Escenarios en el desarrollo del paisaje fenomenológico en Jardín Antioquia

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FENOMENOLOGร A

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FENOMENOLOGÍA



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INTRODUCCIÓN

OBJETIVOS ESCENARIOS EN EL DESARROLLO DEL PAISAJE FENOMENOLÓGICO HISTORIA ANTIOQUEÑA:UNA RED DE VIAJEROS Y CAMINOS FASES DE MUNDO,LECTURA DEL TERRITORIO

DISEÑO METODOLÓGICO:EVALUACIÓN DE LA PERCEPCIÓN DEL PAISAJE

EL PAISAJE COMO MATERIALIZACIÓN DE UN INSTANTE: CONCLUSIONES JARDÍN A TRAVÉS DE OTROS OJOS: ENCUESTAS Y BIBLIOGRAFIA

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Figura 1-Una metáfora visual de la naturaleza de los lugares. Retomado de Canter, David, 1987. Psicología del lugar, México: editorial concepto S.A. p, 205. Figura 2-Mapa de pendientes del municipio de Jardín Antioquia. (Figura) Mediante Universidad nacional de Colombia y municipio de Jardín 2018, Alcaldía de Medellín. Figura 3-Inicios de Jardín. (Ilustración) Mediante página web oficial del municipio. Figura 4-Ramirez,R; Alexander, E. (2012).Ilustración sobre los departamentos del estado soberano de Antioquia, 1865. (figura). Recuperado del texto Colonización, poblamiento y propiedad en el suroeste Antioqueño. El caso del municipio Jardín (Antioquia, Colombia) 1830-1931 Figura 5-Construcción del templo la Inmaculada concepción (ilustración) recuperada del sitio web oficial del municipio. Figura 6-Plaza principal de Jardín. (ilustración). Elaboración propia Figura 7-Universidad Nacional de Colombia y municipio de Jardín para la revisión y el ajuste del esquema de ordenamiento territorial de Jardín, 2017. (Imagen) Recuperado de Metadatos mínimos Corantioquia. Figura 8-Línea de tiempo. (Figura) Elaboración propia. Figura 9-Trazado vial. Elaboración propia Figura 10-Usos. Elaboración propia Figura 11-Flujos. Elaboración propia Figura 12-Curvas de nivel. Elaboración propia Figura 13-Jerarquización vía/flujos hacia equipamientos. Elaboración propia Figura 14-Reconocimiento de ejes principales hacia el centro. Elaboración propia Figura 15-Unidades de paisaje. Elaboración propia Figura 16-Unidad de paisaje 1, el polo de atracción. Elaboración propia Figura 17-Unidad de paisaje 2. Elaboración propia Figura 18-Unidad de paisaje 3. Elaboración propia Figura 19-Limites de área de estudio. Elaboración propia Figura 20-Las líneas rectas del trazado. Elaboración propia Figura 21-Las vías, el flujo y las dinámicas sociales. Elaboración propia Figura 22-Lectura del paisaje, de polos a centro. Elaboración propia

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Figura 23-Lectura del paisaje y su relación con su historia. De polos a centros. Elaboración propia Figura 24-Identidad del paisaje, Ficha de campo 1. Elaboración propia Figura 25-Escenarios paisajísticos, ficha de campo 2. Elaboración propia Figura 26-Representaciones del paisaje, Ficha de campo 3. Elaboración propia Figura 27-Collage interpretativo 2, el desarraigo a la memoria y con ello de la cultura. Elaboración propia Figura 28-Collage interpretativo 1,la pérdida de la memoria y con ello de la cultura. Elaboración propia Figura 29-Resultado 1 Encuestas de comportamiento poblacional Figura 30-Resultado 2. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 31-Resultado 3. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 32-Resultado 5. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 33-Resultado 4. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 34-Resultado 6. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 35-Resultado 7. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 36-Resultado 9. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 37-Resultado 8. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 38-Resultado 12.Encuestas de comportamiento poblacional Figura 39-Resultado 11. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 40-Resultado 10. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 41-Resultado 13. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 42-Resultado 14. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 43-Resultado 15. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 44-Resultado 16. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 45-Resultado 17. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 46-Resultado 18. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 47-Resultado 19. Encuestas de comportamiento poblacional Figura 48-Resultado 20. Encuestas de comportamiento poblacional

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Tabla 1-Variables. Elaboración propia.

Tabla 2-Ramirez, R; Alexander, E. (2012). Ilustración sobre crecimiento demográfico en el suroeste de Antioquia, 1846-1912. (figura). Recuperado del texto Colonización, poblamiento y propiedad en el suroeste Antioqueño. El caso del municipio Jardín (Antioquia, Colombia) 1830-1931.

Tabla 3-Corantioquia. Nivel educativo en Jardín Antioquia (tabla). Recuperado del texto Delimitación de las áreas de páramos en la jurisdicción de Corantioquia y definición de las estrategias de planificación y conservación.

Tabla 4-Distribución porcentual de municipios de Antioquia visitados (figura) Recuperado del sistema de indicadores turísticos de Medellín-Antioquia (receptor mayo 2017). Tabla 5-Corantioquia. Actividades económicas (tabla). Recuperado del texto Delimitación de las áreas de páramos en la jurisdicción de Corantioquia y definición de las estrategias de planificación y conservación.


El ser humano, constituido como un receptor desprevenido del paisaje, capaz de recibir y filtrar los múltiples y variados estímulos que le otorga el lugar que habita, representa la mayor de las virtudes desde el cual el paisaje es estudiado y valorado. La condición variable del ser sustentada en las bases de la fenomenología que guarda iguales similitudes, como aquel que cuestiona su espacio mediante el campo meramente de la experiencia y la relación espontánea que construye con el entorno y las personas, consolidando una identidad paisajística comprometida con las bases de su historia. Tomar una posición fenomenológica ante el incesante cambio al que se somete el paisaje, su gente, su arquitectura, sus tradiciones y actividades permite hacer énfasis en una mirada más detallada de las dinámicas de una sociedad, tomadas como medios iniciadores de escenarios fenomenológicos con dinámicas de igual índole. En el presente trabajo se abarca este término como mediador para el entendimiento del paisaje desde una visión entregada a las experiencias del lugar, como se desarrolla y crea identidades innatas de un territorio pero que a su vez se deterioran; representando las cualidades de su sustrato material e inmaterial, y cómo conforma escenarios paisajísticos que recoge finalmente la esencias de lo que és . Palabras clave: Fenomenología, experiencia, entorno, identidad paisajística, paisaje, dinámicas, escenarios paisajisticos.


Centrar una reflexión y un análisis de lo que el término paisaje tiene impreso en sí mismo, es el verdadero reto para quienes se atreven a hablar de este, pues su complejidad, desde los variados ámbitos desde los que ha sido cuestionado-como la ciencia, geografía, filosofía-, subestima la manera en la que se piensa, actúa y desarrolla sobre él, siendo ya de por si una articulación y un resumen de lo que se ha hecho por años, momentos históricos, de ciencias, teorías probadas por diferentes áreas de conocimiento e ideas. Cada individuo vive un paisaje variable a través de los propios ojos, cuerpos, y almas; y es por lo que no se puede encapsular el paisaje en una sola y exclusiva definición. Abordando entonces el tema desde algo mucho más integral, más complejo, como lo es el ser humano cabe aclarar, desde una variable aún más experimental, viva, y personificada; la fenomenología, pues es aquella en dónde es capaz de sustentarse la laberíntica situación en la que se encuentra la variabilidad, inestabilidad, y versatilidad de los dos elementos que componen el paisaje; naturaleza y ser humano. Sin embargo, surgen inquietudes acerca de esta relación, que se convierte entonces en un espacio indiscutiblemente fenomenológico por el mero hecho de estar sometido bajo la susceptibilidad y el dominio de ese ser cambiante; obligando a preguntarse, ¿quién es el ente verdaderamente fenomenológico, el incansable e inquieto ser humano, o el paisaje que ya fue intervenido por este?. Así es pues como este término cobra una resignificación relevante como un concepto aún más complejo, vista desde una estructura social, política, cultural, arquitectónica, natural, y económica que forja la identidad vernácula y propia de la región antioqueña y que termina por cualificar y tejer una trama espacial y paisajística que revelan vastedades innumerables del ser humano que habita dicha fase de mundo y la historia a lo largo de su existencia impregnada siempre en el medio físico del paisaje.


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 � Valorar el paisaje como un organismo que abarca aspectos tangibles e intangibles de un lugar en específico (elementos que involucran tanto los aspectos bióticos; con los abióticos) que define y caracteriza un paisaje aún mås íntegro, representativo y único; el paisaje fenomenológico, cambiante y versåtil que conforman escenarios paisajísticos que estån ligados a las reinterpretaciones y valoraciones de las experiencias humanas individuales y colectivas bajo a las que se someta.

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-Sintetizar, componer y relacionar la intrĂ­nseca relaciĂłn que hay entre el ser humano con el paisaje que lo rodea, entendiendo que hay diferentes maneras en que se manifiesta, segĂşn el tiempo, el lugar, las personas, la arquitectura, las actividades que ocurran, etc. -Definir el concepto de escenario como paisaje fenomenolĂłgico. -Caracterizar los diferentes tipos de escenarios, mediante los cambios fĂ­sicos, sociales y culturales, y sus diversas dinĂĄmicas de apropiaciĂłn a lo largo del tiempo. -Reinterpretar y valorar el paisaje de JardĂ­n a travĂŠs de los escenarios hallados, como fundamento de su historicidad cultural, social, arquitectĂłnica que conforma escenarios fenomenolĂłgicos. .


PAISAJE PAISAJE PAISAJE


VARIA

1.ARQUITECTURA (TIPOLOGĂ?AS): Arte de proyectar y construir edificios, que conforma a su vez vastas maneras de materializarse, pues se diversifica y se hace Ăşnica. 2.PRĂ CTICAS CULTURALES: es la manera en que una cultura se hace evidente, y como por medio de elementos tangibles e intangibles logran transmitir ese aire de identidad y de arraigo por lo que llaman propio.

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Ă reas donde se enlazan aquellas acciones del hombre (cultura, mĂşsica, arquitectura o literatura) y la naturaleza, alimentando la genuinidad del espacio propia- mente arraigado al momento en el que se desenlaza.

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1.ELEMENTOS NATURALES: Conjunto de los componentes de la naturaleza (propios de ella) que son susceptibles a ser aprovechados por el ser humano para sus actividades. 2.ELEMENTOS CULTURALES: Conjunto de modos de vida y costumbres, conocĂ­mientos y grado de desarrollo artĂ­stico, cientĂ­fico, industrial, en una ĂŠpoca, grupo social, etc. 3.PERCEPCIONES: Comprender o conocer algo, y a travĂŠs de los sentidos captar imĂĄgenes, impresiones o sensaciones externas,que pueden ser comprendidos desde diferentes ĂĄmbitos y contextos, por tanto, adquieren diversas interpretaciones y se materializan segĂşn la autĂŠntica realidad en que se encuentran.

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IDENTIDAD: Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracteriza frente a los demĂĄs.

ESCENARIO: 1.Posibilidades o perspectivas de un hecho o una situaciĂłn. 1.1. Conjunto de circunstancias que rodean a una persona o un suceso. PAISAJE: 1. Parte de un territorio que puede ser observada desde un determinado lugar

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El paisaje entendido desde un concepto de identidad, de arraigo a la cultura, historia, y a las practicas sociales en sĂ­, que le otorgan el sentido de pertenencia y personalidad a ĂŠl lugar, y que debido a sus condiciones tanto naturales como antrĂłpicas, lo convierten en un espacio Ăşnico e irremplazable.

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Imagen o concepto en que se hace presente a la conciencia un objeto exterior o interior, que esta ligado a la perspectiva desde la cual sea evaluado y sometido,pues se perciben distintas cosas dependiendo de la escala del paisaje en que se aborde.

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Es el medio fĂ­sico y vivo, con el cual se hacen visibles aspectos puntuales de una sociedad, comunidad, o territorio que, ligados a factores materiales e inmateriales (patrimonio), crean una imagen representativa de un lugar.

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1.MUSICA: Arte de combinar los sonidos en una secuencia temporal atendiendo a las leyes de la armonĂ­a, la melodĂ­a y el ritmo, o de producirlos con instrumentos musicales. 2.LITERATURA: Arte de la expresiĂłn escrita o hablada. 3.PINTURA: Es el arte de la representaciĂłn grĂĄfica. 4.MATERIALES: Es un elemento que puede transformarse y agruparse en un conjunto



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“Los paisajes son las configuraciones de los espacios geogrĂĄficos, que, ademĂĄs de ejercer funciones territoriales bĂĄsicas, son capaces de tener intensas influencias morales y culturalesâ€? (MartĂ­nez de PisĂłn, s.f : 327) El paisaje es en teorĂ­a quien nos construye en determinados aspectos culturales y sociales, por eso la palabra Paysage, Pagus, o Landscape, (equivalentes en francĂŠs, latĂ­n e inglĂŠs) adquiere una importancia considerable para el fundamento de este escrito. Ha sido definido mĂşltiples veces por millones de personas, profesionales en su materia, aficionados, profesores, o simples perceptores de este, todos enfocados bien sea desde su campo teĂłrico y profesional pero conducidos siempre por un hilo invisible que los guĂ­a. Es asĂ­ pues como la definiciĂłn de paisaje se embarca en un viaje inseparable con la manera en cĂłmo forma al individuo y cĂłmo influye en este, pues es el actor que lo percibe cotidiana e individualmente; sin embargo esta relaciĂłn no solo es vĂĄlida para el paisaje natural que lo rodea, sino tambiĂŠn con el espacio construido, pues primeramente las personas alzan las ciudades y los edificios, y luego pasan a ser estos los que construyen a las personas, pues se cargan de espesores intangibles y de acciones humanas que determinan la personalidad de los paisajes, determinando la manera de pensar, sentir y actuar de estos (Corraliza, 2002). Sin embargo, existen muchos otros autores que, como buenos investigadores y perceptores del paisaje, no se limitan a una verdad absoluta de este tĂŠrmino tan subjetivo y que ha traĂ­do variadas teorĂ­as. Referidos entonces a autores como Max Sorre (1952) Pierre Jorge (1974), o Milton Santos (2000), algunos afirmando que el estudio del paisaje es importante, mĂĄs no primordial; otros que, visto desde una ciencia mĂĄs fĂ­sica, mĂĄs terrenal como la geografĂ­a, afirman no haber paisaje sin ĂŠsta; hasta llegar a aquellos que pregonan la no existencia de una ciencia propia del objeto de estudio. Pero es el paisaje entonces una observaciĂłn, un vistazo de lo que nos rodea, o como lo describe Milton Santos (2000:16): â€œâ€Śuna elemental descripciĂłn de la tierraâ€?.


Es entonces como entramos a poner en duda el verdadero significado del paisaje, o al menos que significa en especial para esta investigación. Concretamente se refiere a una relación especifica entre el individuo y el paisaje, y como ambos se entretejen y construyen una identidad propia del espacio; y es lo que denominaremos entonces como el escenario paisajístico, que corresponde a aquel espacio conformado en donde entran en contacto variables físicas e inmateriales, y que permite la relación espontánea de las personas con su entorno. Y es que entender el paisaje como el medio material en donde entran a jugar dos aspectos puntuales e inseparables que son la realidad y la percepción humana, es de vital importancia. Cuando se habla del paisaje como una realidad, se remite a aquello que ya está forjado por la tierra en medio de los ecosistemas y un factor estable, entonces se habla de naturaleza; y el ser humano ya entendido no como un factor permanente, pues ya no cabe y es incapaz de concebirse en este término, sino como una variable, que es ese estado cambiante, frecuente, o probable, que define mucho mejor al ser humano, pues su condición es versátil, perceptiva, y es el medio por el cual es concebida la dimensión de paisaje, ya que paisajes hay según cuantos observadores hayan, pues una misma configuración puede ser vista de diferentes maneras por diferentes sujetos; por eso se habla de que la percepción es otro portal, otra dimensión bajo el cual puede ser estudiado el paisaje, y es aquel proceso selectivo de lo que se ve, bajo la condición subjetiva en la que se encuentra la percepción humana. “Si la realidad es una sola, los seres humanos tenemos una visión deformada de ella, ya que puede ser percibida de tantas maneras como observadores existan” (Trinca Fighera, 2006:114). Se resalta así la conexión intrínseca de la que trataremos de hablar, denominada entonces como el estado fenomenológico que conforma paisajes de igual tipo, y que marca de manera imborrable el alma y el espíritu de los seres humanos. Pero es indispensable hablar del paisaje como escenario para poder remitirnos a este término de fenomenología, pues uno determina y condiciona a el otro, ya que la segunda condición exige ahora un determinado entendimiento de las dinámicas que ocurre en un paisaje, abarcando desde temas físicos de este como la arquitectura, hasta aspectos intangibles como las celebraciones o actos humanos que se desenlazan en aquellos escenarios paisajísticos, y por eso es posible hablar de una relación simple y precisa: en todo paisaje hay dos tipos de agentes, el subjetivo y el objetivo.

Ambos se entrelazarán siempre en la relación paisaje – ser humano, siendo el primero el dato objetivo, y el segundo el dato subjetivo (sujeto). Como lo plantea otro de los autores claves, Carl Sauer (1925) , quién revaloriza la definición de este término y el hecho revaluado de que un paisaje natural es aquel que no ha sido modificado por el hombre, mientras que el humanizado es aquel que ya lo ha sido; por lo que concluye de igual manera, que existen dos relaciones inherentes; el área geográfica, que es aquella que contiene el paisaje cultural, en unión con la cultura que es el agente por el cual se modifica, y que toma como recurso el medio natural. Es pues como el término paisaje no pude limitarse simplemente a una definición meramente visible, pues sería limitarlo a lo aparente, a lo superficial, pero ¿Qué hay más allá?, ¿cómo lo percibe el sujeto de allí o de acá, el de la tienda, el de la panadería, el cura de la iglesia o la señora que vende dulces en el parque? El paisaje se enriquece cada que es percibido, escuchado, visto, olido, palpado; es en pocas palabras una visibilidad filtrada por nuestras sensaciones. “Enfocamos los paisajes como realidades inmediatas, pues enmarcan nuestras vidas y mantienen con nosotros un efecto de correspondencia” (Martínez de Pisón, s.f : 327). Teniendo en cuenta entonces que para que un lugar sea característico e identitario, debe ser comprendido como un sustrato vivo, un compuesto que abarca y tiene cabida en varios aspectos heterogéneos, tangibles e intangibles, vivos o inertes, naturales o antrópicos, de un lugar específico, y que junto a las acciones humanas sometidas bajo ciertos parámetros culturales, que involucran desde como una persona se relaciona con otros, hasta la conformación de las vías, o de las fachadas de una vivienda, se concretan finalmente los escenarios, o áreas donde se enlazan aquellas acciones del hombre ( cultura, música, arquitectura o literatura) con la naturaleza que lo rodea. Viene muy a propósito la afirmación del geógrafo paisajista británico Jay Appleton: “El paisaje es lo que la gente hace de su entorno después de que la naturaleza lo ha puesto en sus manos” (Appleton,1986:9).


Es asĂ­ pues como el desarrollo humano en el paisaje, alimenta la genuinidad del espacio y es propiamente arraigado al momento en el que se desenlaza, ya que puede ser entendido segĂşn su configuraciĂłn reĂşna todos los rasgos que definan cada ĂŠpoca. CĂłmo consecuencia se adquieren escalas disĂ­miles desde el cual es cuestionado; constituido primeramente por la naturaleza, los ecosistemas y la tierra, y luego por los aspectos mĂĄs puntuales como los objetos que desarrolla el hombre en su paso por el tiempo. Por tanto, debe ser entonces una construcciĂłn, un proceso directo de producciĂłn, que se crea por adiciones, eliminaciones, y reemplazos de los objetos que fueron entendidos en un tiempo especĂ­fico y que correspondĂ­an a unas necesidades puntuales del momento, cargando cada porciĂłn de un lugar con sus propias cualidades. Viene muy a propĂłsito la siguiente afirmaciĂłn: â€œâ€Ś La relaciĂłn del hombre frente a el objeto y no exclusivamente como el estudio de lo bello. Se pretende entonces utilizar el tĂŠrmino estĂŠtica, no desde la filosofĂ­a del arte sino observada desde la experiencia cotidiana referida a “formasâ€?, “expresionesâ€?, “creacionesâ€?, “recreacionesâ€?, que posibilitan construcciones del ser humano que hacen parte de su habitar.â€? (Cuervo, 2013: 53). Los objetos al ser caracterĂ­sticos y propios de un lugar configuran una forma del paisaje puntual, lo que implica entonces hablar de una apariencia de las cosas, como la adecuaciĂłn de la materia a un objetivo que responda ante ciertas acciones y ambiciones del hombre, que serĂ­a finalmente el cĂłmo se percibe ese paisaje, esa porciĂłn de mundo, esa escena caracterĂ­stica de donde se encuentre situado, pues al fin y al cabo lo que se percibe son escenas conformadas por factores naturales, materiales, culturales, humanas, y que son variantes, segĂşn la hora del dĂ­a o el dĂ­a de la semana, o tal vez el dĂ­a del mes o del aĂąo, siendo un factor que siempre estĂĄ bajo la susceptibilidad del tiempo, asĂ­ que cuando se arraiga a este estado, se constituyen tradiciones e identidades en los territorios. “El paisaje es la materializaciĂłn de un instante, mientras que el espacio contiene el movimientoâ€? (Trinca Fighera, 2005:117).

Es como un gran globo que contiene tiempo y espacio, en donde el espacio contiene el movimiento y el ser humano es quien sustrae elementos de este y lo impregna de todo lo que ĂŠl es y lo materializa, creando escenas que quedan para siempre en su memoria y en la de los demĂĄs. Por eso, el paisaje es un instante de mundo, una escena creada, tal y como es dispuesta la escena de una obra de teatro, algunas veces preparadas con guion, “libreteadasâ€? como el caso de alguna celebraciĂłn religiosa, donde cada detalle es pensado: la decoraciĂłn, las palabras que se pronunciaran, y la hora de culminaciĂłn ; asĂ­ como tambiĂŠn estĂĄn las escenas improvisadas, genuinas, que constituyen al fin y al cabo casi la totalidad de los momentos que el ser humano vive y que construye en su cotidianidad

PAISAJE OBJETO FORMA APARIENCIA Sin embargo, viene muy a propĂłsito hablar de la importancia que tiene la historia, el contexto, pues al anĂĄlisis del paisaje se le suma el factor tiempo, siendo necesario retroceder y dar pasos en reversa, para entender que el objeto no se puede aislar del conjunto (tiempo e historia) que lo define. “El “volverâ€? anuncia un movimiento hacia atrĂĄs. Damos un paso atrĂĄs, como Heidegger tambiĂŠn lo recomienda, cuando tomamos distancia en la observaciĂłn de una imagen, de modo que se puede desplegar un punto de vista.â€? (Waldenfels, 2017:410)


Para lograr interpretar el paisaje es necesario alejarnos de ĂŠl y analizarlo mediante las escalas de paisaje desde las cuales puede ser visto; desde su lejanĂ­a, entendido como un paisaje visual que nos revela factores mĂĄs generales, mĂĄs panorĂĄmicos; mientras que un paisaje comprendido y analizado desde la cercanĂ­a, desde lo inmediato, se convierte en un paisaje vivencial, de experiencias prĂłximas, adyacentes; pero en ambos casos contenidos por la necesidad de encontrarse como conjunto, como un todo. Encaja perfectamente el fragmento: “En cambio, la estĂŠtica de la arquitectura y del paisaje urbano, dado que su estructura formal presupone una construcciĂłn cultural, solo puede ser entendida en los tĂŠrminos de su historia.â€? (Budovski, s.f :32). Es de esa forma como se crea un cĂ­rculo infinito de posibilidades, pues infinitas son las variables en las que el ser humano se conecta con la naturaleza de su ser, quedando el paisaje en sĂ­, en un estado de variabilidad y susceptibilidad continua, pues depende alta, casi que completamente, de la percepciĂłn humana, que a su vez es tambiĂŠn diversa y circunstancial, dejando como resultado paisajes que personifican el comportamiento de sus habitantes pues es la imagen fiel de su ideal de materializaciĂłn que posean sus necesidades, aspiraciones, experiencias, anhelos, conformando un paisaje que moldeara despuĂŠs el carĂĄcter de la generaciĂłn futura. No lograr impregnar un territorio con la propia identidad de quien lo habita, es una pĂŠrdida inmediata a la autenticidad de una generaciĂłn o de una cultura en especĂ­fico, por eso desarrollar de manera Ă­ntegra un territorio, conformando paisajes de calidad y que sean capaces de transmitir las cualidades fĂ­sicas e inmateriales de una sociedad, es en realidad el gran reto para una poblaciĂłn

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Ya definido pues lo referido a los escenarios en el paisaje y el desarrollo de estos, es necesario entender primeramente a que se refiere la palabra fenomenologĂ­a en tĂŠrminos generales. SegĂşn Fernando Trejo MartĂ­nez en el escrito, FenomenologĂ­a como mĂŠtodo de investigaciĂłn: Una opciĂłn para el profesional de enfermerĂ­a que dice: “conforme lo que explican tanto Husserl como Heidegger se define a la fenomenologĂ­a como el estudio de los fenĂłmenos (o experiencias) tal como se presentan y la manera en que se vive por las propias personas.â€? (Trejo, 2010:99). El tĂŠrmino fenomenologĂ­a se moldea perfectamente a este estado del paisaje del que venimos tratando, pues este estado, corresponde al estudio de las experiencias que estĂĄn ligadas a el observador, a la percepciĂłn humana y su apropiaciĂłn, y si recordamos entonces que el paisaje es paisaje segĂşn quien lo observe, y que no lo seria si no tuviera observador, entonces cobra mayor fuerza, pues al estar ligado a esta condiciĂłn humana, se convierte inmediatamente en un estado fenomenolĂłgico, cambiante y versĂĄtil. Las diferentes escalas o dimensiones en las que se puede estudiar el habitar del ser humano son muy diversas y circunstanciales, entendiendo que se territorializan, desde su mismo cuerpo, hasta los objetos (de la casa), la casa y el entorno. Es importante traer a colaciĂłn la definiciĂłn de paisaje que realiza la guĂ­a metodolĂłgica, estudio de paisaje de la Generalitat Valenciana (2006), que nos invita a pensar en la construcciĂłn del paisaje como una uniĂłn entre lo social y lo cultural entendida como una unidad que esta siempre anclada a un substrato material, fĂ­sico; es asĂ­ como entendemos que para definir el paisaje fenomenolĂłgico debemos traslapar dos grandes capas, una social (inmaterial) que debe estar anclada siempre a ese estado material y fĂ­sico de la tierra, pues la Ăşnica manera de representar un estado inmaterial humano y sus experiencias, es plasmĂĄndolo en una superficie llamada paisaje. Recordemos que, aunque la afirmaciĂłn subjetiva de la acciĂłn de plasmar este aspecto inmaterial en el paisaje, no quiere decir que un paisaje sea inmaterial totalmente, al contrario, es este la representaciĂłn fĂ­sica de todas las acciones inmateriales que el hombre plasma en ĂŠl, como las pinturas, obras literarias, accesorios en la arquitectura, etc. Por tanto, el paisaje se va configurando bajo una imagen cultural, arraigada a la condiciĂłn humana, que es representada por la misma de diversas maneras, caracterĂ­sticas tambiĂŠn de la cultura bajo el cual se desarrolla, estableciĂŠndose grados de compenetraciĂłn con sus estados natural y cultural que provocara identidades que serĂĄn estrechas o no, duraderas o perecederas.

Situemos un ejemplo que podrĂ­a ser de gran ayuda: situando a Colombia bajo nuestro objetivo, es necesaria la siguiente afirmaciĂłn: “Colombia posee tal riqueza y variedad geogrĂĄfica que no es posible aprehenderla bajo un denominador comĂşn o encontrar el rasgo mĂĄs sobresaliente de sus variadas expresiones morfolĂłgicas para definirla como una unidad en tĂŠrminos del paisaje natural.â€? (Aponte,2003:157). Entendiendo que, debido a su amplia categorĂ­a de paisajes naturales, es imposible definirla como una unidad, por lo que las influencias de las personas que los habitan son fundamentales en las marcadas diferencias en la cultura e identidad regional que hoy conocemos en nuestro territorio. No es lo mismo hablar de la manera en que se asentĂł y desarrollĂł una cultura en los Llanos Orientales, que en Antioquia. Sumado aĂşn mĂĄs, a la mezcla de razas y la red de mestizaje que se maneja en nuestro territorio, se conforma una identidad mĂşltiple y variada en todos los aspectos, singularmente en su relaciĂłn con el paisaje. Este simple aspecto de identidad que se construya en un espacio es un pase seguro a la conservaciĂłn y permanencia de nuestra cultura, “Debemos iniciar la travesĂ­a histĂłrica de centraciĂłn y recuperaciĂłn de nuestra identidad individual y colectiva, en la bĂşsqueda de la huella perdida, del camino de retorno a nuestra condiciĂłn y pertenencia naturalâ€? (GĂłmez,2002:15) Concretemos con este grĂĄfico de una manera muy corta la importancia que representa la superposiciĂłn integrada de los tres elementos, Actividades, atributos fĂ­sicos y concepciones, como la manera en que se pueden concebir los lugares que son propios de un territorio. Entendiendo que se refiere no solo al espacio geogrĂĄfico sino tambiĂŠn a la manifestaciĂłn tangible de las concepciones y de las actividades.

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La concepciĂłn del paisaje nos lleva a pensar entonces en 3 recursos paisajĂ­sticos que siempre estarĂĄn presentes en todo estudio del mismo: Un paisaje geolĂłgico, compuesto por el fenosistema que es aquel que contiene aquellos componentes perceptibles del sustrato natural, lo meramente terrĂ­geno; en segundo lugar encontramos el paisaje estĂŠtico, que se muestra como aquel paisaje evidente e interpretativo, ligado aĂşn mĂĄs al total campo de las experiencias; y por Ăşltimo el paisaje cultural, comprendido como el paisaje vivido, sensible e inmaterial que involucra las necesidades anĂ­micas del ser humano, como las historias, sĂ­mbolos, mĂşsica, oficio, gastronomĂ­a, tĂŠcnicas, fiestas, vestido, artes, objetos, etc. (Generalitat valenciana, 2006).

La fenomenologĂ­a vista desde ese aspecto sustancial e innato de las personas, lo convierte inmediatamente en un estado de experiencia, de recorrido, de vivencias, por eso se habla de que este campo nos permite ver el paisaje como lo queremos ver, como ese espacio “encarnadoâ€? o personificado, vivo, que crea experiencias autĂŠnticas a la realidad, porque es creado tambiĂŠn por actores de igual tipo, el ser humano. Es ahĂ­ en donde cabe el tĂŠrmino recurrente de este escrito, y equivale entonces hablar y tomar por base una actitud fenomenolĂłgica. En La fenomenologĂ­a de la percepciĂłn se afirma: “La racionalidad se mide, exactamente, con las experiencias en las que se revelaâ€? ( Gallimard, 1945:15).

“El giro hacia el paisaje, definitivamente moderno, se produce en el romanticismo cuando la contemplaciĂłn adquiere independencia frente a la comprensiĂłn conceptual y se vuelve placer estĂŠtico.â€? (Campos LleĂł, 1995: 203). Las similitudes, asĂ­ como las diferencias entre los tipos de paisaje hallados, configuran entonces una variedad de combinaciones posibles entre ellos, obteniĂŠndose estos pequeĂąos escenarios que mĂĄs que cualquier cosa son espacios sociales, que enriquecen o en algunos casos degradan el espacio ya conformado. (el paisaje entendido desde un aspecto mĂĄs global, mĂĄs vasto, que acontece a ser un escenario, que es mĂĄs inmediato y cercano.) Para eso es necesario que se logre hacer una lectura del paisaje desde todos sus ĂĄngulos y perspectivas posibles, pues aquellos espacios colectivos de los que se habla cuando se refiriere a fenomenologĂ­a, son en su mayorĂ­a, la suma de los distintos paisajes anteriormente mencionados. Por lo tanto, no es tarea fĂĄcil. Chouquer nos ratifica las dimensiones que puede llegar a tener la lectura de los paisajes desde ese sentido humano, fenomenolĂłgico: “En este rasgo de la especie humana nos podamos apoyar, para entender que el paisaje que nos rodea es una dimensiĂłn constitutiva del ser humanoâ€? (Chouquer,2001:239; Hirsch,1995:5). nos sitĂşa en una posiciĂłn que afirma lo que ya se ha dicho anteriormente, y es que el ser humano es, constitutivamente, un agente activo del paisaje es quien lo construye, lo moldea segĂşn quien es, segĂşn lo que cree y piensa, segĂşn los valores de la gente, como lo ven, como lo perciben, configurando una manera Ăşnica de hacer paisaje.


JoĂŤlle Mesnil nos remite a un gran ejemplo, que entiende y engloba el tĂŠrmino que se trata de explicar, en su escrito FenomenologĂ­a del espacio del paisaje: un espacio encarnado, remite para su auxilio a Marc Richir que dice: “No es una casa, es una maĂąana de verano donde hay una casaâ€? (Richir en Mesnil, 2018:142), en donde el fenĂłmeno no es el objeto, sino el momento, una fase de mundo, es el cĂłmo se percibe, que sensaciones provoca en quien lo ve, y como es constituida la manera en que se arraiga el ser humano a ese paisaje, por eso el espacio se debe reconocer como una acciĂłn de especializar el momento, por eso el hecho de que requiere tiempo para formarse, para ocupar un espacio integro con el sustrato inmaterial que es el espacio. El paisaje siempre aparece antes los ojos de su observador en su realidad propia, que despuĂŠs es reinterpretado por quien lo estĂŠ mirando, pasando por una determinada serie de cambios y sucesos materiales en su sustrato fĂ­sico. Por esto, para Marc Richir (1988) el estado de lo fenomenolĂłgico aparece es como un momento de encarnaciĂłn y no de lo simbĂłlico, ya que, encarnando -personificando- es como se transforma en realidad el paisaje. SegĂşn Stephen Straus, en su gran obra, Del sentido de los sentidos: “Los pintores paisajistas no representan ningĂşn lugar determinado, ninguna regiĂłn determinada, sino que pintan un “paisaje con molinos de vientoâ€?, un “paisaje con vacasâ€? etc. Evidentemente, se trata de regiones determinadas, de determinadas colinas en particular que han sido pintadas, pero esas representaciones de ciudades y regiones precisas son panorĂĄmicas pictĂłricas, retratos, si se quiere, pero no son paisajes‌ sentir es percibir lo que el paisaje es a la geografĂ­aâ€? (Straus, 1935). Un lugar puede ser pintado por cualquier persona, las colinas, los rĂ­os, los ĂĄrboles, el cielo, la casa y los pĂĄjaros, pero verdaderamente se habla de paisaje, cuando se entiende y se particulariza, por todo lo que ĂŠl mismo compromete en su sustrato, como las personas, el clima, las tradiciones, la historia, la arquitectura. Cuando por fin, se vive y se siente esa fase de mundo con todas sus variables en distintas formas, sujeto a un campo entregado meramente al de las experiencias, que alberga un tiempo, que se espacializa, se recorre y que amparan los objetos que el paisaje necesita, es cuando puede hablarse de paisaje experimental, vivido, fenomenolĂłgico.


“La experiencia forma este proceso, en el que se constituye y articula sentido, en el que surgen formas y se cristaliza en cosas. Hay, como Merleau-Ponty lo llama, un sentido in statu nascendi” (Waldenfels, 2017:413) Pero según la pregunta Kantiana que repercutía en los escritos de grandes pensadores como Husserl o Heidegger: ¿Cómo son posibles los juicios de experiencia? Primero es comprendido por un campo de la experiencia, de un campo de cosas vivas, cambiantes, que pasaran a ser interpretadas y juzgadas por un sujeto que abarca iguales similitudes, así que el paisaje en teoría es un juicio hecho a partir de experiencias individuales, que en colectivo pasaran a conversar con un campo de interrelaciones e identidades, que conforman finalmente una personalidad espacial. Pero ¿cómo decir que el paisaje está bajo esas premisas de la fenomenología sin caer en la ostentosa propuesta de estar entre todos los modos de juego del subjetivismo y objetivismo? Se podría imaginar que se construye un paisaje por medio de recortes de fotografías de distintas personas, cada una de ellas enfocadas claro está, en lo que para esa persona es relevante en ese recuadro de paisaje, por tanto, se configura un gran todo, pero visto desde diferentes perspectivas. Puede hablarse de un gran collage en donde intervienen puntualmente las percepciones individuales, pero que, como conjunto, configuran una sola unidad, un todo, una representación única de un lugar irremplazable. Pasa lo mismo con la fenomenología, que al igual que los otros modos de juego, es un camino directo hacia percibir las cosas de una u otra manera, sin embargo, en la fenomenología no es tan sencillo, no se trata entonces de simples contenidos de experiencias, sino que se refiere también de una novedosa actitud hacia las cosas. Ese es el contenido extra, que será pues el más relevante para entender el paisaje como aquel collage de interpretaciones y de experiencias que configuran finalmente nuestros espacios, nuestra cotidianidad.

El paisaje fenomenológico entonces, en su materia final, representa esas fases de mundo, que están cargados de recursos meramente humanos en respuesta a sus gustos y necesidades, y que solo gracias a ese sustrato físico y material es posible; es ahí cuando esa condición de hombre terrígeno que se encuentra en la superficie terrestre se halla y es capaz de conformar aquel espesor estético de ese moldeamiento del mundo, de la tierra, ya que los pensamientos del hombre con el medio natural son capaces de ser llevados a la superficie, que es pues ese sustrato ahora inmaterial y experimental que ni más ni menos es el proceso en que las cosas mismas aparecen el que lo hace aún más completo, y que solo puede ser concebido por aquel ser que es capaz de mutar, de ir en sintonía con el ritmo permutante que propone la tierra, nuestro sustrato geográfico. Somos geografía, somos espesor, somos paisaje.


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O4 “La montaña de oro, el paisaje antioqueño. Antioquia ha sido por antonomasia la Montaña. Cuando alguien en Colombia se refiere a La Montaña está hablando de Antioquia, de esa soberbia mole montañosa, arrugadísima y salvaje donde vienen a morir en estrecho abrazo las cordilleras central y occidental de los Andes.” (Agudelo, 1986:15) La condición que impone este territorio representó un gran obstáculo para la colonización y el asentamiento de los pobladores antioqueños, pues no fue un camino fácil el que superaron, eran cerros, páramos, nevados imponentes y apagados volcanes, lo que se alzaba por encima de los tres y cuatro mil metros de altura, por lo que se pintaba un viaje no muy cómodo para aquellos inquietos por colonizar. Fue así como el territorio antioqueño proponía una diversidad de paisajes de variado tipo, unos más altos y fríos que otros, más bajos y de temperatura agradable; y fue entre las estribaciones andinas donde vino a nacer el pueblo antioqueño, que luego pasaría a treparse y extenderse por el resto del territorio.


“El primer capĂ­tulo de la historia antioqueĂąa lo ha escrito su paisaje peculiar e inconfundible que modelĂł al hombre de estos riscos a su imagen y semejanza, con fachada de roca y corazĂłn de oro.â€? (Agudelo, 1986:16). Son producto de migraciones que se fueron consolidando en los terrenos que concebĂ­an mĂĄs aptos para sus gustos y necesidades. Los antepasados, fueron en su gran mayorĂ­a, arrieros, colonizadores, mineros, pero principalmente labradores, que lograron despojar camino entre las selvas inhĂłspitas y deshabitadas, para construir desde cero el lugar que ahora se conoce. Pero fue principalmente mediante una red de caminos que entre todos iban construyendo, como en realidad pudo darse la colonizaciĂłn de la que reiteradamente hemos hablado. La apertura de caminos, transitados por miles de hombres con espĂ­ritu aventurero que, durante mĂĄs de cien aĂąos iban en busca de lugares donde pudiesen cultivar y vivir plenamente, constituyendo la manera en que ponen al descubierto las intenciones y las metas de los hombres, pues los trazan, para luego transitarlos, y dar paso al descubrimiento de mĂĄs tierras desconocidas. Santa (1993:25) en su escrito afirma: “Los caminos son esenciales en la historia, a travĂŠs de ellos se han hecho los descubrimientos y las guerras, y a travĂŠs de ellos tambiĂŠn se han movido las grandes innovaciones y adelantos‌caminos materiales por donde el hombre ha puesto a caminar los postulados de su fe, las exigencias de su ambiciĂłn y la avanzada de su esperanzaâ€?

Fue entonces entre estas geoformas, y a travĂŠs de los caminos, donde sobresalta, en el contrafuerte de la cordillera occidental, y contenida por dos quebradas, el asentamiento de JardĂ­n, un pueblo que pasarĂ­a a ser uno de los pioneros en la industria mĂĄs importante de nuestro paĂ­s, y referente cultural, paisajĂ­stico, y de turismo. Un asentamiento antioqueĂąo que, como todos, fue el resultado de aquellas expediciones nĂłmadas de arrieros y pueblerinos de pies desnudos; hacheros que, como dice Epifanio MejĂ­a en su “Canto del AntioqueĂąoâ€?, convertido hoy en el himno oficial de su terreno nativo:

El hacha que mis mayores Me dejaron por herencia, La quiero porque a sus golpes Libres acentos resuenan. Yo nacĂ­ altivo y libre Sobre una sierra antioqueĂąa Llevo el hierro entre las manos Porque en el cuello me pesa. Con el morral en la espalda Cruzamos llanos y cuestas Y atravesamos montaĂąas, Anchos rĂ­os y altas sierras.

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Sin embargo, el municipio de JardĂ­n con todo y sus dinĂĄmicas y procesos fueron tardĂ­os (ver tabla) pues mientras ya eran visibles municipios adyacentes a este tales como Andes, JericĂł o TĂĄmesis, este apenas comenzaba a tomar relevante cuerpo en cuanto a infraestructuras fĂ­sicas como sociales, aun asĂ­, su historia local se inscribe en un contexto aĂşn mĂĄs amplio: la colonizaciĂłn del suroeste AntioqueĂąo.

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Al igual que el nacimiento de nuevos poblados nace con el auge expansionista y colonizador, la cultura lingßística como testimonio de los viajeros, pues mientras descubrían su propia geografía, elaboraban mapas y pintaban cuadros de la vida social, y los poetas cantaban a las virtudes expansionistas propios de su raza y a los instrumentos de su colonización, como lo eran el hacha y la mula.


Entendiendo pues que, con la configuraciĂłn de esta red de caminos, se fue modificando el paisaje del territorio antioqueĂąo pues a su paso se iba marcando e impregnando el territorio con las cualidades de sus pasajeros , asĂ­ como las dinĂĄmicas sociales que poco a poco fueron constituyendo diferentes maneras de concebir el paisaje, pues ya no representaba lo mismo debido al cambio que iban necesitando al igual que las influencias externas que iban involucrando la identidad de un territorio y de una cultura; aparecen ademĂĄs nuevas influencias expansionistas de nuestro territorio, ya se concibe un tema mucho mĂĄs externo,no solo se habla entonces de arrieros, sino que aparecen comisiones de expansiones territoriales en busca de conocimiento adicional como lo era la comisiĂłn corogrĂĄfica AgustĂ­n Codazzi que iban entendiendo a su vez el potencial geogrĂĄfico del territorio antioqueĂąo, por tanto se puede hablar que desde 1860 explota a travĂŠs de esta tendencia el verdadero auge de expansiĂłn en estas tierras. Las nuevas formas de vida, tras llevar dĂŠcadas de ser sustentada por aquella cultura arriera y labradora, se fue viendo amenazada cuando por medio de la modernizaciĂłn comienzan a aparecer nuevas influencias mediante los caminos que llevaban a este territorio, pues aquellos que antes no sobresalĂ­an por su efectividad, ahora representaban grandes medios de comunicaciĂłn entre municipios.

Para el estudio de la configuraciĂłn del paisaje antioqueĂąo, fue necesario hacer un recuento breve del proceso de colonizaciĂłn, entendiendo que hubo una secuencia de actividades propias de las personas que forjaron el espacio, culturas arrieras en su mayorĂ­a, arquitecturas vernĂĄculas, construcciones hechas a base de tapia, barro, bahareque, etc., especĂ­ficas de cĂłmo se desarrollaban en ese momento, e identificando una raza entera que luego iban siendo transformadas e influenciadas por nuevas corrientes; es desde el proceso de colonizaciĂłn que se forjan identidades propias del lugar, el territorio en su propia naturaleza determina la manera en que se comportan los seres humanos a la hora de confrontarlo, y de eso, se denominan nombres especĂ­ficos de una raza, en este caso la antioqueĂąa. Y muy claro estĂĄ que el objeto de estudio, JardĂ­n Antioquia, no fue ajena a este proceso, asĂ­ que su transformaciĂłn es en conclusiĂłn una parte de nuestra historia, y su paisaje como hoy lo conocemos ha sido participe del patrimonio local, tanto material como inmaterial del departamento. Si se detiene a observar los paisajes que se fueron conformando a medida que se descubrĂ­an nuevas tierras, darĂ­amos pie a una vasta conversaciĂłn, asĂ­ que entender cĂłmo se han ido desarrollando aquellos factores tangibles e intangibles, vivos o inertes, naturales o antrĂłpicos, que conformaron paisajes y escenarios tĂ­picos de ese proceso fundacional es al fin y al cabo el sentido de este escrito. Un paisaje se carga de personalidad cuando en ĂŠl comienzan a suceder sucesos humanos dentro del medio fĂ­sico. Los pobladores de un lugar son en su gran totalidad, la variable con mĂĄs peso de transformaciĂłn y talla en la conformaciĂłn de un paisaje en especĂ­fico. AdemĂĄs, que sus cualidades que han sido forjadas por los obstĂĄculos que el territorio les impone, son en sĂ­, los atributos que finalmente impregnaran en el substrato fĂ­sico e inmaterial. Es por esto quĂŠ el territorio es en resumidas palabras, quien forja y guĂ­a a quien finalmente serĂĄ el artesano del suelo. Entonces no serĂ­a lo mismo hablar de los pobladores de un territorio con unas condiciones topogrĂĄficas y fĂ­sicas distintas (Llanos) a otro territorio completamente dispar, y que dispuso obstĂĄculos totalmente opuestos (Antioquia); que crecieron y fueron capaces de desarrollarse e implantarse venciendo y adaptando sus necesidades a lo que el territorio en sĂ­ les proponĂ­a.

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Los arrieros, hacheros y labradores de esta tierra se encargaron principalmente de fundar los primeros recintos en donde se limitaban a dormir y a comer, pues era la tierra su principal dedicaciĂłn, constituyĂŠndose un vasto paisaje verde, con algunas parcelaciones de mĂĄs. Fue despuĂŠs de un considerable crecimiento de estos pueblerinos, cuando el verdadero cambio en el paisaje del suroeste empezĂł a tomar relevancia, pues la lejanĂ­a de los horizontes ya demostraba este crecimiento poblacional a travĂŠs de la separaciĂłn de las tierras y el mosaico de las cosechas se hacĂ­a mĂĄs evidente. Poco a poco el paisaje y lo que sucedĂ­a entre los caminos fue consolidando escenarios mĂĄs sociales, donde se intercambiaban ya diferentes maneras de concebir la tierra y sus cosechas; ademĂĄs, gracias a la considerable cantidad de personas afectadas por la mala conectividad y servicios de acueducto, aparecen los sistemas de alcantarillado, que representaba un gran paso a la modernizaciĂłn. Nuevas caras se veĂ­an en el horizonte, por tanto, nuevos asentamientos cerca a los lugares mĂĄs comunes de encuentro, como la plaza de mercado. Con un crecimiento tan exponencial como el que se venĂ­a dando, trajo consigo la llegada de nuevas carreras y vĂ­as (sĂ­mbolo de crecimiento y de nuevas influencias futuras) y la plaza central de lo que pasarĂ­a a ser pueblo dentro de muy corto tiempo.

Todos los asentamientos individuales de familias que construĂ­an su propio recinto, en donde cosechaban y sobrevivĂ­an gracias a sus cultivos, correspondĂ­an una alteraciĂłn grandĂ­sima a lo percibido visualmente, pues con el crecimiento de producciĂłn de cafetales en esta zona, se produjo una serie de facetas del territorio, y las montaĂąas ya no tenĂ­an aquella percepciĂłn selvĂĄtica fuerte, pues ya habĂ­an sido conquistados por la mano humana. Aparecen los nuevos servicios que prestarĂ­an aquellas necesidades bĂĄsicas de toda poblaciĂłn, como hospitales, que trajo consigo un desarrollo en el ĂĄmbito de la salud, atrayendo nuevas maneras de pensar, y nuevas ciencias. MĂĄs tarde la llegada de las entidades educativas, y mediante la interacciĂłn de la educaciĂłn con aquel pueblerino analfabeta se hacĂ­a aĂşn mĂĄs evidente el aumento en el conocimiento y la mejorĂ­a en la calidad de vida de los habitantes. AdemĂĄs de consolidarse entidades con el fin de repartir y enseĂąar cultura y ocio, como centros de mĂşsica o de baile, que enriquecĂ­an aquel aspecto patrimonial del territorio, pues se realza su estado de apropiaciĂłn e identidad del espacio y se hace mĂĄs propio, asĂ­ como los escenarios que van conformando. Sin olvidar que JardĂ­n tuvo un gran desarrollo en el aspecto religioso, con la conformaciĂłn de la iglesia principal, monumento nacional, transformando la manera en cĂłmo la gente estĂĄ en el pueblo, pues aparece una atmosfera mucho mĂĄs religiosa y ya no aparenta esa condiciĂłn agrĂ­cola y de aspecto meramente campesino, de hacha, mula y cafĂŠ que se venĂ­a dando, hasta aquellos aspectos tan representativos como su vestimenta y su comportamiento fueron cambiando a la hora de visitar el templo de Dios, pues las campanas de la iglesia de los pueblos que ya empezaban a surgir con pujos de aldea, hacĂ­an un llamado a esa poblaciĂłn pobre en las ciencias exactas y escritura, pero forjados por el tesĂłn de la vida arriera y cafetera, fuertes, e inquebrantables ante la pujante vida campesina.

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Con la llegada de la luz, aparecen nuevos elementos de transformaciĂłn escĂŠnica (transformaron visualmente el espacio), como lo son los teatros y el cine (vehĂ­culo de la cultura), el radio (que facilitĂł la comunicaciĂłn) que fueron constituyendo una nueva forma de habitar de las personas; la calle y los espacios pĂşblicos ya eran tema de interĂŠs en las horas nocturnas tambiĂŠn, la vida en la noche y los programas hasta llegada la oscuridad se hacĂ­an mĂĄs evidentes, y la duraciĂłn de la estancia de las personas fuera de su hogar era aĂşn mĂĄs duradera. Todos estos desarrollos en el territorio jardineĂąo han ido conformando a lo largo del tiempo, en sumatoria, la identidad del lugar, propia e irrepetible, pues los escenarios han ido plasmando momentos Ăşnicos que, influenciados por los aspectos materiales e inmateriales como los materiales en su arquitectura, el clima al que se enfrentarĂ­an aquellas construcciones, historias que pasarĂ­an a ser cuentos y celebraciones, hechos histĂłricos de hazaĂąas y logros especĂ­ficos, las personas mismas que son Ăşnicas de este territorio, hasta la manera en cĂłmo forjaron e impusieron esa mano firme frente a aquella tierra selvĂĄtica, fuerte e impenetrable, son algunos de los aspectos que lo hicieron y aun lo hacen Ăşnico en su creaciĂłn. Fue una construcciĂłn a lo largo del tiempo, de aspectos sociales y culturales, anclados siempre a un medio fĂ­sico, material; que, con la intervenciĂłn humana, fue conformando paisajes y escenarios singulares del lugar en el que fueron concebidos; su sustrato terrenal, montaĂąoso y brusco, su clima templado pero a veces lluvioso y hĂşmedo, o las tradiciones locales que giran alrededor de actividades particulares como el festival de la rosa, festividades decembrinas que convocan miles de personas de diversa procedencia, actividades de cultura y ocio como conciertos pedagĂłgicos en la plaza principal que congregan a las diversas generaciones, o ceremonias de Ă­mpetu religioso que exalta las ceremonias catĂłlicas principales reuniendo grupos sociales y creando vĂ­nculos a partir de estas; es como se van haciendo visibles las variables que influyen en la apropiaciĂłn de la poblaciĂłn jardineĂąa por su territorio, se convierten en condicionantes claros y ejemplares de esa regiĂłn en especĂ­fico.

El orden en que se desarrollaron los acontecimientos de los asentamientos en el territorio colombiano hizo de los arrieros (primeros pobladores de los pueblos) personas capaces y de Ă­ndole aventurera, que lograron transformar y adecuar el territorio desde lo mĂĄs nativo de este por medio de los caminos que trazaron. Sus adecuaciones comenzaron a influir en la estĂŠtica, la economĂ­a, y la cultura, atrayendo nuevos pobladores. (la identidad, forjada desde el dĂ­a en que pisaron la tierra JardineĂąa, fue transmitida a todo aquel que llegaba, directa o indirectamente iban engrandeciendo su cultura y tradiciĂłn). AsĂ­, al transcurrir el tiempo, los paisajes y su nueva imagen fueron ese substrato material que hizo posible el desarrollo de las costumbres y culturas de ese lugar en especĂ­fico. Se habla hoy dĂ­a de JardĂ­n, Antioquia, debido a su gran importancia que representaba y representa ahora para la cultura y la conformaciĂłn del territorio antioqueĂąo, pues es un municipio que ha logrado desarrollar e implementar mediante su riqueza material e inmaterial el turismo como un posible detonador del desarrollo social, econĂłmico y arquitectĂłnico, abriĂŠndose paso para ser uno de los principales referentes ideal para desarrollar otro tipo de prĂĄcticas provenientes de otras regiones del territorio. Es un espacio que se encuentra cargado de historia de los antepasados arrieros, y luchadores de las tierras desconocidas ansiosas de ser descubiertas; por eso el estudio y la conservaciĂłn de las dinĂĄmicas que allĂ­ se dan son de vital importancia para la cultura de esta tierra, pues es cuna, como muchos otros lugares del territorio, del tesĂłn y personalidad de quienes la habitan y habitaron. Eso el hecho de que ahora se conforma como uno de los sitios histĂłricos mĂĄs recurridos por las personas de esta regiĂłn del paĂ­s, visitado siempre por su arquitectura tan caracterĂ­stica, por sus celebraciones de tipo nacional que tienen un gran impacto en la sociedad, y su suelo cargado de riquezas naturales deseadas por cualquier persona Â?  ’ Â? š — ˜ › Â?


Es un pedazo de paraĂ­so inmerso en un sustrato histĂłrico, social, y cultural. Pero la gran problemĂĄtica a la que se debe afrontar aquel municipio del suroeste antioqueĂąo es a las mĂşltiples amenazas que representa ser uno de los hitos turĂ­sticos mĂĄs grandes de aquel territorio. Pues con ello se evidencian variados cambios en su sustrato material, como las cosechas o la arquitectura, que inicialmente correspondĂ­a a las dinĂĄmicas del lugar, pero que a medida fue trascurriendo el tiempo y las generaciones, se fue perdiendo cierto sentido de pertenencia y apropiaciĂłn por lo que se es propio. Las personas tambiĂŠn cambiaron, desde como concebĂ­an y concurrĂ­an los lugares y la manera en que lo hacĂ­an, con quien lo realizaban y lo que finalmente realizaban en ellos, hasta su manera de vestir, pues los espacios y las nuevas condiciones asĂ­ lo demandaban. Nos enfrentamos ahora, ante una ĂŠpoca dominada por las recientes corrientes contemporĂĄneas que absorben a los territorios y sus potenciales, pues con el acelerado paso hacia el mundo moderno que han dado casi que la mayorĂ­a de los municipios que antes configuraban un panorama muy diferente a como se ve hoy dĂ­a, hizo que se posicionaran en medio de influencias que iban en sintonĂ­a con la corriente contemporĂĄnea, atrayendo asĂ­ nuevos focos de desarrollo como el turismo desbordado, el comercio abrupto o cosechas indefinidas, que de alguna manera van conformando una ola gigante de circunstancias que van directo a la afectaciĂłn directa o indirecta en esos paisajes caracterĂ­sticos.

La continua influencia de actividades, personas e intenciones a las que estĂĄ sometido este territorio y que han ido aumentando potencialmente en los Ăşltimos aĂąos como se muestra en la ilustraciĂłn 6, que muestra un estudio turĂ­stico realizado en el 2017 en donde se evidencia que JardĂ­n se ha convertido en un referente turĂ­stico, cultural y religioso de la regiĂłn, por tanto pasĂł a ser carne fresca para quienes desean aprovecharse del paisaje y su riqueza, y en variados casos se hace caso omiso a la correcta lectura del territorio, que se refleja finalmente en un collage de interpretaciones personales mĂĄs que colectivas impregnadas en el paisaje que finalmente conocemos hoy dĂ­a.

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Entendiendo pues que JardĂ­n, representa todo aquello que muchas de las personas contemporĂĄneas buscan para sus tiempos de ocio, de recreaciĂłn y descanso, o bien sea como mĂŠtodo de ganancia econĂłmica invirtiendo en comercio, fincas cafeteras, hotelerĂ­a, o centros de recreaciĂłn para el que visita este lugar; pues es ahora cuando las sociedades sumergidas por el auge consumista, urbanizado y monĂłtono que representan las grandes ciudades, desean ir en busca de aquellos lugares que recuerden de alguna manera de dĂłnde venimos, que revivan a flor de piel aquella cultura que tanto los identifica pero que se ha perdido entre ciudades de concreto, y que reconecten de alguna manera su cuerpo y alma con ese sustrato natural que tanto se ha perdido entre las grandes urbes. La condiciĂłn en la que se encuentra pues el objeto de estudio no es nada fĂĄcil, esta puesta sobre una balanza en donde entran a jugar factores que sobre pesan la balanza hacia un lado mĂĄs que otro ž „ Â? ”  —Â?  ˜ ƒ ‰ Â? ” — – Ž‘ ‡˜


A travĂŠs de la tabla 4, se puede evidenciar como JardĂ­n ha ido constituyĂŠndose como uno de los sitios mĂĄs visitados por poblaciones regionales e internacionales, alterando las dinĂĄmicas internas del municipio, las actividades econĂłmicas, sociales y culturales; que de alguna manera es la forma en cĂłmo se han valorado y enaltecido aquellas variadas situaciones sociales, generando flujos de intercambios de experiencias e historias infinitas. AdemĂĄs aquellas intervenciones en el paisaje hechas por agentes inherentes (el turismo desmedido y el abuso de privados sobre los ecosistemas mismos ha degrado el paisaje visual lejano) y con poco sentido de pertenencia al territorio afectan no solo de visualmente la manera en que es percibido el paisaje, pues la alteraciĂłn de este sin la correcta intervenciĂłn y carente de sustentos sĂłlidos representa e involucra mucho mĂĄs que lo visual, pues un acto que pareciera no tener concordancia con el resto de efectos posibles, la tiene por completo y en total sintonĂ­a, vemos pues que se ve entonces un triple impacto: tanto en lo econĂłmico con la valorizaciĂłn del costo de vida, debido a la llegada de olas incontroladas de turistas que repercute de igual manera para la vida de los jardineĂąos ; ambiental por supuesto con la fragmentaciĂłn ecosistĂŠmica y territorial como ganancias econĂłmicas particulares, y en lo social finalmente con el cambio de paradigma en torno a los cambios provenientes de las actividades turĂ­sticas en el municipio, volcando el modelo de vida de quienes se sustentaban meramente de los recursos del suelo, pues deben migrar hacia el casco urbano debido a que el empleo ahora se hace mucho mĂĄs lucrativo a partir de las actividades asociadas al turismo.

Es asĂ­ pues como el objeto de estudio, se convirtiĂł en un caso vulnerable a los crecientes cambios de la modernizaciĂłn dejando en un estado de inestabilidad las tradiciones locales y regionales que allĂ­ se evidenciaban. Por eso es necesario realizar una apreciaciĂłn de lo que fue, y lo que es ahora, para poder evaluarlo en una escala de perdidas, ganancias y permanencias, y detonar una opiniĂłn subjetiva de lo que resulte el estudio. “Esto es JardĂ­n amigo, pueblo lindo, aquĂ­ nos queremos y nos amamos los jardineĂąos. Estimulamos el respeto, forjamos los ideales, promovemos el cariĂąo y el amor para nuestro pueblo. A JardĂ­n no se viene, se vuelve. Todo eso hace de JardĂ­n un lugar ameno, agradable, de gran hospitalidad donde recibimos al reciĂŠn llegado con amabilidad, para que ĂŠl multiplique ese concepto y se comporte con el respeto que merecemosâ€? (PelĂĄez, 1981:4) Pueblo de inquebrantable espĂ­ritu AntioqueĂąo, construido bajo los pilares de la cultura a la cual se arraiga, campesino descalzo que anduviste sus tierras blandas y exquisitas, que con tus Ă­mpetus aventureros cosechaste las riendas de un pueblo merecedor de toda alabanza y bondad. Pronunciado entre las cordilleras nace y se proyecta, apacible por las condiciones climĂĄticas tropicales pero lluvioso por la influencia de las lluvias del ChocĂł. Sobrio en la construcciĂłn de su propia historia fundĂł bases sĂłlidas de la cultura antioqueĂąa, atravesando los procesos imperdonables hacia el desarrollo, facetas imborrables en su memoria, pero plasmadas en las capas fĂ­sicas de su pueblo e impregnadas por sus almas gozosas. Pueblo de celebraciones, tradiciones y familia, que caminan generaciĂłn tras generaciĂłn los trazados de sus calles hechas por el padre JosĂŠ MarĂ­a GĂłmez Ă ngel, forjado por los personajes menos esperados, pero que en su colectividad redimieron e hicieron posible lo que alguna vez fue tan solo un sueĂąo. Sus necesidades de salir adelante, y sus visualizaciones hacia el futuro expresaron el mayor triunfo que como comunidad pudieron lograr. Su pueblo, su gente, cultivada con las mismas semillas de su tierra, con sus tradiciones locales aterrizadas en los auges de su historia vivas en las narrativas pueblerinas que resucitan el sentido de la tradiciĂłn oral local y refuerzan los conceptos de su memoria y le hace honor. AĂşn conservada su vocaciĂłn hoy en dĂ­a, el tiempo pasa y sus sustratos fĂ­sicos y materiales atraviesan el filo de las memorias y el olvido, perdurando en el intangible mundo de los recuerdos de quien lo visita, pues a JardĂ­n no solo se le visita, se apega a la piel, a la memoria, a las historias, y es asĂ­ como viviĂł, vive y vivirĂĄ inquebrantable e inmortal en todo aquel que lo visite.

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La composiciĂłn geomorfologica le permitio a este municipio asentarse de manera especifica, enmarcando sus mejores visuales, potenciando sus mejores cualidades fisicas e inmateriales, sometiendo el sustrato fisico del territorio en una metamorfosis constante, permutable e incierta, que termina por estampar premisas especificas en esa fase de mundo a lo largo del tiempo.

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HISTORIA


LINEA LINEADEDE TIEMPO TIEMPOŽ ˆ œ Erigido en 1872.

1865

siglo XIX JardĂ­n y muchos otros pueblos antioqueĂąos, son fundados en la etapa de la gran reforma agraria (mediados del siglo XIX), donde hay cambios profundos en la economĂ­a del paĂ­s.

1835 SegĂşn el decreto legislativo del 26 de mayo de 1835: “Que la apertura de caminos es uno de los medios mĂĄs eficaces para promover la prosperidad del estadoâ€?

Pocos aĂąos despuĂŠs aparece la necesidad del acueducto y alcantarillado (se idearon un Fue fundado en sistema de 1863, y se redes en empieza la piedra que construcciĂłn de reunĂ­a las casas con el aguas buenas ideal de fundar y malas, que un pueblo. funciono hasta muy llegado el modernismo)

1863

En 1882 es municipio.

1880 1869 En 1869 ya habĂ­a plaza, calles y carreras (trazadas por, caserĂ­o de paja y capilla atendida por la parroquia de Andes.

1902-1918

1897

En 1880 el cafĂŠ empieza a ser cultivado intensivamente en todo el territorio colonizado.

En 1897 se funda la escuela para hombres, Liceo de San Antonio, y aparece el servicio del telĂŠgrafo.

1905 En 1905 se fundĂł la cĂŠlebre “Academia de baileâ€? (llego a incluir y avanzar mucho en la incorporaciĂłn de nuevas culturas, bailes como el Polka espejo, Polka americana, etc.)

Entre 1902 y 1918 se da el mayor desarrollo de jardĂ­n como comunidad religiosa, se crea el monasterio de las concepcionistas en 1918, el orfanato de niĂąas llamado Providencia, y la escuela para indĂ­genas de Cristiania, ChamĂ­ y

1907 Surge la necesidad de fundar un pueblo, unirse en comunidad, y se crea entonces la Junta de fundadores.

1860

En 1860 se estableciĂł en el valle la primera pareja, Indalecio PelĂĄez y Clara Echeverri, ambos hacheros. A la llegada de ellos al suelo jardineĂąo ya existĂ­an otros asentamientos como Caldas, Fredonia y AmagĂĄ, que comienzan a llegar tras la llegada de estos dos personajes

Comenzaron a asentarse sin mucho orden, y los niĂąos empezaron a crecer sin saber leer y escribir, las conexiones eran muy difĂ­ciles dentro del mismo asentamiento, hasta les era difĂ­cil llevar las cosechas al mercado.

1889 En 1889 se inaugura el primer hospital (debido a la historia de la muerte sĂşbita de un habitante en plena calle del municipio)

1891 En 1891 se funda la primera escuela para mujeres, Su directora: DoĂąa MarĂ­a JesĂşs Velasco de Castillo.

En 1907 se funda la Lira JardineĂąa, donde tocaban violĂ­n, guitarra, tiple y lira. (hay un crecimiento cultural, por tanto, transforma los escenarios. Algo ancestral en la cultura

1978 1943 En 1943 aparece una carretera municipal que mejora las conexiones intermunicipales

1913 En 1913 ocurre la inauguraciĂłn de la planta de energĂ­a elĂŠctrica, generando luz, lo que correspondĂ­a a la llegada de los radios (comunicaciĂłn fĂĄcil y rĂĄpida) y del cine (vehĂ­culo de la cultura)

1946 En 1946 aparece el telĂŠfono, que mejora la comunicaciĂłn y se va haciendo mĂĄs visibles aquel territorio

En 1978 llega la empresa de Agroindustrias Colombianas S.A, quien diversifica mas la producciĂłn, no solo cafĂŠ, sino que incorporo la producciĂłn de aguacate, frijol, brevas y legumbres

1981 1985

En 1981 se celebra por Se declara primera vez monumento el festival de nacional el la rosa templo princi(celebraciĂłn pal, mediante el y represen- decreto 1132 de taciĂłn 1985 durante el simbĂłlica y gobierno de tradicional Belisario que se Betancur) celebra posteriormente cada

1932 En 1932 terminan obra del templo plaza ppal, bajo la direcciĂłn del presbĂ­tero Juan N. Barrera Cadavid, que nombra el templo BasĂ­lica menor de la inmaculada

1987 En 1916 Se construye el teatro principal.

En 1987 hierve el fervor por la mĂşsica, gracias al profesor Carlos Fernando LĂłpez Naranjo quien cultivĂł las melodĂ­as mas armoniosas en niĂąos y jĂłvenes, y se crea la banda “vĂ­rgenes del solâ€?.

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O2

2. 1835: SegĂşn el decreto legislativo del 26 de mayo de 1835: “Que la apertura de caminos es uno de los medios mĂĄs eficaces para promover la prosperidad del estadoâ€? (Santa, 1993, p.25) HabĂ­a un camino carreteable entre JericĂł y jardĂ­n a 25 kilĂłmetros de distancia; a JericĂł lo conecta una vĂ­a que lleva a la estaciĂłn del ferrocarril de Antioquia, llamada estaciĂłn Bernardo GĂłmez. (Monsalve, 1938, p. 262)

3. En 1860 se estableciĂł en el valle la primera pareja, Indalecio PelĂĄez y Clara Echeverri, ambos hacheros. A la llegada de ellos a suelo jardineĂąo ya existĂ­an otros asentamientos como Caldas, Fredonia y AmagĂĄ, que comienzan a llegar tras la llegada de estos dos personajes, pues se riega por Antioquia la fama de aquellas tierras feraces (jardĂ­n), los caldenses dirigidos por Nepomuceno Giraldo; Los de AmagĂĄ guiados por Mariano Orozco; Los de Fredonia dirigidos por Cancio GarcĂ­a, y por Ăşltimo los Marinillos guiados por Canuto VelĂĄsquez.

O3.1

O4

5. En 1869 ya habĂ­a plaza, calles y carreras (trazadas por el padre JosĂŠ MarĂ­a GĂłmez Ă ngel, caserĂ­o de paja y capilla atendida por la parroquia de Andes.

7. En 1880 el cafĂŠ empieza a ser cultivado intensivamente en todo el territorio colonizado.(Al convertirse este producto en materia de exportaciĂłn cada vez mayor, determina una notable valorizaciĂłn de la tierra colonizada y la vinculaciĂłn a ella de considerables capitales.)

8.En 1882 es municipio.

O9

O12

9. En 1889 se inaugura el primer hospital (debido a la historia de la muerte sĂşbita de un habitante en plena calle del municipio)

O11

12.En 1900 (30 de junio) y en 1904 (21 de febrero) mueren los fundadores Indalecio PelĂĄez y Clara Echeverri.

O13

13. En 1905 se fundĂł la cĂŠlebre “Academia de baileâ€? (llego a incluir y avanzar mucho en la incorporaciĂłn de nuevas culturas, bailes como el Polka espejo, Polka americana, etc.) 14. En 1907 se funda la Lira JardineĂąa, donde tocaban violĂ­n, guitarra, tiple y lira. (hay un crecimiento cultural, por tanto, va transformando los escenarios del pueblo y la forma de apropiarse de los mismos)

O14

15. Entre 1902 y 1918 se da el mayor desarrollo de jardĂ­n como comunidad religiosa, se crea el monasterio de las concepcionistas en 1918, el orfanato de niĂąas llamado Providencia, y la escuela para indĂ­genas de Cristiania, ChamĂ­ y GuapĂĄ.

O15

Empieza desde 1913 la ĂŠpoca de modernizaciĂłn:

O16

4. Fue fundado en 1863, y se empieza la construcciĂłn de casas con el ideal de fundar un pueblo.

O4.1

10. En 1891 se funda la primera escuela para mujeres, Su directora: DoĂąa MarĂ­a JesĂşs Velasco de Castillo.

11. En 1897 se funda la escuela para hombres, Liceo de San Antonio, y aparece el servicio del telĂŠgrafo.

O3.2

Pocos aĂąos despuĂŠs aparece la necesidad del acueducto y alcantarillado (se idearon un sistema de redes en piedra que reunĂ­a las aguas buenas y malas, que funciono hasta muy llegado el modernismo)

6. Erigido en 1872.

O3

Comenzaron a asentarse sin mucho orden, y los niĂąos empezaron a crecer sin saber leer y escribir, las conexiones eran muy difĂ­ciles dentro del mismo asentamiento, hasta les era difĂ­cil llevar las cosechas al mercado.

Surge la necesidad de fundar un pueblo, unirse en comunidad, y se crea entonces la Junta de fundadores.

O5 O6 O7 O8

O10

O1

1.SIGLO XIX: JardĂ­n y muchos otros pueblos antioqueĂąos, son fundados en la etapa de la gran reforma agraria (mediados del siglo XIX), donde hay cambios profundos en la economĂ­a del paĂ­s.

16. En 1913 ocurre la inauguraciĂłn de la planta de energĂ­a elĂŠctrica, generando luz, lo que correspondĂ­a a la llegada de los radios (comunicaciĂłn fĂĄcil y rĂĄpida) y del cine (vehĂ­culo de la cultura)

17. En 1916 Se construye el teatro principal.

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O17

18. En 1932 terminan obra del templo plaza ppal., bajo la direcciĂłn del presbĂ­tero Juan N. Barrera Cadavid, que nombra el templo BasĂ­lica menor de la inmaculada concepciĂłn. 19. En 1943 aparece una carretera municipal que mejora las conexiones intermunicipales

O20

O19

20. En 1946 aparece el telĂŠfono, que mejora la comunicaciĂłn y se va haciendo mĂĄs visible aquel territorio.

21. En 1978 llega la empresa de Agroindustrias Colombianas S.A, quien diversifica mĂĄs la producciĂłn, no solo cafĂŠ, sino que incorporo la producciĂłn de aguacate, frijol, brevas y legumbres, que se enlataban en el mismo municipio. (esto genero un impacto en la economĂ­a y dio mĂĄs de 80 empleos)

O22

O21

22. En 1981 se celebra por primera vez el festival de la rosa (celebraciĂłn y representaciĂłn simbĂłlica y tradicional que se celebra posteriormente cada dos aĂąos)


O23 23. En 1993 aparecen promesas al deporte como Carlos Mario Jaramillo “milloâ€? quien logra consolidar varios tĂ­tulos deportivos para su municipio natal.

O25

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24. Se declara monumento nacional el templo principal, mediante el decreto 1132 de 1985 durante el gobierno de Belisario Betancur)

25. En 1987 hierve el fervor por la mĂşsica, gracias al profesor Carlos Fernando LĂłpez Naranjo quien cultivĂł las melodĂ­as mĂĄs armoniosas en niĂąos y jĂłvenes, y se crea la banda “vĂ­rgenes del solâ€?.

O26

O5

FASES DE MUNDO

26. En 1988 se consolida como patrimonio cultural diferentes facetas o manifestaciones: A. TradiciĂłn oral. B. Paisaje y arquitectura. C. Historia local. D. Religiosidad popular. E. Artes y artesanĂ­as. F. EconomĂ­a y expresiones. G. Musicales. Etc.


Anålisis por capas � ”

Tr a za d o vial

Usos

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Se alza un municipio sobre una reticula basta en angulos rectos, que configura unas lineas horizontales y verticales, que ordenan el territorio de una manera especifica, que responde a las necesiades topogrĂĄficas puntuales del lugar en el que se establece.

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Vivienda Equipamientos Comercio Te m p l o / i g l e s i a

Se concentra la mayor parte d e l u s o c o m e r c i a l a r e d e d o r, e n especie de borde,del casco historico y plaza principal, jerarquizando desde un centro hacia sus costados la manera en que se lee la apropiaciĂłn por parte de la comunidad jardineĂąa hacia sus espacios de esparcimiento y de ocio.


Flujos

Curvas de nivel

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Nodos o remates

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Flujo mayor en remates y esquinas Flujo considerado y constante en via transcurrida

A travĂŠs de la lectura de su morfologia y caracterizaciĂłn de los espacios, se resalta la importancia que toma una de las calles de este municipio, pues es remate de algunos equipamientos, se concentra una importante cantidad de comercio, ademĂĄs de representar en su cultura un espacio en dĂłnde se dan actos histĂłricos de tradiciĂłn y relevancia .

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La condiciĂłn topogrĂĄfica del territorio antioqueĂąo, nunca ha sido un camino fĂĄcil, por eso la implantaciĂłn correcta de sus vias y construcciones es fundamental, pues de ello depende la manera en como se acceden a todos estos espacios, por conseguiente la manera en que las personas se apropian de este.


Reconocimineto de ejes principales hacia el centro

JerarquizaciĂłn via/flujos hacia e( E nqt eun d iid po cao mmo l ai ree l anc itĂł nof iss i c a

directa que representa la via, con las personas)

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Las vĂ­as paralelas a la nombrada calle del centro son de vital importancia para la conformaciĂłn de esos paisajes lejanos que se logran captar en las esquinas desde cualquier punto del municipio, ademĂĄs de complementar las actividades comerciales, histĂłricas y religiosas que se dan en ese gran centro del pueblo

Remates que conectan el eje principal con otros planos visuales y permiten la interacciĂłn y enriquecen a su vez estos elementos principales y de mayor carĂĄcter e importancia de la trama de ese territorio.

El corazĂłn del pueblo se ve enriquecido entonces por otras dos vĂ­as que apoyan aĂşn mĂĄs las dinĂĄmicas que allĂ­ se presentan, pues a lo largo de ellas se ve evidenciado el gran potencial desde todos los ĂĄmbitos de dicho municipio. .

Conexion directa de costado a costado ConexiĂłn Indirecta producto de la principal

�  ” ‚  £� ” Esta capa va en estrecha relación con la C, quedando en evidencia la jerarquía que toma en este municipio la vía que lo traspasa de costado a costado. La calle del medio como coloquialmente la llaman, ademås enmarca la iglesia de una manera especial y es donde muere esta carrera, pues su remate lo constituye ese símbolo religioso imponente, la carrera 5 Girardot, y la 3 Córdoba o calle del hogar juvenil como se hace llamar entre sus habitantes

representan Pues una grieta importante en el paisaje constitutivo de JardĂ­n, atravesando de lado a lado la inmensidad de los horizontes lejanas y trayĂŠndolos hacia la mirada cercana del observador


UNIDADES DE PAISAJE

UP-1

La identidad del paisaje tiene relaciĂłn estricta con la relaciĂłn de los elementos sabiamente entretejidos por la naturaleza y lo construido. Concepto de identidad, de arraigo a la cultura, historia, y las prĂĄcticas sociales en sĂ­, son las que le otorgan el sentido de pertenencia y personalidad a un lugar.

UP-3

Las unidades de paisaje se conforman segĂşn la importancia cultural social e histĂłrica que implican, por eso el gran centro de todo configura las otras dos unidades de paisaje, entendiendo que las otras dos restantes son importantes debido a que rematan en esa gran plaza de comunidad, la iglesia y parque principal.

UP-2

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UNIDADES DE PAISAJE UP 1

Basilica La Inmaculada concepciĂłn

HotelerĂ­a y comercio

El trazado urbano, y los comportamientos poblacionales, permiten deducir que, a lo largo del tiempo, la plaza principal corresponde a un espacio de gran importancia para los pobladores, dĂłnde se dan la mayor cantidad de fenĂłmenos y dinĂĄmicas sociales, culturales y religiosas, es el epicentro de su identidad que mejor sustenta su historia en el sustrato fĂ­sico que lo contiene, ademĂĄs de ser el punto central de casi todas las vĂ­as siendo el remate de algunos y guiando las lĂ­neas rectas de otras. Por eso se establece en primera categorĂ­a como el primer escenario, que, toman el contexto mĂĄs cercano, y las esquinas que se le interceptan. Es asĂ­ como la plaza principal remite una sensaciĂłn de proyecciĂłn y superioridad al ser el centro de todo y el “polo de atracciĂłnâ€?.

1 el gran centro de actividades

Comercio y lugares de ocio

HotelerĂ­a, comercio y lugares de ocio

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ImĂĄgenes tomadas por el autor.


UNIDADES DE PAISAJE UP 2

HotelerĂ­a, comercio y lugares de ocio

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La fiel representaciĂłn del epicentro se esparce por medio de estas calles, los planos laterales de la vĂ­a cobran fuerza al ser apropiados por el habitante, desde tiempos pasados, ha sido de gran relevancia caminar y ver como la misma gente se encarga de enriquecer ese paso, por eso las calles mĂĄs extensas se conforman como un tipo de escenario mĂĄs fugado y abierto hacia esas visuales lejanas, que de igual manera se va volviendo fuerte, pues complementa y refuerza por medio del comercio y hotelerĂ­a que toman como medio la arquitectura, todas aquellas actividades que suceden en el epicentro; asĂ­ pues, se entiende que son por estas carreras (las calles mĂĄs extensas como la calle media, Girardot o calle del hogar como cotidianamente se hacen llamar) en donde suceden tambiĂŠn gran parte de los eventos culturales, como desfiles estudiantiles o de tipo religioso; la unidad de paso, de recorrido, de experiencias efĂ­meras al son de los pasos en piedra de canto rodado. Son entonces aquellos caminos que enriquecen el gran centro, dibujado en ellos las representaciones del paisaje que lo contiene. El epicentro atrae la mayor cantidad de personas, por eso el flujo de personas cambia segĂşn el punto donde se encuentre. Aqui el flujo va descendiendo del epicentro hacia los extremos, determinando sectores activos e inactivos del municipio, segun la distancia que conserve hacia el gran centro.

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ImĂĄgen tomada por el autor.

ImĂĄgen tomada por el autor.


UNIDADES DE PAISAJE Viviendas mĂĄs bajas y comercio intermitente

UP 3

VĂ­as mĂĄs prĂłximas al sustrato natural

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Se caracteriza y dar lugar en aquellas calles con una actividad mĂĄs pasiva y que se encuentran mĂĄs prĂłximas a los bordes que dan la despedida a aquel pueblo con onda contemporĂĄnea y caballos arriados por multitudes ebrias. Aun asĂ­ acompaĂąan la intensa actividad comercial que se presenta a las proximidades de la plaza, aunque responde de una manera distinta, mĂĄs pasiva a todas las actividades de comercio y hotelerĂ­a que se presentan mĂĄs intensas a medida que se es mĂĄs cercano al gran centro, pues las influencias y el flujo de personas cambian a medida que las calles se desligan de la plaza central de actividades, y el comercio es mucho menos potente y se presenta mĂĄs intermitente, la industria hotelera cambia su esencia y recoge los beneficios de estar a una distancia mĂĄs considerable del caos y el constante movimiento al que estĂĄ sometido el centro; tambiĂŠn son el medio por donde ingresan o salen hacia las periferias del municipio los habitantes, constituyendo una mayorĂ­a poblacional diferente a la habitual, pues son aquellas personas que viven en las periferias, en las zonas mĂĄs rurales del municipio, y que su visita al pueblo son mucho mĂĄs esporĂĄdicas

Los remates, entre lo urbano y lo rural.

ImĂĄgen via web

ImĂĄgen via web

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A medida que los caminos se proyectan y se desligan de ese gran centro, y conducen hacia las periferias, tanto las dinĂĄmicas como el flujo de las personas cambian,se comienzan a desdibujar los patrones en los comportamientos humanos, en la arquitectura y en el paisaje, ya que el centro esta embebido completamente por todos los actores, pues su condiciĂłn asi lo permite; mientras que a medida que la mirada del paisaje cambia de escala y se proyecta hacia los horizontes, la sustancia de lo urbano, lo empapable de la modernizaciĂłn comienza a ser un actor desconocido.

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El municipio de JardĂ­n como epicentro de dinĂĄmicas sociales de diverso tipo, dĂłnde entran en estrecho abrazo las relaciones humanas con los sustratos fisicos del territorio.

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El trazado vial ortogonal facilita la interacciĂłn de distintos planos visuales con el paisaje cercano y lejano, a la vez que enriquece sus escenarios visuales con aquel sustrato material natural que tanto carcteriza el territorio antioqueĂąo. MontaĂąas de gran abrazo y supercies, que se alzan a la par de la mirada del o b s e r v a d o r.


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�  Ž  � – € La relación que existe entre el espacio construido respecto a su ubicación en los ejes principales del trazado es de vital importancia y marca diferencias significativas entre las dinåmicas que se dan, siendo el centro el que atrae mayor población y su arquitectura tan fiel a su origen refuerza el sentido de pertenencia por el espacio vivido y construido

Funciona tal y como lo hace un imĂĄn, su centro concentrando todo el magnetismo que representa; y mientas mĂĄs lejos se estĂĄ de ĂŠl pierde potencia y poder de atracciĂłn, pero sin dejar de ser importante y necesario, pues sin los polos opuestos, no es posible el centro, que es finalmente dĂłnde se distribuyen las fuerzas de los polos y se es factible el equilibrio entre las partes.

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Los paisajes como mĂŠtodologĂ­a activa en el entendimiento de nuestra propia historia, la historia de la humanidad; solo tiene sentido si interpreta y comprende una ĂŠpoca especifica, y es capaz de leer ,estudiar y respetar la historia que le fue precedida.

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O6

DiseĂąo metodolĂłgico evaluaciĂłn de la percepciĂłn del paisaje

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El diseĂąo metodolĂłgico permite englobar los principios bĂĄsicos en los cuales estĂĄ basado esta investigaciĂłn llevada ahora sĂ­ a trabajos de campo que de alguna manera corroboran lo estipulado en este escrito. Organizar la informaciĂłn y sintetizarla en fichas de campo, es diseĂąar la manera en cĂłmo se va a abordar el trabajo investigativo del lugar que mĂĄs tarde arrojarĂĄ ciertos parĂĄmetros y conclusiones, y serĂĄ pues el fin de este capĂ­tulo. Por eso concluir con quĂŠ tipo de estrategias serĂĄ evaluado el territorio segĂşn especificidades y criterios puntuales de la investigaciĂłn es clave


DISEĂ‘O 01 METODOLĂ“GICO

La interacciĂłn con los actores mĂłviles (turistas) como con los actores pasivos (habitantes) permitirĂĄ una clara intenciĂłn en la lectura que se logre del paisaje, pues el ser humano representa esa materia activa que estĂĄ en una inalcanzable interacciĂłn con el paisaje, por eso las percepciones de quienes permanecen y quienes son simplemente nĂłmadas de paso, es de vital importancia.El paisaje a travĂŠs de sus ojos, a travĂŠs de sus historias, experiencias vivas en la voz de

03

Mantener el rumbo de los acontecimientos reales, sin guiones ni falsas apariencias, en donde el rol protagĂłnico del ser humano es mantener y cuidar su actitud desencajada de toda realidad, elevada a lo mĂĄs efĂ­mero, a lo mĂĄs autĂŠntico d e s u s e r, c o n f o r m a n d o lazos de inquebrantable tesĂłn con su entorno y su espacio vivido y creado

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quienes lo viven, es el paisaje de las palabras, el paisaje que no estĂĄ sujeto a ligaduras,es el paisaje de la gente, el que se convierte en lo que cada participante crea, describa, o imagine. Es el paisaje cotidiano, brusco, autentico. Sin filtros ni juicios de valor o apariencia.

Entrar a irrumpir errĂłneamente la situaciĂłn fenomenolĂłgica en la que se encuentren las interacciones sociales autĂŠnticas que se dan en la cotidianidad del ser humano, serĂ­a el camino incorrecto para lograr definir escenarios fenomenolĂłgicos. Por tanto, conservar una postura de igual tipo, darĂĄ resultados aĂşn mĂĄs acertados y coherentes

El paisaje es diferente en muchas maneras, es dificilmente comprensible, es cambiante, permuta, es inquieto. La observaciĂłn representa uno de los actos mĂĄs puros y sencillos del ser humano, allĂ­, en ese proceso, se interiorizan las ideas, se enlanzan las emociones, y se refuerza el carĂĄcter individual de la percepciĂłn humana.Interiorizar la informaciĂłn es la calma en medio del caos, es el yo en medio del movimiento, en medio del paisaje.

Por eso es entendible el enfrentar una actitud no participativa en el inmeso movimiento que implica las relaciones humanas, pues es necesario alejarse de ellas, estudiarlas en su conjunto, y entenderlas como un complejo mundo de interacciones que solo serĂĄn visibles y claras desde la lejanĂ­a, como los pixeles, un solo pixel es incapaz de representar un conjunto , mientras que la uniĂłn de varios de ellos conforman pues una imagen clara,profunda e increiblemente estructurada.

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La manera en cĂłmo los seres humanos se relacionan, tiene que ver con la forma en que interactĂşa con su entorno mĂĄs prĂłximo y en cĂłmo este crea un ambiente y siembra sentimientos en ellos. La lectura del paisaje entendiendo que hay fases del territorio que son mĂĄs aceptadas y concurridas por las personas, enlazando que se guarda cierta relaciĂłn entre el espacio construido y el momento en la historia que represente, su relaciĂłn con la naturaleza,

y finalmente en donde se encuentre localizado.Las personas buscan un lugar en donde descansen sus preocupaciones y se alivien sus dolores; tomando un lugar muy importante el estudio de la poblaciĂłn y la relaciĂłn que existe con los lugares que prioriza es una de las partes mĂĄs relevantes para el entendimiento de un territorio y su identidad.

: “Cuanto de paisaje hay en nuestros dibujos? ...Los dibujos dejan espacio para experiment a r, p r o b a r y c o r r e g i r. F i n a l m e n te, los dibujos son parte de nuestra memoria colectiva, simbolizan el conocimiento‌los dibujos preceden al paisaje construido, pero tienen tambiĂŠn una existencia por sĂ­ solosâ€? (Dooren, s.f: 4).El dibujo como medio expresivo, directo y

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esencialmente humano. Ligado a experiencias prĂłximas del paisaje. Perduran a lo largo del tiempo, y son capaces de cristalizar momentos Ăşnicos, y que son filtrados por el complejo mundo de las perspectivas del paisaje, de cĂłmo es percibido y vivido. .


TRABAJO DE CAMPO


Varia bles

Identidad del paisaje -El paisaje como lugar de recorridoÂżCĂłmo me relaciono con esa fase de mundo? Sktech en funciĂłn a: ÂżQue caracteriza a los diversos tipos de escenarios?

Sketch por el autor Sketch-Es identitario el paisaje de fondo y su vegetaciĂłn?

Sketch por el autor Sketch-Âżo tal vez lo son los objetos?

Sketch por el autor Sketch-son tal vez identitarias las actividades humanas que se realizan?

ÂżSi pudiera dibujar un objeto o lugar caracteristico de JardĂ­n cual serĂ­a? Imagen 1

Fotografia: en donde pertenece mas tiempo la gente? y porque?

Fotografia: en donde pertenece mas tiempo la gente? y porque?

Fotografia: en donde pertenece mas tiempo la gente? y porque?

Imagen 3

Imagen 2

ÂżCual imagen considera usted que representa mejor a este pueblo?

1

2

3

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Varia bles

Escenarios Paisajisticos -El espacio se concibe como espacilizaciĂłn y temporalizaciĂłn-

Sketch por el autor Sketchs dinamicas casco histĂłrico

En que lugar se siente mĂĄs seguro?

Parque ppal

Sketch por el autor Sketchs dinamicas alrededor casco historico

Alrededores

Sketch por el autor Sketchs dinamicas en construcciones contemporaneas y en las afueras del casco historico

En las afueras Fotografias sketch y

JĂłvenes Adultos Tercera edad ÂżQuĂŠ lugares frecuenta con mayor intensidad?

Parque ppal

Alrededores

En las afueras

JĂłvenes Adultos

Tercera edad

Sketch por el autor ÂżDe quĂŠ manera cambia un mismo lugar durante las horas del dia?

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Varia bles

Representaciones del paisaje -El paisaje como materializaciĂłn de un instante-

Imagen,sketch o collage de carĂĄcter historico Encuadre

Imagen,sketch o collage de carĂĄcter social Encuadre

Imagen,sketch o collage de carĂĄcter religioso

Encuadre

zoom a un elemento caracteristico ÂżQue predomina en mi escena?

zoom a un elemento caracteristico ÂżQue predomina en mi escena?

zoom a un elemento caracteristico ÂżQue predomina en mi escena?

Encuadre

zoom a un elemento caracteristico

zoom a un elemento caracteristico Encuadre

Encuadre

CarĂĄcter del paisaje (depende de la disposicion de los elementos y su interacciĂłn -ÂżCĂłmo conciben el paisaje cotidiano diversas personas del comĂşn?

zoom a un elemento caracteristico

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–  Un paisaje es valorado dependiendo de la perspectiva desde la cual es percibido,por el tipo de persona que lo analice, y la situación que se desenlace en este. No es lo mismo hablar del paisaje para un niùo que para una persona adulta, ambos fijan sus intereses en åmbitos muy diversos, arrojando resultados totalmente disímiles sobre un mismo escenario, se dice que la valoración del paisaje no se hace de igual forma a como se haría con un edificio. La edificación es inmóvil, perpetua en el tiempo mientras que el paisaje es inquieto, se mueve,es dificilmente comprensible y hay que ir en sintonía con Êl,hay que moverse entre las diferentes facetas (diversos grupos sociales, en tiempos desiguales, en celebraciones distintas )mediante las cuales es valorado y vivido.


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• • Estudio basado en un cuestionario estructurado que arroja posibles comportamientos de los que visitan el municipio de Jardín, y como es su relación con el espacio, desde gustos por cierto tipos de espacios, tiempos de permanencia, hasta gustos turísticos de preferencia. Se hace Ênfasis en el tipo de relación que la persona busca y quiere lograr con el espacio, la manera en cómo lo visita, que lugares frecuenta con mayor intensidad y porque lo hace, su preferencia frente a diversas situaciones (sociales, económicas, de turismo, culturales, o familiares, etc.) arrojando ciertos patrones en los resultados, y definiendo una línea mås clara acerca de los objetivos con los que se frecuenta este municipio.

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TRABAJO/CAMPO


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El collage como metodologĂ­a para entender la fenomenologĂ­a, pues estĂĄ basada en supuestos, en experiencias, y que mĂĄs puesto en la vista de la fenomenologĂ­a que un collage, que es interpretado de diversas formas, pues no es una copie fiel a la realidad como lo son las pinturas, sino que se sostiene como un hecho meramente interpretativo de esta; la manera en cĂłmo las representaciones capturan la naturaleza del paisaje arroja pistas de la realidad, pero al mismo tiempo buscan una lectura comprometida y detallada al campo de las experiencias, por eso la bĂşsqueda de un elemento de representaciĂłn que sea abierto, flexible es la mejor manera de ir en sintonĂ­a con el difĂ­cil lenguaje que propone la lectura del paisaje.

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El paisaje como materializaciรณn de un instante


Jardín, su gente y su sustrato material han ido atravesando ciertas etapas que han hecho posible la evolución en aspectos culturales, religiosos y económicos relevantes, por eso la interpretación del paisaje a través de la lectura de su evolución nos permite comprender y valorar la percepción del público hacia el paisaje que construye, pues es como las personas a lo largo del tiempo sustentan bases firmes en el sustrato físico de su territorio, y aferra sus anhelos a él.

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La percepción de un paisaje puede variar entre los grupos sociales desde los que se establezca el estudio, así mismo desde el tiempo desde el cual es analizado. Se denomina pues que estar dentro del paisaje lo hace aún mucho menos comprensible, hay que ir en sintonía con él, moverse, experimentar.

La construcción de la imagen de un territorio y el concepto de paisaje indudablemente se define según el contexto cultural, científico y social en que se desarrolla.

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Jardín desde sus inicios comienza con un futuro incierto, a la deriva, pero a medida que el tiempo cambiaba e iba siendo influenciado por nuevas corrientes, contuvo la fuerza necesaria para posicionarse entre los primeros puestos como destinos turísticos del territorio Antioqueño.

A pesar de ser un territorio nacido a partir de la importancia de sus cosechas de café, sus estratos físicos como la arquitectura y su espacio público ( constituyéndose como los lugares con mayor frecuencia y dinamismo en el municipio, la plaza central y el casco urbano) han tomado un papel protagónico como una de las razones principales por las cuales es frecuentado; sus casitas de colores y sus balcones acogedores, o la imponente basílica se han convertido en un referente más de este pueblo, además su historia resuena en los oídos de todo aquel que lo visita o planea hacerlo, siendo otras de las razones de peso que influyen en las personas.

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El tiempo que las personas deciden alojarse en Jardín oscila entre 2 a 3 días aproximadamente, generando cierto estancamiento en los servicios de hotelería, pero provocando ingresos considerados en los servicios de comercio y turismo, además del mismo.

El parque principal representa pues aquel atrayente principal, sus dinámicas siempre fluyendo, en un viaje infinito de posibilidades, provocando que los turistas prefieran alojarse cerca de este importante centro y sus alrededores más cercanos.

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La imagen histórica del parque principal, primeramente, representa un punto de referencia para los turistas, sus construcciones que recuerdan y revivan la historia, la imagen viva del pasado lo hace mucho más acogedor para estar, así lo demuestran las encuestas. Por tanto, se refuerza aquella idea del gran centro de todo, pues es allí en donde prefieren invertir mayor parte de su tiempo, conviviendo e interactuando con las dinámicas que allí sucedan

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Sus construcciones, su clima, su gente, sus dinámicas, lo hace un pueblo agradable a cualquier hora del día, sin embargo mediante las horas del día pasan y cambian, el pueblo y su energía lo hace igualmente, provocando que algunas de las personas prefieran las dinámicas y el movimiento de la tarde, un poco más acelerada, más interactiva con todas las generaciones, mientras que otras se decidan por la manera en cómo se comporta el pueblo en las horas de las noche, con dinámicas y flujos de gente menores, pero con otro tipo de interacciones totalmente diferentes, los colores, el clima, los espacios públicos se transforman.

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La plaza principal y su alrededor más cercano albergan la mayor cantidad de establecimientos de comercio, muchos de los referentes hoteleros igualmente, se constituye pues como la zona más activa, en donde convergen muchas de las dinámicas económicas y sociales de todo el pueblo jardineño.

Las franjas históricas en las que ha sido desarrollado su historia, con su arquitectura tan aferrada a ellas y su gente de almas bondadosas acogen a cualquiera que lo visite, configurándose con la importancia que merece, pues son factores que los turistas o habitantes valoran y resaltan

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Sin duda alguna es un pueblo que se visita más de una vez, todos los actores que en el actúan lo hacen un paraíso en medio de las montañas antioqueñas, pero por sobre todas las cosas es la manera en que se ha hecho la apropiación a aquellos espacios que se sobre pesan de la historia antioqueña, la conservación y cuidado de estos lugares (su arquitectura típica, su parque principal, su gente, su cultura y tradiciones, y su riqueza en el sustrato físico que lo contiene) serán siempre el atractivo de este municipio; evoca lo mejor de las culturas arrieras, montañoso de alma, siempre será un lugar que encontrará las fascinantes etapas que atravesó la cultura a la cual se apega fielmente.


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ANEXOS Total encuestados: 14 personas que ya visitaron el lugar de investigaciĂłn o que residen o residieron allĂ­. Se hizo de acuerdo con las preguntas anteriormente vistas en el diseĂąo metodolĂłgico.






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