Viaje parís

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VIAJE A PARÍS. Los alumnos de 3ºB hemos hecho un viaje a París con los profesores Luis, Rafa y Fernando. El viaje ha sido increíble , aunque nos costó un día entero llegar ,ya que íbamos en autobús. Hemos visitado muchos sitos interesantes, como la famosa Torre Eiffel , el museo del Louvre, el puente de los candados, hemos hecho un recorrido por el Sena y hemos ido a Disney Land París. ¡Ah! y al palacio de Versalles. El viaje empezó en el autobús. La verdad es que fue un poco bastante cansino, porque cada vez que intentabas dormir , había algún castaña amenazando con algún rotulador para pintarte la cara o alguien empezaba a cantar una de esas horribles canciones de autobús. Bueno, eso sin contar la vergüenza que habría pasado si se me hubiera caído la baba. En cualquier caso, eso fue divertido. En algún momento a alguien se le ocurrió hacer un altavoz para el móvil con un pañuelo y una lata de pringles. El resultado fue para nada satisfactorio y encima el bolígrafo que habían usado para agujerear el bote se rompió y todas las cabezas pensantes que estaban afanadas en construir aquello se mancharon las manos. Después del viaje del autobús fuimos a futuroscope, una especie de parque de atracciones muy guay donde lo pasamos muy bien. Comimos a las doce y todos nos sorprendimos , porque resulta que, en Francia la gente se levanta como a las siete , comen a las doce y cenan a las siete , más o menos. El día de futuroscope nos habían puesto una ensalada de primero, y, sinceramente, creo que fui la única que se la terminó. Cuando llegamos al hotel estábamos auténticamente agotados, y , cuando el conductor del autobús se empeñó en meter el vehículo entre otros dos que estaban muy juntos, parecía imposible. ¡Creo que era imposible! Pero lo consiguió. Al final lo consiguió. En cuanto pusimos un pie en el lugar dejamos las cosas y nos fuimos a cenar. No voy a decir que me fui de fiesta en fiesta por las habitaciones ni que hablé mucho porque fue poner un pie en la cama y no recordar nada más.

Al día siguiente fuimos a ver la Torre Eiffel.


Es gigantesca. Increíblemente grande. Es decir, sabía que lo era, pero no tanto. Subimos hasta el segundo piso y la vista era alucinante. Casi se podía ver la ciudad, toda llena de edificios altos e interesantes. Muchos eran blancos, era como si vieras una nube. La mayoría compramos llaveros de la Torre Eiffel y, es que, encontramos una oferta morrocotuda de unos vendedores que nos ofrecían cinco llaveros por un euro. Nadie se lo podía creer, sobretodo viendo que en la tienda que había al lado valían tres euros. Después, no sé cómo, durante el resto del viaje fueron apareciendo más de esos vendedores intentando hacer negocios para que compráramos más torres. Aquel día también visitamos el puente de los candados. Es un puente muy grande , donde la gente tiene como costumbre colgar candados. Está llenito de candados diversos, fechas de bodas, nombres, dedicatorias...Incluso había candados con fechas de bodas o citas grabados y con dibujos. Yo compré un candado y puse mi nombre ,el de mis hermanos , el de mi tía y el de mi prima. Después hice lo que la gente tiene costumbre por hacer, tirar una llave al río y quedarse con la otra. Yo tiré una al río y la otra la llevo colgada al cuello como un colar. He de admitir que fue una de las cosas que más me gustó. Visitamos la catedral de Notre- Dame, que es muy bonita y tiene gran cantidad de vidrieras, además también fuimos al ayuntamiento de París, que es como diez veces más grande que el de Cáceres y además es precioso. Las calles Parisinas están llenas de tiendas carísimas , tiendas de marcas como Massimo Dutti , Dior, Ralph Lauren... Pero las cosas costaban una pasada. Lo último que visitamos fue el museo del Louvre, pero ya estábamos demasiado machacados como para apreciarlo tanto como deberíamos haberlo hecho, así que vimos algunas de las esculturas más importantes y la Giocconda, donde, milagrosamente, encontré un sitio en primera fila para fotografiarla. Por la noche cuando llegamos al hotel, la gente empezó a cambiarse de habitaciones y empezaron a hacer ruido. En Francia el descanso es sagrado así que un señor negro y grande subió a echar la bronca. Todo el mundo se asustó y empezamos a llamarle Obama. Por poco no quitan la fianza que habíamos dejado en el hotel.


Al día siguiente , fuimos al palacio de Versalles por la mañana. Es realmente bonito. Había muchas estatuas de reyes franceses y cuadros. Vimos el salón del baile, la sala de los espejos y distintas habitaciones . Lo que no vimos fueron los jardines , y quizá fue eso lo que faltó. El autobús nos dejó en una plaza que se llamaba Place Pigalle, los profesores nos dejaron ir a donde quisiéramos con la condición de que estuviéramos en esa misma plaza a las siete de la tarde. Yo fui con unos amigo a comer a una pizzería donde nos hicimos un lío morrocotudo para pagar y encima nos cobraron mucha pasta. Después fuimos a Starbucks(primera vez que voy a Starbucks en mi vida) ¡Bendita cafetería!, probé un frappé de chocolate, cosa que, os aseguro, está riquísima. Fue alucinante. Ojalá hubiera Starbucks en Cáceres. Después el grupo de amigos en el que iba se dividió y algunos se fueron a comprar mientras que dos amigas y yo nos fuimos a una Basilique que había , donde se suponía que estarían los profesores. Tardamos muchísimo tiempo en llegar allí, y tuvimos que preguntar a unas quince personas para poder llegar allí. Algunos nos respondían en inglés y otros en Español, y una de las veces, una de mis amigas se equivocó y preguntó que dónde estaba la boutique en lugar de la Basilique. No obstante, conseguimos llegar. La Basilique era muy bonita, pero como había gente escuchando misa, nos salimos para no molestar. Y he de admitir , que lo que más me gustó fue el espectáculo de fuera. Había varios guitarristas tocando guitarras acústicas y cantando canciones. Dejaban que la gente que estaba allí cantara también, pero yo no lo hice porque me daba vergüenza. El caso es que animaban mucho el ambiente y molaba mucho , así que les grabé. También había un hombre subido en una farola mientras movía un balón de fútbol con los pies al ritmo de la música. Además , había un hombre sentado en un muro al que podías tirar una tarta a cambio de un euro. Cuando uno de los chicos le tiró la tarta a la cara, el hombre se dio la vuelta y se la estampó en la cara también. Fue muy divertido. Después de ver a los artistas nos fuimos al autobús y nos fuimos a un self-service a cenar. Cuando llevábamos la mitad del plato acabado o así, Luis, el profesor, entró corriendo y nos sacó del self-service casi a rastras, porque si no, no podríamos haber llegado al


recorrido en barco por el Sena. Y de verdad que me alegro de haber dejado el plato de la cena a la mitad, porque si no, no habríamos tenido tiempo de disfrutar de aquello. Fue y creo que será una de las cosas más guays que he hecho en mi vida. No hacía frío ni hacía calor, era de noche y se veían la ciudad y la Torre Eiffel iluminadas. Era precioso. A medida que recorríamos el río , nos iban enseñando los distintos monumentos , pero casi no presté atención a las voces que relataban las preciosidades de los monumentos. Simplemente, me dediqué a contemplarlos. A contemplarlo todo. No sé si podría describirlo con palabras. El último día fumos a Disney Land. La mayoría de la gente se equivocó de parque y entró en Disney Studios en lugar de Disney Land, y algunos tuvieron que usar la entrada de lo que habíamos entrado en el sitio correcto para poder comprar algo de cenar. Aquello fue un poco desastroso, pero aún así, lo pasamos genial Comimos en un sitio donde hacían unas fajitas picantes buenísimas y nos montamos en atracciones súper chulas. Oficialmente, he perdido el miedo a los parques de atracciones. Estas ferias pienso montarme en la V. JAJAJAJAJAJAJA. No. En realidad no. Pero todo estuvo genial. Había, además ,una gran cantidad de tiendas, pero todo era carísimo, así que no compramos casi nada en el parque. La vuelta a casa se nos hizo más corta. Y también cantamos y dimos la paliza. FIN. Pda: Me dejé las zapatillas de andar por casa bajo la cama del hotel.


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