Escrito en la piedra Cristina Vázquez Puerto, 2º B El Arco Iris Beatriz Rodríguez Vacas, 2º B
Escrito en la piedra Por Cristina Vázquez Puerto, 2º B Fue una vez una humilde chica a la marquetería donde trabajaba eran tiempos difíciles y su mísero sueldo apenas daba para alimentarse a ella y a su madre, pero cuando llegó al trabajo su jefe la esperaba en la puerta para decirle que no volviera pues estaba despedida. Ella entre lágrimas le suplicó que no lo hiciera. Le explicó su situación y le pidió piedad, pero el jefe se negó. La chica se quedó sin trabajo, vagando por las calles y pidiendo dinero para conseguir un mísero panecillo. Años después su situación cambió, había conseguido algo de dinero como para abrir un taller de costura junto con su madre; les iba bien, pero un día llegó un hombre
canoso y mal vestido pidiendo piedad. La chica reconoci贸 su cara al instante era el
jefe de la marquetería donde antes trabajaba y ahora venía rogándole dinero o trabajo. La mujer no sabía qué hacer pues le guardaba rencor por haberla dejado abandonada a su suerte, así que le dijo: -Ven mañana al medio día tendré una respuesta para ti La chica se fue a casa y comentó con su madre lo ocurrido. La madre le respondió con un pequeño cuento:
Una vez hubo dos amigos que viajaban por el desierto, ambos discutieron y uno acabó dándole al otro una bofetada.
El otro chico ofendido se par贸 en el desierto y escribi贸 en la arena:
`` HOY MI MEJOR AMIGO ME HA DADO UNA BOFETADA EN LA CARA ´´ Los dos siguieron su camino y llegaron a un pequeño oasis donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado empezó a ahogarse, y el otro se lanzó a salvarlo para evitar que se ahogase. Al recuperar el aliento se levantó y escribió en la piedra: El Arco Iris Por Beatriz Rodríguez Vacas, 2º B El otro observando lo que hacía le preguntó: -`¿Por qué cuando te pegué lo escribiste en la arena y ahora lo escribes en una roca? El otro sonriente respondió:
-`Cuando alguien nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, porque el viento
el olvido y el perdón se la llevarán. En cambio cuando esa persona nos ayuda debemos escribirlo en piedra donde ningún viento por fuerte que sea podrá borrarlo. La chica asombrada por la historia de su madre pensó que debería hacerle caso que: Hay que olvidar lo malo que nos hicieron y acordarse de los bueno que nos dejaron.
El Arco Iris Por Beatriz Rodríguez Vacas, 2º B Alicia tenía un problema, no sabía de dónde salía el arco iris, a lo que su abuela Isabel puso solución. -Alicia, mi niña, la historia del arco iris remonta de hace siglos atrás, cuando Dios creó el planeta Tierra y todos los seres vivos y fenómenos que allí acontecen. Dios creó el verde de las plantas para que generaran aire, el agua para que las plantas pudieran vivir, creó el sol y la lluvia, todo para en beneficio de las plantas, y, a su vez, nuestra, pues todos los seres vivos necesitan el oxígeno producido por las plantas para vivir. El sol y la lluvia se repartían el territorio del aire avanzando cada uno hacia un lado distinto y siempre en la misma dirección; si uno iba al norte del planeta Tierra, el otro iba al sur y si uno iba al este, el otro al oeste y así
sucesivamente. Todo siguió igual hasta que un día, el sol y la lluvia coincidieron y este hecho hizo enfadarlos a los dos, cada uno dando lo mejor de sí. Este tipo de días desconcertaba a los seres vivos, quienes no sabían si ese día iba a llover o iba a hacer sol, por lo que no se atrevían a salir de sus cobijos los seres vivos quienes podían caminar. Dios vio este problema y dio una solución: los días en los que el sol y la lluvia coincidan, aparecerá un gran arco sin fin de siete preciosos colores que dan alegría a los seres que lo ven en días de lluvia y sol. -Esta es la historia de cómo se creó el arco iris y esta historia tiene una moraleja, Alicia. -¿Cuál? -La vida en armonía tiene más alegría.