e d i t o r i a l Sra. Ministra LĂdice Larrea.
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CRÉDITOS DETRÁS DE LA ESPERANZA
Ministra Lídice Larrea
Editorial Marco Andrés Chiriboga Pablo Andrés Mora
Diseño Marco Andrés Chiriboga
Fotografía Eduardo Naranjo
Ministra Lídice Larrea
Editorial Marco Andrés Chiriboga Pablo AndrésMora
CONTENIDOS
LO QUE SE GANÓ DESPUÉS DEL TERREMOTO
16 CAPÍTULO I 38 CAPÍTULO II n i ñ os
17 Afectados en el terremoto
42
21 Afectados en el terremoto
48 Afectados en el terremoto
en el terremoto 35 Afectados Su vida pasada, cómo les afectó
en el terremoto 55 Afectados Su vida pasada, cómo les afectó
el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
Su vida pasada, cómo les afectó el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
Su vida pasada, cómo les afectó el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
Ministerio de Inclusaión Social
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www.mies.com.ec
Afectados en el terremoto Su vida pasada, cómo les afectó el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
Su vida pasada, cómo les afectó el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
52 CAPÍTULO III 98 CAPÍTULO IV adu lt os
e mp rend ed o res
17 Afectados en el terremoto
42
21 Afectados en el terremoto
48 Afectados en el terremoto
en el terremoto 35 Afectados Su vida pasada, cómo les afectó
en el terremoto 55 Afectados Su vida pasada, cómo les afectó
el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
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Su vida pasada, cómo les afectó el terremoto, su vida actual, sus esperanzas.
Información Ministerio de Inclusión Social
022-345-567
CAPÍTULO I
NIÑOS
INTRODUCCIÓN
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más,
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TESTIMONIO Magnam laceati assinis cienimint int am nimin natist, con num essus elibuscium nobitatios aut ab illisim in erferfero Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía
Susana Rivadeneira Sobreviviente del terremoto “Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate nest, untecus pro comnimo lorepel entiur, quid earum dis nulparchit,”
donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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Adrián Rivadeneira
Estudiante del Instituto técnico Esmeraldas
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una
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Adrián Rivadeneira
Estudiante del Instituto técnico Esmeraldas
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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DATOS INFOGRÁFICOS
NIÑOS
T E R R E M OTO
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“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
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CAPÍTULO II
ADULTOS
INTRODUCCIÓN
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más,
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TESTIMONIO Magnam laceati assinis cienimint int am nimin natist, con num essus elibuscium nobitatios aut ab illisim in erferfero Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía
Susana Rivadeneira Sobreviviente del terremoto “Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate nest, untecus pro comnimo lorepel entiur, quid earum dis nulparchit,”
donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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Adrián Rivadeneira
Estudiante del Instituto técnico Esmeraldas
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una
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Adrián Rivadeneira
Estudiante del Instituto técnico Esmeraldas
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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DATOS INFOGRÁFICOS
NIÑOS
T E R R E M OTO
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“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
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CAPÍTULO III
ADULTOS MAYORES
INTRODUCCIÓN
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más,
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TESTIMONIO Magnam laceati assinis cienimint int am nimin natist, con num essus elibuscium nobitatios aut ab illisim in erferfero Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía
Susana Rivadeneira Sobreviviente del terremoto “Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate nest, untecus pro comnimo lorepel entiur, quid earum dis nulparchit,”
donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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Adrián Rivadeneira
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Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una
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Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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DATOS INFOGRÁFICOS
NIÑOS
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CAPÍTULO IV
CAPACIDADES ESPECIALES
INTRODUCCIÓN
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más,
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TESTIMONIO Magnam laceati assinis cienimint int am nimin natist, con num essus elibuscium nobitatios aut ab illisim in erferfero Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía
Susana Rivadeneira Sobreviviente del terremoto “Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate nest, untecus pro comnimo lorepel entiur, quid earum dis nulparchit,”
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una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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Adrián Rivadeneira
Estudiante del Instituto técnico Esmeraldas
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una
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Ipic tectisiment venda cus pa conet omnim et velias ex ea nobis aut la volorro blab is re
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Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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DATOS INFOGRÁFICOS
NIÑOS
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“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
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“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
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CAPÍTULO V
EMPRENDEDORES
INTRODUCCIÓN
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más,
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TESTIMONIO Magnam laceati assinis cienimint int am nimin natist, con num essus elibuscium nobitatios aut ab illisim in erferfero Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía
Susana Rivadeneira Sobreviviente del terremoto “Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate nest, untecus pro comnimo lorepel entiur, quid earum dis nulparchit,”
donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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Adrián Rivadeneira
Estudiante del Instituto técnico Esmeraldas
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una
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Ipic tectisiment venda cus pa conet omnim et velias ex ea nobis aut la volorro blab is re
Adrián Rivadeneira
Estudiante del Instituto técnico Esmeraldas
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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DATOS INFOGRÁFICOS
NIÑOS
T E R R E M OTO
220 e n e scu e l a s
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“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
53 parques
“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
16.04.2016
220 e n es c u e l a s
“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
53 parques
“Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate Ut aut vid excepeGent, teseque necum erum velluptat magnatu rionsed ipitem
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CAPÍTULO IV
FUNCIONARIOS
INTRODUCCIÓN
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más,
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TESTIMONIO Magnam laceati assinis cienimint int am nimin natist, con num essus elibuscium nobitatios aut ab illisim in erferfero
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y una nevera
que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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INTRODUCCIÓN
Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más,
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TESTIMONIO Magnam laceati assinis cienimint int am nimin natist, con num essus elibuscium nobitatios aut ab illisim in erferfero Yo llegué a raíz del terremoto, porque no tenía
Susana Rivadeneira Sobreviviente del terremoto “Fernam et endamus andione lam lant mi, ut harios doluptati qui tem que nusae net etur? Qui corepernate nest, untecus pro comnimo lorepel entiur, quid earum dis nulparchit,”
donde vivir porque mi casa se cayó. Era la última casa en una loma. Yo vivía feliz ahí porque tenía sembradas mis plantas, mis frutas, tenía algunas cosas de comer: papaya, aguacate, naranja, limones. Era mi entretenimiento. Ahí vivía con mi hijo que me ayudaba, pero murió en el terremoto. A mí se me atravesó una caña en la pierna y me tuvieron que operar. Yo tengo cáncer, no tengo hígado, pero quiero vivir un poco más porque me quedé con mi nieto de 5 años en la nueva casa. Durante un tiempo viví con mi comadre, gracias a que recibí el bono de acogida del MIES, durante 6 meses, pero yo me quedé un poco más, hasta que me trajeron a la nueva casa. Tengo un colchón, una cocineta y
una nevera que no sirve. Me ofrecieron 35 libras de pescado y 35 de pollo, para abrir un mercado en el asentamiento y así generar un ingreso. No fui al albergue pero si estaba aceptada. Ahí me limpiaban la dentadura, me daban mis remedios. Gracias a Dios tengo dónde vivir los últimos días que me quedan, aunque extraño mucho mi huerto. Quisiera tener tomate y pimiento. A veces no tengo ni para comprarme insulina, pero la gente es buena y me ayuda. Con USD 40 me compro dos frascos de insulina. Una vez me regalaron 25 libras de arroz que me como de poco en poco. También me regalaron fideo. Por aquí me quieren mucho y me regalan un plato de comida, o me regalan limones, mango. La gente del asentamiento sí me miman. Por eso me siento feliz y regocijada.
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