Pรกginas del Saavedra
Vida, amor y muerte
2018/
Viaje por la literatura
2019
Llegรณ con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida.
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Vida, amor y muerte
LA VIDA, EL AMOR, LA MUERTE. Estas tres heridas de las que hablara Miguel HernĂĄndez se han
clavado en el
corazĂłn de todos los hombres, de ahĂ que su presencia
sea
constante
en
nuestra
literatura. A lo largo de este curso, vamos a rastrear las huellas que estas tres realidades han
ido
escritores
dejando de
en
nuestra
tierra.
Palpitaremos
autores
murcianos que vivieran
durante
el
siglo
con XVIII,
durante el XIX, durante el XX, durante el XXI.
Emprendamos ya este hermoso viaje por nuestra literatura. 3
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El
Neoclasicismo, desarrollado durante el siglo XVIII, tiene
un marcado carácter didáctico. Con Cadalso y sus Cartas
marruecas se inicia una tendencia a la literatura epistolar que sirve para mostrarnos lo que ojos “inocentes”, desconocedores de nuestras costumbres, ven. Querida Natalia: Como bien sabes, me hallo viviendo en una pequeña ciudad de España, que se hace llamar Segovia. En efecto, tras haber morado en estas tierras durante poco más de un año, puedo decirte con total certeza que mis ojos no han visto jamás tanta belleza en un mismo lugar. El clima aquí es reconfortantemente cálido y acogedor, no obstante, a la llegada del invierno sufrimos buenas ventiscas y numerosos diluvios. Lo que más me atrae de este lugar son los numerosos y diferentes parajes que hay para visitar, tales como el Palacio Real, la Plaza Mayor, la catedral y el castillo del Alcázar. Pero si he de decantarme por uno de ellos elegiría, sin un ápice de duda, el acueducto, pues tal es su perfección y armonía que podría pasarme horas admirándolo, al igual que el resto de sus paisajes, que gran asombro me provocan. Sus habitantes, los cuales se hacen llamar segovianos, son gratamente agradables y la mayoría de ellos llevan a cabo una forma de vida sencilla. Además de todo esto, cuando se aproxima la primavera, organizan un festejo donde la gente canta y baila sin parar hasta altas horas de la noche. Un beso Almudena Almudena García Cánovas. Querida Lucía: En tu última carta me cuentas con todo lujo de detalles cómo es la ciudad en la que ahora vives. Y no solo eso, sino que también describes a su gente y sus costumbres. Ahora te voy a contar yo cómo es la ciudad donde estoy estudiando. Como ya sabrás, estoy en una ciudad llamada Toledo, perteneciente a Castilla 5
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la Mancha. Contarte la importancia que tiene esta ciudad en la historia de nuestro país nos llevaría mucho tiempo, pero te describiré lo que hasta ahora he visto. Nada más llegar, sorprende la imagen majestuosa de esta ciudad amurallada y situada en lo alto de un cerro, rodeada por el río Tajo. Pero cuando te adentras en sus múltiples callejuelas, estrechas y empinadas, que desembocan en pequeñas plazuelas empedradas no puedes dejar de pensar en todas las gentes que han dejado su huella. Toledo es cuna de culturas. Lo que más me gusta es andar por la ciudad a media tarde, contemplar la silueta del Alcázar y escuchar las campanas de las múltiples iglesias. Una ciudad mágica. En tu próxima visita recorreremos mis rincones favoritos y estoy segura de que compartirás conmigo el amor por este increíble lugar. Un beso, María María Pastor Molina Hola Luck: Soy Robert. Te escribo desde un paraje emblemático de la provincia de Murcia: este lugar tan bello se encuentra en la zona norte de dicha región, su nombre es “Las fuentes del marqués”. Dado que nos encontramos en otoño, no hay lugar más bello, puesto que por él pasa un río de agua limpia y cristalina, rodeado de altos chopos, cuyas hojas de color rojizo cubren todo el valle, aportando unos colores increíbles, otoñales, que transmiten una sensación de paz y refugio. No te puedo describir la sensación de calma que aporta poder dar largos paseos por esta zona pisando el manto de hojas que cubre el suelo. Si esto lo acompañas con el tranquilizante sonido de los pájaros que habitan en dicho lugar y con la especial e inolvidable gastronomía, no hay lugar más bello que dicho paraje. 6
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Te invito, pues, a que vengas a descubrir este rincón de Murcia. Provincia esta que, aunque pequeña, cuenta con unos lugares encantadores, tales como su santuario de la Fuensanta, su cruz de Caravaca, su puerto marítimo de Cartagena, su Mar Menor y su casco antiguo. Esta región data de 1243, por lo que su cultura y sus gentes te conmueven Será un lugar para mis recuerdos, al que volveré cada vez quye tenga oportunidad, para seguir disfrutando de sus rincones. Un saludo Robert Javier Javier Fernández Almansa El
Romanticismo
dejó profunda huella en Murcia. Por ello,
podemos leer una hermosa historia o sentidos poemas, en los que percibiremos ese malestar que crea en los románticos la necesidad de evadirse, al menos con sus palabras, a otras épocas, a otros espacios, al interior de sí mismos, o de buscar esa otra evasión definitiva que es la muerte. El otoño o el invierno serán las estaciones en las que tengan lugar estas historias. La noche envolverá a los personajes con esa luna omnipresente y esa naturaleza que grita en rayos y truenos. Lo sobrenatural, los fantasmas, el sueño vendrán a mezclarse con la realidad. Los sentimientos triunfarán sobre la razón; las pasiones, el dolor, LA VIDA, EL AMOR, LA MUERTE… llenarán estas páginas.
Hoy es 18 de enero de 1724. Decidida, camino hacia la iglesia de este pequeño pueblo de Londres, mientras el viento agita bruscamente mi pelo y el calor de los últimos rayos de sol rozan suavemente mi cara. Cruzo el puente mientras pienso en lo poco que durará erguido, ya que fue construido a finales de la Edad Media, cuando me encuentro con la señora Adams. Como de costumbre, la saludo con amabilidad, y como siempre no obtengo respuesta. Cuando termino de cruzar el deteriorado puente, se oyen a lo lejos las últimas campanas de la iglesia, iniciando el funeral. Debo darme prisa si no quiero llegar tarde. Mientras llego ya ha anochecido y la 7
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luna llena parece mirarme con un aire de burla. El frío invernal hiela hasta los huesos y casi puede divisarse en el aire. Empujo con fuerza la pesada puerta de la iglesia gótica cuando me percato de que puedo atravesar hasta la más dura de las rocas. “¿Cuándo empezarás a acostumbrarte, Elisabeth?” me pregunto a mí misma mientras llego al fin de mi destino. Una vez dentro, veo a todo el pueblo sentado en los bancos y decido sentarme al lado de mi familia. Nunca pensé que después de morir pudiera uno sentir como si le mataran poco a poco a pesar de ya estarlo…, es la horrible sensación que me rompe el corazón cada vez que me giro y veo a mi madre y a mi hermana totalmente rotas por dentro, sin fuerzas para derramar una lágrima más. _Hermanos, hermanas, hoy estamos aquí reunidos por la terrible pérdida de Elisabeth Bilich, la joven a la que con tan solo quince años de edad, Dios acogió en su Gloria _la iglesia está en completo silencio. Solo el llanto de mis seres queridos y el fuerte viento indicando el inicio de una tormenta interrumpen las melancólicas y tristes palabras del cura. Al cabo de lo que me parece una eternidad, mi hermana se incorpora y se dispone a recitar su discurso: Cuando termina el discurso, me quedo completamente atónita y paralizada… ahora recuerdo todo. Nadie me mató, yo fui mi propia asesina, y el hecho de no recordarlo me había mantenido atada a la tierra todos estos años. Es ahora cuando al fin siento que puedo descansar en paz y diviso una nube de luz en medio de la tormenta. Es mi padre, que tendiéndome la mano, me invita a ir con él. Olga Elkanouzi Almansa Frustración ¿Cómo puedo decirte te quiero? si nunca me escuchas. ¿Cómo pudiste enfadarte conmigo? si yo siempre te quise. ¿Cómo fue que me olvidaste? si estoy siempre cerca de ti. La verdad incuestionable es que para mí eres importante. Te amaré hasta olvidarte. Alberto González Sánchez 8
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Dos años y veintisiete días cuentan mis dedos, si no se equivocan, desde aquel día en el que me amordazaste, me robaste el aliento de tanto besarme. En la distancia duermo contigo y sueño desde tu cuerpo. Recorriendo el camino a casa, andando con los pies descalzos sobre el suelo y un nudo enorme en la garganta, por no saber cómo decirte con palabras lo que mis manos hacen con tus dedos, acariciando cada uno de tus párpados, apartando este velo que nos separa, bebiendo tu sonrisa y desgarrando tus miedos. Dos años y veintisiete días cuentan mis dedos si no se equivocan, desde aquel día en el que tus palabras envolvieron mi corazón, trajeron a mi vida el mayor desaliento, tristeza y un tanto de desilusión. María Mateo Yagüe ¿Tan malo es el amor? No sé cuándo llegó, no sé cómo escapar, es un sentir de culpa que no sabe volar ¿Tan malo es? Solo yo sé quererte así, ¿por qué me han de juzgar? ¿Tan malo es? El solo hecho de hacerlo me rompe por dentro. Solo contigo lo experimento, un sentimiento de dulzura y bienestar. ¿Tan malo es? 9
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Solo quiero que tus ojos se posen en mí. Puede que malo sea, pero solo contigo lo siento así. María Pastor Molina El siglo XIX avanza y nos encontramos en la segunda mitad. El
Realismo,
que triunfa en España, llega a Murcia. La realidad será ahora la fuente de inspiración, las minuciosas descripciones llenarán las páginas de los mejores novelistas; el diálogo y el monólogo interior nos permitirán acercarnos a los personajes, cuyas palabras se adecuarán a sus circunstancias sociales y culturales. La vida será ahora literatura. GOTERAS EN EL TEJADO La lluvia inundaba la calle a la misma vez que empañaba la vista a cada uno de los transeúntes de las calles y callejuelas de Madrid. Cada uno de los edificios, altos y modernistas, o con toques barrocos en la fachada, quedaban empapados y a la vez se ensuciaban las ventanas por las gotas de lluvia, que dejaban entrever a través de las cortinas las siluetas de cada habitante. Entre paraguas y chubasqueros, se podía distinguir un abrigo de paño, largo hasta las rodillas y con las solapas del cuello abiertas, dejando entrever un pañuelo de lana al cuello, cerrado delante de la garganta con un nudo, y cómo no, conjuntado con el sombrero de caballero bien calado, tapando y protegiendo el cabello castaño de Sebastián. Cada dos semanas sale de su oficio a las nueve y media. Llama a un taxi y le pide que esté en la puerta del Banco de España un cuarto de hora antes. Pero hoy, las lluvias habían bloqueado el paso, y no habían permitido al taxi llegar a su destino. O eso dijo él cuando aquel día de lluvia llegó a las once de la noche, empapado hasta las orejas cuando se encontró a su mujer sentada en el sofá, enfrente del televisor de aquel elegante salón, donde el sofá se situaba justo en medio de la estancia, detrás de la alfombra de pelo. A la derecha, se encontraba un mueble hasta el techo, donde innumerables libros cogían polvo y a la izquierda, dos cuadros de Monet dando color a la blanca habitación, a la vez que combinaba con el azul de 10
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las cortinas que cubrían la puerta de cristal que daba al balcón y las cristaleras, todas ellas con las gotas de agua descansando y empañando los transparentes vidrios de la estancia de la salita de estar. Tras haber acostado y arropado a Juan, el hijo más pequeño de la pareja, Rosa, con el largo pelo negro recogido en un moño mal hecho y la bata de estar por casa encima del camisón, se había dispuesto a fumar un cigarrillo, para eludir todos los malos pensamientos que estaban golpeándose en su mente acerca de dónde podía estar su marido. Cuando por fin a las once de la noche pasadas escuchó la puerta de su hogar abrirse, su corazón dejó de palpitar durante un segundo. Lo esperó sentada, con el ceño fruncido, pero más que enfadada, preocupada por lo que le podría haber pasado. Apagó el cigarrillo en el cenicero de mármol que estaba en una mesita de cristal y madera cerca de un sillón de piel blanca. Se acercó a Sebastián y le preguntó qué le había pasado, dónde había estado, le dijo que había estado preocupada y que se había tenido que inventar algo para que Juanito no se preocupara por él. Él le respondió que había tenido un problema con un cliente en el banco y que no se sentía bien. A la mañana siguiente, le contaría la verdad, y era que ese cliente había conseguido que perdiera su trabajo. “Rosa ya lo ha pasado suficientemente mal esta noche, mañana le contaré que tendré que buscar trabajos en El País o en la Verdad”. María García Hernández
Leopoldo Alas, Clarín, no solo es importante por su maravillosa obra La Regenta, es además autor de muchos y hermosos cuentos. Según conocemos por un diario que entonces se escribía, María, Alexia, Raquel y Olga, cuatro escritoras murcianas, lo visitaron en Oviedo. Durante una de las conversaciones que con él mantuvieron, preguntaron a su amigo qué andaba escribiendo. Respondió Clarín que llevaba a medias cuatro cuentos, La reina Margarita, Dos sabios, Las dos cajas y La imperfecta casada. Tras leerles los comienzos les lanzó un reto ¿cómo lo terminaríais vosotras? Escribidlo y mañana, tras la cena, leemos los cuatro finales. Estos son: LA REINA MARGARITA Margarita, que así se llamaba la muchacha, vivía en una habitación de alquiler, una habitación tan humilde como ella. Tan solo había una habitación, con un camastro, una mesa, una silla y un hornillo donde preparar el escaso alimento que la 11
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sustentaba. Estaba lo que consideraba su hogar en un edificio de gente tan pobre y humilde como ella misma. Margarita vivía de las escasas monedas que ganaba arreglando la ropa para familias de mejor posición social. La chica cosía todo el día junto a la ventana y cuando anochecía cosía a la triste luz de una vela. Por ello, a pesar de tener unos ojos azules como el cielo de un día de verano, estaban enrojecidos y cansados. Margarita pasaba todo el día escuchando los lamentos y los gritos de sus vecinos, los llantos de los niños hambrientos, a los vendedores ambulantes que vendían su mercancía por la calle, los carruajes pisando el camino empedrado. Pero cuando Margarita oía al chico que vendía periódicos en la esquina anunciar que había una nueva compañía de teatro en la ciudad, cogía su chal gris y se acercaba hasta el teatro. Benito, el ujier del teatro conocía a Margarita y cada vez que había ensayo la dejaba entrar. Sabía que a Margarita le gustaba sentarse en la sombra y observar lo que ocurría en el escenario. Lo que nadie sabía, en realidad, era que Margarita había sido en el pasado una famosa actriz. Había sido admirada y reconocida, pero un amor desdichado le había hecho perder su posición, su virtud, su sustento y su alma. María Pastor Molina LOS DOS SABIOS En el balneario de Aguachirle, situado en lo más frondoso de una región de España muy fértil y pintoresca, todos están contentos, todos se estiman, todos se entienden, menos dos ancianos venerables que desprecian al miserable vulgo de los bañistas y mutuamente se aborrecen. ¿Quiénes son? Poco se sabe de ellos en la casa. Es el primer año que vienen. No hay noticias de su procedencia. No son de la provincia, de seguro; pero no se sabe si el uno viene del norte y el otro del sur, o viceversa…, o de cualquier otra parte. Consta que uno dice llamarse D. Pedro Pérez y el otro, D. Álvaro Álvarez. Ambos reciben el correo en un abultadísimo paquete, que contiene multitud de cartas, periódicos, revistas y libros, muchas veces. 12
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La gente opina que son un par de sabios. Pero ¿qué es lo que saben? Nadie lo conoce. Piensan que son un par de sabios ya que, al recibir libros, las personas del balneario suponen que leen mucho, y en esa época no es algo muy común. Uno de los habitantes de la casa meditó: “Ese anciano oculta algo misterioso sobre el balneario”. Fueron pasando los días y la gente siguió investigando, hasta que una de las mujeres, que tenía bastante curiosidad por aquellos individuos tan extraños, descubrió, después de mucho tiempo de incertidumbre, que sí que eran unos grandes escritores, de los más importantes de aquella época. A partir de ahí, comenzaron a preguntarles y a charlar con ellos. Aquellos sabios consiguieron que todos comenzaran a leer y a estar interesados por la literatura y el arte y contagiaron el placer que suponía leer un libro. Comenzaron a seguirlos. Se daban cuenta de que las historias que contaban en esos libros trataban de aquel balneario. Encontraron cosas muy realistas y desagradables de aquel lugar, pero la historia se iba desarrollando en varios capítulos y hasta que no llegaran al final del libro no sabrían realmente cuál era el secreto de aquel lugar ni por qué los ancianos lo habían visitado. Alexia Manzanares Sampere LAS DOS CAJAS Pese a las esperanzas de todo el que lo rodeaba y a las capacidades intelectuales que lo caracterizaban, Ventura comenzó a crecer y se alejó de todos los buenos hábitos, convirtiendo sus grandiosas dotes en inservibles. Según les confesó Ventura a sus amigos en alguna charla, estaba harto de esa fama de genio que se había propagado desde que tenía uso de razón. Y no solo eso, sino que estaba cansado de la exigencia que se le imponía. Él no quería un horario para practicar y ensayar tocando el violín, sino todo lo contrario, quería disfrutar de ello simplemente cuando le apeteciera hacerlo. Cuando Ventura cumplió la mayoría de edad, huyó de su casa sin dejar rastro. Anduvo y anduvo durante varias horas hasta llegar a un pueblo situado bastante apartado. Lejos de alardear de su fama de genio, se cambió el nombre y se formó hasta llegar a ser profesor de música, dando clases de violín a hijos de campesinos y burgueses, proporcionándoles instrumentos y gozando de la vida humilde con la que siempre había soñado. Raquel García Soriano 13
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LA IMPERFECTA CASADA (…) Leía cualquier cosa desde el periódico que repartía cada mañana el joven del pueblo en su oxidada bicicleta de ruedas ya algo desgastadas, hasta las revistas polvorientas y amarillentas del salón. No importaba el género literario o el grosor del libro, a Mariquita Varela cualquier cosa le entretenía en su aburrida y monótona vida. Cada día era igual que el anterior, hasta que descubrió la lectura. Y entonces todo cambió, ya que a través de ella podía vivir otras vidas, fantasear sobre la suya propia e incluso empezar a intentar escribir. A pesar de gustar de todo tipo de lecturas, no podía evitar sentir un especial afecto por uno de los géneros: las novelas de amor. Y es que, aunque para muchos parezca triste e impropio en una esposa, Mariquita soñaba con haberse casado con otro hombre. Ella no quería un príncipe azul, pero sí a una persona con la que compartir sus sueños, con la que hablar de todo, sentirse amada y querida por alguien más aparte de sus hijos…, cosas simples, pero complicadas si esperaba recibirlas por parte de Fernando Osorio. Él simplemente se dedicaba a mandarle, a quitarse sus sucios y malolientes zapatos para apoyar los pies encima de la mesa que Mariquita tanto empeño había puesto en limpiar, a meter toda su ropa, hecha un embrollo, en el armario que ella, al día siguiente, tendría que limpiar para no disgustarle… “¿Quién me mandaría a mí casarme con semejante vago?” Y es por todos y cada uno de esos motivos por los que Mariquita amaba leer novelas de amor, en las que poder imaginar que aquellas preciosas relaciones eran la suya… Olga Elkanouzi Almansa
Los autores de la
Generación del 98 dejaron una profunda
huella en nuestra ciudad, por ello fueron muy queridos, admirados e imitados. El profundo amor que Antonio Machado sintió por Leonor, su mujer, se respira en cada uno de sus versos, pero la muerte se la llevó demasiado pronto. Algunos amigos de don Antonio quisieron homenajear al poeta continuando el último verso que escribiera: Estos días azules y este sol de la infancia. 14
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Estos días azules y este sol de la infancia llevan al recuerdo de las viejas esperanzas. La dirección del viento fue sentido por mi piel mientras mi paladar degustaba el gusto de la miel. Arduo camino le aguarda al roble centenario, que, solitario en el bosque, olvidado ha quedado. Recuérdame este épocas menos felices, épocas en las que recordaba mis raíces. ¿Recordar debo el pasado o el futuro debo otear con los ojos bien vendados? Yo voy soñando camino. Caminos dorados y azules caminos sin dos sentidos. Caminos que acaban en mar. Sherif Mufta Alhassan
Rapsodia de una playa bohemia Estos días azules y este sol de la infancia me hacen recordar los momentos favoritos de la niña que fui en aquella playa. Pensando quedé ante la belleza de aquella puesta de sol, sus colores ocres me hicieron llorar al clavarse en mi pecho las espinas de mi rosa, de mi flor. Ante los pensamientos que acudieron en ese momento a mi cabeza yo hice de tripas corazón y sonreí por los que eternos se me hicieron tras cada madrugada en su seno, cuando todavía no tenía memoria ni razón.
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Ahora entiendo lo que significa perder el ser de nuestra existencia, lo más bello con que nace una persona; perder nuestra codiciosa inocencia. Fui y seré siempre una mujer bohemia, pero nunca veré ninguna puesta de sol como la que vi cuando fui pequeña. María García Hernández Estos días azules y este sol de la infancia llenan mi mente de recuerdos en la playa. Mi piel cubierta de arena de los pies a la cabeza. En mi mirada, la ilusión de hacer un castillo de arena. Cuántas veces sentí la adrenalina de meterme más allá de la orilla. Ahora solo siento angustia al pensar lo que al otro lado del mar me espera. Aún cierro los ojos y recuerdo sobre el mar el color de aquella bella puesta de sol. En mi mente solo cabía inocencia y armonía. Ahora algo de ellas queda, pero segura estoy de que nunca volveré a sentir la paz que viví en la orilla aquel día. Olga Elkauzi Almansa
A Azorín le duele el paso del tiempo. Sabe que el instante es fugaz, de ahí su deseo de atraparlo, de plasmar con todo detalle las pequeñas realidades antes de que se escapen, de atrapar lo que permanece por debajo de lo que huye. Presentamos las palabras de una escritora murciana que, como Azorín, busca salvar de las garras del tiempo una estampa que no querría olvidar.
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CÁLIDOS RECUERDOS La quietud del agua reflejaba los dorados y cálidos rayos de un sol cegador. En el silencio del amanecer, las níveas gaviotas sobrevolaban ruidosas en un cielo claro y despejado que anunciaba otro día lánguido, caluroso y aburrido de mi verano. A lo lejos, un minúsculo barco recorría lentamente el horizonte. Caminaba con los pies desnudos sobre aquella arena blanca, preñada de pequeñas conchas que un día habitaron esta agua cristalina y fresca del mar Mediterráneo. Absorto en el recuerdo de otros veranos pasados, jubilosos y eternos en los que llenaba mi tiempo persiguiendo una cometa multicolor que se aventuraba en un vuelo violento sobre el arenal. Aquellos días repletos de momentos inolvidables, en los que la felicidad, el anhelo, la tierna juventud parecían no tener fin. Un cálido beso, el suave roce de una caricia, el sabor salado del mar en mi piel, el olor delicioso que inundaba el aire a la hora de comer… Saber que no volverían jamás, pues tu ausencia deja en el peso de mi corazón un vacío que es incapaz de llenar el basto mar. María Pastor Molina 17
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Una de las inquietudes existenciales que Miguel
de
Unamuno plantea en sus novelas es la posibilidad de que esta vida no sea sino una ficción. Augusto Pérez, que en las páginas de Niebla se enfrenta con su creador, fue uno de los personajes unamunianos que más hondo caló en nuestras tierras. Este diálogo de la criatura con su autor fue recreada por tres amigos murcianos de don Miguel. MUJER QUE LLORA: Buenos días, Pablo. PICASSO: Buenos días, mujer, qué bonito día hace hoy. MUJER QUE LLORA: Así es, precioso. PICASSO: ¿Le apetece tomar el desayuno conmigo? MUJER QUE LLORA: Me encantaría (Se sienta a su lado) PICASSO: Mire qué ricas pastas le traigo MUJER QUE LLORA: Riquísimas. Pablo. PICASSO: Dime. MUJER QUE LLORA: Llevo tiempo deseando hacerte una pregunta que me llena de intriga. PICASSO: ¿Y cuál es esa pregunta? MUJER QUE LLORA: ¿Por qué me pintaste así de fea? PICASSO: Sabía que algún día me harías esa pregunta. MUJER QUE LLORA: Entonces…, ¿cuál es la respuesta? PICASSO: Te pinté así porque lo quise, era lo que deseaba pintar. MUJER QUE LLORA: ¿No me pudiste pintar un poco más bella? PICASSO: Ya te he dicho que así lo deseaba. MUJER QUE LLORA: Bueno, está bien. Adiós. PICASSO: Hasta mañana, mujer. Germán Martínez Hernández FERNANDO: He pasado muchos días atado al mismísimo suelo, no sé cuándo empezó ni cuándo terminará este infierno para mí, no puedo moverme ni un centímetro, no puedo n sentir ni gesticular ninguna expresión facial excepto una, de tristeza. Solo hay una cosa que me anima y es hablar contigo, Augusto, amigo mío. AUGUSTO: A mí también me agrada estar contigo y hablar, aunque sea un poco, Fernando. FERNANDO: ¿Sabes una cosa, Augusto? AUGUSTO: ¿El qué? FERNANDO: El primer recuerdo que tengo de esta habitación es borroso, porque llegué en una caja sin poder acordarme de quién era yo o qué hacía en esa caja. La abrieron y el primer rostro que vi fue el tuyo. Aunque era extraño, ya que tu piel era de un color pálido mientras que la mía era gris, pero ya me he acostumbrado. AUGUSTO: Vaya, conque eres capaz de percatarte de eso. FERNANDO: Por supuesto, Augusto! Además me he fijado en que cuando tú te caes o alguien del color de tu piel se cae, os hacéis algún rasguño o brota un líquido rojo, mientras que yo directamente no me hago nada. ¿Sabes, Augusto, por qué esto es así? 18
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AUGUSTO: Fernando, no te asustes, pero debes saber algo que nunca te he dicho, puede que te impacte. ¿Quieres saberlo? FERNANDO: ¡Sí! AUGUSTO: Tú para mí eres como un hijo. FERNANDO: Espera…, entonces ¿por qué me torturas así? AUGUSTO: Tú no eres un humano ni nunca lo serás. Tú eres una estatua creada por mí, te anclé al suelo para que nunca te cayeras y te esculpí ese rostro para simbolizar mi enorme tristeza. FERNANDO: Si es así como dices, por favor, desánclame y dame voluntad de moverme o al menos haz que termine este sufrimiento. AUGUSTO: No podrás moverte, estás hecho de piedra y para que termine la tortura tendría que destruirte, y yo no puedo hacerlo. ¡Soy incapaz! FERNANDO: Pues entonces, si no hay nada que hacer, yo le pediré a otro que me destruya y , si no, pídaselo usted a alguien. Quiero cerrar los ojos y reflexionar sobre hoy, ya que por fin sé lo que soy. Juan Martínez García En una tarde de mayo de 1816, Delacroix se disponía a pintar en su habitación, que era un tanto agobiante debido a los más de ciento treinta cuadros que había en esta. Se disponía a pintar un cuadro que para él iba a ser el más importante de toda su carrera como pintor, lo iba a llamar La libertad guiando al pueblo. Cuando Delacroix estaba pintando, una voz de fondo le dijo: _¡Detente! _¿Cómo? _preguntó confuso Delacroix. _Aquí, el que está en la cama rodeado de gente muerta. _¿Sardanápalo? _ Sí, soy yo. _ ¿Y qué quieres? _ ¿Que qué quiero? ¿Te parece normal que yo tenga que escuchar que vas a pintar el cuadro más importante de tu carrera? _ Sí, y va a ser así, no me gusta que un cuadro sea famoso únicamente por el mero hecho de representar la violencia, y he decidido que el cuadro más importante de mi carrera sea un cuadro representando la libertad. _ De acuerdo, pero ya sabes que todo acto tiene sus consecuencias. _ ¿Me está amenazando un personaje pintado por mí? _ Así es. Si tú pintas ese cuadro, todos tus seres queridos acabarán como la gente que tengo a mi alrededor. _¿Me estás vacilando? _ Vacilando no, te voy a estar observando acostado en la cama, y sin nervios, porque sé que no lo harás. Delacroix, tras meditarlo, siguió adelante con la idea de pintar el cuadro, ya que sabía que la pintura no le podía atacar. Y así fue como el gran pintor Delacroix se hizo famoso, y como Sardanápalo volvió a ser solo pintura después de morir de angustia e impotencia. Javier Fernández Almansa. 19
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Parece ser que Pío Baroja, mientras escribía su libro Vidas sombrías, visitó a algunos amigos de Murcia. Cuentan que, estando con ellos en un café, les planteó que no sabía cómo terminar su cuento Marichu, así que Raquel le ofreció este final. La madre siguió meciendo al niño y viendo que no despertaba lo envolvió en un mantón, salió de casa y tomó la vereda que conducía a casa de la vieja mendiga. Todo estaba oscuro y el camino era incierto, pero las ganas de curar a su hijo eran superiores a cualquier problema que se le presentara, por lo tanto anduvo durante varios minutos y finalmente llegó al ansiado destino. La gitana abrió la puerta y, sorprendida, invitó a pasar a Marichu. Solo con mirarla a la cara, la pena y culpabilidad que sentía en aquel momento podían distinguirse a kilómetros. En seguida la madre puso al tanto de todo a la mendiga y esta decidió volverla a ayudar, pero con la condición de que la enfermedad tenía que pasar a otra persona, ya que si no su hijo no podría ser curado. La madre pensó unos minutos y recapacitando, llegó a la amarga idea de que la enfermedad tenía que ser propagada a su suegra, la misma que cuando Marichu estuvo enferma intentó manipular a su propio hijo para que la abandonara, ya que, según ella, llevaba al demonio dentro y no le traería más que amargura y tragedia. Marichu no quería ser responsable de algo así, de que una enfermedad tan dura y escalofriante cayera sobre el alma de cualquier ser humano. Pero si de algo estaba segura era de que quería a su hijo por encima de todas las cosas y haría lo que fuese para salvarlo. Tras una larga noche de rituales, gritos y lágrimas, el hijo mayor amaneció curado, por lo tanto emprendieron el camino de vuelta a casa. Finalmente, y después de que la enfermedad se fuese propagando por el pueblo, Marichu, Aitolá y sus hijos se mudaron a la ciudad y no supieron nada más de nadie. Raquel García Soriano
En las primeras décadas del siglo XX se detecta una creciente inestabilidad en el panorama sociocultural europeo. Esta crisis culmina en la Primera Guerra Mundial y se extiende entre las dos grandes guerras. Ante el horror de esa muerte que se pasea por doquier, los escritores reaccionan con un afán desmedido de experimentación y novedad. Murcia se hace eco de esta
literatura de vanguardias. 20
Así, el Creacionismo, ese
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movimiento que busca “crear” un mundo que solo existe en la mente del poeta, con imágenes y palabras que no guardan necesariamente relación con la realidad, se manifiesta en este original ACALICO. - Acalico: Pequeño diccionario de palabras absurdas. (Ana Conesa) - Caluso: Medicamento que alivia el dolor de un suspenso. (Almudena) - Casrapap: Ave marina que vuela y come piedras. (Alberto) - Coratrón: Máquina que va al compás de un corazón si le importa a las personas que lo perdieron o fue dañado por amor. (María G.) - Crancueresco: Radiador en el que se puede cocinar. (María M.) - Chotal: Hospedaje para chopos solitarios y salvajes. (Sherif) - Decala: Escalada de sentimientos cuando uno se enamora. (Francisco Javier P.) - Disgustin: Sabor que solo un paladar muy sensible puede captar. (Germán) - Empatolear: Manera de mostrar frustración moviendo las piernas hacia arriba y hacia abajo. (Alex) - Esturbón: Estornudo con los dientes apretados. (Raquel) - Gepludo: Animal fantástico con cuatro alas que desprende arcoíris por la boca. (Ana) - Littlechina: Lugar para chicos que tienen novias feas. (Federico) - Lómine: Tatuaje en el diente. (Ainhoa) - Ninliten: Objeto volador identificado que tira dinero desde el ielo una vez al año: (Noelia) 21
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- Otaku: Ventana de cristal localizada en los domicilios de las personas, que se rompen al chillar. (Miguel Ángel) - Perigmatico: Cosa, objeto o persona que es curioso, muy raro o misterioso. (Celia) - Punxo: Reloj que marca la hora de tu muerte (María P.) - Restripamor: Utensilio para cortar objetos. (Gonzalo) - Sulaque: Puerta que se abre solo si tienes unos pantalones rotos (Javier) - Susisos: Suspiros que la gente echó pensando en un ojalá que nunca se cumplió. (Olga) - Tascamu: Almento que pica mucho. (Juan) - Vena: Tubo de silicona por el que circula un montón de brillibrilli. (Alexia) - Xineyox: Ruedas que al pasar por el asfalto echan fuego. (Sergio) Sin lugar a dudas, el movimiento de vanguardia que mayor influencia tuvo en la literatura española y, por ende, en la murciana, fue el Surrealismo. La escritura automática, ese escribir inconsciente e irreflexivamente, abandonándose a la inspiración, esas metáforas basadas en la asociación libre e inesperada de ideas y palabras, el Surrealismo, decimos, es la base de la composición que leeremos a continuación.
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Vida, amor y muerte
Con las manifestaciones vanguardistas, descubrimos que todo puede ser motivo de inspiración para la literatura. Así leemos curiosas composiciones inspiradas en un sabor (nubes, fresas, regaliz…) o en un dibujo; nos deleitaremos con estupendos poemas que susurran o rugen; o descubriremos la poesía de la química. El Futurismo y el Ultraísmo dejarán su huella: buscando la velocidad, los signos de puntuación saldrán volando. POEMAS INSPIRADOS POR UN SABOR Oh, gomi gominola corazón rojo de Coca-Cola. ¡Qué pena! que tu sabor se vaya como una ola. Alberto González Sánchez
De nube en nube voy volando hasta caer en un lago de chocolate para bañarse y beber. Federico Martínez García Que la fresa es tan fresca como la primavera, y no, no han florecido las flores, pero sí una rosa que ahora está en llamas, ahora en cenizas. Noelia Matas Lorente Un sabor multicolor que se deshace en la boca como una pequeña amapola. Javier Fernández Almansa
POEMAS QUE suenan Siempre veo serpientes que serpentean por paisajes planos, sin que ellas sepan que su especie se está acabando. Gonzalo Fernández Morcillo
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Rugen los ríos llenos de rabia Con su ruidosa rapidez Al recorrer los rincones más rosas Del roto mundo. Almudena García Cánovas
TEXTOS INSPIRADOS POR UN DIBUJO
Un día, estaba en casa de mi abuela, para ser más precisos, en su desván, buscando un libro de biología para el instituto, cuando encontré un cuento con un título y una portada muy extraños. Bajé corriendo las escaleras y atravesé el pasillo hasta la cocina donde se encontraba mi abuela haciendo la cena, que desprendía un maravilloso olor. Cuando mi abuela se percató de que en mis manos llevaba aquel cuento me lo arrebató de inmediato. Le pregunté qué contenía pero no obtuve respuesta alguna. A las dos semanas regresé y encontré el cuento debajo de la cama de mi abuela y tan grande era mi duda que volví a preguntarle. Mi abuela me sentó en su antigua mecedora, abrió el misterioso cuento y comenzó a leer: En un pequeño reino, hace treinta y dos años, existía un grupo de personas poderosas a las actuales les gustaba realizar un sorteo entre los ciudadanos, según el cual, una vez al año, las personas escogidas tenían que desfilar ante la vista de todo el mundo. Los ciudadanos temían ser elegidos, ya que el objetivo principal era que, mientras desfilabas, tenías que ser seleccionado por un jurado. Si te escogían, tu vida cambiaría y tendrías toda clase de lujos, pero si no te escogían te exiliarían fuera de las murallas que rodeaban el reino. El sábado 14 de julio anunciaron los nombres de los seleccionados. Entre los participantes, los favoritos eran un marciano, un gorila y una pareja de amigos. Las dos semanas previas al tan ansiado desfile fueron muy estresantes para los participantes, que fueron alojados en un hotel de 24
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lujo, donde les enseñaron a desfilar y a hablar, entre otras cosas. La joven pareja de amigos, de nombre Marta y Ángel, se conoció más a fondo y se enamoraron, pero lo ocultaron porque estaban prohibidas las relaciones entre los participantes. La pareja, cansada de ocultarse, forjó un plan de huida: se escaparían cuando finalizara el desfile, ya que todo el mundo estaría entretenido. El día del desfile, el hotel estaba patas arriba, los estilistas daban las últimas capas de maquillaje a los concursantes, los empleados terminaban de acomodar las sillas. La gente estaba deseando ver a los participantes y, cuando salió el primero, empezó a aplaudir y a gritar con fervor. Cuando salieron Marta y Ángel, les hicieron tantas fotografías que el salón se iluminó con las luces que emitían las cámaras La pareja salió corriendo y se dirigió a las afueras del hotel. Ahí había un coche aparcado. Lo pusieron en marcha y salieron del reino. Lo único que se sabe es que fueron muy felices y tuvieron dos hijos. Cuando mi abuela terminó de leer, la miré un poco confuso porque no entendía la razón por la cual no quería darme el cuento. Ella abrió la boca con cansancio y me dijo que se iba a dormir. Entonces fui al salón y de repente vi la foto de boda de mis abuelos. La comparé con la imagen del cuento e, incrédulo, me di cuenta de que eran los mismos. Valentina Lara Arévalo Había una vez un anciano que no tenía para comer. Desesperado de pedir ayuda en la calle y de que nadie le hiciera caso, decidió acabar con su vida. Pero mientras se dirigía a un viejo puente de su pequeño pueblo se cruzó con una chica encapuchada. De lejos no le llamó la atención, pero mientras se iba acercando iba notando algo raro en ella, algo que no era nada bueno. Aun así, el anciano, viendo que aquella chica llevaba una cesta llena de comida, decidió acercarse y pedirle algo. La chica, sin ni siquiera 25
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mirarlo, le dio una pera y cada uno siguió su camino. Cuando el hombre llegó al puente ya se había comido la pera. Y justo en el momento en el que se dejó caer, desapareció. Desapareció de aquel pueblo donde todo el mundo se conocía entre sí. Varios años después, un chico llamado Julen y una chica llamada Laia, que eran dos amigos inseparables, decidieron ir a visitar aquel puente que llevaba tantos años abandonado. Cuando llegaron no vieron nada fuera de lugar, hasta que Laia descubrió entre unos hierbajos una pequeña bola de cristal. Fue a enseñársela a Julen cuando, de repente, apareció la cara de un anciano que parecía triste. Enseguida se dieron cuenta de que era aquel hombre del que tanto se hablaba en el pueblo. Este les contó lo que había pasado y que estaba ahí por culpa de la pera que le había dado aquella chica Laia y Julen pensaron en buscar a la chica, pero nadie sabía quién era ni cómo era. En ese momento, el anciano recordó a la mujer y les mostró su imagen a los chicos, que comenzaron a buscar. Cansados de hacerlo, decidieron buscar una solución por su cuenta. A Julen se le ocurrió romper la bola de cristal, arriesgándose a que el anciano desapareciera para siempre. Lo consultó con Laia y con el viejo que, desesperados, aceptaron. Julen lanzó la bola lo más fuerte que pudo y al romperse un destello deslumbro a los chicos. Cuando consiguieron ver algo, descubrieron al anciano. Laia, emocionada, corrió a darle un abrazo. A partir de ese momento todo el pueblo lo quiso y entre todos le daban comida y algo de dinero. Ainhoa Montoya Hernández Cuando el sol murió y el mundo se quedó en total oscuridad todo empezó a cambiar. El mundo se volvió abstracto, completamente del revés. Desparecieron unas cosas y aparecieron otras. Todo empezó aquel día, cuando la luna decidió matar al sol porque se sentía desplazada del mundo, solo por el simple hecho de que las personas no la admiraban tanto como al sol, porque por la noche todo el 26
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mundo duerme. Lo que la luna no sabía es que cambiaría tanto el mundo sin la luz y la magia del sol. Con el paso del tiempo, la luna observó cómo las plantas morían, cómo las casas, edificios, construcciones, monumentos, se hundían y desaparecían. Lo que más le sorprendió fue lo rápido que se secaron los mares, lagos, océanos, toda gota de agua se evaporó. Los mares parecían desiertos, solo con arena, algún barco que en otro tiempo había naufragado se quedaba al descubierto. Al cabo del tiempo, el único ser vivo que había en todo el mundo era la luna, o eso pensaba ella. Hasta que un día apareció. Surgió de la nada una mano gigante, pero no era de carne y hueso, estaba hecha de arena. Aquella mano alzaba el faro del mar, la única luz que quedaba en el universo, la única esperanza. La luna entendió que la luz significaba esperanza, alegría, felicidad. Había hundido al mundo en un punto negro, olvidado, apartado de todo. Cuando lo entendió era muy tarde para pedirle al sol que volviera. De algún modo, él quería, si no, aquella mano mágica que surgió de la nada no hubiera aparecido para elevar el único haz de luz que había sobrevivido a aquella catástrofe. En ese instante, la luna tomó una decisión, desaparecer. Pensó que para qué seguir allí arriba si nadie la podía contemplar. Se ocultó para siempre. Celia García Trigueros Érase una vez un hombre llamado Luis que era director de orquesta y vestía con un traje y una chistera acompañado con su varita de director, la cual era mágica. Luis, cada vez que iba a hacer deporte, iba vestido con su traje como si fuera a dar un concierto. Cuando alzaba su varita ocurrían cosas inexplicables. Un día, estaba haciendo surf en el mar, movió su varita y de entre las aguas surgió una hermosa mujer grande, con una enorme melena blanca y rodeada de agua en forma de vestido. Lo que Luis no sabía era que esta mujer que había creado era un ser oscuro y 27
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malvado; lo que no sabía era que esta mujer ya había sido creada antes por uno de los brujos más conocidos del mundo. Cuando Luis se dio cuenta de que la mujer que había traído era malvada, salió corriendo del agua en busca del gran brujo. Cuando llegó a la casa del brujo le contó lo que había ocurrido y el brujo le detalló todo sobre esa mujer. Cuando terminó de explicarle todo, empezó una gran tormenta causada por ella. Luis estaba pensando cómo pararla pero el brujo dijo que no había forma de hacerlo. Aun así, el músico no se rindió y fue al lugar donde había aparecido la mujer. Cundo llegó, ella se había transformado en humana e iba por las calles de la ciudad destrozando todo. Luis la persiguió por todas las calles y cuando pudo alcanzarla movió su varita e hizo que la dama quedara congelada para siempre. La enterraron en lo más profundo de la tierra y nuestro protagonista lanzó un hechizo que hizo que volviera todo a la normalidad. María Mateo Yagüe Hace ya muchos años, cuando yo tenía más o menos tu edad, hijo, me encantaba salir y explorar el bosque con mi entonces mejor amigo, Jimmy. Jimmy y yo solíamos salir todas las mañanas después de lavar la ropa y hacer la limpieza de nuestras respectivas habitaciones. Después de hacer nuestras tareas nos escapábamos desde que salía el sol hasta que se ponía. Vivíamos todo tipo de aventuras. Como aquella vez en la que tuvimos que huir de un oso al que habíamos despertado de su siesta; o la vez en la que perseguimos a un conejo por todo el bosque hasta encontrar su madriguera. Pero ninguna se asemejó a la que hoy te voy a contar. Era un día normal de verano. Hacía mucho calor. Tu abuela me mandó a recoger unos fríjoles de la casa de tu tía Samantha y eso me alegró mucho, ya que así podría hacer una rápida visita a mi primo John y a mi hermana mayor. John es un año menor que yo, pero era 28
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como un hermano para mí. Además éramos de la misma altura, así que aparentábamos ser gemelos. Ese día, cuando llegué a casa de tu tía, esta me dijo que él había salido a buscarme para ir a jugar al bosque, lo que me pareció un poco raro, ya que no lo había visto de camino hacia ahí y solo había un camino. Aun así, decidí no alarmarme y volver cuanto antes para así poder jugar con John y Jimmy en el bosque. El camino de vuelta se me hizo más largo ya que acababa de amanecer mientras estaba en casa de tu tía y empezaba a quemar el sol. Llegué a casa con los fríjoles en la mano y una sonrisa esperando que John ya estuviera allí. Llegué, dejé los fríjoles y fui a saludar a mi madre. Después le pregunté dónde estaba John. Ella me dijo algo que me empezó a asustar. Me dijo que John no había ido. Normalmente, cuando salíamos a jugar, solíamos esperar en mi casa, ya que está al lado del bosque. Pero John no había llegado y tuve la sensación de que algo malo pasaba. En cuanto me dijo eso mi madre salí corriendo a casa de Jimmy a ver si los dos se encontraban allí, pero para mi sorpresa solo encontré a Jimmy. Eso me hizo preocuparme aún más, así que le dije a Jimmy lo que pasaba y fuimos corriendo al bosque. John me había hablado de un lugar en el centro del bosque, en el que, según él, había un pozo que concedía deseos. Aunque en ese momento tuviera diez años era bastante maduro y pensé que era un cuento que le narraba su padre antes de dormir, así que no le había dado mucha importancia hasta ese día. La cosa es que cada vez que íbamos al bosque nos quedábamos en las zonas que ya conocíamos. No nos adentrábamos mucho ya que, según las leyendas que corrían por nuestra tierra, había una arpía que solía matar a los intrusos que pasaban por su territorio, el centro del bosque. Esa leyenda había sido corroborada por los leñadores y aventureros, que decían haber visto a una mujer con alas, desnuda y con el cuerpo cubierto de plumas. Nosotros siempre nos lo creímos, pero ese día teníamos que adentrarnos en el bosque para encontrar a John. Jimmy y yo teníamos mucho miedo, pero debíamos hacer las cosas bien. Yo siempre llevaba una brújula por si nos perdíamos, teníamos que ir hacia el sur. Empezábamos a adentrarnos en territorio desconocido cuando vimos unos carteles que señalaban el comienzo de la zona de la arpía. Pero colgado del árbol había algo más debajo del cartel, un colgante 29
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muy característico, el colgante que le había regalado Jimmy a John por su cumpleaños el año anterior. Cuando lo vimos supimos que algo malo le había pasado a mi primo, ya que este no se lo quitaba ni para dormir, decidimos entonces adentrarnos sigilosamente y con la sangre helada hacia nuestra búsqueda. Jimmy y yo íbamos cogidos de la mano cuando escuchamos una extraña risa que nos paró el corazón por un instante. Y a lo lejos se escuchó un grito desgarrador, que esperábamos que no fuese de mi primo. Salimos corriendo en dirección al grito, atravesando la maleza, los árboles y los pocos animales e insectos que había por la zona. Seguimos corriendo en esa dirección hasta encontrarnos con una gran explanada verde, cuyo centro estaba ocupado por un gran pozo. A su derecha se podía ver un cuerpo inerte, tumbado en el suelo. Fuimos corriendo a ver de qué se trataba y descubrimos que era mi primo. Todavía se escuchaba su lenta y pausada respiración y los débiles latidos de su corazón. Lo cargamos entre los dos y justo cuando empezábamos a marcharnos apareció la arpía voladora y nos cortó el paso. Estábamos aterrados y por un momento pareció que nos iba a devorar allí mismo con sus grandes fauces con colmillos afilados y sus grandes garras. Estaba a punto de correr en dirección opuesta cuando me di cuenta de que no me respondían las piernas. Miré hacia Jimmy, que tenía la cara completamente blanca y le temblaban las piernas. Creí que ese sería nuestro fin y cerré los ojos aceptándolo, cuando la arpía dijo unas palabras de las que nunca me olvidaré: _No llores, niño humano, no soy tan mala como crees, solo me como a los incultos e ignorantes. Para saber si tú no cuentas con esas características te propondré un acertijo. En caso de que resuelvas el acertijo te dejaré utilizar el pozo de los deseos que se encuentra detrás de mí y este os concederá un deseo. Y en caso contrario ya sabéis lo que pasará. ¿Están listos para esta prueba que nadie ha llegado a resolver? _preguntó la arpía. La verdad, no me esperaba eso, una arpía que parecía de lo más primitivo nos iba a plantear un acertijo, del cual dependería nuestra vida. No dudé y afirmé para confirmar las ganas que tenía de batirme en un duelo intelectual con aquel ser, en solitario, ya que parecía que Jimmy se había quedado mudo. El acertijo era el siguiente: ¿Qué es esa cosa que cuanto más grande es, menos se verá? En ese momento se me vinieron muchas respuestas a la cabeza, pero ninguna tenía mucho 30
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sentido, salvo: la oscuridad. Esta debía ser la respuesta, ya que todo lo que se hace más grande se ve mejor. Exclamé la respuesta, con mucho ímpetu, quizá demasiado precipitado, pero estaba seguro de que esa era la respuesta. En efecto, esa era, ya que después de responder, la arpía nos felicitó y nos explicó el funcionamiento del pozo. Nos dijo que uno de nosotros, el que fuese a pedir el deseo, escupiera dentro y después pidiera un deseo. Después de la explicación se marchó por donde había venido. Obviamente, el deseo que pedimos fue volver a casa sanos y salvos, ya que en el cruce con la arpía había perdido la brújula. Pedí el deseo, cerré los ojos y de repente aparecimos los tres delante de la puerta de mi casa y John ya estaba bien Esa aventura, hijo, espero que algún día la puedas vivir, algo así, con tus amigos. Sherif Mufta Alhassan “El barco de los sueños” El barco de los sueños es diferente a los demás pues tiene grandes alas con las que puedes echar a volar. Mariposas de suaves colores surcan los mares del futuro, veloces. Lo que todo el mundo sabe, y olvida es que este barco le da sentido a su vida. Todos lo llevamos dentro en un corazón repleto de deseos de niño. Olga Elkanouzi Almansa La mariposa vuela mientras el barco navega y juntos, los dos se pasean sin pensar en la marea. Javier Fernández Almansa.
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Salía de casa Había anochecido, Sentí mucha soledad, Me sentía perdido. Me paré en el puente, Escuché el silencio, El sonido del agua Y el murmullo del viento. Miguel Ángel Fernández Martínez LA QUÍMICA Y LA LITERATURA Un día soleado en el que el aire soplaba caliente, Potasio y Litio estaban paseando de la mano, mientras que otras parejas como Antimonio y Bismuto, o Helio y Oxígeno, a su vez también lo hacían. De repente se empezaron a escuchar gritos en el lugar que transitaban. Se estaba formando una gran pelea entre Berilio y Magnesio, en la
cual,
Magnesio
Berilio
increpaba
reprochándole
a que
mientras dormía había intentado robarle un electrón. Berilio, enfadado, empujó al otro elemento y se marchó llorando, mientras Helio, apenado, salió corriendo detrás de él, porque era tan buena persona que le iba a ceder su propio electrón. Finalmente todo se solucionó y los elementos de la tabla periódica convivieron en paz y armonía. Raquel García Soriano “El oxígeno” El motor de la vida hizo renacer a un planeta muerto llenando de vitalidad el aire. Presente en cada inspiración, ausente en cada suspiro. Si se va me mata pues sin él no habría nada. Cuando mis pulmones te inhalen por última vez de ti me despediré. Olga Elkanouzi Almansa 32
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Magnesio
y
Manganeso
eran
muy
amigos. Un día, Sodio, que vivía al lado de Magnesio, le dijo que Manganeso tenía muchas amigas valencias y que algún día podía sustituirlo por otra de sus amigas. Magnesio se puso celoso y a la mañana siguiente, cuando Manganeso le dijo de quedar, no quiso hacerlo. Manganeso, triste, le preguntó que si le pasaba algo, a lo que este le contestó que él tenía muchas amigas y era muy famoso, le daba miedo que algún día se olvidara y lo cambiara por otra de sus muchas amigas valencias. Manganeso le dijo que él era su mejor amigo, y que nunca, por nada del mundo lo cambiaría. Magnesio sonrió y salieron juntos de paseo. Celia García Trigueros
Diálogo entre elementos de la tabla periódica. -
Hidrógeno: Hola Carbono, ¿qué haces por
-
aquí? Carbono: Anda, hola, Hidrógeno, pasaba por aquí para visitar a Plata, que me han dicho que estaba resfriada. ¿Tú hacia - dónde te diriges?
-
Hidrógeno: He quedado con Oxígeno, que vamos a reaccionar para formar agua.
-
Carbono: Muy bien, te dejo que sigas tu camino.
-
Hidrógeno: Vale, adiós.
-
Oxígeno: Hola Hidrógeno, te estaba buscando, habíamos quedado para las seis y ya son las seis y media.
-
Hidrógeno: Lo siento, estuve hablando con Carbono y me dijo que Plata
-
estaba resfriada. Oxígeno: Vaya. Bueno, se pondrá bien. ¿Vamos a hacer la reacción química ya?
-
Hidrógeno: Sí, vamos a producir H2O Ana María Carrillo
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El Cubismo destaca como escuela pictórica, pero en el campo de la literatura debemos destacar los caligramas, poemas en los que los versos forman imágenes visuales.
Alex López Martínez
María Mateo Yagüe
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María García Hernández 35
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De la mano de Trstán Tzara llega el Dadaísmo, que supone la abolición de la lógica, el quebrantamiento de las normas, la liberación de la fantasía. Siguiendo la receta de Tzara se consiguen versos tan sugerentes como los siguientes.
Raquel García Soriano
Sergio Fuentes Tovar
Federico Martínez García
Germán Martínez Hernández 36
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Como sabemos, Ramón Gómez de la Serna fue el máximo impulsor de las vanguardias en España. Cuando publicó sus Greguerías pasó por Murcia y compañeros de oficio crearon éstas para él. - El diccionario es un mar de palabras. (Ana) - Un helado de chocolate es un túnel directo a la felicidad. (Olga) - El vapor es un fantasma de agua. (Javier)
- La A es la torre Eiffel del alfabeto. (Miguel ángel) - La jirafa tiene abrigo de leopardo. (Gonzalo) - Las fotografías son nuestro reflejo en el tiempo. (Sergio) - Sobre mi rostro tengo dos pozos de chocolate. (Almudena) - Durante tu crudo invierno, yo ardo en mi infierno. (María G.) - El agridulce es la locura dentro de su cordura. (Raquel) - Mi pelo es el manto que me cubre en invierno cuando hace frío. (Celia) - La lluvia del cielo es el llanto de Dios. (Alberto) - Cero es la rosqueilla que no vale nada. (Alex) - La pizarra es una sopa de palabras y conocimientos. (Alexia) - La T es un martillo. (Federico) - Las tormentas son bailes violentos de la tierra. (Juan) 37
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- La lluvia es cada una de las tildes que no he puesto. (María M.) - Mi libreta es un volcán de palabras. (Germán) - La tinta azul es el agua del papel. (Noelia) - Esas gafas son su vista. (Ainhoa) - El viento es la caricia de los ángeles juguetones. (Sherif) - Mis ojos son la cámara, mi memoria, el álbum. (María P.) - La cama es el cargador de nuestra batería. (Francisco Javier P.)
De todos es conocido el estrecho vínculo que ligó nuestra tierra a Jorge Guillén. Pero no fue este el único miembro de la Generación del 27 que se sientió atraído por Murcia. De ahí que en los periódicos de la época se recojan entrevistas, artículos, noticias, crónicas… que nos acercan a alguno de estos autores, así como a Miguel Hernández, el “genial epígono” de la generación. Lorca vuelve a la vida
Se encuentra una obra nunca vista de Federico García Lorca 83 años después de su muerte El 12 de mayo, el historiador Víctor Manuel Martínez encontró una obra nunca vista de Federico García Lorca. Según él nos ha dicho, la ha encontrado mientras realizaba una investigación en Granada, cerca del lugar donde se hospedó Federico días antes de su muerte. La obra se titula Del infierno a la muerte por lo que soy. Es una obra teatral, la cual se estrenará por primera vez en el teatro Romea en Murcia y el papel de protagonista será interpretado por Luis Tosar. La obra se estrenará el 22 de septiembre de 2019. Sergio Fuentes Tobar 38
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Se encuentra una “obra perdida” del poeta Federico García Lorca en Granada La llamada “Segunda parte” del Romancero gitano en la que el autor continúa con la mitificación de los gitanos fue encontrada en la ermita de San Miguel Alto. Ayer, 12 de mayo, durante el proceso de renovación de la ermita de San Miguel Alto, localizada en el Albaicín (Granada), uno de los trabajadores encontró una cámara secreta debajo del altar mayor. Después de avisar al cura, que en ese momento se encontraba supervisando las obras, se dirigió a inspeccionar esta apertura. “Al abrir la trampilla que da lugar a esta cámara salió una gran nube de polvo en dirección a mi cara. Pensé que debido a la antigüedad de la ermita esto era totalmente normal. Cuando me adentré en esta, no advertí nada salvo un libro sobre una especie de altar”, dijo u obrero. Después, ese mismo obrero salió de la habitación para examinar más a fondo el objeto que portaba y advirtió unos dibujos extraños en la portada. “Me recordó mucho los dibujos que Federico García Lorca hacía para sus obras”, dijo el hombre. El obrero entregó el libro a las autoridades y estas se lo entregaron a David Elemos, un restaurador andaluz, que descubrió que se trataba del primer y único ejemplar de De la luna a la guitarra de Federico García Lorca. Este libro es supuestamente la continuación de su aclamado Romancero gitano. Actualmente, este libro está siendo trasladado al Museo “Huerta de San Vicente”, anterior hogar del poeta.
Sherif Mufta Alhassan
Alberti no está en su mejor momento y lo plasma todo en su nueva poesía
todos los ciudadanos.
El escritor Rafael Alberti, conocido como poeta, es uno de los mayores escritores de la literatura española. Lo hemos visto de muchas maneras, feliz cuando recibió el Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra, pero también lo hemos visto muy afectado en muchas ocasiones. Ahora Alberti no está pasando por su mejor momento ya que sufre una crisis existencial debida a su delicada salud y a varios problemas personales. Esto ya se veía en las caras de toda la gente después de que Alberti hubiera dejado de escribir y de que apartara sus dones desde hace dos años. Después de todas estas dudas y sin haber sabido nada de él desde hace tiempo, el pasado lunes nos sorprendió a todos con un nuevo libro, Sobre los ángeles, en el que se abrió a Noelia Matas Lorente
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Páginas del Saavedra
Vicente Aleixandre gana el Premio Nobel de Literatura El escritor español, miembro de la generación del 27, es galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Ayer, día 7 de octubre de 1977, el autor andaluz volvió a ganar un premio después de varios años. Es un gran honor para el país, según afirman diversas figuras relevantes del mundo de la escritura. La Academia sueca otorgó ayer el Permio Nobel de la Literatura a uno de los poetas más representativos del siglo XX y miembro de la generación del 27: Vicente Aleixandre. Profesores españoles y extranjeros presentaron su candidatura para el Premio Nobel debido a la aparición en Estocolmo de una antología de su obra. Fue el comienzo de una serie de nominaciones y proposiciones que concluyeron ayer, cuando la Academia sueca se decidió a otorgárselo por su obra de creación poética innovadora. Previamente había obtenido el Premio Nacional de Literatura en 1934, por La destrucción o el amor y el Premio de la Crítica en 1963 por En un vasto dominio. Finalmente, en 1969 se le volvió a otorgar este premio, ahora por Poemas de la consumación. No cabe duda de que, hasta la fecha, no se le había concedido un premio de carácter internacional de semejante relevancia e importancia Olga Elkanouz Almansa
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Almudena García Cánovas
EL ROMANCE DE JORGE GUILLÉN Se descubre un romance que tuvo Jorge Guillén con una mujer que era de su tierra. El pasado jueves 16 de mayo, unos investigadores encontraron pruebas de que Jorge Guillén había tenido un romance con una mujer de su tierra, mientras que él estaba con su esposa y ya tenía sus dos hijos. Según los investigadores las pruebas que encontraron fueron unas cartas que estaban escondidas en el jardín de Jorge Guillén en las que exponía todas las aventuras que había vivido con esa mujer y también algunas cartas que escribió esta mujer a Jorge Guillén en las que expresaba todo el amor que ella sentía hacia él y cómo quería irse a algún lugar lejano con él. Alex López Martínez 41
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Se estrena en Murcia una obra inspirada en Miguel Hernández La obra será protagonizada por alumnos del instituto Saavedra Fajardo, y tendrá lugar en el teatro Romea, el día 3 de junio, a las nueve horas. Serán alumnos de Segundo de Bachillerato, inspirados en este gran autor que es Miguel Hernández. La obra constará de varias partes, en una de ellas, recitarán el poema “El niño yuntero”, donde se refleja la dura vida que tuvo de pequeño el autor, y varios poemas más. Están todas las entradas agotadas. Los jóvenes esperan este día con mucho entusiasmo e ilusión. María José Ferrer Salazar
Estalla la Guerra Civil y España sale de ella profundamente destrozada. Esta gran tragedia supone, en el terreno cultural, una violenta ruptura de las ricas corrientes anteriores. En la década de los años 40, podemos hablar de una poesía “arraigada” y de una poesía “desarraigada”. Para los poetas “desarraigados” el mundo es un caos y una angustia. Están muy lejos de toda armonía y serenidad, por eso escriben una poesía arrebatada, de agrio tono trágico, que se enfrenta a un mundo deshecho y caótico. La religiosidad está en ellos muy presente, pero adopta el tono de la desesperanza, de la duda; o se manifiesta en imprecaciones a Dios sobre el misterio del dolor humano.
El mundo se viene abajo no hay nada que lo ilumine, no tiene luz ni color, es todo en blanco y negro. Y mi alma negra es como el tizón, también fría como la nieve helada en el frío invierno. Lorena Meca Madrid 42
Vida, amor y muerte
Qué dura es esta vida, todo está tan destrozado, todo está tan desolado qué pena más grande, el vecino con el que yo comía en mi mayor enemigo se ha convertido. Dios, ¿qué debo hacer? Juan Martínez García En esta
década de los años 40, en novela, son frecuentes
los personajes desarraigados, desorientados o marginados. Con Camilo José Cela y su novela La familia de pascual Duarte, comienza una tendencia literaria conocida como tremendismo, pues plasma con crudeza la inhumanidad y violencia extrema de aquella España rural, de la naturaleza humana. Algunos autores murcianos responden a esta tendencia. Se abalanzó sobre mí, con tal fuerza que me tendió en el suelo. Acabó encima de mí con cara de demonio. Lo agarré por el pelo y le di un tremendo golpe en el tabique, perecía sentir mucho dolor pero no se rindió. Antes de que tomara él la iniciativa yo ya estaba sobre él. Era rápido y me esquivaba. La gente a nuestro alrededor gritaba aterrada, pero otros muchos nos animaban a seguir Había sangre por cada milímetro de nuestras caras, bestias peleando por un trozo de carne parecíamos. No sé cómo pasó, pero en un momento me distraje y me mordió con tal brutalidad que me arrancó una oreja de cuajo. Retorciéndome de dolor aproveché para agarrarlo del cuello. Lo hundía contra el suelo mientras lo veía sufrir, sudar, babear, sangrar. Su cara iba tornándose a un morado oscuro, se retorcía cual lombriz hasta que de un momento a otro paró. Ya no se oía nada, ni un solo latido. María Pastor Molina 43
Páginas del Saavedra Estábamos cenando mientras discutíamos sobre las tierras desechadas. No encontrábamos solución cuando ella me empujó hacia atrás. Luego me cogió la oreja y me la arrancó de cuajo mientras yo le cogía la nariz y se la partía. Me cogió el tobillo y me tiró al suelo. Yo la tiré y le partí las piernas de manera que rápidamente ella me sacó un ojo. Gritábamos como cabras buscando a su pastor, parecía que estábamos llamando al demonio para que viniera a por nosotros. Gritábamos cuando ella me tiró del pelo, mientras yo la cogía de la yugular. Cogí el palo de una mesa y se lo clavé en el corazón. Ella gritaba y en ese momento le pude clavar un cuchillo en el estómago. La cogí en brazos y mientras le pegaba puñetazos la llevaba al estanque para que se la comieran los patos. Francisco Javier Piqueras García _¡Suéltame, bastardo! ¡No sabes con quién te estás metiendo! _gritaba la anciana mujer mientras forcejeaba de forma violenta, giraba y tornaba, intentando zafarse de los brazos de su captor. Quién diría que un tranquilo paseo nocturno por las tranquilas y cálidas calles de Murcia acabaría desenlazando en tan violenta acción de robo. Si tan solo hubiese escuchado a su marido… _ Señora, estese quieta. En caso de que no… _dijo mientras acercaba un objeto frío y afilado al arrugado cuello de la señora. Esta se mantuvo fría en el sitio, contemplando la intrincada situación en la que se había envuelto. De un momento de soledad, a angustia en milésimas de segundo. La anciana mujer estaba aterrada, pero contempló una opción a la que solo recurren las personas desesperadas y rastreras. _¡Vale, vale, me rindo! Déjeme, al menos, que pueda darle mis pertenencias tranquilamente. _¡Pero dese prisa! No tengo yo toda la noche _ordenó el sanguinario ladrón. _ Tome, aquí tiene mi bolso _dijo la anciana mientras que le entregaba el bolso tranquilamente. _ Así me gusta, que colabores _dijo sonriente el atracador.
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Vida, amor y muerte La mujer había dejado el bolso en el suelo. El captor, para poder llevárselo, y ya con las defensas bajas, guardó la navaja en su bolsillo. Justo en el momento en el que este se agachó para recoger su ansiado trofeo, la mujer hizo gala de sus sesiones de defensa personal a las que le había inscrito su marido largo tiempo atrás. Justo en el momento en el que el ladrón agarró el bolso y se disponía a huir, la veterana anciana le asestó un violento puntapié en los genitales. Este, al no esperárselo, cayó redondo al suelo. La anciana prosiguió su ataque, dándole otro puntapié, pero esta vez en la tráquea. Se escuchó un violento “clock” y el falso captor dejó de moverse por unos instantes para después entrar en un periodo de tos aguda. El hombre estaba derrotado. Durante el ataque de tos, al atacante se le cayó la navaja del bolsillo. Fría y afilada. Entonces la mujer tuvo una idea frívola y macabra. Cogió la navaja del suelo, le rajó los pantalones y decidió cortarle los genitales. El hombre gritaba como un loco, ya que fue un tajo limpio y directo. De allí, la anciana se fue y dejó al hombre allí tirado, llorando por su vida. Sherif Mufta Alhassan
A mediados de los
años 50 se consolida el “realismo social”.
El objetivo de la poesía es solidarizarse con todos, reflejar los problemas de la sociedad, que el mensaje de los poetas llegue “a la inmensa mayoría”. En los años treinta, la peor España, por las guerras civiles y mundiales
y por las matanzas entre los ciudadanos y por la gente exiliada.
Más de medio millón se han ido, Gente inocente ha sido encarcelada. Ni hablar se podía en esos años.
Disfruta ahora ya que no es lo mismo que antes disfruta de la vida, disfruta.
Mohamed Sidiali
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Páginas del Saavedra
En la década de los
años 60,
los poetas superan la poesía
social. Lo propio de estos autores es la creación de una poesía
de la experiencia personal. Su temática se caracteriza por un retorno a lo íntimo: el fluir del tiempo, la evocación nostálgica de la infancia, lo familiar, el amor, la amistad, el marco cotidiano, etc.
“Fotos al cielo” Cada tarde me siento en mi balcón a fotografiar todas esas golondrinas que en el cielo no cesan de piar. Bailan las notas en el aire, las notas de la música al sonar, y a Joaquín Sabina escucho y nos dieron las diez recitar. Mañana seguiré aquí y difícil no encontrarás verme sentada con mi cámara para a las golondrinas ver volar. María García Hernández A partir de los
años 60
tiene lugar un proceso de renovación
narrativa. Aparece una novela experimental. Son frecuentes la “desaparición del autor”, el monólogo interior, el desorden cronológico, el punto de vista múltiple… Cinco horas con
Mario, de Delibes es un largo monólogo interior de Carmen ante el cadáver de su marido, que constituye un ajuste de cuentas, plagado de reproches, hacia el compañero culto, liberal y tolerante que era Mario. Pero Miguel Delibes no contó todo lo que Carmen habló con su marido. 46
Vida, amor y muerte
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Páginas del Saavedra
Y aquí finaliza nuestro viaje por la literatura.
Dice Sam Savage: “Nada existe más allá de un instante salvo las cosas que retenemos en la memoria”
Espero que este cuadernillo os sea de ayuda para salvar del olvido este curso. Deseo que os sirva para que, pasados unos años, recordéis con cariño vuestro paso por el instituto y para que vuestros compañeros conserven siempre un hueco en vuestro corazón.
Os mando un beso muy, muy grande.
¡FELIZ VERANO!
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