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LA CASA EN LA ARQUITECTURA MODERNA

REDACCIÓN TEXTO RESUMEN LECTURA 01

CAPÍTULO I : LO MODERNO EN LA ARQUITECTURA

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Modernidad y crítica

Le Corbusier buscaba el fin de la utopÍa a través de la arquitectura que él planteaba para evitar la revolución. Esta arquitectura tenÍa que coordinar la ciudad moderna, lo cual era opuesto a lo establecido por las vanguardias europeas. Según Ludwig Helberseimer, el problema de la ciudad no podía resolverse con los instrumentos de la arquitectura moderna y en su libro “Al caos de la gran ciudad” dentro del capÍtulo relacionado al urbanismo, nos dice que solo podemos oponer ensayos y demostraciones teóricas acerca de la organización de la ciudad. Propuso un plan para una ciudad de un millón de habitantes en donde explicaba la estructura que hay entre ciudad, vías, manzanas, el edificio y la unidad de vivienda idealmente planteados. Se concluyó que la arquitectura podía solucionar los problemas del habitar moderno y que el juego formal no podía solucionar los problemas de la ciudad, estos problemas eran la búsqueda de la organización para encontrar la mejor relación de todos los elementos que componen la arquitectura. Según Gropius, esta organización tipológica daba forma las funciones vitales. La construcción que le daba forma a las funciones vitales tiene que ser internacional porque debe adaptarse al estilo de la época derivadas de una nueva forma de vida que parte de la traducción formal de diversas relaciones que hoy en día son normas.

El cuerpo moderno

Esta nueva forma de vida se corresponde con las circunstancias del cuerpo moderno. Se compara el cuerpo clásico representado por Da Vinci en el dibujo del hombre vitruviano el cual describe el cuerpo de las proporciones perfectas que demuestra el hombre, ya que al ser inscrito en un círculo y un cuadrado se reunió la solución de tener la misma figura humana a la vez en dos formas y al mismo tiempo, en donde el círculo representaba el cosmos, y el cuadrado la arquitectura. Sin embargo, según Charles Baudelaire, la modernidad es lo transitorio, lo fugitivo y lo contingente, ya que el cuerpo corresponde a la representación del movimiento y es este el que cambia y se modifica. El hombre moderno se mueve en el espacio, por lo que al momento de querer representar la figura moderna, este ya se nos ha escapado. Los nuevos materiales y las nuevas tecnologías arquitectónicas de influencia francesa fueron esenciales para producir una experiencia espacial de una relación continua y compleja entre el interior y el exterior que difumina los límites formales.

El estilo frente a la tipificación

A principios del siglo xx el estilo no podía seguir siendo un instrumento de valor para la arquitectura, ya que al cuerpo moderno, estas nuevas experiencias de espacio-tiempo les eran ajenas a cualquier discusión que tengan acerca del estilo. Se crearon nuevos criterios que le daban valor a la modernidad, tal como la repetibilidad o la convención formal industrializada que dieron origen al fundamento de la democratización de la cultura.

Una asociación de artistas quería hacer competitiva la industria alemana por lo que se priorizó la expresión colectiva por encima de la individual para lograr la tipificación como un medio fundamental que los lleve al éxito del programa propuesto. Se reunificó el trabajo industrial y el arte por lo cual, en la arquitectura, los nuevos modelos no debían buscarse del pasado sino de esta nueva industria unificada del trabajo arquitectónico con el estilo artístico del empresario. Se encontraban las necesidades operativas y técnicas de la operación. Las vanguardias entran en contradicción por esta búsqueda del nuevo estilo y es ahí donde Le Corbusier plantea los 5 puntos de la arquitectura nueva en donde se esquematizan diversos criterios que describen un determinado estilo representado por formas geométricas simples que sería la base para un lenguaje capaz de dar sensaciones primarias constantes y universales. La estandarización y tipificación resuelven también el problema de relaciones y organización de la arquitectura y la ciudad.

Vanguardias

Según Peter Burger un movimiento vanguardista es aquel que no ha desarrollado estilo alguno, por lo que no podría haber ningún estilo moderno. Es además una obra ausente de leyes o comportamientos preestablecidos que crea contradicciones en donde los materiales del artista no siempre están en control. La arquitectura, por lo contrario suele estar al lado del capital y de los poderes establecidos, por lo que es una obra conservadora que no puede ser autónoma, ya que debe producir constantemente. La vanguardia de la modernidad arquitectónica se sitúa en la renuncia a la historia y en una concepción revolucionaria de la arquitectura. La propuesta de Kenneth Frampton excluye de las vanguardias gran parte de las estéticas y los movimientos modernos, dejando solo el Neoplasticismo, el Suprematismo y el Productivismo, ya que para su desarrollo sí era necesario comenzar desde cero con nuevas técnicas.

Cultura de la élite, cultura de masas

Durante el cambio del siglo XIX al siglo XX los discursos políticos, psicológicos y artísticos identificaban la cultura de masas con lo femenino, mientras que la alta cultura permanecía como el mundo privilegiado de las actividades masculinas. La burguesía liberal se sentía amenazada por las masas y por la pérdida de identidad masculina debido a una naciente democracia que le brinde más igualdad a la mujer. En la arquitectura se asociaba la simplicidad, la autenticidad y la integridad como las virtudes viriles que definían lo moderno y se oponían a las cualidades del sentimentalismo, la ornamentación y la ostentación asociadas con cualidades afeminadas. La vanguardia se imagina lejos del hogar dado que lo doméstico pertenecía a lo cotidiano; sin embargo, surgieron vetas vanguardistas que no se concentraron en las formas del arte. Estas no se alejaron de la vida cotidiana, sino que buscaban el arte en las paradojas de la vida entre modernidad y mujer y esta se convirtió en sujeto de la modernidad, ya que se da un trabajo fuera de la casa y también como ocupante de la ciudad. Es así como surge la figura de la nueva mujer a principios del siglo XX en donde el interés por la vida cotidiana crece y se lleva lo doméstico al terreno moderno y así de la arquitectura.

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