mismo construí la imagen cle mi pensamiento, con mis lágrimas 9 sangre, (lue lricieron verter la envidia y el orgullo del español, llegad«r el 12 de octubre de 1492, para hacerse rico en nuestro país, y que nos trató y nos trata hasta hoy como a bestias de carga.

lg


Y .rsí, rlcl,,, rlt'nr()slr,n t'rlr) f r.rn(lur,/,t.rl ¡,rrll,lo rtrrlr,l(,n,r tltítl«lr' t'sl,tn sus (lt,Ilt,t.t,s \,, «lctcr Ittls \/ tlt,rrtlt, r-us

El 9 de mayo de 1916 entró apresurado en mi celda el herrero, armado con martillo y cincel, y me dijo: "Señor Lame, vengo a quitarle la barm de grillos. Lo felicito. Está Ud. libre". Y entonces exclamé: "No acepto los insultos

tlotltil tit ls rrr«rt cliclos, y I.t nl()r (lcrltu.rl (,n(l( ¡r )(¡ (,r r( r( l,r ¡,or l.r ser¡;ientc cle la ignorarncia, de la ilte¡rlitucl y cl .rr r.rlf .rtrt'lis n)o. El intlígena qLrc irtterprete bien el ¡rer)s¿rnricnlo rlt, (,st.r obra, se ler.,antarir para hacerle frente ¿il Col«rso ilc Colombia, y reconquistará sus dominros en la forrrrir t¡trt, \/() reconquisté los resguardos de indígenas de Orlefl¿r y -l-cllinr¿r. ¡r.rrte del de Chaparral, en el Departamento del I ..r raza indígena aquí en Colombia ha sido odiada por l,rlo el capitalismo, y muy pocos sacerdc-¡tes o religiosos lr,ur hablado por ella; porque muy lejos estaban ellos de la rtlt,.rs del padre Fray Bartolomé de las Casas, y porque n() ha habido sacerdotes de nuestra propia raza que

que me hace el doctor Guillermo Valencia en

su para pluma poeta escribir la del sirve Pero si telegrama. "Anarcos", la pluma del indio Manuel Quintín Lame servirá para defender a los indígenas de Colombia". Esto ha ocurrido conmigo. Pero yo en muchos casos he buscado el peligro como mi compañero. Con valor le he hablado al más temible juez, al más inteligente jurisconsulto, valor que dejo como un ejemplo para todos los niños indígenas de todo el país colombiano. Porque para ser abogado no se necesita estudiar, ni tener diploma. El diploma es la verdad en su punto V es la interpretación del falso abogado; porque éste no se apoya en la Ley, sino en el espíritu de un negocio.

rr

verdadero abogado se basa sobre el derecho universal, natural y positivo; porque el hombre tiene cuerpo común con los minerales, la vida con las plantas, la sensibilidad con los brutos.

El

La ley del orgullo, de la envidia, de la mentira, del odio, de la calumnia, de la soberbia, de la amenaza; la ley del cohecho y superchería cayeron contra mí y sobre mí, como una bandada de aves de rapiña a tragarse el perro podrido; pero no triunfaron, pues yo no era el perro muerto: era un león en una jaula de acero. Aún cuando los siete vicios dieron con ímpetu contra las siete virtudes del preso Quintín Lame, no pudieron repelerlas, porque su soplo no pudo penetrar la jaula de acero. Las aves negras parecían ratas negras y les faltó valor para perseguir a ese indio lobo que se había transformado en un ave polar y que navegaba y dormía en medio de las blancas espumas del mar. Ellas no han podido combatir ni combatirán a los hombres de fe muy alta.

Yo he sido encarcelado en el Tolima ciento ocho veces por los hombres no indígenas, y en ninguna de esas ciento ocho prisiones necesité de abogado o defensor ante los cuatro mil y tantos mentirosos, cohechadores'y perjuros de raza blanca y mestiza, unidos con los investigadores, con los jueces y alcaldes, con sus concejos y secretarios. Es verdad que hubo indígenas que me acusaron, pero cohechados por el blanco y el mestizo, y por esto desvanecí todos los cohechos ante los hombres.

20

rcliquen

los legítimos derechos que tenemos

k¡s

irrdígenas, y que no tienen aquellos por cuyas venas (rorre ya sangre española, porque ésta está manchada de cnvidia, egoísmo y orgullo. Sus conciencias, de generación en generación, vienen manchadas con salpiques de sangre indígena.

4 1

i/l IJ

De los hombres que consagraron para defender con su autoridad la casa de Dios, pocos o ninguno son los que cumplen el mando del que fue sacrificado en la Cruz. Porque varios sacerdotes odian al indígena y acatan al blanco, sin tener en cuenta que el sacerdote es un redil que encierra las ovejas por medio del cariño y de la bondad que enseñó Dios a los apóstoles cuando junto con ellos subió al Monte. Muchos sacerdotes bautizan primero al hijo del blanco y muy después al hijo del indio. Quisiera citar los lugares y los Reverendos Padres, pero me lo reservo para mañana. Los Reverendos Padres me dicen: "Soy de la Compañía de Jesús", pero es de palabra. Yo no acuso a todo el clero colombiano, pero sía varios débiles, porque somos hijos de mu;er. 21


El indígena nunca se oivida del blanco que pegó a su padre de obra y ultrajó de palabraa é1, a su hermano o a su esposa. Porque para el indígena, reglamentado su pensamiento por medio de las leyes de la Naturaleza, todo hecho es imborrable y cada día marca en su corazón un recuerdo, como el reloj marca las horas. Porque ni las cosas pasadas pasan, ni las futuras se olvid'an. El no dice nada, pero en el interior conserva el pensamiento del gallo de pelea, V s€ venga haciéndole salir al blanco una úlcera, que éste en su lenguaje llama maleficio. El blanco le roba la finca al indígena emborrachándolo y haciéndole firmar documentos de pago, sin

que éste le deba, llevándolo ante los jueces para seguirle la ejecución. Y elluez se presta y dice al indio: "Es mejor que le pague". Dice elindio: "Pero yo qué le voy a pagar si no le debo nada" . Le ordena al indio que nombre abogado. El indio lo nombra, pero el hurtador, ladrón y estafador se une con el abogado del indio, y lo requiere: "Partamos el dinero que voy a ganar y dáme el pleito ganado, porque entre blancos y mestrzos tenemos que ayudarnos. El indio, ieso para qué?".

Yo he sido y soy el hombre que me siento con orgullo en medio de mi Íaza y en medio de mis enemigos, que se burlaron de mí, que me calumniaron, que me pusieron sobrenombres. Las autoridades me martirizaron amarrándome del cuello y de los brazos como a un ladrón y asesino facineroso, como hizo el doctor Alvare z Guzmán, siendo alcalde de Ortega. Este clavó un botalón en la puerta del calabozo y ordenó se me amarrara del cuello, de los brazos y de la cintura, así que quedé sin movimiento, y ordenó no me pasaran alimentos durante tres días. Abrió la puerta del calabozo y ordenó al pueblo de Ortega que subieran al balcón hombres y mujeres a mirar cómo me estaba castigando, pues él sabía castigar al indio Quintín Lamé! Que al indio había que andarle duro, porque era de la única manera que se llenaba de terror, etc. etc. Así ir¡rirrer ió la grandeza v el valor de Alvarez Guzmán, innrorl,rli;¿¿rdo t:n l.rs páginas de la historia de Nerón.

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Nosotros, los indígenas, debemos abandonar y despreciar "Yo te l, r cládiva del blanco, el pedantesco palabrería: y por el amigo, verdadero r ¡r rirrro como a mi casa, como que etc., vendes, me r , rriño que te tengo te pido rebaja de lo i 'l('.". l.l abogado blanco dice al indio: "Este pleito está muy tr.rbajoso, pero si me pagas $800.00, dándome en este r-nomento la mitad, de ahí a ocho días está tu pleito ganado". El indígena contesta: "Le traigo doscientos [escs". Contesta el blanco: "No. Si me das los cuatro...". Contesta el indígena: "Dentro de quince días se los traigo". Contesta el blanco: "No. Tráigamelos dentro de ocho días". Y le ofre ce y le asegura: "El pleito yo lo gano". Cuenta

cuenta mía, pero troy que estoy limpio, dáme cien pesos, que te los agra dezco como si me los regalaras". El indio di.", "Hoy no los tengo, pero de aquí a ocho días se los traigo, aun cuando sean cincuenta". A los cinco meses de no saber nada, el indígena le pregunta al secretario del despacho cómo va su asunto y éste Ie contesta: "Hace dos meses que presentó su abogado un memorial y no ha vuelto"."¡Pero si él me dijo que tenía el

contraparte.

abog porque en casa

ontento,

El

te. Y así, seria Y la ruina... pero del abogado que tiene concienciaLa jurisprudencia que yo aprendí fue enseñada allá en los campos de lucha, donde me acompañaba esa imagen que iba alzando el vuelo de imagen en imagen, y que yo

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miraba hoy más bella que ayer y que pensaba serla más bella mañana que lo es hoy. Tres son los elementos de prueba en eljuicio: el primero es la confesión, el segundo la declaración de testigos y el tercero los documentos. Pero no vayáis a confesar el hecho, porque "confesión de boca, satisfacción de obra". La defensa está en vuestros labios, y allí mismo está la condena. el hombre nunca debe confesar sus hechos ante ninguna autoridad civil ni ningún investiga,, dor criminal. Hay muchos investigadores criminalistas que amenazan al ignorante con torturas, con calabozo, con destierro,, con condenas de veinte años, etc., etc. Elhombre que se deja sugestionar de un investigador o de un jue z, no debe existir en Colombia. Hay muchos jueces e inuestigadores que dicen: "No niegue, no niegue, porque hay declaraciones que dicen que Ud. fue el del hecho", para hacerse célebres con un procedimiento que está fuera de la ley, de la razón y de la justicia. Justicia significa el derecho que tiene cada hombre para defenderse; lo mismo que el hombre que tiene resolución de com eter un delito y lo revela. Tales actos son elementos materiales'del delito y el defensor de mañana no podrá defender al sindicado, niel mismo sindicato podrá contradecirse mientras no pruebe que está en estado de enajenación mental.

! ,,.,

i

Quisiera yo citar en este capítulo el número de hombrgs no indígenas que me llamaron para que caminara sobre sus senderos, para que les recibiera sus enseñan zas y para que desarrollara sus doctrinas en favor y en defensa de los míos. Pero yo a todos les presenté la flor del desprecio y continué con una fe muy alta buscando bl camino del bien , g en dicho camino encontré la virtud que me ha acompañado hasta hoy. En -el_Juzgado Superior de Popayán, en el de Neiva y en el de Ibagué, tres jueces, terribles y vengativos, unidos á los gobernadores, conocí, que se afanaron extraordinariamente para condenarme, apoyados por los jueces d¿ los Circuitos, Municipios y Alcaldías.

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,

t

Un fi¡cat entfó al rrcinto de la cárcel de procesados de Pophyán, con su suplente. Me llamaron a solas y me preguntaron cómo y en qué forma iba yo a principiar mi defensa, para ayudarme, diciéndome que ellos no tenían tierras para defender, etc., pero yo inmediatamente interpreté la jugada de éstos, y antes de contestarles les pregunté: "Y Uds. tampoco me van a decir: ¿por dónde me van a acusar?" Contestaron: "Nosotros no le acusaremos; vamos a defenderlo, etc., etc. Pero a mí, al conocer a este par de jóvenes que me hablaban con sus labios bañados de sonrisa, se me presentó inmediatamente esa reina que me había consolado allá en el bosque, allá en la cárcel, allá en el calabozo, cuando estuve un año incomunicado, arrastrando una vara de grillos. ¿Y cuál era esta reina? Pues era la imagen de mi pensamiento, que se había engendrado en esa profunda y extensa pradera de mi cuerpo y alma, y que moraba dentro del santuario de mi corazón, eu€ es la brújula de la vida del hombre, brújula que me encaminó para cruzar caudalosos ríos y anchos caminos. Y así, mientras mi enemigo caminaba y construía un edificio de mentiras, yo tenía cogidos Io§ perfumes de su

mala inteligencia, que destilaba veqeno contra / indígena

igriorante.

el

Yo había conocido el jardín de la ciencia, que estaba resguardado por una colmena, donde han nacido y nacen las abejas de oro que se van paseando y se pasean sobre las flores de la ciencia y de la imaginación del indiecito, allá en ese bosque, acompañado de la soledad; allá en el calabozo, acompañado de la imaginación; allá 'el panóptico, acompañado de la'fe y de la caridad en en lavor de mis compañeros presos, que lloraban, pero yo los consolé.

He caido desde mi tierna juventud en el redil de los técnicos de la envidia, de la usura y del sofisma, técnicos y acérrimos enemigos del indio Quintín Lame, pero que no han podido humillarlo hasta hoy como humillaron a otros indios. Pues, yo soy indígena, legítimamente indígena, y por esto me siento orgulloso, porque por mis venas no corre todavía sangre española, gracias a mi Dios.

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)ítl l,t ¡l.tl,tlr¡.¡ 1lt'l irrtlitl lolr«r, rlr.l(, l)()V s(, 1r,¡rslrlrr)l(r (,t) t)r'ils,llilt('trlr¡s, l)tlt.rt tI't(tI('(lt l.r lt.tttsf tgtttcrc'iri¡ dt, cse lol,o tn()ltl¿,s Ls t'l tlsn() (lu(' Irir-Iri de l.r sclva para pasear los valles de la ¡rr.rclcr.r qu(' ()[rcc:í¿r la civilización, la que se convirtió en un nrdrtirio contra el pobre asno, poniéndolo debajo de (

sus notas y debajo de su desprecio, porque él eraindio de aza amarilla, descendiente de los que nacieron en esta tierra Guananí, y es odiado hasta hoy por el blanco.

r

Aquellos hombres no indígenas del Departamento del Huila desearon sentarme en el banco de los acusados, con el fin de defender el maldito, alevoso y villano crimen que cometieren en altas horas de la noche del t2 de

acción fue dirigida y pagada por el millonario Ricardo Perdomo, quien tenía bajo su mando al gobernador del Departamento, a los jueces y alrribunal, que se decía de justicia, pero que no lo era. iQué diré de los grandes esfuerzos que han hecho los hombres no indígenas en el Departamento del rolima p delirando y esperándom e, peyo e rtaron vomitando bocadillos de a do, cuando sintieron el estallido d embalsamada án la fá d; ;i persona, para hacerle frente a esas inteligencias que habían sido talladas en los colegios de Europa; pá.u hacerle frente a esas punzantes espinas de loé roáales que estaban florecidos y coronados de blancas flores. Y cuando comen zó a resonar la fuente luminosa de mi imaginación contra la mentira, la infamia, el hurto, el engaño fratricida y criminoso de los hombres no indígenas del rolima, lo que yo miré era una polvareda levantada por el huracán que habían producido las malas inteligencias, tanto de los hombres que habían prestado

juramento ante Dios, como también por las casas conrerciales de Ortega y Chaparral, las que se ligaron a

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Ios solisnr,rs tlr'l ll,'r.,r'r ('r¡(lo l',rtlrt'l'(.tl,rt,l A. [).rI(,J«rs, I'.sto t «lrtsla) ('n cl t u.r(l('rno rlt,¡lrtrr,tl,rs que, l)clt.ct tlti clclt,tts,l,

rct:ogí ¡ror rneclio clc un¿ insl)€rcción oc:ular en cl dislrilrr cle Ortega.

Este sanedrín de mentirosos tolimenses tomaron la nredida de colgar a los indígenas de los pies, para que dijeran lo que ellos les enseñaban, es decir, declarar contra mí. Así lo hicieron con los indígenas Joaquín Dumara, Félix Moreno y Eufrasio Dumara. Esta declaraciones se encuentran en el tomo de pruebas contra el sumario y el plenario. ¡Cómo no afanó el señor Juez Segundo Superior cuando entró la Corte a decidir elmérito de los siete delitos que se me habían imputado, y cuando el señor juez pidió al jurado que contestara afirmativamente y en voz alta! Estaba de una tex rosada; pero cuando salió el Tribunal y dijó: "Es inocente el indio Quintín Lame", se convirtió su rostro en una flor blanca. Este Juez, Marco A. Vidales, al tomar yo la palabra para defenderme, quiso quitarme el derecho de defensa, pero entonces yo inmediatamente recurría lo ordenado por el artículo 1620 del Código Judicial, y pude defenderme de los injustos cargos que se me habían imputado, por ser indígena que ha sido y es engañado como un niño que llora en la cuna careciendo de la presencia y el cariño de la madre, porque tiene hambre, sed y frío. Hermanos indígenas: ¡No vayais a creer en el amigo blanco o mestizo! En medio de esa raza no hay amigos materiales en favor de nosotros los indios. El blanco sólo reconoce al indio como a un amigo, cuando se humilla y está a órdenes de aquéI. El indio colombiano es la flor del desprecio del blanco que llegó el 72 de octubre de España. Siente hacia él un odio satánico cuando alega su derecho y no se deja robar, engañar y hurtar, y cuando defiende a los suyos. Cuando el indio tiene semovientes de ganado mayor o menor, una finca de cafetal o un trigal, le dice el blanco: "Sois mi amigo, mi compañero". Pero Cuando el indio vive del trabajo diario, nadie lo voltea a mirar. El blanco mira a este pobre infeliz como a un perro podrido en la calle. Se tapa las narices y dice: "Esos indios hieden a diablos". Pero si esos blancos saben que el indio tiene tierras, entonces el indio ya no hiede a diablo. Lo llaman con sonrisa burlona para ofrecerle un miserable tabaco o cigarrillo. Porque el enemigo no indígena está a la

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l''(ltllr'l'rl,l ( ()l¡l() tltr ltr¡tr'(.(,[),trl«l (.()r)lI(l ¡),ü,1 lr.r(.(,r r¡r,¡,urlt, (llr(, t,sl.i (.()ll:ilrttyt:nrl,, (,1 l)l(,1-.r ¡l,rl.tt.i9 ilr. ,rri l)r'n.\r[ilr('n1,, r) s(,rr t,l ¡lt,r)s(ul)i(,r]lrl rlel Ilonrtrrc inciíger_tat (lr('s(','rlrt rl <lt'lr,r1«r <lt, l.rs sc,lv.ls rlraclr€rs I)ara hacerle lr.,lt'. .rl "r)..r.1", c¡rri.rr, crese¿l,clo ser eregiJo ¿;;; ¡rrt'siclcr)lt' rlt,c.l«rnrtri.l, err vanas carta, n[ aijo qrá ,rclerr)cl.d .r lrs irrdígerras crue votaron por é1. Ac¡uí te:,éis, hermanos indígenas, er espejo que nunca se envet¿l!

,'l

Ahora, ¡qué diré de la política! Es el elemento que cada día nos entie de dolor. el futuro mañana I enemigo dígenas, y que conozcamos las praderas de nuestros gruñd". áÁtinor. negocio que han partidos, liberal y e

enamor"I¿'t:""n*r1:: miles promesas; y que la mujer

jr*¿,il::i"i1?il11:

preñada, perseguida por el doloi y la tris teza. Asi han quedado los restos de mi raza quá vive hoy sobre esta tierra, odiada, engañada, perseguida, pisoteádu y .ouuau por las personas no indígenas. Así es que la política es como ras aves de rapiña cuando tienen banquete. Porqu e, el que menos, truena con la palabra, con ..la pluma, etc.',o1'reciendó ar igr-,o-niá campesino indígena lo que no tiene;inventandol.oÁo nt enamorado engaña con dulces palabras a su enamorada, hasta el momento en que queda satisfechá lu yno es señorita, gd no es dama, ya todo vál -rrJ"i -la desprecia. Así son los días de la óolíticá para-undo el pobrá campesino indígena, que baja a las urnas para quá más tarde los Representantes no se ucr"idnn de l;; promesas hechas a é1. Los unos dicen eu€, como conservadores, "hay que ir a defender la Iglesiay.la Religi_ón". ¡Mentiiás!: fald"ri" está defendida por Dios. si lálglesia cae en manos de sus enemigos, es por la poca fe y- er desorden de .* nir.,

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¿Por qué hoy no se encuentra en Colombia una estatua de un Atahualpa o de un Bochica? Porque Colombia ha sido y es la mansión del odio y de la envidia contra el indígena. El indio es aborrecido delblanco, es odiado de muerte. El indio no puede ir en compañía del blanco a un café, a un hotel o a una mesa de convite, por arreglado que tenga el vestido. El blanco se rebaja ante los suyos: es mirado de

los suyos con soberbia, mucho más cuando el indígena ha penetrado en el jardín de la ciencia y el blanco queda por fuera, sin poderlo penetrar.

Y, sin embargo, ahí está la defensa de Colombia que le ofrecí al primer magistrado de la República, ante el Palacio de la Carrera, doctor Olaya Herrera, para salir espontáneamente con cinco mil indios a castigar al invasor de las fronteras amazónicas, general Sánchez

Cerro, y a presentar mi espada, dirigiendo esos cinco mil muchachos, en la forma como me tocó en la invasión de las fronteras del Ecuador, con el general Avelino Rosas, en el año de 1903. El indio, por confiado, le ha entregado todo al blanco, sin saber la supremacía de su inteligencia. El hombre indígena tiene derecho a manejar todos los destinos de la humanidad, porque donde tiene la cabeza el blanco la tiene el indio. El hombre se humilla ante el motivo, pero no ante un hombre porque éste tenga un rostro blanco. El indígena colombiano debe tener su representación en el Senado de la República y en la Cámara Baja, en las Asambleas Departamentales y en los Concejos Municipales, por las razones siguientes: a) Porque el legislador dá órdenes contrarias y dicta leyes contra la propiedad comunal de los indígenas, por su ignorancia; b) El legislador ordena que repartamos nuestros terrenos de resguardos, pero no dice que el blanco, que tiene sus latifundios, también los reparta. Porque así como se ordena por medio de leyes a una razadébil que reparta lo suyo, también debe ordenarse a una raza fuerte por su inteiigencia y astucia, repartir lo suyo; y c) Como medio más apropiado para reivindicar nuestra raza proscrita y abandonada por Ia civilización colom-

biana'

,ra


12 cle ot'tullt, tlr. lit)?. y riqucz.rs, d. ¡.lurt'srr.rs lt,y*s nr r(,slr.r r eligiórr; y qL¡e, er)

.r',r'r lrs viejrs Cien años antes del 12 de octub re elindio Güelpa suscitó una disputa en la reunión de sabios en el templo de cacharpá, lugar donde elevan holocaustos al sol. LtuÁo la atención cacharpá, y le anunció a todo el Sanedrín que muy pronto,quedarían los sabios y los soberanos en manos de guagás (en lengua paez: hombre blanco). Pasaron los tiempos y con ellos las guerras entre los soberanos indígenas, quienes se disputaban riberas, praderas y campos de dominio, v s€ despedazaban unos a otros con lan zas de madera, flechas y bodoqueras envenenadas con el veneno sacado de plantas uegátales. I-legaron los . blancos. y muchas familias indígenas hicieron sus lóbregas poblaciones en el vientr e dela ier.E para librarse de la cuchilla de los malvados que corrían corno lobos de rapiña en rsoz,1s03 y 1s09, matando al pueblo indígena.

Y así duerme la raza Guananí allá en los cementerios en el vientre de la tierra, donde grandes hombres de mi raza, asfixiados, pasaron a la eternidad. Allí los hombres indígenas hicieron su campamento para favorecerse de la cuchilla española.

Así fue el 12 de octubre de 1492, día en que fue inaugarada y conocida por las naciones de Euiopa la tierra Guananí, para venir a ella a perseguirnos y a

asesinarnos como a lobos rapaces, sin pensar que esos lobos son hijos de la Naturaleza,y que los extranl"ro, no son hijos de la Naturaleza, sino hijos de piedru. Vpoique la piedra es un ser inherente y es la mansión dei fueio. Por esto el corazón del blanco es la mansión de la enviáia y persecución contra el pobre indígena ignorante, y

abusa de su ignorancia

y

debilidad. peio

el aáui

e_xabrupto presenta hoy una obra que se llama: "La caída del coloso colombiano". Y por medio de la fe que dejo escrita en este libro se levantará un puñado de hombres indígenas el día de mañana y iomará los pupitres, las tribunas, las entradas, porquela inteligencia de la raza indígena supera extraordinariamentá a la inteligencia del blanco.

La abeja centinela está en la puerta de la colmena,

atisbando los zánganos ociosos que, sin trabajar, deseaÁ Lroryrer; zánganos que se asemejan a los que llegaron el

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vet

de nuestras v tu,nbi¿n-Ja

ilo., ."*;l;

eranos ilÉñ;; ;;; slno serpientes, para :,la envidia. Y esa envidia de 44T años. No se há ue siempre el indígena

que defiende sus derechos ladrón fascineroso, por er no".t;I:¿tt'á:";ff1:t: ináíg"nu].-Eri"-""ááis; busca de mil maneras cóm,o uplu.tái -ui"riur, ;;;;r'; indígena que se acerca a conoc er eljardín 3l :Yili:,lte

oe la clencla.

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ffiolGEllA s\-:s:s.:¿ :r:Llg3 :e 22

Ett e'[Ttilitntt .'l ('Rl I t't.ttt sid <'ru u Q rt i tt t i rt Lu m<',s u tt tt l t,t.., \t,t-,rt

ittrttcdíuttt <'tt ltt lttt por los dct't'clto,s itttl ígcnu,s

I


¡Y qué diré yo de la Honorable Corte Suprema de Justicia en el año L9t7 , cuando ya elevé un memorial

inepto, porque todavía el ave de la sabiduría no había l,rrl,, r lr, rrrit,rrrlo en medio de la blanca y larga c-al,t,ll,'r,r (lLr(, ¡,r,rltrt'e el jardín de esos lagos que de¡,,rsrtr'r l.r N.rtur'.rlt,z.r Divina! Pero la Corte coñoció mi ineptitud y mis deseos, y el memorial fue resuelto favorablemente, porque la misma Corte lo corrigió, es decir, adivinó el pensamiento del indiecito en defeñsa de de'.rrt'r

Yt» n() s()\/ l)rolt,l,r, l)(,ro .,¡ lt,' ,,ttlo 17 s{)\,/ (,1 .t¡,, l.,lol tlc tlu t<lzrl, y l«ls Ittrrttt,l.,,., rl,,l,rr,r,r.rl,l.utt'.1 (lu(,tttt, lt,rttllt,, lr,, l,r gttrtrrar cn los rlt,¡l.n l(un(,nlos cle N¿rriñ«l y (,.u.tt..r, V.rllt, -l-rlir-r-'r¿1, «lcl Cauca, Huila y rr, han p,diclrt reír.

[-.sto lo declaro, porc]ue la raza del bianco, (lucf .s rri ('nemigo encarnizado, pero no poderoso, ha dicho y clit-t,, sosteniendo a pulmón abierto, que el indio euintín Lcun(, (,s un bruto, estafador, pícaro y ladrón.

sus coterráneos.

Porque go, a pesar de estar preso, he sido como el cachorillo cazador, que en donde se encarama el lobo ahí grita más duro. Por lo tanto, no ha prevalecido ese mar de calumnia que quiso ahogar al indiecito, haciéndole arrastrar una

cade'na de gruesos eslabones, una trarra cle grill<>s de 28 libras y un p¿rr de es¡rosas que aseglrr¿rlran sLls nrcinos [)or detrás. L¡otado en el suelo como un c:erdo par¿] s¡rcrificarlr. Esto sr-rc-edió en el cuar tel de policía de Popayán, por orden que se recibió de la Gobernación el 12 de nrayo de I915, deslrués cle haber sido ca¡:turado en el ¡ruente del río "El Cofre", por una traición que el gobiern,'l pagó elr la suma de cuatrocrelrtos pesos. Estas rnonedas sirvieron a Judas Iscariote para conrprar un cuño de hacer nronedas falsas. Y así('onro él me vendii¡ a mí, así también hubo quien lo vendiera a é1. Y lo cogió la

justicia in fraganti, porque "quien a cuchillo mata a cuchillo muere".

La ignorancia supera a todo y en todo porque ésta dice saberlo todo y la sabiduría dice que no sabe nada; pues la ignorancia dice todo lo que piensa y la sabiduría dice lo justo y conveniente. Porque la ignorancia navega en medio de la oscuridad como una noche polar. Yo alcancé a conocer los blancos jardines del mar, y dentro de ellos dormía un ave y ésta era la imagen de mi mente. Llevóme a colrocer el inmenso puente por donde debía pasar al jardín de las ciencias y conoc er el canto de ese pájaro, que se despertó de los vaivenes que sacuden su larga cabellera de espumas. Por la fe se le oye el canto, y es el pájaro de la inmortalidad del alma humana. Mañana, cuando el hombre exhale su último suspiro, vuela a conocer y cantar en esta mansión que es la tierra.

Encuentra

En el murmullo lejano, por medio de una fe

viva, acompañada de buenas obras; allá en los mares; en el susurrar de los viehtos sobre el ramaje de los viejos robles; en los desiertos, donde habla la soledad, se cruza de repente algo dentro del indiecito y lo hace oír la palabra de la Majestad, que hizo al hombre de la nada, y le dice: "Oíd la palabra de Dios en los montes y en todo este desierto, donde cruzan las brisas del perfume que lleva la silvestre flor; mirad su sombra en medio de la inmensidad que nos cubre". Me dijo: "Tu nombre esta escrito en el libro de los predestinados del Señor. Por medio de tu fe Dios te ha dado la vida".

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el hombre el nido del cóndor tan

bien

preparado; encuentra la casuchita de varias aves tan bien construidas; encuentra una colmena de abejas, con un centinela en Ia puerta, y así, armónicamente, se ve arreglado todo. Pues Ia Naturaleza tiene sus armoniosos cantos enseñados a los que vienen educados por generaciones, y no por maestros, como ha aprendido a

leer y escribir el blanco, enemigo del indio.

Esa Naturale za que enseñó a cantar al pájaro y a construir su nido y a conocer los graneros para poder vivir, graneros

que la misma Naturaleza cultiva; la misma Naturaleza tiene sus cantinas donde van todos esos tunantes a sellar sus labios y a apoderarse de los frutos y de los perfumes, mientras cruza el aire, que es el dueño de ellos.

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,,,(.)ur('n (',-

l, r rcrn, r r lu(,n, r r lr,l l), rl, rr r, r lt, l, ¡ S.rl,rrlut í,r'/ [-_s l.t N,rltlt,rl.',4,r, l,r ( lu(, lr,t, t, r),r('(,r ,rl ll()lr)l)I(, y l)(,r-f t,t.t,i<l¡.t l.l l,r'll.z,r«1.'l,¡ rrrr(,r I .,1,r r.rr.) (,st,i vcslicl.r cle un manto ,r,rirl (lu(' niln((r f¡(,rl|slint, I.ll.r rnisnt(l se corona de llr rrt's, t'll,r r)ilsrr)(r s(, ('()r ()n,r «lr, Illancos azahares, como urrrr n()vr,r (llr(,nrLr(,slr,r su in()cencia al pie de los altares. [-sl.r rcir)c¡ lrt,rrt, ur) lrerrnoso libro en su tocador, gu€ ninguno cle esos sabios ha podido conocer, libro que ticne lenónrenos descor-locidos. La Naturaleza termina ('olr la vida del hombre en un lnstante, como también con sus bienes, con sus riq uezas)porque ella tiene elementos rnuy poderosos contra toda la humanidad.

Ios fililsof«ls t'tisli,ul()s \/ l)(r(l,ul()s rlit't,n

(lu(, 1.r ¡lrilllcl,l rrrttjt:r fut, t,t'tg.ul,rtl.l r,n (,1 ¡l,rt.ris<) l)()r l.t ser¡licnlr,, r¡Llc lc llt,vri una manzana. Pert¡ esta suposiciólr es un sofisrn¿r, l)Lles ¿quién engaño al reino vegetal para que diera florcs v f rutos?, ¿por qué no se habla de esa segunda serpiente, l.r que engañó a ese reino? El hombre ttene el cuerpo t'omún con los minerales, la vida con las plantas, la scnsibilidad con los brutos. ¿,Por qué el mosco, la araña, el grillo, la hormiga, la rnariposa, la abeja, Ias fieras de los bosques, los peces de las aguas, las aves, el ganado vacuno, caballar, asnal, t'abrío, lanar, de cerda, etc., cuando llega el tiempo, va la lrembra a buscar al macho? I-a Naturaleza fue la que obligó a la primera mujer a que ¡rrincipiara a dar cumplimiento a la Ley, porque era la rnadre predestinada de la humanidad, y que de esta

Hay una leyenda en la Biblia que la escribió el doctor Fray Luis de León. Pero dicha leyenda está escrita en un lenguaje invero.símil, porque no se afirma en nada y para nada; porque las aguas que bañan el territorio áá los hombres llevan su rumbo de donde van; los cuatro vientos de la tierra tienen su mansión, y también la tienen las arenas que arrastran las aguas. se dice que en seis días crió Dios el mundo, pero no hay

una prueba satisfactoria, porque lo dicho sobre l;

creación del mundo viene de boca y no hay prueba que acredite de que el mundo fue creado en seis días.

rnadre debía nacer la Emperatriz de los portentos cternos de la Gloria, la que subió en cuerpo y alma al Cielo y que todos sus devotos le decimos: "¡Oh, María r:oncebida sin pecado, rogad por nosotros los pecadores, que recurrimos a Vos!" ¿Cómo puede decirse y (lsegurarse que fue engañada, si de esta madre iba a nacer la Emperatriz, y de la Emperatriz el Divino [-ibertador?

No es verdad, pues, que la serpiente engañó a la primera rnujer, pues ella tenía un redil en la cabeza en donde Irasta hoy cría miles de serpientes. Y por lo tanto ella fue la que engañó al primer hombre: porque se llegó el lérmino señalado por la Naturaleza, que tenía que r:umplirse como hasta hoy se cumple en todo el reino animal y vegetal.

El Juez Supremo pronunció la segunda sentencia dentro

de los cultivos que El había sembrado, y donde había colocado el mayordomo o cuidandero acompañado de una mujer; y el tocador de ésta era el lago que regaba la sementera; y el hortelano se complacía en mirar la belleza de las flores v de los frutos. Este fue el lugar donde se cometió el segundo pecado del que muchlos historiadores dicen que fue la serpiente, la que regaló Lrna manzana, etc., lcl cual no fue así: Fueron las leyei de l.r Natur aleza las que ordenaron su estricto cumplimienI., pnes el reino animal también nos lo muestra con una exactitud que vieron los filósofos, porque ellos dicen haber estudiado y también yo, porque lo he interpretado por l«rs cliversos seres vivientes que he mirado.

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('r/:r/ t'tt .\,ttt .'l I l,,tt t,, ll'r, ltrtt.tlrt,tt,tI rtllr t'tt t' ,'l ¡or ,'tt llttttut'l ( )utttt ttt Ittltlt


El hombre tiene dos espíritus porque tiene dos almas. Un alma humana y dentro de ella la otra llamada "El Alma Espiritual del Hombre", eu€ es el alma para Dios.

El alma humana se conoce, pero el alma espiritual invisible y nadie la conoce.

I Ir()tlt',.l,rl¡('rttlll,rnnr,r,l,,17.-(,nl(,nl['rr('()n)()(lun,tlit,t,t l)()r(lLrc r)() clt,lo rotr.rr r¡r t,ngañar (l nris lrgtltt.¡rt,s rrrclíqenas que vivcn dentro de los terrelros de los r('squ¿rdos. Pues, ortega es la cueva de los llornt»t,s , «,sechadores, engañadores y perjuros. .'l I t :'ttrtl tl ut' () u ttt t tn

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I tttut'Ittr'lt,tl,,t Itttt ltt rlr'lt'rt:,t ,1,' l,t: tlt't t't ltt, ,l t' l, t: t tttl t 1,,' ntt',. t' I

¿Y cómo así? Mirando los rayos del sol a las 5 y media de

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la

mañana anuncian su venida con extraordinaria belleza, tiñendo las nubes y al mismo infinito con una

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t' ltlt ¡ t t ¡lt ¡t n I tt tt t t t t ttt lt,t t til ltt il I t!,t I t'

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tlt ( l()tla'\ t'il t'l t ttrilltt) Itt ¡ itttltttl.

púrpura celeste que consuela al caminante que conduce su cuerpo a la cuita y la faena del día; momentos en que se prepara ese coro unlversal de cantos armoniosos que tienen la naturaleza, para que estalle cada uno de esos cantos con sus estrofas especiales.

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¿Y cómo sale? sale como sale la espada del guerrero de la vaina, y esa vaina es el alma humana. P".o si ese guerrero ha dejado de cuidar la espada y la presenta manchada, no es reputado como buen guerrero. R.ies el alma espiritual del hombre, que -u.,chada no puede presentarse ante el rribunal de la Justicia Divina. ¿Quién es la soledad? Es una mujer que acompaña la Naturale za y que ambas tomaron la llave para abrir el Ministerio donde debía penetrar el indio que ha sido odiado, calumniado, encadenado, encarcelado, ultrajado de palabra y obra por los descendientes de españoÍes que llegaron el 12 de octubre de 7492 a ocupar este suelo en busca de fortuna. Porque no vinieron a civilizar al

pueblo indígena que vivía en tierra Guananí, sino a robarles todas sus riqu ezas y para que permanezcan debajo de sus botas. Y aún cuando le duela, que no se queje, sino que marche como el cordero al redil del

matadero. Es así como los blancos y mestizos me odian a mí de muerte. Han intentado contra mi vida. Han buscado la diosa hechicerd, g hoy están encorvados y tendidos allá en un subterráneo. otros me robaroñ todos mis bienes y otros me quemaron a puerta cerrada mis habitaciones. otros me hurtaron todos mis cultivos. fuer_a de la ley de la justicia. Las autoridades municipales de Ortega me negaron la razón, violando la ley y la carta fundamental del derecho, con el fin de encarcelar la justicia, para que no sea distributiva, conmutativa y legal en mi favor.

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l)tts tt \/,t'r'/r t', tlt' ltt ,'ltt¡ tlt' lt¡ \'tt¡lt'ttr itt, lltttttltt /t/./,\ t un t;\(,(lt) t'tl lll ltt \llltt

?7


montañas que forman las costas septentrionales de Méjico. Esta enseñó a algunas poblaciones indígenas un dialecto y a otras otro, y así sucesivamente. Ahí está el templo del Dios de los Ríos. Ahí están los

Dice un sabi<) que el tiempo huye y no vuelve, y no es así: el tiempo tiene un aguante donde deposita las malas acciones del hombre, y lentamente lo castiga retorciendo su cuerpo como un arco de flecha y le quita todas las nquezas.

templos de los dioses y los milagros de mis antepasados. mis antepasados predicaron a las muchedumbres indígenas trescientos años antes del 12 de octubre.

Ahí están los evangelios que los sacerdotes de

El tiempo es el enemigo más poderoso y encarnizado del hombre orgulloso y envidioso. El tiempo, unido a la

verdad, contempla la mísera carrera del hombre nacido de mujer. su actitud es como la yerba y la flor: pasa un ligero viento v cae la flor, y la tierra que la sostenía no la reconoce.

Las aguas tienen un espíritu, al que llamaron

mis antepasados Dios de los Ríos. El se dio a conocer ante la rnajestad de la emperatriz indígena Múschcate, que es el Dios supuesto, y Múschca, que es el Dios de la Verdad, el que hizo de la nada lo que vemos y lo que no vemos.

Ninguno de los mecánicos más afamados que ha producido la naturaleza humana, ha podido suspend er el

reloi que construyó la mano eterna. Este reloj vuela sobre la corona del hombre y nunca se atrasa, ni se adelanta. Es la ley natural, legislada por la sabiduría

eterna del que ordenó el incansable correr de las aguas y el depósito de ellas.

¡Y qué diré de la naturaleza de "Múschca", es decir, del Dios sol! El hizo aparecer dos sabios, mujer y hombre: la mujer para que enseñara a hilar el oro y cruzarlo, es decir, a tejerlo, y el hombre para tallar la piedra y hácer jeroglíficos sobre ella; caras de hombres, de animales y aves; también para hacer fetiches: cocodrilos y aves de oro con sus polluelos, cigarras, sapos, lagartijos, serpientes, etc. Estos escritos no los ha podido destruir la cólera de los siglos, ni las edades han podido acabar con los fetiches de barro que prepararon mis antepasados amasando el barro con lech e de árboles. Dios, el verdadero Múschca, dio un idioma, enseñado por ollo, mujer que desapareció para educar mi raza trescientos años antes del doce de octub re; pero ésta no er¿r lrrjir dc r-nujer. Fue enviada por la naturale za para ('clur','¡r rI)i r.rz.r; I)ues a¡rarreció o fue encontrada en las

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La fe me la enseñó la prehistoria de mis antepasados, t:uando elevaban himnos al Dios Sol, en la forma como elevaban sus holocaustos los cristianos, ante de Jesut:risto, al Dios Jehová.

Ahora pregunto yo: ¿Cómo

y para qué el Bochica?

¿.Cómo el Salto de Tequendama? Pues todo es composir-ión de los pensadores. La redención se verificó en otra

forma. ¿De dónde descendió el Dios Bochica? ¿Era éste hijo de mujer? ¿No sería más bien hijo de Dios de los Ríos? No quiero dejar conocimiento a la ciencia española sobre el dominio de las aguas, porque mis enemigos no indígenas han sido y son muy traicioneros y me odian de muerte. Dije que OIlo era la imagen de mi pensamiento, porque ésta fue la imagen de mis antepasados soberanos, quienes elevaron holocaustos al Dios Sol; y este Dios les concedía todo, todo. Otros tenían fe en el Dios de los Ríos y otros en el Dios de la Luna. De estos diose el más milagroso fue el Dios Sol, quien sobrepujó en medio de todos, mandando a un hombre para que redimiera las aguas. Pues el Dios de las Aguas se había apoderado de un sinnúmero de habitaciones y cultivos.

La prehistoria me ha enseñado dónde están

los

cementerios que el planeta Guananí tiene en su vientre ocultos, y que hasta hoy la civilización española no ha podido descubrir, como tampoco han podido descubrir esos grandes tesrlrcts de or«r tallado que también están de¡rositados en el vientre del dicho ¡:laneta Guananí; y v.rrir¡s t t,soros clt, oro t:st ¿irr res(Ju¿lrd¿rdos ¡ror poder()s()s

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(u'r()v()s «lt' (l(Ju(t, l)()r(lLt(f sus duetños eralt devotos al I )ios clt' Ios [{íos; y lr)s (lue están depositados propiamenIc rlcr)lro rlcl ¡ll.rrrcl,r (,r¿)n los devotos del Sol. [ -l r rr< r .u rlt's <k'l 12 de ot-l ubre de 7492 era amigo íntimo de rrris t'ott'rr.ineos herman()s, los que tenían sus almacenes y depósitos de oro en gran cantidad en las casas de nuestros soberanos. A los cinco días después de pasado el 12 de octubre varios depósitos de oro se convirtieron en piedras, otros en agua, porque conoció este metal el veneno de la envídia del guagás, que quiere decir blanco racional en castellano. ¿Y qué diré de los devotos de la Luna? Esos planetas son los únicos testigos y dueños de los tesoros de mis antepasados, tesoros en un extraordinario depósito y tallados con extraordinaria belleza. Pues allí se encuentran retratados los monarcas indígenas en oro macizo, rodeados de festines de oro tallado y que hasta hoy no ha podido descubrir ningún español civilizado, por motivo del egoismo y de la envidia, que hace ocultar de la vista estos depósitos.

I..r pobreza del blanco es triste, penosa, vergonzosa, rnotivada por la envidia y mala fe de éste con el pobre irrdígena.

I-a pobreza del indio no se conoce, pues el indio viste rrrarl, come mal, trabaja a la estricta todo el día, rnantenido con el vicio de la coca o del tabaco. Si ,'osecha, está contento; si no cosecha, también está t'ontento; si tiene sal, come sal; si no Ia tiene, come sin t,lla. EI blanco no. Cuando no tiene todo esto, reniega, nraldice su misma suerte y queda a la manera de un lronco viejo carcomido por la polilla en el huerto del t'urltivador. El indígena, aún cuando está viejo, arranca verba sentado en su jardín. El indígena vive hasta cien .rñoS y el blanco no alcanza sino a cuarenta, y de cuarenta a sesenta años cuando más. De sesellta en .rclelante queda encorvado, porque la sangre la tiene r

legenerada.

Hijo de José se meció en una humilde cuna de paja ('omo se mecen los hijos de las aves por los cuatro vir¿ntos de la tierra. Así nacen también los hijos del rnatrimonio indígena, sobre un puñado de paja silvesÚe. Así nació el que escribe esta obra, hijo lejítimo de Mariano Lame y Dolores Chántre; Mariano Lame, hijo It,jítimo de Jacobo Lame; Jacobo Lame fue quien huyó rlel pueblo de Lame, de Tierradentro, de miedo del castigo que le anunció el Gobernador de la Parcialidad clel pueblo de Lame, por desobediencia. Este, al llegar a Silvia, no se acordó del apellido, que era Estrella por el ¡radre y Cayapú por la madre. Como no se acordaba del apellido, el cacique lo llamó Jacobo Lame. En el matrimonio del blanco he visto yo pasar hechos extraordinarios. En la casa del matrimonio indígena se encuentran la humildad, la pazy la tranquihdad. Los hijos del matrimonio indígena viven desnudos, duermen desnudos, caminan desnudos y trabajan desnudos a la pura interperie, hasta tanto que ellos mismos ganan dinero para su vestimenta. El celo está en el matrimonio que es verdadero donde luchan los dioses domésticos para establec er el reglanrento intcrtto. Hay mtlmenlos que lloran y momentos r¡rre ríerrt ('urrLr('ttti.ittdttse (tomo utt par de palomas. I'.1

Ahora yo les pregunto: i Por qué la cólera de los siglos no ha podido destruir o borrar esas leyendas escritas sobre duras piedras en los lomos de las empinadas cordilleras y que marcan los cementerios de nuestra prehistoria? Cementerios que se encuentran unos en el vientre de la tierra, otros forman el redil de extensas lagunas de agua, y otros son depósitos de las grandes riq-uezas ae -ié antepasados soberanos, quienes dominaban muchedumbres. Esta corte de soberanos indígenas no fueron

hijos de mujer como el "sinviosa", fundador de los

, !

templos de la divinidad del Sol. El enseñó a los indígenas cómo debían adorar el sol; cómo ayunar; cómo débian vivir el hombre y la mujer; cómo se debían casar y quién Ios debía casar; qué reglamento debía tener lá mujer indígena soltera, casada o viuda; qué castigo se impoÁía a la mujer soltera que tuviese familia y también a la viuda que sin volverse a casar tuviera familia. También did la medicina a las madres y a los padres para que disiparan o disminuyeran la fuerza o brío, cuando la naturaleza orclcn¿rra e,l cumplimiento de su ley al joven varón o a la jovt,tt rrrttjt,r.

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l,,tl«rs hablan de sus claustros de educación. Por esta r,r.:tin yo también debo hablar de los claustros donde me ,,,lrrt'ri la naturaleza. Ese colegio de mi educación es el .,r,¡tttt,t]te:

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I I ¡,r irner libro fue el ver cruzar los cuatro vientos de [a Itr't I,t-

I I :,t,1¡undo libro fue el contemplar la mansión del cielo. I I tr,rr:ero fue el ver nacer la estrella Solar en el Oriente y que asímoría el hombre nacido 'r'r l,r rnorir en el Ocaso, y r ll rnttj€t. I I r rr¿rrto libro fue el contemplar la sonrisa de todos los ¡, rr , ln)es, sembrados y cultivados por esa Señorita [.J,rlr valeza, que viste un traje azul y que se corona ella n nsrna de flores y se perfuma en su tocador interminable.

libro fue el coro interminable de cantos. I sexto libro ese bello jardin de la zoología montés. I sóptimo libro fue el oír atentamente esa charla que l, )r n)an los arroyos de agua en el bosque. I I ot:tavo libro fue el idilio. I I noveno libro fue el verdadero Libro de los Amores. I I clécimo libro fue el libro del reglamento armónico que lrt,n€ la Naturaleza en el palacio de sus tres reinos. I I undécimo libro fue el de la agricultura y de quienes son lr-reños de sementeras y labranzas. I:l duodécimo fue el libro de la ganadería montés. l-stos son los libros de mi estudio, pero no están todos, porque son miles y miles de libros, los que no han podido r opiar aquellos hombres que se chamuscaron los ¡r.irpados en quince a veinte y treinta años de estudiar. I «¡uinto

<

Quintín Lante en los últimos a,itos d,e su uí.d.tt. su blo.r¿co cubellera cae sobre s?¿s rrcmbras. A aeces hacía co?L su c«bello una trenza, por ro cuar ros mwer¿achos de o,te¡¡u

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I , ¡rensador no le teme al pelig ,

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, r'rlrz()ción que llegó el12 de octubr

(Jrua coluntnaformard uru

, ,,l,,rrde y villanamente a mis ante r¡rrc hábían nacido y habitado esta I ,.., jardín que me ha mostrado la n r(, ()rdena que no debo temer decir , l,' Ios hombres, If or más blanco q , ,,r lcr a aquellos que me redujeron ¡rr'rrif enciaría de la ciudad de Popay r t)r) una cadena de gruesos eslabo , rl,rdo, oído ni vencido en juicio; y t

puñado de indígenos el dío de mañano para reiv indicar stt s- der e c hos "

,1,

r Estas fueron las célebres il

rnr:ierto de aristócratas payanese ,',,1,i Popayán en la ruina, debido r .nr€tió contra los cabildos de indí ,

,

Irr.r columna formará un puñado

d

rrr,nr¿lna para

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reivindicar sus derech I )r,,s la humanidad, cuando la resc r l. rrrorio. Así rescatar ála raza indíg t , rlornbia, y quedará el blanco rrr.lí,¡ena. Y sucederá todo eso por ,r, lnrinistración de la justicia, por la r .nlra el indígena. Dirá el blanco "l,on bestialidades del indio Quintír I ,1, r rr:o me ha odiado y me odia , , rlrunniado; me ha jurado la calun I )ros y los hombres; se ha reído lr, rt'iéndome los gestos del demoni , rr r,)strar el alma del hombre. r

4s


M¿rnuel Quinlín [-ame Chantre 1883: Quintín Lame nace en la Hacienda de San Isidro el 31 de Octubre. Hijo de Mariano Lame y Dolores Chantre, terrajeros de la misma hacienda. , 1,,'l,r ,rrtu,t,1,,l,, ll,t|)('l'-1'rltltt ,r (ff lff f lílt,.rl ,¡tt,' lllt() l),ll.l l.t ll,lllt¡tftlttl,rtl .1,'l ¡,, lr,r¡., rlrr('r() ,1,' ltt,1 lttt lt,t l.tt l,ll". Stf lf t, lt,r n r lr,r, r l¡I

l(X) l. I )ttr.rtrtc la guerra de los mil días es obligado a enrolarse en l.rs lil,rs tlcl cjérr:ito; al lado del General Carlos Albán es llevado a l',ur,rrrr,i; <k,til recibe lecciones de lectura, escritura e historia y un.r (,ns(,n.lt)Zcl c1ue lo acompañaría toda su vida: la idea de que las l,'r7r,s (,r('ur t,l frrndamento de la Justicia.

l()10 Il,rt t, strs ¡rrimeras declaraciones de defender la causa n¡rlirl('r¡,r Sr',rrrloclenomina como abanderado y defensor de los ,,,1,t1,

l,'., rrr, ll,l,,lt,l\ (lcl

L,aLlCa.

l() l,l ('orni(,r)2.) su campaña de movilización de los indígenas del ( ', r r rr , r Sr r r-lr¿is aguerrido . enemigo es el Maestro

Guillermo V,rlcn( rrr, yr:rno de Don Ignaóio Muñoz, gran terrateniente del (.,tt¡t ,r v dtteño de la Hacienda Sanlsidro. Durante esos primeros r u,rlr<r.rr-ios de agitación y movilización de los indígenas, euintín (,., l)(,rscguido por conservadores y liberales.

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l, , l,r 1,,, lr,r.,,,lrrlr l.rrr i(),rñt¡r.(lt'lttt'lt.ty.l1lll.rr'ttillt'ttl,¡s , l, , rr I ,ir I ',ln '1,'l l,,lltrl,l \,r ll,lllt' tl,'l I ltttl,r

l() lil: Clortuenzan los levantamientos indígenas en Tierradentro. ('r'rt'¿r de 6.000 indígenas al mando del general Yajimbo tomaron l,rs ,rrrr)rrs co.tra las tropas regulares del ejército.

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llr: ()uintín es apresado en el Puent e "El Cofre", permanecienrl«¡ Lrr) .rño en la cárcel de Popayán. Hasta ese momento las

, i, ] 'rlllrlr'lll¡ ( r ¡ll',r'l() rl¡ lrrtlt,r'." t'l l" il,'l'll('l() I,, ,,,( ir rtr,/,rlr, !-,,,n, Ir,,t. (llt<lít.¡t,tt,r tlt'l [i1'5t]tl,tt,l«l tlt' r) r .lr'ritrlo l)r('sl(lcrrlt' tl,' t'slt' ( ()l)s('j(), ,tl , tt,tl , ,1,'11'rl,r« r()n('., rlt'l.is [)(rtt t.tlirl,trlcs tlt'l-l-ttlittt,r t7 ,()rr',r'l() Ii llrrí.r ('()nl() firr "¡tr<ll('(J('1 , rlllll).ll.tt \/ lr l,,,l,r', ',u1, ¡1,\l'lt's, ltls clt'tt't-lttls y l)r()llit'<l,ttit'l, l,r , lrrl,u , rr,lí,1('r),1'. t'xisl('ttt('s c'tt cl lt'ttilol io tl,'l.r

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( ()r)rtrrridades

indígenas le prestaban toda la seguridad a su líder. L.r.rristocracia payanesa utiliza, sin embargo, a pio Collo (ir rclíger vt Páez de Tierradentro y que no seguía las orientaciones rlt' ()rrirrlín) para iniciar su persecución; los curas misioneros de l'rc r r .rclt'n I ro se suman a Ia campaña de desprestigio del lrr«rvinrit'ttlo Quinlinisl¿r. A partir de esta fecha Quintín es varias v('( ('s rlt'l,rl¡ld«r y lonr.rclr) t)res(). A ¡rartir de 1918 permanece t'u,rlt() (titrls t,n l,t t',it« r'1.

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)rrirrlrr I ,rrr,' ,1,,',.' ( iort/,t1,, S,ittt lt,'z ,7 l.rrlrrltll() lttlrolri ,1, l,' , ,,run'r, l,r,l,", ur(lit1r'tt,ts tlt'()rlr'll,t \/ ('lt.rl),tll.tl, ¡,r,t l, ,' , rrl¡t,r l)lrl,lr,,r,,'l ¡lotl,'t (l('ll('t.rl ¡)rll,t l('l)t(':r('lll,tl lt,', rrrlr , |,r,,1'1,'r¡,r I 'lo rl,r ltl,l,rl ,tl tl,",,ttl,,llt, tl,'tlll,t l, ,ttl,i, t,)tl (lll(' lr'lllllll,l ( ()ll 1,, lrltrtlrl( l()lt,l,'l ¡,rt,'l'l', l, lr,, lr,' (l 1,,r,, ,,lt,rllr l,') rt l,t , ,,rr',llltl( l( )ltrlc Ir,', lt,,,l,'l ,rrrr,l, ,,1,'( )rlq'rl,r\/ ('lr,rl),tll.rl I l.,tl,tl«l,,lllll( l(tll,lll.l 't ,. , ,' ,, ' , 1. ' l r a l l, t ', r r l r l , l , , 1, , tt ,l r

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