Proyecto leonardo 2

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“IN-TRAINING PRACTICE IN EUROPEAN CATERING” Escrito por:



Hace ya más de dos años empezamos a escribir en la revista de nuestro Centro sobre Proyectos Europeos. Por entonces hablábamos de nuestro proyecto Leonardo: “EUROPEAN TRAINIG PROGRAM FOR THE NEW CATERING SERVICES”. De nuevo, este año hemos continuado inmersos en este tipo de iniciativas y quisiéramos que conocierais nuestro segundo proyecto: “IN-TRAINING PRACTICE IN EUROPEAN CATERING”. Aunque os explicamos en su momento qué era un Proyecto LEONARDO DA VINCI, os recordamos brevemente en qué consiste. Se trata de una de las modalidades que El Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE) tiene para la formación de los jóvenes en Europa. Entre sus objetivos destaca favorecer la movilidad entre los diferentes países que forman la Comunidad Europea.


A diferencia de otros, éste va dirigido a la Formación Profesional y más concretamente a los Ciclos de Grado Medio. Como ya sabéis, el hermano mayor de estos programas es “ERASMUS” que está dirigido a la Educación Superior, es decir a los Ciclos Formativos de Grado superior y a la Universidad. Nos quedaría otro programa, que sería el COMENIUS, cuyo objetivo es reforzar la dimensión europea en el campo de la educación infantil, primaria y secundaria. Tampoco nos podíamos olvidar de una cuarta modalidad que sería GRUNDTVIG que contempla la Educación de Adultos. Tras este breve y esquemático análisis, sabemos que hoy en día es fácil viajar; las vías de comunicación han evolucionado (¡y de qué manera!), pero además las facilidades que existen para poder realizar intercambios en Europa se ha hecho mucho más accesible para todos. Antes, salir de España era muy complejo, pero actualmente Europa se ha convertido en nuestro primer destino. Os invitamos desde


aquí a acogeros a cualquiera de estos proyectos, y os facilitamos la página web de la OAPEE, www.oapee.es donde podréis obtener información más exhaustiva y amplía a este respecto.

Alumnos participantes en el Proyecto con el polar confeccionado para la ocasión.

El Proyecto que nos ocupa hoy, es como decía antes un “Leonardo”, y empezó cuando el Departamento de Hostelería y Turismo lo solicitó en el mes de enero de 2012.


Con el trabajo e implicación de este departamento y la colaboración de todos y cada uno de sus profesores, en junio nuestro proyecto fue aprobado asignándole una dotación económica casi suficiente para poder afrontarla. En septiembre, a la vuelta de vacaciones, firmamos el contrato con las autoridades de la PAP (Programa de Aprendizaje Permanente). Tras nueve meses de espera acababa de nacer nuestro proyecto, pero sólo era el comienzo, ahora empezaba el camino más largo: ponerlo en marcha. Lo primero era elegir los alumnos que iban a disfrutar de las doce movilidades que se habían concedido. La verdad es que candidatos no faltaban, pero había que hacer una selección.


El Departamento de Hostelería y Turismo se reunió para acometer este fin, pero fueron más concretamente los profesores que habían impartido clase a esos alumnos durante los dos cursos escolares, los que realizaron una valoración individual de cada uno de los candidatos, elaborando una propuesta en la que se recogía el nombre de los alumnos posibles que podrían ser merecedores de una de las movilidades del Proyecto. Sabemos que lo perfecto hubiera sido no tener que hacer esta selección y haber dado esta oportunidad a todos los alumnos. Sin embargo, solamente nos habían concedido doce movilidades y teníamos que ser lo más equitativos posibles en la asignación de las mismas. Por eso, el equipo de profesores, oído el Departamento de Hostelería y Turismo, estableció unos criterios objetivos para realizar esta selección, entre ellos el expediente académico, la ausencia de expedientes disciplinarios, no faltas de


asistencia a clase, conocimiento del idioma del país de destino o en su defecto el inglés, etc. Además también se tuvo en cuenta la valoración que cada profesor realizó sobre cada uno de los alumnos, en función de su comportamiento en el aulataller. De este modo, quedaban recogidos en nuestra propuesta los parámetros académicos y personales para que la selección fuera lo más justa posible. Ahora el siguiente paso era informar al alumnado y a sus familias sobre el proyecto y sobre los lugares en los que se iban a desarrollar estas modalidades. Contábamos con dos destinos, Italia y Francia. En Italia de nuevo volveríamos a Asti, ciudad de unos cien mil habitantes ubicada en el norte del país, situada más o menos a medio camino entre Milán y Turín. En Francia la ciudad elegida es la Roche Sur Yon, hermanada con Cáceres desde hace más de diez años, situada muy cerca de Nantes, a pocos kilómetros de la playa y perteneciente a la región de La Vendée,


lugar donde iban a estar ubicadas las empresas en las que los alumnos realizarían parte de su FCT. El alumno debía tener un conocimiento previo sobre el idioma en el que en futuros meses se iba a comunicar. En la dotación económica había una partida asignada a la realización de curso de idiomas, por lo que se organizó, con la ayuda del Departamento de Inglés, y con la colaboración particular de Lola Hoyas, un curso general en cada uno de estos idiomas: Curso de Italiano: Impartido por Chiara Pepe, profesora de origen Italiano, candidata perfecta para impartirles unas 25 horas en este idioma. Los alumnos contaban entre sus experiencias que era una maravilla de persona pero como profesora era inmejorable: “nos enseñó lo justo para defendernos en Italia, cualquier duda que encontramos estando en Italia ella nos atendía por Tuenti, e-mail… ”. Curso de Francés: Impartido por Dolores Rodríguez Barroso, también


conoce a la perfección el idioma francés, y aunque éste era más complejo para los alumnos, a base de mucho esfuerzo y el empeño que puso Lola consiguieron aprender lo necesario para poder viajar a Francia. Solo reseñar un aspecto que a lo mejor nos hace concedernos una inyección de moral a los docentes, y es que a veces parece que todo lo que enseñamos cae en saco roto. Los chicos al final del proyecto comentaban, tras haberse comunicado en los tres idiomas del proyecto, francés, italiano e inglés: “ahora nos damos cuenta que sabíamos bastante inglés, sólo era cuestión de perderle el miedo y ponerse a hablar”. Ya estábamos a final del curso escolar y nuestros alumnos tenían que hacer bien sus exámenes para aprobar todos los módulos profesionales. Indicar que el alumnado al participar en el Proyecto Leonardo y realizar la FCT en ambos países, tendrá convalidada una


parte del módulo Formación Centros de Trabajo, en concreto, 140 horas de un total de 440 horas, para los alumnos del Ciclo Formativo de Grado Medio de Cocina y Gastronomía y de 110 horas de un total de 400 horas, en el caso de los alumnos del Ciclo Formativo de Grado Medio de Servicios en Restauración. Realizados los exámenes y corregidos los mismos, nuestra alegría y la de nuestros alumnos fue grande, ya que todos (excepto uno) aprobaron todos los módulos. Llegaron las vacaciones de Semana Santa y tras ellas, debíamos empezar la última fase del proyecto. El día 11 de abril a las 8:00 horas en la puerta del Centro estaban nuestros alumnos, todos vestidos iguales con un forro polar azul hecho para la ocasión, las maletas llenas de todo lo que podáis imaginar, sus familiares con lágrimas en los ojos y sobre todo muchos nervios en el ambiente. Tras las despedidas, nos montamos en el autobús destino a Madrid, diciéndoles adiós a profesores, personal


laboral y alumnos que se iban incorporando a su jornada laboral en el Centro y que se preguntarían ¿dónde irá este grupo de alumnos de excursión? La respuesta pasaba por una matización, “no es una excursión, es un proyecto, voy a aprender más en otro país, a trabajar en lo que será mi profesión y a convivir con otras personas. No estaremos un día, ni una semana de turismo, estaremos un mes trabajando duramente en lo que nos gusta, la Hostelería”. Llegamos a Barajas y tras los últimos abrazos para despedirse, unos nos fuimos a la terminal dos y otros a la cuatro. Faltaba vivir otro momento importante para algunos de ellos, ya que era la primera vez que cogían un avión y las preguntas que se planteaban eran ¿qué se sentirá?, ¿es verdad lo que dicen que te duelen mucho los oídos?, etc. Despegamos y ya durante el vuelo (los alumnos que fueron a Italia) se dan cuenta que está viajando con ellos, Jorge Lorenzo, sin embargo, no encontraban el momento


para acercarse a él. Aterrizamos correctamente y en la zona de recogidas de equipajes fue donde le pidieron que se hiciera una foto con ellos. Objetivo conseguido: teníamos las maletas y la fotografía de los seis junto al campeón.

Llegada al aeropuerto de Malpensa en Milán junto a Jorge Lorenzo.

Con nuestras maletas (ninguna se había perdido, que era uno de nuestros miedos) nos fuimos a coger el autobús con destino a Asti. Tras dos horas de camino llegamos a una casita rural que nos había preparado nuestro socio. Ésta estaba compuesta por dos pisitos con todos los


medios para poder vivir, y lo más importante para todos, WIFI gratis. No deshicimos nuestras maletas, ya que todos teníamos la mente en otro lugar, lo que nos preocupaba era comunicarnos con España para decir que todo había ido bien. Una vez acomodados, decidimos ir a realizar la compra a un supermercado cercado. El menú para nuestra primera noche fue: “Pasta salteada con mantequilla y orégano”, eso sí con queso. Al día siguiente tocaba madrugar ya que a las 8:00 horas, partía el autobús con todos los alumnos del Proyecto destino a Turín, donde teníamos la recepción por parte de las autoridades , así como, la clausura de su Programa Leonardo (F.A.N.T.E.) y un pequeño ágape de pequeñas “delicatesen” preparadas por los alumnos italianos. En este recibimiento es donde se puso de manifiesto su agradecimiento por lo que nosotros habíamos hecho en España con sus alumnos. Directora Provincial (Doña Claudia Porchietto), diferentes cargos de Educación, Presidente de Escuelas de


Hostelería (Secondino Aluffi), Directora de la A.F.P. Colline de Astigiane (Lucía Barberino) y demás autoridades, nos felicitaban por el cariño con el que habíamos tratado a sus alumnos, y por ser el país que más chicos acogió en su proyecto (más del 60%). Con ellos participaron además Alemania y Malta.

Recibimiento a los alumnos en la Delegación de Educación de Turín, junto a los alumnos italianos

El segundo día (sábado) de nuevo a Turín, esta vez en tren y ahora íbamos por otros motivos: realizar la primera visita cultural. Nos encantó Turín aprovechando


y disfrutando de todo el día “E molto bella Torino”.

Visita cultural a Turín. Fotografía en uno de las galerías más tradicionales de la ciudad (Gallery di Figliola Gerardo)

El domingo a descansar y a poner un poco en orden el piso, ya que con tantas actividades, no nos había dado tiempo para deshacer las maletas, ni para distribuir tareas y responsabilidades entre todos para tener una mejor convivencia. El lunes fuimos a la Escuela de Hostelería de Asti, donde nos esperaban sus profesores y alumnos. Allí les enseñaron cómo se hacía la pasta y


además nos invitaron a comer en el Centro. Su profesor, Máximo, les acogió como a unos alumnos más y después les hizo partícipes del servicio que dieron a las autoridades y alumnos del Centro.

Visita a la escuela de AFP Colline Astigiane en Asti. Cocina.

Visita a la escuela de AFP Colline Astigiane Restaurante.

en Asti.


Por la noche les invitaron a cenar en otra de las Escuelas de Hostelería, la primera que se construyó y que se encuentra en una Colina del Piamonte, a unos 20 Kilómetros de Asti. A las 19:00 horas cogieron el autobús, con tan mala suerte que se equivocaron y viajaron a una ciudad llamada Acqui Terme (a unos 50 kilómetros de Asti) y lo peor era que no tenían posibilidades de regresar ya que los últimos medios de transporten no salían hasta el día siguiente. Gracias a nuestro socio (MATTEO GAZZARATA) que actuó diligente y mandó a dos de sus amigas a recogerlos en dos coches. Pero aún le da más valor a esta historia, la espera del resto de comensales que no empezaron la “cena de gala” hasta que no llegaron. En la cena nos sirvieron seis deliciosos platos maridados con cinco excelentes vinos. Finalizada la cena, se brindaron a acompañarlos a casa. Por fin llegó el martes, día de la presentación en la empresa. Se presentaron, con puntualidad y uniformados, cada uno de ellos en sus


respectivas empresas, y poco a poco fueron conociendo a los compañeros de trabajo, la carta, los clientes, la forma de trabajar y a ser uno más de ellos. Sus comentarios se pueden resumir en frases como: “Aprendíamos mucho, para todos era nuevo y para casi todos era nuestro primer contacto con el mundo laboral. Nos dejaron libre a todos los mismos días, lunes y martes, con lo cual aprovechábamos para hacer excursiones y visitar la zona, a veces nos acompañaba el socio y nos explicaba todo. Muchas tardes las pasábamos en la bolera y otras paseando por Asti y conociendo a los chicos de la Escuela que siempre estaban dispuesto a estar un rato con nosotros”. Ya casi al final de la estancia, el socio tuvo con ellos un último detalle; les invitó de nuevo a una comida consistente en un menú degustación, en la cual aprovecharon para obsequiarlos con algunos detalles y aprovechar la ocasión para entregarles el certificado de asistencia a clase en su Escuela de Hostelería.


Además unos de sus profesores les impartió una charla de vinos de Italia, y, más concretamente, sobre la zona del Piamonte que culminó con la cata de dos de ellos.

Visita cultural Milán en la plaza del Duomo, junto a la Catedral

El tiempo fue pasando y tras una fiesta de despedida con sus nuevas amistades había que hacer las maletas. Pero antes de montar en el avión visita turística a Milán para volver a repetir la frase “E molto bello Milano”. Pero, ¿qué fue de los alumnos franceses? En este caso la historia fue un poco distinta, era la primera vez que se trabajaba con este país en un proyecto como este y todo era nuevo. Aterrizamos


en Nantes cargados de ilusiones y con el estómago vacío, no sé si sería el hambre o quizás los nervios de la experiencia que quedaba por vivir… Decidimos cenar todos juntos antes de coger el tren camino a la Roche Sur Yon en una pequeña bocatería de la misma estación…

Alumnos recién llegados a la Roche sur yon, primero comer en un Restaurante.

Creo que algo relevante que los alumnos aprendieron en aquella cena fue que aunque la barrera idiomática es un paso que cuesta saltar, sobre todo al principio, cuando uno no se atreve o no sabe cómo pedir un bocata con jamón y queso, si nos ayudamos unos a otros como una “pequeña familia” todo se hace más fácil. Después, un poco cansados pero aún con energías, cogimos ese tren rumbo a La


Roche Sur Yon, donde nos estaría esperando un representante del Lycée Branly (CFA en 85) para llevarnos a nuestros respectivos alojamientos. A la mañana siguiente y tras haber repuesto fuerzas con ese desayuno típico francés, chocolate y croissant, nos reunimos todos en la escuela para conocer de primera mano las instalaciones y clases de una Escuela de hostelería francesa.

Alumnos en el instituto francés de “Lycée Branly “(CFA en 85). Junto a la tutora española, Carolina.

Algo de lo más sorprendente fue observar de primera mano el concepto de Formación Profesional Dual, tan implantado en Europa, que permite que los


alumnos realicen prácticas en empresas durante toda su formación a la vez que acuden al centro de estudios cada tres semanas para completar con su aprendizaje. Destacando, por supuesto, que mantienen una relación laboral con la empresa, la cual les remunera y además está comprometida a enseñarles lo establecido en el programa de estudios acordado entre el centro de estudios y el centro de trabajo. A las 11.30 horas, nos esperaban en el “Restaurant d’application”, servido por alumnos bajo la supervisión de profesores del centro, para ofrecernos una exquisita comida francesa. A pesar de esa hora tan atípica para comer, pudimos degustar esos platos que tanto nos recuerdan a la Cuisine Classique, por sus deliciosas salsas y su cocina recargada, y que distan un poco de las bases de la cocina española, pero que no por ello dejan de ser elaboraciones exquisitas. Seguidamente y casi echando en falta ese tiempo de descanso que nuestra querida siesta nos proporciona, comenzábamos la presentación de los


alumnos en las empresas.

Esther Márquez junto a su jefe de cocina del restaurante Le Petit San Thomas (David Bouurmaud)

En ese momento descubrimos que los establecimientos estaban situados en destinos diferentes, repartidos por toda la región de La Vendée. Sinceramente, aquello fue un motivo de sorpresa y a la vez de incertidumbre e incluso preocupación, puesto que era un asunto del que no habíamos tenido constancia en nuestras conversaciones previas a la partida de los alumnos, y dado que para la mayoría de ellos era la primera vez que viajaban al extranjero, a lo que además había que sumarle la barrera idiomática; nos habría gustado que hubieran estado más próximos los unos con los otros para


que en su tiempo libre, e incluso en aquellos posibles momentos de añoranza de la familia, seres queridos y hasta de las costumbres españolas, tuvieran a alguien con quien compartir en su mismo idioma la experiencia que estaban viviendo. No hay que olvidar que la preparación lingüística que nos facilita el programa es de tan solo 25 horas, con lo cual el conocimiento del francés es muy básico y hace un poco más complicada la adaptación a un puesto de trabajo completamente nuevo en todos los sentidos. No obstante, gracias al esfuerzo de los alumnos y al apoyo recibido por la mayoría de los restauradores y de los trabajadores de las empresas, este camino se hizo más fácil. Así, poco a poco íbamos dejando a cada uno en su centro de trabajo, en los cuales además se les facilitó el alojamiento durante toda la estancia.


Rocío Chamorro y David Rodríguez en el comedor del Restaurante “Les relais des Touristes”

Carmen Cordobés con su jefe del Hotel La Escala (José Cases Bardine)

Dada la situación de las empresas, algunas en el norte de la región y otras en el sur, la presentación personal por parte


de la profesora española que acompañó a los alumnos no fue posible con dos de los alumnos, a quienes les llevó personalmente un profesor del Lycée Branley. Una decisión no acertada por parte de nuestro colaborador, puesto que una de las funciones de los profesores acompañantes es verificar “in situ” que las empresas cumplen con todos los requisitos exigidos y acordados previamente por ambos socios. Tras un contacto directo con esos dos alumnos, pudimos comprobar, que en uno de los casos, las previsiones se habían cumplido y se trataba de un excelente hotel restaurante, ubicado en un edificio histórico, en el cual le proporcionaron una habitación del mismo como alojamiento durante toda su estancia, tal y como se observa en las fotos.


Alicia Rosco en la habitación cedida en su restaurante la Court D’aron

En el otro caso, sin embargo, no se cumplieron los acuerdos alcanzados respecto al tipo de empresa. Por ello, a pesar de la disconformidad al cambio de empresa por parte del colaborador francés en un primer momento, tras la insistencia, tanto por parte del equipo educativo español, tanto desde Francia como una vez regresado a España, así como por la paciencia, comprensión y tesón del alumno, finalmente conseguimos su incorporación a un nuevo restaurante, que nada tuvo que ver con el anterior (está incluso galardonado con una estrella Michelín).


Carlos Ramos trabajando en su Restaurante Le Balata (1 estrella Michelín ) junto al chel

Hay que resaltar, que a pesar de que en un primer momento fueran reacios al cambio, en la evaluación final destacaron su conformidad con el mismo, dado el interés y respeto mostrado por el alumno en todo momento durante su estancia en el nuevo establecimiento. A pesar de estas pequeñas adversidades iniciales, quisiéramos destacar que la adaptación de los alumnos a sus respectivos centros de trabajo y a su diferente forma de vida durante un mes fue excelente en la mayoría de los casos, y


que por ello consideramos y esperamos seguir trabajando con este colaborador en futuros proyectos como éste. Nos gustaría concluir este artículo agradeciendo el trabajo realizado por todos los compañeros del Departamento de Hostelería y Turismo muy implicados con este proyecto, también al Centro, desde equipo Directivo, pasando por los “profes” y el personal laboral (muy especialmente a Jose, Javi y Ángela que están siempre ahí cuando se les solicita su ayuda), a nuestros socios (Lycée Branly y AFP Colline de Astigiane…), pero sobre todo a los alumnos participantes, ya que ellos han sido los verdaderos protagonistas de toda esta historia:


Rocío Chamorro Rosales Alicia Rosco Lavado. David Rodríguez Serrano. Carlos Ramos Molano. Carmen Cordobés Lozano. Esther Márquez Burdallo Sergio Quirós Holgado Carlos José Fernández Sánchez José Alejandro García Salas Alejandro Domínguez Tirado Luis Alfonso López García Roberto Sánchez Mateos Escrito por:


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