01
EL OTRO SUEテ前 El partido de todos
02
PRÓLOGO El sueño de David Luiz y de muchos otros.
ENTRADA EN CALOR La iniciativa que surgió del convencimiento de que el fútbol opera como potente agente de cambio.
EL OTRO SUEÑO EN NÚMEROS Ocho países y miles de voluntarios unidos por la misma pasión.
GOLAZO Emociones que traspasan las fronteras de la cancha.
DALE CAMPEÓN Historias que inspiran.
AGUANTE Los pilares de los pequeños protagonistas.
HAY EQUIPO El comienzo de nuevas oportunidades.
03
Prólogo de David Luiz*
* Estrella del PSG y de la selección brasilera de fútbol.
No estás solo en este sueño
04
Desde que toqué una pelota por primera vez, fútbol de mi país. Aun luego de lo difícil que el fútbol es mi vida. Fue amor al primer roce. fue para nosotros, representar a Brasil en un Mundial es más y mejor de lo que alguna Recuerdo hoy los partidos con mis amigos del barrio y del colegio, antes de ser un profesional, vez me animé a imaginar. Durante todos estos años una frase me incentivó y me sostuvo: como lo mejor de la infancia: la alegría y todas las posibilidades diferentes de ser feliz compri- “Para ser campeón tenés que creer en vos mismo cuando nadie más lo hace”. La dijo el gran midas en 90 minutos. Un gol, un buen pase a un boxeador Sugar Ray Robinson. También creo compañero, un atajada épica, frenar a un rival que uno puede ganar o perder partidos, puede antes de que entre al área chica. Jugábamos al fracasar, pero lo importante es mantener el fútbol como si bailáramos. La vida era aquello espíritu adelante. que separaba un partido de fútbol del otro. Sé que fui afortunado. Ahora mismo, en A los 14 años dejé mi casa para probarme en un club lejano, en Bahía. Sabía que mi des- el momento en que estás leyendo estas palabras, hay un chico practicando penales en tino estaba ligado a una pelota, era mi sueño, y el pequeño comedor de su casa mientras su di lo mejor de mí para alcanzarlo. Fueron años madre le dice que se deje de molestar con de aprendizaje y de sentar las bases para mi carrera, de construir desde abajo. Cada entre- la pelota y se ponga a hacer los deberes, un chico soñándose con jugar en un equipo de namiento, cada minuto en que el técnico me permitía demostrar lo que sabía –lo que que- primera liga, con ganar un Mundial, juntando las moneditas para comprar la camiseta de ría hacer– era decisivo. su jugador favorito y sentirse un poco como Después llegaron el Benfica, el Chelsea, el él. Un chico que no está solo en ese sueño: PSG y, palabras mayores, la selección de
también hay otro chico, en este mismo momento, en un barrio marginal de Latinoamérica jugando descalzo, con lo que tiene, con lo que puede. Y hay otro, y otra, y son cientos, son miles: para todos esos chicos y chicas, como para mí, el fútbol es su vida. Por eso estoy feliz de ser parte de este proyecto genial que es El Otro Sueño, el partido de todos. Porque refleja la esencia del fútbol: el momento y el lugar donde nace la ilusión. Y toda la gente que hace posible que este deporte tan popular en nuestro continente sea más que una diversión pasajera: que pueda convertirse en un camino para salir de la pobreza, de la marginalidad, que aporte valores y reglas para la vida. Y si alguna vez esos chicos pueden alcanzar el sueño máximo de vivir de esa pasión… bienvenido sean. Espero que disfruten y se emocionen tanto como yo con estas historias. Van a quedar en su corazón por mucho, mucho, tiempo. ¡Buena lectura!
05
Entrada en calor 06
Existe también un fútbol en el que los protagonistas son niños que vuelan con su imaginación, que se divierten con sus amigos, y que conjeturan jugadas deslumbrantes y las intentan en las calles, en las veredas, en las canchas de tierra y polvo de todos los rincones de Latinoamérica. Estos jugadores no conducen autos caros ni viven en mansiones, claro. Pero sueñan; no dejan nunca de soñar. Este libro trata sobre ellos. Sobre esos jóvenes que jugando construyen un futuro mejor. ¿Cuáles son sus sueños? ¿Cómo los viven a diario? ¿Qué representa para ellos el fútbol? Explorar esas inquietudes es la manera que eligieron Generación DIRECTV (la plataforma de RSE de DIRECTV en América Latina) y Street Football World (la red global de exper-
tos en el fútbol para el cambio social) de mostrar a través de El Otro Sueño cómo distintas organizaciones del continente utilizan el fútbol como medio para el desarrollo social, la inclusión y la educación. Con el marco que nos dio la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014, nuestro deseo es que se conozca otra realidad futbolística, la más habitual, la más cotidiana, la que se repite en cada barrio, en cada pueblo, en cada ciudad. Una en la cual los protagonistas son personas que viven en lugares desfavorecidos, y que viven su pasión por el fútbol con vistas a un futuro mejor. La iniciativa consta de una serie de ocho docu-realities. Estos cortos contaron con la ayuda de ocho organizaciones de base de diferentes ciudades de América Latina: Bogotá, Buenos
Aires, Lima, Quito, Montevideo, Santiago, San Pablo y Puerto España. Cada película documenta la vida de niños que viven en zonas desfavorecidas y que están dentro de un programa de responsabilidad social basado en el fútbol de una ONG local. Durante el rodaje de estos documentales, se muestra el compromiso y el esfuerzo de Generación DIRECTV y de los voluntarios que trabajaron en las instalaciones de cada organización para mejorar la infraestructura de acuerdo a sus necesidades. Se pintaron canchas, se colocaron cercas, se apuntalaron pisos, se remozaron instalaciones, se sembraron suelos, se levantaron vestuarios y espacios sociales. Este libro se propuso transmitir las vivencias que se generaron durante aquellos días de ro-
daje y voluntariado, y compartir esas emociones que forja el fútbol y aquellos valores que representa en los chicos a partir de imágenes, retratos, relatos y testimonios. Porque la pasión por este deporte traspasa las fronteras y une a todas las culturas en un mismo sentimiento universal. Estas páginas muestran la emoción del gol a partir del registro fotográfico de chicos festejando en cada cancha latinoamericana. Y esos mismos chicos relatan cuáles son sus “goles” de la vida diaria. También se revelan los cambios que se produjeron a partir de la llegada de El Otro Sueño a sus barrios. Y se describe el contexto humano en el que los pequeños protagonistas desarrollan su pasión por el fútbol, el esfuerzo de maestros, de entrenadores, de
familias que también se juegan por sus hijos, de la comunidad misma que los alberga. Suman además su aporte distintos especialistas que trabajan en el terreno y explican en qué sentido el fútbol mejora las condiciones de vida de estos chicos y de su sociedad. Esperamos que el lector se detenga, se emocione, piense y reflexione, ya que uno de los fines de El Otro Sueño es multiplicar la conciencia social. Nuestro principal objetivo es reflejar cómo el fútbol puede convertirse en una herramienta que genera cambios positivos en los niños al alejarlos de la marginalidad, la delincuencia y los conflictos sociales. Este es el libro de la lucha diaria. Del esfuerzo. De la imaginación. Del talento. De la diversión. Es la historia misma del fútbol, en definitiva.
07
El otro sueño en números Se mejoraron 8 canchas en 8 países AHORA 08
chicos latinoamericanos pueden practicar fútbol en canchas y entornos aptos para el deporte.
En 4 meses se movilizaron 2600 voluntarios La metodología
FÚTBOL3
favorece la equidad de género: se juega con igual cantidad de niños y niñas.
927.100 personas disponen de una cancha barrial
TRINIDAD Y TOBAGO
COLOMBIA Barrio Olaya, cartagena de indias
Chaguanas, borough
ECUADOR San José de Jarrín Alto, quito
BRASIL santana de parnaíba, san pablo
PERÚ VILLA EL SALVADOR, LIMA
URUGUAY Malvín norte, montevideo
CHILE villa chacao, san bernardo
ARGENTINA villa 21-24, buenos aires
09
10
11
golazo
12
En primera persona
“La gambeta que hice para los ingleses en el Mundial de 1986 fue nada comparado con las patadas que tuve que esquivar en mi barrio cuando era chico”. La frase pertenece a Diego Armando Maradona, quien también salió de un potrero a fuerza de goles y gracias a esa tozudez característica de los que saben que nada es imposible. Los chicos de este libro tienen la misma infancia que tuvo el mejor y más grande 10 del mundo. Tienen entre 6 y 18 años. Desean tener dentro de la cancha, pero fuera de ella también, cualidades que conforman el ideal futbolero –habilidad, estoicismo, coraje, heroísmo, altivez, honestidad– y ser fuertes para aguantar los contragolpes de la vida, que siempre son muchos. Los goles son alegrías, abrazos, y la satisfacción del logro colectivo. Se manifiestan de mil formas.
13
Gracias al fútbol, 14
la gente comparte más cosas en el barrio, y hay más compañerismo entre los que jugamos y nuestras familias.
15
Ahora, con el arreglo de la cancha,
se acercan mรกs personas, y la gente de otros barrios viene a compartir. Jamir, de Villa Chacao, San Bernardo, Chile.
16
Lo que me brinda el fútbol para aplicarlo en la vida es intentar mejorar cada día más.
En la cancha puedo meter un gol, así como en la vida puedo llegar a ser mejor y triunfar.
Ese es mi sueño. Allison Anangono, Barrio Pisullí-Roldós, Quito, Ecuador.
Jordan Bristol, Chaguanas, Trinidad y Tobago.
El fútbol
es algo que me gusta mucho. Crecí jugando al fútbol y desde chico quiero ser arquero. Sueño con jugar para la selección de mi país, pero sé que tengo que entrenar mucho y alimentarme bien para poder lograrlo.
17
Conocí Brasil y a jóvenes de otros países de Latinoamérica que participaron en el Festival de Fútbol de la Calle en San Salvador, Bahía.
Fue una experiencia increíble que cambió mi vida, 18
porque yo iba representando al Perú y a mi distrito Villa El Salvador. Soy una chica feliz, me siento realizada y aprendí a valorarme. Sé de lo que soy capaz y estoy segura de que sabré defenderme en la vida. Me respeto y hago que los demás también me respeten. Lisbeth Castillo, Villa El Salvador, Lima, Perú.
19
20
Ahora soy bastante abierto con las personas, más divertido, muy atento, preocupado, ansioso, dedicado y esforzado.
Me gusta ayudar y siempre doy mi opinión sobre algún tema que esté en discusión. Denilson Eduardo, San Pablo, Brasil.
Melani Balarezo, Barrio Pueblo Blanco, Quito, Ecuador.
Aprendí a valorarme como persona, a ganar y a perder.
Cuando me siento triste, enojada o infeliz practico futbol para desquitar la ansiedad y así llevar una vida sana llena de buenos hábitos, enseñanzas y mucho amor.
21
22
Antes de las reformas, en la cancha se formaban peleas entre las pandillas. Pero ahora ha disminuido el conflicto gracias a los entrenamientos deportivos que realiza la fundaci贸n en la zona.
Con los arreglos, mejoraron su aspecto y las condiciones para entrenar.
Y la gente del barrio quiere cuidar lo que ahora tiene.
Yeison Jaraba P茅rez, Barrio Olaya, Cartagena de Indias, Colombia.
23
24
Gracias al fútbol
tuve cambios en mi vida personal y empecé a ser más comprometido, dedicado a trabajar en equipo, a sentir respeto por mis compañeros y a crecer como persona. Andrés Felipe Cortes Pájaro, Barrio Olaya, Cartagena de Indias, Colombia.
Maday, Villa Chacao, San Bernardo, Chile.
Ahora me gusta venir a la cancha porque jugamos más unidos y contentos.
Entendemos lo que es ser un equipo y estar juntos. Me gustaría jugar en Colo-Colo, siento que algún día llegaré ahí y conoceré a muchas personas.
25
26
27
DALE CAMPEÓN
En todo grupo hay personas especiales, que se destacan del resto, desplegando su talento, pasión, compromiso, fuerza y honestidad. Así en la cancha, como en la vida…
28
Villa El Salvador queda al sur de Lima y alberga a medio millón de personas que levantaron sus humildes y precarias casas sobre un inmenso médano. El lugar se posa rodeado por montañas y la bruma salada y tonificante que llega desde el Pacífico. Allí vive Fran Valle: 15 años, cuerpo espigado, pelo crespo y dos lunares certeros; uno sobre el labio superior y otro en la barbilla. Cuando tenía 12 años, Fran perdió a su mamá, que murió de cáncer. Desde entonces, para muchas cosas, es el hombre de la casa. Vive con sus tres hermanas y su papá. Cursa cuarto grado y cuando no está en la escuela, en la cancha o la playa, hace las compras y cocina para su familia. “Un buen salteadito de pollo nunca le debe de faltar a nadie”, advierte acerca de su comida preferida. Este plato se lo enseñó su mamá Teresa y el
sabroso secreto, según Fran, es dorar primero los tomates y las cebollas, y darle un buen toque de cariño. En su vida, Fran aprendió a superar las dificultades poniendo el corazón, el hombro y el pecho. Su esfuerzo en Deporte y Vida –la entidad que tanto ayuda en el barrio– es reconocido por su entrenador, Emerson, que le asigna tareas en el trabajo con los chicos del lugar. Fran es hincha de Universitario de Deportes y se está formando como un líder. Como otras, la de Fran es la historia del chico tímido y reservado como una oruguita, que de a poco va mutando a mariposa. Cuando Fátima Bogado empezó a jugar a la pelota, a los 7 años, sus amigas le decían que de grande no iba a ser “femenina, sino machona, por jugar un deporte de hombres”. Pero su interés por el fútbol pudo más y hoy a los 12 ya
juega futsal femenino en el mítico Club Boca Juniors. Fátima vive en la villa 21-24 Zabaleta, ubicada en Barracas, al sur de la ciudad de Buenos Aires. Una zona que aún conserva el espíritu de tango y arrabal nostálgico que le da su cercanía al Riachuelo. En la 21-24 Zabaleta viven unas 70 mil personas, y el lugar padece la estigmatización que algunos medios de comunicación le achacan, al mostrar siempre problemas como la drogadicción y la delincuencia, y nunca los casos como los de Fátima. La joven estudia y también ayuda a su mamá a atender un kiosco en el mismo barrio. “Desde que entré a Boca, mis compañeras me respaldan mucho. El fútbol me brinda muchas cosas porque me enseña a compartir, a apoyarnos unos a otros. No es solo un juego. Es algo que nos une a todos”.
29
facundo y su amor por el fĂştbol.
30
gurises unidos es la ong que trabaja a diario en el barrio malvin norte, en montevideo.
A Fátima le gustaría jugar en la primera del club. Gracias a El Otro Sueño conoció al jugador Nicolás Colazo, que juega en la primera de Boca, quien le auguró: “Si te sacrificás, seguramente se te va a cumplir tu sueño de jugar y crecer acá. Yo no tenía muchas condiciones, pero a fuerza de entrenamientos y de sacrificio llegué a titular”. ¿Qué sentido tiene correr si estamos en la carrera equivocada? Esto lo sabe muy bien Jefferson Alomoto, cara redonda, cuerpo enjuto y pelo lacio. Todas las mañanas se pone su equipo deportivo y sus zapatillas, y sale a trotar y a hacer ejercicios. “Jeff” es del barrio Pisullí, de Quito. Tiene 17 años y es esa clase de chicos que aman estar en actividad. Su pasión por el fútbol es tal que dejó el colegio y empezó a es-
tudiar durante las noches para poder entrenar y probarse en los diferentes equipos profesionales de Quito: LDU y Aucas, aunque todavía no se le da. No siempre fue así Jeff. Antes se escapaba de la casa, y se entregaba a la vagancia como tantos adolescentes que sienten aflorar la rebeldía y la impotencia de no vivir en realidades más amables. Pero cuando Fudela, entidad que trabaja en áreas de empleabilidad, prevención y erradicación del trabajo infantil e inclusión integral de niños, adolescentes y jóvenes, empezó a trabajar en su barrio, se les unió al proceso, “Si bien al inicio lo tomaba como algo sin valor, a medida que se metió en el fútbol Jeff se enganchó bien fuerte. Con el correr del tiempo, el niño rebelde y travieso se convirtió en un referente para sus amigos y eso le hizo bien a su
alma y a su mente”, relata Verónica Escobar, representante de la entidad. Hoy Jeff transpira la camiseta como el que más, y es un todoterreno que ayuda a su familia en algunos trabajos; lidera un grupo juvenil de la iglesia y juega al fútbol en el parque. Jonathan Hernández tiene un rostro anguloso, cuerpo delgado y largo, y un corte de pelo estilo Cristiano Ronaldo. Vive en el humilde barrio Olaya Herrera, de la hermosa y colonial Cartagena de Indias. Allí residen unas 45 mil personas, y el lugar es considerado como uno de los más vulnerables de la ciudad, con hogares de pobreza extrema y altos índices de violencia, inseguridad y descomposición social. Sin embargo, la pasión por el fútbol hizo que Jonathan creciera como un sano deportista y hoy, a los 18
31
32
el fĂştbol, un elemento de inclusiĂłn social en los barrios de amĂŠrica latina.
33
34
años, sigue una carrera técnica y trabaja en su barrio como joven agente de cambio de la fundación Colombianitos. Gracias a variables tan suyas como el esfuerzo, la dedicación y el compromiso, pudo vivir uno de sus sueños: viajar a Brasil a ver el Mundial. Jonathan se autodefine: “Soy otra persona desde que sé que los sueños se convierten en realidad. Y somos nosotros quienes podemos cambiar nuestro entorno si participamos de las cosas buenas del barrio”. De la unión nace la fuerza, siempre. Junto a Jonathan, trabaja Ismael Chica Hernández, 20 años, morenísimo, mirada y gesto infantil, y el mismo corte de pelo que su ladero. Ingresó a la fundación Colombianitos hace cinco años y desde su entonces aplica la metodología de fútbol por la paz; tiene manejo y control de grupo,
y sus innovadoras ideas prenden en cambios comunitarios. Gracias a su compromiso con la fundación, fue escogido para asistir a la Escuela de Liderazgo de Cartagena de Indias, donde estudió Cocina Internacional. Este aprendizaje le abrió puertas en el campo laboral y así mejoró su economía personal y familiar. Actualmente guía los entrenamientos deportivos y acompaña los procesos pedagógicos de la fundación. Kenia Regina de los Santos tiene 15 años, es afrodescendiente y corre bien rápido. Su especialidad es el atletismo. Tiene el cuerpo fibroso y tallado, muy similar al de esas deportistas que vemos en los Juegos Olímpicos. Cuando era una niña se aburría sola en su casa mientras los mayores salían a ganarse el pan, y no encontraba algún entretenimiento que la aleja-
ra por un rato de su rutina. Cuando se acercó a Eprocad, la entidad que trabaja en su barrio de Santana de Parnaíba, sus ideas se pusieron en orden. “Pensaba que se trataba solamente de practicar un deporte, pero descubrí que todo lo que sucede se transforma en una experiencia para mejorar en la convivencia y en la vida social”, desglosa. Desde entonces, su interés por otros cursos y deportes aumentó, y empezó a hacer atletismo, disciplina en la que otros familiares suyos se han destacado. Kenia se transformó en una persona responsable y proactiva. Tiempo atrás, hacía falta un profesor y ella propuso dar clases a sus compañeros hasta la llegada de un nuevo profesional. Además se capacita como restauradora histórica. Se dice muchas veces que hay quie-
35
hombres y mujeres comparten una misma pasión detrás del balón
36
nes no pueden elegir, aunque esto es una verdad a medias. Las elecciones positivas siempre trazan buenas biografías. Nacer con disminución locomotriz y bajos recursos, pero soñar con formar una familia y ser campeón. Una fórmula fácil de decir. Pero difícil, muy difícil de lograr. Michelle Inostroza lo logró. Tiene 33 años y reside en Villa Chacao, Chile, al igual que otras 2500 personas que como ella viven en condiciones de hacinamiento y una total ausencia de servicios. Sobran, eso sí, lugares comunes: pobreza, exclusión social, tráfico de drogas como alternativa de subsistencia, consumo de pasta base y alcohol. Y faltan espacios y programas de promoción de la participación comunitaria, farmacias, clínicas, escuelas y
un dilatado etcétera. En entornos como estos, siempre se destacan campeones como Michelle, una mamá que tiene movilidad reducida de nacimiento y para desplazarse lo hace a bordo de una silla de ruedas. Michelle fue Campeona Nacional en la disciplina Carrera de velocidad. Este éxito cambió su vida: se dio cuenta de que todo es posible si se lucha con tenacidad. Después le ofrecieron participar en los Juegos Paralímpicos en Brasil, pero las imposibilidades económicas y la llegada de su primer hijo hicieron que declinara de aquella posibilidad. Hoy acompaña a sus hijos Vicho y Jeremy, que también descubrieron que el deporte es importante en sus vidas, y participan en el programa EDUGoL, un proyecto de fútbol callejero. Michelle ya planea retomar sus
entrenamientos, porque sabe que poniendo empeño todo se puede. Todo. Incluso ir a los próximos Juegos Paralímpicos. Facundo y Estefany son una simpática pareja de hermanos fanáticos del deporte. Antes vivían en un asentamiento irregular llamado Aquiles Lanza de Montevideo. Una casa de chapa sobre suelo de tierra era el único techo que conocían. Allí pasaban sus días con sus padres y otros hermanos en situación de vulnerabilidad social, aunque unidos, en familia. Pero en cuestión de meses la situación empeoró: el padre, una persona trabajadora, quedó involucrado en un asunto de drogas y, según sostienen todos en el barrio, no fue por delincuente sino por ingenuo. En paralelo, a la mamá de los chicos le detectaron cáncer de
mamas en estado avanzado y murió a comienzos de 2013. La relación entre la dupla de hermanos, aunque antes no era la mejor, se fortaleció y juntos se hicieron uno solo para luchar contra la adversidad. A continuación, se fueron a vivir con su hermano y sus tíos, que destacan su alegría constante, su inteligencia y las ganas que le ponen al estudio y a la vida. Estefany, de 17 años, ayuda a Facundo de 13, a estudiar, y se ocupa de que no le falte nada. “Mi hermana, para mí, es como mi segunda madre”, dice Facundo, que sueña con ser arquero de la Selección Nacional. Inseparables y gallardos, batallan a diario para salir adelante con el apoyo de su familia y de Gurises Unidos, entidad que trabaja en Malvín Norte, su barrio actual.
37
38
39
AGUANTE
40
Una madre que zurce la casaca, un hermano que acompaña en las buenas y en las malas, un entrenador o un jugador profesional que brinda un consejo desinteresado, el aliento de un desconocido, el adversario que ofrece compartir el agua para refrescarse. Todos son factores imprescindibles que trazan el camino de nuestros protagonistas. Hay una idea que cruza todo este proyecto y es que a partir de la práctica deportiva se observan cambios medibles: la baja del consumo de alcohol y drogas, el aumento de la integración familiar o escolar, la disminución de los conflictos violentos, las mejoras en las capacidades de expresión oral y el aumento del sentido de responsabilidad. Eso lo logra el fútbol, en definitiva. Aunque para llegar a
estos resultados, claro está, en muchos casos no basta con el esfuerzo individual; también se requiere la presencia y el acompañamiento del vínculo cercano. Especialistas y familiares aportan sus miradas. “La marginalidad en América Latina tiene un rostro que no distingue fronteras. Caminar por un barrio pobre de cualquier ciudad de la región permite experimentar una sensación que es transferible a muchos otros lugares donde el abandono, el descuido y la precariedad toman cuenta del paisaje. Las calles y las casas se emplazan en caprichosos dibujos donde la racionalidad del urbanista no alcanzó a llegar, donde los servicios básicos son una promesa no cumplida y donde la humanidad debe suplir todo aquello que la materialidad no alcanza a cubrir”,
sentencia Germán Covarrubias, sociólogo y gerente de Metodología en el área de RSE de DIRECTV Televisión Educativa, Escuela +. Es en esos entornos complejos donde los protagonistas de este libro escriben su historia. Levantándose las veces necesarias sin rendirse y en continuo desafío de cualquier lógica. Igual que el jardín que crece en la piedra, estos muchachos brotan vigorosos como un vergel que se prodiga en el arte de lo improbable. Y lo hacen mediante el fútbol. Covarrubias agrega: “El fútbol inclusivo ofrece la oportunidad de aparecer entre los iguales, integrarse e identificarse, ser acogido y jugar el juego, porque hay mucho en juego en ese partido; sabemos que se practica en serio, con pasión, compromiso y entrega”. Para el especialista, es una ilusión, pero tiene
41
42
Las enseñanzas en el fútbol, similares a las de la vida.
un efecto virtuoso en esas nóveles voluntades: “Significa la oportunidad de desplazarse desde el margen al lugar de la acción, al corazón de la escena, al centro mismo de la pantalla para trascender en la imagen con la gracia del ídolo que los inspira”. La práctica deportiva también les permite a los jóvenes extrapolar las capacidades adquiridas fuera de la cancha e impulsar sus proyectos de vida. Además, fomenta la empleabilidad, previene el consumo de drogas y de embarazos adolescentes. “El fútbol puede atraer a los jóvenes a los programas de desarrollo social y logra mantenerlos allí. Con el balón como excusa, es fácil transformar su pasión por el juego en enseñanzas valiosas y habilidades para la vida,
“El fútbol puede atraer a los jóvenes a los programas de desarrollo social y logra mantenerlos allí. Con el balón como excusa, es fácil transformar su pasión por el juego en enseñanzas valiosas y habilidades para la vida”, dice Natalia León, secretaria regional de la red Street Football World en América Latina. impulsando el autoconocimiento, la autoestima, el trabajo en equipo, la solidaridad y el respeto a la diferencia, entre otros valores vitales para transformar la sociedad”, afirma Natalia León, secretaria regional de la red Street Football World en América Latina. Y agrega: “Luchamos por abrir un espacio en cada cancha de cada barrio, destinado a niños, niñas y jóvenes que con su participación cambian las reglas del juego y potencian el aprendizaje derivado de esta potente herramienta”. Enzo Dotto es responsable de RSE de DIRECTV y participó de las ocho reformas en los ocho países. Al respecto de los motivos de la iniciativa, desglosa: “Elegimos hacerlo así porque estos chicos tienen los mismos derechos que todo el mundo de acceder a los deportes y tener estos espacios. Pero
en general se los excluye, y no tienen tantas posibilidades económicas. Esta acción es para mostrarles a ellos que se puede”. Brent Sancho fue un destacado futbolista, que incluso llegó a representar a su selección, Trinidad y Tobago, en la Copa Mundial de Alemania 2006. De origen humilde, cuenta que creció en un barrio muy duro que los afectaba tanto a él como a sus amigos y familiares. Y fue el fútbol –“muy importante en mi desarrollo”, según afirma– el que le permitió no ser absorbido por ese ambiente de violencia. Sobre los puntos de contacto entre la vida y el fútbol, sostiene: “Siempre creí que las lecciones que aprendes en la cancha son muy similares a las de la vida. Entiendes la importancia de prestar atención cuando te están
enseñando, de seguir desarrollándote para progresar en el deporte. En el fútbol, aprendes también a lidiar tanto con el triunfo como con la derrota. Y en todo este proceso de aprender a jugar, te das cuenta rápidamente que la vida y el deporte se vinculan. Entrenas y practicas duro en el deporte para destacarte, y lo mismo tienes que hacer en la vida para poder destacarte. Si te esfuerzas, tienes todas las oportunidades para poder ser exitoso. La vida es muy similar”. Algo tan simple como un espacio de esparcimiento con dos arcos funciona como catalizador de energías y genera resultados que conmueven. “Trabajamos principalmente con niños y jóvenes en riesgo social, bajo un enfoque de derechos. La gran mayoría de estos
43
44
nuevas oportunidades que favorecen el desarrollo de habilidades positivas para la vida.
niños son aficionados al fútbol, desde siempre usan este medio como alternativa de escape a sus problemas y a la calle”, relata Mariano Ruz Carrera, tutor del programa Aventura de Ser y educador del taller de fútbol EDUGoL, de Chile. Respaldándose en valores tan básicos como el compañerismo y la amistad, el cambio puede ser radical. Por su parte, Ángela Miranda Calderón, trabajadora social del programa ADS de Chile, relata: “Es un aprendizaje constante. Me llena como persona, me hace sonreír con todas las cosas que hacen y dicen los niños, con esas muestras de cariño y abrazos. Estas personitas conocen la maldad más que todos los que comenzamos a trabajar con ellos, pero decidieron hacer algo que realmente les gusta: jugar fútbol”.
En la misma línea, Luis Guillermo Hernández Llamas, del equipo de Responsabilidad Social Generación DIRECTV de Colombia, agrega sobre su experiencia en el campo: “El sector de Villa Rubia, donde implementamos El Otro Sueño, no es ajeno a la dura realidad. Pero a través de este proyecto, y trabajando de la mano con la comunidad, posibilitamos un espacio de construcción ciudadana e interacción comunitaria. A través de El Otro Sueño, y aprovechando la fuerza conmovedora y convocante del fútbol, ponemos a disposición de los niños y jóvenes un nuevo escenario deportivo digno y apropiado, que ofrece nuevas oportunidades de uso del tiempo libre y favorece el desarrollo de habilidades positivas, aportando a la construcción de su proyecto de vida”.
45
46
Puntos de apoyo para levantar un mundo
¿Qué sería de los más chicos sin sus hermanos que los escuchan, sin esos padres que los acompañan y les dan siempre la palmadita necesaria? ¿O sin esos amigos que los albergan y aquellos entrenadores que dejan de lado proyectos más ambiciosos para apoyar a estas comunidades, menos privadas de sueños que de tantas otras necesidades básicas? Mary Miltos vive en la villa 21-24 Zabaleta de Buenos Aires desde hace 22 años. Cuando llegó al lugar lo que veía siempre era esto: chicos muy solos sin nada que hacer durante el día, porque las mamás y los papás salían a trabajar y no tenían con quién dejarlos. “Empecé a charlar con la gente para proponer hacer actividades, una charla, un partido, lo que sea. Luego me acerqué a pedir vacantes
47
48
para colonia al Gobierno de la Ciudad y nos facilitaron un micro para los traslados. Después se sumaron más y hoy tenemos seis micros para trasladarlos a las colonias”, rememora la referente que hoy trabaja en el lugar como miembro territorial de la Secretaría de Hábitat e Inclusión Social del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, (SECHI). Para los chicos, Mary es todo. Les lava las camisetas, les cocina, los lleva a jugar a otros barrios y ya tiene dos equipos armados. “Tratamos de mostrarles a los chicos que a veces las cosas no pasan por estar en la esquina parados sino que hay muchas cosas lindas para hacer. Hoy por hoy tenemos dos representantes que van al Mundial de Fútbol Callejero”, afirma Mary, que tiene tres hijos. Uno estudió Profesorado de Educa-
ción Física, y los dos restantes juegan al fútbol. Ahora en la villa 21-24 se juegan deportes que antes solo se veían en la tele: tenis, handball, fútbol, básquet, vóley y hasta patín artístico. Dice Mary: “Verlos contenidos es lo mejor que podemos hacer. Acá se hacen las cosas que por derecho todos los chicos deberían hacer y a veces por vivir acá se les negaban”. Evelina Roger Taborda de Olaya Herrera, de Colombia, es miembro de la Junta de Padres de Familia de la Fundación Colombianitos. Este rol le permite relacionarse con las madres y padres de niños que practican fútbol y conocer de cerca sus problemáticas. “Me siento feliz y orgullosa de mi hijo Franco, siento que ha aprendido mucho y ver su desempeño en los entrenamientos deportivos me motiva
a apoyarlo en sus sueños. La fundación está realizando una excelente labor enseñándoles a los niños cómo comportarse. Por eso, desde casa, apoyo el proceso dándole a mi hijo lo mejor y reforzando su comportamiento positivo”. En el mismo país, Angie Paola Blanco Ramírez es agente de cambio en Colombianitos y vive a diario el trabajo de campo con los pequeños. “Me siento agradecida de aportar para los niños, niñas y jóvenes de la comunidad a través de la enseñanza de valores y habilidades para la vida, y así generar oportunidades de cambio, aportar nuevos conocimientos a la comunidad y que sean parte activa de los cambios”, sintetiza. Otra mamá que asiste a su hija Allison es Maritza, de Ecuador, y observa: “Antes veía a
49
el apoyo de los familiares y del entorno es clave para el desarrollo de los ni単os.
50
“En la universidad nos forman para hacer sesiones deportivas con los chicos y chicas. Pero nadie nos forma para acompañar su desarrollo emocional y afectivo, que son las mayores necesidades que tienen estos niños”. Emerson Calderón, profesor de la escuela Deporte y Vida. mi hija más tímida, con vergüenza para hablar y relacionarse con los demás. Tenía grandes ideas y sueños pero no los comentaba, y si lo hacía le parecían inalcanzables, pensaba que se necesitaba dinero y tener una bonita apariencia. Pero todo ha cambiado positivamente luego de entrar a Campeones de barrio. Al contar con la ayuda de la Fundación de las Américas, ella ha crecido como persona, tiene una autoestima alta que le ha permitido valorarse y aceptarse como lo que es: una adolescente afrodescendiente con sueños e ideales que puede alcanzar lo que se propone. Una joven que se ha formado y ha sacado a flote ese estar para los demás, para motivar, para ayudar y sensibilizarse con los otros”. Dayana Balarezo es la hermana de Melani, de Barrio
Pueblo Blanco-Quito, Ecuador y rememora: “Mi hermana era muy rebelde, no respetaba a nadie, ni a mis padres. Gracias a Fudela, se dio cuenta de que todo lo que mis padres le decían era por su bien. Ahora sabe utilizar mejor su tiempo, maduró de una manera extraordinaria; se sabe desenvolver mejor, tiene más confianza en sí misma y es mejor persona. Todos nos sentimos muy orgullosos por su cambio”. Cuando Emerson Calderón comenzó como profesor de la Escuela Deporte y Vida de Villa El Salvador, Perú, allí tenían solo dos pelotas de fútbol, pero muchas ganas y esperanzas de que las cosas fueran a cambiar para los pobladores y sus familias. “En la universidad nos forman para hacer sesiones deportivas con los chicos y chicas. Podemos entender qué
capacidades y competencias deben desarrollar, pero nadie nos forma para acompañar su desarrollo emocional y afectivo, que son las mayores necesidades que tienen estos niños, niñas y adolescentes”, afirma Emerson, que entendió que el deporte era un medio, un pretexto para que esos chicos de barriadas humildes, cuyas urgencias suelen ser resolver la cena del día, se sientan acompañados, queridos, acogidos, para que disfruten con alegría de un juego. “Cuando todos nos divertimos y la pasamos bien, también olvidamos penas, ausencias o pérdidas. Esta forma de ser y hacer desde el deporte me cambió la vida. El fútbol fue una herramienta para captar a los chicos que tenían problemas, que se sentían invisibles. Hoy participan hombres y mujeres que
51
52
EL AMOR por el fĂştbol no conoce fronteras. los barrios de amĂŠrica latina viven al ritmo del deporte.
53
54
un ambiente con oportunidades de aprendizaje gracias a la práctica deportiva
aprendieron a respetarse, a cumplir las normas de convivencia, a ser amigos y a ayudarse mutuamente. El fútbol de la calle se convirtió en una herramienta fundamental para el desarrollo social, para la esperanza de un futuro mejor y para potenciar sus habilidades para la vida”, resume Emerson. Adolfo Vieira es un referente de Santana de Parnaíba, San Pablo. Y también la prueba fiel de cómo una ONG y un participante pueden hacer sinergia para sostenerse y crecer juntos. Adolfo siempre vivió en el barrio e ingresó a fundación EPROCAD en 1987. El deporte pasó a ser parte de su rutina vía juegos colegiales y universitarios desde los 10 hasta los 20 años. Pese a ser un virtuoso atleta amateur, prefirió continuar una carrera universitaria, Educa-
ción Física, a la que le agregó una especialización relacionada con la gestión del deporte social. A partir de 2007 contribuyó al progreso institucional en los ámbitos de redes de organizaciones de la sociedad civil que actúan en el campo del deporte y del desarrollo social. Dice Adolfo: “Cada uno de nosotros debe desarrollarse y desarrollar la comunidad en la que vive, creando inicialmente identidad con sus pares, en una búsqueda constante para alcanzar objetivos colectivos, y acompañar los escenarios sociales, políticos y económicos en procomún. Nuestra responsabilidad es ofrecer a través de la práctica deportiva un ambiente con oportunidades de aprendizaje, que favorezcan la inclusión de niños y adolescentes. Y profundizar competencias en la adolescen-
cia que son inherentes al deporte (disciplina, respeto, compromiso, reglas, valores, colectividad, objetividad), para que estas características sean identificadas en la fase adulta, transformadas en hábitos”. El fútbol está lleno de héroes, detrás y delante de las cámaras. Pero estos héroes no son los que todos conocemos, son héroes anónimos que utilizan el deporte como herramienta de transformación social en los barrios de América Latina, que brindan espacios y oportunidades a niños, niñas, jóvenes y familias. Y que con la excusa de poner a rodar una pelota, más por convicción que por certezas, se juntan para construir sueños colectivamente. “En Street Football World trabajamos para que estos héroes se den a conocer al mundo.
55
56
El proyecto de El Otro Sueño nos abre las puertas al mundo desconocido del fútbol, el que se da en los barrios en los que cualquier calle es una cancha, y un balón es una excusa para convocar, educar, construir y sonreír. Es este el mensaje que junto con Generación DIRECTV comunicamos al mundo para tocar corazones y para que más personas se sumen a la causa por la cual luchamos: trabajar para cambiar el mundo, para que los jóvenes que viven en situaciones socialmente desfavorables tengan un futuro mejor. Es decir, un gol a la vez”, dice Natalia León, secretaria regional de la red Street Football World en América Latina. En la misma línea, Verónica Escobar, de Fudela, Ecuador, agrega: “Creemos y apostamos por los jóvenes; nuestro objetivo principal es
ser facilitadores de la inclusión integral, que les permita desarrollarse a nivel personal, laboral, familiar y comunitario. Y promover y garantizar sus derechos en una sociedad, para la cual este grupo etario es invisible y pasa desapercibido. Queremos que reconozcan sus sueños, apoyarlos a creer que es posible cumplirlos y ayudarlos a que sean multiplicadores de cambios positivos”. Dotto rememora la experiencia del trabajo: “Haber compartido tantas historias de vida de tantos chicos y ver cómo le ponen garra a la vida es lo que más me satisface. Porque uno a veces en la cotideaneidad no ve estas realidades. Uno vive en su oasis y estos chicos te hacen ver que pueden ser felices a pesar de tener todas las desgracias posibles. En el volun-
tariado si uno va y no se relaciona con la gente no sirve”. “El Otro Sueño –retoma Escobar– demostró que es posible trabajar y cumplir objetivos con varias partes involucradas: comunidad, entes privados y gobierno. Y lo más elemental: cuando un joven juega al fútbol, adquiere habilidades para la vida y se empodera, logra cosas que nunca antes creyó posibles, y se vuelve un modelo a seguir en su comunidad”.
todos contentos Por Natalia León, Secretaria Regional de la red Street Football World en América Latina.
57
En la red Street Football World hemos desarrollado una metodología muy específica denominada “fútbol3”, que coloca a la equidad de género en el núcleo de sus principios, junto con el diálogo y la creencia en la autorregulación. Los equipos se mezclan idealmente con el mismo número de niñas y niños, y todos pueden decidir ponerse de acuerdo sobre las reglas específicas que asegurarán que las chicas tienen su “cuota equitativa” en el juego y que todos son escuchados. Por ejemplo, podrían decidir que una chica tiene que marcar el primer gol para que se abra el marcador, o que
los goles marcados por las niñas cuentan doble. Lo más maravilloso sucede cuando las niñas, después de un tiempo de jugar, no quieren que esas reglas las favorezcan, pues se dan cuentan de que no necesitan que sus goles valgan el doble, ya que pueden jugar igual o mejor que un chico; todo depende de la disciplina y del compromiso que le pongan. Esta metodología es practicada por muchas organizaciones de todo el mundo, e incluso se usará en el Festival Football For Hope de la FIFA que se jugará durante la próxima Copa Mundial en Brasil. Esto es algo de lo que podemos estar muy orgullosos.
58
59
HAY EQUIPO
60
Sin duda, de estas maravillosas experiencias queda una huella que es el resultado de todas las acciones ejecutadas: del que tuvo la idea, del que pintรณ un arco, del que brindรณ aliento y apoyo. De todos. Una huella que servirรก como referencia para que otros tomen la posta, y muchas mรกs canchas sean mejoradas para que mรกs chicos de sectores vulnerables puedan hacer deportes en sus barrios.
61
Villa El Salvador, Lima, Perú. 62
La acción de El Otro Sueño y Generación DIRECTV tuvo un impacto grandísimo, porque luego de mucho tiempo los usuarios pudieron tener una losa en buen estado, con mallas renovadas y una tribuna que daba dignidad, seguridad y cuidado de los niños, niñas y adolescentes que practican deportes. Los días de trabajo generaron vivencias intensas, afectos y sueños compartidos. Los chicos y las chicas se sintieron muy reconocidos y valorados. Sara Diestro y Gery Latrónico, de Deporte y Vida, Perú.
Antes
Factores naturales como el salitre proveniente del mar, el sol y el movimiento del médano contribuyeron a que el lugar tuviera problemas estructurales, sobre todo en el piso que se quebraba o se levantaba. La biblioteca era un lugar sin uso y estaba desaprovechada. El estado en general presentaba desidia y deterioro.
DESPUÉS
Se reparó la losa de la cancha de fútbol. También se pintaron las líneas de la cancha y las tribunas y se reparó la malla de la tribuna. Se arreglaron los juegos y se pintaron los arcos, se les pusieron redes nuevas y se pintaron las estructuras de básquet. En la biblioteca se limpiaron y ordenaron los libros y se pintaron los estantes.
Villa 21-24, Buenos Aires, Argentina
Antes
No había cloacas ni obras de saneamiento. La cancha era un basurero y estaba llena de escombros que hacían peligrosa la práctica deportiva. Los arcos estaban en mal estado. No había tribunas ni cercos.
DESPUÉS “Es muy reconfortante ver a empresas que se comprometen así para beneficio de los que no tienen nada. Ojalá que muchas empresas como DIRECTV se sumen, porque fue un placer trabajar a la par”. Mary Miltos, referente barrial y miembro de Secretaría de Hábitat e inclusión de Ciudad de Buenos Aires.
Se limpió, niveló y mejoró el terreno de cancha. Se le colocó césped sintético, gradas y cerco perimetral. Se pintaron y se colocaron redes nuevas en los arcos. Y se hizo la obra de agua y cloacas.
63
Villa Chacao, San Bernardo, Chile 64
Elegimos Villa Chacao y San Bernardo porque realmente lo necesitaban. A estos barrios nadie se anima a venir por ser marginales y es ac谩 donde tenemos que estar. Con esta ayuda les demostramos a los chicos que ellos pueden seguir adelante. Enzo Dotto, Generaci贸n DIRECTV Panamericana.
Antes
Había acumulación de basura que no se recolectaba. La cancha estaba muy deteriorada. Los baños estaban sucios y semiabandonados. Los alambrados rotos y, los arcos oxidados. No había agua potable para que los chicos se refrescaran. La cancha de vóley estaba despintada. Los chicos tenían que pagar para jugar.
DESPUÉS
Se lijaron y pintaron los arcos y aros de básquet. Se colocaron nuevas rejas perimetrales. Se pintó la cancha de vóley. Se logró la recolección de las basuras acumuladas y la construcción de una huerta para que los niños la mantengan. Se instalaron grifos con agua potable e instalaciones sanitarias. Se entregaron una nueva red de vóley y remeras. El compromiso que tomó la junta vecinal es no cobrar nunca más a los chicos para que puedan jugar el tiempo que quieran.
“La acción de mejoras de El Otro Sueño y Generación DIRECTV causó un impacto en la comunidad y especialmente en los niños. Aumentó el número de participantes, se generaron proyectos de encuentros de fútbol callejero, se eligieron responsables. Es decir se exigió la organización del lugar”.
“El cambio fue muy repentino. No solo fue mejorar la cancha, fue la resignificación de un espacio común para los vecinos”.
José Luis Medina. ONG Educere, Villa Chacao, Chile.
65
Chaguanas, Trinidad y Tobago
66
Antes
El lugar presentaba gran suciedad, las plateas tenían los asientos rotos. El anexo para clases estaba destruido, las ventanas oxidadas y las puertas en mal estado. Baños y vestuarios estaban sucios y despintados.
DESPUÉS
Estamos muy contentos de cumplir esta iniciativa con éxito y a tiempo. Va a ser una gran experiencia para los chicos cuando vean todos los cambios y estoy seguro de que se van a emocionar al usar estas nuevas instalaciones. Lindsay Brent Boodoo, Generación DIRECTV Trinidad y Tobago.
Se pintó el anexo de estudios y se le repararon puertas y ventanas. Se pintaron los muros. Se refaccionaron las tribunas y se le colocaron asientos nuevos. Los arcos se pintaron y se le colocaron redes nuevas. Se pintaron y arreglaron los baños y vestuarios. Fueron 90 voluntarios que trabajaron para hacerlo posible y también participaron los integrantes del equipo local Central Futbol Club.
Malvín Norte, Montevideo, Uruguay
Con el apoyo de DIRECTV y sus voluntarios, los espacios destinados a las actividades socioeducativas han mejorado sus condiciones edilicias, contribuyendo a promover espacios adecuados y de calidad para los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y la comunidad de Malvín Norte en su conjunto. Los niños y niñas se alegraron, y muchos se involucraron en el trabajo junto con los voluntarios. Lucía Avellanal, Uruguay.
Antes
La cancha tenía varias falencias que imposibilitaban que los chicos se divirtiesen. Los aros de básquet estaban viejos, rotos y despintados. La cancha parecía abandonada. Y un muro daba a una central eléctrica con torres de alta tensión.
DESPUÉS
Se tapó una canaleta que era peligrosísima. Se levantó el muro para que los chicos no pasen a la usina. Se pintaron murales. Se cambió el cerco perimetral. Se repararon y se pintaron los aros de básquet y se les puso nuevas redes. Se cortó el césped en lugares que estaban desperdiciados. Se pintaron los arcos de fútbol y se colocaron nuevas redes.
67
barrio Pisulí, Quito, Ecuador
68
“Encontré en Fudela una entidad muy organizada y que tiene muy en claro hacia dónde va. Vinimos al lugar indicado a hacer lo que teníamos que hacer”. Enzo Dotto, Generación DIRECTV Panamericana.
Antes
El terreno estaba desnivelado y por ser de tierra y se hacían charcos o se inundaba. La cancha tenía una inclinación grande. Baños inhabilitados. Las instalaciones y elementos para hacer deportes no lucían bien, estaban sucias y en estado de abandono.
DESPUÉS
Se hizo un sistema de drenaje para redirigir el agua de las lluvias y evitar que llegue a la cancha. El terreno se niveló con topadoras. Las canchas de futbol, vóley y la polideportiva se limpiaron y pintaron. Se arreglaron los baños. Se pintaron los arcos. Se pintaron las paredes del predio y cada integrante de cada barrio cercano pintó el escudo que lo representa.
“La mejora de la infraestructura de las canchas y el apoyo de El Otro Sueño y Generación DIRECTV es una gran oportunidad para la comunidad y para los miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que tienen la posibilidad de disfrutar estos espacios, que antes eran mal utilizados debido a sus condiciones deficientes”.
“El espacio quedó hermoso, y la comunidad sigue hablando del tema y felicitando lo que hizo Fudela gracias a El Otro Sueño y Generación DIRECTV. Los jóvenes están motivados y felices de utilizar la cancha”.
Verónica Escobar, vicepresidenta ejecutiva de Fudela, Ecuador.
69
Barrio Olaya, Cartagena de Indias, Colombia 70
Al conocer la iniciativa de El Otro Sueño y Generación DIRECTV, toda la comunidad se volcó a conocer más de ella y cómo podían vincularse en la construcción de este sueño, reconociendo que con mejores condiciones locativas aumenta el número de niños interesados en practicar fútbol y los que ya están inscriptos se motivan aún más a asistir. Ana Arizabaleta, directora general de Colombianitos, Colombia.
Antes
Los niños no podían usar la cancha por sus malas condiciones y los peligros que rodeaban el predio. Los cercos estaban rotos, necesitaba nivelarse el terreno, todo estaba oxidado. Había muchas piedras y basuras. Y la estética era fea porque necesitaba mucha pintura.
DESPUÉS
Se sacó la maleza. Se cementó parte de la cancha que tenía grandes agujeros. Se pintó la cancha, las paredes, y se limpió todo el predio. Se colocaron nuevos cercos perimetrales. Se colocaron nuevas redes en los arcos.
Santana de Parnaíba, San Pablo, Brasil
Lo que ocurrió acá no fue solamente una reunión de actores, instituciones y alianzas con buenas intenciones. Presenciamos en esos días una sinergia de objetivos materializados en acciones que van más allá de nuestras atribuciones profesionales, por involucrar real compromiso. Revitalizar un espacio significa un nuevo comienzo, trae siempre una buena energía, eleva la autoestima y alimenta los sueños. Adolfo Vieira, Eprocad.
Antes
El alambrado de la cancha estaba roto y la pelota se iba afuera a menudo. Las instalaciones estaban despintadas y algunos pisos eran irregulares y tenían piedras, lo que hacía imposible la práctica de deportes por cuestiones de seguridad.
DESPUÉS
Se pintaron los arcos y los tapiales de la cancha. Se plantó césped en una de las canchas que estaba inutilizada. Se pintó la cancha de básquet y se le colocaron nuevos aros.
71
72
73
74
75
76
EL OTRO SUEテ前
El partido de todos