TRAS LAS HUELLAS DE... EL LAZARILLO DE TORMES
Elisa8beth Ana Bustos, 2ยบ E.S.O. B
Buenas tardes: Mi nombre es Elisa8beth (el número no se lee), y antes de que usted pueda criticarme, me gustaría decir que, habiéndome criado con varias familias, en distintas ciudades y entornos, me he fijado en el tipo de personas que existen. Usted no me conoce, así que como yo le he estado investigando, y conozco su vida, me gustaría contarle algunas experiencias para que sepa a qué se enfrenta. Para empezar mi historia, ha de saber que nací en, llamémoslo un orfanato, en el que estuve hasta casi terminar mi infancia. En cuanto cumplí mis añitos, una extraña familia, vino a adoptarme, yo no creí que fuese a encajar, pero estaba ilusionada, porque había encontrado a alguien con quien viviría. A simple vista, parecía una familia caracterizada por su amor al cálculo, y a todo lo relacionado con los números; estaba en lo correcto, de ahí el número en el nombre. Su aspecto me resultaba divertido, así que fui feliz durante mi estancia allí, me trataban como a una más, de aquella familia, del todo sin formar. Al tiempo de mi llegada, empecé a conocer las normas de la casa. Mi nombre cambió, pero supe por qué; esta extraña familia, contaba las letras de los nombres,
y en el medio ponía el número total de letras, así, el nombre de la señora de la casa, consta de cinco letras, por lo que más o menos en la mitad, se sitúa ese número, Mar5ía. He de decir, que me gustó mi estancia allí, todo iba perfecto hasta que la Sra Mar5ía tuvo un hijo, Iv4án; con su llegada, empecé a pasar tan desapercibida, que me llegaron a pisar, e incluso hacían intento de ignorarme, pero cuando vienes de una familia de ocho hermanos, sabes llamar la atención, así que esa idea fue en vano. Viendo lo que sería un futuro bastante aburrido en esa familia, decidí volver yo solita con mi familia natal, al refugio. Pasaron meses, yo ya había asumido que moriría allí (unos meses en el refugio se hacen eternos), cuando una gran familia, casi de los mismos componentes que la mía, vino a acoger a uno de nosotros, los nervios eran tantos, que podías masticarlos. Yo fui la elegida, hubo mucha envidia en las bocas de los demás, porque, si hay muchos componentes en una familia, sabes que jugarán contigo, pero no estaba en lo cierto, estar en una familia igual de grande que atareada, es indescriptible......mente aburrido, no hay nunca nadie en casa, por lo que, a las pocas semanas de conocer a mi familia, decidí irme a recorrer mundo.
Me había hartado ya de tanta familia, así que cogí mis pertenencias, y me dediqué a la busquéda de aventuras, que tan pronto como llegaron se fueron. “La vida es más corta, e intensa de lo que te puedas imaginar”, o eso pensaba mientras iba en una furgoneta, de vuelta a la casilla de salida. En el momento de mi llegada, y algunas semanas en adelante, fui considerada la “mala” sólo por no haberme quedado con la familia anterior. Mi fama se esfumó más tarde de lo deseado, pero se fue. Como última experiencia iba a relatar, cómo una familia, con la que sí me veía un parecido, me rechazó, con la excusa de que “son más monos los pequeños”. No ha habido más historias dignas de su conocimiento, por lo que paso al motivo por el que escribí esta carta. Según he oído de las malas lenguas, piensan cambiar la dieta, porque cada vez hay más mayores en el refugio, y me parece injusto desde el punto de vista de los jóvenes Gracias por su tiempo Elisa8beth, (la de la celda 13)