Las sombras de america

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LAS SOMBRAS DE AMÉRICA Miriam Nadal-Isabel Mª Peñalver Marta Mirete-León Muñoz 2ºA

ALTAYA


CAPÍTPULO 1

Estaba en la sala de interrogatorios de la comisaría, no sabia muy bien que iba a pasar, estaba nerviosa aunque no había nadie me sentía observada, y aunque como había visto en las películas podría haber un cristal especial desde el que me vieran .El policía entró en la habitación y con un café en la mano me miró como si me estuviera buscando, se sentó en su silla, pegó un trago a su café y me empezó a preguntar a cerca del asesinato de Jamal. -Cuéntamelo todo, desde el despegue en avión hasta ahora, y no te saltes nada.-Está bien.- e intentado recordar empezé a contar mi historia, la historia de la familia Bimbo, nuestra historia- Todo empezó aquel 15 de agosto del 2013, el día en el que el avión despegó destino a un New York, el intercambio me lo regalo mi tio por mi cumpeaños, me trajo un contrato para dar mi consentimiento acerca del intercambio, yo era jóven en esa época, tenía 19 y estaba en la universidad estudiando bioquímica. Finalmente decidí ir al intercambio porque desde pequeña, mi ilusión siempre había sido hacer un intercambio a cualquier parte de norte américa, tenía muchísima ilusión, unas semanas antes me fui de compras a por ropa nueva y todo tipo de cosas necesrias para el viaje. El resto de días no podía ni dormir de los nervios que tenía acumulados, hasta que porfín llegó el día que con tanta ansia había esperado, el avión salía a las 12:27 y casi llego tarde. Antes de embarcar en el avión me despedí de mi familia sentimentalmente, rodaron algunas lágrimas por mi mejilla pero enseguida me las limpié. Dejé mis maletas y me monté, a los veinte minutos la azafata emepezó a advertir que ibamos a despegar. El trayecto fue largo, y la verdad, esque nunca había volado en avión, y entonces al verme por encima de las nubes sentí que era libre; empezamos a aterrizar, poco a poco, estaba un poco nerviosa porque la familia de intercambio me estaba esperando en el aeropuerto. Comencé a andar, y a lo lejos se veía una familia de diferente color al mío, me fui acercando a ellos, veía a una mujer de adulta edad, parecía la madre de los niños que la rodeaban, llevaba un bebé en el carricoche, un chico de no más de diez años, un hombre alto, y una adolescente al lado del carricoche. Me acerqué a ellos: -Bienvenida Emma, esperemos que te encuentres bien después del trayecto tan duro, estarás cansada. Dijo la mujer.-Soy Elsa, encantada. -Hola, encantada- Me sentía asustada, me esperaba, nose, otro tipo de familia, es decir, de otro color, iba a ser una experiencia muy rara e incomoda. Pero yo tenia la esperanza de que iba a ser un mes muy emocionante y que no iba a olvidar aunque no pense que no lo fuera a olvidar en ese sentido. Yo me consideraba una persona no racista. -Hola Emma soy Tanisha-.Tanisha era una jóven de unos quince años, era alta, delgada, de pelo largo, y solÍa llevar siempre trenzas. -Es hora de irnos a casa.-Dijo Abdu, el padre de los chicos. El trayecto en el coche fue un tanto incomodo, el bebe no paraba de mirarme fijamente, Tanisha siempre estaba con el móvil, y Jamal, el niño de no mas de diez años contemplaba el paisaje mirando la ventana, parecía preocupado, como si tuviera un remordimiento dentro de el. Pasamos por los gigantes y espectaculares rascacielos que parecían grandes culumnas de crital, las calles eran majestuosas, e incluso al ir saliendo de la ciudad las pequeñas casas eran preciosas, cada vez nos alejamos más del centro y nos acercabamos a los barrios de las afueras, conforme nos alejabamos los edificios perdían lujosidad, y las casas eran más pequeñas y pobres, y finalmente, llegamos a una diminuta casa, con un pequeño jardín, era una casa de ladrillo, muy pobre, yo no estaba acostumbrda a ese tipo de casas,pues yo vivia en un gran piso en Madrid, Jamal tuvo la amabilidad de enseñarme toda la casa, como yo me imaginaba solo habian seis habitaciones: un cuarto de baño, la cocina, el salón y tres dormitorios; uno para Abdu y Elsa, otro para Tanisha y por último la habitación de Jamal y


su hermano pequeño. CAPÌTULO 2 La habitación de Jamal tenía un color arena y solo habia una cama y una cuna. Los otros dormitorios tenian cuadros, yo iba a dormir con Tanisha, que tenía en su habitación otra cama para sus amigas. Entré al baño, y al entrar me quedé paralizada, en el cuarto de baño había una letrina de madera conectada a un tubo, por lo menos estaba limpia, aunque olía un poco mal, había papel,una pequeña bañera y un grifo enchufado a la pared que desembocaba en un pequeño barreño, menos mal que el suelo no era tierra sino losas color madera, me aseé como pude, me esperaba un baño... nose... normal, es decir que cumpliera las condiciomes higiénicas mínimas, pero bueno, intenté pasar de aquel asunto y me fui al salón a cenar, en pocos minutos todos se reunieron en la mesa, la madre empezó a traer extraños platos compuestos por arroz, verduras y salsas de colores llamativos, al verlos pensé que estrían para vomitar, pero cuando vendecimos la mesa cogí una cucharada de arroz y el placer hizo presencia en mi boca, la diferencia entre salado y dulce era una explosión de placer en mi boca, algo que nunca hubiera pensado, me esparaba las tipicas hamburguesotas, los hot dogs o la típica comida del Foster Hollywood, pero no, esa comida era algo magnificamente sobrenatural, algo distinto. Me lo comí todo, y tan rápido que en vez de masticar engullía. Me sentía cansada y tenía ganas de dormir asi que me despedí y me fui a mi habitacion. Aunque estaba para el arrastre, no conseguí pegar ojo. Me desperté y me fui a desayunar. Estaban allí todos, desayunamos un ligero desayuno y nos pusimos en camino al instituto, cuando llegamos al instituto me quedé muerta, el instituto parecía una carcel. Nada más llegar Jamal se fue a charlar con sus amigos y Emma se fue a la biblioteca a encargar un libro. Tanisha me llevó con la profesora encargada de los intercambios. -Hola, soy Laura la profesora encargada de los intercambios, por lo que me han dicho te llamas Erika, y vienes de España. - Sí encantada de conocerle señorita Laura. Laura me acompañó hasta el aula que me correspondía. Como era de esperar ya habían empezado y también todos eran de color. Estaban con la clase de química, me presenté y me sente al lado de una chica de pelo negro largo y sedoso, tenía unas gafas grandes y rojas. - Hola soy Sarah, ¿y tú? - Soy Erika y vengo de intercambio de España. -¿De verdad, que guay, y que tal es España? -Pues la verdad muy distinta a New York, la comida está genial, y las casas aquí son muy sencillas comparadas con las de Madrid. -Ya..., bueno; que empiza la clase... El resto de días eran siempre iguales al primero, pero lo que si que cambio fue mi opinión sobre el racismo en EE.UU, siempre que nos montavamos en el metro los negros se tenían que esperar a que los blancos bajaran o subieran para poder moverse: en los supermecados los negros solo podíam coger productos que estuvieran en las lejas de abajo, las de arriba solo eran para los blancos, eso cuando compartían supermercado, porque los negros normalmente solían juntarse en los barrios pobres o de las afueras, y hace poco me enteré que en general los negros son más pobres porque para los trabajos siempre tienen preferencia los blancos, y con los pocos puestos de trabajo que crean, los negros llegan a extremos de robar para poder dar de comer a sus familias y que tengan un techo donde poder acobijarse. Y luego ya no hablemos ni de la sanidad, ni de la justicia o la policía, o solamemte con mirar al compañero de mesa blanco junto con uno negro, si te fijabas bien podías ver que los lápices del blanco eran Alpino, sin embargo los del negro eran marca


blanca, la mochila del negrito estaba tan desgastada que estaba cubierta de parches por las roturas que habían sufrido las telas al roce con los picos de los libros y libretas, mientras la mochila del blanco era recién estrenada, podías ver que hace poco le habían quitado la etiqueta porque quedaba colgando el plástico de donde pendía esta. Pero cuando realmente me di cuenta de las diferencias entre blanco y negros fue aquella maldita noche: Jamal y yo teníamos unos amigos en común, y de vez en cuando salíamos a darnos unas vueltas por el centro o al cine cuando se podía, el 5 de Septiembre Jamal, Katy, Sandra, una amiga española; Lily y Thomas nos fuimos a darnos una vuelta al centro, me eché en el bolso veinte dólares, el móvil y unos pañuelos, todos nuestro amigos vinieron a la casa de Jamal para irnos desde allí al centro, Jamal se había arreglado mucho, incluso se había echado colonía, algo que allí solo se echan los blancos normalmente, se arregló tanto porque le gustaba Katy, su compañera de clase, ella era morena, de tez clara y ojos verdes intenso, era mi mejor amiga y una chica con una belleza natural radiante, en cuanto nos reunimos todos fuimos directos a la boca del metro para poder llegar al metro sin tener que andar como unos cuarenta y cinco minutos por unos barrios que la verdad no me hacían nada de gracia, porque se dicen que son los barrios donde más asesinatos se producen y más droga se vende; fueron veinticinco minutos de risas entre vagones y alguna que otra mirada entre Jamal y Katy, me encantaba mirarlos, eran tan monos, tan inocentes para vivir en el mundo donde vivían... Al salir del metro fuimos directos a una tienda para comprarnos unas patatas para tomar algo, al llegar a la tienda compramos las cosas y salimos a la calle y de repente... PUM PUM. Los oídos se me ensordecieron, me pitaban tanto que me produzco una jaqueca muy fuerte, miré a mi alredeor, no sabía lo que pasaba, lo poco que oía eran gritos, mire al suelo, había un charco de sangre y al lado de este un grupo de policía pegando una paliza a alguien, solo de ver como pegaban me dolía hasta a mi, estaba perdida así que busqué a mis amigos con la mirada y via todos en un rincón tras un coche con la cara paralizada y sus ojos desprendiendo terror, pero empecé a darme cuenta de que allí faltaba alguien, miré bien, y en ese instante todo me cuadró, el charco de sangre, los disparon, la paliza, los chillidos, y la falta de Jamal, el que estaba en el suelo era mi amigo y casi hermano Jamal, cuando desperté de mi pesadilla interna empecé a chillar de agonía y golpeé a los policias para que lo soltaran pero nada, yo lloraba, chillaba y pedía auxilio, poco a poco todo se me empezó a nublar, poco a poco comenzé a desvanecerme, pensé que ese iba a ser el último recuerdo de mi vida, que ahí todo acababa... Y tras cerrar los ojos me desperté y vi un fondo blanco y unas cortinillas verdes, oía pitidos que provenían de unas maquinas que iban al son de mi pulso, que putualmente se me aceleró, me levante como pude y vi a Sandra, le miré con la mirada perdida suplicando una explicación y ella me la concedió, me contó, que habían pegado y matado a Jamal por una confusión; resulta que alguien había dado una alerta de bomba en aquella calle, y los policias al llegar, según mi amiga, en cuanto vieron a Jamal, bueno, ya sabes... Ella me dejó sola empecé a darle vueltas, porqué Jamal, él no era, si era un chiquillo en los huesos de apenas catorce años, pero entonces me acordé de Katy, su compañera de clase, blanca, y ahí lo comprendí todo, Jamal era el unico chico negro de la pandilla y también seguramente de toda la calle, y como siempre los blancos con sus prejuicios decidieron que como él era negro era un asesino, que su alma era tan negra como él, entonces fue cuando de verdad vi el racismo contra los negros, contra Jamal, porque siempre tenemos los mismos prejuicios de que la gente distinta a nosotros son malos, y es porque lo distinto nos da miedo, es algo que no conocemos y no podemos controlar, y eso nos hace pensar que nos puede dañar, pero no, lo distinto no es malo, lo distinto es natural, algo necesario, algo divertido, algo llamativo, era Jamal.


Erika una chica timida verá como es la discriminación racista en los barrios más pobres de New York, en los que se esconden risas, familias, llantos y grandes injusticias, donde podrás descubrir que la realidad no es como pensamos ni como te la cuentan en las películas, descubres el mundo real. Los autores con pocos años de experiencia pero con una labia que ya ha conquistado a millones de lectores mostrando la realidad de una manera juvenil. Finalmente este libro se ha llevado el premio de las letras españolas, sorprendentemente sus autores estudian en un instituto y los demás participantes songrandes autores con muchos años de expereiencia, algo que sorprendió a la crítica.

8º Edición


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