PERSONAJE
El “toque” de
IGNACIO Ignacio Rojas, junto a sus socios, lidera un emprendimiento que revolucionó el mundo de las ventas en Chile, empoderando a 25 mil universitarios no solo con puestos de trabajo como “captadores” en los supermercados, sino con herramientas para su desarrollo personal. Touch ya inició un nuevo reto en Lima y desafía a nuestros jóvenes. POR Margite Torres Postigo. FOTOS Jorge Sarmiento
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El desafío estaba trazado: lograr que el cliente viera reflejado en ese captador a su hijo o hija, o a alguien cercano que le generara confianza y que no fuera más un extraño, sino una persona con mejor llegada.
“El emprender me llenó de armas para enfrentar cualquier reto”. 56
I
gnacio Rojas es chileno, pero él y su castellano se han peruanizado; se le entiende con dificultad por momentos, pero su trato amigable y fresco hace que la conversación fluya. Y es que llegó a nuestro país hace tres años y se ha convertido en un peruano más. Vive frente al mar porque le encanta surfear y va a trabajar en su longboard porque como a todos los limeños le estresa el tráfico y no se complica en llegar al trabajo en su peculiar movilidad. Aterrizó, con una maleta llena de dudas pero cargada de ganas, como Country Manager de Touch, empresa dedicada al marketing y ventas, que formó hace diez años en Santiago, junto con sus amigos Roberto Ibáñez, José Masihy y Antonio Monckeberg. La de Ignacio es una historia donde se cumple aquello de que el éxito solo es posible cuando arriesgas. Mientras estaba por acabar su carrera de ingeniería comercial y ya se veía de saco y corbata en el “trabajo soñado”, con mucho prestigio, dos amigos le pasaron la voz para formar parte de un proyecto personal, una pequeña productora que recién tomaba forma. Fue así que a los 25 años empezó a trabajar como anfitrión en los eventos que organizaban sus amigos y a ganar su propio dinero. Luego fue supervisor y cuando el proyecto tomó vuelo lo invitaron a ser parte del equipo y se convirtió en gerente general. “No teníamos ni un empleado, apenas una computadora, pero eso sí, muchas ganas de trabajar”. Ya había dado el paso decisivo, ahora le tocaba sacar lo mejor de sí. “Un día, uno de nuestros clientes nos pidió que inventáramos algo para los puntos de venta dentro de los supermercados; algo efectivo y novedoso. Hasta ese momento ese segmento era totalmente desconocido para nosotros”, nos cuenta. Entonces se propusieron ir ellos mismos con algunos amigos universitarios a vender y el resultado fue un éxito. Así se inicia el cambio que revolucionó el mercado de retail en Chile. Lo que se conocía como “impulsador” en los supermercados y no era bien visto, pasó a llamarse “captador”. El desafío estaba trazado: lograr que el cliente viera reflejado en ese captador a su hijo o hija, o a alguien cercano que le generara confianza y que no fuera más un extraño, sino una persona con mejor llegada. “Pusimos gente joven, cool, que tuviera otro espíritu, que hiciera de la experiencia de compra una más divertida; impusimos una moda y convertimos el tema en algo aspiracional, porque los muchachos empezaron a ganar buenas lucas”. Nos confiesa, muy orgulloso, que él mismo se puso a vender jugos en el supermercado y que le costó muchísimo al
principio. “Sé lo que es ser captador, sé lo que viven los jóvenes porque yo lo viví”, agrega. Así nace Touch. La energía joven de hace diez años permanece y ha logrado que se expandan por todo Chile. “Los primeros años fueron difíciles. Mientras mis amigos ya ganaban más dinero, yo era captador, contador, ¡de todo! Pero después despegué. El emprender me llenó de armas para enfrentar cualquier reto. Eso es algo que está en el ADN de la empresa”. Y es que el gran cambio que logró Touch en Chile no fue solo abrir el mercado laboral a los jóvenes universitarios, sino brindarles horarios flexibles, buenas remuneraciones y sobre todo herramientas para su desarrollo personal y profesional, para enfrentar el mundo con un mejor rostro. “Hacemos talleres de creatividad y emprendimiento, buscamos prácticas profesionales para nuestros captadores con nuestros clientes”. En 2013 alcanzaron los 25 mil captadores. Batieron récord y ahora en Perú tiene todas las ganas de repetir el plato. “Acá básicamente replicamos el modelo. Primero tuvimos que contactar a jóvenes líderes de las principales universidades del país para que nos ayudaran a convocar a sus amigos”. La premisa era la misma: hacer del trabajo en el supermercado algo cool y romper el paradigma de que no está hecho para un universitario. “Yo te aseguro que, en un aula, del 2 al 5% de los alumnos que son captadores son más responsables y maduros, y es que tienen que levantarse un sábado o domingo muy temprano para estar siete horas parados en un supermercado”. En Chile son más de 20 mil universitarios los que trabajan al año con Touch; en el Perú por ahora son 3.000, aunque esperan terminar el año con más de 5.000. “Acá el captador es mucho más puntual, responsable y entusiasta. Eso hay que reconocerlo. En las universidades la gente ya habla de Touch; damos charlas de emprendimiento y vamos ganando gente”. No nos costó captar el mensaje de Touch, Ignacio no tuvo que esforzarse mucho por transmitirlo, en realidad lo vive y llega fácil a los demás. Su compromiso con el emprendimiento va en serio y siente que ha cambiado vidas; no lo decimos nosotros, los jóvenes lo comentan. Para ellos no solo es un trabajo, “es una forma de vida”, “una familia”, lo describen como actitud, experiencia, desafío, oportunidad. Hay buena “vibra” acá. Por eso le creemos cuando dice que de lejos lo más gratificante es su equipo y ver crecer a sus integrantes. En nuestro país el tema del supermercadismo recién está empezando y hay mucho por trabajar. Mientras tanto, Ignacio ya tiene en mente un nuevo proyecto que piensa lanzar a finales de este año. 57